EXPERIENCIA PERSONAL DE LA FORMACIÓN...
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EXPERIENCIA PERSONAL DE LA FORMACIÓN COMO CANTANTE A PARTIR DE ELEMENTOS DE LA
CONCIENCIA CORPORAL
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EXPERIENCIA PERSONAL DE LA FORMACIÓN COMO CANTANTE A PARTIR DE ELEMENTOS DE LA
CONCIENCIA CORPORAL
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Ivonne Carolina Benítez Sarmiento
Código: 20072098009
Énfasis Instrumento
Trabajo de Grado
Línea de investigación: Arte y pedagogía
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE ARTES ASAB
PROYECTO CURRICULAR DE ARTES MUSICALES
BOGOTÁ D.C.
2015
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A mi ángel de la guarda:
Mi papá
Y a Luna por esperar pacientemente llegar a este mundo.
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AGRADECIMIENTOS
A mi familia, mi mamá, mis hermanas y mi sobrino que con su compañía y sus
pensamientos me llenan de fuerzas para salir adelante, porque me han enseñado el valor del abrazo,
de las palabras y del amor.
A mis maestros de canto, en especial a Leonardo Guevara, Diana Restrepo y Alexandra
Álvarez, porque se convirtieron en parte de mí, por ser esas personas que me vieron crecer como
estudiante y como cantante. Por sus clases en donde también aprendí a ser persona, porque muchas
veces me animaron o llamaron mi atención solo con la razón de que querían que fuera cada vez mejor
en lo que hacía.
Mil gracias a mis amigos, con los que empezamos juntos en esta carrera y con los que sigo
compartiendo mi vida y haciendo música, a Fredy Daza, Julián Guzmán, Orlando Muñoz, Daniel Díaz y
en especial al Jorge Nietopor su amistad y ayuda incondicional en todo momento.
A mis compañeros de los ensambles del Grupo de cuerdas Andinas y Big Band y a mis
maestros Carlos Augusto Guzmán, Manuel Bernal Martínez, Efraín Franco, Jenny Alba, Fernando
Rodríguez, Juan Carlos Castillo y Pablo Beltrán, que creyeron en mí, me acompañaron en mi canto,
aceptaron mis aciertos y desaciertos sin juzgarme y me dieron la oportunidad de hacer música con ellos
hasta el fin de mi carrera y quienes se encargaron de formarme como verdadero músico instrumentista.
Muchas gracias a los maestros y a todos aquellos que me acompañaron en este camino a
Néstor Lambuley, Guillermo Bocanegra, Cesar Villamil, Ricardo Tacha, Santiago Niño, Alejandro
Martínez, Carlos Ángel, María Clara Cerón y Paola Barrientos.
También quiero dar muchas gracias a una persona que admiro, quiero y respeto mucho,
porque es un gran cantante y un gran músico que me acompañó y ayudó en cada concierto que tuve,
a José de los Santos Chico “Poché”.
A mis maestros y compañeros de Arte Danzario y Artes escénicas que me permitieron ser
parte de todas esas valiosas experiencias que me alimentaron el alma, el corazón y mi canto, sin ellos
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este trabajo no hubiera sido posible. En especial a Luisa Vargas, por creer en mi proceso y contar
conmigo para sus clases y proyectos.
Por último, quiero dar gracias de nuevo a Carlos Augusto Guzmán y a Manuel Bernal
Martínez, porque estuvieron en todo momento, porque me guiaron y me dieron su cariño y ayuda
incondicional, porque me dieron un abrazo en el momento justo y fueron cómplices de mis caprichos.
Dios y la vida los bendiga y guarde siempre.
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RESUMEN
La búsqueda personal para el mejoramiento del estudio en canto, logró llevarse a cabo en
espacios existentes dentro de la facultad de Artes ASAB de la Universidad Distrital Francisco José de
Caldas, como son: las clases de Danza Clásica Alineación y Elongación, Tradicional Colombiana y
Actuación. Estas condujeron al desarrollo de la sensibilidad y conciencia corporal, ofreciendo
herramientas para el fortalecimiento de tal formación. Asimismo, la necesidad de fundamentar desde
metodologías pedagógicas tal experiencia, como la de Montessori y la rítmica Dalcroze, permitió
conducir esta investigación a un análisis teórico basado en categorías como conciencia corporal y
ambiente preparado.
Además de esto, se tienen opiniones de maestros tanto del área de canto como del área
de actuación, para dar así una visión más amplia desde varias perspectivas. A partir de allí, se lleva al
análisis de dicha experiencia desde distintas concepciones de formación, que apoyan la importancia
del desarrollo de la conciencia corporal para la formación óptima del cantante.
PALABRAS CLAVE: Formación en canto, experiencia personal, conciencia corporal,
sensibilización, ambiente preparado, método Montessori, rítmica Dalcroze.
ABSTRACT
The personal search to the improvement on studying singing, reached to carry out, within
real context in the Faculty of Arts ASAB at Universidad Distrital Francisco José de Caldas, such as Ballet,
Traditional Colombian Dance and acting classes. Those ones lead to the development of the sensitivity
and body consciousness, providing learning tools to the strengthening of the singing training. Likewise,
the necessity to lay the foundation to such experience since educational methodologies, as
Montessori’s and the Dalcroze Rhythmic allowed to conduct such research to a theoretical analysis
based on categories such as body consciousness and prepared environment.
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Besides this, in this paper it is also taken into account teacher’s opinions from the singing
area as performance area, with the purpose of giving a wider view and from several perspectives,
bringing the analysis of that experience different training concepts that support the importance of
developing body consciousness training for optimal singer.
KEY WORDS: Studying singing, personal experience, body consciousness, sensitivity,
prepared environment, Montessori Method, Dalcroze Rhythmic.
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CONTENIDO
1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 10
2. JUSTIFICACIÓN ...........................................................................................................................12
3. ESTADO DEL ARTE: PROYECTO CURRICULAR DE ARTES MUSICALES – ÁREA DE CANTO .......14
4. DISEÑO METODOLÓGICO ..........................................................................................................15
CAPÍTULO I
5. MARCO REFERENCIAL ...................................................................................................... 17
5.1. El cuerpo…………………………………………………………………………………………………………………..17
5.2. La voz………………………………………………………………………………………………………………………..18
5.3. Criterios para el análisis de la experiencia .......................................................................... 20
5.3.1. María Montessori ......................................................................................................................22
5.3.1.1. El método Montessori ...................................................................................................... 23
5.3.1.2. Ambiente preparado ..................................................................................................................26
5.3.2. Émile Jaques-Dalcroze ................................................................................................................27
5.3.2.1. Método o Rítmica Dalcroze ........................................................................................................28
CAPÍTULO II
6. COSMOVISIÓN DEL PROCESO DE FORMACIÓN EN CANTO ......................................................32
6.1. Descripción general de la formación en canto ...........................................................................32
6.2. Experiencia formativa desde las clases del Proyecto Curricular de Arte Danzario y Artes
Escénicas: la conciencia del cuerpo ........................................................................................................35
6.2.1. Control – Alineación y Elongación ..............................................................................................35
6.2.1.1. Clase: Danza clásica elongación y alineación corporal I. Grupo I ...............................................36
6.2.1.2. Clase: Danza clásica elongación y alineación corporal I. Grupo II ..............................................37
6.2.2. De la conciencia de la respiración ..............................................................................................39
6.2.2.1. Clase: Danza clásica elongación y alineación corporal I. Grupo II ..............................................39
6.2.3. Conciencia – Prejuicios ...............................................................................................................40
6.2.3.1. Clase: Danza clásica elongación y alineación corporal I. Grupo II ..............................................41
6.2.4. Conciencia – Personaje y contexto .............................................................................................42
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6.2.4.1. Clase: Actuación. Grupo Segundo año .......................................................................................43
6.2.4.2. Clase: Actuación. Grupo Primer año ..........................................................................................45
6.2.5. Conciencia – Equivocación .........................................................................................................47
6.2.5.1. Clase: Danza tradicional. Grupo I ...............................................................................................47
6.3. Formación del cantante: Perspectiva de algunos docentes de canto ........................................50
6.4. Formación del cantante: Perspectiva de algunos docentes de actuación .................................52
CAPÍTULO III
7. ANÁLISIS DEL PROCESO DE FORMACIÓN EN CANTO .......................................................... 54
7.1. Matrices de ordenamiento y reconstrucción de las experiencias ......................................... 54
7.2. Análisis de la experiencia .................................................................................................. 58
8. CONCLUSIONES................................................................................................................ 63
9. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................67
10. ANEXOS ......................................................................................................................................69
A. Entrevista al Maestro Ignacio Rodríguez ....................................................................................69
B. Entrevista a la Maestra Luisa Vargas ..........................................................................................70
C. Entrevista al Maestro Camilo Colmenares .................................................................................74
D. Entrevista a la Maestra Alexandra Álvarez .................................................................................78
E. Entrevista a la Maestra Diana Restrepo .....................................................................................84
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1. INTRODUCCIÓN
“Experiencia personal de la formación como cantante a partir de elementos de la conciencia
corporal”, es un trabajo que relata momentos relevantes dentro de mi proceso personal de formación
como cantante a partir de algunas clases tomadas durante los años 2011 y 2012 en los Proyectos
Curriculares Arte Danzario y Artes Escénicas de la Facultad de Artes ASAB. Estos momentos llegaron
gracias a la necesidad de buscar respuestas a inconformidades propias con mi estudio en canto,
inconformidades que muchas veces visibilizaron mi proceso formativo de una manera débil y que
también cuestionó mi manera de estudiar aquellas sugerencias dadas por los maestros. Esta crisis con
mi instrumento me motivó a ir en búsqueda de espacios distintos a los de artes musicales ofrecidos en
la facultad.
Al haber decidido que mi experiencia en dichos espacios fuera el centro de mi trabajo de
investigación, presento a continuación el planteamiento del problema: ¿Qué elementos de la
conciencia corporal influyeron en la experiencia personal de la formación como cantante?. Para dar
solución a la pregunta, se plantea como objetivo principal reflexionar sobre la importancia de la
conciencia del cuerpo en la experiencia de la formación personal en canto, desde la participación en
clases de actuación y danza. Esto a su vez permitirá, en primer lugar, establecer criterios para el análisis
de la formación personal en canto a partir de los métodos de educación de Montessori y Dalcroze. En
segundo lugar, exponer perspectivas personales y de terceros en torno a la formación en canto para,
finalmente analizar el proceso formativo personal en canto, teniendo en cuenta las categorías cuerpo
y voz y desde la perspectiva de los métodos de educación presentados.
Por lo anteriormente dicho, hice una recopilación de mi experiencia para dar inicio al proceso
de búsqueda de métodos de enseñanza escolar y/o musicales que fundamentaran los resultados que
obtuve. Finalmente escogí los métodos de María Montessori y Émile Dalcroze ya que coincidían con la
ruptura esquemas de enseñanza de la época y permitieron a las nuevas pedagogías la investigación
acerca de los procesos de formación tanto en niños como en jóvenes y adultos, dando gran importancia
principalmente al desarrollo físico, mental y emocional del estudiante como ser humano que se
encamina al fortalecimiento de la sensibilidad y de la conciencia corporal.
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Con base en lo anterior, presento una muestra de mi experiencia personal en la formación en
canto así como el respectivo análisis de la misma, de tal manera que reflexiono en torno a los elementos
de la conciencia corporal que influyeron en la experiencia personal de mi formación como cantante,
teniendo como base las categorías de cuerpo, voz y los métodos de educación ya referidos. Dichos
enfoques proporcionaron un fundamento pedagógico a mi experiencia, además de contribuir a la
discriminación, selección y profundización de conceptos tales como la rítmica y el ambiente preparado,
que además de ser entendidos como elementos esenciales en la consolidación de mi proceso de
formación y aprendizaje del instrumento de canto, aportaron claridad teórica para determinar que la
conciencia corporal es fundamental en la formación de un cantante.
El documento presenta la experiencia y su respectiva reflexión en tres momentos: el primero
establece los criterios generales desde los que se hace el análisis posterior de la experiencia; tales
criterios parten desde dos perspectivas: una, la fundamentación teórica de los conceptos de voz y
cuerpo y la otra desde los métodos elegidos. El segundo presenta, por una parte, las características
generales de mi experiencia personal de la formación como cantante recibida tanto en el Proyecto
Curricular de Artes Musicales, como durante mi participación en algunas clases del Proyecto Curricular
de Arte Danzario y Artes Escénicas de la Facultad de Artes ASAB. Por otra parte, muestra la relevancia
de la formación de un cantante desde la perspectiva de algunos maestros activos en ese entonces en
los dos proyectos curriculares nombrados. El tercer momento consiste, finalmente, en un análisis
teórico de la formación de un cantante a partir de los elementos proporcionados por los dos momentos
anteriores y te con el fin de concluir con aquello que considero debe hacer parte de la formación
integral de un cantante.
Por último, con el fin de confrontar las reflexiones que surgieron sobre mi experiencia de
aprendizaje en las clases de actuación y danza, realicé una serie de cinco entrevistas a maestros tanto
del Proyecto curricular de Artes Musicales como del Proyecto curricular de Artes Escénicas, para
indagar acerca de su formación profesional y su opinión personal en torno a este mismo proceso en el
estudiante de canto. A partir de dichas entrevistas, hice un análisis acerca de las perspectivas
relacionadas tanto con mi instrumento, como con aquellos saberes que complementaban el mismo y
me permitieron al final, modificar las debilidades y fortalecer las cualidades que condujeran una
formación más sólida como cantante.
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2. JUSTIFICACIÓN
La formación del cantante de la facultad de Artes ASAB de la Universidad Distrital Francisco
José de Caldas dentro de su propuesta curricular, ha tenido como enfoque y objetivo principal
“promover, a través de procesos de exploración, reconocimiento, análisis, comprensión y
apropiación, el desarrollo de habilidades indispensables en el oficio del intérprete-cantante, con
excelencia profesional, técnica e interpretativa, dentro de un medio altamente competitivo” (Syllabus
de Canto Universidad Distrital Francisco José de Caldas – Facultad de Artes ASAB). Para tal fin el
estudiante tiene espacios disponibles en su formación, como las clases de canto individuales, colectivas
y las clases cooperativas. Estas dos últimas son impartidas de manera grupal y una de ellas con el
objetivo de ofrecer al estudiante una retroalimentación de su trabajo vocal con el de otros compañeros.
Este trabajo vocal que hace referencia al repertorio u obras para abordar durante el semestre, es
propuesto y muchas veces acordado por cada estudiante y su profesor, generalmente hay géneros
obligatorios que son previamente estudiados por los maestros del área de canto. Durante el desarrollo
de las clases el objetivo es que cada estudiante muestre avances de dicho repertorio. Esta clase cuenta
con la presencia de todos los maestros del área de canto y por supuesto por todos los estudiantes de
canto del Proyecto curricular de Artes musicales.
Al inicio de mi experiencia formativa como estudiante de canto, los espacios grupales muchas
veces me proporcionaron herramientas de estudio que solucionaron varias dificultades que se me iban
presentando, pero en la mitad de este proceso las exigencias por parte de los maestros eran mayores;
tales exigencias correspondían a la poca madurez vocal, entendida como ausencia de vibrato en la voz,
sonido infantil al cantar y poca expresividad. Aunque tenía en cuenta sus sugerencias de estudio, mas
las herramientas de las clases a las que asistía, no daban resultado para tal objetivo. Gracias a estas
necesidades personales y como estudiante, decidí incluir en mi proceso de canto la formación en
espacios distintos a los del Proyecto Curricular de Artes Musicales.
La experiencia que relato más adelante en esta investigación, me hizo enfrentarme como
persona, estudiante y cantante en un ejercicio de auto-reflexión, para cuestionar los métodos de
enseñanza, los espacios académicos ofertados y las exigencias, por parte mía y de mis maestros, en
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cuanto a mi formación académica. Esto hizo que mi perspectiva como cantante no la viera desligada de
mi personalidad, de mi esencia como mujer, ni de mi cuerpo. Por tal motivo, al haber finalizado la
experiencia junto con mis últimos semestres de formación en canto, en los que conté con maestros
que me ayudaron a fortalecer tales perspectivas de mi instrumento como un todo, tomé la decisión de
hacerla parte de mi paso como estudiante por la universidad, convirtiéndola en mi trabajo de
investigación.
Este trabajo no tiene la intención de proponer un modelo de formación a seguir, ya que nació
espontáneamente de mis necesidades como persona y como cantante; en especial surgió de la
necesidad de romper esquemas y modelos educativos y sociales por los cuales me estaba viendo
afectada. Además, carece del uso de diarios de campo debido a que en ese entonces solo quería vivir
una nueva experiencia, sin la intención de convertirla en un trabajo de investigación formal. Sin
embargo, sí pretendo generar en el lector una reflexión de su propia experiencia de vida ya sea en el
ámbito personal, musical, investigativo o profesional y que a partir de mi reflexión encuentre
respuestas a búsquedas que sugieran caminos alternativos de formación y cuestionamientos a sus
propios intereses. Lo anterior, además debido a que noté que dentro del contexto de los cantantes del
Proyecto Curricular de Artes Musicales, como estudiantes y egresados, hay intereses de investigación
encaminados en su gran mayoría hacia la reflexión del otro, pero muy pocos dirigidos hacia la
documentación propia y la auto-reflexión.
Esta investigación representa una posibilidad de evaluar objetivos y perfiles del programa no
sólo a partir de las necesidades actuales de sus estudiantes, sino de experiencias como la que se
presenta en este documento y que nació por vacíos generados dentro de esta formación, con miras a
fortalecer espacios y formas de enseñanza que confronten los objetivos del programa de canto del
Proyecto Curricular de Artes Musicales.
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11. ESTADO DEL ARTE: PROYECTO CURRICULAR DE ARTES MUSICALES – ÁREA DE
CANTO
Los proyectos de investigación realizados por estudiantes de canto se encuentran en un gran
porcentaje temáticas que tienen que ver con: el análisis técnico de obras, de cantantes y de estilos en
donde incluyen al cuerpo desde su parte vocal anatómica. Sin embargo, desde una perspectiva mucho
más global y antropológica, se encontraron dos trabajos, el primero, de la estudiante egresada Giselle
Segrera, titulado “De la voz hablada a la voz cantada. La autoconciencia desde el método Feldenkrais
como herramienta de aprendizaje”. Este trabajo, surgió de la misma necesidad de complementar la
formación como cantante en espacios distintos a los ofertados por el área de canto. Dicha investigación
tuvo como antecedente la participación de la autora en un espacio electivo llamado “Análisis Motor”
que fue ofrecido por el Proyecto Curricular de Artes Escénicas, opción danza de la Facultad de Artes
ASAB. El contenido de esta asignatura despertó su interés por encontrar recursos que le permitieran
conocer su cuerpo y superar las dificultades en su formación como cantante. El objetivo trazado fue la
aplicación de elementos y cualidades de la voz hablada a la voz cantada, como herramientas que
brindaran alternativas de solución a problemas técnicos propios del estudio del canto, tales como
postura corporal, afinación y apoyo, con base en el método Feldenkrais.
Por otra parte, está el proyecto de investigación “Desarrollo de la identidad vocal en proceso
de tránsito de género” de la estudiante Victoria Laverde, un trabajo enfocado a buscar la inclusión
sexual y de género con talleres artísticos y de formación vocal, con el fin de darle fortaleza al auto-
reconocimiento de personas que pertenecen a la comunidad LGBT, teniendo en cuenta la construcción
de identidades para la reivindicación de los derechos humanos. Una investigación que por sus
características pone a la voz como estudio abordado desde temáticas de identidad y de género. Nace
del reconocimiento de la discriminación social de la comunidad LGBT y la necesidad de crear espacios
a través del arte que permita la inclusión de esta población. Dentro del desarrollo conceptual de la voz,
revisa de una manera minuciosa a la explicación del aparato fonador como camino a la enseñanza del
manejo de la misma. Dentro de su experiencia menciona aspectos importantes que fueron claves para
el desarrollo de los talleres de canto (el cuerpo y el movimiento).
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12. DISEÑO METODOLÓGICO
Teniendo en cuenta que el presente documento constituye un tipo de investigación que genera
la reflexión de la propia experiencia y que es relevante por haber sido parte de un programa que aún
está vigente y tiene como objetivo la formación de cantantes expertos en su oficio, la metodología que
se usó es la auto-etnografía. Esta última hace referencia al estudio y análisis de un grupo determinado
de población; este análisis se hace a partir de la observación y descripción de lo que la gente hace y sus
comportamientos dentro de un contexto determinado, para luego llegar a la descripción de tal
situación y también es usada como una investigación cualitativa ya que incluye historias de vida. La
recopilación de datos a los que se puede llegar gracias a este estudio, se convierte en un punto de
partida para otro tipo de técnicas de investigación. Se puede hacer uso dentro de tales datos de
esquemas que hacen parte de la sistematización de experiencias. (cf. Martínez, 1994.)
El presente trabajo tiene como forma de investigación la auto-etnografía; una investigación
que nació de la experiencia personal en clases de actuación y danza dentro de la Facultad de Artes ASAB
de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Fue un proceso de auto-observación que
inicialmente no tuvo la intención de convertirse en una investigación, sino que gracias a la experiencia
vivida y a los resultados, condujo a ello.
En un punto inicial y para trazar la investigación, se parte del planteamiento del problema y los
objetivos que delimitaron el curso del diseño que se iba a usar para esta auto-etnografía. Luego de esto
se hizo uso de la descripción de la experiencia, teniendo en cuenta que al ser personal la observación
realizada, es de tipo participante; esta descripción hace referencia a las experiencias vividas en cada
clase, rescatando los momentos más importantes y que llegaron a tener trascendencia a nivel personal
y académico. Finalmente se realizó una entrevista de tipo estructural-cerrada y aplicada de manera
individual a cinco docentes de canto y de actuación de la Facultad de Artes ASAB. Esta entrevista tenía
la intención de conocer las perspectivas que cada uno tenía sobre el canto y por esta razón al realizarlas
no hubo una aclaración previa del concepto de canto. (Ver Anexo 1).
La siguiente etapa consiste entonces, en realizar la recopilación de los datos obtenidos para dar
inicio al procesamiento de estos. Se tienen en cuenta textos de índole antropológico, filosófico y por
último pedagógico. Éste es con el que finalmente empiezo a darle un propósito investigativo a la
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experiencia y a las entrevistas. Tomo como referentes de análisis, los métodos Dalcroze y Montessori.
Con respecto a los referentes conceptuales de cuerpo y voz, me baso en teorías expuestas en proyectos
de investigación de tipo antropológico y también expongo mi punto de vista que da concepto a tales
términos.
Gracias a lo anterior, se realiza el análisis de la experiencia partiendo de los método Dalcroze y
Montessori; este, inicia teniendo en cuenta algunos modelos de cuadros que tienen que ver con la
sistematización de experiencias, propuesto por Oscar Jara Holliday (cf. Jara H., 2013.), con el fin de
discriminar la información desde las visiones pedagógicas anteriormente expuestas y así darle un
análisis mucho más concreto y resumido, para visibilizar las experiencias desde cada método y
conjuntamente. Este diseño de cuadro es personal. Para terminar, se llega a las conclusiones, estas
además de dar cuenta de los objetivos planteados de este trabajo, hacen sugerencias a partir de la
reflexión, para tener en cuenta dentro del área de canto y así fortalecer el programa curricular de éste.
