ELIMINADO - stjslp.gob.mx · lo necesario para los alimentos de ella y de mis menores hijas,...
Transcript of ELIMINADO - stjslp.gob.mx · lo necesario para los alimentos de ella y de mis menores hijas,...
PODER JUDICIAL DEL ESTADO
SUPREMO TRIBUNAL DE JUSTICIA
CUARTA SALA
SENTENCIAS QUE CAUSARON ESTADO
NÚMERO DE TOCA FECHA EN QUE SE DICTÓ LA SENTENCIA
868-15
San Luis Potosí, S.L.P., a 19 diecinueve de febrero del año 2016 dos mil dieciséis.
V I S T O, para resolver el toca número 868-2015, relativo al recurso de apelación interpuesto
por ELIMINADO, en contra de la sentencia definitiva dictada con fecha 23 veintitrés de Septiembre de
2015 dos mil quince, por el Juez Primero de lo Familiar en el Estado, dentro del expediente número
450/2015, relativo a la CONTROVERSIA FAMILIAR POR PENSION ALIMENTICIA, GUARDA Y
CUSTODIA, promovido por ELIMINADO, en contra de ELIMINADO; y,
R E S U L T A N D O
PRIMERO.- La sentencia apelada, en sus puntos resolutivos establece lo siguiente: “PRIMERO.-
Este Juzgado resultó competente para conocer del presente Juicio. SEGUNDO.-
Procedió la Vía de Controversia del Orden Familiar. TERCERO.- Las partes ocurrieron
a juicio con personalidad. CUARTO.- La parte actora ELIMINADO probó en parte su
acción de alimentos y el demandado ELIMINADO, opuso excepciones y defensas.
QUINTO.- En consecuencia, se resuelve que el demandado ELIMINADO deberá
proporcionar alimentos a sus menores hijas ELIMINADO así como a la promovente la
señora ELIMINADO, en un porcentaje equivalente al 40% cuarenta por ciento de sus
ingresos netos y demás prestaciones ordinarias y extraordinarias que perciba en la
actividad que desempeñe. SEXTO.- Subsiste el embargo trabado en autos sobre los
ingresos del demandado percibidos en la empresa denominada ELIMINADO, así como en
los bienes los cuales fueron señalados por la actora dentro de la diligencia de
emplazamiento, lo anterior, a fin de garantizar los alimentos futuros de los
acreedores alimentistas, siendo que además no se acreditó que dicha medida haya
dejado de ser necesaria. SÉPTIMO.- Se resuelve que las menores ELIMINADO deberán
permanecer bajo la guarda y custodia de su madre ELIMINADO, sin que lo anterior
afecte al derecho de convivencia que tienen las menores con su padre ELIMINADO.
OCTAVO.- Se condena al demandado ELIMINADO al pago de costas originadas por la
tramitación del presente asunto de conformidad con las manifestaciones y
fundamentaciones legales insertas en la parte considerativa que antecede. NOVENO.-
Notifíquese personalmente, comuníquese y cúmplase.”
SEGUNDO.- Inconforme ELIMINADO, con la sentencia cuyos puntos resolutivos han quedado
transcritos, interpuso recurso de apelación, el cual fue admitido en ambos efectos por el Inferior,
remitiéndose el expediente al Superior para la substanciación de Alzada, habiendo tocado conocer del
recurso a esta Sala; por auto de fecha 10 diez de diciembre de 2015 dos mil quince, se confirmó la
calificación de grado hecha por el juez de primera instancia, y se tuvo al apelante por expresando
agravios ante dicha autoridad de primer grado, en base a los motivos y fundamentos asumidos en dicho
auto y se ordenó correr traslado a la parte apelada a fin de que dentro del término de 3 tres días
produjera su contestación, lo anterior en términos del artículo 952 del Código de Procedimientos Civiles
para el Estado de San Luis Potosí; asimismo, se admitieron las pruebas documentales supervenientes
ofrecidas por el inconforme, teniéndose por desahogadas dada su propia y legal naturaleza, mandando
dar vista a la parte apelada para que manifieste lo que a su interés conviniera y se le dijo al apelante
que no había lugar a que esta Autoridad recabara de manera oficioso el estudio socio económico que
solicitó, en virtud de que el mismo debió de haberlo ofrecido en primera instancia. Con fecha 16
dieciséis de febrero del presente año, tuvo verificativo la audiencia de informe en estrados, en la cual se
citó para resolver el presente negocio; y,
C O N S I D E R A N D O
PRIMERO.- Los agravios expresados por el apelante, ELIMINADO, literalmente dicen: “HECHOS:
PRIMERO.- Con fecha lunes 28 veintiocho de septiembre del año 2015 Dos Mil Quince,
me fue notificada de manera directa la Sentencia Declarativa dictada por el C. Juez
Primero del Ramo Familiar, del Supremo Tribunal de Justicia en el Estado, dentro
del expediente Número al rubro señalado, sentencia mediante la cual, dentro del
punto cuarto se hace mención de que los artículos 144 y 145 establecen que los
cónyuges debemos de dar alimentos entre si y los padres estamos obligados a dar
alimentos a nuestros hijos y el articulo 3273 del Código Procesal de la Materia
ordena que el actor debe probar los hechos constitutivos de su acción y el reo los
de sus excepciones, y en este orden de ideas la parte actora solamente los acredito
en parte, ya que en ningún momento acredito su estado de necesidad ante esta
autoridad, pues no obra agregados en autos constancias de gastos médicos de mis
menores hijas ni de su persona, así como constancias y/o recibos que acrediten
gastos realizados por la parte actora, recibos de pagos de colegiaturas de mi menor
hija, tampoco recibos de pago de alguna guardería, razón por la cual la parte
actora tuviera que erogar gastos por estos servicios, únicamente acredito los
documentos fundatorios de su acción a que se hace referencia en el contenido de
este punto, haciendo mención de que el suscrito en ningún momento he dejado de
darles lo necesario para subsistir a mis menores hijas. Así mismo manifiesto bajo
protesta de decir verdad que es falso en parte lo manifestado por los atentos de
nombres ELIMINADO, ya que estos manifiestan en lo medular que el suscrito cumplo de
manera ocasional con la obligación de dar alimentos a mis menores hijas ya que si
esto fuera cierto, entonces porque no manifestaron que la parte actora tiene una
tarjeta que le expidieron en la empresa denominada ELIMINADO, donde yo laboro y que
el dinero de dicha tarjeta lo recibe de manera electrónica y que recibe de manera
íntegra el dinero que ampara los vales de despensa que le corresponden, vales que
se le otorgan por mi trabajo, además de que el suscrito siempre le he proporcionado
lo necesario para los alimentos de ella y de mis menores hijas, también es falso
que tenga que andar pidiendo dinero prestado para subsistir y para las consultas de
mi pequeña hija, esto es falso ya que ella goza de un servicio médico por parte de
la empresa donde yo laboro y mi hija no tiene ninguna enfermedad, de ser así,
porque no probo lo anterior ante esta autoridad con alguna receta o constancia
médica. Además de que como se hace mención en el párrafo quinto del presente punto,
“Que la morada conyugal la establecimos en la casa ubicada en ELIMINADO, haciéndose
mención de que hasta la fecha mi aun esposa vive en este domicilio, lo cual es
totalmente falso, ya que desde el mes de marzo del año en curso mi esposa abandono
la morada conyugal para irse a vivir con su señora madre en la ELIMINADO, haciendo
del conocimiento de esta autoridad que el suscrito en ningún momento la corrí ni la
obligue a irse de la casa, justificando mi dicho con la Copia Certificada de la
Constancia de Hechos Número CH/PGJEfSLP/SDSCF//03/IX/2015, la cual agrego a la
presente como (ANEXO NUMERO UNO) y como Prueba Superveniente y por obtener dicho
documento con posterioridad a mi contestación de demanda, así como para acreditar
mi dicho, documento que solicito sea tomado en cuenta y valorado al momento de
resolver sobre el presente Recurso de Apelación, llevándose a mis pequeñas hijas a
las cuales no me permite ver ni convivir con ellas, violando con lo anterior el
derecho de las menores a la plena convivencia sana y libre con el suscrito,
privándolas a ellas y al de la voy de los derechos de convivencia que tenemos. Por
lo anteriormente expuesto apelo a su buena fe y solicito se me permita ver y
convivir con mis menores hijas, para lo cual invoco la siguiente tesis
jurisprudencial que a la letra dice: VISITA Y CONVIVIENCIA DE LOS MENORES CON SUS
PROGENITORES.- ES UN DERECHO FUNDAMENTAL QUE TIENDE A PROTEGER EL INTERES SUPERIOR
DE AQUELLOS, SIENDO, POR TANTO, DE ORDEN PÚBLICO E INTERES SOCIAL. (LEGISLACION DEL
ESTADO DE PUEBLA). Conforme a los artículos 635 y 636 del Código Civil para el
Estado de Puebla, la convivencia de los menores con sus padres y con la familia de
ambos, permite el sano desarrollo de aquellos, pues conlleva al conocimiento y
trato directo que tienen los infantes con sus ascendientes y demás parientes a fin
de lograr su cabal integración al núcleo familiar y obtener identidad plena al
grupo social al que pertenecen. En tal virtud, el desarrollo normal de un menor se
produce en el entorno de éste y su armonía con La familia y grupo social al que
pertenece, que le permite y otorga la posibilidad en atención a sus capacidades
físicas y mentales, para su preparación a una vida independiente en sociedad, con
la percepción de respeto en razón a los derechos que le asisten a los demás; lo
cual se logra alcanzar cuando se garanticen sus derechos a la vida, integralidad
física y mental, salud, identidad, familia y fundamentalmente la convivencia con
los padres, en tantoELIMINADOque ello no le resulte más perjudicial que benéfico.
