Explicar el rol que cumplen las emociones y el juego en la adquisición

y el desarrollo del lenguaje en la infancia.

Nombre: Tayred Sady

Asignatura: Didáctica del lenguaje la comunicación

Profesor: Ernesto Ahumada

Nivel: T200

El rol que cumplen las emociones y el juego en la adquisición del lenguaje en la infancia

es fundamental ya que el ser humano es la única especie capacitada para comunicarse a través de

la palabra. El bebe humano nace para hablar y comienza a aprender incluso antes de llegar al

mundo, gracias a distintos ruidos y emociones que el percibe desde el útero como por ejemplo: el

latir del corazón de la madre y la voz de su padre, así va formando una comunicación y un

vínculo afectivo, luego al nacer el bebe empieza a comunicarse por medio del llanto, de esta

forma él expresa emociones como angustia buscando así una respuesta inmediata que al escuchar

la voz de su madre se tranquiliza (él se da cuenta que cuando llora alguien lo escucha y de

inmediato responde).

Los bebes prefieren la voz humana antes que cualquier otro sonido. A los tres meses de

edad se amplía el repertorio de palabras, intercambiando gestos y expresiones faciales, en

especial las miradas, se intercambian sonrisas e intercambian expresiones del rostro, se

intercambian emociones. Todo esto son los elementos básicos para la comunicación ya que el ser

humano se comunica no tan sólo con palabras, también el bebe sabe que la voz y lo gestos tienen

que coincidir con una emoción (una voz triste con una cara triste y un rostro legre con una voz

alegre) sino no logra comunicarse. Los niños aprenden que la mirada es una forma de mantener

su atención a temprana edad, estos aprenden que las emociones se expresan con el rostro tanto

como con la voz. Cuando llega a la edad de seis meses es capaz de distinguir todo tipo de

sonidos, es un oyente universal, esto cesa a los diez meses y donde comienza a filtrar los sonidos

de su propio idioma, sin cesar la comunicación emocional.

El infante responde primeramente a los estímulos de su madre, por lo tanto podemos decir

que la comunicación es tanto naturaleza como estimulación. Pasado los seis meses la interacción

con la madre es el primer vehículo para desarrollar la comunicación y los primeros estímulos para

el lenguaje, nacen los primeros juegos entre madre y bebe al tomarse y mover las manos juntos,

las expresiones faciales, al mostrarle objetos y conversar. El niño entre los ocho y los doce meses

comienza a señalar, con esto da un gran paso en su desarrollo mental-comunicacional, aprende a

asociar los objetos con un nombre o un sonido, señalar es un gesto único del ser humano, le es

más fácil hacer gestos que articular palabras. La fuerza que usa el niño, el control muscular, el

equilibrio, la percepción y la confianza en el uso del cuerpo, sirven para el desenvolvimiento de

las actividades dinámicas. Al año y medio el niño toma las riendas del mundo de las palabras y se

produce la llamada “Explosión del lenguaje”.

Desde lo intelectual, jugando aprende, porque obtiene nuevas experiencias, porque puede

cometer aciertos y errores y puede solucionar problemas. El juego estimula el desarrollo de las

capacidades del pensamiento, de la creatividad, y crea zonas potenciales de aprendizaje. 

Desde lo afectivo-emocional, se puede afirmar que el juego es una actividad que le procura

placer, entretenimiento y alegría de vivir, que le permite expresarse libremente, encauzar sus

energías positivamente y descargar tensiones. 

Los juegos de movimiento con su cuerpo, con objetos y con los compañeros a futuro

fomentan la coordinación motriz y la estructuración perceptiva. En estos juegos el niño:

Coordina los movimientos de su cuerpo.

Desarrolla su capacidad perceptiva.

El juego manipulativo es un instrumento de desarrollo del pensamiento.

El juego es un estímulo para la atención y la memoria.

El juego es una actividad placentera que genera satisfacción emocional. 

El juego es comunicación y facilita el desarrollo del lenguaje.

Estimulan la comunicación y la cooperación con los iguales.

Promueven la comunicación, aumentan los mensajes positivos entre los miembros del

grupo y disminuyen los mensajes negativos.

En síntesis, el juego guarda conexiones con lo que no es juego, teniendo un papel

indispensable para el desarrollo humano. El juego no es sólo una posibilidad de autoexpresión,

sino también de autodescubrimiento. El juego es un instrumento de expresión y control

emocional fundamental en el crecimiento de la personalidad durante la infancia. Esto contribuye

a la integración de su personalidad ya que los niños juegan por placer, para expresar la

agresividad, para dominar su ansiedad, para acrecentar sus experiencias y establecer contactos

sociales, y todo ello estimula el desarrollo del lenguaje y el lenguaje es fundamental para el ser

humano, nos permite expresar sentimientos, recordar el pasado e imaginar el futuro.