Ética y Corrupción Política en La España Actual

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1 ÉTICA Y CORRUPCIÓN POLÍTICA EN LA ESPAÑA ACTUAL La falta de ética no es una cuestión declarativa, sino que se manifiesta por una desviación de recursos públicos que es injusta y aumenta la desigualdad en la sociedad civil. Siguiendo las enseñanzas de Max Weber: el dilema consiste en que no hay ética en el mundo que pueda sustraerse al hecho que, para lograr fines buenos, se deba recurrir a medios moralmente dudosos. Ya Platón sostenía junto con Sócrates, que solo el justo es feliz. La ciudad es una versión ampliada del alma justa, así mismo Platón creía que la función del estado era la felicidad de los ciudadanos, la cual solo es posible, si se produce en el alma de cada uno, un buen orden, es decir si se hacía virtuosos y justos a los ciudadanos. Por eso la política pasa por una educación del ciudadano que debe producir almas ordenadas, o lo que es lo mismo, bellas almas. Se dice que después en su vejez, su programa político, que consistía en el gobierno de los que saben (el Rey sabio) se moderó. Él decía que el buen político tejerá los intereses hábilmente para que se parezcan lo más posible a la idea de bien o hará buenas leyes que imiten del mejor modo posible dicha idea. Según Fernando Savater, la ética es la convicción humana de que no todo vale por igual, de que hay razones para preferir un tipo de actuación a otros. En términos generales, ética es el sentido, la intuición o la conciencia de lo que está bien y lo que no, de lo que se ha de hacer y de lo que debe evitarse. La ética pública ha de ser correlativa de la privada. Mal podrá defender la integridad y la moralidad en el plano público quien carece de ella. El buen comportamiento del político en su esfera privada se reflejará sin duda en su función pública y desplegará efectos positivos sobre la comunidad que representa y dirige. Por otra parte, la actuación de cualquiera que realiza una función pública en nuestro país debe estar presidida por la idea de servicio de los intereses generales, que es el principal valor político. El artículo 103 de la Constitución Española –“La Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales”– constituye un mandato para autoridades y funcionarios. Los valores clásicos del gestor público (imparcialidad, neutralidad, honradez y probidad) se han de ver complementados hoy con los nuevos valores de eficacia y transparencia, propios de las Administraciones Públicas del siglo XXI. La corrupción socava la integridad moral de una sociedad. Supone la quiebra general de los valores morales. La corrupción pública, en cuanto supone lucro indebido del agente y su disposición a mal utilizar las potestades públicas que tiene encomendadas, es una práctica inmoral, ante todo; una violación de los principios éticos, sean individuales o sociales.

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Trabajo personal sobre ética política

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    TICA Y CORRUPCIN POLTICA EN LA ESPAA ACTUAL

    La falta de tica no es una cuestin declarativa, sino que se manifiesta por una desviacin de recursos pblicos que es injusta y aumenta la desigualdad en la sociedad civil. Siguiendo las enseanzas de Max Weber: el dilema consiste en que no hay tica en el mundo que pueda sustraerse al hecho que, para lograr fines buenos, se deba recurrir a medios moralmente dudosos.

    Ya Platn sostena junto con Scrates, que solo el justo es feliz. La ciudad es una versin ampliada del alma justa, as mismo Platn crea que la funcin del estado era la felicidad de los ciudadanos, la cual solo es posible, si se produce en el alma de cada uno, un buen orden, es decir si se haca virtuosos y justos a los ciudadanos. Por eso la poltica pasa por una educacin del ciudadano que debe producir almas ordenadas, o lo que es lo mismo, bellas almas. Se dice que despus en su vejez, su programa poltico, que consista en el gobierno de los que saben (el Rey sabio) se moder. l deca que el buen poltico tejer los intereses hbilmente para que se parezcan lo ms posible a la idea de bien o har buenas leyes que imiten del mejor modo posible dicha idea.

    Segn Fernando Savater, la tica es la conviccin humana de que no todo vale por igual, de que hay razones para preferir un tipo de actuacin a otros.

