ElTitanic · plomarse un puente por el que pasan. La ... Titanic,asícomolafaltadelucesdesendas...

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EL SUPLEMENTO CULTURAL DE LOS SÁBADOS LaOpinión DE MÁLAGA SÁBADO, 24 DE MARZO DE 2012 58 DE MÁLAGA Arno Schmidt Debolsillo publica en un único volumen la trilogía bélica del escritor alemán Narrativa El centenario del hundimiento del Tita- nic, el próximo de abril, bien podía dar lugar a libros que, en lo esencial, repitieran lo contado una y mil veces sobre el gran tra- satlántico británico, hundido tras chocar con un iceberg camino de Nueva York. No es el caso de las dos obras que nos ocupan y que complementan lo que el lector medio ya conoce sobre la tragedia. En El puente de San Luis Rey, la novela de Thornton Wilder, el escritor norteamerica- no narra las vidas de unos desconocidos del Perú colonial que pierden la vida al des- plomarse un puente por el que pasan. La misma idea es la que práctica el americano Hugh Brewster para escribir Titanic. El nal de unas vidas doradas , que ahora publica Lu- men, pues el naufragio es sólo el telón de fon- do para contar, con apabullante minuciosi- dad, la vida de los principales pasajeros. No hay que olvidar que, al tratarse del viaje in- augural, numerosas personalidades de los dos continentes, especialmente de Gran Bretaña y Estados Unidos, subieron a este barco publicitado como «insumergible». Brewster nos lleva de la mano por los lu- josos pasillos, salones y camarotes, sin ol- vidar a la tripulación. Al n y al cabo, el Ti- tanic escenica muy bien el nal de la edad dorada eduardiana, ese mundo clasista evocado desde el punto de vista centroeu- ropeo por Stefan Zweig en sus memorias y que acabaría para siempre con el estallido de la I Guerra Mundial, verdadero co- mienzo del siglo XX. Ya lo dijo una de las pasajeras supervi- vientes, lady Du Gordon, una modista bri- tánica de fama internacional, el Titanic era «un pequeño mundo dedicado al placer». La propia lady Du Gordon, de nombre co- mercial Lucile, acudía a Nueva York acom- pañada por su marido, sir Cosmo Du Gor- don, para extender su imperio de la moda después de tener la osadía de triunfar en Pa- rís. Pero para hablar de imperios y fortunas, la que disfrutaba la pareja formada por John Jacob Astor IV y su joven esposa, años menor que él, Madeleine Astor, una unión que provocó enorme escándalo en la socie- dad neoyorquina, pues, para estos casos, lo normal es que se llevaran con discreción y alejadas del matrimonio. Fue lo que hizo Ben Guggenheim –padre de la famosa coleccio- nista de arte Peggy Guggenheim– que viajó al Titanic acompañado de su amante fran- cesa, que al contrario que el magnate, salvó la vida junto a su criada, de hecho, miembros de la familia Guggenheim se ocuparon de buscarle alojamiento en Nueva York y un pa- saje de vuelta. Precisamente, fue una aman- te, la del banquero J. P. Morgan, la causante de que el famoso multimillonario no toma- ra el Titanic y permaneciera unos días en un balneario del sur de Francia. En este fascinante caleodoscopio social no faltan un campeón americano de tenis, el constructor del Titanic, dueños de vías fé- rreas ni un seminarista jesuita irlandés que fotografía todo el barco antes de bajarse en Queenstown, Irlanda. También está a bor- do Archie Butt, asesor del presidente esta- dounidense Taft y amigo íntimo del anterior, Teddy Roosevelt, y por supuesto el omni- presente Frank Millet, un personaje de peso en la obra, que acudía a su país natal para ul- timar detalles sobre el famoso monumen- to a Lincoln en Washington. Vidas truncadas y narradas con el acier- to de no atiborrar de datos y nombres al lec- tor. Los capítulos van desgranándose hora tras hora desde que el trasatlántico recoge a buena parte de los pasajeros en Cher- burgo hasta que el buque británico Car- pathia recoge a los supervivientes (murieron cerca de . personas). La Edad Dorada, un término acuñado por Mark Twain y título de su primera novela, es una sátira contra la avaricia y la corrup- ción tras la Guerra de Secesión. La avaricia y el lujo desmedido, personicado en estos personajes de la edad dorada, se fueron a pique con toda una época. El punto de vista de Conrad Un análisis cargado de ironía y saber litera- rio es el que nos regala Joseph Conrad en dos artículos publicados al poco tiempo so- bre la tragedia en la English Review. La edi- torial Gadir los rescata en una bonita edi- ción acompañada de planos y fotografías del buque con el título de El Titanic. Un viejo lobo de mar como el escritor po- laco-británico, habituado a unas condicio- nes de navegación muy sobrias, no podía sino mirar con estupefacción y causticidad el lujo derrochado en el Titanic. En los dos artículos critica con dureza el papanatismo de la prensa, que hizo creer al mundo que nacía un barco incapaz de hundirse; la ig- norancia de los constructores, que no lle- garon a compartimentar del todo el casco del Titanic, así como la falta de luces de sendas comisiones de investigación americana y bri- tánica, que impidieron que todo el peso de la ley cayera sobre la naviera. El autor de El negro del Narcissus repasa naufragios en alta mar y saca conclusiones obvias de los erro- res garrafales de este «Ritz de los mares» que chocó contra un iceberg. Un buque que, como bien recuerda, fue «enviado a la mar con una población elegida al azar, sin botes sucientes, sin marineros sucientes (pero con un café parisino y cuatrocientos diablos de camareros) para enfrentarse al peligro que, digan lo que digan los ingenieros, ace- cha siempre entre las olas; enviado alegre- mente, por una fe ciega en los materiales, al más miserable, al más necio desastre». POR ALFONSO VÁZQUEZ El Titanic sale a ote Dos libros abordan puntos de vista originales sobre la conocida tragedia del hundimiento del Titanic, del que se conmemoran cien años en abril. Por un lado, el trabajo de Hugh Brewster en Lumen sobre la vida de los pasajeros del famoso barco y por otro dos artículos de Joseph Conrad analizando la tragedia, que publica la editorial Gadir El Titanic. HUGH BREWSTER Titanic. El final de unas vidas doradas Traducción de Guillermo Sans Mora LUMEN. 21, 90 € JOSEPH CONRAD El Titanic Traducción de Carlos García Simón GADIR. 11 €