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CAPITULO I
13. MARCO CONCEPTUAL
Con el fin de clarificar este texto que refleja el valor que se le da a la experiencia, a continuación
hago una recopilación de teorías que conceptualizan dos categorías que estarán presentes durante
todo el contenido de este trabajo: el cuerpo y la voz. Cada una de estas, tomadas de investigaciones
que encaminan la experiencia musical desde una perspectiva antropológica y que sin quitarle
importancia a contenidos ya conocidos como la anatomía, le agregan un valor mucho más cercano al
vivido en la formación del canto.
5.1 El cuerpo
Gregorio Vicente Nicolás en su documento Movimiento y danza en la educación musical: un
análisis de los libros de texto de educación primaria, expone varias teorías que tienen que ver con la
corporeidad, en donde recopila conceptos que permiten darle al término cuerpo un significado, que no
solo se enfoca a su parte anatómica, sino que va más allá, uniendo espíritu, mente y corporeidad. Inicia
entonces, con Eva Alerby y Cecilia Ferm cuyo objetivo es analizar los procesos de aprendizaje musical
a través de la experiencia de vida, su primer elemento para llegar a tal experiencia es el cuerpo. Según
su estudio, concluyen que el cuerpo es parte ineludible en todo aprendizaje; es a través del cuerpo
como se experimenta e interioriza lo que acontece en el mundo. Por tal motivo se conceptualiza al
cuerpo como un canal de aprendizaje (Gregorio N., 2009, p. 24).
Siguiendo con la concepción del cuerpo como canal de experiencia de vida y para darle
relevancia a las emociones, se encuentra la teoría de Jean Le Du. En la introducción de su libro “El
cuerpo hablado” (cf. Le Du, 1992, p.15) presenta su teoría desde la cultura afectiva, la cual permite la
comprensión del control de las propias reacciones provenientes de las emociones. Expone la
importancia de la dimensión perceptiva creada en respuesta a una reacción determinada por una
situación, y que como consecuencia, resulta en una emoción-acción; esta puede llegar a ser más
expresiva y comprendida que la propia palabra, creando una conciencia corporal. Finalmente alude a
la significación del cuerpo como un poderoso contenido de reacciones, capaces de crear conceptos y
clarificar aprendizajes que la misma palabra no alcanza.
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Ramón Pelinski (cf. Pelinski, 2005.) en su artículo “Corporeidad y experiencia musical”, expone
al cuerpo desde los conceptos de corporalidad y corporeidad; el primero se refiere a la condición
material de posibilidad de corporeidad y ésta última, se refiere a las percepciones y al funcionamiento
neuronal. Se tiene en cuenta que el cuerpo en la música cumple una función tanto física como mental,
entendiendo esta unidad constituida, no solo por sistemas de funcionamiento físico sino también
mental. Es así que exponentes de las siguientes teorías identifican funciones específicas de los roles
del cuerpo combinando las teorías anteriormente mencionadas.
Un enfoque corpóreo de la música y de la educación musical pretende considerarla como una
experiencia en la que el cuerpo está implicado en diferentes sentidos. John Dewey considera que la
música se aprehende a través del cuerpo y que la educación musical adecuada deberá propiciar la
transformación de la experiencia en nuevas formas de habilidades y hábitos.
Por otra parte la teoría de “El cuerpo vivido” es una de ellas; representada por Merleau-Ponty
como la forma visible de las intenciones. Independiente de que todos los humanos poseen un cuerpo,
no todos lo viven de la misma manera. El cuerpo vivido tiene como fundamento la experiencia, el cual
es influenciado por contextos históricos, sociales, culturales y ambientales. Además de esto, no hace
referencia a lo material o a lo mental sino a la experiencia de nuestras capacidades sensibles,
definiendo la existencia no como lo que se piensa sino como lo que se vive (Gregorio N., 2009, p. 26).
Finalmente en este documento el concepto de cuerpo debe ser entendido como un canal de
adquisición de conocimiento, condicionado por mi autopercepción, mi entorno social, cultural y
formativo, llevándolo a contener acciones y reacciones que fueron siendo modificadas para beneficio
de mi formación en canto, gracias a la experiencia personal vivida en Arte Danzario y Artes Escénicas.
5.2 La voz
El estudio de la voz ha sido abordado desde teorías filosóficas, de pensadores e investigadores
del siglo XX, teorías que la exponen y analizan desde campos como la fenomenología, la antropología,
la metafísica etc. En general, la determinan como una manifestación que no solo se encamina hacia el
hecho del canto o la voz hablada, sino como un elemento de expresión corporal interna y externa,
automodificable y contenedora de sensaciones y emociones.
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Con respecto al estudio de la voz desde el aspecto musical, es decir el canto, es muy
característico trabajar sobre modelos establecidos por las escuelas de canto en el mundo. Estas
escuelas refieren a los diversos estilos y formas de cantar que nacieron gracias a las características
propias de cada idioma de los países en donde nacieron y que generaron un trabajo técnico vocal
específico. Las escuelas de formación vocal que predominan en la enseñanza del canto, en su mayoría,
son provenientes de la cultura occidental, como lo son la escuela italiana, la francesa y la alemana.
Durante el siglo XX se han creado nuevas escuelas y métodos de enseñanza para el canto popular
fundamentadas en el estudio de éste mismo.
En mi experiencia formativa, la voz está compuesta por el cuerpo y para el cuerpo, la cual
depende de las características físicas, psicológicas, sociales y emocionales particulares de cada sujeto
y que evidencia en su resonancia elementos como la conciencia, la libertad, su alcance humano y
artístico. Refiriéndome a funciones musicales, entonces, está el canto; un hacer que necesita de total
conocimiento de su funcionamiento anatómico tanto general como personal. Poseemos cuerpos
distintos, de diferentes contexturas, de diferentes géneros, cada parte del cuerpo, desde la más
pequeña hasta la más grande y cada forma de éste, influyen en las características sonoras del
instrumento y que requieren de un entrenamiento físico y mental para su salud y crecimiento.
Con respecto a la identidad vocal, es decir el sello personal que tiene la voz en el sujeto, lo
explico desde tres posiciones: Primero, la técnica, que quiere decir las características propias del sonido
de mi voz para un trabajo de entonación, teniendo en cuenta mis características vocales junto con sus
fortalezas y debilidades al momento de cantar; hacer potenciales tales facilidades y madurarlas a tal
punto, que permitan ser evidenciadas en un sonido consistente y único. Y aquellas que cuestan más,
resolverlas a través de la conciencia corporal para también darles un buen uso e incluirlas en la
producción vocal; en mi experiencia, era muy común que varias dificultades vocales, entre ellas, cantar
sonidos graves, las excluyera de mi trabajo en canto, lo que generaba no estudiar ni formar a mi
instrumento en su totalidad.
Segundo, está la posición psicológica, mi voz es el reflejo de mis emociones y la conexión que
hay entre mi cuerpo, mi corazón y mi mente. Gracias esta identidad, yo logro realizar un óptimo trabajo
interpretativo del texto que transmito al público, ya sea este, imaginario o real y a partir de ello, logro
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proponer y desarrollar un sello personal durante mi formación como cantante. Es importante destacar
que en esta posición, desempeñan un papel muy importante aspectos como mi personalidad, mis
gustos, mis miedos, mis percepciones, etc.
Y finalmente, se encuentra la de la identidad cultural. En nuestra tradición cultural colombiana
la voz cantada juega un rol muy importante, ya que mantiene la tradición oral que es transmitida de
generación en generación, dando cuenta de historias, costumbres, rezos, ritos, trabajos, etc., y que
muchas veces no se desligan de la representación corporal a través del movimiento, ya sea en el baile
o en una actividad propia del trabajo; así que encontramos cantos de ordeño, de labranza, de
lavanderas, de boga, bailes cantados, etc. Esta posición genera en mí, cuestionamientos acerca del
sistema de formación vocal en canto que tenemos a nivel local y nacional; tuve la fortuna en los últimos
dos años de mi formación individual como cantante, ser guiada por maestros que involucraban dentro
de mis clases de canto este tipo de reflexiones y que se fueron fortaleciendo gracias a la experiencia
vivida en los otros proyectos curriculares, pero hubiera deseado que desde el inicio de mi formación
individual y grupal en canto, este tipo de lecciones hubieran estado presentes.
En conclusión, con respecto al concepto de la voz durante mi trabajo de investigación, esta
debe ser entendida como un instrumento de expresión musical, de identidad personal y cultural, con
unas exigencias de formación emocional, corporal, intelectual y social específicas de cada sujeto.
5.3 Criterios para el análisis de la experiencia:
Con miras a realizar una reflexión y análisis de mi experiencia en formación musical
recibida en el programa de canto de la Facultad de Artes ASAB, hago referencia a dos teorías
relacionadas con la educación en general y la educación musical: el método Montessori y el método
Dalcroze, respectivamente. Lo anterior, debido a que los pedagogos del siglo XX, apreciaron la
importancia de la educación infantil y centraron su interés en desplegar métodos eficaces que
permitieran a cualquier niño, joven y adulto, descubrir su potencial humano y artístico. Estos métodos
tenían en cuenta las leyes del aprendizaje natural de la lengua materna considerando cada etapa de
desarrollo del sujeto y centrando su atención en el proceso de la adquisición del conocimiento a partir
de los sentidos y la libertad. Al respecto es importante señalar que “la concepción de los métodos
tradicionales europeos de educación musical no parten de la materia ni de los instrumentos, sino de
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los principios de la vida que unen esa vida con el ser humano, dándole gran importancia a lo que la
naturaleza nos ha dado: el sonido, el movimiento, el oído y la voz” (Riaño, 2010, p.57).
La música más que un oficio, es un lenguaje que se puede comparar con la propia lengua
materna y necesita por tanto de un proceso natural que incluya el desarrollo de los sentidos, los afectos
y la mente. Sin olvidar que se debe respetar el hecho de que cada sujeto posee distintas características
físicas y emocionales que hace que algunos aspectos se desarrollen más rápido que otros pero sin
restarle importancia a todos.
De esta manera, abro un espacio de análisis en donde sugiero un aporte a la formación en el
área del canto, desde una perspectiva con carácter integral. Tal como haré evidente a partir de las
teorías referidas, la educación se entiende como un proceso que lleva a cabo seres humanos cuyos
alcances no se limitan únicamente al área estudiada, sino que consolidan su formación a partir de todo
un conjunto de habilidades que se interrelacionan de manera constante. Contribuyen específicamente
en el caso de la educación musical, al descubrimiento y fortalecimiento del potencial humano y artístico
de los estudiantes.
Dado que la educación musical engloba el concepto completo de sujeto, lo cual incluye de
manera evidente la educación corporal en general (Riaño, 2010), a partir del método Montessori
pretendo destacar el valor que se le debe dar a la persona haciendo énfasis en sus capacidades
mentales y emocionales desde un ambiente preparado, es decir, el ambiente propicio para generar el
aprendizaje. De esta manera, doy relevancia a la necesidad de hacer énfasis en el fortalecimiento
permanente de dicha formación a través de la educación desde la libertad del entorno en que se
prepara y se trabaja, por lo que las emociones y el medio se convertirán en caminos a través de los
cuales se hará posible la experiencia completa de la interpretación vocal, como resultado de todo un
conjunto de manifestaciones propiamente humanas.
El método Montessori que incluía el trabajo artístico, inicialmente fue aplicado a población
infantil, por su énfasis en el trabajo con niños que tenían discapacidades mentales. Gracias a propuestas
específicas del método, éste empezó a ser aplicado en escuelas de formación musical para niños,
jóvenes y adultos con limitaciones visuales, con el fin de crear en ellos confianza y amor hacia sus
cuerpos partiendo de un ambiente preparado para tal tarea. Por este motivo, fue un método que elegí
22
como referente de análisis para mi experiencia, teniendo en cuenta que parte de mis limitaciones en
el estudio del instrumento tenían que ver con el tema de la propiocepción.
A partir de este método se pretendo reflexionar acerca de la conciencia que se debe tener en
relación con el ambiente de libertad, autonomía, autoconocimiento como un todo que participa tanto
en la preparación como en el resultado final de la interpretación vocal.
Por su parte, el método Dalcroze hace énfasis en la formación de la mente partiendo de una
previa educación del cuerpo a través del trabajo rítmico musical. Así, el canto como área integrante de
la música que “es inherente a la conciencia en cuanto objeto que se construye sobre la percepción
intencional, una experiencia en la que participan conjuntamente los sentidos, la emoción y la mente”
(Nicolás, 2009, p.28), se encuentra relacionado con objetos que, percibidos en forma de imágenes,
pueden ser conceptualizados en forma de pensamientos (silencios, ritmos, sonidos, armonías) y
exteriorizados mediante el lenguaje corporal.
Teniendo en cuenta además que de los dos métodos se destacan la búsqueda y la generación
de la confianza en cada estudiante, también hago necesario hacer reflexión de mi experiencia personal
para hacer sugerencias a la enseñanza del canto. El desarrollo natural del ser humano, que no está
apartado de las percepciones físicas y emocionales, ha permitido ir en búsqueda de pedagogías que
incluyan la educación corporal como eje central para la adquisición de conocimientos que no solo se
enfocan a la parte teórica sino a la sensibilización del sujeto y de su entorno.
En este orden de ideas, afirmo que cuando el sujeto ha sido preparado física, muscular y
emocionalmente durante su proceso de formación musical y en canto, tiene la capacidad de crearse
como artista y también de desenvolverse socialmente siendo ser un agente de cambio para su medio.
5.3.1 María Montessori
Montessori nació en Ancona, Italia el 31 de Agosto de 1870. A los doce años de edad se trasladó
con sus padres a la ciudad de Roma en busca de una educación superior de alta calidad. Luego de
mostrar interés en diferentes áreas profesionales como la Ingeniería y la Biología, optó por estudiar en
la Escuela de Medicina convirtiéndose en la primera mujer en Italia en obtener el título en 1896.
23
Durante su trabajo como médico en la Universidad de Roma en el departamento de Psiquiatría, hizo
observaciones clínicas al comportamiento de niños con limitaciones físicas y deficiencias mentales, por
lo que llegó a convencerse que esta población atípica podría beneficiarse con una educación especial.
Montessori viajó a Londres y a París para estudiar el trabajo de los dos primeros pioneros en
este campo: Jean Itard y Edouard Séguin. Gracias a esta investigación, logró observar esta población
desde una perspectiva mucho más enfocada a sus comportamientos, lo que le permitió plantear y
proponer la enseñanza a través de material didáctico, notas y observaciones en pro de la reflexión de
su trabajo.
Luego de adelantar estudios en Filosofía, Psicología y Antropología, Montessori ingresó a la
universidad de Roma en 1904 como docente del área de Antropología y en 1907 se le pidió que dirigiera
un nuevo proyecto con 70 niños normales de familias de clase obrera en San Lorenzo, Roma. Al iniciar
este proyecto la doctora Montessori aplicó el método de enseñanza que venía trabajando con los niños
atípicos para poder comparar las reacciones de esta nueva población a cargo. De esta manera creó su
método experimental de educación escolar, que arrojó excelentes resultados tanto en el
comportamiento de los niños como en su desempeño académico.
María Montessori realizó varias publicaciones de su metodología y gracias a su trabajo
humanista, pedagógico y social, fue nominada al Premio Nobel de la Paz de los años 1949, 1950 y 1951,
y recibió el nombramiento de Doctora Honoris Causa por la Universidad de Ámsterdam. Murió a sus 81
años en Holanda.
5.3.1.1 El método Montessori
“Es cada vez más obvio que la educación tradicional, basada como está en el hecho de
transmitir al estudiante las respuestas de otra era, ya no es suficiente. Para que los jóvenes
hagan frente al reto para sobrevivir que tienen que encarar en la actualidad, es imperativo
que su educación desarrolle hasta el grado más completo posible su potencial de
creatividad, iniciativa, independencia, disciplina interna y confianza en sí mismos. Este es
el enfoque central de la educación Montessori” (Polk Lillard, 1982, p. 74).
24
El método propuesto por Montessori desarrolló una nueva visión de la educación en relación
con la concepción tradicional de la enseñanza, que tuvo como punto de partida la intuitiva observación
de los niños. Esta nueva visión tuvo como base la educación que seguía el pensamiento de Juan Jacobo
Rousseau, Juan Enrique Pestalozzi y Federico Froebel por los siguientes motivos:
Por una parte, Rousseau consideraba que “la infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar
y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras”, por lo que el énfasis de
su pensamiento estaba en la libertad del hombre y la igualdad en la sociedad. El aporte de Pestalozzi,
por otro lado, radicó en enseñar a los niños a distinguir formas, texturas y tamaños para poder
enriquecer la memoria con explicaciones sencillas de los objetos y así poder reproducirlas. Finalmente,
Froebel se proponía que el estudiante, niño y joven, debían ser tratados de acuerdo con su dignidad de
ser humano y en un ambiente de libertad y entendimiento, de tal manera que el rol del maestro era
muy importante en tanto éste debía conocer los diferentes grados de desarrollo del sujeto para llevar
a cabo su tarea y dar una orientación que permitiera la libertad del mismo aun cuando se le propusiera
una actividad. Además consideraba que la actividad lúdica en el aula de clase tenía gran importancia
porque permitía extraer conocimiento, mas no imponerlo.
En este orden de ideas, María Montessori consideraba que la educación de la época era rígida
y frecuentemente cruel, por lo cual su trabajo no era solamente desarrollar una nueva manera de
enseñanza, sino descubrir y ayudar a alcanzar al niño su potencial como ser humano a través de los
sentidos, en un ambiente preparado. Este trabajo no sólo hacía énfasis en el valor de la persona, su
dignidad y significación, sino que promovía el aprendizaje activo, la cooperación, la solidaridad y la
participación de los estudiantes.
Teniendo en cuenta que Montessori pensaba que “los niños absorben como esponjas todas las
informaciones que requieren y necesitan para su actuación en la vida diaria” (Rodríguez Boggia, 2002).
Entendía que la espontaneidad y naturalidad en la primera infancia era el camino por el cual los niños
llegaban a desarrollar actividades tales como gatear, caminar, correr, saltar, etc., y eran adquiridas
gracias a la información del entorno y a su necesidad. Tales actividades no estaban tan alejadas de los
procesos escolares como hablar, escribir y leer, por lo que el papel del docente era guiar y ayudar a
cada estudiante con amor y respeto, de acuerdo con sus características y necesidades para dar lugar a
la autonomía y a la creatividad.
25
Esta pedagoga fundamentó su propuesta en los principios de autonomía, independencia,
iniciativa, toma de decisiones, capacidad de elegir, desarrollo de la voluntad, autodisciplina, orden,
concentración, respeto por los otros y por sí mismo. Entre sus principios pedagógicos se conocían: el
ambiente atractivo y motivador, el material didáctico con múltiples oportunidades, el desarrollo de las
potencialidades del estudiante, la promoción de la espontaneidad, la responsabilidad y la creatividad,
y el cultivo del deseo de aprender y auto educarse (Rodríguez Boggia, 2002).
La filosofía Montessori aunque tuvo origen en la observación del niño, no pretendía que fuera
aplicada solamente a esta población. De hecho y como lo mencioné al inicio de mi investigación, este
método es aplicado hoy en día especialmente en escuelas de educación musical para estudiantes de
todas las edades desde niños hasta adultos. A propósito, Montessori consideraba que la infancia no era
una etapa en la vida del sujeto sino que era el otro polo de la humanidad y de esta manera mostraba
la niñez y la adultez como periodos de la humanidad dependientes una de la otra: “No debemos
considerar al niño y al adulto meramente como fases sucesivas en la vida del sujeto. Mas bien debemos
verlos como dos formas diferentes de la vida humana, que están teniendo lugar al mismo tiempo y
ejerciendo la una sobre la otra una recíproca influencia” (Polk, 1982, p. 32).
De esta manera Montessori pretendía que en la etapa de la adultez se tuviera en cuenta la
niñez no sólo desde el oficio de la educación dada por el adulto, sino que internamente este último
volviera su atención hacia el descubrimiento de su propia niñez aún viviente dentro de sí como un
ejercicio de autoconstrucción continua.
Por lo anterior, consideré pertinente tomar como referente el Método Montessori para la
reflexión de mi experiencia que tuvo lugar en la universidad junto con población adulta, no sólo por
haber coincidido en muchos elementos característicos del método hacia la búsqueda de la naturalidad
del comportamiento de la niñez en el cuerpo adulto, sino también para tener elementos que pudieran
ser tenidos en cuenta en la formación musical y del cantante.
26
5.3.1.2 Ambiente preparado
Dentro de los conceptos sobresalientes de este método está el de “ambiente preparado”, en
el cual se desarrollan los principios pedagógicos nombrados y se involucran aspectos tanto físicos como
emocionales que disponen y preparan el ambiente para la generación de aprendizaje de una manera
sana y óptima.
El ambiente preparado es, por tanto, el espacio que debe nutrir al sujeto en todos los aspectos
de su formación, ya que está diseñado para satisfacer sus necesidades de autoconstrucción y para
revelar su comportamiento y personalidad, los cuales definirán su patrón de desarrollo. Así que dicho
ambiente no sólo debe proporcionarle facilidades en el camino, sino eliminar los obstáculos para su
aprendizaje.
En el ambiente preparado uno de los rasgos más importantes es el rol que desempeña la
persona encargada de guiar el proceso formativo, es decir la persona guía o el maestro. Éste se
distingue por la sensibilidad y el compromiso que manifiesta frente al desarrollo cognitivo y social del
sujeto, por lo que ha de ser preparado y atento a las necesidades tanto físicas como emocionales del
estudiante; así mismo le proporcionará con su trabajo orden, respeto, libertad y apoyo para la vida
individual y en comunidad.
Tal como empiezo a mostrar en el párrafo anterior, la libertad se convierte en otro elemento
esencial dentro del ambiente preparado. No sólo porque gracias a ésta el sujeto se revelará tal cual es,
con sus necesidades, talentos y dificultades, dentro de un espacio académico, sino porque a través de
este elemento el profesor observará para luego guiar y prestar la ayuda necesaria con el fin de que sea
el mismo estudiante, quien decida el camino para llegar al conocimiento.
En el método Montessori, la libertad ha de ser comprendida desde dos perspectivas: desde la
individual, la libertad del sujeto depende del desarrollo y de la construcción de su personalidad pues
se involucran automáticamente actividades que permiten la búsqueda de la independencia, la
disciplina y la autonomía. Además, contribuye al desarrollo de su propia voluntad a través de la
estimulación de sus acciones hacia un fin determinado elegido por él mismo.
27
Por otra parte desde una perspectiva colectiva, dentro del ambiente preparado, la libertad
permite identificar el interés colectivo, a su vez, como objetivo y límite de la adquisición y comunicación
del conocimiento. En este sentido, dentro de un aula de clase Montessori es importante tener variedad
en cuanto a las edades ya que gracias a cada experiencia individual se proporcionará la oportunidad de
adquirir el conocimiento y afianzarlo al compartirlo con los demás. Así que es muy importante prohibir
actos bruscos, ofensivos y de mala educación entre los estudiantes.
