Equidad en el Empleo

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Compilación y edición del documento: Natalia Martínez

Diseño y Diagramación: Silvia Martin

Imágenes utilizadas extraídas de: http://www.flickr.com

Material producido en el marco del Proyecto "Iniciativa Regional para la Igualdad de las Mujeres en el ÁmbitoLaboral" GENRE/2005/16823-9, cofinanciado por la Unión Europea. El proyecto es coordinado por Alter Vidaen estrecha cooperación con la Red Mujer y Hábitat de América Latina.

La presente publicación ha sido elaborada con la asistencia de la Unión Europea. El contenido de la mismaes responsabilidad exclusiva de Alter Vida, Centro de Estudios y Formación para el Ecodesarrollo y en ningúncaso debe considerarse que refleja los puntos de vista de la Unión Europea.

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INDICE

I. PresentaciónII. IntroducciónIII. EQUIDAD EN EL EMPLEO: EL CASO DE ARGENTINAI. Contexto Socio-PolíticoII. El Mercado Laboral en ArgentinaIII. Las argentinas en el mercado laboral

a. Activas y Desocupadasb. Brecha de ingresosc. Inserción en la estructura ocupacional: Segregación horizontal y jerarquizaciónd. La informalidade. Responsabilidades familiares y uso del tiempof. El servicio doméstico remunerado

IV. Legislación LaboralV. Planes y Políticas de EmpleoVI. Bibliografía ConsultadaIV. EQUIDAD EN EL EMPLEO: EL CASO DE COLOMBIAI. Contexto Socio-PolíticoII. El Mercado Laboral en Colombia

a. Aumento cíclico y estructural de la propensión a participar en el mercado de trabajob. Desplazamiento y migración rural-urbanac. Desbalance entre demanda y oferta por tipo de calificación. El cambio técnico

III. Las colombianas en el mercado laborala. Evolución de las tasas de participación, ocupación y desempleob. Análisis por grupos de edad y nivel educativoc. Análisis por posición ocupacionald. Análisis por rama de actividade. Subempleof. Informalidadg. Análisis por ingresos

IV. Legislación Laborala. Jornada de trabajob. Flexibilización de la Jornada Laboralc. Disminución del Recargo del trabajo dominical y festivo

V. Bibliografía ConsultadaV. EQUIDAD EN EL EMPLEO: EL CASO DE PARAGUAYI. Contexto Socio-PolíticoII. El Mercado Laboral en ParaguayIII. Las paraguayas en el mercado laboralIV. Legislación LaboralV. Planes y Políticas de EmpleoVI. Temas PendientesVII. Bibliografía ConsultadaVI. EQUIDAD EN EL EMPLEO: EL CASO DE PERÚI. IntroducciónII. Contexto Socio-PolíticoIII. El Mercado Laboral en PerúIV. Las peruanas en el mercado laboral

a. Activas y Desocupadasb. Brecha de ingresosc. Inserción en la estructura ocupacional: Segmentación horizontal y jerarquizaciónd. La informalidade. Responsabilidades familiares y uso del tiempof. El servicio doméstico remunerado

V. Bibliografía Consultada

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Pares es el emblema del Proyecto"Iniciativa Regional para la Igualdadde las Mujeres en el Ámbito Laboral"orientada a aumentar las capacida-des locales en el área del derecho dela mujer al trabajo con medidas depromoción de la igualdad de género,específicamente para el acceso delas mujeres a empleos remuneradosen los sectores no agrícolas en laArgentina, Colombia, Paraguay yPerú. Los países seleccionados for-man parte de la Red Mujer y Hábitatde América Latina y el Caribe.La dirección del proyecto se encuen-tra en Paraguay a cargo del Centrode Estudios y Formación para elEcodesarrollo ALTER VIDA, que inte-gra conjuntamente con CISCSA(Centro de Intercambio y ServiciosCono Sur Argentina para laInvestigación y Promoción delHábitat) la Coordinación Regionaldel Proyecto.Las actividades son implementadasa través de los Centros de Iniciativasde la Red Mujer y Hábitat deAmérica Latina, en estrecha coope-ración con la Red de Género yComercio, así como con otras orga-nizaciones y redes a nivel nacional yregional.

Pares esta integrada por:Alter Vida, Centro de Estudios y

Formación para el Ecodesarrollo, esla organización encargada de lacoordinación general de PARES.

La Red Mujer y Hábitat-LLAC, inte-gra la coordinación regional que seencarga de operativizar los acuerdosy los espacios de toma de decisiones.

La Red Género y Comercio,Capítulo Latinoamericano formaparte del consejo directivo regionaldel proyecto, delinea fundamental-mente la parte de formación.

La Asociación de ViviendaPopular, forma parte de la RedMujer y Hábitat-LAC, y se encargade la coordinación nacional enColombia

El Centro de Intercambio yServicios Cono Sur Argentina para laInvestigación y Promoción delHábitat- CISCSA, coordina la RedMujer y Hábitat, y se ocupa de lacoordinación nacional en Argentina.

El Centro de la Mujer PeruanaFlora Tristán forma parte de la RedMujer y Hábitat-LAC, y se ocupa dela coordinación nacional en PerúEste proyecto involucra además aautoridades y organismos guberna-mentales del sector, gobiernos loca-les, organizaciones sindicales, aso-

Presentación

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PRESENTACIÓN

ciaciones de profesionales, gremiosy organizaciones no gubernamenta-les. Al cabo de los tres años deimplementación del proyecto, sepretende:

Mejorar las capacidades de unamplio espectro de actores e institu-ciones sociales para elaborar y eje-cutar políticas y programas para laigualdad de género y oportunidadesde empleo en sectores no agrícolas;

El establecimiento de la agendanacional con prioridades y deberesde las partes involucradas en lossectores público y privado,

Aumentar los programas específi-cos sobre género y empleo, a nivellocal, identificando experiencias pre-vias y lecciones aprendidas de al

menos 6 iniciativas piloto y por último,Aumentar la inclusión en la opi-

nión pública de las necesidades deigualdad de género en el trabajo.En el marco de estos objetivos elinforme que ponemos a considera-ción de la 10ª Conferencia, pretendedar cuenta de la situación de la mujery el empleo en los cuatro países deimplementación del proyecto, aportan-do al proceso de revisión de los ejestemáticos priorizados por la CEPAL.La edición de este informe ha signi-ficado un esfuerzo de laCoordinación Nacional Argentinaque se encargó del compendio de losinformes nacionales, cuidando laspautas acordadas para su elabora-ción por las compañeras de Pares.

Dirección Regional del Proyecto

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Introducción1

La década de los 90 pasará a la histo-ria de América Latina como un períodode profunda transformación económica,política y social enraizada en la imple-mentación de políticas de ajuste estruc-tural con consecuencias insoslayablesen las matrices productivas y los mer-cados laborales de la región. Ya avanzado el siglo XXI, AméricaLatina se encuentra enfrentando pro-blemas de larga data que se han idoagudizando y tomando nuevasdimensiones: la pobreza, la inequi-dad y la exclusión están alcanzandoproporciones alarmantes.Uno de los factores determinantes deesta situación es la crisis del trabajoremunerado. El carácter integrador einclusivo del mercado de trabajo hadado paso en muchos países de laregión a la agudización de heterogenei-dades y la fragmentación social. Estoscambios tienen una doble faz: por unlado, amplios sectores de poblacióndesempleados, privados de ingresos ycondenados a la exclusión. Por el otro,formas diferentes de flexibilizaciónlaboral, precarización de las condicio-nes de trabajo e informalidad para lostrabajadores incluidos. Las mujeres seencuentran particularmente afectadaspor sesgos discriminatorios de segrega-ción en sectores de actividad conmenor productividad, flexibilización yprecarización, mayor vulnerabilidad asituaciones de desempleo y subocupa-ción, y discriminación salarial.

Uno de los motivos del desempleo quese asocia con este período es el despla-zamiento de la mano de obra por elavance tecnológico. Pero en muchospaíses, la mayor responsabilidad deldesempleo está ligada a las políticas deapertura comercial indiscriminada yque priorizaron lo financiero a lo pro-ductivo. En efecto, los flujos financierosfueron totalmente desregulados y libe-ralizados para permitir el ingreso delcapital desde el exterior, valorizarlo yvolverlo a sacar. En este marco, los impactos en térmi-nos de género han significado tambiéncambios sustantivos. En primer térmi-no, se observa un incremento sostenidode la participación de las mujeres,fenómeno al que se suele aludir como"feminización del mercado laboral".Esta incorporación de las mujeres almercado de trabajo adquiere caracterís-ticas de tendencia de largo plazo y decarácter estructural. Por otro lado, varióla forma de inserción laboral de lasmujeres, asimilándose a los patronesmasculinos, es decir, el ingreso en eda-des jóvenes que se sostiene a lo largode la vida y declina recién en el perío-do de retiro al culminar la edad adulta,sin las intermitencias que en otras épo-cas se asociaban a la etapa reproduc-tiva. Adicionalmente, cambiaron lasmodalidades de participación, con unaumento en el número de horas quelas mujeres dedican al trabajo remu-nerado, la continuidad de sus trayec-

1 Norma Sanchís, Red Internacional de Género y Comercio, Capítulo Latinoamericano.

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INTRODUCCIÓN

torias y el número de años de trabajosostenido en el mercado2, todo lo cualrefiere a la centralidad que pasaron atener los proyectos laborales en lavida de las mujeres. Este comportamiento constituye unatendencia a nivel mundial, aunque elincremento de participación femeninaen América Latina y el Caribe en esteperíodo es superior que el de lasdemás regiones del mundo. Las pro-yecciones de OIT respecto al prome-dio de la tasa de actividad femeninaen América Latina y el Caribe, anun-cian un incremento de tres puntospara el año 2010 (pasando del51,3% actual al 54,3%) y 2,6 pun-tos, para el año 2020. Una de lascausas de este crecimiento radica enque durante este período se expandióel sector de los servicios, tradicional-mente empleador de mano de obrafemenina, y se redujo el empleoindustrial, que emplea básicamentemano de obra masculina.Pese a lo intenso de estos cambios,todavía persiste un patrón ideal detrabajo que se caracteriza de lasiguiente manera: el trabajo de tiem-po completo, que se mantiene a lolargo de la mayor parte de la vida,basado en relaciones laborales forma-les, desempeñado sobre todo porhombres, capaces de satisfacer consu salario todas o buena parte de lasnecesidades de su familia. Las muje-res, cuya responsabilidad principalson las actividades ligadas a la repro-

ducción, cuando participan del mer-cado de trabajo lo hacen como traba-jadoras secundarias, con salarios con-siderados complementarios al ingresoprincipal que aporta el hombre, másallá de que en numerosos casos estono se corresponda con la realidad.Como si fueran capas superpuestas,las imágenes se mantienen y sobrevi-ven pese a los cambios en las prácti-cas concretas.El trabajo mercantil continúa siendono sólo condición necesaria para elacceso a un ingreso, sino también alos derechos de protección socialcomo la salud y los beneficios previ-sionales. Y más allá de ser la fuentepara cubrir necesidades materiales,otorga un sentimiento de dignidad aquien lo ejerce.Quienes no se encuadran en estepatrón, es decir los desocupados, lossubocupados en empleos precarios einformales, los que están por fuera delmercado de trabajo, no gozan deestos derechos. El juego del libremercado desconoce a quienes no pue-den sostener un trabajo formal y regu-lado. Las mujeres se encuentran per-judicadas en un doble sentido por lapersistencia de este patrón. Por unaparte, porque en su trabajo remunera-do reciben un salario menor al de loshombres por tareas similares, con unainserción en términos relativos másprecaria. Por otra parte, porque sutrabajo no remunerado tampoco esconsiderado sujeto de derechos.

2 OIT (2000) ¿Más y Mejores Empleos para las Mujeres? La experiencia de los países del MER-COSUR y Chile.

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Al respecto, la meta de reducir el défi-cit fiscal por la única vía de disminuirel gasto público (y sin poner en discu-sión el tema de los ingresos fiscales),implica el abandono por parte delestado de funciones que recaen conmayor peso sobre las mujeres: el cui-dado de los niños, los enfermos y losancianos, como un trabajo que histó-ricamente fue naturalizado, invisibili-zado, y que desde distintas perspecti-vas se caracteriza como trabajoreproductivo o "economía del cuida-do". En los períodos de crisis, lasmujeres suelen actuar como el últimorecurso para proveer a sus familias,aceptando trabajos informales y pre-carios, muchas veces fuera de su paísy lejos de los suyos.Así, multiplican su aporte tanto a tra-vés del incremento del trabajo querealizan para el mercado como el querealizan en el ámbito de los hogares yla comunidad. Buena parte de estetrabajo está invisibilizado y se regis-tra en las estadísticas como "inactivi-dad", lo que limita la consideracióndel valor económico del trabajo feme-nino. Por su parte, las mujeres quetrabajan en forma remunerada tam-bién se hacen cargo de manera pre-dominante de las tareas vinculadas ala llamada economía del cuidado. Elno reconocimiento de ambos aspec-tos conlleva a desconocer el conjuntode actividades que permiten el fun-cionamiento de la economía de mer-

cado así como a sobre-explotar el tra-bajo femenino. En la práctica, lacapacidad de las mujeres para adap-tarse a ambos tipos de trabajos ypara usar su tiempo en la esfera mer-cantil y no mercantil se considera deuna elasticidad casi ilimitada3.Por otro lado, la búsqueda transfron-teriza de oportunidades económicas,las migraciones, constituyen otrofactor que adquirió una dinámicaexplosiva al compás del proceso deglobalización en curso. El monto delas remesas monetarias que envíanlos y las migrantes a sus países deorigen ha tenido un crecimientoexponencial. Para América Latina, enel 2003 las remesas representaronun valor superior a la suma de lainversión extranjera directa y la asis-tencia al desarrollo4. Pese a su envergadura, la circulaciónde la mano de obra y de los reditúos deltrabajo se dan en su enorme mayoríaen condiciones de ilegalidad, informali-dad y explotación, y permanecen engeneral invisibilizados en los análisiseconómicos. Consecuentemente, tam-poco se integra en estas temáticas unaperspectiva de género. La dinámica de las migraciones arti-cula y complementa las relaciones delmundo doméstico con las dimensio-nes económicas, políticas, sociales yculturales de las redes migratorias,que se transnacionalizan entre lospaíses involucrados y que derivan de

3 Alma Espino y Soledad Salvador (2006). Género y oportunidades laborales en el MERCOSUR.

4 Según estimaciones del Fondo Multilateral de Inversiones del BID, en ese año la región reci-bió 38 mil millones de dólares enviados por migrantes, sobre todo desde Estados Unidos yEuropa, principalmente España.

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INTRODUCCIÓN

estrategias familiares asentadas en ladivisión sexual del trabajo, los rolesque desempeñan hombres y mujeresen la familia y en la actividad laboralextrahogareña. La literatura en losúltimos años destaca el incrementonotable de las mujeres en los proce-sos migratorios, generando circuitosque se asientan en la feminización dela supervivencia5. Acompañando pro-cesos de inserción laboral tradiciona-les, la migración femenina tiende aocuparse en el sector de los servicios,particularmente el servicio doméstico. Frente a cambios estructurales tanprofundos y transformaciones delmundo laboral tan sustanciales comolos que atraviesan las economías y lassociedades latinoamericanas, es

necesario considerar que falta aúndistancia histórica y analítica parapoder evaluarlos en toda su compleji-dad y magnitud y convoca a los y lascientistas sociales al desafío de pro-fundizar en la articulación entre losniveles micro, meso y macro para pro-ducir hipótesis innovadoras y generarconocimientos más abarcativos.En este contexto, el análisis del traba-jo de las mujeres requiere considera-ciones amplias y complejas, y la refle-xión sobre la igualdad de oportunida-des en el campo laboral precisa tomaren cuenta diversos ámbitos como laesfera doméstica, el mercado de tra-bajo y las migraciones, en tanto reali-dades que se articulan y potenciansus impactos sobre las mujeres.

5 Sassen, Saskia (2003). Contrageografías de la globalización. La feminización de la supervi-vencia.

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Diversos autores/as acuerdan enseñalar, que a partir de mediados delos setenta, la Argentina asiste a unproceso global de transformacióncon significativas implicaciones enla estructura social, en el modelo deacumulación y en las bases de legi-timación de las relaciones entre elEstado y la sociedad civil. (Barbeito,Lo Vuolo, 1992; Fernández Soto,2000; Isla, Lacarrieu, Selby, 1999).Los ejes centrales de la política eco-nómica, emprendidos por la últimadictadura militar, sentaron las basespara profundos cambios en las rela-ciones sociales fundamentales. Esteproceso introdujo inmensas transfor-

maciones en la dinámica del merca-do de trabajo, con importantesrepercusiones en la distribución delas riquezas.En esta línea, Fernández Soto seña-la que "los estímulos fiscales esta-blecidos por los regímenes de pro-moción industrial, la regresividaddel sistema impositivo, y la concen-tración de los los gastos del Estadoen un número reducido de contratis-tas, contribuyeron a acrecentar lariqueza de grupos económicosnacionales y transnacionales, pro-moviendo y consolidando los proce-sos de centralización y monopoliza-ción del mercado" (Fernández Soto,

III. Equidad en el Empleo: el caso de Argentina1

I. CONTEXTO SOCIO-POLÍTICO

1Este diagnóstico es una versión abreviada del Documento "EQUIDAD EN EL EMPLEO. EL CASODE ARGENTINA. Diagnóstico General" de pronta publicación. La Coordinación de este documen-to, junto a la versión que a continuación se presenta, fue realizada por Liliana Rainero, Directorade CISCSA, Coordinación de la Red Mujer y Hábitat-LAC. La redacción del documento estuvo acargo de Natalia Martínez, Licenciada en Ciencias Políticas, Integrante del Proyecto PARES,CISCSA. Para su elaboración se recurrió a diversos documentos e informes que sobre la materiaexisten en el país, aunque fundamentalmente se trabajó a partir de los reconocidos y valiososaportes en la temática de Laura Pautassi, Eleonor Faur, Natalia Gherardi, y Claudia Giacometti,que constan en la Serie Mujer y Desarrollo de la CEPAL, así como en el Informe sobre Género yDerechos Humanos del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género. También han sido de granutilidad los informes elaborados por el equipo de la Comisión Tripartita de Igualdad de Trato yOportunidades entre Varones y Mujeres en el Mundo Laboral (CTIO), los elaborados por laArticulación Feminista Marcosur, y los valiosos trabajos de los/las investigadores/as del CIEPP.La principal fuente de datos que utilizan todos estos informes y documentos es proveída por elInstituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) a través de la Encuesta Permanente deHogares (EPH), e información complementaria que proporciona la Secretaría de ProgramaciónEconómica del Ministerio de Economía.

