Entrevista a Rodrigo Vera Godoy

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Boletín digital del Instituto Nacional de Formación Docente | Año 1 | Nº 3 | Agosto 2008 Entrevista a Rodrigo Vera Godoy (Chile) El taller de educadores para el análisis de la propia práctica El equipo de Acompañamiento a Docentes Noveles del INFD organizó el seminario "El taller de educadores, una herramienta conceptual y metodológica para el análisis de la propia práctica", destinado a docentes de Institutos Superiores de Formación Docente (ISFD) de 14 provincias argentinas que participan en esa línea de acción. En este marco, se realizó una entrevista al Dr. Rodrigo Vera Godoy (Chile), consultor internacional y ex - director de Educación de FLACSO Chile, quien estuvo a cargo del seminario-taller. Vera Godoy es reconocido ampliamente en el ámbito de la formación docente por el impulso dado a los talleres de educadores y a las comunidades de aprendizaje para la promoción de una vida escolar democrática y una profesionalidad crítica y reflexiva. ¿Cómo ha llegado a la perspectiva de trabajo denominada "comunidades de aprendizaje"? ¿Cómo he llegado? Viviendo muchos años, viajando a muchos países y trabajando con sistemas educativos de diferentes lugares y con gente que de alguna manera está pensando en la educación. Lo constante que se producía era la soledad, la indefensión. Y así pude ver que la tarea –que se hacía en soledad- requería de otro para asumirla. Ahí comenzó a surgir la idea de las comunidades de aprendizaje. Primero trabajé en pequeños grupos de reflexión de la propia práctica, en algunos países esta actividad se denomina talleres de educadores y educadoras, en otros, círculos de análisis de la práctica, otros la llaman grupos de mejoramiento de la práctica. La idea es que los docentes se juntan para tratar de ver cómo pueden hacerse más efectivos con lo que realizan, sobre la base de conversaciones sobre lo que hacen. ¿Cuándo comenzó a trabajar con estas propuestas? Comencé a cultivar esta idea en los años 70. A nivel nacional, a partir del año 1970 y hasta el año 1973. En el marco del gobierno de Unidad Popular en Chile se incorporaron los talleres de educadores por ley, dentro del horario de trabajo regular, dentro de la jornada docente; se destinaron dos horas semanales para que los talleres de educadores funcionaran. Fue una experiencia muy importante, maravillosa para mí. Luego, viene el golpe de estado, y el golpe nos cambió la

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Boletín digital del Instituto Nacional de Formación Docente | Año 1 | Nº 3 | Agosto 2008

 Entrevista a Rodrigo Vera Godoy (Chile)

El taller de educadores para el análisis de la propia prácticaEl equipo de Acompañamiento a Docentes Noveles del INFD organizó el seminario "El taller de educadores, una herramienta conceptual y metodológica para el análisis de la propia práctica", destinado a docentes de Institutos Superiores de Formación Docente (ISFD) de 14 provincias argentinas que participan en esa línea de acción. En este marco, se realizó una entrevista al Dr. Rodrigo Vera Godoy (Chile), consultor internacional y ex - director de Educación de FLACSO Chile, quien estuvo a cargo del seminario-taller. Vera Godoy es reconocido ampliamente en el ámbito de la formación docente

por el impulso dado a los talleres de educadores y a las comunidades de aprendizaje para la promoción de una vida escolar democrática y una profesionalidad crítica y reflexiva.

¿Cómo ha llegado a la perspectiva de trabajo denominada "comunidades de aprendizaje"?¿Cómo he llegado? Viviendo muchos años, viajando a muchos países y trabajando con sistemas

educativos de diferentes lugares y con gente que de alguna manera está pensando en la educación. Lo constante que se producía era la soledad, la indefensión. Y así pude ver que la tarea –que se hacía en soledad- requería de otro para asumirla. Ahí comenzó a surgir la idea de las comunidades de aprendizaje. Primero trabajé en pequeños grupos de reflexión de la propia práctica, en algunos países esta actividad se denomina talleres de educadores y educadoras, en otros, círculos de análisis de la práctica, otros la llaman grupos de mejoramiento de la práctica. La idea es que los docentes se juntan para tratar de ver cómo pueden hacerse más efectivos con lo que realizan, sobre la base de conversaciones sobre lo que hacen.

