Escabeche de Berenjenas y Parte Teorica

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  • 7/22/2019 Escabeche de Berenjenas y Parte Teorica

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    ESCABECHE DE BERENJENAS

    Buzio, rsula

    La casa estaba a oscuras, en medio de la noche casi blanca y de un silencio sepulcral. El hombre baj del caballo y comenz a

    llamarla a los gritos y con insultos, como de costumbre. De un puntapi abri la puerta, lo recibi el olor inconfundible del

    escabeche de berenjenas. Era su plato preferido; ella lo preparaba como nadie, aunque l nunca se lo dijo.

    Sigui avanzando sin dejar de blasfemar y de un manotazo corri la cortina que separaba los ambientes. La ventana estaba

    abierta y pudo verla a la luz de la luna. Su sorpresa dur apenas un instante. Infeliz, murmur con desprecio y, quitndose el

    cuchillo que llevaba en la cintura, de un solo tajo corri la soga. El cuerpo inerte de la muchacha se ovill en el suelo. Sali de la

    pieza sin mirarla.

    Al pasar frente al aparador se detuvo; frascos de diferentes tamaos, en fila sobre un estante, lo estaban esperando. Los acomod

    cuidadosamente en una bolsa de cuero y se fue hacia la noche. No saba que llevaba consigo a su propia muerte, repartida en

    pequeas dosis de veneno.

    En frasco chico. Editorial Colihue.

    ........ESCABECHE DE BERENJENAS Buzio, rsula

    La casa estaba a oscuras, en medio de la noche casi blanca y de un silencio sepulcral. El hombre baj del caballo y comenz a

    llamarla a los gritos y con insultos, como de costumbre. De un puntapi abri la puerta, lo recibi el olor inconfundible del

    escabeche de berenjenas. Era su plato preferido; ella lo preparaba como nadie, aunque l nunca se lo dijo.

    Sigui avanzando sin dejar de blasfemar y de un manotazo corri la cortina que separaba los ambientes. La ventana estaba

    abierta y pudo verla a la luz de la luna. Su sorpresa dur apenas un instante. Infeliz, murmur con desprecio y, quitndose elcuchillo que llevaba en la cintura, de un solo tajo corri la soga. El cuerpo inerte de la muchacha se ovill en el suelo. Sali de la

    pieza sin mirarla.

    Al pasar frente al aparador se detuvo; frascos de diferentes tamaos, en fila sobre un estante, lo estaban esperando. Los acomod

    cuidadosamente en una bolsa de cuero y se fue hacia la noche. No saba que llevaba consigo a su propia muerte, repartida en

    pequeas dosis de veneno.

    En frasco chico. Editorial Colihue.

    ESCABECHE DE BERENJENAS Buzio, rsula

    La casa estaba a oscuras, en medio de la noche casi blanca y de un silencio sepulcral. El hombre baj del caballo y comenz a

    llamarla a los gritos y con insultos, como de costumbre. De un puntapi abri la puerta, lo recibi el olor inconfundible del

    escabeche de berenjenas. Era su plato preferido; ella lo preparaba como nadie, aunque l nunca se lo dijo.

    Sigui avanzando sin dejar de blasfemar y de un manotazo corri la cortina que separaba los ambientes. La ventana estaba

    abierta y pudo verla a la luz de la luna. Su sorpresa dur apenas un instante. Infeliz, murmur con desprecio y, quitndose el

    cuchillo que llevaba en la cintura, de un solo tajo corri la soga. El cuerpo inerte de la muchacha se ovill en el suelo. Sali de la

    pieza sin mirarla.

    Al pasar frente al aparador se detuvo; frascos de diferentes tamaos, en fila sobre un estante, lo estaban esperando. Los acomod

    cuidadosamente en una bolsa de cuero y se fue hacia la noche. No saba que llevaba consigo a su propia muerte, repartida en

    pequeas dosis de veneno.

    En frasco chico. Editorial Colihue.

    ESCABECHE DE BERENJENAS Buzio, rsula

    La casa estaba a oscuras, en medio de la noche casi blanca y de un silencio sepulcral. El hombre baj del caballo y comenz a

    llamarla a los gritos y con insultos, como de costumbre. De un puntapi abri la puerta, lo recibi el olor inconfundible del

    escabeche de berenjenas. Era su plato preferido; ella lo preparaba como nadie, aunque l nunca se lo dijo.