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Equidad en el Empleo: El Caso de Argentina

2000: 73). Este proceso de rees-tructuración global del capital, seña-la la autora, vendría a verificar elimpacto diferenciado que provocó elajuste en la sociedad: a pesar deque se reducía significativamente lainversión y el ingreso, ciertos gruposeconómicos concentraban cada vezmás riqueza. De esta manera, juntoal proceso de enriquecimiento de unsector minoritario de la sociedad,aumentaba el proceso de empobreci-miento de la gran mayoría restante.

En este sentido, las estadísticashablan por sí solas: siguiendo la infor-mación oficial del segundo semestredel 2004, se constata que 40, 2% dela población está por debajo de lalínea de pobreza, y el 15% es consi-derado indigente2. El fenómeno afec-ta con particularidad al noreste argen-tino (NEA), con un 59, 5% y 26,2%de personas por debajo de la línea depobreza e indigencia respectivamen-te, y noroeste (NOA), con 53, 4% y21,4 % respectivamente3.

2 El INDEC considera indigentes a los hogares carentes de recursos suficientes para una canas-ta de alimentos que satisfaga necesidades energéticas y proteicas mínimas.

3 Según INDEC, y la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), la situación más crítica se veri-fica en las provincias de Corrientes y Chaco (NEA), y Jujuy y Santiago del estero (NOA)), dondelos niveles de pobreza por ingreso rondan 60%, y la indigencia alcanza el 30%.

La Argentina ha asistido en la décadade los noventa a un importante pro-ceso de precarización del trabajo,que se ha expresado en claros inten-tos de generar cambios en la legisla-ción laboral, a través de la aproba-ción de diversas leyes que incluyeronla reducción de los costos laborales yel despido, y la contratación deempleados sin garantías de estabili-dad; contribuyendo al aumento de lasganancias de los sectores empresa-riales. Estas medidas se producenvinculadas al proceso de debilita-miento, fragmentación y reconversión

del movimiento sindical (FernándezSoto, 2000:73).Por otra parte, aunque los niveles dedesocupación y subocupación disminu-yeron, aún se mantienen sumamenteelevados (Ver Tabla 1), y funcionancomo mecanismos de presión que evitanuna mejora sustancial de las condicioneslaborales de los/las trabajadores/as.Concretamente, el desempleo recaeprincipalmente sobre la población joven(menores de 25 años), las mujeres enedades centrales, y los varones de 50años y más (con mayor incidencia enlos jefes de hogar).

II. EL MERCADO LABORAL EN ARGENTINA

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12 A fines de la década del ochenta, latasa de actividad de las mujeres mayo-res de 15 a 65 años era del 32%. En1991, para el total de los aglomeradosurbanos trepó al 37,3%, y al 42,3% en2001. Entre 2003 y 2005, comopuede observarse en la Tabla 2, la par-ticipación femenina se ha mantenidoconstante, con un leve descenso. Esteproceso refleja una significativa dismi-nución de la brecha de actividad entrevarones y mujeres. De todas maneras,estos números traducen una tendenciamundial de incremento en la actividadeconómica de las mujeres, señalada enel último informe de la OIT, que se veri-

fica especialmente en la región deAmérica Latina4. En cuanto al perfil de las mujeres queparticipan, se observa que las com-

III. LAS ARGENTINAS EN EL MERCADO LABORAL

a. Activas y Desocupadas

4 La Tasa de participación en la fuerza de trabajo de las mujeres en la región es de 52.4 %, exactamente elmismo porcentaje que corresponde al promedio mundial. En cuanto a las diferencias en la actividad económi-ca de mujeres y hombres, en la región se verifica que 69 mujeres por cada 100 hombres son económicamen-te activas. Este número se encuentra por debajo de la situación de las Economías Desarrolladas y UE, EuropaCentral y Oriental (no UE) y CEI, y Asia Oriental, (80 mujeres por cada 100 hombres), y por encima de AsiaMeridional, (42 por cada 100), Medio Oriente y África del Norte, (37 por cada 100). OIT (2007), Pp. 3.

01-200302-200303-200304-200301-200402-200403-200404-200401-200504-2006

20,417,816,314,514,414,813,212,113,08,7

26,623,021,419,719,519,117,616,216,6

-

17,717,816,616,315,715,215,214,312,7

-

PERÍODO

Tabla 1- DESOCUPACIÓN GENERAL Y REAL, Y SUBOCUPACIÓN (%)DESOCUPACIÓN

Nivel GeneralDESOCUPACIÓN

REAL* DESOCUPACIÓN

Fuente: Social Watch, 2005. Actualizado con nota de la Voz del Interior del 21 de marzo, 2007.Con datos del INDEC, EPH.* El cálculo de la desocupación real proviene de incluir como desocupados/as a los/las beneficia-rios/as del Plan Jefes y Jefas de Hogar, que reciben un subsidio a cambio de prestaciones.

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Equidad en el Empleo: El Caso de Argentina

prendidas entre los 25 y 59 años(mujeres casadas, pero sobre todo jefasde hogar con o sin menores)6 son lasque mayor participación tienen en elmercado laboral -lo mismo sucede en elcaso de los varones. Por otro lado, y adiferencia de lo que sucede con losvarones, su participación es muchomás elevada mientras mayores sonsus niveles de formación. Así, en el2005, mientras el 77,5% de los varo-nes entre 15 y 65 años que no tienenlos estudios primarios completos parti-cipan en el mercado laboral, sólo el45, 7% de las mujeres con el mismonivel de instrucción lo hacen. En cam-bio, esta situación tiende a equiparar-se cuando se trata de estudios univer-sitarios completos, dado que la parti-cipación de los varones (96,11%)

supera a la de las mujeres en un 10%(87,1%). (CTIO, 2005:5).Por otro lado, la afluencia femenina enla fuerza de trabajo remunerada se haproducido en el contexto de una impor-tante recesión económica, que como yahemos visto anteriormente, trajo apare-jado un nivel de desocupación quesuperó los dos dígitos por más de unadécada, y que se ubica entre el 9% yel 15% desde el 2000. Pese a queuna de las novedades de esta crisis deempleo ha sido la desocupación devarones de edades medias -entre losconsiderados jefes de hogar por laEncuesta Permanente de Hogares(EPH)- lo cierto es que las mujereshan estado proporcionalmente másafectadas que los varones por esta crí-tica situación (Ver Tabla 3)7.

6 Espino Alma, Salvador Soledad (2006), Pp. 8.

7 Esto no es característico de Argentina solamente, más bien se trata de una tendencia mundial. Según datosde la OIT, en 2006 las mujeres del mundo tenían más probabilidades que los hombres de estar desempleadas.La tasa de desempleo femenino fue de 6,6%, comparada con la de 6,1% de los hombres. La dificultad paraencontrar trabajo es mayor en el caso de mujeres jóvenes entre 15 y 24 años. (OIT, 2007:4).

IV-2003IV-2004IV-2005

81,9%80,7%80,9%

Tabla 2- EVOLUCIÓN DE LA TASA DE ACTIVIDAD SEGÚN SEXO, Y BRECHA DE GÉNERO

PERÍODO

Fuente: CTIO, 2005. Con datos de DGEyEL, SPTyEL, en base a la EPH (INDEC).

TASA DE ACTIVIDADPoblación de 15 a 65 años de edad. IV Trimestre 2003/2005

56,8%55,8%56,9%

0,690,690,70

Varones Mujeres Brecha de Género

IV-2003IV-2004IV-2005

12,6%10,5%8,6%

Tabla 3- EVOLUCIÓN DE LA TASA DE DESOCUPACIÓN SEGÚN SEXO, Y BRECHA DE GÉNERO

PERÍODO

Fuente: CTIO, 2005. Con datos de DGEyEL, SPTyEL, en base a la EPH (INDEC).

TASA DE DESOCUPACIÓNPoblación de 15 a 65 años de edad. IV Trimestre 2003/2005

17,4%13,5%12,3%

1,381,291,43

Varones Mujeres Brecha

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La EPH, indica que la mayor tasacorresponde a las mujeres menoresde 29 años y asciende a 22,7%.Aunque es necesario tener en cuentaque esta cifra no incluye como des-ocupadas a las mujeres menores de29 años beneficiarias del ProgramaJefes y Jefas de Hogar. Si se consi-dera que aproximadamente las dosterceras partes de los beneficiariosde este programa son mujeres, elimpacto de la desocupación en las

mujeres jóvenes es aún mayor(Social Watch, 2005:160).Por otra parte, históricamente la sub-ocupación ha sido más aguda entre lasmujeres que entre los varones y haaumentado fuertemente en la década de1990. Sobretodo, ha sido notorio elaumento de la subocupación de lasmujeres con bajo nivel educativo. De un18,3% de estas mujeres que estabansubocupadas en 1990, se pasó a un35% en 1999 (Pautassi, 2001: 15).

En todas las categorías ocupacionales,las mujeres perciben menores ingresosque los hombres. Esas diferencias en lasremuneraciones aumentan con la edady la calificación, siendo mayor la dife-rencia en niveles superiores de instruc-ción: el ingreso promedio de las muje-res representa el 60% del de los varo-nes en iguales condiciones educativas.Las mayores brechas de ingresos se per-ciben a partir de los 40 años, y las dife-rencias más importantes se destacan enlas actividades por cuenta propia, en el

sector servicios, comercio o industria, yen personas con mayores niveles de for-mación (Pautassi, 2001:17).De esta manera, en el sector privadolas mujeres cobran salarios mensualespromedio que son el 64% de lo quecobran los varones, y el salario mensualpromedio de las asalariadas con másalto nivel educativo es el 53% del delos varones (CTIO, 2005:7). Esta situa-ción, como reflejan los datos de laTabla 4, es aún más crítica en cargosde alta jerarquía8.

b. Brecha de ingresos

8 Esta situación no coincide con la tendencia mundial reflejada en el último informe de la OIT, que seña-la que a pesar de que se ha demostrado que los países que tienen una brecha salarial relativamentegrande entre los géneros para ocupaciones de baja calificación replican esta tendencia en el caso deocupaciones de alta calificación, en la mayoría de los países la brecha es más grande en el caso de lasocupaciones de baja calificación. (OIT, 2007: 13).

DirectoresJefes

Tabla 4. BRECHA SALARIAL DE GÉNERO EN LOS PUESTOS DE JERARQUÍA TOTALY DEL SECTOR PRIVADO

CARGO

Fuente: CTIO, 2005. Con datos de DGEyEL, SPTyEL, en base a la EPH (INDEC).

TASA DE DESOCUPACIÓNSegundo Trimestre 2005

TOTAL SECTOR PRIVADOBrecha salarial Mensual

0,590,81

Brecha salarial Horaria0,750,98

Brecha salarial Mensual0,650,75

Brecha salarial Horaria0,740,76

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Equidad en el Empleo: El Caso de Argentina

Si se observa la estructura ocupacionalen el mercado laboral, una de sus prin-cipales características es la fuertesegregación vertical y horizontal porgénero. Es decir, existe un perfil dife-rencial respecto del tipo de trabajo y losniveles de jerarquía de las ocupacionesa las que acceden mujeres y varones.La elección diferencial de carreras pro-fesionales entre varones y mujeres nodebería alertarnos sino fuera porquecasualmente las elecciones de lasmujeres están vinculadas a una inser-ción laboral asociada a los más bajosingresos, a los menores perfiles de cali-ficación e incluso a las actividades arte-sanales mayoritariamente de aplicaciónen el ámbito doméstico.De esta manera, observamos que lasmujeres se ocupan principalmente en elservicio doméstico, la enseñanza, y losservicios de salud. En cambio, la cons-

trucción, el transporte y el almacenaje,parecerían ser ocupaciones masculini-zadas dada su escasa presencia feme-nina en las mismas. Esta tendencia esalarmante en ocupaciones que requie-ren capacidades ligadas al apoyo tecno-lógico, en donde las mujeres estánprácticamente ausentes Por su parte, existe en el mercado detrabajo una fuerte segregación verticalpuesto que las mujeres son promovidasa cargos de jefatura en menor propor-ción que los varones. De esta manera,observamos que sólo el 37% de lasmujeres asalariadas alcanzan cargosdirectivos -aún cuando como señalanFaur y Gherardi, esta categoría agrupapuestos de dirección muy diversosentre sí, como por ejemplo a directorasde escuelas primarias, junto a altos eje-cutivos de empresas de primera línea(Faur y Gherardi, 2005:217).

c. Inserción en la estructura ocupacional: Segregación horizontal y jerarquización

El total de trabajadores/as informales o noregistrados/as en la Argentina casi se haduplicado en sólo una década, y las muje-res son sus principales referentes. Segúndatos de la EPH, desde octubre de 1994a octubre del 2006, los/las trabajadoresno registrados/as pasaron de 2,103 millo-nes a casi cinco (4,7)9. De ese total, las

mujeres constituyen aproximadamente el52% (Faur, Gherardi, 2005: 218). Siademás tenemos en cuenta que la partici-pación femenina es menor que la mascu-lina, proporcionalmente las probabilida-des de insertarse en el mercado informal,son mayores para las mujeres. En defini-tiva, los impactos de la flexibilización

d. La informalidad

9 Información recogida de la nota del periódico La Voz del Interior "4,7 millones trabajan en la informa-lidad", del 21 de marzo, 2007. Esta información no estaba segregada por sexo, por lo que nuestras con-clusiones en esta materia deben mantenerse para el período de 1994 al 2003, recogidas en Faur,Gherardi, 2005.

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laboral en Argentina no fueron equitativosen el total de la población.La condición de trabajadoras no regis-tradas excede ampliamente a las traba-jadoras por cuenta propia con bajosniveles de productividad. Entre las asa-lariadas del sector privado, la inserciónde las mujeres es mayoritariamente

precaria en el total de los aglomeradosurbanos detectados por la EPH: el54,1% de estas trabajadoras no tienencobertura de salud, ni contrato establede trabajo. Por su parte, el nivel de pro-tección de las empleadas en el serviciodoméstico en el 2004 era de tan sólo4,5% (Espino y Salvador, 2006: 22).

Desde la década del noventa y traslas diversas crisis que ha sufrido laArgentina a lo largo de estos años,muchas responsabilidades públicassufrieron una suerte de "privatiza-ción", que se tradujo en reduccionespresupuestarias en salud y educa-ción, entre las más importantes. Lasconsecuencias de estas reducciones,sumado al progresivo deterioro delnivel de ingresos que se produjo enel país y que recayeron fundamental-mente en los sectores populares,provocaron adaptaciones en los arre-glos familiares, que repercutieron enmayores responsabilidades en lasmujeres, principales proveedores delas actividades reproductivas.Específicamente, las responsabilida-des domésticas y familiares querecaen casi exclusivamente en lasmujeres, y que están vinculadasprincipalmente a la tenencia dehijos/as, han sido y siguen siendofuertes condicionamientos para su

inserción en la vida pública, espe-cialmente en el mercado laboral. Deesta manera, se vendría a confirmarque a pesar del aumento de la parti-cipación económica de las mujerescasadas, las tareas relativas al ámbi-to del hogar continúan siendo casi deexclusiva responsabilidad de lasmujeres. Es decir, se observa que losvarones lentamente están asumiendoalgunas actividades ligadas a lacrianza de los hijos, y algo menos enlas de mantenimiento del hogar10.Sin embargo, lo hacen de maneraesporádica y con una actitud másasociada a la colaboración que a lade una efectiva responsabilidadcompartida.Esta situación se comprueba si seobservan en el Gráfico 5 los tipos detareas domésticas que realizan losvarones y las mujeres (sin tener encuenta el tiempo promedio dedicadoa cada tarea ni la frecuencia con laque la realizan).

e. Responsabilidades familiares y uso del tiempo

10 Para acelerar el compromiso de los varones en las tareas domésticas, la diputada nacional MarcelaRodríguez presentó un proyecto de ley al Congreso que pretende reformar el artículo 199 del CódigoCivil, que se refiere a los derechos y deberes de los cónyuges, agregándole una frase: "(Los esposos)deben, además, compartir las responsabilidades domésticas y el cuidado y la atención de sus hijos". (LaVoz del Interior, 21 de noviembre, 2006.)

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Gráfico 1. TAREAS DOMÉSTICAS REALIZADAS POR LOS CÓNYUGUES EN FAMILIAS NUCLEARESTotal Nacional Urbano en localidades de 5 mil habitantes y más

2001

0 20 40 60 80 100 120

Lav ado y planchado de ropa

Reparación de artefactos o instalaciones de la v iv ienda

Preparación de alimentos

Limpieza de la v iv ienda

Limpieza de útiles de cocina

Adquisición de productos de alimentación y limpieza

Otras tareas domésticas (tareas de costura, tejido, jardinería, etc.)

Mujer

Varón

*Familias en las que ambos cónyuges participan en las tareas domésticas. (Faur, Gherardi, 2005:225)Fuente: Faur, Gherardi, 2005. Con datos de Siempro, ECV.

El servicio doméstico remunerado es elsector prioritario de ocupación de lasmujeres argentinas de hogares pobres,es el que tiene las peores condicionesde regulación del trabajo, y el que per-cibe los más bajos ingresos.En efecto, este sector está excluidode la Ley de Contrato de Trabajo(LCT), y se regula por un Estatuto delServicio Doméstico que data de1956. A su vez, en lo que respecta ala seguridad social, la reforma reali-zada en el 2000 permitió que las tra-bajadoras con una dedicación menorde dieciséis horas pudieran aspirar auna jubilación y tener acceso a lasprestaciones del Sistema Nacional deSalud (SNS), pero bajo su costo y res-

ponsabilidad. Finalmente, en relacióna las remuneraciones percibidas, elservicio doméstico está en condicio-nes más desfavorables que el seg-mento más vulnerable de los asala-riados del sector privado.

f. El servicio doméstico remunerado11

11 En este apartado hemos trabajado a partir de los datos presentados por Faur, Gherardi(2005), Pp. 219-221.

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Argentina no posee un Código delTrabajo, sino que presenta un conjuntode normas y decretos del Poder Ejecutivo-que comprenden la Ley Nº 20.744, "Leyde Contrato de Trabajo" (LCT) de 1974;la Ley Nº 24.013 de 1991, que inició unlargo proceso de reforma de las condicio-nes laborales que continúa hasta laactualidad; las Leyes Nº 24.465,24.467, y 24.557 de 1995; la Ley Nº25.013 de 1998; y la Ley Nº 25.250del 2000- que regulan todo lo referido alas relaciones laborales.

