Eterna primavera- Cuernavaca

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CuernavacaLa Eterna Primavera

“Instruye al niño en su camino; aún cuando fuere viejo no se apartará de él.” Salomón

Dedicatoria©2012 Editora Editora Reflexão - Editora e Livraria LTDA – EPP

Coordinación EditorialIlustración

Ebduy D. Ramos MuñozRevisión

Omar Martínez Morales y Alejandro Rivera Ocampo

Impresión y acabadoImpresores Ocampo

CAMARGO, MarliLa Eterna PrimaveraSão Paulo: Editora Reflexão, 2012ISBN 978-85-61859-37-4

Los índices para el catálogo sistemático: 1. Literatura Infantojuvenil

Todos los derechos reservadosEditora Reflexão – Editora e Livraria LTDA – EPP

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Dedicado a todas las personas que trabajan para hacer de su comunidad, una comunidad mejor.

En Guildford, Inglaterra, la familia Slater iniciaba su rutina matinal en la congelada mañana de invierno.

La Sra. Slater se preparaba para ir a la escuela donde enseñaba a los niños chiquitos; mientras el Sr. Slater se preparaba para ir al trabajo.

El Sr. Slater viaja mucho por cuestiones de trabajo, pero en las vacaciones procura salir con su familia a visitar los monumentos históricos de Surrey y de otros estados de Inglaterra.

Bugambilia 6 7

María Clara dormía profundamente cuando su Mamá entró en su recámara.

—¡Despierta, hija, ya es hora! No quiero que llegues tarde a la escuela. Abrió la cortina y la claridad invadió la recámara. María Clara, con dificultad para abrir sus ojitos, se sentó en la cama, y con ojos entrecerrados, miró hacia afuera y se encontró con todo blanco.

Alcatraz 8 9

La nieve llegó silenciosa, razón para hacer a María Clara correr hacia la ventana, abrirla lentamente y sentir el aire frío soplando en su carita y los geométricos copos de nieve rozando sus pequeñas manos.

—¡Hijita, cierra la ventana, enfermarás con el frío!— dijo la Sra. Slater y cerró la ventana, y tomó las manos de su pequeñita.

—Así serán los próximos meses, mi amor. ¿No es linda la nieve? Ahora, apre-súrate para ir a la escuela, ponte tu chamarra y tus botas.

—Mamá, ¡No puedo esperar a que llegue el verano para salir de vacacio-nes!— dijo María Clara.

-—Todavía falta mucho hija, aprovechemos el invierno para concentrarnos en los estudios.

Amarilis 10 11

María Clara corrió para el baño y comenzó la rutina. En poco tiempo ya esta-ba desayunando con papá y mamá.

Papá, como siempre, cerró los ojos y agradeció por el pan, por la nieve, por la familia y los amigos.

Al subir al coche, María Clara vio un tractor poniendo sal en las calles para que las personas no se resbalaran y al vecino limpiando su parabrisas.

Amor de un rato 12 13

Los árboles estaban cubiertos de nieve, los pájaros y las mariposas ya no estaban. Al llegar a la escuela, observó que el patio estaba vacío.

En invierno los niños no juegan en el patio, sólo salen un ratito cuando no hace mucho frío pero rápidamente regresan al interior de la escuela, donde está el salón de gimnasia, de juegos, la biblioteca. Las actividades recreati-vas se dan al interior de la escuela en invierno.

Cuando es verano, las actividades normalmente son fuera de la escuela y los niños salen mucho a visitar museos, castillos, parques y otros lugares, así estudian Historia, Geografía y Arte. A María Clara le encanta el verano, porque puede salir y conocer su ciudad.

Ave del paraiso 14 15

Al entrar en el salón, se quitó la chamarra y cambió sus botas por un calzado más cómodo, saludó a algunos amiguitos y comenzó su clase. Pasada media hora, la directora de la escuela se asomó por la ventanilla de la puerta y pidió permiso para entrar. Saludó a todos y presentó a un nuevo amiguito.

—¡Buenos días, niños! Él es Raúl, viene de México y hoy empezará la escuela con ustedes. Por favor, sean amables y ayúdenlo en lo que sea necesario —dijo la directora.La maestra lo saludó y le pidió sentarse al lado de María Clara, donde había un lugar vacío.

Bandera 16 17

—¡Good Morning!— dijo Raúl.—¡Good Morning!— respondieron todos.La directora se retiró a su oficina mientras Miss Goodall dio la bienvenida a Raúl, luego siguió con la clase de Geografía.

