Familia, cultura material y formas de poder en la España...

539

Click here to load reader

Transcript of Familia, cultura material y formas de poder en la España...

  • FAMILIA, CULTURA MATERIAL

    Y FORMAS DE PODER

    EN LA ESPAA MODERNA

    III Encuentro de Jvenes Investigadores en Historia Moderna.

    Universidad de Valladolid 2 y 3 de julio del 2015

    MXIMO GARCA FERNNDEZ (EDITOR)

  • III Encuentro de Jvenes Investigadores en Historia Moderna

    FAMILIA, CULTURA MATERIAL

    Y FORMAS DE PODER

    EN LA ESPAA MODERNA

    Valladolid 2 y 3 de julio del 2015

    MXIMO GARCA FERNNDEZ (EDITOR)

  • 2

    ISBN: 978-84-938044-6-6

    Los autores

    De esta edicin Fundacin Espaola de Historia Moderna, Madrid, 2016.

    Editor: Mximo Garca Fernndez.

    Colaboradores: Francisco Fernndez Izquierdo, M Jos Lpez-Czar Pita, Fundacin

    Espaola de Historia Moderna.

    [email protected]

    Fotografa de cubierta: Biblioteca Histrica Santa Cruz, Universidad de Valladolid.

    Entidades colaboradoras en la convocatoria y celebracin del Encuentro:

  • FAMILIA, CULTURA MATERIAL Y FORMAS DE PODER EN LA ESPAA

    MODERNA

    ndice

    Mximo Garca Fernndez

    Presentacin 15

    I. LAS FAMILIAS EN LA ESPAA MODERNA

    I.1. Linajes familiares y comunidades de intereses

    ngel Arcay Barral

    Debates alrededor de los archivos de familia: El fondo de la familia Malvar

    (1542-1870) .

    21

    Germn Gamero Igea

    Los lazos familiares en la articulacin cortesana de Fernando el Catlico .. 33

    Carlos Gonzlez Reyes

    El origen de las acusaciones de trazas moras sobre dos linajes ibricos modernos:

    los Crdenas y los Braganza (ss. XV y XVI) .

    43

    Iago Rodrguez Palmeiro

    A hombros de gigantes: la Casa de Bascuas (Arza) y su relacin con la vieja nobleza

    medieval de Galicia (siglos XV-XVI) .

    55

    Francisco Javier Garca Domnguez

    Los Saavedra y el condado de Castellar: las bases de poder de un linaje nobiliario

    en la Castilla del siglo XVI ...

    65

    Roco Velasco Tejedor

    Sangre juda, finanzas y nobleza: la trayectoria familiar de los Pisa en Castilla

    (siglos XV-XVII) .

    75

    Carlos Antoln Rejn

    El complejo rol dinstico de un hijo segundn: el prncipe Emanuele Filiberto de

    Saboya (1588-1624). Mediador, embajador familiar o agente doble?

    87

  • 4

    Isabel Extravs Hernndez

    La genealoga al servicio del ascenso social y econmico. La familia del cronista

    Jernimo Zurita ..

    98

    Alberto Morn Corte

    El servicio domstico en los hogares de la elite asturiana. El ejemplo del

    Oviedo ilustrado .

    109

    Miguel Royano Cabrera

    La comunidad mercantil catalano-valenciana afincada en la Sevilla de la primera

    mitad del siglo XVI .

    121

    Ignacio Gonzlez Espinosa

    Pautas de movilidad de las familias portuguesas a Sevilla (1600-1615) 131

    Josep Rizo Blasco

    La comunidad francesa en Barcelona a principios del siglo XVII ... 141

    Sara Jarana Vidal

    Comerciantes del delfinado en la Sevilla del siglo XVIII, organizacin familiar

    y entramado comercial ..

    161

    Raquel Tovar Pulido

    Las familias de comerciantes de la ciudad de Trujillo a finales de la poca moderna 173

    I.2. Poblacin y familia: infancias, mujeres, matrimonios

    Mara Herranz Pinacho

    La infancia y su entorno familiar a travs de la correspondencia privada

    en el siglo XVI .