Esta ley es aplicable a los/las traba-jadores/as en relación de dependen-cia, con excepción de los/las depen-dientes de la administración públicanacional, provincial y municipal,los/las trabajadores/as del serviciodoméstico, y los/las trabajadores/asagrarios/as que se rigen por estatutosespeciales.Por otra parte, en materia de discrimina-ción, Argentina ratificó los Convenios N°100, 111, 156, y la Recomendación16514 de la OIT.

IV. LEGISLACIÓN LABORAL13

13 Para un análisis pormenorizado de las características de la legislación laboral en materia de relacio-nes de género, remitirse a E. Faur y N. Gherardi (2004).

14 El Convenio 156 (Trabajadores con responsabilidades familiares, 1981) y la Recomendación 165, no serefieren a las mujeres, sino a trabajadores de ambos sexos con responsabilidades familiares, de manera deinstaurar la igualdad efectiva de oportunidades y de trato con respecto a trabajadores de uno y otro sexo quetengan responsabilidades. Agradecemos al equipo de la CTIO Argentina por advertirnos sobre este punto.

Dadas las diversas crisis económicase institucionales por las que ha atra-vesado la Argentina desde la décadadel noventa, las principales políticasy planes de empleo que se implemen-taron, han estado dirigidas funda-mentalmente a los sectores másempobrecidos.De estas políticas, las que influyenespecialmente en la situación laboralde las mujeres, como principales bene-ficiarias, son las siguientes:

Pacto Federal del Trabajo (1998)Programa Servicios Comunitarios

(1996-2000)Formación Técnica y Profesional de

Mujeres de Bajos Ingresos (FORMU-JER) (2000)

Proyecto Incorporación de la dimen-sión de Género en las Políticas deErradicación de la Pobreza yGeneración de Empleo en AméricaLatina (GPEAL) (2002)

Plan Jefas y Jefes de HogarDesocupados (PJyJHD) (2002)

Programa de capacitación Mujer,Equidad y Trabajo (MET) (2002)

Programa de Emergencia Laboral (PEL)Familias por la Inclusión Social

El Pacto Federal del Trabajo, sanciona-do en 1998, es una de las primeras

V. PLANES Y POLÍTICAS DE EMPLEO

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medidas que explícitamente se orientaa promover la equidad en el empleoentre varones y mujeres. En efecto, elPacto suscribe e incorpora el Plan parala igualdad de Oportunidades entreVarones y Mujeres en el MundoLaboral, y crea la Comisión TripartitaArgentina de Igualdad de Trato yOportunidades entre Varones y Mujeresen el Mundo Laboral (CTIO) en octubrede 1998, relanzada en noviembre del2000. Esta Comisión Tripartita estáintegrada por representantes delMinisterio de Trabajo, del Ministerio deJusticia y Derechos Humanos -Secretaría de Derechos Humanos-, delMinisterio de Relaciones Exteriores,Comercio Internacional y Cultos -Embajadora de la RepresentaciónEspecial para Temas de la Mujer-, delMinisterio de Salud y Ambiente, elConsejo Nacional de la Mujer (CNM), yel Consejo Nacional de Coordinación dePolíticas Sociales de la Presidencia dela Nación, además de representantesde las cámaras empresarias, de los sin-dicatos, y de la OrganizaciónInternacional del Trabajo (OIT).Dentro de los programas de generaciónde empleo, uno de los primeros impul-sados por el CNM con la explícita inten-ción de incorporar la perspectiva degénero, fue el Programa ServiciosComunitarios. Este programa, estabadirigido a personas desocupadas contrayectoria laboral, y promocionaba laincorporación de mujeres desocupadas,al plantear como requisito para la pre-sentación de los proyectos, que el 80%de los beneficiarios sean mujeres, pre-ferentemente jefas de hogar. El empleo

que se ofrecía era temporal (de 3 a 6meses) y la prestación económica parael/la beneficiario/a era menor a 200pesos argentinos, según la cantidad dehoras trabajadas (Espino, Salvador,2006:26).El programa Formación Técnica yProfesional de Mujeres de Bajos Ingresos,también conocido como FORMUJER porsus siglas, es un Programa Regional quese viene desarrollando desde fines de1998 en tres países: Argentina, Bolivia yCosta Rica. El programa es coordinado ysupervisado técnicamente por CINTER-FOR/OIT, y cuenta con el financiamientodel BID-FOMIN. OIT es la responsablede asistir técnicamente a los programasnacionales y garantizar la construcciónconjunta de metodologías y productos.En Argentina se inició en enero del 2000y entre sus objetivos, el programa se pro-puso contribuir a aumentar la productivi-dad y las oportunidades de empleo paralas mujeres de bajos ingresos mediantela formación técnica-profesional, con lafinalidad de apoyar su contribución aldesarrollo y colaborar con el proceso dereducción de la pobreza.Como forma de apoyar la implementa-ción de políticas de combate a la pobre-za que enfaticen la generación de tra-bajo como la mejor forma de superarla,pero que al mismo tiempo promuevanla igualdad de género, la OficinaRegional de la OIT para América Latinay el Caribe inició en julio de 2002 laejecución del proyecto Incorporación dela dimensión de Género en las Políticasde Erradicación de la Pobreza yGeneración de Empleo en AméricaLatina (GPEAL), con el apoyo del

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gobierno de Holanda, dirigido a contri-buir a la incorporación de la dimensiónde género en las políticas de reducciónde la pobreza y de generación de empleoen seis países de la región: Argentina,Bolivia, Honduras, Nicaragua, Paraguayy Perú. Posteriormente se incorporaron:Brasil, Chile y Ecuador. Uno de loscomponentes básicos de este Proyectoes la realización de estudios y diagnós-ticos nacionales sobre las interrelacio-nes entre el género, la pobreza y elempleo, que contribuyan a aumentar labase de conocimiento sobre estos fenó-menos, y que puedan aportar al diseñoy a la implementación de las políticasdirigidas a erradicar la pobreza, promo-ver el empleo y la igualdad de género(Espino, Salvador, 2006:25-26). En elcaso de Argentina, se analizó el PlanJefas y Jefes de Hogar Desocupados(PJyJHD) y se estudió la situación delas empresas recuperadas.El PJyJHD fue diseñado e implementa-do en 2002, como consecuencia de lacrisis social, política y económica des-atada en el país. El objetivo general delPlan es proporcionar un ingreso men-sual no remunerativo a jefas o jefes dehogar desocupados que permita fortale-cer el rol de la familia como ámbitoprincipal de contención, con capacidadde mantener o de reinsertar en el siste-ma educativo a sus hijos/as menores de18 años o hijos/as discapacitados decualquier edad, facilitar su cuidadosanitario y paralelamente, insertar a losbeneficiarios en el mercado laboral. De

esta manera, los/las beneficiarios/as delprograma deben cumplir determinadasactividades en carácter de contrapres-tación, que son asignadas por los con-sejos consultivos locales creados a talfin, junto a los municipios.Como consecuencia de la implementa-ción de este plan, la participación relati-va del gasto en programas de empleo eje-cutados por la Nación se incrementó del33,1% en 2001, al 91,3 % en 2002, yel gasto en programas de empleo provin-ciales disminuyó. En la medida en que elPJyJHD fue absorbiendo los programasde empleo anteriormente aplicados,muchos desaparecieron y otros siguieronfuncionando de modo residual, a fin decubrir a la población que no resultababeneficiaría del PJyJHD (Faur, Gherardi,2005:242). De esta manera, el Plan per-mitió bajar en 4 puntos porcentuales latasa de desempleo, y ya en el 2003 seconsolidó como el Plan de mayor cober-tura y contención que ha existido en elpaís (Espino, Salvador, 2006:26).Según datos del Ministerio de Trabajo,Empleo y Seguridad Social (MTEySS), enseptiembre del 2004 los/las beneficia-rios/as del programa eran 1.629.426.91,del cual el 67,7% eran mujeres. Pero apesar de que ello implicó una mejora rela-tiva en la vida de las mujeres en términosde ingresos, puesto que la mayoría de lasbeneficiarias eran inactivas, el Plan carecede una perspectiva de género en su dise-ño y ejecución. Al respecto, LauraPautassi15 señala que el programa seasemeja a los ejecutados durante la

15 Laura Pautassi (2004), Beneficios y Beneficiarias: análisis del Programa jefes y Jefas de HogarDesocupados en Argentina", en María Elena Valenzuela (ed.) Políticas de Empleo para superar la pobre-za. Argentina, Santiago de Chile, OIT. Citada por Faur, Gherardi, (2005), Pp. 244.

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década de los noventa, que se conciben"neutros" en términos de género, no sóloen la consideración de los/las beneficia-rios/as y la promoción de sus oportuni-dades, sino también en sus instanciasde decisión y ejecución. Por otra parte, en el marco delPrograma Federal implementado por elCNM que funciona en forma descentra-lizada mediante las áreas de la mujerque existen en los ámbitos de gobiernoprovinciales y municipales bajo la coor-dinación del CNM, se inició en marzodel 2002 la elaboración del ProgramaNacional Mujer, Equidad y Trabajo(MET). El objetivo general del programaes favorecer, desde la perspectiva de laequidad y la igualdad de oportunida-des, el desarrollo de capacidades y acti-tudes de las mujeres para mejorar suposición en el mundo del trabajo.A tal efecto, mediante el componenteApoyo a las Iniciativas Locales de esteprograma, se han aprobado más de 22proyectos destinados a dar empleo amujeres rurales en 18 provincias argen-tinas. El MET utiliza como fondo finan-ciador de proyectos, el Plan NacionalManos a la Obra, del Ministerio deDesarrollo Social de la Nación.Organiza talleres de asistencia técnica ycapacitación para formadores/as o faci-litadores/as. Como uno de los subpro-ductos y en el marco de la ejecución deeste programa se diseñó una Red deMujeres Emprendedoras.A pesar de la intención explícita de con-centrar los diversos programas socialesen un solo plan, (Plan Jefas y Jefes deHogar Desocupados) en forma paralelaa la creación y la puesta en funciona-

miento del PJyJHD, el Ministerio deTrabajo repuso el Programa deEmergencia Laboral (PEL), con el obje-tivo declarado de "atender a aquellosgrupos de trabajadores desocupadosque no reúnen las condiciones paraacceder a dicho Programa". Por mediode este programa, autorizó la aproba-ción de actividades comunitarias para300 mil beneficiarios/as mensualescomo máximo, que percibirían por ellola suma de 150 pesos por mes.Por otra parte, el gobierno nacional através del Ministerio de DesarrolloSocial, ha impulsado un nuevo progra-ma, llamado Familias por la InclusiónSocial, focalizado por el ingreso en elhogar y no por la condición laboral.Este programa pretende incorporar abeneficiarias mujeres del PJyJHD, ensu condición de madres de familia. Seespera que 750 mil mujeres con tres omás hijos menores de diecinueve años,que son beneficiarias del PJyJHD seincorporen al programa Familias. ElPrograma consiste en transferir dinero alas familias beneficiarias, y exigir elcumplimiento de contraprestaciones desalud y educación de los niños y lasembarazadas. De esta forma, en elPJyJHD quedarán sólo aquellas perso-nas que estén en condiciones de "rein-sertarse laboralmente".Del análisis de los planes y políticas deempleo, podemos concluir que a pesarde que algunos de éstos procuran mejo-rar las condiciones para el empleofemenino, no son específicamente dise-ñados para mujeres desde una perspec-tiva de género, ni tampoco fomentanempleos genuinos.

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Una evaluación general de las políticasinstrumentadas nos confirma la circuns-cripción de las mujeres como grupo vul-nerable. Pero como afirman Espino ySalvador (2006: 21) no se trata de bene-ficiar exclusivamente a las mujeres, sinoque las políticas deben apuntar a la rea-lidad diferenciada que enfrentan tanto lastrabajadoras como los trabajadores yactuar para equilibrar oportunidades y

resultados considerando al mismo tiem-po las limitaciones y las responsabilida-des de unas y otros. Se trata de diseñarpolíticas tendientes a facilitar la concilia-ción entre la vida familiar y laboral, eimpulsar medidas que brinden serviciospara apoyar el cuidado de las/os hijas/os(por ejemplo, con guarderías) y promue-van la participación compartida demadres y padres (Valenzuela, 2004:47).

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Es innegable la recuperación de laeconomía colombiana, después dehaber tocado fondo con la gran rece-sión de 1999. Sin embargo, ha sidoinsuficiente e inequitativa respecto ala generación de nuevas oportunida-des de trabajo, incorporación a los sis-temas integrales de seguridad social yreducción sistemática de la pobreza.Hemos crecido en los tres últimosaños por encima del promedio históri-co nacional (4.5%) de largo plazo, no

obstante, ello no es una garantía deque hayamos entrado en la senda delcrecimiento sostenible y redistributivo.El crecimiento que se está dando nogenera el suficiente empleo ni es de lacalidad esperada, de tal manera que elsistema de seguridad social, basadoen las cotizaciones de los colombianosque trabajan, sigue mostrando gran-des brechas y un profundo desequili-brio que se expresa en la lenta reduc-ción de la pobreza.

III. Equidad en el Empleo: el caso de Colombia16

I. CONTEXTO SOCIO-POLÍTICO

16 Elaborado por Marcela Eugenia Alvear Portaccio para la mesa de trabajo mujer y economía.

Según el trabajo del Observatorio delMercado de Trabajo y la SeguridadSocial de la Universidad Externado, apesar de las transformaciones que sehan dado en el orden político, econó-mico, institucional, que sin lugar aduda han tenido un impacto negativo

en la generación de empleo y en eldesmejoramiento de las condicionesdel mismo, ellas no son suficientespara explicar toda la problemáticarelacionada con el empleo en el país,es por eso que citan las siguientesprincipalmente:

II. EL MERCADO LABORAL EN COLOMBIA

a. Aumento cíclico y estructural de la propensión a participar en el mercado de trabajo

Un importante aspecto relacionado conla evolución del desempleo enColombia ha sido el reciente aumento

de la participación laboral. La propen-sión a participar en el mercado de tra-bajo está determinada tanto por un

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Equidad en el Empleo: El Caso de Colombia

b. Desplazamiento y migración rural-urbana

componente de largo plazo, ligado fun-damentalmente a aspectos demográfi-cos y socio-institucionales, como porun componente cíclico o de cortoplazo. En cuanto al primero, la fase delproceso de transición demográfica enla cual se encuentra el país, la aumen-tada escolarización, la progresiva secu-larización de la sociedad colombiana yla expansión del sector de servicios,

que ha puesto a disposición de lasmujeres empleos más acordes a su rolsocial, justifican un crecimiento de laparticipación laboral en el tiempo. Apartir de 1996, sin embargo, se obser-va un fuerte incremento de la partici-pación laboral urbana evidentementecausada por eventos cíclicos relaciona-dos con el comportamiento del cicloeconómico en general.

Por razones de orden público, en losúltimos años se ha acentuado lamigración y el desplazamiento masi-vo hacia los centros urbanos delpaís. Entidades gubernamentalesestiman que entre 1995 y 2001 sehan desplazado desde las zonasrurales unas 720.000 personas.¿Qué tanto estos migrantes estánpresionando el mercado de trabajourbano? La falta de información esun factor que no permite dar unarespuesta concreta a la anterior pre-gunta. Sabemos que muchos de losdesplazados regresan a su lugar deorigen. En el 2001, el índice deretorno fue del 11%; sin embargo,en años anteriores fue superior al30%. Sabemos también que en sugran mayoría constituyen una fuerzade trabajo secundaria, es decir com-puesta de niños, mujeres y ancia-nos, cuyo comportamiento laboralno es fácil de captar a través deherramientas de recolección tradi-cional como las encuestas de hoga-res. Por otro lado, sabemos que los

migrantes recientes, junto con lapoblación nativa, son los más vulne-rables al desempleo, tanto en 1996como en el 2000. A pesar de lainsuficiente disponibilidad de infor-mación, entonces, es lógico pensarque los desplazamientos están cier-tamente contribuyendo a agravar lapresión que ejerce la oferta laboralsobre el mercado de trabajo urbanocolombiano.

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c. Desbalance entre demanda y oferta por tipo de calificación. El cambio técnico

La aumentada deserción educativa delos últimos años y la inversión enmaquinaria y equipo que tuvo lugar enColombia durante la primera parte delos años 90, que a su turno aceleró loscambios tecnológicos y organizaciona-les ya en marcha en las firmas colom-bianas, deben haber contribuido aampliar la brecha entre calificacionesexigidas y ofrecidas en el mercado labo-ral. Existen varios indicadores de lafalta de correspondencia entre perfilesocupacionales demandados y perfilesdisponibles. En primer lugar, en añosrecientes no se observan aumentos sig-nificativos en los niveles educativos dela fuerza de trabajo colombiana. Másbien, Colombia ha venido atrasándoseen materia educativa, no solamentefrente a los países del sudeste asiático,sino en comparación con otras nacio-nes de la misma América Latina (Lora,

2001). Este atraso se ha venido agudi-zando en los últimos años cuando,como se ha visto, a causa de la difícilsituación económica de las familias,muchos jóvenes han tenido que deser-tar intempestivamente su carrera edu-cativa. Desafortunadamente, es deesperar que parte de ellos no regrese alos salones de clase cuando los tiemposmejoren. Y los programas guberna-mentales de formación mínima parajóvenes desempleados nunca podránsustituir el capital humano básico ygeneral que el sistema educativo for-mal contribuye a construir.Por otro lado, se ha observado a partirde los primeros años 90 un aumento dela demanda relativa de trabajo califica-do vs. el no calificado y un contempo-ráneo y notable aumento de los diferen-ciales de remuneraciones a favor delprimer grupo de trabajadores.