En esos términos, el artículo 637 de la aludida codificación categóricamente
establece “No podrá impedirse, sin justa causa, las relaciones personales ni la
convivencia entre el menor y sus parientes, ni siquiera cuando la patria potestad o
la guarda corresponda a uno de ellos, por lo que en caso de oposición a la
solicitud de cualquiera de ellos o incumplimiento del convenio en que las partes
hubieren fijado el tiempo, modo y lugar para que los ascendientes que no tengan a
guarda del menor lo visiten y convivan con él, el Juez de lo Familiar resolverá lo
conducente, en atención al interés superior del menor.” Por ello el tribunal
contará con los medios eficaces que considere necesarios para decretar la
convivencia en el modo y forma que beneficie a los menores y en caso de
incumplimiento parcial o total podrá decretar las medidas de apremio que concede la
ley o dar vista al Ministerio Público si del comportamiento de quien deba de
permitir la convivencia se desprende algún delito; y que solo por mandato judicial
expreso y fundado en causa justa podrá impedirse, suspenderse o perderse el derecho
de convivencia a que se refiere dicho dispositivo legal. Atento a lo cual, el
derecho de visita y convivencia con sus progenitores, debe catalogarse como un
derecho fundamental del menor porque es tendente a proteger su interese superior,
siendo por tanto este de orden público y de interés social, y solo se impedirá esa
convivencia con alguno de sus padres cuando se estime razonadamente que resultaría
más perjudicial que beneficio al menor. Por lo que, ante tal situación, en aras de
ese supremo derecho que tienen los niños a ser amados y respetados, sin condición
alguna, por regla general sus progenitores deben de ejercer, tanto la guarda y la
custodia, como el derecho de visita y convivencia, en un ambiente de comprensión y
respeto para con sus hijos, procurando en todo momento su pleno desarrollo físico y
mental y concatenadamente, la autoridad judicial se encuentra obligada a que los
menores puedan gozar de ese máximo principio de convivir con ambos padres y las
familias de éstos, para lo cual debe de tomar las medidas necesarias a fin de
proteger ese interés superior. SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
SEXTO CIRCUITO Amparo en revisión 303/2012. 24 de septiembre de 2012. Unanimidad de
votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario; Humberto Schettino Reyna.
Justicia de la Nación: Pino Suaréz 2, Colonia Centro, Delegación CUAHUTÉMOC, C.P.
06065, México, D.F. IDS-18 Tesis: 11.20. C. J/30 Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta Novena época 162402 12 de 58 SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN
MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO Tomo XXXIII, Abril de 2011 Pág. 1085
Jurisprudencia (Civil). (J) 9ª Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXXIII,
Abril de 2011: Pág. 1085. Resolviéndose la presente sin tomar en cuenta lo
manifestado por los atestos presentados por el suscrito, dejándose en completo
estado de indefensión al habérsele dado únicamente valor pleno y probatorio a lo
manifestado por la parte actora y en lo que respecta a la petición y otorgamiento
de pensión alimenticia para mi aun esposa, esto me causa agravio, toda vez esta
Autoridad únicamente valoro y considero que el suscrito, actualmente poseo
capacidad económica para dar alimentos ya que cuento con un empleo, buena salud y
condiciones favorables para cumplir con dicha obligación sin tomar en cuenta que mi
esposa, parte actora dentro del presente juicio, también está en condiciones de
trabajar y dar cumplimiento con el 50% que le corresponde para manutención de mis
menores hijas, lo anterior en razón de que no es una persona incapaz para
desempeñar algún empleo, ni tampoco es una persona con capacidad diferente que le
impida trabajar o desempeñarse en alguna labor, pues anteriormente ella trabajaba y
percibía un salario como se acredita con la constancia expedida a su favor por la
ELIMINADO, ELIMINADO, de fecha noviembre del año 2013 dos mil trece, documento en
el cual se hace mención del tiempo que ella tenía laborando y del sueldo que
percibía, con lo cual se acredita que la parte actora, si ha trabajado y no se ha
dedicado por completo al cuidado de mis menores hijas como hizo creer a esta
Autoridad con la finalidad de que le decretaran una pensión alimenticia mayor y no
lo hace en beneficio de mis menores hijas, sino para beneficio de ella, documento
que agrego a la presente (COMO ANEXO NUMERO DOS), y como prueba superveniente, ya
que el suscrito desconocía de la existencia del mismo. En lo que respecta a la
fijación de la Pensión Alimenticia fijada y determinada por esta Autoridad, quiero
hacer mención de que el suscrito me inconforme. totalmente desde este momento en
que se me haya fijado el 40% de mis ingresos netos y demás prestaciones ordinarias
y extraordinarias que percibo por mi trabajo en la empresa para la cual laboro,
esto en razón de que como yo hice referencia mi esposa se encuentra en condiciones
de trabajar para percibir ingresos propios y cumplir con la obligación legal de
darle ella también el 50% que le corresponde de alimentos a mis menores hijas,
porque si bien es cierto, el suscrito tengo la obligación de dar alimentos, pero a
mis menores hijas, a lo cual no me estoy negando y nunca he dejado de hacerlo,
también es cierto que se trabo un embargo sobre el bien inmueble señalado por la
parte actora, bien inmueble que el de la voz aún estoy pagando y no solo eso, sino
también tengo la necesidad de cubrir con mis gastos de alimentación, vestido, ropas
etc., motivo por el cual el suscrito considero que se encuentra Sobre Garantizada
la Pensión Alimenticia que me fue decretada, toda vez que ya se determinó como
medida de protección para mis menores hijas el embargo trabado en autos sobre mis
ingresos. QUINTO.-En lo que respecta a este quinto manifiesto, que en lo que hace
valer la C. ELIMINADO, en lo que se refiere a la Guarda y Custodia de mis menores
hijas de nombres ELIMINADO ELIMINADO ELIMINADO, para lo cual desde este momento me
inconforma ya que no estoy de acuerdo en el contenido de dicha resolución en lo que
se refiere al primer punto del artículo 300 del Código Familiar, en ningún momento
se me tomo en cuenta para convenir y oír cuál de los dos habitarían nuestras
menores hijas y tampoco acordamos lo relacionado al punto dos y tres del contenido
del citado ordenamiento legal. En lo que respecta al inciso c), de este punto
numero quinto, manifiesto, que si bien es cierto esta autoridad ordeno se fijara
como fecha para escuchar a mis menores hijas el día 17 diecisiete de junio del año
en curso, también es cierto que mis hijas a su edad, aun tiene la capacidad legal
para decidir y elegir con cuál de sus padres quieren habitar o vivir, ya que mi
menor hija la más pequeña aun ni siquiera puede hablar, como entonces hace mención
dentro del considerando quinto que ambas manifestaron en audiencia la cual