Dentro del desarrollo de la libertad, la motivación resulta ser un factor determinante en el
aprendizaje cuando no es entendida de manera tradicional, es decir como premio, castigo,
competencia o comparación, ya que genera dependencia en el estudiante en relación con los
resultados de procesos ajenos. El método Montessori promueve así el interés en el proceso individual
y la auto-aprobación, que influye directamente en la autoestima y el deseo natural de ayudar a los
demás.
Finalmente, la importancia del ambiente preparado radica en el espacio emocional de armonía,
respeto y amor propio que se le proporciona al sujeto. De esto resulta el aprendizaje del valor que le
atribuye a su desarrollo y personalidad a través del cuerpo y el carácter, así como el conocimiento de
sus capacidades y limitaciones, entendiendo la necesidad del trabajo con el otro. Parte del buen
resultado de la adquisición de conocimientos y entrega a este ambiente depende de la confianza que
tenga con él mismo y con sus compañeros. Por tanto, la reflexión sobre los propios actos y la
determinación de las consecuencias a nivel individual y colectivo, también se dan mediante la libertad
en el ambiente preparado, pues esto genera el descubrimiento de las capacidades y los defectos
propios en un contexto colectivo.
5.3.2 Émile Jaques-Dalcroze
Émile Dalcroze fue, entre otras cosas, un educador musical que nació en la ciudad de Viena,
Austria el 6 de julio de 1865 y tuvo gran influencia musical por parte de su familia, además del interés
en el arte dramático. Lo anterior se evidenció, por ejemplo, al trabajar como director de orquesta en
un teatro en Argelia en donde se inquietó por la relación del gesto físico y el significado musical. Al
mismo tiempo como compositor, despertó el interés por explorar un sistema musical distinto al
28
occidental a partir de la música árabe, complementando sus investigaciones sobre ritmo, fraseo,
articulación y expresión musical, estableciendo las bases de su metodología.
Por otra parte, en el año de 1892 fue nombrado como profesor de armonía en el Conservatorio
Superior de Música de Ginebra en donde identificó tres dificultades sobresalientes en la formación de
sus estudiantes. La primera que encontró estaba relacionada con la representación errada y confusa
de alguna acción que el estudiante debía ejecutar y por tal motivo no podía darle órdenes a su cuerpo
sobre cómo actuar. La segunda dificultad estaba reflejada en sus emociones: el estudiante era
consciente de su actividad y era clara la orden o el concepto, pero su sistema nervioso no era
controlado por éste, de manera que al realizar la acción solicitada se veía entorpecida. La última
dificultad hacía referencia al desarrollo muscular y motriz del estudiante, ya que al ejecutar la acción o
concepto entendido aparecían problemas motrices y de flexibilidad corporal, limitando o equivocando
la realización del movimiento.
A través de estas dificultades, Dalcroze vio la necesidad de transformar los métodos de
enseñanza musical tanto de los colegios como de los conservatorios, pues consideraba que este tipo
de pedagogías eran demasiado fragmentadas y alejadas de las emociones y sensaciones. Por lo que en
1905 inauguró en Ginebra el primer curso de gimnasia rítmica, con el objetivo de enseñar la música a
través del ritmo y el movimiento, desarrollando la coordinación simultánea.
Con base en las observaciones realizadas, Dalcroze concluyó y reflexionó sobre la importancia
de la audición musical: a partir de este ejercicio de la escucha el estudiante podía darle órdenes internas
a su cuerpo ejerciendo un movimiento interior, que luego iba a ser reflejado en el movimiento físico y
visible. Si esta acción era interiorizada y comprendida, el resultado iba a ser óptimo. A este proceso
Dalcroze lo denominó movimiento interior, es decir, imágenes motrices que iban a ser claves para la
corrección del concepto rítmico y físico, de manera que el estudiante pudiera conseguir una
representación cognitiva del ritmo que, a su vez, facilitara su comprensión.
5.3.2.1 Método o Rítmica Dalcroze
“Solo una técnica me parece bella y útil: la que busca liberar el cuerpo y el espíritu
de todos los antagonismos forjados por el estado social y por la propia naturaleza”.
29
Emile Jaques-Dalcroze, 1942.
El método Dalcroze nació y se desarrolló siendo pensado para adultos, de la observación de los
futuros músicos profesionales de la época, buscando que el cuerpo pudiera ser la representación de
cualquier elemento musical. Más tarde, las circunstancias políticas y sociales de aquella época en donde
se estaba viviendo la primera guerra mundial, ocasionó el cierre de varias escuelas de Dalcroze,
haciendo que sus discípulos tomaran como referencia su método para desarrollarlo más allá de las
ideas originales. Este hecho, aprobado por Dalcroze, generó que su método y sus pensamientos se
convirtieran en una opción abierta pedagógica y artísticamente, diseñados para ser adaptados a las
personas en cualquier edad y circunstancias personales y sociales, en la búsqueda de la liberación del
sujeto en su cuerpo y espíritu.
Para Jaques-Dalcroze la falla de la enseñanza habitual de su época estaba en no desarrollar el
cuerpo y la mente paralelamente al momento de adquirir el conocimiento, pues se mantenía el modelo
de la repetición y la separación de la emoción y la mente, como dos modos distintos que no tenían
conexión, ausentando las impresiones y los sentimientos. Entendía que el hecho de imitar la
experiencia de otros muchas veces se convertía en una mentira, ya que no orientaba sino que imponía
y no consideraba al hombre como sujeto único y específico.
Por tal motivo Dalcroze propuso desde su método establecer comunicaciones más directas
entre los sentidos y la mente, que permitieran la indicación a la inteligencia de recrear las expresiones
y finalmente llegar a la conclusión de que el pensamiento tenía como consecuencia la interpretación
de un acto. Dentro de los propósitos del método estaba, en primer lugar, permitir al sujeto ser
plenamente él mismo y no dejar de lado ninguna facultad humana de la que es dotado, sino buscar un
funcionamiento mutuo para finalmente encontrar el equilibrio, el bienestar y el buen desarrollo de la
adquisición del conocimiento y su actuar social. En segundo lugar, buscaba darle al estudiante un
abanico de posibilidades para hacer frente a cualquier situación, a través de la posesión de todos los
medios de actuar y reaccionar eligiendo para sí su mejor opción de bienestar y autonomía; todo esto
dependía de su libertad como hombre que piensa y actúa.
Por otra parte, el método Dalcroze tomaba como base la teoría pedagógica de Piaget, en cuanto
consideraba importante la adaptación del sujeto, teniendo en cuenta que ésta “es la función primaria
30
de la inteligencia; en otras palabras, la inteligencia es la forma evolucionada que adquiere en el ser
humano la capacidad de adaptación propia de todo ser vivo” (Bachmann, 1998, p. 23). Teniendo esto
como punto de partida, Dalcroze se interesaba en cómo llegar a dicha adaptación que consideraba
como una facultad que se desarrollaba y podía mejorarse para proporcionar autonomía al sujeto. El
elemento por el cual llegó a la búsqueda de tal facultad, la encontró a través de sus modelos musicales
que habían sido tomados de los ritmos propios y naturales del cuerpo humano.
Como ya lo había mencionado anteriormente, la preocupación por la constante separación
entre la mente y el cuerpo, hizo que Dalcroze encontrara en la música un agente de relación o ente
reconciliador para estos dos modos de representación humana. Al respecto, afirmaba lo siguiente:
Porque es seguro que con ella se baila y se sueña, que encanta o agrede nuestros oídos y nuestra
mente, que influye sobre nuestros sentimientos, que revela nuestros instintos. Ninguna de las
facultades humanas es inmune a la música… creada por el hombre y dirigida a él, la música es,
dentro de las producciones humanas, la que permanece más íntimamente ligada a la vida. Ningún
arte está más cerca de la vida que la música. Podría decirse que es la vida misma (Bachmann, 1998,
p. 23).
De esta manera y en relación con la actividad corporal, la música se compone de sonoridad y
movimiento, en tanto que involucra el ejercicio del cuerpo que consta de órganos, huesos y músculos
diseñados para esta actividad. Por tanto, el movimiento responde no sólo a las exigencias del espíritu,
sino a las posibilidades del cuerpo, siendo el ritmo un agente de maduración y desarrollo de dicha
actividad que implica un compromiso entre la fuerza y la resistencia.
En el método Dalcroze, la rítmica consiste en movimientos definidos, indefinidos,
interrumpidos y/o continuos, largos, cortos, intencionales y no intencionales, por lo que representa la
base de todas las manifestaciones vitales y, lo más importante, es una expresión individual que permite
al hombre llegar a su desarrollo en plenitud a partir de la manifestación espontánea de los ritmos
corporales, que involucra todas las capacidades humanas ya sean simples o complejas, aisladas o
asociadas, en beneficio de la realización de todas sus posibilidades.
Para dicho trabajo el método se sirve de la música y del entorno libre, en la medida en que a
través de éstos se identifica tanto la relación entre energía, espacio y tiempo, como entre la reflexión,
31
el instinto y el control que permiten, a su vez, crear conciencia de cada una de las partes del cuerpo y
su respectiva función para la conformación de una unidad completa y en buen desarrollo. De esta
manera, la experiencia y el movimiento corporal, en definitiva, la experiencia muscular, ayudan no sólo
a corregir y regular dificultades del entendimiento, sino a tener más conciencia de ello.
Esta actividad, además de lo anteriormente expuesto, busca recuperar el cuerpo o, en palabras
del método, volver a la casa propia, con el fin de vivir entre la actividad, el reposo y la relajación, y dar
matices que permitan pasar al cuerpo por distintas disposiciones para rencontrar el ritmo interno. En
este sentido, Dalcroze notó que la experiencia muscular ayudaba no solo a la corrección de dificultades
para el aprendizaje, sino que permitía la conciencia de cómo se adquiría el conocimiento: escuchar y
reaccionar corporalmente representaban el primer paso dentro del método:
La Rítmica significa escuchar y actuar corporalmente movidos por la escucha que se está
produciendo. Escuchar solo es el inicio de todo un camino a realizar: escuchar, sentir, percibir,
interiorizar, proceder, aportar, improvisar, construir, entender, memorizar, aprender, asimilar y
crear (Riaño, 2010, p 63).
Tal como lo muestro, la Rítmica como pedagogía musical, desarrolla la sensibilidad y transmite
conocimientos a través de la experiencia corporal, de manera que el orden de aprendizaje de cualquier
conocimiento u objeto musical está dado en los siguientes pasos: primero, vivir y moverse a través de
la escucha; segundo, percibir a través de los sentidos y reaccionar; tercero, interiorizar por medio del
entendimiento y la representación; cuarto, intelectualizar por medio de la comprensión y la realización;
quinto, expresar imaginando e improvisando; y, por último, crear a través de la invención y la
composición.
El método Dalcroze amplía el concepto de educación musical no sólo hacia la constante
preocupación y respeto por el sujeto, sino hacia la búsqueda del equilibrio del ser y su necesidad de
armonía, la importancia de la comunicación y la expresión, el desarrollo de la imaginación y de la
creatividad, es decir, la educación integral de la persona.
32
CAPÍTULO II
14. COSMOVISIÓN DEL PROCESO DE FORMACIÓN EN EL INSTRUMENTO
En la metodología que expongo al inicio de mi investigación, aclaro que mi experiencia hizo parte
de una decisión libre en mi formación como cantante y que no tenía la intención inicial de convertirse
en mi documento de investigación, por tal motivo no cuento con diarios de campo ni registros
fotográficos de dichas clases. Las frases que cito y expongo en cursiva y entre comillas, fueron dichas
por mis maestros durante las clases y que tuvieron gran impacto aquellos momentos y por tal motivo
las recuerdo tal cual fueron expresados en ese entonces.
6.1 Descripción general de la formación personal en el instrumento de canto
Desde el inicio de mi formación en canto tuve herramientas que me permitieron desarrollar
habilidades en mi estudio de canto. En relación con la producción vocal, rescato el hecho de que se
produjera de una manera cuidadosa, sin escape de aire al cantar y con palabras bien articuladas; con
respecto a la respiración, tenía control del apoyo o capacidad de sostener el aire para la emisión del
sonido y del manejo de la dosificación del mismo. La mayoría de profesores con los que tuve
permanencia en la formación individual por más de un año, contaban con una gran experiencia en la
enseñanza del canto, lo cual generó que en aquellos momentos sintiera que mi proceso de formación
estuviera en buenas manos pues estuvieron pendientes de mi repertorio como cantante y de mi
desarrollo técnico.
En el año 2006, cuando estaba en el ciclo preparatorio de la Facultad de Artes ASAB, me
gustaba entrar a un espacio académico de la carrera que se denominaba Clase Colectiva de Canto, en
la que estaban todos los maestros y la dinámica consistía en que cada estudiante participaba cantando
el repertorio que estaba trabajando en el semestre. En ese entonces, quien estaba a cargo de la clase
era la Maestra María Olga Piñeros, quien tenía una particular manera de dirigir y formar en esas clases.
Ella hacía mucho énfasis en el contexto de la obra con respecto al personaje; además de eso, las
correcciones técnicas eran muy claras y siempre con una explicación fundamentada en teorías
existentes de la técnica vocal. Cuando se daba el tema de dicción, hacía las correcciones y sugerencias
33
pertinentes al estudiante que estuviera al frente, apoyándose en breves explicaciones que resultaban
útiles a los demás estudiantes de canto. Así, me apropié de la manera de estudiar que la maestra
proponía y continué mi formación bajo las sugerencias que daba en las clases colectivas.
Cuando ingresé al programa profesional en el segundo semestre del año 2007, la mayoría
de los maestros con los que trabajé tenían mucha experiencia enseñando y cada uno lo hacía desde
una perspectiva totalmente distinta: algunos desde el trabajo técnico, otros desde el contexto, otros
desde la sensación y siempre lograba lo que me proponía en cada semestre.
Con uno de mis maestros Leonardo Guevara (fagotista y cantante), aprendí a estudiar el
canto de otra manera, ya que siempre enfatizaba en las clases el contexto social y musical de la obra.
Con él empecé a ver instrumento como uno más, pues en clase trabajábamos las obras analizando la
música, desde la parte armónica y melódica. Así mismo, me llevaba a comprender el canto con respecto
a los otros instrumentos; por ejemplo, me proponía estudiar con metrónomo, lo cual no es común en
la formación del cantante o a veces me invitaba a pedir ayuda a compañeros de otros instrumentos
que leyeran la línea melódica para determinar formas de fraseo.
Cuando estaba tomando estos espacios en los otros proyectos curriculares, este maestro
estuvo al tanto de mi experiencia formativa, cosa que apoyó totalmente desde el principio. Siempre
estaba muy pendiente de este nuevo proceso de mi carrera y me facilitaba algunos documentos que
se relacionaban con las practicas realizadas y al desarrollo de la voz. Uno de estos documentos se refería
a una técnica llamada Roy Hart. Esta técnica se refiere al desarrollo de la voz, partiendo de la
integración mente-cuerpo con el fin de liberar tensiones vocales y poder ampliar el registro vocal.
Su interés reside en ampliar la gama de registros y colores vocales… Cada parte del cuerpo puede
expresar, puede actuar como resonador de sonido, como si fuera un espacio hueco donde éste
pudiera amplificarse, a la manera de una bóveda. Los principales resonadores de la voz se sitúan
en la cabeza, fosas nasales, boca, laringe, parte superior e inferior del tórax… Busca profundizar
en el nivel de conciencia del cuerpo y añade la emisión del sonido como forma de potenciar aún
más la expresión de las sensaciones y emociones (Cerezo, 2011).
La mayoría de los docentes, eran muy cuidadosos al sugerirme el repertorio de acuerdo
con mis características vocales, lo cual me permitía estar muy cómoda con mi desarrollo vocal.
34
La oportunidad de haber trabajado tanto repertorio lírico como popular hasta un punto
de mi proceso, me ayudó mucho porque me dio herramientas que técnicamente complementaban al
otro género. También, participar en espacios que desafortunadamente no eran constantes como clase
de dicción, de conciencia del cuerpo y fonoaudiología, permitieron que tuviera una compresión
científica del funcionamiento de la técnica vocal. Por último, la participación en clases magistrales con
cantantes invitados, me condujo a darme cuenta del nivel vocal que tenía, ayudando a exigirme de una
manera sobresaliente.
Poco a poco se fueron presentando situaciones que me llevaban a la reflexión de cómo
estaba siendo impartida la formación vocal por parte de los maestros que en ese entonces eran
responsables de mi proceso. Algunos con muy poca experiencia en la enseñanza del canto, proponían
ejercicios para el trabajo en clase que muchas veces carecían de una explicación previa a propósito de
su pertinencia en relación con la formación del cantante. Lo anterior generó en mí muchas preguntas,
tales como: ¿Era responsabilidad mía el hecho de no haber entendido sus explicaciones? O ¿Su manera
de enseñar canto carecía del dominio de elementos técnicos? Muchas veces no había un vocabulario
técnico lo cual hacía que me confundiera más con respecto al trabajo de producción vocal.
En varias ocasiones, luego de cada examen de canto, mis maestros me hacían sugerencias
con respecto al desempeño musical y técnico. Los exámenes consistían en cantar las obras preparadas
durante el primer o segundo ciclo del semestre y se hacían en espacios como el auditorio Samuel
Bedoya de la Facultad de Artes ASAB con presencia de público, además de todos los maestros del área
de canto. Ellos por su parte tenían programas de mano entregados por cada uno de nosotros, en donde
los maestros y las maestras podían escribir de manera individual sus apreciaciones y observaciones de
nosotros mientras hacíamos nuestra presentación. En mí, casi siempre generaba mucha tensión, no me
sentía cómoda al pensar en el hecho de que podía equivocarme e inmediatamente iba a verlos escribir
lo que estaba pasando en ese momento.
Al finalizar cada examen me reunía con el maestro a cargo de mi proceso y hablábamos al
respecto. Ellos me entregaban las observaciones en donde destacaban las cosas buenas vistas en mi
examen pero casi siempre coincidían en que que faltaba algo más, que no sabían por qué razón no
maduraba mi voz; siempre recibía estas observaciones pero casi nunca recibía propuestas que me
35
ayudaran a dar solución a mis problemas. Junto con los maestros que tenían a cargo mi proceso,
trabajábamos individualmente en clase con respecto a las observaciones de la maduración de mi voz
pero poco a poco, al no ver resultados, me quedé en un punto en donde mi voz no respondía a este
trabajo de desarrollo y maduración y personalmente, aunque buscaba muchas alternativas de estudio
y tenía en cuenta lo que aprendía en cada clase, no era suficiente.
6.2 Experiencia formativa personal desde las clases del Proyecto Curricular de Arte
Danzario y Artes Escénicas: la conciencia del cuerpo
6.2.1 Control – alineación y elongación
Dentro del Proyecto Curricular de Arte Danzario, uno de los espacios obligatorios para el
estudiante, es la clase llamada “Danza clásica elongación y alineación I y II”. En relación con lo anterior,
es importante tener en cuenta que en la danza clásica inicialmente se trabajan dos conceptos
importantes que permiten al bailarín tener un buen desempeño de su cuerpo. A saber: la alineación
corporal y la elongación del torso. Según el artículo “Técnica del ballet clásico. Principios
fundamentales” (2009):
La alineación corporal es un principio primario y dinámico que se mueve eficientemente como un
todo y es sensible a los movimientos de sus partes. El cuerpo entero es como una estructura de
bloques: si uno de los bloques está desalineado afecta al resto que esté por encima o por debajo.
Una vez el cuerpo esté desalineado otras partes del cuerpo realizarán compensaciones que
causarán aún mayor desalineación y eventualmente lesiones.
Por otro lado la elongación, que es el estiramiento de los músculos de manera activa, es
decir, en donde cada bailarín realiza tal actividad individualmente, tiene como fin preparar al cuerpo
para movimientos amplios evitando lesiones durante las actividades propias de la danza. La elevación
del torso, involucra en gran medida el estiramiento de la musculatura abdominal permitiendo amplitud
entre las costillas y las caderas. Esta acción está acompañada simultáneamente del estiramiento de las
piernas hacia los lados, lo que genera la liberación del centro corporal creando la alineación de toda la
columna.
De esta manera, la experiencia en clases de danza se centró en la práctica de dichos
36
conceptos fundamentales. Estos conceptos me permitieron conocer mi cuerpo detalladamente no solo
desde la teoría sino también desde la autopercepción y la sensación.
Gracias a esta experiencia vivida en la clase de Danza clásica: elongación y alineación
corporal, en el Proyecto curricular de Arte Danzario de la Facultad de Artes ASAB y durante el primer
semestre del año 2011 con una intensidad semanal de seis horas, me fui dando cuenta de cómo venía
trabajando con mi cuerpo y qué tanto estaba alejándolo de mi mente. Por ejemplo, conceptos como
apoyo o resonadores, inicialmente se enfocaban en la explicación técnica, mas no en un entendimiento
sensorial el cual le daba mucha más comprensión al concepto y a la actividad como tal.
Luego de un tiempo de entrenamiento continuo, aproximadamente dos meses, me fui
dando cuenta que mi cuerpo y mi mente estaban rindiendo de otra manera. Con respecto a mi cuerpo,
lo sentía activo todo el tiempo y no tenía sensación de cansancio, de esta manera las clases de canto
específicamente tenían un mejor rendimiento. Conceptos como apoyo, respiración, relajación ya
habían sido vivenciados de una manera muy detallada desde el cuerpo y la mente, y gracias a esto ya
tenía mucha claridad por el constante ejercicio de unir el concepto teórico con el práctico en dichas
estas clases.
Al principio, me costaba mucho responder a los ejercicios corporales, pues no estaba
acostumbrada a trabajar de una manera tan detallada y meticulosa como se realizaba en este espacio,
pero al empezar a crear esas memorias corpóreas poco a poco todo iba cambiando.
Estos espacios y experiencias que describo a continuación hacen parte del proceso que
tuve con respecto al trabajo corporal.
6.2.1.1 Clase: Danza clásica elongación y alineación corporal I Grupo I
Grupo de estudiantes: Primer semestre
Año – semestre: 2011 -II
Docente: Mario Cárdenas
Intensidad de asistencia semanal: 2 Horas
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Desde mi perspectiva, el objetivo metodológico por parte del Maestro Mario Cárdenas en
esta clase era modificar el cuerpo a partir de la sensación y la observación propia del mismo. Al principio
no entendía mucho sus explicaciones con palabras, pues en la mayoría de éstas usaba un lenguaje
técnico del bailarín de ballet, así que simplemente observaba los movimientos de mis compañeros y
entonces podía entender a lo que el maestro se refería. De esta manera, al tratar de realizar el ejercicio
propuesto lo hacía desde la imitación, algo que es muy común cuando se está aprendiendo en cualquier
disciplina del arte; siempre observaba detalladamente para no cometer algún error en la ejecución del
ejercicio en mi cuerpo.
La dinámica de trabajo era por parte del maestro dar la instrucción, el estudiante la
realizaba y empezaba una revisión individual por parte del docente. Cuando el Maestro llegaba a mi
puesto, me observaba y me sugería siempre la auto revisión: “Caro, mírate el cuerpo, cómo está”.
