Escudo de Armas de La Ciudad de Lima

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Escudo de Armas de la ciudad de Lima En 7 de diciembre de 1537, el Emperador Carlos V. y su madre la reina doña Juana, a solicitud de Hernando de Zevallos, Regidor de Lima, otorgaron Escudo de Armas a la ciudad de los Reyes. En el texto de este privilegio confirmó, además, S. M., la fundación de Lima. El privilegio original, escrito en "pergamino de cuero y sellado con el real sello de cera de S. M. y firmado de su real nombre", fue guardado en el archivo del Cabildo, y allí permaneció, sin duda, hasta mediados del siglo XVII. Es evidente que, con el privilegio, vino una descripción gráfica del Escudo, según el propio texto real. La Cédula de Carlos V. es conocida por haber sido transcrita en el libro 3ro. de Cédulas y Provisiones, 1a. parte, folio 17, correspondiente al archivo del Municipio de Lima. Según él, el Escudo de Armas de la Ciudad de los Reyes o de Lima debía representarse en esta forma: "Un escudo en campo azul, con tres coronas de oro de reyes, puestas en triángulo, y, encima de ellas, una estrella de oro, al cual cada una de las tres puntas de la dicha estrella toque a las tres coronas, y por orla unas letras de oro que digan: "Hoc signum vere regum est", en campo colorado, y por timbre y divisa dos águilas negras de corona de oro de reyes, que se miran la una a la otra, y abrazen una Y y una K, que son las primeras letras de nuestros nombres propios, y encima de estas dichas letras una estrella de oro, según aquí van figuradas y pintadas". Aunque se haya querido ver en las tres coronas del campo una alusión a los reyes de España, es indudable que ellas se refieren a las de los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltazar. En efecto, aunque el acta de la fundación de la ciudad tenga fecha 18 de enero, Pizarro quiso que su fundación se entendiese ser hecha el 6 de enero, día de la Epifanía, y su pensamiento, afirmado gráficamente en el escudo, perduró a través de los tres siglos de la dominación española. Todos los documentos coloniales que en algo se refieren a la fundación de Lima, manifiestan que ésta se realizó el día 6 de enero, y, por tal razón, "la víspera y el día de los Reyes" (5 y 6 de enero) se realizaba la ceremonia del paseo del Estandarte Real de la ciudad. Según los preceptos elementales de la Heráldica, el motivo fundamental se halla en el campo del blasón. En el Escudo de Lima se quiso, primeramente, hacer referencia a la fecha de la fundación de la ciudad y a su correspondencia en el calendario católico. Hallando Pizarro que próxima a su fundación estaba la fecha del 6 de enero, se confirma, incontrovertiblemente, con la presencia, en el mismo campo azul, de una estrella que toca las coronas, la que no es otra que la "Estrella de Belén" que siguieron los Reyes Magos en su marcha hacia la cuna de Jesús. Por otra parte, la alusión a los reyes de España, está hecha fuera del campo del blasón, a la manera heráldica de "timbre" y de "divisa", y era lógico y establecido que la alusión divina estuviera en lugar preferente al de la alusión real. No es admisible, además que el concepto real se repitiese en el campo y en el timbre y la divisa. Los representados, en el escudo, por las dos águilas y por las iniciales K e Y. Si las coronas del campo fueran alusión real, ¿quiénes serían aquellos tres reyes? No es de extrañar, desde otro punto de vista, que la referencia del campo a los Reyes Magos, y que el nombre de la ciudad correspondiese a los mismos, si se tiene en consideración la costumbre que había en los fundadores de ciudades de dar a éstas nombres de santos y de aludir en tales designaciones a la Santísima Trinidad. Comprueba la conclusión que se sostiene, como argumento de indicio, el hecho de que la fundación de Lima, según el acta, comenzó en la iglesia, a la que Pizarro "puso por nombre Nuestra Señora de la Asunción". Por lo demás, el agustino Calancha, en su "Crónica Moralizadora", refiriéndose al Escudo de Lima, dice: "Pidió Pizarro al Emperador le diese armas a la ciudad de Lima, que intituló de los Reyes, y dióle las tres coronas y la estrella de los Magos, con que dio aquel católico rey a esta ciudad, armas de Reyes Magos, primicias