¿ES QUE EL SIGLO XXI DESMENTIRÁ A MALTHUS?- Waldo Villalpando

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    Villalpando, Waldo

    ES QUE EL SIGLO XXI DESMENTIR A MALTHUS? LAS DIMENSIONES DE LA

    POBLACIN MUNDIAL COMO CUESTIN DE ESTADOInvenio, vol. 13, nm. 24, junio, 2010, pp. 43-62

    Universidad del Centro Educativo Latinoamericano

    Argentina

    Cmo citar? Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Invenio

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    ES QUE EL SIGLO XXI DESMENTIR A MALTHUS?

    LAS DIMENSIONES DE LA POBLACIN MUNDIAL COMO

    CUESTIN DE ESTADO

    Waldo Villalpando*

    RESUMEN: La poblacin humana mundial ha crecido a ritmo continuado a lo largo dela historia conocida, pero a fines del siglo XVIII el proceso se aceler espectacular-mente. Las dimensiones de la poblacin y sus efectos colaterales han generado un arduodebate entre poblacionistas y antipoblacionistas. Fue iniciado histricamente por

    Thomas Malthus y seguido por doctrinarios antipoblacionistas con pronsticos alar-mantes y catastrficos. Josu de Castro, poblacionista, traslad el problema al mododesigual con que se reparten las riquezas en el mundo. La Iglesia Catlica ha adoptadoen sus encclicas Mater et Magistra, Populorum Progressio y Humanae Vitae una posi-cin contraria al control artificial de la natalidad y confa en los avances tcnicos, elaprovechamiento racional y generoso de la naturaleza que Dios ha provedo, la coope-racin econmica internacional y la renovacin tica, como llaves para resolver lasupervivencia en condiciones dignas de la poblacin mundial, sea cual sea su dimen-sin. Desde fines del siglo XX se nota, sin embargo, una cada en las tasas de creci-miento poblacional. Se comparan cifras de las timas cuatro dcadas que confirman un

    proceso de moderacin del ritmo de aumento poblacional registrado tanto en pases

    desarrollados como no desarrollados. Se aportan datos para comprender este nuevofenmeno que abre cierta esperanza todava lejana de estabilidad de la poblacin delplanera, cuyo equilibrio se lograra a principios del siglo XXII

    Palabras clave:poblacin mundial - poblacionismo - antipoblacionismo - estadsticasdemogrficas - estabilidad poblacional

    ABSTRACT: Will the XXI contradict Malthus? World population as a matter of StateHuman world population has been growing continuously all throughout known his-

    tory; however, the process became spectacularly relentless since the end of the XVIIIcentury. Population size and its side effects have raised a harsh discussion betweenpopulationists and antipopulationists. Thomas Malthus was the first to take an

    antipopulationist stance; his followers later developed doctrines with alarming and cat-astrophic forecasts. On the other hand, Josu de Castro, populationist, considered the

    problem from the point of view of inequalities in the distribution of resources through-out the world. The Catholic Church in its encyclical writings Mater et Magistra,

    * Waldo Villalpando es Doctor en Ciencias Jurdicas y Sociales (UNLP), ex-decano de la Facultad de CienciasJurdicas y Sociales de la UCEL Investigador de UCEL y Profesor de la Escuela de Abogados de Estado de laProcuracin Nacional del Tesoro. Presidente del Comit designado por la ONU para la elaboracin y reactua-lizacin de las normas internacionales sobre Racismo, Discriminacin Racial, Xenofobia y otras formas deIntolerancia (2007); asesor para Asuntos Internacionales del INADI (2000-2006). Autor de Defensa de losDerechos Humanos, Estado y Poblacin, Rifugiati in Italia. Publicaciones previas relacionadas con este traba-

    jo: Estado y Poblacin, Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1978 y el fascculo La explosin demogrfica.La cuestin en la doctrina, Universidad de Belgrano, Buenos Aires, 2002. El autor no tiene inconveniente enreconocer que ha debido cambiar algunas de sus opiniones anteriores. E-mail: [email protected]

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    Populorum Progressio and Humanum Vitae opposed artificial birth control. The Churchrelies on technical progress, rational and generous exploitation of nature, internationaleconomic cooperation and ethical renewal as key factors to solve survival issues in con-ditions decent enough for all humankind, regardless of its size. From the end of XX a

    drop in world population growth rates can be observed. A comparison of figures fromthe last four decades confirms a process of moderation in demographic growth rate bothin developed and undeveloped countries. The article provides data aiming at improvingthe understanding of this new phenomenon that brings some though faraway hope ofstability for world population. It is foreseen that such a balance would be reached at the

    beginning of the XXII century.

    Keywords: world population - populationism - antipopulationism - demographic sta-tistics - demographic stability

    I La explosin demogrfica

    Se calcula que para la poca en que se desarroll la agricultura sedentaria, la pobla-cin total del mundo no era superior a los diez millones de personas. Por siglos esta pobla-cin continu aumentando de un modo lento. Al comienzo de la era cristiana se estima queel mundo estaba habitado por unos ciento cincuenta millones de personas, un tercio de loscuales estaba bajo dominio del Imperio romano, otro tercio bajo el Imperio chino y el restodiseminado en otras regiones. A fines del siglo XVIII el nmero de habitantes en el planetasobrepas la cifra-smbolo de los mil millones de individuos. A partir de entonces la pobla-

    cin comenz a multiplicarse a un ritmo acelerado.

    Para 1650 su nmero oscilaba en los 500 millones y hubiera precisado cerca de 200aos para duplicarse; en 1750 los pobladores del planeta eran de alrededor de 700 millonescon una perspectiva de duplicacin de 160 aos; en 1850, unos 1.100 millones y el nmerode aos para duplicarse era de 80; en 1930, la poblacin mundial trepa a los 2.000 millonesy la probabilidad de duplicacin es de 45 aos. En 1975 la poblacin del globo era de 4.000millones y la probabilidad de duplicacin era de 35 aos1. Para visualizar este fenmenovase el Cuadro 12.

    Considerando el grfico que mostramos a continuacin, Cipolla3

    apunta a que si unbilogo lo observara, tendra la impresin de estar en presencia de la curva de crecimientode un universo microbiano en algn cuerpo atacado por una enfermedad infecciosa. En efec-to, de mantenerse ese ritmo de crecimiento poblacional (1,2%, aunque en pases menos ade-lantados llega al 2,4%) en el ao 2150 la poblacin mundial sera de 35.000 millones y paradentro de unos mil quinientos aos habra en la tierra una persona por metro cuadrado inclu-yendo las reas martimas4.

    A qu se debe este fenmeno de crecimiento repentino? Por muchos siglos nuestrahumanidad gener un equilibrio natural similar a algunas especies de animales basados enuna natalidad y mortalidad elevadas.

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    Cuadro 1Evolucin de la poblacin humana

    Un autor poltico5 la denomina equilibrio del esturin. La hembra del centurinpone docenas de miles de huevos; si todos madurasen y todos tuvieran la misma posibilidad

    de vida en pocos aos esta especie cubrira el planeta, pero en verdad son millares los hue-vos que nunca maduran o que son rpidamente aniquilados por lo que la especie mantienesu espacio dentro del reino animal.

    Del mismo modo habra ocurrido con la humanidad. Si bien no ha habido durantemuchos siglos ningn tipo de control de natalidad -salvo espordica y aisladamente- la tasade mortalidad ha sido muy alta en razn de la falta de higiene, desnutricin, envejecimiento

    prematuro, enfermedades y pestes. Otro factor no menos importante pero s efectivo, han sidolas guerras que por siglos destruyeron pueblos enteros contribuyendo de alguna manera a res-tablecer el equilibrio demogrfico perdido. Operando de modo comparativo, las guerrasmodernas son menos destructivas toda vez que sacrifican menores porcentuales de gentes.

