Epistolario Lino de Pombo

CONFIDENCIAS DE UN ESTADISTA

EPISTOLARIO DE LINO DE POMBO CON SU HERMANO CENÓN

1834 -1877

Colección BicentenarioBucaramanga, 2010

CONFIDENCIAS DE UN ESTADISTA

EPISTOLARIO DE LINO DE POMBO CON SU HERMANO CENÓN

1834 -1877

SANTIAGO DÍAZ PIEDRAHITALUIS GUILLERMO VALENCIA SANTANA

© Universidad Industrial de Santander

Colección Bicentenario N° 6: “Confidencias de un Estadista Epistolario de Lino de Pombo con su hermano Cenón 1834 -1877” .

Dirección Cultural Universidad Industrial de Santander

Rector UIS: Jaime Alberto Camacho Pico Vicerrector Académico: Álvaro Gómez Torrado Vicerrector Administrativo: Sergio Isnardo Muñoz Vicerrector de Investigaciones: Óscar Gualdrón Director de Publicaciones: Óscar Roberto Gómez Molina Dirección Cultural: Luis Álvaro Mejía Argüello

Impresión: División de Publicaciones UIS

Comité Editorial: Armando Martínez Garnica Luis Alvaro Mejía A. Primera Edición: Febrero de 2010

ISBN: 978-958-8504-28-5

Dirección Cultural UIS Ciudad Universitaria Cra. 27 calle 9. Tel. 6846730 - 6321349 Fax. 6321364 [email protected] Bucaramanga, Colombia

Impreso en Colombia

7

ContenidoPresentación

I. Introducción

II. Esbozo biográfico de Lino de Pombo

III. Epistolario de Lino de Pombo con su hermano Cenón

Fuentes primarias

Fuentes secundarias

Bibliografía consultada

Índice onomástico

Datos biográficos de los autores

917

105261261263271284

Colección Bicentenario 7

PresentaciónLa campaña política empeñada en 1836 para la

elección presidencial dejó una profunda enemistad entre el presidente Francisco de Paula Santander y el vicepresidente José Ignacio de Márquez, quien al año siguiente logró derrotar a su contrincante, el general José María Obando. Pese a los sinsabores de su campaña contra el favorito de Santander, el doctor Márquez se esforzó por conservar a los cuatro ministros de su antecesor en el gabinete, reconociéndoles “su espíritu liberal, adhesión y amistad personal”. No era para menos, pues por varios años había compartido con ellos las sesiones diarias del Consejo de Gobierno. Uno de ellos era el doctor Lino de Pombo, desde 1833 ministro de la cartera del Interior, de modo que el presidente Márquez lo conservó en su nueva Administración, atento a su habilidad política y a su competencia administrativa.

Al aceptar su confirmación en esta cartera, el 1º de abril de 1837, el doctor Pombo manifestó que lo hacía para contribuir al restablecimiento “de la cordial unión y mutua confianza entre los patriotas que han estado divididos en opiniones durante la terminada contienda eleccionaria”, y porque se sentía obligado ante la perspectiva embarazosa de que el nuevo

Colección Bicentenario8

presidente tuviera que rendir informes al Congreso con “agentes inmediatos nuevos y sin suficiente práctica a la multitud de negocios que se acumulan en las secretarías de estado”. Estas palabras son una buena muestra de la responsabilidad y del talante patriótico de este estadista cartagenero que, por el conocimiento personal que tuvo de él don José María Samper, pudo caracterizarlo como el hombre público de vida más completa y más generalmente respetada por sus contemporáneos.

Es entonces un orgullo para nuestra Colección Bicentenario el ingreso de esta compilación de cartas del doctor Pombo y de su hermano Cenón, hecha por el experimentado investigador don Santiago Díaz Piedrahita y su colaborador, don Luis Guillermo Valencia Santana. Universitario de tiempo completo y presidente de la Academia Colombiana de Historia, el doctor Díaz Piedrahita ha sido amigo de esta casa de estudios por mucho tiempo, y por eso nos complace ofrecerle al público ilustrado del país esta compilación documental suya que iluminará muchos estudios sobre los hombres de estado que hicieron posible la grandeza de esta patria que nació gracias a su esfuerzo.

Jaime Alberto Camacho PicoRector

I.- Introducción

Casa de Lino de Pombo en Bogotá. Esquina de la calle décima con carrera quinta.


El Diccionario de la Lengua Española define en una segunda acepción al estadista como: aquella persona con gran saber y experiencia

en los asuntos del Estado. Esta sencilla definición parece haber sido inspirada en la figura de don Lino de Pombo O´Donnell, uno de los personajes más destacados de la primera mitad del siglo XIX en nuestro país. Su influencia en la vida nacional fue notoria, especialmente en su faceta de político y hombre público, aspecto, que al lado de los asuntos estrictamente familiares, domina en el contenido de los documentos que se reproducen en este libro. La obra agrupa setenta y tres cartas hasta hoy inéditas, 50 de ellas escritas por don Lino, entre las que tenemos la primera fechada el 31 de diciembre de 1834 cuando el ingeniero1 y ex militar contaba treinta y siete años de edad y ocupaba por primera vez la Secretaría de Relaciones Exteriores de la Nueva Granada; la última fue escrita el 27 de marzo de 1 Don Lino de Pombo fue el primer ingeniero titulado de la actual Colombia, y ante ese hecho La Sociedad Colombiana de Ingenieros en memoria, admiración y reconocimiento otorgan el premio Lino de Pombo mediante el cual la Junta Directiva de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, mediante la Resolu-ción Nº 15 del 17 de septiembre de 2002, reglamentó el otorga-miento del Premio Lino de Pombo con el fi n de que las nuevas generaciones de estudiantes de ingeniería conozcan y traten de imitar en algo su brillante carrera.


1860, dos años antes de producirse su fallecimiento. Estas cartas, caracterizadas por un idioma coloquial, incluyen informaciones y comentarios pertinentes al ámbito político y a la situación, casi siempre agitada, que entonces se vivía en el país. En la fechada el 6 de octubre de 1835 don Lino establece una pauta que se va a cumplir en todas las cartas que forman el epistolario con su hermano:

“Te he escrito con la libertad y franqueza propias del asunto, habituales en mi carácter, y que tú sabrás apreciar; pero no pretendo dar a mis opiniones mayor valor que a las tuyas; delibera, resuelve, y cuenta siempre con el fraternal cariño y buena amistad de tu hermano.”

En el mismo legajo, que guarda las cartas de don Lino a su hermano, se archivan una invitación a cenar cursada por Francisco Montoya, siete más escritas por su esposa, doña Ana María Rebolledo, quien además añadió algunas notas al final de otras cartas de don Lino, ocho firmadas por el destacado abogado y hombre público Vicente Cárdenas Manrique, cuatro de las autoría de Rafael Pombo, hijo de don Lino, tres de ellas enviadas desde Nueva York, donde el ingeniero y reconocido poeta se desempeñaba como secretario del general Pedro Alcántara Herrán, responsable de la Legación Colombiana en los Estados Unidos. Durante las prolongadas licencias de su jefe inmediato el joven funcionario hubo de desempeñarse como embajador encargado. Al respecto vale el siguiente comentario consignado en la misiva fechada el 2 de noviembre de 1859:

“Viene el General Herrán, con ocho meses de licencia, quedando encargado de la legación mi hijo José Rafael.”


Una de las cartas del poeta bogotano, escrita el 3 de agosto de 1855, tiene un valor testimonial pues recoge sus impresiones en relación con el país al que acaba de arribar, las costumbres de sus habitantes y el clima lluvioso propio de comienzos de la primavera. Como muestra cabe el siguiente párrafo:

“Llegamos aquí el 27 de mayo pasado después del viaje más rápido y feliz que se puede desear; tuve inmediatamente el anhelado placer de conocer a Tía Matilde, Sofía e hijos de Julio, aunque faltando el justamente llorado Pedro Pablo, e instalándome en el mismo día en el mejor punto de Nueva York, la plaza de la Unión, comencé mi vida Norte Americana chapurreando el poco ingles que estudie en 1845. Como entramos en domingo, día tan extravagantemente observado por los Yankees, la primera impresión fue de soledad y tristeza, a lo que contribuía lo nublado del cielo (con cielo nublado también entré a Popayán) y el granito pardo de que son aquí los frentes de casi todas las buenas casas. Al otro día todo fue movimiento y ruido, y ya lo siento y oigo sin caer en cuenta y sin que me produzcan la menor molestia. A los pocos días fuimos a Washington, y yo quedé muy pagado del afectuoso y lisonjero recibimiento que nos hizo Mr. Pierce, conocí el Navy Yard y otros monumentos de arquitectura o industria de Washington y luego en la vuelta pasee el opulento colegio de Gerard y el Water Works de Filadelfia.”

Aparte de las cartas mencionadas, se conservan tres más firmadas por sus hermanos Jaime y Miguel y por su sobrino Francisco Pombo. En la misiva, fechada el 6 de noviembre de 1853, Jaime muestra preocupación por la situación mundial y, aprovechando su estancia


en el extranjero, hace comentarios al respecto, habida cuenta de que las noticias generales demoraban en llegar a través de los periódicos, en tanto que él podía incluirlas, a manera de “relleno,” en su correspondencia.

El legajo que se conserva en el Archivo General de la Nación está formado por 136 folios que corresponden a un total de 72 cartas, dos adiciones y la inclusión de un folio suelto carente de fecha, al igual que un informe de estado bancario o extracto detallado de una cuenta, así como la copia de un poder otorgado. [Fondo Academia Colombiana de Historia, Serie: Colección Miscelánea, Carpeta 54, folios 1 – 136]. Este acopio documental fue generosamente puesto a disposición de los autores por el notable historiador Luís Carlos Mantilla O.F.M., quien los encontró durante una de sus frecuentes pesquisas por los archivos, entidades de donde ha rescatado valiosos escritos cuyo contenido ya hace parte de la historiografía nacional. Dejamos público testimonio de nuestra gratitud, pues él es el verdadero gestor de este volumen.

En el esbozo biográfico de don Lino, personaje central de esta publicación, se incluye el texto del discurso pronunciado por el entonces imberbe colegial de escasos trece años en la Capilla de la Bordadita durante un certamen de conclusiones. Tal documento se conserva en el Archivo Histórico del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y nos fue facilitado gentilmente por la historiadora Maria Clara Guillén de Iriarte, a quien se debe la organización y modernización de ese importante acervo documental. A ella también nuestra gratitud.

Se cierra la primera parte del libro con dos breves reseñas biográficas, la primera de Cenón Pombo, destinatario de las cartas, hombre de confianza y


confidente de don Lino y de su esposa, la segunda de don Vicente Cárdenas, sobresaliente hombre público y amigo cercano de la familia Pombo, especialmente de Cenón.

La parte central de la publicación la constituye la trascripción de los documentos. Para facilitar la comprensión de los comentarios contenidos en las cartas se han incluido algunas notas de pie de página, cuyo propósito es el de ubicar al lector en el contexto de la época y del ámbitos familiar. Para comodidad de quienes consulten las cartas, se ha modificado la grafía adaptándola a las normas ortográficas actuales, obviamente sin alterar su contenido. Cierran la publicación un índice onomástico de las personas aludidas en el epistolario o en las notas introductorias y un índice topográfico de los lugares allí mencionados.

Estamos seguros de que los documentos que se ponen a disposición de los investigadores aportarán muchas luces y permitirán esclarecer algunos hechos propios de una época en la que se organizaba la República, periodo que, como resulta explicable, pasó por frecuentes momentos de agitación y de convulsiones, circunstancias que se fueron superando merced a la labor de mentes claras como la de don Lino, una de las personas que más aportó al asentamiento de nuestra Nación.


II.- Esbozo biográfico de lino de pombo

Retrato de Lino de Pombo. (Revista Moderna Nº 7, Julio 1915)


Uno de los personajes más sobresalientes del país a lo largo del siglo XIX fue don Lino de Pombo O´Donnell, quien entre 1833 y

1858 desempeñó con especial eficiencia y dedicación diversos cargos públicos de jerarquía. Merced a su paso por la administración dejó una profunda huella en la historia nacional. Fue Secretario del Interior y Relaciones Exteriores de la administración del general Francisco de Paula Santander (1833-1837), cargo que mantuvo durante parte del periodo presidencial de José Ignacio de Márquez (1837-1838); años más tarde fue Secretario de Hacienda de la primera administración del general Tomás Cipriano de Mosquera (1845-1847) y retornó al gabinete como Secretario de Relaciones Exteriores de Manuel María Mallarino (1855 -1857). Además de hacer parte del gabinete en esas cinco oportunidades ocupó otros puestos públicos de importancia dejando siempre una imagen de pulcritud y cumplimiento, imagen que complementó como catedrático y como ciudadano de bien.

En 1963 con ocasión de cumplirse un siglo de su fallecimiento, y en homenaje a su memoria se aprobó la siguiente resolución, cuyos considerandos resumen en forma excelente las principales realizaciones de este prohombre. El texto respectivo señala:


“La Academia Colombiana de Historia considerando: Que el día 20 de noviembre del presente año se cumplirá el primer centenario de la muerte de don Lino de Pombo; Que el señor Pombo prestó grandes y eficientes servicios a la Patria, ya en la guerra de la independencia tomando parte en la defensa de Cartagena, en el sitio de 1815; como Secretario de la legación de Colombia en Londres; como periodista; como Secretario de Estado en el ramo de relaciones exteriores; como rector de la Universidad del Cauca;2 como Gobernador de la provincia de Cundinamarca; como Enviado Extraordinario y Plenipotenciario ante el Gobierno de Venezuela; como Secretario de Estado en el Ramo de Hacienda; como director de Crédito Nacional, de la oficina General de Cuentas y de la Casa de Moneda; como Procurador General de la República, como miembro de la rama legislativa, como autor de libros de matemáticas, historia, leyes etc.”3

Pocos colombianos, como don Lino justifican que se exalte su memoria y que su vida sirva de ejemplo a las generaciones posteriores. En realidad su trayectoria vital constituye una sucesión de servicios a la Nación a través de cargos de enorme responsabilidad en los que cumplió con entrega y dedicación. Con la presente reseña se amplían algunos de los aspectos mencionados en la citada resolución.

Nació don Lino en Cartagena el 7 de enero de 1797 en el hogar formado por Manuel de Pombo y Ante,

2 Don Lino no fue rector sino Secretario de esa Universidad. Quien desempeñó la rectoría en varias oportunidades fue su hermano Cenón.3 Boletín de Historia y Antigüedades 50(579-581): 99. 1963.


entonces Tesorero Real del Consulado de Cartagena y por Beatriz O´Donnell, hermana del primer “Duque de Tetuán”, y en consecuencia, integrante de una destacada e influyente familia peninsular. Fue el primero de los nueve hijos de tal matrimonio y se le bautizó con los nombres de Lino José Julián. Era apenas un niño cuando su padre fue trasladado a la capital como Tesorero de la Casa de Moneda, situación que facilitó su entrada al Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, donde completó su formación básica; una vez cumplidos los requisitos de rigor, ingresó para tomar los cursos de bachillerato en filosofía y letras.

La información pertinente a sus certificados de limpieza de sangre y a su trayectoria en el Claustro señala:

“Nació el 7 de enero de 1797 en Cartagena de Indias.Vistió beca su padre por ser don Lino de muy tierna edad, el 5 de mayo de 1806.1835, consiliario. 1853-1854, catedrático de filosofía. 1856, donó dos ejemplares del periódico “La siesta”.Nota: el apellido se ha escrito igual a la firma.PADRESManuel de Pombo y Ante. Nació en Popayán. Tesorero Real Tribunal del consulado de Cartagena, contador de la Real Casa de Moneda de Santafé.Beatriz O´Donnell. Nació en Tarragona, España.ABUELOS PATERNOSEsteban de Pombo y López. Nació en San Pedro de Zarriza en la Coruña, España. Teniente, gobernador y justicia mayor de Popayán.


Tomasa de Ante Mendoza y Valencia. Nació en Popayán.ABUELOS MATERNOSJosé O´Donnell. Nació en Croacia en Irlanda. Coronel de regimiento de Irlanda.María Anethan. Nació en Luxemburgo, Alemania.BISABUELOS MATERNOS MATERNOSFrancisco Oswaldo de Anethan. Caballero de Sacro Romano Imperio, varón de Anethan.María Beatriz Mahecha.TESTIGOSJosé Sanz de Santamaría, Tesorero Real Casa de Moneda. Camilo Torres y Tenorio. Nació en Popayán. Colegial, abogado de la Real Audiencia, catedrático de derecho civil. José González Llorente, del comercio de Santafé.Relación de otras informaciones: padre Manuel Pompo de Ante.” 4

Curiosa coincidencia la de que entre sus testigos, figurasen, de una parte, don Camilo Torres y Tenorio, prócer y mártir de la Patria y redactor del Memorial de Agravios, y de otra José González Llorente, un buen hombre dedicado al comercio y al acopio y exportación de cortezas de quina, quien, como buen español, tenía por costumbre la de lanzar tacos y exabruptos, además de ser irascible y propenso a ser irritado con facilidad; por estos atributos fue escogido como objetivo central para dar inicio a los disturbios que generaron el movimiento insurgente del 20 de julio de 1810, aprovechando la concentración de gentes en la plaza mayor con motivo del mercado semanal de cada viernes.

4 GUILLÉN DE IRIARTE, M.C. Nobleza e Hidalguía, Tomo 2 pp. 663-664. 1994.


Sobre su paso por el Claustro capitalino tenemos el siguiente testimonio que reafirma la circunstancia de que tuvo como profesor de matemáticas a don Francisco José de Caldas, quien supervisó su discurso en las conclusiones el año de 1810. Ésta especial distinción de llevar la palabra en los actos de conclusiones públicas se concedía a los estudiantes más aventajados, en este caso al colegial Lino de Pombo. El texto del discurso aporta interesantes luces sobre su formación y sobre el porqué, con base en su afición a las matemáticas eligió la ingeniería como su carrera profesional, aunque su desempeño casi siempre rondó alrededor de la política y las labores de Estado. El texto aludido, leído cuando contaba trece años es el siguiente:

“Discurso pronunciado por el colegial Lino de Pombo en la Capilla del Colegio del Rosario, dedicando unas conclusiones de Aritmética y Geometría a Santo Tomás.

Señores

Las materias que hoy proponemos como objeto de este acto literario son de las más interesantes al género humano. El cálculo numérico y las líneas, la aritmética y la geometría, siempre han sido miradas como la base de todos los conocimientos a que puede aspirar el hombre en sociedad. El cálculo mide todas nuestras relaciones con los seres que nos rodean, y la geometría auxiliada del cálculo ensancha estas mismas relaciones y nos hace señores y dueños de los objetos más distantes. Desde el simple labrador hasta aquel que se halla sobre el trono, desde el más contemplativo solitario hasta


el hombre de estado, desde el rústico hasta Newton, todas las clases, todas las condiciones, todos los estados necesitan de la antorcha de estas dos ciencias bienhechoras.

El origen del cálculo se pierde en las tinieblas de los siglos más remotos. El parece coetáneo a la existencia del hombre sobre la tierra. Si reflexionamos que la sociedad no puede existir sin el cálculo, que todas las naciones le han usado, que los salvajes más estúpidos tienen su aritmética, y lo que es bien singular, que todos usan del sistema décuplo, así en el antiguo, como en el nuevo continente, se percibirá un origen común a todos los hombres y la aritmética, y que su principio comienza con el nuestro.

Si el alimentarse, el vestirse y alojarse son las primeras necesidades del hombre, el cálculo es su primera ciencia. Apenas balbucea, cuenta sus dedos, sus manos, sus hermanos, los objetos más inmediatos, y los más queridos. Después lleva el cálculo a sus corderos, a sus vacas y a todos los seres que le suministran la subsistencia, las comodidades y los placeres. De aquí pasa a contar las montañas, los ríos y cuanto rodea su cabaña.

La duración de la existencia, este deseo de medir su mansión sobre la tierra eleva sus ideas y da un grado de perfección a su cálculo. Las revoluciones del sol, los días, le sirven de unidad, las acumula y aumenta sucesivamente. Éste número crece demasiado y fatiga la imaginación.


Es necesario subdividirle. Las estaciones, el verdor, las escarchas, los colores, las mieses hacen como otros tantos puntos de apoyo para recomenzar el período, y el año solar se establece. La luna siempre varia en sus aspectos, ha presentado a todos los pueblos una regla más sencilla para medir el tiempo; de aquí el año lunar.

A proporción que la sociedad ha hecho progresos, que las necesidades se han multiplicado, también se han multiplicado los conocimientos. Se pretendió reunir las ventajas de estos dos años; se quiso la simplicidad del solar, y las comodidades del lunar. Se pretendió hallar las relaciones con las nuevas lunas, y de aquí, el calendario, y la cronología primitivas.

Cuando el género humano ya no pudo existir reunido sobre las llanuras del Sennaar, cuando se derramó sobre la Arabia, sobre la Asia, y sobre la Europa, cuando se formaron las naciones y los imperios, cuando nacieron las artes y el comercio, entonces se elevó el cálculo a un puesto de perfección inesperado. Los sirios, este pueblo situado en los confines del océano y de la tierra, rodeado de los imperios más célebres, con el Líbano y famosos cedros a la mano, lo llamaban al comercio de todas las naciones. El llevó los productos de su agricultura e industria a muchos puntos del mundo conocido. En Roma, en Hesperia, en Sicilia, en Berbería, en Egipto, más allá de las columnas de Hércules, en el


mismo Ponto y generalmente en casi todos los puertos, no se veían sino flotas fenicias cargadas de púrpura, e aromas, de vasos, de telas, de todos los climas y de todas las zonas conocidas. Esta nación comerciante perfeccionó la utilísima aritmética. Entre las manos de los sirios se comenzó a calcular y se percibieron las relaciones fecundas de los números; y esta se puede decir, es la época en que comenzó a formar un cuerpo de ciencia, la aritmética. He aquí un nuevo servicio que el comercio ha hecho al género humano. Satisfaciendo nuestras necesidades, enriqueciendo civilizando a las naciones, el comercio ha dado también nacimiento a las artes, a la aritmética, a la geografía, a la astronomía y a tantas otras.

El curso de los astros se observaba entre los laboriosos sirios; que tal pueblo aseguraba su navegación, las máquinas, las fuerzas se profundizaban y elevaban sobre las ondas esos edificios enormes, esas ciudades flotantes, que llevaban a todas partes las riquezas y el nombre fenicio, respetado y querido de todas las naciones. El llevó los productos de su agricultura e industria a muchos puntos del mundo conocido. Los puertos, las radas, los bancos, los escollos se pintaban sobre tablas, y estas guiaban al navegante sobre las llanuras uniformes e inmensas de los mares, Así nacieron, así se elevaron estos preciosos conocimientos y tuvo principio, el cálculo, la mecánica, la astronomía y la geografía.


El Egipto tan grande, tan sabio como misterioso, dio nacimiento a las líneas y a las propiedades, en una palabra a la geometría. El Nilo, con un origen incierto en la Numidia y Abisinia, se elevaba periódicamente, salía de madre, inundaba los campos y deponía un limo bienhechor, origen de la fecundidad y de la abundancia; los envites de las necesidades desparecían y fue necesario que la geometría restableciese el orden y la paz, naciendo en medio del fango y de los misterios fue a prosperar bajo el clima feliz de la Grecia; pero los genios inmortales de Platón, de Euclides, de Arquímedes, de Apolonio, elevaron esta ciencia a un grado inconcebible de sublimidad y de perfección.

Pero el griego Pitágoras, este genio elevado y creador enseñó verdades fecundas, verdades que la posteridad respeta y que han hecho su nombre célebre en todos los siglos. El cuadrado de la hipotenusa, la tabla que lleva su nombre, las propiedades de los números y de las líneas le harán mirar como el geómetra más ilustre de toda la antigüedad, pero el hombre abusa de todo; los números que habían revelado misterios profundos al genio de Pitágoras, le sirvieron de objetos para delirar. Todo era numérico, todo armónico en el universo; las distancias de los planetas, los árboles y las plantas, en todos los seres veía sino misterios y revelaciones. Entonces tuvieron origen los cuadrados mágicos tan inútiles como misteriosos. Esta es la superstición de la aritmética.


La espada bárbara de los califas apagó todos los conocimientos. La Escuela de Alejandría, escuela en que habían florecido Hipócrito, Eratóstenes, Ptoloméo, la famosa biblioteca, todo pereció bajo el yugo de Mahoma. Este fanático afortunado, sembrando con una mano en Egipto, en Asia, en Europa, una religión sanguinaria y voluptuosa arrastraba con la otra las ciencias y los conocimientos; sabía muy bien que el error no puede establecerse en el país de las luces. El género humano se habría vuelto a sumergir en la ignorancia más vergonzosa si un pueblo del Asia, cansado de los horrores de la guerra, de incendios, de carnicería y de crímenes no hubiese recogido las reliquias de las ciencias que habían escapado del furor del ignorante Omar.

Los árabes, en otro tiempo, bárbaros, ladrones, salvajes, han tenido esta gloria; ellos como un depósito sagrado conservan los libros que habían perdonado las llamas. Ellos traducen, anotan, ilustran los escritores griegos, ellos arrancan del centro del Asia los conocimientos de la India y de la China, y reúnen las ciencias del Oriente y del Ocaso. Hay más; ellos las activan y hacen progresos señalados; este pueblo singular presenta las ciencias a la Europa; ella enseña a todas las naciones y es el único eslabón que reúne a la respetable antigüedad con los siglos modernos. Los árabes son los padres de nuestros conocimientos, y a los árabes debemos más ciencias.


Así que calmó el más tempestuoso de la irrupción de los bárbaros del norte, las ciencias recibieron sus derechos. La aritmética árabe, el don más precioso que esta nación célebre ha hecho a la Europa y a las ciencias, se cultivó con entusiasmo. Las fracciones, el cálculo decimal o decagecimal, las relaciones, las progresiones, y en fin los logaritmos mudaron la faz de las ciencias, ensancharon nuestros conocimientos y nos hicieron superiores a todos los siglos que nos han precedido. Profundo Néper!5 permite que yo que acabo de poner mis pies sobre los umbrales del templo de las ciencias te tribute este homenaje de admiración y de reconocimiento. Bien conozco que una voz débil, esta voz, que se oye por primera vez en este recinto consagrado a las ciencias, no es digna de formar tu elogio, pero sí de admirarte, de estudiar tus tablas inmortales, y de seguir tus huellas.

Estos son, ciudadanos, los pasos que la aritmética y la geometría han dado en los siglos que nos han precedido. Este estudio ha hecho el objeto de mis tareas en el año escolar que acaba, y estas las que hoy presento al público como un testimonio del respeto y amor que le profeso.

Si yo consultara solamente mis fuerzas, si solo me apoyase sobre los conocimientos que he adquirido, temblaría a la vista de tantos hombres ilustrados que me van a

5 Se refi ere al matemático escocés John Neper quien dedujo los logaritmos.


juzgar. Pero poniendo mi confianza en el ángel tutelar de las escuelas, en ese modelo se sabiduría y de virtud, nada tengo que temer. El protege las ciencias. Su doctrina siempre sana, siempre pura, guía este ilustre cuerpo de que tengo el honor de ser miembro. Si, santo docto, santo sabio, protege la inocencia de mis primeros años, ilumina mis tristezas y sostén mi debilidad. Yo te tomo por mi protector y lleno de respeto y humildad te consagro este pequeño don, como un testimonio público del amor que te profeso, del deseo que tengo de imitar tu sabiduría y tu virtud.

Compuesto por el Dr. Francisco Caldas, catedrático de matemáticas en otro colegio. Año de 1810.”6

Aparte de este elocuente discurso, en el que salta a la luz la mano de su maestro, bajo la dirección de Luís José García, el 16 de julio de 1811, Pombo pronunció otra pieza literaria, esta vez dedicada al Marqués de Selva Negra,7 héroe de la libertad americana. En contraste con el primero, netamente académico y retórico, en el segundo hace gala del fervor patriótico que se vivía a raíz de la independencia de Quito y del movimiento granadino del 20 de julio. El discurso termina con estas emotivas palabras:6 Archivo Histórico del Colegio Mayor del Rosario, Car-peta 5. Lino de Pombo, folios 1-10.7 Se trata de Juan Pío Montúfar, quien fue presidente de la Junta Soberana de Quito el 10 de agosto de 1809. Montúfar acogió las ideas de Eugenio Santacruz y Espejo y buscó una nue-va organización para ese país, bajo un régimen de monarquía constitucional similar al de Inglaterra que denominó Reino de Quito.


“Americanos, yo consagro también el fruto de mis tareas literarias a este hombre que miro, como una reliquia preciosa que nos queda de los héroes del Ecuador y lo hago con tanto mayor placer, cuanto nos hallamos en las vísperas del aniversario de nuestra libertad que conquistamos el 20 de julio de 1810, que nos restituyó nuestros derechos usurpados por tres siglos, y que aseguró la felicidad de nuestros nietos.”8

Cumplidos los cursos de matemáticas, Pombo tomo lecciones de artillería, fortificación, ataque y defensa de plazas con ese catedrático excepcional que era a su vez director del Observatorio Astronómico, y a quien siempre consideró como su maestro. Como testimonio de gratitud, años más tarde, en 1852, publicaría por entregas en el periódico La Siesta la Memoria Histórica de Francisco José de Caldas.9 De ese texto cabe recordar el párrafo alusivo a la cátedra desempeñada por Caldas que dice:

“A principios de 1809 le había sido conferida la cátedra de una clase elemental de matemáticas que se estableció en el Colegio del Rosario, y dedicaba a su desempeño una hora diaria. Tomó posesión de dicha cátedra en el mismo acto que otro sujeto respetable que se encargaba de una de jurisprudencia; éste pronunció un pequeño

8 El texto completo de este discurso fue reproducido por José María de Mier en su libro: El ingeniero don Lino de Pombo O´Donnell. Sociedad Colombiana de Ingenieros, Bogotá, pp. 64-69. 2003.9 Esta Memoria ha sido reproducida en diferentes pu-blicaciones. Pueden consultarse las realizadas por la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, volumen 2(6): 329 de su Revista (1938) o en el Suplemento de tal pu-blicación editado en 1958 en homenaje al prócer y mártir de Popayán.


discurso inaugural y a él siguió el de Caldas que merece citarse, reducido a estas pocas palabras:

Señores:El ángulo al centro es duplo del ángulo a la periferia.”10

La nota biográfica escrita por don Lino termina indicando que su pluma ha sido conducida por el afecto, pues debía pagar: más que un tributo al civismo una deuda personal de gratitud. La influencia ejercida por ese tutor fuera de serie se manifestará claramente en varias de las actuaciones de don Lino. Primero escogerá la ingeniería como profesión; luego aplicará sus conocimientos de artillería y de fortificaciones en el campo de batalla, tanto el río Magdalena y en el sitio de Cartagena como en la campaña de Riego; pasados los años asumiría la cátedra de matemáticas en Popayán y en Bogotá. Las asignaturas entonces impartidas por Caldas eran de carácter voluntario y no formaban parte del plan académico de la facultad de Filosofía; quienes las tomaban lo hacían por interés personal en el tema.

Al sobrevenir el movimiento de independencia y al calor de los sucesos del 20 de julio, don Lino, como muchos granadinos, se embriagó de fervor patriótico y optó por unirse, en calidad de cadete, al Regimiento Auxiliar del recién organizado Ejército Republicano; contaba apenas catorce años cuando se enroló; allí alcanzó el grado de teniente. Entre los servicios prestados está el haber participado, en 1815, en la defensa de Cartagena durante el sitio a esa ciudad por parte del ejército comandado por Pablo Morillo. El joven Pombo participó también en las campañas

10 POMBO. L. Francisco José de Caldas, biografía del sabio. Suplemento de la Revista de la Academia Colombiana de Cien-cias Exactas, Físicas y Naturales, Bogotá, D.E. p. 30. 1958.


del Magdalena y Santa Marta bajo las órdenes del aventurero francés Pedro Labatut, de Fernando Miguel Carabaño, Manuel del Castillo y Rada y de Cortés Campomanes; finalmente le correspondió, por cerca de cuatro meses, la defensa de la plaza en el Cerro de la Popa, al lado de Carlos Soublette, del general Francisco Bermúdez y de Antonio José de Sucre. En 1862, a solicitud de José María Quijano, Pombo escribió un relato de sus experiencias11 en el cual describe a su colega de combate con las siguientes palabras:

“Mi acompañante asiduo a la supervigilancia de los trabajos, y quien durante mi ausencia llenaba oficiosamente en cualquier eventualidad mis funciones, y más me auxiliaba en la difícil tarea de proteger contra ruines insultos a los obreros españoles, era un joven venezolano de nariz bien perfilada, tez blanca y cabellos negros, ojo observador, talla mediana y pocas carnes, modales finos, taciturno y modesto; a este joven oficial, la Providencia, en sus altos designios, lo tenía previsto para figurar un día en el catálogo de los más esclarecidos guerreros libertadores de la América del Sur, con el glorioso título de Mariscal de Ayacucho.” 12

Al hacerse más estricto el sitio y ante el fuerte asedio, previo a la derrota, Pombo se vio obligado evacuar la Plaza y abandonar Cartagena en una goleta que encalló al norte de Chagres, cerca de la desembocadura del río Coclé en Panamá. Los náufragos quedaron abandonados a su suerte en la costa por varios días;

11 El texto completo del relato fue reproducido por DE MIER en el libro atrás citado: pp. 71 – 77. 12 Citado por BATEMAN, A. Lino de Pombo. Boletín de His-toria y Antigüedades 50(579-581): 103. 1963.


en medio de las penurias fallecieron algunos de estos desdichados; entre quienes perdieron la vida en tan tristes circunstancias figuraba su tía Ana Pombo, esposa de Santiago Lecuna; al cabo de una semana los náufragos fueron rescatados y hechos prisioneros por la goleta La Flecha, nave corsaria al mando del capitán Bedoya y que navegaba al servicio de España; los detenidos fueron llevados primero a Portobelo, donde pudieron recuperarse; en enero de 1816 fueron conducidos de nuevo a Cartagena para ser recluidos en el Fuerte de San Felipe; merced a su corta edad y a sus vínculos familiares con los O´Donnell, tres de los cuales ostentaban el grado de generales del ejército español, Pombo escapó del patíbulo, suerte que no corrieron varios de sus compañeros entre quienes se contaban José María García de Toledo, Antonio José de Ayos y Miguel Granados, ejecutados a sangre fría por Francisco Tomás Morales; a cambio, Lino fue condenado a servir en el ejército por el término de ocho años. Otros de los capturados fueron sometidos a cavar trincheras y a portar parihuelas cargadas de piedras y de tierra. Tras el retiro de Pablo Morillo y Pascual Enrile, quienes dejaron la plaza y avanzaron con su ejército hacia el interior de la Nueva Granada, el capitán Gabriel Torres indultó a los supérstites, quienes por orden del virrey fueron liberados. Pombo obtuvo permiso para acompañar a su padre en su viaje de proscripción a España; allí, una vez más y merced a la influencia de sus parientes, quedó libre y retornó a la condición de estudiante, optando nuevamente por las matemáticas, la artillería y el arte militar, estudios que realizó en la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares. Al decir de sus biógrafos, en ese centro docente recibió lecciones de matemáticas y de arte militar de Zorraquín y del General Infante.13

13 SCARPETTA, L. & S. VERGARA, Diccionario Biográfi co de los Campeones de la Libertad... Imprenta de Zalamea, Bogotá, 1879. pp. 478 - 479.


En 1822, Pombo participó en la revolución liberal liderada por el jefe del Batallón de Asturias, Rafael Riego, en contra de Fernando VII; pleno de entusiasmo revolucionario colaboró en la composición del Himno de Riego pieza dedicada a los cerca de 5000 insurgentes. Al respecto su hijo Rafael dejó el siguiente testimonio:

“Por aquella época, otro prócer americano, después de combatir heroicamente en el Magdalena y Cartagena contra el despotismo representado por don Pablo Morillo, y preso remitido a España bajo partida de registro, pasó a lidiar allá, por la misma causa, con la misma espada, con la ciencia de ingeniero y con la pluma, hasta la captura del infortunado Riego; y colaboraba en la composición del “Himno de Riego”. Ya en marzo de 1820 brindaba con regocijo en un banquete de españoles patriotas por el restablecimiento de la constitución de 1812; ya, llegado el horroroso 5 de mayo de 1821, execraba los excesos con que se deshonraba la libertad proclamada y anunciaba las tinieblas que ellos conducían. Pocos días después, para reprimirlos, se encargaba en Madrid el mismo don Pablo Morillo de la capitanía general de Castilla la Nueva.”14

Antonio Gómez Restrepo en su Historia de la Literatura Colombiana señala que don Lino, a pesar de tener en poca estima la poesía, confeccionó algunos de los versos del himno y como ejemplo cita los que se trascriben a continuación, los cuales, pasados los años, junto con un soneto compuesto con motivo del asesinato del presbítero Matías Vinuesa, recordaría su

14 Citado por MARTÍNEZ DELGADO, L. Popayán, Ciudad Pro-cera, Biblioteca Eduardo Santos 16, Academia Colombiana de Historia, Bogotá D.E. 1959. pp. 221.


hijo Rafael en el recinto de la Academia Colombiana de la Lengua. Acá se reproducen dos estrofas:

“¡Afortunados tiempos!Tiempos en que envidiaranvivir nuestros abuelosde Sagunto y Numancia!Vosotros habeis vistoal fin regeneradala nación virtuosa,y hasta hoy de suerte infausta,Que mil Pelayos tuvoy siempre gimió esclava.” (Tomado del Himno)

“¿A dónde con frenéticos aullidoscorres, plebe feroz, blandiendo airadadel cuchillo traidor la diestra armaday a la razón cerrados los oídos?

¿De los tristes que penan detenidosbajo el imperio de la ley sagradaviolar intentas la infeliz morada,y gozarte en su duelo, en sus gemidos?15 (Tomado del Soneto)

Tras la batalla de Jódar, en septiembre de 1823, Pombo fue apresado y, por segunda vez en su vida escapó del patíbulo al lograr fugarse, aparentemente con la complicidad del general Bonnemain. Ya libre huyó a Gibraltar, donde embarcó para refugiarse en Inglaterra. Al llegar a Londres se enteró de que había sido nombrado por el general Santander como secretario de la Legación Colombiana, cargo que ocupó entre el 7 de octubre de 1824 y febrero de 1825, cuando retornó a Colombia. Fue este

15 GÓMEZ RESTREPO, A. Historia de la Literatura Colombia-na, Dirección de Extensión Cultural de Colombia, Tomo 1, pp. 226-227.


breve desempeño el inicio de una brillante carrera diplomática que culminaría como Canciller de varias administraciones. En la secretaría de la Legación le sucedió don Andrés Bello, quien, por residir en Londres, podía atender mejor las funciones oficiales. A su regreso a Colombia don Lino se reincorporó al ejército con el grado de capitán y tiempo después alcanzó el grado de coronel de ingenieros, desempeñándose además como segundo ayudante del Estado Mayor General. Le correspondió cumplir comisiones de servicio y reconocimiento en Pasto, Buenaventura y Guayaquil. El 10 de marzo de 1829 renunció a la vida militar. En una carta dirigida el 12 de junio de 1829 le comenta al respecto a su amigo Rufino Cuervo:

“Admito con gusto los parabienes que usted me envía por haberme separado de la carrera militar. Me siento aliviado de una carga inmensa desde que abandoné aburrido una profesión que no brinda sino molestias, descrédito y compromisos horrorosos, y que además de esto era diametralmente opuesta a mi carácter, a mis costumbres y hasta a mi organización física; y me contemplo feliz en mi estado actual, gozando en paz mi vida retirada e independiente.”16

Luego de dejar la milicia se radicó en Popayán, ciudad en la que, en 1826, había contraído matrimonio con Ana María Rebolledo. Para dar cumplimiento a los requisitos exigidos a un oficial activo, el 4 de enero de ese año, solicitó el respectivo permiso. El texto de su carta señala:

16 CUERVO, L.A. Epistolario del doctor Rufi no Cuervo (1826 – 1840). Academia Colombiana de Historia, Biblioteca de Historia Nacional, 22, pp. 150. Bogotá, 1918.


“Excelentísimo vicepresidente de la República.Excmo. Señor:Lino de Pombo, capitán de ingenieros de la república, a V.E. con el debido respeto hace presente: que teniendo contratado matrimonio con la señora Ana María Rebolledo y Tejada, natural de esta ciudad, y necesitando para celebrarlo el previo permiso del gobierno, a V.E. suplico tenga a bien concederle el expresado permiso, como lo espera de la justificación de V.E.Excmo. Señor, Lino de Pombo”17

Con los años su esposa se convertiría en el núcleo de uno de los hogares más cultos y renombrados de Bogotá, donde hizo gala de talento, de sólidas virtudes y de reconocido don de gentes, facetas que se aprecian claramente en el contenido de las cartas objeto de este trabajo.

Durante su estancia en Popayán, Pombo fue redactor de varios periódicos como El Conciso, el Boletín Político y Militar y El Constitucional del Cauca; en este último la redacción era compartida con el futuro arzobispo Manuel José Mosquera. Años después colaboró en El Observador, periódico publicado en Bogotá entre 1839 y 1840, fue redactor de El Argos y escribió para otros órganos de difusión capitalinos. En Popayán, aparte de ejercer el periodismo, Pombo fue catedrático de matemáticas de la Universidad, actuó como secretario de ella y se desempeñó como administrador de rentas de diezmos. Entonces se autocalificaba como un simple “Perico de los Palotes arrimado a la Universidad,”, a pesar de lo cual se manifestaba satisfecho en esa

17 CORTÁZAR, R. Correspondencia dirigida al general San-tander. Bogotá. Librería Voluntad, 1967. Tomo X: 409.


condición.18 En una clara alusión a este calificativo, en 1836 se publicaron en Bogotá, unos versos satíricos en contra de don Linio y de Francisco Soto, bajo el título: Epístola a Perico el de los Palotes. Estas rimas, publicadas casi sin puntuación, se refieren a varias situaciones que el lector podrá identificar, como son el viaje a España de don Lino, el incidente de la Goleta francesa en Cartagena, al pago de la deuda granadina y la conversión de los bonos granadinos en bonos colombianos. Por tratarse de una forma de ejercer la oposición política ya caída en desuso, y por corresponder a una verdadera curiosidad literaria las reproducimos en su totalidad:

Pasados más de 170 años resulta difícil entender la totalidad de las alusiones a Pombo, Soto, Santander y Mosquera, pero llega a ser de especial significado para los payaneses la “Fe de erratas”, donde se juega un calambur con la palabra sote que es sinónimo de nigua (Tunga penetrans), animal parásito que infecta los pies descalzos y que se utilizó para calificar a los payaneses como “patojos.”

A finales de 1832 don Lino fue nombrado por el general Santander como integrante de la Comisión de Paz con Ecuador, delicado cargo que debió declinar como consecuencia de una invalidez generada en un “terrible ataque de reumatismo.”19 Cabe mencionar que además de reumatismo, en sus cartas se queja de ataques de gota, tal como se menciona en la fechada el 20 de mayo de 1857.

El 24 de abril de 1827 fue expedido el decreto que dio vida a la Universidad del Tercer Distrito, también conocida como Universidad de Popayán y luego Universidad del Cauca. El 11 de noviembre de

18 Véase al respecto la carta ya citada dirigida al Dr. Cuervo en 1829. CUERVO, L.A. op. cit. pp. 150.19 Véase al respecto la obra atrás citada, pp. 410.


ese año se hizo la instalación formal. En ese solemne acto, celebrado en la Capilla del clausurado Convento de Predicadores, estuvo presente don Lino en su carácter de catedrático, posición que desempeñó hasta 1833 cuando fue nombrado Secretario del Gabinete y se estableció en Bogotá. Como testimonio de su actividad docente en Popayán se conserva el texto del discurso que pronunció el 1° de octubre de 1830 con motivo de la “Apertura de Estudios.” Cabe recordar un párrafo de tal oración que refleja sus sentimientos y la forma como trató de estimular a los estudiantes. Allí señala:

“La juventud estudiosa del Cauca, después de un reposo ligero, vuelve hoy llena de nuevos estímulos a beber de las fuentes de la sabiduría y a visitar los arcanos de las ciencias. Todo hombre honrado, todo ciudadano amante de su patria siente un verdadero regocijo al contemplar en esta ocasión el laudable ardor con que alumnos y preceptores se disponen a principiar otra vez sus tareas literarias; y el agradable recuerdo de tantas públicas muestras de aprovechamiento extraordinario en los unos, y de constancia y celo ejemplar en los otros, en los precedentes cursos, llena el alma de las esperanzas más dulces, e inflama la imaginación con las perspectivas más halagüeñas.”20

En el curso de 1832 Pombo publicó varios artículos en los que planteaba reformas académicas de tipo “neoborbónico.” En esos escritos defendía la necesidad de acrecentar el nivel académico de los estudiantes mejorando la calidad de los contenidos de las asignaturas, sobre todo en los cursos generales 20 El texto completo fue reproducido por J. M. DE MIER en la obra ya citada, pp. 83 – 92. 2003.


de filosofía natural y de matemáticas. En éste último campo sugería aumentar la intensidad de esta ciencia hasta completar tres cursos, en reemplazo del único y de tipo básico que entonces se impartía. Además recomendaba incluir cursos de física experimental y de arquitectura. También proponía la organización de escuelas politécnicas al estilo de las que existían en Francia. Su recomendación era la de que los estudios universitarios, por razones prácticas, quedasen restringidos a las tres universidades, a la vez que los colegios provinciales se orientasen hacia la enseñanza de las ciencias útiles y del razonamiento, siempre y cuando mantuviesen un buen nivel de exigencia. En el caso de los estudios de derecho proponía aumentar los cursos de jurisprudencia de seis a ocho años, pero dando prioridad a los conocimientos útiles en lugar de incrementar el simple estudio de las leyes. A su juicio sobraban teólogos, médicos y en especial abogados, en tanto que al país le faltaban técnicos. A pesar de esta aparente repugnancia a las leyes, pasados unos años colaboraría con Santander y con Márquez en la redacción del Código Penal acogido en 1837 y sería el ejecutor de la recopilación nacional. Tal tarea se realizó por orden del poder ejecutivo y en cumplimiento de la Ley de 4 de mayo de 1843; luego se publicó de conformidad con las reglas fundamentales prescritas al efecto por la misma ley y por otra adicional de 23 de junio de 1844.

Con base en la citada ley Pombo asumió la tarea la de compilar, ordenar y numerar los principales decretos. Esta labor, realizada con esmero y de enorme utilidad para mejorar la administración de la justicia, era urgente para darle un marco a las normas jurídicas de la Nación y hacer más eficiente la administración pública. Se trataba de implantar una herramienta que oficializara las leyes y las pusiese al alcance de todos. De paso, esta normatividad permitía organizar la República dentro de un marco legal que


la acercaba a las naciones civilizadas. En carta del 5 de julio de 1843 se refiere don Lino a esta labor con los siguientes términos:

“Por comisión del gobierno tomaré a mi cargo la delicada empresa de formar y publicar la recopilación de leyes por el último congreso. Constituirán un ramo de dicha recopilación las leyes judiciales; y como esta materia es para mí enteramente extraña, además de repugnante y embrollada, supongo que no podré arreglarla bien sin el auxilio de abogados.”

Aunque inicialmente fue renuente a este trabajo, terminó aceptándolo con base en los puntos expresados en la misma carta:

“Uno de los motivos, o acaso el único que tengo para comprometerme en el trabajo espinoso de la recopilación, es asegurar algunas entradas en mi con....... tesoro sin enredarme con un empleo público en los laberintos de la política administrativa; y poder también ocupar un asiento en las cámaras si en alguna provincia quieren elegirme. Pero desconfío mucho del asiento; y estoy además seguro de que, salga como saliere el trabajo, tendré que aguatar amargas censuras como ha de ser.”

La ejecución de esta comisión, que a su juicio le era extraña, embrolladora y repugnante, constituye un modelo de laboriosidad. Fue publicada bajo el título de Recopilación de Leyes de la Nueva Granada. El temor de don Lino, expresado en el prólogo de la publicación era el de que, por ser tan inconexa y poco metódica la legislación colombiana, y por ser tanta la materia que había que tener en cuenta al mismo


tiempo, la recopilación podía adolecer de fallas u omisiones, a pesar de la diligencia con la que se había preparado. Con el fin de dar a este trabajo más sencillez, claridad y coherencia, además de reducirlo a un volumen manejable, el texto fue organizado en siete tratados siguiendo las catorce pautas que se trascriben a continuación:21

1.- Comprender en la Recopilación la Constitución vigente.

2.- Clasificar los actos legislativos que habrían de recopilarse de manera que se les pudiese repartir por negociados o materias en tratados diversos, con las subdivisiones uniformes adecuadas.

3.- Atender para esta clasificación y repartimiento al contenido u objeto de cada acto legislativo, prescindiendo de la Secretaria de Estado por la cual hubiese sido refrendada su sanción y prescindiendo también del orden cronológico de épocas y fechas, excepto en cuanto a los decretos pontificios y a los tratados públicos,

4.- Dar a todos los actos legislativos el nombre común de Ley.

5.- Omitir el encabezamiento y los finales de las leyes, constitucionalmente necesarios tan sólo para su expedición y promulgación.

6.- Omitir así mismo en cada ley todo preámbulo o parte motiva, siempre que no fuese indispensable su conservación para la cumplida inteligencia del texto propiamente legal o dispositivo.

21 POMBO, L. Recopilación de Leyes de la Nueva Granada. Formada i publicada en cumplimiento de la Lei de 4 de mayo de 1845 i por comisión del Poder Ejecutivo... Imprenta de Zoilo Salazar. Bogotá, 1845 pp. I - II.


