ENTREVISTA A XABIER LIZARRAGA CRUCHAGA - … · pedacito de esa vida; casi leyenda, de uno de los...

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ENTREVISTA AXABIER LIZARRAGA CRUCHAGA

Desde que me inicie como activista en VIH empecé a oír el nombre de mi entrevistado: Xabier; con apellidos onomatopéyicamente aguerridos: Lizárraga, Cruchaga, un icono alrededor de un mito o un mito alrededor de un icono. Así que me era necesario conocer de primera mano o de primera voz otro pedacito de esa vida; casi leyenda, de uno de los destacados protagonistas de la historia del movimien-to LGBTI y de los primeros en atender el problema del VIH/sida en México; cuando el aumento del es-tigma, la discriminación y la homofobia que trajo consigo, amenazaban con derruir todo lo construido hasta ese momento.

Xabier nos recibe, a mí y a Juan Sebastián, en su casa de la colonia Anzures; en la sala donde rivaliza la obra pictórica de diversos autores, incluyendo un autorretrato, el cual encabeza este texto, y plantas, plantas por todas partes, plantas que amenazan convertir en selva el lugar bañado de la luz tenue de un atardecer lluvioso.


Lizarraga es un fan de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll; libro del que hurtó al gato sonriente, gato enorme que en un momento oportuno de la entrevista aparece y sienta sus reales en el regazo de su secuestrador, ahora seguramente su sirviente; mientras desde diversas partes de la estancia nos vigila el hermoso santo martirizado, atado a un árbol, desnudo e indefenso, del que es admirador nuestro anfitrión ateo, que colecciona sus imágenes medio religiosas y medio eróticas o eróticas y medio: San Sebastián, soldado violado por las flechas en castigo a negarse a reconocer a los dioses, para él paganos, y según se dice, por negarse a otras solicitudes de sus compañeros de armas.

En algún momento de la entrevista se asoma Luis, otro habitante de la casa, que no interrumpe la se-sión, pero que al final aparece cargado de panes: cuernos y donas de chocolate que sirven de restaura-dores de las fuerzas perdidas en la atenta escucha.

David Alberto


¿QUIÉN ES EL QUE ANDA AQUÍ...?

Xabier, después de saludarte apropiadamente, te pregunto: ¿A qué te dedicas actualmente?

Bueno, pues yo soy investigador, soy antropólogo físico; investigador de la Dirección de Antropología Física del INAH; y ahí soy investigador del campo del comportamiento, más concretamente de la sexua-lidad; pero se hace de todo, tengo un seminario de antropología del comportamiento, que llevamos casi 15 años, y pues también a escribir, a coeditar con una amiga libros multiautorales, dar algunas asesorías académicas, algunos cursos en otras partes, conferencias, asesorías a terapeutas familiares y demás. Eso es básicamente lo que hago en términos profesionales.


EN UN LUGAR DE REFORMA DE CUYO NOMBRE YA ME HIZO ACORDAR ¿Dónde nació Xabier Lizárraga Cruchaga?

Nací en el Paseo de la Reforma, casi frente al Ángel de la Independencia; ya no existe aquel edificio, era un hospital muy chiquito que estaba a una cuadra del actual Sanborns del Ángel, o sea ahí en el mero meollo.

En un ámbito propiciatorio al ligue; cuéntanos de tu infancia, ¿cómo la viviste?

Mi infancia tuvo claroscuros, como justificante puedo decirte que fui un niño con muchos problemas de salud, en varios momentos incluso a punto de morir, pero tuve una grandísima fortuna: la gente que me rodeo, mi primer núcleo socio-afectivo… Mis padres eran refugiados españoles, él pintor, ella fotógrafa, amigos de gente maravillosa como Katy y José Horna, Remedios Varo, Emerico Weisz y Leonora Carr-ington… Mi padre fue el primer marido de Remedios y el padrino de bodas de Leonora y Emerico. Era un mundo de artistas, de inquietudes, y un mundo de personas nada conservadoras, de ideas bastante anarquistas; en mi casa leíamos mucho, oíamos música… tanto música clásica como música española y mexicana, ranchera; mis padres eran fanáticos de la música ranchera, y del tequila.

La televisión llegó a mi casa cuando yo estaba terminando mi maestría, en 1972; por lo que en mi infan-cia y adolescencia tuve mucho tiempo para leer, además de que estuve un año en cama con tubercu-losis con inyecciones diarias; y eso me retrasó en mis estudios, yo había entrado a primero de primaria cuando me dio la tuberculosis, y pues me leí todo el Tesoro de la Juventud, que eran 20 tomos… porque no podía ir muy lejos; y luego viví un año en un rancho en el Estado de México. Tuve una vida muy rica, muy distinta a la de mis amigos, que llegaban y me platicaban sobre sus programas favoritos de televi-sión de los que yo no tenía ni idea, y yo les hablaba del ballet, de los conciertos de música clásica, las exposiciones de pintura, de cómo se cría una vaca… porque cuando era chiquito yo alimenté una vaca, mi ternerita; resulta que un día vino el carnicero de Ixtlahuaca: el día anterior había llegado borracho, como todos los fines de semana, y se acordó que no tenía carne para el día siguiente y fue a sacrificar una vaca gorda, que estaba embarazada y de churro no se murió la ternerita. Llegó con la ternerita en brazos y le contó mi mamá, la historia lleno de vergüenza, luego se apresuró a decir que se la traía para ver si yo la podía criar. Yo la amamanté con biberones.

¿Qué otras inquietudes tienes?

Ah bueno, mis inquietudes son muchas, ahora probablemente en los próximos meses salga el último libro, que se llama Semánticas Homosexuales. Reflexiones desde la antropología del comportamiento, e intento –no he podido avanzar mucho porque he tenido otros artículos que escribir para unos con-gresos– reelaborar mi tesis doctoral, que es una propuesta teórico-metodológica para el estudio del comportamiento desde la perspectiva de la antropología del comportamiento… Quiero actualizarlo bibliográficamente, incluir algunas reflexiones nuevas. Además tengo, digamos, unas notas para otro próximo libro sobre El egoísmo.