¿Cuándo comenzó a trabajar con estas propuestas?Comencé a cultivar esta idea en los años 70. A nivel nacional, a partir del año 1970 y hasta el año 1973.

En el marco del gobierno de Unidad Popular en Chile se incorporaron los talleres de educadores por ley, dentro del horario de trabajo regular, dentro de la jornada docente; se destinaron dos horas semanales para que los talleres de educadores funcionaran. Fue una experiencia muy importante, maravillosa para mí. Luego, viene el golpe de estado, y el golpe nos cambió la vida. Yo traté de que la vida no me la cambiaran, aunque tuviera que moverme con mi familia de país, por lo menos en lo que yo había descubierto como un gran aporte a la educación, a los docentes y a los alumnos y estudiantes de los sistemas escolares. De manera empecinada me he mantenido en el análisis de la práctica como factor de profesionalización de esas prácticas, siguiendo la idea de que los docentes puedan hacerse cada vez más responsables de sus resultados. En ese empecinamiento he dedicado mi vida desde distintos trabajos, en muchas instituciones generalmente internacionales, porque pasé mucho tiempo sin poder volver al país. Cuando volví al país tampoco tenía espacio para trabajar. Entonces trabajé en la UNESCO, en Naciones Unidas, fui coordinador de una Red de Investigaciones Cualitativas sobre la realidad escolar que financió el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá. Tuve que canalizar el exilio de Chile en distintos países desarrollando esta línea de investigación y experimentación.

¿Cuál es su propuesta en la actualidad?Actualmente, apoyo en la construcción de modelos de unidades de aprendizaje que tienen una fuerte

base tecnológica, de plataforma. Esto permite imaginar una conectividad que en otro momento no podríamos haber imaginado, y permite efectivizar un apoyo académico que puede llegar a muchos docentes de manera pertinente, por cuanto los docentes intercambian sus saberes, sus problemas y sus análisis. Desde esta

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perspectiva, la comunidad puede compartir distintas dimensiones de la práctica, una de ellas son los talleres de educadores que me han reunido aquí, en Argentina. En definitiva implica compartir cómo, de manera colectiva, se revisan y se analizan las propias percepciones, sostengo que en la medida en que ellas se transforman, estamos en condiciones de ampliar nuestro repertorio de actuación. En síntesis, son treinta y cinco años trabajando en lo mismo y me sigo entreteniendo. Sigo pensando que estamos recién empezando en una nueva perspectiva de ejercicio de la docencia.

En el seminario que brindó usted invitó a poner el cuerpo. ¿Cómo relaciona esto con la formación de los docentes y las carencias o potencialidades que tienen?

El ejercicio de poner el cuerpo como inicio de la actividad tiene que ver con una de las competencias generativas que las comunidades de aprendizaje desarrollan, que podríamos denominar "el autocuidado", que en definitiva es que cada uno se haga cargo de sí, de ponerse en condiciones de ser, además de feliz y alegre, productivo. El poner el cuerpo es más bien una propuesta obvia, de que somos cuerpos pero también una propuesta obvia desde dónde poder relacionarse con la cultura escolar, que aparentemente es una de las cosas que ha dejado afuera.

Es una invitación a incorporar el cuerpo en la cultura escolar, en el aula, en la convivencia, dentro de los objetivos y, por lo tanto, a vivir una experiencia y reflexionar sobre ello: cuán importante y fácil es incorporar el cuerpo. El cuerpo nos hace lúcidos para aprender, nos hace simpáticos, nos hace cálidos, el cuerpo está lleno de huellas, por regla general, estimuladas por la música, huellas positivas. Tenemos huellas de los mejores momentos y emociones. Esta invitación vinculada con la música tiende a que esas emociones positivas se hagan presentes y que cada uno se disponga a tener una nueva. Es también una propuesta muy elemental: que en toda actividad que iniciemos nos tomemos algunos tiempos para poner el cuerpo. Lo más sencillo, que nos pongamos en contacto con nuestra respiración y reconocernos que somos seres respirantes; con nuestras articulaciones, que somos seres articulados; con nuestro estado de ánimo, sobre la base de que somos seres emocionados, emocionables y conectados con la emoción. Es darnos el tiempo de reconocer dónde estamos y poder vivir el momento y el lugar en el que nos encontramos. Es un ejercicio de conexión con lo que voy a iniciar y no sólo con la tarea, sino con los demás que forman parte de ella. Esa es la propuesta de ponerse el cuerpo.