supuestamente fueron escuchadas y que se encontraban seguras viviendo al lado de su
madre, ya que estas son palabras que por lógica fueron puestas en boca de mis
menores hijas, manifestación de decidir con cuál de sus padres quería habitar,
siendo que la otra menor por la conciencia de su señora madre, era lógico que
decidiera habitar con la parte actora, manifestando además que también les gustaría
seguir conviviendo con el suscrito, lo cual no se me permite hacer y se me está
privando, no solamente al de la voz, también a mis señores padres al derecho que
teneros de ver y convivir con mis menores hijas Haciendo mención a esta Autoridad
que para el caso que nos ocupa y más aun tratándose mis menores hijas, se debió de
nombrar a un tutor Adscrito a este Juzgado que velara por los intereses de mis
menores hijas, lo cual no aconteció dentro del presente juicio y considero que es
violatorio, no solo de mis garantía sino también de las garantías de mis menores
hijas. Los puntos antes transcritos del acuerdo que antecede y cuya apelación
solicito, son incongruentes e inexactos respecto de las constancias de autos y van
más allá de lo ordenado por la ley, esto en razón dentro del presente juicio, en
ningún momento se llevó acabo la convivencia con mis menores hijas a las cuales no
se me permite ver ni convivir con ellas, además de que lo anterior no es
impedimento para que su Señoría de oficio, vele por los intereses de mis menores
hijas además de que en la Sentencia Declarativa dictada por esta Autoridad dentro
del presente juicio que nos ocupa es declarada en mi perjuicio y me está causando
agravio al no poder ver ni convivir continuamente con mis menores hijas,
dejándoseme en completo estado de indefensión con la citada resolución. En mérito
de lo anterior, pido a su Señoría se sirva declarar procedente este recurso de
Apelación y se ordene la Reposición del procedimiento y se provea lo peticionado
por el suscrito, solicitando si considera conveniente el desahogo de alguna otra
prueba para dilucidar tal cuestión o la de alimentos anexándose al escrito de
cuenta las copias simples de ley de mi escrito de cuenta a fin de que se corra
traslado a mi contraria parte.”
SEGUNDO.- Los motivos de inconformidad expresados por ELIMINADO, no son materia de
análisis en el presente fallo, en razón de que este Tribunal de Alzada advierte que el apelante, en su
escrito de expresión de agravios, entre otras cuestiones pretende que se regulen de oficio las visitas de
éste con sus hijas, por tanto, al abordar ese tema se tocan cuestiones relativas a los derechos de
convivencia de sus hijas y ello hace necesario suplir la deficiencia de los planteamientos de derecho de
éstas a fin de atender y respetar el interés superior de las infantes, siendo necesario reponer el
procedimiento en los términos que se precisan y atento a las siguientes consideraciones.
Al efecto, se tiene que la sentencia apelada el juez determinó que la actora ELIMINADO, probó en
parte su acción de alimentos y que el demandado ELIMINADO, opuso excepciones y defensas; en
consecuencia, resolvió que el demandado deberá proporcionar alimentos a sus menores hijas
ELIMINADO, así como a la promovente ELIMINADO, de un 40% de sus ingresos netos y demás
prestaciones ordinarias y extraordinarias en la actividad que desempeñe; igualmente, decretó subsistente
el embargo trabado en autos sobre ingresos del demandado en la empresa ELIMINADO así como los
bienes señalados en la diligencia de emplazamiento, para garantizar los alimentos futuros de los
acreedores alimentistas, además por no haberse acreditado que dicha medida haya dejado de ser
necesaria; por otro lado resolvió que las citadas menores debería permanecer bajo la guarda y custodia
de su madre ELIMINADO, puntualizando que tal decisión no afecta el derecho de convivencia que tienen
con su padre ELIMINADO y por último, lo condenó al pago de costas del juicio.
De manera inicial es menester señalar que con la finalidad de resolver el presente fallo, de
observarse lo previsto en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los Tratados
Internacionales y en la legislación aplicable tanto a nivel federal como local; así, atento al artículo 4° de la
Carta magna que en lo conducente establece: ELIMINADO Por su parte, la Convención Internacional
sobre los Derechos del Niño, en el primer apartado de su artículo 3o., textualmente dispone:
ELIMINADOa Ley sobre los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de San Luis Potosí
dispone: “Artículo 1°. La presente Ley es reglamentaria del artículo 12 de la Constitución Política del
Estado; sus disposiciones son de orden público, interés social, de observancia general para todo el
Estado de San Luis Potosí; tiene por objeto proteger los derechos de niñas, niños y adolescentes. Se
consideran niñas y niños, las personas de hasta doce años de edad; y adolescentes a los mayores
de doce y menores de dieciocho años. Las disposiciones de esta Ley se aplicarán a toda persona
conforme al párrafo anterior; sin distinción alguna por razón de su origen, cultura, sexo, idioma, religión,
ideología, nacionalidad, o cualquier otra condición propia de quienes ejerzan la patria potestad,
representantes legales o personas encargadas de su guarda o tutela. Artículo 8°. La madre y el padre
son responsables del desarrollo integral de sus hijos; para tal efecto deberán proporcionar lo necesario
para su subsistencia, salud, educación y los elementos que favorezcan su incorporación al medio social;
también asegurarán el respeto y la aplicación eficaz de los derechos establecidos en esta Ley y les
protegerán contra toda forma de maltrato. Los otros miembros de la familia tendrán las mismas
obligaciones en los términos de las demás disposiciones legales aplicables. Artículo 9°. “La madre y el
padre tendrán, en relación con los hijos, autoridad y consideraciones iguales. El hecho de que los padres
no vivan en el mismo lugar, no es excusa para que no cumplan con las obligaciones que les impone esta
Ley y todos aquellos ordenamientos que protejan los derechos de las niñas, niños y adolescentes; salvo
que la autoridad judicial disponga lo contrario…”.
Pues bien, como se adelantó, en la especie debe suplirse la deficiencia del derecho en favor
de las menores hijas de los contendientes, tomando en consideración que la sentencia definitiva resolvió
en favor de la actora, la guarda y custodia de las menores hijas de los contendientes, por ende, ello hace
estrictamente necesario pronunciarse sobre la regulación de visitas de las mismas con el demandado
como padre no custodio, habida cuenta que ante la existencia de situaciones en donde los desacuerdos
personales hacen imposible la convivencia entre los padres, el Estado se encuentra obligado a encontrar
mecanismos que garanticen el derecho de los menores de edad a mantener relaciones personales y de
trato directo con cada uno de sus padres de forma regular, asegurando así la continuación de la
convivencia familiar.
