Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión · 2019. 8. 14. · y estilos de vida de las...

Universidad NacionalFacultad de Filosofía y Letras

Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión


Universidad Nacional

La Educación Religiosa en la educaciónformal pública costarricense:

propuesta para la construcción denuevos planes de estudio.

Aportes de la Escuela Ecuménica de Ciencias de laReligión 1

1

Esta propuesta fue construida por la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión de la Universidad Nacional. Parte de ella fue elaborada por Kattia Castro, Silvia Regina Lima, Grettel Garro y Mario Méndez. También incluye elementos tomados de la nueva Licenciatura en Enseñanzade la Religión, cuyo plan de estudios fue recientemente diseñado en la Escuela Ecuménica, así como el perfil de educadores y educadores elaborado durante el taller “Educación religiosa en contextos multiculturales”, en agosto de 2013.

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IntroducciónLa educación religiosa acontece en distintos “lugares educativos” y con la

ayuda de diversas mediaciones: en las familias, en las iglesias, en grupos

cuyas motivaciones, estilo de relaciones y objetivos tienen relación con una

espiritualidad o religión; mediante los discursos y las prácticas religiosas, a

través de las expresiones de religiosidad popular, por mediación de la

Internet, la televisión o la radio, etc.

En el caso de Costa Rica, la educación religiosa tiene un espacio particular

en la educación pública. Lo mismo sucede en otros países

latinoamericanos como Brasil, Colombia y Bolivia. Esta presencia de la

Educación Religiosa en los centros educativos públicos es frecuentemente

cuestionada; muchas personas la consideran innecesaria, otras advierten

sobre las dificultades la educación religiosa en contextos cada vez más

multirreligiosos como el nuestro.

La Universidad Nacional fue la primera universidad costarricense que

formó profesionales en el área de la Enseñanza de la Religión. A través de

la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión, la Universidad Nacional

ha contribuido desde sus inicios, en la década de los 70’, a la promoción

de procesos educativos incluyentes, participativos, interculturales y

ecuménicos.

En la Universidad Nacional creemos que el ser humano es un ser

“religioso”, es decir religado a otros seres humanos, a lo que le rodea y a lo

conocido y lo desconocido. Es un ser que -en esa religación- busca dar

sentido a sus existencia.

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Las religiones y las espiritualidades siguen siendo un importante punto de

referencia para las personas y las sociedades de hoy, sobre todo en

América Latina. Lo religioso sigue incidiendo fuertemente en las opciones

y estilos de vida de las personas y en la vida de las familias y las

comunidades. Por eso, educar a partir de lo religioso del ser humano sigue

teniendo sentido en la sociedad costarricense.

Como el ser humano es esencialmente religioso, no hace falta que se le

“enseñe” la religión. De hecho, en sentido estricto, la religión – como

experiencia humana- no puede ser enseñada, ni transmitida. Sin embargo

la educación religiosa, como la entenderemos aquí, no se identifica con la

acción de comunicar contenidos sobre los sistemas doctrinales de las

religiones, ni tiene que ver con las utilización de las escuela con fines

proselitistas por parte de grupos religiosos; es más bien una oportunidad

para aprender a convivir en la pluralidad religiosa, en el respeto y en el

diálogo a partir del estudio de las diversas expresiones de lo religioso.

La educación religiosa sólo tiene cabida en la escuela pública si renuncia a

incluir componentes confesionales y doctrinales y renuncia a toda

intencionalidad evangelizadora o pastoral, como condición para el abordaje

crítico de lo religioso en el ser humano y para la construcción de procesos

educativos autocríticos, inclusivos, interdisciplinarios y ecuménicos.

El interés por la educación religiosa se justifica si nace de la confianza en

que desde ella es posible construir una cultura de paz2. La educación

religiosa puede ser el espacio adecuado para construir una cultura de paz,

si genera procesos educativos caracterizados por el diálogo interreligioso,

2 Cfr. UNESCO. Declaración sobre el papel de la religión en la construcción de una cultura de paz,Barcelona, España, el 18 de diciembre de 1994.