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ELSUPLEMENTOCULTURALDELOSSÁBADOS

LaOpinión DEMÁLAGASÁBADO, 24 DEMARZO DE 201258

DEMÁLAGA

Arno SchmidtDebolsillo publica en un únicovolumen la trilogía bélica del

escritor alemán

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Narrativa

El centenario del hundimiento del Tita-nic, el próximo !" de abril, bien podía darlugar a librosque, en lo esencial, repitieranlocontadounaymilvecessobreelgrantra-satlántico británico, hundido tras chocarcon un iceberg camino de Nueva York. Noes el caso de las dos obras que nos ocupanyquecomplementanloqueel lectormedioya conoce sobre la tragedia.

EnElpuentedeSanLuisRey, lanoveladeThorntonWilder, el escritornorteamerica-nonarra lasvidasdeunosdesconocidosdelPerú colonial que pierden la vida al des-plomarse un puente por el que pasan. Lamisma ideaes laqueprácticael americanoHughBrewsterparaescribirTitanic.El!naldeunasvidasdoradas,queahorapublicaLu-men,pueselnaufragioessóloel telóndefon-doparacontar, conapabullanteminuciosi-dad, lavidade losprincipalespasajeros.Nohayqueolvidarque, al tratarsedel viaje in-

augural, numerosas personalidades de losdos continentes, especialmente de GranBretaña y Estados Unidos, subieron a estebarco publicitado como «insumergible».

Brewsternos llevade lamanopor los lu-josos pasillos, salones y camarotes, sin ol-vidar a la tripulación.Al#nyal cabo, el Ti-tanicesceni#camuybienel#nalde laedaddorada eduardiana, ese mundo clasistaevocadodesde el puntode vista centroeu-ropeopor StefanZweig en susmemorias yque acabaría para siempre conel estallidode la I Guerra Mundial, verdadero co-mienzo del siglo XX.

Ya lo dijo una de las pasajeras supervi-vientes, ladyDu$Gordon,unamodistabri-tánica de fama internacional, el Titanic era«unpequeñomundodedicadoalplacer».Lapropia lady Du$ Gordon, de nombre co-mercial Lucile, acudía aNuevaYork acom-pañadaporsumarido, sirCosmoDu$Gor-don, para extender su imperio de la modadespuésdetener laosadíadetriunfarenPa-rís.Peroparahablarde imperiosy fortunas,la que disfrutaba la pareja formada porJohnJacobAstorIVysujovenesposa,%&años

menor que él, Madeleine Astor, una uniónqueprovocóenormeescándaloen lasocie-dadneoyorquina,pues,paraestoscasos, lonormal es que se llevaran con discreción yalejadasdelmatrimonio.FueloquehizoBenGuggenheim–padrede la famosacoleccio-nistadeartePeggyGuggenheim–queviajóal Titanic acompañado de su amante fran-cesa,queal contrarioqueelmagnate, salvólavidajuntoasucriada,dehecho,miembrosde la familia Guggenheim se ocuparon debuscarlealojamientoenNuevaYorkyunpa-sajedevuelta.Precisamente, fueunaaman-te, ladelbanquero J. P.Morgan, la causantedequeel famosomultimillonariono toma-raelTitanicypermanecieraunosdíasenunbalneario del sur de Francia.