Qué interesante, bueno, no tenías televisión, pero tenías muchas actividades, muchas diversiones…

Ah sí, yo me divertí mucho, jamás me aburrí; raras veces me aburro. Además de leer, escribía cuentos y dibujaba, incluso llegué a tocar el acordeón y la flauta barroca, que desgraciadamente ya no sé tocar ninguno de esos instrumentos… A los nueve años hice mi primera exposición de dibujos; fue en la Gale-ría Diana, la misma galería en la que Remedios Varo hizo su primera exposición en México; galería hoy desaparecida, estaba donde hoy está la Torre Mayor, en Reforma.


LAS AMISTADES PELIGROSAS

Viajando al pasado intimo y profundo… ¿cómo fue el descubrimiento de tu sexualidad?

Es muy chistoso porque justamente cuando tenía más o menos siete u ocho años, con un amiguito que era hijo de unos amigos de la familia. Nos llamábamos primos, no éramos primos, pero nos llamábamos primos, él no tenía primos y yo tampoco, sus padres también eran exiliados españoles; jugábamos di-versas cosas entre ellas, a la Guerra de Troya, y a veces yo era Helena y a veces Helena era él, y a veces también jugábamos a que éramos ídolos del rock and roll, yo era el guapérrimo Fabián Forte… Entre que jugábamos aventuras y todo eso, incluíamos acercamientos sexuales, pasión y demás: besos, cari-cias, masturbación mutua, felación y… pues así empezó todo.


Xabier, has escrito algunos libros, platícanos de alguno que sea especial para ti

Mira, yo he escrito muchos artículos y ensayos, pero pocos libros completos son de mi autoría; he coordinado algunos, en donde los textos han sido por mí y por otros investigadores. Digamos que tengo dos que realmente son míos, porque los he firmado yo: Las brujas son mujeres, del que han salido dos ediciones de cien ejemplares numerados, es un pequeño texto, un divertimento, la historia de cómo surgió es bastante chistosa: unas chavas lesbianas iban a editar una revista que llamarían Las brujas y me preguntaron si podía escribir algo sobre estos personajes; les dije que me llamaran la semana si-guiente para ver si se me ocurría algo y podía comprometerme, pero resulta que el sábado me levanté inspirado y me puse a escribir… salió de un jalón ese día, aunque evidentemente luego lo pulí; las cha-vas no llamaron y unos meses después Jorge Ortiz de la Mora me preguntó si podía publicarlo en una revista en la que estaba… para no hacértela cansada: se publicó dos veces en dos revistas, de las que jamás tuve un ejemplar, antes de que José Antonio Alcaraz me la pidiera para una plaquette, y después vino esta nueva publicación como libro-objeto.

CUANDO NECESITO LEER UN LIBRO LO ESCRIBO


El otro libro mío es Una Historia Sociocultural de la Homosexualidad. Notas sobre un devenir silenciado, que originalmente no se iba a llamar así, el título que yo le había puesto era La más loca historia jamás contada; quería que la palabra “loca” tuviera otra tipografía para que tuviera los dos sentidos. Pero los de la editorial, que ya habían publicado uno titulado Historia Natural de la Homosexualidad, considera-ron que sería interesante publicar una historia sociocultural: Desgraciadamente, por ese título, muchos consideran que yo soy historiador y no lo soy. También el origen de este libro tiene una historia chisto-sa: cuando yo trabajaba con el Instituto Mexicano de Sexología, hacíamos talleres y a principios de los 80 estábamos elaborando uno nuevo, y Juan Luis Álvarez-Gayou, me dijo que pensaba que, aunque ya habíamos abordado el tema de la homosexualidad sentía que era necesario que se hablara de la histo-ria de la homosexualidad, cómo había sido vivida en épocas pasadas, porque no se piensa en ello, y esto les daría a los sexólogos una visión diferente. Y al final de la plática me dice: “Y creo que a ti te toca”. Me puse a buscar datos y más datos, que en aquellos años no era sencillo; finalmente di la clase, pero un buen día, como tenía una inmensidad de notas, me dije “Bueno pues ahora sí, a ponerse a coser y a cantar, vamos a hilvanar una con otra… hagamos una floritura para unir las notas y meter unas cuantas reflexiones”: y nació ese libro, de ahí ese subtítulo de “notas sobre un devenir silenciado”.

¿Había entonces algún libro sobre la historia de la homosexualidad?

Probablemente hubiera en Europa o en Estados Unidos, pero yo los desconocía. Aquí en México no encontrabas nada, todo lo más te podías encontrar algún libro con alguna nota al respecto. El libro lo terminé en el 83, pero no vio la luz, por diversas razones, hasta el 2003.

En esa época del 83, ¿ya se usaba el término gay?

Si

¿Cuándo se empieza a usar el término gay?

Mira, el término gay se empieza a usar en EEUU más o menos en la primera mitad del siglo pasado [1901-1950], pero empieza a tener mayor presencia en el habla homosexual más o menos por los 50-60. Es un término que forma parte del lenguaje críptico de la época, junto con los “lenguajes traves-tidos” [hablar cambiando el sexo-género], y además, si te fijas es muy parecido a lo que se manejaba en México: aquí decíamos es de ambiente, soy de ambiente, y gay es alegre. Los y las homosexuales norteamericanas empiezan a utilizar la palabra para nombrarse a sí mismos, y luego se mundializa… e incluso su utilización en ese sentido va más allá del sector homosexual de la población y los hetero-sexuales comienzan a asociar la palabra gay con homosexualidad. De hecho, la palabra gay desaparece digamos de otros quehaceres culturales de la época; en mi último libro menciono que probablemente la última vez que se usó la palabra gay en el sentido de “alegre” en una producción heterosexual de Hollywood fue cuando Natalie Wood cantaba: I feel pretty/ Oh so pretty, I feel pretty and witty and gay… y dice soy gay, entonces la palabra adquiere un nuevo sentido y fuerza; poco a poco empieza a sustituir al término “homosexual”; aunque luego comenzaron a darse discusiones sobre lo apropiado o no de utilizarlo, sobre su etimología, sus connotaciones filosóficas e incluso sexo-políticas… de que si es lo mismo que lo mesmo.