de la fe en la primitiva iglesia y armas de reyes católicos defensores de la fe y patronos de esta iglesia occidental". Con este respecto al propio campo del blasón, es de advertir que las palabras de la orla, sobre campo colorado son: "Hoc signum vere regum est" –Este es el verdadero signo de los Reyes– y no "Hoc signum vere regnum est", como equivocadamente aparece en algunas reproducciones del escudo. Debe recordarse que en los documentos coloniales se decía, comúnmente, refiriéndose a la ciudad: "En los Reyes..."; es decir, que no se decía siempre: En la Ciudad de los Reyes. Por lo que toca a las coronas, cuya forma aparece adulterada en ocasiones, debe precisarse que tanto las del campo como las de las águilas, son "coronas de reyes", y que unas y otras deben ser representadas igualmente, distinguiéndolas de las coronas imperiales. Las águilas del Escudo, como queda dicho, representan a los reyes Carlos y Juana, y el hecho de que se miren, establece el vínculo que ligaba a ambos soberanos. Es así como se ha dicho que la ciudad de Pizarro, quedaba amparada por sus reyes. Modificaciones en el Escudo.– Aparte ligeras variantes que se suelen hallar en el escudo correspondiente a la Real Cédula, lo cierto es que él no perduró más de un siglo y que el que quedó establecido y ha llegado hasta nuestra época es otro, con las siguientes modificaciones: las dos águilas se transforman en una sola, bicéfala y junto a sus alas, a ambos lados del blasón, aparecen las "columnas de Hércules", con el lema "plus ultra". Además, en la parte inferior del campo se ha colocado un fruto que es, como se afirma la "lima". Esta modificación se explica atendiendo a que, con el objeto de rendir tributo de fidelidad a los reyes de España, se colocó las propias Columnas de Hércules que Carlos puso en sus blasones, y, en cuanto al águila bicéfala, ella es también la misma águila austriaca que también colocó en sus armas Carlos V, al ceñir la corona de Alemania. Se ignora en qué fecha se verificó esta transformación del escudo, y ella sólo tiene la autoridad que le ha dado el largo decurso del tiempo. Todas las investigaciones para hallar el documento o la referencia que autorice esta transformación han sido nulas y, a nuestro juicio, no existe la menor huella al respecto en el archivo municipal. Por lo demás, es de advertir que en el escudo primitivo de la ciudad de Buenos Aires, aparecen repentinamente, con otras modificaciones sustanciales, las columnas de Hércules, sin que haya sido posible, igualmente, hallar el texto modificatorio del privilegio primitivo, no obstante estar establecido por Felipe II, según Cédula de 1596, que el conceder o negar el uso del escudo de armas correspondía al soberano. La introducción de la lima, obedece al nombre indígena de la parcialidad en que se fundó Lima, nombre que se impuso a la designación española de la Ciudad de los Reyes, y que empezaron a aceptar los conquistadores desde los primeros años de la ciudad. Se sostiene, aceptablemente, a falta de pruebas, que el Escudo de Lima no pudo ser modificado antes de 1650, año en que se colocó la pila que hasta ahora existe en nuestra Plaza de Armas y en la cual hay un escudo que se halla conforme a la Cédula, sin más modificación que la lima. Conclusión.– En presencia de estos dos escudos, cabe preguntar: ¿Cuál es el que debe aceptarse, el escudo descrito y figurado en la Cédula real, o el que, a través de tres siglos, ha llegado hasta nosotros? Entendemos que debería aceptarse el escudo de la Cédula, tanto más que en diversos documentos coloniales que hemos consultado, algunos de ellos próximos al término de la dominación, al referirse al escudo de armas sólo se hace referencia al primitivo, al de la Cédula de Carlos V. Para esta fijación del escudo, que sería materia de una ordenanza municipal, habría que pintar aquel de acuerdo estricto con el tenor de la Cédula, consultando algunos escudos antiguos existentes y, de modo principal, el que se ostenta en la fachada del Colegio Sancho Dávila, en la Calle del Carmen Alto. principales ciudades PRINCIPALES CIUDADES: CIUDAD FECHA DE FUNDACIÓN O ASENTAMIENTO FUNDADOR SAN MIGUEL DE TANGARARÁ 15 de Julio de 1532 FRANCISCO PIZARRO CUSCO 23 de Marzo de 1534 FRANCISCO