    187

    Laura Malo Barranco

    Infancia y nobleza. Testimonios del mundo infantil en las familias Hjar y Aranda

    durante la Edad Moderna .

    197

    Pelayo Fernndez Garca

    La familia Queipo de Llano. Crecimiento e infancia en torno a la poca del

    I conde de Toreno ...

    209

  • 5

    Patricia Milln de Silva

    La posicin social de la mujer guipuzcoana a travs de sus actos jurdicos

    patrimoniales en la Edad Moderna

    219

    Nere Jone Intxaustegi Juregui

    La figura de la indotada: la importancia del lazo familiar en la vida conventual

    vizcana durante la Edad Moderna .

    229

    Jos Abel Ajates Cnsul

    Familia, mujer y salud a travs de la correspondencia: el caso del entorno del primer

    marqus de Villaverde 1670-1686 ..

    241

    Juan Francisco Henarejos Lpez

    La evolucin de la tratadstica matrimonial en el siglo XVIII: Entre la doctrina y la

    prohibicin ..

    255

    Francisco Javier Crespo Snchez

    El discurso sobre la maternidad en la prensa espaola de finales del siglo XVIII ... 267

    Ana Mara Prieto Garca

    Matrimonio y mercado matrimonial: reflexiones sobre la endogamia 277

    Daniel Baldellou

    Pleitos e infrajudicialidad en los matrimonios aragoneses en el siglo XVIII.

    Los procesos por esponsales y estupro ..

    293

    Hctor Fernando Snchez Diego

    Padrinazgo eclesistico y reproduccin social en la Cantabria Moderna:

    siglos XVII- XVIII

    307

    Sara Prez Ortega

    La institucin familiar en una comarca cntabra durante el siglo XVIII: el caso de los

    valles del Nansa ..

    319

    Pamela Rubio Velasco

    El anlisis de redes aplicado al estudio de los grupos domsticos de Bermellar

    (Salamanca) en el siglo XVIII ..

    335

  • 6

    Pablo Ortega del Cerro

    Familias e instituciones: el proceso de ingreso en la Academia de Guardias Marinas

    en la segunda mitad del siglo XVIII

    347

    Ams Farrujia Coello

    Estudio social de la isla de Tenerife en 1795 a travs de fuentes militares:

    el paisanaje ..

    361

    II. CULTURA MATERIAL Y CIVILIZACIN EN LA ESPAA MODERNA

    II.1. Cultura y Civilizacin en clave socio-religiosa

    Juan Manuel Castillo Rubio

    Norma y uso del espacio religioso en la Castilla pretridentina 381

    Daniel Atienza Atienza

    Entintar el papel sin mancha de pecado: la controversia inmaculista y la esfera

    pblica en la Espaa del siglo XVII

    401

    Laura Guinot Ferri

    La construccin de los santos y el poder carismtico. El caso de la Beata

    Ins de Benignim (Valencia) ..

    413

    Fernando Muoz Snchez

    Reliquias y relicarios en los conventos de la provincia franciscana de Burgos.

    Una aproximacin a partir de las crnicas de poca barroca .

    425

    Alberto Corada Alonso

    La Capilla musical de la Colegiata de Aguilar de Campoo: presencias y ausencias .. 437

    Mara Jos Rodrguez Trejo

    Atendiendo a la neesidad y estrechesa con que la pasan los religiosos: monasterios y

    conventos de la Raya durante la Guerra de Restauracin (1640-1668) .

    449

    Rafael Duro Garrido

    Las capellanas de las parroquias de Sevilla (1600-1650) 461

  • 7

    Alfonso Gmez Dez

    La brujera: ser y tener fama. El caso de Juana de Olivares ante la Inquisicin

    (siglo XVII) ..

