ETSAM-AJ-GEP-01-RIVAS-DIEGO

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Desde la antigüedad, el ser humano ha sentido la necesidad de medir y calcular el tiempo por distintas razones. Para ello ha creado métodos más o menos exactos, según le iba permitiendo su estado tecnológico; llendo desde un palo clavado en la tierra hasta los relojes atómicos con una precisión de 10- 9 segundos al día. La evolución de esta máquina ha permitido el desarrollo del mundo como hoy lo conocemos. Esto sucede hasta tal punto que ya se ha convertido en un apéndice en cada uno de nosotros (en la muñeca o con forma de telefono móvil) marcandonos día tras día cada paso de nuestra rutina. Este hecho me hace pensar que seguramente se trate de la máquina que más controla nuestra vida. Centrandonos en los modelos de relojes de pulsera, también se observa la gran complejidad, tanto formal como funcional, que adoptan para servir bien a su fin. Son máquinas sutiles, en las que cada parte es necesaria y forma un todo, siempre contando con unas limitaciones de espacio muy importantes, por lo que el máximo ajuste es una premisa básica. Se trata de máquinas que han llegado a ser casi autosuficientes, pues constan de un contrapeso que las mantiene en funcionamiento tan solo con el movimiento de las manos. Como se expone anteriormente, el reloj mecánico de pulsera va a ser el objeto de proyecto por su condición de controlador de la vida humana. Partiendo de esta afirmación se radicaliza la idea en distintas escalas: - Escala humana: Con una precisión exacta al modelo original, se plantea una cápsula de vida (como unidad habitacional) que se adapta en cada momento a un uso especifico, demostrando la capacidad del reloj, como máquina radicalizada, de controlar en TODOS los aspectos la vida de un individuo. Esta cápsula se beneficiaría del AULA DIGITAL como medio a través del cual se interacciona con la persona introducida en ella. Se produciría el efecto TAMAGOTCHI MAN! - Escala colectiva: Manteniendo este esquema de máxima funcionalidad en cada momento preciso y en cada sitio exacto, se plantea una torre con un programa lo suficientemente libre como para tener que cambiar de forma con cada uso. Siendo así, la torre mutaría según los deseos expresados en la pantalla del AULA DIGITAL, pués no debe tener la misma apariencia de día que de noche, o un día de diario que un día de fiesta. - Escala de ciudad: El siguiente paso sería que los edificios de una misma ciudad interactuen entre sí (al igual que las calles, plazas, etc...) como lo haría la torre anterior. De esta forma obtendríamos una ciudad que de verdad representaría la vida contemporanea, y se podría conseguir mejoras a nivel energético, estético y de comodidad. En este estado, el AULA DIGITAL pasaría a convertirse en el nuevo apéndice del ciudadano Aunque pueda parecer deshumanizador, la razón básica de este proyecto es la coherencia entre VIDA DINÁMICA y ARQUITECTURA DINÁMICA. A la hora de representar una flor en crecimiento, se utiliza una técnica de video en la que se filma con una velocidad más baja de lo normal y luego se acelera, viendo así los cambios de forma mucho más clara. De la misma forma, se pretende una arquitectura que en cada momento se adapte a nuestra “velocidad de vida” y no viceversa. A la hora de representación para la ENTREGA FINAL se pretende un documento audiovisual en el que se muestre ese aspecto mutable de cada uno de los dispositivos. diego_rivas_navazo___5738___PREENTREGA_160909___gep

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GEP 01 RIVAS, DIEGO

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Desde la antigüedad, el ser humano ha sentido la necesidad de medir y calcular el tiempo por distintas razones. Para ello ha creado métodos más o menos exactos, según le iba permitiendo su estado tecnológico; llendo desde un palo clavado en la tierra hasta los relojes atómicos con una precisión de 10- 9 segundos al día.

La evolución de esta máquina ha permitido el desarrollo del mundo como hoy lo conocemos. Esto sucede hasta tal punto que ya se ha convertido en un apéndice en cada uno de nosotros (en la muñeca o con forma de telefono móvil) marcandonos día tras día cada paso de nuestra rutina.

Este hecho me hace pensar que seguramente se trate de la máquina que más controla nuestra vida.

Centrandonos en los modelos de relojes de pulsera, también se observa la gran complejidad, tanto formal como funcional, que adoptan para servir bien a su fin.

Son máquinas sutiles, en las que cada parte es necesaria y forma un todo, siempre contando con unas limitaciones de espacio muy importantes, por lo que el máximo ajuste es una premisa básica.

Se trata de máquinas que han llegado a ser casi autosuficientes, pues constan de un contrapeso que las mantiene en funcionamiento tan solo con el movimiento de las manos.

Como se expone anteriormente, el reloj mecánico de pulsera va a ser el objeto de proyecto por su condición de controlador de la vida humana.

Partiendo de esta afirmación se radicaliza la idea en distintas escalas:

- Escala humana: Con una precisión exacta al modelo original, se plantea una cápsula de vida (como unidad habitacional) que se adapta en cada momento a un uso especifico, demostrando la capacidad del reloj, como máquina radicalizada, de controlar en TODOS los aspectos la vida de un individuo.Esta cápsula se beneficiaría del AULA DIGITAL como medio a través del cual se interacciona con la persona introducida en ella. Se produciría el efecto TAMAGOTCHI MAN!

- Escala colectiva: Manteniendo este esquema de máxima funcionalidad en cada momento preciso y en cada sitio exacto, se plantea una torre con un programa lo suficientemente libre como para tener que cambiar de forma con cada uso. Siendo así, la torre mutaría según los deseos expresados en la pantalla del AULA DIGITAL, pués no debe tener la misma apariencia de día que de noche, o un día de diario que un día de fiesta.

- Escala de ciudad: El siguiente paso sería que los edificios de una misma ciudad interactuen entre sí (al igual que las calles, plazas, etc...) como lo haría la torre anterior. De esta forma obtendríamos una ciudad que de verdad representaría la vida contemporanea, y se podría conseguir mejoras a nivel energético, estético y de comodidad. En este estado, el AULA DIGITAL pasaría a convertirse en el nuevo apéndice del ciudadano

Aunque pueda parecer deshumanizador, la razón básica de este proyecto es la coherencia entre VIDA DINÁMICA y ARQUITECTURA DINÁMICA. A la hora de representar una flor en crecimiento, se utiliza una técnica de video en la que se filma con una velocidad más baja de lo normal y luego se acelera, viendo así los cambios de forma mucho más clara. De la misma forma, se pretende una arquitectura que en cada momento se adapte a nuestra “velocidad de vida” y no viceversa.

A la hora de representación para la ENTREGA FINAL se pretende un documento audiovisual en el que se muestre ese aspecto mutable de cada uno de los dispositivos.

diego_rivas_navazo___5738___PREENTREGA_160909___gep