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     Escudo de Armas de la ciudad de LimaEn 7 de diciembre de 1537, el Emperador Carlos V. y su madre la reina doña Juana, a solicitud de Hernando de Zevallos, Regidor de Lima, otorgaron Escudo de Armas a la ciudad de los Reyes. En el texto de este privilegio confirmó, además, S. M., la fundación de Lima. El privilegio original, escrito en "pergamino de cuero y sellado con el real sello de cera de S. M. y firmado de su real nombre", fue guardado en el archivo del Cabildo, y allí permaneció, sin duda, hasta mediados del siglo XVII. Es evidente que, con el privilegio, vino una descripción gráfica del Escudo, según el propio texto real. La Cédula de Carlos V. es conocida por haber sido transcrita en el libro 3ro. de Cédulas y Provisiones, 1a. parte, folio 17, correspondiente al archivo del Municipio de Lima. Según él, el Escudo de Armas de la Ciudad  de los Reyes o de Lima debía representarse en esta forma: "Un escudo en campo azul, con tres coronas de oro de reyes, puestas en triángulo, y, encima de ellas, una estrella de oro, al cual cada una de las tres puntas de la dicha estrella toque a las tres coronas, y por orla unas letras de oro que digan: "Hoc signum vere regum est", en campo colorado, y por timbre y divisa dos águilas negras de corona de oro de reyes, que se miran la una a la otra, y abrazen una Y y una K, que son las primeras letras de nuestros nombres propios, y encima de estas dichas letras una estrella de oro, según aquí van figuradas y pintadas". Aunque se haya querido ver en las tres coronas del campo una alusión a los reyes de España, es indudable que ellas se refieren a las de los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltazar. En efecto, aunque el acta de la fundación de la ciudad tenga fecha 18 de enero, Pizarro quiso que su fundación se entendiese ser hecha el 6 de enero, día de la Epifanía, y su pensamiento, afirmado gráficamente en el escudo, perduró a través de los tres siglos de la dominación española. Todos los documentos coloniales que en algo se refieren a la fundación de Lima, manifiestan que ésta se realizó el día 6 de enero, y, por tal razón, "la víspera y el día de los Reyes" (5 y 6 de enero) se realizaba la ceremonia del paseo del Estandarte Real de la ciudad. Según los preceptos elementales de la Heráldica, el motivo fundamental se halla en el campo del blasón. En el Escudo de Lima se quiso, primeramente, hacer referencia a la fecha de la fundación de la ciudad y a su correspondencia en el calendario católico. Hallando Pizarro que próxima a su fundación estaba la fecha del 6 de enero, se confirma, incontrovertiblemente, con la presencia, en el mismo campo azul, de una estrella que toca las coronas, la que no es otra que la "Estrella de Belén" que siguieron los Reyes Magos en su marcha hacia la cuna de Jesús. Por otra parte, la alusión a los reyes de España, está hecha fuera del campo del blasón, a la manera heráldica de "timbre" y de "divisa", y era lógico y establecido que la alusión divina estuviera en lugar preferente al de la alusión real. No es admisible, además que el concepto real se repitiese en el campo y en el timbre y la divisa. Los representados, en el escudo, por las dos águilas y por las iniciales K e Y. Si las coronas del campo fueran alusión real, ¿quiénes serían aquellos tres reyes? No es de extrañar, desde otro punto de vista, que la referencia del campo a los Reyes Magos, y que el nombre de la ciudad correspondiese a los mismos, si se tiene en consideración la costumbre que había en los fundadores de ciudades de dar a éstas nombres de santos y de aludir en tales designaciones a la Santísima Trinidad. Comprueba la conclusión que se sostiene, como argumento de indicio, el hecho de que la fundación de Lima, según el acta, comenzó en la iglesia, a la que Pizarro "puso por nombre Nuestra Señora de la Asunción". Por lo demás, el agustino Calancha, en su "Crónica Moralizadora", refiriéndose al Escudo de Lima, dice: "Pidió Pizarro al Emperador le diese armas a la ciudad de Lima, que intituló de los Reyes, y dióle las tres coronas y la estrella de los