Pasada la explicación, Miss Goodall pidió a los niños que describieran lo que más les gustaba de su ciudad. Los niños respondieron describiendo los parques donde pueden caminar en el verano, el museo de cera, la biblioteca donde hay cuentos infantiles, la tienda de dulces...

Belén 18 19

Mrs. Goodall hizo la misma pregunta a Raúl. —Raúl ¿Nos puedes contar algo sobre tu ciudad? Así sabremos de dónde vienes.

—Sí, maestra, claro que sí. Nací en una ciudad llamada Cuernavaca.

—¡Qué nombre más extraño! —exclamó un compañero.

—¡Parece “Cuerno de vaca”! —dijo alguien mientras todos los niños reían.

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—Bueno, su antiguo nombre era Cuauhnáhuac que en náhuatl significa “Junto a los árboles”. Pero los españoles no podían pronunciarlo bien y lo llamaron Cuernavaca, y así se quedó el nombre. La ciudad es conocida como La Eterna Primavera, así la llamó un explora-dor alemán que se llamaba Alexander Von Humboldt —dijo Raúl.

María Clara, se puso a imaginar la ciudad llena de muchas aves y flores, con ríos muy limpios, todo muy bonito, como en los cuentos de hadas.

—Para llegar allá pasamos por la Autopista del Sol, se llama así porque fue construida hacia la ciudad de Acapulco, una de las playas más hermosas y conocidas de México, que se encuentra en el estado de Guerrero —dijo Raúl—, al lado de la autopista, se ven inmensos campos verdes, donde se cultiva maíz, cebolla, flores, pero a veces sólo hay pasto para las vacas y las ovejas. Al llegar a Cuernavaca somos recibidos por las bugambilias y los hermosos jardines.

Bugambilia

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—En el centro de la ciudad hay cosas muy diferentes a las de aquí. Allá hay muchos jardines, pájaros, mariposas, y árboles de colores que dan vida a la ciudad —suspiró—. Está el Jardín Borda, donde siempre hay cuadros, pinturas, música, bailes, ferias, libros, los chinelos y acróbatas. El Jardín Borda, tiene una historia interesante. ¿Quieren saber? —preguntó Raúl.

—¡Sí, sí! —contestaron los niños.

—El Jardín Borda era un terreno que fue comprado por un hombre de ne-gocios y su hijo transformó la casa en un jardín botánico que ahora tiene muchas fuentes y un lago. Además, en esa casa vivió el Emperador de Mé-xico, Maximiliano de Hasburgo y su esposa la Emperatriz Carlota.En el Jardín Borda hay muchas historias, que un día les contaré.

Todos estaban asombrados con lo que Raúl decía y parecían viajar a la ciu-dad de la Eterna Primavera.

Dama de noche 24 25

—¿Y qué se come allá? —Preguntó María Clara.

—México tiene mucha comida diferente y toda es muy rica. En Cuernavaca comemos mucho los tacos acorazados, con dos tortillas, mucho arroz y el guisado que más te guste. ¡Son muy ricos! Hay muchas frutas. Son frescas, dulces, coloridas, como el mamey que es origina-rio de México —contestó Raúl—,También hay platillos prehispánicos como las tortitas de flor de cazahuate, la ensalada de nopal o el jugo de la flor de jamaica y muchos otros.

—¿Cómo dijiste que se llama la flor? —preguntó un compañero.

—Cazahuate, es una flor blanca que viene de un enorme árbol que crece hasta tres metros, normalmente florecen en Diciembre.

¿Ustedes sabían que hay insectos que se comen?En México hay mucha gente que los come. Como las cigarras, las larvas de abeja, el gusano del nopal y la hueva de las hormigas — dijo Raúl.

Mientras él hablaba, algunos niños hicieron una cara de asco.

—Ups… mejor ya no les cuento, pero les garantizo que la comida es muy rica y sabrosa — dijo Raúl.

Cazahuate 26 27

—¿Y las casas y las iglesias son iguales? —Preguntó alguien.

—Son diferentes. Hay casas pequeñas y hay las mansiones. Hay una iglesia muy antigua en Tetela del Monte, ahí vive mi abuelo y mis papás dicen que es de las más antiguas del continente. La barda, fue diseñada por un señor de Inglaterra que vivió allá, creo que se llama John Spencer. La capilla es conocida como Los Tres Reyes Magos, ¡Abajo de ella hay una pirámide enterrada! —dijo Raúl.