Cuando me decía esto, al principio no entendía, creía que mi postura corporal estaba bien, pues al
parecer estaba en las mismas posiciones que las de mis compañeros. Sin embargo, cuando el Maestro
tocaba alguna parte que él consideraba que debía ser modificada, inmediatamente reaccionaba a su
contacto y lo hacía de una manera natural y correcta. Al finalizar estas revisiones él siempre me decía:
“Hay que escuchar al cuerpo”. Así que poco a poco iba comprendiendo la manera en cómo podía tener
una sensación de amplitud dentro de mi cuerpo y, a medida en que lo iba logrando, las tensiones de
mi espalda y mi cuello iban desapareciendo.
6.2.1.2 Clase: Danza clásica elongación y alineación corporal I Grupo II
Grupo de estudiantes: Primer semestre Año – semestre: 2011 –II
Docente: María Teresa García
Intensidad de asistencia semanal: 6 Horas
Con respecto a estos conceptos de la danza clásica, el mecanismo de trabajo con la
maestra María Teresa García muchas veces era distinto al del maestro Mario Cárdenas, pues al dar las
explicaciones de los ejercicios, aunque usaba un lenguaje propio de la técnica del ballet, estos siempre
iban acompañados de reflexiones de la vida, de la cotidianidad, de la naturaleza del comportamiento
del cuerpo desde la infancia, etc. Siempre que realizábamos cualquier ejercicio, ella nos sugería que no
nos observáramos en los espejos, nos sugería cerrar los ojos, ya que lo más importante era que
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conociéramos nuestro cuerpo a través de la sensación. Ahí descubríamos el “quién era yo” y gracias a
esto podríamos resolver dudas tales como “qué tan natural podía llegar a ser mi movimiento a partir
de cómo me sentía”. Así que inmediatamente el trabajo de autoconfianza y de la percepción corporal
pariendo de la sensación eran fundamentales.
Las primeras clases del semestre, debíamos realizar un ejercicio que se denominaba
decalar, es decir, desajustar, descuadrar o discordar. El ejercicio consistía en desajustar la posición
corporal cotidiana de varias partes del cuerpo, para empezar a realizar la alineación del tronco con las
caderas y la pelvis, logrando una apertura interna de las mismas. El ejercicio era el siguiente: Estar
apoyados en el piso sobre las rodillas, con la punta de los pies dirigida hacia los lados y la planta de los
pies pegada contra la pared. A medida que íbamos liberando tensiones y subiendo la pelvis, debíamos
tener la sensación de “amarrar” el ombligo, lo cual se lograba haciendo una contracción abdominal.
Esto con el fin de encontrar, liberar y controlar el centro corporal (suelo pélvico o periné), reducir el
peso en las piernas y conseguir un empuje natural hacia abajo con el cuerpo, mientras las piernas se
estiraban hacia los lados y las manos estaban puestas en la base del cráneo, con codos hacia los lados.
Al principio, este ejercicio me costó, porque estaba acostumbrada a la observación de
otros cuerpos y no a la del mío; por tal motivo, concentrarme en las sensaciones de éste, eran difíciles
porque no lograba la concentración en mí. Sin embargo, debido a que la maestra María Teresa García
revisaba siempre mi ejercicio y me decía “no te revises, siente el cuerpo”, poco a poco fui aceptando su
sugerencia, y pacientemente empezaba a entender el funcionamiento de mis músculos y mis
extremidades obteniendo buenos resultados.
Un día en una clase, llegué con la mentalidad de no observarme y empezamos a realizar el
ejercicio, cerré todo el tiempo los ojos e iba acomodando mi cuerpo según la sensación que tenía.
Cuando escuché la voz de la Maestra que me decía “muy bien Carolina, ¿Quieres ver lo que pasó en tu
cuerpo?”, abrí los ojos y lo vi totalmente distinto: estaba muy bien alineado, mi espalda estaba derecha
y logré, a partir de la sensación, la ubicación de mi centro corporal que muchas veces nombraron en mi
formación como cantante y nunca había logrado entender. Me gustaba lo que observaba y me sentía
totalmente diferente.
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6.2.2 De la conciencia de la respiración
6.2.2.1 Clase: Danza clásica elongación y alineación corporal I Grupo II
Grupo de estudiantes: Primer semestre
Año – semestre: 2011 –II
Docente: María Teresa García
Intensidad de asistencia semanal: 6 Horas
Las clases iniciaban con dos o tres ejercicios de respiración, que exigían el control de la
pelvis. Como cantante suponía que mis puntos de apoyo al respirar estaban claros y que, por eso, mi
trabajo respiratorio con respecto a los compañeros tenía un desempeño normal. Sin embargo, al
realizar uno de estos ejercicios me di cuenta que sucedía todo lo contrario.
Controlar la pelvis a partir de la respiración fue un tema totalmente nuevo para mí. En
algún momento de mis clases de canto escuché cosas como: “apoya desde el centro de tu cuerpo”, y
siempre pensé que el apoyo estaba en un punto muy lejano con respecto a la pelvis y aunque desde la
palabra se indicaba la ubicación del centro corporal, desde la sensación de mi cuerpo, nunca lo había
podido ubicar allí. Al realizar estos ejercicios en la clase, me di cuenta que no tenía el control de mi
cuerpo y mucho menos de este punto corporal.
El ejercicio consistía en estar acostada boca-arriba con las rodillas flexionadas y apoyada
en los pies. Mientras inhalaba tenía que subir mi pelvis hasta su punto máximo y al exhalar debía ir
acomodando vértebra por vértebra contra el piso. Sin dejar que el peso de la pelvis controlara el
descender de mi espalda, mis caderas debían estar siempre en el aire y lo último que tocaba el piso era
el coxis.
Fue imposible realizar ese ejercicio en las primeras clases, pues hasta el momento esa
parte de mi cuerpo no tenía importancia, ni fuerza, en el trabajo respiratorio, de manera que todo
empezaba a temblar y, sin ningún control programado en la cabeza; de un momento a otro mi pelvis
tenía tanto peso que se caía. Cuando la maestra María Teresa García me decía “Carolina, libera tu pelvis,
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controla el centro de tu cuerpo, permítele ser liviano, confía en él”, poco a poco trataba visualizar y
conceptualizar desde la sensación del cuerpo ese punto llamado centro corporal.
Luego de muchos ejercicios de respiración que aprendí en esta clase, logré tener un gran
control de mis puntos de apoyo y de mi respiración. Poco a poco sentía cómo la resonancia de mi voz
iba aumentando y que vocalmente mi rango se iba extendiendo. Soy soprano y siempre me ha sido
muy difícil hacer notas graves, por lo menos las que están dentro mi rango vocal, así que hacer notas
altas siempre fue mi objetivo, pero poco a poco y al ir explorando otro tipo de repertorio vocal, empecé
a notar la necesidad de tener solidez en las notas graves.
6.2.3 Conciencia – prejuicios
Controlar el cuerpo requiere de un proceso de repetición mecánica y en un punto de esa
formación o adiestramiento, este ejercicio ya no sirve porque la mente empieza a jugar un papel muy
importante. Se tiene mucha información en la conciencia que depende de las vivencias buenas y malas,
las cuales crean seguridades o inseguridades que influyen en los procesos de aprendizaje en cualquier
área.
En mi caso, siempre he tenido muchos prejuicios con respecto a lo que otros piensen y si
llevo esta apreciación a mi proceso de formación musical, resulta más evidente ya que en la mayoría
de exámenes que hacen parte de la formación musical deben contar con más de un evaluador, en canto
la asignación del repertorio debe ser aprobado por los maestros a cargo del proceso e inclusive
asignado por ellos; así que mi oficio de estudiante siempre estuvo condicionado por la opinión del otro.
En este sentido, los prejuicios estuvieron presentes en cada clase en las que participé de los otros
proyectos curriculares. Al llegar a estos espacios y gracias a comportamientos que para mis compañeros
eran normales y para mi chocantes en un principio, como no tener miedo a hacer el ridículo o cambiarse
de ropa frente a los demás compañeros para tomar las clases, poco a poco fueron generando en mi
dejar de lado muchos prejuicios.
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6.2.3.1 Clase: Danza clásica elongación y alineación corporal I Grupo 02
Grupo de estudiantes: Primer semestre
Año – semestre: 2011 –II
Docente: María Teresa García
Intensidad de asistencia semanal: 6 Horas
Cuando la maestra María Teresa García me decía “Carolina, libera tu pelvis, controla el
centro de tu cuerpo, permítele ser liviano, confía en él”, no sólo entendía que el centro de mi cuerpo
era la zona pélvica, sino que pensaba en lo desconectada que estaban mi mente, emociones y cuerpo
ya que no estaban en pro de una ayuda sino en contra por mis inseguridades y prejuicios. Al terminar
esta parte de la clase, en la que estaba rodeada de niñas con cuerpos dentro de los estándares
construidos hoy por la sociedad, (estándares que creí que también eran exigidos por el Proyecto
Curricular de Arte Danzario sólo porque pensaba que era una escuela de danza con las mismas
exigencias de la mayoría de estas), venía algo peor: estar en frente de muchos espejos, que reflejaban
sin ninguna alteración mi cuerpo. Cuando la maestra María Teresa García daba un ejercicio yo cerraba
los ojos y si no entendía miraba a mis compañeras que tenía a los lados. Aunque trataba de evadir mis
miedos y complejos, en realidad no era nada sencillo, ya que esta vez estaban en guerra aquello que
deseaba profundamente (tener una nueva experiencia de escucha, conciencia y comunicación con mi
cuerpo) y mis miedos. Generalmente, en cada clase eran mucho más dominantes mis miedos y además
por lo que en el ambiente me acompañaban, los espejos por todo lado, así que la disposición interna
que tenía muchas veces era nula.
La maestra María Teresa García siempre fue muy atenta con todas las estudiantes del
grupo, estaba pendiente de qué hacíamos individualmente, usaba metáforas y lecciones de vida para
explicar todo lo relacionado con la clase, muchas veces sugería trabajar por parejas para que entre cada
participante hiciéramos correcciones de lo que veíamos de acuerdo a la instrucción dada. Siempre decía
“Mira, lo que necesitas, quiérete, siente el cuerpo y quiérelo, dale la oportunidad y responde… Las
mujeres hemos sido diseñadas por la sociedad para cerrar las piernas y ahora que necesitamos abrirlas
es tan difícil, eso es algo que viene con nosotras, hay que romper con esos paradigmas…” o simplemente
relacionaba alguna posición con una rutina de la vida cotidiana. Al hacer cada ejercicio y al revisar
individualmente me decía: “vamos Caro, entrega las palabras, abre el pecho, entrégale al sol tus
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palabras”. Muchas veces no entendía por qué me decía eso, sentía mucha presión porque su consejo
era repetitivo y tampoco me atrevía a preguntar el significado de tal instrucción. Así que un día ella
puso su mano en mi pecho y me dijo, “dirige tu pecho al cielo y no guardes más las palabras”.
Evidentemente, era un reflexión muy bonita de algo que socialmente se anidó en mí, muchas veces
tenemos miedo a preguntar o simplemente a expresar lo que sentimos o pensamos, por temor a la
opinión, la aprobación o la desaprobación de uno mismo y de los demás.
Muchas veces estas reflexiones me dejaban pensando o simplemente me conmovían, a tal
punto que necesitaba buscar un momento conmigo para desahogar aquellas cosas que me impedían
trabajar con mi mente, mis emociones y mi cuerpo. Luego de muchas clases de trabajo consciente,
tanto interno como externo, decidí dejar de un lado aquellas cosas que me impedían trabajar: el
ambiente, mis emociones, los objetos. Cerré los ojos y me concentré en la actividad propuesta, así que
automáticamente abrí mis ojos y me miré en el espejo y por primera vez vi algo especial, me observé
con tal detalle que no reconocía aquello que se me reflejaba. Luego de esta auto-preparación, mis
clases fueron totalmente distintas: mi cuerpo, no solo lo veía desde un “yo” sino parte de un espacio
en el cual yo aportaba a la armonía y a la creación de este mismo.
Durante estas clases aprendí a comunicarme conmigo misma, con mi entorno, aprendí a
darle importancia al más mínimo elemento emocional y físico del ambiente en que me desenvolvía y
también me enseñó a buscar siempre que mi espacio tuviera tales características de armonía para
desarrollarme como humano y como artista.
6.2.4 Conciencia – Personaje y contexto
En el año en que inicié las clases de actuación, previamente tuve algunas clases que
contenían ejercicios cortos que se dan en actuación, estas clases eran dadas por una de las maestras
del área de canto. Era un espacio académico que se había dispuesto como parte de las exigencias
curriculares y aunque no estaba definida su temática, por iniciativa de ella se enfocó hacia el trabajo
vocal incluyendo el manejo del cuerpo. Los ejercicios eran similares a los que se practican en yoga y
pilates, los cuales necesitaban de mucha concentración y conciencia corporal. También proponía
ejercicios de grupo que consistían en la sensibilización de la existencia del otro en el espacio y cómo la
mía era modificada gracias a sus movimientos, su ritmo y su posición. Finalmente, se planteaban
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ejercicios grupales en donde se resaltaran movimientos corporales abstractos, que iban a ser incluidos
en algún fragmento de alguna canción. Estos ejercicios llamaron mucho mi atención, pues fue
interesante poder tener este tipo de contacto con mis compañeros de canto, con los que generalmente
no compartía, ya que las clases en las que participábamos normalmente tenían un desarrollo y
rendimiento individual. Desafortunadamente, el tiempo de esta clase era muy corto y por falta de
espacios físicos no era continuo.
Estos ejercicios previos a las clases de actuación como tal, me ayudaron a reflexionar sobre
la formación musical individual (canto, en mi caso) y que en algún momento por su naturaleza
interpretativa, exige un trabajo grupal el cual no tiene una formación desde la sensibilidad propia con
respecto a la del otro, es decir, como estudiantes de música no tenemos espacios que generen reflexión
del trabajo grupal con la intención de conocer al otro como persona y como músico, para generar un
ambiente de confianza que permita el aporte mutuo de conocimientos, la creación de la misma música,
posibilidades de interpretación de una manera espontánea y en el rol del cantante aporta a la manera
en cómo llegar a establecer conexión con el público. Muchas veces esta falta de contacto profundo no
nos permite escuchar con cuidado al otro, ejercicio que en la formación musical es de vital importancia
por la naturaleza de esta disciplina artística.
6.2.4.1 Clase: Actuación. Grupo Segundo año
Grupo de estudiantes: Segundo año.
Año – semestre: 2011 - I
Docente: Luisa Vargas Téllez
Intensidad de asistencia semanal: 2 Horas
Lo primero que pensé y sentí al entrar a la clase de actuación con la maestra Luisa Vargas
fue: “Olvídate de tus miedos”. La Maestra me dio la bienvenida y me presentó al grupo como “el
músico”.
Hicimos un calentamiento grupal rápido al inicio de la clase. Este ejercicio consistía en
caminar en el salón percibiendo el ritmo del grupo al caminar, mirarse fijamente a los ojos cada vez
que nos encontráramos frente a frente con alguien, revisar rápidamente su cuerpo y modificarlo, si era
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necesario, buscando un equilibrio y una buena posición; continuar el camino y equilibrar el espacio
partiendo de la observación de los demás compañeros según su ubicación en él.
Al finalizar esta primera parte de la clase, y por petición de la maestra, me senté a observar
el trabajo que el grupo estaba llevando a cabo en su módulo de actuación (Coro trágico – Edipo Rey de
Sófocles). Mientras veía la clase me cuestionaba acerca de hablar en público ya que era algo que no me
hacía sentir cómoda y pensaba en la ironía que era este temor, ya que como cantante tenía que decir
palabras de otra manera.
En las siguientes clases tuve que trabajar el texto que hacía el coro y por petición de la
Maestra Vargas, llevé un Arrullo del Pacífico. Luego del calentamiento previo y ya estando en el
contexto de la escena del coro trágico, ella me pidió que lo cantara y que a partir de la melodía
propuesta empezáramos a acomodar el texto del coro. En ese momento, al hacer la tarea, empecé a
percibir de otra manera las palabras del texto y poco a poco fui dándole respuesta a mi interrogante,
pues debí ver el texto de otra manera: ya estaba en un ambiente que había sido preparado previamente
para ponerlo en el contexto de Edipo Rey. Obviamente las palabras y todo lo que se hacía en el
ambiente estaban ligados al contexto y era mucho más fluido ponerle al texto y a la canción la intención
que necesitaba. Realmente y desde mi imaginación estaba viviendo lo que decía: cómo, cuándo,
dónde, por qué, etc.
Luego de esta clase, al abordar el repertorio que estaba trabajando en el área de canto,
las cosas cambiaron. Mi estudio no se limitaba a aprenderme el texto, la dicción, tener referencias del
compositor o de la época desde la búsqueda de información teórica; sino más bien en hacer un trabajo
mucho más realista, y me refiero a la creación de un personaje que le de vida al texto que voy a cantar.
En las siguientes clases, la maestra Luisa Vargas proponía distintos momentos de la historia
de la humanidad para empezar a contextualizar el trabajo escénico del coro. Finalmente su propuesta
fue el de las Madres de la Plaza de Mayo, para lo cual tuvimos que investigar mucho sobre el tema,
tomar elementos que veíamos en los documentales, tales como cubrirnos la cabeza, tener fotografías,
llevar pañuelos y objetos de alguien, con el fin de empezar a darle un contexto y una forma escénica al
coro.
En una de las clases en la que teníamos estos elementos, la maestra nos pidió recitar el
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texto usando nuestro material. Mientras realizábamos el trabajo la Maestra Vargas dijo: “¡Quiero Más!
No está pasando nada con eso que está frente a ustedes”. Estábamos ubicados en media luna ante
estos objetos y al escuchar eso que ella nos dijo, automáticamente y sin pensar dejé mi puesto y
empecé a comportarme como una madre desesperada buscando a su hijo, preguntándole a todos si lo
habían visto. Esto cambió por completo nuestra energía escénica, mis otros compañeros también se
arriesgaron a crear algo distinto a lo que hasta ahora hacíamos en clase y después de recitar el texto
del coro, lo cantamos. Fue un momento muy interesante y nuevo para mí, me liberé de lo que era y me
di la oportunidad de jugar a algo y a alguien que no era. Sentí la complicidad de mis compañeros al
seguir mi propuesta y lo más importante: disfruté la escena. Al final del ejercicio, la Maestra felicitó,
valoró y destacó ante el grupo mi trabajo no como músico sino como actriz, algo que para mí fue muy
especial.
La maestra Luisa Vargas empezó a hacer una reflexión sobre nuestro quehacer como
artistas en un escenario y nos decía “Sí hay que disfrutar lo que se hace en escena; pero quien más tiene
que disfrutar es el público y por eso nuestro comportamiento en escena debe ser con mucho respeto,
con entrega total... El escenario se respeta porque es el templo que los va formar y en donde finalmente
van a Ser y a existir”. Sus palabras nunca dejaron de estar en mi cabeza hasta el día de hoy y siempre
que debo estar en escena, recuerdo con mucha admiración sus palabras.
6.2.4.2 Clase: Actuación. Grupo Primer año
Grupo de estudiantes: Primer año
Año – semestre: 2011 - II
Docente: Ignacio Rodríguez
Intensidad de asistencia semanal: 4 Horas
El primer módulo llamado “Ritmo”, se trabajó en grupo y consistía en recrear varias
situaciones de la cotidianidad que, a medida en que se iban ejecutando en escena, cobraban un sentido
rítmico grupal. También debíamos crear cuerpos en el espacio y distintos ambientes que iban desde la
tranquilidad hasta la angustia. En algún momento del trabajo, cada uno debía tener una participación
individual. Por mi parte, fue generar ambientes cantando un tema a capella y melodías creadas con
onomatopeyas, así que esta parte no fue tan complicada.
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En el segundo módulo hicimos un trabajo que me costó muchísimo llevar a escena. La
primera parte del ejercicio era pasar al frente de nuestros compañeros, ellos observaban
detenidamente nuestras características y encontraban en nosotros el parecido a un animal. A partir de
este ejercicio, si queríamos tomar a ese animal para nosotros, lo hacíamos; si no, debíamos encontrar
un animal con el que quisiéramos trabajar para llevarlo a escena, partiendo de una forma humana para
llegar a éste. Finalmente, después de muchas reflexiones decidí ser un cangrejo; la razón más fuerte
que me llevó a elegirlo fue el disgusto por el sol ya que, entre otras cosas, cuando sale, me escondo.
El ejercicio consistía en hacerle una historia al animal, un diálogo interno que iba en
conjunto con una serie de comportamientos, razón por la cual debía ser un trabajo muy cuidadoso,
porque teníamos que observar a nuestro animal en todas las situaciones: calma, alerta y ataque.
Debíamos encontrarle el parecido a nuestras acciones y finalmente despojarnos de nuestra comodidad
humana para adoptar sus comportamientos.
Cuando en una de las clases pasé a mostrar mi ejercicio, me resultó muy difícil llevarlo a
cabo, no estaba totalmente conectada con él. En ese momento el Maestro Rodríguez me dijo, “Carolina
despójate de ti, no eres tú, eres un cangrejo… Crea tu monólogo interno”. Cuando mencionó esas dos
últimas palabras y me explicó en qué consistían, entendí mucho más la mayoría de observaciones de la
maestra Luisa Vargas: debía ser mucho más honesta con mi trabajo porque en este caso no era un
humano más, como por ejemplo una madre, sino que era un animal. Empecé a hacer la tarea juiciosa
de imaginarme, describirme, verme y finalmente, escribir mi monólogo interno, dibujarlo e
interiorizarlo. Luego de un largo ejercicio de conciencia de mi animal, me sentí “cangrejo”. Por último
vi un video en donde uno de estos se enfrenta con un humano, me fijé en su comportamiento y esos
tres momentos tan especiales que le dan a cualquier animal su esencia, a saber: sus estados de calma,
alerta y ataque.
En los ensayos tenía muchos problemas con la posición de mis piernas, que debían estar
totalmente flexionadas y abiertas hacia los lados; mis brazos estaban abiertos y la mirada fija todo el
tiempo. Debía olvidarme de mi cuello, de manera que si quería mirar hacia los lados, tenía que girar
todo mi cuerpo. En esa posición debía caminar, mirar, correr, comer y convivir, por lo que adaptarme
a ello fue un trabajo de mucha concentración. El día de la muestra estaba nerviosa, al principio no podía
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concentrarme, hasta que empecé a revivir en mi mente mi monólogo interno y unos diez minutos antes
de salir a escena, era un cangrejo.
El respeto que la maestra Luisa Vargas me enseñó a tener por el escenario, las reflexiones
del maestro Ignacio Rodríguez acerca de la construcción de mi personaje, hicieron que en escena mi
cangrejo no tuviera problemas. Mis piernas respondieron como si esa posición fuera normal en mí.
Realmente no era yo, era un cangrejo.
6.2.5 Conciencia – Equivocación
Durante la mayor parte de mi proceso formativo en el instrumento de canto, fue constante
la tendencia a evitar desde el inicio, el error y la equivocación debido a que lo asumía como algo malo
y no como parte del proceso de aprendizaje.