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la conversación, el respeto y el reconocimiento de la diversidad.

Estas páginas son un nuevo aporte, que se suman a los ya existentes en la

Escuela Ecuménica: la conformación de un observatorio de lo religioso,

una reciente investigación sobre cambios en las creencias religiosas de los

costarricenses, talleres anuales sobre la educación religiosa en contextos

multirreligiosos, estudios sobre las metáforas religiosas de los pueblos

originarios de Costa Rica, el Bachillerato en Enseñanza de la Religión y la

propuesta de una nueva licenciatura en Enseñanza de la Religión (cuya

aprobación ya fue solicitada a CONARE).

Esta propuesta tiene como finalidad provocar el diálogo, la reflexión yla búsqueda en el campo de la educación religiosa, de tal manera quedesde esta área del saber podamos contribuir a la construcción deuna sociedad más justa, pacífica y solidaria.

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1. Hacia una nueva etapa de la Educación Religiosa en la educación pública costarricense.

La Educación Religiosa en la educación pública costarricense tiene más

de setenta años. Desde noviembre de 1941, un decreto ejecutivo firmado

por el entonces Presidente de la República, Dr. Rafael Ángel Calderón

Guardia, convierte a la Educación Religiosa en parte del currículo de los

niños, niñas y jóvenes que asisten a las instituciones de educación pública

del país.

Sin embargo la educación religiosa estaba presente en la escuela

costarricense desde el siglo XVII, cuando la Corona Española ordenó que

se establecieran escuelas en las provincias y se enseñara la lengua

española y la doctrina cristiana. Así, la escuela fue desde el inicio una

herramienta de homogenización cultural y religiosa.

En la actualidad varios elementos indican la necesidad de iniciar unanueva etapa de la Educación Religiosa costarricense. Algunos deellos son:

• Costa Rica es un país cada vez más multicultural. Los ambientes

educativos, sobre todo las instituciones de educación pública,

reflejan ese tejido multicultural y multirreligioso del país. Tal realidad

contrasta con los niveles de intolerancia y violencia que

frecuentemente vemos; el tejido social se debilita y la convivencia se

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problematiza. En este contexto los espacios educativos son

instancias privilegiadas para crear el ambiente de intercambio,

respeto y reconocimiento de la riqueza que representa la diversidad

cultural y religiosa del país y para contribuir así a la construcción de

un clima de entendimiento y de convivencia pacífica.

• La resolución 2010-2023 de la Sala Constitucional, por una parte

deroga el artículo según el cual la Missio Canónica era criterio de

idoneidad para quienes querían desempeñarse como docentes de

religión3 y, por otra, exige una Educación Religiosa más ecuménica

e inclusiva. La declaración de la Sala Constitucional representa un

avance en materia laboral, pues permite a todas las personas que

cuenten con la preparación requerida optar por un puesto de trabajo

como docente de Educación Religiosa, independientemente de su

creencia religiosa.

• Existe cada vez mayor conciencia acerca del valor de la diversidad,

aunque persisten grupos conservadores que consideran el voto de

la Sala Constitucional como una amenaza. En este contexto, se

debe dar continuidad al esfuerzo por reconocer la importancia de

una educación intercultural y ecuménica, enfatizando los beneficios

que la misma aporta a las personas y a las sociedades.

• Un elevado porcentaje de estudiantes avalados por sus padres y

madres, sobre todo en secundaria, no asiste y/o no participa en las

clases de Educación Religiosa4, lo que puede interpretarse como

3 El artículo 34, párrafo segundo del reglamento a la Ley de la Carrera Docente, decía: "Para laselección del personal dedicado a la Educación Religiosa, será requisito indispensable laautorización previa que extenderá la Conferencia Episcopal".4 En el 2010, de los 426.735 estudiantes matriculados, un 43,3% (184. 776) no asistió a las

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desconfianza o desinterés por esta materia. Sin embargo, persiste

la demanda de espacios para construir o reconstruir el sentido de la

vida. Lo anterior puede ser un indicador de la necesidad de

reorientar los contenidos actuales hacia un abordaje más integral de

la experiencia religiosa, en el que se prioricen las espiritualidades

inherentes a las propuestas religiosas sobre los elementos

doctrinales de cada una de ellas. De esa manera cada persona

podrá reconocer en las espiritualidades, cosmologías y movimientos

religiosos elementos para construir sus proyectos de vida. Es

reconocida por organismos internacionales -como la UNESCO-, la

capacidad movilizadora que tienen las religiones y su potencial para

contribuir al despertar de un nuevo humanismo fundamentado en el

entendimiento, el respeto y la cooperación.

