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    BIBLIOTEC

    UNIVERSIT RI

    iencias Sociales Humanidades

    Filosofia

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    Pontificia Universidad

    JAVERIANA

    ogot

    l nrnanuel

    Kant

    vigencia de la

    filosofa

    crtica

    Siglo del ombre

    ditores

    EDICIONES UNIANDES

    ditores

    Felipe Castaeda

    Vicente Durn

    Luis Eduardo Hoyos

    UNIVERSID D NACIONAL DE COLOMBI

    S

    EDE BOGOT

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    NDICE

    '

    PRESENTACION............................................................................ 11

    ABREVIATURAS BIBLIOGRFICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . .. . . . . . . . . . . . .. . 15

    l. VERDAD, REALIDAD Y SUBJETIVIDAD

    La

    critica

    de

    la

    r zn pura de

    Kant

    vuelta a leer aos

    despus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    19

    Otfried Hoffe

    Tubinga-Alemania)

    Kant:

    fundamento

    y

    abismo.........................................

    ................ 35

    Flix uque

    Madrid-Espaa)

    Origen

    y

    legitimidad. La

    metfora

    poltica

    de

    la

    epistemologa

    de

    Kant.......................................................................................

    53

    Gonzalo Serrano

    Bogot-Colombia)

    /

    Una lectura no-representacionista

    de

    la posicin de

    Kant

    frente al escepticismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    ..

    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 7

    Pedro

    Stepanenko Ciudad de Mxico-Mxico)

    Kant

    y el

    yo

    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

    Peter

    aumann

    Aberdeen-Escocia)

    El yo trascendental kantiano: una

    defensa de

    la tesis

    de

    la

    abstraccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    91

    fran Lazos

    Ciudad de Mxico-Mxico)

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    El camino de Kant

    hacia

    el

    esquematismo

    . . . . . . . . . .. . . 111

    lberto Rosales (Caracas-Venezuela)

    El

    esquematismo

    trascendental

    . . . . . . . . . .

    125

    Magdalena Holgun

    (Bogot-Colombia)

    Perspectivas

    en conflicto: una interpretacin

    de la

    prueba

    indirecta a favor

    del idealismo

    trascendental . . . . . . .

    137

    lejandro

    Rosas

    (Bogot-Colombia)

    Il. OBLIGACIN, LIBERTAD Y DERECHO

    La

    actualidad

    del

    pensamiento moral de

    Kant............................. 159

    Vicente Durn

    Casas

    (Bogot-Colombia)

    La

    razn

    prctica kantiana

    . . . . . .. . . . . . . . .

    183

    Jacinto Rivera de Rosales

    (Madrid-Espaa)

    La unidad de la

    filosofia

    prctica

    kantiana.

    La

    filosofia

    del

    derecho

    de

    Kant dentro

    del

    contexto

    de

    su

    filosofa

    moral. ......

    215

    RalfDreier

    (Gotinga-Alemania)

    Dos

    programas radicales

    de

    objetivizacin''.

    La

    influencia

    de Kant y

    los

    neokantianos en Hans

    Kelsen................................ 243

    Stanley L Paulson (St.

    Louis-Estados

    Unidos)

    Tres

    crticas

    a

    la

    filosofia

    prctica

    kantiana ......... 279

    Luis Eduardo Hoyos (Bogot-Colombia)

    Kelsen

    y

    Kant sobre democracia

    .. . .. . . . . . . .. . . . . . .. . . . . . .. . ..

    299

    Rodolfo rango (Bogot-Colombia)

    Existe

    un concepto

    moral del derecho

    en

    Kant?

    . . . . . . . . . . . 327

    delino

    Braz

    (Pars-Francia)

    Libertad

    y

    necesidad prctica. El fundamento de la

    obligatoriedad

    de

    la

    moral

    el

    derecho

    en

    Kant

    . . .. . . . .. . . ..

    349

    Wolfgang Kersting

    (Kiel-Alemania)

    La

    definicin

    de derecho

    segn

    Kant...........................................

    379

    Robert

    lexy

    (Kiel-Alemania)

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    Depsito . Acerca

    de

    la estructura lgica

    de

    un ejemplo

    kantiano de

    argumentacin

    moral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    397

    Konrad Cramer

    (Gotinga-Alemania)

    Immanuel

    Kant: razn

    y

    revelacin.............................................

    417

    Friedo Ricken (Munich-Alemania)

    III. ESTTICA, HISTORIA E ILUSTRACIN

    Las huellas

    de

    lo

    sublime

    retrico en la Tercera Crtica de Kant..

    463

    Catalina

    Gonzlez

    (Atlanta-Estados

    Unidos)

    Ilustracin

    y

    modernidad

    en Kant............................................... 4

    79

    Faustino Oncina

    oves

    (Valencia-Espaa)

    Kant, el mal radical y la

    modernidad

    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 497

    Wilson

    Herrera (Bogot-Colombia)

    El

    cosmopolitismo

    de

    Kant..........................................................

    523

    Francis Cheneval

    (Zrich-Suiza)

    Entre la inmoralidad y la conveniencia

    de

    la guerra en

    Kant.......

    555

    Felipe

    Castaeda

    (Bogot-Colombia)

    La comunidad

    tica

    y la idea de una repblica mundial.

    La contribucin

    del escrito sobre la religin

    de Kant

    a

    la

    filosofia poltica

    de las relaciones

    internacionales.................

    583

    Matthias Lutz Bachmann

    (Frankfurt-Alemania)

    E t . '' , b . t.

    1

    h. t .

    us1asmo y razon o ~ 1va en a 1s or1a ...... ...... ...... ..... ..... .

    599

    Sergio Sevilla (Valencia-Espaa)

    IV ANEXOS

    '

    In

    dice

    de nombres

    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    62

    Indice analtico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    6 9

    Obras de

    Kant en espaol................. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 643

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    .

    "ENTUSIASMO" Y "RAZ.N OBJETIVA" EN

    LA

    HISTORIA

    Sergio Sevilla

    niversidad de Valencia

    Hace

    ya

    dos dcadas,

    cuando Habermas valoraba el lugar

    de

    Teora

    de

    la accin comunicativa

    en el

    mapa de una

    Teora Crtica

    renovada

    por

    la

    realizacin

    de su

    propio "giro lingstico",

    propugnaba

    por

    la necesidad

    de

    pensar modelos formales

    para la poltica actual

    y

    sealaba

    a

    Para

    la

    p z

    perpetu PPP) como

    modelo clsico

    para

    nuestra

    necesidad de

    pensar

    sobre

    cuestiones de principios

    polticos y prcticos..

    1

    De

    esa

    conexin entre

    filosofa

    crtica

    y poltica voy a

    ocuparme

    en esta

    re

    flexin

    con

    la

    que contribuyo

    a

    conmemorar

    el

    bicentenario kantiano,

    intentando no ignorar

    que

    el

    momento

    histrico

    de

    la

    celebracin

    arroja

    nuevas luces y sombras

    sobre

    los

    principales conceptos de la construc

    cin

    que

    Kant

    nos

    ha

    legado.

    Esta

    herencia no

    puede asumirse tal

    cual,

    o.

    bajo la

    figura

    de una

    simple puesta

    al

    da, como

    si

    pudiramos

    pensar

    nuestro tiempo bajo el esquema de algn tipo

    d-e

    neo-kantismo como,

    al parecer,

    .

    an

    piensa

    la

    tica

    del discurso". La

    fuerza

    del

    pensamiento

    de Kant

    y la

    novedad de

    nuestro momento histrico exigen

    una actitud

    diferente:

    la que, al modo constelativo de

    Adorno,

    pretende confrontar

    l9s

    conceptos con su

    realizacin

    para hacer

    saltar el

    momento

    ideo-

    lgico

    con

    el

    que

    aqullos pueden

    ocultarnos

    el carcter dialctico,

    es

    to

    es, contradictorio

    .,

    del

    mundo que

    han

    colaborado decisivamente

    a

    crear.

    1 '

    ll:

    1

    l. .

    1

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    11

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    ; .

    ,

    .

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    ergio

    Sevilla

    La transformacin

    que

    esta perspectiva radicalizada ha de afrontar

    es la propia prctica de la

    filosofia

    crtica que

    formula el estatuto del

    pens r en el horizonte

    de

    una poltica de la libertad,

    que

    constituye

    su

    verdadero

    objetivo. Me

    propongo

    mostrar en

    este

    trabajo

    las

    alte

    raciones profundas

    que

    Kant produce

    en

    su propio sistema, cuando

    el

    ejercicio

    de ese mbito del

    pensar

    se convierte

    en

    anlisis de la

    razn

    histrica,

    e

    incluso,

    en

    diagnstico de su presente.