Cuando se está en un proceso formativo académico, es común concebir la equivocación o
el error como sinónimo de atraso, de pérdida de tiempo, de falta de compromiso y un sinnúmero de
adjetivos negativos que impiden el buen desarrollo de lo que se hace. En mi caso particular, durante
las clases, exámenes y demás actividades curriculares, percibí en algunas ocasiones que el error
conducía a una valoración por debajo de las expectativas personales.
Sin embargo, la concepción negativa alrededor de la equivocación tuvo un cambio durante
la experiencia en las clases de danza tradicional dirigidas por la maestra Olga Lucía Cruz. Éste fue un
proceso profesional y comprometido desde el inicio, durante el cual aprendí a entender la equivocación
como parte del proceso de aprendizaje y del buen resultado en el arte.
6.2.5.1 Clase: Danza Tradicional. Grupo I
Grupo de estudiantes: Segundo semestre.
Año – semestre: 2012 - I
Docente: Olga Lucía Cruz
Intensidad de asistencia semanal: 4 Horas
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El trabajo de “Danza Tradicional” con la Maestra Cruz, fue muy especial. La primera
conversación que sostuve con ella fue sobre mi interés en participar en su clase y sobre el proceso que
había estado llevando hasta el momento en distintos espacios académicos de Arte Danzario. Ella estuvo
dispuesta a aceptarme en clase, siempre y cuando participara en las muestras que le correspondieran
a este espacio. En este sentido, asumí que mi trabajo en su clase debía ser como el de cualquier
estudiante de Arte Danzario y no como músico, tal como los demás maestros me habían recibido.
Las clases consistían en iniciar con un calentamiento corporal y luego empezar a bailar
sobre un ritmo que la maestra Olga Lucía Cruz propusiera. Por filas debíamos hacer los movimientos
que ella hiciera, de manera que todos participábamos y nuestro desempeño era supervisado. Una vez
estábamos bailando vallenato y la maestra Olga Lucía Cruz hizo un paso complicado; y cuando lo digo
se debe a que a veces ella se equivocaba y decía “¿qué fue lo que hice?” y nos decía “hagámoslo
despacio, porque está difícil”; entonces yo trataba de seguirla. Después de varios intentos, me
desesperé y no me di cuenta que la Maestra estaba pasando por mi lado e inmediatamente me tomó
fuerte de las muñecas y me miró a los ojos diciendo: “Carolina, las clases son para equivocarse. No te
alteres, dale tiempo a tu cuerpo y trabaja en él. Recuerda: Si no te equivocas en clase, en la vida real lo
harás todo el tiempo”. Cuando ella me dijo eso quedé pasmada y se me hizo un nudo en la garganta,
quería llorar porque estaba estresada por no dar resultados inmediatos. Además de eso, empecé a ser
consciente de mi formación al recordar la imagen de las veces en que, durante mis clases de canto,
comprendía el error desde una perspectiva negativa.
Las palabras de la maestra se quedaron en mi cabeza y me hicieron pensar en la razón por
la que muchas veces me regañé a mí misma, por la falta de buenos resultados. Por tal motivo, en
adelante las clases de mi formación profesional no fueron las mismas, mi proceso en cualquiera de ellas
no era igual: si no entendía mi cuerpo, mi voz, mi mente y todo lo que necesitaba para cantar, estaba
siendo deshonesta conmigo misma, no me estaba permitiendo ser y, lo más importante, no me estaba
aceptando ni estaba valorando mis resultados.
Mi primer trabajo con ella, fue un trabajo muy parecido al de los animales que había hecho
en clase de actuación con el Maestro Ignacio Rodríguez. Como ya tenía claro ese trabajo con mi animal,
decidí ver el mismo personaje desde la parte dancística. Fue especial entender que todos tenemos un
ritmo interno de nuestro comportamiento, que hace que podamos llevar a escena y comprender la
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danza desde otra perspectiva. Por esta razón, entendí la danza “no como estar bailando”, sino hacer
un tipo de sincronización y coreografía con el entorno.
Mi muestra de animales, entonces consistió en interactuar con otros animales que no
fueran de nuestro hábitat y crear una sincronía escénica con ellos. En esta muestra también hicimos
una parte de ritmo, en donde había un ejercicio que se trabajó durante todo el primer semestre, una
coreografía muy pequeña sobre ritmo tradicional.
Durante la muestra, estaban presentes sólo nuestros compañeros de otros semestres de
Arte Danzario y algunos maestros de carrera. Las observaciones por parte de los maestros presentes
fueron muy positivas. Personalmente, me sentí muy confiada, descubrí que me siento más a gusto y en
confianza escénicamente bailando y no actuando, tal vez porque al llevar a escena el trabajo de danza,
necesito de la música para crear, para ser y hacer; en cambio, en actuación la música es una opción, es
un utensilio más, no es necesaria. Así que tenía muchas ansias y ganas de tener esta muestra; no estaba
nerviosa sino emocionada antes de iniciarla. Disfruté mi intervención como cangrejo, porque además
estaba personificada físicamente como este: fabriqué mi vestuario, tenía tenazas, mis ojos y labios
estaban pintados de negro, tenía medias rojas y en mi torso, un caparazón que hacía de forma del
cuerpo del cangrejo. A medida que íbamos interactuando entre nosotros los animales, la maestra Olga
iba nombrando a cada animal para que, con movimientos, se presentara ante el público. Ella olvidó
nombrarme y en otra parte de la muestra dio la orden de que todos nos quedáramos quietos y me
nombró para que saliera a escena y mostrara a mi animal. Sentí nervios a pesar de haber trabajado
anteriormente como cangrejo, esta vez estaba enfrentándome a otro público experto en el área de
danza, pero me arriesgué y pensaba en todo lo aprendido anteriormente con respecto al compromiso
con la escena.
Al final del semestre, debíamos hacer una recopilación del trabajo de animales, junto con
un estudio que hicimos acerca de Danzas zoomorfas en Colombia. Debimos investigar no sólo
coreografías, sino canciones que hicieran alusión a los animales en Colombia. Partiendo de este estudio,
la tarea era crear una historia y llevarla a escena. Mis compañeros decidieron tomar la historia del
Caimán cienaguero y adaptarla a la propuesta escénica por parte de ellos; así que para ese momento
quisieron que mi papel fuera el de una Matrona que cuidaba a sus hijas y finalmente se daba cuenta
que una de ellas, Tomasita, era raptada por el Caimán. Mi intervención no incluyó bailar, pero sí
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acompañar al grupo de danzas con mi voz y aquí tuve que actuar. Este momento fue muy especial, ya
que hacía parte de las muestras finales de todos los estudiantes de Arte Danzario y tuve el privilegio de
cerrar el evento con mi intervención.
6.3 Formación del cantante: perspectiva de algunos docentes de canto
Durante este proceso de mi formación en otros espacios distintos a los del programa
curricular de canto, surgió en mí la curiosidad por saber qué tipo de formación habían tenido mis
maestros. Siempre tenía la inquietud de saber si en algún momento de su formación, habían sentido la
misma necesidad de buscar otras disciplinas para fortalecer sus conocimientos. Quería saber si estaban
de acuerdo con lo que se les ofreció en su proceso formativo y lo más importante, la percepción por
parte de ellos con respecto a sus estudiantes.
Realicé una entrevista estructural cerrada a cinco maestros de los Proyectos Curriculares
de Artes Musicales y Artes Escénicas que estuvieron presentes en mi formación, las cuales me
permitieron aclarar dudas acerca de estas preguntas y además de esto, poner en perspectiva el oficio
de los formadores de canto, entendiendo que nuestra visión de estudiante está alimentada por la
acción de siempre recibir, exigir y muy pocas veces de aportar. (Ver Anexo 1)
Al indagar en primer lugar por la formación académica de los docentes de canto, tenía la
pretensión de encontrar algunos visos de la intencionalidad por una formación complementaria a lo
estrictamente dirigido a este instrumento, tal como lo había buscado en mi experiencia. En un sentido
similar a aquello que me sucedió, la danza y la actuación aparecieron en algún momento de la
formación de los tres maestros entrevistados, quienes tenían claridad con respecto a la utilidad que
pretendían con ello para su formación musical. En común, tienen esa perspectiva de lo enriquecedoras
que resultan las herramientas proporcionadas en mayor medida por la actuación y le imprimen al
cantante la versatilidad en escena, ya que aunque haya un trabajo disciplinado de la voz es importante
saberlo transmitir a quienes llamamos el público. (Ver en Anexo 1 entrevistas C, D y E)
En este sentido, el maestro Camilo Colmenares habla de la tarima como el lugar en el que
se mide la esencia o el ser de un cantante, por lo que es importante que haya una búsqueda personal
por el sentido de lo que se hace para lograr proyectarlo mientras se canta. Esto permite hacer énfasis
51
en el trabajo que hay que emprender para lograr transmitir lo que se canta: no se trata únicamente de
la voz limpia, bien manejada, sino del trabajo corporal que implica conceptos como: la elongación, la
alineación, el decalar, aunque no sean propios de la teoría musical, le permiten al cantante cierta
plenitud en el ejercicio de su voz.
Mientras hacía los entrevistaba, reflexionaba al mismo tiempo sobre su trabajo como
docentes de canto. No en vano indagué en las entrevistas, por aquello que aportan a los demás en su
proceso como formadores de cantantes y por los programas dentro de los cuales llevan a cabo esta
misión. Así como tuve que ponerme en el lugar de un actor o de un bailarín, en el momento de las
entrevistas intenté asumir la perspectiva de un docente de canto y la responsabilidad que eso implica.
No se trata entonces de ejercer lo que tanto afectó negativamente las clases colectivas de canto en
algún momento, es decir, las críticas mal estructuradas y mal transmitidas, en este caso, a los maestros,
sino de comprender su labor como un todo. En este sentido, fui consciente de no pretender que los
maestros de canto también lo fueran de actuación o danza, para formar plenamente a un cantante tal
como yo lo había pretendido en mi carrera. Sin embargo, por las palabras de algunos de ellos concluí
que sí era necesario que, como cantantes, hiciéramos a un lado nuestro ego para nutrirnos de otras
disciplinas que nos permitieran ser artistas integrales, tal como me sucedió y, por supuesto, sigue
pasando.
En el caso puntual de los maestros o tal vez en la estructuración de los Programas
Curriculares, lo anterior es fundamental en la medida en que debe haber conciencia de aquello que se
desea formar en otros, en nuestro caso, el tipo de cantante que queremos.
Según el syllabus del área de canto del Proyecto Curricular de Artes Musicales de la
Universidad Francisco José de Caldas se justifica este espacio académico de la siguiente manera: “Canto
es un programa que forma músicos integrales expertos en su instrumento, con conciencia de su cuerpo
como vehículo de comunicación en un ámbito escénico, desarrollando herramientas para reflexionar
acerca de la relación entre sus propuestas y su contexto cultural, para contribuir en el desarrollo de la
sociedad”.
A propósito de esto, rescato el pensamiento de la maestra Alexandra Álvarez en la
entrevista, quien manifestaba la necesidad de lograr en la formación de sus estudiantes la
propiocepción del cuerpo para “entender qué está pasando con mi respiración, con mi postura, con mi
52
fonación, con mi respiración, con mi resonancia para ponerla en función del canto […] si uno no conoce
su cuerpo no sabe cómo hacerlo funcionar” (Ver Anexo 1 Entrevista D). Por supuesto, la responsabilidad
total de llegar a ser artistas integrales no recae absolutamente sobre nuestros formadores, pues ser
músico, o en mi caso cantante, es una búsqueda personal que aunque pueda ser nutrida desde la
formación en la academia, no deja de ser propia.
6.4 Formación del cantante: perspectiva de algunos docentes de actuación
Más allá de la enriquecedora experiencia de saber y conocer en clase la formación
impartida de los maestros de actuación, rescato la importancia de hacer énfasis en la perspectiva que
estos maestros tienen sobre la experiencia formativa de los cantantes. Aunque de hecho son asuntos
muy puntuales que refieren en las entrevistas, no por ello dejan de ser profundos en el momento de
apropiarlos en nuestra práctica real como cantantes.
El lenguaje mediante el cual se expresan los cantantes sobre su disciplina, en ocasiones se
limita específicamente a lo relacionado con su instrumento. Por este motivo cuando pregunté al
Maestro Ignacio Rodríguez acerca de lo que conocía sobre la formación de un cantante, me impactó
una parte de su respuesta, en la que afirmaba que había una formación de orden técnico que tenía que
ver con su aparato productor de sonido: el cuerpo. El Maestro habló de la formación para un cantante,
no sólo desde una perspectiva académica, es decir el estudio propio de las teorías de la música, sino de
una formación del cuerpo, lo cual muestra una perspectiva no tan limitada al aparato fonético y lo que
anatómicamente está directamente involucrado con la producción de la voz. Sino que refiere una
educación de lo sensible para aprender a percibir y, no en vano, rescató la tradición del teatro musical
que involucra al cantante dentro de la actuación. (Ver Anexo 1, entrevista A)
Lo anterior fue expresado desde una perspectiva un tanto más crítica hacia la experiencia
formativa del cantante, por parte de la maestra Luisa Vargas. En primer lugar, resaltó la importancia
que tuvo en su formación no sólo la academia sino el trabajo como tal en escena, lo cual la llevó, entre
otras cosas, a referir un aspecto que puede llegar a ser tanto una fortaleza como una debilidad en
nuestra formación. Con sus palabras la Maestra daba a entender la admiración por la disciplina
mantenida por los cantantes que conocía en el manejo de su instrumento, lo cual los llevaba a la
53
comprensión de su labor en la escena, por la responsabilidad vocal y escénica que tenían. (Ver Anexo
1, entrevista B)
Sin embargo, a su vez, realizó una crítica fundamentada en el olvido de otros aspectos que
involucraban la interpretación de cualquier cantante, la cual no sólo debe limitarse al buen manejo de
su instrumento. De esta manera, hizo énfasis en que aquello que le agregaría a la formación de los
cantantes, estaría dado en el juego en escena, pues éste representa “una posibilidad para la
comunicación con el público [que] podría ser una cosa que ayudaría sobre todo en el caso donde la
formación es híper-rígida, tan rígida que cuando se paran en escena la voz está pero lo demás
desaparece”. (Ver Anexo 1, entrevista B.)
54
CAPÍTULO III
15. ANÁLISIS DEL PROCESO DE FORMACIÓN EN EL INSTRUMENTO
7.1 Matrices de ordenamiento y reconstrucción de las experiencias
Los cuadros que presento a continuación son matrices que discriminan de una manera
puntual conceptos que permiten el análisis de las experiencias, evidenciando la unión entre el trabajo
corporal, psicológico y emocional dentro de mi experiencia de formación en tales clases con objetivos
claros de contenidos vistos en las mismas. Estos cuadros me permiten realizar una mirada rápida y
detallada a la experiencia y clasificarla en categorías correspondientes a los métodos Dalcroze y
Montessori presentados en el primer capítulo.
A.
EXPERIENCIA CONTEXTO OBJETIVO DESCRIPCIÓN
DE LA EXPERIENCIA
RESULTADOS ALCANZADOS
CONCIENCIA DEL CUERPO
AMBIENTE PREPARADO
Clase: Danza clásica elongación y alineación corporal I. Grupo I
Tiempo: Año 2011. Semestre II.
Modificar la posición del cuerpo a partir de la sensación y la auto-revisión.
El maestro daba la instrucción, que debía ser seguida por el estudiante. Posteriormente el docente empezaba una revisión individual.
Participación activa en el ejercicio. Corrección inmediata de la posición corporal luego de sugerencia del docente “Mírate el cuerpo, cómo está”.
Escuchar el cuerpo: Sensación personal de amplitud dentro del cuerpo. Desaparecen tensiones de espalda y cuello.
Intensidad de asistencia semanal: 2 horas.
Responsable: Docente Mario Cárdenas.
Participantes: Grupo de estudiantes primer semestre del proyecto curricular de Arte Danzario.
55
B.
EXPERIENCIA CONTEXTO OBJETIVO DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA
RESULTADOS ALCANZADOS
CONCIENCIA DEL CUERPO
AMBIENTE PREPARADO
Clase: Danza clásica elongación y alineación corporal I. Grupo II.
Tiempo: Año 2011. Semestre II.
Alinear el cuerpo a partir de la sensación sin la observación del cuerpo.
Realizar el ejercicio de decalar y liberar el centro corporal a partir de la sensación, cerrando los ojos por sugerencia de la maestra.
Confianza en las sensaciones corporales para modificar el cuerpo sin la ayuda de la observación.
No autoexigencia, ni resultados inmediatos. Paciencia por el proceso y gusto por el trabajo corporal.
Intensidad de asistencia semanal: 6 horas.
Responsable: Docente María Teresa García
Participantes: Grupo de estudiantes primer semestre del proyecto curricular de Arte Danzario.
C.
EXPERIENCIA CONTEXTO OBJETIVO DESCRIPCIÓN
DE LA EXPERIENCIA
RESULTADOS ALCANZADOS
CONCIENCIA DEL CUERPO
AMBIENTE PREPARADO
Clase: Danza clásica elongación y alineación corporal I. Grupo II
Tiempo: Año 2011. Semestre II
Controlar la pelvis a partir de la respiración.
Realizar varios ejercicios de respiración preparatorios a la clase. Uno de ellos enfocado al control de la pelvis.
Liberación y control del centro corporal.
Activación de resonadores para el canto.
Control de los puntos de apoyo para cantar.
Llevar los ejercicios aprendidos en Arte Danzario para aplicarlos en la clase de canto.
Intensidad de asistencia semanal: 2 horas
Responsable: Docente María Teresa García
Participantes: grupo de estudiantes primer semestre del proyecto
56
curricular de Arte Danzario.
D.
EXPERIENCIA CONTEXTO OBJETIVO DESCRIPCIÓN
DE LA EXPERIENCIA
RESULTADOS ALCANZADOS
CONCIENCIA DEL CUERPO
AMBIENTE PREPARADO
Clase: Danza clásica elongación y alineación corporal I. Grupo II.
Tiempo: Año 2011. Semestre II.
Usar metáforas y reflexiones de vida para la explicación de los ejercicios y conceptos dados en las clases.
Por cada ejercicio propuesto por la maestra, ella se valía de reflexiones acerca de la vida y la sociedad, la cultura en la que vivimos y las exigencias sociales.
Aceptación del cuerpo. Reflexión de cómo es su funcionamiento, posición y disposición.
Confianza con el grupo, con el espacio y lo que se encuentra en él.
Intensidad de asistencia semanal: 6 horas.
Responsable: Docente María Teresa García.
Participantes: Grupo de estudiantes primer semestre del proyecto curricular de Arte Danzario.
E.
EXPERIENCIA CONTEXTO OBJETIVO DESCRIPCIÓN
DE LA EXPERIENCIA
RESULTADOS ALCANZADOS
CONCIENCIA DEL CUERPO
AMBIENTE PREPARADO
Clase: actuación. Grupo: Segundo año.
Tiempo: Año 2011. Semestre I.
Trabajar el fragmento de Coro trágico de Edipo Rey.
Por parte de la maestra se proponía contextualizar el trabajo de coro trágico con canciones y episodios históricos parecidos a la obra.
Conciencia de la ocupación del cuerpo en el espacio, teniendo en cuenta el ritmo, la posición y la percepción del otro.
Contextualizar no solo a partir de la investigación algún texto sino a partir de propuestas y juego escénico en clase. Concienciar las palabras de un texto llevándolas a la realidad. (Hablar - escena).
Intensidad de asistencia semanal: 2 horas.
Responsable: Docente Luisa Vargas
Participantes: Grupo de estudiantes segundo año del proyecto curricular de Artes Escénicas.
57
Importancia y valor que se le da a la escena.
F.
EXPERIENCIA
CONTEXTO
OBJETIVO
DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA
RESULTADOS ALCANZADOS
CONCIENCIA DEL CUERPO
AMBIENTE PREPARADO
Clase: Actuación. Grupo: Primer año.
Tiempo: Año 2011. Semestre II
Trabajar de los módulos de ritmo y animales.
Para el trabajo de ritmo, consistía en recrear una acción ya sea de la cotidianidad o cualquier otra actividad y llevar al trabajo grupal, dándole intensiones y tiempos definidos. El trabajo de animales consistía en escoger por sugerencia de los compañeros o decisión propia un animal el cual se debía personificar darle una historia y varios comportamientos según estados: calma, alerta, ataque.
Analizar cualquier acción y/o personaje para darle un sentido rítmico con intenciones claras para llevarlas de una manera óptima al trabajo corporal.
Trabajo en equipo: darle sentido y complementar mi propio trabajo gracias a la intervención y colaboración de los otros.
Intensidad de asistencia semanal: 4 horas
Responsable: Docente Ignacio Rodríguez.
Participantes: Grupo de estudiantes de primer año del proyecto curricular de Artes Escénicas.
G.
EXPERIENCIA
CONTEXTO
OBJETIVO
DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA
RESULTADOS ALCANZADOS
CONCIENCIA DEL CUERPO
AMBIENTE PREPARADO
Clase: Danza tradicional Grupo: I
Tiempo: Año 2012. Semestre I
Trabajar varios ritmos tradicionales de la costa atlántica y aplicarlos a las danzas
La maestra llevaba a la clase ritmos del atlántico y proponía pasos sueltos para luego realizar una secuencia.
Memorias corporales en pro de un trabajo escénico óptimo en donde hay
Aceptación a la equivocación y al proceso consciente.
Intensidad de asistencia semanal: 4 horas.
58
Responsable: Docente Olga Lucía Cruz
zoomorfas en Colombia.
Finalmente recopilar elementos trabajados en clase para hacer una creación de grupo que llevara la temática de danzas zoomorfas.
control del cuerpo.
Participantes: Grupo de estudiantes segundo semestre del proyecto curricular de Arte Danzario.
7.2. Análisis de la experiencia
A partir de mi experiencia considero que la enseñanza del canto es un proceso que
necesita concentración, disciplina y sensibilización, ya que por ser un instrumento que no se puede ver
ni tocar, como una guitarra o una flauta, requiere una atención especial e individual que debe tener
presente las estructuras físicas, emocionales y psicológicas del organismo del que hace parte. Por tal
motivo, destaco la necesidad de que todos los elementos que se dispongan en el proceso de formación
del canto, sean cuidadosamente analizados, guiados y ejecutados.
Cuando hablo de la enseñanza técnico-teórica del canto, hago referencia al conocimiento
y distinción de conceptos como aparato fonador, puntos de apoyo, uso de resonadores, formas de
emisión vocal y musical. Sin embargo, para la comprensión y apropiación de tales conceptos es muy
importante que se establezca un vínculo con el trabajo corporal tal como lo propone el método
Dalcroze. A propósito, la transmisión de conocimientos mediante la experiencia corporal la hice
evidente durante la participación en las clases de los proyectos curriculares de danza y teatro, que
hicieron énfasis claro en el trabajo netamente corporal, y que me permitieron llegar a la
autopercepción del funcionamiento individual de mi cuerpo y la reflexión hacia la autocorrección y el
afianzamiento de tales conceptos.