    471

    Roco Alamillos lvarez

    Los usos de los atributos de la bruja como medio de resistencia a la justicia: el

    escandaloso caso de Baza de 1752 .

    483

    M Alejandra Flores de la Flor

    Los monstruos como instrumento del poder poltico y religioso durante los siglos

    XVI y XVII

    493

    Paula Hernndez Rodrguez

    Afrontar o rehuir la locura? El caso del Tribunal de la Real Audiencia y Chancillera

    de Valladolid en el siglo XVIII: propuesta metodolgica para su estudio .

    503

    Isabel Mara Melero Muoz

    El conflicto por el legado de Gaspar de Castro: un pleito de Mayorazgo en la Sevilla

    del siglo XVIII .

    515

    Mara Aguilera Fernndez

    Vida cotidiana de los jesuitas en las misiones de Filipinas (S. XVI-XIX) ... 525

    II.2. Entre smbolos culturales materiales

    Carlos Lozano Ruiz

    En remenbranza de la Pasin de Nuestro Seor y para alumbrar el Sanctssimo

    Sacramento Cultura material en torno a las procesiones barrocas en la ciudad de

    Palencia

    537

    Gabriele Galli

    Estilos de vida y cultura material en el Siglo de Oro. Una aproximacin al

    microcosmos del vestido entre el archivo Ruiz, Medina del Campo y Valladolid

    (1566-1600) .

    549

    Arianna Giorgi

    Las nuevas apariencias del duque del Infantado: cultura y poder de un grande de

    Espaa ..

    565

  • 8

    Susana Cataln Garzarn

    Cultura material y prestigio social. El caso de una familia aragonesa del siglo XVII

    a travs de la documentacin ..

    573

    Natalia Gonzlez Heras

    Modelos extranjeros en las viviendas espaolas durante el siglo XVIII . 585

    Diego Quijada lamo

    La proclamacin regia de los primeros Borbones en la ciudad de Palencia: poder,

    smbolo y ceremonial .

    593

    Isaac Garca-Oses

    Los ceramistas de Barcelona en un contexto de crisis 603

    Francisco Cebreiro Ares

    El Registro de Hipotecas y sus posibilidades para la historia urbana: El caso de

    Santiago de Compostela 1768-1810 ...

    613

    Nuria Gonzlez Barrero

    El Colegio de la Paz y el Colegio de los Desamparados: dos instituciones educativas

    en el Madrid de mediados del siglo XVIII..

    627

    Santiago Prego Gonzlez

    La evolucin del comercio del libro en Galicia a travs de sus libreras

    (siglos XVIII-XIX) ..

    639

    Jordi Bages-Querol Blanco

    La cultura material en los recetarios y libros de cocina de la Catalua Moderna .. 651

    Javier Esteban Ochoa de Eribe

    Una aproximacin a la produccin impresa en las tierras vascas al final del Antiguo

    Rgimen

    667

    III. FORMAS DE PODER EN LA ESPAA MODERNA

    III.1. Poderes econmicos y financiacin del poder

    M del Carmen vila Oliva

    El comercio de esclavos y los contratos de fletamento en el reinado de Carlos V como

    va de financiacin del poder de la Corona castellana (1516-1556) .

    681

  • 9

    Germn Jimnez Montes

    Las redes comerciales del norte de Europa en el suministro de madera a Andaluca de

    1581 a 1621 .

    693

    Francisco Gil Martnez

    Ventas de oficios y deuda pblica: las escribanas de juros en el siglo XVII 703

    Miguel Gabriel Gar Pallicer

    El control del mercado y del espacio urbano en la Edad Moderna: la labor del

    mostassaf de Palma de Mallorca (siglos XVI-XVII)

    713

    Gabriel Ramon i Molins

    La clavaria mayor de la ciudad de Lleida entre 1652 y 1707. Una propuesta

    metodolgica para el estudio de las finanzas municipales.