Eneste fascinantecaleodoscopiosocialnofaltan un campeón americano de tenis, elconstructor del Titanic, dueños de vías fé-rreasniunseminarista jesuita irlandésquefotografía todoel barcoantesdebajarse enQueenstown, Irlanda. También está a bor-do Archie Butt, asesor del presidente esta-dounidenseTaftyamigo íntimodelanterior,Teddy Roosevelt, y por supuesto el omni-presenteFrankMillet,unpersonajedepesoenlaobra,queacudíaasupaísnatalparaul-timar detalles sobre el famosomonumen-to a Lincoln enWashington.

Vidas truncadas ynarradas conel acier-todenoatiborrardedatosynombresal lec-tor. Los capítulos vandesgranándosehoratras horadesdeque el trasatlántico recogea buena parte de los pasajeros en Cher-burgo hasta que el buque británico Car-pathia recoge a los '&& supervivientes(murieron cerca de !."&& personas). LaEdad Dorada, un término acuñado porMark Twain y título de su primera novela,es una sátira contra la avaricia y la corrup-ción tras laGuerradeSecesión. Laavariciay el lujodesmedido,personi#cadoenestospersonajes de la edad dorada, se fueron apique con toda una época.

El puntodevistadeConradUnanálisis cargadode ironíaysaber litera-rio es el que nos regala Joseph Conrad endosartículospublicadosalpocotiemposo-bre la tragedia en laEnglishReview. La edi-torial Gadir los rescata en una bonita edi-ción acompañada de planos y fotografíasdel buqueconel títulodeElTitanic.

Unviejo lobodemarcomoelescritorpo-laco-británico,habituadoaunascondicio-nes de navegación muy sobrias, no podíasinomirar conestupefacciónycausticidadel lujo derrochado en el Titanic. En los dosartículoscriticacondurezaelpapanatismode la prensa, que hizo creer al mundo quenacía un barco incapaz de hundirse; la ig-norancia de los constructores, que no lle-garonacompartimentardel todoelcascodelTitanic, así como la faltade lucesdesendascomisionesdeinvestigaciónamericanaybri-tánica, que impidieronque todoel pesodela ley cayera sobre la naviera. El autor deElnegrodelNarcissus repasanaufragiosenaltamary sacaconclusionesobviasde loserro-resgarrafalesdeeste«Ritzde losmares»quechocó contra un iceberg. Un buque que,comobien recuerda, fue «enviado a lamarconunapoblaciónelegidaalazar, sinbotessu#cientes, sinmarineros su#cientes (peroconuncaféparisinoycuatrocientosdiablosde camareros) para enfrentarse al peligroque,digan loquedigan los ingenieros, ace-cha siempre entre las olas; enviado alegre-mente,poruna feciegaen losmateriales, almásmiserable, almás necio desastre».

PORALFONSOVÁZQUEZ

ElTitanicsalea#ote

Dos librosabordanpuntosdevistaoriginales sobre laconocida tragediadelhundimientodelTitanic, del que seconmemorancienañosenabril. Porun lado, el trabajodeHughBrewster enLumensobre la vidade lospasajerosdelfamosobarcoyporotrodosartículosde JosephConradanalizando la tragedia, quepublica la editorialGadir

El Titanic.

HUGHBREWSTERTitanic. El final de unas vidas doradasTraducción de Guillermo Sans Mora

LUMEN. 21, 90!

JOSEPHCONRADEl TitanicTraducción de Carlos García Simón

GADIR. 11!!

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Solapas

F. SCOTT FITZGERALDEl Crack-UpCAPITÁN SWING. 19 !

Publicado en 1945, El Crack-Up es una colección de ensayos, cartas inéditasy apuntes de F. Scott Fitzgerald compilada y editada por Edmund Wilson pocodespués de su muerte. Incluye también valoraciones favorables de su obra acargo de celebridades como Glenway Wescott, John Dos Passos o John PealeBishop. Los ensayos no tuvieron buena acogida en su época, en especial lasconfesiones personales. Sin embargo, el libro nos permite comprender mejorla mente del escritor estadounidense durante el periodo más difícil de su vida.

