Evangelizaci6n y cultura en America Latina

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Evangelizaci6n y cultura en America Latina La penetracion del cristianismo en el continen- te iberoamericano es un campo privilegiado para comprender las etapas y las condiciones de la evan- gelizacion de las culturas en el mundo. La Iglesia ha ido tomando progresivamente conciencia de los retos que representa la inculturacion del Evangelio en la situacion compleja de America Latina. Esta maduracion concierne a todas las personas e insti- tuciones comprometidas en la obra evangeliza- dora, los representantes de las Iglesias locales asi como los responsables de la Iglesia universal. La difusion del Evangelio en las culturas iberoameri- canas ha de ser entendida como un acontecimiento mayor en la vida de la Iglesia catolica. Nos detendremos sobre todo en los siguientes puntos: la perspectiva cultural de este esfuerzo evangelizador; las cuestiones dpicas representadas hoy por el desarrollo y la modernizacion; el en- cuentro salvifico de las culturas autoctonas; la mo- vilizacion para una nueva evangelizacion. Veremos como esta experiencia notable de inculturacion ha

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Evangelizaci6n y cultura en America Latina

La penetracion del cristianismo en el continen-te iberoamericano es un campo privilegiado paracomprender las etapas y las condiciones de la evan-gelizacion de las culturas en el mundo. La Iglesiaha ido tomando progresivamente conciencia de losretos que representa la inculturacion del Evangelioen la situacion compleja de America Latina. Estamaduracion concierne a todas las personas e insti-tuciones comprometidas en la obra evangeliza-dora, los representantes de las Iglesias locales asicomo los responsables de la Iglesia universal. Ladifusion del Evangelio en las culturas iberoameri-canas ha de ser entendida como un acontecimientomayor en la vida de la Iglesia catolica.

Nos detendremos sobre todo en los siguientespuntos: la perspectiva cultural de este esfuerzoevangelizador; las cuestiones dpicas representadashoy por el desarrollo y la modernizacion; el en-cuentro salvifico de las culturas autoctonas; la mo-vilizacion para una nueva evangelizacion. Veremoscomo esta experiencia notable de inculturacion ha

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encontrado una formulacion cada vez mas implf-cita en los documentos mayores de la Iglesia lati-noamericana, de Medellin, Puebla y Santo 00-mmgo.

mergida en las mas lastimosas tinieblas, dedicada ahonrar a dioses falsos con ritos espantosos y su-persticiones: que si es lamentable vivir un estilosalvaje y con costumbres feroces, mas aun 10 es vi-vir en la ignorancia de las cosas superiores y de laexistencia del unico y verdadero Dios". Con la lle-gada de Colon, "alter emersit orbis", habitado por"millones de hombres que iban a pasar del estadosalvaje a la civilizacion" (Leonis XIII Acta, XII,1882, pp. 179-180).

1. La perspectiva cultural de fa evangelizacion deAmerica Latina

La abundante documentacion eclesiastica de losultimos decenios ofrece un claro testimonio de co-mo la Iglesia catolica, aceptando los desaffos de lacultura adveniente y de todas las culturas vivas, haido formulando y perfeccionando su posicion, detal suerte que fa cultura llega a ser el espacioprivile-giado de su accion. Si los analisis que llevan a laIglesia a esta conviccion tienen un gran significadopara todo el mundo, para America Latina tienenuna resonancia quizas mayor por los grandes con-textos socioculturales e historicos que ha vivido yvive el continente, particularmente derivados delos cinco siglos de su encuentro con el cristianis-mo, desde que este irrumpio de mano de la cultu-ra iberica hasta nuestros dias.

Es por demas esclarecedor observar como ellenguaje de la Iglesia ha ido pasando gradualmen-te del analisis de las civilizaciones al analisis de lasculturas, para llegar en nuestros dias a la idea y a lapraxis de la inculturacion. En el tiempo de LeonXIII, se reafirmaba la mision civilizadora de la Igle-sia en el mundo, contra los ataques de los agnosti-cos liberales de la epoca, que la acusaban de servirde Freno al progreso moderno. Asi, Leon XIII afir-maba en su primera endclica Inscrutabili (1878)que la Iglesia "ha civilizado el genero humano ensus costumbres privadas y publicas".

En la endclica Quarto Abeunte Saeculo del 16 dejulio de 1892, sobre el IV Centenario del descu-brimiento de America, Leon XIII no utiliza el con-cepto de cultura, sino el de civilizacion, que se re-serva a los europeos, a quienes distingue de los nocivilizados, que viven en las tinieblas y la supersti-cion, pues eran: "Una multitud inmensa de genteque se hallaba mas alIa del mundo conocido, su-

A un siglo de distancia, ellenguaje de la Iglesiasobre la cultura indigena refleja la aproximacionnueva inspirada en el progreso antropologico y enla teologia del Vaticano II. Asi, dirigiendose a losindigenas de Guatemala el 7 de marzo de 1983,Juan Pablo II les deda: "Vuestras culturas indige-nas son riqueza de los pueblos, medios eficaces pa-ra transmitir la fe, vivencias de vuestra relacioncon Oios, con los hombres y con el mundo. Mere-cen, por 10 tanto, el maximo respeto, estima, sim-patia y apoyo por parte de toda la humanidad. Es-tas culturas, en efecto, han dejado monumentosimpresionantes -como los de los mayas, aztecas,incas y otros- que hoy contemplamos asombra-dos" (cf. Insegnamenti di Giovanni Paolo II, VI,1983, pp. 626-627).