    El punto de partida de esta explosin demogrfica se produce, como ya se ha apun-tado, alrededor del siglo XVIII y su centro de expansin es Europa. De hecho, este aumen-to de la poblacin est vinculado al proceso de la revolucin industrial. Alrededor de 1750la poblacin europea ascenda aproximadamente a 145 millones de personas; en 1850alcanz los 265 millones; en 1900 los 400 millones; en 1960, 550 millones. En 2000, 736millones. Hoy en da, sin embargo, este desarrollo se ha frenado y su crecimiento es redu-cido (0,5% anual) con reas de crecimiento negativo (menos 0,2% en Europa Oriental)6,hecho del que nos ocuparemos luego.

    De todos modos, la presin demogrfica interna producida a partir de la revolucinindustrial gener la expansin europea que, favorecida por su tecnologa de avanzada y la

    potencia blica, la transform en un agente de colonizacin de casi todo el planeta. Este for-

    midable xito y conquista que se volc a Amrica, frica, Asia y Oceana ha sido algunavez calificado7 como el movimiento migratorio ms importante de la era moderna y quizs

    Es que el siglo XXI desmentir a Malthus?

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    el mayor de toda la historia humana. Como consecuencia de ello la poblacin blanca ocaucsica, que constitua aproximadamente un 22% de la especie humana en 1800, regis-traba para mediados del siglo XX una proporcin de cerca de un 35%8. Se puede decir,entonces, que la era del hombre blanco alcanz su mximo esplendor con la revolucinindustrial y las dcadas siguientes.

    Este fenmeno signific la expansin poblacional del hemisferio norte de nuestroplaneta donde se encuentra la totalidad de los pases desarrollados. En la actualidad, esteproceso tiende a revertirse y las perspectivas futuras marcan el avance de las poblacionesque ocupan las regiones menos desarrolladas del mundo. Por consecuencia, las poblacionescon desarrollo humano alto son proporcionalmente menores que las de desarrollo humano

    bajo. A ese respecto, vase el siguiente cuadro 29:

    Cuadro 2

    Porcentajes de poblacin del total mundial segn el ndice de desarrollo humano (IDH)10

    1975 2005 2015 (estimado)

    Pases de IDH alto (70) 19,4 % 15,2 % 14,3 %

    Pases de IDH medio (76) 50,3 % 47,3 % 46,5 %

    Pases de IDH bajo (21) 29,8 % 37,2 % 39,6 %

    (Entre parntesis el nmero de pases que corresponde a cada segmento)

    Como surge del Cuadro 2 las poblaciones de menor desarrollo (que en generalcorresponden a los pases del Africa subsahariana) han aumentado proporcionalmente y con-tinuarn aumentando; aunque, como ya se est viendo, con una aceleracin inferior a laregistrada en los aos 70 del siglo XX.

    Las tasas de crecimiento de los pases discriminados segn el ingreso confirma estaobservacin. Los pases de mayor desarrollo humano tienen una tasa de crecimiento anualdel 0,5% (en 1975 era el 0,7%); los de nivel medio del 0,8% (en 1975: 1,5%), en tanto queen los pases de bajo desarrollo es del 1,8% (en 1975, 2,2%) 11.

    Examinado en detalle, las tasas de aumento poblacional son particularmente diver-sas aunque se hayan moderado. Europa Occidental, EEUU y Canad tienen una tasa de cre-

    cimiento promedio baja: 0,4%. En Japn es an menor: el 0%. En tanto que los pases afri-canos al sur del Sahara (generalmente considerados como los menos desarrollados delglobo) tienen una tasa de crecimiento anual del 2,4%. Es interesante observar que el aumen-to de la poblacin de los grandes colosos demogrficos, China (incluyendo Taiwn) eIndia es actualmente bastante moderada (0,6 % y 1,4 % respectivamente). Ya hemos sea-lado que los pases de Europa (OCDE) han descendido notablemente su crecimiento.

    Aunque algo atenuada, persiste todava una seria desincronizacin. Mientras unaparte del mundo crece parsimoniosamente, otra, la ms pobre, prosigue todava a un ritmode aumento poblacional muy elevado. Es alentador observar que los pases menos desarro-llados estn moderando su poblacin, pero la brecha de las tasas de crecimiento entre pa-ses de mayor y menor desarrollo ha aumentado aunque en menor proporcin que en dca-das anteriores. En 1975 la relacin era aproximadamente de uno a tres: 0,7 % a 2,3 %; en2005 se acerca al uno a cuatro: 0,5 % a 1,8 % 12.

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    II - Poblacionismo vs Antipoblacionismo

    Thomas Malthus, continuadores y crticos

    En los ltimos aos del siglo XVIII y en pleno apogeo de la revolucin industrialinglesa un oscuro pastor y economista britnico, Thomas Robert Malthus, public una obraque, con el correr del tiempo, adquirira una notable fama pese a la debilidad de su argu-mentacin13. En ella se formula su conocida tesis, que relaciona el crecimiento de la pobla-cin y la limitacin de la obtencin de los medios de subsistencia, relacin aparentementedestinada a terminar en catstrofe.

    Si consideramos la totalidad de la tierra; y suponiendo que la poblacinactual sea de mil millones de habitantes, la especie humana aumentaracomo la progresin geomtrica de los nmeros 1, 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 256..., y la de los medios de subsistencia como la sucesin aritmtica de losnmeros 1, 2, 3, 4, 5, 6,.. Al cabo de dos siglos la proporcin entre la pobla-cin y los medios de subsistencia sera como la de los nmeros 256 y 9; alcabo de tres siglos 4096 y 13; y al cabo de dos mil aos sera incalculable14.

    Malthus sostiene, pues, que es imprescindible para la felicidad humana que lapoblacin no aumente demasiado a prisa. En consecuencia, defiende la necesidad de uncontrol de la natalidad constante que evite las terribles consecuencias que se observan alargo plazo. Ms an, afirma que el que se casa y procrea si no tiene capacidad econmi-ca para autosostenerse contrara la voluntad de Dios y las leyes de la Naturaleza y de algu-

    na manera revela una falta a sus obligaciones polticas15.

    Ms adelante, al extenderse sobre otros efectos sostiene que

    ... cuando el salario de un trabajador ordinario no basta para sosteneruna familia, es seal incontrovertible de que su rey y su pas no necesitanms sbditos ... si a pesar de ello se casan, lejos de cumplir un deber paracon la sociedad, lo que hacen es echar sobre ella una carga intil, al mismotiempo que ellos mismos se hunden en la miseria, que procede en el sentidoopuesto a la voluntad de Dios y que echan sobre s enfermedades que pudie-

    ran evitarse16.

    Observa tambin que son las clases ms pobres las ms prolficas y adjudica a stasla mayor responsabilidad de su desdicha en quien recae en realidad la principal culpa.Su remedio es proveer un ajustado control de la natalidad particularmente mediante la cas-tidad. Malthus hace recaer tambin sobre los sectores ms prolficos la responsabilidad desu pobreza y, en consecuencia, la necesidad de actuar virtuosamente. En este aspecto, la tesisde Malthus tiende a conectarse con las teoras del liberalismo econmico. l en realidad se

    propone divulgar los gravsimos peligros de la superpoblacin, especialmente en los secto-res sociales ms pobres. Quizs con ingenuidad cree que esa toma de conciencia remediar

    su miseria.