    En

    esos escritos, la

    filosofia,

    ejercida como

    crtica,

    desborda

    y

    cambia

    el

    uso

    y

    el

    sentido

    de

    sus

    propios

    supuestos

    iniciales:

    la nocin de

    libertad,

    la

    nocin

    de

    ex

    perienciay

    la gramtica

    profunda

    de

    ambas,

    la

    visin

    del mundo

    des

    de la relacin sujeto-objeto.

    Cuando Kant

    inicia su

    exploracin del mbito del

    pensar

    en la

    dialctica trascendental, formula

    su

    unidad

    bsica,

    la nocin de

    idea ,

    con una estrategia histrica

    que desvela

    su

    propsito.

    No

    recurre,

    ni

    siquiera

    menciona,

    el

    contexto ms

    prximo:

    el uso del trmino idea

    en las filosofas

    de Descartes,

    Locke,

    Hume

    o Leibniz; prefiere a

    stas

    la acuacin del trmino en el

    pensamiento

    de Platn;

    y segn

    expre

    sin

    textual:

    El terreno preferente donde Platn hall sus ideas fue el de todo

    lo prctico,

    es

    decir,

    el

    de

    la

    libertad,

    la

    cual

    depende,

    a

    su

    vez,

    de

    conocimientos

    que

    son

    producto genuino de

    la

    razn.

    (CRP, A 314 B 371 - A

    315

    B 372)

    La afirmacin de que

    el pertinente desarrollo

    de estas

    consideracio

    nes acerca de

    lo

    que es y

    lo

    que debe

    ser,

    de la idea de o n s t i t ~ i n

    civil

    o

    de la idea de humanidad

    constituye,

    de

    hecho,

    la genuina

    dignidad

    de

    la filosofa (CRP, A

    319

    B 375) nos revela, a lavez, el lugar que

    Kant atribuye a

    Platn

    en

    la

    configuracin

    del

    mapa

    de la actividad de

    pensar

    y

    el

    carcter de

    fin

    que en

    el

    sistema

    de

    la

    crtica

    ocupa

    la

    re-

    flexin sobre lo poltico.

    Antes de

    adentrarnos

    en

    los escritos kantianos

    en

    los que

    lo poltico

    se piensa como

    histrico,

    es

    conveniente

    atender

    a

    la

    definicin

    de

    lo

    prctico, esto es, del mbito donde las ideas se tornan causas eficien

    tes

    (de

    los

    actos

    y de sus

    objetos)

    A

    317

    374) como

    territorio

    de

    la libertad.

    A esta altura

    de la primera

    ritica

    Kant

    no

    ha abordado la

    antinomia de la libertad, lo

    que no

    le

    impide

    formular el ideal

    de una

    constitucin

    que promueva

    la

    mayor libertad

    humana''

    como

    una

    idea necesaria , necesidad cuya problemtica

    no

    abordar por

    el

    momento.

    Lo

    que Kant

    propone

    aqu

    es

    la

    necesidad

    de que lleguen

    a

    existir instituciones de acuerdo

    con

    ideas como

    objetivo

    digno

    del

    -

    lsofo, y a

    ese respecto afirma:

    600

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    Entusiasmo razn objetiva )

    en

    la historia

    Aunque esto no

    llegue a

    producirse nunca, la idea

    que

    presenta ese maximun

    (de libertad) como

    arquetipo

    es plenamente adecuada

    para aproximar

    progre

    sivamente

    la

    constitucin

    jurdica

    de

    los hombres a la

    mayor perfeccin posi

    ble. En efecto,

    nadie

    puede ni debe determinar cul es el supremo

    grado

    en el

    cual

    tiene

    que detenerse

    la

    humanidad,

    ni,

    por tanto, cul es la distancia que

    necesariamente separa la idea

    y su realizacin. Nadie

    puede ni debe hacerlo

    porque

    se

    trata precisamente de

    la libertad, la cual es capaz

    de

    franquear toda

    frontera predeterminada.

    (CRP, A 317 / B 374)

    Ese

    grado

    supremo de una

    idea

    desde el cual podemos calcular la

    distancia

    que nos separa de ella, y as efectuar la

    crtica

    de nuestra

    situacip histrica presente, sealando a la vez la direccin

    en

    que

    debemos salir de ella, es el

    modo

    kantiano de formular lo que ?

    Teora

    Crtica

    po

    .

    sterior

    llamar

    la

    instancia

    crtica".

    Kant

    marca esa tarea

    como el motivo central del mbito del pensamiento en la e d ~ d en

    que

    ste

    ha de

    traspasar

    el objetivo de la teora tradicional porque,

    dicho

    con sus propias palabras, experiment.

    una necesidad

    muy

    superior

    a la consistente

    en un

    mero deletreo de la

    unidad

    sinttica

    de los fenmenos, si queremos leerlos como una

    experiencia A

    3 4

    / B 370-371). El

    pensamiento como .crtica necesita

    abrir un espacio

    que

    trascienda el mbito del conocimiento cientfico de lo

    dado.

    Ese grado

    supremo

    de

    la

    u m n i d

    no puede ni

    debe

    determinar

    se, al

    modo en

    ~ e determinamos los

    conceptos,

    porque nadie

    puede

    poner

    fronteras a

    la

    libertad. La paradoja que

    resulta

    de

    afirmar que

    la libertad

    es

    una idea necesaria como

    instancia

    crtica y, a la vez,

    que nadie puede

    determinarla,

    preanuncia las

    dificultades

    de

    la Teora

    Crtica posterior. Pero, sobre todo,

    en este

    momento conviene

    observar

    la

    forma en que esa

    paradoja

    se hace productiva

    primero

    en el interior

    de la propia reflexin kantiana.

    Ello incide

    con

    especial claridad en su anlisis

    de

    la Idea e historia.

    En

    ella intenta Kant articular la

    voluntad

    de una

    ciencia

    de la socie

    dad con la necesidad de

    un

    compromiso

    prctico

    cosmopolita y con

    el pronstico de un

    futuro

    racional

    para

    la

    especie; es el momento en

    que la teora de la

    razn pone

    a la

    vista

    esa dimensin utpica que,

    segn Adorno, todava tiene

    en

    Kant: su voluntad de ser el espacio com

    partido

    para

    una

    comunidad de

    hombres libres.

    A la

    concepcin de

    una

    libertad que modifica constantemente

    cualquier lmite lo cual corre el riesgo de

    hacer

    inviable

    un

    mapa

    completo

    de

    la

    razn

    y,

    por

    tanto, de

    hacerse

    inviable a

    s

    misma

    en

    trminos kantianos-

    vienen

    a

    aadirse

    otras dos formas de considerar

    la libertad: la

    que

    est implcita en la visin cientfica de la sociedad y

    la

    que viene postulada por nuestro

    compromiso

    con el progreso.

    601

    L

    1

    -

    :

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    '

    .

    .

    Sergio Sevilla

    En el caso

    de

    la mirada cientfica, que

    ha de

    ser posibilitada por

    el anlisis

    de

    la nocin

    de

    historia, la libertad es aquello

    que

    hemos

    de poner entre parntesis. Kant

    comienza

    su

    artculo advirtindonos

    que cualquiera sea el concepto que, en un plano metafisico, tenga-

    mos de

    la libertad

    e

    la voluntad

    sus manifestaciones

    fenomnicas

    '

    las

    acciones

    humanas,

    se

    hallan determinadas,

    lo

    mismo

    que

    los

    dems fenmenos naturales, por.

    as

    leyes

    generales

    de

    la

    naturaleza

    (IHUSC, 38). Si hemos de

    hacer

    posible una

    ciencia

    social, las accio-

    nes humanas han

    de

    ser

    consideradas

    como un objeto, para que sea

    posible constituirlas en las mismas

    ~ o n d i i o n e s

    trascendentales

    de

    toda objetividad posible. Hemos de adoptar

    la

    posicin desimplicada

    del

    sujeto de

    la ciencia, esto es, del sujeto que convierte

    lo que

    mira

    en objeto, y entonces

    las

    tablas estadsticas anuales de los grandes

    pases

    nos

    muestran

    que

    (las

    acciones

    que

    al

    actor

    ~

    parecen

    libres)

    trascurren con arreglo

    a leyes

    naturales

    constantes, no menos

    que

    los

    cambios

    atmosfricos

    (op.

    cit.

    40).

    Esbozada

    la

    posicin

    del sujeto objetivante,

    Kant

    introduce

    un

    -

    gundo modo

    de

    estar en la

    realidad

    histrica cuando afirma:

    No se imaginan

    los

    hombres

    en

    particular

    ni

    tampoco los

    mismos pueblos

    que, al perseguir cada cual su propsito, segn su

    talante,

    y a menudo en

    mutua

    oposicin, siguen insensiblemente;

    como hilo conductor, la intencin

    de

    la

    Naturaleza,

    que

    ellos

    ignoran,

    ni

    cmo

    participan

    en

    una

    empresa

    que,

    de

    ser

    es conocida, no les importara

    gran cosa o

    p.

    cit. 40).