• El crecimiento de la pobreza, la desigualdad social y la violencia son

un desafío para la educación en general, pero de manera particular

para la Educación Religiosa, pues las religiones se autopresentan

como las expertas en humanidad y solidaridad, y como capaces de

dar respuesta a las distintas realidades humanas.

• El surgimiento de eclesiocentrismos y fundamentalismos religiosos

que dificultan el diálogo ecuménico e interreligioso representan un

serio obstáculo para la promoción de una cultura de paz. Es urgente

neutralizar tales tendencias mediante un abordaje más integral del

fenómeno religioso y de la experiencia religiosa, que resalte su

importancia en la construcción de las identidades y de las

lecciones. Solo en ese año, 6.400 alumnos desistieron de llevarla, lo que significó un 3% más dequienes no la recibieron en el 2009, de acuerdo con datos del departamento de estadística delMinisterio de Educación Pública (MEP). Cfr. La Nación, 22 de febrero de 2011.

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interrelaciones.

• Asistimos hoy al crecimiento de la inequidad y al olvido, por parte de

las iglesias, de la opción por los pobres y de la dimensión política de

la fe. Es un reto ineludible el compromiso que las iglesias y las

religiones tienen con la humanidad, pues proclaman mensajes

centrados en la justicia, la compasión y la misericordia hacia las

personas empobrecidas y excluidas. Se hace urgente recuperar la

rica tradición social de las iglesias, las religiones y las

espiritualidades, con el fin de contribuir a la construcción de un

mundo en el que predominen el amor, la justicia y la paz.

• La forma en que los seres humanos se relacionan con el planeta ha

puesto en grave riesgo las delicadas interacciones que hacen

posible la vida en todas sus formas. Se necesita un nuevo enfoque

religioso que contribuya a superar la crisis ambiental actual y a

promover un compromiso concreto por conservar el frágil equilibrio

del planeta y mantenerlo habitable para las presentes y futuras

generaciones.

• El crecimiento ilimitado de bienes de consumo ha llevado a creer

que la felicidad del ser humano está en las cosas que posee. El

cultivo del afán por poseer, deja una sensación de vacío y dificulta

las interrelaciones entre personas que son invitadas a entenderse

como poseedoras y competidoras. Las tradiciones religiosas poseen

aportes importantes para reorientar las búsquedas de las personas

hacia aspectos fundamentales de la vida humana: la misericordia, la

convivencia, justicia, la solidaridad.

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• Se busca la eficiencia y la productividad por encima de todo. Este

enfoque ha debilitado en las personas su capacidad para la ternura

y el cuido, dos habilidades que hacen posible el desarrollo del

sentido de pertenencia, de admiración, de veneración hacia las

otras personas, así como el respeto por la diversidad existente. Es

urgente promover, desde la Educación Religiosa, "el derecho a la

ternura" y la responsabilidad por el cuidado de la vida en todas sus

manifestaciones.

• La experiencia de aprender no puede concebirse más sin tomar en

cuenta las sorprendentes tecnologías de la información y la

comunicación. La sensación que produce el tener el mundo al

alcance de un "click" contrasta con la creciente dificultad para

mantener relaciones cordiales con las personas reales de al lado.

Tenemos el enorme reto de integrar las posibilidades de estar en

contacto con todo el mundo sin olvidar la construcción de la red

social más próxima. No basta con integrar a la educación los

avances tecnológicos en el campo de la comunicación y la

información: hay que convertirlas en herramientas a favor de la

construcción de un humanismo que supere la discriminación, la

exclusión y la insolidaridad.