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    Si circularan ms ampliamente las grandes verdades acerca de este asun-to y pudiera convencerse a las clases ms bajas del pueblo que segn lasleyes de la naturaleza y con independencia de cualesquiera institucionesparticulares, excepto la de la propiedad, que es en absoluto necesaria paraalcanzar cualquier produccin considerable, ninguna persona tiene derechoa reclamar a la sociedad su subsistencia si su trabajo no basta para com-prar aqulla, la mayor parte de las declamaciones dainas acerca de lainjusticia de las instituciones sociales caeran por su base y no produciranningn efecto. Los pobres no tienen ninguna inclinacin a ser visionarios. Sumiseria es siempre real, si bien desconocen sus verdaderas causas. Si se lesexplicara en debida forma cules son estas causas, y se les enseara a dis-cernir qu parte de su miseria actual puede atribuirse al gobierno, y culotra parte no tiene relacin con l, apareceran con mucho menor frecuen-cia el descontento y la irritacin entre las clases ms bajas del pueblo ycuando aparecieran seran mucho menos temibles17.

    Las ideas malthusianas no eran nuevas; ya mucho antes las haban sugerido Platn,Botero, Mser y Cantillon. En la misma poca, Francis Place (1771-1854) propona regularla poblacin y el tamao de la familia mediante el empleo de mtodos anticonceptivos. Perocomo dice Josu de Castro18 si Malthus se hizo clebre fue porque lanz su tesis en unapoca de mayor receptividad, cuando el miedo al socialismo naciente de las primeras expe-riencias industriales ayud mucho a la propagacin de sus ideas.

    Davis19, que ha dedicado varios estudios a las doctrinas de Malthus, matiza sus con-

    secuencias:

    Las teoras de Malthus no tienen hoy validez ni la tuvieron nunca, pero con todoocupan un lugar firme en la historia intelectual y representan un estmulo y tienensignificacin para los problemas de nuestro tiempo ... Convirtiendo la poblacin enel centro de sus preocupaciones, estudiando en detalle las ramificaciones polticasy econmicas de las tendencias de la poblacin, reuniendo los hilos en un tratadoimportante sobre este tema, Malthus conquist un lugar firme en la historia inte-lectual como padre de la teora de la poblacin.

    Es, en sntesis, el punto de partida de las modernas doctrinas antipoblacionistas, poroposicin a las poblacionistas20. La hiptesis central, simple pero a la vez atrayente, se harepetido de diversas maneras, mejorndola y avalndola con nuevos datos y aportes tcnicos.Por otro lado, los medios masivos de comunicacin, siempre sensibles al sensacionalismo deltema, lo han popularizado de modo tal que se repite, de una u otra manera, las cifras alarman-tes de crecimiento frente a la congelacin de los medios de subsistencia. Hoy se puedehablar de neomalthusianismo. La relacin negativa poblacin vs. medios de subsistenciasigue siendo central en la justificacin de los actuales proyectos de control de la natalidad.

    Ms an, algunas tesis antipoblacionistas han adjudicado al aumento descontrolado

    de la poblacin un papel mucho ms grave y decisivo que antes. Paul y Anne Ehrlich21

    sos-tienen que la explosin demogrfica es tambin el factor ms importante en el desequilibrio

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    del ecosistema mundial (efecto invernadero, lluvia cida, desertizacin, disminucin dela capa de ozono). Estos autores no hablan de progresin geomtrica del aumento de la

    poblacin, sino que prefieren el giro crecimiento exponencial que tambin contiene lascaractersticas de un aumento progresivo e incontrolado. Los Ehrlich (ambos profesores nor-teamericanos) sealan la responsabilidad mundial pero principalmente la propia de EstadosUnidos en la falta de solucin del problema:

    Este libro se ha escrito cuando cada da son ms evidentes unos cambios queamenazan los sistemas vitales de nuestra civilizacin, en un mundo repleto de sereshumanos desnutridos y donde las perspectivas de hambrunas y otras plagas sonms inminentes, un mundo donde el consumismo que reina en Estados Unidos haceque el nacimiento de un nio norteamericano represente un desastre cien vecesms grave para los sistemas vitales de la tierra que el de un nio nacido en un pasdesesperadamente pobre; un mundo, en definitiva, donde la mayora de la genteno es consciente del papel decisivo que desempea la superpoblacin en muchosde los problemas que nos aquejan22

    Estos autores estiman urgente la promocin de un proyecto mundial de control denatalidad aplicado con criterios humanitarios. Sostienen que de lo contrario, la propianaturaleza se encargar de frenarlo mucho antes de que la poblacin mundial alcance el topede 10.000 millones de habitantes.

    ... Esto no significa, sin embargo, que el crecimiento no pueda frenarseantes, con un volumen mucho ms reducido de poblacin si todos nosotros,

    todas las naciones del mundo nos esforzamos en conseguirlo ... (sino)... serla naturaleza quien se encargue en nuestro lugar de acabar con la explosindemogrfica -por medio de mtodos poco agradables- mucho antes que sealcancen los 10 mil millones de habitantes.

    En los tiempos de alarma de los 70 el conocido divulgador cientfico Isaac Asimovse expres en los mismos trminos en su obra Gua sobre la Ciencia23 que hace una des-cripcin catastrfica del crecimiento mundial.

    Si la poblacin terrestre se sigue multiplicando al mismo ritmo que el

    actual cuando llegue el ao 2600 la poblacin alcanzar los630.000.000.000; nuestro planeta slo nos ofrecer espacio para mantener-nos de pie ... Evidentemente la raza humana no puede crecer durante muchotiempo al ritmo actual, prescindiendo de cuanto se haga al suministro de ali-mentos, agua, minerales o energa. Y conste que no digo no querr, nose atrever o no deber, digo lisa y llanamente no puede.

    Las primeras crticas contra las propuestas de Malthus surgieron del temprano socia-lismo. Tales crticas se preocuparon en sealar que en la distribucin de culpas y responsa-

    bilidades, los nicos beneficiados son los sectores ms ricos de la poblacin. En el siglo XIX

    Carlos Marx fue uno de los ms violentos opositores. Marx no ahorra exabruptos para cali-ficar a Malthus; lo llama plagiario profesional (segn l, las tesis de Malthus copiaran a

    Es que el siglo XXI desmentir a Malthus?

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    Anderson). Adems, lo califica de sicofante profesional de la aristocracia terrateniente ydefensor de sus rentas y sinecuras, su disipacin y su crueldad. Para Marx, Malthus ha fal-seado la ciencia al servicio de los intereses dominantes, degradando al obrero al papel debestia de carga y condenndolo a la muerte por hambre y celibato. Incluso compara lamala fe de Malthus con la buena fe de otros economistas liberales que, aunque equivocados

    para el marxismo, eran por lo menos honestos24. Un punto de vista diferente y, de modo indi-recto, crtico de Malthus, ha sido el del economista brasileo Josu de Castro del que nos

    pasamos a ocupar.

    Josu de Castro

    A fines de los sesenta Josu de Castro25 sali al paso del malthusianismo a partirde la perspectiva de sus investigaciones sobre el hambre. Este economista brasileo puso asu favor sus estudios cientficos as como el mrito de haber presidido el Comit Ejecutivo

    de la FAO durante los aos cincuenta26.Para de Castro el problema de la superpoblacin es efecto y no causa del hambre.