    Sigui avanzando sin dejar de blasfemar y de un manotazo corri la cortina que separaba los ambientes. La ventana estaba

    abierta y pudo verla a la luz de la luna. Su sorpresa dur apenas un instante. Infeliz, murmur con desprecio y, quitndose el

    cuchillo que llevaba en la cintura, de un solo tajo corri la soga. El cuerpo inerte de la muchacha se ovill en el suelo. Sali de la

    pieza sin mirarla.

    Al pasar frente al aparador se detuvo; frascos de diferentes tamaos, en fila sobre un estante, lo estaban esperando. Los acomodcuidadosamente en una bolsa de cuero y se fue hacia la noche. No saba que llevaba consigo a su propia muerte, repartida en

    pequeas dosis de veneno.

    En frasco chico. Editorial Colihue.

  • 7/22/2019 Escabeche de Berenjenas y Parte Teorica

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    LAS MANOS - Enrique Anderson ImbertEn la sala de profesores estbamos comentando las rarezas de Cspedes, el nuevo colega, cuando alguien, desde la ventana, nos avis que ya

    vena por el jardn.Nos callamos, con las caras atentas. Se abri la puerta y por un instante la luz plateada de la tarde flame sobre los hombros de Cspedes.

    Salud con una inclinacin de cabeza y fue a firmar. Entonces vimos que levantaba dos manos erizadas de espinas.Traz un garabato y sin mirar a nadie sali rpidamente.

    Das ms tarde se nos apareci en medio de la sala, sin darnos tiempo a interrumpir nuestra conversacin. Se acerc al escritorio y al tomar ellapicero mostr las manos inflamadas por las ampollas del fuego.

    Otro da -ya los profesores nos habamos acostumbrado a vigilrselas- se las vimos mordidas, desgarradas. Firm como pudo y se fue.Cspedes era como el viento: si le hablbamos se nos iba con la voz.

    Pas una semana. Supimos que no haba dado clases. Nadie saba dnde estaba. En su casa no haba dormido.En las primeras horas de la maana del sbado una alumna lo encontr tendido entre los rododendros del jardn. Estaba muerto, sin manos. Se

    las haban arrancado de un tirn.Se averigu que Cspedes haba andado a la caza del arcngel sin alas que conoce todos los secretos. Quiz Cspedes estuvo a punto de

    cazarlo en sucesivas ocasiones. Si fue as, el arcngel debi de escabullirse en sucesivas ocasiones. Probablemente el arcngel cre la primeravez un zarzal, la segunda una hoguera, la tercera una bestia de fauces abiertas, y cada vez se precipit en sus propias creaciones arrastrando las

    manos de Cspedes hasta que l, de dolor, tuvo que soltar. Quiz la ltima vez Cspedes aguant la pena y no solt; y el arcngel sin alasvolvi humillado a su reino, con manos de hombre prendidas para siempre a sus espaldas celestes.

    Vaya a saber!.......

    LAS MANOS - Enrique Anderson Imbert

    En la sala de profesores estbamos comentando las rarezas de Cspedes, el nuevo colega, cuando alguien, desde la ventana, nos avis que ya

    vena por el jardn.Nos callamos, con las caras atentas. Se abri la puerta y por un instante la luz plateada de la tarde flame sobre los hombros de Cspedes.

    Salud con una inclinacin de cabeza y fue a firmar. Entonces vimos que levantaba dos manos erizadas de espinas.Traz un garabato y sin mirar a nadie sali rpidamente.

    Das ms tarde se nos apareci en medio de la sala, sin darnos tiempo a interrumpir nuestra conversacin. Se acerc al escritorio y al tomar ellapicero mostr las manos inflamadas por las ampollas del fuego.

    Otro da -ya los profesores nos habamos acostumbrado a vigilrselas- se las vimos mordidas, desgarradas. Firm como pudo y se fue.Cspedes era como el viento: si le hablbamos se nos iba con la voz.Pas una semana. Supimos que no haba dado clases. Nadie saba dnde estaba. En su casa no haba dormido.