    Hay, por tanto,

    la

    posicin de los que participan en una

    empre-

    sa ,

    que

    actan segn los propsitos , o el talante , e incluso en

    mutua oposicin .

    Es la posicin del agente libre

    o

    del

    participante

    no

    consciente

    del

    conjunto.

    Frente a l

    la

    idea de historia tiene que

    hacer

    posible justamente la

    conciencia cientfica

    de

    la

    sociedad como

    conjunto, y por eso ha de construir un

    punto

    de vista terico desde

    el

    cual la

    ciencia

    se haga

    viable;

    esa

    funcin cumple

    el concepto de

    intencin

    de

    la

    naturaleza ' que en otro momento (op. cit. 48) se

    con-

    vierte en

    sabio

    creador ; la posibilidad

    de considerar

    la historia

    como

    un mundo de fenmenos objetivos pasa por la adopcin

    de

    un punto

    de

    vista objetivan

    e: el

    punto

    de vista que Putnam denomina del ojo

    de Dios . Toda

    representacin

    de

    la verdad

    como

  • 7/21/2019 Entusiasmo y Razn objetiva en la historia Immanuel Kant Vigencia de la filosofa crtica.pdf

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    ((Entusiasmo

    y

    ((razn objetiv )en l

    hi

    stori

    La

    filosofia

    de la historia,

    en

    analoga con

    lo

    que

    le

    sucede

    a

    la epis

    temologa

    de la

    fisica,

    necesita

    construir

    el

    punto de

    vista

    de

    un

    sujeto

    que, como observador desimplicado, garantice en ltima instancia la

    objetividad del conocimiento. El posible cientfico

    de la

    historia

    tendr

    que

    aproximarse

    lo

    ms

    que

    pueda

    a

    ese

    punto

    de vista

    hipottico

    des

    de el

    cual

    se harn visibles

    las

    relaciones legales entre los.fenmenos

    histricos, es

    decir, entre

    las

    acciones

    humanas

    consideradas como

    objetos. No

    hay,

    en

    ese

    mbito, espacio para la libertad

    dado

    que se

    persigue una

    ciencia

    de la

    experiencia objetiva;

    por eso afirma

    Kant

    que esas

    leyes,

    de

    existir,

    no son conocidas por

    el

    agente histrico

    .y,

    lo

    que es

    ms, de serie conocidas

    no

    le

    importaran

    gran

    cosa

    (op.

    cit.

    40). Hay

    en

    esta perspectiva dos tesis

    de

    fondo

    acerca

    de

    la

    naturaleza

    de

    la

    construccin de

    una

    ciencia.

    Consiste

    la

    primera

    en

    la

    afirmacin

    de que

    sta

    se apoya necesariamente en la

    elaboracin

    del punto de

    vista

    de la objetividad imparcial; y esos dos ideales, objetividad e im

    parcialidad,

    postulan

    como

    correlatouna

    posicin:

    la de sujeto desim

    plicado. El conocimiento queda as

    vinculado

    al modelo de la relacin

    sujeto-objeto,

    paradigma

    que

    marca sus virtualidades

    y

    sus

    lmites.

    La segunda tesis desarrolla

    las

    implicaciones del ideal de la impar

    cialidad que supone no tmar parte, es

    decir,

    no ser participante. Y

    en

    el

    caso de

    la

    historia,

    Kant

    lo

    reconoce

    en

    1798,

    slo

    podramos

    adoptar una perspectiva

    copernicana'', desde

    la

    .

    que se vean

    leyes,

    desde

    el

    punto de

    vista

    de la

    Providencia' ' (GHP,

    1

    02),

    es

    decir,

    saliendo

    del tiempo

    a

    la eternidad, dejando de ser sujetos histricos

    .

    Por eso

    la historia no

    podr

    acceder finalmente, en

    los textos

    kantianos, al

    estatuto

    de conocimiento de fenmenos.

    Pero

    ese desenlace

    no

    est

    an

    a

    la vista

    en

    el

    texto

    de 1784, que empieza

    a

    desenredar la madeja

    de los hilos conductores para una ciencia de

    la

    historia,

    en un

    .anlisis

    de

    cuya

    complejidad de perspectivas se alimentarn la concepcin

    dialctica, la del historicismo de la

    comprensin,

    e incluso una cierta

    parte de la

    tradicin analtic-a.

    Se

    trata, es

    cierto,

    de

    una filosofa

    del sujeto;

    pero

    sera

    ms exacto

    decir que

    aqu

    se

    esboza una teora de la pluralidad

    de

    los

    sujetos,

    o

    de las

    posiciones

    de los sujetos, que

    descubrimos inevitablemente

    al desentraar la

    nocin ,

    de

    historia.

    Porque, si

    bien

    es

    cierto

    que la

    voluntad de ciencia

    obliga a

    suponer la posicin de

    un

    observador

    absoluto, la

    introduccin

    de la nocin de

    ('hombre -contra

    toda

    vo

    luntad

    de

    poner

    entre parntesis la

    l ibertad-

    reintroduce de hecho la

    perspectiva

    del agente

    de la

    razn prctica.

    Kant introduce la nocin de unas disposiciones naturales cuyo

    despliegue es el soporte

    .

    de

    una

    presencia

    progresiva

    de la

    razn

    en la

    historia.

    Pero,

    al pensar su

    lgica, lo

    hace segn dos

    modelos

    distintos;

    6 3

  • 7/21/2019 Entusiasmo y Razn objetiva en la historia Immanuel Kant Vigencia de la filosofa crtica.pdf

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    Sergio Sevilla

    al hablar de la lgica de

    un

    desarrollo completo de

    las

    disposiciones

    naturales

    de

    una criatura (IHUSC, 42), piensa el orden histrico bajo

    el

    prisma

    de la teleologa natural biolgica.

    Cuando,

    en cambio,

    se

    concreta la nocin

    criatura en

    la

    nocin

    de hombres (como nicas

    criaturas

    racionales sobre

    la

    tierra)'',

    el desarrollo

    se

    piensa

    como pro

    greso, y la vida histrica como '(aprendizaje op. cit . 42-43). El modelo

    biolgico hubiera permitido pensar la historia, en.principio, como el

    conocimiento

    de

    un

    orden fenomnico natural. El modelo del apren

    dizaje

    introduce

    la

    perspectiva

    de un

    participante responsable

    que,

    a.

    diferencia

    del sujeto

    observador,

    necesita concebirse

    como agente

    libre dentro

    .del

    proceso histrico. Para

    l, el

    progreso de la

    razn

    en las

    instituciones

    sociales

    debe constituir

    la meta de

    sus esfuerzos, pues-

    de lo

    contrario

    habra que considerar las disposiciones

    naturales,

    en

    su

    mayor

    parte,

    como ociosas

    y sin

    finalidad;

    lo cual cancelara

    todos

    los

    principios prcticos [ ..] op. cit. 43). La teleologa de la naturaleza

    no

    importa gran

    cosa

    al hombre; la teleologa del aprendizaje se convierte.

    para

    l en deber, aunque ello sea de modo

    analgico;

    el

    deber

    histrico

    de colaborar con

    el

    progreso no

    es moral,

    pero su negacin cancelara

    los

    principios

    prcticos.

    Analicemos la

    distincin

    entre

    estas posiciones en

    el terreno.de la

    nocin

    de libertad.

    La

    posicin

    que he llamado de sujeto desimplicado .;

    que

    ve

    las acciones histricas

    como fenmenos

    objetivos,

    procede de

    hecho como si

    fuera

    cierto

    el

    concepto de libertad de la tercera antino

    mia:

    No hay

    libertad.

    Todo

    cuanto

    sucede

    en el mundo se desarrolla

    exclusivamer1te segn leyes de la

    naturaleza

    (CRP, 445 B 473).

    La anttesis

    de

    la tercera antinomia pone en juego

    un concepto de

    libertad

    caracterizado

    por

    dos rasgos: el primero nos

    dice

    que la libertad

    en

    sentido

    rascendental es concebible como tipo especfico de

    causali

    dad conforme a la cualpuedan producirse los acontecimientos del mun

    do (CRP, A 445 B 473),

    como

    la capacidad de

    iniciar

    absolutamente

    un

    curso

    de acontecimientos

    que

    carece de

    causa

    antecedente.

    En

    o

    secuencia,

    su segundo

    rasgo es

    su independencia

    respecto

    a

    cualquier

    ley de la

    naturaleza.

    La

    existencia de libertad excluye la

    posibilidad

    de un conocimiento

    cien fico: naturalezay libertad se

    distinguen

    como

    legalidady ausen

    cia de legalidad (CRP, A 447 B

    475).

