Etnografía de los derechos humanos. Etnoconcepciones en los pueblos indigenas de America.pdf
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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
FACULTAD DE GEOGRAFA E HISTORIA
Departamento de Historia de Amrica II (Antropologa de Amrica)
TESIS DOCTORAL
Etnografa de los derechos humanos. Etnoconcepciones en los pueblos indgenas de Amrica : el caso mapuche
MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR
PRESENTADA POR
Jess Antona Bustos
Directores
Jess Adnez Pavn Pau Prez Sales
Madrid, 2012
ISBN: 978-84-695-3414-4 Jess Antona Bustos, 2011
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Universidad Complutense de Madrid
Facultad de Geografa e Historia
Departamento de Historia de Amrica II (Antropologa de Amrica)
Jess Antona Bustos
ETNOGRAFA DE LOS DERECHOS HUMANOS.
ETNOCONCEPCIONES EN LOS PUEBLOS INDGENAS
DE AMRICA: EL CASO MAPUCHE
Tesis doctoral dirigida por los doctores
Jess Adnez Pavn
Pau Prez Sales
Madrid 2011
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AGRADECIMIENTOS
Este trabajo es deudor del saber y la ayuda de muchas personas. Empezando por Chile
quiero expresar mi agradecimiento a los profesores, investigadores y trabajadores del Centro
de Estudios Socioculturales de la Universidad Catlica de Temuco y de la Escuela de
Antropologa con los que coincid en 2001; a ttulo pstumo quiero expresar mi
reconocimiento personal y acadmico a su directora, la doctora Teresa Durn, recientemente
fallecida. Asimismo, quiero hacerlo extensible a investigadores y colaboradores del Instituto
de Estudios Indgenas de la Universidad de la Frontera por sus consejos, contactos y el acceso
a su centro de documentacin, pero sobre todo por su hospitalidad.
Al doctor Jaime Ibacache que me ayud desde el principio y gracias al cual me introduje
en el campo de la salud intercultural con comunidades mapuche; junto a l es obligado
mencionar a los amigos y profesionales del PROMAP. Agradezco especialmente a Francisco
Chureo y a los trabajadores y amigos del Hospital Mapuche de Makewe, sin ellos mi trabajo
en este sector hubiera sido inviable. Incluyo en este apartado a los dirigentes de la Asociacin
Indgena para la Salud Makewe-Pelale.
En la misma lnea vaya mi reconocimiento a la comunidad de Rofwe de la cual, en cierta
manera me siento parte, especialmente agradezco la paciencia y la hospitalidad de la familia
de Luis Tranamil, de Domingo Jineo y de Rosamel Millaman, a este ltimo le debo adems el
primer contacto con la comunidad, sus sabios consejos y el acceso a importantes sectores del
movimiento y las comunidades mapuche.
Ms all de entidades e instituciones, fueron muchas las personas mapuche que
contribuyeron a dar forma a este trabajo con sus conversaciones, sus conocimientos y apoyo
con las traducciones. En primer lugar debo mi reconocimiento y admiracin a Jos Quidel de
Xuf Xuf y a su lof por su ayuda y hospitalidad de cuya sabidura este trabajo es deudora.
Igualmente al amigo Francisco Kakilpan por su compaa, ayuda y contactos con lderes
claves del movimiento mapuche del momento. A Jos anco a Javier Quidel y a Manuel
Manquepi por su impagable ayuda con las traducciones.
Fuera del mundo mapuche es obligado mencionar, por su compromiso y talla moral en la
defensa de los derechos humanos a los amigos del CINPRODH, los cuales me acompaaron,
me prestaron su oficina y compartieron conmigo lo que tenan sin pedirme contraprestacin
alguna: ellos fueron mi familia en Chile. No puedo mencionar a todos en este breve espacio
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pero tampoco sera justo omitir los nombres de Vctor Maturana, Jorge Maire, Vital
Ahumada, Marcos Mndez, Robert Rivera, Juan Painecura, Jessica y Karina Nez. Mi
especial reconocimiento tambin a lvaro Elgueta y a la Agrupacin de Familiares de
Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Polticos de la IX por su ayuda y su amistad.
En Espaa quiero agradecer a la doctora Marina Parras del Grupo de Accin Comunitaria y
Derechos Humanos (GAC) por su ayuda en mi primera temporada de campo y por el apoyo
econmico que esta organizacin me prest en mi segundo viaje a Chile en 2004. A mis
directores de tesis, Jess Adnez Pavn y Pau Prez Sales, por sus sabios consejos y por sufrir
la tediosa tarea de leer mis densos e innumerables borradores. A mi hermano Javier por
adecentar mis precarios dibujos. A Marisol por su apoyo, su fe en m y su cario
incondicional.
Pero si algo ha resultado determinante para que este volumen viera la luz ha sido la ayuda
incondicional de mis padres, an sin saber exactamente en qu andaba metido. Por ltimo, a
Josi, mi fiel e incondicional compaera, sin cuyo amor y desvelos esta tesis hubiera resultado
una montaa inexpugnable.
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NDICE
AGRADECIMIENTOS 3
Nota preliminar sobre la transcripcin del mapuzungun 13
PARTE I
INTRODUCCIN 15
1. Los derechos humanos en los tiempos de la globalizacin 17
1.1. Hacia una renovacin de los derechos humanos ................................................... 19
1.2. El fenmeno de la globalizacin y los derechos humanos .................................... 23
1.2.1. El discurso de la interculturalidad en un mundo globalizado ........................... 29
1.2.2. La extemporaneidad de la polmica universalismo versus relativismo ........... 31
1.3. Algunos problemas que presentan los fundamentos de los derechos humanos
para una lectura intercultural en un mundo globalizado ....................................... 36
1.3.1. El racionalismo ................................................................................................. 39
1.3.2. Los fundamentos metafsicos de los derechos humanos .................................. 41
1.3.3. Derechos humanos y Estado-nacin liberal ...................................................... 43
1.3.4. La falsa polmica derechos individuales / derechos colectivos........................ 49
2. Los derechos humanos y los pueblos originarios de Amrica en el
contexto de la globalizacin 53
2.1. Indianidad y derechos humanos ............................................................................ 58
2.2. La rmora del colonialismo ................................................................................... 61
2.3. Post-indianianidad, glocalizacin y pugna de saberes ....................................... 65 2.4. Pueblos indgenas y derecho a la libre determinacin .......................................... 68
2.5. La bsqueda de concepciones pan-indgenas de los derechos humanos ............... 72
2.6. La perspectiva de los pueblos amerindios: el pensamiento otro ........................ 77
3. Una etnografa de los derechos humanos entre los mapuche 85
3.1. Los mapuche y los derechos humanos .................................................................. 86
3.2. El diseo y la prctica del trabajo etnogrfico ...................................................... 90
3.2.1. Sobre la toma de contacto inicial ...................................................................... 92
3.2.2. Sobre los lugares de la investigacin (una etnografa multilocal a escala
reducida) ........................................................................................................... 94
3.2.3. Cuatro estudios de casos extendidos .............................................................. 106
3.2.3.1. Los conflictos etnoambientales y el conflicto mapuche: el trabajo con dirigentes y organizaciones mapuche ........................................................ 107
3.2.3.2. Tierra, cultura y territorio: el caso de la comunidad de Rofwe: la etnografa de comunidad ............................................................................ 114
3.2.3.3. Las dimensiones sociales y polticas del binomio salud /enfermedad ....... 118
3.2.3.4. La percepcin de la violencia poltica durante la dictadura militar: el caso de los Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Polticos de la IX
Regin ...................................................................................................... 122 3.3. El laberinto de la traduccin: las dificultades y posibilidades de la traduccin
de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos ...................................... 126
3.4. El papel de la Historia ......................................................................................... 130
3.4.1. Fuentes mapuche ............................................................................................ 133
3.5. De las notas de campo a la letra impresa ............................................................. 135
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PARTE II
ASPECTOS DE LA HISTORIA, LA CULTURA Y LA SOCIEDAD MAPUCHE 141
4. La trayectoria histrica del pueblo mapuche 143
4.1. Algunos apuntes sobre los antiguos mapuche ..................................................... 144
4.2. La invasin del Pas Mapuche ............................................................................. 146
4.2.1. El Parlamento de Quilln: El reconocimiento de la Independencia de la Nacin Mapuche (1641) ............................................................................... 153
4.2.2. Los parlamentos como espacios de interaccin intercultural ......................... 155
4.2.3. La araucanizacin de las Pampas y la consolidacin de la Frontera .............. 156
4.3. Las nuevas repblicas: independencia de Chile y Argentina (1810-1850) ......... 160
4.3.1. La extensin de la hegemona estatal sobre el Territorio Mapuche ............... 164
4.4. El fin de la independencia del pueblo mapuche (1852-1883) ............................. 170
4.4.1. La Segunda Guerra de Arauco: La Guerra de Pacificacin en Chile y la Conquista del Desierto en Argentina .............................................................. 173
4.5. Colonizacin interna (1883-1929) ....................................................................... 178
4.6. Asimilacin, divisin de las comunidades y Reforma Agraria de Allende
(1927-1973) ......................................................................................................... 182
4.7. Golpe de Estado, Dictadura Militar y Contrarreforma Agraria (1973-1990) ...... 188
4.7.1. La violencia poltica en el mundo mapuche ................................................... 190
4.8. El retorno a la Democracia .................................................................................. 195
4.8.1. Las claves del desencuentro intertnico en el perodo democrtico (1993-
2004) ............................................................................................................... 198
5. El sustrato cultural del sistema de valores mapuche 201
5.1. Sobre la religin mapuche ................................................................................... 202
5.1.1. Feyentn o Mapunche Gijamawn ............................................................... 203
5.1.2. Xen Xen y Kay Kay: El mito fundacional de los mapuche ............................ 206
5.1.3. Pijan y wekfe ................................................................................................ 207
5.1.4. Chao Genechen: La Familia Ancestral o Divina ............................................ 209
5.2. Principales ritos religiosos ................................................................................... 212
5.3. El Universo Mapuche: la nocin cosmolgica de Waj Mapu ............................. 214
6. Estructura socioterritorial mapuche en perspectiva diacrnica 219
6.1. La organizacin de la sociedad mapuche independiente en perspectiva
histrica ............................................................................................................... 219
6.2. Cosmovisin, territorio, identidad y estructura social ......................................... 230
6.2.1. Las identidades territoriales ............................................................................ 233
6.3. Xokinche .............................................................................................................. 236
6.4. Caracterizacin del territorio y del xokinche de Rofwe ...................................... 238
6.5. La reyma: ncleo central de la sociedad mapuche ............................................ 244
6.5.1. Algunas precisiones sobre el concepto de familia desde la perspectiva
mapuche .......................................................................................................... 245
6.6. La reyma como garante de los derechos en el contexto comunitario ................ 247
6.7. La recreacin de la reyma y la reconstruccin de la estructura social .............. 252
6.7.1. El konchutn y el fortalecimiento del tejido social ........................................ 260
6.8. El matrimonio (kurewen) ..................................................................................... 261
6.8.1. El mafn .......................................................................................................... 262
6.9. Cambios en el rol y en la mentalidad de la mujer mapuche ................................ 268