• Asistimos al surgimiento de nuevos movimientos sociales y a la

organización de grupos que reclaman el derecho a ser reconocidos

y escuchados: obreros, campesinos, colectivos que luchan por

superar situaciones de exclusión por causa de su sexualidad, etnia,

religión, nacionalidad, entre otros. Se trata de interlocutores para

una Educación Religiosa que quiere tomar en serio su relevancia

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social.

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2. Una Educación Religiosa Escolar que responda a los desafíos de la realidad de Costa Rica

La realidad anteriormente descrita nos invita a preguntarnos por el tipo de

Educación Religiosa que necesita Costa Rica. En el debate actual sobre la

educación religiosa se pueden identificar al menos cuatro posturas:

− La primera de ellas considera que la educación pública debe

prescindir de toda forma de Educación Religiosa. El argumento

fundamental de quienes así opinan es que la formación religiosa no

es responsabilidad del Estado, sino de las familias, iglesias y grupos

religiosos. La religión, según esta postura, no tiene cabida en los

espacios públicos.

− En segundo lugar están quienes argumentan que la Educación

Religiosa debe mantenerse en la educación pública y debe,

además, conservar el carácter católico que la ha marcado desde sus

inicios en muchos países de occidente. Quienes defienden esta

postura tienen como principales argumentos el hecho de que la

mayoría de la población se denomina católica, y el carácter

confesional del Estado costarricense consignado en el Artículo 75

de la Constitución de la República.

− La tercera postura agrupa a las personas que creen que se debería

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contar con una Educación Religiosa ecuménica, capaz de acoger

los aportes de las tradiciones religiosas de quienes participan en los

procesos educativos. Esta es la perspectiva que se encuentra –por

ejemplo- en el fallo de la Sala Constitucional, de febrero de 2010, la

cual reconoce la diversidad religiosa del país e invita a ser

consecuentes con ella promoviendo una educación religiosa

“ecuménica y ecléctica”.

− Finalmente están quienes proponen una Educación Religiosa

orientada a identificar y valorar las posibilidades que tenemos para

humanizar la vida cotidiana y la convivencia, y para construir una

cultura de paz. La Educación Religiosa así entendida fomenta el

diálogo de espiritualidades diversas y las pone al servicio de la

dignidad humana, de la convivencia y de la ciudadanía, tomando en

cuenta la relevancia social de lo religioso. La educación religiosa

puede constituirse en un espacio privilegiado de recuperación de lo

humano.

Esta última postura parece ser la más adecuada para la educación pública

de Costa Rica, por ser este un país multireligioso y porque en nuestro

contexto, de forma creciente, las personas dirigen sus búsquedas de

sentido hacia “lugares” y espiritualidades que están fuera de los espacios

eclesiales y las religiones. Se trata de una Educación Religiosa que

recupera el aporte de las experiencias espirituales y religiosas para

generar procesos de aprendizaje inclusivos, participativos, críticos y

colaborativos.

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Es además, una perspectiva que incluye y amplía el enfoque ecuménico,

pues valora las múltiples pertenencias religiosas, el diálogo de

espiritualidades y la colaboración en el aprendizaje de personas que tienen

el derecho pleno de mostrar sus creencias, sean estas consideradas

religiosas o no. El conocimiento crítico de las tradiciones religiosas pasa

por la valoración de los saberes previos, de las experiencias personales y

comunitarias, de la vida cotidiana, y conduce al compromiso en la

construcción de un mundo mejor para todas las personas y todos los seres

que habitan este planeta.

En 1998, durante el seminario celebrado en España sobre el tema: "La

contribución de las religiones a la cultura de paz" se propuso que los

programas educativos de contenido religioso se orientaran hacia: el

desarrollo humano integral de las personas estudiantes; la igualdad social,

la justicia en la distribución de los bienes, el respeto y la protección del

medio ambiente, la eliminación de la violencia estructural; la no

discriminación de la persona humana por razones de sexo, raza, religión,

procedencia, etc.

