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EXTINCIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO

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EXTINCIÓN

DEL ACTO ADMINISTRATIVO

Los actos administrativos se extinguen por:

• Caducidad

• Anulación

• Revocación

Caducidad

• Consiste en el incumplimiento de condiciones fijadas en el acto administrativo.

• Se presenta este supuesto en mayor medida en los supuestos de acto administrativos bilaterales (permisos de uso o concesiones de uso de espacios o bienes del dominio público; o en contratos administrativos).

• Requisitos: constitución en mora del particular, intimación precisa a cumplir, y por último, decisión fundada sobre elementos concretos y debido procedimiento previo (CSJN, “Paz, Valentín c/ Administración General de Puertos”, 1/6/2000).

• Consecuencias: extinción del acto. No confundir con caducidad del procedimiento (es otro concepto distinto, allí se trata de un supuesto de falta de impulso de la instancia administrativa).

DL 7.647/70

• Caducidad del acto. ARTÍCULO 119: Se producirá la caducidad del acto administrativo, cuando habiendo sido impuestas por el mismo determinadas condiciones que debe cumplir el beneficiario, éste no las satisface dentro del plazo fijado y previa interpelación para que lo haga dentro del plazo adicional y perentorio de diez días.

Revocación y Anulación

Precisiones terminológicas

• Normalmente se las trata como criterios análogos. La jurisprudencia nacional y local no han contribuido a delimitar claramente la distinción de ambos conceptos.

• El DL 7.647/70 brinda una interesante pauta hermenéutica (art. 113): La anulación estará fundada en razones de legalidad, por vicios que afectan el acto administrativo, y la revocación, en circunstancias de oportunidad basadas en el interés público.

• La Ley 19.549 habla de revocación tanto para los supuestos de ilegitimidad, como para los supuestos de oportunidad, mérito y conveniencia.

• La doctrina (Comadira, Canda, Botassi, entre otros) propicia la diferenciación que efectúa el DL 7.647/70, distinguiendo ambos conceptos.

La Revocación y la Anulación de Actos Administrativos

en el DL 7.647/70

ARTÍCULO 113: La autoridad administrativa podrá anular, revocar, modificar o sustituir de oficio sus propias resoluciones, antes de su notificación a los interesados. La anulación estará fundada en razones de legalidad, por vicios que afectan el acto administrativo, y la revocación, en circunstancias de oportunidad basadas en el interés público. ARTÍCULO 114: La Administración no podrá revocar sus propias resoluciones notificadas a los interesados y que den lugar a la acción contencioso administrativa, cuando el acto sea formalmente perfecto y no adolezca de vicios que lo hagan anulable.

ARTÍCULO 117: Las facultades de anulación y revocación no podrán ser ejercitadas cuando por prescripción de acciones, por el tiempo transcurrido u otras circunstancias, su ejercicio resultase contrario a la equidad, al derecho de los particulares o a las leyes. ARTÍCULO 118: Podrá pedirse la revisión de las decisiones definitivas firmes, cuando: a) Se hubiera incurrido en manifiesto error de hecho que resulte de las propias constancias del expediente administrativo. b) Se hubiera dictado el acto administrativo como consecuencia de prevaricato, cohecho, violencia o cualquier otra maquinación fraudulenta, o graves irregularidades comprobadas administrativamente. c) La parte interesada afectada por dicho acto, hallare o recobrare documentos decisivos ignorados, extraviados o detenidos por fuerza mayor o por obra de un tercero (verdad objetiva en oposición a la verdad formal o material).

Jurisprudencia de la SCBA Anulación por cuestiones de

ilegitimidad

SCBA, Causa B. 59.953 “Taberner de Ávila” del 16-6-2004, entre otros (ver también SCBA, Causa B. 49.638 “Freindenberg” del 30-3-1990, Causa B. 51.447 “Pari” del 9-5-1995, Causa B. 54.310 “Martínez” del 21-4.1998). “La potestad anulatoria se halla necesariamente vinculada a la dilucidación de la regularidad del acto administrativo objeto de la misma, entendiendo que el vicio que torna al acto en irregular, sometiéndolo a la anulación oficiosa, radica en la afectación grave de todos los elementos o algunos de sus elementos esenciales”.

“La atribución de revisar el acto propio es un reflejo del poder de autotutela que capacita a la administración para proteger por sí misma, sin necesidad de recabar la tutela judicial, ciertas situaciones jurídicas en defensa de la legalidad, permitiéndole retirar del ordenamiento el acto gravemente inválido, no obstante que en su ejercicio esta atribución no esté exenta de limitaciones que la legalidad impone en salvaguarda de bienes jurídicos”. Allí –en ese caso puntual- la Corte consideró que el ejercicio de la potestad anulatoria luego de un excesivo lapso temporal – alrededor de 20 años – atentaba contra la equidad y la seguridad jurídica, conforme lo prescripto por el artículo 117 de la LPABA.

SCBA, Causa B 61.823, “Esquivel, Jorge Andrés c/Provincia de Buenos Aires (Instituto de la Vivienda) s/Demanda contencioso administrativa”, del 22/08/2012. Derecho de defensa “La revocación de un acto por razones de ilegitimidad requiere, como presupuesto de validez, que se otorgue la posibilidad de ejercer el derecho de defensa en sede administrativa (art. 15, Const. provincial) que conlleva, primordialmente, poder exponer las defensas y argumentos que se estimen pertinentes, en forma oportuna, y ofrecer y producir toda aquella prueba que no resulte superflua o inconducente en respaldo de su posición”.