Por tanto, el legislador, teniendo en consideración lo anterior, ha establecido diversas
instituciones jurídicas tendientes a salvaguardar el derecho-deber de los progenitores a participar
activamente en la crianza y educación de sus hijos menores de edad y, particularmente, asegurar la
convivencia regular del menor con ambos progenitores en contextos de crisis intrafamiliar.
Dentro de estas instituciones se encuentran la fijación de la guarda y custodia a cargo de
uno de los padres y, paralelamente, el derecho de visitas o régimen de convivencia a favor del otro. Estas
figuras son complementarias entre sí y garantizan, bajo estas situaciones extenuantes, el derecho del
menor a vivir en familia y convivir con ambos padres, asegurando así el sano desarrollo de su
personalidad.
En ese contexto, para estar en condiciones de establecer si resulta o no ajustada a derecho
la regulación de visitas de ELIMINADO con sus menores hijas ELIMINADO; en virtud, de que si bien es
cierto, en la sentencia apelada se preservó el derecho de convivencia de ELIMINADO, con las citadas
infantes; sin embargo, el juzgador pronunció sentencia definitiva en los términos en que lo hizo, otorgando
la guarda y custodia de las menores a favor de su madre, pero sin establecer un régimen de convivencia
entre ELIMINADO y su hijas ELIMINADO, pues no obstante lo manifestado por la segunda de las
mencionadas infantes, en la audiencia en que fue escuchada, en cuanto a querer seguir conviviendo con
su padre, no existen otras constancias en autos que permitan establecer o regular dichas convivencias y
con lo anterior se refleja la afectación que surge en perjuicio de las referidas infantes, en razón de que, al
encontrarse inmiscuido de manera directa su interés superior, es factible suplir la deficiencia del derecho
en su favor en términos de lo dispuesto por los artículos 1137 y 1138 del Código de Procedimientos
Civiles del Estado, toda vez que, al discutirse en la controversia de origen su guarda y custodia, el
régimen de convivencia con sus progenitores, como se dijo, van de la mano, y son instituciones paralelas
y complementarias dirigidas a salvaguardar el derecho de los menores de edad a la convivencia familiar
en contextos de crisis intrafamiliar, tal como lo explica la tesis de jurisprudencia localizable en la Décima
Época. Registro: 2004703. Instancia: Primera Sala. Tipo de Tesis: Aislada. Fuente: Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta. Libro XXV, Octubre de 2013, Tomo 2. Materia(s): Constitucional, Civil. Tesis:
1a. CCCVI/2013 (10a.) Página: 1051, del título y contenido siguientes:
“GUARDA Y CUSTODIA DE UN MENOR DE EDAD Y RÉGIMEN DE CONVIVENCIA. SON
INSTITUCIONES PARALELAS Y COMPLEMENTARIAS DIRIGIDAS A SALVAGUARDAR EL DERECHO
DE LOS MENORES DE EDAD A LA CONVIVENCIA FAMILIAR EN CONTEXTOS DE CRISIS
INTRAFAMILIAR. Ante la existencia de situaciones en donde los desacuerdos
personales hacen imposible la convivencia entre los padres, el Estado se
encuentra obligado a encontrar mecanismos que garanticen el derecho de los
menores de edad a mantener relaciones personales y de trato directo con cada
uno de sus padres de forma regular, asegurando así la continuación de la
convivencia familiar. El legislador, teniendo en consideración lo anterior,
ha establecido diversas instituciones jurídicas tendientes a salvaguardar el
derecho-deber de los progenitores a participar activamente en la crianza y
educación de sus hijos menores de edad y, particularmente, asegurar la
convivencia regular del menor con ambos progenitores en contextos de crisis
intrafamiliar. Dentro de estas instituciones se encuentran la fijación de la
guarda y custodia a cargo de uno de los padres y, paralelamente, el derecho
de visitas o régimen de convivencia a favor del otro. Estas figuras son
complementarias entre sí y garantizan, bajo estas situaciones extenuantes, el
derecho del menor a vivir en familia y convivir con ambos padres, asegurando
así el sano desarrollo de su personalidad.
Por ende, resulta incuestionable el respeto a ese interés superior y ante ello, esta Sala
considera que en el caso concreto, necesariamente se involucran de manera directa los intereses de
ELIMINADO, y que por tanto, debe suplirse la deficiencia en su favor, a fin de procurar el respeto a su
interés superior.
Lo anterior se estima así porque en tratándose de cuestiones relacionadas con el derecho
familiar, no se puede actuar con el rigorismo del derecho civil, en virtud de que, el interés superior de los
niños, niñas y adolescentes, es mayor al individual que puedan alegar las partes, determinando por tal
motivo que existe la obligación de suplir la deficiencia de los motivos de inconformidad expresados
cuando se encuentre de por medio, directa o indirectamente, el bienestar de una persona que, por su
corta edad o su incapacidad, así lo requiere, sin que para ello sea determinante la naturaleza de los
derechos familiares que estén en controversia o el carácter de quien o quienes promuevan el juicio, o de
quien haya promovido el presente recurso de apelación, toda vez que el interés jurídico en las
cuestiones que pueden afectar a los infantes no corresponde exclusivamente a las partes materiales
que se disputan sus derechos en el juicio de origen, ya que su voluntad no es suficiente para determinar
la situación de éstos, sino que, por el contrario, es la sociedad en su conjunto la que tiene interés en que
la situación de dichos individuos quede definida para asegurar la protección de su interés superior.
En tal virtud, existe justificación para la intervención oficiosa y obligada de los tribunales, ya
que, se insiste, la sociedad y el Estado están interesados en que, los derechos de los niños, niñas y
adolescentes, así como de los incapaces queden protegidos, aún en el supuesto de no ser partes formal
y materialmente dentro del juicio de origen, si con lo que en él se defina pueden resultar afectados en su
esfera jurídica de derechos fundamentales.
Extremo el anterior que en el asunto que nos ocupa se colma, porque como ya se vio, en el
juicio natural aparecen aspectos relacionados tanto con el bienestar de ELIMINADO, ya que su madre
ELIMINADO, solicitó en la demanda inicial, además de alimentos provisionales y definitivos en favor de
ella y sus hijas, su guarda y custodia definitiva; por lo que los derechos derivados de la convivencia que
respecto a dichas menores tienen con su padre, como se dijo, son instituciones paralelas, lo anterior
como consecuencia de la problemática familiar que ocasionó que la actora ELIMINADO, reclamara
precisamente la guarda y custodia provisional, respecto de sus hijas, sin que se desprenda de los autos
del juicio que las partes establecieran un régimen de convivencia, ni el juez lo hizo, mucho menos se
allegó elementos de juicio a fin de determinar tal punto, en el fallo apelado.
En esa tesitura, la anterior situación obliga a este Tribunal de Alzada a vigilar que se aplique
correctamente el orden jurídico tanto nacional como internacional, porque de ello depende que la
decisión que se tome sea la más adecuada para el infante involucrado a fin de que se le proporcione un
ambiente sano y, en todo caso, libre de violencia familiar que le permita desarrollarse integralmente.
En ese contexto, atendiendo a las características de la infancia, y a los principios que deben
ser observados irrestrictamente en todo proceso de justicia en que estén involucrados niñas, niños o
adolescentes, los tribunales se encuentran obligados a proteger y procurar en todo momento su
beneficio.