En este modelo de Educación Religiosa los desafíos que reconocemos en

la sociedad y las culturas enriquecen los objetivos, los contenidos, las

metodologías, el diálogo con otras disciplinas, las interrelaciones y el

ambiente educativo. La Educación Religiosa acentúa el aspecto de la

humanización de la convivencia para que el conocimiento crítico de las

diferentes tradiciones religiosas no se limite a datos e informaciones sobre

las mismas.

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Partiendo de los anteriores principios, la Educación Religiosa posee

sentido y se vuelve significativa y pertinente en tanto:

− Es educación en y para la responsabilidad frente a las demás

personas, la sociedad, la naturaleza.

− Ofrece la posibilidad de educar el sentido de pertenencia al propio

espacio religioso, para comprenderlo como comunidad de sentido,

como grupo que comparte interpretaciones y significados comunes

que no pueden ser impuestas a otras personas.

− Es un espacio para la convivencia en la diversidad.

− Contribuye a respetar la sabiduría sagrada de cada religión,

expresión espiritual y cosmovisión.

− Invitar a las personas aprendientes a profundizar críticamente las

raíces de sus creencias o no creencias.

− Celebra el don de la diversidad y anima a luchar contra todas las

formas de discriminación.

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3. La Educación Religiosa en la educación formal

La Educación Religiosa acontece en multiplicidad de espacios educativos:

la familia, el grupo religioso, la comunidad, el espacio laboral, la calle, el

internet, etc. Cada uno de esos espacios tiene rasgos peculiares y

complementarios.

La educación costarricense afronta muchos desafíos: uno de ellos es

promover procesos educativos que respondan a las demandas del diálogo

de las culturas, y que visibilicen la diversidad presente en el país. Esa

diversidad es también religiosa.

En los ambientes de educación formal es posible educar lo religioso.

Efectivamente, la Educación Religiosa forma parte de la propuesta

educativa de las escuelas de occidente desde sus orígenes. La escuela, tal

y como la conocemos hoy, se ha venido configurando desde el siglo XVI.

Desde sus inicios, las iglesias incidieron en la identidad y la función de las

escuelas, y aseguraron la existencia de discursos y prácticas religiosas en

los ambientes escolares.

Hoy la Educación Religiosa sigue presente en la Educación Pública de

algunos países de occidente, a veces como disciplina ("clase de religión"),

otras veces como eje transversal que está presente en todas las

disciplinas, o bien de ambas formas simultáneamente.

La Educación Religiosa va más allá de la clase de religión, desborda la

enseñanza de la religión y el mismo sistema de educación formal. Pero en

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la educación formal encuentra modalidades particulares, que la asemejan

a las demás disciplinas y que posibilitan el diálogo con ellas. Pero también

se distingue de otras áreas del saber por sus fuentes, sus fines, su objeto

de estudio, su metodología y su articulación con el entorno.

Es una parte del currículo que corresponde a la dimensión religiosa

del ser humano y que contribuye a la integralidad de una propuesta

educativa. Es una disciplina que exige rigor intelectual y posee estatuto

académico propio. Se imparte en condiciones equiparables a las demás

disciplinas; es un saber en diálogo con otros, que contribuye a la búsqueda

de sentido y a la construcción de significados para la vida. Es un saber que

ayuda a reconocer y valorar la diversidad religiosa5 y a fortalecer la toma

de decisiones y el compromiso personal por la transformación social.

5 El fallo de la Sala constitucional afirma que "El Estado y sus poderes públicos, deben procurar elpleno ejercicio y goce de la libertad y la tolerancia pacífica y armónica del conglomerado social másaún cuando la realidad muestra una gran diversidad y heterogeneidad religiosa que se haincrementado desde la Constitución de 1949"

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4. Características de una nueva ERE en Costa Rica

La Educación Religiosa en Costa Rica debe caracterizarse, entre otras

cosas, por los siguientes elementos:

• Su carácter educativo: se orienta a la misma finalidad de la

educación formal, es decir, a la creación de condiciones para el

desarrollo integral de personas que están en interacción mutua y

con el entorno; es una disciplina que, como las demás, puede

acoger diversidad de saberes, experiencias y perspectivas.