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LaOpinión DEMÁLAGA LibrosSÁBADO, 24 DEMARZO DE 2012 59

Novela

Re(exionaba Jorge Luis Borges sobrelos géneros en una de sus cinco confe-rencias para la Universidad de Belgranoen !)'*. A propósito del cuento policial,el autor de El Aleph recordaba a Bene-detto Croce, quien negaba en su Estéticaque los géneros existieran, en un esfuer-zo por a#rmar a los individuos. Borgesdefendía su necesidad, pero precisabaque los géneros dependíanmenos de lostextos que del modo en que éstos son le-ídos. Esto viene al caso por los esfuerzosde JuanSardá(!)'+)por trascenderelgé-neroalquesearrimaenTaksim (SumadeLetras, ,&!,), nadamenosque el bastan-te poco prestigiado de la ciencia #cción.Sardá fracasa con este alegato contra laviolencia y nuestro sistema económicoporque quizá no leyera a Borges.

Taksimpretende ser un libro de ciencia#cción, pero al mismo tiempo se percibequeen realidadno lo esni lodesea ser; queautor y obra buscan elevarse sobre esa eti-queta paramostrarse como literatura conmayúsculas. Ese es su primer y principalpecado. Pero Sardá no es Bradbury niVonnegut, por loqueestanovela resultaunejercicio fallido y antipático que se quedaennada. En ese sentido, cualquier viejo li-bro de ciencia#cción pulp esmuchomáshonesto: son lo que parecen, lo que no estan fácil. Aquí nos encontramos con unaoperación literaria cercana a la más pre-tenciosa y elaboradadeRodrigo Fresán ensu no menos estéril El fondo del cielo(Mondadori, ,&&)).

Sardá relata enTaksim la vidadeuna se-rie de personajes que viven en el año

,&*&, hijos del cliché de la III GuerraMundial, en unmundo fruto de un geno-cidio. La llamada Operación Sacri#cioIn#nitohaexterminado la superpoblación,y de paso las naciones han dejado deexistir. En este tiempo, las multinaciona-les han acaparado la realidad y han to-mado el control absoluto del planeta, demodo que Barcelona ya no es Barcelona,sinoCoca-Cola Light BCN,Nueva York esiPad y Argentina –quizá sea el únicomo-mento de verdadera brillantez del libro–es llamadaMovistar.

Vamos, que estamos ante una visiónde-formada y ligeramente exagerada denuestro presente, con ecos obvios a Ro-llerball y muchas otras obras de antici-pación de los setenta. Así, en estemundono existen ciudadanos, sólo accionistas delas corporaciones. La guinda de estasuma de lugares comunes es que los ro-bots se pasean a sus anchas por estas pá-ginas. Los robots de Sardá se saben robots,aunque se comportan como seres hu-manos, y de buena familia. Y le chirría aTaksim esto de los humanoides, la verdad.Parece haber tomado este camino por ra-zones de guardarropía más que por ne-cesario. Y es que ese es el segundo peca-do de novela y autor, que termina pormostrarse tan banal como lo que preten-de denunciar.

POR F.ROMERO/J. L.GARCÍAGÓMEZ

Un fotograma de la película Yo, robot. LA OPINIÓN

ada vez quemuere un escritor de éxito apa-rece unamaleta oculta en el armario o seabre un cajón donde aparece literatura in-édita. Unas veces se trata de borradoresdesechados o de cuadernos demano conideas sobre las que trabajar, y en pocas oca-siones el hallazgo es una novela injusta o

accidentalmente olvidada. Siempre ocurre. Es el síndrome dellibro o los libros perdidos, manuscritos de iniciación o sueltosde literatura que devuelven a su autor a la actualidad, pero loque representan en realidad es la nostalgia de los familiares yla necesidad de ganarse un dinero. En la historia literatura te-nemos los casosmás recientes de un cuaderno de escritos deNabokov que poco aportan a la brillantez del padre de Lolita,y el de los textos variopintos deCortázar entre los que si ha-bía alguna pequeña joya, a pesar de que lamayoría eran des-cartes del autor de Rayuela. Hallazgos que abren un debateacerca de la conveniencia de remover el pasado juvenil o losúltimos años de escritura de los novelistas o poetas que segu-ramente rechazaron voluntariamente la publicación de susprimeros o de sus últimos textos. No es este el caso de Clara-boya. La novela que Saramago escribió con %! años, que des-apareció en la editorial que jamás respondió su rechazo o suaceptación y que ahora edita Alfaguara con traducción de suviuda, Pilar del Río. Conociéndola, se certi#ca que si Clara-boya ha visto la luz es porque es un texto que se queda en pie,que no desmerece la trayectoria posterior ni la calidad litera-ria demostrada en Ensayo de la ceguera, El año de la muerte deRicardo Reis y deHistoria del cerco de Lisboa entre otros céle-bres títulos de Saramago.