7.- Suprimir todos los artículos o partes de artículo derogados o subrogados por otras disposiciones vigentes que debían recopilarse; todos los artículos de carácter transitorio que habían surtido ya su íntegro efecto caducado en consecuencia, y todos los simplemente derogatorios de disposiciones anteriores, dando razón de la supresión, en los dos primeros casos por medio de breves notas, citas o referencias.

8.- Ordenar las leyes por números, poniendo además a la cabeza de cada una la fecha en que fue mandada cumplir o sancionada por la autoridad ejecutiva y el conciso enunciado u epígrafe que le conviniese.

9.- Poner en relación entre sí, con citas o anotaciones, las disposiciones de diferentes leyes que se adicionan, explican o alteran unas por otras de cualquier manera.

10.- Intercalar en letra bastardilla las palabras o denominaciones técnicas al presente usadas, siempre que esto fuese oportuno para la aclaración del texto por aparecer en él otras denominaciones o palabras que ya no pertenecen a la terminología legal; y ocurrir al mismo arbitrio, en caso preciso, para completar el sentido de artículos mutilados, u obscurecidos por la supresión de otros.

11.- A más de hacer en los textos, con vista de las leyes originales cuando necesario fuese, la depuración indispensable y las correcciones prevenidas por el legislador, aclarar las referencias primitivas de unas leyes a otras con la indicación del lugar que ocupase en la Recopilación la que hubiera de consultarse.

12.- Agregar a los cuadros generales, designados por la ley de 1813, el de la división territorial eclesiástica, al cual no se ha logrado dar toda


la perfección deseada, por falta de oportuno recibo de todos los informes exigidos.

13.- Redactar y agregar a la Recopilación, un índice o repertorio analítico de las materias contenidas en ella, metódico y suficientemente copioso, que sirviese de guía segura para registrar cualquiera disposición legal.

“Temeridad fuera en él (el Comisionado) lisonjearse con la creencia de haber desempeñado bien tan delicado encargo, no obstante el esmero con que ha procurado corresponder a la confianza del Gobierno; así debe suponerlo cualquiera, por la naturaleza misma del trabajo. Aun prescindiendo, en lo que puede llamarse la parte principal de este, de las dificultades y dudas con que había de tropezarse a cada paso para concordar entre sí más de cuatrocientos actos poco o nada homogéneos, y sacar en limpio lo vigente en cada uno, la idea sola de tocar con mano profana antiguas y venerandas leyes para mutilarlas debía inspirar al menos escrupuloso y más versado en todos los ramos de la administración pública vacilación y temor; y el temor y la vacilación, cuanto más fundados y laudables se les suponga, tanto peores acompañantes y consejeros son, tanto más embarazan a quien desea acertar. Parece racional sin embargo prometerse se tendrán en cuenta estas circunstancias, ya que no para indulto absoluto por los defectos que el inteligente advierta, siquiera para mirarlos con alguna indulgencia;”


En relación con la compilación señala Restrepo22 que en las sesiones del Congreso de mayo de 1845 se expidió una ley complementaria de las que habían establecido el modo y forma de recopilar las leyes, labor que Lino de Pombo, por encargo de la administración Herrán había realizado. La obra ya estaba impresa y el Congreso dispuso que sirviese en lo sucesivo de texto oficial único para la aplicación, ejecución y cita de las leyes. En relación con su importancia comenta Restrepo Canal:

“Obra importantísima, ordenada por el Congreso de 1843, fue la Recopilación de las leyes de la Nueva Granada, generalmente conocida con el nombre de Recopilación Granadina, donde debían incluir todas las leyes vigentes en aquella época, desde 1821 en adelante. El gobierno encomendó la tarea de efectuar esta compilación a don Lino de Pombo. Puso activamente manos a la obra el distinguido jurista, y en 1845 publicó el resultado de su laborioso trabajo, que comprendía todas las leyes expedidas de 1821 a 1844; pero, de acuerdo con lo ordenado por el Congreso sólo aparecerían allí las leyes vigentes, excluyéndose las que habían sido derogadas. Esta característica le resta importancia como obras de historia legislativa, pero sin duda alguna fue meritísima y utilísima para quienes tenían que consultar la legislación entonces vigente. Tiene, además, el mérito de haber sido la primera en su género, secundada luego en 1850, en 1872 y en 1874.”23

22 RESTREPO, J. M. Historia de la Nueva Granada, Editorial El Catolicismo, Bogotá, 1963. Tomo 2: 13.23 RESTREPO CANAL, C. La Nueva Granada 1840 – 1849. Aca-demia Colombiana de Historia, Historia Extensa de Colombia Bogotá, 1975. 8(2): 450.


Al abordar la faceta política de don Lino vale indicar cuáles eran sus tendencias, en un momento en el que no estaban delimitados claramente los partidos. En general los políticos se declaraban antimonárquicos y, en mayor o menor medida, se comportaban como demócratas de corte liberal. Entonces se distinguían dos grupos, uno de tendencia moderada, apegado a los principios del régimen representativo y adicto a las normas del poder y de la justicia; el otro, más avanzado y extremo en sus tendencias, particularmente en lo relativo a un concepto más amplio de las libertades y del ejercicio de la autoridad; allí militaban los más exaltados, en tanto que en el otro extremo aparecía la facción de los bolivianos, afectos al ideario del Libertador pero enemigos de las tendencias dictatoriales, esto a pesar de ser más militaristas que civilistas. La mayoría de los políticos no era ni boliviana ni exaltada y se desenvolvía más cerca de las tendencias moderadas o de centro. Con los años se irían acentuando las divergencias, tanto por diferencias de orden filosófico o ideológico, como por discrepancias en temas de orden jurídico o militar, aparte de los aspectos de orden pasional o emotivo que también pesaron a la hora del alineamiento.

Don Lino pertenecía a los moderados entre quienes se contaban Rufino Cuervo, Joaquín Posada Gutiérrez, José Ignacio de Márquez y Juan de Dios Aranzazu, todos ellos redactores de “El Argos,” un periódico dedicado a la defensa de la administración de Márquez, en la cual, como muestra de pluralismo, participaron políticos más exaltados como José Hilario López, Francisco Soto, Diego Fernando Gómez, Pedro Alcántara Herrán, Domingo Caicedo y los Mosqueras, todos ellos ciudadanos distinguidos e ilustres. A pesar de estos intentos pluralistas, las divisiones fueron avanzando y empezaron a emplearse epítetos como serviles, santuaristas, godos, casaquinegros y ministeriales para referirse a los moderados.


Con Cuervo, además de ser compadre, compartía plenamente su ideología como se deduce de una carta enviada desde Popayán el 29 de octubre de 1828. Allí al referirse a los sucesos del 25 de septiembre y al atentado al Libertador le dice:

“Usted no dejará de haberse acordado de sus amigos de Popayán al ver casi al realizarse el total de los temores que tanto nos afligían. Hemos estado al borde de la más espantosa y más sanguinaria anarquía con el atentado del 25 de septiembre, y aunque nos hemos salvado de ese gran mal, ¡cuántas lágrimas nos cuesta! Pero yo calculo, mi amigo, que quizás va a producirnos este atentado algunos bienes que no esperábamos. Quizás es llegado el momento en que abriendo los ojos acerca de los verdaderos intereses de Colombia, se piense seriamente en arreglar la máquina política de una manera esencialmente que echando a un lado pasioncillas y personalidades mezquinas, se haga algo de provecho para esta Patria, esta dulce Patria que nos ha costado tantos sacrificios. Si este no es el nuevo giro que toman los negocios, si la imparcialidad y la razón no presiden de hoy en adelante a la marcha de la Administración, si la voz de los hombres rectos y patriotas es desoída por escuchar la de los chismosos y aduladores del poder, entonces no nos queda mejor partido que echarnos a morir para no ser testigos de nuevos escándalos y nuevos desacatos.”24

En relación con la óptima organización del estado, hubo quienes pensaron que la mejor forma de combatir

24 CUERVO, L.A. Epistolario del doctor Rufi no Cuervo (1826 – 1840). Academia Colombiana de Historia, Biblioteca de Historia Nacional, 22: 110-111. Bogotá, 1918.


la anarquía y dar estabilidad a las instituciones era implantando un sistema de tipo monárquico. Varios notables y líderes de la opinión, que indudablemente apreciaban la autonomía, añoraban algunas ventajas del viejo sistema. Superada la Guerra de los Supremos, en 1844, reapareció la tendencia monárquica como una posibilidad de afianzar la paz y definir el rumbo de la Nación. Restrepo Canal cita la siguiente carta dirigida a don Manuel Ancízar, reconocido demócrata entonces residente en Venezuela, por don Lino; allí nuestro personaje se manifiesta claramente partidario de esta forma de gobierno. El aludido texto indica:

“Por allá llegarán noticias de que escribimos en la Nueva Granada provocando pensamientos y proyectos monárquicos. Yo soy uno de los principales promovedores de una reforma definitiva en nuestro sistema de gobierno, sobre todo en una monarquía constitucional hereditaria con una dinastía extranjera, para que por este medio echemos por fin el ancla en el maldito viaje revolucionario en que llevamos ya treinta y tres años de tormentas: y la idea tiene bastante séquito a pesar de su novedad, porque nuestra gente está por lo positivo. No sé si caerán a Valencia los números de El Día en que se ha echado a volar la indicación. Aunque tocando superficialmente sus diversos puntos: mandé a pedir a la imprenta una colección de ellos para remitírsela a usted y todavía no viene estando para despacharse el correo: si no van hoy, irán en la semana entrante. Supongo que los señores venezolanos se escandalizarán de ver preconizar en público el sistema monárquico, y atribuirán el procedimiento a la pobreza de nuestras cabezas y de nuestro espíritu: que digan lo que quieran, alucinados por la paz que les conserva la influencia


saludable pero pasajera de una lanza brava: más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena.”25

Lino de Pombo ingresó a la vida política como Secretario, o ministro, del Interior y Relaciones Exteriores del general Santander y le acompañó durante toda su presidencia (1° de agosto de 1833 a 14 de mayo de 1838). El decreto de nombramiento señala:

“Francisco de Paula Santander, presidente de la Nueva Granada, habiendo manifestado el Señor Rafael Mosquera, actual secretario interino del despacho del interior y relaciones exteriores, que se acerca el tiempo de regresar a su casa en Popayán y siendo necesario nombrar la persona que debe encargarse de la expresada secretaría, oído el consejo de gobierno, Decreto

El señor Lino de Pombo, miembro de la Universidad del Cauca, queda nombrado secretario del interior y relaciones exteriores.El actual secretario del interior y relaciones exteriores dispondrá de su ejecución.Bogotá, a 16 de mayo de 1833 23° Francisco de Paula Santander.Por su excelencia el presidente del Estado.

25 RESTREPO CANAL, C. La Nueva Granada 1840 a 1849. Tomo 2 pp. 408. 1975. Cabe añadir que este modelo de gobierno fue ensayado en México con Maximiliano y fracasó. La otra monar-quía que funcionó en América fue la de Brasil, donde gober-naron Pedro I (1822 – 1831) y Pedro II (1831-1889). En 1889 se proclamó la República y la familia real fue desterrada.


El secretario del interior y relaciones exteriores José Rafael Mosquera” 26

Sus puntos de vista en relación con este nombramiento están claramente expresados en la carta fechada en Popayán el 29 de abril de 1833.27 A su juicio aun estaba inmaduro y carecía de la experiencia y de los conocimientos necesarios para una responsabilidad de tal magnitud, pues no poseía nociones de jurisprudencia, y un Secretario de Estado, además de tener un nombre respetable, poseer luces, integridad y consagración al trabajo, debía ser conocido por sus servicios a la Nación y no contar con ningún tipo de impedimento. Aparte de esto consideraba inoportuno compartir gabinete con el general López, pues conocía su carácter, volubilidad e irascibilidad; no en vano recelaba del general, quien años más tarde sería colega de gabinete, y por un aparente olvido, originaría una crisis ministerial que causó el retiro de don Lino, episodio relatado en la carta fechada el 15 de mayo de 1838. De otra parte, no podía acudir a la capital hasta tanto no solucionase algunos negocios particulares y cumpliese otros compromisos con la Universidad y con los periódicos locales. Adicionalmente y por razones estrictamente familiares, no podía separarse de su esposa y en el momento carecía de los recursos que exigía el traslado de su familia, aparte de seguir afectado por un ataque de reumatismo que demoraba su marcha.

26 Administraciones de Santander 1834-1835. Biblioteca de la Presidencia de la República, 4: 3 – 47 / 193 -252. Bogotá, 1990.27 Ibíd., pp. 413 – 416.


En una carta fechada el 29 de mayo de 1833 comenta a Rufino Cuervo su resistencia a vincularse a la vida pública. Al respecto dice:

“Me ha puesto el general Santander en el compromiso más desagradable que podía presentárseme jamás, llamándome a un destino que no desempeñaré dignamente, por más que haga, y poniendo en lucha mi conciencia patriótica con todas mis conveniencias, mis hábitos y mis inclinaciones. Gravísimos perjuicios de todas clases me resultan de salir de mi posición actual para colocarme en otra diferente, y de mover mi familia para trasladarla a Bogotá, pero he tenido que resignarme a todo esto, y lo que es más, a que se me considere alucinado con respecto a mi capacidad, y aceptar la Secretaría del Interior después de infructuosas objeciones que hice al Presidente con respecto a su propuesta. Por consiguiente estoy haciendo ya preparativos de marcha, y creo que podré salir de aquí el 20 o 25 de junio.”28

A pesar de los reparos y dificultades aducidos, el general Santander le convenció y como se ve en la cita precedente, finalmente aceptó el cargo, del que tomó posesión el 9 de agosto siguiente. No lo pudo hacer antes por dificultades en el transporte, pues en junio se encontraba aun en La Plata tratando de conseguir buenas mulas para su traslado y el de sus pertenencias. En una carta fechada el 29 de ese mes comenta al presidente:

“Sin embargo de este contratiempo, yo salgo de aquí el martes 2 de julio en caballerías

28 CUERVO, L.A. Epistolario del doctor Rufi no Cuervo (1826 – 1840). Academia Colombiana de Historia, Biblioteca de Historia Nacional 22, pp. 274. Bogotá, 1918.


del país, resuelto a pasar más trabajos que los ordinarios, que no son pocos en estas infernales veredas, por tal de que no se me tenga en el concepto de remolón y poltrón, y porque me avergüenzo de faltar a mi palabra, aun cuando sea involuntariamente. La estación ha sido lluviosísima en estos días, y el pésimo estado de montaña ha causado la total postración de las mulas en que debí irme.”29

Como lo establecía la norma, el 2 de marzo de los años 1834 y 1835 presentó ante el Congreso sendos informes correspondientes a su gestión bajo el título: “Exposición del Secretario de Estado, en el Despacho del Interior y Relaciones Exteriores del Gobierno de la Nueva Granada, al Congreso Constitucional del año de [1834 / 1835], sobre los negocios de su Departamento” tarea que, en ambos casos acompañó con algunos cuadros estadísticos bastante ilustrativos que aparecieron como anexos. De estos informes se destacan los puntos comentados a continuación que muestran a un gran estadista, siempre preocupado por la buena marcha de la administración pública, el marco legal de las instituciones, el respeto mutuo, las libertades ciudadanas y el verdadero progreso de la nación.

En relación con el progreso es interesante el balance que hace a Rufino Cuervo en carta fechada el 18 de julio de 1835, donde aparte de comentar las labores del Congreso, que ha trabajado por 90 días y hasta el último minuto le señala:

“Nuestro país, que ya tiene cara de ser lo que se llama un Estado constituido, goza de tranquilidad completa y continúa progresando. El censo de población,

29 CORTÁZAR, R. Correspondencia dirigida al general San-tander. Bogotá. Librería Voluntad, 1967. Tomo X: 416.


según datos recibidos de once provincias, suponemos que pasará en su totalidad de un millón ochocientas mil almas. Los productos de las rentas no decaen, a pesar de las lamentaciones y siniestras profecías de nuestro Secretario de Hacienda, por la bendita abolición de la alcabala. Pronto tendremos hierro en abundancia, pues avanza la obra del horno alto en la ferrería; y buques de vapor en el Magdalena, cuyas armazones y máquinas trae Burrows de Nueva York, y no tardaremos en comprar papel y vidrios criollos, pues las respectivas empresas andan con actividad; la loza se perfecciona de día en día, y vuela el expendio de la que sale de las hornadas.”30

Las principales consideraciones de don Lino en relación con los temas manejados por su cartera se pueden resumir como sigue y reflejan el afán del gobierno por organizar cada vez mejor a la Nación: la legislación era aun imperfecta, circunstancia justificable dada la reciente conformación del Estado; por ello se requería, entre otras cosas, una mejor sistematización de las leyes,31 una mejor capacitación de personal para controlarlas y aplicarlas, resolver los casos novedosos que surgían a diario etc., inconvenientes que debían vencerse en forma permanente. La Constitución granadina de 1834, si bien había producido muchos beneficios, no estaba exenta de defectos; sin embargo, no consideraba prudente modificarla sino conservarla en su integridad. Esa nueva constitución era similar a la de 1830, pero tenía un carácter más liberal en

30 CUERVO, L. A. Epistolario del doctor Rufi no Cuervo (1826 – 1840). Academia Colombiana de Historia, Biblioteca de Historia Nacional 22 pp. 318. Bogotá, 1918.31 Correspondió a don Lino hacer su Recopilación duran-te la administración del General Herrán.


lo relativo al régimen municipal. Las provincias se dividían en cantones y estos en distritos parroquiales. El gobierno a más de popular y representativo era calificado en la carta como republicano, electivo, alternativo y responsable; la Asamblea Electoral estaba integrada por miembros designados por los distritos parroquiales de cada cantón. El periodo del presidente y del vicepresidente, elegidos por mayoría por esta Asamblea, era de cuatro años, sin derecho a reelección inmediata. Se conservaba el sistema bicameral y el Congreso, por derecho propio debía reunirse el 1° de marzo de cada año durante sesenta días, prorrogables a noventa, si fuese necesario; este cuerpo legislativo estaba facultado para destituir a los miembros que faltasen a la Ley. La carta limitaba a tres los ministerios o secretarías de estado y los gobernadores de las provincias debían ser elegidos a partir de listas de seis candidatos propuestos por las cámaras provinciales.

El año precedente se había jurado la Constitución del Estado en casi todas las parroquias. En el periodo que corría se había completado su publicación en las parroquias que faltaban, con el consecuente compromiso de acatamiento conforme a la ley. Quedaba así cubierto todo el territorio nacional sin competencias ni tropiezos entre los tres poderes, conservándose la unidad nacional y garantizándose a todos los ciudadanos sus derechos. Estas circunstancias debían permitir la consolidación de la paz pues se habían promovido las libertades y era posible controvertir, de palabra o por la imprenta, las cuestiones políticas más trascendentales. En forma paralela progresaban la enseñanza pública, la moral, las rentas, el crédito, el espíritu de empresa y la industria en todos los ramos, a pesar de la acción de unos pocos perturbadores “de genio díscolo e incorregible que alzan el estandarte de la rebelión.”


Expresión parecida utiliza comentando la situación a su amigo Rufino Cuervo en carta del 27 de noviembre de 1835 cuando señala:

“Continuamos aquí en paz octaviana, a pesar de los deseos de turbarla, que no abandonan los incorregibles promovedores o auxiliadores de las conspiraciones de marras, y a pesar de la revolución de Venezuela que les presentó un vasto campo de esperanzas, y que ya estaría completamente sofocada por Gómez y Páez. Vamos a entrar muy pronto en la campaña eleccionaria de Presidente, que suponemos será reñida y furibunda, y que tenemos intención de tomar cartas todos los que miramos con interés las libertades y la prosperidad de la Patria. Aun no se habla de candidatos, pero suponemos que los de los serviles serán Caicedo y Canabal, y los del partido nacional opuesto, Obando y Márquez: me parece que la mayoría estará por Obando, y que en la contienda no le dejarán al pobre hueso sano.” 32

En lo atinente al orden público merecía destacarse el decreto de la convención de 21 de marzo de 1832 que autorizaba salvoconductos a los granadinos desterrados o confinados para que retornasen al país o volviesen a sus domicilios, reconstituyendo sus familias. Desde abril de 1832 se tuvieron indicios de conspiración; en enero de 1833, y durante la última reunión del Congreso, continuó la conjura que, con el asesinato de un militar distinguido, estalló en Bogotá el 23 de julio. El gobierno logró mantener el orden legal, tras la ejecución de 18 complotados,

32 CUERVO, L. A. Epistolario del doctor Rufi no Cuervo (1826 – 1840). Academia Colombiana de Historia, Biblioteca de Historia Nacional 22 pp. 321. Bogotá, 1918.


en expiación de sus crímenes y como escarmiento de otros ilusos y temerarios. A pesar de ello no se fue suspendido el imperio de las leyes ni se traspasaron las disposiciones constitucionales. Igualmente el gobierno controló brotes revolucionarios en Cartagena y en Lorica. En el informe se pone de manifiesto, como cada día se reafirmaba el respeto a las leyes y a las autoridades constituidas, así como el disfrute de la libertad merced a la estabilidad de las instituciones.

Al no poderse realizar en 1833 las elecciones parroquiales, se hicieron las cantonales, fueron elegidos representantes y poco a poco se renovaron los diputados de las cámaras provinciales, reemplazando a los senadores fallecido o a los que habían renunciado. Las elecciones se hicieron con base en los datos de empadronamiento del censo de 1825, confrontándolos con los obtenidos en 1832 y 1833 para algunas provincias. La población se estimaba en 1.486.595 habitantes. La representación de las provincias se hizo proporcional al número de sus habitantes. A pesar de ello se recomendaba realizar un censo confiable y rectificar estas cifras para las elecciones de 1836 al tiempo que se sugería levantar un censo cada 8 años.

Las Cámaras de Provincia “eminentemente populares y benéficas,” con excepción de la de Mariquita, se habían instalado y su trabajo era de importancia en relación con la organización, cobros y distribución de rentas, fomento de la enseñanza, apertura de caminos, erección de nuevas poblaciones y progreso de las provincias. Los Concejos municipales no habían corrido igual suerte y su funcionamiento debía mejorarse. De otra parte los cuatro tribunales de apelación, correspondientes a los cuatro distritos judiciales, habían resultado insuficientes para la debida administración de justicia. Se recomendaba


la creación de otros tribunales para cubrir todas las provincias, segregándolos de los existentes, con el fin de suplir la falta de letrados y la escasez de recursos. Se habían reforzado las judicaturas de cantón con jueces calificados con el fin de atender debidamente los negocios comunes de justicia y se había creado un Tribunal de Comercio en Cartagena. Igualmente fue reformada la administración de justicia para hacerla expedita sin menoscabo de los trámites que buscaban proteger la inocencia. También se había tratado de mejorar las leyes que mostraban vacíos promoviendo su reforma en el Consejo de Estado. El gobierno buscaba una ley de policía que proveyese medios eficaces para prevenir delitos contra la sociedad, extirpar la vagancia, hacer progresar la moral pública y mejorar la seguridad individual. Tal ley debía servir para mejorar sanitariamente las poblaciones, evitar la excesiva e innecesaria destrucción de los bosques, evitar la pesca con venenos y la erosión de los terrenos, especialmente en las zonas mineras. La policía no debía servir para robustecer el poder del Estado, amenazando las libertades ciudadanas a través del espionaje, las denuncias, la corrupción y la amenaza, sino para reforzar la estructura de la sociedad, su seguridad y la de sus bienes y para el pleno y tranquilo goce de las libertades consagradas por la constitución. Para extirpar la vagancia, una verdadera epidemia social, debían organizarse casas de corrección donde los vagos podrían convertirse en miembros útiles de la sociedad.

En lo atinente a la salud el gobierno había tomado medidas sanitarias en las fronteras para prevenir el ingreso de la peste. Los hospitales principales contaban ahora con fondos suficientes pero carecían de buenas leyes y de reglamentos que hiciesen más eficaz su funcionamiento, especialmente para cubrir debidamente a la población más necesitada. A pesar de los esfuerzos había regiones donde no existían


hospital ni había facultativos; además se carecía de los fondos necesarios para organizarlos frente a la presencia de enfermedades endémicas. Era necesario asignar fondos suficientes y crear plazas de médicos y cirujanos y para organizar las correspondientes boticas. Los hospitales destinados a los leprosos recibieron fondos en busca de reemplazar los viejos lazaretos, cuyo funcionamiento causaba horror por aislar los enfermos en las peores condiciones. Igualmente continuaba la organización de cementerios en todas las poblaciones, dando cabida a los difuntos de todas las religiones o destinando lotes en las cercanías para organizar estos cementerios con el fin de no volver a enterrar personas dentro de los templos.

Con base en el Decreto del 14 de marzo de 1828, en varias provincias fueron organizados presidios y, de acuerdo con la disposición de fondos, estaba previsto organizar otros garantizando su debido funcionamiento. Donde era posible, se había impuesto trabajo de utilidad pública a los reclusos como lo era la apertura de caminos, y se preparaba una nueva ley que buscaba la enmienda y rehabilitación social de los detenidos.

En cuanto a instrucción pública Pombo señala que había tan solo tres universidades dignas de llevar ese nombre, bien provistas de fondos, de profesores y de recursos; en cuanto a los colegios, había dieciocho bien dotados, uno de ellos para las niñas, además de varias casas de educación en la capital y en las provincias. El censo indicaba que existían 530 escuelas primarias a las cuales asisten 17.000 niños de ambos sexos, pero en su mayoría varones y funcionaba una academia nacional, entidad que estaba llamada a cumplir una importante labor en la propagación de los conocimientos útiles.


La educación pública siempre fue preocupación fundamental de don Lino y en su condición de Secretario de Estado trató de mejorar su calidad y de remediar la situación de los maestros, quienes eran mal remunerados y se les pagaba muchas veces con retraso, lo que motivaba deserción o baja de la calidad de la educación, pues esta anomalía los llevaba a buscar su subsistencia en otras ocupaciones, lo que se reflejaba en la mala preparación y en el bajo prestigio de que gozaba este gremio. En varias exposiciones e informes el señor Pombo reitera estas preocupaciones y solicita del Congreso los fondos necesarios para remediar esta situación. La población estudiantil era aun muy baja y solo accedían a las escuelas y colegios alumnos provenientes de las clases sociales altas, con ausencia total de los niños campesinos, para quienes no resultaba útil la instrucción, pues sus familias debían subsistir de las labores del campo, que además no eran remuneradas. Adicionalmente, las escuelas eran urbanas y los niños del campo, por la distancia, no podían acceder a ellas. En una sociedad aun machista, las niñas no eran enviadas a las escuelas públicas, consideradas indignas para ellas, y a las escuelas privadas asistía una minoría proveniente de familias pudientes. Era consenso que la mujer no requería mayor instrucción, pues su destino era contraer matrimonio a temprana edad y ser una madre prolífica; si los recursos familiares lo permitían debía criar a sus hijos como ama de casa hacendosa, apoyada obviamente en abundantes servidoras; si carecía de ellos debía al menos procurar alimentarlos, vestirlos y encaminarlos al bien.

Las inquietudes sociales de don Lino en relación con las desigualdades sociales se reflejan claramente en el siguiente episodio, ocurrido durante las conmemoraciones del 20 de julio de 1849; dos días antes, y en una ceremonia pública, el presidente del Cabildo capitalino entregó a varios esclavos la carta


de libertad expedida por la Junta de Manumisión, tras lo cual pronunció un “elocuente discurso lleno de la filantropía sublime del cristianismo, que fue ruidosamente aplaudido.” Tras ello se leyeron al público varias cartas de libertad. La primera de las mismas aparece firmada por don Lino y su texto es el siguiente:33

“El que suscribe, Lino de Pombo, ciudadano de la Nueva Granada en ejercicio de sus derechos, vecino y domiciliario de esta ciudad de Bogotá, declara y hace constar solemnemente por el presente documento: Que como ofrenda respetuosa a la venerable memoria de los mártires y fundadores de la Independencia de la República en el aniversario de la revolución política del día 20 de julio de 1810; como homenaje los santos principios de humanidad y civilización del siglo, y como recompensa debida a la intachable honradez y leales servicios de su esclava María Francisca, habida por compra hecha en Popayán al Sr. Blas María Bucheli en cantidad de doscientos treinta pesos, otorga espontánea y gratuitamente la libertad a la mencionada su esclava María Francisca, de raza africana, de treinta y cinco años de edad poco más o menos, desprendiéndose para siempre del dominio y señorío legalmente adquirido con respecto a ella, renunciándolo a su favor, deseándole todo género de dicha en el pleno y pacífico goce de la libertad, que es el más dulce y precioso de los bienes terrenos, y asegurándole por el resto de su vida su protección, amistad y buenos oficios, ya sea que continúe en la casa del que suscribe como sirvienta de la familia, o ya separada de ella manteniéndose con los productos

33 20 de julio. Fiestas Nacionales. 1849. Páginas 27 – 28. Sin pie de imprenta.


de su propia industria. Y para que en todo tiempo tenga la nombrada María Francisca, antes esclava muy estimada de sus amos y dueña de su persona y acciones desde hoy, un documento auténtico y suficiente con que acreditar en esta parte su condición social, expido de mi puño y letra y firmo el presente en Bogotá a diez y ocho de julio de mil ochocientos cuarenta y nueve.”

Añade la relación:

“El Sr. Lino de Pombo, con el objeto de dar más solemnidad al anterior documento, que ha otorgado gratuitamente a favor de su esclava María Francisca, ha presentado otro documento para su autorización en esta Alcaldía, y en su consecuencia, yo en infrascrito Alcalde firmo la presente en el mismo día de su otorgamiento, quedando dicha esclava en pleno derecho y uso de su libertad por la acción filantrópica del Sr. Pombo. A López.”

Días antes, el 8 de julio de 1849, se había instalado en la Sala del Cabildo de Bogotá la Sociedad Filantrópica. Tal asociación surgió por iniciativa del Gobernador de la provincia, don Vicente Lombana, quien deseaba tener un cuerpo auxiliar de notables bajo cuya inspiración se pudiesen hermanar las autoridades y el pueblo a través de actividades de orden patriótico y de beneficencia que honrasen la industria y la virtud. En la organización de los festejos patrios de ese año participó activamente la recién fundada sociedad cuyos ideales eran plenamente compartidos por don Lino.

Es fácil entender el proceder y la conducta de este patricio conociendo como era su hogar y en que


ambiente se desenvolvía; al respecto aporta muchas luces el escritor vallecaucano Luciano Rivera y Garrido, quien en el libro titulado: Memorias de un colegial, relata su vida de estudiante en la capital y en forma paralela presenta las semblanzas de varios personajes de la época. Entre sus descripciones se destaca la que hace de la casa que habitaba don Lino. A mediados del siglo XIX la ciudad era aun pequeña y en los estratos más altos de la sociedad imperaban la elegancia y la distinción. En las tertulias y visitas se hacía derroche de cultura y bonhomía, a tal punto que ni las diferencias políticas, ni aun las contiendas civiles lograban quebrantar la armonía que imperaba entre los hombres públicos, que se respetaban y apreciaban por sus cualidades personales, más que por compartir opiniones políticas. Los siguientes apartes de la obra de Rivera ratifican las anteriores apreciaciones relativas a la personalidad de nuestro personaje y al don de gentes que imperaba en su morada:

“Ciertos días de fiesta visitaba yo en su lujosa y cómoda habitación de la calle de la Carrera, a una familia muy respetable y distinguida de Bogotá, con la cual tenía el honor de estar emparentado, y cuyo jefe fue uno de los hombres más sobresalientes de su época, así por sus capacidades y vasto saber, como por su integridad legendaria y la distinción nativa que revelaba su eminente personalidad: el señor don Lino de Pombo.

Este venerable patricio, infatigable servidor de los intereses nacionales, que a ser menos modesto y desprendido acaso habría gobernado la República alguna vez, pues dotes y merecimientos le sobraban para ello, tenía como esposa a la señora doña Ana María Rebolledo, dama apreciadísima,


popayaneja de origen, muy acatada en la sociedad culta de la capital por sus virtudes y amenidad de maneras, y reconocida por sus incontables relacionados como modelo cumplido de amigas leales, generosas y perseverantes.

De los hijos de este matrimonio, uno don José Rafael, se hizo conocer desde muy joven, dentro y fuera del país, como poeta de vigorosa y levantada inspiración, que ha contribuido en gran manera al renombre literario de Colombia; otro, don Manuel, se ha distinguido como jurisconsulto tinoso e ilustrado, periodista laborioso y culto, escritor de costumbres festivo y galano, y, sobre todo como hombre de mundo del más agradable y discreto trato.

La casa del señor de Pombo era espaciosa, llena de luz por todas partes, y dispuesta con comodidad, lujo y elegancia. Del zaguán se pasaba a un corredor ancho, adornado con tazones en que florecían los geranios, las fucsias y los rosales, y de allí se ascendía por una grada de buen gusto a una amplia galería, cerrada a un lado por vidrios de colores; especie de vestíbulo elegante, decorado con blandos divanes, que precedía a un vasto salón bien amueblado, en el cual, a la media luz tamizada por densas cortinas de damasco, realzadas por otras más ligeras de punto inglés, se respiraba con delicia inolvidable ese ambiente especial de las habitaciones bogotanas, saturado siempre con el humo fragante de la alhucema quemada con azúcar.


En ese salón se reunía muchos domingos una sociedad selecta, formada por lo más distinguido del personal masculino del Bogotá de aquel tiempo, la cual presidía el responsable dueño de casa, hombre de hermosa presencia, quien, con su cuerpo membrudo y lleno, la enhiesta cabeza de ancha frente, y sus facciones pronunciadas, que recibían original expresión de unos ojos miopes, muy dulces y benévolos, me hacía pensar en esos varones romanos de que nos hablaba con su habitual elocuencia nuestro profesor de historia, don Felipe Pérez.

Pobre y desconocido niño, a quien apenas si paraban mientes esos hombres, notables todos por algún motivo, yo permanecía, por ahí, sentado en el ángulo más apartado de la suntuosa estancia, y oía sin pestañear las diversas conversaciones de aquellos personajes y de los señores del hogar, conversaciones que rodaban comúnmente sobre política, periodismo, noticias del extranjero y crónicas menudas de la ciudad.

Sabido es cuanta influencia ejercen en el ánimo de las gentes sencillas de provincia los nombres de los individuos prominentes de la capital, y la fama que alcanzan los sitios más visibles o concurridos de ella, o que, por cualquiera causa, se singularizan y llaman la atención general.... ¡Ah!, muchas decepciones se experimentan después, cuando se ven de cerca algunos de esos individuos de renombre y se contemplan muchos de aquellos objetos que, mirados de lejos con el lente fantástico de la imaginación, parecen tan interesantes.!....


Nada semejante ocurrió por entonces conmigo en lo que se refiere a la generalidad de las personas que formaban la tertulia de la señora Rebolledo de Pombo. Por el contrario, excedieron a cuanto mi mente de muchacho había concebido respecto de ellas.

Así, nunca olvidaré la fisonomía del señor Manuel Ancízar, tan circunspecto como culto, y cuya discreta conversación no alcanzaba a velar la solidez y variedad de sus conocimientos; al señor don Pedro Fernández Madrid, con su rostro pálido, de vasta frente, rodeado por un collar de barba negra, reposado en el hervor de las más agitadas discusiones, y urbano y deferente hasta con los niños; don Mariano Ospina Rodríguez, encargado a la sazón de la presidencia de la República, afeitado del todo, vestido enteramente de negro, y con ancho corbatín del mismo color, lo cual formaba en él un austero conjunto, que atenuaba la sonrisa estereotipada en sus delgados labios; sin que nada revelase en su porte y maneras que se envaneciera con la alta dignidad que le estaba encomendada; el doctor Salvador Camacho Roldán, verdadero gentilhombre republicano, gallardo, cultísimo, y una de las personalidades más importantes y simpáticas de aquella reunión distinguida; el célebre médico escocés doctor Ricardo Cheyne, compadre y amigo predilecto de los dueños de casa; el Ilustrísimo señor Herrán,34arzobispo de Bogotá, que deploraba con frases sentidas de evangélica unción las desgracias que amenazaban a la patria; el doctor Manuel Murillo, jefe eminente del

34 Se trata de Monseñor Antonio Herrán y Zaldua, arzo-bispo de Bogotá entre 1854 y 1868.


partido gólgota, que departía con el señor Ospina, cual si hubiesen sido los mejores amigos del mundo, y a quien el señor Pombo atendía con particular deferencia; el doctor Carlos Holguín, muy joven entonces pero animado ya por el verbo brillante y la fogosidad de pensamiento que hicieron de él uno de los más notables parlamentarios de Colombia; el doctor Andrés María Pardo, delicioso “causeur”, y de otros muchos caballeros importantes, entre quienes no puedo prescindir de nombrar al doctor Manuel María Mallarino, que hablaba de las bellezas naturales del Cauca con una elocuencia y un sentimiento poético tan elevado, que sus palabras, pronunciadas con la rapidez y propiedad que eran peculiares de aquel eminente repúblico, me llegaban al alma; al doctor Aníbal Galindo, bastante joven también y que me impresionaba con su expresión ardorosa de meridional saturado de inglés, y a algunos jesuitas de la comunidad que residía entonces en Bogotá y un año después sería expulsada del país por el general Mosquera. Asimismo visitaban la casa del señor Pombo algunos miembros del cuerpo diplomático, entre ellos el Barón Goury de Roland, ministro del Imperio francés y Monseñor Micolao Ledokowski35, Delegado apostólico.36

La casa a la cual se refiere Luciano Rivera estaba situada sobre le Calle Real,37 Don Lino compró una nueva en la calle del Coliseo, hoy Teatro de Colón,

35 La grafía correcta del nombre del nuncio es Mieceslao Ledochowski. 36 HOLGUÍN Y CARO, A.: Carlos Holguín, una vida al servicio de la República, Bogotá, 1981. 1: 130 – 132.37 Es la actual carreta séptima.


empleando para ello el producto de la venta de otra que poseía en Popayán. Al respecto señala en carta fechada el 30 de mayo de 1838:

“Es negocio ya arreglado según todas las apariencias, mi compra de la casa alta de Beriña en la calle del Coliseo, y necesito reunir todo el dinero que pueda para pagarla, refaccionarla, hacerle algunas mejoras productivas y amueblarla.”

Retomando el hilo de su semblanza biográfica debemos señalar que en forma intermitente y por varios periodos don Lino continuó vinculado a la administración pública. Ingeniero de profesión pero político de corazón, siempre estuvo pendiente de la situación nacional; aunque había sido militar prefería las actitudes de los civiles y los comportamientos ajustados a las leyes y los códigos que hubo de compilar y poner en ejecución. Podemos calificarlo más como un demócrata civilista que como un hombre de partido. Sus opiniones políticas siempre resultan de interés. Como muestra de ellas cabe el siguiente comentario, hecho en una carta de finales de 1839 en relación con José María Obando. Al respecto señala:

“Obando se ha ensuciado y desacreditado para siempre con la conducta ridícula y hostil que ha empezado a observar después de las elecciones, habiéndose manejado hasta entonces tan bien. Yo lo tenía de candidato in pectore para la Presidencia futura, como contra hombre de Santander, pero ya se necesitaría muy poco coleto para hablar y obrar en su favor. Está visto que no hay que pensar más en militares para los altos directivos y que tendremos que ir fusilando poco a poco a los señores generales de


precedentes. La guerra que se hace a Obando en Popayán es vigorosa y saludable, y debe continuar.”

Otra muestra la constituye el siguiente comentario hecho en una carta fechada el 23 de agosto de 1840 donde hace esta fuerte apreciación:

“Muchos votos está sacando Herrán para la Presidencia; indudablemente será elegido por las asambleas, o por el Congreso, si en marzo próximo no lo ha enviado Obando al otro mundo como lo merece. Ese hombre ha causado inmensos males a la Patria; si sube a la presidencia no podemos contar ni con paz pública ni con seguridad personal; la pastelería se pondrá al orden del día”.

Otras opiniones importantes y que ratifican nuestras apreciaciones sobre su integridad y civilismo salen a la luz en la carta fechada el 11 de junio de 1839, donde se refiere a la dotación de jueces letrados y al sufragio electoral para los oficiales del ejército, puntos que él no compartía pero en los que insistía el presidente Márquez. Pombo califica la nueva ley como una colcha de remiendos entre los cuales se salvan algunas disposiciones a favor de la administración de justicia, algunas garantías para el pueblo en las elecciones y unas cuantas trabas contra los intrigantes. En la misma carta indica que ha quedado “a la luna de Valencia,” es decir incapacitado para aceptar un empleo de libre nombramiento. Entonces prefirió argumentar en contra de sus intereses y a costa de perder su cargo; era esto preferible y más digno que caer en una situación poco nítida. Tras quedar desempleado y en un momento en el que no abundaban los recursos económicos familiares le comenta a su hermano:


“El Presidente me instó para que renunciase la diputación con el objeto de volver a servir la Dirección del Crédito Público, autorizándome para decirlo así a la Cámara. Lo dije en efecto en un memorial el día 29, y sometí a la consideración de los representantes dos cuestiones:1ª Si mis servicios serían más útiles como Director del Crédito Público que como diputado.2ª Si renunciando la diputación quedaba hábil para obtener empleo de libre nombramiento del Poder Ejecutivo antes de cumplirse el período de dos años para el que fui electo.Diciendo que si ambas cuestiones se resolvían afirmativamente, se me diese por exonerado de la diputación.El resultado fue que en una larga discusión (en que yo mismo tomé parte contra mis propios intereses, mereciendo por ello bastante aplauso) se demostró el genuino sentido del artículo 72 de la constitución, tantas veces manifiestamente violado; y por unanimidad votó en consecuencia la Cámara un no ha lugar.”

En relación con su nombramiento como Director de Crédito Público cargo en el que llevaba escasamente once meses, señala en carta fechada el 15 mayo de 1838:

“El Presidente decretó mi admisión a los dos días, con frases muy honoríficas para mí, dirigiéndome además, una carta llena de expresiones laudatorias y amistosas, nombrándome para el empleo de Director del crédito público y haciéndome una visita en que de palabra me repitió lo que me había dicho por escrito.”


Pombo tomó posesión el 27 de mayo de 1838 y como responsable de la economía se ocupó, en efecto, de la emisión de Vales Granadinos y de la conversión de los Vales Colombianos a los primeros, títulos de los cuales él y sus hermanos poseían bastantes, heredados de su padre; al respecto comenta a su hermano:

“Antes de ayer tomé posesión de la plaza de Director del crédito nacional, y estoy ya trabajando en los preparativos para la emisión de vales. Todos los colombianos que pertenecen a nuestra familia envíamelos, para verificar su cambio en tiempo oportuno.”38

Al concluir la administración de Santander, durante la cual desempeñó un papel esencial en la organización de la República, Pombo continuó, entre agosto de 1833 y mayo de 1838, como Secretario del Interior y Relaciones Exteriores de José Ignacio de Márquez. Pasado un tiempo reasumiría la Cancillería por dos años más durante el gobierno de Manuel María Mallarino, cuando éste, en su carácter de vicepresidente, ejerció la primera magistratura.

Retomando los hechos debemos recordar que el 1° de abril de 1837 se había posesionado como presidente José Ignacio de Márquez; su gabinete lo conformaron Juan de Dios Arosemena en la secretaría de Hacienda, José Hilario López en la de Guerra y don Lino, quien había sido ratificado, como Secretario de lo Interior y de Relaciones Exteriores. En 1839 Pombo fue designado como comisionado en el Perú, comisión que, por la agitada situación política nacional, no se llevo a cabo. En carta fechada el 17 de julio de ese año señala al respecto:

“He aceptado la indicada comisión, más bien por ser ella honorífica y por estar

38 Carta del 30 de mayo de 1838.


ocupado en algo y conocer el Perú que por provecho que pueda traerme. La dotación es apenas suficiente para vivir en Lima sin ostentación, y de ella algo he de dejar aquí para sostenimiento de mi familia; pienso sin embargo llevar a Anita, en caso de que venga su madre y convenga en quedarse cuidando mi cluecada de muchachos, y siendo así no partiré hasta que nazca mi nuevo hijo y esté la madre en disposición de ponerse en camino, es decir a fines de octubre o principio de noviembre. Quizá me será preciso para entonces pedir a Popayán buen criado, porque eso por acá no se encuentra. Infórmate si podré conseguirlo. Desde luego haré el viaje por Cartagena y Panamá.”

No siempre fue apacible la vida de don Lino. Un personaje que se desempeñaba en el eje de la vida política no podía mantenerse al margen de las convulsiones propias de la época, aparte de que la década de los años cuarenta fue una de las más turbulentas de nuestra historia. Fueron años difíciles durante los cuales el gobierno sufrió una fuerte oposición, los partidos se dividieron y el país se convulsionó; en realidad, se venía incubando la que se conocería como guerra de los Supremos, sangriento conflicto que generó una marcada represión y cuya denominación se debe a los levantamientos promovidos por los autodeclarados jefes supremos que culminaron con el de Manuel González, en El Socorro. En relación con esta situación señalaba don Lino en carta del 3 de octubre de 1840:

“Por donde quiera que el espíritu de rebelión se ha atrevido a levantar la voz en las provincias; ha sido pronta y vigorosamente sofocada, y todo lo que habrían acumulado por largo tiempo los malvados perturbadores enemigos


del gobierno para ponerlo simultáneamente en acción sin fin de derribarlo, se evaporo como el humo. La energía y la actividad en el obrar forman ya por fortuna las políticas del gabinete del Dr. Márquez y con este cambio de sistema y los buenos efectos que está produciendo ha reunido la confianza en todos y hay ya un entusiasmo general en favor de la administración.”

Entre los asuntos espinosos que debió enfrentar don Lino figuran la sublevación de Salvador Córdova, quien se declaró Jefe Supremo de Medellín, el alzamiento como jefe Supremo de Tunja, de Juan José Reyes Patria, el de José González como Jefe Supremo en el Socorro, el de Francisco Carmona como Jefe Supremo de Santa Marta, los levantamientos de Pamplona y Casanare, la revolución en la Costa con los pronunciamientos de Ciénaga, Cartagena, Mompox, Riohacha y Panamá, eventos que comprometían seriamente la integridad de la Nación, entorpecían el proceso de organización que se llevaba a cabo para consolidar al país y conducirlo por la senda del progreso. A ellos alude en muchas de sus cartas. Estos levantamientos de tipo independentista se caracterizaban por una tendencia hacia el régimen federal con la consecuente formación de estados independiente; estos movimientos aparentemente estaban orientados desde la capital por Domingo Crispín Cuenca, Vicente Azuero, Francisco Soto, Florentino González, Salvador Camacho Roldán y por el general José María Mantilla.

Las citadas turbaciones del orden público fueron precedidas por sucesos de Pasto que contaron con el apoyo de tropas ecuatorianas; adicionalmente varios oficiales venezolanos expulsados de su país trataban de organizarse en el territorio nacional y para ello atacaban al gobierno legítimo y promovían la


segregación de Cartagena y de otras provincias con el fin de formar un nuevo Estado de corte dictatorial. El país estaba en un verdadero riesgo en relación con su integridad territorial. En relación con estos levantamientos y con la presunta responsabilidad de don Lino en el inicio de la guerra de los Supremos, al expedir una circular dirigida a los gobernadores en la que se reconocía la derrota sufrida en el combate de La Polonia señala Restrepo Canal:

“Además de los ejemplos ofrecidos por las provincias sublevadas en el norte del país, fueron factor definitivo en las de la costa la noticia de la derrota sufrida por las fuerzas del gobierno en La Polonia y la infeliz circular derrotista del secretario de lo interior, don Lino de Pombo.”39

En el punto pertinente la circular aludida indicaba que el Poder Ejecutivo carecía de recursos necesarios para combatir la insurrección y reducir a la obediencia a los disidentes, por lo que el orden legal y la tranquilidad pública pasaban a ser responsabilidad de los gobernadores. Secuela de esta situación fue una crisis política con el consecuente cambio de gabinete y obviamente con la salida de don Lino. El poder quedó en manos del vicepresidente don Domingo Caicedo a quien secundaron como secretarios de su gabinete Mariano Calvo en Hacienda, José María Ortega en Guerra y Marina y Miguel Chiari en Interior y Relaciones Exteriores. El nuevo gobierno trató de buscar la concordia y de afianzar la paz en las provincias afectadas.

Como antecedentes recordemos que en 1839, con base en la baja población de los conventos de San Francisco, La Merced, Santo Domingo y San Agustín 39 RESTREPO CANAL, C. La Nueva Granada 1840 a 1849. pp. 103. 1975.


de Pasto, el obispo de Popayán40 pidió su supresión, iniciativa que promovieron los diputados de esa provincia Ramón Orjuela y Juan Santacruz, solicitud que acogió el Congreso emitiendo el respectivo decreto. Esto generó un movimiento revolucionario encabezado por el teniente coronel Mariano Álvarez, junto con Fidel Torres, el padre Francisco Villota y por Estanislao y Tomás España, quienes contaron con la complicidad de sargento mayor Manuel Mutis Jefe militar de la Provincia. El movimiento solicitaba concesiones especiales como respuesta a un decreto que presuntamente atacaba la religión, aunque destinaba las rentas de los conventos suprimidos para fomento de las misiones de Mocoa y para la instrucción pública, asuntos que son comentados en algunas de las cartas que se reproducen. El gobernador, Antonio José Chávez firmó una capitulación con los revoltosos. Simultáneamente designó, aparentemente sin haberlo consultado, al general Pedro Alcántara Herrán como Jefe para restablecer el imperio de la ley en esa ciudad. El general Obando, que conocía la situación, se entrevistó con Herrán y tras aconsejarle proceder con cautela y discreción, viajó a Bogotá, pero en diciembre regresó a Popayán donde, por orden de Jaime Arroyo, fue apresado y enviado a Pasto. El 18 de enero de 1840, al paso por Timbío, se levantó contra la autoridad por considerarse falto de garantías. El 22 de febrero en “Los Árboles” suscribió un tratado con Herrán y siguió hacia Pasto para responder por su actuación en Berruecos. Entre tanto cerca de 4300 guerrilleros, afectos a Obando permanecían a la expectativa. El 5 de julio, temeroso por carecer de garantías y violando su palabra, escapó en compañía del coronel Juan Gregorio Sarria, del teniente Coronel Antonio Mariano Álvarez y de Fidel Torres, todos sindicados del asesinato de Sucre en Berruecos. Obando encabezó una partida revolucionaria que 40 Entonces era obispo de esa sede fray Mariano Garnica y Dorjuela de la Orden de Predicadores.


obedecía a Estanislao España y se unió a otra que dirigía el guerrillero Andrés Noguera.