Xabier, ¿qué significa ser gay?

Mira, creo que hay diferentes posiciones; yo, por ejemplo, tengo una posición que comparto más o menos con Michael Foucault y luego la retoman otros autores, dándole una reverencia al Señor Fou-cault por supuesto. Él sugiere que gay significa un hacer desde la propia homosexualidad, permite una cultura, que es parte de mi curso también; para mi, el homosexual es el que le gusta, prefiere, desea

ACERCA DE LA GAYCIDAD Y DE LOS MÚLTIPLES COLORES DEL ARCOÍRIS


a personas de su mismo sexo; el gay es el homosexual que se asume plenamente, que habla desde la perspectiva de su homosexualidad, construyendo una cultura, un estilo de vida, alternativas… constru-yendo una ideología sexo-política. Así, por ejemplo, un gay de closet es imposible; aunque la gente uti-liza gay para catalogar a todos los homosexuales, y actualmente se usa más para los hombres, aunque originalmente incluía a hombres y mujeres.

Y eso me lleva al desfile de las letras LGBTTTI, donde la letra I es por intersexuales ¿es correcto in-cluirlos?

Bueno, en México la inclusión de los intersexuales se dio en la organización de la marcha del 2009, y yo, que formaba parte del Comité Organizador, levanté la mano y dije: “Al respecto hay dos cosas que yo quisiera decir, primero, que personalmente la palabra ‘intersexual’ me revienta, porque es una palabra construida desde el discurso médico y que parte de que de la binariedad oficial, de que solamente hay dos sexos, y lo que si no es mujer y no es hombre pues es “intersexo”, y yo presupongo que hay muchos tipos de sexo; yo preferiría la palabra biológica de hermafrodita’ que además me parece mucho más poética porque hace alusión a la mitología; y la otra causa por la que a mí no me parece del todo correc-to que incluyamos a los ‘intersexuales’ es porque: ¿dónde están? ¿Quieren ser incluidos? ¿Cómo vamos a incluir a alguien que ni siquiera lo ha solicitado? Vamos, yo quisiera saber cuál es su opinión, ¿Cuál es su propuesta? A lo mejor si coincido en las demandas, a lo mejor no, a lo mejor tienen una demanda muy concreta”. En esa medida yo estaba no totalmente en contra, pero sí en cierto desacuerdo de que se les incluyera mientras no hubiera alguien, al menos una persona intersexual que dijera que los inclu-yéramos en esta sopa de letras en que se ha convertido el colectivo. De repente alguien dijo: “Yo soy intersexual”; “¡Ah bueno! Si tu eres intersexual y quieres que se te incluya… adelante yo no tengo nada que discutir”, le dije. Entonces alguien me preguntó, concretamente Judith: “En serio, Xabier, ¿qué es exactamente intersexual?”, y entonces me instalé en el papel de sexólogo y le empecé a explicar lo que es un intersexual, hablando de las características biológicas; y entonces quien había hablado antes, dijo: “Yo no soy así, yo soy intersexual ideológico” Y no, podía ser transgénero, transexual u otra cosa, pero no intersexual… Era una chava (biológicamente hablando) y le dije: “Por cómo te veo, yo supongo que tu biología eres hembra, y quizás te identificas como hombre; tu biología es de mujer y puedes ser trans o quizás drag king” Y comenté que para mi lo mejor era hablar de “andrógino”, que me parece interesante, pero no tiene caso deben ser incluidos como quieran ser llamados.

Mencionaste hace un momento a Michel Foucault ¿tuviste la oportunidad de conocerlo, de estrechar su mano, de hablar con él?

Desafortunadamente no; mira ni a Michel Foucault ni a John Boswell que eran como mis dos grandes ídolos; de hecho, estuve en Nueva York en la marcha del 25 aniversario de Stonewall que fue el año en que John Boswell murió, y que salió su último libro, Las bodas de la semejanza, obra que hizo que el Vaticano retumbara. Era, bueno, EL libro, la novedad; para la marcha todas las librerías lo tenían en el centro de sus escaparates.

¿Existe alguien a quien consideres un icono del movimiento?

Mira yo no sé si hay iconos, porque yo pienso más en icono del movimiento; a Foucault lo hemos con-vertido en icono teórico de la homosexualidad, de la sexualidad en muchas formas, del poder, etcétera. Un icono del activismo sería, por ejemplo, Hervey Milk… icono y mártir. En terreno teórico, tenemos personajes maravillosos en muchas partes del mundo, yo estoy más familiarizado con los franceses y


los españoles, que con los gringos. Pienso, así en un Dedier Eribon, que es el mejor de los biógrafos de Foucault, que lo conoció personalmente, era su amigo; él es filósofo y un activista, y sus libros son casi lectura obligatoria…


Aunque te lo han preguntado muchas veces, me resisto a no hacerlo, así que… ¿cómo era la vida gay en la ciudad de México cuando se inició la tradición de la marcha?