¿Cómo cree que favorecería la profesionalización –particularmente de los docentes noveles- la construcción de comunidades de aprendizaje?

En el seminario trabajamos esta línea de profesionalización de las prácticas de los docentes noveles sobre la base de que tengan una experiencia sistemática en talleres de educadores y educadoras. El taller de educadores invita a construir un espacio de análisis de las propias percepciones, que sea hecha con otros, de manera tal que las miradas de otros le permita a uno enriquecer su propia mirada sobre sí mismo. Al realizar esto en comunidad, en grupo, en talleres de educadores y además, al conectar los talleres de educadores entre sí, se genera una sinergia de análisis, de percepciones, donde se tiene absolutamente claro de que una percepción, por ejemplo, estigmatizadora o limitante de los problemas de aprendizaje de un estudiante, no es un problema del estudiante sino que es un problema del docente.

En el seminario se trabajó con seriedad y humor que uno tiene percepciones que no reconoce como tales, como que la realidad fuera "como yo la veo", y la verdad es que rápidamente se descubre que la realidad la veo como puedo y quiero verla, en el sentido de que está fuertemente condicionada por mi marco de referencia, desde el cual yo miro, ya sea por mi trayectoria, por mis argumentos, mis pensamientos, mis ideas, mis valores, mis emociones, mis experiencias anteriores o mis capacidades frente a ella. La idea es que el docente novel, en su introducción a la escuela, sea una persona capaz de dudar de su percepción, saber que esa percepción tiene que estar permanentemente en revisión y que a partir de esa percepción dudada, reflexionada, pueda realmente reconocer que su práctica va a tener mucho de incertidumbre y muy poco de previsible.

¿Podría describir el funcionamiento de una comunidad de aprendizaje, en el marco de la formación docente?

En principio, desde una noción de cadena de aprendizaje que se conforma teniendo como punto de partida y punto de llegada al estudiante, al alumno de escuela, en una situación determinada. Por otra parte, con los institutos conectados con escuelas, con estudiantes que tienen nombre y apellido, perfectamente identificados. Todo lo que se va a desarrollar estará orientado a apoyar a quien está en primera línea en esa labor docente. Es decir que los institutos y particularmente sus estudiantes tengan como referencia alguna escuela y un conjunto de estudiantes de la escuela. Puede ser incluso que cada estudiante se haga cargo de mirar a un alumno y le haga un seguimiento durante el año. Ojalá pudiera mirar a unos cinco, diez alumnos y que su mirada sea una mirada comprometida con el maestro, y que pueda vincularse a sí mismo pero vincular a otro, en función de asegurar los aprendizajes de dicho estudiante

Sobre la base de construir cadenas de aprendizaje construimos comunidades de aprendizaje, a partir de la cual se relacionan los docentes del instituto entre sí, los estudiantes del instituto entre sí, los docentes noveles entre sí, los acompañantes entre sí y van compartiendo sus prácticas.

Se aprende a trabajar en comunidad de aprendizaje trabajando en comunidad aprendizaje. El "carnet de incorporación" a una comunidad de aprendizaje implica reconocernos débiles frente a la complejidad de los desafíos educativos, es decir que no tenemos resuelto cómo los estudiantes -en su particularidad- van a tener hoy día los aprendizajes que uno pretende que tengan. Por otra parte, la complejidad de la tarea, puede ser

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abordada con este apoyo tecnológico maravilloso que se desarrolla en conectividad con otro. Yo creo el Instituto Nacional de Formación Docente va a estar ofreciendo la tecnología necesaria para ello y, por lo tanto, será muy sencillo que se incorporen y empiecen a practicar la conectividad con otro, con metodologías de análisis de la práctica que también pueden ser perfectamente adquiridas y desarrolladas, como lo hicimos en el seminario.

En los años 70 surgieron perspectivas de trabajo ligadas al cuerpo y a la creatividad, hoy usted las sigue rescatando, ¿qué viene a decirle un taller de educadores a otras líneas de trabajo más ligadas al concepto de eficiencia o más ligadas a lo discursivo?