    En las primeras horas de la maana del sbado una alumna lo encontr tendido entre los rododendros del jardn. Estaba muerto, sin manos. Selas haban arrancado de un tirn.Se averigu que Cspedes haba andado a la caza del arcngel sin alas que conoce todos los secretos. Quiz Cspedes estuvo a punto de

    cazarlo en sucesivas ocasiones. Si fue as, el arcngel debi de escabullirse en sucesivas ocasiones. Probablemente el arcngel cre la primeravez un zarzal, la segunda una hoguera, la tercera una bestia de fauces abiertas, y cada vez se precipit en sus propias creaciones arrastrando las

    manos de Cspedes hasta que l, de dolor, tuvo que soltar. Quiz la ltima vez Cspedes aguant la pena y no solt; y el arcngel sin alasvolvi humillado a su reino, con manos de hombre prendidas para siempre a sus espaldas celestes.

    Vaya a saber!

    LAS MANOS- Enrique Anderson Imbert

    En la sala de profesores estbamos comentando las rarezas de Cspedes, el nuevo colega, cuando alguien, desde la ventana, nos avis que yavena por el jardn.Nos callamos, con las caras atentas. Se abri la puerta y por un instante la luz plateada de la tarde flame sobre los hombros de Cspedes.

    Salud con una inclinacin de cabeza y fue a firmar. Entonces vimos que levantaba dos manos erizadas de espinas.Traz un garabato y sin mirar a nadie sali rpidamente.

    Das ms tarde se nos apareci en medio de la sala, sin darnos tiempo a interrumpir nuestra conversacin. Se acerc al escritorio y al tomar ellapicero mostr las manos inflamadas por las ampollas del fuego.

    Otro da -ya los profesores nos habamos acostumbrado a vigilrselas- se las vimos mordidas, desgarradas. Firm como pudo y se fue.Cspedes era como el viento: si le hablbamos se nos iba con la voz.

    Pas una semana. Supimos que no haba dado clases. Nadie saba donde estaba. En su casa no haba dormido.En las primeras horas de la maana del sbado una alumna lo encontr tendido entre los rododendros del jardn. Estaba muerto, sin manos. Se

    las haban arrancado de un tirn.Se averigu que Cspedes haba andado a la caza del arcngel sin alas que conoce todos los secretos. Quiz Cspedes estuvo a punto de

    cazarlo en sucesivas ocasiones. Si fue as, el arcngel debi de escabullirse en sucesivas ocasiones. Probablemente el arcngel cre la primeravez un zarzal, la segunda una hoguera, la tercera una bestia de fauces abiertas, y cada vez se precipit en sus propias creaciones arrastrando las

    manos de Cspedes hasta que l, de dolor, tuvo que soltar. Quiz la ltima vez Cspedes aguant la pena y no solt; y el arcngel sin alasvolvi humillado a su reino, con manos de hombre prendidas para siempre a sus espaldas celestes.

    Vaya a saber! .

    LAS MANOS - Enrique Anderson Imbert

    En la sala de profesores estbamos comentando las rarezas de Cspedes, el nuevo colega, cuando alguien, desde la ventana, nos avis que ya

    vena por el jardn.Nos callamos, con las caras atentas. Se abri la puerta y por un instante la luz plateada de la tarde flame sobre los hombros de Cspedes.

    Salud con una inclinacin de cabeza y fue a firmar. Entonces vimos que levantaba dos manos erizadas de espinas.Traz un garabato y sin mirar a nadie sali rpidamente.

    Das ms tarde se nos apareci en medio de la sala, sin darnos tiempo a interrumpir nuestra conversacin. Se acerc al escritorio y al tomar ellapicero mostr las manos inflamadas por las ampollas del fuego.

    Otro da -ya los profesores nos habamos acostumbrado a vigilrselas- se las vimos mordidas, desgarradas. Firm como pudo y se fue.Cspedes era como el viento: si le hablbamos se nos iba con la voz.Pas una semana. Supimos que no haba dado clases. Nadie saba donde estaba. En su casa no haba dormido.