En la década del 90 las tasas de parti-cipación de las mujeres en el mercadolaboral fluctuaron entre el 44% comovalor mínimo en 1991 y el 51% en1999, como valor máximo, mientrasque la tasa de participación masculinaestuvo entre el 72% y el 75%. Sin

embargo, ambos comportamientos fue-ron muy estables, sólo en el año 1999se nota un salto en la tasa global departicipación femenina al 51%. Esnecesario anotar que en ese año entraen crisis la economía, y cuando las eco-nomías entran en esa situación se hace

III. LAS COLOMBIANAS EN EL MERCADO LABORAL

a. Evolución de las tasas de participación, ocupación y desempleo

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necesario la incorporación de nuevossegmentos de la población especial-mente mujeres y jóvenes al mercado detrabajo17, de ahí se puede explicar unpoco el hecho de que un porcentaje sig-nificativo de las mujeres que se inser-tan al mercado de trabajo en las dosúltimas décadas lo hace en ocupacio-nes informales y de mala calidad.Con respecto a la tasa de desempleo18,en la década de los noventa se encuen-tra que las tasas de desempleo femeni-no doblan en algunos casos las tasas dedesempleo masculino, de acuerdo a lateoría económica cuando en el cortoplazo la propensión de una población aparticipar en el mercado de trabajoaumenta puede ser por dos razones: eltrabajador adicional o el desalentado.Para el primer caso se supone que laparticipación tiene un comportamientoanticíclico y por lo tanto aumenta cuan-do la actividad económica disminuye,de ahí que en períodos de decrecimien-to económico se incremente la presiónen le mercado de trabajo lo cual semanifiesta a través del incremento de latasa global de participación y por endeen la tasa de desempleo, como conse-cuencia del desempleo entre los jefesde hogar y/o una baja en los ingresosfamiliares que impulsan a trabajadoressecundarios a adicionarse a la fuerzalaboral ya existente, especialmente

mujeres, jóvenes y jubilados/as. La teo-ría del trabajador desalentado queplantea un comportamiento cíclico,durante la crisis económica los miem-bros secundarios del hogar dejan debuscar activamente empleo porqueconsideran que la probabilidad deencontrarlo es muy baja o por que lossalarios ofrecidos son menores que elde reserva. Por las cifras parece ser queen el caso colombiano se trata del pri-mer caso. Precisamente son las muje-res las que salen a buscar la manera desolventar la situación de pobreza, en elcaso del estrato bajo, y de recuperar lapérdida de ingresos en el estrato medioy medio alto.Con respecto a la tasa de ocupación, seencuentra un comportamiento másestable en la tasa de ocupación mascu-lina, en el primer quinquenio de ladécada del 90, entre 70% y 68% yluego en el segundo quinquenio empie-za a caer hasta llegar al 62%. La expli-cación en general es la pérdida de dina-mismo de la economía y la transforma-ción de la estructura productiva, esdecir la terciarización de la estructuraproductiva. Mientras que la tasa deocupación femenina, mantuvo un com-portamiento más regular a lo largo detoda la década. Lo que se puede afir-mar es que claramente hay cierta rigi-dez en el sistema económico que no

17 Un incremento en la tasa global de participación que por la definición misma hace que se incremen-te al entrar nuevos sectores de la población al mercado de trabajo en búsqueda de nuevas oportunida-des como una forma de alivio a la pobreza de sus hogares

18 El período de tiempo que se toma para el análisis obedece a que a partir de 2001 hay un cambioen la metodología de medición de las variables, de ahí que no se pueden hacer comparables, con elsiguiente período 2001-2006.

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permite absorber la oferta de mano deobra, ya que como se ha visto hayincrementos en la tasa global de parti-cipación, de desempleo, pero la tasa deocupación permanece casi invariable.A partir del 2001 específicamente en elprimer trimestre de cada año la tasaglobal de participación femenina oscilaentre el 66.8% y el 64.2%, mientrasque la masculina oscila entre el 76.1%y el 72.2%, dándose cambios masabruptos al interior del comportamientode la tasa masculina. Parece ser segúnlos datos, que se viene dando en la últi-ma década una mayor presión en elmercado laboral producto de la transi-ción demográfica (menor tasa de fecun-didad) y el incremento en las tasas dealfabetización y por otro lado el mayorempobrecimiento de la economía queobliga a la salida de otros miembros ymiembras del hogar a la búsqueda denuevos ingresos.En el 2004 y 2005 , el promedio de latasa global de participación total fue de62.71%, mientras que el promedio dela tasa global de participación masculi-na fue de 72.39% y la femenina de54.67%. Sin embargo, como se hamencionado anteriormente hay unapresión importante en el mercado labo-ral por parte de las mujeres. Esto se

puede deducir a partir del crecimientopromedio de la población en edad detrabajar femenina la cual en este perío-do es de 0.61%, mientras que la mas-culina es de 0.67% y el crecimientopromedio de la población económica-mente activa PEA femenina ha sido de0.57% mientras que la masculina hasido 0.32%. Es decir, la fuerza laboralfemenina salió mas en el período anali-zado a buscar empleo. Como se men-cionó anteriormente, existe un sesgo enla medición estadística, que al omitirsehace pensar que se cerrarían muchomás las brechas entre las diferentesvariables que se han venido analizando.Es necesario anotar que, aparte de losmotivos de construcción cultural conrespecto a la discriminación y segrega-ción de género que han sido determi-nantes históricamente, hay otras detipo económico-estructural que no per-miten que haya una buena absorciónde la mano de obra ya sea masculina ofemenina por parte del sistema produc-tivo actual, debido a la recomposiciónque se ha venido dando en las estruc-turas productivas a partir del procesode apertura y liberalización de la econo-mía. En otros términos, la generaciónde empleo ha sido inelástica frente a latasa de crecimiento de la economía.

En general se encuentra que tanto parahombres como para mujeres, la edadpromedio de ocupación es de 25 a 55años de edad comportándose de mane-

ra estable, le siguen en orden en amboscasos la población entre los 18 a 24años, es decir la población joven. Sinembargo, cuando se entra a mirar esta

b. Análisis por grupos de edad y nivel educativo

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misma variable por categoría deempleo, es decir formal o informal, seencuentra un aumento acelerado de laincorporación de población cada vezmás joven y adulta mayor al mercadolaboral. Sobretodo en el caso de lasmujeres. En el año 2001 por ejemplo,de la población ocupada en el sectorinformal20 el 42% de las mujeres seencontraban entre los 12 y 15 años, el45% entre 16 y 18 años, el 47% entre19 y 55 años y el 38% con más de 56años valores alrededor de los cuales hagirado este comportamiento redistribu-yéndose al interior de estos grupos eneste período de tiempo. Es así como enel 2005 el comportamiento fue de lasiguiente forma: 44% entre 12 y 15años, 44% entre 16 y 18 años, 49%entre 19 y 55 años y 39% con más de56 años. Es decir, que al mirarse porcategoría de trabajo ha habido unamayor inserción de la población infan-til, juvenil y adulta; lo cual va generan-do un fuerte impacto en la formacióndel capital humano del país, es decir elsistema económico está generandounas condiciones de desigualdad ypobreza que obligan a salir a la pobla-ción cada vez más joven a buscar ingre-sos para cubrir las necesidades delhogar dejando de asistir al colegio o ala universidad. Y por otro lado, obligatambién a un sector que ya no tieneposibilidades de recalificarse a la bús-queda de opciones laborales con muy

malas condiciones de trabajo.Existen condiciones independientes dediscriminación por género que afectana la población en general. La diferenciaestá en las barreras de entrada que tie-

nen que atravesar las mujeres parapoder insertarse en el mundo laboral yasea formal o informal precisamente por-que existen otros factores de orden cul-tural que dificultan u obstaculizan lasposibilidades de trabajo de las mujeresy son precisamente la responsabilidadotorgada socialmente del cuidado delos hijos/as, y todo lo relacionado conlas labores domésticas21 adicionales alaporte de ingresos para las necesidadesdel hogar, ya sea porque es cónyuge oporque es madre cabeza de familiapara quienes la situación es muchomenos favorable. En el sector formal de la economía tam-bién se encuentra un incremento acele-rado de la incorporación de poblacióncada vez más joven de ambos sexos.

20 Del 100% de la población ocupada, el 61% se encontraba en esa categoría y el restante 39% en lacategoría formal.

21 La denominada doble, triple quíntuple jornada de trabajo que es la de garantizar la ética del cuida-do de su familia y que social e históricamente han sido las mujeres las que la han asumido.

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Sin embargo, se observa que en prome-dio es en la categoría informal en dondese ha dado una mayor inserción por lascaracterísticas mismas de la categoría,lo cual tiene otros fuertes impactos ade-más de la pérdida de capital social enel largo plazo, como son la falta deseguridad social y la falta de mano deobra calificada que enfrente los retosque plantea el mercado laboral22 hacíael futuro, lo que hace pensar en unpanorama mucho más ensombrecedorque el que se atraviesa actualmente.Ahora, con respecto a los años deescolaridad de la población ocupada,se encuentra que es mayor la tasa deeducación femenina total 9.9% conrespecto a la de los hombres (9.7%).Sin embargo, cuando se mira porcategoría de empleo, se encuentraque en el sector formal son mayoreslos años de escolaridad femeninos(12.7 frente al 11.8 de los hombres),y la edad promedio es menor en lasmujeres que en los hombres. Mientrasque en el sector informal, los años deescolaridad son iguales para hombresy mujeres: 8.2, y la edad es muy cer-cana. Lo cual indica que hay una rela-ción directa entre la categoría del

empleo y los años de escolaridad: amenor tasa de escolaridad, mayorocupación en el denominado sectorinformal de la economía. Ahora lastasas de escolaridad están relaciona-das con las condiciones iniciales. Estoquiere decir que a mayor nivel deingresos, mayores años de educación,lo cual entra a alimentar el círculovicioso de la pobreza, que es lo que sepuede deducir del crecimiento acele-rado actual de la inserción a menoredad en el mercado de trabajo encualquiera de sus categorías.Los años de escolaridad promedio totalde las mujeres es superior a la de loshombres y cuando se desagrega porcategoría, se encuentra que la diferen-cia aumenta a favor de las mujeres,esto es en cierta forma confirmado por-que cuando se examina la participaciónporcentual de la población ocupada pornivel educativo se encuentra que el53% en promedio de las mujeres quese encuentran en la informalidad tienensólo hasta estudios secundarios, mien-tras que en promedio el 55% de las quetienen estudios superiores están en elsector formal y la situación es similarpara los hombres en ambas categorías.

22 Los retos de una economía del conocimiento, del desarrollo tecnológico, de sectores productivos con-solidados, y que por la situación actual del país en términos de distribución y de crecimiento económi-co agravada por el conflicto armado no se ven claramente propuestas de política y por ende de políticaeconómica que puedan subsanar realmente la situación en un horizonte temporal ni lejano ni cercano.

Cuando se mira la distribución de lapoblación ocupada según la posiciónocupacional se encuentra por una parte

la tendencia a una mayor segregaciónocupacional femenina, y por otro lado,el acceso limitado a los recursos que

c. Análisis por posición ocupacional

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tienen las mujeres a la posibilidad deconformar empresas23. Para el primercaso, se puede observar por ejemplo,que de la población ocupada masculinaen promedio el 0.8% se dedica al tra-bajo familiar sin remuneración mientrasque en promedio el 2.1% de la pobla-ción femenina se ocupa en esos traba-jos. En el caso del empleo doméstico,no hay población masculina ocupadaen ese trabajo mientras que en prome-dio el 5.5% de la población femeninaestá ubicada en ese sector. Para elsegundo caso, se encuentra que en pro-medio sólo el 1.6% de la poblaciónfemenina es jefa o empleadora frente al4.1% de la población masculina, locual pone en relieve un problema de

asimetrías en el acceso a recursos parala generación de empresas, por partede las mujeres.Por otra parte, se podría pensar que lamanera como están distribuidas las posi-ciones ocupacionales muestran larecomposición que ha venido sufriendola estructura productiva, lo cual se con-firma cuando se analiza por rama deactividad en donde está ubicada lapoblación. Y por ende, el mercado labo-ral, se observa entonces cómo la propor-ción de la población (mujeres y hom-bres) ubicado en el sector gobierno esmuy pequeña, en promedio el 3%, mien-tras que los empleados por cuenta pro-pia en promedio son el 34% de la pobla-ción ocupada por posición ocupacional.

23 Si bien es cierto, que por factores estructurales en general el acceso a los recursos en el país están limi-tados para la mayor parte de la población, debido a factores de concentración de la riqueza, el comporta-miento de rent seeking del sector financiero, por ende para las mujeres va a haber una mayor limitación.

Por rama de actividad, se encuentraque hay algunos sectores de la produc-ción a los cuales las mujeres no hanpodido acceder aún, como es el de laconstrucción. Y en mucha menor medi-da han accedido a sectores como eltransporte, almacenamiento y comuni-caciones y en el de la intermediaciónfinanciera. Lo cual muestra claramentecómo los aspectos culturales, en estecaso roles y estereotipos de género fun-cionan para el desempeño de ciertostrabajos: mientras que en áreas comolos servicios sociales, comunales y per-sonales, en el comercio, en servicios en

general y en algunos puestos de opera-rias industriales, en sectores muy espe-cíficos como el de flores y confecciones,las mujeres son las que más acceden,en donde hay que resaltar además queson sectores en donde existe una preca-rización, inestabilidad y desalarizacióncreciente de las condiciones laborales.En promedio, el 13% de la población ocu-pada mujer, se encuentra en el sector delcomercio, el 3% en el sector de activida-des inmobiliarias empresariales y dealquiler; y el 8.3% se encuentran en elárea de la industria manufacturera. Ahoralos hombres se encuentran ubicados en

d. Análisis por rama de actividad

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El 70% de la población subempleadaestá ubicada en el sector informal, elrestante 30% está ubicado en el sectorformal de la economía. Siendo similarla proporción tanto para hombres comopara las mujeres.Por categoría de empleo en el sectorinformal, en promedio el 54.4% de lapoblación subempleada son trabajado-res por cuenta propia, en el caso de lasmujeres son el 55% en promedio y enel caso de los hombres el 56% en pro-medio. Por otra parte, en promedio7.8% de los informales subempleadosestán ubicados en el trabajo doméstico

de los cuales el 15% son mujeres y el0.7% son hombres.En el sector formal, la mayor parte dela población subempleada se encuentraen los empleados particulares tantopara hombres como para mujeres. Estoes entendible dado que por la nuevalegislación laboral, se establecieron tur-nos de trabajo que obligan a las perso-nas a tener mayor tiempo libre y porsupuesto menores ingresos, los que loshace y las hace sentir subempleadospor tiempo, por remuneración y porcapacidad sobretodo esta última en elcaso de las mujeres25.

e. Subempleo

sector manufacturero, el 10.8%; entransporte y almacenamiento y comunica-ciones, el 8%; en la construcción, 4.5%,en comercio24 el 16%, y en servicioscomunales, sociales y personales el 7%.Entre el 2001 y el 2005 se ha consoli-dado el empleo femenino en las ramasde los servicios (en promedio el 42%) yen el comercio (en promedio el 14%),teniendo una participación exigua en lasdemás ramas de actividad productiva.

24 Obsérvese que es precisamente en la rama del comercio al por mayor y al detal en donde se están gene-rando mayores empleos, transportes, almacenamiento y comunicaciones, que es básicamente lo quecorresponde al sector terciario de la economía. Ahora el hecho de que las mujeres en una gran proporciónpor posición ocupacional estén ubicadas como se vio anteriormente en trabajo familiar sin remuneracióny luego por rama de actividad esté en servicios sociales, personales, y comunitarios nos indica algo rela-cionado con la subestimación den términos económicos del trabajo que desempeñan las mujeres.

25 En Alvear y Sánchez, encontraron que entre 1994 y 2001 la mayor percepción de subempleo porparte de las mujeres se daba por capacidad siendo la mayor variación porcentual frente a la misma cate-goría masculina 236% y 80% respectivamente. Lo cual permite inferir que dada la nueva normatividadesta categoría de subempleo ha debido aumentar, al igual que la de menor ingreso dado la desalariza-ción y precarización de los salarios.

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De acuerdo a los datos, en el primerquinquenio del 2000 se ha dado unaprofundización de la informalidad en elmercado laboral, y con una mayor afec-tación para las mujeres, como veremosmás adelante, es así como en el 2001del total de la población ocupada el61% se encontraba en el sector infor-mal y el 39% restante en el sector for-mal, es decir paulatinamente ha habidouna redistribución al interior del merca-do laboral, que se ha ido acelerandocada vez más.Cuando se examina por sexo, seencuentra que en promedio el 60% delas mujeres se encuentran laborando enla informalidad e igualmente para loshombres, es decir que es una tendenciageneral del mercado que está respon-diendo a una serie de medidas de polí-tica económica como ha sido la políticade flexibilización laboral cuyo marco deacción está dado en la ley de reformalaboral 789 de 200226 el reacomoda-miento de la estructura productiva y engeneral medidas de política económicaque han incentivado la precarización yviolación de derechos laborales de lapoblación con un impacto todavía nocuantificado realmente en términos delíneas de pobreza, de concentración derecursos y riqueza y de pérdida de capi-tal social hacía el mediano y largoplazo. Si bien es cierto que estas cifrasintentan medir una variable que está

definida por una metodología, esimportante plantear la necesidad queexiste de una redefinición del conceptode informalidad, porque, como se verámas adelante, los sectores que estáninsertados dentro de la informalidadactualmente por edad, por nivel educa-tivo, por posición ocupacional corres-ponden a segmentos de la poblaciónclasificada como de bajos ingresos. Sinembargo, se está dando una crecienteinformalización laboral en otros seg-mentos de la población como es en elprofesional y de estudios de posgrados,que por sus características mismas sepodría pensar en considerarse tambiéndentro de la categoría de lo informal.Sin embargo, se puede hablar de unabrecha de informalidad entre hombresy mujeres dado que cuando se examinapor posición ocupacional en promedioel 68% de las ocupaciones femeninasson informales. Además, en cuanto a lacalidad del empleo de las mujeres en elsector informal se encuentra que éstaes mucho menor, comparada con la delos hombres, como se verá mas adelan-te, los ingresos son mucho menores,cuentan con menor cobertura de segu-ridad social y están sobrerepresentadasen los segmentos más precarios, comoson el servicio doméstico y los y las tra-bajadores no remunerados. Por grupo deedad, la estructura de la población infor-mal se encuentra en promedio en un

f. Informalidad

26 Pero cuyo antecedente se establece en la ley 100 de 1993 y en la ley 50 de 1990, cuando se empie-zan a modificar las estructuras institucionales para dar vía libre al proceso de apertura y liberalizacióneconómica.

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82% entre los 19 y 55 años de edad,estando puntos por encima en el caso delas mujeres, es decir un 85% y 5 puntosaproximadamente por debajo en el casode los hombres, es decir un 80% en pro-medio, lo cual podría estar indicandoque sí hay una mayor afectación hacía alas mujeres de la problemática27.Quienes están engrosando las filas de lainformalidad es el segmento de lainfantil y población joven que debenabandonar sus estudios para ser unaporte adicional de ingresos en el hogary que en promedio son mujeres, jóve-nes y niñas porque en promedio total es

el 50% de la población que se encuen-tra en secundaria. Sin embargo, en elcaso de las mujeres ese promedio esdel 52% y en los hombres del 49%;similar comportamiento se da en losotros niveles educativos.De acuerdo a la rama de actividad, lamayor parte de la población femeninaque se encuentra en la informalidadestá ubicada en los sectores decomercio y servicios, 37% en prome-dio en el primer sector y 40% en elsegundo sector. Mientras que loshombres están ubicados en el comer-cio 40% en promedio.