    A travs de ejemplos en sociedades humanas y basndose en las experiencias de laboratorio-efectuadas por Anton Carlson, Frederick Hoelsel, M. Rudzinka y Lawrence Galton- justi-fica su tesis de que en la medida que los seres humanos aumentan su racin de protenas,disminuye su proliferacin. Cuanto ms desnutridos, ms prolficos. Como l mismo lo sin-tetiza la mesa del pobre es escasa pero su lecho fecundo. De este modo da vuelta el pro-

    blema, se trata de una cuestin del sistema econmico antes que de la voluntad individual.Josu de Castro es, en ltimo caso, un optimista. Piensa que en la medida en que los pue-

    blos se enriquezcan y que en consecuencia provean de mejores alimentos a sus ciudadanos,

    el crecimiento demogrfico se moderar.De Castro critica al malthusianismo y se opone a dos de sus principales tesis: En

    primer lugar, el crecimiento demogrfico no es un ndice independiente de otros factores.No se produce un crecimiento sin fin de la poblacin sino que, por el contrario, ste se modi-fica en virtud de distintas circunstancias, la principal, una mejor alimentacin. La modifica-cin de las tasas de crecimiento de Europa y EEUU despus de su industrializacin, por unlado, y el mantenimiento de altos ndices de aumento demogrfico en India, China, el surdel Sahara y Amrica Central, por el otro, convalidan su hiptesis.

    Pero adems, segn de Castro, tampoco es cierto que existan las limitaciones de loque suele llamarse el potencial bitico de los suelos. Los avances de las tcnicas agrco-

    las, el descubrimiento de nuevas fuentes de energa, los adelantos de la biologa y la qumi-ca evidencian que la capacidad alimentaria de la tierra puede crecer hasta lmites mayoresque los de su poblacin. A ese fin cita los resultados de la informacin tcnica de que se dis-

    pona en ese momento27 sosteniendo que con la tcnica conocida entonces poda alimentar-se una poblacin de 13.500 millones de habitantes.

    De este modo Josu de Castro concluye que

    ...el problema del hambre no es producto de la exigidad de los suelos frentea los contingentes demogrficos, ni de la imposibilidad de producir ms fren-

    te a las crecientes necesidades de las poblaciones del mundo. El hambre, es,ante todo, producto de una mala distribucin de la riqueza y de una deficiente

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    planificacin de la economa mundial, donde no se busca satisfacer las nece-sidades biolgicas reales de cada pueblo, sino sus necesidades mnimas28.

    El mrito de Josu de Castro -fundndose en su autoridad cientfica- residi enhaber revertido la cuestin transformndolo en una cuestin de poltica econmica. La culpadel crecimiento demogrfico no es de los pueblos pobres sino de los pueblos ricos que man-tienen una cuota alimentaria superior a sus necesidades y beneficindose con un sistemaeconmico desigual. El remedio no se encuentra, pues, en el campo de la gentica sino enel de las decisiones econmicas del poder mundial. En otras palabras, una nueva dimensinde la justicia distributiva. As qued planteado el debate en la segunda mitad del siglo XX.

    La doctrina demogrfica de la Iglesia

    Sin mencionarlo, pero prosiguiendo en su misma direccin, la Iglesia Catlica haentrado en la polmica doctrinaria respaldando las tesis del economista brasileo. La posi-

    cin ha sido reiterada en diversos foros mundiales pero particularmente en las ConferenciasInternacionales de Poblacin29. Su inters est ligado a la posicin tica adoptada por laIglesia respecto del control de la natalidad.

    Esta posicin se vincula a las concepciones naturalistas y la consideracin sobre elmatrimonio. Por un lado defiende la libertad personal pero, por el otro, exhorta a no afectarhumanamente las leyes naturales ni aceptar medios de control artificial de la natalidad.

    El problema de la poblacin y de la poltica demogrfica es fundamental-mente una cuestin moral. Es un problema moral porque toca, mediata o

    inmediatamente el aspecto ms delicado e intimo del comportamiento huma-no y de las relaciones sociales, la vida conyugal y la familiar. De ah el dere-cho de la Iglesia a intervenir en esta materia. Para el catlico el fin prima-rio del matrimonio es la procreacin y la educacin de la prole. Con esto noquiere decir que los otros fines -amor conyugal, el desarrollo de la perso-nalidad de los esposos, la ayuda mutua, la satisfaccin del instinto sexual-no sean igualmente esenciales; sino que la procreacin y educacin consti-tuyen el elemento suprapersonal al cual -en ltimo trmino- todos los valo-res deben estar subordinados30

    La Iglesia ha mantenido -y mantiene- su oposicin al control artificial de la natali-dad (aunque admitiendo la regulacin que se adapta a los ciclos naturales de la ovulacin).En la encclica Casti Connubii de Po XI se expresaba:

    Ningn motivo, an cuando sea gravsimo puede hacer lo que va intrnse-camente contra la naturaleza, sea honesto y conforme a la misma naturale-za y estando destinado el acto conyugal por su misma naturaleza, a la gene-racin de los hijos. Los que en el ejercicio del mismo lo destituyen adrede desu naturaleza y virtud, obran contra la naturaleza y cometen una accintorpe e intrnsecamente deshonesta31.

    Esta tendencia fue proseguida por Po XII que conden, en 1958, el uso de las pl-doras en la medida que impeda la ovulacin promoviendo una esterilizacin directa. No

    Es que el siglo XXI desmentir a Malthus?

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    obstante, con anterioridad el mismo Pontfice haba aceptado el mtodo de los ritmos. Laposicin se confirm en Mater et Magistra (Parte III) de Juan XXIII y en la posteriorEncclica de Paulo VI Humanae Vitae. Durante los papados de Juan Pablo II y BenedictoXVI este enfoque no ha sido cambiado.

    El problema de la explosin demogrfica est desarrollado en tres grandes enccli-cas sociales:Mater et Magistra, Populorum Progressio yHumanae Vitae.

    Mater et MagistraLas llamadas nuevas cuestiones sociales son expuestas en esta encclica. El docu-

    mento se elabor sobre la base de las siguientes relaciones: a) justicia entre los sectores pro-ductores (especialmente campo y ciudad); b) justicia y colaboracin entre las naciones; y c)el incremento demogrfico y el desarrollo econmico. En la ltima relacin se plantea nues-tro tema.

    La Encclica reconoce las contradicciones entre el aumento de la poblacin y la

    reduccin de los medios de subsistencia. Admite tambin la relacin entre el mantenimien-to de la tasa de natalidad y la respectiva declinacin de la mortalidad y finalmente critica lasteoras que se proponen controlar la natalidad artificialmente a fin de evitar una supuestauniversalizacin del hambre. Sin embargo (ap. 50) duda de las predicciones negativas32

    Para decir la verdad, en el plano mundial, la relacin entre el incrementodemogrfico por una parte y el desarrollo econmico y disponibilidad demedios de subsistencia, por otra, no parece, a lo menos por ahora y en unfuturo prximo que cree graves dificultades; en todo caso son demasiadosinciertos y oscilantes los elementos de que disponemos para poder sacar de

    aqu conclusiones seguras.Adems, Dios, en su bondad y sabidura, ha diseminado en la naturaleza

    recursos inagotables y ha dado a los hombres inteligencia y genialidad a finde que creen los instrumentos idneos para apoderarse de ellos y parahacerlos servir a la satisfaccin de las necesidades y exigencias de la vida.Por lo cual la solucin fundamental del problema no se ha de buscar enexpedientes de la vida humana sino en un renovado empeo cientfico tc-nico de parte del hombre en profundizar y extender su dominio sobre la

    naturaleza.Los progresos ya realizados por las ciencias y las tcnicas abrenpor esta va horizontes ilimitados...Sabemos (que) en el mbito de comuni-

    dades polticas en fase de desarrollo econmico pueden presentarse y se pre-sentan realmente graves problemas y dificultadesque se deben al hecho de unadeficiente organizacin econmico-social que no ofrece por eso medios devida proporcionados al ndice de incremento demogrfico; como tambin elhecho de que la solidaridad entre los pueblos no acte en forma suficiente.