Diplademia roja 28 29

—De más chico, me gustaba jugar en el jardín de la iglesia.Una de las iglesias más nuevas se llama “Centro Cristiano de Cuernavaca”. Los domingos hay muchas personas, como ocho mil, allí se alaba a Dios al son de tamborines, guitarras, violines, banderas y danzas. La alabanza es siempre una fiesta —dijo Raúl.

—Mi mamá me dijo que en México está una de las siete maravillas del mundo —dijo Peter.

—¡Si Peter, la pirámide de Chichén Itzá es una de las nuevas maravilas y está en Yucatán! Cerca de Cuernavaca hay una pirámide que se llama Xochicalco, y en Tepoztlán que es un pueblo vecino, hay una pirámide sobre un cerro. Cerca de mi casa hay una piramide que se llama Teopanzolco, que fue cons-truida antes de que llegaran los españoles y su nombre significa “El lugar del templo viejo” —dijo Raúl.

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—¿Hay castillos y príncipes en tu ciudad? —preguntó María Clara.—No. No hay príncipes, ni castillos, pero hay un palacio al que llamamos Palacio de Cortés, fue construido por indígenas con restos de una pirámide que estaba allí, ahora tiene dentro un museo.

En frente está la estatua de Morelos, que fue un héroe en la historia de México. Bueno, su nombre era José María Morelos, el defendió la ciudad de Cuautla durante la Guerra de Independencia en México. Cerquita del Palacio, hay un mercado de artesanías y también venden joyas de plata y piedras muy bonitas a los turistas que vienen de todas partes del mundo —dijo Raúl.

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—Me imagino que es una región con mucha agua para que tenga tantas plantas —dijo Miss Goodall.—Sí, Miss Goodall, es una región de manantiales y muchas barrancas. Un río que pasa por Cuernavaca se llama Apatlaco. Nace de un manantial, que se llama Chapultepec, es un nombre indígena y significa “cerro del chapulín”, que es un animalito que también se come. Ahí hay ahora un parque en el que me gustaba ir a jugar.

En Cuernavaca no hay inundaciones porque las aguas de las lluvias corren hacia las barrancas. En el centro hay una barranca que se llama Amanalco ahí hay muchas leyendas misteriosas, en Amanalco se puede caminar entre muchas plantas, oír el canto de los pájaros, a veces hay conciertos al aire libre. También hay puentes antiguos de la época de la independencia, como Los Arcos de los Lavaderos —dijo Raúl.

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El Castillito fue construido a principios del siglo XX, para que sirviera de vivienda al encargado del Parque Porfirio Díaz, es muy chiquito, tiene sólo dos salas y durante la Revolución Mexicana fue abandonado. Su construc-ción es de estilo francés, país del cual Porfirio Díaz tomaba muchas ideas arquitectónicas. Apenas en 1986, el gobernador transformó este espacio en “El Castillito, Museo de Fotografía Antigua”.

—En el Castillito se pueden ver las fotos de como era antes la ciudad y como es hoy —Dijo Raúl.

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—También hay muchas haciendas, que son como granjas, y antes se hacía azúcar allí y la gente trabajaba a cambio de comida y protección. Hoy son hoteles o parques de diversión, uno de los más visitados es la Ex-Hacienda de Cortés.

Esta hacienda fue construida en el siglo XVI, por Hernán Cortés, el conquistador de México y aún conserva la arquitectura antigua. Dicen que cuando él era niño siempre hablaba de querer explorar nuevas tierras. ¡Y lo Consiguió!

Él también construyó algunas otras haciendas, conventos e iglesias al estilo español sobre ciudades y templos de los indígenas.

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—Además es muy importante la Ruta de los Conventos, ¡La más gran-de del mundo, está integrada por once conventos! Los conventos fueron construidos por los indígenas, para que allí vivieran quienes se dedica-ban a evangelizarles, los frailes conocidos como franciscanos, agustinos y dominicos. Los conventos están diseñados basándose en los monasterios europeos, pero adaptándolos a las nuevas circunstancias que eran muy di-ferentes.

Los conventos fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, osea, no se pueden destruir porque son de todo el mundo y no de un solo pueblo- dijo Raúl.

—¡Muy bien, Raúl! Me da gusto que puedas contarnos sobre tu ciudad. ¡Esperemos un día conocer esa maravilla! —dijo Miss Goodall.

Mimosa Sensitiva 40 41

Aquella tarde, los niños salieron de la escuela conociendo un poco mas de México. María Clara llegó a casa caminando, porque ya no hacia frio. “Sería genial vivir en un país donde la primavera es eterna” pensó María Clara.