El contraste entre los conceptos de 1892 y 1983es grande; la novedad esta en el acercamiento de laIglesia a las culturas, manifestado en hechos comoel concilio Vaticano II, el primero en ocuparse ex-presamente de ellas en la constitucion Gaudium etSpes, en el decreto Ad Gentes, en la exhortacionEvangelii nuntiandi de Pablo VI, en el discurso deJuan Pablo II ante la UNESCO en junio de 1980,en la creacion de un dicasterio en la Curia Roma-na, el Pontificio Consejo de la Cultura en mayo de1982, en la presencia de Juan Pablo II ante elmundo de la cultura, y particularmente en Ameri-ca Latina para inaugurar las sesiones de Puebla en1979 y en Santo Domingo el 12 de octubre de1992. Los diversos jalones de esta "novedad" ayu-dan a comprender el sentido cultural del tema de

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esta ultima asamblea: Nueva Evangelizacion, Pro-moci6n Humana, Cultura Cristiana.

La Iglesia nunca Ie ha temido a la historia, .queen sus dos milenios de existencia es su gran ahaday mejor testigo. Exige, eso si, hon~adez en su lec-tura, objetividad de la interpretaCion en los pro-pios contextos, para no distorsionar la verdad delos hechos con la ideologia del que los lee. Estoscriterios de objetividad, franqueza, critica y valora-cion son los que la han llevado a acercarse a cele-brar el V Centenario de La evangelizaci6n de LasAmericas "con humildad, sin triunfalismos ni fal-sos pudores: solamente mir~ndo a la verdad, paradar gracias aDios por los aClertos, y sa~ar del erro,~motivos para proyectarse renovada hacla el ~~uroauan Pablo II, Homilia para Laapertura del nove-nario de afzos': Santo Domingo, 12 de octubre de1984). Asi, objetiva y serenamente, se pueden se-guir los caminos que ?,a recorrido la Iglesi~ paramodernizar su percepClOnde la cultura, no solo enIberoamerica, sino en todo el mundo.

se ha esforzado durante siglos por conservar sus va-lores y cultura. No se trata de oponerse a una jus-ta integracion y convivencia ... Es perfectamentelegitimo buscar la preservacion del propio espirituen sus varias expresiones culturales" (Discurso a losindigenas en Latacunga, Ecuador. C£ Insegnamen-ti VIII, 1, 196-304). Particularmente los de la he-rencia precolombina conservada a traves de monu-mentos "impresionantes" (Discurso en Guatemala,antes citado); tradiciones popuLares y Ie cristiana:"Sera conveniente aprovechar los elementos de pe-dagogia cristiana contenidos en vuestras tradicio-nes populares: villancicos, cofradias, procesiones,pinturas, manifestaciones folcloricas y tantas otrasexpresiones artisticas" (Discurso en Santa Cruz,Bolivia, 1988).

La Iglesia y el patrimonio cultural de Latinoame-rica

Desde el tiempo de Leon XIII, con ocasion delConcilio Plenario de America Latina (1899) y envarias intervenciones de sus sucesores, sobre todocon ocasion de la creacion de nuevas diocesis, enmensajes a los diversos episcopad?s del co~tinen-te, muy perseguidos en los decenlOs postenores ala emancipacion y en los primeros del s. XX, se ha-ce mencion reiterada del patrimonio cultural delcontinente, especialmente en su ~p~ct~ .r~ligioso.Yliterario. A partir de Pio XII, qUlen mlClOun~ aSl-dua comunicacion radial con el Nuevo Contmen-te, los pontifices romanos acentuan los valores delas culturas, tanto en el sentido de las nobles y an-tiquisimas tradiciones cristianas heredadas de Es-pana y Portugal como en los valores de las culturasautoctonas.

Valores que hay que identificar, respetar y conser-var. "Vuestra comunidad -afirma Juan Pablo 11-

Es una labor evangelizadora y cultural admira-ble realizada por los primeros evangelizadores: re-ligiosos, catequistas, sacerdotes y obispos, muchasveces con sacrificio de su vida por la fe que anun-ciaban, y que "sabian muy bien cuan importantees la cultura como vehiculo para transmitir la fe,para que los hombres progresen en el conocimien-to de Dios" (Cf. Discurso a los indigenas en Cui-lapan, Mexico, 29 enero 1979). En esta laborevangelizadora y cultural tienen un gigantesco pa-pel hist6rico Espana y Portugal, reconocido con en-tusiasmo por Juan Pablo II en el transcurso delano del V Centenario, en 1992; con sus luces ysombras, y con la herencia del mestizaje de la co-munidad, de lengua, de religion y de elementosculturales. Con una acentuada caracteristica cris-tologica y mariana aparece desde el principio laencarnacion de la fe cristiana en la cultura latino-amencana.