Magos, con que dio aquel católico rey a esta ciudad, armas de Reyes Magos, primicias de la fe en la primitiva iglesia y armas de reyes católicos defensores de la fe y patronos de esta iglesia occidental". Con este respecto al propio campo del blasón, es de advertir que las palabras de la orla, sobre campo colorado son: "Hoc signum vere regum est" –Este es el verdadero signo de los Reyes– y no "Hoc signum vere regnum est", como equivocadamente aparece en algunas reproducciones del escudo. Debe recordarse que en los documentos coloniales se decía, comúnmente, refiriéndose a la ciudad: "En los Reyes..."; es decir, que no se decía siempre: En la Ciudad de los Reyes. Por lo que toca a las coronas, cuya forma aparece adulterada en ocasiones, debe precisarse que tanto las del campo como las de las águilas, son "coronas de reyes", y que unas y otras deben ser representadas igualmente, distinguiéndolas de las coronas imperiales. Las águilas del Escudo, como queda dicho, representan a los reyes Carlos y Juana, y el hecho de que se miren, establece el vínculo que ligaba a ambos soberanos. Es así como se ha dicho que la ciudad de Pizarro, quedaba amparada por sus reyes. Modificaciones en el Escudo.– Aparte ligeras variantes que se suelen hallar en el escudo correspondiente a la Real Cédula, lo cierto es que él no perduró más de un siglo y que el que quedó establecido y ha llegado hasta nuestra época es otro, con las siguientes modificaciones: las dos águilas se transforman en una sola, bicéfala y junto a sus alas, a ambos lados del blasón, aparecen las "columnas de Hércules", con el lema "plus ultra". Además, en la parte inferior del campo se ha colocado un fruto que es, como se afirma la "lima". Esta modificación se explica atendiendo a que, con el objeto de rendir tributo de fidelidad a los reyes de España, se colocó las propias Columnas de Hércules que Carlos puso en sus blasones, y, en cuanto al águila bicéfala, ella es también la misma águila austriaca que también colocó en sus armas Carlos V, al ceñir la corona de Alemania. Se ignora en qué fecha se verificó esta transformación del escudo, y ella sólo tiene la autoridad que le ha dado el largo decurso del tiempo. Todas las investigaciones para hallar el documento o la referencia que autorice esta transformación han sido nulas y, a nuestro juicio, no existe la menor huella al respecto en el archivo municipal. Por lo demás, es de advertir que en el escudo primitivo de la ciudad de Buenos Aires, aparecen repentinamente, con otras modificaciones sustanciales, las columnas de Hércules, sin que haya sido posible, igualmente, hallar el texto modificatorio del privilegio primitivo, no obstante estar establecido por Felipe II, según Cédula de 1596, que el conceder o negar el uso del escudo de armas correspondía al soberano. La introducción de la lima, obedece al nombre indígena de la parcialidad en que se fundó Lima, nombre que se impuso a la designación española de la Ciudad de los Reyes, y que empezaron a aceptar los conquistadores desde los primeros años de la ciudad. Se sostiene, aceptablemente, a falta de pruebas, que el Escudo de Lima no pudo ser modificado antes de 1650, año en que se colocó la pila que hasta ahora existe en nuestra Plaza de Armas y en la cual hay un escudo que se halla conforme a la Cédula, sin más modificación que la lima. Conclusión.– En presencia de estos dos escudos, cabe preguntar: ¿Cuál es el que debe aceptarse, el escudo descrito y figurado en la Cédula real, o el que, a través de tres siglos, ha llegado hasta nosotros? Entendemos que debería aceptarse el escudo de la Cédula, tanto más que en diversos documentos coloniales que hemos consultado, algunos de ellos próximos al término de la dominación, al referirse al escudo de armas sólo se hace referencia al primitivo, al de la Cédula de Carlos V. Para esta fijación del escudo, que sería materia de una ordenanza municipal, habría que pintar aquel de acuerdo estricto con el tenor de la Cédula, consultando algunos escudos antiguos existentes y, de modo principal, el que se ostenta en la fachada del Colegio Sancho Dávila, en la Calle del Carmen Alto.