En México, en los 70, desde los 60, recibimos la resonancia del hippysmo y del movimiento del 68… fue como un despertar; aunque me choca que se diga “el despertar de la juventud”, como ahora andan di-ciendo del movimiento #YoSoy132; yo creo que la juventud nunca ha estado dormida, lo que ha pasado es que ha estado interesada en otras cosas… pero digamos en los 70 en México se vivía una situación muy grave, era peligroso ser homosexual. En el Distrito Federal, por la cantidad de habitantes, se podía pasar más o menos inadvertido a diferencia de lo que se vivía en una ciudad de provincia o un pue-blo; por ejemplo, a principios de los 70 habían bares gay, pero en ellos no se podía bailar, no se podía agarrar de la mano a la pareja o al amigo o lo que fuera, mucho menos darle un beso; éramos jotos decentes. Un poco moderados, moderados por las reglas de los lugares; en aquel entonces había una frecuente represión policiaca: te llevaban del bar al torito, a la delegación, a lo oscurito, donde podían violarte una serie de policías mala onda. Entonces, para poder tener un divertimento, para que pudie-ras besarte, acariciarte, abrazarte, manosearse, jugar, pues se hacían fiestas, fiestas en casas; mismas a las que podía llegar la policía, porque te podía denunciar algún vecino, o peor aún, aunque no fue muy frecuente pero se dieron casos, que te denunciara una loca que no había sido invitada.

Tengo una anécdota muy chistosa, más o menos en 1975 o 1976, no recuerdo bien, fuimos a una fiesta el que era mi pareja en ese entonces, viví tres años y cacho con él, y dos grandes amigos que eran como mis hermanas; una fiesta allá por la Condesa, en una de esas calles que tienen nombre de niño héroe, y era una casa tipo californiano, algo por el estilo, de dos o tres pisos, yo no sabía de quién era, pero había mucha gente, habían unas vestidas, y otras muy arregladas, en esa época nos arreglábamos de manera muy especial para las fiestas, no salías como cuando vas al súper. Y entonces estábamos en eso cuando de repente, la luz intermitente de una torreta de la policía; frente a la casa estaba una patrulla estacionada, y en menos que te lo cuento, desaparecieron todas las locas; quedamos mis dos amigas, mi marido y yo, y nos dijimos: bueno, vamos a sentarnos en la sala, muy decentemente, a platicar; estábamos con una copa en la mano, oyendo musiquita, pero todos los demás habían desaparecido, y era una fiesta con bastante gente; seguíamos hablando y todo eso, volteando obviamente hacia la ventana, porque la luz seguía, pero no pasaba nada; y finalmente me paré a averiguar qué pasaba, con cuidado, con cautela, fui a otra ventana, me asomé moviendo levemente la cortina y que me da un ataque de risa, y me dicen: “¿Qué pasó?” “Nada” les dije muerta de risa “es una patrulla que se detuvo y están comiendo en la taquería de aquí abajo, no vienen por nadie, no vienen a la acción”. Y cuando finalmente arranca la patrulla y se va, empezamos a llamar a las jotas, que ya volvieran a salir, que no había pasado nada, que no había peligro…y bueno, unas estaban metidas en el horno de la estufa, dos o tres, en los tinacos del agua; en los lugares más inverosímiles que te puedas imaginar estaban escon-didas todas las locas.


LA MARICÓNICA DINASTÍA A ESCENA

Esa historia es muy divertida, y me lleva a otra historia de la que me he enterado recientemente: tu familia gay dinástica: la Maricónica familia.

Bueno, yo creo que esto es algo que se ha dado desde hace mucho tiempo; incluso, te digo, en los 70. Esos dos amigos de los que te hablaba, pues eran mis hermanas. Había otras que también eran mis hermanas, con algunos la relación podía ser como de madre e hija, en función de la edad; yo nunca tuve una madre ni novio gay, sino marido o “marisco”, pero si tuve hermanas, tuve varias hermanas, al-gunas de las cuales, de las fundamentales, todavía viven… Todas las hermanas, ya muy cascaritas, pero somos sobrevivientes. Y luego habían otro tipo de relaciones, como las madrinas, retorciendo un poco los esquemas de las relaciones familiares heterosexuales, pero con elementos elegidos y en función los afectos que sentías por la persona. Y ahora, de repente, un buen día, Alonso Hernández me empezó a llamar madre, y luego me empezaron a llamar madre otros, y empecé a tener una progenie numerosa, se ve que no usé la píldora, y como en los 70 no usábamos condón, entonces resulta que otros más jóvenes le dicen madre a Alonso y al conocerme me llamaron “abuela”… Es en este tipo de relaciones con las que haces verdaderas redes afectivas; y pienso que son más un poco más sólidas que las amis-tades que surgen de una relación ocasional. Relaciones fuertes entre amigos aunque a veces no nos veamos; amigos con los que compartes inquietudes, miedo, ilusiones, tristezas, emociones respecto a los estados de salud, y que sientes que hay una complicidad, que hay lealtad; aunque claro, como en toda familia te cuestionas y llegas a descubrir que tienes una hija bastarda de ambos padres.


¿Qué influencia tuvieron Carlos Monsiváis y Nancy Cárdenas en el colectivo que se visibilizó en los años 70?

Nancy Cárdenas, Carlos Monsiváis, Juan Jacobo Hernández, el mismo Luis González de Alba, empe-zaban a tener reuniones configurando una especie de grupo activista, que era más que nada para construir un discurso. Y de ahí, derivó lo que se llamó el movimiento homosexual de México; sacaron algunos escritos, entre ellos una famosa carta denunciando un despido de un empleado de Sears, por el hecho de ser homosexual. Esas fueron las primeras denuncias que se hicieron públicas en la prensa; Carlos Monsiváis que dirigía el suplemento La cultura en México publicó en 1975 algo titulado: Contra la práctica del ciudadano como botín policiaco… Él siempre en tercera persona. Digamos que era un grupo de hacer cosas pero no de “dar la cara”, de enfrentar la realidad; por aquel entonces había otros grupos, por ejemplo en el que estaba Braulio Peralta, que también era un grupo parecido o semejante a otros que habían seguido existiendo en Europa como Arcadie, en Francia, o en EEUU como Matachine; grupos en los que se reunían para hablar de poesía homosexual, de creación homosexual, de pintura homosexual, etcétera, intercambio de opiniones donde se pronunciaban sobre lo decente, sobre la discreción; lo que estaba muy de moda eran los llamados awareness, de concientización, en los que se daban relaciones de autoayuda, que luego se multiplicaron por las infecciones por VIH. En el grupo de Peralta, SexPol, hacían reuniones que se abrían a otros homosexuales no pertenecientes al grupo.