    De este modo la encclica va haciendo ingresar el problema de la explosindemogrfica al contexto de la desigual distribucin econmica mundial. De all, la respues-ta de la Iglesia al problema demogrfico.

    La verdadera solucin se halla solamente en el desarrollo econmico yen el progreso social que respeten y promuevan los verdaderos valores

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    humanos, individuales y sociales; es decir, desarrollo econmico y progre-so social, actuados en el mbito moral, en conformidad con la dignidad delhombre y con el inmenso valor que es la vida de cada uno de los seres huma-nos; y actuados en una colaboracin de escala mundial que permita yfomente una circulacin ordenada y fecunda de tiles conocimientos decapitales y de hombres

    No hay duda de que la Iglesia prefiere enfocar el tema en el contexto de las defi-ciencias econmicas y sociales, en la ausencia de una creatividad eficaz y en la escasa cola-

    boracin internacional, principalmente de los pases desarrollados. Esta falencia se hace par-ticularmente crtica en determinadas reas y en el mbito de comunidades polticas en fasede desarrollo econmico y es justamente en estos casos en el que el lenguaje de la enccli-ca es ms duro.

    Populorum ProgressioEn laPopulorum Progressio la Iglesia ha confirmado esta tesis. Bajo un lema que

    da ttulo a una de sus partes El desarrollo es el nuevo nombre de la Paz, el Vaticano hizoun llamamiento internacional para asumir la responsabilidad por las condiciones de miseriay hambre de una parte de la sociedad humana.

    De hecho, toda la encclica desarrolla eventuales soluciones para que se afiance lasolidaridad internacional, se asista a las naciones dbiles, se establezcan relaciones comer-ciales ms equitativas y se propague el sentimiento social de la caridad. El tema demogr-fico, sin embargo, slo queda incluido en el mayor del subdesarrollo econmico. De todosmodos existe una prevencin contra el autoritarismo supuestamente promovido por polti-

    cas antinatalistas. La Iglesia defiende, en cambio, la proteccin de la familia y la libertad deeleccin de la pareja. Creemos no engaarnos al percibir que campea en la encclica un tonoms flexible ante el problema del aumento demogrfico33.

    Es cierto que muchas veces un crecimiento demogrfico acelerado aadesus dificultades a los problemas del desarrollo; el volumen de la poblacincrece con ms rapidez que los recursos disponibles y nos encontramos apa-rentemente encerrados en un callejn sin salida. Es, pues, grande la tenta-cin de frenar el crecimiento demogrfico con medidas radicales... Sin dere-cho inalienable al matrimonio y a la procreacin no hay dignidad humana.

    Al fin y al cabo es a los padres a los que les toca decidir, con pleno conoci-miento de causa, el nmero de sus hijos, aceptando sus responsabilidadesante Dios, ante ellos mismos, ante los hijos que ya han trado al mundo yante la comunidad a la que pertenecen, siguiendo las exigencias de su con-ciencia, instruida por la ley de Dios autnticamente interpretada.

    Humanae VitaeEn esta encclica se percibe ms claramente el conflicto que crea para la Iglesia el

    control artificial de la natalidad. La preparacin de esta encclica llev mucho tiempo y crejustificadas expectativas de que el Vaticano autorizara el uso artificial de anticonceptivos.

    Sin embargo, tales vaticinios no se cumplieron. En la nueva encclica la Iglesia se opuso aluso de medios artificiales de control y reiter su respeto en los medios naturales y la regu-

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    lacin -sin injerencias extraas- del ciclo regular de la reproduccin. As se expresa34:

    El problema de la natalidad, como cualquier otro referente a la vidahumana hay que considerarlo por encima de las perspectivas parciales deorden biolgico o psicolgico, demogrfico o sociolgico, a la luz de unavisin integral del hombre y de su vocacin, no slo natural o terrena, sinosobrenatural y eterna.

    A la luz de este principio se opone al aborto aunque sea por razones teraputicas,a la esterilizacin directa, perpetua o temporal tanto del hombre como de la mujer, as comoa toda accin que, ...en previsin, en su realizacin o en el desarrollo del acto conyugal seproponga como fin o como medio hacer imposible la procreacin. La encclica reitera ycita textualmente algunos de los prrafos ya mencionados de laMater et Magistra en lo quehace a la cuestin demogrfica en s. Reitera, por consecuencia, que la solucin al aumento

    de la poblacin est en el desarrollo econmico y el progreso social universal. Es sensible alos problemas que los excesos demogrficos causan a los Estados. Sin embargo no admiteuna intervencin poltica sobre el control de la natalidad, proponiendo, en cambio una cui-dadosa poltica familiar y una sabia educacin de los pueblos, que respete la ley moral y lalibertad de los ciudadanos....

    Previene entonces contra el intervencionismo estatal en las esferas ntimas de laconducta humana.

    Reflexinese tambin sobre el arma peligrosa que de este modo se llegaraa poner en las manos de Autoridades Pblicas despreocupadas de las exi-

    gencias morales ..Quin impedira a los Gobernantes favorecer y hastaimponer a sus pueblos, si lo considerase necesario, el mtodo anticoncepti-vo que ellos juzgasen ms eficaz? En tal modo, los hombres, queriendo evi-tar las dificultades individuales, familiares o sociales que se encuentran enel cumplimiento de la ley divina, llegaran a dejar a merced de la interven-cin de las Autoridades Pblicas el sector ms personal y ms reservado dela intimidad conyugal.

    En sntesis, la Iglesia respalda las teoras poblacionistas sirvindose de un enfoquesimilar al de Josu de Castro y opta por una comprensin macroeconmica del problema

    demogrfico (Mater et Magistra). Hace un llamamiento a la solidaridad internacional parael desarrollo (Populorum Progressio). Finalmente, recomienda que los fieles se abstengande toda prctica anticonceptiva artificial (Humanae Vitae).

    Con posterioridad a estas encclicas, nuevos cuestionamientos ticos y sociales sehan sumado a este debate. Entre ellos, la opinin de la mayora de los grupos feministas(incluso catlicos) a favor de la decisin autnoma de la madre respecto a la procreacin; laaparicin del SIDA y las tcnicas artificiales recomendadas por los rganos internacionales

    para impedir su propagacin. La progresiva incorporacin a las legislaciones actuales, espe-cialmente de los pases de Europa occidental, de disposiciones tendientes a admitir el abor-to en determinadas circunstancias o por simple decisin materna ha reactivado una ardua

    polmica. Estas cuestiones son cruciales y en algn sentido fascinantes para la tica socialde nuestros das, pero escapan al objetivo de este trabajo.