Por la misma época el general Juan José Flórez, presuntamente por solicitud de agentes granadinos, invadió al país con el pretexto aparente de pacificar la provincia; sus verdaderas intenciones eran las de arrebatar la provincia de Pasto y anexarla al Ecuador. Se afectaban así la dignidad y la integridad de la Nación, situación que se prestó a grandes discusiones en relación con la presencia de tropas extranjeras en territorio nacional, que si de una parte podían estar con base en un tratado de alianza vigente, de otra eran consideradas invasoras y debían ser retiradas. El análisis de este capítulo confuso y doloroso, que escapa del ámbito de esta semblanza, requiere mayor estudio, pues sin duda hubo intereses mezquinos que preferían sacrificar una provincia para lograr sus propósitos políticos. Como consecuencia de estos hechos se presentó el combate de Huilquipamba, en el que fuerzas ecuatorianas al lado de las tropas comandadas por Herrán y Mosquera enfrentaron a una fuerza inferior comandada por Obando, quien tras la derrota logró escapar. Luego ocurrirían los sucesos del Socorro y tras la derrota de La Polonia se generalizaría la guerra.

En 1840 prácticamente durante el tránsito de Pombo, de Secretario de Estado a Gobernador de la provincia de Cundinamarca, los revolucionarios del Socorro avanzaron sobre la capital y la sitiaron. En respuesta, la ciudad se preparó y el presidente buscó la ayuda de Herrán y de sus tropas, que venían de triunfar sobre Obando. Con el retorno de Herrán y de las tropas venidas del sur se recuperó la calma en la ciudad. Durante la llamada “Gran semana” hubo amenazas de saqueo y se produjeron pedreas nocturnas contra la casa del presidente y de algunos de sus secretarios. Una de esas noches, la muchedumbre,


al grito de “¡soltaron los presos!,” atacó su casa a piedra. Don Lino como buen funcionario público estaba aun en su despacho entregado al trabajo, por lo que su esposa doña Anita debió enfrentar a la turba desde el balcón; con su temple y serenidad y cargando una de sus pequeñas hijas en brazos saludó al grupo, sugirió a los presentes que dejaran de lanzar guijarros y les invitó a entrar para dialogar y escuchar sus inquietudes. Esta actitud calmó a la multitud. Entretanto un criado de confianza fue a avisar a don Lino para que no regresara a su hogar, pues su vida podía estar en peligro.41 Esta valerosa y serena actuación de doña Anita, la noche referida, contrasta con otras eminentemente femeninas como su afán de casamentera, tal como se ve en la carta fechada el 11 de junio de 1839:

“Anita te saluda, encargándome te diga que cada vez que ve aquí una muchacha bonita, y de mérito, te la desea para mujer; y que hay una hija joven y única de Don Juan Gómez, educada con el más grande recogimiento, que te vendría de perlas y con un dote de sendas onzas acuñadas de oro, en bastante abundancia.”

Recuperada la normalidad en Bogotá correspondió a don Lino como gobernador manejar la situación, reorganizar la ciudad que se había convulsionado preparándose para la defensa, afianzar el clima de paz y evitar excesos especialmente con los presos políticos, pues no faltaron algunos militares interesados en fusilar a los líderes rebeldes, entre ellos Manuel Azuero y Manuel González. Los antecedentes y consecuencias del levantamiento de “Los Supremos” se reflejan en varias cartas en las que el gobernador comenta a su hermano la situación y 41 Este suceso se relata en: “Don Lino de Pombo, Tributo en su centenario” escrito publicado en 1897.


emite varias opiniones al respecto. En relación con esta situación resulta muy interesante el siguiente comentario expresado en carta del 4 de noviembre de 1840:

“Por diversas consideraciones no pude rebelarme a aceptar el nombramiento de gobernador de esta provincia y tomé ayer posesión del destino. Lo primero con que me he encontrado ha sido un enjambre de prisioneros, todos, gente de avería, malísimamente asegurados y custodiados; la guardia nacional en completa desorganización; y la tesorería exhausta; pero me he encomendado á Santa Rita para que me saque con bien de tantos imposibles en tan calamitosos tiempos.”

Don Lino de Pombo fue responsable de las relaciones internacionales por cerca de siete años con algunas intermitencias. Su labor quedó plasmada en sendas memorias presentadas al Congreso. A él correspondió adelantar tratados con Ecuador y Venezuela;42 en 1856 suscribió con Teodoro Gómez de la Torre el tratado con Ecuador que versa sobre amistad comercio y navegación; en diciembre de 1834 había suscrito con Santos Michelena el tratado que lleva sus nombres. Don José María Rojas Garrido, Encargado de Negocios en Caracas tenía preocupaciones al respecto de los límites y consultó al Gobierno si éste acogía las cartas elaboradas por Agustín Codazzi para el gobierno venezolano, mapas que había aceptado el señor Pombo como pauta para la negociación. Cabe comentar que estos mapas eran diferentes de los que años después elaboró el mismo Coronel Codazzi para el gobierno de Colombia; al compararlos en detalle se nota que las líneas 42 Al respecto puede verse comentario en la carta data-da el 31 de diciembre de 1834.


fronterizas no coinciden. En ambos casos tienen un sesgo favorable al país para el cual fueron hechos por encargo. Era pues explicable la inquietud del señor Rojas, aparte de que en ese momento no se disponía de más cartografía para aclarar el asunto.

Pombo siempre estuvo pendiente de las relaciones con los países vecinos y con su situación interna. A ello se refiere en varias de las cartas a su hermano. Un interesante comentario al respecto aparece en una carta dirigida a Rufino Cuervo el 22 de enero de 1836 donde le señala:

“En Venezuela las turbulencias van acabándose, como previmos: con brindis y abrazos, quedando cada cual en su casa y con su botín y su grado, para preparar nuevas revoluciones. Michelena se retiró por eso del Ministerio. El último correo nos trajo la noticia de que Briceño Méndez murió de pesadumbre y trabajos en Curazao.En el Ecuador fueron poco a poco fusilando a todos los guerrilleros y parece que están cuasi en paz. Con nosotros la llevan bien todavía.”43

Al dejar la Gobernación de Bogotá, el 7 de mayo de 1841, Pombo fue nombrado Ministro Plenipotenciario en Caracas. Estaba aún pendiente la aprobación del tratado Pombo – Michelena suscrito en Bogotá en diciembre de 1833. Se trataba de un tratado general de alianza, comercio y navegación. Era necesario subsanar los disentimientos surgidos en el Congreso, aparte de que el Congreso Venezolano había aprobado un texto al que se le habían suprimido varios artículos. La misión de don Lino era la de gestionar 43 CUERVO, L. A. Epistolario del doctor Rufi no Cuervo (1826 – 1840). Academia Colombiana de Historia, Biblioteca de Historia Nacional 22 pp. 324. Bogotá, 1918.


la aprobación con las modificaciones que zanjasen las divergencias. Entonces no se logró consenso, pero los dos países acordaron abrir una nueva negociación en el término de cuatro años, con el fin de establecer sus límites, especialmente en las regiones de la Guajira y el Catatumbo. Aparte de no lograr el acuerdo de límites, la labor de don Lino en Caracas fue fecunda pues negoció un tratado de amistad, comercio y navegación que se suscribió el 23 de julio de 1841. Otro tratado logrado fue el de alianza para defender la independencia de ambas naciones contra España, uniendo sus fuerzas de mar y tierra para tal objetivo. En relación con el tratado suscrito, en julio de 1842, opinaba don Lino en carta fechada el 3 de agosto de ese mismo año:

“El resultado de mi misión diplomática ha sido satisfactorio, aunque para obtenerlo me han sido necesarias mucha paciencia y discreción. El tratado de amistad, comercio y navegación firmado en 23 de julio después de tres meses de discusiones reñidas es muy bueno, e infinitamente superior a lo que sobre estos puestos se había estipulado en el tratado anulado de 1833.”

En relación con los límites cabe mencionar que ambos países reconocían el uti possidetis juris de 1810, pero Venezuela alegaba que existía vaguedad en las reales cédulas que determinaban los límites entre el Nuevo Reino de Granada y la Capitanía de Venezuela, lo cual hacía muy difícil la aplicación de la norma. En 1844 encontró el general Joaquín Acosta en el archivo virreinal la Real Cédula de 5 de mayo de 1768, de acuerdo con la cual la Nueva Granada tenía derechos sobre la hoya del río Orinoco y era ribereña de ese curso de agua, circunstancia que no había sido tenida en cuenta al firmarse en 1833 el tratado Pombo – Michelena. En 1844 vino a Bogotá como


negociador Fermín Toro para discutir y acordar los límites. Las negociaciones se realizaron entre abril de 1844 y enero de 1845 y el canciller Acosta defendió los puntos de vista granadinos, puntos sobre los cuales y sobre la capacidad negociadora del canciller dudaba Pombo. De acuerdo con el nuevo punto de vista debían corregirse los defectos del tratado Pombo – Michelena y debían estudiarse de nuevo los límites de la Guajira. Toro reconoció los derechos de Colombia sobre la Guajira y San Faustino pero manifestó su desacuerdo con los límites de los ríos Orinoco, Casiquiare y Rionegro, con lo cual las negociaciones se paralizaron sin llegar a un acuerdo completo.

De los tratados suscritos con Venezuela uno se refiere al reconocimiento de los créditos activos y pasivos adquiridos por los países que habían integrado la “Gran Colombia”; esto permitió renegociar la deuda contraída con Inglaterra; el 23 de julio de 1842 firmó con Juan José Romero el tratado sobre amistad, comercio, navegación y complementación. Al respecto señala en carta fechada el 3 de agosto de ese año:

“El resultado de mi misión diplomática ha sido satisfactorio, aunque para obtenerlo me han sido necesarias mucha paciencia y discreción. El tratado de amistad, comercio y navegación firmado en 23 de julio después de tres meses de discusiones reñidas es muy bueno, e infinitamente superior a lo que sobre estos puestos se había estipulado en el tratado anulado de 1833.”

Si bien estos tratados no resultaron definitivos y han sido criticados en algunos de sus puntos, en su momento contribuyeron a solucionar graves cuestiones limítrofes que entorpecían las relaciones


entre vecinos, relaciones en las que debe imperar la armonía y la cooperación. Cuando Santander reasumió el gobierno encontró todos los asuntos debidamente organizados por el vicepresidente Márquez, excepto el difícil asunto de la deuda nacional, tema en el que Venezuela y Ecuador debían designar negociadores. Don Lino sostenía como base de la negociación la riqueza relativa de cada Estado.44 El ministro venezolano Michelena amenazó con retirarse y romper las negociaciones, posición que dilataba el problema con graves perjuicios para los acreedores y para el crédito del País. Ante esto, Santander asumió la responsabilidad y ordenó a Pombo concluir el negocio con base en la población de cada estado. Así le correspondieron a la Nueva Granada cincuenta unidades, veintiocho y media a Venezuela y veintiuna y media a Ecuador. Se declaró así que la Nueva Granada valía la mitad de la Gran Colombia. Esta decisión se prestó para que la oposición se levantase en contra de Santander arguyendo que el presidente se había dejado imponer un ultimátum del ministro venezolano en aras del honor nacional y de sus propios intereses. A favor de Santander están los argumentos expresados por el historiador Posada quien añade que, a falta de estadísticas y de otros datos ciertos, resultaba imposible calcular la riqueza de cada república, por lo cual no había otro camino que seguir. El tratado fue finalmente aprobado en 1837 por ambas cámaras. El punto de vista opuesto lo aporta Mosquera quien consideraba que Santander, con la aprobación de tal acuerdo había sacrificado al país, endeudándolo por varias generaciones.

Otro de los asuntos espinosos que debió atender y ayudar a resolver el canciller Pombo derivó del asesinato de un súbdito inglés, el señor Jorge Woodbine, junto con su esposa y con uno de sus hijos, 44 POSADA GUTIÉRREZ, J. Memorias Histórico Políticas. 1929. Tomo 3: 210 – 211.


hechos sucedidos en julio de 1833 en la Hacienda Maparapá, en la Bahía de Cartagena. Los asesinos curiosamente eran súbditos de Francia. Los cónsules de Inglaterra y de los Estados Unidos fueron a recoger los restos mortales de sus amigos para sepultarlos en Cartagena y los trajeron en una canoa. El Cónsul de esa nación, Adolfo Barrot, era también amigo de la familia asesinada y estaba presente cuando llegaron los tres cadáveres al muelle; el funcionario intervino expresando sus opiniones sobre este hecho que consideraba afrentoso lo que dio lugar a fuertes y bruscas amenazas del alcalde parroquial, Vicente Alandete, quien de paso estaba ebrio. Ante las protestas del diplomático, el funcionario trató de apresarlo y ordenó amarrarlo, ignorando su inmunidad diplomática. El cónsul tildó de “canalla” al alcalde. Días después otro alcalde parroquial de apellido Castellón condenó al cónsul y le retuvo los pasaportes. Como respuesta al agravio, el cónsul, ataviado con uniforme militar, acompañado de varios compatriotas, de sus colegas de Gran Bretaña y de los Estados Unidos y del capitán de una goleta de guerra francesa que estaba anclada en la rada, trató de abordar la nave; en medio de la muchedumbre que le rodeaba y que pedía su reclusión, fue detenido al momento de trasponer la muralla. Al conocer los hechos, el gobernador de Martinica se solidario con el representante de su gobierno y mandó, para apoyar sus reclamos, dos naves de guerra al mando del Capitán Le Grandais; las goletas anclaron amenazadoramente en la Bahía el 1° de octubre y su comandante intimó al gobernador y exigió reparaciones al Cónsul ultrajado. Estos hechos obligaron a Lino de Pombo a prodigarse en sus dotes diplomáticas y sostener largas conversaciones con el representante francés en Bogotá, señor Augusto Le Moyne. En el relato de sus viajes, el cónsul francés señala al respecto:


“Cuando el 27 de julio de aquel año se canjeaban en Bogotá las ratificaciones de un convenio provisional de amistad, comercio y navegación concertado el 14 de noviembre anterior entre Francia y la Nueva Granada, un incidente desgraciado estuvo a punto de que ese reciente testimonio de buena armonía y de cordialidad que acababan de darse recíprocamente estos Estados, sucediese una ruptura de hostilidades.”45

Al final, el enojoso asunto se solucionó a través de un arreglo amigable y los barcos fueron retirados. En su informe al Congreso de 1835, Pombo se refiere a estos hechos así:

“El ejecutivo tiene la satisfacción de presentar al congreso definitivamente arreglada la desagradable cuestión que se suscitó con la Francia a consecuencia de los sucesos de julio y agosto de 1833 en Cartagena, conexionados con la persona del cónsul de aquella nación; y le es todavía más grato contemplar que el desenlace no ha turbado la paz ni vulnerado los derechos y el honor de la República, contribuyendo por el contrario a afirmar sobre las bases más sólidas la amistad que existe entre los dos países, y de dar auge a sus relaciones comerciales.”46

A raíz del arreglo logrado, el 21 de octubre de 1835 se reinstaló el consulado de Francia en Cartagena y las relaciones entre los dos países se mantuvieron en el mejor nivel.

45 LE MOYNE, A. Viaje y estancias en América del Sur, Nueva Granada,..... Bogotá, 1943. pp. 285.46 Administraciones de Santander, 1834 – 1835. Bibliote-ca de la Presidencia de la República, Bogotá 1990, tomo 4 pp. 246.


En 1845 Pombo fue nombrado Secretario de Hacienda de Tomás Cipriano de Mosquera. En carta de 21 de enero de 1846 expresa en relación con este nombramiento:

“No alcanzo a mas, echando como estoy los hígados en la Secretaría de Hacienda, que admití por patriotismo habiendo rehusado dos meses antes la de Relaciones Exteriores.”

Por su intachable conducta y honestidad Pombo ocupó en varias ocasiones la Dirección del Crédito Nacional, fue responsable de la Oficina General de Cuentas, de la Casa de Moneda. En diciembre de 1845 se había constituido, por iniciativa de la Cámara de la Provincia, una asociación para establecer una Caja siguiendo el modelo de las “Cajas de Ahorros” de Francia. Era su meta favorecer a las clases pobres fomentando el ahorro a través de un interés a favor de los depositantes. Con base en la anterior iniciativa y en su experiencia en el manejo de dineros y en su pulcritud, Pombo fundó y dirigió durante varios años la Caja de Ahorros de Bogotá. Luego de vencer no pocas dificultades la institución prosperó y sirvió de modelo para otras entidades similares. En esta empresa contó con la eficiente colaboración del señor Manuel de la Peña. En algunas cartas se refiere al manejo de cuentas en la Caja, como ocurre en la fechada el 21 de febrero de 1855.

Eran indudables los conocimientos en materia económica de don Lino; de ellos dejó múltiples huellas no solo como gestor y redactor los Estatutos y Reglamentos de la Caja de Ahorros de la Provincia de Bogotá, sino en los presupuestos que elaboró para los despachos a su cargo, especialmente para el de Hacienda, en múltiples informes y en diversas normas como el: “Proyecto de ley complementaria sobre el crédito


nacional de abril de 1839,” el “Nuevo proyecto de ley sobre monedas nacionales de 1846,” la “Cuestión sobre reforma monetaria” o el “Proyecto sobre arrendamiento de rentas nacionales” del mismo año, así como sus informes de Contador General, cargo que asumió consciente de las dificultades, como lo expresa en carta del 9 de julio de 1845:

“Me tienes ya de contador general mayor, metido en un berenjenal de que no sé como saldré, pues estos empleados han tenido particular talento para complicar los métodos de procedimiento y aumentar el embrollo de las leyes y reglamentos vigentes hasta convertirlos en un verdadero caos.”

Esos vastos conocimientos y su experiencia en los temas económicos hicieron de él una persona bastante apegada al dinero y en extremo escrupulosa con su manejo. Esta faceta, hasta ahora desconocida, o ignorada por sus biógrafos, salta a la luz y se hace manifiesta a través de frecuentes comentarios y recomendaciones que aparecen reiteradamente en sus cartas. A manera de ejemplo pueden verse la fechada el 21 de febrero de 1855 o la datada el 11 de julio de 1839 en la que se refiere al manejo de la herencia recibida de su padre y donde expresa:

“Como he negociado por Vales Granadinos del 5 por ciento a virtud de la ley del 13 de abril, todos los remanentes colombianos que existan de la misma inscripción en mi poder de pertenencia de los herederos de mi Padre, necesito que tu allá, con vista de las diligencias de partición de la testamentaria, repartas lo que a cada heredero toque de ese nuevo capital en vales granadinos, ascendente a 2375 pesos.”


Su conducta como funcionario era ejemplar; coadyuvó a la implantación de reformas fiscales y económicas; fue senador en varias oportunidades, entre 1844 y 1849 en representación de Cartagena, su tierra natal. Al respecto señala en carta fechada el 4 de julio de 1838:

“Además de lo sabroso de mi vida actual, que sería una necedad imperdonable sacrificar, cuento con la elección para el Senado por la provincia de Cartagena, y quizá también para la Cámara de Representantes por la de Bogotá.”

Pombo se destacó siempre por defender los intereses de la Nación. Cuenta Restrepo que al terminar las sesiones del Congreso de 1846 le ocurrió un suceso desagradable. De acuerdo con la Junta de Hacienda, el Secretario Pombo había concedido en arrendamiento la Salina de Cumaral, la cual, merced al nuevo contrato podía vender sal en el Cantón de Cáqueza, lo que antes no le estaba permitido. Al divulgarse esta novedad, el redactor del periódico Libertad y Orden, que hacía la oposición al gobierno de Mosquera, publicó un artículo contra Pombo en el que ponía de presente los graves perjuicios que ésta medida causaba a la renta de Salinas. Esto generó la renuncia de Pombo a la Secretaría, luego de reconocer que había cometido un error al momento de aprobar ese contrato; por tal motivo se vio obligado a anularlo.47 Ese mismo año había sido candidato a vicepresidente, pero fue derrotado por don Rufino Cuervo. En marzo al iniciarse las sesiones ordinarias del Congreso, fue designado vicepresidente del Senado. Fue también presidente o juez principal del Tribunal o Corte de Cuentas, cargo al que renunció en enero de 1850 como muestra de solidaridad con los otros 47 RESTREPO, J. M. Historia de la Nueva Granada, Editorial El Catolicismo, Bogotá, 1963. 2: 35 – 36.


dos jueces que había sido suspendidos, no por mal desempeño de sus funciones sino como consecuencia de las protestas encabezadas por los miembros de la Sociedad Democrática, en un momento en el que los ánimos revolucionarios estaban bastante exaltados y los artesanos de Las Nieves ejercían fuerte presión.

El 17 de marzo de 1854 Pombo fue designado por el Congreso como Procurador General de la Nación (1854-1855), junto con Vicente Lombana. Un mes más tarde, el 17 de abril, el Comandante General del Ejército, general José María Melo le volteó la espalda al General Obando, su amigo y presidente constitucional; de paso rechazó la Constitución de 1853. Melo había nacido en Chaparral, se había fogueado en la campaña del Perú combatiendo en Junín y en Ayacucho; luego había combatido en Venezuela al lado de José Vargas París, tras lo cual viajó a Europa; de regreso al país se estableció en Ibagué. Era un hombre metódico, pulcro, ordenado en sus costumbres, jovial y tolerante pero respetado por sus subalternos; tenía fama de buen jinete y de ser diestro con la espada. Frente al golpe, el general Herrera, en su carácter de Designado, asumió el poder ejecutivo fuera de Bogotá y desde Honda dictó un decreto nombrando secretarios de despacho, entre ellos el general Herrán, quien estaba en Nueva York, motivo por el cual se le encomendó comprara armamento para defender la legitimidad. Luego asumiría el vicepresidente Obaldía.

Al producirse el golpe Pombo fue apresado junto con los demás miembros del Consejo de Gobierno que se hallaba reunido desde temprana hora en la casa del presidente Obando. Después de unas horas el procurador fue dejado en libertad por estar enfermo; tenía entonces 57 años y le seguían afectando el reumatismo y la gota, aparte de nuevos achaques. Obando continuó preso y Melo se declaró


“Comandante en Jefe de los Ejércitos de la República, Encargado del Supremo Gobierno provisorio.” El vicepresidente Obaldía había buscado refugio en la Legación de los Estados Unidos, de la que escapó para refugiarse en la Legación Inglesa y pasar una última noche en la Nunciatura, donde gozó de la hospitalidad de Monseñor Barili, a quien antes había criticado acremente. Disfrazado huyó para dirigirse a Ibagué a donde le siguieron José Ignacio de Márquez, José María Latorre Uribe, Ministro de la Corte Suprema y el Procurador General Lino de Pombo, quien ya se encontraba aliviado. Esta misma ruta fue recorrida por muchos empleados generales del gobierno constitucional, así como por miembros del Congreso, quienes solidariamente quisieron desarrollar sus funciones desde allí. En esta forma se restablecía el gobierno legítimo pero en el exilio. Al respecto de esta situación, comenta don Lino a su hermano el 23 de septiembre de 1854:

“Ayer se reinstaló aquí el congreso para continuar sus sesiones ordinarias, con número cadente de diputados, a pesar de haber quedado en el ejercito López, Julio y algún otro. Te envió con los boletines: el mensaje dirigido a las Cámaras por el Dr. Obaldia. La de representantes adoptó ayer mismo, casi unánimemente, tres resoluciones notables – 1ª una conmemoración nominal honrosa del Sr. Francisco de Rojas Pinzón y otros militares y ciudadanos particulares muertos en defensa de la Constitución. 2ª Que las comisiones reunidas de infracción de constitución y leyes, informen con demostración de los hechos si hay lugar a proponer acusación contra el Presidente de la República y sus secretarios de Estado el 17 de abril, por los sucesos de aquel día nefasto. 3ª invitan al senado para que una


comisión de ambas cámaras inquieran si algunos miembros del congreso se han prostituido tomando partido a favor de la dictadura, a fin de que sean arrojados de sus asientos. Esto último hizo palidecer horriblemente y temblar a Payan, presente como Representante del Cauca junto con Miguel Cabal, y en el senado se arrellana en una grande silla de vaqueta el faccioso en jefe José Antonio Gómez que ha venido acompañado de los dos Payanes sus hijos, de miedo de Tejada.”

El desplazamiento de Pombo a Ibagué fue positivo desde el punto de vista político pero resulto traumático desde el punto de vista familiar, como lo señala, en carta del 23 de septiembre de 1854:

“De Anita y mis hijas se directamente hasta el 11. Quisieron ocupar mi casa para hospital de disentéricos, y quizá después la querrán tomar para casa fuerte en el plan de atrincherarse los bandoleros en Bogotá; pero la Legación inglesa está de por medio, la salvó una vez y la salvará otras. No hay otra novedad allá. A mí quisieron sacarme mil fuertes de contribución, pero no lo lograron. Yo estoy bueno aquí con Manuelito, empeñado hasta las orejas.”

Las circunstancias comentadas permitieron al general José María Obando declararse en ejercicio del poder, indultar a la facción de Melo y disolver el ejército constitucional. En el llamado Ejército del Sur, que apoyaba la legitimidad, militaban muchos amigos del presidente; Obando podía declarar facciosos a los rebeldes. Frente al temor de que se generase un movimiento que buscase restablecer al general en la presidencia algunos miembros del Congreso


resolvieron acusarle ante la Cámara y ante el Senado. El respectivo sumario le fue encargado a don Lino, quien tenía en poca estima a Obando y comenzó a reunir los documentos necesarios para ello. En forma simultánea, el Congreso redactó un Manifiesto a la Nación excitando a los ciudadanos a tomar las armas en contra de la dictadura. El Senado y la Cámara apoyaban la conducta del vicepresidente Obaldía quien se esforzaba, con el apoyo de los secretarios de estado en sostener el gobierno legítimo. En octubre el Congreso acusó al presidente Obando por mal desempeño en el ejercicio de sus funciones y le declaró reo de los delitos de traición y rebelión, al tiempo que pedía se le suspendiese junto con los secretarios Del Real y Joaquín Barriga por complicidad.

El vicepresidente Obaldía hizo todo lo posible por restablecer el régimen constitucional y buscar el bien público. Para ello contó con la colaboración del general Herrán, comandante en jefe del Ejército y Secretario de Guerra, cargos a los que, luego de vencer a Melo, renunció en marzo de 1855, tras lo cual regresó a los Estados Unidos donde se encontraba su familia, donde debía atender negocios particulares y donde se desempeñaría nuevamente como Ministro de Colombia por designación de Obaldía quien culminaba su periodo. El nuevo presidente, Manuel María Mallarino y su Secretario de Relaciones, Lino de Pombo, ratificaron este nombramiento y facilitaron el viaje de Herrán, quien solicitó se nombrase como su secretario a Rafael Pombo, a quien ya conocía y con quien se entendía perfectamente. Al retirarse, Herrán manifestó que su corazón siempre sería granadino y en consecuencia estaría dispuesto a defender el honor nacional y la legitimidad cuantas veces se requiriese. Levaba como misión conservar las buenas relaciones con los Estados Unidos y negociar tratados de límites con Costa Rica y Nicaragua. En 1859 renunciaría al cargo diplomático para presentarse como candidato


presidencial. Estos hechos y la conclusión del mandato del vicepresidente Mallarino, quien entregó al país en completa paz, con informes positivos de sus secretarios de gabinete, coinciden con el ocaso político de don Lino, quien por motivos de salud fue retirándose paulatinamente de la vida pública. En su último informe a las cámaras legislativas dio cuenta de los arreglos celebrados con los países vecinos; con Venezuela habían cesado las desavenencias que habían generado el retiro del ministro Castelli; con Ecuador se había firmado un acuerdo de amistad comercio y navegación; con Costa Rica también se había firmado un tratado de amistad, comercio y límites. Con México se había realizado un convenio que fijaba en $ 415.659 el monto de la deuda adquirida por la Nueva Granada a través de un empréstito realizado por la Gran Colombia; informó también sobre el fracaso del proyecto de confederación con los países de Centroamérica que había aprobado el anterior congreso, alianza de unificación que resultaba imposible a juicio de don Lino. Además se habían suscrito tratados de amistad comercio y navegación con Bremen, Hamburgo y Lubeck, entonces ciudades autónomas y libres.

Por sus vastos conocimientos como ingeniero y su vocación de matemático de Pombo fue docente en el en la Escuela de Ingenieros Militares y en el Colegio del Rosario. El Colegio Militar se inauguró el día 2 de enero de 1848, bajo la dirección de José María Ortega y Joaquín Barriga; don Lino de Pombo fue profesor de trigonometría, geometría práctica y geometría descriptiva. Para legislación militar fue escogido José María Galaviz y para enseñar dibujo fueron seleccionados Miguel Bracho y Manuel María Paz, quien luego sería acuarelista de la Comisión Corográfica. Ramón Guerra Azuola se hizo cargo de la enseñanza de dibujo lineal y de resolución gráfica a problemas geométricos; el coronel Antonio R. de


Narváez, dictó la clase de cartografía. En enero de 1849, Agustín Codazzi le presentó al presidente Mosquera un plan para organizar los estudios, que se convirtió en la base para el funcionamiento del Instituto. El francés Aimé Bergeron se encargó de las clases de astronomía y cálculo diferencial e integral, el general Joaquín Acosta tuvo a cargo la enseñanza de maquinaria y mecánica; Codazzi se encargó de la clase de topografía, y en asocio con sus alumnos, trazó el primer mapa de Bogotá, realizado durante la época republicana. Este establecimiento resultó fundamental para la formación de oficiales facultativos y de ingenieros civiles; a pesar de ello, solo perduró unos cuantos años. En carta fechada el 21 de febrero de 1855 señala Pombo en relación con su labor en ese centro, con la inestabilidad del establecimiento y con el costo de vida: “El Colegio Militar, que me proporcionaba una mediana renta, está en suspenso hace tiempo. Y todos los artículos de necesidad diaria han subido de precio enormemente: la arroba de carne, por ejemplo, costaba 8 o 10 reales, vale ahora tres pesos.”

En el Colegio del Rosario Pombo mantuvo su cátedra por varios años, más por vocación pedagógica que por otros intereses. En el Archivo Histórico del Colegio se conservan varias nóminas donde constan sus nombramientos y el salario asignado. A manera de ejemplo baste señalar que en 1859 don Lino, recibió por sus servicios como catedrático de matemáticas a lo largo del año la suma de 32 pesos.48

Fruto de su labor pedagógica son varias obras didácticas publicadas, entre ellas el libro Lecciones de Aritmética y Álgebra. En carta del 3 de julio de 1858, don Lino le dice a su hermano al respecto:

48 Ver: Archivo Histórico del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, Volumen 41, Folio 41.


“Con el general Mosquera te remito un ejemplar de mis “lecciones de aritmética y álgebra”, cuya impresión me ha proporcionado mil afanes y me ha endeudado notablemente. Seré hombre arruinado si no logro vender pronto la edición.”

Además publicó las Lecciones de Geometría Analítica, así como varios textos sobre temas históricos y biográficos que corresponden a traducciones de la Historia Romana y la Historia Griega de Goldsmith y del texto de Artillería de Le Blond, traducciones realizadas durante su residencia en España. También son de su pluma una Memoria histórica sobre la vida, carácter y trabajos de Francisco José de Caldas y la Recopilación Granadina, título con el cual fue publicada la compilación y ordenamiento de las leyes colombianas.

En la introducción de las Lecciones de Geometría Analítica, obra publicada en 1850, don Lino explica las razones que le llevaron a escribir estos textos. Allí señala:

“La falta de textos adecuados para la enseñanza o solitario aprendizaje de varios ramos de las matemáticas puras en su estado actual de adelanto, falta lamentablemente en la presente época en que principia a estar en boga en el país el estudio reflexivo de las ciencias exactas, es lo que ha motivado la publicación de esta obra, como ensayo para otras de la misma especie.

Encargado su autor de la dirección de dos clases sucesivas de matemáticas en el Colegio Militar, bello plantel nacional de oficiales facultativos del ejército, de agrimensores inteligentes y de ingenieros


civiles, tuvo la necesidad de redactar bajo la forma de cuadros sinópticos sus lecciones de aritmética y álgebra, de geometría teórico y práctica, de trigonometría rectilínea y esférica, de geometría analítica y de geometría descriptiva, perspectiva y sombras; procurando escoger y encadenar con acierto las materias que debían entrar en su plan de enseñanza oral. De esos cuadros, revisados, mejorados y amplificados cuanto era preciso para su inteligencia sin el auxilio de la viva voz, han salido las que ahora se dan a luz, arrostrando no pocas dificultades”.

No era intención de don Lino hacer un tratado complejo de cálculo superior o de agotar los temas de geometría analítica, sino facilitar a los alumnos las lecciones que impartía en sus cursos con base en los principios generales de las matemáticas, cursos que estaban diseñados para un semestre de escolaridad. Los textos fueron inspirados en la escuela francesa y buscaban fomentar el análisis entre los estudiantes a través de la solución de ejercicios. Esperaba don Lino que los jóvenes granadinos, siempre ávidos de instrucción, con la ayuda de estas obras ejercitaran y desarrollaran las facultades de su inteligencia y sacaran mayor fruto de sus estudios.

En relación con las Lecciones de Aritmética i Áljebra, la intención de don Lino era la de complementar lo explicado en el texto de geometría a través de la explicación de las operaciones de la aritmética con enteros y decimales para seguir con las operaciones algebraicas como clave de las explicaciones, valiéndose de nuevos métodos y disquisiciones fruto de su experiencia docente y de la lectura y estudio de autores reconocidos, obra que guardaba concordancia con el otro texto y que debía beneficiar a sus alumnos del Colegio Militar. En el prólogo deja entrever


que aun perduraba un vacío en los terrenos de la trigonometría, la topografía y la agrimensura, vacío que no alcanzó a llenar él.

Además de catedrático en el Colegio del Rosario y en la Escuela de Ingenieros Militares, del desempeño de sus funciones oficiales y sus actividades bancarias, don Lino actuó como periodista; joven aun redactaba una publicación de tipo estudiantil pomposamente titulada Gazeta Pombílica; durante su residencia en Alcalá de Henares colaboro con El Espectador; durante su estancia en Popayán dejó varios escritos en El Constitucional del Cauca y años después escribió en forma esporádica artículos o notas para varios periódicos bogotanos como El Argos, El Observador, El Día, La Siesta y El Siglo.

Como ya se indicó, don Lino contrajo matrimonio en Popayán el 19 de febrero de 1827 con Ana María Rebolledo Tejada, nacida en esa ciudad el 26 de febrero de 1811 y fallecida en Bogotá el 1° de junio de 1884. Del hogar de don Lino y doña Anita, como cariñosamente le llamaban, nacieron seis hijos así: Manuel, abogado nacido en Popayán, casado Ana María Ayerbe Quijano. En relación con una visita de Manuel a su tío Cenón, don Lino señala en carta del 15 de enero de 1851:

“Manuelito me escribe diciéndome que estaba alojado en tu casa, y tratado allí a cuerpo de rey. Supongo que ya habrá partido para Panamá, en donde tiene Anita por seguro que se encontrará con el cólera-morbo, o que será desafiado al rifle por algún yanqui. Ha sido antojo de él, sin contar con fondos suficientes para emprender algún negocio lucrativo, y por consiguiente jornada de aventurero, pero me gusta que corra algo por mares y por tierras dejando el rincón agreste


en que se había metido, y continuando su aprendizaje de vida por cuenta propia.”

Fueron hijos de don Lino y doña Anita, además de Manuel, Beatriz, también nacida en Popayán, soltera y algo excéntrica en su comportamiento, como se menciona en algunas de las cartas que hacen parte de este epistolario, Felisa, igualmente payanesa, casada con Teodoro Valenzuela Sarmiento, Rafael, nacido en Bogotá y bautizado con los nombres de José Rafael Antonio Florencio, ingeniero como su padre, periodista y diplomático, pero más conocido como Rafael Pombo, destacado poeta y autor de las afamadas Fábulas y Verdades, de los Cuentos Pintados y de inspiradas producciones como Mi amor, Hora de tinieblas, Preludio de primavera, Elvira Tracy y tantas otras, además de innumerables artículos de crítica literaria y excelentes traducciones de poetas extranjeros. En 1852 con la colaboración de Vergara y Vergara fundó el periódico literario La Siesta. El quinto hijo del matrimonio fue Fidel, también nacido en Bogotá, naturalista, catedrático como su padre, director del Museo Nacional y casado con Mercedes Vargas Martínez. La menor de los hijos fue Juanita, nacida en Bogotá, compañera solidaria de Rafael, destacada por su fino ingenio y también algo excéntrica en sus costumbres. A ellos, cuando pequeños, se refiere cariñosamente como a su “cluecada” en una carta fechada el 13 de junio de 1838.

Cuando contaba sesenta y cinco años de edad y luego de una vida plena en realizaciones, don Lino falleció en Bogotá el 20 de noviembre de 1862. En su nota biográfica Joaquín Ospina señala que don Lino, “hombre de bondad y noble corazón, salvó la vida del general Mosquera en la acción de La Ladera.”49 Otros biógrafos, 49 OSPINA, J. Diccionario Biográfi co y Bibliográfi co de Co-lombia, Editorial Águila, Bogotá, 1939, 3: 322.


y quienes le conocieron le han calificado como hombre bondadoso, sereno, pulcro, recto, estricto, pausado en su lenguaje y de fácil locución, razonador y apacible, cualidades que se manifiestan claramente en el contenido de las cartas que se reproducen, donde también manifiesta amor y ternura con los suyos. También aparecen otras facetas curiosas, como la de su gusto por los cigarros hechos en el Cauca, que prefería a los renombrados de Ambalema y de Girón, los que consideraba “detestables,” como se ve en la carta fechada el 28 de enero de 1835, o su preocupación por el comportamiento de sus hermanas a quienes califica trastornadas del juicio por asumir actitudes sociales ajenas al comportamiento de quienes han perdido a su madre recientemente y que en lugar de estar en recogimiento y dedicadas a labores domésticas, se dedican a leer novelas y a organizar bailes y tertulias, además de entrar en discordias y rivalidades ridículas, como lo manifiesta en la carta del 13 de junio de 1838. A pesar de su seriedad, en más de una ocasión don Lino dio muestras de humor, ironía y aun cotilleo. Quizás la mejor muestra de ello es el comentario que hace a Rufino Cuervo en carta fechada el 22 de enero de 1836. Allí le comunica:

“La noticia particular más notable que hay, y que voy a dar a usted, no dejará de sorprenderle. El general F. de P. Santander une dentro de pocos días su blanca mano con perpetuo e indisoluble lazo con la mano agraciada, aunque un poco morenilla, de Sixta Pontón, vulgo Villa. No lo sé todavía oficialmente, pero de hecho es cierto.”50

Fue don Lino todo un personaje que sobresalió como cultor de las matemáticas y como estadista,

50 CUERVO, L.A. Epistolario del doctor Rufi no Cuervo (1826 – 1840). Academia Colombiana de Historia, Biblioteca de Historia Nacional 12, pp. 324. 1918.


pero que desempeñó tareas importantes en otros campos como los de la economía, el periodismo y la educación, dejando con su trayectoria la imagen del servidor público ejemplar, merced a lo cual lo podemos contar entre los principales forjadores de nuestra nación. No en vano se autocalificaba como: “amante de mi patria,” “amigo de la libertad nacional” y “honrado hasta la médula de los huesos.”51 Con sus ejecutorias dejó pruebas fehacientes de estas tres cualidades.

Nota Biográfica de Cenón Pombo O´Donnell.

Caben algunos datos biográficos sobre Cenón Camilo Pombo O´Donnell, destinatario de las cartas de don Lino que se reproducen en este libro y confidente de su hermano en muchos temas. Fue el quinto hijo del matrimonio, nació en Santafé de Bogotá el 22 de noviembre de 1805 y falleció en la misma ciudad el 26 de agosto de 1882. Residió la mayor parte de su vida en Popayán donde contrajo matrimonio con doña María Manuela Hilaria Arroyo Hurtado, hija de don Santiago Pérez de Arroyo y Valencia y de doña Francisca Hurtado Arboleda, miembros destacados de la sociedad payanesa. De esta unión nacieron numerosos siete hijos, la menor muerta de corta edad. Fueron ellos: Clementina Pombo Arroyo, nacida en septiembre de 1843 y quien casó con Aparicio Rebolledo, hermano de Anita, la esposa de don Lino. Daniel, nacido en mayo de 1876, casado con Ana Arboleda. Alberto, Ramón. Emma, Josefina, María Luisa, Leopoldo, Juan Bautista, Enrique Simón, Matilde María, Ricardo Salustio y María Beatriz fallecida a los pocos días de nacida y

51 Véanse al respecto las cartas del 6 de noviembre de 1832 y septiembre de 1836 en CORTAZAR, R. Correspondencia di-rigida al general Santander, Tomo X: 410 y 418. 1967.


mencionada en las cartas del 3 de junio de 1856 y del 20 de mayo de 1857 con ocasión de su nacimiento y de su pronto deceso.

Cenón realizó estudios de derecho en la Universidad de Popayán donde se graduó el 7 de mayo de 1832. Reconocido como jurisconsulto, fue también catedrático en la Universidad del Cauca y rector de la misma institución en tres oportunidades, la primera entre 1845 y 1846, la segunda, luego de un breve interregno entre 1846 y 1848, y la última en 1856; hizo parte del Congreso como senador y representante en varias legislaturas; en relación con su nombramiento como senador la opinión de don Lino sobre este punto, esta expresada en la carta del 30 de agosto de 1843:

“Por El Payanés he sabido que estás nombrado popularmente Senador en esa provincia. Será honroso tal nombramiento, pero debe perjudicarte infinito si la abogacía no te produce una renta suficiente para mantenerte y deseas colocación en un tribunal. Habiendo servido ya la diputación por dos años, honrosamente puedes excusarte de aceptar la senaduría, como de convenirte así.”

Fue gobernador encargado de su provincia en 1854, cuando se desempeñaba como procurador de esa región. Previamente había sido juez cantonal, presidente del Cabildo y director de Instrucción Pública de su provincia Fue además magistrado del Tribunal Superior de Popayán, administró la Casa de Moneda de esa ciudad, fue vicepresidente de la Junta de Crédito Público y Contador de Diezmos del Arzobispado. Durante el tiempo en que residió en la capital fue Jefe de Sección de la Tesorería Nacional.


Nota Biográfica de Vicente Cárdenas Manrique.

Igualmente resulta oportuno recordar quien fue Vicente Cárdenas, autor de siete de las cartas que se publican. El doctor Cárdenas, reconocido por su probidad y tolerancia, su espíritu público y su respeto a las leyes, nació en Palmira, llamada entonces Santa María del Palmar, el 30 de abril de 1811. Era hijo de Simón Cárdenas y de María Gregoria Manrique Yanguas. Pasó su adolescencia en Popayán y estudió en el Colegio Seminario de esa ciudad. En 1832 se tituló de Abogado en la Universidad del Cauca donde fue secretario privado de José Rafael Arboleda. En 1835 regresó a Cali. Participó activamente en política y como consecuencia de ello varias veces debió establecerse fuera del país. En 1839 redactaba en Popayán el periódico “El Posta”, a través del cual expresaba sus opiniones y hacía oposición crítica.

Entre los múltiples cargos que desempeñó figuran el de miembro de la Corte de Apelaciones del Cauca, gobernador de Pasto, representante a la Cámara en diversos periodos, Encargado de Negocios ante el gobierno de Ecuador, cargo para el cual fue nombrado en 1845 por Mosquera. Entre sus objetivos estaba el de evitar una posible alianza entre José María Obando y los ecuatorianos, conducente a la anexión de algunas provincias del sur a dicho país. Cárdenas procuró, sin éxito, que se le negase a Obando el asilo en Ecuador y se le diese la condición de refugiado político.

Al regreso de la misión fue Gobernador del Cauca, entonces Provincia de Popayán, posición que desempeñó entre 1847 y 1849 con lujo y abundancia de realizaciones. Entre sus obras está el Hospital de Caridad, la construcción del nuevo cementerio de Popayán, la erección de varios puentes, el arreglo


de calles y caminos, la apertura de nuevas vías y la organización de escuelas de educación primaria, así como el fomento de nuevas industrias como la de sombreros de iraca. Era una de sus preocupaciones la de abrir una nueva vía hacia el Pacífico por el Cauca a través de la Cordillera Occidental. Por un tiempo residió en Lima; en 1854 regresó al país para reasumir la gobernación de la provincia de Pasto y reincorporarse al Congreso; luego ingresó como Secretario de Gobierno al gabinete de Manuel María Mallarino. Durante el desempeño de este cargo fue compañero de gabinete con don Lino, en representación de los conservadores; sus colegas liberales eran Rafael Núñez y José María Plata. El país venía de superar una etapa de conflictos y necesitaba consolidar sus instituciones. Al asumir Mallarino el cargo que le entregaba el presidente Obaldía señaló claramente sus propósitos:

“La república venció a la revolución. Pero no basta vencer. La sangre, las lágrimas y los sufrimientos de todo género, consecuencia de la guerra, no se rescatan con el triunfo. Sólo la paz con su benéfica influencia puede cicatrizar al menos tantas heridas y borrar las huellas de tantos sufrimientos. La paz pues, debe ser hoy el objeto de los votos de todos los ciudadanos, el fin a que tiendan cuantos se interesan por la dicha y la prosperidad de la patria.”52

El mandatario cumplió ampliamente su compromiso y mediante un gobierno compartido por ambos partidos logró afianzar la tranquilidad pública, al punto que el ejército fue reducido a 373 hombres;

52 PÉREZ AGUIRRE, A. 25 Años de Historia de Colombia, 1853 a 1878. Del Centralismo a la Federación. Academia Colombia-na de Historia, Biblioteca Eduardo Santos, Vol. 18: 36. Bogotá, 1959.


entonces los partidos disfrutaron de garantías para su organización y proselitismo. Cárdenas y Pombo prestaron su concurso en esta labor.

En 1856 Cárdenas fue elegido nuevamente como gobernador del Cauca pero no asumió sus funciones. Más tarde fue miembro de la Corte Superior y fue elegido designado a la presidencia. Apoyó decididamente al general Leonardo Cabal en las campañas de 1861 y 1862. Fue también Magistrado del Tribunal Superior del Estado y fue Primer designado a la presidencia. En 1873 fundó el Banco del Cauca, entidad de la que fue primer gerente. Ejerció como periodista y por sus méritos literarios e intelectuales hizo parte de la Academia de la Lengua en la calidad de miembro correspondiente. Murió en Quito donde había buscado asilo tras ser derrotado luego encabezar a los revolucionarios del Sur. Contrajo matrimonio en dos oportunidades, la primera con Dolores Bucheli, la segunda con Dominga Valencia.

Las cartas de Vicente a Cenón son completamente coloquiales, merced a la amistad y confianza que se profesaban estos amigos. Allí se comentan sucesos políticos propios de la Nueva Granada y de sus vecinos Venezuela y Ecuador, así como hechos de la vida cotidiana y del ámbito familiar, todo dentro de la mayor confianza. En una de las cartas, con respecto a la elección de José Hilario López se señala: “quiera Dios que vea claro y que no le seduzca la fingida amistad ecuatoriana.” Cabe recordar que entonces se manifestó una tendencia que buscaba la anexión del Cauca al Ecuador y que en la ciudad circuló un periódico que defendía esa posición llamado “La Voz del Ecuador.”A continuación relata el regocijo que generó este hecho en Popayán, con celebraciones populares que incluyeron música, luminarias, gritos de “vivas” y “mueras”, tropeles de muchachos que gritaban


en medio de la algazara “muera la religión y mueran los sacramentos.” Como principales protagonistas de estos sucesos menciona a Miguel Valencia y a Francisco Javier Velasco, a quienes acompañaban “la Carisucia” y “La tigre,” quienes por sus apelativos debían ser mujeres de vida disoluta. Luego comenta que en contraste con el regocijo, en algunos barrios de Popayán, en Pasto todos permanecieron mudos, con excepción de dos “obandistas.” También son frecuentes los comentarios pertinentes a las obras que, como gobernador, adelantaba en su provincia, entre las cuales tenía para el especial interés la nueva capilla del cementerio con sus respectivas torres y vitrales. En una de sus misivas manifiesta su preocupación por carecer de vacunas antivariólicas ante la amenaza de algunos brotes de epidemia provenientes de Perú. Sus comentarios indudablemente aportan luces a la situación que se vivía en el país durante esa convulsionada mitad de siglo y a los cambios políticos que se estaban dando.