El mestizaje humano y cultural, en el que hayque reconocer las cualidades y valores del actual"hombre latinoamericano", que son el resultado deun fecundo encuentro entre la fe catolica y la reli-giosidad indigena; encuentro que ha creado unacultura artistica autoctona portadora y transmiso-ra de grandes valores humanos, ennoblecidos por

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2. El desafto de fa cultura moderna y el desarrollo

Para la Iglesia, evangelizar fa cultura y promoverel desarrollo humano van juntos. La Iglesia se situaen el mundo moderno y trata de hacerlo mas jus-to y mas humano, actuando tanto en el campo dela conciencia individual como en el de la colectiva.Pablo VI, en el discurso de clausura del concilioVaticano II, recordaba que "el Concilio ha tenidovivo interes par el estudio del mundo moderno" y"tal vez nunca como en esta ocasion ha sentido la

Iglesia la necesidad de conocer, de acercarse, decomprender, de penetrar, de servir, de evangelizara la sociedad que la rodea" (AIocucion, 7 diciem-bre 1965). Esta, consecuentemente, ha sido unatarea prioritaria que se han propuesto los ultimospontffices frente a la America Latina.

Un primer momento fuerte fue la convocatoriade la primera Asamblea General de los Obispos delcontinente, hecha por Pio XII en 1955, y reunidaen Rio de Janeiro en el mismo ano; de esa Asam-blea nacio el CEIAM. La aguda problematica so-ciopolitica, la creciente condicion de subdesarrolloy empobrecimiento, y la desproporcion entre la ta-rea por hacer y los medios humanos con los quecontaba la Iglesia catolica, amenazaban con echarpor tierra la labor de esta en el pueblo latinoame-ricano, acosado por el deterioro social yeconomi-co, el marxismo y las sectas. Era urgente buscarfuerzas y aunarlas.

El desarrollo se destruye a si mismo si se limitaa unos aspectos puramente materiales y tecnicos.Para realizar el desarrollo de todo el hombre y detodos los hombres, la Iglesia propone como obje-tivo una cultura de fa solidaridad fundada en elEvangelio.

Fe cristiana y modernizacion social Los puebloslatinoamericanos aspiran a una sociedad justa, fra-terna, politica y economicamente moderna. Elgran reto es el de hacer participar a todas las per-sonas y a todos los grupos de las ventajas de la mo-dernidad, sin caer en las tentaciones del materia-lismo, del hedonismo consumista.

el Evangelio. A este mestizaje creador se refiere eldocumento de Puebla de 1979 (n. 307) como unade las grandes obras de la evangelizacion primeradel continente.

Sin embargo, existen amenazas a fa cultura y fafe por las deficiencias, limitaciones y peligros enque se debaten las mismas culturas y los puebloslatinoamericanos, y tambien por los antivaloresque se encuentran a menudo en la cultura adve-niente: un continente catolico con una fe no sufi-cientemente arraigada; veloz crecimiento urbano,empobrecimiento de la poblacion, explosion de-mogrifica, desigualdades sociales, manipulacionde la pobreza por parte de ideologias extranas, pro-liferacion de sectas, carencia de medios y personaspara responder a las exigencias culturales y evange-lizadoras. Pero, como afirma Juan Pablo: "en me-dio de este sombrio panorama de la realidad nohemos de dejarnos invadir por el desanimo. AIcontrario, teneis motivos de gran esperanza. Bastacontemplar la enorme riqueza de valores cultura-les, sociales y religiosos que os distinguen entre to-dos los pueblos" (Discurso en Santa Cruz, Bolivia,13 mayo 1988).

Todo 10 anterior permite comprender como laIglesia ha podido realizar, aun antes que las letras,una labor imponente de inculturacion del Evange-lio en este extenso continente, y el gran desafioque suponen los retos de la modernizacion parauna evangelizacion nueva de las conciencias y delas culturas.

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cultura en un continente en rapida transforma-ci6n.

Ciertamente Pablo VI no utiliza ni en ese dis-curso ni en otras alocuciones anteriores el terminoinculturacion, que es neologismo dellenguaje ecle-sial oficial usado por primera vez en el Mensaje alPueblo de Dios despues del IV Sinodo de los Obis-pos, en octubre de 1977, pero si equivalentes. En-tonces se usaban en todo el continente terminoscomo "encarnaci6n", "inserci6n" y "liberaci6n", es-te ultimo como respuesta evangelica al subdesarro-110,la marginaci6n y la injusticia, consideradas co-mo "estructuras de pecado".

Respuesta a todas /as formas de pobreza. El con-cepto de pobreza esta en el centro de las discusio-nes referentes al desarrollo, y algunas veces, pordesgracia, el debate se hace ocasi6n de polemicasesterilizantes, que en nada aprovechan a aquellos aquienes se quiere servir: los pobres. La opci6n porlos pobres ha llegado a convertirse en una palabrainspiradora para todos los evangelizadores. El mo-vimiento surgido en torno a la Conferencia de Me-dellin, con sus aspectos pastorales de "presencia dela Iglesia" y "opci6n por los pobres", fue tomandofuerza como presencia evangelizadora de la Iglesiaen el seno de las comunidades marginadas. Comu-nidades Eclesiales de Base (CEBs), religiosos, reli-giosas, sacerdotes y muchos obispos, animaron elmovimiento en el que, par otra parte, no faltaronideologizaciones y reduccionismos horizontales.La endclica Sollicitudo rei socialis clarific6 neta-mente las diversas formas de pobreza que amena-zan a los hombres y mujeres de hoy y los hacen "vi-vir sin esperanza". En nombre del Evangelio, loscristianos se comprometen a luchar concretamen-te contra todas las formas de pobreza, que humi-llan la dignidad del hombre. "Sin duda -afirmanlos obispos latinoamericanos en Puebla (1979)- elpresupuesto mas importante de la Nueva Evange-lizaci6n es la opcion preferencial y solidaria por lospobres con miras a su liberaci6n integral" (n.1134). Y Juan Pablo II, en Haiti (1983), deda a

los obispos del continente: "Los mas pobres debentener una preferencia en vuestro coraz6n de padresy en vuestra solicitud de pastores". La Iglesia, envirtud del compromiso evangelico, se siente llama-da a estar junto a esas multitudes pobres, a discer-nir la justicia de sus reclamaciones y a ayudar a ha-

. cerlas realidad sin perder de vista el bien de losgrupos en funci6n del bien comun (cf. Sollicitudorei socialis, n. 39).

