Fábulas

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ESPAÑOL INSTRUCCIONES: LEE LAS SIGUIENTES FÁBULAS, Y ASIGNALES UN NOMBRE A LAS QUE LO REQUIERAN. ENSEGUIDA DE LA FÁBULA ESCRIBE LA MORALEJA Fábula 1 ___________________________________________________________ ____ Reprochaba una zorra a una leona el hecho de que siempre sólo pariese a un pequeñuelo. Y le contestó la leona: -- Sí, uno solo, tienes razón, ¡pero un señor león! ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ________________ Fábula 2 ___________________________________________________________ ____ Cayó una zorra en un profundo pozo, viéndose obligada a quedar adentro por no poder alcanzar la orilla. Llegó más tarde al mismo pozo un chivo sediento, y viendo a la zorra le preguntó si el agua era buena. Ella, ocultando su verdadero problema, se deshizo en elogios para el agua, afirmando que era excelente, e invitó al chivo a descender y probarla donde ella estaba. Sin más pensarlo saltó el chivo al pozo, y después de saciar su sed, le preguntó a la zorra cómo harían para salir allí. Dijo entonces la zorra: -- Hay un modo, que sin duda es nuestra mutua salvación. Apoya tus patas delanteras contra la pared y alza bien arriba tus cuernos; luego yo subiré por tu cuerpo y una vez afuera, tiraré de tí. Le creyó el chivo y así lo hizo con buen gusto, y la zorra trepando hábilmente por la espalda y los cuernos de su

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Para Comprensión Lectora

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ESPAÑOL

INSTRUCCIONES: LEE LAS SIGUIENTES FÁBULAS, Y ASIGNALES UN NOMBRE A LAS QUE LO REQUIERAN. ENSEGUIDA DE LA FÁBULA ESCRIBE LA MORALEJA

Fábula 1 _______________________________________________________________

Reprochaba una zorra a una leona el hecho de  que siempre sólo pariese a un pequeñuelo. Y le  contestó la leona:

-- Sí, uno solo, tienes razón, ¡pero un señor león!

____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Fábula 2 _______________________________________________________________

Cayó una zorra en un profundo pozo, viéndose obligada a quedar adentro por no poder alcanzar la orilla.

Llegó más tarde al mismo pozo un chivo sediento, y viendo a la zorra le preguntó si el agua era buena. Ella, ocultando su verdadero problema, se deshizo en elogios para el agua, afirmando que era excelente, e invitó al chivo a descender y probarla donde ella estaba. Sin más pensarlo saltó el chivo al pozo, y después de saciar su sed, le preguntó a la zorra cómo harían para salir allí.

Dijo entonces la zorra:

-- Hay un modo, que sin duda es nuestra mutua salvación. Apoya tus patas delanteras contra la pared y alza bien arriba tus cuernos; luego yo subiré por tu cuerpo y una vez afuera, tiraré de tí.

Le creyó el chivo y así lo hizo con buen gusto, y la zorra trepando hábilmente por la espalda y los cuernos de su compañero, alcanzó a salir del pozo, alejándose de la orilla al instante, sin cumplir con lo prometido.

Cuando el chivo le reclamó la violación de su convenio, se volvió la zorra y le dijo:

-- ¡Oye socio, si tuvieras tanta inteligencia como pelos en tu barba, no hubieras bajado sin pensar antes en cómo salir después!

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Fábula 3. La margarita y el egoísmo

Soy una margarita en un campo de margaritas" -pensaba la flor-. "Entre tantas otras, es imposible notar mi belleza".

Un ángel oyó lo que pensaba y le dijo:

- ¡Pero si tú eres muy hermosa!

- ¡Pero yo quiero ser única!

Para no oír más quejas, el ángel la llevó hasta la plaza de una ciudad.

Unos días después, el alcalde fue allí con un jardinero para reformar el lugar.

- Aquí no hay nada de interés. Cambiaremos la tierra y plantaremos geranios.

- ¡Un momento! -gritó la margarita-. ¡Así que piensan matarme!

- Si hubiese más como tú, podríamos hacer una bella decoración -respondió el alcalde-. Pero es imposible encontrar margaritas en los alrededores, y tú, sola, no haces un jardín.

Y acto seguido arrancó la flor.

Paulo Coelho. Escritor brasileño.

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Fábula 4. La rana y el escorpión

Cuenta un relato popular africano que en las orillas del río Níger, vivía una rana muy generosa.

Cuando llegaba la época de las lluvias ella ayudaba a todos los animales que se encontraban en problemas ante la crecida del rio.

Cruzaba sobre su espalda a los ratones, e incluso a alguna nutritiva mosca a la que se le mojaban las alas impidiéndole volar. Pues su generosidad y nobleza no le permitían aprovecharse de ellas en circunstancias tan desiguales.

También vivía por allí un escorpión, que cierto día le suplicó a la rana: "Deseo atravesar el río, pero no estoy preparado para nadar. Por favor, hermana rana, llévame a la otra orilla sobre tu espalda".

La rana, que había aprendido mucho durante su larga vida llena de privaciones y desencantos, respondió enseguida: "¿Que te lleve sobre mi espalda? ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco lo suficiente para saber que si estoy cerca de tí, me

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inyectarás un veneno letal y moriré!"

El escorpión le replicó: "No digas estupideces. Ten por seguro que no te picaré. Porque si así lo hiciera, tú te hundirías en las aguas y yo, que no sé nadar, perecería ahogado."

La rana se negó al principio, pero la incuestionable lógica del escorpión fueron convenciéndola... y finalmente aceptó. Lo cargó sobre su resbaladiza espalda, donde él se agarró, y comenzaron la travesía del río Níger.

Todo iba bien. La rana nadaba con soltura a pesar de sostener sobre su espalda al escorpión. Poco a poco fue perdiendo el miedo a aquel animal que llevaba sobre su espalda.

Llegaron a mitad del río. Atrás había quedado una orilla. Frente a ellos se divisaba la orilla a la que debían llegar. La rana, hábilmente sorteó un remolino...

Fue aquí, y de repente, cuando el escorpión picó a la rana. Ella sintió un dolor agudo y percibió cómo el veneno se extendía por todo su cuerpo. Comenzaron a fallarle las fuerzas y su vista se nubló. Mientras se ahogaba, le quedaron fuerzas para gritarle al escorpión:

"¡Lo sabía! Pero... ¿Por qué lo has hecho?"

El escorpión respondió: "No puedo evitarlo. Es mi naturaleza".

Y juntos desaparecieron en medio del remolino mientras se ahogaban en las profundas aguas del río Níger.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

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