III.- Epistolario de Lino de Pombo con su Hermano

Cenón*

1834 -1877* El epistolario se inicia cuando don Lino se desempeñaba como Secretario del Interior y de Relaciones Exteriores de la Nueva Granada.

Retrato de don Lino de Pombo en su madurez. (Colección Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá)


Año 1834

[1] [Bogotá, diciembre 31 de 1834. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, diciembre 31 de 1834Mi querido Cenón:

Tres cartas tuyas están sin contestación sobre mi mesa; en una me recomiendas (pero forma desde luego) a Ospina para administrador de correos !!!! En otra haces la primorosa buena obra para Manuel Antonio Bonilla que es de aquellas personas que no quieren empezar por poco, sino cogerse el mejor empleo del primer envite y en la tercera me hablas del viaje de Natalia y de las cuentas de diezmo que remitías. Estas no se han presentado todavía al despacho pero me ha hablado de ellas el Dr. Soto53 pidiendo mi auxilio para entenderlas y procurar a que sean entendidas, y sobre todo abriré el ojo en todo lo que tenga relación con el tratamiento de nuestro señor Obispo54, a quien dan ganas de darle un cuartillo

53 Se refi ere al doctor Francisco Soto, abogado natural de Cúcuta, hombre público de la época y miembro del llamado “Club Liberal,” círculo de tipo revolucionario que se oponía al gobierno de Márquez.54 El Obispo de Popayán era entonces monseñor Salvador Jiménez de Enciso y Cobos, quien ocupó esa sede entre 1816 y 1841.


de limosna, cuando no se le conoce, al verlo que llora miseria. El Indígena Chocoano lo está tomando por su cuenta y pegándole unos buenos tabardillos; ojala hubiera quien informase a sus chuscos editores de los tráficos de toda especie y de todas las indecencias que hace ese desollado chapetón para satisfacer su avaricia.

Cárdenas sale de aquí para el Valle del Cauca y Popayán dentro de unos cuantos días acompañado de don Jerónimo Torres; con él te envío la obra de artillería que me regaló Acosta pata ti, y el diccionario judicial que me pediste.

Como verás por la Gaceta, está terminada la delicada y difícil negociación con Venezuela sobre el arreglo de los negocios colombianos: Ella me dará sin embargo mucho que hacer todavía para obtener la anexión del Ecuador a la convención firmada, y más que todo para sostener sus artículos en las cámaras, en donde creen sabérselo todo sin estudiarlo, y hay prurito de murmurar de lo que hace el Ejecutivo. Dentro de pocos días estará firmado un nuevo tratado de amistad, navegación y comercio con los Estados Unidos para el cual mi trabajo material ha sido mucho mayor que para la convención con Venezuela: Este tratado, si al fin se aceptan ciertos artículos propuestos por el Gobierno, será una cosa diferente de todo cuanto hasta ahora se ha negociado con los extranjeros, que nos traerá mil ventajas reales y efectivas.

Ya se han designado al Consejo de Estado los ministros para ese tribunal de distrito que serán los doctores Arango y Clavijo y el Dr. José María Céspedes para jueces y para fiscal el mismo nariguetas que lo es ahora. Es espantosa la escasez que hay todavía de hombres con los requisitos legales para tales magistraturas. El tuerto Diago no ha sacado un


solo voto de las cámaras de las cuatro provincias y por consiguiente tampoco ha venido propuesto por la Suprema Corte.

Dile a Natalia55 que le prepararé un bonito cuarto en mi hotel para su alojamiento, y que apercibo y aplaudo su venida. A Teresa y Pepita56 mil cosas de mi parte y (entre paréntesis) habrá o no habrá prole Mosquero – Pombina?

Infórmate circunstanciadamente e infórmame de igual manera, de todas las maravillas que está contando de por acá el ínclito cantor del terremoto de Pasto, Antonio Pérez: Cuando menos, habrá sido aquí el Hércules de la oposición, el timebunt del gobierno, el asesor, y consejero intimo del secretario del interior, etc. Etc. Cuéntame lo que haya sobre el particular.

Infórmame igualmente del estado en que se halle mi casita. Creo que Camacho, si vive todavía en ella, la cuidará bien; no temo que dejen sin composición lo que se dañe, especialmente en los tejados, y me cueste después la refacción muchos pesos.

Te envío unos documentos judiciales pertenecientes a la mujer de Rivero a la cual se los entregarás de mi parte diciéndole que eran inútiles en mi poder y estaban arriesgando a perderse. También te remito un papel correspondiente a tu oficina que he encontrado aquí entre los míos.

55 Se refi ere a Natalia de Pombo O´Donnell, quien será frecuentemente mencionada al fi nal de las cartas, como sus otras hermanas residentes en Popayán. Estuvo casada con José María Díez Colunge, natural de Panamá. Fueron hijos de esta unión: Margarita, Alonso, Gonzalo, Manuel y José.56 Alude a María Josefa de Pombo O´Donnell, menciona-da como Pepita, hermana de Lino y de Cenón. Nació en Popayán en 1817, casó con Manuel María Mosquera unión de la que no hubo descendencia. A ella se refería al indagar sobre la estirpe Mosquero-Pombina.


Tu siempre tuyo buen hermano y amigo Lino

AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folios: 1, 1v – 2.

Año 1835

[2] [Bogotá, enero 28 de 1835. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, enero 28 de 1835Mi querido Cenón

Remito a Joaquín Cajiao en la adjunta carta su título de administrador de correos, y le digo que te entregue los ocho pesos de su valor. Estos ocho pesos los tengo destinados para Manuel Antonio Scarpett, a quien hago la recomendación de que los invierta en tabacos, para ver si por ese medio consigo tener aquí que fumar sin ocurrir al detestable tabaco de Ambalema o Girón: Por consiguiente los entregarás a la orden del citado Scapett, salvo siempre mi derecho a que cuando se proporcione portador me envíes algunos tabacos de Popayán, cuyo regalo siempre estimaré mucho.

Vi en el despacho la colección de cuentas que remitiste, y admiré su buen arreglo considerando de paso el gran trabajo que te costarían. Hice algunas aplicaciones para la resolución que habrá de dictarse, que no se si al fin saldría en los términos que recomendé.

Te advierto que en este mes iban a practicarse por primera vez remates de diezmos en Pasto por la autoridad de la Nueva Granada. La distribución de


estos diezmos parece que debiera hacerla la oficina de contabilidad de Popayán; pero yo no he hablado nada sobre el particular, porque no se creyese que el objeto era beneficiarte a ti: Tal vez podrá hacerse desde allá alguna gestión que produzca ese resultado. En apoyo de la conveniencia de hacerla te diré, que la suma de diezmos disminuirá desde 1837 en todo el haber de novenos del Estado, pues va a pedirse a esta legislatura que se rebaje la contribución decimal cediéndose dichos novenos a beneficio de los contribuyentes.

Nada hay de particular que comunicarte. Estoy tan lleno de ocupaciones en la oficina, que todavía no he podido dar una plumada para la memoria que dentro de un mes debo presentar al congreso y distribuir impresa.

Da mis finas memorias a Matilde cuando le escribas: abrazo a Teresa, Natalia y Pepita, y quedo siempre tuyo buen hermano y amigo.

Lino

AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folios: 3, 3v.

[3] [Bogotá, octubre 6 de 1835. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, octubre 6 de 1835Mi querido Cenón

He tenido mucha pesadumbre con la lectura de tu carta del 22 de septiembre, y con el recibo de tu renuncia del destino que oficialmente ha dirigido a mi secretaría el imbécil Diago siendo negocio del despacho de hacienda, a donde pasará.


No puedo aprobar tu resolución: Es una verdadera calaverada. Si hubieras solicitado separarte del destino temporalmente, un año por ejemplo, para venir a tantear lo que podías prometerte en esta tu tierra natal, la cosa variaba de aspecto, y el triste desengaño que has de recibir te sería menos perjudicial. Pero dejar de buenas a primeras una decente y descansada colocación en la ciudad residencia de toda nuestra familia, en donde tienes amigos, reputación y comodidades, para echarte de aventurero y, lo que es peor, de pretendiente de otro empleo aquí en la capital, en cuyo solo ámbito hay para cada puesto que vaca57 cien solicitadores, con apoyo de que tu careces, en donde los empleos son también pocos, trabajosos y mal dotados; y en donde se profesa una espantosa ojeriza a todo forastero, no es sino un rapto de locura.

Veo el origen de todo con demasiada claridad. Por una parte tengo observado que a ustedes mis hermanos, se les ha trastornado notablemente el juicio (exceptuando Matilde) desde que la familia quedó acéfala con la temprana e inopinada muerte de nuestra Madre. En la época inmediatamente próxima al suceso que debía hasta por decencia consagrarse a los arreglos moderados de los asuntos domésticos, y al recogimiento, se han dado bailes y se han fomentado alegres tertulias en la casa misma, o con espontánea concurrencia de sus miembros. La discordia y las rivalidades mas ridículas han dividido allí a unos de otros y mientras tú te exasperas de residir en Popayán, al lado de tus hermanas, y quienes dan al traste con ellas, con sus pequeños intereses, y con tu empleo, siendo pobre y principiante en carrera, Teresa rabia de no vivir sola, sueña en esclavitudes o en independencias quiméricas, y alza el vuelo por encima de lo posible y practicable para vagar entre filosofías excéntricas y exageradas; y Natalia pasa 57 Que queda vacante.


aquí los días y las noches leyendo novelas, sin que se convenza de que esto daña a su oído y a su cabeza, como a su bien estar.

Por otra parte lamento el clamor que se ha levantado de que Popayán se va a arruinar, y la singular consecuencia de que es necesario arruinarla abandonándolo, huyendo de él como de ciudad con peste. Yo amo mucho a Popayán, y venero su reputación y sus servicios: Creo que es una inhumanidad acelerar su decadencia, no ayudando a sostener siquiera el lustre de su nombre, y emigrando de su seno: Y no hallo en él otras causas de ruina sino tener el peor de los gobernadores posibles, estar lleno de gente egoísta, y que estos hombres no quieran buscar la subsistencia sino en el trabajo de los esclavos y en el sueldo que produzcan los empleitos. Pues que, una ciudad colocada bajo un clima tan benigno, sobre un suelo tan feraz, a poca distancia de dos ríos navegables, cerca de la costa del mar, residencia de un obispo y de un tribunal de justicia, con una buena universidad, con casa de moneda, con una población sobria y racional, y que en pocos años se ha repuesto de los estragos de la revolución y de la guerra, se arruina de un soplo? Se arruina porque Cali y el valle del Cauca prosperen? Se arruina porque los esclavos vuelvan a ser hombres, y sus dueños dejen de ser tiranos? Se arruina porque Arroyito y el tuerto Diago58 se hayan hecho dueños de la imprenta para desacreditarla? O porque el gobernador59, que al fin cumplirá su cuatrienio, es godo y vagamundo, y el obispo, cercano ya al sepulcro, godo, avariento e inmoral? Se arruinará en efecto, si todos la abandonan; pero sostendrá su importancia, y florecerá por mil caminos, si sus hijos conocen lo que vale, y si sus amigos trabajan con empeño en su prosperidad.

58 Puede tratarse de Francisco o de Enrique Diago.59 Alude a Rafael Diago, quien entre 1832 y 1836 fue gobernador de la Provincia del Cauca.


En consecuencia de todo esto, y dejando siempre a salvo como es justo el derecho que tienes para deliberar y decidir sobre lo que toca a tu individuo; considerando además que tú mismo indicas estar dispuesto a permanecer en la contaduría de diezmos hasta fin del año; he tomado la resolución de hablar al Presidente60 para que suspenda la admisión de tu renuncia por un mes, que es el término suficiente para que vuelvas a escribirme y desde luego así se verificará.

Reflexiona que si es por la abogacía que quieres hacer carrera en Bogotá, aquí hay peste de abogados y si es por empleos de provisión del gobierno, mi existencia en la administración es un obstáculo de grande magnitud para obtenerlos, fuera de lo demás que te dejo indicado al principio de esta carta. Es cierto que yo abandonaré, a lo mas tarde al fin del periodo constitucional del actual Presidente, el destino que sirvo por puro patriotismo, consumiendo visiblemente mi salud día tras día, para irme a servir de algo a la ------ arruinable Popayán; pero esto nada significa en la cuestión.

Te he escrito con la libertad y franqueza propias del asunto, habituales en mi carácter, y que tú sabrás apreciar; pero no pretendo dar a mis opiniones mayor valor que a las tuyas; delibera, resuelve, y cuenta siempre con el fraternal cariño y buena amistad de tu hermano

Lino

En un correo anterior escribí a Teresa.

AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folios: 4, 4v, 5, 5v.60 Alude a José Ignacio de Márquez, quien desempeñaba la primera magistratura en 1835.


[4] [Bogotá, noviembre 4 de 1835. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, noviembre 4 de 1835Mi querido Cenón

Será hoy admitida tu renuncia, expresándote que debes continuar en el destino hasta 31 de diciembre, para que haya el tiempo necesario para la propuesta y nombramiento del tesorero que conforme al nuevo plan debe empezar a funcionar en 1° de enero. Hazme favor de avisarlo a Irurita,61 a quien tengo de ahijado para sucederte con el objeto de que vea si consigue que lo comprendan en la propuesta; pero también dime si habrá alguna otra persona más acreedora y apta que él, pues no estoy por padrinazgos perjudiciales al servicio público.

No hallo irregular que huyas de destinos de responsabilidad pecuniaria, y en que hay tantas formalidades a que atender para un buen desempeño; pero no me convenzo todavía plenamente de que hayas debido renunciar. En Popayán, es cierto que hay antipatías personales y partidos de familia que deben causar disgusto; pero no por esto se puede abandonar una carrera cuando no hay seguridad de progresar en otra.

Supuesto que decides venirte, puedes alojarte conmigo: Te daré el cuarto que deja Natalia, pues me parece que no revocará su determinación de regresar con Manuel María.62

61 Se refi ere a Rafael Irurita, quien reemplazó a don Lino en la cátedra de matemáticas cuando éste se trasladó a Bogotá.62 Manuel María Mosquera era Hermano gemelo del Ar-zobispo Manuel José con quien se educó en Quito. Fue abogado de la Universidad del Cauca, entidad de la que fue Secretario y Rector. En 1830 acompañó a su hermano Tomás Cipriano du-rante su viaje a Europa. Luego volvería como Representante


He sacado tu fe de bautismo, y aunque en ella no consta el día de tu nacimiento, aparece que te bautizaron en la catedral el 21 de noviembre de 1805, y que por consiguiente en este mes cumples treinta años, y te pones en aptitud de ser nombrado para una gobernación u otro destino que exija aquel requisito.

Te remito algunos números del Courier, y otros papeles, y quedo siempre tuyo de corazón, buen hermano y amigo

Lino

P.D. Por lo que pueda suceder, dime si querrías ir a Quito en clase de agente confidencial del gobierno63, y con un sueldo que me parece no bajaría de 1800 pesos, o indícame si podría nombrar a Manuel María Muñoz,64 o a algún otro, y guarda reserva.

AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folios: 6, 6v.Fiscal de Colombia en Londres y Encargado de Negocios de la Nueva Granada. Fue también Ministro Plenipotenciario en Pa-rís y Madrid, Italia y los Estados Pontifi cios. En 1852 regresó a Bogotá por breve tiempo pues acompañó a su hermano en su destierro hasta Marsella. En 1869 regresó a Popayán donde mu-rió en 1882. En 1834 casó con María Josefa Pombo O´Donnell, hija de Manuel Pombo, con quien no tuvo descendencia. Como ya se indicó, en la primera de las cartas transcritas don Lino le pregunta a Cenón si no habrá posibilidad de una estirpe “mos-quero – pombina” en alusión a esta unión.63 Hay que recordar la tendencia que hubo de anexar el Cauca a Ecuador. Don Lino indaga con su hermano si quiere desempeñar esa delicada tarea de agente confi dencial, es decir de adelantar una actividad secreta encaminada a obtener infor-mación fi dedigna de ese país.64 Manuel María Muñoz, abogado payanés nacido en 1806. Alto funcionario de la Universidad del Cauca, Concejero Municipal, Diputado a la Cámara de Popayán, Juez de Hacienda y del Tribunal, magistrado a la Corte Superior del Estado y mili-tante ferviente del Partido Conservador.


Año 1837

[5] [Bogotá, junio 7 de 1837. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, junio 7 de 1837Mi querido Cenón

Te envío el título que solo ha costado ocho pesos, y para saldar nuestras cuentas te acompaño un libramiento por ciento cinco pesos contra Cordovez, a quien doy aviso de él en la carta adjunta. Te advierto que su deuda a mi favor ascenderá a 90 pesos el día 20 de este mes; pero no creo que halle dificultad en cubrir los 15 pesos restantes, anticipando el pago de igual cantidad que tendría que abonarme el 20 de julio.

Va también la Gaceta, y un pliego del Registro Oficial. A Matilde le remito un paquete abultado de impresos.

Estoy enfermo, hace cuatro días, y actualmente con fiebre. Supongo que no será más que catarro, aunque siento muchos dolores de huesos. Anita65 y los demás de casa te saludan, deseándote felicidades, como te las desea de todo género tu hermano y buen amigo

Lino

AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folio: 7

65 Doña Anita Rebolledo, como esposa de don Lino y cen-tro de la familia fi gurará permanentemente en la correspon-dencia.


[6] [Bogotá, 16 de agosto de 1837. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 16 de agosto de 1837Mi querido Cenón

La propuesta de Carvajal sobre compra de mi casita es inadmisible. No quiero venderla sino al contado, y tratar con gente que tenga renta. Nadie está en mejores circunstancias para comprarla que mí cuñado José66, y más hallándose de novio y yéndose a vivir a ella. Puedes hablarle sobre el particular pocas y lacónicas palabras, sin entrar con él en discusiones quijoteras. Las refacciones que hice en la casa me costaron más de tres mil pesos; su valor legítimo será de cinco mil; se la doy en cuatro mil, pagaderos en onzas al contado, y tú puedes otorgarle la escritura de venta. El tal José ya puso en ella el clavo del jesuita; si me descuido se hace dueño y señor absoluto, y me disputará la propiedad; tráelo con maña a un contrato, pero sin manifestarle apuro.

Iba a enviarte dos onzas en oro para que se las dieras a Teresa,67 pero no me ha alcanzado el tiempo para sacar el libramiento del correo; abónale pues la cantidad, que la recibirás por el correo de la semana entrante. Es necesario que te empeñes en que se desprenda de la parvada de muchachos que dicen que tiene consigo sin necesidad, y sin medios para sostenerlos.

66 Se refi ere a José María Rebolledo.67 Alude a Teresa María de Pombo O´Donnell muerta soltera y a quien Lino recordará y enviará saludos y razones en múltiples cartas, igual que a sus otras hermanas. Aparen-temente, con la “parvada de muchachos” se refi ere a jóvenes de escasos recursos que ayudaba y protegía en ejercicio de la caridad.


No puedo contestar a una carta de Matilde68 que recibí por el correo pasado. Dile que me dispense, pues no alcanzo ni aun a despachar cumplidamente los negocios de oficio, trabajando de día y de noche.

Abrazo a mis hermanas y soy siempre tuyo buen hermano y amigo

Lino de Pombo

GN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folio: 12

[7] [Bogotá, agosto 23 de 1837. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, agosto 23 de 1837Mi querido Cenón Te acompaño el libramiento de las dos onzas de

oro para Teresa, pero te advierto que no siguen por este correo, pues así lo ha enviado a decir el oficial de encomiendas por causa de que había ido tarde el dinero (a las 10 de la mañana). Por este motivo han puesto también el libramiento con fecha adelantada.

Todavía no he visto el auto del tribunal por el que se llama al agente fiscal al despacho interno de la secretaría de la fiscalía, pero creo que es cosa corriente.

Es muy importante autorizar a los tribunales para llamar conjueces en caso de vacante absoluta de alguna plaza de juez. Sobre esto hablaremos al próximo 68 Es Matilde Josefa de Pombo, quien también aparecerá mencionada con frecuencia en las cartas con el nombre de Pe-pita. Estuvo casada con José Rafael Arboleda Arroyo.


congreso, y tendré presente los apuntamientos del Dr. Arroyo69 que me remites.

Estamos en expectativa sobre lo que harán ustedes en la causa de Price y con respecto a la extinguida asesoría de Patacón: Nuestras esperanzas de justicia están fincadas en ti.

No tengo tiempo para más. Saludos a los de casa, y soy siempre tuyo

Buen hermano y amigo

Lino de Pombo

AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folio: 13.[8] [Bogotá, Octubre 4 de 1837. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, Octubre 4 de 1837Mi querido Cenón

No pude lograr se incluyese tu nombre en la propuesta que la cámara de esta provincia acordó para el reemplazo del Dr. Lastra en el tribunal, aunque si hubo votos a tu favor; pero sé que vienes propuesto por Neiva, sobre lo cual había yo anticipado recomendación a Galavís.70

Podrá suceder que la Corte Suprema te incluya en la terna que pase al Ejecutivo para la provincia de la Plata, incluyendo al mismo tiempo al Dr. Manuel Antonio Camacho que es el ministro interino para 69 Alude a Santiago Arroyo, suegro de Cenón y destacado jurisconsulto.70 Se trata del abogado José María Galavís que fue Go-bernador de la Provincia de Neiva (1837 -1839), luego de la del Cauca y más tarde Secretario de Guerra y Marina durante la primera administración de Mosquera.


esta contingencia quiero estar prevenido sabiendo si tu prefieres el nombramiento en propiedad en este tribunal o en el del Cauca, y deseo me avises a vuelta de correo, en el concepto de que no por falta de aviso tuyo dejaré de propender a que se te nombre aquí.

Adiós – Ve lo que puedas hacer en solicitud de compradores para mi casita. Si va para allá Ramón Beriñas71, procura que le parezca bien, pues tengo pendiente con él un trato de cambalache, y guárdale sobre esto mucho secreto a mi cuñado José, que hará cuanto pueda porque nadie la tome, para alzarse con ella, o habitarla de balde.

Tuyo

Lino

AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folio: 14.

[9] [Bogotá, octubre 11 de 1837. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, octubre 11 de 1837Mi querido Cenón

Debemos salir de la casa de San Agustín a cualquier precio, y por tanto yo convengo en la propuesta de Ramos y te acompaño la carta poder que me pides para el otorgamiento de la escritura.

Pero es necesario que te esfuerces en conseguir que siquiera el contado sea de dos mil pesos cabales. Para esto puedes alegar la circunstancia del producto neto y seguro que dan las tiendas menudamente y que corresponde al rédito de un capital mucho mayor de 71 Ramón Beriñas actuó en política como opositor del gobierno de Bolívar y fue juez político.


2725 pesos, y la facilidad de habitar inmediatamente la 4ª tienda, tan buena como las otras tres del edificio principal, y de hacer una casita a poca costa con el resto de edificio y solar. También deberías esforzarte en que Ramos diese sin plazo la parte que me corresponda en numerario, manifestándole a mi nombre que se lo agradecería como un servicio positivo, pues necesito el dinero para la compra que tengo iniciada de una casa en esta ciudad. Tu sabes cuales son mis circunstancias, y te empeñarás por lo mismo en esto cuanto puedas; el día menos pensado quedo sin destino público y debo asegurar a mi numerosa familia siquiera un rincón en donde se aloje.

Ya nombraron Gobernador de esa provincia. Nuestro buen hermano Manuel María.72 Sé que él tiene mucha repugnancia a continuar; pero debe sin embargo hacerlo en obsequio del bien público, y del bien de su provincia en particular. Pensaba escribirle sobre esto, pero no me ha alcanzado el tiempo; así se lo dirás leyéndole este párrafo y añadiéndole que me felicito de su excelente manejo en ese trabajoso puesto, y que he leído con mucho placer la memoria interesante que presentó a la cámara de provincia.

No alcanzo a más, pues ha sonado la hora de cerrarse el correo. Abrazos a mis hermanas, y soy siempre tuyo,

Buen hermano y amigo

Lino


72 Se trata de Manuel María Mosquera, esposo de Pepita y cuñado de Lino.


Año 1838

[10] [Bogotá, mayo 15 de 1838. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, Bogotá, mayo 15 de 1838Mi querido Cenón

Ayer dejé el portafolio, entregándolo al general Herrán, y como este suceso puede aparecer fuera de Bogotá, bajo el aspecto de una caída y de triunfo de la facción parlamentaria, voy a referírtelo tal cual ha sido.

Hallábase vacante la dignidad de tesorero de la Catedral de Panamá, y el Presidente, con el unánime y expreso voto de los tres secretarios que forman el Consejo de gobierno, acordó proponer al Senado para la vacante al Presbítero Ramón García Paredes, miembro de la Cámara de Representantes, y único candidato para esa indotada prebenda.

La noticia de tal propuesta escandalizó a la gente de la oposición, porque Paredes no es de los suyos: gritaron, escribieron e intrigaron para impedir que el Senado prestase su consentimiento, y consiguieron atraer a esta opinión a varios miembros de aquella cámara, antes de que ella se ocupase del asunto. Uno de los escandalizados, el senador Dr. Juan N. Azuero, habló por casualidad sobre el particular en la calle con el General López73, y este no sé si por 73 José Hilario López se desempeñaba en 1839 como Se-cretario de Guerra y Marina de la administración del presidente Márquez. López nació en Popayán en 1798. Sirvió a la causa de la Independencia como militar y en 1830 alcanzó el grado de General. Combatió en la Campaña de pasto bajo las órdenes de Nariño; condenado a muerte se salvó de ser fusilado merced a un indulto. Sufrió prisión por varios años y fue enrolado en el ejército español del que fue licenciado en julio de 1819. Luego de la Batalla de Boyacá fue ascendido a Capitán. Comandó el


distracción o por malicia, y desde luego sin presumir que sus palabras producirían alguna consecuencia de gravedad le dijo “que no tenía ningún antecedente acerca de la propuesta de Paredes, y que seguramente se había acordado hacerla no estando él en el consejo de gobierno.”74

El padre Azuero contó esto en una sesión secreta muy acalorada, en que el Senado tomó en consideración el negocio, terminando por resolver que se continuase en sesión pública, citándose para ella al Secretario del Interior. Asistí en efecto el viernes 11. Interpelado por el Dr. Arosemena75, manifesté que la propuesta de Paredes se había acordado en Consejo de Gobierno, con asistencia de los tres secretarios, y con el unánime voto de estos y haciendo mérito en seguida el Dr. Arosemena de la aserción de Azuero, que este confirmó, yo repetí lo que había dicho, ratificándome también en ello, y agregando que el Secretario de la Guerra se hallaba en aquel instante en la inmediata cámara de Representantes, citado para la discusión de un proyecto de ley, y podía llamársele para investigar allí mismo la verdad. Arosemena replicó que mi testimonio era para él muy respetable, que por tanto, no dudaba de que el hecho, sería conforme

Batallón Vargas, fue jefe civil y militar de Valencia, Aragua, Co-mandante General del Cauca, Gobernador de Bogotá y Cartage-na. Fue representante y senador en varios períodos y diputado a la Convención de Ríonegro. Ministro, Encargado de Negocios en Roma, Comandante en Jefe del Ejército Nacional, presidente del Estado del Tolima, designado a la presidencia de la Nación en 1846 y en 1853 y Presidente de la República para el periodo 1849 – 1853. Durante su administración se realizaron varias reformas políticas de importancia como la abolición de la escla-vitud. Puso en marcha la Comisión Corográfi ca. Murió en Neiva en 1869. En este epistolario aparece citado frecuentemente.74 Este incidente ocasionó una crisis ministerial y afectó la reputación de Pombo quien fue tildado como impostor por la prensa de oposición.75 Se refi ere a Pedro Justo Arosemena.


a lo asegurado por mí, y se oponía al llamamiento del General López. La reunión terminó sin decidirse el puesto y quedé emplazado para el sábado en que continuaría discutiéndosele.

Apenas se levantó la reunión, el padre Azuero escribió una carta a López preguntándole si era cierto que le había dicho tal y tal cosa (lo mismo refiriéndose a la Cámara). López le contestó inmediatamente que era cierto habérselo dicho, que como con la asistencia de dos secretarios hay quórum para el despacho del consejo de gobierno, pudo despacharse el negocio de la propuesta de Paredes no estando él presente, que también pudo ser que se despachase a su presencia, y que él no se acordase de ello por haber estado distraído revisando la inmensidad de expedientes de su portafolio, y que de todos modos aseguraba que no había dado su voto expreso para semejante propuesta.

El sábado concurrí al Senado; el asunto había llamado mucho la atención, y la barra estaba llena de gente, y lo primero que salió a la luz pública fue la mentirosa, inconsiderada y deshonrosa contestación del General López, secretario de Guerra y Marina, con cuya lectura quedó establecido que su colega el Secretario del Interior era un imprudente embustero!!!

Claro estaba el partido que yo debía tomar; después de semejante escandalosa escena. Terminadas con la negativa del consentimiento del Senado la sesión del día y tres horas largas de debate, durante el cual estuve en berlina76 y haciendo un papel tristísimo, envié mi dimisión al Presidente diciéndole que era irrevocable, y que me denegaba a dar sobre ella explicación alguna. El Presidente decretó mi admisión a los dos días, con frases muy honoríficas para mí, dirigiéndome 76 En picota o en ridículo.


además, una carta llena de expresiones laudatorias y amistosas, nombrándome para el empleo de Director del crédito público y haciéndome una visita en que de palabra me repitió lo que me había dicho por escrito.

El irrecusable testimonio del Presidente y del Dr. Aranzazu77 ha confirmado, para cuantos han querido investigar el hecho, la verdad que muy pocos dudaban, de lo que en pleno Senado dije y repetí sobre la concurrencia del General López con su persona y con su voto al acto del consejo de gobierno en que se acordó proponer a Paredes, y la censura contra él es universal y muy seria. El no se da sin embargo por entendido, afecta ignorar el verdadero motivo de mi dimisión, la falta que cometió, y lo que se habla de ella en todos los corrillos de la ciudad; continúa en posesión de su portafolio, y ha sido adoptado y preconizado candidato para la vicepresidencia de la Nueva Granada por la facción del General Santander, que todo lo explota en favor de sus infames proyectos, y que sin duda conseguirá atraer a su seno muy pronto en clase de descontento a ese irreflexivo patriota, si él no advierte en tiempo el abismo en que va a precipitarse y salva su honor y su reputación de una ignominia eterna.

La facción Santanderiana cree haber obtenido una victoria espléndida con mi separación del consejo de gobierno, pero se equivoca si piensa que podrá dar al suceso el colorido de tal, y sacar de él algún provecho. La administración continuará firme y decidida por el camino que seguía hasta ayer; y si el orden llega a tumbarse, Santander y sus inmorales auxiliares serán probablemente las primeras víctimas de la efervescencia popular.

Enseña esta carta a mis hermanos, a Julio y a Manuel María. No alcanzo a escribir otra al último, como lo 77 Alude a Juan de Dios Aranzazu.


deseaba para decirle que ya está sancionada la ley en virtud de la cual podrá asignársele un sueldo hasta de ocho mil pesos como Encargado de Negocios en Londres.

Soy siempre tuyo, buen hermano y amigo

Lino

Remite inmediatamente la adjunta a mi suegra. Cuervo te saluda.

AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folios: 22, 22v, 23, 23v.

[11] [Bogotá, mayo 30 de 1838. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, mayo 30 de 1838Mi querido Cenón

Es negocio ya arreglado según todas las apariencias, mi compra de la casa alta de Benisia en la calle del Coliseo, y necesito reunir todo el dinero que pueda para pagarla, refaccionarla, hacerle algunas mejoras productivas y amueblarla.

Con este motivo ocurro donde ti para ver si puedes conseguirme y enviarme la parte que me toca del producto de venta de la casa de la calle de San Agustín, que a lo que recuerdo serán unos 800 pesos, que si a esta suma puedes agregar el completo hasta mil pesos, me será de mucha utilidad, y te cubriré el excedente con la posible brevedad.


En la Gaceta, y también en un impreso separado, verás la explicación que me ha dado López sobre la ocurrencia del Senado que motivó mi separación de la Secretaría. Pude obtener certificados bien terminantes del Presidente y del Sr. Aranzazu, que no dejarán duda de la certeza de mi aserción relativa a la concurrencia del voto de López para la propuesta de Paredes; pero convine en no exigirlos, por consideraciones a mi imprudente colega y al gobierno mismo. Creo haber quedado el punto bien aclarado, con lo que respecta a mí; pero López no tiene disculpa por sus revelaciones y por su distracción o negligencia, aun cuando esta fuese cierta, que no lo es.

Antes de ayer tomé posesión de la plaza de Director del Crédito Nacional, y estoy ya trabajando en los preparativos para la emisión de vales. Todos los colombianos que pertenecen a nuestra familia envíamelos, para verificar su cambio en tiempo oportuno.

Ignoro todavía que dotación habrán asignado para el Secretario de la comisión que va a Londres. Te recomendaré al Sr. Márquez, conforme a tus deseos para esta plaza, si tiene un sueldo regular, pero en caso contrario no, pues creo que no querrás ir a escasear de recursos en un país tan caro, y que no tendrás ahorrado tanto que baste para suplir el déficit de lo necesario para tus gastos de viaje y mantenimiento.

Saludo a mis hermanas y a Manuel María y soy siempre tuyo, buen hermano y amigo.

Lino

Envía sin dilación a mi suegra la adjunta carta de Anita.




Para Cenón de Pombo

Bogotá, junio 12 de 1838Mi querido y muy buen hermano.

Habiendo traspasado en el Sr. Ramón Beriñas, comerciante de esta ciudad, a virtud de contrato que hemos celebrado aquí, la propiedad de la casa baja con altillo que edifiqué casi íntegramente en esa ciudad de Popayán, calle hacia San Camilo; y sabiendo que el Sr. Beriñas tiene ofrecida en venta la expresada casa al Sr. Guillermo Segura, te autorizo del modo tan amplio como necesario sea, para que intervengas a nombre y en representación mía en el otorgamiento de la escritura de enajenación de la expresada casa a favor del Sr. Segura, por el precio en que él haya convenido con el señor Beriñas.

Dicha casa me ha pertenecido desde el año de 1829 en que compré al Sr. José Antonio López,78 como esposo de la señora Josefa Antonia Rada, los restos del edificio que entonces la constituían, tomando al mismo tiempo, por cuenta del haber paterno de mi esposa Ana María Rebolledo, y con anuencia de mi suegra la señora Juana María Tejada, el capital de mil pesos que se reconocían allí a favor de los herederos del Sr. Francisco Antonio Rebolledo, y algunos réditos no pagados; la refaccioné y aumenté luego a mis expensas, gastando en ello más de tres mil pesos. No tiene en la actualidad gravamen alguno.

Creo que, siendo tú mi hermano, esta carta te servirá de poder suficiente para el objeto a que se contrae, 78 José Antonio López era hermano del los generales José Hilario y Laureano y de don Buenaventura López. Había vendido una casa en Popayán que fue de don Lino.


pero, si no bastare, ofrezco notificar y confirmar su contenido, o lo que a virtud de ella hagas, en forma más solemne. Mi firma y letra son bien conocidas.

Soy siempre tuyo, buen hermano y amigo,

Lino de Pombo



Bogotá, junio 13 de 1838.Mi querido Cenón

Por conducto del Sr. Guillermo Segura recibirás una carta poder mía, para que intervengas en el otorgamiento de la escritura de venta de mi casita a favor de dicho Segura. La venta la hace Beriñas, actual propietario de la finca, de manera que creo que él ratificará los derechos, pero si yo hubiere de pagar algo, abónalo y avísame. Allá verás tu, como abogado, la forma en que deba consignarse al protocolo este doble contrato.

Recibí tu carta del 25 de marzo y otra de julio. A esta no puedo contestarla pues escribo con sumo trabajo, teniendo enferma la mano derecha. Estoy ya dedicado al arreglo del ramo de crédito público.

Te reitero el encargo que antes te hice, de fondos que necesito para refacciones y mejoras en la muy buena casa que he comprado aquí a precio bastante equitativo.


Abrazo con el corazón a mi hermana, y soy siempre tuyo, buen hermano y amigo

Lino

Envía a mi suegra la adjunta.


[14] [Bogotá, julio 4 de 1838. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, julio 4 de 1838Mi querido Cenón

Recibí y cobré el libramiento que me enviaste de mil pesos contra Joaquín Escobar. Te agradezco infinito tu generosidad y eficacia, que me han sido de grande provecho. De esa suma puedes cubrirte, si quieres, con lo que me toque de lo que ha de entregar Ramos, abonándote el saldo; o tu mismo indicarás el modo de ser reembolsado.

Brillantes son las noticias que nos ha traído el correo, del estado de la contienda eleccionaria en Popayán el 18, pero son muy incompletas las relativas al imprudente acaloramiento de Obando, que he sentido mucho por lo complacido que estaba con su anterior manejo. Ojala me informes de los pormenores de esta ocurrencia, en que se que has tenido parte con Julio y dámele a este mis parabienes.

Ayer se ha separado López de la Secretaría de Guerra, y todavía no se le ha nombrado sucesor. Yo he sugerido que se llene la vacante con un hombre de casaca negra, que si esta idea se adopta, será muy


aplaudida y de felices resultados. Sé que el presiden-te Mosquera quiere que yo tome de nuevo mi anti-guo portafolio, para que vaya Herrán a reemplazar a López, pero estoy decidido a negarme a cualquier insinuación que se me haga. Además de lo sabroso de mi vida actual, que sería una necedad imperdona-ble sacrificar, cuento con la elección para el Senado por la provincia de Cartagena, y quizá también para la Cámara de Representantes por la de Bogotá; y en mis actuales circunstancias no debo imposibilitarme voluntariamente para recibir estos testimonios de aprobación nacional de mi conducta como alto fun-cionario público.

Saludo a los de casa y soy siempre buen hermano y amigo

Lino

AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folios: 29, 29v, 30.

[15] [Bogotá, 26 de diciembre de 1838. Carta de Lino a Cenón]

Para don Cenón de PomboPopayán.

Bogotá, 26 de diciembre de 1838Mi querido Cenón

Sentiré mucho que salga cierto tu anuncio de que Muñoz79 desistirá de su comprometimiento de ir a Inglaterra, pues con ello se causará un gran perjuicio 79 Manuel María Muñoz, abogado y político conservador caucano.


a Manuel María, pero si así fuere, haré nueva tentativa para ver si te nombran a ti. Me parece cosa imposible que Márquez varíe de modo de pensar en el negocio, y creo que en reemplazo de Muñoz, será nombrado García Munive.

Supongo que don Tomás hará lo posible para que entre el insoportable y estúpido Patacón en ese tribunal, pero el Presidente ha de estar muy poco dispuesto a nombrarlo si entra en terna; ojala se me proporcione ocasión de hablarle sobre esto.

Al fin vienen los vales; ya no alcanzarán a la emisión del 5% que haré con fecha del 31 y quedarán para los rezagos. Te agradezco la pasada y presente petaca de tabaco.

El número 17 del R.O. de 38 lo tengo yo manco, como tú, y no lo había advertido. Veré si consigo la hoja que falta.

Obando se ha ensuciado y desacreditado para siempre con la conducta ridícula y hostil que ha empezado a observar después de las elecciones, habiéndose manejado hasta entonces tan bien. Yo lo tenía de candidato in pectore para la Presidencia futura, como contra hombre de Santander, pero ya se necesitaría muy poco coleto para hablar y obrar en su favor. Está visto que no hay que pensar más en militares para los altos directivos y que tendremos que ir fusilando poco a poco a los señores generales de precedentes. La guerra que se hace a Obando en Popayán es vigorosa y saludable, y debe continuar.

Abrazo a Teresa y Natalia. Mis afecto a Matilde, a quien quería escribir, pero no me ha alcanzado el tiempo. Recibe memorias de Anita y el corazón de tu buen hermano y amigo

Lino



Año 1839

[16] [Bogotá, 3 de abril de 1839. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 3 de abril de 1839Mi querido Cenón

Te acompaño cuatro paquetes de vales granadinos con interés y sin él; uno dirigido a ti mismo, y los otros tres para Matilde, Pacho Delgado80 y Ramón Rebolledo.81

En el que va para ti se contiene todo lo que es

repartible entre los herederos de nuestros Padre82 y

80 Francisco Delgado (citado como Pacho) nació en Car-tago en 1820, fue diputado a las cámaras provinciales del Cauca en 1859, hizo parte de la Constituyente de 1855 y fue miembro de la Asamblea departamental en 1888.81 Ramón Rebolledo, nació en Popayán en 1810, en el hogar de Francisco Antonio Rebolledo y Juana Tejada. Abogado de la Universidad del Cauca, elector cantonal, Juez de prime-ra instancia de Popayán, de Buenaventura y ministro juez del tribunal del Cauca. Participo en la campaña militar de 1840 en defensa del gobierno. Murió fusilado en 1841 por orden del co-ronel Juan Gregorio Sarria. Había casado con Clementina Pom-bo. Era cuñado de don Lino.82 Manuel Pombo, padre de Lino, nació en Popayán en 1769 y murió en la misma ciudad en 1829. Abogado, casó en Ma-drid con Beatriz O´Donnell, dama natural de Tarragona. Fue te-sorero del Consulado de Cartagena, desempeñó varios empleos en Santafé como el de Superintendente de la Casa de Moneda y perteneció al Cabildo del 20 de julio de 1810. En 1815 se radicó en Popayán y fue gobernador. Apresado durante la reconquista española, fue desterrado y se salvó del pelotón de fusilamien-


Madre, en las proporciones en que se les adjudicaron los vales colombianos con interés; exceptuando Manuel María Mosquera y yo, que hemos tomado cada uno 600 pesos en vales del 5, 50 pesos en vales del 3, y próximamente 340 en vales sin interés, por nuestras respectivas porciones. En cada uno de los legajos contenidos en tu paquete hallarás la liquidación respectiva que se practicó en la oficina del crédito público para el abono de la mitad del valor en capital e intereses de los vales colombianos y he aumentado también lo que en dinero y papel se cobró en febrero último por intereses de un semestre de los vales granadinos, y lo que de esto hemos tomado Manuel María y yo. A Manuel María se le queda restando, en los billetes de reconocimiento que te envío, en parte de intereses en papel.

Te advierto que igual advertencia harás a Matilde, Delgado y Rebolledo, que los vales colombianos cancelados por la mitad de su valor los he dejado en mi poder para ahorrar una nueva remisión de ellos a Bogotá, y para que se logre sacar de ellos algún partido cuando se ejecute el decreto legislativo aprobado ya por las Cámaras, para el cual se autoriza el cambio de esas mitades colombianas por vales granadinos al mejor postor hasta completar el cupo total de la deuda colombiana que toca a la Nueva Granada.

Todos los vales con interés que van en los cuatro paquetes están ya presentados a la Dirección del crédito nacional para que se disponga su radicación en Popayán para el pago de los intereses en aquella tesorería.

to merced a las infl uencias de su esposa y de otros miembros de la Familia O´Donnell. Entonces se dedicó a escribir obras pedagógicas. A su regreso a Popayán asumió la dirección de la Casa de Moneda. Fueron sus hijos: Lino, Matilde, Teresa, Cenón, Leopoldo, Natalia y María Josefa.


Como yo cobré aquí en febrero la porción de interés que se mandó abonar, correspondiente a todos los vales de los cuatro paquetes, debo dar a cada propietario lo suyo; y para este fin te remito un libramiento contra Cordovez por 111 pesos 2 reales. Cobrada que sea esta suma, reservarás en tu poder de mi cuenta, y para cubrirte en todo o parte de lo que todavía te debo por los mil pesos que me prestaste (deducido lo que me sea abonable del precio de la casa de San Agustín) la cantidad de 43 pesos 5 reales; y los 67 pesos 5 reales sobrantes los distribuirás del modo siguiente –

A ti mismo, como suma repartible entre los herederos de nuestros padres, exceptuados ManuelMaría y yo ________________________________________________ 204 1/2 reales

A Matilde por los vales del 3 y del 5 de la testamentaria de su marido__ 196 ”

A Pacho Delgado por sus vales ________________________________ 70 ¼

Al mismo, por los vales de Vicente Holguín2 _____________________ 62 ½

A Ramón Rebolledo _________________________________________ 7 ¾

Suma 67 pesos 5 reales, equivalente a ___________________________ 541 reales

Hechos estos abonos, quedo a paz y salvo con todos,

y a cada uno remito el billete de reconocimiento de liquidación por el resto de intereses de mis vales.

Te acompaño una carta para Cordovez, y otra para la prima Joaquina.

Por acá no hay novedad. En el Congreso marcha todo en sana paz. Antes de ayer hubo en la cámara


de Representantes una discusión larga y acalorada con motivo de algunos rumores un poco atrevidos y rabiosos del P. Saavedra, y de los papeluchos titulados Mastines que te envío por el correo. Algunos buenos latigazos llevaron nuestros tartufos, y sendas y amargas verdades oyeron de la boca de Santander, Azuero, Florentino, Ospina y yo; pero no dejarán de vengarse poniéndonos de vuelta y media en los papeluchos que saldrán el domingo.

Anita te saluda. Abrazo a mis hermanas, y soy siempre tuyo,

Lino

[Hay al margen una nota con otra grafía, presumiblemente de Cenón, en la que se señala: “Se vendió la casa en 1775 pesos libres de los cuales corresponden a Lino 797 pesos 3 reales y a mi 977 pesos 5 reales”]



Bogotá, junio 11 de 1839Mi querido Cenón

Bastante perezoso eres para escribir. Cada tres o cuatro meses llega por acá una carta tuya.

Como he negociado primero vales granadinos

del 5 por ciento a virtud de la ley del 13 de abril, todos los remanentes colombianos que existan de la


misma inscripción en mi poder de pertenencia de los herederos de mi Padre, necesito que tu allá, con vista de las diligencias de partición de la testamentaria repartas lo que a cada heredero toque de ese nuevo capital en vales granadinos, ascendente a 2375 pesos. Dicho capital se ha comerciado en pública subasta por 4262 pesos 4 reales colombianos que era toda la existencia, negociando en compañía con Matilde por 9000 pesos e intereses condonados un lote de 5000 pesos. Esta noticia que te pido me servirá para dar aquí al Arzobispo la parte de Manuel María para Pepita, quedarme yo con la mía, y enviarte allá lo restante para su distribución, y te advierto que no hagas el cálculo dejando a nadie picos de menos de 25 pesos, pues hay que acomodarse a las series en que conforme a la ley se emiten los vales; los picos deben ser de 25.50 y 75 pesos, equitativamente acordados.

Terminamos en santa paz nuestras tareas legislativas, dejando aprobadas algunas buenas leyes, y sobre todo extinguidas las animosidades de los partidos políticos, para honra y bien de la República. Si el Presidente no se obstina en oponerse a la dotación de los jueces letrados de 1ª instancia de circuito, y en obtener el sufragio electoral para todo oficial del ejército, puntos en que hasta ahora está empecinado, verás satisfechos de algún modo tus deseos con la nueva ley de remiendos judiciales que es un verdadero omnium83, pero que tiene disposiciones magníficas a favor de la administración de justicia, y verás una buena ley de elecciones, llena de garantías para el pueblo y de trabas contra los intrigantes. Supongo se sancionarán y publicarán pronto la ley complementaria sobre crédito público, otra sobre salinas, y varios otros actos legislativos de importancia; las impertinencias del Dr. Azuero, con docenas de proyectos que han quitado muchísimo 83 Omnium se aplicaba como califi cativo para una mala ley.


tiempo y han quedado para adorno del archivo, impidieron el despacho de la ley de votación.

Cerradas las sesiones, he quedado a la luna de Valencia, incapacitado de aceptar empleo de libre nombramiento efectivo; ya puedes figurarte cuan fatal me es esto, en las circunstancias en que me hallo. El Presidente me instó para que renunciase la diputación con el objeto de volver a servir la Dirección del crédito público, autorizándome para decirlo así a la Cámara. Lo dije en efecto en un memorial el día 29, y sometí a la consideración de los representantes dos cuestiones:

1ª Si mis servicios serían más útiles como Director del Crédito público que como diputado.

2ª Si renunciando la diputación quedaba hábil para obtener empleo de libre nombramiento del P o d e r Ejecutivo antes de cumplirse el período de dos años para el que fui electo.

Diciendo que si ambas cuestiones se resolvían afirmativamente, se me diese por exonerado de la diputación.

El resultado fue que en una larga discusión (en que yo mismo tomé parte contra mis propios intereses, mereciendo por ello bastante aplauso) se demostró el genuino sentido del artículo 72 de la constitución, tantas veces manifiestamente violado; y por unanimidad votó en consecuencia la Cámara un no ha lugar.

Interrumpí aquí esta carta, y al seguirla te aviso que acabo de saber resolvió el Presidente objetar la ley de elecciones.

Anita te saluda, encargándome te diga que cada vez que ve aquí una muchacha bonita, y de mérito, te


la desea para mujer; y que hay una hija joven y única de Don Juan Gómez, educada con el más grande recogimiento, que te vendría de perlas y con una dote de sendas onzas acuñadas de oro, en bastante abundancia.

Pásalo bien, como te lo desea tu hermano y buen amigo

L. de Pombo


[18] [Bogotá, 17 de julio de 1839. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 17 de julio de 1839Mi querido Cenón

En vista de tu carta del 2 he hecho entre los coherederos la distribución de los 2375 pesos en vales del 5 p% procedentes de los remanentes de colombianos de mi padre, y he formado un paquete que te llevará el capitán Anselmo Pineda si todavía no ha salido para esa ciudad, o que te remitiré en otra ocasión. En ese paquete van para Matilde 2625 Ps. producto de mis vales remanentes, y 325 Ps mas por su porción hereditaria; para Teresa 700 Ps; para Natalia 350 Ps; y para ti 325. Que son por todo 4325 pesos en vales granadinos. Aquí reservo mi porción, de 350 pesos, y la de pepita de 325 que entregaré al Arzobispo como depositario de los vales de Manuel María.