6.10. Familia y derechos humanos ............................................................................... 273
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PARTE III
LOS DERECHOS HUMANOS DEL PUEBLO MAPUCHE
(EXGESIS DE UNA FILOSOFA MAPUCHE DEL DERECHO) 277
7. Nocin de persona y derechos humanos 279
7.1. Derechos humanos y persona mapuche ............................................................... 280
7.2. La nocin de naturaleza humana en perspectiva amerindia ............................ 281 7.3. La naturaleza de la persona mapuche o che ..................................................... 283 7.3.1. Estructura interna del che ............................................................................... 286
7.3.2. La identidad social del che ............................................................................. 290
7.3.3. La incorporacin del che a la sociedad ........................................................... 294
7.3.4. El modelo moral de persona mapuche o Az Che ............................................ 299
7.3.5. El concepto de zugu o zugun .......................................................................... 304
7.4. El che en relacin con la Declaracin Universal de los Derechos Humanos ...... 308
7.5. Che, nocin de Humanidad y Mundo .................................................................. 313
8. Az Mapu: el paradigma mapuche de una vida en armona 321
8.1. Sobre el Az Mapu ................................................................................................ 323
8.1.1. Subcdigos del Az Mapu ................................................................................ 329
8.2. El Az Mapu como derecho antiguo: algunos apuntes histricos ......................... 335
8.3. El Az Mapu como paradigma tico-moral visto desde la cultura mapuche
contempornea ..................................................................................................... 342
8.4. Los fundamentos filosficos del Az Mapu .......................................................... 349
8.4.1. El feyentn ...................................................................................................... 350
8.4.2. El mapuche kimn .......................................................................................... 351
8.4.3. El mapuche rakizwan ...................................................................................... 353
8.5. Az Mapu, teora y prctica ................................................................................... 355
9. El concepto mapuche de territorio 359
9.1. Waj Mapu ............................................................................................................ 360
9.1.1. Meli Wixan Mapu ........................................................................................... 363
9.2. Newen: la energa vital de los mapuche .............................................................. 366
9.3. Ixofij Mogen: articulacin entre las nociones de Che, Waj Mapu y Az Mapu .... 368
9.3.1. Los geh: guardianes del Waj Mapu ............................................................. 373
PARTE IV
APROPIACIN Y REFORMULACIN MAPUCHE DEL DISCURSO
DE LOS DERECHOS HUMANOS: ESTUDIOS DE CASO 379
10. Conflictos Ambientales, Waj Mapu y derechos humanos 381
10.1. Conflictos ambientales y pueblo mapuche .......................................................... 381
10.1.1. El Caso Ralco y los pewenche ........................................................................ 382
10.1.1.1. El Inapire Mapu y el modo de vida pewenche .......................................... 387
10.1.2. El Conflicto Forestal, los derechos territoriales del pueblo mapuche y el derecho a un medio ambiente sano y sostenible ............................................. 391
10.1.2.1. El impacto econmico de las forestales en el Territorio Mapuche ............ 394
10.1.3. La construccin de autopistas ......................................................................... 398
10.2. Anlisis de los conflictos etnoambientales desde la perspectiva de los
derechos humanos de los pueblos originarios ..................................................... 401
10.2.1. Consulta y participacin indgena en los proceso de toma de decisin .......... 401
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10.2.1.1. Privatizacin de los conflictos y conculcacin de los derechos
colectivos ................................................................................................... 404
10.2.2. Waj Mapu y el seuelo del desarrollo ............................................................ 411
10.2.3. La nueva pacificacin de la Araucana ....................................................... 419 10.2.4. El apagn informativo ................................................................................. 423 10.2.5. La coartada de la seguridad nacional y la lucha contra el terrorismo ............. 427
10.2.6. Delincuentes o presos polticos? ................................................................... 433
10.2.6.1. Capturar el newen ...................................................................................... 439
10.3. Los Conflictos etnoambientales desde la perspectiva de la cultura mapuche y
del Az Mapu ......................................................................................................... 447
10.3.1. Daos ambientales, colonialismo y cultura .................................................... 454
10.3.2. Hampbkan: el libre trnsito y la guetizacin del Waj Mapu ........................ 459
10.3.3. Transgresin, moral y territorio: la infraccin del Ixofij Mogen .................... 464
10.3.4. La movilizacin de las fuerzas sobrenaturales ............................................ 471 10.3.5. El enredo jurdico: pleitos tengas y los ganes ............................................. 477
11. Nuke Mapu: el derecho a la tierra en perspectiva mapuche. La tierra de
los Jineo 487
11.1. uke mapu en el contexto local ........................................................................... 488
11.2. Rofwe y la uke Mapu ........................................................................................ 491
11.2.1. Actividad econmica de la comunidad ........................................................... 492
11.2.2. El problema de la tierra .................................................................................. 494
11.2.3. El origen del conflicto territorial de Rofwe .................................................... 495
11.3. La tierra de los Jineo ........................................................................................... 497
11.3.1. La percepcin cultural de la historia y la idea de comunidad ........................ 499
11.3.2. Cuando la tierra y la vida son la misma cosa ................................................. 504
11.3.3. Cuando el estado de excepcin es la norma ................................................... 515
11.3.4. El discontinuum: la solidaridad, los derechos humanos y la globalizacin .... 519
11.4. uke mapu, comunidad, reproduccin cultural y derechos humanos ................. 524
12. Mapunche Az Mogen y Xokinche: el derecho comunitario en perspectiva
mapuche. La restauracin del gijatuwe de Rofwe 527
12.1. Xokinche y kiewn ............................................................................................. 528
12.2. El gijatuwe de Rofwe: el manejo del discurso occidental sobre el patrimonio
cultural y la operatividad del sistema de valores mapuche ................................. 529
12.3. El gijatuwe de Rofwe: la cultura en el centro del discurso poltico .................... 536
12.4. El difcil camino del kiewn .............................................................................. 541
12.5. Panorama religioso de la comunidad de Rofwe antes del gijatun ....................... 547
12.6. El restablecimiento del equilibrio ........................................................................ 552
12.6.1. La realizacin del gijatun en Rofwe ............................................................... 553
12.6.2. Gijatun y reintegracin del territorio al orden del Az Mapu ........................... 555
12.6.3. tica y esttica corporal .................................................................................. 558
12.6.4. El gijatun como rito de paso ........................................................................... 562
12.6.5. Gijatun y estructura social .............................................................................. 563
12.6.6. Gnero y gijatun ............................................................................................. 564
12.6.7. Gijatun y reyma ............................................................................................ 565
12.6.8. Reciprocidad y solidaridad ............................................................................. 567
12.7. Sentido poltico del gijatun ................................................................................. 571
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13. Kme Felen: salud, enfermedad y derechos humanos en perspectiva
mapuche. El Hospital de Makewe 575
13.1. La dimensin sociocultural de la enfermedad ..................................................... 575
13.2. La enfermedad en la cultura mapuche ................................................................. 582
13.2.1. Tipos de enfermedades; las mapuche kxan ................................................... 583
13.3. El Hospital Mapuche de Makewe y sus antecedentes coloniales ........................ 585
13.3.1. Salud y colonialismo ...................................................................................... 589
13.3.2. Las wigka kxan como reflejo del colonialismo ............................................ 595
13.3.2.1. Wigka kxan y salud mental ...................................................................... 598
13.3.3. Epidemiologa de la dependencia y cultura .................................................... 604
13.3.3.1. Kuifi zugu (palabra antigua) y salud ....................................................... 607 13.4. Kme Felen (Estar Bien) .................................................................................. 609 13.4.1. Az Mapu y Kme Felen .................................................................................. 611
13.4.1.1. Las dimensiones jurdicas y polticas del Kme Felen .............................. 616
13.5. El Proyecto de Salud del Hospital Mapuche de Makewe y el Mogen Felen ...... 617
13.5.1. La percepcin de la prctica mdica en el contexto de las relaciones
intertnicas ...................................................................................................... 619
13.5.2. Del asistencialismo al modelo complementario ............................................. 624
13.5.2.1. Los mapuche debemos ser diestros en los dos sistemas ......................... 625 13.6. Caractersticas del modelo complementario ........................................................ 629
13.7. Az Mogen, etnodesarrollo y derechos colectivos a travs del Proyecto de
Salud del Hospital Makewe ................................................................................. 633
13.7.1. Administrar el rakizwan ................................................................................. 637
13.7.2. Inatukimun: reconstruir el mapuche kimn .................................................... 640
13.7.2.1. Resignificar los espacios ............................................................................ 642
13.7.2.2. Liberacin de la vida mediante la liberacin del tiempo ........................... 646
13.7.3. La salud como elemento articulador de la territorialidad mapuche ................ 649
13.7.3.1. Las Rondas Mdicas y las Estaciones Mdico Rurales: el intento de
cohesin territorial ..................................................................................... 651
13.7.4. Recuperar la estructura sociopoltica y ritual depositaria del newen .............. 653
13.8. Rekejuvn o interculturalidad .............................................................................. 653
13.8.1. Rekejuwn y el Proyecto de Salud Mapuche en Makewe .............................. 655
13.8.2. Rekejuwn y relaciones intertnicas ............................................................... 660
13.8.2.1. La cuestin de la machi y la negacin del pluralismo mdico .................. 661
13.8.2.2. El miedo a la autonoma ............................................................................ 664
13.8.2.3. La desunin como mecanismo de inmovilizacin ..................................... 666
13.9. La efectividad de los derechos humanos: las enseanzas del Proyecto de
Makewe ............................................................................................................... 674
13.10. Conceptos fundamentales del modelo ideal de vida mapuche a raz del Caso
Makewe ............................................................................................................... 681
