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ENFOQUE SOCIAL

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  • REFLEXION SOBRE EL ENFOQUE DE LA SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA: HACIA UNA DELEITACION TENTATIVA

    Jos E. Torres Padilla. Facultad de Ciencias

    Econmicas y Sociales Universidad de los Andes

    RESUMEN. El quehacer investigativo en la sociologa de la cien- cia tiene abiertas varias perspectivas. No es posible, sin embar go, aspirar a una sntesis de las mismas, aunque aspectos de algu nas de ellas puedan presentarse a una fructfera complementariedad.

    Ningn esfuerzo investigativo debe soslayar, no obstante, la potencialidad terico-metodolgica de la tesis que postula el es- tudio de la ciencia en relacin a su contexto social.

    PERSPECTIVAS: FUNCIONALISMO, OBJETIVISMO, ANALISIS CONTEXTUAL

    Reflexionar sobre los objetivos tericos y metodolgicos de la sociologa de la ciencia1 constituye una tarea signada por la complejidad, propia de la necesaria multiplicidad de enfoques de la teorizacin social en general. Tal multiplicidad no constitu- ye un asunto de inmadurez metodolgica2, en tanto que la misma responda a una carencia de rigurosidad conceptual, pues la sofis- ticacin del lenguaje, como distanciamiento extremo del lenguaje comn, no ha conducido en las ciencias sociales a un mayor grado de precisin, sino a la trivializacin analtica. (Outhwaite, 1975)3.

    Una rpida revisin de la situacin terica en el campo de

    la sociologa de la ciencia nos pone de manifiesto la prolifera- cin de estudios basados en la interpretacin desarrollada por Ro bert K. Merton. Esta tradicin funcionalista postula que la cien cia es una institucin social regida por un conjunto de normas4 a las cuales se acogen los cientficos a objeto de obtener la grati ficacin de sus pares, en un tpico proceso de intercambio de con tribuciones por reconocimiento.

    Ambos esquemas interpretativos no se presentan como una uni-

    dad desde el momento inicial de su planteamiento por parte de Mer

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    ton, puesto que el elemento gratificacional es formulado luego de un cierto nmero de aos en relacin al normativo. (1942-1957). El concepto de reconocimiento, sin embargo, es central al plantea- miento de Merton (Brannigan, 1981: 60-62).

    Dado que la crtica de la interpretacin funcionalista est

    ampliamente documentado en la literatura, particularmente a par- tir del conocido trabajo de Kuhn5, no es necesario extendernos aqu en su consideracin. Destaquemos, sin embargo, como elemen- to fundamental, el descuido por parte de Merton de la relacin so cial de la ciencia, sobre lo cual han insistido, entre otros, Mul kay, particularmente en su empeo de formular un modelo alternati vo6.

    Tal intento no resulta totalmente exitoso, pues como seala

    Ben-David7, la propuesta de Mulkay y la de Merton son completen- tarias, antes que radicalmente diferentes.

    Es indudable que la formulacin de Merton ha dado lugar a un

    vasto nmero de investigaciones, las cuales, sin embargo, se ago- tan en la consideracin de aspectos especficos del desempeo de los cientficos y de caractersticas de stos. Esta orientacin obedeci al intento de dar una respuesta apropiada al real o su- puesto relativismo de Mannheim el cual, al relativizar el conoci miento, utiliza asimismo la tarea de la sociologa8.

    Nos resulta infundado al afirmar que se trataba de formular

    una orientacin ms operacional para el estudio sociolgico de la ciencia, el cual se supona en un callejn sin salida debido a las limitaciones que se derivan de la supuesta fundamentacin marxista subyacente al planteamiento de Mannheim.

    Coincidiendo con esta apreciacin, aunque desde un punto de

    vista ms bien positivista, (Elas, 1972) propone una interpreta- cin evolucionista. Segn sta, es necesario prestar atencin al desarrollo a largo plazo del conocimiento, el cual apunta hacia una creciente objeto-centralidad. Esto es, el desarrollo del co- nocimiento muestra grados variables de autonoma en relacin a los sujetos del conocimiento. Esta autonoma relativa crece o declina en proporcin a su adecuacin al objeto (p.336).

