Elementos de Semiologia de Arnoux

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Arnoux: “elementos de semiología y análisis del discurso” Las presuposiciones: la oposición entre afirmado y presupuesto remite a dos formas de presentación de la información en un enunciado. En el primer caso se la presenta como el “objeto del decir”, en el segundo caso se la presenta como lo ya sabido, lo que casi no tiene necesidad de ser dicho, no sujeto a discusión. Por ejemplo si decimos “es Juan el que mató a la mujer” presuponemos entre otras cosas, que alguien mató a la mujer. En todos los casos lo presupuesto aparece inscripto en el enunciado, la noción de presuposición debe ser semántica y/o pragmática. El juego discursivo puede ubicar en el ámbito de lo presupuesto partes de un enunciado “no marcado” presuposicionalmente. Son estos fenómenos de neutralización, anulación, etc los que constituyen uno de los centros de interés en el análisis de los discursos. Los criterios semánticos sirven para diferenciar lo afirmado de lo presupuesto, son la negación y la interrogación: la presuposición de una oración afirmativa se conserva en los enunciados de oraciones negativas e interrogativas construidas a partir de la primera. Por ejemplo: - Juan ha dejado de estudiar - Juan no ha dejado de estudiar - ¿Juan ha dejado de estudiar?

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Arnoux: “elementos de semiología y análisis del discurso”

Las presuposiciones: la oposición entre afirmado y presupuesto remite a dos formas de presentación de la información en un enunciado. En el primer caso se la presenta como el “objeto del decir”, en el segundo caso se la presenta como lo ya sabido, lo que casi no tiene necesidad de ser dicho, no sujeto a discusión. Por ejemplo si decimos “es Juan el que mató a la mujer” presuponemos entre otras cosas, que alguien mató a la mujer.En todos los casos lo presupuesto aparece inscripto en el enunciado, la noción de presuposición debe ser semántica y/o pragmática. El juego discursivo puede ubicar en el ámbito de lo presupuesto partes de un enunciado “no marcado” presuposicionalmente. Son estos fenómenos de neutralización, anulación, etc los que constituyen uno de los centros de interés en el análisis de los discursos.

Los criterios semánticos sirven para diferenciar lo afirmado de lo presupuesto, son la negación y la interrogación: la presuposición de una oración afirmativa se conserva en los enunciados de oraciones negativas e interrogativas construidas a partir de la primera.Por ejemplo:

- Juan ha dejado de estudiar- Juan no ha dejado de estudiar- ¿Juan ha dejado de estudiar?

Reconocemos que en todos los casos se presupone que Juan estudiaba antes, esta información aparece entonces como un elemento semántico común a los tres enunciados señalados.En algunos enunciados la negación no conserva las presuposiciones: comparemos, “Juan se hace el enfermo” que presupone que no está enfermo con el enunciado negativo “Juan no se hace el enfermo”.Debido a estas limitaciones de los criterios clásicos, Ducrot propone tener en cuenta el comportamiento de los enunciados respecto del encadenamiento. En “Juan ha dejado de estudiar, así está libre por la mañana”, la presuposición “antes Juan estudiaba” está al margen de la línea argumentativa del discurso: lo pertinente argumentativamente es que Juan ahora no estudia. Si bien es posible encadenar con los presupuestos el entorno ideal previsto para el enunciado no es tal. Por eso se habla de resistencia de la presuposición al encadenamiento y se señala que las presuposiciones solo suministran el marco en el cual se organizan las asociaciones desencadenadas por su contenido expuesto.El criterio del encadenamiento permite diferenciar en un enunciado no marcado presuposicionalmente lo presupuesto de lo afirmado. Este aspecto

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de la propuesta de Ducrot se relaciona con las definiciones informacionalistas de la presuposición ya que el encadenamiento efectivo es el que va a permitir reconocer el foco (o nuevo) y lo presupuesto (o lo conocido).

Las descripciones definidas: “La crisis Argentina”, “el triunfo de la democracia”, etcétera, estas descripciones definidas presuponen la existencia de los objetos a los que se refieren.Si bien las descripciones definidas permiten al locutor designar objetos particulares del universo del discurso, la función designativa no es la única ni la fundamental. Pueden tener un uso atributivo (opuesto a referencial): “la persona que atentó contra el presidente es un enemigo de la democracia”, si el locutor ignora quien es el enemigo que produjo el atentado, se desempeña una función calificativa: “no admira al dictador depuesto, admira al joven general triunfante”. En estos casos en el que la función de los sintagmas nominales no es referencial, la presuposición existencial se mantiene.El artículo definido indica que nos referimos, en una situación determinada, a la totalidad de los que presentan el atributo que señala el sintagma. De allí que algunas gramáticas asignen al artículo definido una presuposición existencial de totalidad como invariante semántico.