Encuentran sustento las anteriores consideraciones, de conformidad con lo dispuesto por el
artículo 217 de la Ley de Amparo, en la Jurisprudencia emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis 106/2004-PS, localizable con el número
1ª./J. 191/2005, en la página ciento sesenta y siete, Tomo XXIII, mayo de 2006 dos mil seis, Novena
época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, cuyo epígrafe y texto enseguida se
transcriben:
“MENORES DE EDAD O INCAPACES. PROCEDE LA SUPLENCIA DE LA QUEJA, EN TODA SU
AMPLITUD, SIN QUE OBSTE LA NATURALEZA DE LOS DERECHOS CUESTIONADOS NI EL CARÁCTER
DEL PROMOVENTE.- La suplencia de la queja es una institución cuya observancia deben
respetar los Jueces y Magistrados Federales; suplencia que debe ser total, es
decir, no se limita a una sola instancia, ni a conceptos de violación y agravios,
pues el alcance de la misma comprende desde el escrito inicial de demanda de
garantías, hasta el período de ejecución de la sentencia en caso de concederse el
amparo. Dicha suplencia opera invariablemente cuando esté de por medio, directa o
indirectamente, la afectación de la esfera jurídica de un menor de edad o de un
incapaz, sin que para ello sea determinante la naturaleza de los derechos
familiares que estén en controversia o el carácter de quien o quienes promuevan el
juicio de amparo o, en su caso, el recurso de revisión, ello atendiendo a la
circunstancia de que el interés jurídico en las controversias susceptibles de
afectar a la familia y en especial a menores e incapaces, no corresponde
exclusivamente a los padres, sino a la sociedad, quien tiene interés en que la
situación de los hijos quede definida para asegurar la protección del interés
superior del menor de edad o del incapaz. Se afirma lo anterior, considerando la
teleología de las normas referidas a la suplencia de la queja, a los criterios
emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como a los compromisos
internacionales suscritos por el Estado mexicano, que buscan proteger en toda su
amplitud los intereses de menores de edad e incapaces, aplicando siempre en su
beneficio la suplencia de la deficiencia de la queja, la que debe operar desde la
demanda (el escrito) hasta la ejecución de sentencia, incluyendo omisiones en la
demanda, insuficiencia de conceptos de violación y de agravios, recabación oficiosa
de pruebas, esto es, en todos los actos que integran el desarrollo del juicio, para
con ello lograr el bienestar del menor de edad o del incapaz.”.
Ahora bien, una vez que han sido precisadas las medidas que debe seguir la autoridad
judicial cuando en un procedimiento judicial a su cargo intervenga un menor a quien le pudiera
perjudicar el procedimiento, debe destacarse lo dispuesto por el artículo 92 del Código Familiar del
Estado, aplicable al presente asunto, que establece en su parte conducente lo siguiente:
“De oficio o a petición de parte interesada, durante todo el procedimiento
la autoridad judicial se allegará los elementos necesarios para ello, debiendo
escuchar a ambos progenitores y a los menores, para evitar conductas de violencia
familiar o cualquier otra circunstancia que amerite la necesidad de la medida,
considerando el interés superior de éstos últimos...” (Lo subrayado es agregado).
Por su parte, los numerales 1137 y 1138 del Código de Procedimientos Civiles del Estado,
conceptúan como de orden público todos los problemas inherentes a la familia y prevén la intervención
oficiosa del Juez Familiar en este tipo de asuntos, especialmente tratándose de menores, alimentos y
violencia familiar, obligando a los jueces y tribunales a suplir la deficiencia de las partes en sus
planteamientos de derecho.
El puntualizado marco legal, nos lleva a concluir por tanto, que el sistema jurídico mexicano
establece diversas prerrogativas de orden personal y social en favor de los niños, lo que se refleja tanto
en la Constitución, como en los tratados internacionales y en las propias leyes federales y locales, de
donde deriva que el interés superior de la infancia exige que en todo momento las políticas, acciones y
toma de decisiones que tengan injerencia con este grupo vulnerable, tendrán que realizarse de tal
manera que se busque su beneficio directo, lo que se insiste, supedita los derechos que las personas
adultas pudieran tener sobre ellos, al deber de atenderlos y cuidarlos, buscando siempre el mayor
beneficio posible, como un imperativo de la comunidad hacia las personas que ejercen la representación
de los infantes.
Al respecto, resulta aplicable el criterio que sobre el particular sostiene la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Novena Época, Tomo XXXIII, Abril de 2011 dos mil once,
página 310, cuyo rubro y contenido son del siguiente tenor:
“INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO. ES UN PRINCIPIO DE RANGO CONSTITUCIONAL IMPLÍCITO EN
LA REGULACIÓN DE LOS DERECHOS DE LOS MENORES PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 4º
CONSTITUCIONAL.- De acuerdo a una interpretación teleológica, el interés superior
del niño es principio de rango constitucional, toda vez que en el dictamen de la
reforma constitucional que dio lugar al actual texto del artículo 4º, se reconoce
expresamente que uno de los objetivos del órgano reformador de la Constitución era
adecuar el marco normativo interno a los compromisos internacionales contraídos por
nuestro país en materia de protección de los derechos del niño. En este sentido, el
interés superior del niño es uno de los principios rectores más importantes del
marco internacional de los derechos del niño. En el ámbito interno, el legislador
ordinario también ha entendido que el interés superior es un principio que está
implícito en la regulación constitucional de los derechos del niño, ya que es
reconocido expresamente en la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas,
Niños y Adolescentes como un principio rector de los derechos del niño.”.
Igualmente, se precisa que el derecho a las visitas y convivencias de los padres con sus
hijos, como derecho fundamental, el cual se encuentra contemplado en el artículo 9.3 de la Convención
sobre los Derechos del Niño e implícitamente en el artículo 4o. Constitucional, está vinculado
directamente con el interés superior del infante y constituye un tema que, evidentemente causa una
afectación en los niños, niñas y adolescentes, aspecto que además resulta de suma trascendencia,
pues es evidente que cuando existe la separación del niño de alguno de los padres, como ocurre en los
casos en los que sólo uno de ellos detenta su guarda y custodia, lo que en el caso concreto acontece,
en que a través de la sentencia definitiva pronunciada en el juicio natural, se decretó tal derecho a favor
de la promovente ELIMINADO, por lo cual debe prevalecer siempre el interés superior de las infantes
afectas a la causa, lo que significa que deben tomarse las medidas necesarias que les permitan un
adecuado y sano desarrollo emocional, el cual sólo puede lograrse si se mantienen los lazos afectivos
con el padre no custodio.
Por tanto, a criterio de esta Autoridad, el A quo, previo al dictado de la sentencia y acorde al
marco legal que ha quedado precisado en párrafos precedentes, debió advertir que no fueron
debidamente garantizados los derechos ELIMINADO, y que por tanto, no estaban dadas las condiciones
necesarias para emitir la decisión en los términos en que lo hizo, esto es, únicamente preservando el
derecho de convivencia de dichas menores con su padre, demandado en el juicio natural, ELIMINADO y
ante ello, debió ordenar la reposición del procedimiento, a fin de que se subsanaran las deficiencias en
pro de respetar el principio del interés superior de las mismas.
Pertinente resulta señalar, que el juzgador se encuentra facultado, si así lo estima
conveniente, para recabar información y por tanto, debe proveer de oficio el desahogo de pruebas
periciales en materia de psicología y de trabajo social respecto a los progenitores y los ascendientes
que demandan la convivencia, y destacadamente la que tenga en cuenta el sentir del menor, para tener
un panorama objetivo y establecer con mayores elementos, qué es lo más benéfico para éste, a fin de
que no quede en un estado vulnerable. deberá tener en consideración diversos elementos tales como la
edad, necesidades y costumbres de los menores de edad involucrados; el tipo de relación que
mantienen con el padre no custodio; los orígenes del conflicto familiar; la disponibilidad y personalidad
del padre no custodio; la distancia geográfica entre la residencia habitual de los menores de edad y la
del padre no custodio; y, en general, cualquier otro factor que permita al juzgador discernir qué régimen
de convivencia sería más benéfico para los menores de edad involucrados.