    Supone Elas que con tal proposicin se superan las dificul-

    tades de los polos extremos del continuum absoluta independencia absoluta dependencia del conocimiento, respecto de las condi- ciones de los grupos donde el mismo es utilizado o producido. (p.364). Al incrementar, en efecto, la centralizacin objetiva, se ganara autonoma respecto de la ideologa poltica dominante en la escena contempornea. El desarrollo del conocimiento cien tfico es as controlado por su adecuacin a su objeto, de tal ma nera que la orientacin valorativa de los sujetos queda subordina da a los valores centrados en el objeto del conocimiento.

    Elas parece ignorar, sin embargo, el que el objetivismo que

    propone no est exento en s mismo de contaminacin valorativa. Suponer, en efecto, que lo tpicamente cientfico consiste en la concentracin de la atencin en el objeto de estudio, desligada de influencias ajenas al esfuerzo cognoscitivo, o que stas le que- dan subordinadas, implica una toma de posicin antes que una ca- racterstica inmanente a la ciencia. Ello supone admitir, en e- fecto, que los investigadores comparten valores totalmente distin tos a los del resto de la sociedad, o que estn convenientemente aislados de stos o inmunizados contra los mismos. Tal deduccin no resulta infundada a la luz de la afirmacin de Elas en cuanto a que en lo atinente a la discusin de los valores en la ciencia,

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    se debe evitar confundir stos con los valores, inherentes a las grandes ideologas polticas de nuestro tiempo, o en otras pa labras, valores altamente sujeto-orientados, representados por pre guntas tales como: Es esto bueno para nosotros?. Los valores representados por las ciencias son diferentes (p. 369).

    Si bien Elas no ofrece una formulacin explcita de tales

    valores, es pertinente suponer que el comn de los mismos se ex- presa en la sustitucin de lo especulativo y/o fantasioso por un dominio creciente del objeto sobre el proceso de investigacin . Esta promulgacin de la objetividad como valor supremo de la cien cia no podra ser interpretado de otra manera que como expresin del ms crudo positivismo9.

    Recordemos que en el caso de la interpretacin de Merton, la

    orientacin valorativa de la ciencia se concreta en el conjunto de normas por l propuesto, en el cual la objetividad es slo uno de los supuestos. Tales normas, dicho sea de paso, han sido conside radas por Mulkay10 simplemente como expresiones ideolgicas ms que como sancionadoras de conductas objetivas de los cientficos.

    La posicin de Elas conllevara en ltima instancia a dejar

    el estudio de las ciencias fsico-naturales fuera del alcance de la sociologa. No habra, en efecto, lugar para el anlisis so- ciolgico de estas disciplinas una vez que se admite su autonoma, aunque sea a corto plazo, de la dinmica social, gracias a su cre ciente objetividad. sta como la resultante de la produccin de su objeto durante un largo proceso evolutivo, que aunque no pla- neado, constituye un cambio estructurado.

    Tal visin evolucionista, que pretende evitar el enfoque dog

    mtico del cambio social sin renegar del postulado de la evolu- cin social, se presenta en evidente incongruencia respecto a las teoras contemporneas del cambio cientfico11.

    El asunto temtico de relevancia se sita, a juicio de Elas

    en un nivel de generalidad mayor. En efecto, segn l plantea no es posible avanzar una teora general del conocimiento sin antes respondernos bajo qu condiciones y porqu en el estudio de la naturaleza la orientacin fantasiosa cedi lograr a la orienta cin de objeto-centralidad, y bajo qu condiciones se mantiene u- na situacin opuesta en el caso del estudio de lo social. Podra mos agregar, sin temor a incurrir en una interpretacin infundada, que la averiguacin que propone Elas supondra la unificacin del conglomerado de las ciencias, aspiracin que tambin abrigara Marx12. Tal unificacin sin embargo, se acometera bajo el sig no de la sujecin del tratamiento del objeto de las ciencias so- ciales a los mismos procedimientos que el de las ciencias fsico- naturales.