CLARABOYA TRANSCURRE EN LA LISBOA de los añoscincuenta, marcada por la dictadura deOliveira Salazar y unpenumbrosa clima de desesperanza. Saramago utiliza la me-táfora de la claraboya para presentar a los componentes deseis familias que viven en una casa de clase trabajadora y en laque todos buscan salir adelante. Tras una presentación desdela mirada voyeurista casi cinematográ#ca, el Premio Nobel seintroduce en las vidas y relaciones del vendedor ambulantecasado con una gallega que padece la nostalgia de un pasadocuya felicidad sólo fue aparente; del tipógrafo de un periódico,de la costurera Adriana, de Justina y su violento marido y delzapatero Silvestre y su esposaMariana decididos a alquilaruna habitación de su vivienda a Abel Nogueira, el alter ego delnarrador que removerá, en cierto modo, las vidas de sus veci-nos y permitirá el desarrollo de la poética de la novela: ¿ pode-mosmantenernos ajenos al mundo que nos rodea?, ¿qué sepuede hacer para cambiar la opresión de las circunstanciasadversas que nos derrotan? En este micromundo de vidas pa-ralelas y cruzadas, Saramago abordará las utopías, la desespe-ración, las mezquindades, las frustraciones, los dramas ytransformaciones de unas criaturas que sobreviven como pue-den entre las estrecheces de la vida humilde y la opresión po-lítica, además de satirizar las convenciones sociales, ajustarcuentas con la sociedad lisboeta de la época y cuestionar a lafamilia. Sin olvidar los homenajes implícitos a sus lecturas deCervantes, de Shakesperare oDiderot entre otros maestrosclásicos, presentes en la obra del portugués. De este modo,

Claraboya es un aceptable laboratorio narra-tivo donde ya están presentes, en granmedi-da, el universo ético de Saramago, el plantea-miento de su arquitectura narrativa, las in-quietudes que representan sus personajes, elcuestionamiento ético, la relación con Lisboay un estilo brillante que iría puliendo con laexperiencia. Asomarse a esta claraboya escerti#car el nacimiento de un escritor y de unmundo del que no se entiende por qué noobtuvo respuesta editorial.

C

El jovenSaramago

ElM

arca

pág

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GuillermoBusutil

JOSÉ SARAMAGOClaraboyaALFAGUARA. 19,5 !.

ElfuturocomoclichéSumadeLetraspublica el!irteodeJuanSardácon la ciencia"cción,quepretende servir dealegatocontra la violencia yel presenteabsurdoenelquevivimos

JUANSARDÁTaksimSUMA DE LETRAS. 18!.!

LaOpinión DEMÁLAGALibrosSÁBADO, 24 DEMARZO DE 201260

Solapas

KARIN SLAUGHTEREl número de la traiciónROCA EDITORIAL. 21 !

En la sala de urgencias del hospital más ajetreado de Atlanta, la doctoraSara Linton se ocupa de una mujer muy malherida: desnuda y conevidentes signos de haber sido torturada, está claro que ha sido presa deuna mente retorcida. El detective Will Trent, de la Oficina de Investigaciónde Georgia y su compañera Faith Mitchell, comienzan la investigación delos hechos pero enseguida se dan cuenta de que la terrible realidad es quela paciente de Sara tan solo es una de las múltiples víctimas de un asesino.

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IRVINEWELSHCol recalentadaANAGRAMA. 17,90 !

En estas páginas puedes disfrutar de una cena de Navidad con eltemible Begbie de Trainspotting y ver cómo reacciona ante el novio desu hermana y el anuncio de su compromiso. También descubrirás quealienígenas adictos a los cigarrillos Embassy Regal tienen el plan decolocar a algunos de sus jóvenes como los nuevos gobernantes de laTierra. Y no te sorprenderá que dos tíos que pelean por una chicaguapa descubran que la amistad entre ellos es más importante.

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Periodismo

Unacrónicaparlamentariaconribetesdeaparente insana curiosidad puebla estosdías las libreríasdeaeropuertosyciudades:Los leones delCongreso (LaEsferade losLi-bros). La nueva obra de Federico Utrera seadentra enel devenir humanoqueaconte-ce en ese teatro demediocridades llamadoCongreso de losDiputados. Enunaprime-raapariencia,atendiendoalíndicedeasun-tosque trata, podríaparecerquese tratadeuna crónica rosa sobre los amoríos, vicios,banalidades y con!ictos vitales de sus se-ñorías, convertidos en carne, hueso y unpocodemorbo.Reconozcoquedespuésdever alguna nota de prensa que parecía he-chaporun redactor del programaSálvamedeTele",tuveunaccesodepudorymeacer-qué a ella con cierta prevención, descon-certadoante laposibilidaddequeunautorque se ha alejado de la convencionalidad,quenoshacontado la vidadeBill Violao lade quien fuera la primeramujer periodistade España, Carmen de Burgos, terminara,en esta última obra chapoteando en la ba-nalidadde laque siempreha sabidohuir.