14. Kme Gnen: la poltica y los derechos polticos en perspectiva mapuche.
La restauracin del logko de Rofwe 689
14.1. La poltica en perspectiva comunitaria: la experiencia de Rofwe ....................... 691
14.1.1. Apropiacin de la institucionalidad externa ................................................... 695
14.2. El modelo del Buen Gobierno (Kme Gnen) en el mbito local ................... 697 14.3. La figura del logko y la organizacin territorial mapuche .................................. 699
14.3.1. Proceso de ereccin del logko ........................................................................ 700
14.3.2. Naturaleza y fines del poder en la cultura mapuche ....................................... 708
14.4. El rol poltico de la machi ................................................................................... 711
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14.5. El proceso de acomodacin y distribucin de las funciones polticas ................ 714
14.6. Cultura mapuche, gobernanza y Declaracin Universal ..................................... 725
15. La dictadura militar a travs del filtro del Az Mapu 731
15.1. Eplogo de la dictadura militar chilena ................................................................ 735
15.1.1. La represin en la Araucana .......................................................................... 737
15.1.2. Los casos estudiados: la versin oficial .......................................................... 738
15.2. La percepcin local de los hechos y las causas de la violencia ........................... 740
15.2.1. La psicologa del terror como refuerzo del proceso de dominacin tnica .... 749
15.3. El efecto psicosocial de la represin en relacin con el Az Mapu ....................... 757
15.3.1. La quiebra del kiewn ................................................................................... 757
15.3.2. La ruptura del kejuwn y la soledad de las familias de las victimas .............. 759
15.4. Impunidad, ausencia de venganzas y persistencia del valor de la reparacin
del dao como fundamento del derecho mapuche .............................................. 767
15.5. Weza ba: la mala muerte .................................................................................. 771 15.5.1. Karg ba: La muerte en verde y la gente perdida ....................................... 777 15.6. El cuerpo como lenguaje del desequilibrio y receptculo de la represin .......... 780
15.7. El problema de las almas y el malestar de las familias ....................................... 788
15.8. La Dictadura como continuum del expolio y la dominacin ............................... 793
15.8.1. El caso Pijanlelbun y la Comisin Valech ...................................................... 795
15.8.2. El desplazamiento de la represin del che al mapu ........................................ 800
15.9. Derechos del pueblo mapuche y reparacin ........................................................ 810
PARTE V
CONCLUSIONES 817
16. Etnoconcepciones mapuche de los derechos humanos y Declaracin
Universal 819
16.1. La dignidad en la cultura mapuche: el concepto de yam ..................................... 819
16.2. Libertad ............................................................................................................... 828
16.3. Kejuwn: la solidaridad vista por los mapuche ................................................... 835
16.4. Igualdad ............................................................................................................... 840
17. Los derechos humanos en el mundo indgena 847
17.1. Las dimensiones locales de los derechos humanos ............................................. 849
17.2. Apropiacin y reformulacin del discurso de los derechos humanos: procesos,
causas y motivaciones ......................................................................................... 854
17.3. Pugna de saberes frente a la cooptacin .............................................................. 860
17.4. Los pueblos amerindios y el Buen Vivir: Integralidad y cambio de perspectiva para una visin diversal de los derechos humanos ........................... 867
17.4.1. El Buen Vivir como paradigma indgena de una vida deseable: sus
vinculaciones con las nociones de salud y de enfermedad ............................. 872
17.4.2. El locus corporal ............................................................................................. 874
17.4.3. El territorio como espacio de verificacin de los derechos humanos de los
pueblos amerindios ......................................................................................... 878
17.4.4. Autonoma y libre determinacin ................................................................... 881
17.5. Eplogo: Estado-nacin, colonialismo, neoliberalismo y derechos de los
pueblos indgenas ................................................................................................ 887
17.5.1. Nuevos retos y perspectivas: Los derechos humanos de los pueblos
indgenas ......................................................................................................... 890
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11
Bibliografa 893
ndice de Figuras 951
ndice de Cuadros y Esquemas 953
Anexo 1: Retraduccin al castellano de la versin en mapuzungun realizada por la
ONU de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos 955
Anexo 2: Acrnimos 973
Anexo 3: Glosario 975
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13
Nota preliminar sobre la transcripcin del mapuzungun
Los intentos por unificar la lengua de los mapuche, el mapuzungun, en un sistema
escriturario no han podido evitar, pese a los avances habidos, la existencia de al menos cuatro
alfabetos, ninguno de los cuales cuenta con el consenso suficiente entre todos los grupos
mapuche, el mundo acadmico y las instituciones indigenistas. Los grafemarios principales
son: el Alfabeto Unificado; el adoptado por la carrera de Educacin Intercultural de la
Universidad Catlica de Temuco; el de CONADI; y el Alfabeto Ranguileo (Opazo et al.,
2002: 11). Por otra parte, Loncn (2000: 29-31) informa que entre los lingistas se reconocen
seis variantes dialectales: el chedungun de Arauco, el chedungun de los pewenche del Alto
Bo Bo, el mapudungun de la zona del Malleco, el mapuzungun de la zona del Cautn, el
chesumun de San Juan de la Costa y el mapuche dungun del sector cordillerano de la
provincia de Valdivia.
Pese a las ventajas prcticas que ofrece el Grafemario Unificado para los castellano-
parlantes, en este volumen se adopta el alfabeto propuesto por el lingista mapuche Anselmo
Ranguileo modificado por la Carrera de Educacin Intercultural de la Universidad Catlica de
Temuco, ya que recoge de manera ms fidedigna los sonidos originarios del mapuzungun y,
sobre todo, porque, segn nuestros informantes, cuenta con mayor acogida en los crculos
intelectuales indgenas y entre el movimiento mapuche. No obstante, la opcin mencionada
no carece de excepciones en las pginas que siguen.
Por otra parte, nos hemos decantado por la forma dialectal wenteche, identidad territorial
de nuestros principales informantes, especialmente a la hora de transcribir una determinada
palabra. Cuando se trata de documentacin escrita hemos respetado la grafa original
empleada por los autores y las formas castellanizadas de los textos etnohistricos. Hay que
observar que, en ocasiones, ciertas palabras que aparecen en pasquines, manifiestos, pginas
webs, etc., ofrecen formas que no se corresponden exactamente con la lgica de los
grafemarios mencionados o presentan formas hbridas. Hay que tener en cuenta que hay
conceptos y palabras que estn emergiendo y sobre las que no existen referencias apropiadas
en los distintos diccionarios. An est por editarse un diccionario actualizado, amplio y
riguroso que abarque los nuevos usos lingsticos y que cuente con cierto consenso. Debido a
ello hemos preferido registrar las palabras tal como suelen ser reconocidas y representadas
mayoritariamente. Para facilitar esta farragosa tarea en los Cuadros 1 y 2 se ofrecen los
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14
principales alfabetos de referencia y la tabla de equivalencias que existen entre cada uno de
los fonemas. Adems, para evitar confusiones remitimos al lector a un glosario especfico
sobre los trminos ms relevantes.
Por ltimo, an a costa de que la lectura resulte menos armnica de lo deseable, hemos
preferido no castellanizar los gentilicios pese a la falta de concordancia de los plurales (por
ejemplo, los mapuche o los wenteche), ya que en mapuzungun no existe desinencia de
plural y ste se forma por el artculo plural (pu), por ejemplo: pu mapuche (los mapuche).