Llegó a su casa y fue a buscar fotografías de La Eterna Primavera en internet. Pasó toda la tarde viendo fotos, leyendo y procurando entender las leyendas de la ciudad, pero no comprendía todo, necesitaba preguntarle más a Raúl.

Mortueso 42 43

Papá llegó en seguida, saludó a todos, fue a bañarse y llamó a la familia.

—¡María Clara, amor! ¡Vengan aquí queridas! tengo que decirles algo muy

importante:

La empresa está pasando por muchos cambios y acabo de ser invitado a

trabajar en otro país —dijo Papá.

—¿A dónde, papi? —preguntó María Clara.

---Vamos a vivir en México ---dijo Papá.

—¡Papá! ¡Raúl, un nuevo amigo de la escuela, es de allá!

—dijo María Clara.

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Todos se sentaron a la mesa para cenar y María Clara contó a sus papás

todo lo que Raúl había dicho en clase.

Ella estaba feliz con el cambio, pero iba a extrañar su escuela, a su maestra

y a sus amigos.

Los meses se pasaron rápido, llegó el verano y partieron para México. De Inglaterra a México fueron once horas y media en avión, miles de kilómetros de distancia. Pasaron toda una noche viajando.

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La familia llegó al aeropuerto Benito Juárez de la ciudad de México y de ahí viajaron directo a la ciudad de la Eterna Primavera. Pasaron por Tres Marías y vieron los tianguis, los puestos de comida, los montecitos secos de las plantaciones de avena, las vacas, las ovejas, el bos-que y algo de nieve que había en esa región. Siguieron por la Autopista del Sol, la carretera que va del Distrito Federal a Cuernavaca por la cur-va de La Pera.

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—“Ya estamos llegando” —dijo el Sr. José Roberto, conocido como Pepe.

Y al entrar fueron recibidos por fuentes, árboles y jardines, plantas que

se desbordaban de las casas.

—¡Qué bonito! —exclamó María Clara.

El Sr. Pepe, aprovechó para señalar la estatua de Emiliano Zapata y men-

cionar la importancia de La Ruta de Emiliano Zapata para el estado.

—!Míren, esta escultura! Es de Emiliano Zapata, uno de nuestros héroes

que participó en la Revolución Mexicana.

María Clara va oír mucho de él en su nueva escuela.

Pepe seguía hablando de su ciudad.

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—Hay muchos niños trabajando en la calle.Algunos se visten de payaso, otros son vendedores o limpia parabrisas. Muchos de ellos no tienen familia y los que la tienen trabajan para ayu-darla con los gastos.Esto es algo que los mexicanos queremos cambiar; queremos ver a nues-tros niños en la escuela, jugando como es su derecho — dice el Sr. Pepe.

—¿A tí, te gusta jugar María Clara? —pregunta el Sr. Pepe.

—¡Sí y mucho! ¡Jugando aprendo muchas cosas! —contestó María Clara.

—¿Papá, podemos llevar a estos niños a jugar en los parques bonitos que Raúl nos recomendó que visitáramos? —María Clara le preguntó a su Papá ingenuamente.

—Sí, hay muchos parques acuáticos, balnearios y museos para visitar en Morelos —contestó el Sr. Pepe.

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María Clara miraba todo con mucha atención y le llamó la atención el se-ñalamiento que decía “Salto de San Antón”.—¡Mira, papá! Por allá podemos llegar al Salto de San Antón —dijo María Clara.

—San Antón es una linda cascada. Tiene sesenta metros de altura. Le va encantar —dice amablemente el señor Pepe.

—¿Vamos un día? Preguntó María Clara.

—Sí, hijita. Claro que sí —contestó Papá.

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—Hay muchas cosas para los niños aquí en Cuernavaca — decía el señor Pepe mientras mira por el retrovisor.— El Papalote Museo del Niño, el Parque Tlaltenango, la Academia de Música La Batuta, puedes tomar clases de cerámica, teatro, circo, hay mu-chas cosas que los niños pueden aprender, María Clara.

Curiosa, María Clara le pregunta al Sr. Pepe si puede nadar en los ríos. El señor respondió que sí, sólo que debía ir acompañada de un adulto. Le dijo que podría ir a Beraka, el Rollo, las Huertas, Las Estacas o a una anti-gua hacienda llamada Ex-Hacienda de Temixco.

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El señor Pepe, muy amable, empezó a recomendar algunos lugares que la familia podría conocer y visitar.

—Sra. Slater, hay muchas universidades que dan clases de español y allí puede encontrar muchas personas de otros países. Yo les recomiendo la UNINTER —dijo el Sr. Pepe—, pero hay muchas otras.