Yo, para ese entonces, había estado viviendo un año en Barce-lona donde también vivieron en esa época mis amigos José Ra-món Enrique y Bruce Swancey; estando allá nos visitaron Clau-dia Hinojosa y Alma Aldama, y justamente cuando ellas llegaron se dio la primera marcha del orgullo homosexual en España, el 26 de junio de 1977… dos años después de la muerte de Franco, y también fue el año en que se dieron las primeras elecciones democráticas en cuarenta años. Allá conocí a grupo de activis-tas, entramos en contacto, y digamos que me empecé a nutrir de todo eso y, cuando llegué a México nos dimos cuenta de que había que hacer algo como en España. Aunque en México algo está sonando ya, algo se está moviendo, y en una de esas reu-niones de SexPol, un grupo de homosexuales y lesbianas, entre ellos José Ramón, Alma, Claudia, Max Mejía y otros, empeza-mos a platicar y dijimos que ese trabajo estaba muy bien, pero que había que hacer algo más, que no se tenía que quedar entre cuatro paredes, y ese año de 1978 en el local de SexPol nos per-mitieron tener una serie de reuniones para ir configurando un nuevo grupo. Los puntos programáticos de lo que fue el Grupo Lambda de Liberación Homosexual nacieron ahí, Salvo algunos como José Ramón, Bruce, Alma y Claudia nadie sabía lo que sig-nificaba Lambda y empezamos a hablar de los símbolos gays. Algunos consideran que se escogió la letra “lambda”: λ como

símbolo porque es una esquematización de una balanza, de la balanza de la justicia; aunque la idea que a mi más me convence es que se escogió porque era la letra que, en mayúscula, adornaba los escudos de los soldados espartanos del Batallón Sagrado de Tebas, en el que cada soldado combatía al lado de su hetairoi (compañero, amante).

Poco a poco se consolidó ese grupo y teníamos reuniones para ir fortaleciendo y viendo qué activida-des y demás era necesario realizar; algunas reuniones eran en mi casa, otras en las de Claudia y Alma o las de otros compañeros, incluso a veces en la cafetería de la mamá de uno de los militantes, precisa-mente en la calle de Atenas. En julio de 1978 sale la noticia, una nota breve de que en la conmemora-ción de la revolución cubana había aparecido un contingente homosexual; entonces en Lambda dijimos que qué padre que había otro grupo que estaba pensando ya, como nosotros, en salir a la calle. Al enterarnos de ese contingente tuvimos una reunión para reflexionar sobre la importancia, aunque nos preguntábamos: ¿No es un poco contradictorio que un colectivo homosexual conmemore la revolución cubana, cuando en Cuba hay campos de concentración y trabajo para homosexuales y la homofobia es institucional? Nosotros ya estábamos pensando en prepararnos como contingente para participar en la conmemoración de los diez años de Tlatelolco, y cuando llegó el 2 de octubre fuimos y ahí nos encontramos con el FHAR y con OIKABETH: tres grupos diferentes, FHAR sólo hombres, OIKABETH sólo mujeres y Lambda que era mixto; intercambiamos ideas y nos dijimos que había que hacer algo, cada quien sus cosas, cada quien sus planteamientos pero también teníamos que hacer algo en conjunto; así fue como surgió la idea de que, al año siguiente, en junio para conmemorar la rebelión de Stonewall, teníamos que hacer una marcha del Orgullo Homosexual.


UNO, DOS, DE FRENTE… MARCHEN

Xabier, hablando de La Marcha, este año se hicieron dos marchas y la coordinación de una de ellas dijo que no quería promocionar a los bares, ni a los partidos políticos…

No es básicamente con respecto a los bares

Fundamentalmente la del 30 de junio se propuso apartidista, el principal problema no eran los bares… Lo primero era lo de los partidos políticos, que en las últimas marchas, que coinciden con elecciones,


se han montado sobre la marcha para hacer su publicidad y les vale gorro el activismo sexo-político, a diferencia de lo que ocurría en los años ochenta, cuando el PRT (Partido Revolucionario de los Trabaja-dores) marchaba con nosotros y lo hacían con consignas de apoyo, no con sus consignas partidistas o para sus candidatos. Últimamente los partidos se unen para aprovecharse de la cantidad de gente que asiste y que participa como espectadora. Este año hubo gente que pretendía ser candidato y por ello quería ser parte del Comité Organizador; no estoy en contra de que los candidatos participaran, pero que no fueran sólo para aprovecharnos como botín electoral. Aunque finalmente, ninguno de los orga-nizadores de la marcha del 2 de junio fue candidato. También hay empresarios que solamente contem-plan a la marcha para promocionar sus fiestas, sólo con interéses comerciales… Así, para evitar pleitos con los partidos que quieren agandallarse los mejores lugares, como ocurrió en el 2009 aunque habían firmado un acuerdo de que irían sus camiones con su gente en la parte de atrás como un contingente de partidos políticos y que primero irían los contingentes de activistas con consignas sexo-políticas, y que después iría el contingente de los bares, las discotecas, vamos, la fiesta, y finalmente los partidos políticos; firmaron el acuerdo y los dos partidos que fueron lo violaron, el PRD y PSC, que pusieron un tráiler al frente. Sé que hubo estiras y aflojas, y una de las cosas que se argumentó para hacerla el 2 fue que se apoyaba al mundial del futbol, al que también apoyaban empresarios, y que además habría ley seca el 30 y los bares no iban a poder hacer su gran venta.

¿CABREMOS TODAS Y TODOS?


El lema de la marcha del 30 de junio, la histórica, fue “En un estado laico cabemos todos y todas”, ¿cómo ves la laicidad del Estado mexicano?