    725

    Bruno Lopes

    Sustentar a Inquisio com rendimentos eclesisticos: uma aproximao ao tema

    (sculos XVI-XVIII) ...

    737

    Alfonso Jess Heredia Lpez

    La visita de Juan de Gngora a la Casa de Contratacin a mediados del siglo XVII . 751

    Cristian Vegas Calzado

    La Casa de la Contratacin: Expedientes de ida de navo y el fraude comercial

    indiano. S.XVI-XVIII ..

    761

    Miriam Rodrguez Contreras

    Gasto y financiacin de la casa real entre 1623-1633: las cuentas de Toms de

    Cardona

    773

    lvaro Javier Romero Rodrguez

    Fraude y conflictividad en las Reales Fbricas de Tabaco de Sevilla (1740-1759).. 785

    III.2. Teora y prctica del poder

    Andreu Segu Beltrn

    Contra la diablica desmandada. La reduccin militar de la Germana mallorquina 797

  • 10

    Isidoro Jimnez Zamora

    La rivalidad entre Carlos V y Francisco I: el desencuentro permanente desde la corte

    de la emperatriz ..

    807

    Diego Matas Canales Ramrez

    Crisis o anarqua? La corte francesa en vsperas de las guerras de religin (1559-

    1562) vista por el embajador espaol

    821

    Jos Antonio Rebullida Porto

    San Quintn y el xito de Felipe II .. 831

    Koldo Trpaga Monchet

    Las armadas en el reino de Portugal en los reinados de los Felipes (1580-1640) ... 843

    Alberto Mariano Rodrguez Martnez

    Tregua Doce Aos, los particulares y los lmites de la alta poltica .. 855

    Beatriz lvarez Garca

    Controlar la informacin: las relaciones de sucesos en torno a la batalla de Cdiz

    (1625)

    865

    Roco Martnez Lpez

    Maximiliano Manuel de Baviera en el ocaso del reinado de Carlos II: de padre del

    posible heredero de la Monarqua Hispnica a prncipe electoral atrapado entre dos

    fuegos

    877

    M Pilar Mesa Coronado

    El gobierno de Sicilia: las instrucciones de Carlos II al duque de Veragua

    (1696-1701) .

    889

    lvaro Pajares Gonzlez

    El rgimen municipal en las villas de seoro palentinas en la Edad Moderna 899

    Vctor Pajares Liberal

    Deconstruyendo el ministerio de Ripperd. Un trickster entre la razn de Estado y el

    reformismo borbnico

    911

    Laura Borragn Fernndez

    Conflictos y resistencias ante el Catastro de Ensenada: el caso del Principado de

    Asturias .

    925

  • 11

    Alfonso Caldern Argelich

    La historiografa del despotismo ilustrado: el siglo XVIII visto por los historiadores

    del XIX ..

    937

    Francisco Precioso Izquierdo

    Balance provisional de una polmica historiogrfica. Estudios sobre conciencia

    poltica comn en la sociedad espaola moderna ...

    947

    Rubn Glvez Martn

    Cuando la naturaleza manda: percepciones de los desastres naturales en los espacios

    ultramarinos en la Corte de Madrid (1599-1614) a travs de las Relaciones de Luis

    Cabrera de Crdoba ..

    957

    Laura Mara Grueso Molina

    El poder de la escritura y del documento real en Indias: la Real Audiencia y

    Chancillera de Charcas (siglo XVI) ..

    969

    Juan Jimnez Castillo

    La reconfiguracin de la Monarqua Hispana en los territorios americanos: el

    conflicto entre el virrey del Per y el arzobispo de Lima en la dcada de 1680 ...

    979

    Antonio Castro Nunes

    Espaos e actores da comunicao poltica nos imprios ibricos (1700-1750)... 991

    III.3. Las estructuras del poder: poder y sociedad

    Daniel Galvn Desvaux

    Poder y familia: el duque de Uceda ante las gestiones patrimoniales de la casa de

    Lerma

    1005

    Paolo Periati

    Una mujer temida. Estrategia familiar y autoridad poltica de Catalina de Ziga,

    condesa de Lemos ..