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    III Las dimensiones de la poblacin en el siglo XXI

    Hasta la ltima dcada del siglo XX las cifras confirmaban la alarma. El aumentode la poblacin mundial haba alcanzado topes hasta ahora desconocidos en la historia y suritmo de crecimiento continuaba de modo peligroso y aparentemente irreversible. Las dis-

    ponibilidades alimentarias eran y siguen siendo insuficientes, amenazando agravar las yadeficientes condiciones ecolgicas de la tierra. Entre diversas fuentes citamos a laOrganizacin para la Alimentacin y la Agricultura (FAO) que formulaba a mediados de losnoventa35

    En muchos pases de bajos ingresos que padecen dficit alimentario seest deteriorando la capacidad de producir alimentos debido a la degrada-cin de los suelos, la escasez crnica de agua, las polticas agrcolas ina-propiadas y el rpido crecimiento de la poblacin ... La diferencia entre laproduccin de cereales y la demanda del mercado en Asia Meridional ha deaumentar desde un milln de toneladas mtricas en 1990 hasta 24 millonesen 2020 y en frica, al sur del Sahara desde 9 millones hasta 27 millones detoneladas mtricas. En esas regiones donde escasean los cereales, la dife-rencia entre lo que se produce y lo que se necesita aumentar an ms, amenos que se reduzca sustancialmente la pobreza.

    En resumen, un tercio de la humanidad (dos mil millones de personas) principal-mente proveniente de los pases no desarrollados pero tambin en bolsones de pobreza demuchos pases con desarrollo alto36, est bajo el ndice de lo que se denomina seguridad

    alimentaria. Por seguridad alimentaria se entiende aquella situacin en la que todas laspersonas tienen en todo momento acceso a alimentos nutritivos y no contaminados, paramantener una vida saludable y activa37.

    Significa esto que Malthus tena razn y que tarde o temprano, por una va o porotra, la humanidad se encontrar ante la coyuntura de controlar su natalidad o morirse dehambre? La inmediata experiencia inglesa registrada durante el siglo XIX demostr que, almenos en su pas, Malthus se equivocaba. A pesar de que Gran Bretaa aument considera-

    blemente su poblacin durante el siglo pasado, el gran incremento de las reas cultivadascomo el correlativo crecimiento de la productividad agrcola -consecuencia del mejora-miento de las tcnicas agrcolas- permitieron superar los problemas de subsistencia38. De

    entrada, pues, la teora demostr las flaquezas de algunas de sus proposiciones al partir dedatos o clculos rgidos que eventualmente -con nuevos descubrimientos o en distintas con-diciones- podan variar. Hoy en da, el problema adquiere nuevas dimensiones porque lasreas visibles de cultivo mundiales estaran agotadas con lo que se volvera a la relacincatastrfica inicial.

    Si bien siempre han existido poblacionistas y antipoblacionistas, stos ltimosparecieran estar en ganancia merced al indudable testimonio de las cifras. Como ya hemosindicado, esto ha servido de base a las campaas de control de la natalidad que han alcan-zado dimensiones polticas de primer nivel. El fundamento de estas campaas parte delhecho de que el aumento desmedido de la poblacin slo crea nuevas bocas hambrientas,

    que un mundo con sus provisiones a punto de agotarse ser incapaz de mantener. Todo elloen base a la misma argumentacin inicial: los medios de subsistencia se agotan rpidamen-

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    te con el aumento desmedido de la poblacin. El hambre, pues, es un peligro cercano.Por ello, a partir de mediados del siglo XX varios Estados tomaron iniciativas

    especficas de control de la natalidad con objeto de frenar su expansin demogrfica. Entrelos casos ms claros: Mxico, Japn y la India. En este ltimo caso, el Gobierno adopt pol-ticas de estmulos diversos para promover familias reducidas incluso esterilizando hombresy mujeres que haban tenido ya hijos. Esta prctica ha desencadenado severas crticas y acu-saciones de trato inhumano y discriminacin39.

    Muy particular ha sido la poltica demogrfica de China. Hasta mediados de los aossetenta, el gobierno comunista dio nfasis al aumento de la productividad agrcola a fin de

    proveer alimentos para una poblacin que segua creciendo imparablemente. Durante ladcada del sesenta la produccin agrcola alcanz un aumento anual del 8%, muy superioral 3% del sudeste asitico40. Por el contrario, no estableci restricciones sobre el control dela natalidad. En un principio, las mejores condiciones alimenticias produjeron una baja desu tasa de crecimiento. Sin embargo, con el agotamiento de la llamada Revolucin

    Cultural, la poltica demogrfica china se revirti pasando a la actitud opuesta. Desde finesde los aos setenta el Estado chino apoy drsticamente el control de la natalidad medianteel recurso de no prestar asistencia social estatal a los hijos segundos o siguientes de una

    pareja. Al trmino del siglo XX, el gobierno chino comenz a flexibilizar esta poltica yadmiti asistir, aunque no automticamente, hasta el segundo hijo de una pareja,

    Como queda reflejado en el Cuadro 3 las tasas de crecimiento mundial a comienzosdel siglo XXI han comenzado a revertirse en todos los pases, incluyendo los no desarrolla-dos. El ritmo de aumento poblacional se est reduciendo, al punto que la tasa de crecimien-to total del planeta ha disminuido en cerca de un 40%. En el caso de los pases ms desa-rrollados (Amrica del Norte, Europa Occidental, Japn, Australia y Nueva Zelandia) el cre-

    cimiento -que ya era inferior al 1% en la dcada del setenta- ha pasado a un nivel prximoal crecimiento cero y en algunos casos con porcentajes negativos, particularmente enEuropa. Segn se aprecia en el mismo cuadro, Europa Central y Oriental y la CEI registranla reduccin de la natalidad ms notable: menos 0,2%. En los pases europeos de ingresosaltos el crecimiento es apenas mayor a cero: 0,5%.

    Pero adems, varios de los pases no desarrollados han disminuido su crecimientoespectacularmente. Al azar: Costa Rica (1970: 3,8%; 2000: 2,0%); Kuwait (3,6% al 2,6%);Irak (3,5% al 2,7%); Tailandia (3,3% al 1,1%). La tasa de crecimiento en Argentina tambinha experimentado una declinacin: del 1,7% en 1970 al 1,2% en 2000.

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    Cuadro 3Tasas comparadas de crecimiento por regiones de la poblacin mundial41

    REGION 1965-1970 (%) 2000-2005 (%)

    frica 2,6 2,3frica Oriental 2,6 2,4frica Central 2,2 3,0frica Septentrional 3,1 1,8frica Meridional 2,4 0,8frica Occidental 2,5 2,7

    Asia 2,3 1,3Asia Oriental 1,8 1,3Asia Sudoriental 2,9 1,4Asia Centromeridional 2,8 1,7Asia Occidental 2,9 2,1

    Europa 0,8 0,5Europa Oriental 0,8 -0,2Europa Septentrional 0,6 0,1Europa Meridional 0.9 0,0Europa Occidental 0,7 0,1

    Amrica Latina 2,9 1,5Caribe 2,2 1,0

    Centroamrica 3,0 1,6Amrica del Sur 2,442 1,4

    Amrica del Norte43 1,2 0,9Oceana 2,1 1,2

    Ex URSS 1,0 0,1

    Total Mundial 2,0 1,2

    Las nicas regiones que han proseguido aumentando su tasa de crecimiento pobla-cional pertenecen a frica Central (Angola, Camern, Chad, Repblica. del Congo(Brazzaville), Repblica Democrtica del Congo (ex Zaire), Gabn, Repblica centroafri-cana) y Africa Occidental (Benin, Burkina Faso, Cte dIvoire, Ghana, Guinea Conakry,Guinea Bissau, Liberia, Mal, Mauritania, Nger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona, Togo).Ambas regiones corresponden a la franja sub-sahariana del Continente que es la que tiene elmayor ndice de pobreza en el mundo. Todos los pases integrantes de estas zonas se encuen-tran en el ltimo tercio de los pases de menor ndice de desarrollo humano del planeta44.

