Estudios de Genero, Jornadas Psi
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La inclusión de los Estudios de Género en la
formación universitaria de los y las psicólogas.
David Amorín1
Elina Carril2
Mariana Folle3
Carlos Güida4
Alejandra López Gómez5
Eje temático: Enseñanza
Los Estudios de Género ofrecen fundamentos teóricos y metodológicos para
analizar la opresión, la desigualdad y la asimetría entre los sexos, presentes (todavía) en
las sociedades actuales. Son, por tanto y a partir de su origen, un campo de conocimientos
interdisciplinario y en permanente revisión y construcción.
Este campo interdisciplinario, tiene su origen en la década de los 60'. en los
llamados Estudios de la Mujer. Esta década significó un punto de inflexión histórico al
(re) surgir y consolidarse nuevas formas de expresión de demandas sociales mediante la
denuncia y visibilización de las desigualdades sociales, económicas, políticas y sexuales
existentes en las sociedades. Los movimientos sociales más significativos al respecto
fueron: los movimientos de mujeres y feministas, los movimientos de negros en EEUU,
los movimientos indigenistas en Latino América, los movimientos gay y lésbico, el
movimiento hippie, el Mayo Francés y los movimientos guerrilleros en el llamado Tercer
Mundo. (Güida, López, 2000)
El término Género se tomó de la Gramática, la Sociología y la Antropología y ha
demostrado ser una dimensión analítica fecunda, porque, deja en evidencia que, además
1 Psicólogo. Prof. Agregado del Área de Evolutiva. Integrante de la Red Temática de Género de la Facultad
de Psicología. [email protected] . 2 Licenciada en Psicología. Asistente del Área de Psicoanálisis, Docente asociada a la Cátedra Libre en
Salud Reproductiva, Sexualidad y Género. Investigadora y docente en Psicoanálisis y Género. Integrante
de la Red Temática de Género de la Facultad de Psicología [email protected] 3 Licenciada en Psicología. Prof. Adjunta del Área de Psicología Social, Facultad de Psicología. Udelar.
Integrante de la Red Temática de Género de la Facultad de Psicología. [email protected] 4 Médico. Asistente salud. Coordinador de la de la Cátedra Libre en Salud Reproductiva, Sexualidad y
Género de Facultad de Psicología. Udelar. Integrante de la Red Temática de Género de la Facultad de
Psicología. [email protected] 5 Licenciada en Psicología, Coordinadora de la Cátedra Libre en Salud Reproductiva, Sexualidad y Género
de Facultad de Psicología. Udelar. Integrante de la Red Temática de Género de la Facultad de Psicología.
2
de la categoría biológica, la diferencia entre los sexos es una construcción social y
cultural. En articulación con otras dimensiones de análisis como clase social, etnia,
generación y orientación sexual, el género, posibilita una comprensión compleja de los
fenómenos sociales, en análisis del poder y la subjetividad humana.
En tanto categoría de análisis, se enfatiza la idea de relación social de los sexos,
estudiada desde disciplinas tales como la historia, la antropología, el psicoanálisis, la
sociología y más tardíamente, las llamadas ciencias duras. Por otra parte, la noción
foucaultiana de poder inscribe al género como productor de nuevas y novedosas
relaciones de poder entre hombres y mujeres, así como productor de sexualidades
‘forzadas’ de acuerdo a Judith Butler. Los formatos de género propios de cada cultura,
vehiculizados en primera instancia por los otros significativos, se inscriben como
ordenadores simbólicos que orientan las subjetividades hegemónicas.
Sin embargo, el mismo espíritu crítico que animó a las primeras académicas feministas a
introducir la temática en las currículas universitarias, diversificó, creó y transformó
interrogantes en torno al género como categoría de análisis. En especial, autoras tan
diversas como Rossi Braidotti (2002) y Judith Butler (2000), han cuestionado la noción
de sujeto sustentada por la modernidad. El desplazamiento se dirige a: “la noción de la
política de la subjetividad, en el sentido doble de la constitución de identidades y de la
adquisición de subjetividad entendidas como formas que autorizan o dan derecho a
ejercer ciertas prácticas” (Braidotti, 2002, Pág.183). La noción de identidad, por otra
parte, es criticada por Butler, al situar intensamente el carácter performativo del género y
de la sexualidad como productores de sujetos sexuados.
En la actualidad, se observa una tendencia a incorporar el género como una
categoría de análisis de todos los procesos y fenómenos sociales, no solamente como una
cuestión de identidades y roles. Sería imposible -sólo para citar algunos ejemplos-
aproximarse a la comprensión de las estrategias desplegadas para vivir en condiciones de
pobreza, el impacto del desempleo, las consecuencias de la situaciones de violencia y/o
maltrato hacia mujeres, niños y niñas, la prevalencia del HIV, los procesos de
reproducción biológica y social, o a las nuevas condiciones de empoderamiento de las
mujeres, y a la crisis de la identidad tradicional del varón (apuntalada sobre la sociedad
patriarcal) sin el auxilio de las herramientas que nos proveen los Estudios de Género.