    1015

    La Bnichou

    Los cardenales protectores de Castilla en Roma bajo el reinado de Felipe III . 1025

  • 12

    Jaime Elipe Soriano

    Ilegitimidad y poder real: el empleo de los hijos de Alonso de Aragn, arzobispo de

    Zaragoza ..

    1039

    Francisco Martnez Gutirrez

    Bajo el poder de la prpura. La Compaa de Jess y el cardenal Moscoso, obispo de

    Jan (1619-1646)

    1047

    Miguel Dongil y Snchez

    El poder y la influencia del clero regular en la Asturias de la Edad Moderna . 1057

    Cristina Garca Oviedo

    El patronato femenino consciente de la compaa de Jess: Magdalena de Ulloa y

    Antonia Dvila, fundadoras de Villagarca de Campos y Segovia ..................................

    1071

    Mnica Ferrndiz Moreno

    El poder regio en la seleccin del clero beneficial espaol durante la primera mitad

    del reinado de Carlos III ..

    1083

    Adrin Garca Torres

    Luchas de poder entre las autoridades civiles y las eclesisticas en el sur alicantino

    durante el siglo XVIII

    1093

    Laura Rodicio Pereira

    Relaciones familiares y de poder en el cabildo de Ourense en el siglo XVIII 1103

    Mriam Devesa Benlloch

    Servicios a la Corona y ascensin social entre la nobleza valenciana del siglo XVII . 1113

    Laura Gmez Orts

    Familias en el poder. El poder de las familias: los Sisternes y los Valonga .. 1123

    Antonio Jos Rodrguez Hernndez

    Las nuevas funciones militares de la Chancillera de Valladolid durante el siglo XVII:

    el ejemplo de la superintendencia de la leva de 1676 .

    1133

    David Alberto Abin Cubillo

    La figura del oficial a travs de la tratadstica militar (1665-1788) 1147

  • 13

    Evaristo C. Martnez-Rado Garrido

    Los problemas del reclutamiento a travs de las soluciones de un proyecto annimo

    presentado a Floridablanca. El poder militar espaol en entredicho .

    1159

    Eduardo Bueno Vergara

    Mdicos expertos al servicio de la ciudad de Alicante en el siglo XVIII 1171

    Beatriz Santiago Belmonte

    Los extranjeros en la corte: la red alemana en torno a la reina Mariana de Neoburgo

    (1690-1700) .

    1181

    Roberto Garca Puente

    Colaboracin e intereses entre la Monarqua de Felipe IV y los hombres de negocios

    de la nacin portuguesa Jorge de Paz Silveira y Pedro de Baeza

    1191

  • III Encuentro de Jvenes Investigadores en Historia Moderna

    Universidad de Valladolid - Fundacin Espaola de Historia Moderna. 2015

    679

    III. FORMAS DE PODER EN LA ESPAA MODERNA

    III.1. Poderes econmicos y financiacin del poder

  • III Encuentro de Jvenes Investigadores en Historia Moderna

    Universidad de Valladolid - Fundacin Espaola de Historia Moderna. 2015

    681

    El comercio de esclavos y los contratos de fletamento

    en el reinado de Carlos V como va de financiacin del Poder

    de la Corona castellana (1516- 1556)

    The trade of slaves and the contracts of charter in the Charles Vs reign

    such as way of finance from the castilian Crown (1516- 1556)

    M del Carmen VILA OLIVA

    Universidad de Sevilla

    Resumen:

    Este estudio se centra en el anlisis de diez contratos de fletamento de esclavos negros,

    expedidos en Sevilla, durante el reinado de Carlos V que, partir de la apertura de este reino al