Cuadro 1: Principales alfabetos utilizados para el mapuzungun
Alfabeto Unificado:
a ch d e f g i k l l ll m n n ng o p r s t t tr u w y
Alfabeto Ranguileo:
a c d e f q i k l b j m n h g o p r s tx u v w y
Alfabeto Conadi:
a ch z e f q i k l ih ll m n nh g o p r s t tx u w y
Alfabeto Ranguileo Modificado por la Universidad Catlica de Temuco:
a ch z e f q i k l b j m n h g o p r s t tx u w y
Fuente: Opazo et al. (2002)
Cuadro 2: Tabla comparativa de las principales diferencias entre alfabetos
Fonema Alfabeto
Unificado
Alfabeto
Ranguileo
Alfabeto
Conadi
Alfabeto
Carrera U. Cat.
// v
/-/ ch c ch ch
/-/ g q q q
/l/ l b lh b
/ll/ ll j ll j
/n/ n h nh h
/_/ ng g g g
/tr/ tr x tx x
Fuente: Opazo et al. (2002)
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PARTE I
INTRODUCCIN
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17
1. Los derechos humanos en los tiempos de la globalizacin
En paralelo a los vertiginosos cambios que se han venido produciendo como consecuencia
de la globalizacin, los derechos humanos han cobrado un protagonismo renovado por las
potencialidades que ofrecen para articular el nuevo orden global. El mundo sin fronteras
hacia el que pretendidamente camina la humanidad carece de una doctrina moral fuerte que
permita cohesionar a la heterognea humanidad globalizada. Parece que resulta tentador que
los derechos humanos se encarguen de este cometido, en tanto que su uso se ha ido
extendiendo, incluso, entre aquellos pueblos que tradicionalmente los han visto con
prejuicios. En este sentido, Wilson (1997a: 1) apuntaba acertadamente que los derechos
humanos, junto con la idea de democracia, se han convertido en los valores polticos ms
globalizados de nuestro tiempo en tanto que su extensin se ha visto favorecida por el vaco
ideolgico que dej el final de la Guerra Fra.
Algunos autores han advertido de los riesgos que supone usar los derechos humanos para
contrarrestar la crisis de las ideologas. Jean Daniel (2002) ha alertado de la tentacin de tratar
los derechos humanos como si fueran la nueva religin laica1: la religin de los descredos,
puesto que si se convierten en un programa poltico sacralizado pueden perder credibilidad.
Por el contrario, algunos autores ven en los derechos humanos el estandarte en el que
sustentar un proyecto emancipador (Sousa Santos, 1997), siempre y cuando se realice una
nueva lectura que incorpore una mirada multicultural de los mismos.
Lo que parece que est ocurriendo es que los derechos humanos, lejos de erigirse en el
nuevo paradigma aglutinante globalizado, se han conformado en poderosos argumentos de
disputa y en un lenguaje intercultural de alcance mundial para hacer frente a las
interpretaciones hegemnicas sobre el mundo y defender intereses sectoriales.
Paradjicamente, mientras aumenta el nmero de pueblos que recurren a los derechos
humanos para defender su identidad y sus recursos materiales, cobran ms fuerza las
corrientes de opinin que sostienen que los derechos humanos son una construccin euro-
norteamericana de aplicabilidad limitada (Beetham, 2006: 107-112).
1 Al menos eso parece desprenderse de algunas alusiones a los derechos humanos realizadas por relevantes
personalidades. Por ejemplo, Kofi Annan describi los derechos humanos como el patrn por el que medimos
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Etnografa de los Derechos Humanos. Etnoconcepciones en los Pueblos Indgenas de Amrica: El Caso Mapuche
18
Para algunos, el carcter totalizador que difunden las bases morales en que se sostienen
los derechos humanos encierra una trampa orientada a justificar los valores euro-
norteamericanos y contribuye a afianzar el nuevo orden mundial naturalizando la
preponderancia cultural de Occidente, el neoliberalismo y la religin cristiana (Wilson, 1997
a: 4-7). Sostienen que la aureola de asptica neutralidad, con la que el neoliberalismo ha
pretendido blindar los derechos humanos, tiene como objetivo despojarlos de sus dimensiones
histricas y ocultar los vnculos que stos tienen con las conquistas de la humanidad a travs
de las luchas sociales. Por otra parte, la promocin en abstracto del discurso de los derechos
humanos y de la democracia occidental en el actual escenario mundial se encuentra lastrada
por la tradicin imperialista de Occidente, por lo que su extensin genera muchas zozobras
entre los pueblos que participan de otras tradiciones culturales, no slo por lo excluyentes que
puedan resultar sus dimensiones filosfico-especulativas, sino por los efectos
homogeneizadores que, bajo la coartada humanitaria, se desprenden de un posible uso
imperialista de los mismos (Del guila, 2001: 22 y 32).
A nuestro juicio han sido las apropiaciones y usos ilegtimos que se han hecho de los
derechos humanos las que ms han socavado su credibilidad y su vocacin de universalidad y
no la crtica ejercida desde otras culturas. De hecho, la naturalizacin de ciertas asociaciones,
lejos de reforzar su eficacia, ha contribuido a que su extensin, en ocasiones, haya sido vista
como una amenaza para otras formas de vida2. Esta preocupacin por los usos y abusos que
Occidente ha hecho de los derechos humanos es la que llev a la UNESCO, en el
cincuentenario de la promulgacin de la Declaracin Universal de los Derechos del Hombre
(1948), a promover iniciativas encaminadas a conocer las diversas percepciones que existen
de ellos para fomentar una mirada intercultural de los mismos:
"Hay que interpretar cmo perciben los diferentes pueblos los Derechos Humanos, ya
que a muchos de ellos les son desconocidos y sentidos como algo ajeno a su contexto
cotidiano. Algunos enfoques rechazan la universalidad de estos derechos por ser
occidentales e individualistas" (UNESCO, 1997: 28).
La postura que sostendremos a lo largo de este trabajo propone que, para disipar temores y
reticencias de otras tradiciones culturales y dar respuesta a los nuevos desafos derivados de la
globalizacin, es necesario hacer una relectura de los derechos humanos que permita renovar
2 No faltan ejemplos contemporneos a este respecto a tenor de casos como Afganistn o Irak, en los que con la
excusa de exportar los derechos humanos se pretende imponer un modelo poltico, econmico y cultural
concreto reforzando as la percepcin que vincula los derechos humanos con el proyecto hegemnico del
capitalismo neoliberal de corte occidental.
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Etnografa de los Derechos Humanos. Etnoconcepciones en los Pueblos Indgenas de Amrica: El Caso Mapuche
19
su legitimidad y dar confianza a todos aquellos que an ven en ellos un peligro para su
identidad y su modo de vida. Pero para que esto sea posible es necesario fundamentarlos en
unas bases plurales que no respondan nicamente a los valores de una cultura concreta.
Nuestra pretensin es contribuir a este objetivo explorando las posibilidades interculturales
que ofrecen los derechos humanos desde la mirada de los pueblos indgenas de Amrica;
creemos, con Krotz (2002: 41), que mediante su estudio antropolgico es posible promover
nuevas bases a partir de las cuales favorecer el dilogo intercultural. Ello supone poner en dar
paso a otras miradas que se alejen del etnocentrismo y del colonialismo y proponer una nueva
lectura de los derechos humanos a partir del vasto legado de prcticas y conocimientos que ha
producido la humanidad a lo largo de la historia, en vista de que las interpretaciones
hegemnicas constituyen un lastre para su adhesin, efectividad y extensin.
En este punto, de momento, dejaremos de lado los problemas interculturales que presentan
los derechos humanos y nos centraremos en los debates producidos desde Occidente a partir
de los retos que presenta la globalizacin y que se refieren, sobre todo, a la cuestin de la
indivisibilidad de los derechos humanos o la necesidad de formular una nueva generacin de
derechos.
1.1. Hacia una renovacin de los derechos humanos
Desde hace tiempo, diferentes personalidades se han mostrado favorables a una evolucin
de los derechos humanos en funcin de las nuevas necesidades sociales, poniendo de relieve
su carcter histrico y dinmico:
(...) lo peor sera 50 aos despus [de la Declaracin Universal], ser como esos artistas neoclsicos que se limitan simplemente a repetir los temas antiguos y a reproducir las
obras que les precedieron. Los derechos humanos son tambin una creacin continua (Banditer, 1998: 5)
Los cambios que se han producido en el mundo contemporneo han trado consigo nuevos
problemas y agresiones, lo que ha favorecido una creciente corriente de opinin que piensa
que es necesario formular nuevos derechos para hacer frente a los nuevos retos y riesgos
derivados de globalizacin3, los que se han venido a llamar derechos emergentes4. A su vez
3 La mayora de las ONG se encuentran decididamente involucradas en esta tarea. Por ejemplo, Amnista
Internacional en el Congreso Internacional celebrado en Dakar (Senegal) entre el 17 y el 25 de agosto de 2001
(Monge, 2001: 2) decidi incorporar a su agenda la denuncia sobre las desigualdades econmicas, sociales y
culturales provocadas por la globalizacin en vista de que muchos de los derechos fundamentales estn siendo
arrasados por las duras condiciones socioeconmicas que imponen las polticas de ajuste estructural, las cuales
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Etnografa de los Derechos Humanos. Etnoconcepciones en los Pueblos Indgenas de Amrica: El Caso Mapuche
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se han producido diferentes debates en la lnea de reforzar la exigibilidad de los derechos de
segunda y tercera generacin que sancionen sin titubeos el principio de indivisibilidad:
(...) lo mismo ocurre con la indivisibilidad: no es posible la dignidad humana donde imperan la extrema pobreza, el analfabetismo, la falta de atencin mdica y la ausencia
de una proteccin social elemental. El ser humano es uno y sus derechos fundamentales
constituyen una unidad indivisible. Privar a un ser humano de una parte de sus derechos
equivale a negrselos todos (Banditer, 1998: 4).