Me parece imprescindible, me parece que es la única forma que debemos aceptar al Estado, y es que en México el Estado laico ha sido violado; el primero que violó la laicidad, ya descaradamente fue Carlos Salinas de Gortari al establecer relaciones políticas con el Vaticano; a partir de ese momento, algo que estaba prohibido en México, y no sé si está bien que se prohibiera o no, pero estaba prohibido desde mucho tiempo atrás que las monjas y los curas sólo podían andar con hábito en su trabajo, o sea sólo lo podían usar en recintos religiosos. Carlos, Carlos Salinas de Gortari al establecer relaciones políticas con el Vaticano abre la puerta para que los religiosos hagan lo que se les pegue la gana, incluso intervenir en cuestiones políticas. No olvidemos que la inmensa mayoría de las leyes que algo tienen que ver con el sexo, con la reproducción, la familia suelen tener un sesgo de tinte religioso, de moral cristiana, como ocurre con la penalización del aborto; en México no se castigaba, no era delito ser homosexual, pero si había artículos alusivos a “faltas a la moral y a las buenas costumbres”. ¿Y la moral de quién? La moral judeo-crisitana, sin duda. Sin embargo, hay que reconocer que también fue Carlos Salinas de Gortari quien hizo algo muy interesante para nosotros, y que no se le reconoce: cuando lo del matrimonio gay el presidente Calderón dijo que la Constitución Mexicana establecía que el matrimonio era entre un hombre y una mujer, y le dijeron que qué Constitución les enseñaban en la Escuela Libre de Derecho; eso lo cambió, porque antes sí lo explicitaba así, con Salinas se quita la especificidad de hombre-mujer; de no ser por eso, no creo que los jotos nos pudiéramos casar hoy en día en el Distrito Federal, porque ninguna ley puede estar por arriba de la Constitución.

Pero el estado laico ha sido violado constantemente, no lo estaba claramente, pero ahora la quieren violar con la posibilidad de educación religiosa en las escuelas oficiales; perdón, pero la educación reli-giosa desde siempre existió, ¡siempre existió!, pero no era educación pública, esa es la diferencia, y la modificación que ahora se hace es con la pretensión de que pueda meterse religión incluso en la públi-ca. Y yo, cuando he tenido pláticas con investigadores, al respecto de la enseñanza de la religión en las escuelas, les digo que estoy total y absolutamente de acuerdo, pero de todas las religiones no nada más de la católica, quiero ver que entre un guapito a dar las clases, que se sepa de todas las religiones.


LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE GAY

Xabier, regresando, o siguiendo con lo de la marcha ¿por qué el orgullo?, ¿Hay algo de qué enorgu-llecerse?

Yo creo que sí lo es, estoy total y absolutamente convencido de que si lo es; ser homosexual de closet no tiene ningún orgullo, pero ser gay si es un orgullo, porque tienes que luchar contra corriente, tie-nes que hacerte, construirte una vida, a pesar de los obstáculos que te pone el sistema heterosexista y heteronormativo, homófobo y misógino; entonces, yo creo que sí es algo de lo que podemos estar orgullosos. De hecho, en mi blog tengo una entrada sobre “por qué el orgullo gay”, que fue un texto que escribí a los que organizaron la marcha de 2011, porque me lo pidieron, y que lo tradujeron incluso al Inglés; es un pequeño texto de por qué sí pienso que es algo de lo que sentimos orgullo. A diferencia de lo que dice Luis González de Alba, de que él no hizo nada por ser lo que es; yo estoy totalmente en desacuerdo en ese punto con él… Claro que si hizo algo; enfrentó a todo el sistema. ¿Cómo de que no? Enfrentó incluso a su familia, y si ganas esas batallas sin morir en el intento puedes estar orgulloso de ti.


HABLA AHORA O CALLA PARA SIEMPRE

¿Cómo ves la situación actual de nuestro país, vamos pa delante o vamos para atrás?

Jajaja, no pues mira, a mi me duele mucho México, y también me duele mucho España, porque para mí son mis dos madres; en México me siento muchas veces más español que mexicano, en España me siento más mexicano, y me duele mucho lo que está pasando allá y admiro mucho lo que se ha conse-guido allá, me duele lo que pasa en México y me ilusiona lo que se va consiguiendo. Cuando en 1975 México estaba kilómetros delante de España, nosotros avanzábamos tres metros y ellos retrocedían dos, por eso me duele mucho que ahora México esté tan anquilosado, me duele el patrioterismo mexi-


cano y la partidocracia inmovilizante. Sí, me duele que México sea un país con tanto potencial y tan manipulado, tan estereotipante; y me duele lo mal que tratan a los mexicanos en el norte pero también que en México se trate aún peor a todos los que vienen de Centro y Sudamérica. Todo eso me duele; me duele que en México seamos tan hipócritas, que la gente sea a veces tan cobarde, tan sumisa, que en una ciudad de 20 millones de habitantes como ésta, aún haya tanto joto de clóset, me duele que la marcha se llene de gente siempre y cuando haya frivolidad, que la mayoría no sepa combinar el ac-tivismo y la lucha divertida, festiva y carnavalesca, pero mezcladas, no divorciadas. Hay muchas cosas que me duelen, creo que he llegado a una edad en que muchas veces me aferro al sentido del humor que afortunadamente tengo, porque además pienso que el sentido del humor es un arma cargada de futuro, que da vida al homosexual; porque las cosas están para hacerte llorar, y hacemos muchos chis-tes porque no nos queda de otra, ¿sí? Ahora con las elecciones, tuvimos un AMLO que quiere poner a consulta la despenalización del aborto y el matrimonio igualitario, que propone lo que Rajoy, que es de la derecha en España… Y aquí seguimos, en un país de esquizofrénicos peores que yo, porque ellos con su esquizofrenia hacen más daño que nadie, podría agregar para cerrar acremente y lacrimosamente.

VINO EL REMOLINO Y NOS ALEVANTÓ

¿Cómo impactó la llegada del sida al colectivo y que respuesta dio?