    Ocho pases tienen tasas de crecimiento superiores al 3,5%, o sea, las ms altas delmundo: Afghanistn (3,7%); Eritrea (4,2%); Liberia (5,5%); Nger (4,1%), Palestina (3,7%),Sierra Leona (4,5%), Somalia (4,2%) y Yemen (4,1%). Estos pases no son slo subdesa-rrollados, sino que adems estn inmersos en graves y largos conflictos blicos.

    A su vez, el total de la poblacin mundial es menor de lo que se auguraba en los aos

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    setenta. Vanse las perspectivas de poblacin mundial calculadas en la dcada del setenta ylas actuales45:

    Cuadro 4: Poblacin mundial real y estimaciones para el futuro en Informes deNaciones Unidas de 1970 y 2000

    En 1970 (en mil millones)Poblacin mundial Poblacin estimada para 2000 Poblacin estimada para 2050

    3,6 6,5 11,2

    En 2000 (en mil millones)Poblacin mundial Poblacin estimada para 2050

    6,1 9,3

    O sea, que a principios del siglo XXI la poblacin mundial es inferior en 400 millo-nes de personas al que se calculaba treinta aos antes. De igual modo las nuevas estadsti-cas proyectan para 2050 casi dos mil millones menos de lo que se estimaba en 1970. Estadisminucin de la poblacin crea ya algunos desajustes. Por ejemplo, la poblacin infantilest disminuyendo en los pases desarrollados, donde ahora se estn cerrando escuelas y el

    porcentaje de docentes disminuye. Se estima que para antes de 2050 habr ms mayores de60 aos que menores de 1546.

    El Cuadro 547 ilustra la misma tendencia. Desde fines del siglo XX la tasa de creci-miento de la poblacin mundial ha comenzado a descender. Entindase bien, la poblacinmundial contina creciendo pero ms lentamente.

    Cuadro 5

    Evolucin de la poblacin mundial desde 1760 hasta la estimada en 2050

    Waldo Villalpando

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    A partir del ao 2000, la tasa de crecimiento de la poblacin mundial es cada vezmenor. La poblacin continuar creciendo pero a un ritmo menor. Ahora se estima que en elao 2050 habr unos nueve mil millones de habitantes. La estabilizacin final llegar en elsiglo XXII (alrededor del 2110) con una poblacin de 10.500 millones de personas.

    A qu se debe esta disminucin algo inesperada del ritmo de crecimiento mundial?La pregunta no est todava respondida formalmente y es motivo de anlisis al tiempo deescribir este trabajo. Sin embargo, la respuesta ms lgica es que obedece a una variedad decausas, provenientes tanto del mayor desarrollo tcnico como de orden y justicia social,todas ellas interrelacionadas.

    Nos tienta tambin recordar un viejo experimento realizado por el genetista nortea-mericano Raymond Pearl48 que en su momento tuvo gran repercusin. Pearl realiz obser-vaciones con moscas pequeas, drosophila melanogaster, a las que encerr en un recintoacondicionado a fin de crear una especie de miscrocosmos dptero. Comprob entoncesque la tasa de reproduccin del grupo, al principio muy alta, alcanzaba un punto culminan-

    te a partir del cual comenzaba una curva descendente. En ese pequeo universo, la repro-duccin se moderaba por causas que le eran inmanentes. Pearl estimaba que este fenmeno

    poda ser aplicado a la evolucin de las sociedades humanas. La experiencia de las nacionesindustrializadas parecera demostrar esta tendencia y ahora, quizs, tambin podra serextendida a pases menos desarrollados pero con ciertos signos de mejora social.

    Si bien las condiciones de pobreza del planeta continan siendo muy graves, en losltimos aos se han hecho algunos progresos significativos para erradicarla49. Los niosnacidos en el mundo en 2001 tienen una probabilidad de vida ocho aos mayor que los naci-dos treinta aos atrs. La alfabetizacin mundial de adultos ha aumentado enormementeentre 1970 (47%) a 2000 (73%). En los treinta ltimos aos del siglo XX se ha quintuplica-

    do la proporcin de familias rurales con acceso a agua potable50. El ingreso medio en lospases en desarrollo casi se duplic en cifras reales entre 1975 (u$s 1.300 anuales) a 1998(u$s 2.500). Las libertades humanas son ms respetadas: en el perodo 1970-2000 cerca de100 pases no desarrollados pusieron fin a regmenes autoritarios, militaristas o unipartidis-tas abriendo opciones polticas ms plurales. Desde 1990, los Estados han asumido mayo-res compromisos internacionales para la proteccin de los derechos fundamentales, seguri-dad ecolgica y desarrollo. Aunque todava sean insuficientes.

    Este progreso est acompaado de una mayor conciencia sobre algunos de los pro-blemas mayores causantes del deterioro del desarrollo humano, entre ellos el aumentoincontrolado de la poblacin. Por ejemplo, las mujeres tienen mayor participacin social en

    la medida que ha aumentado su presencia en las aulas educativas de todos los niveles(menos del 60% de la poblacin masculina en 1970 a alrededor del 90% en 1997). En con-secuencia, las mujeres estn ahora en condiciones de adoptar decisiones autnomas queincluyen, entre otras, el control de las dimensiones de su prole o familia.

    IV Consideraciones finales

    En sntesis, la condicin de la vida humana del mundo ha mejorado un poco. Almenos una parte de los pobres son algo menos pobres que hace algunas dcadas aunque lasdiferencias entre los pueblos desarrollados y los no desarrollados sigue siendo abismal y el

    catlogo de desigualdades y miserias planetarias es inmenso. De admitir la importancia deesta mejora relativa, pareciera ser que una de sus consecuencias es que el aumento demogr-

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    fico, hasta ahora casi incontrolado, alcance algn grado de moderacin. Por lo menos ya esseguro que la duplicacin demogrfica al ritmo de 35 aos, caracterstica de la segundamitad del siglo XX, no se repetir en los prximos aos, pero la poblacin continuar cre-ciendo y los problemas propios de su mantenimiento y subsistencia digna continuarn eincluso se agravarn en el futuro inmediato.

    Los nuevos pronsticos hacen pensar que aproximadamente en cien aos (entre laprimera y segunda dcada del siglo XXII) se alcanzar un cierto equilibrio poblacional entorno a los 10.500 millones de personas. Lo que falta saber es hasta qu punto se consolidaesta tendencia retardataria del crecimiento que apenas tiene diez aos de vida. Sera iluso-rio pensar que el problema de la explosin demogrfica y sus efectos colaterales estnresueltos, pero se percibe alguna luz. Como para empezar a pensar en desmentir a Malthus.

    Recibido: 3/11/09. Aceptado: 29/03/10

    NOTAS BIBLIOGRFICAS

    1 Combinacin de datos a partir de Naciones Unidas, World Population Prospects, 2001 y Naciones Unidas,Informe sobre Desarrollo humano, 2007-2008.