• Su flexibilidad: posibilidad y disponibilidad para adaptar los procesos

educativos a las diversas culturas y a los estilos de aprendizaje de

las personas que participan en los procesos educativos.

• Su carácter ecuménico: la Educación Religiosa presupone libertad

religiosa, respeto ante las diversas creencias, apertura al diálogo,

reconocimiento y valoración de la diversidad y de la experiencia

religiosa de las personas.

• Su carácter crítico: las instituciones educativas son instancias

críticas y re-creadoras de las culturas (no solo transmisoras y

conservadoras). En este sentido, la Educación Religiosa acoge las

tradiciones liberadoras de las religiones para promover el

pensamiento crítico y el compromiso por la transformación de la

realidad.

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• El diálogo interdisciplinar: la Educación Religiosa es capaz de

acoger e integrar el aporte de distintos saberes. La

interdisciplinariedad implica una actitud de humildad, que incluye la

renuncia a posturas dogmáticas, para reconocer el aporte de otras

disciplinas (ciencias sociales, biología, antropología, arte, etc...) a

temas de interés común. Es importante explorar la posibilidad de

que las personas profesionales que imparten Educación Religiosa

planifiquen y desarrollen con docentes de otras áreas experiencias

educativas conjuntas.

• La capacidad de iluminar las opciones fundamentales de la vida. Es

importante reconocer que frente a problemáticas similares hay

circunstancias particulares y posibilidad de reconocer diversos

caminos para resolver dilemas éticos. La Educación Religiosa

puede ofrecer condiciones para el discernimiento y para la

construcción del proyecto de vida personal.

• La creación de lazos de mutua confianza entre las personas que

participan en los procesos educativos, con la convicción de que

nadie debe renunciar a sus creencias, memorias comunitarias y

saberes previos para participar en los procesos propuestos.

• La creación de condiciones para que los niños, niñas, adolescentes

y jóvenes se sientan acompañados y acompañadas en su desarrollo

integral.

• La promoción de metodologías participativas, creativas, críticas y

lúdicas.

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5. Hacia un marco teórico para abordar la diversidad religiosa en la Educación Religiosa costarricense

5.1. Religión y educación

Al referirnos a la Educación Religiosa estamos reconociendo que

existen potencialidades del ser humano que pueden ser desarrolladas a

través de procesos educativos centrados en lo religioso, en las

cosmovisiones y en las espiritualidades.

La forma en que cada persona entiende y vive lo religioso está

condicionada, entre otras cosas, por los procesos educativos en los cuales

ha tomado parte. Los aprendizajes construidos alrededor del tema religioso

pueden enriquecer la forma en que nos relacionamos con las demás

personas y con la naturaleza; pueden ayudarnos reconstruir nuestro

sentido de ciudadanía y a identificar formas alternativas de comprender

nuestro cuerpo y nuestra sexualidad.

El objetivo de la Educación Religiosa en la educación pública

costarricense no es la adhesión o pertenencia a una comunidad de fe, sino

la construcción de significados y el fortalecimiento de la convivencia. Por

eso al desarrollar procesos educativos en el área de la Educación

Religiosa, incidimos también en otras dimensiones de las personas: la

afectividad, la dimensión política, la estética, la ética.

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5.2. Religión y sociedad

La sociología señala que el estudio de la religión es una vía de

entrada privilegiada para el conocimiento y comprensión de muchos

fenómenos que afectan a la sociedad en su conjunto, aún de aquellos cuyo

sustrato no es específicamente religioso6. Lo anterior cobra vigencia de

manera particular en toda América Latina y, con sus características

propias, en la región centroamericana, donde la vivencia de lo religioso

sigue incidiendo en las formas de sentir, pensar y existir de las personas y

de las comunidades y donde las instituciones religiosas todavía tienen

peso en la formación de la opinión pública y en la definición de las políticas

públicas.

Sin obviar las ambigüedades que implica la presencia de elementos

religiosos en las culturas, es indiscutible la presencia de factores religiosos

que es necesario identificar, conocer y analizar críticamente.