Ah, el sida; el sida nos cayó encima como un balde de agua fría en medio de una fiesta. Estábamos conquistando el derecho al placer, superando miedos y aceptando que nuestra sexualidad con orgullo, cuando la amenaza de una enfermedad incurable con antibióticos nos hizo reaccionar. Sí, el sida tuvo un efecto paradójico; por un lado, provocó frustración, miedo, paranoia, desconfianza… pero también fortaleció vínculos y el trabajo colectivo. De hecho, casi todos los grupos activistas gays, desviaron su atención hacia el sida, hacia la prevención; de hecho, creo que sólo Colectivo Sol y mi grupo, Guerrilla Gay, continuamos teniendo el activismo homosexual como eje de nuestra actividad, a la que agrega-mos la lucha contra el sida, pero la mayoría de los otros grupos, como Cálamo, enfocaron todas sus ba-terías al sida. Tuvimos que aprender muchas cosas, hablar de ciencia, de enfermedades y de tratamien-tos, sin dejar de cuestionar las políticas oficiales y las actitudes homófonas; de hecho, la homofobia se incrementó y se decía que el sida era un castigo divino, que los homosexuales nos lo habíamos buscado por ser tan promiscuos, tan frívolos, y tuvimos que repensar el activismo porque se hablaba de “grupos de riesgo” que nos convertían en un peligro para la sociedad. Se vivieron muchos desprecios, muchas culpas incluso. En los Martes de El Taller que realizábamos pláticas sobre muchos temas: cine, música, teatro, poesía, incluso política y ciencia, y evidentemente sobre sida, prevención, investigación y cam-pañas; apoyamos incluso a grupos como Ave con cursos de capacitación de voluntarios, instruyéndolos sobre sexualidad en general y estrategias para incidir en las actitudes.

Para mí, el sida es un accidente, algo que provocó un accidente a nuestra sexualidad, a nuestro vivir cotidiano. El sida hizo que nuestra vida siempre girara, de una u otra forma, siempre en torno a él; hubo varios años en los que cada semana te enterabas de la muerte de uno o dos conocidos: nuestras libre-tas de direcciones se convertían en obituarios. Yo personalmente lo tomé como un reto, tanto como activista como a nivel profesional; participé en muchos congresos, en México y en Los Ángeles, escribí varios artículos, ensayos y propuestas teóricas; en la Escuela Nacional de Antropología e Historia orga-nicé un Encuentro Nacional de Sexualidad, Sociedad y Sida en 1990 y publiqué un pequeño libro mul-


tiautoral, Pre-textos, textos y sub-textos ante el sida, en el que se abordaba el sida desde diversas pers-pectivas. Pero también he vivido al sida como algo personal, pues aunque yo sigo siendo sero-negativo, mi pareja, Luis Armando, con quien viví 25 años y que también estuvo muy involucrado en la educación sobre la prevención del sida, incluso montó una conferencia-espectáculo sobre el sida utilizando poesía de Federico García Lorca. Finalmente murió en el 2005, a causa de los efectos secundarios del agresivo tratamiento… llevaba más de año y medio indetectable, pero los antivirales le dañaron el hígado y los riñones, afectándole también el corazón los otros medicamentos que tomaba contra la tuberculosis que tenía asociada. Si, yo he padecido el sida muy de cerca, lo he vivido, estudiado, reflexionado y llorado. Podría decir que el sida es un accidente terrible, mortal, al que he sobrevivido pero que me ha dejado cicatrices emocionales que no sé si algún día cerrarán, pienso que no, porque me ha creado demasiados vacíos a mi alrededor.


AMORCITO CORAZÓN, YO TENGO TENTACIÓN

¿Cómo es tu vida? ¿Estás viviendo un amor?

No, después de que se murió mi pareja llevábamos 25 años muere en el 2005 y pues yo por mi edad y problemas de tipo duelo y demás, ese departamento ya se cerró hace 2 años… alguien consiguió medio sacudirme esa convicción porque ni siquiera era amor y tuve digamos una aventura y una relación de pareja que evidentemente no iba a prolongarse, no terminó mal en el sentido de que seguimos siendo amigos, es un chavo muy, muy joven y yo soy muy muy viejo y entonces sexualmente, sexoeróticamente no funcionó, en cuanto a pláticas y todo había muchas cosas en común, una gran distancia generacional y nos seguimos viendo con mucho cariño y demás, fue una aventura audaz, probablemente saturada de sin razón tanto por su parte como por la mía pero fue digamos una bonita historia como para cerrar el duelo oficial porque obviamente la muerte del ser amado…


DE CÓMO MATAR EL TIEMPO MIENTRAS EL TIEMPO TE MATA

Oye Xabier ¿tienes algún hobby o más castizamente dicho: alguna afición?

Mira yo soy una persona bastante esquizofrénica; incluso cuando empecé en facebook y habían esas aplicaciones con preguntas, que te decían cuál era tu trastorno mental me salió que “soy esquizofré-nico”, y entonces un amigo me dijo, más bien escribió: “Pero no te preocupes, es un trastorno mental que tiene tratamiento”. Y yo le contesté; “No, no es un trastorno mental, es una multitud”. A lo mejor la esquizofrenia a la que llegan los demás es un trastorno mental, pero en ese sentido de “multitud” yo siempre he sido un poco así… soy como un poco esquizoide, porque nunca me satisfizo una sola cosa; cuando yo estaba en la secundaria dudaba entre ser microbiólogo o escritor, eran dos cosas que me jalaban mucho, o si dedicarme al cine, y luego de repente en la prepa no elegí ninguna de esas tres opciones, pero me dio el gusanito del teatro, luego quise ser arqueólogo pero me dije “no, mejor psicólogo”; me gustaba la psiquiatría pero pensé: “No para eso tengo que estudiar medicina y no me gusta eso de las disecciones”. Cómo ves, tenía muchas inquietudes hasta que finalmente opté por la arqueología, aunque finalmente también dejé eso y me hice antropólogo físico; lo azares me llevaron a