    En las primeras horas de la maana del sbado una alumna lo encontr tendido entre los rododendros del jardn. Estaba muerto, sin manos. Selas haban arrancado de un tirn.Se averigu que Cspedes haba andado a la caza del arcngel sin alas que conoce todos los secretos. Quiz Cspedes estuvo a punto de

    cazarlo en sucesivas ocasiones. Si fue as, el arcngel debi de escabullirse en sucesivas ocasiones. Probablemente el arcngel cre la primeravez un zarzal, la segunda una hoguera, la tercera una bestia de fauces abiertas, y cada vez se precipit en sus propias creaciones arrastrando las

    manos de Cspedes hasta que l, de dolor, tuvo que soltar. Quiz la ltima vez Cspedes aguant la pena y no solt; y el arcngel sin alasvolvi humillado a su reino, con manos de hombre prendidas para siempre a sus espaldas celestes.

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    Vaya a saber!

    TERROR EN LA CARRETERA

    Solo se vea el tramo de carretera iluminado por la potente luz del auto. El cielo nocturno estaba cubierto por nubes negras que

    amenazaban derramarse sobre la tierra, el aire clido y cargado de humedad pareca ser la oscuridad misma, aplastando todo

    bajo su manto de negrura y silencio. Fabricio conduca por una carretera que zigzagueaba entre cerros y montes. Peligrosas

    curvas cerradas recortadas por precipicios, formaban parte del paisaje agreste y abrupto que esa noche se ocultaba en la

    profunda oscuridad. La radio encendida trataba de alejar el sueo que se posaba en los prpados y le abra la boca en largos

    bostezos. Fabricio estaba un poco extraado por el repentino sueo que senta, jams sala a la ruta si no haba descansado bien,

    esa noche no era la excepcin. Terminaba de transitar una curva cuando la luz descubri una persona que caminaba al costado

    de la carretera. Comenz a asustarse cuando inexplicablemente no poda rebasarla, continuaba caminando delante de l y

    pareca hacerlo lentamente, vesta algo de color claro y muy largo, como una especie de tnica, no poda distinguirse si era un

    hombre o una mujer. Sorpresivamente el misterioso caminante cruz hacia el otro lado de la ruta y se perdi en la oscuridad. Lo

    sacudi un fuerte golpe seguido de la indescriptible sensacin de caer en el vaco, el auto de Fabricio call con estruendo de

    metal aplastado, luego rod hasta el fondo del precipicio; el caminante apareci en el borde, mir hacia abajo, y despleg unas

    alas negras y descendi volando hasta el malherido cuerpo de Fabricio, ya casi sin vida.

    .

    TERROR EN LA CARRETERA

    Solo se vea el tramo de carretera iluminado por la potente luz del auto. El cielo nocturno estaba cubierto por nubes negras que

    amenazaban derramarse sobre la tierra, el aire clido y cargado de humedad pareca ser la oscuridad misma, aplastando todo

    bajo su manto de negrura y silencio. Fabricio conduca por una carretera que zigzagueaba entre cerros y montes. Peligrosas

    curvas cerradas recortadas por precipicios, formaban parte del paisaje agreste y abrupto que esa noche se ocultaba en la

    profunda oscuridad. La radio encendida trataba de alejar el sueo que se posaba en los prpados y le abra la boca en largos

    bostezos. Fabricio estaba un poco extraado por el repentino sueo que senta, jams sala a la ruta si no haba descansado bien,

    esa noche no era la excepcin. Terminaba de transitar una curva cuando la luz descubri una persona que caminaba al costado

    de la carretera. Comenz a asustarse cuando inexplicablemente no poda rebasarla, continuaba caminando delante de l y

    pareca hacerlo lentamente, vesta algo de color claro y muy largo, como una especie de tnica, no poda distinguirse si era un

    hombre o una mujer. Sorpresivamente el misterioso caminante cruz hacia el otro lado de la ruta y se perdi en la oscuridad. Lo

    sacudi un fuerte golpe seguido de la indescriptible sensacin de caer en el vaco, el auto de Fabricio call con estruendo de

    metal aplastado, luego rod hasta el fondo del precipicio; el caminante apareci en el borde, mir hacia abajo, y despleg unas

    alas negras y descendi volando hasta el malherido cuerpo de Fabricio, ya casi sin vida.

    .