    La falla fundamental del tratamiento sociolgico de la cien-

    cia, segn Elas, consiste en que los socilogos, habiendo deriva do sus apreciaciones de disciplinas cognoscitivas ms sujeto-cen tradas, tratan todos los tipos de continuum de conocimiento so- bre la misma base, descuidando el que los de carcter objeto-cen- tralizado tienen un mayor grado de autonoma en relacin a la es tructura e intereses de grupos especficos (p. 357). No parece percatarse Elas que tal autonoma fue tambin asunto de la aten- cin de Mannheim, quien la extendiera al anlisis de los social, al considerar la posibilidad de una lite intelectual libre de las constricciones sociales13.

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    CIENCIAS Y CONTEXTO SOCIAL

    El asunto del relativismo invita a una consideracin ms de- tallada del planteamiento central de Mannheim14. Aunque ste es visto como inevitablemente atrapado en el relativismo15, su tesis central apunta a la consideracin de las relaciones sociales del conocimiento, en cuyo tratamiento la propia perspectiva del bxer vador es sujeta a la reflexin16.

    Segn (Simonds, 1978) Mannheim se esforz en preservar los

    aportes de la Verstehen libres de la contaminacin relativista. La relacin ciencia-sociedad, para l no se traduca en ninguna de rivacin causal del conocimiento respecto a su base social. Para Simonds, en efecto, el enfoque de Mannheim, no es reduccionista, sino interpretativo. su preocupacin es el problema del estable cimiento de un marco de referencia adecuado para la interpretacin de productos culturales ( p. 40). Ello como contrapartida a la explicacin (erkleren), la cual simplemente ubica el producto cul tural en un marco de referencia general y de pretendida validez u niversal (el mtodo cientfico).

    La obra de Mannheim por lo tanto, ofrece puntos de vista in

    soslayables para la reflexin en torno al carcter y al objeto de la sociologa de la ciencia. Enmarca el conocimiento en su con- texto social, interpretarlo, antes de considerar su ajuste a nor- mas de supuesta validez universal, admitiendo la posibilidad de las diferentes interpretaciones inscritas en la perspectiva hacia una mayor clarificacin del objeto, parece responder adecuadamen- te al carcter social del conocimiento.

    Es este aspecto el que soslaya Hamilton (1974, cap. 8) al

    concluir no se puede contar con una sociologa de la ciencia en Mannheim, sino con una sociologa del papel predominante de las lites en la sociedad. Estas, divididas en lite social y lite intelectual, deciden todo lo relevante a la conduccin social. La segunda, sin embargo, dada su autonoma respecto de la defensa de intereses sociales, es capaz de construir un conocimiento que sin tetice todos los valores parciales en conflicto en un momento da- do17.

    Si bien la posibilidad de una lite libre de las constriccio

    nes de la defensa de intereses sociales determinados, como res- puesta al riesgo del relativismo, puede resultar muy poco plausi- ble, la misma no es indispensable para la validez del conocimien- to. Igualmente irrelevante a este objetivo sera la minimizacin de la importancia del conocimiento cientfico, cual fuera la res- puesta inicial que Mannheim antepusiera al paso del espectro rela tivista. En efecto, la relacin social del conocimiento, tal co- mo lo clarificara Simonds, no implica su relatividad.

    El punto de vista acerca de la relacin entre las formas do-

    minantes de conocimiento y la situacin intelectual y social del momento, aunque no inmediatamente aparente y a pesar de que Mannheim no determinara su tipo o modo, es muy pertinente. Ello a pe sar de que la pretensin de Mannheim fuese, como la interpreta Ha milton, la de convertir a la sociologa del conocimiento en una sper-epistemologa.