    Por

    eso

    la necesidad de buscar

    un

    hilo

    conductor

    para

    la

    ciencia

    de la historia tiene que

    ver

    con la

    construccin de

    un

    punto de vista o

    posicin

    cognitiva que

    excluya

    la

    existencia de libertad

    en

    los

    fenmen

    os histricos

    .

    La tesis

    de la antinomia introduce la

    nocin

    de

    una

    causalidad por

    libertad'' junto a la causalidad segn

    leyes

    de la naturaleza y la trata

    como el

    supuesto de una absoluta espontaneidad causal que

    inicia

    por

    604

  • 7/21/2019 Entusiasmo y Razn objetiva en la historia Immanuel Kant Vigencia de la filosofa crtica.pdf

    12/24

    '(Entusiasmo y

    razn

    objetiva}'

    en

    la historia

    s

    misma una

    serie de

    fenmenos

    que se desarrollan

    segn leyes

    de la

    naturaleza, esto es,

    una libertad

    trascendental

    (ibidem).

    Tambin en

    este caso la libertad est asociada

    a

    la causalidad,

    lo

    que concuerda

    con la delimitacin del mbito de

    lo

    moral

    que nos

    ofrece el

    comienzo

    de

    la

    Dialctica

    trascendental

    como el

    territorio

    en que

    la

    razn

    hu

    mana

    revela

    verdadera causalidad, donde

    las

    ideas se

    tornan

    causas

    eficientes (de

    los actos

    y

    de sus

    objetos),

    es

    decir

    en

    lo

    moral

    (CRP,

    A

    317 B 374).

    Pero esa concepcin del acto libre

    como

    causalidad

    por

    la

    razn ,

    poco compatible en principio con la concepcin negativa de

    .

    la libertad propia de la tradicin

    liberal, y

    que tan directamente

    cuadra

    con la teora de una causalidad

    por

    deber,

    propia del

    imperativo cate

    grico, coexiste, sin embargo,

    en

    el

    texto de Kant con aquella

    otra

    en

    que

    la

    libertad

    parece tener

    vida

    propia

    y,

    al

    revs

    que

    la

    causalidad,

    se concibe como una fuerza capaz de franquear

    toda

    frontera prede

    terminada''

    (op. cit., loe.

    cit.).

    Pero esta

    segunda

    concepcin,

    tanto

    en

    la Critica de la

    razn

    pura

    como en la dea de

    una

    historia universal en

    sentido cosmopolita,

    aparece

    siempre

    vinculada

    a

    contextos en

    los que

    se habla del desarrollo de la

    especie

    en el

    espacio poltico. Los

    rostros

    de la libertad son distintos

    segn

    Kant

    piense

    en la moralidad

    o

    en la

    poltica. Y

    ambos

    son

    incompatibles con la perspectiva del Sujeto de la

    ciencia

    y,

    en cambio,

    estn

    vinculados

    a

    la

    lgica del

    participante, moral

    o cvico.

    Desde

    esta ltima

    perspectiva afirma Kant que

    el

    mximo de

    sarrollo de la razn debe convertirse en la meta de

    sus

    esfuerzos:

    no del

    cientfico sino del

    participante histrico,

    cuya

    irrupcin

    en el

    segundo

    principio

    rompe

    el hilo

    conductor

    para una

    ciencia

    de fenmenos, y

    modifica la nocin

    misma

    de

    razn , que

    desborda las competencias

    propias de

    una facultad

    terica

    y

    prctica

    para

    convertirse en

    una

    formad

    e vida,

    en una configuracin que se expresa en el

    mundo

    de los

    fenmenos sociales,

    en

    una razn objetiva en la historia. De nuevo aqu,

    la

    ampliacin

    del

    sentido

    del

    concepto

    de

    razn

    vuelve

    a

    hacer

    proble-

    .mtica

    la tarea crtica

    de trazar los lmites

    de

    un

    mapa.

    Es

    en este con

    texto

    en

    el

    que se

    afirma:

    La razn en una

    criatura significa

    aquella facultad de ampliar

    las

    reglas

    e

    intenciones del

    uso de todas

    sus

    fuerzas mucho ms

    all

    del

    instinto

    natural,

    y no conoce lmites a sus proyectos. (IHUSC, 42-43. El

    resaltado

    es mo)

    Como

    corolario

    de esta ampliacin del

    significado

    de

    razn que

    producen los conceptos de

    aprendizaje

    y

    progreso, Kant convierte

    en

    tarea para

    la

    teora

    de la razn la

    bsqueda

    de indicios

    fenomnicos

    de

    su presencia cada vez

    mayor en la experiencia

    histrica; el

    estado

    de derecho

    y

    la paz sern los criterios para

    detectarlos. Ello

    ya sucede,

    605

    .

    l

    .

    .

    1;

    ; 1

    ; :

    .

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    Sergio

    Sevilla

    como veremos, en el artculo de 1784 y se reitera en el de 1798, tras

    el desarrollo

    en

    el

    texto de

    1795

    sobre Para la

    paz

    perpetua La

    mera

    secuencia cronolgica

    nos

    muestra hasta qu punto

    el

    tema

    de

    la

    paz

    estaba ya presente entre

    la

    primera

    y

    la segunda

    Crtica

    en la

    medida

    en que

    Kant

    ampla la

    tarea

    de la

    filosofa

    como

    teora

    de

    la

    razn

    a

    hablar de sta como fenmeno

    en

    la

    historia

    presente y

    en

    el horizonte

    futuro de la

    humanidad.

    En esta

    ampliacin

    de la teora de la

    razn

    a la

    historia

    se muestran

    los lmites de su voluntad arquitectnica; en la razn concebida como

    facultad, Kant salva la unidad arquitectnica por apelacin a la teo-

    ra de sus intereses. Y en

    el conflicto

    necesidad-libertad,

    el individuo

    abandonara el juego

    indeciso

    de la razn especulativa para atenerse

    al

    inters

    prctico

    (CRP, A

    475

    / B 503). Pero

    cuando se

    trata

    de

    la

    razn histrica no

    podemos trazar su

    mapa porque no

    podemos

    saber

    sus lmites.

    Ni

    podemos trazar una

    arquitectnica

    precisa

    porque el

    hacer

    prctico del

    participante no puede

    declararse

    superior al

    posible

    saber cientfico del observador,

    ni siquiera puede

    conciliarse

    con

    l:

    las

    respectivas posiciones ante la libertad lo impiden. a diferencia de

    las

    posiciones participante / observador , la falta de

    puentes entre

    ellas,. .abren dos modos de comprensin del ser histrico del hombre

    no fcilmente conciliables entre s.

    Si

    absolutizamos la

    voluntad

    de

    ciencia

    objetiva,

    esto es, la posicin del sujeto observador que pone

    entre

    parntesis la libertad, formulamos un ideal de

    ciencia

    unifica

    da y de intervencin tecnocrtica. Si, por el contrario, partimos del

    compromiso del participante con la ampliacin efectiva de la razn,

    su saber prxico

    desborda

    el marco del saber cientfico y de la moral

    individual para introducir

    una

    nocin de libertad y de razn creadora

    y

    recreadora de sus propios lmites, en

    una direccin

    de la que no

    tenemos

    mapa posible. La

    perspectiva

    del

    participante

    que, usada

    retrospectivamente, invita

    a

    un

    saber de

    comprensin

    hermenutica

    proyectada hacia

    el

    futuro,

    presenta el aspecto

    de

    una

    razn

    abierta,

    guiada

    por la imaginacin productiva, capaz de producir lo nuevo en

    el proceso de

    aprendizaje

    y de avanzar desplazando los propios lmites.

    Como indicio de

    que

    lo

    que sucede en

    el proceso creativo de la i s t o r i ~

    es

    un

    desarrollo racional, slo podemos

    usar

    como criterio dos nocio-

    nes vinculadas a la de autonoma:

    la

    nocin de Estado de derecho y la

    de

    paz.

    He u.sado, en el ttulo y en

    las

    lneas inmediatamente precedentes,

    la

    nocin

    de razn

    histrica

    y la de razn

    objetiva"

    en Kant. Se

    trata

    terminolgicamente de un prstamo

    hegeliano que,

    sin embargo,

    juzgo

    pertinente

    en

    mi

    contexto de anlisis aun cuando renuncio

    a ocuparme

    de las

    relaciones histricas

    entre esos

    dos

    autores.

    Lo

    que

    me

    importa

    606

    j

    i

    i

    '

  • 7/21/2019 Entusiasmo y Razn objetiva en la historia Immanuel Kant Vigencia de la filosofa crtica.pdf

    14/24.