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Al pasar frente a una cementera de la región el señor Slater preguntó al Sr. José si conocía la empresa.

—Si la conozco —contestó el Sr. Pepe.— Esa es una empresa muy impor-tante. Da empleo a muchas familias y también cuida el medio ambiente.

—¡Qué bueno! —dijo el Sr. Slater.—Todas las empresas deben ayudar a las comunidades que les rodean y no aprovecharse de ellas.

—Así es—contestó el Sr. Pepe.—Deben tener un gran compromiso por reducir el impacto ambiental causado en la región —dijo el Sr. Slater

—Sí, es muy importante que cada empresa tenga este compromiso por cui-dar del lugar y de la sociedad en que se encuentra —dijo el Sr. Pepe.—Tenemos mucho por hacer pero seguimos trabajando en ello.

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—¡Aquí debe ser la Catedral principal! —dice mamá.— Entonces Pepe dijo — Sí, Esa Catedral fue construida gracias a los primeros doce franciscanos que llegaron a la región de Cuernavaca venidos de España para evangelizar a los indígenas.—¡Las casas no son como las haciendas que decía Raúl! — dice María Clara.—Hija, hay muchas haciendas. Raúl tiene razón, pero aquí debe ser el centro de la ciudad —le explica Mamá.

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—¡Mira, ese debe ser el Zócalo! —exclama María clara muy emocionada.—Sí, aquí es el Zócalo, María Clara —Dijo el Sr. Pepe. —Allá está el Palacio del gobernador, y por allá el Palacio de Cortés. Todos estaban encantados.Colores y flores brincaron a la vista, olores, sabores, niños corriendo, cantos de pájaros, música lejana, música de banda, mariachis, danzoneros, burbujas de jabón y globos conviviendo en un mismo lugar.

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Después del largo viaje, Pepe los condujo a la Hostería las Quintas donde pasaron algunos días. La familia recibió toda la atención de los recepcio-nistas, camareros y funcionarios del Hotel. Ahí se encuentra un árbol que tiene más de 300 años y se llama pata de elefante y también hay muchas variedades de árboles y plantas.

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Días después, ya en la nueva casa, María Clara pasó toda la tarde en el jardín admirando las flores, trepando en los árboles; nadando, corriendo, juntando insectos. Su papá, llegó del trabajo con una cajita para María Clara.

—¿Qué es eso papi? —preguntó María Clara.

—Ábrelo, hijíta. Es para tí —dijo papá mientras sonreía.Curiosa, María Clara lo abrió y vio a los más hermosos cachorros que había visto en su vida.

Ahora María Clara tenía dos nuevos amigos: Cindy y Julie. La siguiente semana, ya era tiempo de entrar a su nueva escuela.

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Mamá entró en su recámara, abrió la cortina y la luz entró por la ventana. María Clara, se sentó en la cama, y con los ojos entrecerrados…

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…miró por la ventana y se encontró con las bugambilias, los pájaros le cantaban, las mariposas blancas volaban en círculos. El Sr. Mauricio, el jardinero regaba las flores.

María Clara y su Mamá bajaron a la cocina para desayunar en familia.

—¿Quieres probar las quesadillas? —preguntó Mamá a María Clara.

—Sí, gracias, ¡Están muy ricas! —dijo María Clara.

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En la escuela, María Clara es presentada por la directora a su maestra y a sus nuevos amigos. Todos la saludaron amablemente.

En la escuela hay muchos estudiantes extranjeros y es una oportunidad para que todos los alumnos puedan aprender de otras culturas y practicar diferentes idiomas como el español, inglés, francés, portugués y también chíno mandarín.

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—María Clara ¿De dónde vienes? —preguntó la maestra.—De Guildford, Inglaterra —responde María Clara con acento inglés.—¡Qué nombre tan extraño! —dice Juan.

Y la historia se repite...

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Marli Camargo cursó la carrera de Servicio Social en La Pontíficia Universidad Católica (PUC) de

San Pablo, Brasil. Posteriormente hizo posgrado en Administración del Tiempo Libre y Animación

Socio cultural en el SENAC SP. Vivió en Inglaterra con su familia, donde hizo una especialización

como Consultora Pedagógica en Guildford College for Further and Higher Education en Surrey.

Actualmente vive en México con su familia y viene desarrollando proyectos socioculturales y educa-

tivos junto a la comunidad. El trabajo de ese libro es resultado de una acción práctica de su tesis de

maestría en Turísmo y Educación por la Universidad de León en España.

Árbol de Tabachines

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