    Consideremos sin embargo, que aunque el esfuerzo terico de

    Mannheim pareciera ms proclive al tratamiento de productos cultu rales, textos o expresiones verbales, e incluso conductas, distin tos del conocimiento cientfico, ste puede ser interpretado al nivel documental. Podemos considerar, en efecto, que en la cien-

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    cia domina el significado objetivo, ya que el significado expre- sivo, en tanto que el sujeto no puede pretender significar algo distinto al contenido cientfico de la informacin, est sometido al dominio de aquel.

    El significado documental, en tanto que ajeno al sujeto, pues

    to que es privilegio del observador, es viable o propicio a la bs queda de incidencias contextuales en el producto cientfico. Ello en cuanto que en ste, al igual que en otras reas de las activi dades de la sociedades contemporneas, interviene la negocia- cin como elemento en su proceso de produccin18.

    La negociacin se da en base a la participacin de los acto-

    res, quienes comparten un "contexto de significado socialmente constituido", "tienen una comprensin comn de lo que estn ha- ciendo" (Simonds, 1978: 141).

    MARXISMO Y SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA

    En una interpretacin que no podemos presentar sino como ten

    tativa de la contribucin metodolgica de Marx, contenida en su "Introduccin a la Crtica de la Economa Poltica"19 nos parece fundado identificar una perspectiva fructfera para el anlisis de la ciencia en relacin a su contexto social.

    La consecuencia metodolgica pertinente se refiere a que no

    es lo ms acertado el comenzar por el anlisis del sistema cient fico-tecnolgico, o la comunidad de investigadores, o la inver- sin en ciencia y tecnologa. Estas categoras expresaran rela- ciones de la entidad social, las cuales slo pueden ser registra- das a travs de conceptualizaciones ms abstractas. Esto es, si uno arranca el anlisis con el sistema cientfico-tecnolgico na- cional, pronto se ve conducido a la consideracin de categoras ms abstractas tales como dependencia, marginalidad, la actividad de investigacin como bien de consumo. A partir de estas catego- ras avanzaramos en sentido inverso, hasta alcanzar la totalidad ms concreta, como sntesis de mltiples determinaciones, cual es el sistema cientfico-tecnolgico dependiente o marginal.

    De esta manera, categoras analticas como la estratificacin

    de los investigadores, el sistema de reconocimiento, el sistema de intercambio de conocimientos, seran estudiados, no como entes in dependientes, sino como factores constitutivos de una totalidad a la que conforman, y en trminos de la cual obtienen su significa- cin.

    El enmarcamiento en el contexto social posibilita la aprecia

    cin de que la simple presencia de recursos para la ciencia resul ta de consecuencias limitadas ante la ausencia de una industriali zacin autnoma. En tales circunstancias, las manifestaciones ms simples de la actividad cientfica expresaran relaciones predomi nantes, las cuales en una sociedad industrializada pasaran a ser subordinadas. No obstante, algunas especialidades cientficas po dran haber alcanzado una plenitud de desarrollo en una sociedad no plenamente industrializada20.

    La marginalidad no es, por lo tanto, una resultante de facto

    res inherentes a la actividad cientfica, sino a las condiciones de insercin que le posibilita el contexto social. El que sea mar ginal es, precisamente, una condicin inherente al marco general

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    de sub-industrializacin en extremo dependiente, que caracteriza al conglomerado nacional. Esta situacin posibilita la condicin de la actividad cientfica como bien de consumo -razones de pres tigio nacional- antes que como bien de produccin. Ello es par- ticularmente manifiesto dentro del cuadro de un Estado rentista y de baja presin impositiva, en el cual el sector privado no per cibe la incidencia de los costos para la cobertura de dicha acti- vidad.

    Es necesario tener presente, no obstante, que cualquier in-

    tento sistemtico para extender la contribucin marxista al estu- dio del conocimiento debe estar precedido de una reela boracin de la misma, pues como seala (Habermas, 1981), Marx no desarroll una ciencia del hombre como crtica del conocimiento , creyndose exceptuado de abocarse a la formulacin de una "metodo loga de las ciencias"21 . El esfuerzo del propio Habermas es dig no de ser tomado en cuenta dentro de este proceso de reelabora- cin22.