Asíempecéla lecturadeese libro,ysicon-

fían algo enmi criterio, olviden todo loqueacabodedecir,porquenuevamenteFedericoUtrera viene a cuadrar su peculiar círculoparadesnudaresasupuesta intenciónbanalyvestirlaconelbarnizdelrelatoeruditoehis-tórico.Setratapuesdeunacrónicaminuciosaysingular,adornadaconlosencajesdelacu-riosidad,no la insana, sino laotra, laquesir-ve para enriquecer posiciones ymejorar eljuicio que podamos hacer, en este caso, dequienesdesarrollansu trabajoenese limbofísico que son las Cortes Generales. Así,cuandonoshabladevicioshumanos,cuan-do aborda asuntos tan escabrosos o mor-bosos como la relaciónde sus señorías conel alcohol o las drogas, lo que termina a!o-

rando son historias muy instructivas y re-veladoras sobreel carácter autodestructivodelapropiapolítica.ElcasodelsenadorCar-losPiquer,quesesuicidódespuésdeunes-cabroso asunto de Visas y antros de perdi-ción,constituyeenel librounbuenejemplode cómoesa presióndesenfrenadaque ro-dea al juego político, y el foco que la socie-dad pone sobre ellos, tiene un componen-te destructivo no apto para personalidadespoliédricas,sobretodoparaaquellosquelle-garon a la política empujados por la in-quietud y terminaron revolcados por lasambiciones.

El libro está plagado de jugosas anécdo-tas, tambiéndeilustradasreferenciasagran-desparlamentarioscuyoecodiscursivoaúnpareceretumbarporpasillosyhemiciclo. Im-pagable resulta igualmente eseprimerdic-cionario de la jerga parlamentaria, que su-pone una e#caz recopilación de esa termi-nología críptica con que los políticos re-tuercen el lenguaje de la sencillez.

En resumen, lectura recomendable sinmayores efectos secundarios que las pre-vencioneshacia la política y quienes la in-terpretan. Para los propios protagonistas ypara el establishment, la obrapuede inclu-

so resultar políticamente incorrecta, algoque tambiénseconvierteenunmérito,aho-ra que la palabra corrección no suele sermás que un sinónimo de hipocresía. Perodesde la cierta complicidadqueproduceelroce de años recorriendo esos pasillos depoder, laobrani siquiera resulta cáusticaensu lectura global. En realidad, el libro esunejercicio de desmiti#cación tanto para losque aúnadmiran la existencia de vocacio-nespolíticas comoparaquienes creenquepara ser eso, político, hay que estar des-provistodecualquierescrúpulo.Niestatuasdebronceni tampocode sal. Simplesmor-tales en un escenario de ambiciones y as-piraciones.

Aparte de todo esto, la obra, de paso, re-vive un género literario, el de la crónicaparlamentaria,alqueseacercaron,desde#-nalesdel sigloXIXyhasta laGuerraCivil, lamayorpartedenuestrosgrandesnovelistasy pensadores españoles, y que estaba bas-tantedecapacaídadesde lamuertedeLuisCarandell. Ynocuentonadamásdeeste li-bro,sinoquese leerápido,ysudegluciónin-telectual mejorará nuestras habilidadescomocontertulioencualquierconversaciónpolítica.Dichode otromodo, deja poso.

POR FRANCISCOMORENO

LosleonesdelCongreso

FedericoUtrerapublicaenLaEsferade losLibrosunaminuciosacrónicade losentresijosdelCongresode losDiputados,plagadadeanécdotasyde ilustradasreferenciasalosgrandesparlamentariosquehanpasadoporelhemiciclo

Zapatero y Rajoy se saludan en el Congreso de los Diputados. REUTERS

FEDERICOUTRERALos leones del CongresoLA ESFERA DE LOS LIBROS. 19!.!

Cuento

Con qué pocos elementos el londinen-seErnestDowson($%&'-$()))escribióuncuento atractivo y perfecto, que cumple

con el ritual de ser muchomás de lo queparece, comodabuena fe susorprenden-te vuelta de tuerca #nal.

La editorial Periférica ha recuperadoeste relato breve,Diario de un hombre deéxito, de un autor cali#cado por su amigoYeats de «tímido, silencioso y unpocome-lancólico».

Silencio ymelancolía se ciernen sobreel protagonista de este relato, que vagaporBrujas, la ciudad en la que *) años atrásformó parte de un triángulo amoroso,roto en pedazos cuando la mujer quepretendía eligió al otro, a su amigo.

La amargura del tiempo perdido, de loque pudo haber sido y no fue transita poreste cuento de título irónico, pues el hom-bre de éxito es el cuarentón desengañadodelmundo y que busca los ecos de su pa-sado en una ciudad que ya no puede serla suya.