Hay todavía para cambiar en vales sin interés, por la mitad de su valor conforme a la nueva ley, varios reconocimientos de liquidación colombianos.


Mucha pena tengo por la renuncia que ha hecho Colunge84 de su destino, forzado sin duda a ello por lo escaso del sueldo y lo malo del clima de Buenaventura, hice cuanto pude decentemente para conseguirle el destino equivalente en Panamá, pero nada conseguí: pienso ahora interesar todo lo posible en su favor a Aranzazu, a fin de que se le tenga presente para una regular colocación. Tengo ventajosa idea de su honradez, y me parece que se conducirá bien como marido y como padre de familia.

Leí tu recomendación respecto de Julio. Habiendo sido yo nombrado para la plenipotencia del Perú, como lo verás en la última Gaceta, no es posible solicitar se confiera a Julio la plaza de secretario, siendo sobrino mío además de eso, me he empeñado ya fuertemente con el Presidente para que se me ponga de secretario a Chiari85 o a Marroquín: y a mayor abundamiento, una plaza de esa categoría no es regular, se dé sino a un hombre que tenga servicios de que todavía carece Julio. Con mucho gusto lo llamará de compañero.

He aceptado la indicada comisión, más bien por ser ella honorífica y por estar ocupado en algo y conocer el Perú que por provecho que pueda traerme. La dotación es apenas suficiente para vivir en Lima sin ostentación, y de ella algo he de dejar aquí para sostenimiento de mi familia; pienso sin embargo llevar a Anita, en caso de que venga su madre y convenga en quedarse cuidando mi cluecada de muchachos, y siendo así no partiré hasta que nazca mi nuevo hijo y esté la madre en disposición de ponerse en camino, es decir a fines de octubre o principio de noviembre. Quizá me será preciso para entonces pedir a Popayán buen criado, porque eso por acá no se encuentra.

84 Alude a José María Diez Colunge, esposo de su herma-na Natalia.85 Se refi ere al letrado Miguel Chiari, quien fue designa-do por el Congreso de 1854 magistrado de la Suprema Corte.


Infórmate si podré conseguirlo. Desde luego haré el viaje por Cartagena y Panamá.

A la llegada de esta carta estará en Popayán el General Herrán, nombrado jefe militar de operaciones sobre Pasto, para el caso en que haya que emprenderlas. Ayer ha salido de aquí mi batallón para allá, y marchará también el coronel Forero. Quizá se ha hecho demasiado alboroto, y quizá nuestro insigne Obando se dará por agraviado de que no se haya contado con el. Veremos en que paran las cosas. Si resultan siquiera que fusilaban a media docena de frailes o clérigos fanáticos de Pasto, escarmentando al partido de hipócritas que se empeñan en hacer negocio a nombre de la religión, algo se habría hecho.

El arzobispo Méndez86, que venía para esta a reforzar a esos tunantes, se dio una terrible caída cerca de Villeta, y dicen que está agonizando. Dios se lo lleve.

Los vales que te envío no devengan interés por primera vez hasta febrero de 1840. Ya he pasado la lista de ellos a la oficina del crédito público para que les radique en Popayán.

Abrazo a mis hermanos. Recibe finos recuerdos de Anita y el afecto de tu hermano y amigo

Lino


86 No se refi ere a un prelado de la Iglesia Católica. Se trata de un apodo.


[18Bis]87 [Bogotá 17 de junio de 1839. Invitación a cenar cursada por Francisco Montoya a don Lino]

Francisco Montoya saluda al Señor Lino de Pombo y le suplica se sirva acompañarle a su mesa el Miércoles 19 del presente a las 4 de la tarde, de cuyo favor será agradecido.

Bogotá 17 de junio de 1839Se espera el favor de una respuesta.


Año 1840

[19] [Cáqueza, 23 de agosto de 1840. Carta de Lino a Cenón]

Para Don Cenón de Pombo, Popayán

Cáqueza, 23 de agosto de 1840Mi querido CenónAyer noche me llegó aquí tu carta del 4 en que

me avisas no haber cobrado los intereses de los dos últimos semestres de algunos vales del 5 por falta de radicación en la Tesorería, y me preguntas que harás. No de omisión mía sino de la Dirección ha provenido semejante falta, pues de todos los vales que te envié llevé el correspondiente memorandum a aquella oficina para que se les radicase en Popayán. Ignoro si habrá dejado de hacerse la anotación en los libros o de pasarse el aviso a la tesorería. Escribo hoy sobre 87 Entre los legajos de esta comunicación aparece la si-guiente invitación.


esto a Bogotá, y te diré en otra ocasión si va allá orden para que se verifique el pago de los intereses, o si es preciso que vengan acá los cupones; tú averigua también en esa tesorería si se recibe la orden.

Muchos votos está sacando Herrán para la Presidencia; indudablemente será elegido por las asambleas, o por el Congreso, si en marzo próximo no lo ha enviado Obando al otro mundo como lo merece. Ese hombre ha causado inmensos males a la Patria; si sube a la presidencia no podemos contar ni con paz pública ni con seguridad personal; la pastelería se pondrá al orden del día.

En el estado a que la bonhomía o escaso talento de Herrán, y el filantrópico miedo del gobierno han llevado las cosas de Pasto, no es posible augurar ya nada bueno. La Providencia sola, que visiblemente ha estado protegiendo a la República, es la que puede inspirar algunas esperanzas; de los gobernantes y de sus agentes nada, absolutamente nada me prometo, sino el consumo infructuoso de las rentas, de los soldados, de la paciencia y sufrimiento de los pueblos, y de las inmensas ganancias políticas hechas en los tres últimos años.

Estoy aquí con toda mi familia hace ya dos semanas, gozando a la vez del reposo, de la suavidad de un delicioso clima, y de la extraordinaria baratura de todo lo necesario para vivir, harto conveniente para mi situación actual. A mediados de septiembre volveré a la ciudad, para preparar el ingreso de Manuelito88

88 Manuel Pombo, mencionado como Manuelito, es el hijo de Lino que ingresa al Seminario. Nació en Popayán en 1827, Fue abogado, comerciante, político y literato. Por varios años se desempeñó como secretario de la Cámara de Represen-tantes y como magistrado suplente de la Corte Suprema. Murió en Bogotá en 1898.


al Seminario, establecimiento al que va a dar el Arzobispo una excelente planta. Grande empeño ha hecho conmigo el cura de esta iglesia, Don León, porque le consiga una colección de las relaciones que se pronuncian en la mojiganga de la función de Reyes en Popayán, y deseo complacerlo porque es un apreciabilísimo paisano y amigo mío. Hazme pues la diligencia, y mándame correctamente escritos todos los diálogos agregando a ellos la explicación de todas las operaciones, ceremonia y aparatos. El objeto del cura es introducir aquí una función popular análoga a la de Popayán.

Di a Natalia que he recibido en la semana pasada una carta suya, y que si se ha enojado porque le envié las cornetas para el oído me perdone, pues no lo hice a mal hacer; yo pedí y conservaré para mi uso otro par de ellas, pues hay que estar prevenido.

Abrazo a todas mis hermanas. Salúdame afectuosamente a Colunge y a Tulio y Sergio, y recibe con finos recuerdos de Anita el corazón de tu hermano y amigo.

Lino


Casó con María Ayerve, unión de la cual nacieron: Lino, banque-ro y comerciante y Jorge, aventurero, historiador, miembro de la Academia Colombiana de Historia y poeta festivo de la Gruta Simbólica. Este era el que en pleno invierno en Nueva York, durante una visita a su hermano, residente allí, mediante un calambur hacía el gracejo de señalar: “Yo soy el único que en invierno se viste con ropa de “lino.”


[20] [Bogotá, 3 de octubre de 1840. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 3 de octubre de 1840Mi querido Cenón

Por donde quiera que el espíritu de rebelión se ha atrevido a levantar la voz en las provincias;89 ha sido pronta y vigorosamente sofocada, y todo lo que habrían acumulado por largo tiempo los malvados perturbadores enemigos del gobierno para ponerlo simultáneamente en acción sin fin de derribarlo, se evaporo como el humo. La energía y la actividad en el obrar forman ya por fortuna las políticas del gabinete del Dr. Márquez y con este cambio de sistema y los buenos efectos que está produciendo ha reunido la confianza en todos y hay ya un entusiasmo general en favor de la administración.

La facción de Sogamoso fue dispersada completamente y se la persigue en todas direcciones por lo pocos. Pero valientes soldados del coronel Neira: los cabecillas fueron abandonados por la gente que habían logrado reducir.

En El Socorro hicieron el 21 un acta de independencia y estado federativo, y el 28 ya estuvo en la provincia y destruyó a un ridículo ejercito una columna a órdenes del Coronel Francisco y del Mayor Alfonso Acevedo90,

89 Sobrevino entonces la llamada guerra de los Supremos, rebelión que obligó al presidente a marchar al sur para buscar el apoyo del general Herrán y sus tropas quienes vendrían a defender la capital y de paso la legitimidad del gobierno.90 El 6 de febrero de 1840 se produjo un alzamiento orga-nizado en la Provincia de Vélez por el ex gobernador Nicolás Es-cobar, secundado por Francisco de Paula Vargas y el presbítero Rafael María Vásquez. Entre los atentados cometidos fi gura el perpetrado contra el gobernador Alfonso Acevedo, hombre de reconocida lealtad al gobierno. Para debelar este movimiento comisionó el gobierno al coronel Manuel María Franco, a quien


la cual debe haber entrado en la villa capital el día 1º. Ayer se han recibido noticias de ella, de un poco mas sea del pueblo de Guadalupe situado a una jornada de distancia del Socorro en pronunciamiento fue obra alusiva del coronel Gonzáles que estaba allí de gobernador y no tuvo en ningún otro Cantón de la provincia: por el contrario, se ha dicho que en el de Oiba había decidido oposición contra él, y también bastante en el Dr. Gil

Como Herrán y Mosquera no acaben de perder la división de Pasto, sacrificando así a mi prevención y amor propio los intereses preferentes del país, y comenzando tal vez la ruina de la república, no hay nada que temer. En las provincias del centro reinara ya tranquilidad completa, y tenemos muchos datos para persuadirnos de que lo mismo sucederá en Antioquia y en todo el litoral del atlántico.

Le doy estos informes, aprovechando el regreso de un oficial que vino de allí y lleva pliegos del gobierno para que sepas y comuniques el verdadero estado de cosas por aquí, ya que tanto se inventa y se miente por los promovedores de discordia.

Abrazo a mis hermanas y a Colunge, y soy tu buen hermano y amigo.

Lino.


se opusieron unos 200 rebeldes al mando de Vicente Venegas. Luego de varios encuentros los alzados se dispersaron. El gober-nador Acevedo, facultado por el gobierno, indultó a los rebel-des.


[21] [Bogotá, 13 de octubre de 1840, por la noche. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 13 de octubre de 1840, por la nocheMi muy querido Cenón

Desde que empezó a circular en esta ciudad, por rumores vagos, la infausta noticia de la completa derrota y captura de las tropas del gobierno en la Polonia, a inmediaciones del Socorro, fue tal la rápida decadencia del espíritu publico que al cabo de dos o tres días, cuando dicha noticia se confirmó por documentos oficiales directos, el gobierno se hallaba completamente aislado, y sin tropas ni siquiera con jefe militar de confianza en que librar su apoyo, pues todo aquello con que en días atrás había contado para someter su autoridad, o se habrá perdido lastimosamente en la acción del 29 por una incomprensible fatalidad, o existía diseminado en la provincia de Tunja y en los cantones del norte de la de Bogotá. En tan aflictivas circunstancias, y amenazados por todas partes de insurrecciones, los miembros de la administración fuimos de unánime concepto que era indispensable la temporal separación del presidente de la cabeza del gobierno para que, formándose una administración nueva presidida por el Dr. Caicedo se contase por su parte en favor de ella el entusiasmo local, y por otra acallase la grita del partido demagógico y de inmenso numero de los ministeriales que atribuían los males públicos capricho del Dr. Márquez en conservar el mando; cometiéndose este arbitrio como el único que podía en consecuencia producir la solución de la capital de un acometimiento, y la del régimen constitucional. Libre así, y Aranzazu y yo debamos además los portafolios para no servir de embarazo a la adopción del sistema de política que pagaré oportuno el vicepresidente.


Los resultados están correspondiendo, aun más de lo que esperábamos, a nuestros cálculos y plan. La gente siempre dispuesta a censurar los actos del gobierno y a cargar sobre esto la irresponsabilidad de cuanto malo sucede, al saber el cambio hecho en la administración empezó condenando la reparación del presidente a quien habían abandonado los oposicionistas o revolucionarios en particular, viendo satisfechas hasta cierto punto sus antipatías contra el Dr. Márquez, y lisonjeándose con la esperanza de que el Dr. Azuero91 y otros de los suyos entrarían a gobernar como secretarios de Estado, permanecieron tranquilos: y en el día de hoy; por la inminencia reconocida de una disolución completa social, por las simpatías a favor del Dr. Caicedo y el antiquísimo odio hacia los socorramos, y más que todo por el regreso de Tunja del valientísimo y muy popular coronel Neira92, presenta ya la ciudad un aspecto satisfactorio de animación; o diré más bien, alarmante en sentido contrario de lo que era el 7, pues solo con grandes esfuerzos se está consiguiendo evitar el degüello de todos los llamados progresistas, y en especialidad de los directores y factores de sus tramoyas, Soto, Azuero, F. González93 etc., a que hay una tendencia general en el pueblo. Hoy a medio día creímos muchos que iba ya a salir de madre el furor de la gente, con motivo de la queja que llevaron donde el vicepresidente el Dr. Azuero y don Yopal Morales porque Neira que se encontró con ellos en el altozano de la catedral les dijo enérgicamente que viesen lo que hacían y se guardasen de conspirar contra la república, pues su lanza estaba lista.

91 Se trata de Vicente Azuero, destacado político liberal y candidato a la presidencia en 1837.92 Es Juan José Neira.93 Alude a Florentino González.


Muy contados son ahora los que andan por las calles sin armas ocultas, la excitación es inmensa, y el menor incidente puede causar gran derramamiento de sangre. Multitud de personas se han alistado para tomar el fusil y defender al gobierno y sus hogares bajo las órdenes del patriota y bizarro Neira, cuya sola presencia aterra a los malvados.

Entretanto, el Sr. Caicedo cierra con maña las puertas del poder a los progresistas, trabaja con tino y acervo en conservar la paz pública, y con los ojos vueltos hacia el Sur de la N.G. aguarda el desenlace del drama de Pasto, que es el que decidirá del porvenir nacional.

El concepto de estado al cual consulto acerca de la línea de conducta que el gobierno debería segur, le propuso, arrastrado primordialmente por la triste perspectiva de las cosas y por la influencia del Dr. Soto, que llamase al ministerio y a los demás puestos públicos a la oposición, que enviase diputaciones a las provincias rebeladas para tratar con los facciosos, que expidiese una amnistía general, que indultase plenamente a Obando, que improbase la conducta del general Herrán en la admisión de tropas ecuatorianas y mandase retirar estas inmediatamente que dirigiese una alocución a los pueblos presentando el programa de su administración y ofreciendo coadyuvar a la convocatoria de una convención nacional por el próximo congreso, etc. La tal consulta ha irritado mucho los ánimos. El Dr. Caicedo reunió ayer una junta numerosa de personas notables de todos los partidos, para oír su opinión acerca de ella, todos manifestaron estar acordes por una política de conciliación; casi todos incluso muchos oposicionistas facciosos, indicaron que sería malísimo organizar un ministerio que no ofreciese garantías a todos los partidos, pocos convinieron en la improbatoria del convenio con Flores; y poquísimos se atrevieron a


entrar siquiera en la cuestión relativa a Obando. No sabemos qué decidirá el jefe de la administración; pero si sabemos que no sacrificará torpemente los principios a las personas, ni mancillara la dignidad de su alto puesto con actos vergonzosos de Mosquera, y mucho menos cuando tanto vuelo ha tomado el espíritu publico en la capital, y tanto se fía en el patriotismo de las provincias del Sur y en la fidelidad y valor de las tropas que obran en Popayán y Pasto. Nada significaran en contrario las noticias que pueden venir de rebelión de Córdova en Antioquia, quien y de pronunciamientos en Mompox y en alguna otra parte Magdalena abajo.

Del lado del norte sabemos lo que sigue. El jefe superior del Socorro ejerce con vara férrea su dictadura, empleando la frase bajo pena de la vida en las ordenes que libra para sacar dinero, hombres etc.: supónese que se dispondrá a defender nuevamente si es atacado, y aun a marchar si puede sobre Bogotá: se dice que ha cargado de grillas a los prisioneros de Polonia, depositados en San Gil: él informó al presidente que iba a convocar la convención constituyente del soberano estado compuesto del Socorro, Vélez, Tunja, Pamplona y Casanare, cuyas provincias no sabemos si se le someterán.

En Tunja, para donde se escurrieron en busca de grados los perdularios que a titulo de guerrilleros saqueaban los cantones de Ubaté y Choconta, impera Reyes Patria94 que se ha venido allí del Socorro disgustado sin duda porque el superior González no lo reconoció de general sino a penas de coronel. Refieren que el tal Patria ha expedido en esta hora un decreto por el cual se asciende a Gran Mariscal de Guadalupe, organiza un grande estado mayor general cuyo jefe es el por él general José Ma. Gaitán, nombra 94 Alude al coronel Juan José Reyes Patria quien tomó parte en la guerra de los Supremos defendiendo al gobierno.


a Alejandro Gaitán coronel del batallón vencedores de su ejército, a Samper,95 insignes salteador antiguo de estos contornos, coronel de otro batallón llamado del Terror. Etc. etc.

Pronunciamientos hay de ese lado por donde quiera, como es natural, pero se sabe que la gente está arisca y retrechera respecto de los amantes libertadores: y cuando pueda mandar de aquí una columna de tropas bien mandada y organizada, caerá como castillo de cartas de baraja el edificio que levantan Gonzáles, Vanegas,96 Patria, los Gaitán y Villamizar.

Resulta de todo esto, que hay grandes esperanzas de que se comience el gobierno constitucional que preside el Sr. Caicedo:97 que sería locura que en las provincias del sur, a impulsos de las primeras informaciones, se precipitasen a desconocer ese gobierno y a romper los vínculos de la unidad nacional: y que si la campaña de Pasto termina pronto y favorablemente y viene luego para acá una respetable columna de tropas con Borrero98 o Mosquera a su cabeza, está salvada la patria.

Adiós. Abrazo a mis hermanos soy tuyo buen hermano y amigo.

Lino


95 Se trata de Juan Antonio Samper.96 Se refi ere al coronel Vicente Vanegas.97 Alude al general Domingo Caicedo Santamaría quien asumió en su carácter de vicepresidente.98 Se refi ere al general Eusebio Borrero, siempre afecto al gobierno legítimo y quien debió luego enfrentar a Salvador Córdova en Itagüí.


[22] [Bogotá, 20 de octubre por la noche. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 20 de octubre por la noche.

Mi muy querido Cenón.

La noticia de la derrota de Obando en la Laguna, con la añadidura que tantos vivos tiene de cierta de su posterior aprensión y fusilamiento, llegó aquí antenoche, y en un cuarto de hora estuvo divulgada en toda la ciudad con general contentamiento de la inmensa mayoría buena y pesadumbre y terror de los pícaros. Con ella se ha acabado de confortar el espíritu del pueblo, que ni duda en aquella misma noche habría hecho grande estrépito por las calles e insultando a voz en cuello a los revolucionarios si no hubiésemos salido varias personas de nuestras casas a impedirlo. Por la mañana se comunico temprano hacia el norte, enviando muchos ejemplares de la Gaceta Extraordinaria que contenía el parte de Castrillón, y en mi concepto va a difundir un desaliento y arrepentimiento profundos entre los facciosos del Socorro y de Tunja.

Hasta ahora no se sabe de positivo si esa gente se resuelve o no a marchar hacia la capital. Nos inclinamos a creer que no se atreverán a ello, tanto por falta de suficientes fuerzas para atacar a una población tan numerosa y ya tan asentada, como porque es de suponerse que los muy conocidos directores de la revolución, existentes aquí, temen una explosión del furor del pueblo contra ellos si se aproximan los facciosos, y los disuadan por lo mismo de avanzar. La comisión de Uribe y Ordóñez, que salió de aquí para el Socorro anteayer, y que se ha despachado más que por otra cosa por ganar tiempo, puede también impedir su venida, terrible solo en el caso de que hubiese salido de Casanare a ................ un


número considerable de hombres de lanza; sobre lo cual no hay hasta ahora informes, no obstante que el diabólico correo asegura que vienen 400 al mando del coronel Acero. Terrible seria, no por falta de resolución de los bogotanos para salir al encuentro a cuantos se presenten, sino por la escasez de jefes y oficiales que arreglen las masas de los combatientes y dirijan con tino la defensa. En la expectativa de lo que venga, se enregimenta y disciplina la milicia, y hay formadas varias partidas sueltas de voluntarios de infantería y caballería; la guardia nacional de artillería se ejercita en el servicio y maniobra de dos piezas de campaña de a 4 muy bien montadas; se conserva y aumenta la Columna situada cerca de Zipaquirá a órdenes del General Vélez, que está según se dice con las mejores disposiciones para pelear, y para donde ha partido hoy con algunos húsares y treinta jóvenes animosos de las primeras familias el coronel Neira; y se hacen votos por la llegada de los ciento y tantos veteranos que vienen de Cartagena con el Coronel Rash, los cuales salieron de Mompox el día 1º puede ser también que no tarden en aparecerse de Popayán algunos oficiales, que bien podrían venir si la comisión de Pasto se ha terminado.

Hoy llegó a Bogotá, procedente de la provincia de Pamplona, el Sr. Francisco de Paula Torres que estaba allí de gobernador, quien pasó por Tunja hace tres días: nos informa ratificar la idea de que no se moverán hacia acá los facciosos. El no vio allí sino pelotones de gente mal armada y sin arreglo, y le parecieron arrepentidos y desganados los jefes: Patria le estuvo hablando sobre la grande repugnancia con que se había comprometido en la bullanga.

Ninguna impresión terrible ha causado aquí la noticia del pronunciamiento de Córdova; tanto porque de tiempo atrás --- se daba por hecho, como porque él no influye ni en lo más mínimo sobre el


actual orden de cosas. Bogotá no puede sufrir sino por incursiones de Socórranos y Tunjanos: y en cuanto a lo general del país, la tranquilidad y el orden legal se restablecerán rápidamente luego que puedan obrar las tropas desocupadas de Pasto y Popayán.

Le doy estos informes, para que por allá estén al corriente de lo que aquí pasa, que otras cartas de mal intencionados provocarán desfigurar. Saludo afectuosamente a mis hermanas y a Colunge, a Julio y Sergio, y soy siempre tuyo buen hermano y amigo

Lino

[22 Bis] Octubre 21

Hoy ha llegado la confirmación oficial de la derrota completa de Obando, en nota de Mosquera de fecha 1º, pero quedamos en expectativa acerca de la cogida y fusilada, sin lo cual nada se ha hecho.

Se sabe que treinta hombres fue todo lo que vino de los pueblos de Casanare en auxilio de Patria; y que luego que los habitaron de caballos se volvieron para sus casas. El general faccioso Juan Gómez estaba gravemente enfermo en el Socorro.

Te recomiendo el cuidadoso envío a Pacho Pombo de la carta que te adjunto con otras dos para R. Rebolledo y para Ignacio Valencia.



[23] [Bogotá, Novbre. 4, 1840. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, Novbre. 4, 1840Mi querido Cenón

Pocas horas después de haberte dirigido mi carta del 28, se difundió en la ciudad con inmenso júbilo la noticia del completo y decisivo triunfo obtenido en la mañana por la gente del mando del coronel Neira sobre la división facciosa acaudillada por Patria, en los campos de Buenavista y la Culebrera a 3 leguas de distancia por el lado de puente grande. No tuve proporción para avisártelo, aunque supuse que se despacharían postas.

El esperado triunfo, obtenido sobre lo mejor y más bien parado del ejercito de González en número de unos 800 hombres, costó unas 150 víctimas inmoladas a las brutales pasiones de Azuero, Soto y socios, siendo una de ellos el insigne facineroso coronel Samper,99 comandante general de la infantería. Doscientos y tantos prisioneros se trajeron a la ciudad en varias partidas y se hizo una considerable recogida de armas.

Pero el valiente y honradísimo Neira fue herido por desgracia, tuvo que venirse a Bogotá, y este contratiempo ha hecho que no se saque de tan señalada victoria todo el fruto que inmediatamente se había obtenido en él continuar la persecución de los enemigos, y carga en seguida contra la tropa despavorida que a retaguardia de Patria conducía González. Sin duda alguna habría caído toda en poder de Neira y de las bandadas numerosas de parias que

99 Alude al coronel Juan Antonio Samper quien en 1840 empuñó las armas incorporándose al Ejército del Norte coman-dado por el coronel Manuel González.


le acompañaban llenos de entusiasmo y de arrojo, y la campaña queda completamente terminada.

La cobardía o ineptitud de Vélez y Ortega, puestos a la cabeza de la lúcida columna de infantería que obrada por el lado del puente del común, o de Zipaquirá, lo echó a perder todo. En primer lugar faltaron a la combinación hecha, conforme a la cual debieron colocarse a retaguardia de los facciosos mientras Neira les cargaba de frente, ya si los habrían envuelto y hecho rendir las armas después del golpe de Buenavista.

En segundo lugar, habiendo marchado hacia Zipaquirá y para adelante, con caballería numerosa y fresca, en seguimiento de González que se retiraba con los desorganizados restos de un ejército, no han querido atacarlos varias veces que los han tenido a la vista, a pesar de los clamores de la tropa y de los muchos voluntarios que les acompañaban; y el resultado ha sido conservarse ilesos los facciosos en su marcha retrógrada, debilitarse mucho la columna por la desconfianza en sus jefes y por la vuelta a sus casas de los irritados orejones y demás voluntarios, y hacer posible la reorganización y envalentonamiento de los fugitivos y aun sin ataque súbito y afortunado sobre sus perseguidores. Veremos en que paran las cosas: aquí está todo el mundo irritadísimo, todos dicen que Dios y Neira han sido los salvadores de la capital y todos suspiran por la llegada de un jefe de provecho y de tropas regulares veteranas de la división del Sur. Ayer se supo, por posta venido de Popayán, la marcha que el 21 de octubre debió emprender para acá la fuerza situada en Pasto, y el contexto ha sido general.

Neira esta fuera de peligro, según se ha dicho hoy, y podrá montar a caballo dentro de 15 o 20 días la herida la recibió en una rodilla.


Por diversas consideraciones no pude rebelarme a aceptar el nombramiento de gobernador de esta provincia y tomé ayer posesión del destino. Lo primero con que me he encontrado ha sido un enjambre de prisioneros, todos, gente de avería, malísimamente asegurados y custodiados; la guardia nacional en completa desorganización; y la tesorería exhausta; pero me he encomendado a Santa Rita para que me saque con bien de tantos imposibles en tan calamitosos tiempos.

Abraso a mis hermanos y a Colunge, y soy siempre tuyo buen hermano y amigo.

Lino

No ha venido el correo del Magdalena que debió llegar hace seis días: aunque un retardo de esta clase no es limitado en tiempos de lluvias, se supone que el correo habrá sido cogido en Nare por un destacamento que ha puesto allí Córdova. Tampoco ha llegado la tropa que venía de Cartagena, ni se sabe de ella: quizá se volvió a Mompox, y ojala haya sido así.



[24] [Bogotá, 25 de noviembre de 1840. Carta de Lino a Cenón]

REPÚBLICA DE LA NUEVA GRANADAGOBERNACIÓN DE LA PROVINCIA

Bogotá, 25 de noviembre de 1840Mi querido Cenón.

Estamos en alarma hace ya cuatro días, con motivo del movimiento que por 2ª vez han emprendido hacia la ciudad los facciosos del Norte, reforzados con auxilios recibidos en Sogamoso de las provincias de Pamplona y Casanare, y con la gente que han podido recoger del territorio circunvecino. Nuestra columna situada en Tunja a órdenes del general Paris, cumpliendo con instrucciones expresas del gobierno, se replegó a marchas pausadas y en excelente disciplina hacia la capital, sin ser molestada, y a ella se reunieron todas las partidas sueltas que había diseminadas en varios puntos: hoy entrará, y los enemigos según las últimas noticias llegaron a Zipaquirá.

El entusiasmo de los habitantes de Bogotá no puede pintarse con la pluma. En pocas horas se han organizado dos batallones de voluntarios al mando de Mutis y de Pineda, que llegaron en compañía del presidente el 21, y se ha formado hasta una compañía de clérigos que han tomado el fusil. El armamento y el material del parque lo han trasladado al colegio de San Bartolomé las señoras, las mujeres del pueblo, los clérigos, los frailes y los niños de las escuelas. Como se supone que la principal fuerza enemiga consiste en caballería, al mando de Farfán el venezolano, se han practicado ya anchos fosos y barreras en las calles, formando con ellas un recinto de ocho manzanas y la plaza mayor en el centro cuya defensa consiste en los obstáculos materiales y en los ciudadanos


armados que ocupan los balcones de las casas y otras posiciones ventajosas; teniendo además en los ángulos de la plaza unas cinco piezas de artillería. No tenemos recelo de que nuestras posiciones defensivas puedan ser forzadas; y hay mucha probabilidad de que si los enemigos se atreven a penetrar en las calles encuentren en ellas, y en la sabana en donde los lanceara una caballería numerosa, su último desengaño y su sepulcro.

Como garantías de la seguridad pública existen presos ya varios de los capataces y agentes principales del abominable y sanguinario progreso, desencerrados de sus escondrijos por la vigilancia general y por las providencias que para su arresto no he vacilado en dictar como gobernador de la provincia, cumpliendo con la suprema de la leyes que es la de la Salud Pública, y esto ha acabado de entusiasmar al pueblo, quitando de él al mismo tiempo toda idea de asesinato y la tendencia al desorden y a los casos. Los principales presos, o más bien detenidos, son el Dr. Vicente Azuero, Florentino González, el consejero Dr. Camacho, el teniente coronel Rafael Mendoza, el comandante Zabala, el Sr. Carrizosa, el Dr. Rafael Santander, el viejo Arganil100 etc.; y hay esperanza de agregar a ellas pronto al Dr. Soto, Lleras y Juan N. Vargas con cuyos escondites no se ha dado todavía.

Los 1ros cuerpos de la división del Sur deben estar muy próximos a la ciudad: hoy creemos que haya un par de batallones en la Mesa, y para mañana a más tardar los esperamos: cuando ellos lleguen dormiremos tranquilos. Nuestra actual fuerza es en la ciudad de unos mil hombres de fusil y la artillería; y fuera de ella la columna de infantería y caballería del general Paris que pasaría de mil hombres, y los escuadrones de caballería de la sabana, todos llenos de entusiasmo, y ascendentes a cerca de quinientos 100 Juan Francisco Arganil.


hombres. La victoria es segura si se llega a empeñar el combate101.

Abraso a mis hermanos, y soy siempre tuyo afectuoso hermano y amigo.

Lino

López pasó de Honda en derechura a Neiva: abrir el ojo con él, pues hasta ahora no ofrece su conducta garantía alguna.



REPÚBLICA DE LA NUEVA GRANADA

GOBERNACIÓN DE LA PROVINCIA

Bogotá, 2 de diciembre de 1840Mi muy querido Cenón.

En la oficina, en donde paso la vida de día y de noche; te escribo muy de prisa estas cuatro letras para que no falten noticias autenticas del estado en que nos encontramos, que, gracias al inmenso entusiasmo popular de la semana pasada con que adquirimos preponderante fuerza, es bueno y mejor cada día.

101 La llegada de Herrán obligó a los revolucionarios a retirarse a Zipaquirá y luego dirigirse hacia El Socorro, con lo cual cesó la amenaza sobre la capital.


Llegó el general Herrán con el batallón No 2º, que fue recibido con el jubilo y los testimonios de aprecio correspondientes, y el día de su entrada formaron en la plaza mayor mas de dos mil hombres de excelente infantería veterana y cívica en cuatro batallones (uno de ellos el No 2o) y unos ochocientos de buena caballería bien montada, entre los cuales sobresalían dos soberbios escuadrones de húsares. Hay ya noticia de la llegada a Tocaima del resto de la división con el general Mosquera el 30, y la tendremos seguramente aquí pasado mañana. Están construyéndose vestuarios y prendas de equipo para toda la división, de manera que saldrá lucidísima de aquí: lo malo es que andan despacio los jefes de operaciones, y con esto, al mismo tiempo que el disgusto de las gentes crece, nos exponemos a no recoger todo el triunfo apetecible de tantos sacrificios.

Los facciosos no se animaron a avanzar de Zipaquirá para acá, pero no se han retirado todavía. Consideramos probable que allí estalla una revolución militar con la cual todo se desbarate; y si esperan un ataque caerán infaliblemente todos en las manos de nuestras tropas. Parece que González no se anima a dar la orden de contramarcha, temiendo una lanzada de Farfán. Parece también que están alucinados esperando de un día a otro, noticias de una invasión por Córdova.

No hay más tiempo. El coronel Lindo se abrazó en el Magdalena. Soy siempre tuyo buen hermano y amigo.

Lino



[26] [Adición. Dic. 8. Carta de Lino a Cenón]

Adición. Dic. 8Había partido ya el correo cuando envié a la

administración esta carta, que voy a adicionar con doce horas de anticipación a la marcha del correo de mañana.

Entraron el 5 con Mosquera los batallones 1º, 5º y 6º, y ayer acabó de salir hacia el Norte la lúcida división de operaciones a ordenes de Herrán y Mosquera, compuesta de los batallones 1º, 2º, 5º y 6º que vinieron del Sur, otros tres muy buenos organizados aquí bajo el mando de Mutis, Acevedo102 y Pineda, mil hombres de buena caballería, y la brigada de artillería con dos piezas. Los facciosos se retiraron con dirección a las provincias de Vélez y Socorro, privados ya del refugio con que contaban en Casanare, pues allí hubo una poderosa reacción a favor del gobierno, acaudillada por el coronel Concepción Melgarejo, quien con la gente del cantón de Arauca ocupo a Pore, amarro a Calixto Molina que gobernaba a nombre de los facciosos, dio libertad a algunos presos enviados por González y avisa oficialmente que va a emprender operaciones auxiliado por el gobierno de Venezuela con 400 apureños. Es de suponerse que la facción de González tratara de hacerse fuerte en la provincia del Socorro con los auxilios de armas que le vienen de Mompox o que los jefes y demás comprometidos irán a buscar de aquel lado una salida hacia el Magdalena para reforzar a Córdova o echarse aguas abajo.

En la capital no ha quedado fuerza alguna organizada, ni otro jefe u oficial experto que el coronel Buitrago103. Me estoy viendo pues en apuros, como gobernador, para guardar ciento y tantos 102 Posiblemente se trata de Joaquín Acevedo.103 Se refi ere a Marcelo Buitrago.


presos, todos de importancia y de avería, el parque y para cuidar de la seguridad pública; pero ya tengo en armas alguna gente. Otro negocio difícil que se me ha atravesado en la nación, que no se realizará; de un empréstito forzoso de cien mil pesos que decretó el ejecutivo con la cláusula de que nada contribuirían los decididos sostenedores del orden legal, y que por lo mismo debe repartirse entre los enemigos y los egoístas.

Poco es lo que se sabe de las provincias de la costa, pues nadie se atreve a escribir. Los decretos que con profusión expide en Cartagena el monicongo Piñera, y sus frecuentes proclamas pomposas, dan ancho pábulo a la risa y al desprecio, y abren campo para una fuerte reacción que tendrá lugar sin duda. Los gobernantes de farsa del estado de Cartagena han tomado la iniciativa en la convocatoria de una convención granadina que se reúna en Mompox. A Cartagena y Santa Marta habrán llegado ya buques de guerra ingleses los cuales según me ha dicho Adams tienen orden de proteger no solo las propiedades inglesas, sino también las de los amigos del gobierno, y sus bloquearán la costa si así lo pidiere el Ejecutivo.

Como en el Sur no haya novedades de consideración, que no tenemos porqué tener, la pacificación completa de la República va a ser obra de dos a tres meses: quizá solo se opondrá alguna resistencia en Santa Marta, a donde están viviéndose todos los expulsos reformistas de Venezuela que son atrevidos y veteranos en materia de revoluciones.

Las remociones de empleados y las borraduras de la lista militar están aquí al orden del día, como verás por la gaceta, y el sistema de procedimiento de Herrán en las provincias del nuevo teatro de la guerra será decididamente severa para con los cabecillas y los militares traidores. Trabajo ha costado aquí disuadir


a la gente venida del Sur del proyecto de sacar a la plaza a Azuero, F. González y otros presos de la pandilla revolucionaria para fusilarlos.

Di a Matilde que he tenido mucho gusto viendo nuevamente a Julio, el cual está completamente militarizado, rebosando de entusiasmo cívico y guerrero, y lleno de robustez.

Escribe lo que por allá ocurra, y recibe el corazón de tu buen hermano y amigo.

Lino

Los 2000 vestuarios hechos para la tropa que marchó los han cosido las señoras gratuitamente.

AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folios: 41v, 42.

Año 1842

[27] [Caracas, 3 de agosto de 1842. Carta de Lino a Cenón]

Caracas, 3 de agosto de 1842Mi muy querido Cenón.

Acabo de recibir tu carta del 20 de junio en que me participas tu ida a Popayán con intención de volver a la legislatura del año entrante. Creo que habrán tomado esta resolución, especialmente por legitimar tu elección de Representante por aquella provincia, de la cual en Dios y en conciencia no podía considerársete vecino en la época en que se te eligió;


y me alegro bajo este aspecto de tu viaje que bien llamé ida, no regreso.

Lo siento mucho por todo lo demás. A Popayán lo considero poco menos que inhabitable por efecto de los embrollos políticos: es país además de pocos recursos, y tengo de su clima la más mala idea posible por su extrema humedad y por la terrible enfermedad que ella me causó. He reparado también que allí son ya pocos o ningunos los que llegan a una edad avanzada en las épocas criticas naturales del hombre se los lleva al otro mundo o una enfermedad o la mano de los curanderos ignorantes. Fuera de esto, a ti te conviene residir en Bogotá, para tu carrera y fortuna. Deseo que cuando vuelvas sea definitivamente con el objeto de establecerte allí, y que vuelvas casado: esta segunda parte la considero de vital importancia, porque el matrimonio te hace notoriamente falta personal y políticamente. En Popayán puedes encontrar alguna jovencita adecuada para ti, más bien que en Bogotá.

Anita me escribe apesadumbrada por tu viaje. Realmente tu compañía y tus consejos le hacen falta en la actualidad. Me complace que te hayas ido contento con ella, porque siempre está llena de aprensiones recelando sí dará algo contra su voluntad en qué sentir a los individuos de mi familia, y no sin razón quejara de algunos de ellos. Para tu vuelta cuenta con el mismo hospedaje que has dejado, si alguna circunstancia extraordinaria no se atraviesa o impide que vivamos juntos.

La gana de los generales Herrán y Mosquera de convocar una convención constituyente ha sido siempre para mí, cosa sabida, y me tenía lleno de sobresalto el temor de que los legisladores se determinasen a darles gusto. Respiré cuando supe el extraordinario y atrevido partido que adoptamos en la cámara de R.R.,


de improvisar una constitución nueva integra para hacerla pasar por los trámites legislativos, porque de esta manera se evitaba la tal convocatoria, equivalente a mi juicio en la presente época a una tea incendiaria que acabaría de despedazarnos y consumirnos; pero no creo en la posibilidad de que el año entrante quede consumada la obra acometida en el presente. Sería un fenómeno, o poco menos que un milagro, que el congreso venidero compuesto en su mitad de otros hombres conviniese en su totalidad con lo que ha aprobado el de este año. Resultarán sin embargo dos ventajas grandes, en caso de que no salga con su avenimiento la constitución improvisada en 1842: haberse diferido suficientemente la convocatoria convencional, y haberse difundido principios nuevos constitutivos, conservadores y adecuados a nuestro pobre país.

Yo estoy listo para volverme luego que reciba las letras de retiro, y conceptúo que podré hacerlo en los primeros días de septiembre.

El resultado de mi misión diplomática ha sido satisfactorio, aunque para obtenerlo me han sido necesarias mucha paciencia y discreción. El tratado de amistad, comercio y navegación firmado en 23 de julio después de tres meses de discusiones reñidas es muy bueno, e infinitamente superior a lo que sobre estos puestos se había estipulado en el tratado anulado de 1833.

En los negocios de inferior categoría he obtenido también favorable éxito.

Nos hallamos aquí en las elecciones para presidente, que están algo acaloradas. El partido ministerial trabaja por Soublette:104 el contrario, que se llama 104 Alude al general venezolano Carlos Soublette quien había sido vicepresidente de su país y en ese momento era can-


civil, por Urbaneja o Michelena, y a mi juicio hay más probabilidades de triunfo en su favor: el triunfo de este equivaldría a ropa limpia en el tren de empleados, y por consiguiente seria una fuerte sacudida.

Adiós mi querido hermano. Abrazo a Matilde, Teresa y Natalia. Saludo a Colunge, de quien espero que me des noticias. Soy siempre tuyo buen hermano y amigo.

Lino


[28] [Bogotá, 30 de noviembre de 1842. Carta de Anita a Cenón]

Sr. Dr. Cenón Pombo

Bogotá, 30 de noviembre de 1842Mi muy querido Cenón

Hoy siguen mis encargos por valija, en dos cajones, lo mejor acondicionados que he podido, será mucha desgracia que algo se vaya a dañar, es preciso que al tiempo de romper los cajones tengan cuidado de no golpearlos porque se puede quebrar algo, por ejemplo el peinetón que va en la copa de la gorra en el cajón de madera, que esta no podía ir en caja de lata por temor de que la lata se doblase, en este mismo cajón va muy encima un ramo de flores, se lo advierto para que tengan cuidado al tiempo de sacar la gorra, en este mismo cajón van unos zapatos y los dos chales y la muceta; En el de hoja de lata va la mantilla, la

didato a la presidencia, cargo que ejerció entre1843 y 1847.


saya, los pañolones, aderezo y una cajita con los guantes, el ropón y la hebilla y encima de todo esto van los otros tres ramos, tenga cuidado que habrán este cajón por donde mismo se soldó la lata para no dañar los ramos; también le advierto que los ramos van prendidos con alfileres, para que los desprendan con cuidado, otra advertencia la gorra va envuelta en un pañuelo viejo porque me pareció que esto era más suave y que cualquiera género mucho podía rosar el raso, todo esto que le mando es lo mejor que he podido conseguir, me parece que no quedará mal contento me dijo, todas celebran mucho su matrimonio y todas le profetizan que va hacer un buen esposo y buen padre; mis niños también bien me encargan saludar a Ud. Y yo lo hago a mis hermanas y a Manuelita y Ud. reciba desde aquí los más repetidos parabienes con que lo felicita su amante hermana y buena amiga.

Anita


Año 1843


Bogotá, 5 de julio de 1843Mi querido Cenón

Por comisión del gobierno tomaré a mi cargo la delicada Empresa de formar y publicar la recopilación de leyes prevenida por el último congreso105. Constituirán un ramo de dicha recopilación las leyes 105 Se trata de la Compilación Granadina.


judiciales; y como esta materia es para mí enteramente extraña, además de repugnante y embrollada, supongo que no podré arreglarla bien sin el auxilio de abogados. Ocurro pues al tuyo, esperando que pondrás con eficacia manos a la obra para enviarme dentro de veinticinco o treinta días del recibo de esta tus apuntamientos relativos a la codificación de las consabidas leyes, bajo las reglas que siguen.

1ª Leyes derogadas en este año, de las que declaró vigentes la ley de codificación; citando el acto derogatorio.

2ª Recorriendo de 1843 para atrás las leyes vigentes, debe citarse todo artículo que esté derogado en todo o en parte, adicionando o de cualquiera manera modificado o reformado por ley posterior; de manera que pueda ponerse en él con precisión y claridad la anotación correspondiente que dé a conocer el estado definitivo del articulo y el lugar en que se hallan los que lo modifican o derogan.

3ª Si en leyes extrañas se encuentran disposiciones destacadas, que pertenecen al ramo propiamente judicial, es preciso citarlas, é indicar las leyes de dicho ramo a que deberán agregarse por medio de notas que las contengan integras, y los artículos en que habrán de ponerse las respectivas llamadas. Esto es de lo más importante, porque bien sabes cuantas leyes tenemos que son ensaladillas, y cuan fácilmente, aun la persona más versada, no recuerda una disposición contenida en tales ensaladillas.

4ª Advertir los yerros que existan en las citas que unas leyes hacen de otras; y las correcciones que deben hacerse en citas por esta causa o en virtud de la regla fijada este año, de que toda ley se cita por la fecha del ejecútese.


5ª Me indicaras las subdivisiones que creas convenientes en el ramo de que hablo, para que la recopilación tenga la claridad y el orden lógico debidos; y sobre esta base me formarás la lista cronológica de las leyes que habrá de comprender el ramo, empezando por las más modernas.

Es probable que la codificación se publique por tomos, haciendo la división de tomos por la de los negociados de las cuatro secretarias de Estado; y por supuesto se empezará por el tomo que comprenda los negociados de guerra del interior, con la ley fundamental de la N.G.106 y su constitución en cabeza, precedidas por la ley de recopilación. Si acerca de este plan, o de los pormenores arriba indicados, por defecto o por vacío, te ocurre o le ocurre al Sr. don Santiago107, alguna objeción, o algún pensamiento nuevo de conocida ventaja, sea bajo el aspecto de la claridad y sencillez, o de economía de tiempo para el redactor o para el lector, o de economía de gastos, o bajo cualquiera otro, no dejes de manifestármelo.

Lo más difícil para mí será esperar las reformas hechas en los sistemas de procedimiento para los juicios; y reasumir en los índices analíticos los varios deberes de las diversas categorías de jueces, escribanos etc. Esa mudanza de tribunales plurales en unitarios; cuantas variaciones habrá traído consigo, perceptibles solo para los ojos muy prácticos!

Uno de los motivos, o acaso el único que tengo para comprometerme en el trabajo espinoso de la recopilación, es asegurar algunas entradas en mi con[ilegible]ento tesoro sin enredarme con un empleo público en los laberintos de la política administrativa; y poder también ocupar un asiento en

106 Nueva Granada.107 Se refi ere a don Santiago Arroyo, abogado de Cenón y amigo de don Lino.


las cámaras si en alguna provincia quieren elegirme. Pero desconfío mucho del asiento; y estoy además seguro de que, salga como saliere el trabajo, tendré que aguatar amargas censuras como ha de ser.

Verás en los papeles públicos a noticia del fallecimiento del General Caicedo108, efecto rápido de una diabetes complicada con hidropesía.

Este suceso infausto absuelve exclusivamente ahora la atención pública. Murió en una casita próxima al puente Aranda, el sábado 1º, de viaje para la provincia de Neiva, en donde tenía alguna esperanza de conseguir su restablecimiento había salido de aquí por la mañana, después de recibir el viático: iba alternando entre una silla de manos y el coche, y le acompañaba su Sra. Con un numeroso séquito. Ignacio Gutiérrez y el Dr. Cuervo presenciaron su última boqueada. Mañana tendrá lugar con grande pompa oficial y popular su entierro: te remito por separado el programa. Felisa saldrá representando a Popayán en el duelo de las provincias de la Nueva Granada: por Bogotá irá una hija de Neira: por Tunja una del Dr. Márquez: las veinte jovencitas irán vestidas de negro (por economía), suelto el cabello y coronadas de ciprés109.

Me parece justo y conveniente que se eche un párrafo en El Payanes sobre el ilustre difunto.

Supongo que a esta fecha estarás ya al lado de tu mujer, desquitándote de las privaciones de la ausencia. Dile de mi parte mil finas expresiones, así como de la

108 Corresponde a don Domingo Caicedo Sanz de Santa-maría, abogado y militar, presidente encargado, congresista, gobernador de Neiva y Secretario de Estado de Bolívar en 1829 y 1830.109 Se trataba de una alegoría fúnebre, muy propia de esa época, que daba realce al funeral y despertaba admiración en el común de las gentes.


de Anita, que te desea feliz descanso de las molestias del camino.

Toda mi familia está buena y te saluda. Yo lo hago a Matilde, Teresa, Natalia, Colunge, Sergio y tu estimable suegro, y me repito siempre tuyo buen hermano y amigo.

Lino



Bogotá, 30 de agosto de 1843Mi muy querido Cenón.

Con tu carta del 15 recibí los apuntamientos para la recopilación de las leyes judiciales trabajadas bien pronto y que me parece que nada dejen que desear. Te doy las gracias debidas, aunque con el sentimiento de que acaso serán perdidas las molestias que te echaste encima para ayudarme en mi empresa, pues habiendo transcurrido ya cosa de dos meses después de mi comprometimiento formal con el gobierno, nada han querido decirme de oficio, ni pasarme los materiales necesarios, y esto me hace creer que se proponen volver conversación el contrato y obligarme por asedio a entrar en el ministerio el 1º de octubre, no teniendo el Presidente según parece persona de quien echar mano para la secretaria de relaciones exteriores. Ospina, convencido por mí sobre la demora, me dijo que todo lo tenía preparado, pero que se le había prevenido que suspendiese darle curso.