Es deseable que los aportes que desde el ámbito de lo religioso se dan a

la construcción de sentido en las sociedades, estén en consonancia con la

búsqueda de justicia, solidaridad, paz, equidad, sustentabilidad y otros

valores y actitudes que son requeridos en las sociedades plurales, diversas

y democráticas del siglo XXI.

5.3. Religiones y culturas

El cultivo de lo religioso aparece como un elemento común a todas

las culturas: los seres humanos, en todas las culturas, construyen mitos,6 http://www.flacso.or.cr/fileadmin/documentos/FLACSO/cuaderno122.pdf

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crean rituales, atribuyen significados y elaboran discursos con los cuales

buscan expresar el sentido de lo sagrado.

Las religiones son productos culturales. Como las culturas, las

religiones son dinámicas, aunque existen en ellas procesos de

institucionalización que suelen ser conservadores y que hacen lentos los

cambios.

El pluralismo cultural se expresa en la diversidad de religiones y en las

formas diversas en que un mismo movimiento religioso puede expresarse.

La religión es una expresión de la cultura; y como las culturas,

también las religiones están constituidas por tradiciones: algunas son

liberadoras y humanizantes, pero también las hay opresoras y

discriminadoras. La Educación Religiosa tiene la tarea de ayudar a

discernir unas de otras y a rescatar los elementos que contribuyan a la

construcción de sociedades diversas, plurales y democráticas.

5.4. Lectura crítica y contextual de los textos sagrados

Los textos sagrados frecuentemente han estado presentes en los procesos

educativos. El enfoque que se dará a los textos considerados sagrados, en

la Educación Religiosa, debe superar toda forma de lectura tradicional y

fundamentalista.

El acercamiento a los textos se hará con mucho respeto pero tomando en

cuenta los aportes que se dan desde otras áreas del conocimiento en los

campos de la lingüística, la arqueología, la sociología, la antropología, la

hermenéutica. Se busca superar así una lectura ingenua, idealista y literal

de textos que son fruto de condicionamientos históricos y teológicos de las

21



diferentes épocas en las que fueron gestados y que de ningún modo

pueden ser aplicados a las realidades actuales.

El interés estará centrado en valorar los textos sagrados como testimonios

de comunidades que las personas interpretan en sus contextos, desde sus

búsquedas de sentido, sus aciertos y sus desencantos.

En los textos queda plasmada la espiritualidad de las comunidades que los

originaron: las motivaciones, los ideales y la fuerza que contagia a las

demás personas a buscar lo que favorezca la vida mediante las luchas por

la tierra, la alimentación, la salud, la construcción de comunidad, el cuido

de las personas más vulnerables y de la naturaleza toda.

5.5. Educación y diálogo intercultural e interreligioso

Las escuelas y colegios son lugares de encuentro de personas con

distintas referencias culturales y religiosas. En estos ambientes, el diálogo

no sólo es recomendable sino indispensable. Cualquier hegemonía cultural

y religiosa se convierte en una forma de exclusión. Los centros educativos

son -por eso- lugares en los que todas las personas tienen voz, y en los

que nadie tiene que renunciar a sus creencias o no creencias para sentirse

en casa.

5.6. La participación de personas con espiritualidades no vinculadas aiglesias e instituciones religiosas.

Las espiritualidades desbordan las religiones. Tienen que ver con la

búsqueda de la realización plena de los seres humanos. Si bien es cierto

22



que las religiones incluyen tal búsqueda, los hombres y las mujeres

procuran su realización plena con o sin religiones.

La educación religiosa debe superar la concepción de espiritualidad desde

la contraposición cuerpo - materia, para entenderla en relación con todo lo

humano, incluyendo el cuerpo y la presencia de las mujeres y los hombres

en el mundo. Las espiritualidades son las búsquedas humanas de caminos

de realización en el mundo, y en compañía de otras personas que también

están en situación de búsqueda.

Tales búsquedas atañen a todas las personas, independientemente de su

adhesión o des-adhesión religiosa.

En los procesos de educación religiosa deben tener cabida todas las

búsquedas, de tal manera que ninguna persona sea excluida,

independientemente de si sus búsquedas guardan o no relación con un

grupo o movimiento religioso.