El criterio de discernimiento: verdad sobre Cristo,el hombre y La Iglesia. La Iglesia en Latinoamericaha vivido intensamente esta experiencia de discer-nimiento que ha hecho emerger en toda su conci-si6n y su fuerza el primer principio que debe guiarla acci6n de los cristianos en la promoci6n de lasociedad: "la verdad sobre Cristo, sobre el hombrey sobre la Iglesia". Documentos pontificios comola exhortaci6n Evangelii nuntiandi, de Pablo VI(1975), Y las endclicas de Juan Pablo II: Redemp-tor Hominis (1979), Laborem exercens (1981), lasdeclaraciones Libertatis Nuntius (1984), LibertatisConscientia (1986) (1991), la endclica social Cen-tessimus Annus, asi como los discursos de aperturaen Puebla (1979) y Santo Domingo (1992), ilu-minan sobre la dignidad del hombre y su autenti-ca liberaci6n y, de paso, ofrecen correctivos alasdesviaciones ideo16gicas con perspectivas nuevassobre la relaci6n entre la evangelizaci6n, la justicia,la liberaci6n y la promoci6n humana integral, que-dando como criterio de discernimiento de la au-tentica promoci6n humana la verdad sobre elhombre, sobre Cristo y sobre la Iglesia: tdpticoteo16gico-cultural que ha tenido su mejor colof6nen el tema-programa evangelizador de la IV Con-ferencia de Obispos Latinoamericanos en SantoDomingo, en octubre de 1992: Nueva Evangeliza-cion, Promocion Humana, Cultura cristiana. ]esu-cristo el mismo ayer, hoy y siempre.

En America Latina, dadas las situaciones afron-tadas por la sociedad, la Iglesia cat61ica, tanto ensus documentos como en sus planes de acci6n,convencida de que Lapromocion de Lajusticia y de

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America Latina, en 10 concerniente a sus culturasautoctonas. El paso de "cultura feroz" (ftro cultu) aculturas que causan admiracion seria brusco einexplicable, si no estuvieran de por medio cienafios de humanismo y de evolucion del conceptode "cultura". Recordemos que en los documentosde Leon XIII, por ejemplo, se usaba el termino"civilizacion", cuya ausencia, en el sentido que te-nia en su tiempo, era muy bien compaginable conel uso de terminos como "salvaje" 0 "feroz". Porotra parte, la evolucion en los conceptos y meto-dos de la misionologia ha sido muy grande de unsiglo para ad, hasta culminar en las admirablesorientaciones conciliares de Ad Gentes del concilioVaticano. En fin, los terminos modernos "cultura","inculturacion", "desarrollo cultural", etc., con to-do su significado actual, son tan recientes, que se-ria craso error juzgar expresiones de hace un sigloo mas con elementos de juicio de hoy.

La valoracion de las culturas autoctonas, tantoen el aspecto de "cultura actual" de los pueblos co-mo en el de las "etnias precolombinas", es uno delos aspectos mas sobresalientes de la evolucion delpensamiento pontificio sobre la cultura latinoame-ricana en este siglo. El gran numero de interven-ciones de los ultimos papas, y muy particularmen-te en el actual pontificado, sirve para dar idea de laimportancia que les atribuye la Iglesia, bien sea co-mo valores dignos del mayor respeto, 0 bien comoobjeto y sujeto de la evangelizacion.

Ha sido a partir del pontificado de Pio XIIcuando se han multiplicado las referencias explici-tas a los autoctonos del continente. Anteriormen-te eran mas bien escasas, y consistfan en alusionespasajeras con ocasion de creaciones de nuevas dio-cesis 0 circunscripciones misionales, centenariosde acontecimientos historicos, congresos eucaristi-cos 0 marianos y, practicamente reducidas a la re-ligiosidad popular, la devocion mariana y las tradi-ciones familiares.

La cultura son inseparables, ha tratado de ayudar alhombre a pasar de situaciones menos humanas amas humanas. En el Documento de Santo Do-mingo (1992), los obispos, en continuidad con lasconferencias de Medellin y Puebla, se expresan asi:"Hacemos nuestro el clamor de los pobres. Asu-mimos con renovado ardor la opcion evangelicapreferencial por los pobres, en continuidad conMedellin y Puebla. Esta opcion, no exclusiva ni ex-cluyente, iluminari, a imitacion de Jesucristo, todanuestra accion evangelizadora. Con talluz invita-mos a promover un nuevo orden economico, so-cial y politico, conforme a la dignidad de todas ycada una de las personas, impulsando la justicia yla solidaridad y abriendo para todas ellas horizon-tes de eternidad" (n. 296).