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Recordemos que el concepto de interdisciplinariedad fue introducido por J. Piaget
para definir, desde una perspectiva epistemológica, un nivel de verdadera colaboración
entre diversas disciplinas, al estilo de un genuino diálogo multidireccional propiciador de
interacciones válidas, es decir, de una cierta reciprocidad en los intercambios, con el
corolario de un importante enriquecimiento mutuo. Actualmente, la noción de
interdisciplinariedad, se ha enriquecido con los aportes del pensamiento complejo (Morin,
1994), quien sostiene que el paradigma que constituyó la base del pensamiento científico
moderno, se presenta hoy como reduccionista y parcial, siendo necesaria una verdadera
revolución del pensamiento, que tome en cuenta la complejidad de los fenómenos tanto
del mundo físico, como del mundo simbólico-cultural.
Sostiene Rosario Aguirre que en el desarrollo del diálogo interdisciplinario en
torno a la categoría de género: “(…) debemos recordar que partimos de un cierto
desbalance disciplinario, en el que han predominado desde los inicios las investigadoras
con formación en historia, sociología y economía. El menor desarrollo de trabajos desde
la perspectiva antropológica, lingüística o provenientes de la psicología y el
psicoanálisis en la primera etapa tienen que ver -creo- con la diferente ubicación y
desarrollo institucional de estas disciplinas en el país. Deberíamos plantearnos trabajar
para lograr un balance que beneficie el desarrollo del campo”. (Aguirre, 2001, Pág. 13)
En los últimos tiempos se viene procesando un debate en los ámbitos académicos,
en torno a la forma más adecuada de integrar Los Estudios de Género, en los diferentes
niveles de la formación universitaria (pregrado, posgrados). Asimismo se discute si la
enseñanza de género, debe incorporarse de manera transversal en los distintos campos
disciplinares o por el contrario deben seguir, como hasta ahora, como una esfera de
estudios específica. Los integrantes de la Red Temática de Estudios de Género de la
Facultad de Psicología (integrante de la Red Temática de Estudios de Género de la
Universidad de la República, creada en 2001) como resultado de discusiones e
intercambios sostenemos hoy, que la modalidad más pertinente sería la de integrar la
dimensión analítica de género, así planteada, como un eje problematizador de todas las
vertientes provenientes de diversas líneas de pensamiento que atraviesan los contenidos
programáticos de todos los cursos del Plan de Estudios de la Facultad. Creemos que su
no integración produciría desconocimiento, alentando perspectivas reduccionistas y
escotomizadoras, cuando no erróneas.
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El género se producirá en un campo de problemáticas socio-históricamente
referenciado y en continuo movimiento. Es por ello que, su inclusión en la formación
universitaria se inscribe desde un registro ético, desde el momento que concebimos la
formación como el proceso que posibilita prácticas sociales (profesionales en este caso)
específicas a las realidades sociales, históricas e institucionales en las que se
implementan. En otras palabras, la propia producción académica del género constituye en
tanto articulador/desarticulador de saberes, un plano de composición de la propia
producción de subjetividad y de sujetos sexuados.
Las perspectivas de género son un campo privilegiado para desarrollar líneas de
pensamiento y de acción en este sentido, de modo tal que su inclusión en la formación de
psicólogos/as oficiaría como un verdadero dispositivo para generar modos novedosos de
abordar a través de los diferentes niveles de intervención, la compleja realidad de varones
y mujeres. A su vez, se incorpora una concepción de subjetividad verdaderamente
constructivista, histórica, procesal, dinámica y diacrónica, alejada de todo criterio
esencialista. Tomando como ejemplo la clínica - uno de los campos del quehacer del
futuro egresado/a- el o la estudiante encontrará, por ejemplo, que todo el amplio espectro
de los fenómenos llamados “normales”, así como de los llamados “psicopatológicos”,
cobrarán nuevos sentidos si se incluye en la realidad a indagar, la perspectiva de género,
ya que muchas de las modalidades de los padecimientos subjetivos, están directamente
relacionados con la condición desigual que mujeres y varones ocupan dentro en nuestra
sociedad.
Entendemos que, dada la enorme diversidad temática que confluye en los
numerosos programas curriculares de nuestra Facultad (generando niveles de
inconmensurabilidad que tornan muy difícil verdaderos esfuerzos de asimilac ión,
articulación, integración, síntesis), la perspectiva de género constituye un privilegiado
nexo que transversaliza cualquier conceptualización, habilitando niveles de confluenc ia
y enriquecimiento recíproco aún en perspectivas que parecen oponerse. Si logramos un
abordaje en red con nodos que toquen todos los ciclos, el estudiante irá encontrando que
esta perspectiva le aporta herramientas para una formación verdaderamente compleja e
integradora.