Por El Payanés110 he sabido que estás nombrado popularmente Senador en esa provincia. Será honroso tal nombramiento, pero debe perjudicarte infinito si la abogacía no te produce una renta suficiente para mantenerte y deseas colocación en un tribunal. Habiendo servido ya la diputación por dos años, honrosamente puedes excusarte de aceptar la senaduría, como de convenirte así. Es muy probable que yo haya sido elegido también para el Senado en Cartagena: fui presentado como candidato, y en la asamblea de la capital de la provincia saque 19 votos de 24 electores.

Julio salió de aquí el 21 por la tarde, de regreso para Popayán por la vía de Quindío. Mi suegra y Ana con su marido y su tía Josefita habían salido antes siguiendo la misma ruta.

Lleno de sobresalto estoy por la enfermedad de Don Rafael Mosquera, deplorando ya su pérdida como la del mejor ciudadano granadino.

Ayer tarde se fue el Dr. Manrique111, a salvarle la vida si es posible.

Desde anteayer estamos en fiesta de toros. Mañana se suspenderán y luego seguirán por otros tres días, así dicen que se salva la prohibición legal. La primera tarde de fiestas corresponde a la octava de San Victorino la segunda a la promulgación de la constitución reformada. Ha habido ya mucha gente aporreada por los toros: uno murió y otro morirá.

110 Era éste un periódico editado en esa ciudad por Julio Arboleda.111 Se refi ere al destacado galeno Juan Evangelista Man-rique.


Se casó el 26 Carmela Caicedo con el príncipe Eugenio112: Pacho Caicedo113 se casó también con Dolores Leiva.

Todos están buenos en casa. A José Rafael lo envié al Guamo, para que hiciese un poco de ejercicio y se vuelva con Beatriz. Anita te Saluda. Nuestros afectos a Manuelita. Mil recuerdos a Matilde, Teresa, Natalia y Colunge. Soy siempre tuyo buen hermano y amigo.

Lino


[31] [Bogotá, 27 de septiembre de 1843. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 27 de septiembre de 1843Mi muy querido Cenón.

Mil y mil parabienes para ti y para tu Manuelita, por el nacimiento de la hija primogénita114. Mejor habría sido según los gustos y cálculos humanos, que hubiese sido hijo varón; pero dios sabe lo que se hace, y lo que él hace o dispone debe ser siempre bien recibido. No se les puede negar a U.U. lo brillante de su comportamiento matrimonial, habiéndonos

112 Se refi ere a Eugenio Herrán Zaldua quien casó con María del Carmen Caicedo en agosto de ese año.113 Alude a Francisco Javier Caicedo Jurado quien con-trajo matrimonio con Dolores Leiva Caicedo el 26 de agosto de 1843.114 Alude a Clementina Regina Pombo Arroyo, nacida en Popayán el 7 de septiembre de 1843, quien años más tarde casó con Aparicio Rebolledo Carvajal, hermano de su tía Anita.


presentado el primer fruto de sus tareas antes de nueve meses de empezada: si a este paso siguen, como es muy probable, pronto tienen llena la casa de criaturitas a quienes dar pan y ropa, enseñar a rezar y a leer, y aguantar impertinencias.

Da de parte mía también la enhorabuena por la nueva nieta al respetable abuelo.

Ayer noche, cumpleaños del General Mosquera, he asistido al bautismo de su primer nieto, el robusto niño dado felizmente a luz por Amalia115. El nombre que le han puesto es poco romántico y no ofrece un lúcido horóscopo: se llama Mateo Tomas Cipriano.

Está nombrado secretario de Relaciones Exteriores Acosta116, y la ciudad entera escandalizada con nombramiento tan ridículo, que es lo peor que puede tener. Lo censuran más, por no habérseme invitado a mí con el portafolio, aunque todos saben que no lo habría admitido y todos habrían aplaudido mi excusa. Acababa de tener lugar el nombramiento de Lleras117 para rector del colegio del Rosario, con general indignación.

Anita te escribirá, contestando a tu aviso de paternidad, aunque está la pobre bien enferma hace días, sufriendo con la irritación del hígado, se irá a tierra caliente cuando salga de sus exámenes finales 115 Se refi ere a Amalia Mosquera Arboleda quien casó en 1842 con el general Pedro Alcántara Herrán. En carta fechada el 20 de septiembre de 1843, el Arzobispo Mosquera le comenta a su hermano al respecto: “Amalia está buena, y ya avanzada en su preñez, de manera que en el mes entrante serás abuelo en realidad.” Cf. MANTILLA, L.C. Mitra y Sable pp. 290.116 Se trata del coronel Joaquín Acosta, primero en asu-mir la Secretaría de Relaciones Exteriores luego de que el pre-sidente Herrán la separó de la Secretaría del Interior, con la que funcionaba en forma conjunta117 Alude a Lorenzo María Lleras.


de filosofía Manuelito, que será a mediados del mes entrante. Beatriz y José Rafael están por allá, en el Guamo, y les han aprovechado mucho el paseo, el clima y los baños.

Mis recuerdos a Matilde y Teresa, Natalia y Colunge. Pásalo tan bien como lo desea tu buen hermano y amigo.

Lino

Anita y yo te recomendamos te intereses con el obispo a fin de que proteja la educación de Francisco Antonio, el hijo huérfano de Manuel Rebolledo, dándole una beca en el seminario y de cualquiera otra manera. La madre no tiene con qué costearle una regular enseñanza, y debe socorrer con su trabajo personal a sus otros dos hijos.


Año 1845


Bogotá, 9 de julio de 1845Mi muy querido Cenón.

Recibí tu carta del 24 de junio, en que me avisas tu llegada a Popayán después de algunas demoras y cuitas.

Allí habrás leído ya otra que te escribí, con motivo de la muerte de Don Santiago.


Me tienes ya de contador general mayor, metido en un berenjenal de que no sé como saldré, pues estos empleados han tenido particular talento para complicar los métodos de procedimiento y aumentar el embrollo de las leyes y reglamentos vigentes hasta convertirlos en un verdadero caos. Aquí encontré sin comunicar al gobierno, para la expedición de la orden de reintegro, el costo que mandó devolver a Colunge 400 y pico de pesos de lo comprado en la tesorería de Popayán, y ya le di curso

Perdida la esperanza de que los bienes del concurso testamentario de Leiva alcanzasen para cubrirme mis cinco mil pesos, que a su muerte constituían un crédito, liquido y de plazo cumplido, he adoptado por consejo del Dr. Rojas118 el siguiente arbitrio que te participo confidencialmente para oír tu opinión.

Un Sr. A. debe a Don José Leiva 7000 pesos por escritura y con hipoteca, y el plazo se vencerá dentro de un año.

El me ha comprado mis obligaciones, para cubrir con ellas y los intereses su deuda cuando se le ejecute para el pago; pero si no se le admite la compensación, mediante sentencia judicial reclamada en todas las instancias posibles, se anula el contrato.

La obligación otorgada a mi favor por el Sr. A. y el endoso a él de mis documentos de crédito, llevan fecha anterior a la declaratoria judicial de admitir la cesión de bienes y abrir el concurso.

Mis documentos no figuraran en el concurso.

Dime qué te parece todo esto: si la compensación será admisible: y todas las razones que podrán alegarse en juicio para sostener el punto en sentido 118 Posiblemente se refi ere al doctor Ezequiel Rojas.


afirmativo, pues esta es la tabla de salvación que me ha quedado.

Anita y Beatriz siguen con sus achaques. Todos los de casa te felicitan por tu llegada a Popayán sin novedad. Saludo a Manuelita y a mis hermanas, a Julio y Sergio, y quedo tuyo amante hermano y buen amigo.

Lino


Año 1846

[33] [Bogotá, 21 de enero de 1846. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 21 de enero de 1846Mi querido Cenón.

Dudo que te alcance en Popayán esta mi contestación a tu carta resiente. Ya he puesto a Anita en campaña para conseguirte un alojamiento decente, con buen servicio y bien situado; porque teniendo en la actualidad en casa a Miguel mi cuñado y a un jovencito estudiante del Valle del Cauca, no hay absolutamente pieza regular en donde te acomodes, lo cual me causa mucha pena. Manuelito está viviendo ahora, por necesidad, en el entramado destinado antes a monturas y otros chismes. Procuraremos que estés cerca de nosotros cuanto sea posible.

No alcanzo a más, echando como estoy los hígados en la Secretaría de Hacienda, que admití por patriotismo


habiendo rehusado dos meses antes la de Relaciones Exteriores. Te incluyo dos cartas.

Saludo afectuosamente a tú Manuelita, y soy siempre tuyo de corazón.

Buen hermano y amigo.

Lino

Con Aníbal Mosquera, que sale mañana, envío a Sergio el tomo que me pidió de la Recopilación Granadina.



Bogotá, 4 de agosto de 1846Mi querido Cenón.

Contesto a tu carta del 22 de julio, que con otras me trajo, la triste noticia del fallecimiento de mi suegra.119 He cumplido con el deber penoso de comunicársela a Anita, previas las correspondientes preparaciones: y aunque al principio se afecto y afligió en extremo, ya la veo algo dispuesta a la resignación.

Como debe enterarse tan pronto cuanto fuese posible, en el arreglo de inventarios y división de bienes de la testamentaria de mi suegra, y tu eres la única persona de quien puedo valerme para intervenir en tales negocios a mi nombre, te envío al efecto una carta-poder que considero suficiente por ahora: tú me avisaras si hay necesidad absoluta o eventual de 119 Alude a Francisca Hurtado Arboleda.


que vaya un poder en toda forma. Me parece que no excusaras tomar activa injerencia en esto, sin perder momento por los medios más expeditos y eficaces, salvaras de las avarientas garras de José mi cuñado, de las tacañerías del Dr. Carvajal y de la maliciosa inercia de los poseedores actuales, lo poco que haya de tocar a mis hijos en esa testamentaria de abuelo y abuela que han explotado y cercenado hasta ahora ad libitium todos mis cuñados. Hay que averiguar lo que cada uno se ha llevado, de propia autoridad, y lo que ha estado poseyendo sin participación alguna de los co-herederos, para cargarles algo siquiera en cuenta por esta razón; pero yo quiero evitar pleitos, y que lo que pueda cogerse y realizarse sin responsabilidad de deudas se coja y se realice pronto, y venga a mis manos. Para esto debes proceder con calma y con espíritu conciliatorio, al mismo tiempo que con cien ojos abiertos.

Para tu gobierno te diré que lo que ha entrado en mi parte por cuenta de la hijuela paterna de Anita es lo siguiente.

El valor de las dos negritas Manuela y Matea.

El principal de 1000 pesos, y sus réditos al 5% de algunos años atrasados, cuya finca era la casa en ruinas que tomé en 19 de junio de 1828, del Dr. José Antonio López en transacción por dichos capital y réditos, y dándole además al contado doscientos pesos.

Nada más.

Y dejé en Popayán, cuando me vine, casi todos los muebles de mi casa en poder de la familia de Anita, y creo que unas vacas que estaban en Batamicos.120

120 Es el nombre de una hacienda.


No hay cosa particular en política. Yo sigo sufriendo del pecho, de resultas de la caída. Mis afectos a tu Manuelita. Abrazo a mis hermanas y soy siempre tuyo.


Lino

Al Sr. Eboli,121 que saldrá para Popayán dentro de pocos días, le ofrecí escribirte para que le solicitases alojamiento en donde llegar, y te hago en consecuencia el encargo. Es hombre digno bajo todos los aspectos de ser atendido hombre de bien, a carta cabal, candoroso y sencillo, y lleno de útiles conocimientos prácticos. Espero que tanto tú como mis hermanas lo atiendan en cuanto puedan.

AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folios: 50, 50v


Sr. Dn. Cenón de Pombo

Bogotá, 4 de agosto de 1846Mi muy querido hermano

Siendo indispensable, por el reciente fallecimiento de la señora Juana María Tejada mi venerada Suegra, que yo designe alguna persona que represente 121 Se trata del químico Giuseppe Eboli, quien vino de Caracas, contratado por el gobierno, para hacerse cargo de la cátedra de química en la Universidad del Cauca, cargo que des-empeñó entre 1846 y 1850, cuando renunció para establecerse en Lima.


a mi nombre los derechos de mi esposa é hijos en el arreglo de inventarios y partición de bienes de la testamentaria de dicha señora; he determinado conferirte al efecto mi poder por medio de la presente carta, sin limitación alguna, protestando al mismo tiempo que si fuere necesario te lo ratificaré en iguales términos judicialmente y en toda forma de derecho, tan luego como me des de ello aviso. Todo lo que hagas en virtud de lo dicho, como apoderado mío, tanto en los inventarios y particiones como para la realización de cualquiera bienes que hayan de adjudicarse a mi esposa Ana María Rebolledo por herencia paterna y materna, lo declaro desde ahora aprobado y confirmando en cuanto se requiera tal aprobación y confirmación.

Soy siempre tuyo muy amante hermano.

Lino de Pombo


[36] [Bogotá, 28 de octubre de 1846. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 28 de octubre de 1846Mi muy querido Cenón.

En el tribunal del Cauca debe verse, en apelación a otro recurso, un expediente sobre compra de tierras, seguido ante el juzgado de Buga, y en que es parte recurrente el Sr. Cayetano Escobar, hermano de Don Joaquín. Parece que con respecto a él se han violado abiertamente las leyes, mas por ignorancia que por malicia. Me han hablado para que te escriba con el objeto de que recomiendes al respectivo magistrado


del tribunal el pronto despacho de este asunto, y que examine con detenimiento la cuestión de derecho, que han embrollado bastante: no dejes de hacer este servicio, que en nada coarta la libertad del juez ni ofende su dignidad.

Las turbulencias de hecho de Venezuela están poco menos que acabadas; lo cual siento mucho, porque convenía que se enredase algo mas la broma para que hubiese una saludable reacción de principios. Aquí nada hay de nuevo. Escribiré largo sobre la cuestión de banco nacional, que quiere desnaturalizar F.S.122 para su negocio.

Tuyo afectuosamente hermano y amigo.

Lino



Bogotá, 16 de diciembre de 1846Mi muy querido Cenón.

Mi cuñada Ana se queja de que tú no tomas interés en los negocios de la testamentaria, y dice que para no mezclarte en no sé qué pleitos con el narigudo Carvajal alegaste que no tenias poder formal mío. Como tal poder me lo habrías exigido en caso de necesitarlo, supongo, que no la falta de él sino tu no aprobación de la línea de conducta de Ana haya sido el motivo de excusarte en eso. Te lo aviso para tu gobierno, recomendándote de nuevo al mismo tiempo que hagas lo posible para que no se eternice 122 Alude a Francisco Soto.


el arreglo y división de esa testamentaria, para coger de ella lo que se pueda, y para que esto sea sin contraer responsabilidades indefinidas por futuras contingencias. En Popayán todas las testamentarias sirven de alimento a cuatro haraganes tinterillos que se las suerben.

Ya habrás visto la gaceta de ayer, y en ella cuanto yo pudiera decirte de noticias. Lo de Flores o es nada entre dos platos, o viene a resultar en alguna muy grave combinación de intrigas europeas.

Saludo a Manuelita y a mis hermanas, y también a Julio quand même; y soy siempre tuyo afecto hermano y amigo.

Lino


Año 1848

[38] [Popayán, 21 de marzo de 1848. Carta de Vicente Cárdenas a Cenón]

Al Sr. Dn. Cenón Pombo

Popayán, 21 de marzo de 1848Mi muy querido amigo.

He recibido con satisfacción la amistosa carta de Ud. de 8 del corriente, a que contesto. Ya sabía por mi Señora Manuelita y por carta de nuestro común amigo, Quijano que había llegado. Ud. sin novedad


vista ahora que goce de perfecta salud durante su misión en esa, que no tenga sinsabores, y que vuelva siempre feliz al cono de su familia.

Un millón de gracias doy a Ud. por la felicitación, sincera desde luego, que me da por el nacimiento de mi chiquito, el cual le ofrezco de todo corazón si él sigue y obedece las aficiones de su padre, como el leal amigo de la familia de Ud. ya puede Ud. figurarse cual sería mi contento con la aparición de un varoncito que no esperaba le hemos dado el nombre de Julián Simón.

Alarmantes son los acontecimientos de Caracas no recuerdo que se haya dado sin escándalo igual en las otras repúblicas hispano-americanas, pero pienso que no dejaría de repetirse si consiguiese triunfar el pesimismo: de nuestros seudo liberales. Aquí el Monagas123, me parece que es un soldadote brutal sin más habilidad que la de meter la lanza sin romper la chupa, buen instrumento se han hallado los demagogos de Venezuela! Y buen desengaño para los hombres que pensaron afirmar el orden acogiéndose a la espada!

Probable es que caiga Monágas puesto que Páez124 en cabeza el partido contrario; pero es de firmeza que se prolongue mucho la guerra en aquel país, y que tenga con secuencias lamentables.

Celebro infinito que haya calma en las deliberaciones del congreso: la perseverancia es lo que importa en esta materia. Ya que por fin se dividió este distrito judicial debieran disponer por cada uno de estos dos tribunales tuviese solo dos jueces; a lo menos se remediase en parte el mal que va a causar, este

123 Se trata de Jacinto Monagas quien presidió a Venezue-la entre 1847 y 1855.124 Alude a José Antonio Páez.


gasto innecesario. Nada digo en cuanto a los sueldos porque yo creo que los jueces deben estar siempre muy bien dotados – ya he visto los nuevos proyectos de régimen municipal, sueldos, etc., etc., etc. ¿inonscue tanden Catilina con las reformas?

La representación de Obando es sui generis como todo lo que sale de aquella cabeza ¿qué querrá hacer con ese hombre el partido político que lo busca? ¿Defender principios? ¿Ponerlo a su cabeza? Que lo busquen por caudillo los Sarrias, López, Españas e Ibitos, ya lo entiendo; ¿pero hombres de luces y que pueden figurar honrosamente en los partidos políticos? esta si es inexplicable.

Después de la marcha de Ud. se han pronunciado mas los partidos eleccionarios, uno por Cuervo y otro por López, y ya habrá visto Ud. las publicaciones del Patriota en favor de este ultimo ahora mismo están recogiendo firmas en favor de uno y otro candidato para darlas a la prensa: parece que los de López han andado más activos y colectado mayor número de suscriptores entre la masa. No se habla de ninguno de los demás candidatos presentados a la disensión pública, y creo por lo mismo que no tendrán votos en esta provincia.

A Quijano le comunique el resultado de la exploración de la montaña, y si se alcanzase a cifras el informe de los comisionados irá adjunto a esta carta para que se instruya Ud. mejor de todo. Muy indecisos nos tiene la próxima supresión de los consejos, por qué entonces no nos será tan fácil la concentración de recursos: esto y la división en que están las gentes, porqué aquí en todo reina la desunión no me han permitido obrar todavía con la actividad que quisiera y que el asunto requiere.


No hay otra cosa nueva en nuestra tierra. El puente estará pronto concluido: ya desapareció el famoso contrafuerte que estaba al lado del arco, y desaparecerá pronto aquella barriga que tanto lo escalofrió a Ud. En el cementerio tenemos 28 bóvedas concluidas.

Dolores ha apreciado infinito y retorna con fineza las salutaciones de Ud., y yo me repito como siempre.

Con afecto, mi fiel amigo.

Vicente125

Adición.

Mis recuerdos a Mallarino y Quijano.


[39] [Popayán, 13 de abril de 1848. Carta de Vicente Cárdenas a Cenón]

Al Sr. Dr. Cenón Pombo

Popayán, 13 de abril de 1848Mi muy querido amigo.

El Sr. Gobernador de Bogotá a quien pedí la vacuna no se digna enviármela diciendo que era inútil porque el Gobierno había tomado ya las disposiciones necesarias para remitirla. Pero esa vacuna viene en brazos y debe tardar mucho, al pues que nos amenaza la viruela que ha aparecido en los puertos del Perú, y que andan ya por aquí las viruelas locas: este motivo

125 En la primera parte de este libro aparece una síntesis biográfi ca de Vicente Cárdenas Manrique.


me hizo pedir la vacuna al gobierno para que viniese pronto por el correo. Ya por esto no se consiguió explico a Ud. que me la envíe en costras y muy bien acondicionada a vuelta de correo, pues el peligro es grave y no hay pues vacunas en ninguna de las provincias del Sur. Envíeme Ud. la cuenta del gasto que esto ocasione para hacérselo cubrir a mi Sra. Manuelita.

Se han fijado ya los partidos en Cuervo y López para la provincia, y su trabajo con amistad en las elecciones. Los de López con Alabi, Soto, Castrillón, los Nates, Carvajal, los Velascos, Valencia, Mariano Tejada, Diago, etc. con decirle esto sabe Ud. cuáles son los contrarios.

Corre aquí la chispa de que Roca ha llamado a Obando para ponerlo a la cabeza del ejercito con el fin de resistir a Flores, muchas familias han sido dispersadas de Quito, la numerosa familia de Flores, en la cual hay mas tantas mujeres y niños, está ya en Pasto y no sé cómo podrá subsistir en ese país.

Otro día escribiré a Ud. con más atención porque hoy no queda ya tiempo.

Su afectuoso y constante amigo.

V.C. [Vicente Cárdenas]



Año 1849

[40] [Popayán, (sin día) de abril de 1849. Carta de Vicente Cárdenas a Cenón]


Popayán, [sin día] de abril de 1849Mi muy querido amigo.

Contesto a la interesante carta de Ud. fecha de 14 de marzo en que me comunica los tristísimos sucesos del 7. Hemos aplaudido mucho la firmeza con que procedieron Ud. y Quijano: la provincia de Popayán debe enorgullecerse de la conducta de sus diputados.

Llegó aquí la noticia de la elección el 15, por un posta dirigido a Miguel Valencia: sacaron luego la música y anduvo un pelotón por las calles gritando vivas y mueras, operación que duro hasta muy tarde de la noche. Los protagonistas del regocijo eran Miguel Valencia, F. Velasco, la carisucia y la tigre: el barrio de San Agustín se alzo en masa para celebrar su triunfo y estuvo iluminado toda la noche: en las dos carreras de San Francisco y la catedral solo hubo 5 casas con luminarias, entre otras la de Diago.

En esa misma noche se oyeron gritos de muera la religión, mueran los sacramentos, etc., y andaba un tropel de muchachos ebrios y ensayados para gritar vivas y mueras y para insultarnos. Cesó allí la algazara, y ha quedado todo como antes: ahora solo se trata de empleos y de componer la República en dos por tres: en calzas prietas se verá López para satisfacer tantas exigencias de partido y tan hinchadas pretensiones de posición y de lucro. Para el destino de Ud. hay unos cuantos candidatos, y otros muchos para el de Olano.


El héroe de Cervantes ha echado un aire de influencia y protección que causa lastima sino risa. Dizque López le ha pedido sus consejos en todo lo relativo a esta provincia y está muy indeciso sobre el nombramiento de gobernador ha pensado en varios, pero después de profundas meditaciones las ha desechado: le indicaron a Quijano,126 y aseguran que fijó la vista en la tierra y añadió un gesto de probación dirá que por fin se ha fijado en Castrillón y que esté ha solicitado también el empleo. Lo celebraré mucho. Aseguran además que todo está ya acomodado las petacas para marchar a Pasto de gobernador, y que Pedro José Nates al volver a su destino en la universidad dejo a los estudiantes que pronto le tendrían de primer jefe del establecimiento.

El personal del partido triunfante es riquísimo...........

En Pasto solo salieron a celebrar la noticia Don Pedro Rosas y el hermano (Obandistas), y uno que otro del pueblo y ellos cesaron: el resto de la población quedó muda y sin moverse.

Espero que no deje de comunicarme todo lo que por allá ocurra, pues Ud. sabe, la amistad en que está uno en estas circunstancias. Dicen tanto, inventan tanto, que al fin nada puede creerse si los amigos no escriben y nos cuentan los sucesos más importantes.

Mucho he sentido la muerte de González, joven que ciertamente valía mucho y era muy útil. Don Florentino se ha lucido así en la política como en lo primario; si tendremos intrigas funestas en la legación!

126 Alude a Manuel de Jesús Quijano, quien fue nombrado Gobernador en 1853 y ratifi cado por elección popular en 1864


El general Mosquera traslado la capital de Caloto a Quilichao, y esto aunque pueda ser útil bajo cierto aspecto, es pernicioso bajo de otros. La rivalidad de aquellos dos pueblos crecerá ahora más con gran menoscabo del servicio público: creo que todo se evitaría formando dos cantones, uno de los distritos de Quilichao, Caldono y Buenosaires, capital Quilichao, y el 2º de los distritos de Caloto, Celandia, Jambaló y Toribio, capital Caloto. Así no seria perjudicable la enemistad de los dos pueblos, antes bien útil; y el nuevo cantón nos serviría para contrarrestar las malas inclinaciones de los de Quilichao, porque su influencia se extendería a menor territorio. Hable Ud. con Quijano, y si aprueban esta idea le agradeceríamos mucho que introdujesen un proyecto de ley para llevar a efecto la creación de los dos cantones. Temo así que haya dificultades en las cámaras, por estar pendiente el proyecto de división territorial que, ojala no se sancione.

Zawadzky127 me escribió el 11 de marzo, al embarcarse en el Micay para salir al Pacífico, y lo tendremos aquí dentro de tres o cuatro días. Me dice que hay 17 leguas granadinas desde la boca de la montaña por este lado hasta el salto de Gurumandí: que el camino es de fácil ejecución, que ofrece inmensas ventajas, y que podrá costar 53710 pesos, esto es, construyendo un camino de herradura regular, no perfecto. Luego que llegue sabremos su concepto sobre la navegación del río y sobre las ventajas del puerto. Exploró también la línea del Sigüí, y no considera posible el camino por esa parte.

En la semana que entra quedará concluida la una torre del cementerio; la otra se está también

127 Se trata del ingeniero Stanislas Zawaszky, quien vino contratado por el Gobierno para actuar como supervisor en pro-yectos de construcción. Cumplida su labor, se radicó en Colom-bia dando lugar a una importante familia.


continuando y tiene ya una vara de alto. La capilla está concluida por dentro, solo le falta la parte superior del altar que aun no está acabada. Es, pues, indudable que instalaríamos la capilla en mayo, antes de que yo deje la gobernación, cosa que he deseado mucho como es natural. No trajo Olano los cristales como yo lo esperaba, y tendré que dejar la capilla sin este adorno necesario.

Reciba Ud. amistosas expresiones de Dolores128, la cual no sale aun de sus cuidados, y la amistad fina é invariable de su afectuosísimo

Vicente.

Mis recuerdos al Dr. Quijano.


[41] [Popayán, 1º de mayo de 1849. Carta de Vicente Cárdenas a Cenón]


Popayán, 1º de mayo de 1849Mi distinguido amigo.

Mi señora Manuelita me ha dicho que Ud. no había recibido contestación mía a su carta de 14 de marzo, y no se a la verdad en que pueda consentir esto, pues le escribí una bastante larga dándole noticia de todo lo que por acá habría pasado. Quizá sufriría atraso en alguna administración de correos.

128 Es Dolores Bucheli, primera esposa de Vicente Cárde-nas.


Tengo que dar a Ud. parte del nacimiento de mi hijo Rafael (que pongo a sus órdenes), y de la muerte prematura de mi buena hermana Pastora. Habría anunciado a aquel por la conservación de esta a quien yo amaba con ternura. Figúrese Ud. cuál habrá sido la situación de esta su casa en tan aflictivas circunstancias.

El virtuoso coronel Estévez se anticipo a su destitución mintiendo. El 21, ocho días antes de que llegase aquellas. El duelo ha sido general, y las exequias muy solemnes, como nunca las habrá visto, aquí el cabildo le decreto una bóveda, su cuerpo fue acompañado al cementerio por unas 1000 personas y julio pronuncio en el atrio de la capilla más bonita oración fúnebre que fue oída con recogimiento religioso, Don Nicolás Urrutia pronuncio otra en seguida que no estuvo escasa de merito. Ocupo Estévez la bóveda alta del banco que me pareció la mejor por estar aislada se levanto mas su construcción para auxiliar a la otra que ha subido a 500 pesos.

Los pastusos y cantaranos están muy descontentos con la elección del 7 de marzo, y es tan serio el descontento que el gobierno del Ecuador se ha alarmado y está preparando las guardias nacionales y se dispone a sostener la administración granadina...... vea Ud. que pájaros: Dios quiera que López vea claro y que no le seduzca la fingida amistad ecuatoriana. Quien sabe en qué grilla nos meterá Murillito (el ciudadano) con aquello de que su política está identificada con la de Monágas y Roca.......oh vergüenza! Si los ciudadanos siguen gobernando tan hábilmente como han principiado, ¡Dios nos asista!

Aquí se esperan por cada caso muchas destituciones, y aun se ha anunciado la mía: en buena hora venga, con tal que me deje 14 días más para bendecir la capilla del cementerio, pues solo falta coronar una torre. Unos


esperan gobernaciones, otros judicaturas, quienes administraciones generales, quienes tesorerías y estas son las más apetecidas ---: pobre López! ¿Ha visto Ud. los cariños que se hacen en El Aviso? y que le parece la veracidad del escritor en lo concerniente al puente de Cauca y a Roche?... no les hago, no; el horror de la respuesta: que digan cuanto les venga en gana y se vayan a la punta de un cuerno.

El comandante coronel L. López marcha mañana para Pasto de comandante general y sin jefe de la 1ª división ojala que el calaguasca de Pasto (aguardiente) le siente bien y que las inspiraciones de este espíritu lo lleven por muy liberal camino. El ciudadano Dr. Cobo espera con impaciencia el despacho de gobernador de Pasto y el ciudadano Sr. Alban el de Túquerres.

Adiós, amigo mío, reciba Ud. expresiones de Dolores.

Su afectísimo e invariable amigo. Vicente


Año 1850

[42] [Bogotá, 14 de febrero de 1850. Carta de Vicente Cárdenas a Cenón]


Bogotá, 14 de febrero de 1850Mi muy querido amigo.


Llegó muy tarde el correo anterior y por eso no pude contestar por él la es timada de Ud. fecha 24 de enero. Apréciole cordialmente todo lo que en ella me comunica.

El congreso se reunió y prosigue sus sesiones en plena paz, sin que aparezca hasta hoy el menor síntoma de trastorno; bien que el gobierno nacional y el del estado están muy preparados para cualquiera eventualidad. Hoy comenzó a tratarse en la cámara de R.R.129 la nulidad de la elección de Santander: las falsificaciones escandalosas concebidas en ese Estado están demostradas de una manera evidente y palpable. Creo que en la cuestión capital que ha motivado la agitación del país, el cuerpo legislativo no cederá a la intimidación, que se ha querido obligarle.

El movimiento de Cartago ocurrido el 20 de febrero y la rapidez con que los vencedores de ese día iban, apoderándose hasta el 4 de todo el valle, nos tiene desde luego muy inquietos y constante imputativa. Es natural que Carrillo sorprenda y tome sucesivamente todas aquellas poblaciones; y sí, como aquí se anuncia, se han movido y lo apoyan por el Sur de Popayán, el gobierno del Estado se verá en circunstancias muy críticas y acaso insuperables.

No olvidaré las recomendaciones de Ud. salude afectuosamente a mi Sra. Manuelita, Clementina y demás de la familia, y mi respeto de Ud.

Fiel amigo y servidor

Vicente Cárdenas

AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folios: 73, 73v.129 Representantes.




Mil parabienes, a nombre de Anita de toda la familia, y por mi propia cuenta, por el nacimiento de tu nueva hija, la señorita Matilde María Rufina, a quien Dios cuide y guarde por muchos años en estos calamitosos tiempos de democracia roja.

Y ya que de buenas a primeras fui a tropezarme con la rojeria, te diré que se desbarata a toda prisa por su propia putrefacción. Aquí llega la discordia entre esa gente hasta el punto de darse de puñetazos en las calles, y de gritar desaforadamente Vicente Piñeres anteanoche en el teatro, a las barbas de barbaroja “muera la camarilla”. En Tunja están asados y fritos los rojos con Alejo Morales y el chato Solano que en todo se meten, que a todas horas gritan y alborotan, y que pretenden gobernar a todo el mundo. Si el partido conservador persevera en una conducta moderada y decente, no pasaran sino pocos meses para que la escena política cambie, y vuelvan a regir los destinos del país los verdaderos principios de gobierno. La candidatura presidencial o dictatorial de Obando pierde terreno rapidísimamente.

No hay en casa novedad particular. Anita, Aunque sufre sus irritaciones periódicas todavía, está notablemente mejorada, hasta el punto de conocerlo ella misma y confesarlo. Las enfermedades de Teresa se acabaron: anda ahora por el Chapinero. Félix se fue al Tigre con la comadre Isabel. Todos los demás están buenos y contentos.

Se espera de una hora a otra la muerte de Dña. Magdalena Rovira.


Te incluyo una carta para Julio, porque no Se a donde dirigírsela.

Saludo afectuosamente a Manuelita. Dile a Matilde que hace buenos tiempos que no veo letra suya.

Soy siempre tuyo. Buen hermano y amigo

Lino


Año 1851

[44] [Bogotá, 15 de enero de 1851. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 15 de enero de 1851

Mi querido Cenón.

Como suponemos que concurrirás a las sesiones del próximo congreso, que encontrando al sol del 7 de marzo en su cenit y al del 4 de junio muy opaco y sin calor no serán lo que el partido dominante piensa, Anita me recomienda encargarte le traigas veinticinco varas de bayeta azul de Quito de la de a 2 reales, para vestir a las criadas, y yo agrego a ese encargo otro, que es el de traer como puedas la cama de fierro que me regalo mi Madre, que dejé en mi casita al venirme, y que ignoro en poder de quien se halle.


La recomendación de Anita me la hace por expreso ah doc, venido a toda rienda desde el Chapinero en donde se encuentra acompañando a la Pepa Orrantia. Con esto, y con llevar de regreso alguna encomiendita de las de dos o de una en carga, quedarás por este año a paz y salvo en el negociado de comisiones del servicio doméstico.

Manuelito me escribe diciéndome que estaba alojado en tu casa, y tratado allí a cuerpo de rey. Supongo que ya habrá partido para Panamá, en donde tiene Anita por seguro que se encontrará con el cólera-morbo, o que será desafiado al rifle por algún yanqui. Ha sido antojo de él, sin contar con fondos suficientes para emprender algún negocio lucrativo, y por consiguiente jornada de aventurero, pero me gusta que corra algo por mares y por tierras dejando el rincón agreste en que se había metido, y continuando su aprendizaje de vida por cuenta propia.

Con regularidad te envío la civilización y el día, que me traen para ti de la imprenta seguramente por haberlo así prevenido. Con sobrecito de tu letra recibo de cuando en cuando algunos impresos de por allá.

No hay novedad en casa Teresa nada sufre: Anita está sumamente mejorada, gorda, exenta de dieta y de indigestiones, y hablando ya muy poco de hígados, irritaciones y doctor Cheyne.130 Todos mis hijos buenos: recibe mis recuerdos afectuosos.

En política nada aparece tampoco de nuevo, aunque se anuncia la próxima llegada de Obando, y aunque está enredándose según noticias una

130 Ricardo Cheyne era médico y cirujano y fue profesor de medicina en Bogotá. Sobre él Pombo publicó en 1847 un fo-lletín titulado: “Aclaración de un hecho.” En 1860 Cheyne curó a don Lino de una pulmonía severa.


cuestión desagradable con el agente francés, que dio de fuetazos en la calle a un tambor del 5º que le espanto el caballo, que reconoció luego su falta, y que hubiera dado excusa o satisfacción de buenas a buenas si el gobierno hubiese manejado el negocio con habilidad. La salida de los Morales y Alacranes ha sido para burla: se dice que andan por la Meza (sic) divirtiéndose a sus anchas, y descansando de sus campañas pasadas para emprender las siguientes con más vigor.

Soy siempre tuyo.

Hermano y amigo de corazón

Lino


Año 1853

[45] [Panamá, noviembre 6 de 1853. Carta de Jaime Pombo a Cenón]


Panamá, noviembre 6 de 1853

Mi muy querido hermano y amigo.

He recibido la apreciable de Ud. del 5 del pasado y celebro muchísimo que no haya ninguna novedad en la familia: yo tampoco la tengo a Dios gracias.

Remitiré en el próximo expres la carta que Ud. me incluye para Nueva York.


En la primera oportunidad que se presente enviaré a Manuelita los encargos del papel de cartas, de esquelas, cubiertas y plumas, que Ud. me hace a nombre de ella.

Muy agradable me ha sido el resultado de las elecciones en más provincias. Supongo que en la mayoría de provincias habrá sido igual.

Ya era tiempo de que empezara la reacción A mi modo de ver, los mismos rojos la ha precipitado al sancionar aquella tan peregrina constitución o sea el completo desgobierno elevado a principio positivo de administración.

Como será que el P. E.131 pueda regir la república con agentes que política y aun personalmente le sean hostiles. No lo comprendo; y menos aun concibo como es que aquella gente hiciera aquello para caer de bruces. Parece que la sabía providencia ha querido que los rojos por sus propias manos prepararan a sus rivales el triunfo. Ya ve Ud. también que la emancipación de la Iglesia no puede menos de querer que la completa caída de los antiguos opresores del catolicismo. Yo estoy agradecidísimo a Florentino González, como el autor de la exaltación de los conservadores. Con razón que el tío tigre esté tan furioso contra él.

Aquí las elecciones no han tenido ninguna significación política con relación a los partidos políticos de la N. G. (esto no es granadino). La disputa ha sido entre la capital y los cantones, o sea con los orejanos. Un tal Urrutia Añino ha salido electo de gobernador, y el día que llegó a esta fue una inmensa pueblada a la puerta de su casa a darle una cencerrada con toda clase de instrumentos de música estentórea. Instalada la cámara provincial se halla 131 Poder Ejecutivo.


dividida y acaloradísima, por los dos partidos que la dividen, el uno lo llamáremos de urbanos y el otro de campesinos de orejanos.

Los últimos tienen mayoría, y tratan de trasladar sus sesiones a Penonomé lo que tiene irritadísimos a los panameños etc. No solo hay esta división ahora aquí sino también una religiosa. Como el Padre Vásquez (el obispo electo) nombrado por el internuncio de visitador apostólico; y como se dice que el provisor de esta diócesis el Dean Barrera ha dilapidado en unión de su secretario e hijo político José Ma. García Paredes, los bienes de las iglesias con ventas escandalosas en que se asegura los compradores y el secretario han tenido ingentes ganancias, y por otros motivos que sería largo expresar han tenido reyertas que han llegado al extremo de que lo suspenda del provisorato y de anato. Y aquí fue Troya se niega, las facultades que tuviera el visitador para suspender al provisor y nombrar otro; y se ha convertido la tal cuestión y la iglesia en un barullo completo.

Estas recientes cuestiones han sacado a estas gentes de su natural y genial apatía para todo lo que no fuera cogerles águilas a los Yanquis. No se habla de otra cosa que de cuestiones gobernador y de Barrera. Nosotros los forasteros nos reímos y nada más de todos estos valerosísimos zopencos.

Remití a casa los “Ecos de ambos mundos”, en ellos verá Ud. las últimas noticias de Europa venidas por el vapor ingles. Se tienen no obstante más frescas por vía de los E.U.132 Se dice que la Turquía apoyada por los gobiernos Ingles y Francés ha notificado al Zar de Rusia que si no efectúa la desocupación de los principados en el término de cuatro semanas se entiende declarada la guerra. El orgulloso autócrata no cederá como es presumible; y sin duda habrá guerra 132 Estados Unidos.


la que tal vez se convertirá en europea. Ella traerá revoluciones y quien sabe todo lo que acontecerá si acaso no se conjura la tempestad en tiempo, como lo demandan los intereses mercantiles de la Europa. No hay otra cosa notable que comunicar.

Saludo afectuosamente a Manuelita y a todos los sobrinitos; y quedo como siempre su sincero amigo, hermano y compadre.

Jaime

A Dn.133 Para que Ud. vea el estado de incomunicación en que esto se halla del resto de la república y principalmente del Sur le diré, que las fechas más recientes que tenemos de Popayán, recibidas ayer por la aclaración de la carta de Ud. del 5 de octubre, cuando de Inglaterra se recibieron por vía de los E.U., hasta el 8 del mismo desde el día tres de este. De la China se sabe más pronto que de Popayán, y a propósito de China, le diré que triunfa la insurrección y se creé que al fin caiga la dinastía Tártara o Mankchue reemplazada por la del jefe de la revolución que es de origen Chino.

La guerra es de las dos razas.

En N. México se han descubierto portentosas minas de plata. Es el siglo de los descubrimientos de minas; y ellos los hacen (sic.) solo la raza anglo-sajona como en el 16º siglo los hizo la goda-hispana. Le refiero estas noticias por llenar el papel.


133 Es una abreviatura de adición.



Bogotá, 10 de noviembre de 1853

Mi querido Cenón.

Por este correo escribo una carta a Colunge, con relación al abandono en que tiene a Natalia y a sus hijos; manifestándole que es preciso que se vuelva a Popayán, aun cuando esté pendiente la persecución contra él por el alcance de cuentas, pues esa persecución cesara el día que el aparezca insolvente; o que, si no puede regresar por cualquiera cosa, arbitre sin demora los medios de proveer a la subsistencia de su familia y educación de sus hijos. Le digo esto, desde luego, evitando toda frase que pudiera ofenderle, y en vista de las cartas de Natalia en que pinta su miseria, aunque para nada la cito a ella. Me parece que tú debes escribirle también, sin perjuicio de hacer por la desdichada Natalia cuanto puedas para que no aparezca de limosnera, como buen hermano, cual lo hago yo aquí por su hija apreciadísima y por Teresa, que están ambas conmigo y dividen mis limitados recursos.

Sé que Teresa se empeña en hacer venir para acá a Natalia. Semejante proyecto es un disparate. Teresa vivirá ya muy poco tiempo, pues su enfermedad es incurable y se agrava diariamente: no cuenta ni aun con meses de existencia. En faltando ella, lo principal de sus bienes pasara a Natalia. Margarita ayudara en casa para volverse con las hijas de Don Joaquín Mosquera, si su mamá lo exige, ¿a que se atendría Natalia para venirse, trayendo como era natural sus hijos? Te encargo la disuadas de semejante idea. Margarita nos ha tenido con mucho cuidado, con once días de fiebre que sin duda son los preludios de una difícil transición a la pubertad. Por fortuna, al


onceno día ha hecho crisis la enfermedad, gracias a los remedios de Anita neutralizadores de los desatinos del Dr. Dudley: ya está sin calentura, y creo que no tendrá recaída pues su docilidad y su mansedumbre lo garantizan, no menos que el maternal esmero con que se la cuida.

Hoy Rafael ya no cesa de escribir por Manuelito he sabido que iba para Cali. Según parece, ese niño está viviendo en completa oscuridad en Popayán, y poco menos será entrar a manejar una tienda miserable con cuatro brazos, siendo él además incapaz para cuidarlos por su genio distraído y desbaratado. El no fue para allá sino con el objeto de que se moviese, pasase algunas crujidas y se rebutiese: después creí que lo nombraría el gobierno para una cátedra de matemáticas en el colegio de Popayán, y me gustaba que la sirviese, por cuanto así tendría forzosamente que estudiar y se abriría una carrera científica: no habiendo tal cátedra, ni presentándosele otra ocupación decente y lucrativa, es preciso que se venga a mas tardar en enero con los diputados al congreso. Tú serias el ejecutor decidido e inexorable de esta resolución: Manuelito dará el dinero necesario para llevarla a efecto.

Nada de particular ocurre, aunque dicen que Fraser ha renunciado el portafolio de guerra incidiéndole el general Mantilla, y que Lleras también hace división, sin saberse por qué. El nombramiento hecho de buenos gobernadores provisorios para Zipaquirá y Cundinamarca ha calmado los ánimos en esas dos provincias. Al gobernador de Cartagena, Nieto, lo ha suspendido y llamado a juicio la corte suprema. Aquí hay tranquilidad, pero sin confianza, y la legislatura provincial trabaja en paz, examinando por día tres o cuatro artículos del proyecto de constitución que yo redacte y que la comisión adoptó con muy pocas variaciones.


Del arzobispo sabemos que emprendía al fin su viaje para Roma, notablemente mejorado. Parece que habrá guerra general en Europa, por la cuestión entre Rusia y Turquía: las escuadras, francesa e inglesa habían pasado ya los Dardanelos.

Saludo con Anita a tu mujer y deseo estén buenos todos en tu casa. Soy tuyo, hermano de corazón.

Lino

PD: Te acompaño un libramiento de ocho reales contra el rector del colegio, M.A. Arboleda, para que los cobres.

La carta para Colunge la he rotulado a Barbacoas, así la ventura, no sabiendo con certeza donde estará.

Va una carta para Manuelito, porque lo supongo en Popayán.

A José Rafael no he alcanzado a escribirle, y lo considero en Cali.



Bogotá, 30 de noviembre de 1853Mi querido Cenón.

Bien comprenderás la terrible sorpresa y desagradable impresión que me causo tu carta del 16, y la adjunta de mi cuñado Miguel relativas ambas


al extravagante proyecto matrimonial de Manuelito. El mismo me escribió también sobre el asunto, y hoy le contesto improbando razonada y decididamente el tal proyecto y aconsejándole lo que debe hacer, que es salir inmediatamente de Quilichao para Cali, venirse de allí para su casa sin demora y dejar rotos esos ridículos compromisos de conmovido caballeroso, callado y pacifico aunque para ello haya de hacer sacrificios de dinero.

Imposible habría sido ocultar a Anita estos tristes acuerdos. Tuvo sin retardo conocimiento de ellos, se afecto extraordinariamente, pero se ha unido al fin conmigo como era de razón, para conjurar la tempestad, y ya la anima la misma esperanza que a mí, de que nuestro buen hijo no habrá precipitado la crisis, habrá aguardado a oír nuestra voz, y cejará ante ella respetuoso y convencido. Espantosa calamidad seria para nosotros y para toda la familia; si tal no sucediese. Anita se moriría de pena y vergüenza o perdería el juicio.

Con toda mi alma te agradezco tus buenos oficios en tan desagradable negocio, y cuento con que los proseguirás en cuanto fueren necesarios, con actividad y energía.

Teresa continua su penosa marcha hacia el sepulcro, sin que se encuentre medio de salvarla se le hizo la 6ª operación cinco días ha, y ya se siente llena de agua seriamente. De propio movimiento trata de hacer sus disposiciones testamentarias, y calcula sigilosamente los días que le faltan de vida.

No he podido ver todavía a troyano, que es el agente y apoderado de Ramos para saber si tiene orden de pagar los cien pesos de que habla el papelito de Sergio a pesar de no haber venido libramiento alguno a favor de Teresa, como pareciera natural.


Y a propósito de Sergio, te recomiendo le des de parte mía los parabienes por su regreso de la expatriación, agregándole mis deseos de que consiga vivir en paz al lado de su mujer e hijos después de la borrasca pasada. El se acuerda poco o nada de mí, pero tal olvido no disminuye en un átomo el cariño que le profeso, y el aprecio que me merece.

Anuncia su próxima venida el general Herrán, por la mala salud de Amalia, y también parece que se viene el general Mosquera. Probablemente decidirán a Julio a acompañarlos, como senador elegido por el Chocó. Los católicos no ven con gusto la elección y menos la venida de Julio, porque prevén con sobrado fundamento que él no se meterá como ellos bajo la hopalanda de monseñor Barili, y que sabrá hacer frente a la ridícula propaganda ultramontana sin dejar por eso de ser religioso su prescindir de sus deberes de ciudadano.

Te incluyo cartas para el Dr. Zorrilla y para José Rafael. No hay novedad gorda después de la Muerte del Dr. Cuervo. Lleras desempeña tras de bastidores la secretaria de relaciones exteriores y Mantilla aun no se ha posesionado en la guerra.

Anita te saluda. Soy siempre tuyo.


Lino



[47 Bis]

Sin fecha134

Advierto ahora que convendría incluir también mi respuesta del Rebolledo pensando que él tendría alguna razón particular para dirigirme su carta por tu conducto, allá va pues.

Cenón, Cenón de mi corazón, véame Ud. humillada, por el manejo de mi hijo,135 vea al más honrado de los padres abatido bajo el peso de la extravagancia más vil y ruin de un hijo ingrato, vea Ud. a las mejores hermanitas y más inocentes personas envilecidas por su hermano infame, sálvame Cenón esta tamaña desgracia, a toda la familia, que así mi hijo de mi entraña, no cede a la razón antes que cometa el atroz delito de parricida, con semejante enlace. Clávele Ud. un puñal en el corazón a nombre de la madre que le dio el ser, y piense que esta misma madre prefiere verlo muerto que envilecido, por Dios Cenón, no deje Ud. urgencia de mi familia.

Haga Ud. por ese hijo, lo que yo haría, por uno de los de Ud. Adiós de su

Anita


134 Esta nota carente de fecha, por su contenido alude al matrimonio de su hijo Manuel. Por este motivo se incluye acá.135 Este enlace de Manuel Pombo Rebolledo con Ana Ma-ría Ayerbe Quijano, se celebró el 26 de noviembre de 1853. Ella era hija de Ramón Ayerbe Rodríguez y de Josefa Quijano Mosquera. Aparentemente, y por lo que se deduce de los co-mentarios, don Lino y doña Anita no veían con buenos ojos esta unión.


Año 1854

[48] [Ibagué, 23 de septiembre de 1854. Carta de Lino a Cenón]

Ibagué, 23 de septiembre de 1854

Mi muy querido Cenón.Tengo a la vista tu carta del 6, que me deja

completamente tranquilo en cuanto a tu salud y la de toda nuestra familia, por cuya suerte no he sufrido pocas inquietudes durante los muchos días de incomunicación en que tan agitado se hallaba el Sur, por los estúpidos y perversos ------ del facineroso Obando. Una que otra vez te escribí de Bogotá, calculando que estarías también inquieto por mí y por los míos: no sé si esas cartas llegarían a tus manos.