Jurisprudencia de la SCBA Revocación por cuestiones de

oportunidad, mérito o conveniencia

Discusión

¿La revocación por oportunidad, mérito o conveniencia es equivalente a la expropiación?

En ese caso, ¿es necesario el dictado de ley previa que declare la utilidad pública?

A favor (Botassi) En contra (Comadira, Marienhoff). Para este último hay que distinguir los derechos de origen administrativo (zona de reserva de la administración) de los que tienen su origen por otra fuente. Los de origen administrativo son revocables por la propia administración que los concedió, sin necesidad de ley previa. En lo que no hay dudas es que hay que resarcir, pero sólo el daño emergente, no lucro el cesante. Esta es la posición de la SCBA y la postura que viene de asumir la reciente Ley de Responsabilidad del Estado Nacional 26.944

Jurisprudencia de la SCBA SCBA B 64548, “Rodríguez, Viviana M. c/Provincia de Buenos Aires s/Demanda contencioso administrativa”, del 11/03/2013 Admite dicha posibilidad SCBA B 58326, “Ikelar S.A. contra Municipalidad de Pilar (coadyuvante: Inversiones Los Andes S.A.). Demanda contencioso administrativa”, del 03/09/2008 Admite dicha posibilidad. Fundamentos: Si bien los arts. 114, 117 y 118 del dec. ley 7647 y de la Ord. Gral. 267, que establecen el principio de la estabilidad de los actos administrativos regulares, están referidos a aquellos actos que hacen nacer o reconocen derechos subjetivos perfectos, no se aplican cuando se trata de derechos que puedan ser revocados por razones de interés público.

Siendo así, la revocabilidad aparece como una manifestación de la actividad de la Administración Pública que paraliza los efectos de ciertos actos administrativos cuando no se cumplen con eficacia los fines, es decir porque se encuentran desprovistos del elemento valorativo de mérito y se impone para satisfacer los intereses generales. Por ello la revocación del acto administrativo por razones de oportunidad teniendo a satisfacer exigencias de ese interés, procede siempre respecto a cualquier tipo de acto administrativo, sea éste reglado o discrecional. El derecho nacido de un acto administrativo que deba ser extinguido por no resultar armónico con las nuevas exigencias del interés público, no se convierte por ello en ilegítimo, sino simplemente en inoportuno, justificando su revocación por razones de oportunidad. Esta prerrogativa estatal se funda en principios básicos del Derecho Administrativo, es decir, en la potencialidad que se le reconoce a la Administración Pública de cumplir con los intereses públicos, valorados en cada momento y, por ende, cuando lo estime conveniente ejercitar la facultad extintiva de sus decisiones anteriores. Pero si los actos revocados han generado derechos subjetivos para el administrado, y el cambio de decisión de la Administración supone una lesión a los mismos, se origina la responsabilidad estatal y el consecuente deber de reparación.

La revocación y anulación de actos administrativos en la Ley 19.549

(LNPA)

Revocación del acto nulo.

Artículo 17.- El acto administrativo afectado de nulidad absoluta se considera irregular y debe ser revocado o

sustituido por razones de ilegitimidad aun en sede administrativa. No obstante, si el acto estuviere firme y

consentido y hubiere generado derechos subjetivos que se estén cumpliendo, sólo se podrá impedir su subsistencia y la de los efectos aún pendientes mediante declaración judicial

de nulidad.-

Revocación del acto regular.

ARTICULO 18.- El acto administrativo regular, del que hubieren nacido derechos subjetivos a favor de los administrados, no puede ser

revocado, modificado o sustituido en sede administrativa una vez notificado. Sin embargo, podrá ser revocado, modificado o sustituido de oficio en sede administrativa si el interesado hubiere conocido el vicio, si la revocación, modificación o sustitución del acto lo favorece

sin causar perjuicio a terceros y si el derecho se hubiere otorgado expresa y válidamente a título precario. También podrá ser revocado,

modificado o sustituido por razones de oportunidad, mérito o conveniencia, indemnizando los perjuicios que causare a los

administrados.

CSJN, “Almagro”, 17/2/1998 (Fallos 321:169) Aplicación de los criterios de revocación del artículo 18 (actos regulares), a los supuestos del artículo 17 (actos irregulares). ------------------------------------------------------------------------------------- Acción de lesividad para la revocación de los actos irregulares firmes y consentidos que han generado derechos subjetivos que se están cumpliendo. La administración “debe” suspender los efectos del acto (art. 12 LNPA, alegando fundadamente una nulidad absoluta) y acto seguido iniciar la acción judicial (Canda, Comadira, Sammartino).

CONCLUSIONES

El régimen de la LNPA acota en alguna medida el margen de maniobra de la administración en determinados supuestos y le otorga cierta estabilidad al acto presuntamente irregular que se encuentra firme y consentido y ha generado derechos subjetivos que se están cumpliendo, hasta tanto el Poder Judicial declare,

en el marco de una acción de lesividad, la nulidad del acto cuestionado.

Por el contrario, el régimen de la LPABA consagra un sistema

amplio de anulación oficiosa, solamente limitado por circunstancias ligadas fundamentalmente al paso del tiempo y a

la equidad, que deberá considerar la administración en cada caso particular.

El carácter relativo que se le asigna al principio de la “cosa juzgada administrativa” en el sistema provincial,

privilegia el interés público comprometido en la vigencia de la juridicidad por sobre la aparente

existencia de un derecho subjetivo del particular, reforzando el precepto doctrinal y jurisprudencial que

sostiene que de un acto nulo no pueden surgir válidamente verdaderos derechos subjetivos (CSJN,

“Furlotti”, del 23,4/1991, Fallos 314:322).