Así las cosas, tomando como base los anteriores elementos, el juez de lo familiar deberá
establecer las circunstancias de tiempo, modo y lugar que considere más adecuadas para el ejercicio
del derecho de visitas, velando siempre por el bienestar de las menores de edad en cuestión.
Dichas circunstancias conformarán propiamente el contenido del régimen de convivencia o
derecho de visitas. En este sentido, el juzgador podrá establecer que la convivencia entre los menores
de edad y el progenitor no custodio tenga lugar en fines de semana, días entre semana, días de fiesta,
vacaciones o días de importancia para el progenitor no custodio; que se desarrollen en la residencia del
padre no custodio, del padre custodio, en un lugar distinto a los anteriores, mediante conversaciones
telefónicas o por correo electrónico; determinar la necesidad de que esté presente una tercera persona;
y cualquier otra modalidad que el juzgador considere pertinente de acuerdo a las circunstancias del
caso concreto y a las necesidades del menor.
Por otra parte, si del análisis de dichas constancias el juzgador advierte la existencia de
situaciones extraordinarias en las que la convivencia con alguno de los progenitores sea más perjudicial
que beneficiosa para el menor, podrá privar al progenitor en cuestión del derecho de convivencia
mediante una resolución en la que exponga los hechos que indubitablemente demuestren la nocividad
de la relación paterno-filial.
Sirve de apoyo a lo antes expuesto, la tesis de jurisprudencia consultable en la Décima Época.
Registro: 2004774. Instancia: Primera Sala. Tipo de Tesis: Aislada. Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta. Libro XXV, Octubre de 2013, Tomo 2. Materia(s): Constitucional, Civil. Tesis:
1a. CCCVIII/2013 (10a.). Página: 1063.
“RÉGIMEN DE CONVIVENCIA O DERECHO DE VISITAS. ELEMENTOS A LOS QUE HA DE ATENDER EL
JUEZ DE LO FAMILIAR AL MOMENTO DE MOTIVAR SU DECISIÓN.- Al momento de determinar el
contenido del régimen de convivencia, el juez de lo familiar deberá tener en
consideración diversos elementos tales como la edad, necesidades y costumbres de
los menores de edad involucrados; el tipo de relación que mantienen con el padre no
custodio; los orígenes del conflicto familiar; la disponibilidad y personalidad del
padre no custodio; la distancia geográfica entre la residencia habitual de los
menores de edad y la del padre no custodio; y, en general, cualquier otro factor
que permita al juzgador discernir qué régimen de convivencia sería más benéfico
para los menores de edad involucrados. Así las cosas, tomando como base los
anteriores elementos, el juez de lo familiar deberá establecer las circunstancias
de tiempo, modo y lugar que considere más adecuadas para el ejercicio del derecho
de visitas, velando siempre por el bienestar del menor de edad en cuestión. Dichas
circunstancias conformarán propiamente el contenido del régimen de convivencia o
derecho de visitas. En este sentido, el juzgador podrá establecer que la
convivencia entre los menores de edad y el progenitor no custodio tenga lugar en
fines de semana, días entre semana, días de fiesta, vacaciones o días de
importancia para el progenitor no custodio; que se desarrollen en la residencia del
padre no custodio, del padre custodio, en un lugar distinto a los anteriores,
mediante conversaciones telefónicas o por correo electrónico; determinar la
necesidad de que esté presente una tercera persona; y cualquier otra modalidad que
el juzgador considere pertinente de acuerdo a las circunstancias del caso concreto
y a las necesidades del menor. Por otra parte, si del análisis de dichas
constancias el juzgador advierte la existencia de situaciones extraordinarias en
las que la convivencia con alguno de los progenitores sea más perjudicial que
beneficiosa para el menor, podrá privar al progenitor en cuestión del derecho de
convivencia mediante una resolución en la que exponga los hechos que
indubitablemente demuestren la nocividad de la relación paterno-filial”.
Debe concluirse por tanto, que el juez natural estaba obligado a allegarse, incluso de manera
oficiosa, todos los elementos necesarios para estar en aptitud de resolver lo concerniente a la,
regulación de visitas respecto de las menores hijas de los contendientes, con su padre ELIMINADO.
Así se estima, porque como ya se dijo, en materia familiar existe la suplencia, y si bien dicha
suplencia sólo abarca las deficiencias que presentarán los planteamientos de derecho, mas no las
irregularidades cometidas dentro del procedimiento, como en el caso sería la insuficiencia de medios de
convicción; también lo es, que los artículos 270 y 271 del Código de Procedimientos Civiles, que por su
orden literalmente se transcriben: “ARTÍCULO 270.- Para conocer la verdad sobre los puntos
controvertidos puede el juzgador valerse de cualquier persona, sea parte o tercero,
y de cualquier cosa o documento, ya sea que pertenezca a las partes o a un tercero;
sin más limitación que la de que las pruebas no estén prohibidas por la Ley ni sean
contrarias a la moral.” yELIMINADO“ARTÍCULO 271.- Los tribunales podrán decretar en
todo tiempo, sea cual fuere la naturaleza del negocio, la práctica o ampliación de
cualquier diligencia probatoria, siempre que sea conducente para el conocimiento de
la verdad sobre los puntos cuestionados. En la práctica de estas diligencias, el
juez obrará como estime procedente para obtener el mejor resultado de ellas, sin
lesionar el derecho de las partes oyéndolas y procurando en todo su igualdad.”, así
como el preinvocado artículo 92 del Código Familiar, facultan al juzgador para valerse de cualquier
persona, sea parte o tercero y de cualquier cosa o documento, siempre que sea conducente para el
conocimiento de la verdad sobre los puntos cuestionados y resolver de manera acertada el fondo del
asunto, así como para decretar en todo tiempo, sea cual fuere la naturaleza del negocio, la práctica o
ampliación de cualquier diligencia probatoria, sin más limitación que no se contraríe la moral ni el
derecho y, que además se escuche a las partes procurando en todo su igualdad; por lo que atendiendo
a esta prerrogativa consagrada en las normas en cita, más aún en asuntos como el que nos ocupa, en
los cuales está de por medio el interés preponderante de los niños, el juez del conocimiento debió
allegarse de oficio los medios de prueba idóneos para mejor proveer, pues de los datos que se aporten
por éstos, ineludiblemente, provocará el dictado de una sentencia acorde a las necesidades de las
infantes.
De ahí que si en el juicio de origen, no se atendió a los preceptos de mérito, se considera
que no se tenían las condiciones plenas para decidir correctamente lo relativo a la convivencia y
regulación de visitas ejercidas por sus padres y sus consecuencias respecto de sus hijas, máxime que
las pruebas que fueron aportadas al sumario, únicamente se encontraban dirigidas a la demostración de
la existencia del vínculo matrimonial y del nacimiento de las infantes, mas no a evidenciar lo más
benéfico para éstas, por lo que es inconcuso que para decidir recta y justamente lo relativo al punto
analizado, el a quo debió recabar los elementos necesarios para juzgar correctamente, es decir, debió
ordenar la práctica de las pruebas que estimara pertinentes para allegarse de los elementos necesarios
con los que pudiera conocer los extremos en comento, a fin de estar en posibilidad de resolver lo que en
derecho correspondiera, dado que la falta de cumplimiento de las disposiciones citadas produjeron en el
juicio una violación de fondo que derivó en un estado de indefensión respecto a los derechos e intereses
de las referidas infantes, porque no se atendió, durante la secuela procesal, a ese interés superior, ni la
práctica o ampliación de cualquier diligencia probatoria que estimara necesaria y conducente para el
conocimiento de la verdad, relativa a su bienestar, respecto a las visitas de las menores con su padre.