    (tEntusiasmo y ((razn objetiva en l

    histori

    subrayar con esa expresin es el hecho de que el anlisis de la idea

    de

    historia

    hace que Kant, que ha

    definido la teora

    de

    la razn como

    tema

    de la filosofia

    cuando sta ya

    no

    puede

    seguir

    siendo

    un discurso

    de primer orden

    sobre

    el ser o la sustancia, y ha elaborado

    un

    mapa

    arquitectnico de la razn

    segn

    la

    lgica

    trascendental

    del juicio

    y

    del

    silogismo, se ve obligado a introducir un nuevo hilo conductor, histo

    rificando en

    estadios

    la antropologa crtica de

    Rousseau,

    lo que lleva

    a convertir en

    tema

    filosfico la

    racionalizacin

    de

    las

    instituciones

    sociales y polticas, esto es, el

    antagonismo

    social, la sociedad civil, el

    derecho

    y la

    economa.

    Esa trasformacin

    tiene

    algo de paradjico

    si

    se

    compara

    con el punto de partida que, en principio,

    no

    es otro

    que

    el

    anlisis

    del

    contenido

    noemtico de una idea que,

    como

    tal, deba

    de :

    ducirse

    del principio

    de inferencia

    de

    un

    razonamiento

    y,

    adems, no

    hubiera

    podido

    tener uso emprico vlido.

    Sin

    embargo, ante

    el

    cruce

    d.e

    motivos tericos y prcticos que la

    idea

    de historia contiene, el an

    lisis

    trascendental

    resulta

    ser

    demasiado limitado y Kant trasciende

    el

    modelo analtico de la

    lgica

    sujeto-objeto

    en

    la direccin

    de un

    an

    lisis de eso

    que

    he llamado razn objetiva", con lo

    que abre

    un campo

    diferente

    a

    la prctica de la

    filosofia como

    teora

    de

    la razn. Esa am

    pliacin de la nocin de

    razn le lleva a

    plantear de

    un modo

    nuevo la

    relacin

    entre

    lo sensible y lo inteligible,

    es

    decir, la relacin

    entre

    los

    fenmenos sociales causalmente regidos y la accin racional, o racio

    nalizadora,

    libremente

    ejercida

    por

    el participante sobre esos

    fenme

    nos.

    La

    voluntad de esclarecer

    ese

    otro modo no

    trascendental-

    de

    hacer la

    teora

    de la

    razn obliga a

    plantear el

    problema

    en estos trmi

    nos: en

    qu

    consiste

    el carcter racionalizador de la accin del parti

    cipante

    histrico

    y cules son los indicios fenomnicos de la razn

    ob

    jetiva

    en la sociedad?

    El

    esquema

    ideal

    de

    los

    estadios

    evolutivos

    de

    una

    razn

    objetiva

    est

    guiado,

    como he dicho, por una

    lectura

    temporalizadora de la

    an

    tropologa

    crtica de

    Rousseau.

    En

    el

    artculo de

    1786 sobre

    omienzo

    presunto de la historia

    hum n

    (PIHH) se perfila su sentido como el

    de un trnsito de la

    rudeza

    a la

    cultura, entendida

    como autonoma,

    esto es,

    como

    realizacin de la

    razn y

    de la libertad.

    Pero

    en el nuevo

    contexto,

    esas

    nociones adquieren un nuevo sentido. Kant

    es muy

    consciente de la ausencia en este

    anlisis

    de

    un hilo

    conductor

    lgico-

    trascendental de una

    razn

    que se produce

    a

    s misma en la accin

    his

    trica de los hombres y

    por

    eso dice de sus conjeturas

    que

    tienen que

    presentarse

    como

    movimientos que se

    le

    consienten

    a

    la

    imaginacin,

    acompaada

    de razn,

    para recreo y

    salud del

    nimo y

    en ningn

    caso

    como algo serio" (PIHH, 68). Sin hilo conductor de carcter lgico,

    ni

    607

    1

    l .

    l

    .

    .

    . :

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    ((Entusiasmo y (razn

    objetiva en la historia

    valor

    premoral

    que posibilita el desarrollo ulterior de lo

    moral

    al ser la

    verdadera base

    de

    toda sociabilidad

    loe.

    cit.). La

    razn se

    objetiva

    en

    la textura de la socialidad

    que

    produce el

    participante al

    limitar con

    su

    accin

    la

    naturaleza

    y al sustituirla, en

    su

    esfera

    propia, por

    un or

    den

    moral,

    en

    el

    sentido

    amplio

    de esta palabra.

    En

    la tercera

    fase de desarrollo de

    la razn

    aparece la reflexiva ex-

    pectacin

    del

    futuro que se manifiesta en la preparacin y cuidado por

    loS fines lejanos, en la conciencia de la

    muerte

    y en el consuelo de la

    posteridad familiar.

    En

    estas formas de

    conducta el

    progreso de la

    ra

    cionalidad

    expresa

    fenomnicamente el

    problema

    que

    plantea la arqui

    tectnica

    trascendental

    como inters mixto

    de la razn, bajo la

    forma de

    la pregunta qu

    puedo

    esperar? , que

    abre

    el camino a la ley prctica

    bien

    en

    sentido pragmtico

    (felicidad),

    bien

    en

    sentido moral

    (dignidad

    de

    ser

    feliz) (CRP, A 805-806 / B 833-834).

    La

    cuarta

    fase,

    la que ms importa para conocer

    el

    sentido

    que

    tiene

    en Kant la idea de

    una

    sociedad plenamente

    racional,

    es de incierta

    ubicacin respecto

    al tiempo de

    nuestra

    accin; contiene los temas de

    lo que Foueault

    ha

    llamado una o n t o l o g a

    del presente ;

    diagnostica

    el

    momento

    histrico del

    filsofo, pero lo hace anticipando

    tareas

    que

    se

    refieren

    al

    futuro,

    sin

    cuya pre-visin

    no puede el participante

    dar

    sentido

    a

    su

    accin

    actual.

    La figura

    que presenta

    el ltimo

    paso

    de

    esa

    razn

    histrica consisti en que comprendi el hombre (no ms que

    barruntndolo) que

    l constitua el genuino fin de

    la naturaleza

    y nada

    de lo que

    rebulle

    sobre la tierra poda hacerle en esto la

    competencia

    (PIHH, 75).

    Al

    describrir

    ejemplos

    de este desarrollo de la razn,

    Kant

    seala con precisin los

    mbitos

    respectivos

    de una razn instrumen

    tal y una

    razn

    de fines.

    La

    valoracin instrumental de la naturaleza

    fsica y de los animales, a los que,

    dice Kant, ya

    no consideraba

    como

    compaeros

    en la

    creacin sino

    co

    .

    mo

    medos

    e

    instrumentos puestos

    a disposicin de su

    voluntad

    para el logro

    de sus propsitos op. cit.

    7 6), ~ s t b l e c e una

    relacin

    entre razn y

    naturaleza

    que culmina en la

    lgica

    de

    la

    relacin del

    hombre con la

    naturaleza

    propia;

    es

    la lgica

    de internalizacin

    del

    sacrificio

    como

    renuncia, sealada por Adorno

    como el

    carcter

    dialctico del principio

    de

    la Ilustracin. Dicho con sus

    propias

    palabras:

    El espritu subjetivo, que disuelve la animacin de

    la naturaleza, slo domina a la naturaleza 'desanimada'

    imitando

    su

    rigidez y disolvindose

    l

    mismo en

    cuanto

    animado. .

    La valoracin

    de Kant, an

    dominada

    por el

    optimismo

    del progreso de la especie, no

    es insensible a la dimensin negativa

    de

    esa racionalizacin:

  • 7/21/2019 Entusiasmo y Razn objetiva en la historia Immanuel Kant Vigencia de la filosofa crtica.pdf

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    ergio evilla

    tal cambio representa una prdida; para la naturaleza,

    cuyo

    fin en el

    hombre

    se

    orienta hacia

    la especie, fue

    una

    ganancia (PIHH, 79). Esa

    dialctica del

    progreso

    racional, en la

    que

    Kant coincide

    con

    Rousseau,

    deja

    como perdedores a la naturaleza fisica y

    al

    individuo,

    dimensiones

    stas

    que,

    pensadas

    segn

    la

    categora de

    lo

    particular'',

    el idealismo

    se apresurar a excluir del mbito de la verdaderavida , es decir, de la

    vida del espritu . Aunque ese tratamiento no sea responsable ante

    la

    naturaleza,

    uno

    de

    los motivos por los que Hans Jonas piensa

    que

    han

    periclitado los

    paradigmas clsicos de

    la tica,

    centrados

    en el hombre

    en las consecuencias a corto plazo,

    es

    justo

    sealar

    que el dualismo

    kantiano,

    en el

    que

    la

    materia

    jams

    desaparece

    en su sntesis

    con

    la

    forma,

    conduce

    a una utopa,

    formal

    pero positiva,

    de

    la reconcilia

    cin de

    la

    naturaleza

    con

    la

    cultura.