   

principales ciudades 

PRINCIPALES CIUDADES:

CIUDADFECHA DE FUNDACIÓN

O ASENTAMIENTOFUNDADOR

SAN MIGUEL DE TANGARARÁ

15 de Julio de 1532FRANCISCO PIZARRO

CUSCO 23 de Marzo de 1534FRANCISCO PIZARRO

JAUJA (Primera capital del Perú)

Octubre de 1533 (asentamiento). 25 de Abril de 1534 (fundación)

FRANCISCO PIZARRO

LIMA (Segunda capital del Perú)

18 de enero de 1535FRANCISCO PIZARRO

TRUJILLO 5 de marzo de 1535 IFRANCISCO PIZARRO

SAN JUAN DE LA FRONTERA DE LOS

1536 (primera fundación). 5 de setiembre de 1538

Ambas por ALONSO DE

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CHACHAPOYAS (segunda fundación) ALVARADOSANTIAGO DE LOS VALLES DE MOYOBAMBA

1539 (primera fundación). 1549 (segunda fundación)

Ambas por JUAN PÉREZ DE GUEVARA

SAN JUAN DE LA FRONTERA DE HUAMANGA (Ayacucho)

- 9 de enero de 1539 (primera fundación) . 25 de abril de 1540 (segunda fundación)

- FRANCISCO PIZARRO - VASCO DE GUEVARA

LEÓN DE HUÁNUCO DE LOS CABALLEROS DEL PERU

 - 15 de agosto de 1539 (primera fundación)  . 2 de febrero de 1541 (segunda fundación)  . 16 de setiembre de 1542 (tercera fundación) I

- GÓMEZ DE ALVARADO "el Viejo" -PEDRO BARROSO - PEDRO DE PUELLES

VILLA HERMOSA DE AREQUIPA

15 de agosto de 1540 (fundación definitiva)

GARCÍ MANUEL DE CARBAJAL

JAÉN DE BRACAMOROS

julio o agosto de 1549 (fundación definitiva)

DIEGO PALOMINO

2¿CÓMO SE FUNDABA UNA CIUDAD?

Según ordenanzas de la época, al fundar una ciudad los españoles debían tener en cuenta lo siguiente:

Competencia.- fundar una ciudad no estaba al alcance de cualquier español. Era facultad del Capitán General o del Gobernador. En el Perú, por ser Francisco Pizarro Gobernador y Capitán General al mismo tiempo, era el encargado de fundar. Objetivos.- desde el punto de vista de la Corona, toda ciudad por fundar debía ser un puesto de avanzada militar que indicara posesión, un reducto de vecinos armados dispuestos a defender la población; y un centro de irradiación cultural y religiosa. El lugar.- debía elegirse lugares cómodos, con buenas entradas y salidas que permitiera la comunicación; con pastos y tierras adyacentes aptas para sembrar, y con abundancia de agua. Los vecinos.- un pregón debía convocar a los soldados que desearan inscribirse como vecinos. Por lo menos, debía haber treinta vecinos para fundar una ciudad.Además de vecinos, los que vivían en una ciudad podían ser: moradores (que tenían casa de morada mas no indios encomenderos); estantes (los que vivían en casa ajena); y pasantes (los forasteros viajantes). El trazado.- el diseño en cuadricula o en damero de las ciudades construidas por los españoles tenia claros antecedentes medievales, y era el que debía prevalecer. El trazado de las plazas, calles y manzanas se hacía a cordel. Cada manzana se dividía en cuatro solares, que se repartían entre los vecinos y las órdenes religiosas. En el rectángulo principal se ubicaba la Plaza de Armas o Plaza Mayor, y alrededor se situaban los edificios principales: la catedral, la casa de gobierno y el cabildo (hoy los municipios). El acta de fundación.- era un documento en el que se anotaban todos los datos referentes a la fundación y el nombre de los vecinos fundadores. El capitán fundador, el sacerdote y los testigos que asistían a la ceremonia firmaban el acta. El documento se cerraba y con el se abría el primer libro de cabildo. La ceremonia de fundación.- consistía esta en redactar el Acta, asistir a una Misa Solemne y proceder a la nominación de la ciudad. Generalmente los españoles rebautizaron las ciudades con nombres de ciudades españolas, añadiéndoles el de un santo o santa a cuya advocación se ponía la ciudad. En algunos casos, se respetaron los nombres indígenas, como Cusco, Arequipa y Lima. Los títulos honoríficos.- los Reyes solían otorgar a las ciudades títulos honoríficos, que se inscribían en el escudo de armas. Por ejemplo, “Muy noble”, “Leal Ciudad”, etc.Durante la conquista español población del territorio fue una preocupación de la Corona. Así, a los adelantados se les dio la potestad de fundar ciudades. Esto dio lugar a que se fundaran las primeras ciudades en el territorio del Perú. Sin embargo, la fundación de una ciudad era un asentamiento perenne, nadie podía cuestionar su fundación pues constaba en las actas reales y suponía un rito importante como la celebración de Te Deums, colocación de las primeras cruces, trazos de planos, asentamientos de vecinos, entre otros.Los vecinos necesarios para la fundación de una ciudad eran por lo menos 40 o 60, “las ciudades peruanos se fundaron por lo general con 40 vecinos. San Miguel tuvo 40 y Trujillo 31, Jauja 53, Cuzco 88, Arequipa 47, Lima más de 100. Las ordenanzas reales prescribían que el número era de 30 pobladores”.[1]También, los nombres elegidos para cada ciudad tenían “una advocación religiosa: San Miguel de Piura, Santiago de Quito, San Francisco de Quito, La Ciudad de los Reyes, San Juan de la Frontera de Huamanga, San Marcos de Arica o la Villa Hermosa de la Asunción de Arequipa”[2]. Es así, como las primeras ciudades españolas que mencionaremos tuvieron otros nombres diferentes a los actuales. Así, trataremos acerca de la fundación de las siguientes ciudades como la cantidad de vecinos asentados en ella: Piura, Cuzco, Jauja, Lima, Trujillo, Huamanga, Arequipa y Huánuco.PiuraLa ciudad de Piura fue la primera ciudad española fundada en el territorio del Perú. Su fundación data de 1532, poco antes que Francisco Pizarro ascienda a Cajamarca a entrevistarse con el Inca Atahualpa. Se funda con el nombre de San Miguel de Tangarará, en honor al arcángel. La fecha exacta fue el 15 de Agosto de 1532, durante el festival de la Asunción[3]. “La ciudad de San Miguel, una vez fundada, contaba con aproximadamente 40 vecinos, entre sanos y enfermos”.