Ya hemos podido notar como la Iglesia ha ma-durado progresivamente un nuevo acercamientocultural y pastoral en el modo de considerar a

A partir del Vaticano II y en los tres ultimospontificados se ha desarrollado una nueva con-

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ciencia sobre la cultura y las tradiciones propias delos pueblos autoctonos. La Iglesia se ha empefiadodesde entonces particularmente en el esfueno ~orla evangelizacion y el desarrollo de las culturas lll-digenas. He aqui algunas de sus principales facetas.

Dar una voz a los que no tienen voz. Tal fue laconsigna de Pablo VI, primer papa que visito elcontinente latinoamericano, el 22 de agosto de1968. Un beso simbolico a la tierra -despues con-tinuado por Juan Pablo II cada ~ez que l~egaporprimera vez a un pais- y la aluslOn entuslasta he-cha a las culturas aborigenes, constituyen un pun-to de partida importante. A los campesinos e indi-genas les prometio qu~ la Iglesia seria la voz de losque no tienen voz (Dlscurso en el campo de SanJose, 23 agosto 1968).

La Iglesia ama a los aut6ctonos y estima su cul!u-ra. Juan Pablo II, desde el principio de su pontlfi-cado, entro en contacto directo con las culturasautoctonas de America Latina, en su viaje a Mexi-co, en enero de 1979, para inaugurar las sesionesde Puebla. Deda a los indigenas en Culiapan, el29de enero de 1979: "El papa y la Iglesia estan convosotros y os aman: aman vuestras personas, vues-tra cultura, vuestras tradiciones; admiran vuestropasado, os alientan en el presente y esperan tantopara en adelante".

La fe es parte de la identidad de los pueblos au-t6ctonos latinoamericanos. En muchos lugares, ycon particular enfasis en Salvador de Bahia (Bra-sil), el 7 de julio de ~980: "De vuestr~ rakeshistoricas se puede declf que nos transmlten doslecciones: la de una cultura impregnada, desde elprimer momenta de su existencia, por los valoresde la fe y la de la capacidad que tiene esta fe paraintegrar razas y etnias las mas diversas". En Pana-ma (4 mana 1983), alentaba a los campesinos a "iradelante sin perder la propia identidad cristiana ehistorica" .

Dinamismo evangelizador de la cultura. AI cum-plirse 450 afios de las apariciones de Guadalupe

(Mexico, 1531-1981), refiriendose a la "realidadcultural" del hecho guadalupano en Mexico y ma-riano en todo el pueblo latinoamericano, hadaalusion Juan Pablo II a un fenomeno en el que hainsistido en todos los paises visitados del conti-nente: "El sentimiento religioso del pueblo consti-tuye un elemento potencial que debe ser aprove-chado en todas sus virtualidades evangelizadoras ...No cabe duda de que la raiz religiosa, que inspiratodos los otros ordenes de cultura, desde la propiavinculacion de fe en Dios y desde la nota mariana,habra que buscar en Mexico, asi como en las otrasnaciones, los cauces de com union y participacionque conduzcan a la evangelizacion de los diversossectores de la sociedad".

Mestizaje, creador de cultura cristiana. AI en-cuentro de la cultura autoctona con el mensaje ca-tolico para formar un admirable mestizaje fecun-do en todos los campos se refirio con entusiasmoJuan Pablo II el 1 de febrero de 1985 desde elTemplo de la Compania de Quito, una de las reli-quias artisticas mas admirables del barroco criolloe indigena. Nueva mencion de este mestizaje inte-grador, realizado bajo el amparo de la Iglesia, eshecha por el papa en El Callao, Peru, al evocar "elimperio inca del Tahuantinsuyo, que supo vencerla formidable barrera de los Andes y despues de laevangelizacion, ese nombre habla de figuras tannotables como los santos Toribio de Mogrovejo,Rosa de Lima, Francisco Solano, Martin de Porres,Juan Macias, Sor Ana de los Angeles. Ello-concluye- ha permitido un proceso de mestizajeintegrador, no solo racial, sino cultural y humano,que se plasma en tantas maneras de vuestra vidadiaria".

La Iglesia defiende la tierra y la cultura de los au-t6ctonos. Para los autoctonos, la defensa de su cul-tura y de sus costumbres esta intimamente relacio-nada con la defensa del derecho a las tierras queocupan. En Latinoamerica, como en ninguna otraparte del mundo, tiene particular significacioncultural el elemento tierra, la "madre tierra", la

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"Pacha mama". La Iglesia acude en defensa de estederecho a la tierra y anima a los interesados a bus-car los mejores medios para que este derecho seaprotegido y este en armonia con las exigencias delbien com un asi como con la aspiracion de losindigenas a participar de las ventajas de la moder-nizacion. Aqui tambien se puede ver como las exi-gencias de la justicia son inseparables de los dere-chos culturales. AI defender estos derechos de losautoctonos, la Iglesia anima tambien sus aspiracio-nes al desarrollo economico, politico, cultural y re-ligioso: "Teneis derecho a compartir el don deDios que es la tierra, pero no olvideis que este de-recho tiene un limite" (Discurso a los indigenas,Iquitos, 5 febrero 1985). "Sed vosotros, queridoscampesinos, por vuestra fe en Dios y por vuestrahonradez, por vuestro trabajo y apoyados en ade-cuadas formas de asociacion para defender vues-tros derechos, los artifices incansables de un desa-rrollo integral que tenga el sello de vuestra propiahumanidad y de vuestra concepcion cristiana de lavida" (Homilfa en la Misa por los Campesinos,Chiquinquira, Colombia, 2 julio 1986).

