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PARA LEER A LOS CLÁSICOS (II) esfuerzoyservicio.blogspot.com.es /2015/01/para-leer-los-clasicos-ii.html Culto es quien crea cultura, no quien la consume. Saber es saber crear, no saber repetir. Producir cultura es el resultado de cavilar, de observar, de comprometerse en quehaceres transformadores, también de leer de manera apropiada. Los clásicos enseñan a pensar, incluso a pensar contra ellos, asunto en que reside lo mejor de su grandeza. Ser una persona culta es promover en sí mismo el hábito de reflexionar día a día, retirándose regularmente al interior del yo para, desde allí, desde el ensimismamiento y el silencio, comprender el mundo y las cosas, y comprenderse. Quien reflexiona es creador de cultura. Quien lee a los clásicos pero no piensa por sí mismo es sólo un erudito. Repetir lo que otros dicen no es pensar. La sabiduría se expresa en los actos - particularmente en los más decisivos- de la vida, y es en ellos donde manifiesta si es tal y en qué medida. Sabio es quien ofrece respuestas, remedios, procedimientos y actuaciones suficientemente apropiadas a los asuntos cenitales de la existencia. El acto de creación, en tanto que experiencia esencialmente individual que acaece en el interior del yo, forma parte de lo nuclear de la cultura de Occidente. Si los clásicos nos adiestran en pensar es que realmente son eso, clásicos, pero si sólo nos traspasan saberes, o pseudo-saberes, se quedan en transmisores, o peor, en adoctrinadores. Platón fue el gran adoctrinador, porque se tuvo por “Maestro” mientras el resto de los seres humanos debían quedar como sus discípulos. Por eso no es, recapacitando con el necesario rigor, un clásico. Quería tener poder, no expandir la sabiduría y, sobre todo, anhelaba impedir la formación de personalidades culturalmente construidas, esto es, autónomas, inteligentes y poderosas, para que no se enfrentasen a su tiranía múltiple. La quintaesencia de la sabiduría reside en el logro por hábito de sabiduría día tras día. Alcanzar verdadero saber no es recibirlo de fuera sino crearlo, más exactamente, recrearlo, en el interior del yo. Los autores clásicos están bipartidos y su obra es asimismo dual, bipartida, una mezcla de valioso y menos valioso, de aciertos y desaciertos. No son profetas de una fe pretendidamente omnisciente sino seres humanos corrientes. Deben ser leídos con una compleja combinación de entusiasmo y escepticismo, corrigiendo sus deslices y pifias cuando proceda. Al hacerlo hay que considerar las condiciones actuales, usando sus enseñanzas como inspiración para enfocar los grandes asuntos de nuestro tiempo y como metodología para construirnos como sujetos preparados para la reflexión, para la verdad, para el esfuerzo, para la valentía, para el combate, para la virtud, para la fraternidad, para la revolución. En la obra de los clásicos hay una contradicción entre su vinculación a las condiciones concretas de la época, en su vertiente negativa (militarismo, estatismo, régimen esclavista, patriarcado, etc.), y el meollo positivo y útil de sus contenidos, que sirve para negar de manera superadora el componente oscuro de su mundo. Por eso pueden leerse de dos modos, para conservar aquello que es opresivo y devastador de lo humano o para establecer las condiciones reflexivas y emocionales de la acción emancipadora. Aquí se propone esta segunda lectura.

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Textos de felix rodrigo mora

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  • PARA LEER A LOS CLSICOS (II)esfuerzoyservicio.blogspot.com.es /2015/01/para-leer-los-clasicos-ii.html

    Culto es quien crea cultura, no quien la consume. Saber essaber crear, no saber repetir. Producir cultura es el resultado de cavilar, de observar, decomprometerse en quehaceres transformadores, tambinde leer de manera apropiada. Los clsicos ensean apensar, incluso a pensar contra ellos, asunto en que residelo mejor de su grandeza. Ser una persona culta espromover en s mismo el hbito de reflexionar da a da,retirndose regularmente al interior del yo para, desde all,desde el ensimismamiento y el silencio, comprender el mundo y las cosas, y comprenderse. Quien reflexiona es creador de cultura. Quien lee a los clsicos pero no piensa por s mismo es sloun erudito. Repetir lo que otros dicen no es pensar. La sabidura se expresa en los actos -particularmente en los ms decisivos- de la vida, y es en ellos donde manifiesta si es tal y en qumedida. Sabio es quien ofrece respuestas, remedios, procedimientos y actuaciones suficientementeapropiadas a los asuntos cenitales de la existencia. El acto de creacin, en tanto que experiencia esencialmente individual que acaece en el interior del yo,forma parte de lo nuclear de la cultura de Occidente. Si los clsicos nos adiestran en pensar es querealmente son eso, clsicos, pero si slo nos traspasan saberes, o pseudo-saberes, se quedan entransmisores, o peor, en adoctrinadores. Platn fue el gran adoctrinador, porque se tuvo por Maestromientras el resto de los seres humanos deban quedar como sus discpulos. Por eso no es,recapacitando con el necesario rigor, un clsico. Quera tener poder, no expandir la sabidura y, sobretodo, anhelaba impedir la formacin de personalidades culturalmente construidas, esto es, autnomas,inteligentes y poderosas, para que no se enfrentasen a su tirana mltiple. La quintaesencia de la sabidura reside en el logro por hbito de sabidura da tras da. Alcanzarverdadero saber no es recibirlo de fuera sino crearlo, ms exactamente, recrearlo, en el interior del yo. Los autores clsicos estn bipartidos y su obra es asimismo dual, bipartida, una mezcla de valioso ymenos valioso, de aciertos y desaciertos. No son profetas de una fe pretendidamente omnisciente sinoseres humanos corrientes. Deben ser ledos con una compleja combinacin de entusiasmo yescepticismo, corrigiendo sus deslices y pifias cuando proceda. Al hacerlo hay que considerar lascondiciones actuales, usando sus enseanzas como inspiracin para enfocar los grandes asuntos denuestro tiempo y como metodologa para construirnos como sujetos preparados para la reflexin, parala verdad, para el esfuerzo, para la valenta, para el combate, para la virtud, para la fraternidad, parala revolucin. En la obra de los clsicos hay una contradiccin entre su vinculacin a las condiciones concretas de lapoca, en su vertiente negativa (militarismo, estatismo, rgimen esclavista, patriarcado, etc.), y elmeollo positivo y til de sus contenidos, que sirve para negar de manera superadora el componenteoscuro de su mundo. Por eso pueden leerse de dos modos, para conservar aquello que es opresivo ydevastador de lo humano o para establecer las condiciones reflexivas y emocionales de la accinemancipadora. Aqu se propone esta segunda lectura.