[4] CuzcoEsta ciudad se fundó el 23 de mayo de 1534. “Reúnense ese día en el Cusi-pata los 100 españoles que quedaron en el Cuzco presididos por Pizarro”.[5] Aquella fue la segunda ciudad fundada por los españoles. Cuando Pizarro llega a Cuzco se queda maravillado por las riquezas que encuentra en esa ciudad al ser el centro del Imperio “… y en seguida declara que toma posesión y funda por Su Majestad el Rey de España la ciudad del Cuzco, la que se titularía en adelante “La muy Noble y muy Gran Ciudad del Cuzco.”[6]JaujaLa ciudad de Jauja es importante, puesto que Pizarro tuvo deseos de nombrarla como su Capital, siendo la primera capital del Perú, o como sería en ese entonces de Nueva Castilla. La fundación de esta ciudad data del 25 de abril de 1534, cuando 53 españoles con el gobernador a la cabeza expresan su voluntad de residir en ella y hacerla capital de la gobernación. Esta ciudad fue fundada con el nombre de Santa Fe de Hatun Jauja.[7]LimaUnos meses después, mediante aprobación del cabildo de Jauja, se resuelve fundar una ciudad en la Costa y luego trasladar la capital de la gobernación allí. Se trata de la Ciudad de los Reyes. “Se resuelve fundarla en el día de la epifanía – de donde merece el título de los mágicos personajes- y que tan sólo el 18 de Enero de 1535 sobrevive en su traza […] Y al bautizarla ‘Ciudad de los Reyes’, lo hace ‘desde agora y para siempre jamás’”[8]. El primer día de su fundación se asentaron 72 vecinos.[9]TrujilloEl gobernador Francisco Pizarro parte al norte a las tierras del reino Chimú. Es ahí donde en el valle del Chicama funda una ciudad que bautizaría como su tierra natal Trujillo. Así es como en las actas del Cabildo consta que Andrés de Obregón, escribano del rey data la fundación el 5 de mayo de 1535 “en su real nombre fundó este asiento de la provincia de Chimú esta villa a la qual puso por nombre Trujillo”.[10] Un hecho curioso es que de los 31 fundadores españoles, 11 era hidalgos, convirtiéndose en una ciudad señorial y aristócrata. HuamangaLlegado a esta fecha, Manco Inca se rebela y surge la necesidad de establecer guarniciones y ciudades que sirviesen para ello en las cercanías del Cuzco. El nacimiento de esta ciudad obedeció a dos razones principales: proteger el naciente estado colonial de Manco Inca y establecer una ciudad intermedia entre Cuzco y Lima. “Así en Enero de 1539 se fundó Huamanga, como San Juan de la Frontera. […] En ese momento hubo 22 vecinos españoles.”[11]ArequipaLa fundación de esta ciudad data del 15 de Agosto de 1540 por mandato de Francisco Pizarro, quien habría pasado por el valle en 1539. Esta fue fundada por el Teniente Gobernador García Manuel de Carbajal con la denominación de “Villa Hermosa”. La cantidad de españoles fundadores asciende a 47 vecinos españoles.[12]HuánucoLuego de la batalla de las Salinas, Pizarro encomendó a su Capitán Gómez de Alvarado “el Viejo”, la fundación de una ciudad en Huánuco. La fundación de esta ciudad española data del 15 de Agosto de 1539. “A principios de Julio de 1539, al mando de un destacamento militar, suponemos no menor a 50 hombres, Alvarado salió de Lima desde Jauja, a la ‘provincia de guánuco’, llevando como su maestre de campo a Juan de Vargas.” [13]Por las continuas guerras que sucedieron después, la ciudad se despobló, siendo nuevamente repoblada por Pedro de Puelles bajo las órdenes de Vaca de Castro, quien le confirió un escudo que consistía en un león rampante y con el lema “León de Huánuco de los Caballeros”.[14]

Page 3: Escudo de Armas de La Ciudad de Lima