La postura implcita en este trabajo aboga por sancionar el principio de indivisibilidad de
los derechos humanos puesto que, junto a una lectura intercultural, para los pueblos indgenas
supone uno de los mayores impulsos para su efectividad. Entendemos la indivisibilidad en el
sentido de Courtis y Abramovich (2004), para quienes los derechos sociales y econmicos
deben estar en relacin con los derechos polticos y civiles y con los derechos de identidad.
Esta posicin persigue que los derechos humanos puedan satisfacer las demandas de otras
tradiciones culturales y sensibilidades polticas que histricamente han visto cmo sus
aspiraciones han sido escamoteadas por la visin dominante, en tanto que se ha puesto el
nfasis en unos derechos en detrimento de otros. Temas como la proteccin de la
biodiversidad, el derecho a la propiedad intelectual de los pueblos, el concepto de propiedad
colectiva como derecho fundamental y, sobre todo, la consideracin de que los derechos
culturales y colectivos deben considerarse derechos fundamentales e indivisibles, constituyen
retos para la inclusin de la diversidad, y hacia ellos se encaminan buena parte de las
reflexiones actuales de los juristas y otros cientficos sociales5 (Ansuategui et al. 2005;
afectan de manera especialmente negativa a los sectores populares y agudizan las condiciones de marginacin y
exclusin de los segmentos sociales conceptualizados por la instituciones de Bretn Woods como grupos blancos (Campbell, 1998: 24-25), esto es: mujeres, ancianos, indgenas, nios, discapacitados, etc. 4 En el encuentro Derechos Humanos, necesidades emergentes y nuevos compromisos dirigido por Manuel
Bandrs dentro de los Dilogos del Forum de las Culturas (Barcelona 18 al 21 de septiembre de 2004) se plante
la cuestin de si se debera ampliar la Declaracin Universal de 1948 para adaptarla a la realidad actual,
incluyendo nuevos aspectos como la renta bsica, la democracia participativa etc.
(http://www.barcelona2004.org/esp/actualidad/noticias/html/f045434.htm). De este encuentro lo que qued en
evidencia para la mayora de los asistentes es que los derechos humanos van un paso por detrs de los tiempos
por lo que la mayora de los expertos abogaron por profundizar en los derechos ya existentes (El Pas, 20 de
septiembre de 2004, Sociedad: 36). 5 Por ejemplo, un elenco de intelectuales de primer nivel convocados por UNESCO Conferencia Final del
debate Dilogo Internacional sobre Democracia y Derechos Humanos (2000) pusieron de manifiesto el relieve que tiene la indivisibilidad de los derechos humanos en el actual contexto. En este evento emergieron dos
posiciones bien diferenciadas; la primera, partidaria de dar prioridad a los derechos polticos y civiles frente a los
derechos sociales y culturales, mientras que los partidarios de la indivisibilidad argumentaron que de poco valen
los primeros si la miseria y el hambre impiden ejercerlos (UNESCO / El Pas, 2000: 14). Algunos de los
participantes propusieron simplificar al mximo los derechos humanos concretndolos en tres que seran
incontestables: integridad fsica, libertad e igualdad, sin particularismos ideolgicos, religiosos o regionales,
argumentando que los derechos humanos: no son una receta para todos los dolores de la humanidad (Minchnick, en Prados, 2000: 6). Asimismo, para Yadh ben Achour los derechos humanos deben ser
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Etnografa de los Derechos Humanos. Etnoconcepciones en los Pueblos Indgenas de Amrica: El Caso Mapuche
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Aparicio, 2005; Berraondo, 2006; Donnelly, 2003 [1989]; Farias, 2004, 2006 [1997]; Mario
y Oliva, 2004; Prez de la Fuente, 2005; Oliva y Blzquez, 2007; Vidal-Beneyto, 2006).
En esta lnea, organizaciones como Oxfam Internacional o el Centro para los Derechos
Sociales y Econmicos de Nueva York, reclaman que la desigualdad econmica sea
considerada una violacin del derecho humanitario internacional (Monge, 2001: 2). Por su
parte, la Organizacin Mundial de la Salud (OMS) lleva reclamando desde 1998 que la salud
se reconozca como un derecho humano fundamental, sobre todo cuando en ciertos pases sta
se ha convertido en un negocio y la calidad de la asistencia depende de los ingresos
individuales. Los escndalos financieros acaecidos en el 2009 han llevado al mundo a una
crisis slo comparable a la del veintinueve, desmintiendo que el sistema econmico mundial
se pueda regular por s mismo, por lo que la nica manera de subvertir las condiciones a las
que la globalizacin neoliberal ha sometido a gran parte de la humanidad es devolviendo la
direccin del proceso a la poltica (Farias, 2004: 34).
Para algunos, la solucin pasa por promover una nueva formulacin de derechos lo que
supone atender demandas histricas en el mbito de los derechos humanos, como ha venido a
demostrarse con los derechos de los pueblos originarios6.Esta postura se complementa con
ciertas propuestas orientadas a promover la globalizacin de los mecanismos de justicia
(Farias, 2004: 31). No obstante, estas propuestas se observan con recelo por la deriva que
pudiera provocar un exceso de positivacin de aspectos sectoriales que pudieran estar
expresando reivindicaciones de grupos particulares, con la consiguiente merma de eficacia de
los derechos fundamentales.
Un problema aadido es que la universalidad de estos nuevos derechos emergentes
estara igualmente cuestionada por lo que esta cuestin retrae a diferentes sectores que se
muestran escpticos respecto al riesgo que supone poner en crisis el actual marco normativo
sin tener certeza de los supuestos beneficios de una nueva redaccin de los derechos
humanos, como se encarg de puntualizar Jerome Bind, subdirector de Ciencias Sociales y
Humanas de la UNESCO : No estamos en el mejor momento para rescribir la Declaracin
Universal de los Derechos Humanos (21 de septiembre de 2004). Para Campbell (1998: 26)
la promulgacin de una nueva generacin de derechos no resuelve los problemas per se a no
simplificados al mximo para no levantar polmicas interculturales, limitndose a evitar la tirana poltica: () dos ideas simples: No me toquen y djenme hablar (dem). 6 De hecho, a lo largo de los aos noventa las diferentes Conferencias Mundiales (Ro de Janeiro, El Cairo,
Copenhague, Beijing, Estambul, etc.) han promovido distintos manifiestos orientados a la afirmacin de nuevos
derechos (medio ambiente, socioeconmicos, de las mujeres, vivienda, de los nios, etc.).
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Etnografa de los Derechos Humanos. Etnoconcepciones en los Pueblos Indgenas de Amrica: El Caso Mapuche
22
ser que se acompae de nuevas estrategias polticas que aumenten la eficacia en la defensa de
los derechos humanos. Seala que el problema es que se ha dejado al frente de las decisiones
polticas a la dictadura de las leyes del mercado y no se han tomado medidas estructurales
orientadas a reorientar este tipo de desarrollo econmico. Esta situacin se ha agudizado bajo
la hegemona del neoliberalismo y la retirada del Estado de determinados sectores bsicos al
cuestionarse su funcin redistributiva y esta es la razn por la que las ONG reivindican
derechos especficos para paliar las carencias de sistema poltico mundial. Todo ello implica
reordenar las relaciones de poder delimitando la responsabilidad de los diferentes actores que
intervienen en un espacio global cada vez ms complejo. Desde esta ptica se considera
innecesario buscar una ampliacin de los derechos fundamentales en pos de una amalgama de
pronunciamientos especficos orientados a la consecucin de logros polticos y sociales de
carcter sectorial; lo que se propone es que la defensa de los derechos humanos (tanto de los
antiguos como de los nuevos) se sustente en la indivisibilidad y vaya acompaada de medidas
polticas que reviertan el actual modelo de desarrollo:
() tal vez el reto actual no sea tanto la aparicin de una nueva generacin de derechos como el reconocimiento de que en el contexto de la mundializacin la defensa
de los derechos ha de tener en cuenta una multiplicacin de campos de accin y de
dificultades en el espacio y en el tiempo () A cada instante, en la complejidad creciente de las relaciones actuales surge la posibilidad de que se introduzcan cdigos o
reglamentos que en nombre de los derechos humanos tratarn ms bien de legitimar
intereses particulares, procedimientos o estrategias que, en la prctica, pueden dar lugar
a violaciones de derechos al encubrir nuevas relaciones de fuerza no equitativas. As en
el contexto de una mayor politizacin de los retos, parecen aumentar tambin las
posibilidades de recuperacin e instrumentalizacin de los derechos (Campbell, 1998: 27).
Por otra parte, las continuas alusiones al derecho al desarrollo 7 hacen sospechar que ste
se ha convertido en la panacea para muchos de los males que se atribuyen a la globalizacin.