En las relatadas consideraciones y toda vez que el juez de la causa emitió su sentencia sin
suplir la deficiencia en los planteamientos de derecho, no a favor de las partes contendientes, sino de
las infantes ELIMINADO y sin resolver con perspectiva de la infancia, acorde al anotado marco legal, es
decir, como lo impone la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Convención de los
Derechos del Niño, la Ley General de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, Ley de los
Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de San Luis Potosí, en relación con lo previsto en
los artículos 1137 y 1138 del Código de Procedimientos Civiles del Estado; es por lo que este Tribunal
de Alzada considera que no estaba en condiciones de únicamente dejar preservado el derecho de
convivencia de las menores con el progenitor no custodio, lo cual tiene como consecuencia lógica
jurídica, que se haga necesaria la reposición del procedimiento con el objeto de que subsane la indicada
omisión y defina en forma razonada lo relativo a la regulación de visitas las citadas menores con su
padre,ELIMINADOtoda vez que no se han dado las condiciones idóneas para ponerse de acuerdo
ambos progenitores, así como las consecuencias jurídicas que trae consigo la procedencia de tal
convivencia, atendiendo siempre y de manera preferente el interés superior de las infantes, con el fin de
asegurarle un desarrollo pleno e integral, en acatamiento a las disposiciones legales invocadas en este
fallo.
Resulta aplicable a lo antes considerado, por las razones que la informan, atento a lo
dispuesto por el artículo 192 de la Ley de Amparo, la Jurisprudencia emitida por la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Novena Época, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial
de la Federación, Tomo X, Noviembre de 1999, visible en la página 336, que textualmente establece:
“PROCEDIMIENTO, REPOSICIÓN DEL. SÓLO CUANDO LA VIOLACIÓN TRASCIENDA AL RESULTADO
DE LA SENTENCIA DEFINITIVA ES PROCEDENTE.- Es cierto que conforme al artículo 91,
fracción IV, de la Ley de Amparo, si en la revisión de una sentencia definitiva
apareciere una violación a las reglas fundamentales que norman el procedimiento en
el juicio de amparo, o bien, que se incurrió en alguna omisión que hubiere dejado
sin defensa al recurrente o pudiera influir en la sentencia que deba dictarse en
definitiva, se deberá ordenar la reposición del procedimiento; sin embargo, tal
disposición debe interpretarse en el sentido de que la reposición únicamente cabe
decretarla cuando la violación relativa efectivamente trascienda al resultado de la
sentencia definitiva y cause perjuicio a la parte recurrente, pues de lo contrario,
se llegaría al extremo de retardar el trámite y solución de los juicios de amparo
sin ningún resultado práctico.”.
Consecuentemente, en observancia del interés superior de ELIMINADO, con apoyo en las
anteriores consideraciones y con fundamento en lo dispuesto por el artículo 964 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado, lo procedente es, como al efecto se hace, REVOCAR y dejar
insubsistente la sentencia apelada y se ordena la reposición del procedimiento para los siguientes
efectos:
Para que el juez del conocimiento recabe información pormenorizada de cuáles son las
actividades escolares, sociales, recreativas y deportivas de la menor ELIMINADO, toda vez que
conforme a su partida de nacimiento visible a fojas 7 de los autos de origen, se desprende que
en la actualidad cuenta con 11 años, 4 meses, así como, si la menor ELIMINADO, quien según el
certificado de su nacimiento que obra a fojas 8 del expediente, cuenta con 1 un año 7 meses,
asiste o no a guardería, en caso afirmativo, el horario en que asiste, igualmente, si en su caso
aplica, actividades en relación a la salud de sus padres ELIMINADO y ELIMINADO.
En virtud de ello, deberá requerirse a ELIMINADO para que corrobore al juzgado del
conocimiento, bajo protesta de decir verdad, cual es el horario en que asiste a su centro laboral,
y cuantos días a la semana, así como la ubicación del mismo; para estar en aptitud de que el
juzgado solicite información en relación con sus periodos vacacionales y horario de labores.
De igual forma, tomando en cuenta que las citadas menores están bajo la custodia de su
madre, se requerirá a ELIMINADO para que realice un informe detallado, en el cual comunique al
juzgado de primera instancia, lo siguiente: 1.- El domicilio personal en el cual habita con sus
menores hijas. 2.- El medio de transporte que utiliza para trasladar a las menores. 3.- Si su hija
ELIMINADO, tiene actividades escolares y/o extra escolares por las tardes los fines de semana, y
en caso afirmativo informe en qué consisten y qué horarios requiere para llevarlos a cabo; 4.- De
igual manera informe, si la citada menor ELIMINADO tiene alguna actividad deportiva a la que
asista con regularidad, y en caso afirmativo en qué horario y a qué lugar asiste, y cuáles son las
actividades sociales que comúnmente desarrolla. 5.- Si la menor ELIMINADO asiste a guardería,
y en ese caso, en qué horario.
También, se considera la necesidad de instruir a una Trabajadora Social Adscrita al
juzgado, para que visite el domicilio de la menores y su madre, y realice un estudio de campo,
con el fin de conocer en la actualidad como es el entorno en el cual la menor se desarrolla y
además, escuchar lo que expresen los miembros de la familia. Y de igual forma, en el domicilio
de ELIMINADO, con el fin de informar cuantas personas viven en el domicilio de cada una de las
partes, si tienen relación con las menores, y describan cómo es la comunicación entre todos los
miembros de su familia. Así como el entorno en el cual se desenvuelven las partes. Lo anterior al
ser un derecho de las menores el de convivir con ambos progenitores y con los miembros de su
familia, en un ambiente y entorno sano, en todo caso, libre de violencia.
Lo anterior a fin de que el juzgador pueda establecer que la convivencia entre los menores
de edad y el progenitor no custodio tenga lugar en fines de semana, días entre semana, días de
fiesta, vacaciones o días de importancia para el progenitor no custodio; que se desarrollen en la
residencia del padre no custodio o de la madre custodia, o bien, en un lugar distinto a los
anteriores, mediante conversaciones telefónicas o por correo electrónico; determinar la
necesidad de que esté presente una tercera persona; y cualquier otra modalidad que el juzgador
considere pertinente de acuerdo a las circunstancias del caso concreto y a las necesidades del
menor.
Por otra parte, si del análisis de dichas constancias el juzgador advierte la existencia de
situaciones extraordinarias en las que la convivencia con alguno de los progenitores sea más
perjudicial que beneficiosa para el menor, podrá privar al progenitor en cuestión del derecho de
convivencia mediante una resolución en la que exponga los hechos que indubitablemente
demuestren la nocividad de la relación paterno-filial; por lo que, tal reposición se ordena para
que el juzgador recabe, aun de oficio, además de los anotados, todos aquellos medios de prueba
que estime necesarios para la regulación de visitas en comento, a efecto de que, tomando en
consideración tales probanzas, así como los elementos existentes en autos y demás
particularidades del caso, conforme a su prudente arbitrio, resuelva con plenitud de jurisdicción
lo que en derecho proceda.
Sirve de apoyo a lo anterior, la Jurisprudencia emitida por la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, Décima Época con Registro: 2003069, Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Libro XVIII, Marzo de 2013, Tomo 1, Materia(s): Constitucional, Tesis: 1a./J.