En este sentido, el trabajo de apoyo en el canto lo manifiesto como un proceso que
requiere mucho tiempo y más aun, cuando se desconoce el comportamiento propio del cuerpo. Lo
anterior debido a que desde mi perspectiva generalmente se induce al estudiante a ciertos ejercicios
que ayudarían a su comprensión los cuales se imparten de manera general, es decir, como ejercicios
59
universales que todos pueden realizar y con los que probablemente se alcanzaría el objetivo. Sin
embargo, es preciso que el estudiante se percate de elementos fundamentales como la conciencia de
su contextura física, su capacidad de autocontrol corporal y también de sus limitaciones en particular,
con el fin de alcanzar mediante la confianza y la autopercepción resultados óptimos en el trabajo con
la voz.
A propósito, destaco en el método Dalcroze que impulsa el hecho de sentir el ritmo o
movimiento interno que permite un mejor control del cuerpo por parte del estudiante bajo cualquier
circunstancia, de manera que tal conciencia evita que los ejercicios puedan usarse para el trabajo de
estudio del canto de una forma mecánica ignorando las propias necesidades de escucha interna que
impiden reaccionar naturalmente a las exigencias corporales. Evidencio entonces, que el paso por un
espacio académico requiere de momentos emocionalmente especiales en donde el cuerpo juega un
papel muy importante. Espacios tales como conciertos, exámenes o recitales requieren autocontrol
emocional y corporal que motiven la consecución de óptimos resultados gracias al desarrollo de un
proceso adecuado en la formación en canto.
Con respecto al proceso de aprendizaje del canto, considero que debe estar acompañado
por el desarrollo motriz y muscular tal como propone el método Dalcroze, debido a que estos dos
elementos juegan un papel muy importante para el desarrollo y la madurez vocal, específicamente en
lo que respecta al desarrollo de los resonadores. De hecho, creo totalmente que el cuerpo es un
resonador para el canto como instrumento, que le permite tener un sonido estable, maduro, enfocado
y amplio dentro de su rango vocal. Por tanto, teniendo en cuenta que el canto es un instrumento que
depende totalmente del cuerpo, por lo que dentro de su formación intervienen ligamentos, cartílagos,
músculos, entre otros, se debe tener un entrenamiento que le permita así mismo un sano y óptimo
desarrollo. Este último lo hago presente en elementos musicales y del instrumento como el volumen,
la potencia, el cuerpo en la voz, estabilidad en el sonido, proyección y demás elementos que mostrarán
un instrumento bien formado. El trabajo que se realiza en espacios que tienen como enfoque el
desarrollo corporal, conlleva una maduración que crea memorias musculares y a su vez activa
naturalmente los resonadores.
Teniendo en cuenta que la búsqueda del equilibrio mental y emocional al que necesitaba
llegar era importante para mi educación, destaco la creación de un ambiente propicio para el desarrollo
60
corporal que es fundamental en la adquisición de nuevos conocimientos. El ambiente preparado tal
como lo concebía María Montessori, lo presento como un espacio que permite potenciar habilidades
en el estudiante desde la práctica de conceptos adquiridos y dentro de las actividades propias de la
cotidianidad. Teniendo en cuenta que en mi formación profesional mi cotidianidad iba a estar siendo
encaminada a mi quehacer como profesional, el ambiente preparado, entonces lo considero como un
espacio en donde pueda interactuar con otros compañeros ya sea compartiendo conocimiento,
colaborando con el trabajo musical y vocal del otro y creando conciencia con respecto a la existencia
de otros cuerpos en nuestro entorno.
Mi práctica musical la sitúo en varios contextos: coro, como solista, como corista o incluso
como acompañante. Para este tipo de espacios es importante que desde mi oficio sepa cómo
desenvolverme en relación con estos escenarios, pero es de vital importancia que lo haga desde la
conciencia de la existencia y del rol del otro. Un ejercicio sencillo que se me presentó en clases de
teatro, como la creación de equilibrio entre el espacio y los cuerpos, así como la generación de contacto
visual con el otro, permitió que el ambiente del grupo tuviera una disposición adecuada para tal trabajo.
Pude comprobar a través de mi formación musical grupal y en la teatral, la diferencia de iniciar una
práctica en donde como grupo no nos conocíamos o no había un momento para compartir un saludo
intencionado, a un espacio en donde todos estábamos en contacto con los otros a través de la mirada,
el abrazo o el saludo programado para dar inicio a una creación o a un ensayo.
La disposición de grupo que anteriormente menciono, me permitió como cantante
encontrar, de manera más profunda, una conciencia corporal y también de la escena. El juego escénico
representa una actividad que está pensada para investigar el contexto y llevarlo a la realidad,
facilitando la interpretación de textos y personajes en los que constantemente como cantante me veo
involucrada con la interpretación de obras; esto me llevó a medirme, entregarme, equivocarme y
probarme tanto en clase como en escena. Además, ésta es una actividad que construí teniendo en
cuenta tanto las personas como los objetos que estaban en mi ambiente, para beneficio de mi trabajo
en grupo junto con la creación espontánea. Esto es muy importante para el estudiante de canto ya que
su formación instrumental se ofrece de manera personalizada e individual y, por lo tanto, se hace
necesario fortalecer los espacios dados para el trabajo en grupo como las clases colectivas de canto,
siempre que se tengan presentes las características mencionadas.
61
El rol del maestro es muy importante dentro del buen funcionamiento del ambiente
preparado, ya que debe estar atento inicialmente a la observación del estudiante para conocerlo en
cualquier situación; ésta le permite no sólo determinar sus reacciones ante el entorno sino ante él
mismo. A propósito de esto, el trabajo de revisión continua que se presentaba en las clases de danza
permitía que ejercicios como la elongación y la alineación corporal fueran más allá de la explicación
técnica; la vivencia concreta de dichos conceptos en el estudiante permitía a éste mismo sacar
conclusiones de cómo el propio cuerpo daba una respuesta a tal ejercicio. La observación por parte del
maestro se daba además durante las muestras, lo cual permitía realizar una retroalimentación en un
momento posterior a la presentación. En canto este aspecto puede fortalecerse teniendo en cuenta
que la formación en este instrumento es, en su mayoría, de carácter individual por lo que se propicia
el contacto entre el maestro y el estudiante, creando una experiencia fraterna entre los dos que
fortalece la autoestima en el proceso formativo del estudiante.
Otro aspecto importante del ambiente preparado propuesto por Montessori está en
ofrecer al estudiante la libertad en la elección de actividades en donde no hay premios ni castigos y el
resultado no es calificado como bueno o malo, sino que hace parte del proceso individual y, en algunos
casos, el resultado del esfuerzo del trabajo en grupo. El estudiante reflexiona acerca de sus resultados
y toma la decisión acerca de la necesidad de cambiar o no alguna actividad o comportamiento con
respecto a esto. Llevando tal apreciación a la formación académica del cantante, los resultados
constantemente se ven calificados por el desempeño ya sea en asistencia, en exámenes, en
participación, etc., lo cual crea una predisposición consciente o inconsciente del estudiante hacia la
motivación por buena nota más que por el proceso mismo de aprendizaje y la conciencia de la
adquisición de conocimientos y de su proceso natural vocal. Lo anterior también puede crear
competencia entre compañeros que induce a no tener un deseo natural de ayudar a los demás. Se
entiende que por las condiciones administrativo-académicas que demanda una formación universitaria
es de gran importancia el valor numérico, pero es posible encontrar alguna manera de realizar una
valoración del trabajo a través de los mismos estudiantes, es decir que entre todos valoren el trabajo
del otro nombrando especialmente sus aciertos.
Todos estos aspectos del ambiente preparado permiten al estudiante tener un proceso
natural, consciente e independiente en relación con el maestro, ya que recibe las herramientas
necesarias para hacer frente a cualquier situación y en diferentes contextos de su profesión. Finalmente
62
resultan importantes dentro de la formación instrumental el carácter individual y personalizado de la
misma, así como la creación de espacios para el trabajo en grupo tal como fue descrito.
63
16. CONCLUSIONES
Con el fin de responder a la pregunta de investigación ¿Qué elementos de la conciencia
corporal influyeron en la experiencia personal de la formación como cantante?, concluyo que
principalmente conceptos como el manejo del centro corporal y la liberación del mismo, permiten
tener un mejor control de la respiración, del movimiento del cuerpo, así como una conciencia de la
postura no sólo en la escena sino en la cotidianidad. Por ejemplo, manejar la respiración de una manera
consciente me condujo al fortalecimiento del aspecto físico y emocional ya que, por una parte maduró
los puntos de apoyo que empleaba en todo ejercicio de la formación del canto y, por otra, me permitió
manejar tensiones provocadas por situaciones de alto impacto tales como mustras, exámenes o
presentaciones. Lo anterior produjo, entre otras cosas, la oxigenación muscular y, con ello, el desarrollo
de un cuerpo libre de tensiones y dispuesto al movimiento sano, equilibrado, controlado y flexible, así
como la creación de memorias musculares que actualmente responden al tipo de contextos ya
mencionados.
A partir del análisis de mi experiencia, puedo decir que el desarrollo y maduración
muscular obtenidos por la búsqueda de la conciencia corporal le dan al cantante la posibilidad de
activar, reconocer y manejar sus resonadores, los cuales trabajan a favor del buen rendimiento vocal y
abonan en nuestro instrumento consistencia en el sonido, volumen, estabilidad en la emisión vocal,
control y manejo de colores en la voz y amplitud en el rango vocal.
Por otra parte, un elemento que influyó en mi experiencia personal fue el ambiente
preparado, referido no sólo a un espacio físico sino también psicológico. Este ambiente me condujo a
encontrar de una manera espontánea respuestas a temas como interpretación de textos y creación de
personajes que le dan herramientas al cantante para su trabajo interpretativo y fomentan la conciencia
del trabajo escénico, del juego escénico con el entorno y la investigación, llevando la creatividad
muchas veces a su máxima expresión.
En el ambiente preparado encontré, además, la aceptación del tiempo que invertí en cada
búsqueda de la conciencia corporal de acuerdo con mis necesidades, de manera que puedo afirmar
que resulta de gran valor la libertad en la inversión personal del tiempo, ya sea lento o rápido, para
64
obtener resultados a largo y corto plazo con los aciertos y desaciertos que en cada caso se presenten.
Además, genera un desarrollo de la conciencia y el manejo de la equivocación encaminado hacia la
reflexión, la autoevaluación, la autocorrección y la retroalimentación a través de la interacción con el
otro, en nuestro quehacer como cantantes.
Para plantear las conclusiones anteriormente mencionadas, retomo uno de los objetivos
que pemitirían llevar a cabo la presente investigación y que hacía referencia a la fundamentación
teórica de los criterios bajo los cuales me propuse realizar la reflexión sobre mi experiencia personal
en la formación como cantante: En primera instancia tomé como referencia dos conceptos importantes
que hacen parte de dos métodos pedagógicos propuestos en el siglo XIX: el Método Montessori y el
Método Dalcroze. Teniendo en cuenta que cada uno de estos enfoques le da importancia tanto al
trabajo de la enseñanza del cuerpo y del entorno, como al sujeto (niño o adulto) y al sentido innato
musical, los conceptos de “ambiente preparado” y “rítmica” permitieron establecer criterios para el
análisis de mi experiencia personal desde un punto de vista pedagógico, corroborando y aclarando que
cada experiencia vivida durante mi participación en las clases de danza y actuación en calidad de
estudiante de canto, evidenciaba óptimos resultados en el trabajo con mi instrumento.
Además de este análisis de mi experiencia personal a la luz de los métodos referidos y
teniendo en cuenta que tal experiencia se hizo posible gracias al apoyo de maestros que hacen parte
no sólo del programa de canto sino de otros proyectos curriculares, consideré relevante realizar una
entrevista estructurada con el fin de obtener y valorar diferentes puntos de vista acerca de la formación
de cantantes, desde los saberes de las personas encargadas de guiar la formación profesional en artes.
Estas entrevistas permitieron exponer diferentes perspectivas que arrojaron apreciaciones
encaminadas hacia el trabajo del cuerpo desde la conciencia hasta el mismo control, para permitirle al
estudiante ser sensible y conocedor de su instrumento desde el trabajo vocal interno como la
respiración, el apoyo, la resonancia, hasta el externo en términos de la interpretación; todo esto con el
fin de tener tanto un buen rendimiento vocal como un desempeño escénico óptimo, que evidenciaran
un trabajo interpretativo consciente. Finalmente en esas entrevistas se mencionó que muchas veces el
trabajo del cantante y su esencia son medidos en la escena y que para llegar a ello hay que tener un
trabajo minucioso y personal para darle sentido a nuestro quehacer.
65
Coincidiendo con las apreciaciones de los docentes del área de canto, destaco el hecho de
que los docentes de actuación complementaron su visión del cantante, viendo la necesidad de
implementar en el trabajo de este proceso de formación el juego en la escena, el cual le imprime al
estudiante de canto elementos que le permiten entender su entorno interpretativo para que no sea
solamente la voz quien tenga el protagonismo en el momento de ejercer su oficio, sino también el
cuerpo sea parte del trabajo que involucra la transmisión del mensaje y la comunicación plena con el
público.
En este orden de ideas, considero importante resaltar el hecho de que la experiencia
vivida y sobre la cual reflexioné en el presente documento, surgió de necesidades específicas que se
presentaron durante mi formación como estudiante de canto y que las mismas fueron satisfechas a
partir de la búsqueda de una formación complementaria en espacios de danza y actuación, tal como se
presentó durante algunos capítulos. En este sentido, destaco el hecho de haber percibido en el
proyecto curricular del que hago parte, vacíos frente a lo que esperaba encontrar en el proceso de
enseñanza del canto y aunque el objetivo de mi proyecto de investigación nunca fue presentar una
propuesta alternativa a lo que académicamente se me había ofrecido, la reflexión realizada acerca de
un proceso de formación consciente como cantante, me conduce a plantear sugerencias en relación
con las herramientas y espacios que se le ofrecen al estudiante de canto que pertenece al Proyecto
Curricular de Artes Musicales de la Facultad de Artes ASAB de la Universidad Francisco José de Caldas.
En este sentido, propongo en primer lugar, que docentes y estudiantes de manera
conjunta revisen los documentos que representan administrativamente el área de canto ante la
institución, evaluando y discutiendo si los objetivos, la justificación y demás ítems que hacen parte del
syllabus, se cumplen en su totalidad y frente a esto proponer espacios o mecanismos para que se
logren.
En segundo lugar, que los estudiantes revisen constantemente sus procesos de formación a
través de registros como diarios de campo, investigaciones, memorias con el fin de evaluar resultados
y proponer, si es necesario, espacios que complementen sus procesos de formación.
Por otra parte, considero que en la clase colectiva los estudiantes de canto deben asumir
la responsabilidad de dirigir procesos de sus compañeros, delegando semanalmente o mensualmente
en cada uno la dirección y el montaje de alguna obra de otro estudiante, con el fin de que sea expuesta
66
teniendo en cuenta el proceso con un lenguaje técnico, con propuestas de desarrollo claras y objetivas
que retroalimenten los procesos de formación dados y recibidos, dando mayor sentido a la evaluación
cualitativa que a la cuantitativa.
Además de lo anterior, es importante que por parte de los docentes de canto se oferte un
espacio académico dirigido a conocer, exponer y analizar métodos de enseñanza, teorías o
investigaciones que tengan que ver con el cuerpo y la voz o la involucren desde cualquier visión, ya sea
musical, filosófica, antropológica, etc., que den herramientas a los estudiantes de canto para
reflexionar acerca de su instrumento y sus procesos de formación. También, considero relevante hacer
una jornada de información dialogada por parte de cada Proyecto Curricular que dé cuenta de los
espacios tanto electivos como obligatorios, que puedan ser útiles para la formación de los artistas y en
este caso de los cantantes.
Finalmente, la reflexión de mi experiencia de formación personal presentada en este
documento me conduce a afirmar que la formación del estudiante de canto debe estar fundamentada
en la búsqueda de la conciencia corporal como ser humano, permitiendo crear memorias y
herramientas que puedan intervenir en el estudio de su instrumento. Lo anterior para ofrecerle
posibilidades en el ejercicio de la exploración vocal e interpretativa y mostrarle sus capacidades en
pleno. Además de esto, prepararlo desde su entorno académico hacia una proyección social y
profesional que enfrentará en el momento de culminar su formación universitaria.
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17. BIBLIOGRAFÍA
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Artes ASAB de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
69
18. ANEXOS
A. Entrevista al Maestro Ignacio Rodríguez: Maestro, actor y director de Arte Dramático.
Docente de actuación del Proyecto Curricular de Artes escénicas de la Facultad de Artes ASAB
Carolina Benítez (Estudiante de canto del Proyecto Curricular de Artes Musicales): ¿Qué formación
artística tiene?
Ignacio Rodríguez: Yo soy Maestro en arte dramático, actor, director.
C.B.: ¿Qué conoce acerca de la formación del cantante?
I. R.: Conozco, digamos, que hay una formación de orden técnico, que tiene que ver en dos niveles, uno
sobre su aparato productor de sonido que es el cuerpo y el otro que es el estudio ya estrictamente
sobre las teorías de la música, sobre el lenguaje de la música, entonces son esas dos miradas.
C.B.: ¿Cómo considera usted que debería ser la formación de un cantante?
I. R.: Para mí en la formación de un cantante confluyen dos aspectos: la educación en la sensibilidad –
cómo aprender a percibir, valorar, juzgar lo que se escucha – y en la técnica.
La formación de un cantante, pues bueno, yo creo que para mí hay primero esos dos aspectos, pero
también está el aspecto de orden u otros más aspectos, uno sería una educación desde lo sensible,
digamos, o sea cómo aprender a percibir, cómo valorar digamos lo que se escucha, cómo obtener unos
juicios frente a eso que eso es lo que daría digamos… porque normalmente siento que hay una
diferencia en una formación clásica y una formación popular, no se ahora cómo sea, pero en mi época
si tenía como esa diferencia. Cuando uno estudiaba en el conservatorio, no le permitían, digamos a uno
estudiar nada que tuviera que ver con lo popular, o sea estaba un poco como relegada y estigmatizada
la música colombiana y lo de instrumentación, inclusive lo del punto de vista del canto, todo era una
formación casi con la mirada europea y norteamericana y creo que eso es una falencia muy grande
para un músico y para un cantante porque lo primero que uno tiene que aprender es a reconocer su
folclor, de dónde viene la música nuestra y ahí hay un montón de patrones y pautas que le van a servir
seguramente a un cantante también desde el punto de vista técnico porque por ejemplo, uno sabe que
los alemanes se inspiran en los cantos de los Alpes, por ejemplo, y hay una manera de cantar y de
producir sonido digamos… lo mismo pasa aquí con los cantos de la que canta las guabinas, en Santander
y hay una manera que eso me parece a mí que es una técnica que es ancestral y que puede servirle
mucho también a un cantante junto con la formación clásica digamos.
C.B.: ¿Ha trabajado con cantantes?, ¿cómo ha sido su experiencia?
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I. R.: Yo he trabajado con cantantes. Pues digamos que en el caso del teatro, a veces es muy difícil
conseguir un artista cantante que acceda también a la actuación, eso hay como una dualidad, como si
fueran oficios distintos aunque digamos en el caso de lo lírico pues está la ópera, pero uno sabe que en
la ópera lo más importante es cantar inclusive hay unos patrones y unas pautas gesticas para el
cantante pero construir un personaje, actuar, representar a otro cuesta, entonces a veces es muy
complicado conseguir una cantante o un cantante que tenga ese histrión y que pueda acercarse
también a la actuación, ese es un trabajo que hay que ir haciendo, por ejemplo en el caso del musical,
pero como no tenemos una tradición de teatro musical ni de musicales nuestros como si lo pueden
tener un poco los brasileros, ellos han hecho cosas pero vaya uno a mirar en Latinoamérica no hay
mucho de dónde escoger.
C.B.: ¿Considera la formación de cantantes en otras disciplinas?
I. R.: Claro. Ahí hay una diferencia digamos entre un aspecto meramente interpretativo y aun así pues
digamos habría ciertas cosas ciertos cuestionamientos a eso. Yo creo que uno se forma y tendría que
formarse como artista y un artista supone que es un ser creativo, que inventa, que propone cosas y
miradas nuevas frente al ámbito digamos artístico, entonces yo si creo que es eminentemente la
formación o sea el artista tiene que tener otros lenguajes y más ahora en estos tiempos donde hay lo
interdisciplinar y multidisciplinar debe conocer tanto de pintura, tener una sensibilidad para lo plástico
porque además en la puesta en escena, no más de un cantante, ya implica un implemento de orden
plástico desde el vestuario, el color, la escenografía, entonces me parece que hay una disciplina muy
importante, como músico pues ni se diga, en cultura general y también desde el cine, desde lo
audiovisual, digamos que la música y el cantante tienen que ver mucho con esos medios expresivos, lo
audiovisual, videoclips todo lo que uno mira inclusive en vivo uno trabaja siempre con el desarrollo en
los artistas y los cantantes hacia la concepción del espectáculo como una totalidad.
B. Entrevista a la Maestra Luisa Vargas: Actriz, egresada ASAB, Docente de actuación del
Proyecto curricular de Artes Escénicas de la Facultad de Artes ASAB.
C.B.: ¿Qué formación artística tiene?
L. V.: Yo soy actriz egresada de la primera promoción de actores de la ASAB, digamos que esa es como
la vértebra porque eso me definió en una tendencia, en una forma, en unos contenidos, no hubiese
sido igual si hubiese sido egresada de otra escuela, seguramente si hubiese estudiado en el Libre
(teatro) tendría otra mirada distinta, estudié en la ASAB y pues me he formado paralelamente… ah
bueno y además me formé con unos maestros específicos, que aunque ya no están, porque es de hace
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mucho, también tenían unas miradas y unas propuestas de ver el escenario, de ver el trabajo distintas
quizás a las de otros maestros como siempre suele pasar, pero yo agradezco mucho esa formación
porque ha sido vertebral que me ha permitido después dar talleres, o sea trabajar con muchos maestros
disímiles en todo sentido y formarme como actriz y a la par pues digamos, si me estas hablando
específicamente de mi formación actoral a mi me ha complementado mucho el trabajo en la escena
que también lo forma a uno permanentemente, es decir, cuando uno está actuando en equipo
trabajando en equipo sea en teatro, en cine en televisión, lo que sea estas construyendo de alguna
manera herramientas y elementos para tu formación, que uno sistematice o no, que tenga el orden
académico entre comillas o no, es otra cosa pero si uno sabe coger de ese material está alimentándose,
está creciendo.
C.B.: Cuando habla de formación específica, ¿a qué se refiere con la palabra “específica”?