    TERROR EN LA CARRETERA

    Solo se vea el tramo de carretera iluminado por la potente luz del auto. El cielo nocturno estaba cubierto por nubes negras que

    amenazaban derramarse sobre la tierra, el aire clido y cargado de humedad pareca ser la oscuridad misma, aplastando todobajo su manto de negrura y silencio. Fabricio conduca por una carretera que zigzagueaba entre cerros y montes. Peligrosas

    curvas cerradas recortadas por precipicios, formaban parte del paisaje agreste y abrupto que esa noche se ocultaba en la

    profunda oscuridad. La radio encendida trataba de alejar el sueo que se posaba en los prpados y le abra la boca en largos

    bostezos. Fabricio estaba un poco extraado por el repentino sueo que senta, jams sala a la ruta si no haba descansado bien,

    esa noche no era la excepcin. Terminaba de transitar una curva cuando la luz descubri una persona que caminaba al costado

    de la carretera. Comenz a asustarse cuando inexplicablemente no poda rebasarla, continuaba caminando delante de l y

    pareca hacerlo lentamente, vesta algo de color claro y muy largo, como una especie de tnica, no poda distinguirse si era un

    hombre o una mujer. Sorpresivamente el misterioso caminante cruz hacia el otro lado de la ruta y se perdi en la oscuridad. Lo

    sacudi un fuerte golpe seguido de la indescriptible sensacin de caer en el vaco, el auto de Fabricio call con estruendo de

    metal aplastado, luego rod hasta el fondo del precipicio; el caminante apareci en el borde, mir hacia abajo, y despleg unas

    alas negras y descendi volando hasta el malherido cuerpo de Fabricio, ya casi sin vida..

    TERROR EN LA CARRETERA

    Solo se vea el tramo de carretera iluminado por la potente luz del auto. El cielo nocturno estaba cubierto por nubes negras que

    amenazaban derramarse sobre la tierra, el aire clido y cargado de humedad pareca ser la oscuridad misma, aplastando todo

    bajo su manto de negrura y silencio. Fabricio conduca por una carretera que zigzagueaba entre cerros y montes. Peligrosas

    curvas cerradas recortadas por precipicios, formaban parte del paisaje agreste y abrupto que esa noche se ocultaba en la

    profunda oscuridad. La radio encendida trataba de alejar el sueo que se posaba en los prpados y le abra la boca en largos

    bostezos. Fabricio estaba un poco extraado por el repentino sueo que senta, jams sala a la ruta si no haba descansado bien,

    esa noche no era la excepcin. Terminaba de transitar una curva cuando la luz descubri una persona que caminaba al costado

    de la carretera. Comenz a asustarse cuando inexplicablemente no poda rebasarla, continuaba caminando delante de l y

    pareca hacerlo lentamente, vesta algo de color claro y muy largo, como una especie de tnica, no poda distinguirse si era unhombre o una mujer. Sorpresivamente el misterioso caminante cruz hacia el otro lado de la ruta y se perdi en la oscuridad. Lo

    sacudi un fuerte golpe seguido de la indescriptible sensacin de caer en el vaco, el auto de Fabricio call con estruendo de

    metal aplastado, luego rod hasta el fondo del precipicio; el caminante apareci en el borde, mir hacia abajo, y despleg unas

    alas negras y descendi volando hasta el malherido cuerpo de Fabricio, ya casi sin vida.

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    Un charco de sangre delineaba la silueta sobre el pavimento. El polica fue abriendo camino entre la gente

    hasta llegar a l.

    La mujer miraba la escena petrificada. Al saber que haba visto lo ocurrido, otro polica le dijo que deba ir

    a la seccional a declarar como testigo presencial.

    No demor en ir hasta el lugar donde haba sido citada. El ambiente de la comisara la pona inquieta, slo

    deseaba declarar y poder volver a su casa.

    El oficial a cargo la llam. Sentada en una silla frente a l comenz a interrogarla con la pregunta que

    supona sera sin lugar a dudas la primera:

    _Usted lo conoca?

    _S

    _Y cmo se conocieron ustedes?

    La expresin de su rostro cambi, sus ojos se llenaron de lgrimas. Le faltaba el aliento cuando dijo:

    _Es una larga historia.

    _Tengo poco tiempo para escucharla, le pido por favor que sea breve pero especfica.

    _Hace muchos aos que Daniel est enfermo. Desde su adolescencia padece de esquizofrenia, pero ltimamente su

    estado se agrav, entr en depresin seguida de angustia.