27 Se habla de problemática porque en esta categoría de empleo hay indiscutiblemente una pérdidade calidad de vida y de condiciones de vida digna para la población, que tiene consecuencias en lasalud, y en la forma como se va construyendo el nuevo tejido social. Que va alimentando el círculo vicio-so de la pobreza, de la pérdida de oportunidades y obviamente de la pérdida de libertad.

La diferencia de ingresos entre hombresy mujeres es muy marcada, especialmen-te en el sector informal. En general, lasmujeres reciben menos ingresos en todoslos segmentos del mercado laboral. Enpromedio, los hombres ganan $492.000mientras que las mujeres ganan$402.000 en promedio un 81% de loque ganan los hombres, obviamente estoha variado entre períodos, de acuerdo alcomportamiento de los salarios en gene-ral. Es así como se observa, que entremayor sea la diferencia en el ingreso realentre hombres y mujeres, la correspon-dencia del salario femenino con respectoal masculino será menor. Es decir, hayuna relación inversa entre diferencia en el

salario y proporción de equivalencia. Enel año 2001, la diferencia entre los ingre-sos masculinos y femeninos era de$90352, y la proporción de equivalenciaera del 82%. Mientras que en el 2004 ladiferencia era de $106763 y la propor-ción de equivalencia era del 79%. Esdecir, entre menor sea la diferencia entérminos de ingresos la brecha de equiva-lencia se va cerrando. La diferencia esmucho mayor en el sector informal. Esasí como en promedio los ingresos de lasmujeres equivalen al 65% de los ingresosde los hombres en el mismo sector, mien-tras que en el formal la diferencia se vadisminuyendo, correspondiendo el ingre-so femenino al 82% del masculino.

g. Análisis por ingresos

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La legislación vigente, es la reformalaboral Ley 789 de 2002, de la cualaún no se tienen estudios acerca desu impacto en el trabajo de las

mujeres en Colombia. A continua-ción se presentan los principalesaspectos que toca la ley de empleoen el país.

a. Jornada de trabajo

IV. LEGISLACIÓN LABORAL

Ampliación de la jornada laboral.Trabajo diurno y nocturno. El artículo 25de la ley 789 de 2002 que modificó elartículo 168 del Código Sustantivo deTrabajo, establece una ficción legalsegún la cual ciertas horas naturalmentenocturnas se tendrán jurídicamentecomo diurnas para los efectos de la jor-nada laboral. Con la norma anterior seconsideraba trabajo diurno (o trabajoordinario, como lo denomina la ley)aquel realizado entre las seis de lamañana y las seis de la tarde. La refor-

ma introducida entiende por trabajoordinario aquel comprendido entre lasseis de la mañana y las diez de la noche.A su vez, se entenderá por jornada labo-ral nocturna la realizada entre las diez dela noche y seis de la mañana. La impor-tancia de la diferenciación entre trabajoordinario y trabajo nocturno se traduceen el establecimiento de un mayor pagode la jornada nocturna, dado el sacrificioal tiempo de descanso28. Con la amplia-ción de la jornada diurna los recargosserán aplicables a menos horas.

b. Flexibilización de la Jornada Laboral

La reforma derogó las restricciones con-tenidas en la Ley 50 de 1990, en loque se refiere al número de horas de lajornada laboral. En este sentido, seconservan los turnos sucesivos para jor-nadas de 6 horas diarias y 36 horassemanales que se habían creado con laley anterior, pero la aplicación de esta

regulación no está limitada a las nuevasempresas, como lo establecía la normaanterior, sino que se extiende a lasempresas antiguas. Adicionalmente, laspartes del contrato laboral podrán acor-dar una jornada de 48 horas distribui-ble en máximo seis días a la semana29,el número de horas de trabajo diario

28 Código Sustantivo del Trabajo. Artículo 168.

29 Ley 789 de 2002, artículo 51, literal.

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podrá repartirse de manera variabledurante la respectiva semana, oscilan-do entre un mínimo de cuatro horas yun máximo de diez, sin que haya lugaral reconocimiento de ningún recargopor trabajo suplementario, dentro de lajornada ordinaria.Esta posibilidad de acuerdo entre laspartes que plantea la norma en térmi-nos reales, se traduce en una granflexibilidad otorgada al empleador oempleadora para la imposición de jor-

nadas desproporcionadas que aten-tan contra la dignidad humana, conel fin de lograr las metas económicasde la empresa en una obligación paralas trabajadoras y los trabajadores.Por cuanto, dada la desigualdad de larelación laboral, ante una solicitud deeste tipo por parte del empleador oempleadora, la única alternativa via-ble es aceptar las condiciones sintener posibilidad de ningún tipo denegociación.

Con la ley en estudio se reformó el artícu-lo 179 del Código Sustantivo de Trabajo,según el cual en el evento del trabajodominical la trabajadora o el trabajadortenía derecho al pago de un día de sala-rio normal con un recargo del 100%. Lareforma disminuye el recargo por trabajoen día de descanso obligatorio al 75%.Con la norma anterior del CódigoSustantivo del Trabajo se reconocía el lla-

mado pago del "triple dominical", segúnel cual la trabajadora o trabajador teníaderecho al pago de un día de descansopor haber laborado jornada completa, alpago del recargo por laborar en día desti-nado naturalmente para el descanso(domingo o festivo) y al pago del día quetrabajo; así, una persona que antes reci-bía 300% por trabajar durante un díadomingo o festivo, hoy recibirá el 275%.

c. Disminución del Recargo del trabajo dominical y festivo

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VI. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

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Desde el advenimiento de la etapa pos-terior a la dictadura reciente (1954 -1989), el Paraguay ha venido navegan-do en un mar de intentos democráticosque no han dado, hasta ahora, frutosque resultaran satisfactorios en lamedida esperada. Si bien la ansiedadprovocada por tanto tiempo de opresióny el entusiasmo inicial que otorga uncampo abierto para la libre expresión,la libertad de las personas y la institu-cionalización del país, sirvieron desoporte para edificar un proceso políti-co que beneficiara a toda la poblaciónparaguaya, no pasó mucho tiempo paraque quedara claro que las élites depoder no estaban constituidas más quepor restos de la vieja política criolla,marcada por los treinta cinco años deautoritarismo, corrupción y predominiode un partido político, el Colorado, pro-fundamente enraizado en el poder. Deeste modo, a pesar de haberse abiertolas compuertas para una proyecciónsocio política diferente, ello no afectó alos legados de la dictadura. No obstante, el proceso político - insu-flado de pluralidades y las exigenciasde entonar en el concierto internacio-nal, especialmente el regional - seempeñó en construir toda una estructu-

ra institucionalizada, que, a la larga, noresultó ser institucionalizante. Desdelos contenidos de una nuevaConstitución Nacional (1992) hasta losdiseños de una reforma del Estado, elpanorama se presentaba pleno de con-diciones óptimas para cambios defondo, sin embargo, en gran medida nohan servido nada más que para acomo-dar situaciones, acorde con la nuevaimagen que se pretendía dar. En elfondo, permanecía el modus operandidel viejo sistema, aunque disfrazado.Este modelo oculto, permea hoy todaslas capas sociales presentando unpanorama de creciente descomposi-ción. Por un lado, se ha construido unaestructura formal ideal y, por el otro, laseguidilla de corrupciones, delitos,fraudes, atropellos, abusos e impuni-dad, continua girando en una rondacerrada que no conduce a ninguna sali-da. Es más, desnaturaliza aquella insti-tucionalidad pregonada como puntalpolítico y robustece la plataforma decorrupción y delincuencia sobre la quese asientan los grupos de poder. En este marco de situaciones, los parti-dos políticos de oposición -y muchomenos el partido oficialista - no handemostrado la fuerza suficiente que

III. Equidad en el Empleo: el caso de Paraguay30

I. CONTEXTO SOCIO-POLÍTICO

30 Redactoras del Informe: Cynthia Fernández y Angélica Roa; Apoyo de Edición: Luís Ughelli.

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permitiera vislumbrar rumbos diferen-tes, al punto de darse, con miras a laselecciones presidenciales del 2008,una significativa inclinación hacia líde-res ajenos a los partidos tradicionales. El Paraguay se encuentra, pues, en unestado de desnaturalización instituciona-lizada o instituciones desnaturalizadas.Tampoco se puede hablar de un des-arrollo satisfactorio en el campo de laeconomía; no se han dado políticaseconómicas que produzcan cambiossignificativos, más allá de los dictadosde la oleada neoliberal y las líneas eco-nómicas tradicionales. La imagen de un estado en el que sehabla de reformas económicas (reformaagraria, reforma tributaria, etc.) y seenarbolan potencialidades de riqueza,como las de las hidroeléctricas, no essino proyección de un paraíso ficticio.El Paraguay viene sufriendo un procesode estancamiento económico desde ladécada de los '80, con un claro creci-miento del desempleo y la precariza-ción laboral de la población, sumadosal importante crecimiento de la pobla-ción en edad de trabajar (PET) y lapoblación económicamente activa(PEA). El mercado de trabajo es funda-mentalmente informal, donde el

empleo asalariado representa apenas el35% (Giacometti S., 2006), y los pro-cesos de flexibilización sólo han colabo-rado en la profundización de la precari-zación del trabajo. La situación laboral de las mujeres enParaguay ha sufrido cambios significati-vos en las últimas décadas, siguiendouna tendencia que se da en toda laregión: cada vez hay más mujeresinsertándose en el mercado de trabajo ypermaneciendo activas en el mismo pormás tiempo. Sin embargo, el crónicoestancamiento económico, la verdaderatragedia social en el campo provocadapor el 'agro-bussines' y el auge de laganadería con su consecuencia demigraciones masivas a las ciudades, elnulo desarrollo industrial y de un mer-cado interno, los procesos neoliberalesy de globalización económica que die-ron un salto en la década de los '90,combinados con un movimiento sindi-cal apenas existente, han afectadonegativamente a toda la situación eco-nómica y del empleo en el país, tantoque el fenómeno de la migración exter-na en busca de oportunidades labora-les, que afecta de manera particular alas mujeres, ha adquirido proporcionesalarmantes.

A fines de los '80, luego de más de 30años de dictadura, resurgen las orga-nizaciones de trabajadores/as, en unconvulsivo proceso de reorganización

del movimiento sindical. Menos deuna década después, producto deescándalos de corrupción y gravesdivisiones que afectaban a los princi-

II. EL MERCADO LABORAL EN PARAGUAY

Page 40: Equidad en el Empleo

40

pales dirigentes de las centrales sindi-cales, el movimiento sindical regresa auna situación de virtual inexistencia.En este breve período de aparición,logra frenar la aplicación de clásicasmedidas neoliberales de privatizacióny flexibilización laboral que los gobier-nos de turno se encontraban impul-sando de manos de la BancaInternacional. Sin embargo, este breveflorecimiento no logró colocar enforma permanente y sostenida las rei-vindicaciones y las demandas de los ylas trabajadores/as en la agenda de lasinstituciones públicas y políticas, yhoy, el movimiento sindical estáausente del proceso de debate públi-co-político. Esta debilidad, más la falta de políticassólidas que apunten a satisfacer lasdemandas laborales, mantienen unestado de inseguridad creciente, quelleva a una precarización cada vez másacentuada. Ello se ve en el aumento deltrabajo informal, en el mejor de loscasos, y la migración hacia paísesextranjeros, con sus consecuencias dedesmembramientos y de nuevas rees-tructuraciones familiares.Según las últimas estadísticas que semanejan, la cantidad de personas quebuscan nuevos horizontes, ha ido enaumento desde el año 2004. Cifrasextraoficiales hablan de alrededor de40.000 paraguayos/as en el extranje-ro, especialmente en España.Por otra parte, el sector productivo semueve - en general - con dificultades ysus beneficios no se proyectan en undesarrollo sostenible global que bene-ficie a toda la población, además, laatmósfera de inseguridad que crean

las instancias jurídicas, corruptas ysujetas a todas luces a intereses polí-ticos, espanta todo capital extranjeroque pudiera sumar al impulso de cam-bios reales en el campo laboral.Sin embargo, en los últimos años seobservó un afianzamiento del sectorindustrial de la maquila para la expor-tación, con el incremento del númerode maquiladoras y programas, asícomo la instalación de nuevas inver-siones extranjeras con la consecuentecreación de puestos de trabajo y elaumento de las exportaciones. El régi-men de la maquila está regido por laLey 106/97, las materias primas,insumos, maquinarias, herramientas,partes y piezas que son utilizadas paraindustrializar las mercaderías sonimportados y gozan de exoneraciónimpositiva. Actualmente existe ya unaimportante inversión en este sector.Según el Consejo Nacional de lasIndustrias Maquiladoras deExportación. (Noviembre 2006) entrelos avances considerados en estaindustria se señalan: 35 empresasmaquiladoras, 3.027 empleos directosgenerados, exportaciones del orden delos 96 millones de dólares entre el2001-2006, 37.500.000 dólares deinversiones nuevas a noviembre del2006, con un crecimiento de 3,6millones de dólares en el 2004 a 37,5millones de dólares en el 2006.En el marco de estos fenómenos sesuman los procesos de tercerización de laselección y contratación laborales que'está de moda' entre las entidades banca-rias, las empresas de telefonía celular yotras, así como los servicios de seguridadprivada y cobranzas de un gran número

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Equidad en el Empleo: El Caso de Paraguay

de empresas públicas y privadas.Pero no se cuentan con datos (de loscensos o las encuestas) que nos per-mitan inferir la calidad de estosempleos, por lo que debemos suponerque no difieren de manera significativade las condiciones de este tipo deempleo en los países de la región.Estrechamente relacionado con elmercado laboral y el acceso a unempleo formal, que es más común enel área urbana, se encuentra el acce-so a la seguridad social en Paraguay.La cobertura del sistema de seguridadsocial es muy baja, el sector informalcuenta con una cobertura del 9,6%, yel sector formal alcanza al 53%. Lasmujeres ocupadas tienen una cobertu-ra superior a la de los hombres en lossistemas de salud (20% y 17,9% res-pectivamente). Para el sistema de jubilaciones y pen-siones, sólo el 15,5% de la poblaciónocupada tiene cobertura, siendo elsector informal el 1,5%. Los trabaja-dores más desprotegidos son los del

servicio doméstico (0,9%) y los traba-jadores independientes (0,01%), seg-mento que tiene un fuerte componen-te femenino (Mires, 2003). El nivel deinformalidad del mercado de trabajoplantea, además, dificultades impor-tantes para el desarrollo de sistemasde seguridad social.En el capitulo dedicado a la situacióndel trabajo en Paraguay, del informe"Derechos Humanos en Paraguay.2006", se menciona que, al año, unossesenta mil jóvenes buscan incorpo-rarse en el mercado laboral y agregaque "según datos de la Fundación parael Desarrollo Humano Sustentable, lademanda de trabajo informal no califi-cado creció, en enero de 2006 y no sevislumbra una mejoría en lo que serefiere a la subocupación que afecta almercado laboral paraguayo".La realidad es alarmante, pues todoesto lleva a la pobreza crónica, lo cuales factor que desencadena el caos,irremediable si no se toman las medi-das que corresponden.

III. LAS PARAGUAYAS EN EL MERCADO LABORAL

Actualmente, en Paraguay la mujer seve afectada por la escasez de trabajosque puedan garantizar ingresos sufi-cientes para alcanzar niveles mínimosde subsistencia. La situación de pobre-za generalizada y la falta de posibilida-des en el sector rural empuja a lasmujeres a las ciudades y las obliga a -

a aquellas que no se ven afectadas porel alto nivel de desempleo - a trabajosprecarios, mal remunerados, con irre-gularidad de los ingresos y ausencia deseguridad social."La urbanización del desempleo se pre-senta como una consecuencia de lamigración interna de áreas rurales a

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áreas urbanas y la incapacidad delmercado laboral urbano de absorberla mano de obra ociosa" (González,2005:24). El desempleo oculto essignificativamente mayor en la zonaurbana y para las mujeres. Las mujeres se ubican históricamen-te como trabajadoras de servicio,comerciantes y vendedoras. Tambiénse observa un gran número de muje-res como trabajadoras no calificadas,lo que muestra la segmentación delmercado teniendo en cuenta el niveleducativo y el nivel de ingreso. Laestructura del mercado laboral mues-tra una fuerte segmentación porsexo, tanto entre ramas como entreocupaciones y categorías. La seg-mentación del mercado laboral endos grandes grupos: asalariados ypor cuenta propia, es particularmen-te importante desde la perspectivade género. Las mayores brechas seencuentran en el trabajo por cuentapropia, donde hay una sobre repre-sentación masculina, y en el trabajodoméstico donde la participaciónfemenina es mucho mayor que lamasculina. La división sexual del trabajo debe

ser analizada de manera especial,teniendo en cuenta su peso comofactor determinante de desigualdadentre hombres y mujeres en el ámbi-to económico, y las barreras cultura-les que dificultan su abordaje y supe-ración en el mundo del trabajo. Laresponsabilidad casi exclusiva de lasmujeres de los quehaceres domésti-cos y el cuidado de los hijos/as y per-sonas dependientes, y por lo tantolos costos de sustitución de estastareas que origina su salida delhogar, hacen que esta salida estécondicionada al nivel de ingreso quepermita su actividad laboral. Para las mujeres más pobres, conmenores condiciones de acceder aun empleo bien remunerado, la deci-sión de trabajar implica la carga delas responsabilidades laborales sobrelas domésticas/familiares, ya que "nohay indicios que permitan suponerque el aumento de trabajo remunera-do - de la mujer - signifique una dis-minución en la misma proporción delas horas de trabajo no remuneradoen la casa" (Serafini, 2005:29), ade-más de que este mayor costo deoportunidad "disminuye la posibili-

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Cuadro Nº 1- EVOLUCIÓN DE LA PARTICPACIÓN D E LA MUJER EN EL EMPLEO ASALARIADONO AGRÍCOLA POR AÑO, SEGÚN ÁREA DE RESIDENCIA Y CONDICIÓN DE POBREZA