    En trminos generales, tica es el sentido, la intuicin o la conciencia de lo que est bien y lo que no, de lo que se ha de hacer y de lo que debe evitarse. La tica pblica ha de ser correlativa de la privada. Mal podr defender la integridad y la moralidad en el plano pblico quien carece de ella. El buen comportamiento del poltico en su esfera privada se reflejar sin duda en su funcin pblica y desplegar efectos positivos sobre la comunidad que representa y dirige.

    Por otra parte, la actuacin de cualquiera que realiza una funcin pblica en nuestro pas debe estar presidida por la idea de servicio de los intereses generales, que es el principal valor poltico. El artculo 103 de la Constitucin Espaola La Administracin Pblica sirve con objetividad los intereses generales constituye un mandato para autoridades y funcionarios. Los valores clsicos del gestor pblico (imparcialidad, neutralidad, honradez y probidad) se han de ver complementados hoy con los nuevos valores de eficacia y transparencia, propios de las Administraciones Pblicas del siglo XXI.

    La corrupcin socava la integridad moral de una sociedad. Supone la quiebra general de los valores morales. La corrupcin pblica, en cuanto supone lucro indebido del agente y su disposicin a mal utilizar las potestades pblicas que tiene encomendadas, es una prctica inmoral, ante todo; una violacin de los principios ticos, sean individuales o sociales.

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    Distintos analistas consideran que la tica pblica ha perdido hoy relevancia social, dada su naturaleza subjetiva. La gran mayora entiende, sin embargo, que la tica ha de ser el mejor antdoto contra el veneno de la corrupcin, y preconiza la necesidad de un rearme tico, de un regreso a los valores antes enunciados.

    La poltica, que puede ser la ms noble de todas las tareas, es susceptible de convertirse en el ms vil de los oficios; precisamente porque es una actividad humana y, como tal, defectuosa. Todo el mundo coincide en que la ejemplaridad y la honradez son virtudes que deben presidir la actuacin de los polticos, en tanto que escaparate y gua de la ciudadana. Que no es as lo revela claramente el hecho de que es precisamente la clase poltica la que pone de manifiesto que los servidores pblicos, con carcter general, hacen escaso honor a su nombre, hasta el punto de que resulta no slo conveniente dicen, sino incluso necesario, controlar y penalizar, en su caso, sus comportamientos, a travs de Cdigos de Conducta que definan infracciones y prescriban sanciones para las mismas. Esto, amn de curioso, es realmente alarmante. Como dijo Montesquieu: la democracia se convierte en el peor de los regmenes, si carece de lo que es probablemente su requisito bsico: la virtud.

    Hasta ahora en Espaa, la corrupcin estaba implantada con ms incidencia en el mbito de la gestin municipal, es en este lugar donde se generaban ms recursos a las redes del poder poltico regional, esto iba ligado a la penuria econmica que tradicionalmente vienen padeciendo los entes municipales, y es por eso que la manera ms rpida de engrosar las arcas del municipio era todo lo relacionado a las calificaciones de terrenos rsticos para convertirlos en urbanizables, en ese tejemaneje se ha cado en la tentacin de detraer unas cantidades, que se incrementaban en el precio de la operacin, que han ido a sufragar gastos estructurales de los partidos y de paso tambin han servido para incrementar las cuentas corrientes de algunos dirigentes a ttulo individual.

    Como consecuencia de la crisis del sector de la construccin y ventas de viviendas, ahora la corrupcin puede que se est desviando a los sectores de los servicios pblicos, por medio de las privatizaciones y concesiones administrativas, es verdad que a partir de los cambios polticos ltimos ser ms sofisticado los procedimientos, ya que hay mayor conciencia social del problema y los ciudadanos a travs de su voto estn menos dispuestos a tolerar cualquier desviacin en los comportamientos de nuestros polticos, por lo tanto habra que ser optimistas ya que bien sea a travs de la prensa y por el exceso de celo de la judicatura, la corrupcin debera dejar de ser una de las lacras de este principio de siglo, como lo ha sido en los ltimos aos del anterior.

    Termino con una frase de Edmund Burke: El peor error que podemos cometer es no hacer nada, por pensar que es muy poco lo que podemos hacer.

    Francisco Martn Carmona 28.06.2015