    El hombre

    renuncia

    al

    dominio

    sobre el hombre en cuanto entra a participar en

    la

    igualdad de todos

    los seres

    racionales

    cualquiera

    que fuese

    su rango aqu, no

    en la

    razn

    considerada

    como

    simple instrumento para la

    satisfaccin

    de

    diversas inclinaciones, reside el

    fundamento

    de la ilimitada igualdad

    de los seres humanos (op. cit. 76).

    Este

    reconocimiento positivo

    que

    el principio de igualdad establece entre los hombres ha

    de aplicarse

    tambin para

    que

    el

    desarrollo

    de la humanidad como especie moral

    no contradiga a la especie natural

    op.

    cit. 79-80). La utopa positiva

    recoge las

    huellas de

    esa contradiccin en su

    propia

    expresin:

    Como

    estas disposiciones

    estaban

    preparadas para

    el

    estado

    natural

    sufren

    violencia con el avance e la cultura

    y sta sufre con ellas, hasta que el arte

    perfecto se convierte

    en

    naturaleza;

    que

    es

    en

    lo

    que

    consiste la meta final del

    destino

    moral de la especie humana. (PIHH, 80. El resaltado es mo)

    La meta final, de la

    que estamos

    lejos

    como

    sociedad en la

    que

    la

    ilustracin no ha hecho ms que comenzar,

    tiene

    que asumir que

    el

    avance

    de

    la

    cultura hace

    sufrirviolencia a la naturaleza; el reto utpico

    de

    la razn, su perspectiva

    consoladora de futuro

    consiste en darse a

    s

    msma

    una forma tal que la convierta en

    segunda

    naturaleza y

    cese

    toda violencia,

    superando as

    una contradiccin que,

    segn

    Kant,

    [ .. ] slo

    una constitucin

    civil

    perfecta

    (fin supremo de la cultura) pudiera

    cancelar, mientras

    que por ahora

    la distancia

    entre

    Naturaleza

    cultura

    se

    llena, como

    es

    sabido, de

    todos

    los vicios de sus

    consecuencias,

    de todas las

    miserias

    humanas.

    (Op.

    cit.

    91)

    El concepto

    de razn

    objetiva en la

    historia comporta

    en

    Kant una

    promesa

    de felicidad,

    que se

    ampla a la especie

    en

    los conceptos de cos

    mopolitismo

    paz perpetua.

    610

  • 7/21/2019 Entusiasmo y Razn objetiva en la historia Immanuel Kant Vigencia de la filosofa crtica.pdf

    18/24

    ''Entusiasmo y '(razn objetiva n la historia

    La dialctica entre la guerra y la paz es uno

    de

    los

    aspectos de ese

    antagonismo

    que en

    el

    hombre se expresa

    como insociable sociabili-

    dad'' que

    rige todos los

    pasos

    de

    la

    rudeza a la cultura , de la libertad

    sin ley a

    la

    autonoma,

    de

    la

    sociedad patolgicamente provocada a

    la

    formacin de

    un

    todo

    moral (IHUSC,

    46-4

    7).

    La

    discordia el

    trabajo op cit.,

    48)

    son las

    violencias

    de que se

    sirve el

    plan general de

    la

    especie. para lograr, contra el deseo de los individuos,

    una

    sociedad

    pacfica autnoma. En 1786 afirma Kant:

    Al

    nivel

    de la

    cultura

    en que

    se halla

    todava la

    humanidad,

    la guerra sigue

    siendo

    un

    medio ineludible para hacer avanzar

    a

    aqulla;

    y slo

    sabe

    Dios

    cundo-

    despus

    de

    haber

    logrado

    una

    cultura

    completa, podra ser

    saluda-

    ble,

    hasta

    posible,

    una

    paz

    perpetua.

    (PIHH, 86)

    La paz

    sera, por tanto,

    el corolario

    de una sociedad regida por la

    razn

    y

    un

    criterio para

    saber

    que sta rige

    efectivamente

    los asuntos

    humanos. En 1798 se presenta la desaparicin,

    segn

    principios ,

    de la guerra agresiva como un indicio, negativo pero emprico, de que

    la

    especie humana

    progresa

    hacia mejor (GHP, 106). La nocin de paz

    opera por tanto

    eri tres formas; como

    concordia

    .en el

    mundo de

    los

    instintos naturales que

    ha

    de ser

    rota

    por

    la

    discordia que permite

    el

    progreso de la

    razn;

    en

    el otro extremo, como

    paz perpetua dentro de

    los estados

    como paz

    perpetua

    entre ellos,

    de acuerdo con princi

    pios

    de una legislacin universal. En el

    momento presente,

    en que

    la

    Ilustracin

    no ha hecho ms que comenzar, el diagnstico filosfico

    de

    Kant se

    centra

    en la

    bsqueda

    de indicios

    fenom11:icos

    que muestren

    la

    presencia de intereses

    empricos

    que hagan

    cada vez

    menos plau

    sibles

    los

    conflictos blicos.

    En una

    consideracin

    de los hechos

    que prescinda de todo

    hilo con

    ductor

    de

    la

    razn

    no

    es

    posible excluir

    la

    posibilidad

    de

    la

    barbarie

    y

    de la

    guerra como panorama

    estable de

    las

    acciones humanas:

    No se puede predecir, por tanto, si

    la disensin,

    tan connatural a nuestra espe

    cie, no acabar por prepararnos, a pesar

    de

    nuestro estado

    tan

    .civilizado, un

    tal

    infierno

    de males que

    en l

    se

    aniquilen

    por una brbara

    devastacin

    ese

    estado

    todos

    los

    progresos

    culturales

    realizados hasta

    el

    da.

    (IHUSC, 55)

    Una mera

    inspeccin

    del

    presente,

    que no adopte la hiptesis de

    la

    teleologa, no puede excluir

    esa posibilidad

    atenindose

    a lo que sabe

    mos

    del

    hombre

    y a la

    madera

    tan retorcida'' op. cit., 51)

    de que

    est

    hecho

    .Pero

    un

    diagnstico filosfico

    est comprometido con

    el

    punto

    de vista

    del sentido;

    Kant

    lo

    establece al

    preguntar:

    es razonable,

    611

  • 7/21/2019 Entusiasmo y Razn objetiva en la historia Immanuel Kant Vigencia de la filosofa crtica.pdf

    19/24

    ergio evilla

    acaso,

    suponer la

    finalidad de la Naturaleza

    en

    sus partes y rechazarla

    en

    su conjunto?''

    op.

    cit.

    55). Un diagnstico filosfico

    del

    presente

    ha de establecer su propio

    punto

    de vista

    conceptual

    que nace de un

    compromiso

    con

    la

    razn, subjetivay

    objetiva.

    Ese compromiso se sabe

    previo y

    hasta precario

    y, a

    menos

    que se acredite en

    su

    relacin con

    los

    hechos, su resultado podra

    no

    ser

    otra cosa que una ocurrencia

    o algo

    asi como una

    novela ,

    como reconoce el noveno

    principio

    de la

    IHUSC.

    En el caso

    de

    Kant el punto

    de vista

    conceptual es claro: el hom-

    bre

    slo -alcanza

    su dignidad moral

    como

    especie

    en

    el marco de

    una

    constitucin

    civil perfecta

    que supone, para

    serlo,

    una

    federacin

    de

    naciones (IHUSC, 52). Pero, para

    no

    ser arbitrario, el

    marco

    conceptual

    necesita algn

    tipo

    de

    relacin

    con

    los

    hechos

    que,

    a

    su

    luz,

    se hacen

    significativos. A

    ese

    respecto,

    el

    diagnstico

    filosfico

    de Kant

    se

    pone

    a

    prueba

    en una relacin que adopta tres puntos

    de vista, excluida de

    entrada una

    relacin del tipo de

    la verificacin ernprica. En

    primer

    lugar

    menciona

    Kant el punto

    de vista

    del agente histrico comprome-

    tido: Se ve

    que la

    filosofa

    puede tambin

    tener

    su

    quiliasmo

    pero

    tal

    que, para su introduccin, su idea, aunque de muy

    lejos,

    puede

    ser

    propulsora,

    es

    decir, lo menos

    fantasiosa

    posible (op.

    cit.

    57-58). El

    punto ie

    vista

    inteligible

    no est

    inscrito en los

    hechos, pero la idea

    puede ser propulsora; esto

    es,

    puede

    tener

    funcin prctica porque

    el

    agente comprometido

    con

    la razn pue e inscribirlaen

    el

    mundo de las

    acciones. Desde

    el

    punto

    de

    vista del participante, la

    idea

    de historia

    no puede poner entre parntesis la libertad.