    Su bipolaridad lo hizo escurridizo, desconfiado. Culpaba al psiquiatra de su estado emocional.

    El mismo apareci muerto en su consultorio hace dos semanas. Ese da haban tenido cesin.

    Como las investigaciones son siempre traumticas para personas con su sintomatologa, su vida se convirti

    en un verdadero infierno. Nada se encontr nada en su contra, pero no es justo lo que le sucedi a Carlos, un ser

    humano increblemente hermoso, lleno de vida, apasionado por su profesin.

    Nadie me sacar de la cabeza que fue l quien lo mat. Nadie!

    _Contine por favor._ Hoy fui a su casa para hablar. Quera averiguar cmo haba sido su ltima sesin con Carlos. Cualquier detalle me

    hubiera servido. Le pregunt intilmente si haba visto u odo algo. No escuchaba nada de lo que le deca. Pareca

    mirarme con miedo.

    Sali casi corriendo de su casa dejndome sola en el comedor. Lo segu y cuando estaba por cruzar la calle

    resbal y fue embestido por el camin. Eso es todo lo que tengo para contarle.

    _Eso es todo? An no me ha contestado cmo lo conoci, pregunta con la cual quise que iniciara esta declaracin.

    _Ah, tiene razn! Yo era la secretaria del Doctor Carlos Fuentes. A Daniel lo conoc cuando comenz su

    tratamiento.

    Me daba muchsima bronca ver lo bien que se llevaban los dos. Cuando Daniel llegaba a la consulta yo no

    exista ms para Carlos. Se cerraban con llave y las sesiones eran interminables.

    _A usted le daba bronca, o celos?

    El polica la mir fijamente. Ella sostuvo por un tiempo la mirada pero luego baj la cabeza visiblementeperturbada.

    _Va a tener que quedarse. Creo que debemos seguir hablando

    Ya no importa el tiempo. Ahora hay dos temas sobre los que debemos hablar. Mejor dicho, hay dos muertes

    sobre las que tenemos que hablar. Y creo que usted va a hablar mucho, no es as seorita?

    Marta Daz Petenatti- 25-12-2010

  • 7/22/2019 Escabeche de Berenjenas y Parte Teorica

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    Perro dormido (Ross MacDonald)

    Otto el perro de Fay Hooper haba desaparecido as que llamaron a De Archer, un detective privado

    conocido por tratar los casos de desapariciones. La casa de Fay estaba en las colinas al norte de Malibu, antes de

    dirigirse hacia all, el detective par en la academia canina Pacific Palisades para hablar con su amigo Fernando

    Rambeau. Estando en la puerta vino a recibirle Rambeau y su esposa, estuvieron hablando sobre las posibles causas

    de la desaparicin de Otto sin sacar muchas conclusiones.

    Acto seguido continu su camino hasta la casa de Fay Hooper donde Allan, el marido de la misma, le

    amenaz con una escopeta y le dijo que se marchara, as lo hizo, se dirigi a la carretera principal para esperar a la

    seora Hooper. Antes de que apareciera lleg el sheriff Carlson quien le explic que el seor Hooper tena bastante

    poder en la zona y controlaba gran parte de los terrenos. Pasado un rato apareci la seora Hooper, ella le cont que

    sospechaba de su propio marido ya que adems de no gustarle el perro, el da anterior lo haba observado cuidando

    las flores, cosa inusual en l.

    Llegaron a la casa, que ahora estaba abierta, y se dirigieron al lugar cultivado por el marido, all De Archer

    cogi una pala y tras cavar encontr el cadver de Otto. Allan, que estaba escuchando la conversacin, desminti

    toda relacin con el crimen, y dijo haber visto entrar a un extrao que dispar contra el perro, dando como

    explicacin las amenazas telefnicas que haba recibido durante todo el mes. El sheriff se hizo cargo del cadver del

    perro para identificar las balas, mientras que el marido tambin se march sin decir donde iba. De Archer se dirigi

    de nuevo a hablar con Rambeau, este no se encontraba en la casa estaba su mujer sola, Fernando le haba dicho que

    se iba a vengar de Allan por lo de su hermano sin dar mas explicaciones. De Archer volvi urgentemente a la casade los Hooper donde encontr el cadver de Allan junto al portn, llam al sheriff que vino a recogerlo y lo llev al

    edificio administrativo del condado. Haban arrestado a Rambeau para interrogarlo, ya que era el principal

    sospechoso y al parecer entre Hooper y Rambeau haba ocurrido algo.