L. V.: Me refiero a que en la formación de actores hay muchas escuelas y muchas maneras de formar
un actor, dependiendo para qué lo quieres formar, hacia qué mercado, una formación de actuación
para cine es distinta a la formación de actuación para teatro, por eso los actores de teatro
generalmente les cuesta muchísimo trabajar con el lenguaje de la cámara máxime si es la cámara de
cine; en televisión es más sencillo porque no son formados para ese lenguaje, ahora, en el contexto del
teatro también hay diferentes opciones, quizás para mi, fue una fortuna encontrar maestros que me
obligaran de alguna manera, trabajar vertebralmente el teatro dramático, o sea me refiero a entender
el texto del drama en su totalidad, es decir, tipo drama estoy hablando del teatro, de entender los
conceptos básicos pero entenderlos no tanto con la cabeza sino mucho, mucho, mucho, muchísimo en
la escena, en la puesta, entonces situacionalidad, qué es un objetivo, qué es una tarea escénica,
personaje, estudio del quién realiza esa acción, qué circunstancias tiene ese quien que son cosas que
en otras escuelas las ves pero quizás de otra manera, aquí nosotros y esta escuela tiene todavía ese
plus y es que cogemos fragmentos, como el estudio es tan fragmentado, solamente en cuarto año o
sea octavo semestre los estudiantes empiezan a hacer montaje y empiezan a tener una idea más de la
totalidad, de ahí para atrás lo que hemos hecho el coger con el pretexto de los géneros dramáticos
coger fragmentos y al coger ese fragmento pues nos obliga a entender la parte, por la parte entender
el todo y entonces son como pequeñas piecitas del rompecabezas que hasta un momento determinado
de la carrera el estudiante va teniendo, cuando llega a montar la obra dice “¡Ah, claro! Ya entiendo…”
¿Si? Como que va encajando.
C.B.: ¿Qué conoce acerca de la formación de un cantante?
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L. V.: Pues yo tengo como mucha cercanía porque mi papá es músico y he tenido la fortuna de estar
muy cerca de cantantes en diversos momentos de mi vida. Trabajé en algún momento con el maestro
Manolov, también por mil maestros que hacían como toda la puesta en escena de algunas piezas que
dirigía el maestro Manolov que no solamente eran óperas sino habían diferentes formatos ahí,
entonces por ejemplo trabajamos en Carmina Burana, trabajamos en Iván el terrible, en Juana de Arco
y entonces claro, tuve en ese momento como la posibilidad de conocer un poco de lo que hacen y cómo
son los cantantes y cómo se preparan por ejemplo antes de entrar a escena, pues estaba muy chiquita
en ese momento, pero poco a poco uno también va comprendiendo sus temperamentos y de los
cantantes yo puedo rescatar que generalmente son sumamente disciplinados o sea los que yo conocí
y he conocido, son seres humanos de suma disciplina, que comprenden digamos como su labor en la
escena, la comprenden muy bien en tanto que ellos a sí mismos, y creo que ahí tiene mucho que ver
con el ego que les infundan que es necesario, pues porque ellos son el eje de alguna manera, o sea una
Carmina Burana sin estos cantantes, es decir, que cantan cada aria, cada fragmento, tan específico. Me
acabo de acordar por ejemplo de In taberna, si ese cantante no tiene la responsabilidad digamos vocal
y escénica de lo vertebral que está realizando aunque tenga una gran orquesta, aunque tenga una gran
puesta, pues no funciona, entonces creo que eso hace que ellos tengan una mirada sobre sí mismos
también de autodisciplina, de auto-rigor, como una claridad de lo importantes que son en la escena, es
eso, de lo fundamentales y que muchas veces hay cantantes con los que se puede trabajar muy bien,
digamos que uno como actor empata y puede proponer y ellos proponen, pero también otras veces
son intocables, entonces es muy difícil hasta mirarlos, entonces se volvía… recuerdo esos momentos
particulares, pero veo que sucede también y lo descubro también porque he trabajado muchas veces
en mi vida, trabajé con Mario Duarte en Frankenstein y Mario era intocable o sea adelantarse un
poquito a lo que hacia Mario era terrible, pero entonces resulta que yo estudié gimnasia olímpica, o
sea yo fui gimnasta un buen tiempo, entonces claro a mi el cuerpo me llevaba y digamos lo que yo no
tenía en la voz sí lo tenía en el cuerpo, pero a él le molestaba sobremanera que yo saliera un segundo
antes de que él hiciera shh, no se hiciera como el toque, pasa ahí o sea como son temperamentos son
personas, pero cuando me pides que describa, si creo que la disciplina es una… o sea todos, un común
denominador que yo veo en todos es que son híper-disciplinados.
C.B.: ¿Qué le agregaría a esa formación del cantante? ¿Cómo debería ser esa formación?
L. V.: Yo creo que deberían tener más, es que claro, no es lo mismo trabajar, por ejemplo, recuerdo el
trabajo con cantantes cubanos que tienen como una disposición distinta a por ejemplo los cantantes
formados en Europa, ¿si? O sea estoy pensando en lo que yo he trabajado, es muy distinto, o cantantes
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formados aquí en la Javeriana, o sea estoy hablándote como de tres tipos de cosas que recuerdo muy
particulares y muy distintas, por ejemplo los cubanos generalmente escuchan más, entonces sentía que
había como una apertura más hacia el escenario, pero también tiene que ver con la sangre, su forma,
el tipo de música también quizás, no se. Yo creo que se podría pensar que de pronto el juego en la
escena, entendido como una posibilidad para la comunicación con el público podría ser una cosa que
ayudaría sobre todo en el caso donde la formación es híper-rígida, tan rígida que cuando se paran en
escena si la voz está pero lo demás desaparece; sí el juego entendido como posibilidad y quizás
también… algo que me sorprende particularmente de los cantantes es la relajación que logran para
cantar, pero en el momento de actuar o en el momento de cambiar la partitura, esa relajación pareciera
que se le va como en contra, lo he visto, entonces es también como encontrar quizás esa relajación que
tienen tanto con el cuerpo en función de la voz tenerla igualmente con el cuerpo pero en función quizás
de lo escénico, esa relajación que quizás les permite una relajación más fluida con sus compañeros, con
la banda, la orquesta, no se, lo que tengan detrás, quizás esas dos cosas. Ahí yo quiero hacer énfasis,
en que el juego no es una cuestión de azar o de improvisación, o sea el juego es una actitud, es una
disposición, es una apertura quizás, por juego no entendamos el chiste o la broma o lo fácil, porque
puedo estar haciendo tragedia griega, que lo hemos hecho, pero debe haber juego en lo que
elaboramos, o sea… sí es un concepto que va más allá de lo lúdico, es eso.
C.B.: ¿Considera que la formación de un cantante en otras disciplinas es importante?
L. V.: Si, como que un actor cante, pues así nunca vaya a tener a la sinfónica atrás para acompañarle
sus canciones, sí es importante que sienta el ritmo, que reconozca la tonalidad, por ejemplo en el caso
del actor, que pueda entender si está desafinado, no se, que tenga confianza con su voz.
C.B.: ¿En qué momento de la formación del cantante deberían empezar a trabajarse estas otras
disciplinas?
L. V.: Es que yo pienso que no es un problema de interdisciplinariedad sino de concepto de lo que
significa un cantante; es que lo digo porque es decir, qué quiero yo en el caso mío como docente…
bueno yo soy actriz, pero trabajo mucho en la pedagogía con actores y yo siempre pienso qué quiero
ver de estos estudiantes al final del proceso y a veces uno dice claro hay unas competencias generales,
pero hay estudiantes que me pueden, quizás, apoya más ciertos procesos que otros en tanto sus
habilidades. A lo que voy es a lo siguiente, depende mucho de las directrices digamos, de quiénes
forman a los cantantes, qué tipo de cantante queremos, en qué se van a diferenciar estos cantantes de
los otros, de otra escuela o como te digo, mis profesores tenían muy claro, por ejemplo, el sello de esta
escuela que hasta el momento tratamos de serle muy fiel a eso; es que estos estudiantes han estudiado
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la acción con juicio, o sea, puede que no sean puros en su técnica corporal, absolutamente puros en su
técnica vocal, pero son estudiantes que te saben solucionar un doblaje, te saben solucionar la chisga,
pero también te solucionan Shakespeare, pero también… Porque conocen el fundamento que es la
acción y eso lo han hecho toda la carrera, por diferentes medios. Cuál sería el sello del cantante que se
quiere formar y de eso dependería en dónde se mete esa formación de expresividad que tiene que ver
con lo expresivo o con los recursos expresivos. Yo veo, por ejemplo, lo veo en circo, en la escuela de
Canadá de la Escuela Nacional de circo de Canadá, ellos… los actores cuando uno los ve en escena,
hacen ballet perfecto, o sea son bailarines, pero también hacen clown, pero también tocan el piano,
pero también están haciendo malabares y además son acróbatas todos, o sea yo digo “a ver”, estos
superhombres no se forman, o sea primero que todo empiezan muy jóvenes y segundo sus maestros
tienen como un nivel de diálogo entre ellos tan fuerte que seguramente no todos tocan el piano
perfecto, pero el que no toca el piano pues sabe llevar el ritmo con un redoblante y el que no pues no
se, toca las maracas, o sea… hay una formación básica y uno lo puede leer en los espectáculos, cuando
dice, claro esta es la intencionalidad de la escuela, son ante todo cirqueros pero, se da uno cuenta que
el estudiante desde el inicio ha sido formado con un abanico de posibilidades para acentuarlo en lo que
es quizás más ducho… entonces vemos, claro, hay un súper acróbata pero resulta que ese súper
acróbata también le funciona el clown, entonces es como que el estudiante también tiene la posibilidad
de desarrollar otra habilidad, pero a la vez tendrá clases de música a la par, ¿sí? Entonces yo creo que
es un problema de disposición de la formación y de pensar en el tipo de cantante que uno quiere
formar.
C. Entrevista al Maestro Camilo Colmenares: Cantante y Docente de canto. Docente de canto
del proyecto curricular de artes musicales de la facultad de artes ASAB en los años 2010 y 2011.
C.B.: ¿Cuál es su formación académica? ¿Qué títulos tiene?
C.C.: Tengo dos títulos, soy pedagogo musical y licenciado en pedagogía musical de la universidad
pedagógica y maestro en música con énfasis en ópera de la universidad central. Esos son los títulos
oficiales.
C.B.: ¿Cuáles son los no oficiales?
C.C.: Yo estudié actuación pero no la terminé, en la casa del teatro nacional, hice la mitad de la carrera,
en esa época eran tres años.
C.B.: ¿Cuánto tiempo lleva ejerciendo como cantante?
C.C.: ¿Como cantante, en tarimas?
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C.B.: Cantante como usted considere.
C.C.: Bueno para mi ser cantante, no empieza solo con la formación académica, es lo que sucede cuando
te mides en una tarima con un público. Sabemos que hay un montón de gente que no tiene nada de
estudio y logran hacer increíbles cantantes.
C.B.: Entendiendo ese concepto, ¿hace cuánto usted lleva ejerciendo el oficio de cantar?
C.C.: Desde los veinte años, hace diez años, con la ópera de Colombia.
C.B.: Cuando está ejerciendo este oficio, ¿qué cosas que se le dificultan?
C.C.: Hay una cosa y es que no todas las personas tenemos la capacidad de contar con una educación
musical, el colegio, es un poco hipócrita, el sistema pedagógico en cuanto a la música. A nosotros nos
hacen ver matemáticas, física, química, sea que sí o no queramos ser esas cosas y la música no la ven
así, entonces cuando uno va a un colegio, como me pasó una vez me decían, para qué los va a formar
para la universidad, enséñele las canciones del colegio y ya y en el proyecto institucional de música de
Bogotá, la música es para exaltar los valores patrios que es otra mentira, que para mi es un problema
social ahí para contener las masas y mejor dicho la música no es eso, entonces lo más difícil fue llegar
a la universidad y darme cuenta que yo no tenía un lenguaje para lo que quería hacer y nunca lo tuve,
entonces me tocó empezar desde ceros en todo y yo tenía las condiciones afortunadamente, entonces
una vez aprendí el lenguaje… lo difícil ha sido no perder de vista la persona que hay detrás del cantante
porque es fácil romperse el carácter, por la presión… últimamente por lo medios y lo digo por mi
participación en un reality. Encontrar mi propio sonido como compositor, como cantante y defenderlo
en el sentido de defenderlo para mi… por qué quiero esto, para qué lo hago, sea lo que sea está bien
pero es difícil llegar ahí y para la música que quiero hacer, Colombia en este momento ha dejado de
prestar mucho la atención a lo que a mi me interesa, hay una ola en donde en Colombia solo priman o
están primando los programas de difusión en español, sacar por ejemplo VH1 (canal de televisión
musical) que era un programa interesante, los productores por lo general están interesados en sacar
productos tropicales, negando a Bogotá y a Colombia como un centro cosmopolita de la música,
entonces se está haciendo muy difícil hoy día querer hacer pop en Colombia, rock y pop.
C.B.: ¿Cómo fue su etapa de formación como cantante, teniendo en cuenta su concepto de cantante?
C.C.: Pues están las dos etapas, una la académica y otro lo que no te puede enseñar la academia sino
que tu solamente descubres en la tarima. Yo finalmente fui muy aguerrido y creía en mí, entonces
cuando uno tiene esa actitud en la vida y se para en las tablas, uno va con sus cinco sentidos abiertos y
va desarrollando el instinto para estar en la tarima, cómo solucionar cosas en escena, cómo ser un buen
compañero de tus compañeros de canto o de escena, cómo solucionar un impaso musical, cómo
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proyectar tu energía aunque estas solo en una tarima en un escenario gigante, eso no lo va a enseñar
la academia, eso lo haces tu en la práctica. A nivel académico como yo empecé con todo lo de ópera,
mi visión de la música popular tiene un poco esa rigidez, ahora, cómo el contenido y los conocimientos
sobre cómo hacer una frase en la ópera, dónde se hace un acento, qué es el fraseo, qué es el color se
lleva a la música popular y eso te hace metódico y eso es bonito y eso es chévere y por eso tengo tanto
trabajo.
C.B.: En esa formación, ¿qué le hubiera gustado tener?
C.C.: Primero profesores de verdad cualificados, no gente que experimente con uno, dos, incentivar al
cantante… bueno yo en la ópera iba a ser intérprete, pero cuando ya empecé a ver el rock y demás me
hubiera gustado tener la formación musical popular en donde hubiera sido apremiante mi desarrollo
como compositor, donde tuviéramos que ver reason, esos programas de computación que son
necesarios saber para ciertos modelos de composición, creo que eso me hubiera gustado.
C.B.: ¿Cómo es la formación que le ofrece a sus estudiantes?
C.C.: Bueno, resulta que a mi me llegan ese tipo de estudiantes, o sea muy pocas veces en mi vida, he
tenido estudiantes que yo lleve tres años con ellos y entonces pulo y puedo mostrar y decir, este es mi
trabajo con ellos así sistémico; solo tengo una persona y trabajo, yo creo que tiene que ver con mi vida.
Por lo general me llegan chicos que tienen voces muy interesantes que nunca han cantado, mi trabajo
es conectarlos con su voz. Entonces yo describo mi trabajo como una suerte de terapia en este
momento, a mi me sirvió mucho la experiencia pedagógica que tuve cuando trabajé como profesor en
la ASAB porque empecé a concebir la voz como un instrumento de múltiple coloración y al investigar
eso en mi, pues lo puedo enseñar y me parece que eso enriquece más para cuando uno va a ser
intérprete y cantautor, tener muchas herramientas de color en la voz pues para usar cosas como tu
quieras. Últimamente le doy clases a gente que no es músico, mucha gente que no es músico, que
sueña cantar y que se esfuerza y que no está bajo una rigidez que a veces no es musical, digamos que
mal enseñada, entonces ellos vienen con sueños, diferentes, vienen con otro ego entonces eso el lindo.
C.B.: ¿A qué instituciones educativas pertenece como docente y cómo es el programa académico que
se ofrece a los cantantes?
C.C.: Hoy día pertenezco a la Academia de Artes Guerrero. Existe un programa de talleres técnico de la
carrera que está en vísperas de la profesionalización y está el taller de extensión, los cursos libres.
Digamos a nivel interno los profesores tenemos claro que cada chico que va a explotar un género
musical en específico, cada chico tiene una población muy específica, es gente que trabaja en oficinas
la mayor parte del tiempo y solo le puede dedicar una hora o dos horas a la semana a su estudio, la
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mayor parte, entonces nuestra visión es potencializar el tiempo de clase y crear estrategias para que
ellos puedan estudiar entre semana; unos lo logran más otros no lo logran tanto y como nos interesa
que ellos sean, digamos que puedan tener una práctica feliz de lo que ellos quieran hacer, nos
centramos en su repertorio, les damos más herramientas con otro repertorio, o sea es decir, no
podemos exigir a un chico que viene a cantar rock un montón de cosas, si esas cosas no lo llevan al
rock, entonces es lo que pasa ahí con la academia o por lo menos conmigo, pues la realidad de ellos es
pesada. En la “Fernando Sor”, tienen un pequeñísimo programa de teatro musical, que estamos
estructurando. Cinco horas en la semana en donde en un sábado ven danza, teatro y montaje, es
imposible. Entonces ya lo replanteamos, les propuse unos cambios y el otro semestre pues si no
triplican las horas, no hay programa. Es imposible, entonces es muy difícil crear un programa sin
conocimientos del área, yo no puedo enseñar a bailar a un chico con una hora a la semana punto final.
Los profesores siempre trabajan con miedo a perder su trabajo, en todas partes, entonces
respondemos de cualquier manera a la responsabilidad pedagógica que tenemos porque nos exigen
cosas. Yo personalmente soy muy celoso con eso y si de mis estudiantes nadie va a muestra, porque a
mi me parece, nadie va, porque eso es un bien para ellos, como te digo, es el chico que viene de estudiar
por la mañana y tiene que trabajar en un call center y con la plata del call center se paga la academia,
entonces estos chicos son increíblemente valientes.
C.B.: ¿Consideras que la formación de un cantante en otras disciplinas es importante y en qué
momento?
C.C.: En todo momento de su formación. Lo que pasa es que todo depende del personaje que se esté
formando. Hay gente que le interesará ver contenidos de actuación, hay gente que solo le interesa
estar toda la tarde con su guitarra agilizando los dedos, todo depende, eso es muy relativo. Si estas con
gente que quiere ir un poquito más lejos, entonces esa formación debería ir más lejos, ver danza al
tiempo, teatro al tiempo. A mi lo que me gusta de la música es que me hacía parar en escenarios, luego
me di cuenta que me gusta estar en el escenario de muchas maneras, entonces ya estuve bailando
solamente, estuve diciendo textos dramáticos solamente y la adrenalina en la artesanía de cada cosa
es diferente, pero a mi me gusta. Me gusta porque me reta, lo más difícil que he hecho como artista es
el teatro, porque te hace estar desnudo porque desnuda el cuerpo, porque uno a veces no se puede
esconder. Uno a veces se puede esconder detrás de la música pero como un personaje de teatro, no se
puede y para mí, mi concepción de la música es espectacular. Para mi la vida es un show, para mí todo
es coreografía, para mí, entonces el semáforo pasa en verde y pasa la gente y después pasa el carro y
después se cruza la bicicleta y para la bicicleta, eso es coreografía. La vida es como un gran musical,
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entonces para gente como yo, que no es fácil de descubrir que hay gente como yo, que nos gusta todo,
porque ni siquiera uno lo descubre desde el comienzo, pues chévere que hubieran más opciones,
aparte de MISI donde todo es carísimo.
C.B.: Aparte de la formación musical, ¿qué otro tipo de formación ha tenido?
C.C.: Teatro, Danza. El teatro me tocó hacerlo por separado. Yo terminé la licenciatura en música y
empecé con teatro, en donde fui concebido como actor en la casa del teatro musical. Mientras
enseñaba en MISI, tomé danza con profesores de MISI, porque en esta carrera hay que hacer
intercambios. Yo cedía clases de canto por baile, lo que fue bastante interesante, yo bailé, porque yo
quería bailar, destacándome y todo eso.
C.B.: ¿Comparte esa formación con sus estudiantes?
C.C.: Todo lo comparto, porque todo es lo mismo. La proyección, la energía, el punto fijo o el foco, el
espacionamiento con sentido, el subtexto teatral, todo.
C.B.: ¿Le gustaría tener otro tipo de formación?
C.C.: Sí, el diseño de modas. Porque el diseño de cosas, además. De escenografías, porque me parece
chévere tener la capacidad de generar tendencias en la creación o en la representación de tus ideas
musicales. Me parece que es algo diferente y para mi todas las artes se conectan. Por qué escojo esta
tela, por qué este diseño, qué quiero resaltar, por qué escojo mi música, qué quiero resaltar de mi
música, cómo muestro el cubo de la composición, son composiciones artísticas. Me gustaría saber
escenografía, cómo se hacen las tarimas, exposición de las luces, management musical, aunque yo
tengo talento para eso, pero chévere, tener formación en esa parte.
D. Entrevista a la Maestra Alexandra Álvarez: Alexandra Álvarez: Docente de canto del Proyecto
Curricular de Artes Musicales de la Facultad de Artes ASAB.
C.B.: ¿Qué formación académica tiene?
A.A.: Cantante de la nacional.
C.B.: ¿Cuánto tiempo lleva ejerciendo su trabajo como cantante?
A.A.: Mi carrera empezó sin ser estudiante de canto. Yo empecé cantando desde niña. Cantaba de todo,
una de las cosas de niña, que más me motivó a la música fue The sound of music, tendría como ocho
años y me enamoré de la música y ya me fregué.
C.B.: ¿En qué lugares viene ejerciendo el canto?