En este derecho confluyen adems los elementos que caracterizan a la nueva generacin de
derechos, ya que stos ponen el nfasis en la indivisibilidad de los derechos humanos para
materializar su efectividad, cuestin especialmente importante para los pueblos indgenas
debido a que cada da son ms evidentes los vnculos que se establecen entre los derechos
7 Valencia (2003: 142), seala que entre las dcadas que van desde 1950 a 1980, el concepto de desarrollo fue
mitificado y utilizado como la panacea para superar la miseria y la injusticia en los pases del Tercer Mundo. La
ONU recogi este principio en sus Asambleas Generales de 1974 y 1975. Sin embargo, opina que mientras los
derechos econmicos y sociales no sean justiciables y la democracia constitucional no se extienda a la justicia
distributiva, esta categora no debe ser tomada con beneficios de inventario desde el punto de vista de los derechos humanos. Gmez Isa (2006: 451), seala que el principal documento que se refiere a este tema es la Declaracin sobre el derecho al desarrollo, aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 4 de
diciembre de 1986. Para mayor profundidad en el tema puede verse en Gmez Isa (1999).
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Etnografa de los Derechos Humanos. Etnoconcepciones en los Pueblos Indgenas de Amrica: El Caso Mapuche
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humanos y el nivel de desarrollo de los pases (vase PNUD, 2000: iii; Gmez Isa, 2006: 451-
467). La idea que subyace es que los derechos humanos son elementos fundamentales en el
desarrollo; de hecho, no puede haber un desarrollo, en el sentido que promueve la UNESCO
(1997) como algo ms que el mero crecimiento econmico, si no se respetan los derechos
humanos, ya que stos forman parte del desarrollo mismo. El problema gravita sobre una
posible interpretacin etnocntrica del desarrollo puesto que ste adolece de la misma
inconsistencia que otros universales (Escobar, 1997: 501-502, citado por Viola, 2000: 19).
En vista del absentismo poltico y la debilidad que se observa en los Estados frente al
poder econmico transnacional, parece necesario positivar nuevos derechos o incluir derechos
especficos reforzando la indivisibilidad de las diferentes generaciones de derechos humanos
para reforzar polticas globales que sean capaces de enfrentar los problemas derivados de un
modelo econmico hegemnico generador de desigualdad y predador con el Planeta. Pero
reconducir el proceso en beneficio de las personas requiere abordar la cuestin de la
diversidad como caracterstica esencial de la humanidad, por lo que es necesario ensayar
nuevos modelos y argumentos ticos, polticos, culturales y jurdicos para proteger la Agencia
Humana8 Si los derechos existentes se encuentran cuestionados desde una perspectiva
intercultural, sera estril codificar nuevos derechos sin que stos hubieran pasado un tamiz
transcultural; esto se revela especialmente evidente en lo que se refiere al mbito de la salud,
al medio ambiente o la educacin tres de los pilares en los que los pueblos originarios de
Amrica fundamentan su proyecto de vida deseable, tal como veremos en el caso mapuche.
1.2. El fenmeno de la globalizacin y los derechos humanos
La polisemia poltica asociada al trmino globalizacin9 ha llevado a que, incluso, los
sectores ms crticos con este fenmeno pujen por arrogarse su significado y aprovechen las
8 Entindase por agencia, en una acepcin no recogida en el diccionario, la cualidad de agente, siendo ste la
persona o cosa que obra o tiene virtud de obrar. Buscar una expresin espaola ms correcta para el trmino
ingls agency, de uso tan frecuente en la teora social y cultural contempornea, tendra el inconveniente de
hacerla irreconocible. 9 Para profundizar en el tema de la globalizacin aplicado al mbito que nos ocupa es interesante revisar Held y
McGrew (2003), Beck (1998), Hardt y Negri (2000), Wallerstein (1979). Resulta interesante acudir tambin a
compilaciones aparecidas como resultado de proyectos erigidos sobre el tema de la mundializacin y que
abordan los problemas y los retos que se derivan de mltiples aspectos vinculados a estos procesos globales
como, por ejemplo, el coordinado por Vidal-Beneyto dentro del programa La Globalizacin en el Mundo que desarrolla el colegio de Altos Estudios Miguel Servet en asociacin con la Agencia Europea para la Cultura (2002; 2003; 2004; 2006). Igualmente Miguel Castell (2000) cuenta con una magnfica triloga que trata este
proceso desde diferentes perspectivas. Canclin ofrece tambin una visin interesante de las dimensiones
culturales de la globalizacin desde la perspectiva antropolgica y en claves latinoamericanas (1999; 2004). Para
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Etnografa de los Derechos Humanos. Etnoconcepciones en los Pueblos Indgenas de Amrica: El Caso Mapuche
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sinergias que ofrece para dar cabida a diferentes aspiraciones, reconvirtiendo as la
globalizacin capitalista en un fenmeno protagonizado por la sociedad civil y no nicamente
por los Estados y los mercados internacionales. En esta pugna, la globalizacin de los
derechos humanos como referentes ticos y jurdicos ha adquirido una relevancia sin
parangn.
Los procesos transnacionales han puesto en evidencia movimientos y fenmenos
heterogneos que provocan profundas transformaciones en todos los mbitos y en muchos
casos estos cambios han sido vistos en claves de oportunidades; ste es el motivo de que
muchos sectores sociales hayan transitado desde el discurso de la antiglobalizacin, esgrimido
por los detractores de la globalizacin, al de la alterglobalizacin y, en lugar de luchar
frontalmente contra ella, han optado por apropiarse de su significado con objeto de reconducir
los cambios en su propio beneficio a partir de las oportunidades que la globalizacin ofrece
para las personas. La Premio Nobel, Nadine Gordimer, sintetiz certeramente el sentido de
este proyecto alternativo: Ninguna globalizacin sin rostro humano (citada por Morales
2001: xxii).
Se podra afirmar que este ha sido el camino que han recorrido los pueblos originarios en
los ltimos aos, los cuales han aprovechado las ventajas que aportan las nuevas tecnologas
de la comunicacin para crear redes y demandar la extensin de los derechos humanos para
sus pueblos (Morales, 2001: xvii; Anaya, 2004: 89-99; Brysk, 2007; 2009; Radcliffe, 2007).
La creciente globalizacin del derecho ha permitido a los pueblos indgenas trascender los
marcos jurdicos nacionales, que a veces son ms restrictivos para sus intereses que los
internacionales, con cierto xito para defender sus territorios y sus culturas.
Parece evidente, por tanto, que no existe una sola globalizacin sino mltiples
globalizaciones10
. Pero lo cierto es que ms all de enfoques acadmicos, posiciones polticas
y disquisiciones conceptuales11
, todo el mundo entiende que se ha radicalizado un proceso
una visin altermundista vanse las obras de Boaventura de Sousa Santos (2003; 2005), uno de los principales impulsores del Foro Social Mundial que se origin en 2001 en Porto Alegre. 10
Es conveniente apuntar que algunos especialistas advierten de la plasticidad con que se viene usando la
globalizacin para explicar cualquier problema contemporneo, alertando sobre el uso excesivo y poco riguroso
que se hace del trmino. Vidal Beneyto en una entrevista al diario El Pas se refera a esta cuestin: A la confusin derivada de la condicin polismica de la mundializacin al mismo tiempo un proceso, una prctica, una categora de anlisis, un resultado y un conjunto de condiciones estructurantes ha venido a agregarse la utilizacin, como siempre, multiusos a que se la ha destinado en el mundo meditico, lo que la ha convertido en
la salsa de todos los guisos explicativos de la sociedad actual (29 de septiembre de 2007, internacional: 12). 11
Farias (2004: 8-9) sostiene que trminos como mundializacin, transnacionalizacin e internacionalizacin,
pese a su imprecisin, vienen siendo utilizados indiscriminadamente para referirse a la globalizacin aunque
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Etnografa de los Derechos Humanos. Etnoconcepciones en los Pueblos Indgenas de Amrica: El Caso Mapuche
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econmico de caractersticas mundializadas al que comnmente nos referimos por el trmino
globalizacin y que supone una acentuacin sin precedentes de las redes mundiales de
interdependencia, cuya manifestacin ms determinante desde el ltimo cuarto del siglo XX
ha sido el afianzamiento mundial de la economa capitalista en su vertiente ms radical12
y
que se ha retroalimentado de las innovaciones tecnolgicas, especialmente de las del sector de
las telecomunicaciones (internet, TV por cable, telefona mvil, etc.). Por otra parte, pese a la
imprecisin y la polmica que suele acompaar a la nocin de globalizacin y las
asociaciones implcitas que se le atribuyen, lo cierto es que actualmente la globalizacin, tanto
en sus dimensiones reales como en las imaginadas, impregna cualquier asunto en el que se
ven implicados los derechos humanos y los derechos de los pueblos indgenas; de ah que este
fenmeno impregne transversalmente este trabajo.