    FENOMENOLOGIA Y SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA

    El apoyo que podra derivarse de la perspectiva fenomenolgi ca de Schutz (1980) para la Sociologa de la Ciencia pareciera con siderablemente limitado por el nfasis que ste coloca en el sig- nificado contextual subjetivo. As la incorporacin de la reali- dad social, que en el caso de Mannheim le ocasion el ser inter- pretado como incurso en relativismo, est ausente en Schutz, al punto de considerarla asunto propio de la llamada sociologa Emp. rica (Smart, 1976).

    En efecto, la ordenacin de contextos de significacin obje-

    tiva en trminos de contextos de significacin subjetiva (Schutz)23 como tarea propia de toda ciencia social, no incorpora el papel de la estructura social. En trminos de la perspectiva fenmeno- lgica, sin embargo, puede sealarse que la dificultad para debe- lar la relacin social de la ciencia, refleja precisamente, el ex traamiento de sta en su base de significacin, esto es, del mun do vital. Se puede aadir, por lo tanto, que si es a este mundo vital al que remite en ltima instancia la esencias de la reflexin de la ciencia, la imbricacin social de sta es consustancial a su anlisis explicativo. Tal desentraamiento no puede ser obvia do a guisa de la autonoma que le confiere su objetividad.

    Es necesario tener presente, no obstante, que la fenomenolo-

    ga24 apunta ms bien en la direccin del desentendimiento de la ciencia objetiva. se interesa fundamentalmente en la construccin de una ciencia del mundo vital, con exclusin del "tratamiento 'cientfico' objetivo" (Husserl, 1977). Lo que est en crisis, en efecto, no es el rigor, la credibilidad de los logros tericos, ni el xito de las disciplinas cientficas, sino su sig nificado para la existencia humana (Hussler, 1977).

    CONCLUSION

    El conocimiento cientfico no reviste un carcter especial que lo coloque en una instancia distinta a otras formas de conoci miento, en relacin al contexto social.

    Teniendo presente esta tesis como marco general de referen-

    cia, los analistas pueden acogerse a los aportes de las diferen- tes perspectivas que posibilitan su aplicacin. Ello por cuanto

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    la Sociologa de la Ciencia no est exenta del estado de incerti- dumbre general que afecta a la teora sociolgica (Outhwaite 1975: 110). Por lo mismo debe evitarse la ilusin de pretender sinteti- zar los diferentes enfoques que responden a orientaciones irreduc- tibles, punto de vista ste que ya expresara Hamilton (1974: 150).

    Sin embargo, en el proceso de bsqueda de un apropiado trata-

    miento del conocimiento cientfico, siguen siendo vlidas las ree- laboraciones y/o los esfuerzos de integracin parcial de algunos estos enfoques. As, por ejemplo, Outhwaite asoma la contribucin de Habermas como alentadora, mientras que Millstone25 propone el mtodo progresivo-regresivo de Sartre, (1968), y an Goff26 consi dera vlida una aproximacin de los puntos de vista de George H. Mead y Marx para la fundamentacin de la Sociologa de la Ciencia.

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    N O T A S

    1. Un trabajo pionero sobre esta temtica, de carcter programtico, fue pu- blicado por los esposos Ossowski en 1936, segn el editor de Minerva II-1 (Autum 1964): 72-82. En dicha contribucin los autores plantean: Aqu (Sociologa de la Ciencia) sern incluidos problemas tales como las rela- ciones entre la Ciencia y otros problemas de la cultura como el arte y la religin. Aqu ser discutida la dependencia del desarrollo de la ciencia de las condiciones econmicas, de la estructura de una sociedad dada, de la organizacin de la educacin. Se examinaran aqu no solamen- te los factores por los cuales la ciencia es influenciada, sino tambin sus efectos en la vida cultural, su influencia sobre las condiciones eco- nmicas, la ley, la moralidad, etc.