La evangelizaci6n y fa inculturaci6n, un enrique-cimiento mutuo. La Iglesia aporta a todos los pue-blos los tesoros inestimables de la fe, pero a su vezse enriquece con el patrimonio admirable de estosmismos pueblos. Es asi como el cristianismo se in-cultura y se inscribe profundamente en las comu-nidades humanas. "Deseo expresar -deda Juan Pa-blo II en Medellln- el augurio de que, en beneficointercambio, lleguen a la Iglesia Universal los do-nes de las variadas, ricas y originales culturas lati-noamericanas, en las que el cristianismo se ha en-carnado de una manera profunda" (Discurso a losuniversitarios, Medellln, 5 julio 1986).

Estas manifestaciones de aprecio de la Iglesiapor las culturas autoctonas, merecedoras de granrespeto por sus valores intrinsecos, a identificar,discernir y purificar para incorporarlos a la cultu-ra catolica, 10 mismo que las cualidades naturalesinnatas de los pueblos, no son ingredientes de la

inculturacion, sobre cuya nocion y praxis ha refle-xionado larga y concienzudamente la Iglesia en elcontinente latinoamericano, hasta culminar con laopcion de Santo Domingo: "Queremos acercanos a!ospueblos indigenas y afroamericanos, a fin de queel Evangelio encarnado en sus culturas manifiestetoda su vitalidad y entren ellos en diaIogo de co-munion con las demas comunidades cristianas pa-ra mutuo enriquecimiento" (nn. 298-299).

BibL: CELAM 1987, 1989a, 1989b; B. Charria Angulo1987; G. Colmenares 1976; A. Lee L6pez 1986; G. Reichel-Dolmatoff 1978.

4. De fa primer a a fa nueva evangelizaci6n deAmerica

La Iglesia y el Nuevo Mundo. El interes especialde la Iglesia por los pueblos y culturas del NuevoContinente no es de ahora. El acontecimiento del12 de octubre de 1492 debe ser considerado entrelos mas importantes de la historia del mundo, conincalculables repercusiones en la historia politica,cultural y economica de la humanidad. Pero nomenor incidencia tuvo en el aspecto religioso.Ahora asume una dimension creciente, faci! decomprenderse, por simples datos estadisticos.

En tiempos de Pio XII, cuando convoco laI Conferencia General del Episcopado Latinoame-ricano en Rio de Janeiro (1955), se considerabaque en este continente residia la cuarta parte delmundo cat6lico; mas adelante, en tiempos de JuanXXIII, se recordaba que en America Latina residiauna tercera parte de fa Iglesia; Juan Pablo II, al con-vocar la III Conferencia General para Puebla(1978), afirma que en Iberoamerica esta prdctica-mente fa mitad del mundo cat6lico, motivo sufi-ciente para afirmar tambien que aqui "se esta ju-gando la suerte de la Iglesia", y sobre todo paraconsiderar a Latinoamerica "el continente de fa es-peranza': por el rapido crecimiento de la poblacioncatolica, la juventud de la mayoria de sus habitan-tes y la pujanza de las instituciones eclesiales.

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Momentos clave del crecimiento en el ultimo si-glo son:

- La celebraci6n del IV Centenario del Descubri-miento de America (1892), con actos solemnesacordes al ambiente cultural del momento.

- El Primer Concilio Plenario de America Latina(1899), convocado por Le6n XIII para que se ocu-para de la disciplina de la Iglesia en el subconti-nente y los problemas que la afligian: sincretismo,supersticiones, ignorancia religiosa, socialismo,masoneria.

- La implantacion y progresivo desarrollo de laIglesia en Iberoamerica, mediante la creaci6n denuevas circunscripciones eclesiasticas y prelaturasmisionales.

- La creacion de seminarios y casas de formacionreligiosa.

- La promocion de ayuda del clero de otros paisesy de medios econ6micos para suplir la escasez deagentes evangelizadores y de recursos.

- La creacion de organismos animadores de la pas-toral en el continente, especialmente el CELAM(Consejo Episcopal Latinoamericano) en 1955por Pio XII, la CAL (Comisi6n Pontificia paraAmerica Latina), en 1958, y reestructurada en1986, la CLAR 0 Confederaci6n Latinoamericanade Religiosos, creada dentro del CELAM en 1959,y en la actualidad cobijada por los canones 708 y709 como las demas entidades de su genero.