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6. Criterios de pertinencia para la Educación Religiosa en las instituciones educativas públicas

La Educación Religiosa pública costarricense será pertinente si:

− Desde ella se promueven procesos educativos interculturales y

macroecuménicos, en los que prevalecen relaciones de respeto y

tolerancia hacia las diversas tradiciones religiosas y espirituales.

− Se superan posturas dogmáticas, doctrinarias y proselitistas.

− Se promueve el respeto y la valoración ante la diversidad de

religiones y espiritualidades, de culturas, de nacionalidades, de

género, etc.

− Se promueven metodologías participativas, creativas, críticas y

lúdicas.

− Ningún profesional de la Educación Religiosa es excluido por causa

de sus creencias religiosas.

− Permite que cada persona pueda expresar su experiencia religiosa y

espiritual.

− Complementa el esfuerzo del sistema educativo nacional por educar

en dimensiones como la ética, la estética, la ciudadanía.

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7. El perfil de la persona educadora de Educación Religiosa en la escuela pública de Costa Rica

El siguiente perfil fue elaborado a partir de talleres para educadores y

educadoras, realizados en la Escuela Ecuménica de Ciencias de la

Religión:

La persona educadora...

Área pedagógica

1. Es una persona profesional de la educación, con las competencias

para desarrollar procesos educativos inclusivos, significativos,

participativos, críticos y comprometedores.

2. Entiende la educación religiosa como una posibilidad para

construcción de significados a partir del aporte de las distintas

cosmovisiones y tradiciones espirituales y religiosas.

3. Centra su mediación en los planes y programas de educación

religiosa, los aplica de forma flexible, en diálogo con el contexto, y

respetando la experiencia religiosa-espiritual de las personas que

participan en los procesos educativos.

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4. Es capaz de promover procesos educativos en diálogo con otras

disciplinas escolares (el arte, el lenguaje, la historia)

5. Es una persona creativa, abierta a procesos de innovación

pedagógica y capaz de desaprender y aprender a partir de la

reflexión, el diálogo y la formación continua.

6. Reconoce que la construcción social de género impide relaciones

fraternas y solidarias, y por eso trabaja por conseguir la equidad y la

justicia entre las personas.

Área de ciencias de la religión

7. Es una persona educadora que valora la diversidad religiosa y la

comprende como una posibilidad (no un problema) para el

aprendizaje. Reconoce que la diversidad enriquece la propia

identidad.

8. Reconoce la dimensión social de todas las espiritualidades,

cosmovisiones, y religiones.

9. Reconoce la pluralidad posible y real de las experiencias religiosas

y, por eso mismo, es capaz de hablar de religiones, iglesias, credos,

espiritualidades, cosmovisiones, cristianismos, textos sagrados,

dioses, diosas, etc.

10.Valora la sabiduría de los pueblos originarios y afrodecendientes de

Costa Rica, así como los aportes de las tradiciones religiosas que,

gracias a la migración, han hecho de Costa Rica su casa.

11. Reconoce los aportes y limitaciones de las distintas espiritualidades,

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religiones y cosmovisiones y rechaza todas las formas de

discriminación y violencia que pueden estar presentes en las

instituciones y experiencias religiosas.

12.Promueve discusiones respetuosas con respecto a las sexualidades

de las personas y promueve un lenguaje no discriminatorio en

relación a roles asociados con la sexualidad.

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Bibliografía

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30

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La Educación Religiosa en la educación formal pública costarricense: propuesta para la construcción de nuevos planes de estudio.Aportes de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión 11. Hacia una nueva etapa de la Educación Religiosa en la educación pública costarricense.2. Una Educación Religiosa Escolar que responda a los desafíos de la realidad de Costa Rica3. La Educación Religiosa en la educación formal4. Características de una nueva ERE en Costa Rica5. Hacia un marco teórico para abordar la diversidad religiosa en la Educación Religiosa costarricense6. Criterios de pertinencia para la Educación Religiosa en las instituciones educativas públicas7. El perfil de la persona educadora de Educación Religiosa en la escuela pública de Costa RicaBibliografía

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