ÁREA DE RESIDEN-CIA Y CONDICIÓN

DE POBREZA

Fuente: DGEEC. Encuestas Permanentes e Integradas de Hogares 2004

Total PaísUrbanaRural

No PobrePobre

1995

41,941,343,5

--

1997/98 1999 2000/01 2002 2003 2004 2005

39,941,135,240,932,1

40,241,136,641,631,2

41,944,332,742,638,3

41,442,237,543,136

42,243,337,743,138,8

42,143,137,842,939,3

43,444,638,244,739,1

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Equidad en el Empleo: El Caso de Paraguay

dad de las mujeres de optar entre unempleo formal e informal, insertán-dose principalmente en empleos debaja calidad, baja cobertura de segu-ridad social, irregularidad y vulnera-bilidad de los ingresos y mayoresdificultades para modificar las condi-ciones iniciales" (Serafini, 2005:58).En efecto, las barreras de entradalaboral para las mujeres se agudizanpara las más pobres (con mayor can-tidad de hijos, menor nivel educati-vo, menor acceso a los recursos pro-ductivos y mayor influencia de facto-res culturales), pasando a ser un fac-tor de profundización de la pobreza.La participación de las mujeres demás bajos ingresos (1º y 2º quintil)que residen en áreas urbanas consti-tuyen el 28,9% de la PEA femenina,mientras las de mayores ingresos (4ºy 5º quintil) superan el 50% (Mires,2003). La necesidad de muchasmujeres pobres de empleos más fle-xibles que les permitan compatibili-zar su actividad económica con susresponsabilidades familiares, resultatambién en baja calidad del empleo,irregularidad de los ingresos, infor-malidad y baja cobertura de seguri-dad social.En cuanto a las ramas de actividad,se revela la importancia del sectorterciario para las mujeres, donde elpredominio es femenino, en contra-posición las actividades agrícolas eindustriales. "El trabajo doméstico yel no calificado, las construcciones ylos servicios sociales muestran bre-chas mayores en el área urbana, conlo que se podría hablar de un merca-

do laboral urbano, desde la oferta odesde la demanda, con especifica-ciones de género muy rígidas, aso-ciadas a creencias y prejuicios rela-cionadas con aptitudes 'naturales' de

hombres y mujeres para ciertos car-gos u ocupaciones" (Serafini,2005:44).Con relación a las brechas entre losgéneros, según observaciones deSerafini V. (2005), el incremento dela participación económica de lasmujeres en el mercado laboral que sedio en el período ínter censal 1992-2002, acompañado de una disminu-ción relativa de la oferta masculina,siguiendo una tendencia regional,permitió una disminución de la bre-cha existente entre ambos sexos,particularmente en el sector urbano. Mires L. (2003) constata esta ten-dencia creciente de participaciónlaboral femenina con la consecuentedisminución de la brecha, y señalacomo factores de influencia el des-censo sostenido de las tasas defecundidad, el acceso más igualitariode la población a la educación, así

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como los efectos de la crisis econó-mica. Para el 2005, la población enedad de trabajar es predominante-mente urbana (62%), siendo lafemenina levemente superior a lamasculina. En torno a la población inactiva, enel 2005 el 62,2% es urbana, y el67,6% es femenina, el 64,7% de lapoblación urbana inactiva es femeni-na. De las mujeres no ocupadas el93,6% se declara inactiva, de lascuales el 43,1% declara las tareasdel hogar como razón de inactividad,contra el 0,4% de los hombres. De lapoblación no ocupada masculina, el87,1% se declara inactiva, el 65,8%de los cuales declara como razónprincipal de inactividad el estudio,contra el 38,6% de las mujeres. Aldecir de Serafini, "el principal indica-dor negativo de la fuerza de trabajofemenina es su tasa de desempleo,que ha aumentado de manera impor-tante y mucho más rápido que la delos hombres..." (Serafini, 2005:56).

Si bien las tasas de desempleo seencontraban en ascenso, especial-mente para las mujeres (EH 97/98 y2000/01, y Censo Nacional 2002),las Encuestas de Hogares posterioresregistran un descenso paulatinohasta el 2005. Según Mires, el des-empleo es más elevado entre las per-sonas de menores ingresos y, deacuerdo con Serafini, "afecta princi-palmente a mujeres que poseenentre 6 y 12 años de estudio, reve-lando un mercado laboral segmenta-do que demanda mano de obra demuy baja calificación por un lado(trabajo agrícola, cuenta propia, tra-bajo doméstico, etc), y de alta califi-cación por el otro" (Serafini,2005:58). El Paraguay logró, en 20 años, redu-cir a cerca de la mitad sus tasas deanalfabetismo y las brechas existen-tes entre hombres y mujeres (1950:34,2%; 2002: 6,6%). Pero esto nosignificó el aumento de la participa-ción social o política de las mujeres,

CUADRO 2. POBLACIÓN OCUPADA POR ÁREA DE RESIDENCIA Y SEXO, SEGÚNSECTORES ECONÓMICOS

SECTORESECONÓMICOS

Fuente: DGEEC. Encuesta Permanente de Hogares 2005(*) No incluye los departamentos de Boquerón y Alto ParaguaySectores Económicos: Grupo al cual pertenece una Rama de Actividad específica:Primario: Agricultura, Ganadería, Silvicultura, Caza y PescaSecundario: Minas y Canteras, Industrias Manufactureras, Construcción. Terciario: Electricidad y Agua, Comercios, Transportes, Establecimientos Financieros, ServiciosPersonales y Comunales

TOTAL PAIS

PrimarioSecundarioTerciario

Hombres1.598.232

38,819,242,1

Mujeres1.019.476

22,38,7

69,0

1.484.217

5,719,974,3

821.560

6,627,366,1

662.657

4,710,784,6

1.133.491

67,28,724,0

776.672

72,810,516,7

356.819

55,14,840,1

Total2.617.708

32,415,152,6

Hombres MujeresTotal Hombres MujeresTotalTOTAL PAÍS (*) URBANO RURAL

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Equidad en el Empleo: El Caso de Paraguay

ni la disminución de las brechas deempleo, en general. Mires señala quees en el sector público donde se veri-fica una de las brechas mayores. Elmercado está altamente segmentado,relegando a las mujeres a determina-das ocupaciones, por lo general, demenos estatus y reconocimientosocial, y peor remuneradas. "Lasmayores brechas se encuentran en elsegmento de trabajadores domésti-cos y por cuenta propia, estas cate-gorías congregan a los segmentosfemeninos de mayor pobreza y seinscriben en el sector informal de laeconomía. Las artesanas y operariasque trabajan por cuenta propia reci-ben un ingreso mensual que apenassobrepasa el 40% del que reciben loshombres que desempeñan esta ocu-pación. En el empleo público lasmujeres reciben el 74% del ingresode los hombres, en promedio" (Mires,2003:126). A partir del 1992 se da una disminu-ción progresiva del trabajo depen-diente para las mujeres, aumentando

su participación en el trabajo porcuenta propia. El trabajo por cuentapropia representa en el 2005, el37,1% de la ocupación total, corres-pondiendo a las mujeres una tasasuperior a la de los hombres, tantoen el sector urbano como rural.Urbano: mujeres 29,7%, hombres26,3%; rural: mujeres 56,9%, hom-bres 45,7%.El 39,2% de las mujeres ocupadasson trabajadoras por cuenta propia, yel 38,7% se encuentra en relaciónde dependencia, sin embargo unaparte importante de este grupo sonlas trabajadoras domésticas, por loque no se debe suponer una relaciónnecesaria con niveles de salariomínimo, acceso a seguridad social niestabilidad en el empleo. El 9,6% dela ocupación femenina está constitui-da por trabajadoras familiares noremuneradas, y un 2,4% por patro-nas o empleadoras. La gran incidencia de las ocupacio-nes informales en el empleo femeni-no influye en nivel de pobreza de las

CUADRO 3. TASA DE ACTIVIDAD, DESEMPLEO Y SUBOCUPACIÓN, POR ÁREA DERESIDENCIA Y SEXO

CLASIFICACIÓN

Fuente: DGEEC. Encuesta Permanente de Hogares 2005(*) No incluye los departamentos de Boquerón y Alto Paraguay

Tasa de ActividadTasa de OcupaciónTasa de Desempleo TotalTasa de Desempleo AbiertoTasa de Desempleo OcultoTasa de Subocupación Total Tasa de Subocupación VisibleTasa de Subocupación Invisible

Hombres Mujeres61,894,29,45,83,725,16,7

18,4

70,592,910,27,13,3

26,54,5

22,0

51,591,712,78,34,832,99,823,0

81,197,63,92,41,5

17,34,113,2

43,994,712,25,37,3

23,511,512,0

Total Hombres Mujeres Hombres MujeresTOTAL PAÍS (*) URBANO RURAL

60,492,411,37,64,029,46,9

22,5

Total63,796,76,73,33,4

19,36,512,8

Total75,195,17,24,92,4

22,24,3

17,8

48,692,712,57,35,7

29,610,419,3

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46

mujeres en la medida de que estesector se caracteriza por empleosprecarios y de baja calidad, y elingreso promedio de las mujeres quetrabajan en este sector era inferior alas ¾ partes del ingreso de los hom-bres (mires, 2003).El empleo doméstico constituye enParaguay, el 19% de la ocupaciónfemenina total, y a nivel urbanorepresenta un 23%. Esta categoríalaboral está discriminada por lamisma legislación laboral, en cuantoa los salarios, descansos, vacacio-nes, seguridad social y otros. Si alSector Informal Urbano se le agregael trabajo doméstico, el porcentajede mujeres que trabajan en empleosde baja calidad en el área urbanallega al 59% frente al 42% de loshombres. Las tasas de subocupación llegan al25,1% en el año 2005, las mujeresmuestran una tasa de 29,6% y loshombres de 22,2%. La subocupa-ción muestra índices mucho más ele-vados en el sector urbano que en elrural, siendo la tasa para las mujeresde 32,9% y de los hombres de26,5%, y las mujeres muestran tasasmás altas tanto en la subocupaciónvisible como en la invisible y tanto

en el sector urbano como en el rural,lo que implica un mayor porcentajede mujeres sobre explotadas y sub-ocupadas entre la población ocupa-da. El 55,1% de las mujeres sub-ocupadas está en la categoría de tra-bajadora no calificada, contra el31,6% de los hombres.En el año 2002, el 36,5% de la PEAurbana se encontraba en el sectorinformal, y en él se encontrabanpoco menos de un tercio de las muje-res. El sector informal urbano, secaracteriza por operaciones enpequeña escala, uso intensivo demano de obra principalmente fami-liar, escasa dotación de capital y detrabajo calificado, facilidad de entra-da y salida al mercado, alto grado decompetencia y uso de capacidadeseducativas adquiridas fuera del siste-ma formal. Algunas de estas carac-terísticas responden a la estructurade la oferta de las mujeres, quienes,deben ubicarse en este sector pormúltiples factores: la necesidad deequilibrar las responsabilidadesdomésticas y familiares con la deproveedora, por lo que requieren fle-xibilidad de horarios y de entrada ysalida al mercado laboral (Serafini,2005).

A partir de la década del 90, hansido consagrados en la legislaciónparaguaya, avances significativoshacia la igualdad de derechos de las

mujeres y los hombres en casi todaslas esferas, sin embargo no debemosolvidar que los avances jurídicos noson suficientes para eliminar la dis-

IV. LEGISLACIÓN LABORAL

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Equidad en el Empleo: El Caso de Paraguay

criminación histórica que han sufridoy sufren las mujeres, tanto en la vidaprivada como pública. En los últimos años importantesempresas han procedido a despidosmasivos del personal que está poradquirir antigüedad laboral, seguidosde una recontratación posterior singoce de antigüedad y otros benefi-cios adquiridos, así también sepuede mencionar la proliferación decontrataciones que se rigen por elcódigo civil, en distintos tipos de ins-tituciones y organizaciones. La Constitución de 1992 implicó unimportante avance en cuanto a losderechos de las mujeres incorporan-do artículos que consagran el princi-pio de igualdad y la prohibición dediscriminación (artículos 46, 47 y48), disposiciones relativas al traba-jo en relación de dependencia y a laigualdad de los trabajadores, asícomo disposiciones que avanzan enel reconocimiento de la igualdad dederechos de las mujeres trabajadoras(artículos 86, 88, 89 y 92).Consagra además iguales derechospara las mujeres en el ámbito de lareforma agraria (Art. 109 a 112) losque fueron incorporados en la recien-te reforma del Estatuto Agrario(Heikel M. V., 2006). El Segundo Plan Nacional deIgualdad de Oportunidades entreMujeres y Hombres, II PNIO, 2003-2007, aprobado por el PoderEjecutivo mediante el Decreto N°1958 de 2004, incorpora elementossustantivos relacionados con elacceso a los recursos económicos yel trabajo.

En el campo de la legislación laboralpodemos señalar los siguientes avances:

Las modificaciones en el Códigodel Trabajo, elaboradas desde lasorganizaciones de mujeres, quemodifican, introducen y eliminan dis-posiciones a favor de las mujeres, yque fueron incluidas por la Ley 496de 1995 en el Código del Trabajo(Ley 231/93).

Las Leyes N° 1652, que crea elSistema Nacional de Formación yCapacitación Laboral y Nº 1626, dela Función Pública, promulgadas enel año 2000. Son importantes, ade-más, la suscripción a conveniosinternacionales sobre estos aspectos.A pesar de los avances formales en elcampo jurídico legal, en los últimosaños se evidencia una voluntad polí-tica gubernamental contraria a losintereses de las y los trabajadores engeneral, ya que, por la vía de loshechos, la Corte Suprema deJusticia, a través de algunos dictá-menes claves en procesos de deman-da laboral (relacionados por ejemplocon la estabilidad laboral), estáabriendo paso a medidas y procesosde flexibilización, contraviniendoderechos laborales establecidos en elCódigo Laboral, la mismaConstitución Nacional, y Acuerdos yConvenios Internacionales, como:La Convención sobre la Eliminaciónde todas las formas deDiscriminación contra la Mujer, rati-ficada por el Paraguay por Ley N°1215 del 28 de noviembre de 1986.La aprobación del ProtocoloFacultativo de la Convención para laEliminación de todas las formas de

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Entre las medidas, programas y/o proyec-tos más importantes relacionados con laspolíticas de empleo y mercado enParaguay, se deben mencionar el Plan dela Estrategia de Lucha contra la Pobreza(DIPLANP), en el marco de la EstrategiaNacional de Reducción de la Pobreza y la

Desigualdad (ENREPD); y el II PlanNacional de Igualdad de Oportunidadesentre Mujeres y Hombres (PNIO II). Según la investigadora Maria VictoriaHeikel el Segundo Plan Nacional deIgualdad de Oportunidades entreMujeres y Hombres, II PNIO, 2003-

V. PLANES Y POLÍTICAS DE EMPLEO

Discriminación contra la Mujer(CEDAW), Ley N° 1.683 del 8 demarzo de 2001. La Comisión de Equidad, Género yDesarrollo Social de la Cámara deSenadores tiene actualmente algunosproyectos pendientes de estudio como: Proyecto de Ley "Que crea el Institutode Economía Solidaria, IES": Proyectoconsensuado con la MCNOC, ONAC,CAP, CONAMURI y CEIDRA, para elacceso al crédito de los sectores pro-ductivos más carenciados, tanto de laszonas rurales como urbanas, tradicio-nalmente no atendidos por las entida-des financieras, por medio de créditosindividuales y asociativos. Convenio de Migración entre laRepública del Paraguay y la RepúblicaArgentina: Tiende a articular un meca-nismo en cuya virtud los paraguayos yargentinos, que se hallan residiendo enforma ilegal en Paraguay y enArgentina, puedan regularizar su situa-ción migratoria. Las disposiciones delmismo benefician igualmente a losfamiliares de los mencionados naciona-les, y establece un régimen especial

aplicable a aquellos paraguayos yargentinos que deseen establecerse enterritorio de la otra Parte, a los efectosde desempeñar actividades en relaciónde dependencia. Proyecto de Ley "Que previene y elimi-na la discriminación": Está siendo estu-diado en la Comisión de Equidad, en elmarco del proceso de elaboración de unAnteproyecto de Ley Contra TodaForma de Discriminación; y cuenta conel apoyo técnico del CDE y el UNFPA;además de las Comisiones de Género yDDHH de la Cámara de Diputados.Este Proyecto, pretende proporcionar ala población una legislación específicaque garantice el ejercicio de los dere-chos consagrados constitucionalmente,estableciendo mecanismos claros,accesibles y efectivos. Proyecto de Ley que promueve la"Igualdad de oportunidades y tratoentre mujeres y hombres en la funciónpública y el empleo": Que prevé medi-das de acción positiva para hacer fren-te a al sexismo y otras formas de discri-minación que sufren las mujeres en lafunción pública y el empleo.

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Equidad en el Empleo: El Caso de Paraguay

2007, aprobado por el Poder Ejecutivomediante el Decreto N° 1958 de2004, incorpora elementos sustanti-vos relacionados con el acceso a losrecursos económicos y el trabajocomo ser:

Promoción del acceso de las mujeresa la propiedad de la tierra y al crédito.

Eliminación de las diferencias encobertura de asistencia técnica al peque-ño productor por motivos de sexo.

Superación de los obstáculos a lacapacitación de las mujeres.

Eliminación de diferencias salarialesen trabajos de igual naturaleza.

Disminución de las brechas de des-empleo por sexo; Erradicación de lapobreza según sexo del (a) jefe (a) delhogar; Participación de las mujeres enla propiedad empresarial.

Promoción de servicios de cuidadoinfantil para las y los trabajadores. (Heikel, 2006)Entre los organismos vinculados a laelaboración y ejecución de estos pro-gramas y proyectos y a la planificaciónde estrategias de desarrollo, reducciónde la pobreza y empleo en generaldebemos citar a:

La Secretaría Técnica dePlanificación (STP)

La Secretaría de Acción Social (SAS), El Consejo Asesor para la Reducción

de la Pobreza y la Desigualdad La Coordinación General de la

Estrategia Nacional de Reducción dela Pobreza y la Desigualdad,

Equipo Interinstitucional para elDiseño e Implementación de la ENREPD

La Dirección del Plan de la Estrategiade Lucha contra la Pobreza, la

Desigualdad y la Exclusión Social(DIPLANP)

El Fondo de Equidad Social (FES).El Gabinete Social de la Presidencia

de la República, La Comisión de Protección y

Promoción Social. El Ministerio de Justicia y Trabajo,

especialmente la Dirección dePromoción Social de la MujerTrabajadora; el Servicio Nacional deEmpleo y el Sistema Nacional deFormación y Capacitación Laboral.