30/2013 (10a.), Página: 401, con el rubro y texto siguientes:
“INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. PARA PRESERVARLO, EL JUZGADOR ESTÁ FACULTADO PARA
RECABAR Y DESAHOGAR DE OFICIO LAS PRUEBAS QUE CONSIDERE NECESARIAS.- Con
independencia de que la admisión de las pruebas ofrecidas por las partes en el
juicio es uno de los aspectos procesales más relevantes y que con mayor cuidado
debe observar el juzgador, tratándose de los procedimientos que directa o
indirectamente trascienden a los menores y a fin de velar por su interés superior,
previsto en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la
Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley para la Protección de los
Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, el juez está facultado para recabar y
desahogar de oficio las pruebas necesarias para preservar dicho interés,
practicando las diligencias que considere oportunas y conducentes para el
conocimiento de la verdad respecto de los derechos controvertidos.”
Igualmente, tiene puntual aplicación la tesis de jurisprudencia consultable en Décima Época. Registro:
2004774. Instancia: Primera Sala. Tipo de Tesis: Aislada. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta. Libro XXV, Octubre de 2013, Tomo 2. Materia(s): Constitucional, Civil. Tesis: 1a.
CCCVIII/2013 (10a.). Página: 1063 del título, sinopsis que enseguida se transcriben:
“RÉGIMEN DE CONVIVENCIA O DERECHO DE VISITAS. ELEMENTOS A LOS QUE HA DE ATENDER EL
JUEZ DE LO FAMILIAR AL MOMENTO DE MOTIVAR SU DECISIÓN. Al momento de determinar el
contenido del régimen de convivencia, el juez de lo familiar deberá tener en
consideración diversos elementos tales como la edad, necesidades y costumbres de
los menores de edad involucrados; el tipo de relación que mantienen con el padre no
custodio; los orígenes del conflicto familiar; la disponibilidad y personalidad del
padre no custodio; la distancia geográfica entre la residencia habitual de los
menores de edad y la del padre no custodio; y, en general, cualquier otro factor
que permita al juzgador discernir qué régimen de convivencia sería más benéfico
para los menores de edad involucrados. Así las cosas, tomando como base los
anteriores elementos, el juez de lo familiar deberá establecer las circunstancias
de tiempo, modo y lugar que considere más adecuadas para el ejercicio del derecho
de visitas, velando siempre por el bienestar del menor de edad en cuestión. Dichas
circunstancias conformarán propiamente el contenido del régimen de convivencia o
derecho de visitas. En este sentido, el juzgador podrá establecer que la
convivencia entre los menores de edad y el progenitor no custodio tenga lugar en
fines de semana, días entre semana, días de fiesta, vacaciones o días de
importancia para el progenitor no custodio; que se desarrollen en la residencia del
padre no custodio, del padre custodio, en un lugar distinto a los anteriores,
mediante conversaciones telefónicas o por correo electrónico; determinar la
necesidad de que esté presente una tercera persona; y cualquier otra modalidad que
el juzgador considere pertinente de acuerdo a las circunstancias del caso concreto
y a las necesidades del menor. Por otra parte, si del análisis de dichas
constancias el juzgador advierte la existencia de situaciones extraordinarias en
las que la convivencia con alguno de los progenitores sea más perjudicial que
beneficiosa para el menor, podrá privar al progenitor en cuestión del derecho de
convivencia mediante una resolución en la que exponga los hechos que
indubitablemente demuestren la nocividad de la relación paterno-filial.
Bajo ese contexto, se concluye que los motivos de inconformidad expresados por ELIMINADO, no
fueron materia de análisis en el presente fallo, en razón de que este Tribunal de Alzada advirtió que en
el caso existen cuestiones particularmente vinculadas con el interés superior de las infantes, y que
trasciende a su situación jurídica, lo que origina que deba DEJARSE INSUBSISTENTE LA SENTENCIA
APELADA a fin de reponerse el procedimiento, para que el juez del conocimiento se encuentre en
condiciones de establecer si resulta o no ajustada a derecho la regulación de visitas de las infantes con
su padre ELIMINADO, recabando los elementos de juicio y pruebas conducentes para establecer la
forma y términos en que esta deba llevarse a cabo, en tutela del principio del interés superior de los
niños y atendiendo además a que tienen derecho a convivir con sus padres, a fin de que el juzgador
cuente con elementos suficientes para que se determine o en su caso, suspenda esa medida, lo anterior
en la forma y términos puntualizados con anterioridad y hecho lo anterior pronuncie la sentencia
definitiva como corresponda.
TERCERO.- No se hace especial condena en cuanto al pago de costas en esta segunda
instancia, en virtud de que en el caso concreto no se actualiza la hipótesis contenida en la fracción II del
artículo 135 del Código de Procedimientos Civiles, la cual es del tenor literal siguiente: “Siempre se
hará condenación en costas, pídanlo o no las partes: I. ...II. En contra del que no obtuviere
sentencia favorable en segunda instancia. En este caso, la condenación comprenderá las costas
de ambas instancias.”; dada la decisión tomada por este tribunal de alzada de revocar la sentencia
combatida y ordenar la reposición del procedimiento.
CUARTO.- No obstante de que en el auto de radicación de esta Sala, se ordenó hacer del
conocimiento de los litigantes su derecho para manifestar su conformidad o inconformidad para que sus
datos personales señalados en el artículo 3º fracción XV de la Ley de Transparencia y Acceso a la
Información Pública del Estado, se incluyan en la publicación que se haga del presente fallo, sin que al
respecto hubieren hecho manifestación alguna; en el caso, no resulta factible ordenar tal publicación, en
razón de haberse revocado y dejado sin efecto la sentencia definitiva impugnada, originando ello que no
se haya puesto fin al asunto en lo principal y no constituir por ende, una resolución ejecutoriada que
amerite su publicación en los términos del artículo 23 fracción II de la invocada Ley de la Materia.
Por lo anteriormente expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.- Los motivos de inconformidad expresados por ELIMINADO, no fueron materia de
análisis en el presente fallo, en razón de que este Tribunal de Alzada advirtió que en el caso existen
cuestiones particularmente vinculadas con el interés superior de las infantes, por ende, se suplió la
deficiencia en favor de las mismas.
SEGUNDO.- En consecuencia, se deja insubsistente la sentencia definitiva con fecha 23
veintitrés de Septiembre de 2015 dos mil quince, por el Juez Primero de lo Familiar en el Estado,
dentro del expediente número 450/2015, relativo a la CONTROVERSIA FAMILIAR POR PENSION
ALIMENTICIA, GUARDA Y CUSTODIA, promovido por ELIMINADO, en contra de ELIMINADO; y, se
ordena la reposición del procedimiento, para los efectos precisados en la parte final del considerando
segundo de este fallo y hecho lo anterior, pronuncie la sentencia definitiva como corresponda.
TERCERO.- No ha lugar a decretar especial condena al pago de costas en esta segunda
instancia.
CUARTO.- No se ordena la publicación de la presente sentencia, al haberse revocado y
dejado sin efecto el fallo de primera instancia, ordenándose la reposición del procedimiento, originando
con ello, que no se haya puesto fin al asunto en lo principal y no constituir por ende, una resolución
ejecutoriada que amerite su publicación..
QUINTO.- Con copia certificada de la presente resolución, devuélvase el expediente al juez
del conocimiento para los efectos legales consiguientes, y en su oportunidad archívese el toca como
asunto concluido.
SEXTO.- Notifíquese personalmente comuníquese y cúmplase.
A S Í, por unanimidad de votos lo resolvieron y firman los Señores Magistrados que integran
la Cuarta Sala del H. Supremo Tribunal de Justicia en el Estado, Licenciados, ELIMINADO, siendo
ponente la segunda de los nombrados, quienes actúan con Secretaria de Acuerdos que autoriza,
Licenciada ELIMINADO