Presuposición lógica y presuposición pragmática

La noción lógica de presuposición: puede definirse como verdad y consecuencia lógica esta presuposición. La verdad se concibe como una relación entre una oración considerada como un objeto sintáctico y un modelo del mundo.La consecuencia lógica se define como una oración es consecuencia lógica de un conjunto de oraciones en caso de que dicha oración sea verdadera en todos los mundos, es decir, en todas las condiciones en que todas las oraciones del conjunto son verdaderas.Ejemplos de presuposiciones lógicas:

Oración presuposición

- predicados factivos

El hecho de que Juan partiera (no) Juan partió no sorprendió a María

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oración presuposición

-sustantivos definidos

Juan llamó (no llamó) por tel. Juan existeJuan se casó (no se casó) con Pedro tiene una hermanaLa hermana de Pedro.

-oraciones partidas

Fue (no fue) Juan quien atrapó alguien atrapó al ladrónAl ladrón.

-restricciones seleccionales

Sorprendió (no sorprendió) a María María es inteligenteQue el problema de aritmética fueraDifícil

-proposiciones temporales

Juan partió (no partió) . cuando María llegó . antes que . después que

-proposiciones relativas no restrictivas

Los alumnos que estaban aburridos, se los alumnos estaban aburridosMarcharon (no se marcharon)

-ciertos aspectos

Pedro dejó de hablar (no dejó) Pedro estaba hablando

-iterativos

Pedro llamó (no llamó) nuevamente Pedro llamó al menos una vez

-cuantificadores presuposicionales

(no) solo Pedro se mató Pedro se mató

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La noción pragmática de presuposición: esta noción se define sobre la base de la relación entre la emisión de una oración y el contexto en el cual se emite.Por emisión de una oración se entiende un acto de habla, el contexto de una emisión consta de: el hablante, el alocutario, los oyentes, el entorno físico y su entorno cultural.Muchas oraciones requieren condiciones: el estatus y tipo de relaciones entre los participantes, la edad, el sexo, presencia o ausencia de ciertos objetos en el entorno físico de la emisión, etcétera.

Discurso político y manipulación: del buen uso de los contenidos implícitos

El discurso político es discurso de partido, tiende a desvalorizar la posición discursiva del adversario al mismo tiempo que a valorizar la suya, explota ciertas estrategias, etcétera.Son figuras de la mala fe discursiva, una de ellas es la explotación abusiva de la posibilidad que ofrece la lengua de formular bajo el modo de lo implícito ciertos contenidos del enunciado.Llamaremos presupuestos a las informaciones que son arrastradas por la formulación del enunciado y que por lo tanto se actualizan cualesquiera sean las propiedades particulares del cuadro enunciativo y los sobreentendidos son las informaciones que se enganchan a los contenidos expuestos y presupuestos.Así un enunciado como “Pedro dejó de fumar” presupone siempre que “antes Pedro fumaba”, aunque pueda llegar a sobreentender, en ciertas circunstancias enunciativas: “no es como vos, te vendría bien hacer lo mismo, tomá ejemplo, etcétera”.Respecto de los sobreentendidos su grado de evidencia puede ser variable.Ningún discurso puede dejar de lado presupuestos y sobreentendidos, ambos deben ser manipulados según ciertas reglas.Los presupuestos no pueden ver negada su existencia ni por el locutor ni por el alocutario, el locutor solo debe en un principio formular bajo forma de presupuesto una unidad de contenido cualquiera.Se podrá hablar de mal uso de un presupuesto, si se tienen buenas razones, en las situaciones siguientes:

- la información presupuesta es de una verdad por lo menos dudosa. La astucia consiste aquí en intentar hacer pasar esta información dudosa presuponiéndola. Mientras que lo afirmado es simplemente propuesto como verdadero a A, los presupuestos le son impuestos.

- Infracción a la segunda regla de empleo: el locutor tiene buenas razones para suponer que la información presupuesta, cualquiera sea por otra parte su grado de evidencia, es todavía ignorada por A.

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- Si esta información presupuesta constituye el verdadero objeto del comportamiento discursivo del locutor, entonces comete lo que puede considerarse como un tropo presuposicional.

Lo que nos autoriza a hablar aquí de tropo es el hecho de que el contenido literal de la expresión es degradado en contenido connotado y su contenido derivado a contenido denotado.En el tropo presuposicional el contenido explícito se marginaliza a favor del contenido implícito.Los presupuestos son asumidos por el locutor y decodificados por el alocutario. Con los sobreentendidos no ocurre lo mismo: no son nunca imputables con total seguridad a su enunciador y su desciframiento nunca es absolutamente obligatorio.Al locutor los sobreentendidos le permiten sugerir presuposiciones, reservándose al mismo tiempo la posibilidad de negar haber dicho presuposiciones.Al receptor el estatuto particular de esos contenidos implícitos puede permitirle ya sea fingir no percibir un sobreentendido evidente, ya sea imputar al locutario. Alocutario comete entonces el delito de la mala fe interpretativa.El discurso político se nutre y se deleita con estas incertidumbres del lenguaje, discurso del cual quedaría muy poco nos dice Ducrot si retiráramos los presupuestos y agregamos los sobreentendidos.