    2 Fuente: Eumednet / Universidad de Mlaga,Evolucin de la poblacin humana, sobre la informacin pro-porcionada por el World Population Fund de Naciones Unidas (UNFPA). Vasehttp://www.eumed.net/cursecon/2/evolucion.htm

    3 CIPOLLA, Carlos M.,Historia Econmica de la poblacin mundial, Editorial Eudeba, Buenos Aires, p. 96.4 Proporciones calculadas sobre la base de Naciones Unidas, World Population Prospects 2001 op.cit.5

    Duverger, Maurice Sociologa Poltica, Editorial Ariel, p. 66.6 Naciones Unidas, Informe sobre Desarrollo Humano 2007-2008. La estimacin es para el perodo 2005-2015.

    7 Naciones Unidas, World Population Prospects 2001, op. cit8 Idem ant..9 Preparado sobre la base del informe de Naciones Unidas,Informe sobre Desarrollo Humano, 2007-2008.10 La voz utilizada en los informes de Naciones Unidas ndice de desarrollo humano (IDH) es un indicador

    compuesto de tres dimensiones bsicas: vida larga y saludable (esperanza de vida al nacer), acceso a cono-cimientos y nivel de vida dignos (tasa de alfabetizacin de adultos y tasa bruta combinada de educacin

    primaria, secundaria y terciaria) y nivel de vida dignos (PIB per cpita). Los datos son obtenidos a travsde diversas fuentes y no slo la informacin de los pases. Si bien en trminos generales el desarrollo huma-no corresponde a la escala de pases con mayores y menores ingresos, los ndices de pobreza se calculan

    por separado incluyendo otras referenciasx. Va de suyo que tratamos trminos nacionales admitiendo quehay desincronizaciones econmicas y sociales dentro de cada pas.

    11 Idem nota 112 Idem nota 1.13 Malthus, Thomas R.,Ensayos sobre la poblacin .Las citas de este trabajo correspoden a la versin caste-

    llana de la Editorial Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1951.14 Op.cit., p.1215 Op.cit., p.3016 Op.cit., p. 4417 Op.cit., p. 46718 De Castro, Josu,El libro negro del hambre, Eudeba, Buenos Aires, p. 29.19 Davis, Kingsley, en la Introduccin de la reedicin deEnsayos sobre la poblacin, op.cit, p.VII..20 As las califica De Sauvy, Alfred,La poblacin, sus movimientos, sus leyes, Editorial EUDEBA, p. 49.

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    61INVENIO 13(24) 2010: 43-62

    21 Ehrlich, Paul R. y Ehrlich, Anne H.La explosin demogrfica. El principal problema ecolgico, BuenosAires, Salvat Editores,1993.

    22 Op.cit., Prlogo, p. XI.23 El ttulo en inglsAsimovs Guide to Science,publicado por Basic Books, New York, 1973. Existe edicin

    en castellano: Asimov, I.Introduccin a la Ciencia, Ediciones Orbis, T II, Ciencias Biolgicas.24 Las citas provienen de Marx, Carlos,Historia crtica de la teora de la plusvala, Montevideo, Cartago,

    TIV, pp. 403/404.25 Para referirnos a sus teoras utilizamosEl libro negro del hambre, Eudeba, Buenos Aires, l964 y Geopoltica

    del hambre. Buenos Aires, Raigal, 1968.26 Renunci a ese cargo ante lo que l seal la impotencia del organismo para superar el problema del

    hambre. De Castro culp de ello a las polticas de las grandes potencias no dispuestas a prestar un apoyointegral para vencer la hambruna mundial. En cierto modoEl libro negro del hambre constituy un lega-do intelectual de este contradictorio perodo.

    27 La cita es del XVII Congreso Internacional de Geografa, Washigton, 1952.28 De Castro, Josu,El libro negro del hambre, op.cit., p.1529

    Las Naciones Unidas organizan una Conferencia Mundial de Poblacin de mximo nivel internacional cadadiez aos. A partir de Bucarest 1974.30 De Comentarios a la Encclica Mater et Magistra realizada por el Centro de Investigaciones y Accin

    Social, Buenos Aires, Editorial CIAS, 1962, pp. 100 y 101.31 Se utiliza la versin espaola de Buenos Aires, Ediciones Paulinas, 1967.32 Se utiliza la versin publicada y comentada por el Centro de Investigacin y Accin Social, Editorial

    CIAS, Buenos Aires, 1962. Los subrayados son nuestros.33 Se utiliza la versin espaola de Buenos Aires, Ediciones Paulinas, 1967.34 Se utiliza la versin espaola de Buenos Aires, Ediciones Paulinas, 1978.35 FAO,An Atlas of Food and Agriculture, Roma, 1996a.36 En la dcada del sesenta, Harrington (La cultura de la pobreza en los Estados Unidos, Fondo de Cultura

    Econmica, Mxico, 1969) denunciaba que en Estados Unidos, al lado de la sociedad opulenta existanunos cincuenta millones de personas con un nivel de vida igual o inferior al promedio de los pases latino-americanos, subalimentados y adems los ms prolficos. En los pases miembros de la OCDE (mayor-mente europeos) ms de 130 millones de personas padecen pobreza de ingreso (Naciones Unidas.Informe

    sobre Desarrollo Humano 2001, p.12).37 Las cifras citadas y la definicin de seguridad alimentaria.Organizacin de las Naciones Unidas para la

    Alimentacin y la Agricultura (FAO) The State of Food Insecurity in the World, Roma, 1999.38 Al respecto vase Cole, G.D.H., Introduccin a la historia econmica, Editorial Fondo de Cultura

    Econmica, , p. 184 y ss.39 EnEstado y Poblacin, op. cit., hemos dedicado un captulo sobre el dilema tico de las polticas de con-

    trol de natalidad, Cap. III, pp. 49 y ss.40 Martinet, Gilles,Los cinco comunismos. Buenos Aires, Tiempo Nuevo 1972, pp. 140 y ss.

    41 Fuentes: Naciones Unidas, Demographic Yearbook,New York, 1972; y Naciones Unidas, The State of theWorld Population, 2001. Algunas pequeas desincronizaciones respecto de otros datos de este estudio sedeben a las distintas fuentes registradas y las pequeas diferencias segn el ao en que se preparan los datos.

    42 En las estadsticas de 1972 se discerna la Sudmerica Tropical (3,0%) de la Templada (1,8%)43 Canad y Estados Unidos, sin Mxico, incluido en Amrica Latina.44 Naciones Unidas,Informe sobre Desarrollo Humano 2001, New York, 2001, Tabla pp.145/49.45 Fuentes: Naciones Unidas,El Correo de la Unesco, Mayo 1974, Ao XXVII; Naciones Unidas, Informe

    sobre Desarrollo humano 2001, op.cit.46 Discurso inaugural del Secretario General de la ONU, Kofi Annan, en la II Conferencia Mundial del

    Envejecimiento, Madrid, 8 de abril de 2002.47 Fuente: Idem nota 248

    Pearl, R. The biology of population growth. Illinois, Alfred A. Knopf, 1925. Especialmente an laIntroduccin (pp. 6 y ss) y el Cap. VIIIHuman behavior and the birth control, .pp.178 y ss.

    Es que el siglo XXI desmentir a Malthus?

  • 7/31/2019 ES QUE EL SIGLO XXI DESMENTIR A MALTHUS?- Waldo Villalpando

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    Waldo Villalpando

    49 La informacin que se da a continuacin est extrada de Naciones Unidas, Informe sobre DesarrolloHumano 2001, op.cit., pp. 12 a 14.

    50 En muchos pases subsaharianos la mera instalacin de un pozo de agua potable en un pueblo marginadopuede significar un formidable cambio en la mortandad infantil por disminucin de las enfermedades gas-

    trointestinales y una prolongacin de vida, medida en aos, para la poblacin adulta.