    Pero

    esa

    objetivizacion

    de la razn, para incribirse en

    el mundo

    de

    los

    fenmenos, necesita

    ser

    lo

    menos fantasiosa

    posible ,

    es

    decir,

    ha de ser plausible desde

    el punto

    de vista

    de

    los

    hechos

    histricos. Y ello

    establece

    un segundo

    punto

    de vista

    en el anlisis

    de la

    relacin entre lo sensible

    y

    lo inteli

    gible:

    quien hace

    el

    diagnstico

    ha

    de

    considerar

    los

    fenmenos

    como

    indicios .

    Es

    el punto

    de vista que

    adopta

    Kant

    cuando afirma:

    Lo

    que importa ahora es si la experiencia nos descubre

    algo

    de semejante

    curso

    del

    prop.sito

    de la

    naturaleza. Digo que

    muy

    poco (o

    p. cit.

    58).

    La

    experiencia aqu

    no

    verifica ni falsea una hiptesis; se mira hacia

    ella como un conjunto

    de signos

    que pueden remitir en

    la

    direccin

    del

    significado

    de

    la

    conjetura. Dado que sta

    no puede

    sernas indiferente,

    qice Kant: Las

    seales

    ms

    dbiles de su

    aproximacin nos son

    de

    la

    mayor

    importancia

    op.

    cit., 58-59). Esas seales son, a

    la

    vez, de orden

    cultural,

    poltico

    y

    econmico. _

    En

    el orden cultural, Kant

    seala

    la necesidad que tienen

    los

    Es-

    tados demantener

    la

    cultura interior ,

    la

    libertad

    ciudadana ,

    la

    libertad de lucro

    y

    la libertad

    religiosa; y ello

    porque

    los

    Estados se

    612

  • 7/21/2019 Entusiasmo y Razn objetiva en la historia Immanuel Kant Vigencia de la filosofa crtica.pdf

    20/24

    '(Entusiasmo y

    1

    razn objetiva)) en la histori

    hallan

    entre s

    en

    una tan delicada relacin como los gobernantes

    con

    sus

    sociedades.

    Kant

    busca los indicios

    en

    los cambios

    que

    en

    su siglo se

    han

    producido

    en esas esferas en

    trminos

    tales

    que

    esos

    cambios

    han

    de

    poner

    lmites al poder con

    slo

    que

    (la

    humanidad)

    comprenda

    su

    propio

    beneficio" op.

    cit.,

    59). No

    es

    un

    inters

    puro,

    sino

    emprico, el que lleva a respetar la cultura interior , puesto que

    redunda en poder

    e

    influencia sobre

    los

    dems Estados.

    Tampoco

    se respeta la

    libertad

    ciudadana por s misma, sino porque

    su

    res

    triccin hara

    disminuir.la vitalidad econmica de la

    nacin,

    especial

    mente

    del

    comercio".

    Es

    la

    libertad

    de que

    cada ciudadano busque

    su

    bienestar la

    que mantiene

    las

    fuerzas

    del

    todo" y

    la que impulsa.la

    libertad religiosa y la

    Ilustracin.

    Dada esta tranformacin,

    en

    la

    que

    van derogndose

    las

    limitaciones

    al

    hacer

    y

    omitir

    personales

    o

    p.

    cit.,

    59),

    la

    guerra

    resulta

    a los

    Estados una

    empresa artificiosa,

    de

    inseguro desenlace y los coloca

    en

    una

    situacin de

    deuda

    pblica

    en incremento

    constante op. cit., 60). Esos indicios

    empricos

    hacen

    plausible la conjetura de una Ilustracin creciente. Pero,

    en

    el plano

    internacional,

    hay un

    fenmeno

    econmico significativo

    que hace

    plau

    sible la perspectiva

    filosfica:

    Adase a esto -dice Kant- la influencia que toda conmocin de un Estado,

    gracias a

    la

    tupida red

    que

    sobre

    esta

    parte

    del

    mundo

    en

    que

    vivimos extien-

    den las industrias,

    ejerce sobre los

    dems,

    y

    de una manera

    tan

    sensible,

    que

    stos,

    sin

    ninguna referencia

    legal

    en

    que

    apqyarse, se

    ofrecen como

    rbitros,

    preparndose

    as desde

    lejos

    paraun futuro gran cuerpo

    poltico del

    que

    el mun

    do no

    ofrece ejemplo. Loe. cit.)

    La extensin del

    sistema

    econmico,

    que

    desborda el marco terri

    torial

    de los soberanos

    polticos,

    se convierte

    en

    indicio y acicate de

    la

    disminucin

    de las guerras, y

    en causa

    posible de ~

    formacin

    de

    un

    derecho

    y

    un

    cuerpo

    poltico

    supranacionales.

    Cabe

    preguntarse

    qu

    prueban esos indicios,

    y

    la respuesta

    ha

    de ser

    doble: por ~

    lado,

    hacen plausible el punto de vista filosfico

    sobre

    el presente; por otro,

    . .

    dan

    credibilidad a

    la

    esperanza

    en un

    Estado

    de

    ciudadana

    mundial

    o

    cosmopolita". Efecto

    propulsor, plausiblidad y esperanza es

    lo

    que cabe

    esperar del diagnstico

    filosfico

    del presente

    en

    el

    escrito de

    1784.

    Un punto

    de vista nuevo, marcado

    por

    la Revolucip.

    Francesa,

    aparece

    en el escrito sobre

    el

    progreso de

    1798 (GHP). A ~ a

    posicin

    de

    sujeto observador

    que

    acompaa la

    voluntad de

    una

    ciep.cia,

    que

    1 .

    ha

    de

    ser

    claramente separada de la

    posicin

    del filsofo que hace un

    diagnstico

    de su tiempo, y al punto de

    vista

    del

    agente histrico

    que

    introduce

    la libertad, se aade ahora la posicin impracticable de un

    6 3

    l

    1 :

    11

    1

    1

    1

    .

    1

    . 1

    1

    [

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    ergio evilla

    observador

    externo y

    la

    posicin

    entusiasmada de

    un

    espectador. La

    multiplicacin de perpectivas, que plantea

    problemas

    de consistencia

    interna,

    abre a cambio,

    de mo

    .

    do manifiesto, la

    complejidad

    de una

    filosofia que quiera pensar crticamente la historia en general y, de mo

    do ms

    .concreto,

    la historia presente.

    Kant es consciente de que el problema de ms dificil solucin

    para

    una

    teora

    de la historia consiste en la

    eleccin

    del punto de

    vista,

    esto

    es, el problema de la posicin desde la que se ha de teorizar:

    Acaso dependa

    de la mala eleccin

    del

    punto de vista para contem

    plar

    la

    marcha

    de las cosas humanas,

    el

    que

    nos

    parezcan stas

    tan

    insensatas (GHP, 10.2).

    Con

    la metfora de la revolucin copernicana

    en la astronoma,

    Kant nos hace

    ver

    que

    la posicin

    de

    un sujeto

    de

    conocimiento

    cientfico,

    cuya

    problemtica

    vertebr

    la

    epistemologa

    moderna,

    siempre

    tuvo

    como

    trasfondo

    la posicin de un sujeto

    exte

    rior absoluto,

    esto es, la posicin que

    en

    los

    trminos

    de Hilary Putnam

    hemos lla.mado el supuesto del ojo de Dios ,

    para

    el cual, en ltima

    instancia, todo

    lo que sucede

    tiene una razn

    suficiente. En el

    caso

    de

    la historia esa perspectiva es tan necesaria como inviable.

    Es necesaria

    para un

    a

    ciencia

    cuya

    naturaleza

    explicativa

    incluyera la

    prediccin;

    es

    inviable, porque

    en

    el

    caso

    de la historia el

    tiempo

    no es una constante

    uniforme sino

    el

    mbito en

    que

    aparece

    lo nuevo. La conexin

    de las

    leyes-naturales, explicativas y predictivas, no es posible en el espacio

    de

    la

    libertad creadora,

    y

    el

    punto

    de

    vista

    del ojo de Dios no sirve

    aqu para apoyar

    o

    legitimar la posicin de un sujeto de

    conocimiento

    objetivan

    e.

    En esta

    situacin

    Kant

    establece

    la tercera

    posicin en

    la que la ex

    periencia-tampoco

    aqu

    tratada

    como objeto de conocimiento-

    pue

    de ser signo de progreso.

    o un

    hecho que sea 'causa de progreso,

    sino

    un

    hecho que

    apunte

    a l a modo de

    ''seal histrica

    (signum

    rememorativum, demonstrativum, prognosticum)

    (GHP, 104),

    esto

    es,

    la experiencia

    como

    seal de

    lo inteligible,

    la

    Revolucin

    Francesa.