- Las conferencias generales del episcopado latino-americano: aunque no son ni plenarias de las con-ferencias episcopales ni asambleas sinodales niconcilios regionales, han promovido un ritmo vitalen la acci6n de la Iglesia en el Nuevo Continente.Primera de ellas, la de Rio de]aneiro (1955), con-vocada por Pio XII para estudiar los problemas deltiempo: rapido crecimiento poblacional, escasezdevocaciones, empobrecimiento en los barrios, sec-tas, etc. La segunda, en Medellin, Colombia(1968), convocada e inaugurada por Pablo VI, se

ocup6 de la presencia de la Iglesia en la tramforma-cion actual de America Latina, afrontando las si-tuaciones criticas de injusticia, pobreza y margina-ci6n de las grandes mayorias de la poblaci6nlatinoamericana, a la luz del Concilio, y lanzandola opci6n preferencial por los pobres como respues-ta de la Iglesia. La tercera, en Puebla de los Angeles,Mexico (1979), vers6 sobre La evangelizacion en elpresente y fUturo de America Latina, en orden a la"comuni6n y participaci6n", eslogan este que, jun-to con la "opci6n por los pobres", se ha convertidoen prop6sito comun. Finalmente, la cuarta confe-rencia, en Santo Domingo, Republica Dominicana,del 12 al 16 de octubre de 1992, en coincidenciacon la celebraci6n de los 500 mos del descubri-miento y evangelizaci6n del Nuevo Mundo, fueconvocada e inaugurada, como la de Puebla, porJuan Pablo II, y sus deliberaciones se han centradoen el tema: Nueva Evangelizacion, Promocion Hu-mana, Cultura Cristiana. ]esucristo ayer, hoy y siem-pre (cf. Hb 13,8). Intensa y largamente preparadapor el CELAM, viene a ser ellanzamiento del de-saBo evangelizador de la Iglesia en las culturas delNuevo Continente 0 hacia el milenio que se acerca.

5. Santo Domingo: la inculturacion del Evangelioen el documento final

Los obispos han querido un texto breve, deorientaci6n pastoral, fiel a las lineas del discursoinaugural de Juan Pablo II, "en continuidad conlas precedentes conferencias de Rio de Janeiro,Medellin y Puebla" (n. 1), asi como con las inten-sas reflexiones de toda la Iglesia en el continentedurante la larga preparaci6n del evento.

El documento final 0 Conclusiones comprendetres partes: 1) ]esucristo, Evangelio del Padre, conuna profesi6n inicial de fe en Jesucristo (nn. 4-15)y una evocaci6n de las vicisitudes de este puebloque "Dios se ha escogido" desde hace quinientosalios (nn. 16-21); 2) ]esucristo, evangelizador en suIglesia, con los tres capitulos centrales tematicos:nueva evangelizaci6n (nn. 22-156), promoci6n

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humana (nn. 157-227) y cultura cnstlana (nn.228-286); 3) Lineas pastorales prioritarias, los pro-p6sitos y opciones basicas (nn. 287-301), el esque-ma de las mismas (n. 302) y una plegaria final (n.303).

La inculturaci6n, palabra todavia nueva tras dela cual hay una visi6n teo16gica tambien nueva quegenera acciones concretas de respuesta del Evange-lio alas transformaciones culturales, aparece lleva-da con mucha madurez: se ve claramente que laIglesia en Latinoamerica ha ido asimilando las en-sefianzas del concilio Vaticano II, de Evangeliinuntiandi de Juan Pablo II y por los recientes do-cumentos sociales y misionales del Magisterioacerca de la concomitancia entre el anuncio delEvangelio, la promoci6n del hombre y la culturacristiana, para aplicarlas a los desafios de esta en-crucijada de la historia, cuando, en el campo de lacultura, estan en juego tantos valores para la Igle-sia y el mundo. El modo de tratar el tema de la in-culturaci6n indica claramente que las conclusionesde Santo Domingo son fruto de una madura refle-xi6n eclesial.

Asi, no resulta extrafio que la palabra "cultura"aparezca mas de 300 veces en un libro de 210 pa-ginas y que no s6lo se hable de la inculturaci6ncuando el tema 10 requiere, sino que aparezca in-sistente y espontanea a 10 largo de todas las partesdel documento, como algo que se tiene en uso y seconoce.

La inculturaci6n es el esfuerzo por encarnar elEvangelio en las culturas del continente (n. 24);pertenece al ministerio profetico de la Iglesia, en elque los te6logos estan llamados tambien a ejerceruna labor importante (n. 33). "La inculturaci6n delEvangelio es un proceso que supone el reconocimientode los valores evangelicos que se han mantenido mdso menos puros en fa actual cultura"; se busca que lasociedad descubra el caracter cristiano de esos va-lores, los aprecie y los mantenga como tales. Ade-mas, "intenta fa incorporaci6n de valores evangelicosque estdn ausentes de fa cultura, 0 porque se han os-curecido, 0 porque han llegado a desaparecer" (n.230).

Base teo16gica de fa inculturaci6n

El fundamento teo16gico de la inculturaci6n seencuentra en la Encarnaci6n del Hijo de Diosque asumi6 las condiciones culturales de los pue-blos. "La acci6n de Dios, a traves de su Espiritu,se da permanentemente en el interior de todas lasculturas. En la plenitud de los tiempos, Dios en-vi6 a su Hijo Jesucristo, que asumio las condicio-nes sociales y culturales de los pueblos, y se hizo"verdaderamente uno de nosotros, semejante entodo, menos en el pecado" (Hb 4; cf. GS, 22). Laanalogia entre la encarnaci6n y la presencia cris-tiana en el contexto sociocultural e historico delos pueblos nos lleva al planteamiento teologicode la inculturaci6n. Esta inculturaci6n es un proce-so conducido desde el Evangelio hasta el interior decada pueblo y comunidad con fa mediaci6n del len-guaje y de los simbolos comprensibles y apropiados ajuicio de la Iglesia" (n. 243). La meta de la incul-turacion sera siempre la salvaci6n y liberaci6n in-tegral de un determinado pueblo 0 grupo huma-no (Ibid.).