Grande es la pena que me causa saber la fuerte suma que te debe Ramos. Pienso que para no perderla del todo, lo mejor que puedes hacer es venir personalmente y con la menor demora posible al Guamo, en donde él existe tendido en una cama, invalido del cuerpo en situación, de ni aun poder escribir, medio levitado del espíritu; y bajo los ojos de Argos del astuto y ambicioso yerno que reside a poca distancia y le tiene puesto de centinela a mi sobrino Holguín. Ramos manifiesta, y creo que con sinceridad, deseos de arreglarse equitativamente con todos sus acreedores antes de morir; y entendiéndose a la vez con él, sin tolerar la intervención de Barberi; se obtienen acomodamientos razonables, como los han obtenido Urrutia, Aníbal Galindo en comisión de Michelsen, y otros. Yo no he podido conseguir hasta ahora de él otra cosa, en lo relativo a la deuda a Teresa, sino ardorosas protestas de futuro pago, y el ofrecimiento de cien pesos para fines de este mes, que tal vez no percibiré por miedo de gastarlos o


perderlos; pero hay que advertir que, ni me he visto con él, ni saque de Bogotá su obligación que siguiera me habría servido para hacerle reconocer la firma.

Ayer se reinstaló aquí el congreso para continuar sus sesiones ordinarias, con número cadente de diputados, a pesar de haber quedado en el ejercito López, Julio y algún otro. Te envió con los boletines: el mensaje dirigido a las Cámaras por el Dr. Obaldía. La de representantes adoptó ayer mismo, casi unánimemente, tres resoluciones notables – 1ª una conmemoración nominal honrosa del Sr. Francisco, de Rojas Pinzón y otros militares y ciudadanos particulares muertos en defensa de la Constitución. 2ª Que las comisiones reunidas de infracción de constitución y leyes, informen con demostración de los hechos si hay lugar a proponer acusación contra el Presidente de la República y sus secretarios de Estado el 17 de abril, por los sucesos de aquel día nefasto. 3ª invitan al senado para que una comisión de ambas cámaras inquieran si algunos miembros del congreso se han prostituido tomando partido a favor de la dictadura, a fin de que sean arrojados de sus asientos. Esto último hizo palidecer horriblemente y temblar a Payan,136 presente como Representante del Cauca junto con Miguel Cabal, y en el senado se arrellana en una grande silla de vaqueta el faccioso en jefe José Antonio Gómez que ha venido acompañado de los dos Payanes, sus hijos, de miedo de Tejada.

José Rafael está en La Mesa, como coronel del general Paris, con la parte principal del ejército del Sur ascendente a cerca de cuatro mil hombres, que cada uno de ellos, en valor, entusiasmo y disciplina, vale por tres dictatoriales. Honda, y algunos otros puntos de la línea del Magdalena, han quedado abiertos; y no sería extraño que sobre ellos hiciese Melo alguna tentativa, si no se resuelve a salir de 136 Parece referirse a Eliseo Payán.


su estúpida invasión cargando con el grueso de sus fuerzas sobre la Meza (sic) en donde infaliblemente será derrotado. Julio, obrando por si con la más grande habilidad, es quien sacó por fin a nuestros generales del letargo en que se hallaban, obligándolos a pasar el río. A Julio exclusivamente se le debe la brillante vitalidad con que se han encaminado nuestras tropas hacia la cordillera, aterrando a los contrarios y dando existencia a multitud de guerrillas que los acosen, al mismo tiempo que se fomente entre ellos la deserción y las desavenencias.

Las últimas noticias de las provincias del Norte, sobre las consecuencias de la victoria del 28 de agosto en Pamplona, son magnificas. De la división de Girón solo se salvaron hasta Capitanejo poco más de cien hombres: quedaron prisioneros ochocientos, en la persecución activa que se les hizo, y se cogieron novecientos fusiles. Todo aquel territorio puede decirse que está libre, y en él tendrá ya Mosquera cuántos soldados pueda armar. Se asegura que en Zapatoca fue cogido el perverso Ramón Ardila. Salvo la Ciénaga, en que con fuerzas muy superiores estaba perdiendo el tiempo el general Paredes, por todas partes se ha despejado el horizonte.

De Anita y mis hijas se directamente hasta el 11. Quisieron ocupar mi casa para hospital de disentéricos, y quizá después la querrán tomar para casa fuerte en el plan de atrincherarse los bandoleros en Bogotá; pero la Legación inglesa está de por medio, la salvó una vez y la salvará otras. No hay otra novedad allá. A mí quisieron sacarme mil fuertes de contribución, pero no lo lograron. Yo estoy bueno aquí con Manuelito, empeñado hasta las orejas. Saludo afectuosamente a tu mujer, a Natalia, Margarita etc., y soy tuyo de corazón, buen hermano y amigo.

Lino


No puedo escribir hoy a Francisco Urrutia. Salúdalo de mi parte diciéndole que recibí su carta de Cartago.


Año 1855

[49] [Bogotá, 21 de febrero de 1855. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 21 de febrero de 1855

Mi muy querido Cenón.

Te acompaño el libramiento para que saques del correo y entregues a Simona 8 onzas del año viejo (una es boliviana), 1 cóndor y 1 peso fuerte, explicándole que representan el total de la cantidad sacada de la caja de ahorros en abril de 1854 por capital e intereses de su libreta, así:

Las 8 onzas a 17 fuertes, que es como las he recibido de la tesorería general 136 Fuertes

El cóndor 10El peso fuerte 1Partes, doce reales 1 ,2

Son pesos fuertes 148 ,2Son reales 148 ,2

Me entregó Antonio el paquete con tus siete libretas. Haré anotar en ellas lo devengado por los dividendos, y los retiros y nuevos depósitos en libretas nuevas conforme a tus deseos, para devolvértelas cuando haya seguridad. Falta por declarar todavía


el 2º dividendo de 1854. Te envío por separado dos paquetes de impresos: Uno de ellos con las memorias de hacienda y de relaciones exteriores.

He tenido que hacerme cargo, por cuenta de la deuda de Ramos a Teresa, de una mesa fina pero estropeada de caoba en piezas, para 22 cubiertos, en 325 pesos sencillos, y 2 docenas de sillas barnizadas de madera en 60 pesos. Para realizar estos mondongos habrá que gastar primero en barnizarlos y componer varios daños, y perder luego en los precios. El malvado Barberi se está saliendo con un plan de embolsar el dinero y pagar a los acreedores con los tales mondongos.

En deuda de 600 pesos para Teresa, fuera de 90 que han dejado de pagarse al médico por su cuenta de 290, me tiene afligido, porque además de su carácter de ajena, es un gravamen adicional sobre los muchos y fuertes que han caído sobre mí a consecuencia de la revolución Melo - Obandista. Para compensarlos no me han abonado sueldo de procurador general sino desde que llegué a Ibagué, y de eso dos terceras partes en billetes que he vendido a 20% de descuento. El destino pasó a Florentino González el día 12. El Colegio Militar, que me proporcionaba una mediana renta, está en suspenso hace tiempo. Y todos los artículos de necesidad diaria han subido de precio enormemente: la arroba de carne, por ejemplo, que costaba 8 o 10 reales, vale ahora tres pesos.

El Congreso trabaja en paz, sin partidos marcados. Los procesos siguen su curso. A Obando le dicen terribles cosas los testigos de la acusación, en sus declaraciones y correos: el M. Mantilla acabado con él en estos días. Jiménez, un Posadita, un Peralta y otros le hacen inculpaciones tremendas. Su defensor, el doctor Aguilar, me ha dicho que son incontestables ya las pruebas del proceso. Se asegura que Obando


piensa en fuga para el Sur, sin perjuicio de trabajar aquí por alguna nueva revolución en que sea proclamado como Presidente constitucional por lo menos. La Presidencia se le acabará indudablemente en marzo, en el juicio del Senado para cuya vista se ha señalado el día 6.

Mi familia está regular de salud. Todos te envían afectuosos recuerdos. Los míos a tú Manuelita y niños, a Natalia, Margarita y Sergio.

Soy tuyo buen hermano y amigo. Lino


[50] [Bogotá, abril 26, 1855. Carta de Rafael Pombo a Cenón]

Bogotá, abril 26, 1855

Mí querido Tío:

Realizando de buenas a primeras uno de los castillos que en nuestras conversaciones con la adorable prima echábamos a volar, me voy mañana a los Estados Unidos de secretario del general Herrán. (Oh, si fueran mis compañeros de viaje al menos Leopoldo y Juan Bautista sino todos ustedes, y pudiéramos ir a hacer en esa tierra de hierro y de vapor, pero de porvenir y de paz, el nido de amistad que en Popayán fue para mí tan dulce y confortable) no desespero de alcanzar a ver por allá a ustedes y creo que la prima no habrá dejado dormir en la cabeza la eterna idea de expansión y europeismo que la agitaba. Yo tal vez no


estaré allí más que un año pero confío en que de algo me servirá.

Se que Clementina ya se deja decir coja sin ponerse brava, porque tiene tanto de ello como yo de samaritano. La prima Carmelita, también me dicen que sigue mejor. El lunar de la ciudadana Matilde bate retirada a toda prisa, y todo así va perfectamente bien. Por acá hemos tenido a Julio muy malo, pero ya está casi enteramente bueno, y de resto no hay novedad. El Congreso quiere hacerlo todo, trasformarlo todo, y nada o muy poco hace, y casi todo lo dejará por fin en el mismo estado. Pero en lo poco que ha hecho hay algo bueno y en lo que deja de hacer nos escapamos de algo malo, de modo que es una excepción honrosa entre varios congresos que hemos contado por funestos para la República. La administración Mallarino sigue en la gracia popular, no hay excandecencia en los partidos, y, en fin, estamos mejor que bajo el régimen de los diecisietes.

Largo quisiera escribir pero ya no me resta tiempo.

Saludo muy afectuosamente a las adorables primas y primos, tía Natalia, Margarita, Sergio y ha (sic) Josefita, etc.

Y confiando en que no me recuerden menos por alejarme Uds.

Soy de todos aquí y en todas partes buen amigo.Y suyo muy afectuoso sobrino.

Rafael Pombo



[51] [Nueva York, agosto 3, 1855. Carta de Rafael Pombo a Cenón]

Señor Don Cenón PomboPopayán

Nueva York, agosto 3, 1855.Mi predilecto Tío:

La vuelta de Miguel me proporciona el placer de dirigir a Ud., a las adorables primas, a los primos y a todo Popayán mis recuerdos desde esta ciudad imperial de los Estados Unidos, como la llaman los Yankees, y en el aniversario del día en que conocí la primera, Santuario de tantas glorias para la República y de tantos afectos para mi familia.

Por una de tantas carambolas que hace Dios con los hombres, vine a pasar de Popayán al centro de la revolución de Melo y de aquí a Nueva York, gracias a la bondad suma del general Herrán. Llegamos aquí el 27 de mayo pasado después del viaje más rápido y feliz que se puede desear; tuve inmediatamente el anhelado placer de conocer a Tía Matilde, Sofía e hijos de Julio, aunque faltando el justamente llorado Pedro Pablo, e instalándome en el mismo día en el mejor punto de Nueva York, la plaza de la unión, comencé mi vida Norte Americana chapurreando el poco ingles que estudie en 1845. Como entramos en domingo, día tan extravagantemente observado por los Yankees, la primera impresión fue de soledad y tristeza, a lo que contribuía lo nublado del cielo (con cielo nublado también entré a Popayán) y el granito pardo de que son aquí los frentes de casi todas las buenas casas. Al otro día todo fue movimiento y ruido, y ya lo siento y oigo sin caer en cuenta y sin que me produzcan la menor molestia. A los pocos días fuimos a Washington, y yo quedé muy pagado del afectuoso y lisonjero recibimiento que nos hizo


Mr. Pierce, conocí el Navy Yard y otros monumentos de arquitectura o industria de Washington y luego en la vuelta pasee el opulento colegio de Gerard y el Water Works de Filadelfia.

En materia de industria hay aquí verdaderas maravillas que estudiar; en materia de legislación y política hay muchos desengaños que conocer. La legislatura de Nueva York dio una ley “Magne Law” prohibiendo la venta por menor de licores y ha sido universalmente burlado, desobediencia ridiculizada. Hay un partido que va tomando auge al vapor, el llamado de “Know-Nothings”; y este tiene por divisa “guerra a los católicos, hostilidad a los extranjeros, paralización de la inmigración”. Puede ser que pronto domine en el gabinete y en las legislaturas, y ¿que pueda Ud. entonces esperar de un país donde imperan tales principios. “El relativo a inmigración se trata de hacerlo favorable a la emigración a N. Granada, por contragolpe, y pueda ser que se obtenga algo, pues ahora se habla bastante de nuestro país aquí, hay varias compañías de navegación en el Magdalena y otras empresas granadinas, y además se ha publicado un folleto remarks on The Canal del Dique of Cartagena” que pinta a N. G. como un paraíso y que ha hecho favorable sensación. El simple hecho de salir uno de su país se lo hace apreciar debidamente, y con las circunstancias que concurren en N. Granada hoy estoy muy orgulloso de ser granadino. ¡Nuestro destino es inmenso y no se necesita más que dar el primer paso hacia él!

Ojala tenga Ud. la bondad de escribirme largo sobre asuntos granadinos, especialmente del Sur. Fidel está en un pueblo lejano aprendiendo ingles, y desde allá estoy seguro de que hace de Ud. Buenos recuerdos. Suplico a Ud. presente los míos a Enrique Arroyo, Pontón, primo Antonio, Manuel, Emeterio y primos Arboledas, y de Mosquera, Lunas, Madriñán,


Urrutias, Nicanor, M. Ma. Lemos, Sergio, tíos José, Miguel y Joaquín Cajiao, señores Olano etc. etc. etc. etc. y nunca dude del extraordinario cariño y gratitud de su sobrino y amigo.

Rafael

Aparte escribo a prima Manuelita, Carmen. Teresa, Josefita, tía Natalia, Margarita, Clementina, Juan B, Leopoldo, Enrique, Zoilo Cárdenas, Vergara y Rafael Castrillón.

Todo hecho hoy creo que he conmemorado bien a Popayán.



Bogotá, 21 de noviembre de 1855

Mi querido Cenón.

En los vales que me enviaste para su conversión en renta del 6%, resulta que habría sin pagar algunos semestres de intereses. En consecuencia me han dado seis órdenes de pago que importan 30 pesos fuertes y 85 centavos, en esta forma.

Cuatro de a 0,110 0,440Una por 18,225Otra por 12,185Total 30,850


Debían ser cubiertas estas órdenes de pago por la tesorería general, pero no lo son porque no entran en ella sino papeles y no se pagan ni aun los sueldos. Las tendré pues en mi poder, hasta que tú dispongas que las venda a descuento a los agiotistas.

No hay novedad en casa. Saludo a toda tu familia, y soy tuyo buen hermano.

Lino


Año 1856

[53] [Bogotá, 20 de febrero de 1856. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 20 de febrero de 1856

Mi muy querido Cenón. Tengo en mi poder, para remitírtelos en la primera

ocasión segura, o por el correo si a así lo dispones, los vales de renta sobre el tesoro del 6% por el valor total de 1350 pesos fuertes que produjo la conversión de los de deuda consolidada que me enviaste, perdiéndose un residuo bien pequeño que no recuerdo.

Son, uno de 1000 pesos, No 3228 1000Tres de 100 pesos, Nros. 3229, 3230 y 3231 300Cinco de a 10 pesos, Nros. 3232 a 3236 50

1350

Todos son de fecha 1º de diciembre de 1855, y su primer compra es el 16, pagadero en marzo de 1856.


Existen también en mi poder todavía las órdenes de pago de que te hable en otra ocasión, por intereses no pagados de los vales convertidos; que son veinte y tantos pesos.

No hay novedad. Ayer terminó en la cámara de Representantes la discusión sobre las objeciones del Ejecutivo al proyecto de abolición de la pena de muerte; resolviéndose no insistir, por 30 votos nominales contra 24. Creo que pasará el negocio al Senado.

Te he enviado las memorias de las cuatro Secretarias, y siempre te mando la serie de Nros. de la Gaceta.

Saludo a tu mujer y familia, a Natalia, Margarita y Sergio, y soy tuyo buen hermano y amigo.

Lino


[54] [Bogotá, 3 de junio de 1856. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 3 de junio de 1856Mi muy querido Cenón.

Toda la familia, en descarga cerrada, corresponde a ti y a Manuelita con felicitaciones ardorosas por el aviso que nos das del nacimiento de tu hija Beatriz María Trinidad. Llegaste como yo a los siete hijos, cuatro varones y tres niñas; pero a mí me tocó pagar tributo con el último al creador que me lo había enviado y que tuvo a bien llevárselo en seguida.


Para que no me quedes nada a deber, y para que hagas la anotación correspondiente en el registro de familia, ofrezco también a ti y a tu mujer un tercer nieto que hoy pocos minutos antes de las seis de la mañana dio a luz Felisa, con extraordinaria facilidad: es un varoncito de pequeñas dimensiones, pero temo según todas las apariencias, que se apresuró en nacer con la curiosidad sin duda de ver si por fin hacían alguna cosa de provecho los C.C. Senadores y Representantes a los 123 días de tertulia.

He pedido a la Secretaria de Hacienda el título de que me hablas, y de que creía que ya no necesitaba ningún empleado. Ofrece a mi nombre el nuevo nieto a Natalia, Sergio y Margarita.

Soy tuyo de corazón buen hermano y amigo.

Lino


Año 1857

[55] [Bogotá, 20 de mayo de 1857. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 20 de mayo de 1857Mi muy querido Cenón.

Con infinita pena hemos sabido por tu carta del 5 la calamidad domestica que en ella me comunicas la muerte de tu hijita Beatriz. Muy desconsolada estará su Mamá, pues con mucha dificultad se resigna una madre al sufrir un golpe de tal naturaleza; pero aunque el corazón lo resista, y broten las lagrimas sin poder


contenerlas, la religión exige y la razón aconseja sobreponerse a todo con resignación cristiana y filosófica, ya que es imposible la conformidad. Dios te dio esa hija, Dios se la llevó luego que su voluntad sea acatada y cumplida. Reciba Manuelita contigo la cordial manifestación de simpatía por su justo dolor que con Anita y mis hijos le envío: sabemos avaluarlo, habiendo pasado antes por igual trance nosotros mismos. También, como me lo recuerdas, pague yo a Dios las primicias de los frutos del matrimonio con mi séptimo hijo. Otra Beatriz Pombo, que recuerda a su venerable abuela, queda en la familia, y ella me recomienda expresamente un pésame cordial para ti y para su tía.

A esfuerzos de la perseverante acción del General Mosquera, va saliendo la federación en las cámaras, por medio de una ley de división territorial en Estados soberanos. Para que así desaparezca toda esperanza, entre nosotros, de paz y prosperidad.

Nada se adelanta en el concurso de Ramos.

Ahora ha sido nombrado sindico el Dr. Ángel M. Domínguez, cuñado del Dr. Sanclemente según parece, quedaremos en descubierto todos los acreedores no hipotecarios.

De Matilde nada sé hace tiempo: ni ella ha vuelto a escribirme desde que llegó, ni yo he podido escribirle. Dile que la gota sigue afligiéndome. Ahora estoy en lenta convalecencia de un nuevo ataque, con que se coronaron los padecimientos firmes que en continuada serie he estado sufriendo desde el 1º de abril.

Es mediodía y no alcanzo a más. Soy siempre tuyo de corazón, buen hermano y amigo.

Lino



Año 1858

[56] [Pasto, 10 de febrero de 1858. Carta de Vicente Cárdenas a Cenón]


Pasto, 10 de febrero de 1858Mi muy querido amigo.

No pude escribir a Ud. por los dos correos anteriores, porque en el primero la muerte de mi cuñado Julián, y en el 2º una urgente correspondiente para ver si repara algo de las indignas pilatunas que se han hecho en Bogotá, no me dejaron un momento disponible. No por esto deje Ud. de contar siempre, misivas de mi Sra. Manuelita, con mi fina y constante voluntad y cariño.

Los primeros actos de nuestro gobierno ejecutivo me han inspirado la más triste ida y los más serios temores sobre el porvenir de nuestro pobre Sur. La separación de Panamá de esta gobernación ha causado aquí una improbación y un descontento universal. Ha de saber que creo que fue nombrado este distinguido y este amable patriota, todos quedaron aquí satisfechos y la administración que comenzó a moverse admirablemente en poco más de un mes le ha hecho más que Chávez en un año. Y ha de saber Ud. más, que el nombrado en su lugar es un hombre simple que ha sido mal visto aquí, que no goza de respetabilidad ni de consideración personal en el país, y que no tiene más principio fijo y seguro que la causa


de Flores con quien conserva correspondencia. En lugar de Julián, 1er suplente del gobernador, ha sido nombrado otro coronel de Flores, Francisco Javier Benalcázar, inepto también y para nada. Aquí se ha considerado el nombramiento de López como un bofetón para Pasto; en verdad que tienen muchísima razón.

El primero y más grave de los errores es el nombramiento de Castro para la secretaría de gobierno; y los consejos de este pedante respecto de este país en donde no es querido, producirán quizá la perdida de Pasto para el Gobierno y para el orden; y si el general Mosquera ha buscado en López un instrumento de su espada y de sus caprichos, se equivoca, porque el día que se dé aquí la voz de resistencia López no se tiene 10 minutos.

Hace como 8 días que pasó por aquí en posta a alcanzar al general Mosquera un alemán procedente del Sur. El ministro Venezolano había reclamado en Quito los bienes secuestrados a Flores, con el apoyo de los agentes del Perú, Inglaterra y Francia, y como su reclamo fuese rechazado, se retiró protestando. Agregue Ud. a todo esto que el gobierno Ecuatoriano va a concebir la más profunda desconfianza del otro solo con el nombramiento de López para gobernador de esta provincia.

Con Dominga saludamos fina y cordialmente a mi Sra. Manuelita, a Clementina. Leopoldo, Juan B. Enrique, Matilde y Ricardo, de quienes no me olvido.

Grande es mi repugnancia de ir a la magistratura, especialmente cuando he visto como ha empezado a proceder el gobierno de otro pobre Estado. El general Mosquera no puede contentarse con la situación que tiene, temo los planes descabellados que estará


meditando, y preveo que no muy tarde habrá que hacerle resistencia; ¡Santo Dios!

Adiós: consérvese Ud. bueno y feliz, y disponga de su leal amigo

Vicente Cárdenas




Con el general Mosquera te remito un ejemplar de mis “Lecciones de Aritmética y Álgebra”, cuya impresión me ha proporcionado mil afanes y me ha endeudado notablemente. Seré hombre arruinado si no logro vender pronto la edición.

Haz la diligencia que puedas para que conozcan algo la obra, la adopten por texto en los colegios, y se aprovechen para comprarla de la rebaja que ofrezco de 8% en el precio de 25 reales, de cien ejemplares para arriba, lo cual representa una peseta por tomo, y 20 fuertes por cien ejemplares.

La envío también al obispo por Torres, y a mi amigo Urrutia.

Para hacer un obsequio al famoso pintor retratista Ramón Torres, que por instancias de mis hijos Manuelito y J. Rafael está haciendo mi retrato al óleo


y el de Anita, te recomiendo busques y me envíes en 1ª ocasión unas piedras pomes de grano bastante fino que el necesita y se ha empeñado para que le consiga.

En casa no hay novedad: yo continúo sufriendo de la cabeza y me iré dentro de pocos días a Villeta en busca de salud. Mis recuerdos afectuosos a tu Manuelita, a Matilde, Natalia y Sergio. Soy tuyo, hermano y amigo de corazón.

Lino


Año 1859

[58] [Bogotá, 14 de junio de 1859. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 14 de junio de 1859Mi muy querido Cenón.

Con motivo de ciertas diligencias que practica en Europa mi cuñado Miguel Rebolledo a fin de recaudar algo de una sucesión que corresponde a la familia de mi mujer, necesito que tú, prestando voz y caución por este y por mí, solicites en Popayán que por ante el registrador o notario respectivo y conforme a la ley se expida certificación en forma de los documentos siguientes:

Partida de casamiento de la Sra. María Manuela

Gutiérrez con don Andrés Nicolás Tejada, Abuelos de Anita.


Id. de bautismo de mi hija Juana Maria Tejada.Id. de matrimonio de esta con D. Francisco Arturo rebolledo.Id. de entierro de la Srª Gutiérrez.Id. de id. de su hija Juana Maria.Id. de bautismo de Miguel Rebolledo.Id. de id. de Ana Maria Rebolledo.

Autentificándose la firma del notario por quienes corresponda hasta el Gobernador del Estado.

Poco hay de nuevo por acá. Continúa la tonta rebelión de Santander, allá por Pamplona y Cúcuta.

Llegó y presentó sus credenciales el estimable nuevo Ministro de los Estados Unidos por Sr. Jones. Las noticias de la guerra italiana han sido recibidas con general entusiasmo. Pronto pasará por Panamá una embajada del Japón para los Estados Unidos. Mi hijo Fidel se embarcó en N. York para Francia el 2 de mayo. Que ensalada de crónica!

Con Cárdenas te escribí y te envié tus libretas. No hay novedad en la familia. A tu Manuelita y a mis hermanas mis afectuosos recuerdos soy tuyo.


Lino




Bogotá, 17 de agosto de 1859Mi muy querido Cenón.

Oportunamente recibí los certificados de bautismo, matrimonio etc. que te había pedido: y por el correo último me llegó la carta de Cárdenas para D. Ignacio Gutiérrez, que fue entregada sin demora. He leído con gusto el discursito pronunciado por nuestro sobrino Gonzalo al abrirse los certámenes del seminario, y que supongo será obra de Sergio.

Es cosa de aturdir los disparates que imagina, escribe y propone el General Mosquera para satisfacer a los arranques de un amor propio permanentemente entendido, poniéndose más y más en ridículo cada día. Lastimario es para quien como yo le aprecia, verle colocado en tan falso predicamento cuando mil circunstancias lo llamaban a representar el primer papel en la grande obra de la consolidación definitiva del régimen legal en el país.

Anita me recomienda decirte que Vicente Guevara Cajiao llevó para Popayán varias menudencias de modas con encargo de venderlas y de entregarte su producto que serian unos doscientos treinta y cuatro pesos sencillos, para que tú los remitas acá deduciendo portes si hay que pagarlos, y deduciendo también lo gastado en las certificaciones consabidas. Puedes avisarle a Guevara que estás ya advertido de esto y Anita quiere que de paso también le digas que suspenda entregar la carta que llevó para Miguel Valencia, si aun la tiene en su poder.

Fuera de la guerra de periódicos, nada ocurre digno de mención, y se considera terminada como Sainete la tentativa revolucionaria de Nieto en Cartagena.


En la familia no hay otra novedad que la del nacimiento de mi 6º nieto, el tercer hijo de Felisa, hermoso y robusto, todavía sin nombre por no habérsele bautizado. Anita y mis hijos te saludan, y yo soy siempre tuyo buen hermano y cordial amigo.

Lino de Pombo.

Un extranjero respetable amigo mío, me escribe pidiendo semillas de la grama buena naranjada que supongo podrán conseguirse en Popayán, de Pitayó. Hazme diligencia por ellas.



Bogotá, 2 de noviembre de 1859Mi muy querido Cenón.

A última hora me recomienda Anita escribirte remitiéndote una factura de los efectos que llevó a esa Guevara Cajiao desde el mes de agosto para venderlos y darte el dinero; por cuanto su profundo silencio la ha hecho entrar en sus recelos; y sus efectos son parte de una remeza hecha de Paris por Miguel Rebolledo. Anita desea que tú; con maña, averigües de ese nuestro pariente si ha realizado los efectos y porvenires te entregue los reales, para remitirlos a su dueño. Ella hizo confianza del tal hombre a la buena ventura, sin conocerlo, y debe cuidar de que no la burle y se quede riendo.


La novedad de aquí es el asesinato del Gobernador del Estado, José María Malo Blanco, por su hermano Jesús, a tiros de pistola, el sábado 23, a las 10 ½ de la mañana, en el atrio de la catedral; al pie de la torre de la esquina. Sobrevivió 28 horas la víctima, y ayer se hizo su entierro con numerosa concurrencia y grande solemnidad. El suceso ha producido una sensación profunda. Está preso el asesino y se adelanta el sumario y en la cuestión de intereses que dio motivo al horrendo atentado parece indudable que no tenía un adarme de razón de su parte.

Viene el General Herrán, con ocho meses de licencia, quedando encargado de la legación mi hijo José Rafael.

Adiós, soy tuyo hermano y amigo de corazón.

Lino


Año 1860

[61] [Bogotá, 18 de enero de 1860. Carta de Ana María de Pombo a Cenón]

Bogotá, 18 de enero de 1860Mi muy querido Cenón.

Por mal de mis pecados y porque me dijo Vicente Guevara que en Popayán se venderían esas mercancías que le di me tentó el Diablo a dárselas, sin recibos ni mas ceremonias que su palabra y hasta la fecha no he recibido ninguna carta de él y como todo esto es de


las mercancías de Miguel mi hermano a quien tanto favor le debo, no quiero que este tunante se las lleve y así y por lo que Ud. le contesto a Lara en la carta, le suplico que Ud. tenga la bondad de recogérmelas y vendérselas a cualquier comerciante que quiera dar la mitad de su valor para que no se pierda el principal que es lo que yo deseo sacar con tal que sea descontado que es lo que me conviene para quienes esto dinero, y por esta razón no quiero que las pasen a la tienda de mano José, pues por lo que den con tal que sea de contado aunque sea menos de la mitad de los valores de factura; ya sé que Ud. extrañara que yo le comisione esta pandorga pero no me ha quedado en Popayán nadie que lo pueda hacer, pues si le encargo esto a Pontón correría la misma suerte que Guevara y si es Jorgito, de esto se burlara este bribón. Con que así mi querido Cenón dispénseme y hágame esto conociendo ya que el talentudo de Don Mariano Ospina nos ha dejado reducidos a tener que emprender cualquiera especulación para vivir y yo una pues la conozco ante esta familia mientras tenga a Miguel en Paris pues a ocasión que yo tomo lo que necesito para mí y para las niñas si campo me queda algo de ganancia pues yo no le devuelvo a Miguel otra con que el capital y los costos. Dios quiera que esto me dure mientras. Sale este grandísimo estúpido en procura a lo nuestro y que entre otro cualquiera que sea para por malo y fuera no será como esta administración de campesinos, como la llama Quevedo el músico. Celebran que ya esté mejor el general Mosquera pues el ataque ha sido fuerte, saludo a Manuelita y soy su amiga y hermana de corazón.

Ana Maria de Pombo



[62] [Bogotá, 27 de marzo de 1860. Carta de Lino a Cenón]

Bogotá, 27 de marzo de 1860Mi muy querido Cenón.

Algo tarde de la noche y con la cabeza débil, contestaré en pocos renglones a tú afectuosa carta del 14. Te agradezco infinito el vivo interés que en ella manifiestas por mi salud, ya bastante restablecida del gravísimo ataque de pulmonía de que me salvo Dios por medio de la ciencia y cordial amistad del Doctor Cheyne; pero estoy muy delicado del pecho y del estomago, y hoy ha sido el primer día en que me he atrevido a salir un rato a la calle para corregir algo la pesadez de las piernas y tomar un poco de sol.

Anita está muy reconocida por tus esfuerzos para recoger lo que llevó Guevara. Este debe entregar a más de los efectos y los 18 pesos sencillos que consignó, lo siguiente:

Por las 4 mantillas de Grot3

vendidas, con la rebaja de 4 Ps 16 Ps

2 juegos de cuellos y mangas de crinolina bordadas, o su valor 10

Total 86 ps

Procura cobrárselos.

Horroroso y nunca visto es lo que pasa en el Cauca. Aquí el Gobierno ha aprobado en la parte sustancial los arreglos hechos en Cartagena por el General Herrán, y este va a tomar el mando de las armas.

Abrazo a mis hermanas: mil afectos a Manuelita.

Tuyo de corazón.

Lino



Año 1861

[63] [Pasto. 19 de agosto de 1861. Carta de Vicente Cárdenas a Cenón]

Sr. Cenón Pombo

Pasto. 19 de agosto de 1861Mi querido amigo.No me atrevo ni a felicitar a mis amigos de Popayán

porque me amargan sus largos padecimientos y la esperanza única de la patria nativa sin embargo, estoy contento de saber que siguiera conserva Ud. la vida y están libres! que esta lección sirva para tener los ojos abiertos a nuestros ciegos políticos!

Le acompaño un nombramiento para Luna, e interesa que él entre luego en ejercicio para que se recauden las rentas, porque otra primera necesidad ahora son los recursos para continuar la campaña. Por eso no me voy inmediatamente, pues habiendo tomado muchas medidas para acumular dinero en estas provincias, es preciso hacer las efectivas se vuelva la espalda nada producirán.

Tampoco me he resuelto a hacer nombramientos en esa provincia, temiendo que allá los hayan hecho provisionalmente, en particular el de Gobernador además estoy ciego sobre la conciencia de los hombres y temo cometer un error. Espero pues algunos informes, y saber cómo ha dispuesto de su suerte la provincia de Popayán ya libre de sus infames opresores.


Saludo a mi Sra. Manuelita, a Clementina y todos los chinos, y me repito.

Su amigo de corazón.

Vicente Cárdenas

Si Dominga necesita algún dinero le suplico que si le es posible se lo proporcione, que le será cubierto a nuestra vista.


[64] [Cuenta corriente con el Dr. Vicente Cárdenas]

Cuenta corriente con el Dr. Vicente CárdenasCargo

Le presté en dinero 100Me quedó debiendo por cuenta del Sr. Tejada 200Pagados a Ferri por unos Calzones y un chaleco “39Al mismo por una levita “34A Maldonado por la compostura de un reloj de J. Isaac ““4

Por 2 pares de zapatos que me encargo para Matilde a 2p, y 4r de su conducción por balija

““4-4

Por el valor de un sello para cartas ““2-4Por el resto de lo que recibió de Teresa, deducida 2 onzas de oro que me remitió a Bogotá

“30-“

Suma 394-“


Data.Hasta el 23 de mayo de 1840 me había entregado en día 150

Por el valor de una carta Filípica “12Por el de un diccionario de legislación de Escriche “18

Por el de una Gramática Castellana ““5En junio de 1841 me entregó en dinero “48

Por el premio de 9 onzas de oro que me remitió para hacer un Pago al Sr. Escobar ““2-2

Por el valor de 2 ejemplares del manual de practica forense ““8-“

Por el de una brocha de afeitarse comprada en Cali ““1-“

En 26 de abril de 1843 me entregó en dinero 100 344-2

Diferencia “49-6

Otra cuenta con el mismo para fletes de caballería en 1843

El flete de las 6 caballerías que ocupamos, a razón del 16p hasta La Mesa y de 12r a Bogotá, importó 105p de los cuales

corresponde la mitad al Dr. Cárdenas “52-4Por el fl ete de una caballería hasta la plata por el Dr. Guerrero ““6-“

Por el de 4 caballerías para el mismo de la Meza a Bogotá a 12r ““6

suma “64-4

Se rebajan las partidas siguientes:Pagados por el Dr. Cárdenas en Patico “25

Ídem en La Mesa “12


Por una onza de oro que me entregó en Bogotá “17 “54-“

Diferencia “10-4


[65] [Tumaco, 18 de octubre de 1861. Carta de Miguel a Cenón]

Tumaco, 18 de octubre de 1861

Señor Dr. Cenón PomboPopayán

Mi querido Cenón.

Se sorprenderá Ud. al ver que le fecho esta carta de Tumaco, sabiendo que estaba yo en Bogotá en poder del dictador137 le diré como conseguí salir. Pedí pasaporte para salir de República, se me negó, pero después de repetidas instancias, y con una fianza de 4000 fuertes se me concedió. Mi proyecto fue venir a Panamá y aprovechar la oportunidad de entrar al Cauca, lo he conseguido y pienso ir a Popayán lo más pronto que pueda. Ahora le diré algo de la situación del país. Salí de Bogotá el 17 de agosto. Hasta ese día Mosquera se ocupaba con actividad en mandar tropas sobre canal al Norte y sobre Lozano y Rivera al Sur. Para atacar al 1º saldrían de Bogotá unos 2000 hombres al mando de Santos Gutiérrez, y a los 2dos más de 1000 al mando de Policarpo Martínez, Liborio Duran y el negro Victoria. El reclutamiento en Bogotá era general, pero a pesar de esto la fuerza del

137 Se refi ere a Tomás Cipriano de Mosquera quien por segunda vez asumía la presidencia para el periodo 1861-1864.


Dictador en la ciudad y la sabana no pasaría de 2000 hombres, es cierto que tenia abundantes recursos pecuniarios, pues la salina le daba $ 2000 diarios y estaban recaudando $400,000 que había distribuido a los conservadores de la ciudad. También había recibido 200,000 Ps de las aduanas de Santa Marta y Cartagena y no sé cuantos miles de mercancías de los comerciantes de Bogotá que había en Honda, que vendió el Ñato Mercado. En el camino de Bogotá a Honda encontré algunas cargas de pólvora y fusiles. Se me dijo que era un parque enviado por Nieto. Ud. vera que con tantos recursos y con los pueblos de la sabana y Boyacá para hacer reclutamientos, puede Mosquera elevar su ejército a una cifra bien considerable.

Ha expedido ya un decreto mandando elevar su ejército a 19,323 hombres.

El 28 de agosto vi a Nieto en Mompox y según decían preparaba una expedición sobre Antioquia. Supe en Panamá por Olano y Urrutia que llegaron en el último vapor ingles, que efectivamente Nieto enviaba sobre Antioquia unos 60 hombres, parte por Nare y parte por Zaragoza. Supe también por los mismos que hicieron su viaje con Mejía hasta Calamar desde Mompox, que iba Mejía a los E. Unidos o a Europa con una suma fuerte en onzas y en letras a traer 15000 fusiles y una batería de artillería para Mosquera.

Creo que Ud. conocerá el tratado Guardia - Murillo, por ese tratado, y los papeles de Panamá se convencerá que Guardia es tan traidor al partido que lo hizo gobernador y el gobierno general como Mosquera. De parte de las autoridades de Panamá no debe esperarse en el Cauca ninguna clase de apoyo, por el contrario serán hostiles. El gobernador últimamente desarmó al batallón Río Hacha y lo disolvió, no se


ha podido conseguir que dejara venir a ese batallón con su armamento a este pueblo, a pesar de que les había ofrecido el día que los desarmo pagarles en pasajes y darles sus armas bien para seguir al Cauca o Magdalena cuando quisieran. De Panamá se podrán sacar recursos, pero valiéndose de los particulares.

Payan está en Buenaventura con unos 400 hombres; muy pocos armados de fusil. Alzate138 ocupa a Calima con unos 80 hombres. En Cajambre dicen que estaban unos 300 hombres de los mismos derrotados de Payan y que se dirigían hacia el Sur. Se asegura que en Buenaventura Payan y su gente están padeciendo de hambre; pero como los buques que bloquean el puerto están anclados muy afuera, les queda el paso libre para los ríos del Sur y no les faltara maíz y pescado que les entre de ese lado. Flecher y Bloom que están en el puerto han conseguido introducir por Charambirá alguna harina y petacas de carne. Creo por esto y por lo poco que pude observar que los buques son impotentes para tomar a Buenaventura y que las cosas pueden complicarse en esta costa si se destruyen esos restos de Payan. Por otra parte, la fuente de recursos pecuniarios debe buscarse en la aduana de Buenaventura, porque es preciso que se persuada Julio que los buques de guerra no harán otra cosa que sostener un bloqueo a medias. Tal vez del Chocó pudiera organizarse, con alguna fuerza que fuera del interior una expedición para ocupar a Buenaventura. Los buques y la gente de esta costa, no puede hacer nada.

Aunque a la diabla le escribo esta carta para informarle de lo que sé y he podido observar, para que Ud. haga el uso que convenga de todo esto.

Le encargo únicamente el que no se divulgue que yo he dado noticias, pues me expondrían a que Mosquera 138 Parece referirse al general sonsoneño Miguel Antonio Alzate.


me quitara en Bogotá $ 4000 fuertes que di de fianza. En cuanto yo haya tomado ciertas medidas será otra cosa, por ahora me conviene la reserva.

Mil cosas a Manuelita, Clementina y los muchachos y siempre afecto de su amigo ahijado y hermano.

Miguel


Año 1863

[66] [Bogotá, marzo 31 de 1863. Carta de Ana Rebolledo de Pombo a Cenón]


Bogotá, marzo 31 de 1863Mi querido hermano Cenón.

Al regresar de Ciénega ocho días hace recibí su sentida y cariñosa carta escrita desde Cali el 20 de enero. En medio de mi dolor, una voz tan allegada a mí, tan noble y sincera como la suya, me fue grata y provechosa, y mi corazón la recibió con afecto y gratitud. En la inmensa e irreparable pérdida que el segar del destino me ha causado, que lloraré siempre y nunca lloraré bastante, Ud. ha sufrido también un inmenso dolor: el hermano que tanto le amaba el único que de los suyos quedaba sobre la tierra y el que era honra y pres de su excelente familia, lo dejó a Ud. solo y afligido y en la época en que Ud. más necesitaba de consuelos y cariño. Lloremos, mi


buen Cenón, y ofrezcamos a Dios toda la intensidad de nuestra incurable pena para que nos conceda volver a ver en su eterna morada a nuestro justo, nuestro sabio, nuestro amadísimo Lino. Dios bendiga y premie esa alma tan pura y elevada, y corone con eterno gozo tantas virtudes y merecimientos.

¿Cómo recibirá mi corazón destrozado la noticia del infame asesinato de Julio?139 Ese otro espantoso golpe, dado en lo más amado y lo más ilustre de nuestra familia, nunca será bien deplorado, no solamente por nosotros, ni por esa virtuosa madre, esa angelical esposa, esos nueve huérfanos que le sobreviven, sino también por el país entero que perdió su más culminante ciudadano sobre cuyos méritos vinculaba las esperanzas más seguras. Dios quiso librar a Lino de esa espantosa pesadumbre que habría acibarado y acelerado sus últimos días: él amaba a Julio como a un hijo, sin cesar pensaba en él y presentía su desgracia. Este pesar también habrá llenado a Ud. de amargura, unido a tantos otros como Ud. tiene.

Los largos y crueles sufrimientos de Ud. y de su familia en la infausta época presente, los lloraba Lino con nosotros. Constantemente buscábamos noticias de Ud., y aunque eran pocas las que conseguíamos, la esperanza de que mejorasen nos halagaba siempre. Por mucho que le diga a Ud., no puede figurarse cuanta parte tomábamos en sus padecimientos, cuanto interés teníamos en todo lo que hacia relación a Ud., y cuantas ilusiones nos creaba nuestro cariño con respecto a Ud.

La desgracia se ha posado en nuestra familia: todo lo que en ella sucede es un desastre, y sollozos y lágrimas nos faltan para nuestra situación. Todas las

139 Se refi ere a Julio Arboleda Pombo, hijo de José Rafael Arboleda y Matilde Pombo y en consecuencia sobrino de Lino y de Cenón.


amarguras de la vida las estamos apurando juntas. Dios se aplaque con nosotros; y tras tantas pruebas, superiores a la humana resistencia, nos deje ver su misericordia: a mí en el cielo, porque en la tierra no tengo ya objeto ni motivo para vivir.

Mi hermana Matilde me escribió que Ud. vendría a Bogotá: ojala que Ud. realizara ese pensamiento y nos viniera a hacer compañía. Hoy mi casa es una soledad, pues mis dos hijas y yo la habitamos únicamente, y nada nos sería más oportuno ni más agradable que la reunión con Ud.; reunión de tristes para gemir y comunicarnos nuestras desventuras, pero que al menos nos daría el consuelo de apoyarnos unos en otros. Me parece que en el estar a que está reducido Popayán, la venida de Ud. para acá sería un descanso, y por varios motivos le seria a Ud. conveniente. Véngase, acompáñenos algún tiempo, y si no le es posible traer toda su familia con Ud., aquí veremos la manera de hacerlo luego. En mi casa siempre se le ha recibido a Ud. con gusto, pero ahora con mayor que nunca.

A la prima Manuelita y a Clementina, Leopoldo, Juan Bautista y todos y cada uno de los niños mil y mil cariños de mi parte y de la de mis hijas. De mis hijos ausentes sé que estaban buenos y tratando de buscar la vida fuera de su patria: a Rafael por lo menos la vuelta a ella le es por ahora casi imposible.

Manuel que lleva la pluma en esta carta repite a Ud. y a todos los suyos por su propio nombre cuanto en ella va expresado, y además quisiera servirle en cuanto le fuera posible.

Mis recuerdos a mi hermana Matilde, a quien varias veces he escrito, a Natalia, a mi hermano José, a Pontón y sus niños.


Mientras veo a Ud. en esta su casa, soy con todo mi corazón su afectísima hermana y amiga.

Ana Rebolledo de Pombo

P.D.: Doy a mi prima Manuelita mis pésames por la muerte de Jaime, a quien procuramos servir aquí en cuanto el pobre pudo recibir, y en cuanto nuestra reciente y suprema pesadumbre permitía. El ha descasado y nosotros agregamos una pena más a las muchas que deploramos.


[67] [Bogotá, septiembre 9 de 1863. Carta de Ana Rebolledo de Pombo a Cenón]


Bogotá, septiembre 9 de 1863.Mi muy querido Cenón:

Recibí su muy estimada carta de fecha 19 del pasado; doy a Ud. las gracias por todos sus afectuosos recuerdos, y todo lo que siente, lo que yo padezco y sufro en mi horrenda situación, Ud. puede juzgarlo porque me conoció y vivió tanto tiempo con nosotros, conoció principalmente mi carácter y se supondrá cómo es posible vivir así más tiempo; por fortuna será poca mi duración en este mundo; sin embargo siento mucho dejar a mis hijas, mi salud cada día está peor, y no necesitaba de un golpe como el que he recibido, para sucumbir.


Las desgracias siguen mi querido Cenón, no sé si Uds. sabrán, la muerte del inteligentísimo Julián Arboleda hijo de nuestra nunca bien adorada víctima, he estado pensando escribirle a mi hermana Matilde, pero como temo que ella todavía no lo sepa, no me he atrevido a hacerlo, pues demasiados dolores tiene la pobre para darle uno nuevo, sin embargo, si ella, ya lo sabe, hágame Ud. el favor de manifestarle de mi parte la pena de que participo con este acontecimiento nuevo que después de la muerte de Julio es la peor de todas. También se que se caso Beatriz, y que según parece ha sido muy impopular su matrimonio, yo no conozco a este sujeto y no puedo darle noticias claras, se anuncia que dentro de pocos días llegara Beatriz, no sé si será cierto, he recibido carta de Fidel de Londres y nada me dice: de Pepita y su marido no he recibido cartas pero sé que están buenos. A pesar de mi horrenda situación le escribí a Sofía y no he tenido contestación, ya se ve, la infeliz con su nueva desgracia no habrá estado para nada.

Dígame mi querido Cenón, ¿Por qué será que Dios ha querido mandarle tantas desgracias a nuestra familia, por qué le ha hecho tantos regalos a nuestra familia que ha sido tan útil y tan buena? Mientras que veo a Mosquera lleno de vida, de salud, de dinero y amor también a la insigne Amalia en Paris, con un castillo de la antigua nobleza que ha comprado al precio de la sangre de los granadinos: vemos también a la señora Mariana Arboleda irse a Paris, y sacar de Santa Marta a su nuera, y dos hijas, mientras tanto está Aníbal llevándose el dinero de las aduanas, y esto a vista y presencia de los colombianos.

Siento mucho la situación de ese pobre lugar como Ud. me lo anuncia por aquí no estamos mejor; esta mañana a pesar de las garantías de la constitución le allanaron a las seis la casa al Dr. Saavedra y llevaron con una escolta al cuartel de San Agustín; el convento


del Carmen lo convirtieron en hospital militar o cuartel, siento muchísimo la mala salud de Manuelita y me alegro que haya enviado a Leopoldo; mis hijas y yo saludamos a toda su familia y Ud. reciba el cordial afecto de su afectuosísima amiga y hermana.

Ana Rebolledo de Pombo


Año 1865

[68] [Nueva York, Junio 16, 1865. Carta de Rafael Pombo a Cenón]

Nueva York, Junio 16, 1865


Mí muy querido tío:Once años ha que vi y abracé a Ud. por última

vez, y acaso siete u ocho que no cambiamos una carta, porque, aunque en 1860 escribí a Ud., con un joven americano que iba a Centro América y al Cauca, creo que Ud. no la recibió. En estos once años que de alternativas, que de desgracia para nuestra pobre ex - Nueva Granada, y especialmente para todo el comercio y grandes intereses particulares y extranjeros comprometidos en él; pudieran darnos la paz, como sola dan a Costa Rica, a Chile y a estos Estados del Norte; cuántos años, cuántos siglos pasaran antes de que tengamos esa garantía! Creo que los que no estén seguros de que antes de cuatro años Bogotá y Popayán son puertos de mar, deben ir


haciendo su lío y saliendo en este cortísimo interregno de quietud material que debemos al aniquilamiento de media Nueva Granada.

Locos que estén trabajando para quedarse allá, sabiendo como deben saber, que trabajar para otros, porque solo a nuestra tierra es Falso el refrán de que “nadie sabe…

[Rafael Pombo]


Año 1873

[69] [Bogotá, marzo 2, 1873. Carta de Francisco Pombo a Cenón]

Bogotá, marzo 2, 1873


Mi querido tío Cenón.