    Nuevo Mundo, adquiere ms relevancia debido a la apertura y necesidad del comercio

    transatlntico. A causa de la gran distancia, el tiempo tan dilatado del viaje y los peligros que

    conllevaban, estos acuerdos martimos- mercantiles, como otros muchos desde siglos atrs,

    deban ponerse por escrito para asegurar que el contrato se cumpliera. Esta comunicacin

    guarda relacin con el comercio de negros como va de financiacin del Poder de la Corona

    castellana. El siglo XVI fue una poca de grandes avances en todos los mbitos, de apertura a

    un nuevo mundo, de conexiones, de desarrollo cultural e ideolgico, de intercambio econmico

    y de ideas. Espaa fue el centro de gran parte de esos avances y el promotor de muchos de

    ellos. Sin embargo, el reto imperial de Carlos V supuso, como contrapartida, una fuerte presin

    econmica para el Estado, que hizo todo lo posible por encontrar financiacin a este proyecto.

    Y el comercio de esclavos fue una de estas vas. A travs de l se gener una nueva forma de

    ingresos que, en cierto modo, sirvieron como las dems, para sustentar a la Corona.

    Palabras claves: Carlos V, impuesto de averas, comercio transatlntico de esclavos, contratos

    de fletamento.

    Abstract:

    This research was been analysed ten contracts of charter of black slaves, issued in Seville,

    during Charles Vs reign that, since the discovery of New World, it gain importance for the

    opening and necessity of transatlantic trade. Because of the big distance, the big time of the trip

    and the dangerous, those maritime- commercial agreements, such as before another, they must

    agree in writing to insure that the contract achieves. This communication is connected with the

    black slaves such as method of finance from the Power of the Castilian Crown. The century

    XVI was a period of huge advances in all spheres, the discovery of New World, of

    connections, of cultural and ideological development, of the foreign-exchange and

    impressions. Spain was the center of majority of this advances and the promoter of many of

    them. However, the Charles Vs imperial challenge mean, in return, a strong fiscal pressure to

    the State, that it does all you can for find the financing to this plan. And slaves trade were one

    of those ways. Through which of them State produced a new way of incomes that, in some

    way, they are used of support to the Crown.

    Keywords: Charles V, averas tax, transatlantic trade of slaves, contracts of charter.

    1. Introduccin

    Para este estudio hemos seleccionado diez contratos de fletamento que se conservan en

    el Archivo Histrico Provincial de Sevilla, en el Fondo Documental de Protocolos de

    Fondos Americanos Enrique Otte, y su cronologa se extiende entre 1519 y 1550. En

    todos los casos se trata de contratos de fletamento de ida, que parten desde el puerto de

  • M del Carmen VILA OLIVA

    682

    Sevilla hasta los principales puertos de la Amrica Espaola, como Santo Domingo, San

    Juan de Ula, Cuba o Nombre de Dios. En ellos tambin se indican que los barcos

    deban de hacer escala en el puerto de Cabo Verde y que era all donde se efectuaba la

    carga de los esclavos que se transportaban a Amrica.

    Las fuentes archivsticas consultadas son muy numerosas pero nos sirve de toma de

    contacto con la documentacin de la poca respecto al comercio de esclavos de este

    perodo cronolgico, siendo ste el principal objetivo de nuestro estudio. Todo ello se

    ha sustentado en una bibliografa especializada de la historia de la esclavitud y su

    comercio con las Indias, por un lado, y sobre los contratos de fletamento desde el punto

    de vista jurdico, por otro. Asimismo, este estudio se ha intentado complementar con

    bibliografa especfica de los elementos que ejercan la presin fiscal en la Corona

    castellana del siglo XVI del que hemos dedicado un captulo sobre los impuestos,

    concretamente, de las averas.

    El segundo objetivo de nuestro estudio fue el anlisis cuantitativo fiscal de este

    comercio que tiene de particular el trfico humano como mercancas de primera

    necesidad en el nuevo mundo. El comercio de negros se convirti, en el siglo XVI, en

    una de las vas de financiacin del poder de la corona castellana. Por tanto, un mbito,

    que en un primer momento parece muy especfico, nos permite conocer la red mercantil

    transocenica con las Indias y que operaba desde Sevilla. Igualmente, permite tratar este

    tema desde un punto de vista fiscal, en tanto que este dinero se invirti en otros asuntos

    como fueron las distintas contiendas blicas, dirigidas por Carlos V, en el exterior.