Completa esta obrita una edición bi-lingüedeunpoemade títulohoraciano lla-madoNon sumqualis erambonae sub reg-no Cynarae (Ya no soy el que era cuandogobernaba la hermosaCynara), que el au-tor dedicó a una niña de once años. Laobra es un clásico de la literatura inglesay uno de sus versos, el título de una de lasnovelas-películasmás famosasde todos lostiempos: Gone with the wind.

Amigo de Oscar Wilde, la oscura famade Downson,que en sus últimos años devida se fue a vivir, deprimido, a casas deprostitutas, le granjearon el dudosohonorde estar incluido en la lista de sospecho-

sos de Scotland Yard comoposible Jack elDestripador.

Sospechas aparte,Downson semuestraaquí comoun consumado cuentista y so-ñador, capaz de crear un gótico e inolvi-dable triángulo amoroso.

PORA.VÁZQUEZ

ERNESTDOWSONDiario de unhombre de éxitoTraducción de Carlos Pardo.

PERIFÉRICA. 9,50!!

TriánguloamorososinprecedentesPeriférica publicaDiario de unhombre de éxito, un brillantecuento con sorprendente!nal delescritor victorianoErnestDowson

La presidenta, de Virginia Drake«Es una biografía de la presidenta de la Comunidad de Madrid,

Esperanza Aguirre. Siempre me ha gustado su figura como política y eneste libro te das cuenta de lo sencilla que es estando en la primera línea dela política. La considero un verdadero ejemplo de la política en activo paratodos los que estamos en ella»

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NuestrosLectores

PEDRO VEGACONCEJAL DE LIMPIEZA DE FUENGIROLA

UN LIBRO A RECOMENDAR

El secreto, de Rhonda Byrne«Por lo general, me gusta leer novel histórica, pero oí hablar de este

libro, y pese a que no me va mucho la psicología, me decidí a leerlo. Estábastante bien aunque confieso que no es el mejor que he leído. Ayuda amejorar la autoestima porque da claves para vencer el desánimo y laapatía»

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¿QUÉ ESTÁ LEYENDO AHORA?

José Antonio Sau

Fuente: Librerías Agapea, Luces y FnacCLAVE: L Nº Semanas en la lista P Posición Anterior

1. EL LECTOR DE JULIO VERNE L 3 P 1!!Almudena Grandes / Tusquets

2. LAS HORAS DISTANTES L 3 P 2 !! Kate Morton / Suma de Letras

3. EL ABUELO QUE SALTÓ… L 2 P 4 ""Jonas Jonasson / Salamandra

4. LA REINA DE LAS DOS LUNAS L 2 P 2 ##José Manuel García Marín / Roca

5.EL CIRCO DE LA NOCHE L 2 P 2 !!Erin Morgenstern / Planeta

6. DIARIO DE INVIERNO L 5 P 6 !!Paul Auster / Anagrama

FICCIÓN

1. LA SOLEDAD DE LA REINA L 5 P 1 !!Pilar Eyre / La Esfera de los Libros

2. EL SECRETO L 3 P 2!!Rhonda Byrne / Ediciones Urano

3. EXCUSAS PARA NO PENSAR L 4 P 3 !!Eduardo Punset / Ediciones Destino

4. LA MIRADA DE MÁLAGA L 2 P 4 !!Alfonso Vázquez / Comunicación y Turismo

NO FICCIÓN

Edición y coordinación: Virginia Guzmán. Colaboran en este número: AlfonsoVázquez, Fran Romero, J. L. García Gómez, Guillermo Busutil, Francisco Moreno,Lucas Martín, José Antonio Sau y José Luis Jiménez.

LOS MÁS VENDIDOS

DIARIO DE LECTURAS

Después de la publicación de El Brezal de Brand porparte de la editorial navarra Laetoli, empeñada, en su día,en el rescate de los grandes títulos de la literatura ale-mana, véase el sorprendente Borchert o Max Frisch, De-bolsillo ha decidido dar un paso más y puede que de!-nitivo a la introducción tardía de Arno Schmidt en Espa-ña con la compilación, por primera vez en castellano, desu tríptico monumental sobre la destrucción, Los hijos deNobodaddy; un texto, presentado en un único volumen,que supone, de facto, la puesta de largo del escritor fren-te a un público que ya había coqueteado con viejas edi-ciones de sus novelas, pero que es precisamente ahoracuando se enfrenta con la perspectiva de su obra, quizááspera e, incluso, inhóspita en el pasado, especialmentepara esos benditos, los traductores.