Ahora vengo a contestar la muy expresiva de Ud. del 15 de enero que por el pronto me pareció que era posterior al recibo en Popayán de la que escribí a tía Matilde y en cabeza suya para todos mis queridos tíos y primas. Después he advertido que la mía no habría llegado todavía el 15.

Dos pequeños accidentes, uno de los cuales pudo ser muy grave me impidieron por algún tiempo escribir. El primero fue un disparo de un fósforo de los nacionales de Borda y Rey que me dio en la pupila


del ojo izquierdo. Estaba aguado el ojo por fortuna y allí se apagó, pero necesité de encierro y agua fría por algunos días, para salvar el ojo de una inflamación. El otro fue una reuma que, aunque soy muy flaco, me engordó la cara mucho más de lo que yo deseaba.

Di los amables recuerdos de Ud. uno por uno, a todos los favorecidos, y todos ellos lo reforman cariñosamente. Mi Mamá, Beatriz, Zelia, Jacinta, Manuel, Fidel y yo, todos nos regocijamos con las buenas noticias que solemos tener de la salud y prosperidad de esa familia que con satisfacción llamamos también nuestra, y anhelamos el tener en casa a algunos de sus miembros. Quiera Dios que triunfantes los buenos principios toque a Ud. venir a Bogotá a ejecutarles, pero ojala entonces lo acompañe prima Manuelita para que nuestra capital conquiste en tu favor su buena gracia, leí que está tan mejorada en lo material, con su delicioso clima de siempre y con mas síntomas de civilización que hace 25 años. Mis gratas impresiones de la tierra natal no se han desvanecido todavía y declaro que estoy perfectamente contento; pero se entiende que mi tierra es toda la República, y deseo más volver a Popayán que lo que prima Manuelita parece desear venir a Bogotá. En cuanto a Leopoldo, Juan Bautista y Enrique sé que son muy activos y andariegos y no desespero de que alguna vez un negocio nos los traiga por acá. Supongo que Ricardo tampoco es perezoso, y que a Clementina y Matilde no les disgustaría el conocer a tantas primas de acá, que tanto desean conocerlos. Todos ustedes debían empezar por curiosas esos retratos tan deseados y pedidos por mí. Ojala también les lleve Leopoldo a Europa en fotografía y las haga sacar allá al óleo. Así hice yo sacar tres excelentes en N. York, por mano de Francisco Duque, pintor paisano nuestro que tiene el don de la identidad en sus retratos o copias.


Suplico a Ud. que se imponga de la adjunta para el Sr. Dn. Joaquín M. y se la entregue cerrada. Intento enviar a Ud. los documentos a que alude.

En cuanto a política seguimos aquí en tranquilidad, sin más verdades que los diarios hojas sueltas que suelen aparecer contra el presidente, de parte de copartidarios suyos descontentos. Los papeles gobiernistas le dan alguna más importancia de la que ellos tienen en si, tal vez porque ven tras de ellas alguna combinación hostil a la candidatura Pérez140. Esta candidatura era simpática a “La América” y aun al “Tradicionalista”, como lo revelaron algunos párrafos de otros periódicos; pero el Paux Pas dado por la administración respecto del Tolima ha inspirado desconfianza y ha perjudicado a Pérez, aunque él no tuvo ante mi parte, que sepamos, en aquel desbarro. Ahora se anuncia la candidatura de Trujillo141, en favor de la cual los liberales suponen comprometidos a los conservadores, aunque no ha habido junta oficial o autorizada del partido que la adopte o rechace.

El tiempo sigue y tengo que cerrar, si cumplir el propósito que tuvo a escribir a tía Pepita. Pronto lo haré.

Mis cariños sinceros a ella, a tía Matilde, a prima Manuelita, Clementina, Margarita, Aparicio, Manuel Arroyo, tío José Rebolledo y demás parientes y amigos. Sergio está bien y me recomienda saludarlos.

Créame siempre.

Su afectuoso sobrino y amigo

Francisco Pombo

140 Alude a Santiago Pérez Manosalba.141 Se refi ere a Julián Trujillo Largacha.


AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folios: 120, 120v, 121, 121v, 122, 122v, 123.

Año 1876

[70] [Bogotá, 11 de diciembre de 1876. Carta de Ana Rebolledo de Pombo a Cenón]

Bogotá, 11 de diciembre de 1876

Señor Dr. Cenón PomboPopayánMi querido Cenón.

En casa me ocultaron por bastante tiempo la muerte de nuestra gran matrona y venerada hermana, pero al fin hubo uno que sin estar avisado aludiera a ella en mi presencia, y a pesar de los terribles tiempos que atravesamos, en que solo la muerte puede asegúrale a uno un momento de descanso, y en que si fuera posible el corazón se volvería de piedra para las calamidades, por la frecuencia y variedad con que caen, especialmente sobre los que nos creíamos con mejor derecho a una vejez tranquila, a pesar de todo se me desgarró el corazón por los recuerdos que me trajo esta nueva desgracia, por la cruel renovación del sentimiento de los vacíos que la vida va dejando a nuestro lado, por la consideración de tanto que mereció y tan poco que disfrutó en su ingrata tierra aquella grande y heroica señora, por los dos hermanos que le quedaban, y especialmente por su dignísimo hijo y por aquellas excelentes nietas que han perdido en ella a un tiempo a su abuela, a su madre, a su maestra, guía y compañera, que tan sabios consuelos sabría darles en medio de tantas tribulaciones.


¿Qué remedio puede ofrecernos el mundo?

Ninguno, hizo el de apresurar con sus golpes el momento de renuncia, a todas las que se han precedido, en el reino del sentimental e infinito consolador! Si no logró toda la República conocer y apreciar a esa ejemplar señora que tanto la honraba, espero que Popayán por lo menos conservara largo duelo por ella, y que los gobernantes se habrán hecho el honor de respetar el de su familia y aun de acompañarla en él.

Mucha ansiedad tendrán Uds. por la suerte de Alfonso y Enrique. Desde fines de noviembre están frente a mi casa, justo con las demás víctimas de la estrategia del Albadán, en el seminario, ocupado por el Gobierno y convertido en penitenciaria. Todos en casa, y especialmente Beatriz, que se había consagrado antes al servicio de los anteriores presos, hemos redoblado ahora nuestros esfuerzos para hacer mas pasadero el encierro de estos recién llegados, que por delicadeza rehusaron salir debiendo su excarcelación al General Mosquera, pues María Ignacia y Largacha fueron a verlos y ofrecérsela; y después el Sr. Parra ha rehusado dejarles salir con fianza de Manuel y Fidel, que en instancia la ofrecieron desde que llegaron. Rafael no añadió su nombre a la oferta de fianza porque no habría servido sino para que lo encerraran a él, para lo cual lo han buscado mucho.

¿Y entretanto, qué será de Sergio?

Nos dijeron que en Manizales había estado enfermo, que el Dr. Uribe había ido de Medellín a curarlo, y que se había restablecido; pero directamente de él no hemos visto una palabra, ni aun se ha recibido aquí parte ninguno del importante suceso ocurrido en Otún a mediados de octubre. Su recuerdo, tan grato para nosotros, no me abandona un momento,


y tenemos esperanza de verlo aquí tal vez antes que ustedes.

De Leopoldo, Juan Bautista y Enrique tampoco tenemos noticias, pero siempre es satisfactorio saber que no estaban en Popayán ni comprometidos en peligrosos movimientos de guerrillas mal armadas. Ricardo entretanto sigue aquí perfectamente bien, Bogotá le ha sentado mucho y gracias a su excelente carácter y tipo de completo caballero ha hecho buenos amigos de cuantos lo han conocido.

A Manuelita, a Clementina, a las dos Matildes, a Inés, Natalia, Mercedes y Marta, que las tengo a todas en mi corazón y ruego a Dios que me dé vida hasta algún día en que lograsen juntar nuestras lagrimas o tal vez celebrar juntas algún día de satisfacción que comprende tantos de amargura. A la espera de mis pesares unen las suyas Juan Manuel y mi familia, Beatriz, Felisa, Juanita, Fidel y José Rafael. No me olviden, quienes hoy en que tenemos que querernos más los pocos viejos que vamos quedando, escríbame largamente con pormenores de lo que ocurra, y Ud. créame siempre su amiga y hermana afecta.

Ana Maria Rebolledo de Pombo

AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folios: 124, 124v, 125, 125v, 126, 126v.


Año 1877

[71] [Bogotá, 27 de Junio de 1877. Carta de Rafael Pombo a Cenón]

Bogotá, 27 de Junio de 1877


Mi muy querido tío:

La llegada de Leopoldo, y Juan Bautista a esta ciudad, donde se han reunido a Enrique y Ricardo, completando un ilustrísimo cuarteto de primos, me ha sido verdaderamente grata, y cordialmente felicito a Ud., a prima Manuelita y a toda la familia por su posesión de estos cuatro granaderos, tan caballeros, tan simpáticos y tan aprovechados a la carrera de lo positivo y sólido. Con los dos primeros dejó Sergio, a quien su tocayo el General Camargo142 se apresuro a enviar salvoconducto, lo mismo que a los jóvenes, a Medellín, tan pronto como se le pidió.

El se ha propuesto, en el corto tiempo en que el Dr. Parra143 lo deje supliéndolo, reparar en lo posible todos los males de la guerra; no ha habido queja, de por sí de ninguna parte, a que no atienda, y si de él dependiera, ya estaría Gabriel Reyes, con el mismo Camargo, a Popayán con más cuerpos de tropa moralizada dando garantías a todo el mundo. La conducta de Camargo, observada por él desde la Don Juana y Cúcuta hasta la fecha, inspira celos a algunos liberales, pero entretanto, cuenta con lo mejor de ellos y con las simpatías de todos los conservadores,

142 Alude a Sergio Camargo Pinzón, quien combatió la dic-tadura de Melo y llegó a ser presidente encargado del país.143 Alude a Aquileo Parra.


que queríamos que encabezara un movimiento reorganizador que acabara definitivamente con la guarapería federal aprovechado las felices circunstancias de que el coco federalista de Antioquia se acabó y de que Cundinamarca y particularmente Bogotá se ha exhibido en la pasada guerra más patriótica y nacional que nunca con el heroico apoyo que su juventud y pueblo dio al Tolima, a Antioquia, al Cauca y al Norte, combatiendo casi diariamente desde agosto, con armas tomadas al enemigo, hasta a las puertas de esta ciudad, enviando 2500 h144 hasta la frontera de Venezuela para distraer 3000 o 4000 del Gobierno General, de los cuales no logró sacar Camargo de la Don Juana más que 400, y en pie, haciendo esfuerzos inauditos que el archiparupano Don Marceliano Vélez no supo aprovechar, desde que se habló de paz.

Bogotá en el tranquilo asilo de todas las derrotadas o entregada y perseguida; reina entre amigos y enemigos completa franqueza y cordialidad; se escribe y se publica la historia de lo sucedido, Camargo escucha y alivia a todo el mundo, y se lee con aceptación general la extraordinaria publicación que ha hecho Madiedo145 sobre “El porvenir del partido conservador” en que a vueltas de cuatro pases a jefes liberales dice a su partido de ellos las más crueles verdades y hace ver que los conservadores son lo único decente y la única esperanza de la República y que todo el que tenga vergüenza debe apoyarlas viricos et arcuis. La contestación de Camargo a este folleto ha sido quitar de auditor de guerra a un liberal, y poner en su lugar a Madiedo, diciéndole que lo hacía así por su folleto que era la pura verdad.

Un modo gradual y pacifico de armas la Federación sería el de promover el fraccionamiento de los Estados, 144 Hombres.145 Se refi ere a Manuel María Madiedo


empezando por el del Cauca. Ojala se promoviera una solicitud general de Pasto y Túquerres, en este sentido. Todos los males que nos afligen desde 1860 proceden de las elecciones de 1857, y del juego que los conservadores mismos le hicieron al Sr. Mosquera aceptando su plan de federación y su enorme Estado del Cauca, del cual se hizo luego Gobernador explotando allá el funesto e injusto espíritu seccionalista y la antigua una popayaneja de “no depender de Bogotá”, cuando la verdad es que Bogotá y la República entera ha sido desde 1830 victima de tres popayanejos y mártir perpetua del carácter de la población del Cauca. Lejos de haber en los bogotanos sombra de recelo o mala voluntad hacia el Sur, este pueblo ha hecho dos sietes de marzo, el uno en 1830 y el otro en 1849, para elegir a Dn. T. Mosquera y a López, popayanejos, burlando la elección ya hecha de un bogotano como el Dr. Cuervo, y a Canaval y otros que no eran caucanos; y ahora mismo, dando a Antioquia y a los caucanos mismos un ejemplo de nacionalismo y de modo de tratar a los hombres de merito, tan pronto como se supo en Bogotá que Sergio y sus dos compañeros no tenían garantías en Medellín ni obtenían pasaporte, esta población designó una comisión de dos jóvenes para ir con el [ilegible] hasta Medellín a traerlos sirviendoles, de escolta, comisión que aceptaron gustosísimas y marcharan en el acto, con fondos proporcionados por personas de Bogotá y de Boyacá. Se fueron por Nare, Sergio venia ya por Sonsón: si llegan hasta Medellín, no será poco el riesgo que corren aquellos guerreros jóvenes.

Ante argumentos de esta especie habrá en Popayán quien insista en esos celos imaginarios, tan infaustos como ingratos?

Vuelvo a nuestras diarias conversaciones de 1854: no hay en la República lugar ninguno que de algunas


garantías y donde se pueda situar esta familia, fuera de Bogotá y en el Cauca, nadie trabaja para sí sino para la acción y las demás, y creo que allá hacen a mis parientes un positivo servicio en obligarles a trasladarse acá. No es Bogotá lugar para hacer fortuna, a no ser precedido de la agricultura en la sabana, o en ceba de ganado; pero solo aquí las señoras y las niñas pueden estar tranquilas y respetadas; y si desde 1854 hubieran ustedes convenido en ello, ya cada primo y cada prima tendría aquí asegurado un porvenir con alguna finca. Ahora es tiempo de comprar, por la baja de precios a la revolución; y hasta yo, incapaz e imbécil como soy para negocios productivos, poseo ya una hacienda que me produce uno por ciento mensual junto al teatro. Mi madre, con los costes fijos que Ud. Sabe y con sus rentas, se ha hecho a dos de las mejores de aquí.

¿Qué no habrían hecho ustedes?

Suplico a Ud. que al venirse traiga todos los documentos y libros curiosos que pueda haber a mano, y cuantas pinturas españolas viejas haya por allí rezagadas, y despreciados. Espero irán en 1878 a París y luego a Barcelona, donde un negocio en publicaciones, y los buenos cuadros que lleve podrían venderse bien. Se entiende, nada quiteño, ni de ese estilo lizo (sic) y pobre, y nada de copias de otros cuadros, que rara vez valen algo. Tengo algunas obras viejas curiosas y suspiro por conseguir dos pergaminos de parientes nuestros que debe haber en Popayán: “la pasión de Cristo”, por Alfonso Girón de Rebolledo.

Valencia 1563-8º (Poema en quintillas muy gracioso); y “el crítica histórica, sagrada, profana y general del mundo, por D. Bernabé de Rebolledo a Palafox, Márquez de Lazca. Zaragoza. 1734-4º” (poema en octavas gregorianas.)


Recuerdos cariñosos a mi prima Manuelita, a las muchachas, a tía Jacinta, tío Jesús María, tío José, Margarita y deseando verlas aquí pronto quedo

Su afectuoso sobrino

Rafael Pombo R.146

Ejemplares de las 1as ediciones del Quijote y obras clásicas tienen mucho valor, lo mismo que el 1er Diccionario de la Academia.

AGN. Fondo: Academia Colombiana de Historia, Serie Miscelánea, Caja 14, Carpeta 54, folios: 128, 128v, 129, 129v, 132, 132v, 133.

[72] [Bogotá, 31 de Julio de 1877. Carta de Anita a Cenón]

Tío querido: otro libro “Flores Poéticas de Eafia-Madoce 1676”.

Suyo Rafael P.147

Bogotá, 31 de Julio de 1877.

Sr. Dr. Cenón PomboPopayán

Mi muy querido Cenón:

146 La fi rma de esta carta difi ere de las demás fi rmas del poeta Rafael Pombo. 147 Esta nota de Rafael Pombo aparece sobrepuesta al inicio de la carta de doña Anita. . El título del libro corresponde con una obra del escritor barroco Hernando Domínguez Camar-go (1606-1659).


Con el mayor interés leí y he hecho leer de quienes convenía la importante carta de Ud. del 11 de los corrientes que tan triste y autorizada pintura hace de la actual situación del Cauca.

Dicha carta es un documento que debe conservarse como fiel testimonio del estado a que han conducido a nuestro país los hombres a quienes él nada debe de su independencia ni de su libertad, y que incapaces de toda ocupación o trabajo honorable se han propuesto no medrar sino con el trabajo ajeno y hacerle guerra sin fin a todo lo digno de respeto como para hacerle una atmósfera de corrupción en que la sanción moral no los inhabilite y castigue. Guerra a todo lo que vale algo, es su divisa; y no puede haber posición más desesperante que la de hombres como Ud. y tantos otros en donde tales principios se profesan, y las llamadas a dar garantías contra ellos son las que presentan y dirigen la democratización y el escándalo. El plan de los que forzaron el pueblo caucano a la revolución por medio de provocaciones como la del 10 de febrero de 1876, ha sido coronado de éxito, y verdaderamente por mucho tiempo no quedara mas recurso que el abrazarles el abandonarles el campo.

Sergio y Rafael solicitaron una conferencia con el General Camargo con motivo de la revolución de aquellas autoridades de llevar adelante el despojo en masa sin hacer caso ninguno de las medidas del Secretario General para ponerle fin; inmediatamente se la concedió, aunque acababa de sentarse a comer, y en respuesta a sus informes, el mismo general Camargo propuso y ofreció categóricamente dictar un decreto por el cual se declaran nulas todas aquellas medidas, dictadas en contravención de actos y ordenes suyas anteriores. Esto era cuanto se podía desear por ahora; ofreció dictarlo ayer, esperamos verlo impreso de un momento a otro, y trataremos de que el gobierno lo comunique allá por telégrafo.


Se equivocan mucho aquellos negociantes de despojo si creen que alguna especie de opinión les favorece en la República. Los liberales, entre ellos caucanos mismos ya libres de esta atmósfera de violencia la condenan enérgicamente; no han hecho más que hacer odioso y horroroso el nombre caucano y evaporan todo intento de confraternidad hasta de sus mismos co-partidarios. El Cauca quedará despoblado y como maldito; otras secciones prosperarán pacíficamente con el trabajo de caucanos que laboran y benefician cualquier territorio a donde llegan.

Cundinamarca especialmente está recogiendo a manos llenas el fruto de las persecuciones de otros Estados, y día llegará en que de aquí vaya allá el escarmiento y la redención, más aun, durante la guerra los caudillos de ambos partidos se sostenían aquí, en el Tolima y en Boyacá sobre la necesidad de cortar las alas a la barbarie y a las feroces mediaciones que solo al favor del suplicio y la habilencia federal han podido siempre a las infelices secesiones.

La muerte del angelical Federico Arboleda, nueva víctima de aquellas facciones, me ha afligido profundamente. Esperamos a Paulina y Rafael de un momento a otro. Manuel M Arboleda se salvó de morir de una congestión al hígado por no haberse ido. La víspera del viaje le atacó, y Rengifo lo ha restablecido.

Uds. no tienen que recomendar a sus Pombos pues no pudieran venir mejor recomendados y ella se recomendara a tiro de ballesta hasta ver las noticias movidas. Sergio se fue ayer para Apulo.

La comisión de Bogotanos que fue a Medellín a traerlo a él y a Leopoldo y Tita, regresaran ya sin novedad.


A Manuelita, a todas, mis abrazos, todos aquí la desean y soy su afecta hermana.

Anita.


[Folio suelto] [Firmado por Anita]

Lo que de casamiento de mi abuela con el Sr. Nicolás Tejada, en lo que se necesita por ella fue antes viuda de Don Andrés Tejada esto no se necesita; mi, abuela si se había muerto el año de 9 según lo que yo me recuerdo, entrégueme a Josefita la adjunta en sus manos y yo soy tu afectuosa hermana y amiga.

Anita



Fuentes PrimariasArchivo General de la Nación (AGN), Fondo Academia

Colombiana de Historia, Serie: Colección Miscelánea, Carpeta 54, folios 1 – 136.

Archivo Histórico del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario (ACR), Carpeta 5. Lino de Pombo.

Fuentes SecundariasArchivo Diplomático y Consular de Colombia. Fondo

legaciones. Tomo 479. Legación de la república en Inglaterra. 1824 - 1825. Misión del señor Manuel José Hurtado. Folios 10v a 11r. Oficio de Manuel José Hurtado al Secretario de Relaciones Exteriores, Londres, 23 de octubre 1824.

Archivo General de la Nación. Despachos Militares, Tomo 6, folio 11v; toma de razón, año 1823. Folio 11v.

Archivo General de la Nación. Instrucción Pública. Tomo 15, Folios 700r a 701v.

Archivo General de la Nación. Libro Primero de Posesiones, Folio 36v. Id. En Curas y Obispos. Sección REPÚBLICA, Tomo 15, Folio 302.

Biblioteca Luis Ángel Arango. Libros Raros y Manuscritos. Manuscrito 672 pieza 15. Bogotá.

Biblioteca Luis Ángel Arango. Libros raros y manuscritos. Manuscrito 672, pieza 16 original. Bogotá.

Biblioteca Luis Ángel Arango. Libros Raros y Manuscritos. Manuscrito 672 pieza 23 original. Bogotá.


Biblioteca Luis Ángel Arango. Libros Raros y Manuscritos. Manuscrito 672 pieza 19. Bogotá.

Biblioteca Luis Ángel Arango. Libros raros y manuscritos. Manuscrito 595 pieza 146 y pieza 147.

Biblioteca Luis Ángel Arango. Libros raros y manuscritos. Manuscrito 672, pieza 10. Misceláneas, Bogotá.

Convocatoria de la asamblea, El Neogranadino. Bogotá. 30 de noviembre de 1849.

Decreto del vicepresidente Francisco de Paula Santander, refrendado por el Secretario de Relaciones Exteriores, dado en Bogotá el 15 de junio de 1822. Manuscritos 672, pieza 9. Original. Gaceta de Colombia Nº 162, Bogotá 21 de noviembre de 1822 y Archivo Diplomático y Consular de Colombia. Fondo de Legaciones, tomo 494. Correspondencia de la Secretaria de Relaciones Exteriores con los Ministros de Colombia en Londres. López Méndez a Fernández Madrid. 1817 - 1827. Copiador, folio 107. Carta de Pedro Gual a Rafael Revenga, Bogotá 17 de julio de 1822.

Discurso de apertura de estudios pronunciado en la Universidad del departamento del Cauca, el día primero de octubre de 1830 por el catedrático de matemáticas Lino de Pombo. Santafé de Bogotá. Imprenta de B. Espinosa, por José Ayarza. Año 1830.

El Tiempo. Bogotá 14 de diciembre de 1857.

El Tiempo. Bogotá. N° 150 de 5 de noviembre de 1857.

El Tiempo. Bogotá. N° 52 de 25 de diciembre de 1855.

El Tiempo. Bogotá. N° 52. 25 de diciembre de 1855.


Granada al Congreso constitucional de 1846. Bogotá. Imp. de Salazar. por V. Lazada. 1846.

Pronunciamiento de Don Fernando VII en la causa de infidencia y sedición, contra Manuel de Pombo. Madrid 27 de enero de 1819. Original en la Biblioteca Nacional de Colombia. Dirección, Vitrina 18, vol. 7,485. Página 177.

Bibliografía ConsultadaACEVEDO LATORRE, E. Colaboradores de Santander. Biblioteca

de Historia Nacional 70, Academia Colombiana de Historia, Bogotá, 1940.

ANÓNIMO. 20 de Julio. Fiestas Nacionales. 1849. Libro sin pie de imprenta publicado en Bogotá.

ARAGÓN, A. Popayán. Imprenta y Encuadernación del Departamento, Popayán. 1930.

ARBOLEDA, G. Diccionario Biográfico y Genealógico del Antiguo Departamento del Cauca. Biblioteca Horizontes, Bogotá. 1962.

ARBOLEDA, G. Historia contemporánea de Colombia. Desde la disolución de la República de ese nombre hasta la época presente. Cali. Editorial América, Popayán. Imprenta Departamental. Bogotá. Arboleda & Valencia. 1933 - 1935.

BARRIGA VILLALBA, A.M. Historia de la Casa de Moneda. (Archivo de la Economía Nacional N° 30) Bogotá. Banco de la República. 1969.

BATEMÁN, A. Lino de Pombo. Boletín de Historia y Antigüedades 50(579-581): 100 – 123. 1963.


CORTÁZAR, R. Correspondencia dirigida al general Francisco de Paula Santander. Tomo X, Pad - Res. Patrocinado por la Academia Colombiana de Historia, Librería Voluntad, Bogotá. 1967.

CUERVO, L.A. Epistolario del doctor Rufino Cuervo (1826 – 1840). Academia Colombiana de Historia, Biblioteca de Historia Nacional, 22. Bogotá, 1918.

DE MIER, J.M. La Gran Colombia. Bogotá. Presidencia de la República, 1983.

DE MIER, J.M. El Ingeniero don Lino de Pombo O´Donnell. Sociedad Colombiana de Ingenieros. Bogotá, 2003.

GÓMEZ PICÓN, A. El golpe Militar del 17 de abril de 1854. La dictadura de José María Melo, el Enigma de Obando y los Secretos de la Historia. Biblioteca de Historia Nacional Volumen 120, Academia Colombiana de Historia, Bogotá D.E. 1972.

GÓMEZ RESTREPO, A. Historia de la literatura colombiana. Dirección de Extensión Cultural de Colombia. Sin fecha ni pie de imprenta.

GUERRA AZUOLA, R. Lino de Pombo. Tributo en su centenario, 7 de enero de 1897. Bogotá. Imprenta Nacional 1897. En Anales de Ingeniería, Nºs. 101-102 (1897), pp. 1-18.

GUILLÉN DE IRIARTE, MARÍA CLARA. Nobleza e hidalguía en el Nuevo Reino de Granada. Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario 1651 – 1820. Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario & Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, Bogotá, 1994.

HOLGUÍN Y CARO, A.: Carlos Holguín, una vida al servicio de la República, Bogotá, 1981.


HOLLMAN DE VILLAVECES, F. et allii, Genealogías de Santafé de Bogotá, Tomo VII, Letra P. Gente Nueva Editorial, Bogotá. Sin fecha.

LE MOYNE, A. Viajes y estancias en América del Sur, La Nueva Granada, Santiago de Cuba, Jamaica y el Istmo de Panamá. Biblioteca Popular de Cultura Colombiana, Bogotá. 1943.

LÓPEZ DE MESA, L., A. MIRAMÓN & A. OTERO MUÑÓZ. Historia de la Cancillería de San Carlos. Volumen I: Pórtico. Imprenta del Estado Mayor General. Bogotá, 1942.

LÓPEZ, L.H. (compilador). Administraciones de Santander, 1834 -1835. Tomo IV. Biblioteca de la Presidencia de la República, Administración Virgilio Barco, Bogotá. 1990.

MANTILLA, L.C. Mitra y sable. Correspondencia del Arzobispo Manuel José Mosquera con su hermano el General Tomás Cipriano (1817-1853). Academia Colombiana de Historia, Biblioteca de Historia Nacional 167. Bogotá D.C. 2004.

MARTÍNEZ DELGADO, L. Popayán, Ciudad Procera, Biblioteca Eduardo Santos 16, Academia Colombiana de Historia, Bogotá D.E. 1959.

ORTEGA RICAURTE, D. Genio y figura de Jorge Pombo Ayerbe. Academia Colombiana de Historia. Biblioteca Complementaria. Bogotá D.E. Sin fecha.

OSPINA, J. Diccionario Biográfico y Bibliográfico de Colombia, Editorial Águila, Bogotá, Tomos I - III. 1939.

PÉREZ AGUIRRE, A. 25 Años de Historia de Colombia, 1853 a 1878. Del Centralismo a la Federación. Academia


Colombiana de Historia, Biblioteca Eduardo Santos, Vol. 18. Bogotá, 1959

POMBO, L. DE. Aclaración de un hecho (Relativo al profesor de medicina y cirugía, doctor Ricardo Cheyne). Bogotá. Imprenta de Nicolás Gómez, 1847.

POMBO, L. DE. Caja de Ahorro de Bogotá. 13º Informe anual de la Junta de Inversión i Superintendencia. Bogotá. Imprenta de Pizano i Pérez, 1859.

POMBO, L. DE. Caja de Ahorros de la Provincia de Bogotá. Cuarto informe anual de la Junta de Inversión y Superintendencia. Bogotá, Imprenta de “El Día”, por J. Ayarza. 1849.

POMBO, L. DE. Circular dirigida por la Secretaria del Interior y Relaciones Exteriores a los gobernadores de las provincias de la República. Exponiendo los principios a que ajusta su conducta la administración relativamente a los perturbadores del orden legal. Bogotá, Imprenta del Estado por J. A. Cualla, 1840.

POMBO, L. DE. Cuestión sobre reforma monetaria. Bogotá. Imp. de J, A. Cualla, 1846.

POMBO, L. DE. Discurso pronunciado por el señor don Lino de Pombo, presidente de la Junta General de Beneficencia, en el acto de colocar la primera piedra del Manicomio de Cundinamarca. En Revista Médica de Bogotá. Bogotá. Agosto de 1913, Año XXXI. Número 374. Páginas 247 a 260.

POMBO, L. DE. El Gobernador de la Provincia a los habitantes de Bogotá. Decreto del gobernador de la provincia de Bogotá. Fechado el 23 de noviembre de 1840. Por el cual se declara la ciudad en estado de sitio. Bogotá. Imprenta del Estado, por J. A. Cualla. 1840.


POMBO, L. DE. Estatutos i Reglamentos de la Caja de Ahorros de la Provincia de Bogotá. Bogotá, s.i., 1848.

POMBO, L. DE. Exposición del Secretario de Estado en el Despacho del Interior y Relaciones Exteriores del Gobierno de la Nueva Granada al Congreso Constitucional del año 1834, sobre los negocios de su Departamento. Administraciones de Santander 1834 – 1835. Tomo 4. Biblioteca de la Presidencia de la República. Bogotá. 1990. pp. 3 – 47.

POMBO, L. DE. Exposición del Secretario de Estado en el Despacho del Interior y Relaciones Exteriores del Gobierno de la Nueva Granada al Congreso Constitucional del año 1835, sobre los negocios de su Departamento. Administraciones de Santander 1834 – 1835. Tomo 4. Biblioteca de la Presidencia de la República. Bogotá. 1990. pp. 193 – 252.

POMBO, L. DE. Exposición del Secretario de Relaciones Exteriores al Congreso de la Nueva Granada en sus sesiones ordinarias de 1856. Bogotá, Imprenta del Neo-Granadino. 1856.

POMBO, L. DE. Exposición del Secretario de Relaciones Exteriores al Congreso de la Nueva Granada en sus sesiones ordinarias de 1857. Bogotá. Imprenta del Estado. 1857.

POMBO. L. DE. Francisco José de Caldas, biografía del sabio. Suplemento de la Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Bogotá, D.E. 1958.

POMBO, L. DE. Informe que presenta el Contador Jeneral a la Secretaria de hacienda sobre los negocios de su cargo. 1847. Bogotá. Imprenta de José A. Cualla, 1847.


POMBO, L. DE. Lecciones de Aritmética i Álgebra. Imprenta de la Nación, Bogotá. 1858.

POMBO, L. DE. Lecciones de Geometría Analítica. Por Lino de Pombo, Profesor de Matemáticas en el Colegio Militar. Imprenta de “El Día”, por José Ayarza 1850.

POMBO, L. DE. Memoria dirigida al gobierno por el ciudadano Lino de Pombo O’Donnell, encargado de levantar el plano de la bahía de la Buenaventura. Popayán 20 de diciembre de 1825. En Anales de Ingeniería, Serie 3ª Año XXIII, Nº 269 - 270, julio - agosto de 1915, páginas 6 a 10.

POMBO, L. DE. Nueva Granada i los Estados Unidos de América. Final controversia diplomática con relación a los sucesos de Panamá, del día 15 de abril de 1856. Bogotá. Imprenta del Estado, 1857.

POMBO, L. DE. Nuevo proyecto de ley sobre monedas nacionales. Bogotá. Imp. de J. A. Cualla. 1846.

POMBO, L. DE. Presupuesto general de Las cantidades necesarias para cubrir los gastos ordinarios y extraordinarios de la administración de la República en el año económico de 1° de setiembre de 1846 a 31 de agosto de 1847. Bogotá. s.i. 1846.

POMBO, L. DE. Proyecto adjunto al mensaje de objeciones al proyecto de ley adicional sobre tarifa de correos. Bogotá. 2 de marzo de 1846.

POMBO, L. DE. Proyecto de ley sobre arrendamiento de rentas nacionales. Bogotá. Imp. de J. A. Cualla, 1846.

POMBO, L. DE. Recopilación de Leyes de la Nueva Granada. Formada i publicada en cumplimiento de la Lei de 4 de mayo de 1845 i por comisión del Poder Ejecutivo por Lino de Pombo, Miembro del Senado. Contiene toda la lejislación


nacional vijente hasta el año de 1844 inclusive. Imprenta de Zoilo Salazar, por Valentín Martínez. Bogotá, Febrero de 1845.

POMBO, L. DE. Santamaría, R. y Álvarez Lozano, R. Proyecto de lei complementaria sobre el crédito nacional. 26 de abril de 1839. Bogotá. Imprenta de Cualla, 1839.

POMBO, M. Carta a Blanco White sobre la Independencia de América y Filipinas. Bogotá, Biblioteca Popular Jorge Roa, 1898. Tomo XVI, entrega 157, paginas 211 - 242.

POMBO, M. Obras inéditas de Manuel Pombo publicadas por su hijo Lino de Pombo. Editadas por Camacho roldan y Tamayo. Bogotá, 1914.

POSADA GUTIÉRREZ, J. Memorias Histórico Políticas. Tomo III. Imprenta Nacional, Bogotá. Segunda Edición, 1929.

POSADA, E. & P.M. IBÁÑEZ. Vida de Herrán. Academia Colombiana de Historia, Biblioteca de Historia Nacional 3. Bogotá, 1903.

QUINTERO SARAVIA, G.M. Pablo Morillo. General de Dos Mundos. Bogotá, Ed., Planeta. Abril 2005.

RESTREPO CANAL, C. La Nueva Granada 1840 a 1849. Historia Extensa de Colombia, 8(2). Academia Colombiana de Historia, Bogotá. 1975.

RESTREPO, J.M. Historia de la Nueva Granada, Editorial El Catolicismo, Bogotá.

RIVAS SACCONI, J.M. El Latín en Colombia. Bosquejo Histórico del Humanismo Colombiano. Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 1949.


SAFFORD, F. El ideal de lo práctico. El desafío de formar una elite técnica y empresarial en Colombia. Empresa Editorial Universidad Nacional & El Áncora Editores, Bogotá, 1989.

SAMPER AGUDELO, J.M. Lino de Pombo en La Época. Bogotá, 19 de enero de 1897.

SCARPETTA, L. & S. VERGARA, Diccionario Biográfico de los Campeones de la Libertad... Imprenta de Zalamea, Bogotá, 1879.


Índice OnomásticoAcevedo,Acevedo, AlfonsoAcosta, SantosAcosta, Joaquín Adams,Aguilar, Dr. AbogadoAlabi,Alandete, VicenteAlbán, (de Túquerres)Álvarez, Antonio MarianoAlzate,Ancízar, ManuelAnethan de, Francisco OswaldoAnethan, MaríaAníbalAnte Mendoza, Tomasa deAparicio,ApolonioArango, Dr.Aranzazu, Juan de DiosArboleda, FedericoArboleda, José RafaelArboleda, JuliánArboleda Pombo, JulioArboleda, Manuel M.Arboleda, MarianaArboleda, M.A.Ardila, RamónArganil, Juan FranciscoArosemena, Juan de DiosArosemena, Pedro JustoArroyo, JaimeArroyo, ManuelArroyo Hurtado, María ManuelaArquimedesArroyo, Enrique


Arroyo, Santiago Dr.Arroyito Ayerve Quijano, Ana MaríaAyerve, MaríaAyós, Antonio José deAzuero, (Padre)Azuero, Juan N.Azuero, ManuelAzuero, Vicente

Barberi,Barili, LorenzoBarrera, (Dean)Barriga, (Secretario)Barriga, JoaquínBarrot, AdolfoBateman, AlfredoBedolla, (Capitán)Bello, AndrésBenalcazar, Francisco JavierBeriñas, RamónBermúdez, FranciscoBloom,Bolívar, SimónBonnemain, (General)Bonilla, Manuel AntonioBorda,Borrero, EusebioBriceño Méndez,Bucheli, Blas MaríaBuitrago, Marcelo (Coronel)Burrows,

Cabal, Miguel“Cachimocha Obispo” Caicedo, Dr.Caicedo, María del Carmen (Carmela)Caicedo, FranciscoCaicedo [Caycedo], Domingo (General)


Caicedo Jurado, JavierCajiao, JoaquínCajiao, MiguelCaldas, Francisco José deCalvo, MarianoCamacho, (inquilino)Camacho, Manuel AntonioCamacho Roldán, SalvadorCamacho, (Dr. consejero)Camargo, CoronelCamargo Pinzón, Sergio (General)Canaval,Carabaño, Fernando MiguelCárdenas,Cárdenas de, DoloresCárdenas, Julián SimónCárdenas, Pedro SimónCárdenas, RafaelCárdenas, SimónCárdenas Manrique, VicenteCárdenas, ZoiloCarvajal, Dr.Carvajal,Carrillo,Carrizosa,Castelli, Castellón,Castillo y Rada, Manuel delCastrillón, RafaelCastro, (Secret. Gob.)Catilina Cervantes,Céspedes, José MaríaChávez, Antonio JoséCheyne, RicardoChiari, MiguelClavijo, Dr.Cobo,Codazzi, Agustín


Colunge, GilCórdova, SalvadorCordovez,Cortazar, RobertoCortés CampomanesCuenca, Domingo CrispínCuervo, Luís AugustoCuervo, Rufino

Delgado, FranciscoDel Real, (Secretario)De Mier, José MaríaDiago, Rafael (El Tuerto)Diago,Díez Colunge, AlonsoDíez Colunge, GonzaloDíez Colunge, JoséDiez Colunge, José María (Colunge en las cartas) Díez Colunge, ManuelDíez Colunge, MargaritaDomínguez, Ángel M.Dudley, (Doctor)Durán, LiborioDuque, Francisco

Eboli, GiuseppeEnrile, PascualEscobar, Sr.Escobar, CayetanoEscobar, JoaquínEscriche,EratóstenesEuclidesEugenio (El príncipe)España, EstanislaoEspaña, TomásEstévez, (Coronel)

Farfán,


FelisaFernández Machado, PedroFernando VIIFerri,Flecher,Florentino (González?)Flores, Juan JoséFlores,Flores (Coronel)Forero, (Coronel)Francisco (Coronel)Fraser,

Gaitán, AlejandroGaitán, José MaríaGalaviz, José MaríaGalindo, AníbalGarcía, Luís JoséGarcía de Toledo, José MaríaGarcía Munive,García Paredes, José MaríaGarcía Paredes, RamónGarnica y Dorjuela, MarianoGirón de Rebolledo, AlfonsoGómez, Diego FernandoGómez Restrepo, AntonioGómez, José AntonioGómez, JuanGómez de la Torre, TeodoroGonzález, FlorentinoGonzález Llorente, JoséGonzález, Manuel (General)Goury de Roland, (Barón)Granados, MiguelGuardia,Guillén de I., María ClaraGuevara Cajiao, VicenteGutiérrez, IgnacioGutiérrez, Santos


HérculesHerrán y Zaldúa, AntonioHerrán Zaldúa, EugenioHerrán, Pedro AlcántaraHerrán y Zaldúa, Antonio (Arzobispo)HipócritoHolguín y Caro, ÁlvaroHolguín, CarlosHolguín, VicenteHolguín,Hurtado Arboleda, Francisca

IbitosInfante, (General)Irurita, RafaelIsaacs, Jorge

Jiménez,Jiménez de Erazo y Cobos, SalvadorJones,

Labatut, PedroLastra, Francisco de Paula Dr.Lara,Largacha,Latorre Uribe, José MaríaLe Blond,Lecuna, SantiagoLedochowski, MieceslaoLe Grandais (Capitán)Leiva Caicedo, DoloresLeiva, JoséLeiva, DoloresLemos, Manuel MaríaLe Moyne, AugustoLeón, Don (Cura de Cáqueza)Lindo, (coronel)Lleras, Lorenzo María


Lombana, VicenteLópez, A.López, BuenaventuraLópez, José AntonioLópez, José HilarioLópez, LaureanoLópez, L. (Coronel)Lozano,Luna,

Madiedo, Manuel MaríaMahecha, María BeatrizMahomaMalo, JesúsMalo Blanco, José MariaMallarino, Manuel MaríaMantilla, Luís CarlosMantilla, José María (General)Mantilla, M.Manrique, Juan EvangelistaManrique, María GregoriaMaría Francisca (esclava liberada)Márquez, José Ignacio deMárquez (Hija de)Martínez Delgado, LuísMartínez, PolicarpoMarroquín,Maximiliano de MéxicoMejía,Melgarejo, ConcepciónMelo, José MaríaMéndez, (Arzobispo)Mendoza, RafaelMercado, (El Ñato)Michelena, SantosMichelsen,Molina, CalistoMontúfar, Juan PíoMorales, Alejo


Morales, Francisco TomásMorales Llorente, JoséMorales, YopalMontoya, FranciscoMorillo, PabloMosquera Arboleda, Amalia Mosquera, AníbalMosquera, José RafaelMosquera, Manuel JoséMosquera, Manuel MaríaMosquera, Mateo Tomás CiprianoMosquera, José RafaelMosquera, Tomás Cipriano deMuñoz, Manuel MaríaMurillito,Murillo Toro, ManuelMutis, Manuel

Nariño, AntonioNates, Pedro JoséNeira, (Juan Nepomuceno)Neira (Hija de Juan José) Neira Juan José (Coronel) Neper, John (Sir)Newton, IsaacNieto,Noguera, AndrésNúñez, Rafael

Obaldía, José deObando, José MaríaObispo de Popayán (1835)O´Donnell, Beatriz (madre)O´Donnell, JoséOlanoOmarOrjuela, RamónOrrantia, Pepa


Ortega, Ortega, José MaríaOspina Rodríguez, Mariano

Páez, José AntonioPalafox,Pardo, Andrés MaríaParedes (Victoriano de Diego?)Paredes, GeneralParís, GeneralParra, Aquileo“Patacón”PayánPayanesPaz, Manuel MaríaPedro I de BrasilPedro II de BarsilPeña de la, ManuelPeraltaPérez, Pérez, AntonioPérez, FelipePérez de Arroyo, SantiagoPierce, Mr.Pineda, AnselmoPiñera, Piñeres, VicentePitágorasPlata, José MaríaPlatónPricePombo, Ana (tía)Pombo, BeatrizPombo, Beatriz María TrinidadPombo O´Donnell, Cenón dePombo, ClementinaPombo de y López, Esteban (abuelo)Pombo, Felisa


Pombo O´Donnell, FidelPombo, Francisco (sobrino)Pombo O´Donnell, Jaime (hermano)Pombo Ayerve, JorgePombo Ayerve, LinoPombo O´Donnell, LeopoldoPombo O´Donnell, Lino dePombo Rebolledo, José Rafael (poeta)Pombo Rebolledo, JuanitaPombo de Ante, Manuel (padre)Pombo Rebolledo, Manuel (Manuelito)Pombo, Manuel María dePombo O´Donnell, Matilde dePombo O´Donnell, Miguel Pombo O´Donnell, Natalia dePombo O´Donnell, María Josefa de (Pepita)Pombo, SergioPombo O´Donnell, Teresa dePontón,Pontón de Santander, SixtaPosada Gutiérrez, JoaquínPosadita,Ptolomeo

Quevedo, (el músico)Quijano, José MaríaQuijano

Rada, Josefa AntoniaRamos, (Bonifacio?)Ramos,Rash, (coronel)Rebolledo Tejada de Pombo, Ana MaríaRebolledo Tejada, AlejoRebolledo, Bernabé deRebolledo, Francisco AntonioRebolledo Tejada, BautistaRebolledo Tejada, José MaríaRebolledo Tejada, Juan Agustín


Rebolledo Tejada, Juana FranciscaRebolledo Tejada, JuliánRebolledo, ManuelRebolledo Tejada , Manuel AntonioRebolledo Tejada, MaríaRebolledo Tejada, María ManuelaRebolledo Tejada, MiguelRebolledo Tejada, RafaelaRebolledo Tejada, RamónRengifo.Restrepo Canal, CarlosRestrepo Sáenz, José MaríaRey, Reyes, GabrielReyes Patria, Juan JoséRiego, RafaelRivera,Rivera y Garrido, LucianoRivero,Roca,Rojas Garrido, José MaríaRojas Pinzón, FranciscoRojas, EzequielRomero, Juan JoséRosas, PedroRovira, Magdalena

Saavedra, Dr.SamperSamper, Juan Antonio Santacruz y Espejo, EugenioSantacruz, JuanSanz de Santamaría, JoséSantander, Francisco de PaulaSantander, RafaelSarria, Juan GregorioSarriasScarpett, Manuel AntonioScarpetta, Leonidas


Segura, GuillermoSergio,Solano (Chato)Soto, FranciscoSoublette, CarlosSucre, Antonio José de

Tejada,Tejada, AndrésTejada, Juana MaríaTejada, MarianoTejada, NicolásTomás de Aquino (santo)Tomás (Don)Toro, FermínTorres y Tenorio, CamiloTorres, Francisco de PaulaTorres, FidelTorres, GabrielTorres, JerónimoTorres Méndez, RamónTrujillo Largacha, JuliánTulio

Urbaneja, Uribe, Dr.Urrutia, AñinoUrutia,Urrutia, FranciscoUrrutia,Urrutia, Nicolás

Valencia, IgnacioValencia, MiguelValenzuela Sarmiento, TeodoroVanegas, VicenteVargas, Juan N.Vargas París, JoséVargas Martínez, Mercedes


Vásquez, PadreVelasco, F.Vélez, Vélez, MarcelianoVergara, JVergara, SaturninoVictoria (El Negro)Villamizar,Vinueza, MatíasVillota, Francisco

Woodbine, Jorge

Zabala (Comandante)Zar de RusiaZawadzky, StanislasZorraquín,Zorrilla, Dr.


Datos biográficos de los autores

SANTIAGO DÍAZ PIEDRAHITA

Nació en Bogotá en 1944. Entre 1963 y 1967 realizó estudios de Ciencias Naturales en la Universidad Nacional de Colombia, entidad en la que también obtuvo el doctorado en 1990. Estuvo vinculado a la misma Universidad como profesor desde 1969 hasta 1999. Ocupó diversos cargos, entre ellos los de director del Departamento de Biología, Director del Instituto de Ciencias Naturales y Decano de la Facultad de Ciencias. Al momento de su retiro era Profesor Titular. Actualmente es Profesor Honorario. Fue Becario de Investigaciones del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, del Instituto Smithsoniano de Washington y del Museo Nacional de Historia Natural de Francia. Pertenece, en la categoría de miembro de número a las Academias Colombiana de la Lengua donde es Consejero para la Historia de la Cultura, de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, donde fue secretario (1984-1988) y director de publicaciones (1998 - 2006) y a la Academia Colombiana de Historia, entidad que presidió entre 2000 y 2008. Además es miembro


correspondiente de varias academias extranjeras. Es autor de numerosos trabajos sobre historia de la ciencia y sobre botánica sistemática. Su trabajo historiográfico se ha centrado en la historia de la ciencia en Colombia, campo en el cual ha publicado doce libros entre los que se destacan: La Botánica en Colombia: Hechos notables en su desarrollo (1991,1997); Nueva Aproximación a Francisco José de Caldas (1997); José Jerónimo Triana, Naturalista multifacético (1996); Fray Diego García y su obra científica en la Expedición Botánica (1992, 1995); Matís y los dos Mutis: Orígenes y desarrollo de la Sinanterología en América (2000); Una Escuela y Cuatro naturalistas del Siglo XIX (2005) y Mutis y el Movimiento Ilustrado en la Nueva Granada (2008). En 2003 la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia ACAC le concedió el Premio Nacional al Mérito Científico en la categoría “Vida y Obra”. En 2008 la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales le otorgó el Premio a la obra integral de un científico.

LUIS GUILLERMO VALENCIA SANTANA

Nacido en San Juan de Pasto en 1982. Comenzó sus estudios de Historia en la Universidad del Cauca y en 2005 se trasladó a Bogotá para finalizar sus estudios en la Pontificia Universidad Javeriana. Desarrolló su trabajo de pasantía en la Academia Colombiana de Historia bajo la tutoría del Dr. Santiago Díaz Piedrahita. Su interés por la historia se inclina hacia la línea de la historia de la ciencia, por lo que desarrolló su investigación de pregrado analizando los elementos geográficos descritos en la Crónica del Perú de Pedro Cieza de León. El siglo XIX es de igual interés para este historiador, quien realiza investigaciones sobre personajes de este periodo de la historia.más cuerpo que el tafetán y carente de brillo.

Epistolario Lino de Pombo

Documents

Transcript of Epistolario Lino de Pombo