    Por tanto, la finalidad perseguida es contribuir desde una temtica (los contratos de

    fletamento de esclavos negros de ida hacia Amrica) y desde una cronologa muy

    concreta (1516- 1556) y espacial (la ciudad de Sevilla) al conocimiento de la historia

    comercial de esclavos negros y la presin fiscal que se ejerca sobre stos en el reino de

    Castilla en poca moderna.

    2. Contexto histrico

    2.1. El comercio de esclavos en Sevilla y su legislacin durante el reinado de Carlos

    V (1516- 1556)

    La esclavitud en la Edad Moderna es un tema conocido y bien estudiado en la

    bibliografa, pero con grandes lagunas y grandes necesidades de replanteamientos1.

    Adems, el trfico de esclavos negro-africanos entre Sevilla y Amrica es un proceso

    complejo, con numerosos cambios.

    El aprovisionamiento de negros africanos fue una gran empresa comercial para

    la monarqua castellana durante cuatro siglos que, paulatinamente, fue incrementado.

    Hasta 1513, antes de la llegada de Carlos V al trono, imperaba el comercio libre. Desde

    esa fecha hasta 1595, se produce la etapa de las licencias, que consistan en la obtencin

    de una autorizacin real concedida en pago de servicios o contratada para llevar a las

    Indias cierto nmero de esclavos. Sevilla segua manteniendo, en exclusividad, esta

    forma de operar, y las concesiones recayeron en comerciantes castellanos; aunque su

    mayor parte fueron otorgadas a mercaderes portugueses y genoveses2. Hasta 1550, la

    1 Rafael Mauricio Prez Garca y Francisco Manuel Fernndez Chaves, La esclavitud en la Sevilla del

    Quinientos (1540- 1570), VI Jornadas de Historia en Llerena, Llerena, 2005, pp. 123- 133. 2 Alfonso Franco Silva, La esclavitud en Andaluca, 1450- 1550, Granada, 1996, p. 195.

  • EL COMERCIO DE ESCLAVOS Y LOS CONTRATOS DE FLETAMENTO

    III Encuentro de Jvenes Investigadores en Historia Moderna

    Universidad de Valladolid - Fundacin Espaola de Historia Moderna. 2015

    683

    moneda ms utilizada para fijar los precios de los fletes era el maraved, aunque desde

    el siglo XVI, se fue imponiendo el ducado de oro, de valor de 3 a 34 maravedes3.

    Hasta 1542 la esclavitud en la Amrica espaola era mayoritariamente indgena, fecha

    en la que fue prohibida por Carlos V a travs de las Leyes Nuevas. Esta nueva ley dio

    paso a la exclusividad de la esclavitud negra. A partir de este momento, asistimos a una

    etapa de trfico y comercio mercantil internacional, que se podra definir como la

    primera globalizacin econmica, es decir, el nacimiento del capital en el que el

    volumen de transacciones abarcaba tres continentes: Europa, frica y Amrica. Este

    proceso fue denominado por I. Wallerstestein como la primera economa- mundo y es el

    contexto histrico- econmico en el que se sita nuestra investigacin4.

    A principios del siglo XVI Sevilla era, junto a Lisboa, el principal centro

    esclavista de la Europa de la poca, llegando a tener una poblacin esclava de unas

    dimensiones verdaderamente importantes5

    . Debido a esta salida al mar desde el

    Guadalquivir, el comercio de la ciudad floreci de una forma extraordinaria durante este

    perodo; sobre todo el comercio exterior, la mayor parte por va martima6. Hay que

    tener en cuenta que el Guadalquivir nunca fue un ro navegable ideal, pero la

    navegacin se adapt a sus posibilidades creando los tipos de embarcaciones y de

    puertos suficientes para cumplir con su fin comercial. Respecto a las instalaciones

    portuarias de Sevilla, debemos sealar que el puerto de las Muelas era el principal y el

    punto final de las naves en ella fletadas.