    Fernando no abri la boca, as que De Archer llam al cuartel general de Canad para recibir informacin, al

    parecer los cuerpos del hermano de Rambeau y su perro no fueron encontrados hasta el ao siguiente de su

    desaparicin. El interrogatorio tuvo que continuar el da siguiente, tras investigar las balas comprobaron que

    Rambeau haba disparado contra el perro y se dirigieron con l hacia la escena del crimen, el sujeto se revel por el

    camino hacia la casa de los Hooper y comenz entonces a contestar a las preguntas de De Archer. Confes que l

    haba matado al perro pero que sin embargo desminti toda relacin con el asesinato de Allan Hooper, tras lo cual

    explic su ira ante lo ocurrido con su hermano, Allan Hooper haba asesinado a su hermano cuando se dispona a

    salir del bosque, o por lo menos as lo crea. Lleg la seora Hooper en un taxi e inmediatamente el sheriff se dirigihacia la casa, De Archer lo sigui y tuvo que tirarlo al suelo al forcejear con Fay, el sheriff se levant empuando su

    pistola y apuntando hacia el propio detective momento en el cual la seora Hooper se coloc delante impidiendo que

    disparara contra el detective, Carlson saba que George Rambeau haba muerto a manos de Allan o por lo menos eso

    deca, lo que haca prever que haba presenciado la escena del crimen. El sheriff haba mentido por dos veces, haba

    asesinado a George Rambeau, y no como deca que haba hecho Allan, y tras lo cual tuvo que asesinar a Allan para

    que no saliera a la luz dejando a Fernando sin sentido y haba usado su propia arma para incriminarlo en el

    asesinato.

  • 7/22/2019 Escabeche de Berenjenas y Parte Teorica

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    El cuento maravilloso corresponde a las fbulas y cuentos de hadas: son relatos habitados por seres maravillosos,

    clsicos o inventados, y que generalmente tienen algn tipo de intencin moralizante. A pesar de que generalmente

    se corresponde con la tradicin oral, actualmente tiene una gran expansin sobre todo en el cmic.

    Generalmente tienen tambin una estructura ms o menos fija: se basan en una prohibicin, su transgresin, o bien

    un engao, un combate, y la redencin de la falta inicial; al final el hroe es castigado o bien ensalzado. Y muchas

    veces termina en boda.

    Novelas modernas, como La Historia Interminable, de Michael Ende, o Summerland, de Michael Chabon, o

    Neverwhere, de Neil Gaiman, son de este tipo. Muchos relatos de Borges tambin se podran encuadrar aqu.

    Cuentos fantsticos: Caractersticas

    Los cuentos fantsticos nos cuentan una historia que ocurre dentro de un contexto que nos resulta cotidiano y normal

    (en una casa, en una habitacin, en una escuela, en un barrio, en un club, etc ) hasta que en determinado momento,

    dentro de este contexto que nos parece "normal" y real, sucede algo "raro" o "extrao" que no podemos explicar

    lgiamente o racionalmente.

    Este suceso extrao es el acontecimiento que llamamos "fantstico". Lo denominamos de esta manera justamente

    porque es un hecho extraordinario que no suele suceder en nuestra vida cotidiana. Es un hecho sobrenatural.

    Cuando este hecho fantstico aparece en el cuento, el lector empieza a dudar y a preguntarse qu es lo que sucedi

    en esa historia. Es por esto que decimos que los cuentos fantsticos le generan dudas o incertidumbre a los lectores.

    Las explicaciones que podemos dar como lectores ante estos hechos fantsticos que suceden en este tipo de cuentos,

    son explicaciones que no son racionales ni lgicas ya que estos sucesos son sucesos fantsticos.

    Tambin hay que tener en cuenta que los personajes de los cuentos fantsticos pueden ser , en muchas ocaciones,

    personas que aparentan ser reales pero tambin dentro de la historia pueden aparecer seres o personas extraas con

    caractersticas o poderes sobrenaturales.