    2. Es generalmente aceptada, no obstante, la observacin de Hargens (1978)

    en cuento que al igual que en la sociologa en general, en sociologa de la ciencia persiste una separacin entre el mtodo (recoleccin de informa- cin, mediciones y anlisis) y la teora. Aunque no son independientes el uno de la otra, la relacin que se manifiesta entre ambos es muy laxa. Para ilustrar este punto de vista Hergens se refiere a los casos ejempli- ficados por las tcnicas de los modelos causales y anlisis de redes. Am bos constituyen tcnicas de investigacin en campos que presentan lazos dbiles entre mtodo y teora. Vase: L. Hargens, Theory and Method in the Sociology of Science, en J. Gaston (Editor), Sociology of Science, Jossey Bass, Inc. Publishers, San Francisco, 1978, pp. 121-139.

    3. Outawite. Understanding Social Life. The Method Called Verstehen, Geor-

    ge Allen & Unwin Ltd., Londres, 1975. 4. Comunalismo, Universalismo, Desinters, Objetividad, Esceptismo

    Organiza- do.

    5. T. S. Kuhn, The Structure of Scientific Revolutions, Chicago Universi-

    ty Press, Chicago, 1970. 6. M. J. Mulkay, Some Aspects of Cultural Growth in the Natural Sciences,

    Social Research, 36,1 (Spring 1969): 22-52. Aunque el esfuerzo de Mul- kary para desarrollar un modelo alternativo al de Merton se despliega a traves de numerosos artculos, podemos mencionar como representativos, a- demas del citado, los siguientes: Three Models of Scientific Development The Sociological Review, New series, 23,3 (August 1975): 509-526 ; Norms the and Ideology in Science, Social Science Information, 15, 4/5 (1976): 637-656.

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    7. J. Ben-David, Emergenceof National Traditions in the Sociology of Scien ce, en Jerry Gaton (Ed.) Socilogy of Science, Problems, Aproaches and Research, Josey-Bass, Inc. Publishers, San Francisco, California, 1978.

    8. A este respecto es particularmente ilustrativo el trabajo de N. Elas,

    Sociology of Knowlwdgw: New Perspectivas, Sociology,5(1971): 149- 168. igualmente, R. K. Merton, Teora y Estructuras Sociales, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1972, tercera reimpresin, Cap. XIII.

    9. La conceptualizacin de la ciencia como autnoma, dad su centralidad en

    el objeto, y por lo tanto de crecimiento acumulativo en el largo plazo, ig nora la influencia de factores socio-polticos, tales como la del estable cimiento militar-industrial en la aceleracin supuestamente no planifica da de las sociedades contemporneas de la aceleracin de la produccin del conocimiento cientfico.

    10. M. J. Mulkay, Norms and Ideology in Science, Social Sciense Information 15, 4/5 (1976): 637-656

    11. As la posicin de Kuhn es francamente no-evolucionista, mientras que

    Popper, su principal contendor, se preocupa principalmente por rescatar el carcter racional del cambio cientfico, no de su naturaleza evolucionis- ta.

    12. Es ste uno de los planteamientos de Marx que han inducido a algunos de

    sus interpretes, como Marcuse y Luckcs, a encontrarlo incurso en desvia- ciones positivistas, segn Bottomore. Esta idea es expresada enfticamen te por Marx (primeros escritos, Tercer Manuscrito) en los siguientes tr- minos: La ciencia natural incorporar en el futuro a la ciencia del hom bre de la misma manera que la ciencia del hombre incorporar a la ciencia natural; habr una sola ciencia. En: T.B. Bottomore (de.) Karl Marx, Early Writings, traducido al ingls y editado por T.B. Bottomore. Pre- facio de Erich Fromm, McGraw-Hill Book Company, Nueva York, 1964, p. 134.