Schmidt fue, ante todo, un fabulador, pero también untransformador de la lengua alemana. Su literatura com-porta una expedición formal, con la palabra extremadaen sus posibilidades sensoriales, casi al modo de la ma-teria. La trilogía editada por Debolsillo abunda en su in-tento de trasladar los modos coloquiales a la altivez lite-raria del idioma, lo que, en castellano, de la mano de LuisAlberto Bixio, Fernando Aramburu, Guillermo Piro y Flo-rian von Hoyer, tiene un efecto extraño, más vanguardísticoque cortés y urbano. A la extrañeza del tono, a veces ex-cesiva, sobre todo en el El Brezal de Brand, el segundo li-bro del volumen, Schmidt suma la potencia expresionistade sus imágenes, que se cuelan por todas las frases, conuna visión de la naturaleza metamór!ca y poética. En lostres títulos de Los hijos de Nobodaddy, el autor atrinche-

ra las páginas de referencias a laluna y de ejercicios de estilo que ca-balgan entre el microensayo, la na-rración e, incluso, el aforismo, unaprosa en la que, más allá del des-lumbramiento estético, lo verdade-ramente curioso es que funciona. Lanovela, pese a todo, "uye, con la compleja maquinaria deSchmidt activándose sin concesiones.

El tríptico, a ratos misántropo, satírico y siempre bru-tal, recorre, desde la óptica Schmidt, atrevida y radical-mente individualizada, tres momentos de la Segunda Gue-rra Mundial, los bombardeos, re"ejados con un alientorural y vibrante en la excelente Momentos de la vida delfauno, la posguerra (El brezal de Brand) y la herrumbreposterior, ampli!cada en Espejos negros, la novela que cie-rra el tríptico y en la que el autor desencadena una ma-gistral historia postapocalíptica, retorcida y melancólica.El volumen se disfruta en conjunto y párrafo a párrafo, pormás que por momentos se encripte; la carrera del o!ci-nista escapando del fuego, la entrada del último super-viviente en casas rodeadas de huesos y de polvo, el me-nudeo con las patatas. Schmidt se resuelve en una fuen-te inagotable de proezas estilísticas y de re"exiones airadas,con ecos moralistas, pero también con un talento con-movedor en el cuerpo a cuerpo (en un pasaje una pare-ja discute sobre los nombres más apropiados para los ca-racoles, por ejemplo). La imaginación de Schmidt y su ex-trañeza admite el juego metaliterario con Roberto Bola-ño y su Benno von Archimboldi, el escritor alemán des-aparecido en !""", especialmente por una poética ex-trañamente afín con la voz narradora de Los hijos de No-bodaddy. Quizá, si Schmidt no estuviera en las bibliote-cas alguien tendría que partir a buscarlo. Quién sabe sipor el desierto de Sonora. Hay gente para todo, dijo el es-padachín del coso.

POR LUCAS MARTÍN

La devastación y el caos, paisajes habituales en los libros del narrador alemán. L. O.

ARNO SCHMIDTTríptico de la destrucción

Debolsillo publica en un único volumen la trilogíabélica del escritor alemán; un prodigio de prosaexpresionista, cautivadora y desolada; el árbol deArno Schmidt cobra forma en español

PROTAGONISTAARNO SCHMIDTLos hijos de Nobodaddy

DEBOLSILLO. 11,95 !.!

LaOpinión DE MÁLAGA LibrosSÁBADO, 24 DE MARZO DE 2012 61

Pérez Reverte, Larra y elperiodismo literario

Quien haya leído a Mariano José de Larra sabrá,o tal vez haya llegado a esa conclusión, que su he-redero directo es Arturo Pérez-Reverte. El novelis-ta cartagenero ha dejado un buen puñado de !c-ciones, pero sin duda son sus artículos, esos en losque se convierte en un certero francotirador queusa el lenguaje y el descaro para moldear la reali-dad, los que le convertirán en un referente inelu-dible del periodismo literario español. Las dife-rencias entre el periodismo y la literatura se hanglosado hasta la saciedad, de tal forma que hay dosorillas y en cada una de ellas un grupo de !rmesdefensores de cada postura, talibanes que de!en-den la pureza sin entender que los senderos entre-verados, la hibridez, son los mejores ejemplos deliteratura y de periodismo. Pérez-Reverte ha acer-cado el articulismo literario al gran público, peroManuel Vicent, Raúl del Pozo, José Antonio Zarza-lejos, Juan José Millás, Javier Cercas o el difuntoPaco Umbral han hecho del arte de opinar una de-liciosa pieza literaria. Son pocos los ciudadanosque no se acercan cada día a un periódico o a unarevista, aunque sea en sus versiones online, paraconfrontar sus opiniones con las de los literatos quese asoman a la realidad y dan su punto de vista sintemor a retratarse. El género de opinión es hoy endía una avanzadilla de la literatura.