  • Saber es ser capaz de ofrecer respuestas reflexionadas y actuantes a cada situacin concreta real. Sileemos a los clsicos es en primer lugar para adquirir esa sapiencia, no para corear sus argumentos.Cultura es vida vivida, sujetos que se hacen, pensamiento creador, afecto convivencial, energapsquica y potencia combatiente. El academicismo no es cultura, o es, en el mejor de los casos, suforma inferior y degradada. La cultura clsica de Occidente, en su lado positivo, es una vivencia consciente de la libertad (finita ycondicional por conviccin interior, para que no se degrade a omnilibertad), de la autonoma construidadesde el yo. Libertad no es slo ni principalmente ausencia de coaccin exterior sino autocreacin delsujeto como individualidad apta, en consecuencia, capaz de hacer aquello que se proponga, lo queescoja en uso del libre albedro y conforme a criterios de responsabilidad, convivencia, magnanimidady moralidad. Esa libertad para obrar proviene de la previa adquisicin de la libertad interior y derealizar la tarea de autoconstruirse.

    Quien resulta ser capaz, quien vale y es apto, quien se hace sujeto de virtud, es libre. Aquel que paranada sirve y de nada es capaz carece de libertad del modo ms absoluto. Los seres metdicamentenadificados de la hora presente, construidos desde fuera en la forma de criaturas cada vez msheternomas, incultas, vacas, infructuosas, cobardes y dependientes, por el Estado en su variantems letal, de Estado de bienestar, son los ms oprimidos de la historia, los esclavos perfectos. Los autores clsicos ensean mucho ms que argumentos y razonamientos. El intelectualismo vienede que en la primera fase de su decadencia la formacin social europea occidental escoge, con laescolstica, a Aristteles, el filsofo parlanchn por excelencia, como supuesto maestro de sabidura,lo que luego contina el racionalismo, el cientifismo y los dems ismos mutiladores, hasta hoy. Laverdadera cultura construye no slo el intelecto sino el carcter, proporciona virtudes morales yconvivenciales adems de intelectuales.

    Ah estn los filsofos cnicos enseando a forjar la voluntad, a desdear la pereza, el hedonismo y lacobarda, a hacer de la vida una sucesin de actos de esfuerzo, severidad y valenta. Mientras,Longino muestra lo excelente de la grandeza de espritu, la belleza y la sublimidad, de la pasin y laemocin. Plutarco nos hace sujetos de virtud, apropiados para combatir el mal, la opresin y losfanatismos, individuos slidos y rotundos, buenos para afrontar avatares y tempestades. Cicernestimula a la juventud a construirse desde los deberes, desde la entrega, desde la grandeza, desde lapica. Persio invita a atrevernos a estudiar el lado negativo de nuestra personalidad, para mejorarnosy progresar por el camino de la virtud.

    El cristianismo proporciona la cosmovisin del amor, y el ideal de una sociedad del amor, asuntomucho ms fundamental, complejo y tambin dramtico de lo que parece. Nos llama a transitar desdeel ego al yo, un acto liberador de una potencia incalculable en la esfera de lo personal e ntimo, puesequivale a emanciparnos de nosotros mismos, a renunciar a oprimirnos, daarnos y mutilarnos. Aaprender a respetarnos y a construirnos con fines magnnimos, transcendentes y combatientes. Aamar el amor.

    Juvenal, aunque en alguna cuestin resulta censurable, aporta un elevado ideal de auto-edificacin dela persona al argir que el mayor desacierto es preferir la existencia al deshonor y, por vivir, perder larazn de la propia vida.

    (Continuar)

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