La caracterizacin de la globalizacin nicamente asociada a la mundializacin del
capitalismo y la hegemona occidental cuenta con mltiples detractores y tanto en su vertiente
poltica como conceptual resulta discutida y esta lnea se encuendra este trabajo. Por ejemplo,
algunos autores sealan que se ha difundido una idea de la globalizacin en la que sta es el
resultante de un proceso evolutivo y por tanto inevitable, discutiendo que este fenmeno
siquiera resulte algo novedoso en la historia de la humanidad13. Para Quijano (2006) el mito
cada uno de ellos tiene significados distintos. El reconocimiento del trmino globalizacin no se produce hasta
finales de los ochenta, pero era un concepto ya generalizado entre los especialistas (ibdem: 6). Sugiere que el
nico nombre que hace verdadera justicia a los cambios espacio-temporales es el de transnacionalizacin, ya que considera que estas transformaciones son las realmente sustantivas para explicar el fenmeno de la
globalizacin (ibdem: 10). Por mundializacin hay que entender el proceso que se relaciona con la accin de descubrir y ocupar el mundo y tiene, por tanto un sentido territorial y geogrfico. Se trata de un proceso de cierre de fronteras y el mximo exponente es el descubrimiento de Amrica. Internalizacin hace referencia al proceso por el cual se establecen relaciones institucionales entre los Estados nacionales. El proceso de internacionalizacin consiste en una apertura de las fronteras estatales (sin merma de la soberana nacional) para
la consecucin de los objetivos comunes (Farias, 2004: 9-10). 12
Este proceso debe ser enmarcado por tanto dentro de una coyuntura poltica marcada por la hegemona del
liberalismo econmico, que propugna el intercambio de bienes y servicios sin restricciones dentro de una
economa radical de mercado, en la cual, el papel del Estado como regulador y mediador de las actividades econmicas debe reducirse a la mnima expresin. La globalizacin neoliberal propugna un mundo sin fronteras econmicas para el libre intercambio de mercancas entre los pases (sin trabas legales para la exportacin, la importacin, etc.) y defiende que las nicas instancias reguladoras sean aquellas que provienen
de la dinmica autnoma de los mercados mundiales, donde toman especial relevancia los flujos financieros
especulativos frente a los sectores productivos. Las recetas econmicas estandarizadas proponen libertad de
salarios y de contratacin, libre competencia, en resumen, una economa regida exclusivamente por la ley de la
oferta y la demanda: se trata de convertir al mundo en un gran mercado aldea global (Garca Gutirrez 2002: 140-141). 13
Held y McGrew (2003: 15-17) dicen que para los escpticos la globalizacin constituye un mito que
contribuye a justificar el neoliberalismo global y a reeditar un tipo de neo-imperialismo occidental al servicio del
capitalismo de las potencias dominantes. Sostienen que la globalizacin no es un fenmeno nuevo en la historia,
y que la palabra globalizacin no es ms que un clich popular para definir un fenmeno al que ya se refirieron autores del siglo XIX y principios del XX, entre los que destacan Marx, Saint-Simon y McKinder (2003: 13-14).
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de la globalizacin es un intento del neoliberalismo por monopolizar y desvirtuar el marco
explicativo de las realizaciones de poder a escala planetaria, negando la posibilidad de la
existencia de espacios alternativos que puedan escapar a este fenmeno tan natural como
irremediable.
Para Giddens (2004: 16-17) la globalizacin es la expresin de una radicalizacin de la
modernidad y rechaza la emergencia de un nuevo paradigma sustitutorio: inventar trminos
como postmodernidad y el resto para ver cmo hemos llegado aqu es un error, ya que para
ste lo que hay que hacer es realizar una nueva mirada de la modernidad que ha sido
precariamente concebida por las ciencias sociales:
En vez de estar entrando en un periodo de postmodernidad, nos estamos trasladando a uno en que las consecuencias de la modernidad se estn radicalizando y universalizando
como nunca (Giddens, 2004 [1990]: 17).
La afirmacin de que lo que llamamos globalizacin no es otra cosa que un proceso de
profundizacin de la modernidad ha sido rechazada por diversos autores debido a que implica
decir que la globalizacin supone la universalizacin de la modernidad (Quijano, 2006). Para
Quijano la globalizacin no puede concebirse como una radicalizacin de la modernidad, ya
que modernidad y colonizacin son dos elementos que van unidos y as deben ser
contemplados: no slo otros mundos son posibles sino que siempre han existido otros
mundos (dem), pero para concebirlos la modernidad debe ser superada salindose de ella.
Escobar (2003: 51) alerta tambin de los ocultamientos implcitos en los mensajes globales
que pretenden moldear el imaginario colectivo para afianzar los mecanismos de dominacin y
de imposicin de un orden mundial que aspira a erigirse en un nuevo universalismo cuando en
realidad lo que ofrece es un neocolonialismo. Para Anibal Quijano (2007: 93) uno de los
elementos constitutivos del patrn mundial del capitalismo es la colonialidad14
la cual se
funda en:
la imposicin de una clasificacin racial/tnica de la poblacin del mundo como piedra angular de dicho patrn de poder y opera en cada uno de los planos, mbitos y
Fue a partir de 1960 cuando la aceleracin de las interacciones mundiales rompieron con la idea de la separacin
radical entre la poltica exterior e interior y entre los mbitos de relacin e interdependencia poltica y
econmica. 14
Para Anibal Quijano la colonialidad es un concepto diferente al de colonialismo, aunque surge vinculado con
l. El colonialismo se refiere estrictamente a una estructura de dominacin y explotacin, donde el control de la autoridad poltica, de los recursos de produccin y del trabajo de una poblacin determinada lo detenta otra
diferente identidad, y cuyas sedes centrales estn, adems, en otra jurisdiccin territorial. Pero no siempre, ni
necesariamente, implica relaciones racistas (2007: 93, nota 1).
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dimensiones, materiales y subjetivas, de la existencia cotidiana y a escala social (2007: 93).
Grosfoguel (2006) sugiere que la globalizacin debe concebirse como un sistema de
mltiples jerarquas de poder (heterarquas15
) que se encuentran entrelazadas entre s. Sostiene
que el colonialismo y todos los movimientos histricos realizados por las potencias
dominantes encaminados a la mundializacin se basan en una combinacin de elementos
econmicos, polticos y culturales, por lo que los procesos transnacionales se caracterizan por
una heterogeneidad histrico-estructural:
El sistema no es como lo ve Wallerstein [refirindose a su Teora del Sistema Mundo (1979)], donde existe una sola jerarqua, una sola lgica, en este caso, la jerarqua econmica y la lgica de acumulacin de capital a escala mundial. La nocin
de heterarqua rompe con la nocin de jerarqua determinando todo el sistema-mundo, y
reconceptualizando el sistema mundo como mltiples jerarquas articuladas y enredadas
de manera compleja (Grosfoguel, en Equipo Sigma, s/f: 70).
Para Sousa Santos (1997: 4) existe una relacin ntima entre los procesos de globalizacin
y los de localizacin, puesto que ambos constituyen las dos dimensiones de un mismo
fenmeno, y esto resulta importante para situar el discurso y las prcticas referidas a los
derechos humanos desde posiciones contra-hegemnicas en el contexto contemporneo, como
las que se realizan desde los pueblos originarios de Amrica. Este autor denomina localismo
globalizado al fenmeno local globalizado con xito y globalismo localizado al impacto
especfico de las prcticas e imperativos transnacionales en las condiciones locales que por
tanto son desestructuradas y reestructuradas para responder a imperativos transnacionales. El
esquema propuesto por Santos permite entonces redimensionar y situar el discurso de los
derechos humanos ms all de la polmica filosfica universal versus particular puesto que,
para l, el sistema mundial responde a una red de localismos globalizados y de globalismos
localizados (Sousa Santos, 1997: 4). No obstante, advierte, existen ciertas categoras que no
pueden incluirse en las anteriores; por ejemplo, los cosmopolitismos y la herencia comn
de la humanidad (ibdem: 5). Para ste, los cosmopolitismos consisten en formas de
localismos globalizados o globalismos localizados manejados por los grupos sociales, los
Estados-nacin, otros pueblos no occidentales, etc., que pugnan por erigirse en ideas o
conceptos cosmopolitas a partir de una manipulacin interesada de los beneficios y las
15
Debido a esta complejidad estructural Grosfoguel propone la denominacin de sistema-mundo europeo-
euronorteamericano moderno-colonial capitalista-patriarcal, ya que esta interminable enunciacin refleja mejor los diferentes mbitos de poder que se esconden bajo el proyecto de radicalizacin de la modernidad (en Equipo
Sigma, s/f).
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capacidades de la interaccin transnacional creada por el Sistema Mundial. Los segundos son
aspectos que se refieren al planeta Tierra en su totalidad, y son imprescindibles para la
sostenibilidad de la vida humana16
.
Coincidimos con Santos en que los conflictos, resistencias, luchas y coaliciones que se
agrupan alrededor del cosmopolitismo y la herencia comn de la humanidad muestran que lo
que llamamos globalizacin es de hecho un conjunto de reas de confrontacin (1997: 5).
Asimismo participamos de la apreciacin de Grosfoguel respecto a que es necesario entender
la globalizacin desde la articulacin de heterarquas de poder que confluyen en unos
determinados contextos de ocurrencia pero que los trascienden. Por tanto, en este trabajo
hemos contemplado la globalizacin como un fenmeno contradictorio, complejo y
multidireccional y en el que las decisiones y procesos mundiales tienen una repercusin
particular en el mbito local, y en el que estos fenmenos son reinterpretados y devueltos en
formas particulares. Desde esta perspectiva, lo local y lo global se encuentran en una relacin
dialctica y complementaria. La lectura de los procesos que describen el impacto de la
transnacionalizacin en los contextos locales se ha venido a enunciar con el trmino hbrido
de glocalizacin17, que consiste en interpretar cmo las diferentes sociedades digieren a su
manera y reelaboran nuevas formas culturales a partir de su singular insercin en el sistema
econmico (Piqueras, 1999). No obstante, esta hibridacin no debe tomarse en el sentido de
una eliminacin de las lneas rojas que separan lo universal de lo particular como se encarga
de matizar Aug:
(...) el binomio local-global no es equivalente a universal-particular ya que lo local puede ser una rplica de lo global o una excepcin y lo particular tiene cosas que se
relacionan con lo universal de forma dialctica. De ah surge el trmino glocal (Aug 2007: 53).