La Secretaría de la Mujer de laPresidencia de la República responsa-ble de la elaboración e implementaciónde planes como: el Programa Nacionalde Igualdad de Oportunidades para lasMujeres en la Educación (PRIOME)1994; el Plan Nacional para la Sancióny Erradicación de la Violencia contra laMujer (1995); el Primer y SegundoPlan Nacional de Igualdad deOportunidades entre Mujeres yHombres.

La Comisión Nacional Tripartita paraexaminar y promover la igualdad de parti-cipación de la mujer en el trabajo, creadaen junio de 1998, y conformada por repre-sentantes del Estado (el MJT y la SMPR),representantes de los Trabajadores y de losEmpleadores. También promocionan losderechos de la mujer la ComisiónAsesora Permanente de "Equidad,Género y Desarrollo Social" de la Cámarade Senadores, las Comisiones AsesoraPermanente de "Mujer y Juventud", y deEquidad y Desarrollo de la Cámara deDiputados, y las Direcciones oSecretarías de la Mujer de numerososMunicipios y Gobernaciones.

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La necesidad de mayores y másespecíficos estudios en el campo dela mujer y el empleo es bastanteurgente en Paraguay, entre otros,algunos temas pendientes son:

La Migración hacia países veci-nos, y más recientemente a España,es un fenómeno muy importante queestá afectando la vida de cada vezmás familias, y cuyo peso en la eco-nomía, a través de las remesas quellegan del exterior, ha llegado inclu-so a tener una significación estadís-tica en cuanto a las familias que seencuentran por debajo de la líneade la pobreza. Sin embargo losdatos al respecto son absolutamen-te insuficientes y escasamente sis-tematizados.

Un estudio exhaustivo sobre el Usodel Tiempo es especialmente impor-tante, teniendo en cuenta todo loseñalado en relación con la distribu-ción de las responsabilidades y cargade trabajo en el espacio domésticoreproductivo y sus consecuenciaspara las mujeres. En este sentido esnecesario relacionar este elementocon las consecuencias que podríatraer la justa y necesaria lucha por laequiparación de derechos laboralespara el empleo doméstico que, al nohaber avances en una distribuciónmás equitativa de las responsabilida-des familiares o economía del cuida-do, probable y nuevamente impacta-rá de manera negativa en el costo deoportunidades laborales y la sobre-carga de trabajo de las mujeres,

sobretodo de las más pobres. El fenómeno de la maquila, que ha

ido aumentando en los últimos años,y requiere de una actualización dedatos y estudios más específicos.

Un análisis sector comercio y susmodalidades de explotación, es espe-cialmente relevante dado el peso dela presencia femenina en éste, y elproceso de flexibilización laboral.

En este mismo sentido también esnecesario sistematizar y dar a cono-cer información precisa sobre losniveles de cumplimiento de los dere-chos laborales y el Código del traba-jo en el empleo asalariado, sobrecuestiones básicas como salariomínimo, seguridad social, antigüe-dad, remuneración igualitaria, etc., ylas nuevas modalidades de flexibili-zación que están entrando en vigen-cia por la vía de los hechos.

El análisis del impacto de las nue-vas disposiciones tributarias sobrelos estratos medios y bajos y susmodalidades de trabajo es tambiénnecesario, debido a la importanciadel trabajo por cuenta propia en elmercado laboral en general y entrelas mujeres en particular.

VI. TEMAS PENDIENTES

Page 51: Equidad en el Empleo

51

Equidad en el Empleo: El Caso de Paraguay

ARRÚA DE SOSA, Myrna (1998)Regulación del Trabajo de la Mujer enParaguay. Cambios en la Ley 496 de1995. La Ley Paraguaya, Asunción,Paraguay.

DERECHOS HUMANOS EN PARA-GUAY (2006). Coordinadora DerechosHumanos Paraguay. Asunción,Paraguay

DIRECCIÓN GENERAL DEESTADÍSTICAS, ENCUESTAS Y CEN-SOS (2005). Encuesta Permanente deHogares 2005, Principales Resultados.Fernando de la Mora, Paraguay.

DIRECCIÓN GENERAL DEESTADÍSTICAS, ENCUESTAS Y CEN-SOS (2005). Encuesta Permanente deHogares 2005, Mano de Obra.Fernando de la Mora, Paraguay.

GIACOMETTI, Claudia (2006), LasMetas del Milenio y la igualdad degénero. El caso Paraguay. UNIFEM/CELAM, Santiago de Chile.

GONZÁLEZ, Roberto (2005),Caracterización Sociodemográfica de laOferta Laboral. DGECC. Fernando de laMora, Paraguay.

HEIKEL, María Victoria (2006),

Informe de Consultoría para"Elaborar un marco de acción paratransversalizar género en las políti-cas de empleo y del mercado de tra-bajo en Paraguay, tomando comoinsumo los objetivos y líneas deacción en esta materia contenidos enel II Plan de Igualdad deOportunidades entre Mujeres yHombres 2003-2007 y los linea-mientos institucionales del Ministeriode Justicia y Trabajo". SMPR,Asunción, Paraguay.

LÓPEZ, Verónica (et al.) (2005),Trabajo doméstico Remunerado enParaguay. OIT, OrganizaciónInternacional del Trabajo. Asunción,Paraguay.

MIRES, Lylian (2003), SituaciónLaboral de la Mujer en Paraguay, en"Mujeres, Pobreza y Mercado deTrabajo". OIT, OrganizaciónInternacional del Trabajo. Santiago deChile, Chile.

SERAFINI, Verónica (2005), MujerParaguaya: Tendencias recientes.DGECC. Fernando de la Mora,Paraguay.

VI. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Page 52: Equidad en el Empleo

52

Este informe trata de la situación delempleo en el Perú y de los problemasde equidad de género que subsisten yse han acentuado con la aplicación delmodelo neoliberal. La desigualdad en elacceso a la educación, la salud y otrosservicios relacionados con la situaciónlaboral, así como la falta de reconoci-miento de los derechos de las mujeresen el trabajo.La pobreza femenina, es significativa-mente más acentuada, expresa las con-secuencias de la falta de oportunidadespara acceder a los recursos materialesy sociales, y a la toma de decisiones. Laresponsabilidad que se asigna a lasmujeres en la sociedad no es visibiliza-da y se mira como complemento yapoyo del hombre, soporte de la fami-lia, encargada de la reproducción socialen todas sus etapas, y todo esto creauna profunda inequidad que se reflejaen el ejercicio de diversos derechos,como el del trabajo.La falta de reconocimiento del trabajodoméstico, hace que la mujer sea latrabajadora sin paga del hogar y la malpagada de las empresas, sin mencionaraquí los casos en que se invisibiliza suaporte en el trabajo y sea como la ayu-

dante del marido y los hijos, así en laagricultura, el pequeño comercio y lamicroempresa familiar. El trabajodoméstico sigue siendo no remunera-do y no reconocido, a pesar de losesfuerzos que las organizaciones demujeres han venido realizando en lasultimas décadas. Esta condición dis-minuida de la vida cotidiana, imponea su vez restricciones a la participa-ción de la mujer en condiciones deigualdad en el mundo público yrefuerza la dependencia económicade la mujer con respecto al hombre,que es legitimada socialmente.Por otro lado, las mujeres tienen menoracceso a los recursos productivos, lapropiedad de la tierra y de las empre-sas, el capital productivo o el crédito.Esto genera un círculo vicioso que lasmantiene alejadas de la riqueza y elpoder económico. Este informe planteala hipótesis de que las barreras a laincorporación de las mujeres al merca-do laboral formal y para su progreso enel trabajo, son causa de pobreza ydeterminan la proliferación del empleoindependiente y precario, de bajosingresos y mínimos derechos. Esto no sólo refleja una injusticia de

III. Equidad en el Empleo: el caso de Peru30

I. INTRODUCCIÓN

31 Documento elaborado por El CMP Flora Tristán. Coordinación, revisión y edición final DianaMiloslavich Tupac. Apoyo en Información Victoria Juárez.

Page 53: Equidad en el Empleo

53

Equidad en el Empleo: El Caso de Peru

base con la mitad de la población sinoque es un factor que agrava las des-igualdades, la discriminación y el mal-trato. Este documento forma parte de

un reporte más extenso que recoge lalegislación laboral a favor de las muje-res. Las políticas y planes de empleofemenino en el Perú.

Los elementos claves de la radicaliza-ción del programa neoliberal en el Perúa inicios de la década de los 90 y de lasformas autoritarias en que se ha desen-vuelto su aplicación, se encuentran enla profunda crisis de gobernabilidad yviabilidad que marcó el período previo:(a) El Estado se desfinanció de maneradramática por la baja recaudación yausencia de crédito, mientras crecíandesordenadamente las exigencias degasto en rubros como el pago de la deudaexterna, subsidios y remuneraciones,dando lugar a una intensa emisión y unacontinua devaluación de la moneda.(b) El sistema de precios -que incluía tari-fas públicas, precios controlados y pre-cios de libre mercado, según el tipo deproductos y servicios- colapsó violenta-mente por las necesidades del Estado definanciarse y las presiones sociales, gene-rándose escasez y "mercado negro".Luego, una sucesión de ajustes guberna-

mentales que, lejos de ordenar las cosas,dispararon la inflación hasta hacerlainmanejable y convertirla en hiperinfla-ción (5,728% de aumento anual proyec-tado del costo de vida, en el momentomás alto de la crisis), con consecuenciasdevastadoras sobre la vida de las mujeresy la población en general.(c) Las empresas y servicios del Estadoentraron en quiebra por que se lesdemandó operar por debajo de sus costosy se les sometió a administraciones irres-ponsables, que dieron sustento a la teoríade que toda gestión pública es ineficientey corrupta, que condujo a la privatización.(d) El aparato productivo entró en unaprofunda recesión que no se conocía(más de 10% de caída por año), parali-zándose la inversión pública y privada,eliminándose el crédito y los ahorros,fugándose inmensas masas de capitales. (e) La crisis social se hizo extrema, conniveles de pobreza que abarcaban cerca

II. CONTEXTO SOCIO-POLÍTICO

Cuadro Nº 1- COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN EN EL PERÚ 1990/2006

Año

Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INEI). Tomado de www.inei.gob.pe

199019931995200020052006

Población (miles) Población UrbanaAbsoluto (miles) %

Población RuralAbsoluto (miles) %

21 75322 04823 83725 93926 74927 319

14 95515 45616 93318 64719 31320 052

68.770.171.071.972.273.4

6 7986 5926 9047 2927 4357 267

31.329.929.028.127.826.6

Page 54: Equidad en el Empleo

54

del 70% de la población, reaparecieronenfermedades que estaban erradicadas(TBC, malaria, dengue, etc.), los servi-cios de educación y la salud disminuye-ron en número y en calidad por falta depresupuesto y atención del Estado, laseguridad social y el sistema de pensio-nes convertidos en caja del Gobierno sedeterioraron profundamente, el númerode los conflictos sindicales y popularesbatió todos los récord. (f) La violencia política escaló en medio dela crisis y logró poner en jaque al Estadoen un número cada vez mayor de regio-nes, la inseguridad se apoderó de Lima yde las grandes ciudades por efecto deoperaciones terroristas sistemáticas y laacción de las fuerzas de represión.Asimismo se incrementó la delincuencia,el narcotráfico y otros factores de violencia. (g) El descrédito de la clase política sehizo total, por el fracaso de los dos

gobiernos democráticos de los 80s queaparecieron como responsables de lacrisis, por el copamiento de los cargospúblicos y el sentido de reparto queexhibió cada uno de ellos, por los con-flictos que paralizaban las decisiones ypor los arreglos y compromisos que sedesarrollaban fuerzas "antagónicas"después de los enfrentamientos. Unaola de rechazo a la política tradicionalnació de adentro de la crisis y es la queexplica el llamado fenómeno Fujimori,que es el de la elección de un descono-cido en contra de todos los partidos.Una de las consecuencias de la crisis es lamovilidad humana en distintos planos: elmovimiento de la población del área rural ala urbana, de las ciudades pequeñas hacialas más grandes y la capital, y del país alexterior. La principal causa de es sin dudala crisis y violencia en el campo, y la falta deoportunidades laborales en general.

En el año 2005, la población enedad de trabajar (PET)32, ascendió a19.8 millones, de las cuales el 53%eran mujeres y el 47% restante,hombres. La estructura demográficadel Perú muestra una pirámide confuerte concentración en los gruposjóvenes /entre 14 y 29 años, comose puede ver en el Gráfico Nº 1.La población en edad de trabajarestá compuesta por los que tomanparte en el mercado de trabajo y losque están fuera de la actividad eco-

nómica (amas de casa, jubilados,estudiantes, etc.) El primer grupocorresponde a la PoblaciónEconómicamente Activa (PEA) queen el 2005 alcanzaba una cifra de13, 807,894 personas. De este totalse considera PEA ocupada al 95%(13,119.725), incluyendo emplea-dos y subempleados hombres ymujeres. La sociedad peruana modi-ficó su estructura ocupacional en lasdécadas de los 60 y 70, pasando deuna población predominantemente

III. EL MERCADO LABORAL EN PERÚ

32 En el Perú las personas que tienen 14 años y más conforman la Población en Edad de Trabajar.

Page 55: Equidad en el Empleo

55

Equidad en el Empleo: El Caso de Peru

En el Perú la población económicamenteactiva está compuesta de 6.3 millones demujeres y 7.5 millones de hombres, loque indica que un número mucho mayorde mujeres en edad de trabajar está fuerade la actividad económica tradicional, ya

que en el caso de las amas de casa, rea-lizan un trabajo no remunerado con lar-gas jornadas de trabajo. Eso puede verseen el Gráfico Nº 2. En el Perú las perso-nas que tienen 14 años y más conformanla Población en Edad de Trabajar.

Grafico Nº 1- PERÚ: ESTRUCTURA DEMOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN EN EDAD DETRABAJAR (2005)

IV. LAS PERUANAS EN EL MERCADO LABORAL

a. Activas y Desocupadas

orientada a actividades agrícolas, auna en la que crecían los sectoresindustriales y de servicios de natura-

leza urbana. Esta tendencia duróhasta los años 80, pero la crisis y elajuste la contuvieron.

Page 56: Equidad en el Empleo

56

Dentro de la población femenina enedad de trabajar (10 504,880), hay6 313,519 de integrantes de la PEAy 4 191,261 que se encuentranfuera. La PEA femenina ocupadaalcanza los 5 976,050 y la desocu-pada 337,669. La PEA ocupada sedistribuye en 23.5% de asalariados y71.2% independientes.El Cuadro Nº 2 muestra que los niveles

de desempleo de las mujeres, fluctúanentre 10 y 12 por ciento, mientras queel de los hombres evoluciona de 7 a 9por ciento. El momento de mayor des-empleo masculino se alcanzó el 2003(8.3%) y el femenino el 2004 (12.0%).El grupo en edad de trabajar con mayordesempleo es el de 18 a 24 años queen el 2004 registró un desempleoabierto de 18.8%

Grafico Nº 2 - PERU: DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN FEMENINA SEGÚNCONDICIÓN DE ACTIVIDAD. 2005

Población en Edad de Trabajar (PET)(14 años y más)

15’504,800

Población EconómicamenteActiva (PEA)

6’313,619 100.0%

Inactivos (PEA)4’191,261

PEA Ocupada5’976,050

94.7%

PEA Desocupada337,569

5.3%

Asalariados1’482,776

23.5%

No Asalariados4’493,274

71.2%

Fuente: INEI - Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Porbreza, 2005. Elaboración:MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales - PEEL

Cuadro Nº 2-NNIVEL DE DESMPLEO

Año

Fuente: Ministerio del Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), 2006. Tomado de http://www.mintra.gob.pe/estadisticas.php

200120022003200420052006

Total SEXOVarón Mujer

GRUPOS DE EDAD (años)14 a 24 45 a más

9.39.310.110.08.99.0

8.28.09.28.47.47.7

10.710.811.212.010.710.5

14.615.716.018.815.216.6

7.66.87.87.36.97.0

7.37.58.96.56.34.7

25 a 44

Page 57: Equidad en el Empleo

57

Equidad en el Empleo: El Caso de Peru

En el análisis por categorías ocupaciona-les se puede subrayar que las mujeresrealizan principalmente empleos de tipofamiliar no remunerado, es decir comoayudantes de los negocios de sus espo-sos y familiares: 39.1%. Este conceptoes significativamente abultado en el sec-tor rural (64.9%), que implica que lamujer del campo suele trabajar en laslabores de siembra cuidado y cosecha,sin ingreso propio. En el área urbana lacategoría de ocupación principal de lasmujeres es la de empleada (37.6%), loque se asocia directamente con las acti-vidades de servicios y comercio, dondese contrata el mayor número de mujeres.Las mujeres con empleo independienteson un grupo importante: 15 % nacional,

15.7% en el área urbana y 13.9% en larural. Las obreras son 11% nacional yurbana. El grupo de trabajadoras delhogar equivale al 8% del empleo de muje-res nacional, mientras que sólo el 0.8%de los hombres participa de esta catego-ría, lo que la hace típicamente femenina.Las mujeres empleadas y patronas sólorepresentan el 0.2% de la PEA ocupada. Vista la situación por ramas de actividadse aprecia que la mayor concentraciónde mujeres se da en los sectores deServicios (28.6%), Comercio (29.5%),Agricultura (24.9%), entre estos tressectores que en conjunto suman 83%. En el área rural la actividad principal esla agricultura (66%) siguiéndole enimportancia los servicios y el comercio.