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mino de la Encarnaci6n y mueve al evangelizadora compartir su vida con el evangelizado; la Pascua,que conduce a traves del sufrimiento a la purifica-ci6n de los pecados, para que sean redimidos; yPentecostes, que por la fuerza del Espfritu posibili-ta a todos entender en su propia lengua las mara-villas de Dios" (n. 230).

b) La liturgia: "promover una inculturacion deLa liturgia, acogiendo con aprecio sus simbolos, ri-tos y expresiones religiosas compatibles con el clarosentido de la fe, manteniendo el valor de los sfm-bolos universales y en armonia con La disciplina ge-neral de LaIglesia" (n. 248).

c) La Iglesia misma: "Promover en los pueblosindfgenas sus valores culturales aut6ctonos me-diante una inculturaci6n de la Iglesia para lograruna mayor realizaci6n del Reino" (n. 248). Todoquiere decir que la fe ha de hacerse cultura parasalvar, convertir, transformar toda la sociedad.

Agentes de La inculturacion

La Iglesia particular, conforme a su misi6n,congrega al Pueblo de Dios de un lugar 0 regi6n;"conoce de cerca la vida, la cultura, los problemasde sus integrantes". La Iglesia particular "estd lLa-mada a generar alli con todas sus jUerzas, bajo Laac-cion del Espiritu, La nueva evangelizacion, Lapromo-cion humana, La inculturacion de Laje" (n. 55).

Por su parte, la parroquia, "comunidad de co-munidades y movimientos, acoge las angustias yesperanzas de los hombres ... tiene La mision deevangelizar, de celebrar La liturgia, de impulsar Lapromocion humana, de adeLantar Lainculturacion deLaje en !asfamilias, en !as comunidades eclesiales debase, en Losgrupos y movimientos apostolicos ~ a tra"'yeS de todos ellos, en La sociedad. .. es asf una red decomunidades" (n. 58).

Los ministros de la ineulturaci6n del Evangelio,clerigos y laicos, no se improvisan. Par eso losobispos de America Latina se proponen "revisar laorientaci6n de la formaci6n impartida en cada uno

de nuestros seminarios para que corresponda a lasexigencias de la Nueva Evangelizaci6n, con susconsecuencias para la promoci6n humana y la in-culturaci6n del Evangelio" (n. 84); asimismo apro-vechar la experiencia significativa de religiosos (n.275) e institutos seculares (n. 87); de los laicos, cu-ya participaci6n, todavfa insuficiente segun losobispos, a pesar de que constituyen la mayorfa enla Iglesia (n. 94), se propone mediante una forma-ci6n esmerada (nn. 99ss).

El "c6mo hacer" la inculturaci6n esta en las li-neas pastorales. La Iglesia en Latinoamerica llevaafios de experiencia en "aprender haciendo": en uncampo de acci6n cuya realidad es conocida, consus logros y carencias, tanto en 10 referente a lasculturas aut6ctonas, afroamericanas, indfgenas,como a la cultura adveniente; con la iluminaci6ndoctrinal, fruto de tantas reflexiones a la luz de laPalabra, del Magisterio de la misma Iglesia y de laciencia y experiencia humanas, y considerados losrecursos y puntos de apoyo, se establecen polfticasy estrategias evangelizadoras e inculturadoras, queson pasos efectivos de la acci6n pastoral: el plan deacci6n 0 puesta en marcha del programa sera el pa-so siguiente, hacia "una evangelizacion inculturadaque penetre los ambientes marcados por la culturaurbana, que se encarne en las culturas indigenas yafroamericanas, con una eficaz accion educativa yuna moderna comunicacion" (n. 302).

Conclusion

La inculturaci6n de la fe cat6lica en AmericaLatina sigue siendo todavfa un proyecto abierto alfuturo, puesto que las transformaciones sociales yculturales iran acelerandose. Pero ya desde ahora,la Iglesia ha tornado viva conciencia de todo 10 queesta en juego en los desaffos que se anuncian. Laesperanza de los cat61icos de este vasto continentees compartida ahora por toda la Iglesia, que se ma-nifiesta cada vez mas solidaria con sus hermanos y

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hermanas de America Latina, como ha quedadobien demostrado en Santo Domingo.Bibl.: J. de Acosta 1962, 1984-1987; M. Andres Martin1990; F. J. Arnaiz Zarandona y C. Dobal1989; B. Benassar1987; U. Binerli 1993; P. Borges 1992; CAL 1992; H. Ca-rrier 1987, 1992; A. Caturelli 1992; CELAM 1988, 1989a,1989c, 1991; Congreso InternacionalI992; G. Doig Klinge1993; E. Dussel 1991; E. Garda Ahumada 1991; L. G6mezCanedo 1977; R. G6mez Hoyos 1961; A. Gonzilez Dorado1988; P. Gordan 1993; G. Gutierrez 1990; L. Hanke y M.Gimenez 1954; M. Lagny 1992; R. Lazcano 1993; P. de Le-turia 1992; G. Lohmann Villena 1989; Lopetegui-Zubillaga1965; J. Metzler 1991; L. Perefia 1988, 1992; D. Ramos Pe-rez 1947; Santo Domingo 1992, 1993; J. 1. Saranyana 1990,1991; Simposio Internacional 1992; Vados 1986, 1987,1991.