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Como equipo creemos que en primer lugar, es necesario problematizar el
conocimiento establecido al interno de nuestras propias disciplinas –representadas por las
áreas, cursos, Servicios, etc. en las cuales estamos insertos- y que, a futuro sería
importante que la dimensión de género formase parte del currículo. En ese sentido
estamos procesando diversas iniciativas que tienen como objetivo la implementación de
estrategias formativas, que cuestionen los saberes instituidos e influyan en docentes e
investigadores de nuestra comunidad académica. Esta postura, que sabemos provoca
resistencias tanto a nivel de la sociedad como en el propio campo académico, creemos
que es la vía de garantizar un debate más rico sobre la epistemología de las diversas áreas
del conocimiento, y enriquecer la calidad de nuestros futuros/as egresados/as.
Queda en evidencia que la preocupación por la desigualdad y el compromiso con
la defensa y el respeto a los Derechos Humanos en su integralidad e interdependenc ia,
define desde sus inicios la producción de conocimientos en el campo de lo que hoy,
llamamos Estudios de Género. Esta definición mantiene, para nosotros/as plena vigenc ia,
en tanto nuestras prácticas están determinadas por una ética que también incluye la
permanente vigilancia y autocrítica de nuestros presupuestos sexistas, que subyacen en
nuestro quehacer. Desde nuestra perspectiva, no es posible hablar de derechos humanos
(sociales, económicos, políticos, culturales, sexuales y reproductivos) sin que esto no
suponga deconstruir y cuestionar los modelos y prácticas hegemónicas de masculinidad
y feminidad, que producen subjetividad. Este posicionamiento ideológico y
epistemológico, es el que entendemos deben incorporar los futuros y futuras
psicólogos/as.
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Palabras clave: género, formación del psicólogo.
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BIBLIOGRAFÍA
-Aguirre, R. (2001) “Los estudios de Género en Uruguay: Recuperar la memoria para
construir el presente”. En: Seminario: Hacia la construcción de estrategias
pedagógicas. Grupo Multidisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de
Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República. CD-ROM
- Allegue, R. Carril, E. (2000) “El género en la construcción de la subjetividad. Un
enfoque psicoanalítico”. En: de Souza, L. Guerrero, L., Muniz, A. (comp.)
Femenino- Masculino. Perspectivas teórico-clínicas. Psicolibros /Facultad de
Psicología (UDELAR). Montevideo.
-Amorín, D. (2003) “Algunas reflexiones desde donde pensar los roles reproductivos de
los varones”. En: 1er. Encuentro Universitario: Salud, Género, Derechos Sexuales
y Derechos Reproductivos. Cátedra Libre en Salud Reproductiva, Sexualidad y
Género, Facultad de Psicología, Universidad de la República. Montevideo,.
-Bonder, G. Género y Subjetividad. “Avatares de una relación no evidente”. En: Mazorca.
Revista del Programa Interdisciplinario de Género de la Facultad de Ciencias
Sociales Universidad de Chile.
http://rehue.csociales.uchile.cl/genero/mazorka/index.html
-Borges, D. T.; Rodríguez J. “El género en la universidad y los currículo s universitar ios :
resistencias y posibilidades”. En: Mazorca (ob. Cit)
- Braidotti, R. (2000) Sujetos Nómades. Buenos Aires. Paidós. Versión original en inglés :
1994
- Butler, J. (1990) Gender Trouble: Feminism and the Subvertion of Identity, Routledge.
- Güida, C.; López, A.(2000) “Aportes de los Estudios de Género en la conceptualizac ión
sobre Masculinidad”. En: de Souza, L. Guerrero, L., Muniz, A. (comp.) (ob. Cit.)
- Lamas, M. (comp.) (1996) La construcción cultural de la diferencia sexual. Ediciones
PUEG, México,
7
- Montesinos, Sonia. “De la mujer al género. Implicancias teóricas y académicas.” En:
Excerpta Nº 2. Revista Electrónica de la Universidad de Chile.
http: rehue.csociales.uchile.cl/facu6.excerpta/index.html Abril 1996
- Morin, E. (1994) Introducción al pensamiento complejo. Barcelona, Gedisa.
RESUMEN
El trabajo se propone abordar la relevancia teórica, epistemológica y política de la
incorporación de los Estudios de Género en la formación universitaria de los y las
psicólogas. Los autores/as, integrantes de la Red Temática de Estudios de Género
de la Facultad de Psicología, ofrecen con esta comunicación, una invitación a
reflexionar y deconstruir los supuestos que sostienen las prácticas profesionales, y
la necesidad de complejizar la mirada sobre las realidades, al integrar la dimens ión
de género como ineludible en el análisis histórico, político, social, subjetivo. Esta
dimensión en articulación con otras como clase social, generación, etnia y
orientación sexual, constituyen herramientas fundamentales para analizar el
ordenamiento social actual, las relaciones de poder (tanto en lo público como en lo
íntimo y privado) y la producción de subjetividades. Los autores/as proponen abrir
la reflexión respecto a la necesidad de incluir a los Estudios de Género en la
formación de los y las psicólogas, y en tal sentido, ofrecen un posicionamiento
respecto al camino institucional a recorrer.