Cuadro Nº 3- POBLACIÓN OCUPADA POR SEXO Y CATEGORÍA OCUPACIONAL

CATEGORÍA OCUPACIONAL

Fuente: INEI (2006), tomado de www.inei.gob.pe

Empleador/a Patrono/aTrabajador/a Independiente

Empleado/aObrero/a

Trab. Fam. No remuneradoTrabajador/a del Hogar

1001.4

15.920.228.030.73.8

1002.1

16.416.339.325.10.8

1000.5

15.026.011.139.18.3

TOTAL VARONES MUJERES

TOTAL

Empleador/a Patrono/aTrabajador/a Independiente

Empleado/aObrero/a

Trab. Fam. No remuneradoTrabajador/a del Hogar

1001.3

16.029.529.119.05.1

1001.9

16.223.941.515.31.2

1000.5

15.737.611.024.310.9

URBANA

Empleador/a Patrono/aTrabajador/a Independiente

Empleado/aObrero/a

Trab. Fam. No remuneradoTrabajador/a del Hogar

1001.5

15.64.5

26.150.61.6

1002.2

16.73.7

35.841.30.2

1000.4

13.95.6

11.364.93.7

RURAL

Page 58: Equidad en el Empleo

58

La diferencia de ingresos entre el quintil demayor ingreso y el de más bajo es de54.5% (Cuadro Nº 5, columna sietemenos columna tres), a nivel nacional.Aplicada al área urbana esta diferencia seeleva a 60.4% y en el área rural descien-de al 31.3%. Se puede hacer el mismoejercicio en el cuarto quintil y ahí seencuentra que la brecha urbana es de29.0% y el rural de 23.5%, sobre un índi-ce nacional de 27.7%. Esto sólo puedeinterpretarse como que las distanciasurbano-rural, se abren mucho más en el

quintil superior que en los intermedios.En una perspectiva de género la brecha deingreso entre los hombres de más altosingresos y los de ingreso más bajo es de65% en el área urbana y 36% para larural. En el caso de las mujeres la brechaurbana es de 51.5% y la rural de 29.2%.Se puede decir que la diferencia entremujeres es menos acentuada que para elcaso de los hombres lo que sólo puedeexplicarse porque las mujeres no alcanzanen los niveles más altos un ingreso similaral más elevado de los varones.

b. Brecha de ingresos

Cuadro Nº 4-PPOBLACIÓN OCUPADA SEGÚN SEXO Y RAMARAMA DE

ACTIVIDADES

Fuente: INEI (2006). Tomado de www.inei.gob.pe (estadísticas sociales-empleo)

AgriculturaInd. Manufactura

ComercioServicios

TransporteConstrucción

Otros

TOTAL VARONES MUJERES

TOTAL

10028.111.320.717.77.15.0

10.1

10030.312.714.710.410.88.013.2

10024.99.3

29.528.61.50.55.7

AgriculturaInd. Manufactura

ComercioServicios

TransporteConstrucción

Otros

URBANA

1003.014.628.123.69.56.3

14.8

1004.117.720.313.814.510.219.1

1001.0

10.139.538.02.20.78.6

AgriculturaInd. Manufactura

ComercioServicios

TransporteConstrucción

Otros

RURAL

10070.65.78.17.62.92.82.2

10073.24.45.54.64.54.53.3

10066.67.8

12.112.20.40.20.6

Page 59: Equidad en el Empleo

59

Equidad en el Empleo: El Caso de Peru

En 1997 la relación entre el salario pro-medio de las mujeres asalariadas urba-nas con 35 horas de trabajo semanal, omás, en edades entre 20 y 49 años, yel de los hombres en iguales condicio-nes era de 83.5%. En el 2003 la rela-ción era aún más desfavorable para lasmujeres con una proporción de 77.4%.El factor educación incide de diversasmaneras en las diferencias. Mientrasen el 97 se estimaba que una mujer

con baja educación tenía alrededor dela mirad del salario de un hombre enla misma situación, y que una mujermás educada se aproximaba más alsueldo masculino; en el 2003 seaprecia una situación más constante(80% del salario promedio de loshombres) y la brecha se agudiza en elestrato de mayor educación, lo queimplica que los estudios son tambiénventaja para los varones.

El nivel de jerarquización y calificaciónde la mano de obra de las mujeres mar-cha en desventaja en relación a los hom-bres. En 1997, el porcentaje de mujeresque eran ejecutivas de empresas o geren-tas representaba el 19% del total de estacategoría. En el 2003 se logró una ligeramejora, llegándose al 19.4%. Lo que

quiere decir que entre los puestos princi-pales de conducción de los negocios hayuna mujer por cada cuatro hombres.En el caso de los puestos profesionalesy técnicos, se aprecia una brecha másmoderada y además una tendencia aequipararse. En el 97, había 41.1% demujeres en el total de profesionales y

c. Inserción en la estructura ocupacional: Segmentación horizontal y jerarquización

Cuadro Nº 5- PORCENTAJE DE INGRESOS POR QUINTILES

Área deResidencia

Fuente: MTPE (2006). Tomado de http://www.mintra.gob.pe/estadisticas.php

TotalQUINTILES DE INGRESO

DE MENORINGRESO (I)

DE MENORINGRESO (II)

INTERMEDIO(III)

DE MAYORINGRESO (V)

55.760.765.051.835.436.033.9

DE MAYORINGRESO (IV)

28.929.327.133.727.628.226.3

11.37.96.4

11.325.227.819.3

2.91.81.22.97.74.1

15.8

1.20.30.00.34.13.94.7

100100100100100100100

Sexo

Urbana

Rural

TOTAL

VARÓNMUJER

VARÓNMUJER

Cuadro Nº 6- RELACIÓN DE SALARIOS ENTRE LOS GÉNEROS, SEGÚN AÑOSDE ESTUDIOS APROBADOS

AÑO

Fuente: MTPE (2006). Tomado de http://www.mintra.gob.pe/estadisticas.php

0 a 519972003

TOTAL 6 a 9 10 a 12 13 a más83.577.4

56.982.3

51.180.3

95.282.8

79.870.8

Page 60: Equidad en el Empleo

60

técnicos identificados. En el 2003, seasciende hasta el 47.6% por 52.4% dehombres. La pregunta que cae de su pesoes: ¿por qué si en los niveles medios seavanza hacia una relativa igualdad quedebe implicar capacidades equivalentes,en los más altos hay un contraste tanacentuado? Analizado por segmentos (verCuadro Nº 8) las ocupaciones femeninasno han dejado de visualizarse en muchos

casos como típicas de género. Se apreciapor ejemplo, que en profesiones comoEnfermeras y Obstétricas, la tasa deempleo femenina es muy alta, entre 90 y100% de los puestos; las maestras yasistentes sociales, van sobre 60 al 89%;las traductoras, químicas y laboralistas,representan una participación media (40a 59%), las economistas, contadoras ymédicas, están en un nivel bajo (10 a 39%)

Cuadro Nº 7- GERENCIAS Y PROFESIONALES (en porcentajes)AÑO

Fuente: MTPE (2006).

1997

Participación como Ejecutivosy Gerentes

2003

91.058.9

19.041.1

80.652.4

19.447.6Participación como

Profesionales y Técnicos

HOMBRE MUJER HOMBRE MUJER

Cuadro Nº 8- SEGMENTACIÓN OCUPACIONAL FEMENINASECTORES

OCUPACIONALES /PARTICIPACIÓN DE

LAS MUJERES

Fuente: MTPE (2006). Tomado de http://www.mintra.gob.pe

Muy alta(90-100%)

Baja (39-10%)Alta (60-89%)Media

(40-59%)Muy Baja(10-0%)

ArquitectasIngenierasAgrónomasPilotos deaviación

EconomistasContadoras

Médicas

QuímicasTraductorasLaboralistas

ProfesorasAsistentesSociales

EnfermerasObstétricas

Profesionalesy Técnicas

Altas funcionariasGerentesDirectoresEmpresasprivadas

Jefes dedependencia

Jefes de ServicioGerentas

InspectorasAlmaceneras

JefasAdministrativas

BancariasCajerasOficiales

Administrativas

TelefonistasAgentes de

venta

SecretariasMecanógrafas

Empleadas

AlbañilesMecánicasCarpinterasElectricistas

AgricultorasAvicultoras

ConfecciónArtes gráficasPreparaciónalimentos

Trabajadorastextiles

CosturerasTrabajadoras

Agrícolas y NoAgrícolas

CarterasVeladoras

LustrabotasLavadoras de

auto

Azafatas ymeseras

Personal hosteleríaGuardias

LimpiadorasPeluqueras

Empleadasdel Hogar

LavanderasPlanchadoras

Trabajadoras deServicios

Page 61: Equidad en el Empleo

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Equidad en el Empleo: El Caso de Peru

El INEI reporta que 7 millones 496 miltrabajadores y trabajadoras que se ubi-can como informales, para lo que utili-za la categoría de establecimientos demenos de 5 trabajadores/as Pudiendodiscutirse mucho sobre este concepto,sirve sin embargo para percibir que eneste estrato el 48% son mujeres, loque da una relación sorprendentemen-te paritaria con los varones, que no se

observa en la estructura de la PEA y enel total de la Población Ocupada. Estosignifica que hay muchas más mujeresocupadas en estos negocios individua-les o de mínimo tamaño, que en la lla-mada formalidad; o si se quiere queentre los hombres el 62% estarían enpequeños establecimientos, mientrasque entre las mujeres ocupadas se lle-garía al 72%.

d. La informalidad

y las profesiones de arquitectas, ingenieras,aviadoras en el muy bajo (0 a 10%)También entre las empleadas se ve unaalta concentración entre secretarias ymecanógrafas (90 a 100%), alta entretelefonistas y vendedoras (60 a 89%.Entre obreras o trabajadoras manuales la

concentración se presenta en costura ytextiles. En servicios, finalmente, los traba-jos donde las mujeres predominan total-mente son los de empleadas del hogar,lavanderas y planchadoras. También hayuna concentración elevada en personal delimpieza y peluqueras.

Cuadro Nº 9- OCUPADOS/AS DEL SECTOR INFORMAL SEGÚN TAMAÑO Y ACTIVIDAD POR SEXO

Tamaño y Rama de Actividad

Fuente: INEI, Encuesta Nacional de Hogares. Tomado de www.inei.gog.pe

Total OcupadosMenos de 5 Trabajadores/asAgricultura, ganadería, caza, y pescaExplotación de minas y canterasIndustrias manufacturerasSuministro electricidad, agua, gasConstrucciónComercioHoteles y restaurantesTransporte almacenamiento ycomunicac.Estab. Financieros, bienes inmueblesServicios comunitarios sociales yrecreativosServicios personalesServicios Domésticos

SexoVarones Mujeres Total Porcentaje

6.263.2443.890.7771.563.950

1.487335.003

2.252260.314817.75585.046

519.050

124.80377.078

87.01817.022

4.980.7993.605.8531.052.931

178264.405

4.2321.278.161364.49425.672

51.65262.343

166.708353.077

11.244.0437.496.6312.616.802

1.665599.409

2.252264.546

2.095.916431.539544.722

176.455139.421

253.726370.099

10034.9

080

3.527.95.87.3

2.41.9

3.44.9

Page 62: Equidad en el Empleo

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Esta informalidad dramática delempleo de mujeres, representa bajossalarios y mínimos derechos. La ramade actividad donde más se percibe elempleo informal femenino es el comer-cio, donde se ubica el 35%. Se refiere,por cierto, al comercio ambulatorio y noregistrado que abunda en las grandesciudades, que sí es una categoría típi-camente informal.El MTPE utilizando otras categorías esta-blece con más precisión una medición dela informalidad que llega a un poco más

de los dos millones de personas. La pro-porción entre hombres y mujeres en estegrupo de trabajadores es, al año 2003,de 52.8% hombres y 47.2% mujeres.El Cuadro Nº 11, confirma lo que podíahaberse supuesto, acerca de que amenor nivel educativo, mayores posibi-lidades de concluir incorporado en eltrabajo informal. Los grupos de perso-nas sólo con educación primaria y sólocon educación secundaria son los queparticipan con mayor intensidad eneste tipo de empleo.

Cuadro Nº 10- LIMA METROPOLITANA- PEA OCUPADA EN EL SECTOR INFORMAL PORSEXO 2002-22003

Fuente: Ministerio de Trabajo (2006). Tomado de http://www.mintra.gob.pe

PEA Ocupada Sector InformalVaronesMujeresPorcentajesVarones Mujeres

AÑO 2002 20032.038.6571.107.709930.938

54.345.7

2.029.3771.071.925957.453

52.847.2

Cuadro Nº 11- LIMA METROPOLITANA- PEA OCUPADA EN EL SECTOR INFORMAL PORNIVEL EDUCATIVO Y SEXO 2002-22003

Fuente: INEI, Encuesta Nacional de Hogares

SIN NIVELVaronesMujeresPRIMARIAVaronesMujeresSECUNDARIAVaronesMujeresSUPERIOR NO UNIVERSITARIAVaronesMujeresSUPERIOR UNIVERSITARIAVaronesMujeres

AÑO 2002 200331.7935.022

26.771343.431153.776189.655

1.183.036682.094500.942228.577110.174118.403408.473251.820156.653

43.1419.777

33.364330.810118.198212.812

1.293.971749.316544.655192.82089.043

103.417273.866168.635105.230

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Equidad en el Empleo: El Caso de Peru

Según el MTPE34 existen 454 mil tra-bajadoras del hogar, de las cuales 228mil laboran en Lima Metropolitana. Lasorganizaciones de trabajadoras delhogar, por su parte estiman que el totalde personas en esta actividad oscilasobre las 700 mil personas, casi todasmujeres. Es un trabajo típico de perso-nas migrantes y se realiza usualmenteen las ciudades más grandes, principal-mente en las capitales de departamen-to y en Lima Metropolitana. Algunas regiones de la Sierra son pro-veedores del grueso de esta mano deobra. Se calcula que de los departa-mentos de Ayacucho, Cusco,Huancavelica, Arequipa, Puno yAncash, proceden el 90% de las traba-jadoras del hogar en Lima. El 35% delas trabajadoras del hogar son niñas yadolescentes 12 a 18 años de edad. Un

30% de ellas no van a la escuela. El promedio de horas de trabajo del ser-vicio doméstico es de 10 a 16 horas dia-rias y se ejerce con muy pocos o nulosderechos, a pesar de lo estipulado por laley. No se reconocen horas extras, traba-jo en domingos y feriados, vacaciones,gratificaciones y otros. El sueldo prome-dio según el ministerio es de 300Nuevos Soles mensuales (90 dólaresamericanos), distante del mínimo esta-blecido. Muchas realizan su labor y per-noctan en la casa en la que sirven y reci-ben alimentación de sus patrones.Son, en muchos casos, el último eslabónde la cadena de múltiple explotación yopresión de la sociedad, ya que susempleadores son muchas veces personasde bajos recursos que no pueden pagarlesmás por sus servicios ni regularse por lasnormas protectoras de derechos. Pero si

f. El servicio doméstico remunerado

33 Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo en el Perú.

En el Perú por lo menos uno de cadacinco hogares es conducido por muje-res. Hay además una tendencia quemuestra que cada año se incrementan

los llamados hogares uniparentales (acargo de una sola persona) dirigidospor mujeres. Al año 2001, se registra-ron 20.4% de mujeres jefes del hogar.

e. Responsabilidades familiares y uso del tiempo

Cuadro Nº 12- JEFATURA DEL HOGAR

Fuente: INEI; Encuesta Nacional de Hogares (2006).

19971998199920002001

AÑO HOMBRE MUJER81.180.080.479.279.6

18.520.019.620.820.4

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este trabajo existe es porque para algunaspersonas es una alternativa ante la faltade techo, comida y dinero para poderdesenvolverse en la vida urbana moder-na. Con la aparición de services sin con-trol de los inspectores de trabajo, la sub-contratación de mujeres trabajadoras delhogar, se les retiene los documentos deidentidad y disminuyen y se empeoransus condiciones de trabajo.Conforme lo establece la Ley Nº 27986 ysu Reglamento D.S. Nº 15-003-TTR, las tra-bajadoras del hogar, son personas al servi-cio del hogar, que efectúan labores deaseo, cocina, lavado, asistencia, cuidadode niños y demás, propias de la conserva-ción de una residencia o casa habitación ydel desenvolvimiento de la vida de unhogar, que no signifiquen lucro o negociopara el empleador o sus familiares. Estas personas tienen legalmente accesoa varios derechos: Pago de la CTS (com-pensación por Tiempo de Servicios),equivalente a 15 días de remuneraciónpor cada año de servicio o la parte pro-porcional de dicha cantidad, por la frac-ción de un año y será pagada directa-mente por el empleador al trabajador, alterminar la relación laboral, dentro delplazo de 48 horas. También podrápagarse al finalizar cada año de serviciocon carácter cancelatorio.Riesgos cubiertos, que considera a lastrabajadoras del hogar, como afiliadosregulares del Seguro Social de Salud,siempre que laboren una jornada míni-ma de 04 horas diarias, el aporte míni-mo se calculará, en base a la remune-ración mínima vital.Vacaciones, las trabajadoras del hogar,tienen derecho a un descanso anual,remunerado de 15 días, luego de un

año continuo de servicios. El récordtrunco será compensado a razón dedozavos y treintavos de la remunera-ción, como meses y días computableshubiera laborado respectivamente.

Gratificaciones, las trabajadoras al ser-vicio del hogar, tienen derecho a unagratificación por Fiestas Patrias y a otrapor Navidad, las gratificaciones seránabonadas en la primera quincena de losmeses de Julio y Diciembre, el montode la gratificación es equivalente al50% de la remuneración mensual.Las trabajadoras del hogar, deberánextender constancia de los pagos quereciben, lo que servirá como prueba delotorgamiento de la remuneración, lascaracterísticas mínimas del mismo seránfijadas por el ministerio de Trabajo. El incumpliendo del pago, con la periodi-cidad pactada, origina el pago de los inte-reses legales, establecidos por el DecretoLey Nº 25920 o norma que la sustituya,dichos intereses, se generarán a partir deldía siguiente previsto para el pago, hastael día en el cual, este se haga efectivo. Elmonto de las gratificaciones, previstas enel artículo 13 de la Ley, se paga teniendoen cuenta los requisitos, la proporcionali-

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Equidad en el Empleo: El Caso de Peru

BERGER, Silvia (Ed) (2003),Inequidades, Pobreza y Mercado deltrabajo. OIT. Lima.

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GARAVITO, Cecilia (1996),Documento de trabajo "Mujer y empleo",texto preparado para CONADES, Lima.

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Páginas Web consultadas

Ministerio de la Mujer y DesarrolloSocial: www.mimdes.gob.pe

Instituto Nacional de Estadística eInformática: www.inei.gob.pe

Banco Central de Reserva del Perú:www.bcrp.gob.pe

Comisión de la Verdad yReconciliación: www.cverdad.gob.pe

Mesa de Concertación de Luchacontra la Pobreza: www.mesadecon-certacion.gob.pe

VI. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

dad, el tiempo de servicio, la oportunidadde pago y los aspectos sobre la gratifica-ción trunca, señalados en la Ley Nº27735 o norma que lo sustituya y susnormas reglamentarias.Cese de la relación laboral Los trabaja-dores del hogar, podrán renunciar alempleo, dando un pre aviso de 15 díashábiles laborables, el empleador podráexonerarlo de este plazo. Así mismo,por la naturaleza de confianza, el

empleador, podrá separar del empleo altrabajador sin expresión de causa, dán-dole un pre aviso de 15 días o pagán-dole una indemnización equivalente ala remuneración total de 15 días, siprescindiera de este pre aviso.Conforme a la consulta efectuada, lostrabajadores del hogar, al cese de larelación laboral, tienen derecho sólo alpago de CTS y de vacaciones o gratifi-caciones truncas, de ser el caso.

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