16
Sousa Santos seala que estos aspectos seran, por ejemplo: el medio ambiente global, la proteccin de la capa
de ozono, el Amazonas, la Antrtida y otras categoras como la exploracin del espacio, la Luna, etc.: Todo lo anterior se refiere a recursos que deben ser fideicomisarios de la comunidad internacional en nombre de las
generaciones presentes y venideras (1997: 5). 17
Este trmino fue acuado en los aos ochenta y, en este contexto, se atribuye su difusin a Ulrich Beck. Nace
de la mezcla de globalizacin y localizacin y con el objetivo de entender el actual proceso de transformacin.
Segn el Profesor Andreas Novy de la Universidad de Viena, el discurso de la glocalizacin est fuertemente influenciado por los socioliberales que aceptan la presunta economa global y la presin de las circunstancias tecnolgicas y sustentan la tesis de que las presiones globales abren espacios para la accin en lugares concretos para sacar provecho de esos cambios globales. De eso se trata, de todas las formas de competencia en funcin del lugar (Novy, 2007).
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1.2.1. El discurso de la interculturalidad en un mundo globalizado
La reacomodacin a las presiones del capitalismo y al etnocentrismo global promovido por
los pases dominantes ha acentuado los procesos de reafirmacin identitaria debido a los
temores a la asimilacin y a los intentos de fijar una cultura mundial basada sobre todo en
la tradicin euro-norteamericana y en la que los derechos humanos conformaran el relato
aglutinante frente a las tendencias de las polticas identitarias18
. Esta homologacin se asienta
sobre unas condiciones polticas, jurdicas y econmicas que se caracterizan por la asimetra
de poder:
() cuanto ms se globalizan las relaciones jurdico-econmicas ms se localizan o se fragmentan las manifestaciones sociales, laborales y culturales, en las cuales aqullas
han de desarrollarse, produciendo adems una relacin desigual entre aqullas y stas (Farias, 2004: 7).
Piqueras (1999) seala que la antropologa ha insistido en presentar la globalizacin
incluyendo las mltiples formas de mundializacin que experimentan los diferentes
pueblos, los cuales se han encargado de reasumir y reinterpretar los fenmenos de la
aparente homogeneizacin planetaria, enfoque asumido en este trabajo. Coincidimos
tambin con Escobar (2003) en que el resurgimiento identitario y la resistencia a la
homogeneizacin han puesto de relieve la existencia de afueras o periferias de la
globalizacin, en las que, con creatividad y fortaleza, las culturas minoritarias y subordinadas
resisten los envites de Occidente en los intentos de una neo-universalizacin del mundo,
contraponiendo experiencias alternativas y redes organizativas cada vez ms influyentes y
mejor organizadas, al actuar con vocacin y voz global.
Hemos querido insertar las relaciones interculturales en el marco de las interacciones
globales atendiendo a la desigualdad y a la conexin/desconexin con los sistemas ms
amplios y a la inclusin/exclusin de los beneficios que este proceso aporta a los pueblos
indgenas. Garca Canclini condensa el sentido que nos interesa en este trabajo en el ttulo de
su libro Diferentes, Desiguales y Desconectados (2004) a la hora de relacionar la
globalizacin con la diversidad cultural. Para este autor al plantear los modos de
18
Sobre el tema de los derechos humanos, el cruce de perspectivas culturales, la globalizacin y los
cuestionamientos del universalismo por parte de las diferentes culturas existen trabajo de marcado corte
antropolgico que abordan estas cuestiones desde los contextos locales y desde las diferentes perspectivas en
relacin con niveles de articulacin ms amplios, algunos trabajo clsicos los tenemos en An-Na m (editor,
1995), Wilson (editor, 1997), Turner y Nagengast (editores, 1997), Cowan, Dembour y Wilson (2001), Pitarch y
Lpez Garca (2001).
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interculturalidad19
en clave negativa se adopta lo que siempre ha sido la perspectiva del
pensamiento crtico: el lugar de la carencia (2004: 25). Se trata de recoger la perspectiva de
los actores a partir de la impronta fsica, psicolgica y cultural que va dejando la
globalizacin en los globalizados y que se enmarca en mltiples espacios de interaccin
cultural, tanto fsicos como virtuales.
Resulta obvio que el mero reconocimiento de la diferencia bajo el discurso del
multiculturalismo resulta una aceptacin simblica, pero est vaca de contenido y forma
parte de un proyecto de Estado remozado que se ha venido a denominar como
multiculturalismo liberal y que no sera ms que un variedad del Estado-nacin excluyente
de siempre ya que, como ha sealado Walsh (2007: 53-55), la interculturalidad no es slo
interrelacin sino que tambin es transformacin. La multiculturalidad tal como ha sido
digerida por el neoliberalismo pretende presentar la diversidad como un agregado en la
unidad del Estado, pero no cuestiona la ideologa del Estado unitario, dejando intactas las
estructuras e instituciones que reproducen las desigualdades. Coincidimos con Walsh en que
ha habido una instrumentalizacin de ciertas interpretaciones de los trminos
multiculturalidad/interculturalidad para diluir la cuestin de la diferencia bajo el discurso del
intercambio y el prstamo, lo que supone implcitamente la folclorizacin y la negacin del
otro (el diferente, el pobre, el subordinado, el disidente...):
(...) el discurso de la interculturalidad es cada vez ms utilizado por el Estado y por los proyectos de las fundaciones multilaterales como un nuevo gancho del mercado. Al asumir la interculturalidad dentro de la poltica y el discurso del Estado, y de modo
similar dentro de la poltica de las instituciones multilaterales como el Banco Mundial,
su fundamental significacin transformativa, tal como es concebida por los
movimientos indgenas, es debilitada y co-optada (Waslh, 2007: 55).
19
Para referirnos a este proceso de interaccin de la diversidad cultural en un mundo globalizado, a lo largo del
trabajo utilizaremos preferentemente el trmino interculturalidad, puesto que algunos autores han llamado la
atencin respecto a las limitaciones que encierra el concepto de multiculturalidad acuado en los aos setenta
(Malgesini y Jimnez, 1997: 210). Ruiz (2005: 39) seala que el multiculturalismo puede referirse tanto a un
hecho descriptivo (la evidencia de la coexistencia de culturas distintas en un mismo espacio), como evaluativo,
es decir: un programa social por el cual las polticas pblicas deben tender a potenciar y armonizar la diversidad
y ver en ella un valor positivo. El objetivo de acuar el trmino interculturalidad es precisamente abandonar una
concepcin esencialista y esttica de las culturas, aisladas unas de otras y cerradas sobre s mismas, y optar por
un trmino que pudiera expresar las intensas interacciones culturales que tienen lugar en la prctica.
Interculturalidad se refiere tambin a un proyecto que hace de las interacciones de las sociedades pluriculturales
un valor positivo y que pretende introducir la armona, en el sentido de la convivencia, de todas las formas de
vida, de conducta y cognicin. La interculturalidad supone reconocer la conflictividad y la dificultad de las
interacciones culturales, pero tambin la posibilidad de que el conflicto sea regulado y controlado con xito
(Marchesi y Jimnez, 1997: 210-211).
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La etnografa viene a demostrar que las dinmicas que se producen fuera de las fronteras
tnicas han dado una dimensin mundial y multicultural a los problemas de los pueblos
originarios, los cuales influyen decisivamente en la configuracin de las representaciones
locales que existen sobre los derechos humanos, as como en la elaboracin del discurso que
se organiza en torno a ellos; a la inversa, fruto de estos procesos, los derechos humanos estn
siendo sometidos a nuevas exigencias y demandas. En este sentido la interculturalidad ha
pasado a convertirse en una herramienta conceptual que organiza la diferencia colonial, las
polticas de subjetividad del movimiento [indgena] y su pensamiento y acciones en relacin
al problema de la colonialidad del poder (Walsh, 2007: 57-58).
1.2.2. La extemporaneidad de la polmica universalismo versus relativismo
Pese a que la vieja polmica entre universalismo y relativismo20
en relacin con los
derechos humanos sigue produciendo abundante literatura y protagonizando cclicamente el
centro del disenso en importantes eventos21
, resulta imperativo trascender este debate debido
a que las condiciones polticas, econmicas y sociales que ofrece el actual contexto mundial
se han encargado de poner en evidencia la extemporaneidad de esta diatriba y su esterilidad
para resolver los problemas reales de los grupos ms desfavorecidos, los cuales se encuentran
ya inmersos en una dinmica de interacciones sin precedentes.
Al menos en lo que respecta a las grandes desigualdades sociales y a la sistemtica
conculcacin de los derechos humanos que se observa en muchas partes del mundo, lo que
parece claro es que la teora de los derechos humanos es universal slo en abstracto, pero no
en su aplicacin (Sousa Santos, 1997: 6); basta observar la indiferencia con la que contemplan
las pri