A.A.: Como cantante y como docente. Como cantante lo he ejercido siempre y los espacios han sido,
en coros, luego como solista y cuando me gradué estuve cantando zarzuela, ópera, opereta, en la ópera
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de Colombia, en Arte lírico, haciendo recitales sola, presentándome en concursos, me gané varios
concursos en una época, un año en que los gané casi todos. Gané uno que se llamaba, jóvenes
intérpretes Mantilla Álvarez, que era un concurso que tenía la sinfónica, gané la Luis Ángel Arango, otro
que se llamaba cantantes del Umbral. Digamos que he trabajado con grupos de cámara, se llamaba
camerarte y tuvimos muchos conciertos con la filarmónica, también hicimos conciertos didácticos, en
Bogotá capital mundial del libro, hicimos proyectos era hacer concursos para convocar maestros para
dar talleres, hacer unas ponencias sobre música, arte y literatura. También cuando existía el Instituto
de Cultura y turismo ganamos concursos para conciertos, digamos que yo fui la directora del grupo,
arreglista, la cantante, fue muy duro porque después de que proporcionas las cosas divides todo por
igual, el día que algo no funciona te caen todos a ti entonces fue muy fuerte y entonces aprendí a que
uno tiene que cobrar ese trabajo, pero aprendía a hacerlo en otros ámbitos porque con camerarte no
se hizo. Como docente, también fui violinista o soy, no se, creo que fui, ya no toco. Toqué cuatro años
en la filarmónica, no terminé la carrera de violín porque tocó tomar decisiones y no seguí, entonces
empecé como docente enseñando violín y cuando me gradué de canto en la Universidad Nacional
empecé a enseñar en la Universidad pedagógica, un espacio que amo con toda mi alma, porque para
mí ha sido un espacio de formación después de la formación. Uno en la universidad aprende ciertas
cosas, pero el ejercicio de lo que uno hace obviamente le da a uno todas las fortalezas y en la
universidad pedagógica encontré un espacio muy rico para eso. He sido docente allá por quince años,
estuve en la juvenil, yo creé el programa de canto de allá; o sea a mi me llamaron para que lo creara,
estructurara el programa de canto de la sinfónica juvenil, mientras estuve allí también entré a la
Fernando Sor, estuve mucho tiempo al frente de los cursos libres del programa de niños y también
como coordinadora del programa técnico, continúo todavía en la Fernando Sor y hoy en día soy muy
feliz de haber podido entrar a la ASAB, muchos años haciéndole el intento a la ASAB porque siempre
me pareció un espacio muy interesante por varias razones, porque rescata mucho las músicas
latinoamericanas, las músicas nacionales, porque es un espacio en el que estamos rodeados de arte
por todas partes, hay bailarines, actores, de todo; entonces me parece que es un espacio súper rico
para hacer trabajos de integración, sé que no son muchos pero que aprovechan eso y deberíamos
aprovecharlos más porque un proyecto de facultad donde interviene todos los departamentos, sería
“fantabuloso”, no se por qué no ha pasado. Sé que ha pasado en aspectos pequeñitos; por ahí Carlos
Pinzón me invitó varias veces a cantar en grupos que él armaba y hacía con grupos de teatro y estuvimos
en CASABIERTA cantando con algunos de los grupos que se formaron, digamos que fue uno de mis
primeros acercamientos en la ASAB que fue cantando en coro y hoy en día estoy feliz en formar parte
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del proyecto de canto de la universidad. Al ingresar allá me di cuenta que si uno no tiene esa
versatilidad de trabajar en diferentes géneros se queda corto en nuestro medio y es una realidad; y no
solamente en nuestro medio, lo hablábamos con Kathetleen (cantante y pedagoga del canto), que ella
en una época solo se dedicó al canto lírico y hoy en día sus estudiantes se presentan en concursos de
música popular en Estados Unidos. Entonces es muy difícil, no te lo voy a negar, parase a cantar un
R&B, parase a cantar un musical y luego pararse a cantar un aria de ópera, es muy difícil, hay que tener
un dominio de su instrumento muy bueno, hay que tener un conocimiento musical, un conocimiento
estilístico y un conocimiento técnico de lo que hay que hacer y es posible, increíble pero sí. He visto a
tus compañeros y el producto que se ha logrado en la ASAB es muy bueno y se han ganado concursos
en diferentes espacios y eso es muy bueno.
C.B.: ¿Qué cosas se le dificultaron durante el proceso de formación?
A.A.: Mejor, qué cosas aún siguen siendo difíciles. Pues es que uno tiene una experiencia individual en
su aprendizaje, es un proceso muy personalizado y más en la nacional. No teníamos un espacio tan
enriquecedor como una clase colectiva. Yo estudié con Elsa Gutiérrez que ella sí tuvo un acercamiento
con esas clases colectivas. Ella dicta la clase y todos nos sentamos y vamos pasando uno por uno y nos
va tocando el turno y volvemos a pasar hasta que todo el mundo terminó de pasar sus obras y se fue.
Digamos que eso de alguna manera a uno le da herramientas de ver cómo trabajar con otra persona
pero bueno ahí teníamos solo a la maestra Elsa trabajando. Nunca tuvimos clases colectivas como tal,
en donde todo el equipo de profesores mirando a ver cómo uno logra salir adelante con los problemas
que tiene para cantar, qué herramientas tiene uno para salir adelante con todas sus inquietudes
musicales y técnicas. Entonces uno sale de la universidad con muchas preguntas; yo era muy curiosa,
entonces yo cantaba en todos los talleres, en todas partes, yo preguntaba a todo el mundo para
solventar lo que no lograba obtener de la misma universidad, entonces cuando yo salí de la universidad
nacional me encontré con la Maestra Bibiana Cáceres en una misa, me dice Alexandra, a ti no te interesa
trabajar en la universidad pedagógica y sería muy rico que tu fueras y yo “bueno”. Todo me esperé
menos que fuera a durar quince años que llevo trabajando y quién sabe cuántos más, entonces me
entrevistaron y arranqué a trabajar. En un principio uno se sorprende de encontrar cosas que uno
desconoce, busqué en libros y demás material; los mismos estudiantes me facilitaron material que
otros maestros había trabajado, entonces me documenté y arranqué a trabajar. Una de las dificultades
que tuve yo y yo creo que tuvieron muchas personas de la época que empecé a trabajar de esta forma
porque no tuvimos tantos herramientas pedagógicas o metodológicas que uno puedo encontrar en una
clase colectiva. Estoy segura que cualquiera de ustedes es mejor maestro de lo que yo fui en ese
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momento que empecé. Gracias a Dios he contado con mucha curiosidad y me ha gusto mucho siempre
estar actualizada, no desaprovecho ningún tallerista para buscar más soluciones para mi y para los
demás.
C.B.: ¿Qué le hubiera gustado tener en ese proceso de formación?
A.A.: No me quiero quejar de mis maestros, porque ellos me ofrecieron lo que en ese momento tenían
y trabajaron con sus herramientas, pero me hubiera gustado que tuvieran un conocimiento más
fisiológico, por ejemplo, del funcionamiento de la voz y ahí me hubiera funcionado más, porque todo
era una escuela muy antigua y era desde cosas de lo que oía, de lo que podían intuir, pero no le decían
a uno, mira la lengua, mira los pliegues, es que estas mal parada, los intercostales, la técnica Alexander,
o sea nada de eso pasaba, eso lo iba aprendiendo uno en los talleres y a veces iban nuestros maestros
a esos talleres y se salían y entonces se sentía uno huérfano, no es una crítica, solo que así pasó.
C.B.: ¿Cómo es la formación que le ofrece a sus estudiantes de canto?
A.A.: Eso es una cosa que ha venido evolucionando y sigue evolucionando. He tenido épocas en las que
hablo y hablo y explico y luego cuando los veo trabados porque tienen tantas cosas en la cabeza y no
han hecho nada, entonces no sirve. Entonces hay otras épocas en las que no hablo tanto y hago más
pero entonces luego vienen preguntas mías de por qué no les he hablado de esto, o sea ha sido un ir y
venir dentro de la metodología dentro de lo que he aprendido y pues digamos que hoy en día tenemos
internet y ha sido el mejor invento y muchas cosas uno las puede consultar sobre la marcha, entonces
uno puede meterse a youtube y pone un video de cómo funciona la respiración y le sale con dibujitos,
autopsia, o sea le muestra a uno desde tantos ángulos de cómo funciona y explicado has por un médico
que pues uno como docente no tiene que llegar a eso. Entonces si lo toco cuando un estudiante llega
por primera vez y le creo la inquietud y lo mando a investigar qué tiene la laringe, cuántos cartílagos
tiene. Todo está ahí, yo para qué me desgasto si eso hace parte de la investigación que hoy en día
podemos mirar y acceder por cuenta nuestra, entonces eso de las cosas teóricas y fisiológicas. Por otro
lado, una de las cosas más complejas, en algunos casos, aprender a descubrir cómo es que me pasa
algo para que funcione bien alrededor del canto, esa propiosepción de mi cuerpo, cómo la puedo
percibir hasta el punto más profundo de mi ser para entender qué está pasando con mi respiración con
mi postura, con mi fonación, con mi respiración, con mi resonancia para ponerla en función del canto,
entonces es una función de descubrirnos, descubrirse y descubrir al alumno y que él se descubra a sí
mismo es parte de la formación en la que me he concentrado por mucho tiempo, si uno no conoce su
cuerpo no sabe cómo hacerlo funcionar; entonces esa ha sido una de las etapas que siempre ha
pertenecido para la formación de mis estudiantes. Hoy en día lo del repertorio, pues yo en una época
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me había concentrado en lo lírico y en las arias antiguas, en el Concone; yo he ido y he venido dentro
de esos conceptos. A veces pienso que quedarse uno con un ejercicio por mucho tiempo, puede que lo
llegue a cantar perfecto como puede que por cansancio lo haga cada día más feo, entonces he tratado
de encontrar la manera en que cada uno dentro de lo que está haciendo pueda evolucionar. La
herramienta puede ser cualquiera entonces en eso he transformado bien mi manera de enseñar.
C.B.: En las instituciones en donde ensaña canto, ¿cómo está pensado ese programa curricular para los
cantantes?
A.A.: Pedagógica: Está formando para formadores y precisamente estamos restructurando el programa
y es a dónde voy a llegar con un estudiante que entra a esta universidad, este estudiante tiene que ser
maestro, entonces si es un maestro que se va a enfrentar a diferentes géneros musicales porque así es,
un muchacho que sale a enseñar a un colegio o que sale a una academia musical o que se vuelve un
gran cantante y además un gran maestro de canto, etc., desde nuestro programa cómo podemos
fundamentar todo ese conocimiento, cómo podemos fortalecerlo, enriquecerlo y tener un producto
para que cada uno haga de sí mismo lo que espera de su vida, entonces, digamos que el programa en
este momento tiene unas etapas de formación; la primera es una etapa de fundamentación y aparte la
profundización, entonces, se supone o esperamos que en la fundamentación el estudiante conozca un
poco de todo, pero desde un principio que se incline en su formación por eso que va a fortalecer en la
profundización “es que a mi me encanta la música colombiana…” pero como eres maestro y de pronto
eres director de coro, entonces no te vendría mal saber un poquito de canto lírico en donde vas a saber
latín, francés, alemán en donde vas a trabajar ciertas posturas vocales, entonces te ponemos unas cosas
de canto lírico, no esperamos que seas el más experto pero que lo conozcas. Y pasa lo mismo con los
otros, entonces hay algunos que quieren ser cantantes de ópera, entonces estamos pensando en
formar maestros, te gradúas como cantante de ópera pero un día alguien te dice, oye enséñame a
cantar un R&B, cómo diablos se hace eso y tu quedas como “¿qué hago?” me formaron en esta
universidad para eso… Entonces dentro de la formación de cada estudiante voy a dar un poco de todo
e inclinándonos más y fortaleciendo más eso que van a profundizar y ya en la profundización cada uno
decide el género que quiere manejar y ahí tenemos maestros que tienen todos los perfiles que vamos
a fortalecer y a profundizar en esos conocimientos. Fernando Sor: Tiene dos programas, el de técnico
y el de cursos libres. El que programa de cursos libres ha sido un poco libre, uno dice en ese sentido se
le ayuda a mejorar su manera de cantar para que cante lo que quiere cantar y el programa técnico que
está pensado más para músicas urbanas, específicamente fortaleciendo lo que es el jazz y algunas
músicas brasileras. Los estudiantes de La Fernando Sor tienen también algo de formación en música
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colombiana. ASAB: El programa que yo leí alguna vez, no se si ese es el que está estructurado. La idea
es que el cantante de la ASAB tenga un perfil que le permita desenvolverse en cualquier medio. El
programa tiene un cincuenta-cincuenta porciento dentro de la formación entre canto lírico y canto
popular, cuando llega a séptimo se define porque hasta ese punto ya conoce de los dos de una manera
muy profunda de estos dos géneros. Antiguamente tenían una clase individual hasta cuarto semestre
y luego doble profesor u hora.
C.B.: En alguna de esas instituciones, ¿hay un programa curricular que incluya una formación distinta a
la musical?
A.A.: En la ASAB tenemos un espacio así. Cuando abrimos música en escena, pienso que estamos
metiendo un espacio para la expresión corporal que no la tenemos en el programa y que no se por qué
no existe cuando tenemos profesores de teatro dentro de la misma universidad, entonces eso nos daría
muchas más herramientas expresivas para los cantantes. En la Fernando Sor, hay un programa de
teatro musical que es insipiente, hace parte de las profundizaciones del programa técnico, que son
cantautor, producción y ahorita musical. Después de muchas conversaciones, restructuraron el
programa de musical y cuenta con un profesor de danza, cada estudiante tiene profesor de canto y uno
de teatro. Pedagógica: En un principio la formación tuvo la intensión de ser lírica, pero muchas veces a
los estudiantes no les gustaba porque querían cantar otro tipo de música, entonces era muy difícil que
esos estudiantes salieran adelante. Hoy en día hay profesores de canto popular y los otros que nos
hemos empapado de otras cosas, también lo hacemos y no podemos desconocer las necesidades de la
gente que para mi siempre fue una lucha porque yo pensaba que la gente no cantaba lírico no porque
le parezca feo, es que no lo conoce y nos pasó con muchos estudiantes que no lo conocían y después
de conocerlo decían, esto me encanta y terminaban siendo cantantes líricos; algunos simplemente lo
vivieron, lo gozaron y hoy en día hacen muchas otras cosas pero no pelearon eso.
C.B.: ¿La formación en otras disciplinas es importante y en qué momento se debe hacer?
A.A.: Pues sería genial, que en la formación tuviéramos muchas más herramientas como la de la
expresión corporal y de teatro como tal porque nos da muchísima más expresión y soltura y a veces
nos quedamos muy concentrados en la parte técnica y musical y es tan grande y tan difícil que algunas
cosas se nos van quedando en el tintero y damos por hecho que el estudiante va a resultar sabiéndose
mover y expresar y en clase no es lo suficiente como cuando hay un espacio solamente para eso. Me
parece que el espacio de creación debería existir, de proyecto, para que ellos puedan ser un poco más
versátiles a la hora de graduarse y así generar más trabajo porque a veces terminan y no saben qué
hacer pero no son generadores de trabajo y ese espacio también debe crearse desde la universidad
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como producción. Desde la escenografía, el vestuario, el maquillaje, todo lo que se necesita como
artista y como espectáculo y no tenemos todo eso en la carrera, en la universidad sí. Se supone que el
que estudia debe ser como una colcha de retazos de muchas cosas para que cuando terminen, decidan
qué quieren hacer, si productor musical, cantante, director o creador y no tenemos las suficientes
herramientas desde la formación académica para que un estudiante salga y pueda ser solvente en esto,
entonces siempre terminamos siendo víctimas de otros.
C.B.: ¿Tuvo alguna vez esa formación en otras disciplinas?
A.A.: En la nacional tuvimos un profesor de expresión corporal, fue muy rico porque antes en la carrera
tuvimos un acercamiento en la expresión corporal que fue gimnasia consciente, en una época la dictó
una actriz muy famosa que se llamaba Betty Rolando y ese trabajo después lo tomó uno de los
integrantes de mapa teatro, es un grupo que hace mucho trabajo experimental, han trabajado mucho
con músicos, inclusive con Martha Sen tuvieron un proyecto y Rolph en la universidad tuvo el espacio
de gimnasia consciente y trabajábamos técnica Alexander, trabajábamos cómo tocar o cómo cantar
con la mejor postura para hacerlo más eficiente posible y ser saludable en mi ejercicio de la música y
cuando llegamos a la expresión corporal hicimos trabajo de creación, de interpretación, de
conceptualización, entonces fue muy rico el trabajo con Rolph. Yo digo que soy muy feliz de haber
tenido ese espacio en la universidad y hubiera querido continuarlos después de la universidad.
C.B.: ¿Esa formación la comparte con sus estudiantes?
A.A.: Algunas cosas. El espacio de la clase a veces es tan chiquito, es una hora a la semana y las
necesidades musicales te absorben mucho más tiempo que la que uno quisiera y en la medida en que
los estudiantes son más eficientes, nos queda más tiempo para eso, cuando un estudiante no es tan
eficiente se nos vuelve en un trabajo musical netamente técnico y lo más triste es que el que no es
eficiente es el que necesita ese trabajo de expresión y de conocimiento del cuerpo para soltarse porque
en la lentitud no logro sacar de ahí.
E. Entrevista a la Maestra Diana Restrepo: Docente de canto del Proyecto Curricular de Artes
Musicales de la Facultad de Artes ASAB.
C.B.: ¿Cuál es su formación musical?
D.R.: Tengo una formación empírica desde los cinco o seis años cantando como en coros pero coros
más navideños, cantando en el colegio como solista en los concursos, porque eso también es educación
y mi papá siempre desde pequeña me enseñó los acordes de la guitarra, melodías en el piano pero él
no sabía las cosas por nombre propio, él me enseñaba canciones y siempre estuve rodeada de la música
sin saber nada teórico de ella. Ya después cuando decidí estudiar música, que no sabía que se podía
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estudiar como profesión que es una cosa muy fuerte en este país, empecé a estudiar y nos dimos cuenta
que para entrara a una universidad hay que saber algo de música, es decir partitura, entonces estudié
un semestre en Batuta, fui a la pre orquesta y estudié viola y tenía un profesor particular de gramática
y luego me presenté a la ASAB y pasé. Ahí empecé mi carrera profesional y me gradué como maestra
en artes musicales con énfasis en canto. Después de eso he tomado talleres de música del patrimonio
cultural, talleres de música popular; por trabajar en Nueva Cultura pues yo asistí a muchos talleres de
música popular, a los encuentros de la canción infantil en varios países y he sido ponente. Hice un
diplomado de análisis acústico de la voz cantada y hablada, también hice los cursos de Estil voice en
Barcelona que es una técnica de canto, hace poco en Estados Unidos tomé unas clases de Spech level
singing, es una técnica que trabaja los pasallos en el pop con un profesor de cantantes como Michael
Jackson, Beyonce, Celine Dion. Empíricamente cuando iba a festivales de música popular me interesaba
saber cómo se bailaban esas músicas y aprendía viendo de los otros. A veces tomaba clases con
bailarines de música llanera, de tango. Durante la carrera tuve unas clases de trabajo corporal que hice
con una actriz Martha Guerrero y hace poco las retomé, siempre intercambiábamos clase yo le
enseñaba canto y ella me enseñaba técnica Alexander, Feldenkrais, trabajé una técnica japonesa que
no me acuerdo cómo se llama que es con un palo extendido. Trabajé también el texto desde una mirada
actoral pero aplicada a las canciones.
C.B.: ¿Qué cosas se dificultaron en cuanto al canto?
D.R.: Cuando era más pequeña uno no piensa en esas cosas, simplemente cantas y como nunca tuve
un profesor de canto yo creo que eso es positivo en ese aspecto porque no eres tan consciente de las
cosas que estás haciendo, entonces no tuve problemas. Cuando era más pequeña quise cantar cosas
de Laura Paussini, de Withney Houston entonces yo quería cantar como ellas, pero son ideales que uno
tiene, a medida que va pasando el tiempo y eres más consciente. Yo soy malísima para los textos, yo
me acuerdo de las melodías perfectamente, pero las letras no, es algo muy complicado, soy muy
olvidadiza, eso es algo dura para mí. En un momento de mi vida me salieron micro nódulos y eso me
frustró mucho, se me fue todo al piso y uno lo canta y eso lo afecta mucho emocionalmente y creo que
estaba conectada con una cosa emocional y se reflejó en los nódulos, entonces a partir de ese momento
me di cuenta que no era muy consciente del aparato, entonces yo antes estudiaba mucho, todos los
días muchas horas y eso lo aprendí y también puede venir de ahí y me le medía a cantar a lo que fuera,
yo soy muy competitiva y en ese tiempo era muy competitiva con otros pero a medida que iba pasando
el tiempo, me empecé a volver competitiva conmigo misma, eso he aprendido del canto, que ya no
importa el otro sino que importas tu y a partir de esa patología empezó a ser consciente todo mi
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instrumento entonces empecé a buscar todo lo anatómico, lo fonético y no tenía ni idea porque en el
pregrado nunca me dijeron eso y ahorita siendo profe de pregrado yo lo enseño, soy como muy
insistente en eso porque a mi nadie me lo enseñó, entonces eso lo investigué por mi propia cuenta.
C.B.: ¿Cómo fue su formación como cantante?
D.R.: A mi me gustó mucho. Si yo puedo volver a presentarme a la ASAB lo haría feliz mil veces, a mi
me encantó, realmente aprendí mucho, todo lo que canté allá me gustó canté de todo. Solo tuve un
bajón que fue cuando María Olga se fue de la ASAB porque ella era mi profe y sentí que sin profe no
podía ser nadie, entonces en el examen final saqué 1.8 que jamás en la vida había tenido una nota muy
baja, pero aprendí que no necesitaba de la imagen de un profesor todo el tiempo y que yo podía ser
autosuficiente y tomar de cada uno lo que necesitara y crear mi propia técnica.
C.B.: ¿Que le hubiera añadido a esa formación?
D.R.: Me parece que tiene que haber una clase de anatomía, una clase de dicción, una clase corporal
de manejo de cuerpo y pues se pueden desprender un montón, manejo de textos, de focos, en fin una
cantidad de cosas que puedes hacer desde el cuerpo y clases colectivas en canto popular porque en el
canto popular no todo es individual, por ejemplo todos cantando un bullarengue, porque esas cosas no
se aprenden en un salón, eso le añadiría.
C.B.: ¿Cómo es la formación que le ofrece a sus estudiantes?
D.R.: Eso depende de la universidad. En la ASAB las clases son individuales y trato de hacer en la clase
técnica, respiración, estilo y mucha conciencia, mucho contexto porque es importante. Mucha
fonoaudiología pero realmente creo que hasta ahí me llega la hora de clase. En la pedagógica es
distinto, porque yo hago colectivas y le explico lo fonético, en otra clase vemos lo técnico, en otra clase
lo colectivo. El semestre pasado vimos tango y pues todos cantaron en la colectiva, yo llevé a un
bandoneonista les dio taller de canto y no abarcamos muchos géneros sino que cantamos muchos
tangos para apropiarnos del estilo.
C.B.: ¿Cómo es el programa que se le ofrece?
D.R.: ASAB: Tiene varias etapas, la primera es para entrar, entonces hay unas competencias que el
estudiante ya debe tener, como saber que el programa es mixto y que está dispuesto a aceptar ese
reto, ya tienes que saber qué es voz de cabeza, saber de los registros, o sea algo mínimo. De cuarto
semestre a quinto, tienes que tener esas cosas mucho más apropiadas y viene una siguiente etapa que
es hasta séptimo que es en donde tu ya no solo tienes resueltas cosas técnicas sino también de estilo,
entonces si vas a hacer un recital de séptimo, tienes que cantar un bullerengue como se canta un
bullerengue a tu manera pero sin transgredir los elementos estilísticos de ese género, si vas a cantar
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Bach lo mismo. Séptimo es un filtro muy importante porque ya en octavo el estudiante elige si quiere
cantar más popular o más lírico o mixto y en décimo es la propuesta del estudiante desde él, o sea Yo
soy este cantante, no hay una exploración sino una propuesta, es decir es un cantante versátil, ese es
el propósito, que es un cantante versátil por el contexto que tiene, porque el contexto está necesitan
músicos versátiles. En la Pedagógica me voy más por lo popular pero les doy lírico también, entonces
un estudiante puede salir cantando más popular pero también conoce qué es un Vacaj o un Concone,
qué es un aria antigua, es decir la cultura occidental del canto y lo mismo con los cantantes líricos de
allá. Ya se están abriendo otros cantos.
C.B.: ¿Considera que la formación de una cantante en otras disciplinas es importante y en qué
momento?
D.R.: Claro, siempre hacerlas desde el comienzo porque estamos en una época en donde somos
especialistas y se nos ha olvidado las otras cosas, entonces un cantante ahora solo es cantante y debe
saber muchas cosas más desde la técnica hasta el contexto.