    A

    una

    modalidad

    de experlencia

    que

    no es constituida por la sntesis

    cognitiva le

    corresponde

    una

    posicin humana

    de experiencia que no

    es

    la

    del

    sujeto

    constituyente,

    sino la del

    espectador que toma

    par-

    tido

    de

    un modo

    desinteresado.

    Esa

    paradoja constituye el ncleo de

    la experiencia como

    seal .

    El sujeto contituyerite

    h-ubiera

    intentado

    o ~ r e e r n o s

    explicaciones causales

    de un

    fenmeno

    que

    hubiera

    per

    dido

    as

    su

    carcter

    moral.

    Por

    otra

    parte,

    el

    participante

    pertenece

    a

    ' 'un pueblo

    lleno

    de espritu

    y

    es,

    por

    tanto, un agente

    libre,

    pero

    no

    se libra de la

    sospecha

    de

    actuar por

    intereses

    empricos,

    la

    otra

    forma de la

    causaldad.

    Para que una experiencia delate racionalidad

    y libertad

    moral

    ha de serlo

    para

    alguien causalmente

    desinteresado

    614

  • 7/21/2019 Entusiasmo y Razn objetiva en la historia Immanuel Kant Vigencia de la filosofa crtica.pdf

    22/24

    ((Entusiasmo y ((razn objetiva'' n la historia

    y que,

    no obstante,

    se vincule a ella con un inters puro o,

    por

    decirlo

    en las palabras de

    Kant,

    para alguien con una participacin de su

    deseo, rayana

    en

    el

    estusiasmo,

    cuya manifestacin, que lleva apa-

    rejada un riesgo,

    no puede reconocer otra causa que

    una

    disposicin

    moral

    del gnero

    humano

    (o

    p.

    cit.,

    1 06).

    El espectador,

    en

    tanto es

    desinteresado , comparte

    con

    el sujeto el

    rasgo

    del

    distanciamiento;

    a

    diferencia de ste,

    sin

    embargo, no convierte

    la

    experiencia en

    objeto.

    Con

    el

    participante comparte

    el

    rasgo de sentirla como propia tomando

    partido, incluso con

    "riesgo"; a diferencia

    de

    l,

    no es un agente

    efectivo

    d

    el suceso

    y,

    por

    tanto,

    su inters

    puede

    ser puramente

    universalista,

    es

    decir, un inters p

    or

    la

    razn

    y por la humanidad.

    Los rasgos

    de

    su experiencia son

    bien

    peculiares:

    no produce

    co-

    nocimiento

    ni

    acta

    por

    deber; no

    se

    trata,

    por tanto,

    ni

    de experiencia

    cientficani

    de

    experiencia en

    sentido

    moral.

    Es una tercera

    modalidad

    de experiencia que Kant llama

    entusiasmo y

    que

    caracteriza

    como

    participacin

    afectivaen

    el bien"

    (op cit., 107).

    En

    tanto es un

    "afecto",

    tiene

    un matiz patolgico; en cuanto hace referencia al

    concepto

    de

    derecho

    loe. cit. , muestra una

    tendencia

    moral del gnero humano

    op. cit., 105).

    Es

    un uso

    del

    concepto experiencia

    que

    no

    encuentra

    parangn unvoco con ningn otro en la obra kantiana. En ierto sen-

    tido se

    trata de

    una

    nocin de experiencia

    que altera

    profundamente

    las

    dos nociones

    que

    habitualmente

    la

    definen:

    la

    nocin de sujeto

    y

    la

    de

    objeto.

    El entusiasmo del espectador

    ante la

    Revolucin Francesa

    se muestra, a la vez, como

    la experiencia de

    un hecho y

    de

    un valor y,

    en este caso, ambos pertenecen

    a

    la ' 'razn

    objetiva".

    Con tales condi-

    cionamientos, para pensar

    el

    presente,

    el filsofo se

    ve

    obligado a

    aban-

    donar los lmites

    de la

    filosofa del

    sujeto.

    Queda por

    aclarar

    las dimensiones de ese hecho

    de

    nuestro tiempo

    que permiten

    hacer

    experiencia de

    l

    como

    de

    un valor

    . Y

    ~ n t ofrece

    al

    respecto

    un

    doble

    criterio;

    por

    una

    parte

    ,

    la autonoma

    jurdica,

    y

    como

    fin

    de

    sta, la tendencia

    a

    evitar la guerra agresiva.

    La

    autono-

    ma

    jurdica

    se

    entiende como una analoga

    de

    la autonoma moral.

    El

    Estado de

    d e r ~ c h o nica

    fuente de

    autoridad a la que se

    someten

    todos los ciudadanos por

    igual>

    es el

    anlogo emprico

    del universalismo

    moral del

    imperativo categrico;

    su fundamento en

    el

    derecho de

    un

    pueblo a darse a si mismo

    la constitucin

    convierte

    la

    soberana

    en

    autonoma.

    No

    obstante,

    a

    Kant

    le

    parece

    necesario

    garantizarque ese

    inmenso

    dispositivo

    formal

    est

    guiado p

    orun

    fin; y

    ste es la

    aproxi-

    macin

    indefinida

    hacia

    la

    paz

    perpetua ,

    que

    no

    ser

    posible

    hasta

    que idnticas condiciones

    se

    generalicen en un plano cosmopolita. La

    Revolucin Francesa no

    puede

    garantizar

    el

    cumplimiento

    efectivo del

    sentido de la historia porque,

    como fenmeno, puede fracasar y

    no es

    615

    ' '

    ;

    '

    1 '

    ' '

    '

    ; 1

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    .Sergio Sevilla

    imposible que las cosas vuelvan a su antiguo cauce op. cit., 109);

    pero la experiencia habr cumplido igualmente su funcin como "se

    al": la de

    mostrar

    la posibilidad de aunar dentro

    del

    gnero humano

    naturaleza y libertad .oe

    cit.).

    Al

    comienzo

    de

    este

    trabajo

    sealaba

    que

    teorizar

    la

    razn

    en la

    his

    toriaaltera el mapa

    y

    las nociones

    resultantes

    de una teora de la razn

    realizada, en las obras mayores

    de

    Kant, como lgica trascendental

    del discurso cientfico o.de las

    normas

    morales. Al teorizar

    la

    Taz.n

    en

    sus .objetivaciones

    histricas

    podemos resumir,

    para acabar, que

    ant

    altera

    el

    lugar desde

    el

    cualfilosofa: no

    es ya

    el filsofo crtico un

    analista de discursos cognitivos .o de sistemas normativos que le

    han

    sido dados

    como punto

    de

    partida para

    indagar sus

    condiciones de

    posibilidad.

    Ahora

    el filsofo crtico

    se

    mueve

    entre

    a

    experiencia

    y

    el

    punto

    de vista de lo inteligible, sin hilo conductor lgico, puesto que

    se trata

    de

    hacer un diagnstico de la

    historia .

    humana

    .y de su propio

    presente.

    Los fenmenos,

    siempre nuevos, sorprenden

    y

    se relacionan

    con los criterios de

    la

    razn como meros indicios.

    Demodo similar, se

    alteran

    fundamentalmente algunas nociones

    clave del

    sistema;

    la libertad

    multiplicasus sentidos

    y

    no

    es slo

    auto

    noma racional",

    sino

    . ambin el juego de

    ensayo

    y error, o la actividad

    creadora

    de

    valores

    que desplaza

    constantemente

    sus propias fronte

    ras

    .

    La

    experiencia se

    transforma hasta funcionar

    como seal

    y

    alterar,

    rebas

    ndolo, el

    paradigma sujeto-objeto. Ya

    no

    podemos entender

    la

    nocin

    de experiencia

    en el mismo.

    sentido

    en el que

    la

    ha elaborado el

    mapa del

    con

    o.cimiento fenomnico

    y

    la

    teora del sujeto constituyente.

    A la

    transformacin

    que ste experimenta de

    su

    posicin de

    b s e r v ~

    dor a la posicin de espectador, le corresponde una alteracin de su

    correlato

    emprico,

    que

    une dimensiones

    fcticas y

    valorativas

    en un

    todo que funciona como seal.

    Los textos

    en que Kant se

    convierte

    en

    filsofo del presente

    despliegan

    al.sujeto en una

    pluralidad

    de o s i i o ~

    nes de experiencia, a

    la

    vez que abren

    en

    sta dimensiones que sealan

    el

    camino de la

    superacin del

    paradigma de la

    reflexin. .

    El modo de hacer

    filosofia

    que

    Hegel caracterizab.a

    como un captar

    el

    propio tiempo.en conceptos es todava teora de la razn, pero de una

    ndole y

    un proceder

    bien distinto de

    la prctica

    canonizada de stfl:

    como

    teora

    del conocimiento.

    En

    la

    obra de

    Kant encontramos ejem-

    plos clsicos de ambas prcticas

    de la

    filosofia.

    616

    .

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