que me peleara con una de las vacas sagradas de la arqueología en México, que fue insoportable como maestro y aunque yo tenía la probabilidad de vivir más tiempo que él, opté por cambiar de rumbo un poco y reflexioné: si no logro ser arqueólogo voy a ver cuáles son los mejores maestros que he tenido en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y resulta que fueron dos antropólogos físicos, y en la antropología física encontré varios elementos entre ellos la biología y por eso me metí, pero siempre seguí con la inquietud que tuve del cine e incluso me ofrecieron de una beca para estudiar en Polonia, pero no fui porque mi pareja no podía ir, también me otorgaron una beca para estudiar historia en Moscú, pero el gobierno de México no me dejó salir porque había participado en el 68 y estaba fichadí-simo. Como ves, siempre he tenido muchas inquietudes: teatro, dibujo… he vivido algún tiempo de mis dibujos, hice crítica de teatro en periódicos; en teatro he hecho casi de todo: he escrito obras, he diri-gido, he diseñado escenografías, vestuarios, maquillajes, he actuado, he hecho carteles de publicidad y he vendido boletos; salvo vender al jefe, todo porque no había de otra, incluso preparado los cocteles. Mi primera pareja era gente de teatro, una de mis hermanas, dos de mis hermanas maricónicas son gente de teatro; el teatro y el cine siempre me han encantado, aunque no he hecho cine. Y creo que esa multiplicidad de inquietudes yo las heredo de mi papá… mi padre era pintor, mi padre hizo cine, diseño de modas, publicidad, teatro, muebles, fue cartógrafo cuando estuvo en la guerra civil española, y estuvo dos años en un campo de concentración en Francia… Espero no copiarle eso.

DEL CINEMATÓGRAFO Y LAS PREFERENCIAS


Xabier, un poco instalado en la trivia, me gustaría saber ¿Qué tipo de cine te gusta?

¿Qué tipo de cine? Mira me gusta mucho lo que llaman cine de autor, Fellini, Buñuel, no todo de Bu-ñuel, Antonioni, Milos Forman, el cine húngaro me gustaba mucho; el polaco, el francés de los 60, que si ahora lo ves, no aguantaron el paso del tiempo, salvo Truffaut… el llamado cine de propuesta… Algunas cosas el cine americano, las películas de Pasolini, de Polansky, también me gustan las buenas películas de vampiros, Tim Burton… excepto cuando se metió con Alicia y con El planeta de los simios; sinceramente yo a Tim Burton lo condenada a dos años de prisión por cada una de esas películas, por-que le dio en la torre a dos muy buenos libros, y Alicia en el país de las maravillas es uno de mis libros sagrados; pero también veo cine comercial, ayer por ejemplo vi una de Batman que no había visto y me entretuvo; puedo ser bastante plural… Me gustan algunas cosas del cine mexicano. Puedo soportar un mal programa de televisión, menos una mala película, mucho menos una mala obra de teatro. Y en la literatura estoy más o menos igual, no soporto mucho una mala literatura, hay tanto que leer que para qué perder el tiempo con un libro que no te atrapa.

Me quedo con la impresión de que el cine europeo ya quedó atrás para ti…

No, me encanta Almodóvar, por ejemplo… Hay muchos nombres de actores y directores que no recuer-do o que de plano no me sé; por ejemplo, el año pasado vi la película La cinta blanca o El listón blanco no recuerdo bien cómo le pusieron en México; una película alemana que me pareció una maravilla; me gusta mucho el cine europeo… realmente no tengo preferencias por nacionalidad. Hay algunas pe-lículas que tienen muchísima fama y muchísimo éxito de las cuales yo salgo mentando madres, como por ejemplo Quiero ser millonario, a mi me pareció totalmente ridículo el guión; otra película que le gustó a mucha gente y que a mi no me gustó nada fue El cisne negro, todo mundo fascinado y yo salí mentando madres.


IDOS EN PAZ, LA ENTREVISTA HA TERMINADO

Pero no, no ha terminado, es la oportunidad de hablar out of the record de retomar sus inicios en la lectura, un hogar donde como ya se ha dicho no había televisión no por falta de dinero sino por convicción, donde se leía mucho; Xabier no era ni siquiera adolescente y ya leía a Dostoievski, seguramente lo controlaban con lo de Crimen y castigo; la conversación cambia para pasar revista a los autores latinoamericanos, como Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, que en opinión de Xabier resulta misógino por los versos dedicados a una mujer: “me gusta cuando callas porque estás como ausente”… ¿La mujer era idiota o qué? Carlos Fuentes, del que confiesa no haber leído La región más transparente ni La Muerte de Artemio Cruz, pero sí leyó Aura, Gringo viejo y Zona Sagrada. En cambio le encanta Cien años de soledad de Gabriel García Márquez; y bueno después pasar revista a todos los demás participantes del boom latinoamericano, también habla de Rulfo del que no se siente mayormente impresionado, sin dejar de reconocer su importancia, aunque Rulfo no es precisamente parte del boom sino un precursor del mismo; después la necesaria referencia al filosofo Foucault con el que no pudo conversar; y al final como sin querer queriendo surge el nombre mágico de Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas y A través del espejo y en consecuencia la crítica de la película de Tim Burton, que le lleva a una disertación con Juan Sebastián. Y eso nos lleva otra vez a hablar de sus recuerdos de los


cineastas como Buñuel, Fellini, Pasolini, Truffaut y los otros de la nouvelle vague, sin dejar de reiterar su gusto por los nuevos como Almodóvar.

También el recorrido por su galería de pinturas en la que destaca un retrato que le pintó su padre, ar-tista profesional:

Finalmente escampó y hubimos de despedirnos, con un breve regreso a disfrutar de la visión de los Santos Sebastianes atormentados y los orígenes diversos de esas estatuillas, y entonces finalmente me voy con el Sebastián responsable de la grabación aunque del santo no tenga más que el nombre.

ENTREVISTA A XABIER LIZARRAGA CRUCHAGA - … · pedacito de esa vida; casi leyenda, de uno de los...

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