    13. Vse A. P. Somonds, Karl Mannheims Sociology of Knowledge, Clarendon

    Press, Oxford, 1978, pp. 126-132, para una interpretacin de esta nocin que Mannheim toma de Alfred Webwr. Otra variante interpretativa de este concepto de Mannheim es presentado por P. Hamilton, Kowledge and Social Structure. An Introduction to the classical argument in the sociology of Knowledge, Routledge & Kegan Paul, Londres, 1974. p.134.

    14. Karl Mannheim, Ideologa y Utopa, Introduccin a la Sociologa del Co-

    nocimiento, Madrid, Aguilar, 1958. 15. Robert K. Merton, Op. cit., pp. 497-503. Vgase asimjismo, G. W.

    Remling. Philosophical Para meters of Kerl Mannheims Sociology of Knowledge, The Sociological Quarterly, 12 (Autum 1971): 531-547, y R. H. Coombs, Karl Mannheim, Epitemology and the Sociology of Knowledge, The Sociological Quarterly, 7, 2 (Spring 1966): 229-233.

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    16. Esto segn el concepto total de ideolgia el cual supera al concepto par- ticular. Vase Simonds (1978: 27) y Merton (1972: 448-9).

    17. En base a este planteamiento no pareciera infundado el afirmar que la

    so- ciologa de Mannheim presenta un proyecto social cuya estrategia es la an tpoda de la propuesta de Marx, al fundamentar la dinmica transformadora de la sociedad en una lite relativamente a-clasista.

    18. As Mulkay, en base a la interpretacin Kuhniana del desarrollo de la

    ciencia, sostiene que en la validacin del conocimiento cientfico inter- vienen manifestaciones grupales de las comunidades de investigadores, a travs de procesos de negociacin (Mulkay, 1981: 170). De all que l proponga analizar el discurso cientfico, es decir, los mtodos que los mismos cientficos utilizan para dejar constancia, e interpretar sus pro- pias acciones y las de los dems, en lugar de las acciones y las creen- cias de stos (Mulkay, 1981: 170). No se trata, evidentemente, del con tenido de las teoras cientficas, sino de las formas orales y/o documen- tos escritos que los cientficos producen para dar cuenta de lo correcto o errneo, cientficamente hablando. Aunque Mulkay no lo especifica, se tratara de un anlisis documental.

    19. K. Marx, Introduction to a Critique of political Economy Primera

    parte, textos suplementarios en Marx y engels, The German Ideology, Editada con introduccin por C.J. Arthur, Lawrence & Wishart, Londres, 1997.

    20. La bien asegurada posicin que la ciencia ha obtenido en el conjunto de

    los valores nacionales, le posibilita una libertad de iniciativas, la cual a su vez le permite el cultivo de especialidades y lneas de investiga- cin, independientemente de la relacin que stas guarden con las necesi- dades fundamentales del pas.

    21. Refirindose a Marx, Bottomore seala que su teora del conocimiento

    fue implcitamente la de las ciencias naturales. Vase T.B. Bottomore, Some reflections on the sociology of knowledge (artculo de Revision), British Journal of Sociology, VII (March 1956): 52-58.

    22. J. Habermas, Knowledge and Human Interests, Traducido al Ingls por

    Jeremy J. Shapiro, Heinemann, Londres, 1981 (Reimpresin de la segunda edicin).

    23. A. Schutz, The Phenomenology of the Social Wold, traduccin al Ingls

    de George Wlash y Federick Lehnert, con una introduccin de George Walsh Heinemann Educational Books, Londres, 1980 (Reimpresin).

    24. Edmund Husserl, the Crisis of European Sciences and Trascendental

    Phenomenology, traduccin al Ingls, con una introduccin, de David Carr, Northwestern University Press, evanston, 1970.

    25. E. Millistone, A Framework for the Sociology of Knowledge. Discussion

    Paper, Social Studies of Science, 8 (1978: 111-25). 26. T. W. Goff, Marx and Mead, Contributions to a Sociology of Knowledge,

    Routledge & Kegan, London, 1980.

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