Todas las líneas aprenden entre sí pero después de 30 años las sociedades no estamos logrando los objetivos que nos hemos propuesto o que soñamos lograr. Porque en los años 70 ya había una plena conciencia de que la educación era un factor fundamental de desarrollo individual y social, y muchos años después seguimos pensando que la educación tiene que jugar un papel muy importante. Creo que hoy en día estamos planteando todo de nuevo y estamos haciendo rescates, y uno de los rescates que hacemos desde el taller de educadores es que hay una sabiduría empírica en los docentes de aula que es un diamante en bruto para los estudiantes que tienen enfrente y para la sociedad que los acoge. Estamos en un momento de gestión del conocimiento, de rescatar todo el conocimiento y sabiduría que está ligado a la práctica, pero no sólo para una persona sino para el conjunto de la sociedad, y eso es posible con estas plataformas tecnológicas en comunidades de aprendizaje. En otros tiempos no existía la disyuntiva, no teníamos esta tecnología, no teníamos esta conectividad. No teníamos la posibilidad incluso de comunicarnos viéndonos, viendo uno al otro, y hoy día con las camaritas webcam, podemos además tener conexiones mirándonos. Estamos asombrados de las posibilidades que se abren en educación sobre la base de la conectividad, en la medida en que tengamos una política nacional que autorice a los docentes realmente para caminar caminos que anteriormente no han caminado. Es decir, estoy muy optimista de lo que viene.

Durante le seminario, planteó que estamos inmersos en un contexto de incertidumbre, ¿podría ampliar esta idea? ¿Qué propone el concepto de comunidad de aprendizaje frente a esta idea?

La práctica educativa, pedagógica se puede definir en un triángulo donde se combinan objetivos, restricciones e incertidumbre. En el centro hay una relación de enseñanza y aprendizaje entre docente y estudiante. Hemos avanzado en poder reconocer que el éxito de la práctica educativa está muy fuertemente influenciado por la posibilidad de hacernos cargo de la incertidumbre y de no negarnos a que la práctica educativa es diversa, distinta, situada, singular, en que el aprendizaje no se resuelve linealmente por la enseñanza. Es decir, planteo que tenemos que hacernos cargo de esa incertidumbre y que el docente tiene que tener una mayor autonomía para tomar decisiones sobre la marcha, pero sobre la base de que exista un acompañamiento institucional y un compromiso individual, y sobre la base de que ese docente tenga las competencias para tomar esas decisiones con autonomía haciéndose cargo de los resultados. Esto que llamamos la profesionalización de la práctica pedagógica consiste en eso, es decir, cómo asumimos una tarea nacional, institucional e individual, en la cual cada sujeto resulta importante, incluso el compromiso del estudiante con el aprendizaje, para lograr los objetivos que nos estamos planteando alcanzar. Y plantear las comunidades en la conectividad, una comunidad que tiene teoría, que tiene metodología, que comparte mapas conceptuales y que facilita dicha comunicación.

Algunos docentes reconocen la palabra "comunidad educativa" como "lo común", y a veces confunden "lo común" con "lo parecido", "lo igual". ¿Cómo entra a jugar en el concepto de comunidad de aprendizaje lo plural y diverso y diferente?

El concepto de comunidad es un concepto de sentido común, ¿no? Uno se liga con otros porque tiene algo en común. Ahora, lo que se agrega, es que nos ligamos teniendo algo en común siendo diferentes, y es precisamente la diferencia la que hace ricas e interesantes a las comunidades de aprendizaje. La diferencia de percepciones, de impresiones, de trayectorias, de estudios, pero también la diferencia de los episodios que se van eligiendo, de las dimensiones de la práctica que se están compartiendo. Entonces yo diría que esta idea de comunidad integra lo común y lo diferente.

¿Cómo marcar diferentes escalas de acompañamiento a docentes noveles?Esto es clave, si uno va a impulsar que los noveles entre sí establezcan, desarrollen talleres de

educadores, sus acompañantes debieran también desarrollar talleres de educadores entre sí, pero de su práctica de acompañamiento. Es decir, la práctica del acompañante, la práctica del acompañamiento, la práctica del novel, es la práctica de relacionarse con los alumnos, y la idea es que estos dos talleres de educadores se potencien entre sí, que vayan sistematizando lo que hacen de manera tal que estén permanentemente comunicados.

Entrevista: Cinthia RajschmirSelección de contenidos: Beatriz Alen y Silvina Nanni