Enseñando con el ejemplo 1

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El docente debe mantener un actitud favorable para que todos los niños y niñas de su grupo ten- gan un desarrollo adecuado, y sean participes en su proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, en variadas ocasiones, el docente es el que se encarga de ponerse algunas barreras para lograr este mismo proceso, porque es él quien se limita, quien se desanima al momento de ver un área de oportunidad en su trabajo, ya que no logran aceptar que los niños son diversos y que cada grupo va a ser único y diferente. En dos de los Jardines de Niños en los cuales se fue a realizar la práctica de intervención, las es- tudiantes normalistas pudieron observar tendencias a conductas desfavorables de los docentes titulares, al establecer relaciones o vínculos con los niños, porque se guían mucho en la etiqueta- ción según los avances, el desarrollo, la cognición y en las cuestiones de discapacidad. Tienen a decir palabras como: -¡Tú nunca haces nada bien! -¡Te lo advertí! -¡Eso te pasa por no ponerme atención! -Este grupo es muy conflictivo! -Este grupo no me gusta. -Los niños de segundo son muy dispersos, es mejor el trabajo con los de tercero. -Si esta actividad fuera con los de tercero, no nos hubiéramos tardado tanto. -Este niño esta perdidoPor eso, el compromiso, la información y la aceptación del los recursos, estudiantes y medios para trabajar de las docentes titulares, puede generar en el ambiente áulico otra forma de visua- lizar en las prácticas profesionales como se logra una inclusión, tal vez no exitosa, pero si satis- factoria, tanto para la maestra titular o estudiante normalista, como para el niño/a y el grupo en general. ¡Enseñando con el EJEMPLO! No existe cosa más natural que la diversidad. La diferencia es lo normal(López Melero, 2004) López (1997) nos menciona que diversidad es la identificación de la persona tal como es y no tal como se desearía que fuera o no fuera.

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El docente debe mantener un actitud favorable para que todos los niños y niñas de su grupo ten-gan un desarrollo adecuado, y sean participes en su proceso de enseñanza-aprendizaje.

Sin embargo, en variadas ocasiones, el docente es el que se encarga de ponerse algunas barreras para lograr este mismo proceso, porque es él quien se limita, quien se desanima al momento de ver un área de oportunidad en su trabajo, ya que no logran aceptar que los niños son diversos y que cada grupo va a ser único y diferente.

En dos de los Jardines de Niños en los cuales se fue a realizar la práctica de intervención, las es-tudiantes normalistas pudieron observar tendencias a conductas desfavorables de los docentes titulares, al establecer relaciones o vínculos con los niños, porque se guían mucho en la etiqueta-ción según los avances, el desarrollo, la cognición y en las cuestiones de discapacidad.

Tienen a decir palabras como:

-¡Tú nunca haces nada bien!

-¡Te lo advertí!

-¡Eso te pasa por no ponerme atención!

-Este grupo es muy conflictivo!

-Este grupo no me gusta.

-Los niños de segundo son muy dispersos, es mejor el trabajo con los de tercero.

-Si esta actividad fuera con los de tercero, no nos hubiéramos tardado tanto.

-Este niño esta perdido…

Por eso, el compromiso, la información y la aceptación del los recursos, estudiantes y medios para trabajar de las docentes titulares, puede generar en el ambiente áulico otra forma de visua-lizar en las prácticas profesionales como se logra una inclusión, tal vez no exitosa, pero si satis-factoria, tanto para la maestra titular o estudiante normalista, como para el niño/a y el grupo en general.

¡Enseñando con el EJEMPLO!

“No existe cosa más natural que la diversidad. La diferencia es lo normal” (López Melero, 2004)

López (1997) nos menciona que diversidad es la identificación de la persona tal como es y no tal como se desearía que fuera o no fuera.