    En relacin a las naves que se utilizaban en el comercio martimo, podemos

    decir que la ms usada fue la nao, aunque en la documentacin estudiada encontramos

    contratos que usan naos y navos, indistintamente. No obstante, para el comercio

    exterior, como es el caso de los esclavos, se usaba la nao7 preferiblemente debido a su

    mayor capacidad. stas se fabricaban de varios tamaos pero, por regla general, era de

    un tonelaje elevado. Mayoritariamente, la propiedad de las naves estaba dividida entre

    varias personas, oscilando entre dos y cinco, siendo sus maestres los que solan tener la

    mayor parte de las naves. Pero, adems de maestres y mercaderes del comercio

    trasatlntico, encontramos entre los propietarios de los navos a mercaderes andaluces,

    traperos y vecinos de la ciudad8. De este modo, Sevilla era el mercado de compraventa

    de naves ms importante del sur de Espaa. Esto se debe a la expansin del comercio

    exterior que aument enormemente su demanda en el reinado de Carlos V.

    No obstante, el apogeo de este mercado sevillano llegara a lo largo del siglo

    XVI, perodo en la que la ciudad se convirti en el principal polo de atraccin europeo

    de todas las actividades mercantiles, y en concreto, del trfico de esclavos, en el que los

    comerciantes de la ciudad mostraron una gran actividad9. El centro de contratacin ms

    3

    Jos Martnez Gijn, La prctica del fletamento de mercancas con las Indias (siglo XVI), Historia.

    Instituciones. Documentos, 10 (1983), p. 129 4 R.M. Prez Garca y F.M. Fernndez Chaves, La esclavitud en la Sevilla del Quinientos, pp. 123-

    133 5 R.M. Prez Garca y F.M. Fernndez Chaves, La esclavitud en la Sevilla del Quinientos, pp. 123-

    133 6 Enrique Otte, Sevilla y sus mercaderes a fines de la Edad Media, Sevilla, Secretariado de Publicaciones

    de la Universidad de Sevilla, 1996, p. 103 7 AHPS, protocolos, oficio V, n 3277:, ff. 244r-205r

    8 AHPS., protocolos, oficio V, n 3281:, ff. 532rv

    9 Lutgardo Garca- Fuentes, La introduccin de esclavos en Indias desde Sevilla en el siglo XVI,

    Andaluca y Amrica en el siglo XVI, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1983, Vol.1, p.

    250

  • M del Carmen VILA OLIVA

    684

    importante era la lonja de mercaderes sevillanos ya que en sus gradas se realizaban estas

    operaciones de compraventas diariamente.

    A colacin del trfico mercantil trasatlntico de esclavos desde Sevilla, debemos

    ser conscientes de que el papel comercial de Sevilla con Amrica se consolida en

    relacin con el esplendor econmico de la ciudad aunque la importacin de esclavos en

    Amrica se iniciara desde fechas muy tempranas. Algunos especialistas fechan el inicio

    de este comercio en 1513, realizndose con la misma libertad que el de cualquier otra

    mercanca10

    . A partir de esta fecha, la Corona quiso controlar lo que intua como buena

    fuente de ingresos y aplic para ello el sistema llamado de licencias, previo pago de una

    tasa que en estos momentos iniciales se fij en dos ducados por cabeza en concepto de

    averas. Otro fenmeno observado es el aumento ininterrumpido de la tasa fiscal que se

    aplic a cada esclavo exportado a Amrica. Este paso de los dos ducados de 1513 a los

    30 de 1561 podemos documentarlos a travs de los contratos de fletamento estudiados

    para esta comunicacin y conservados en el AHPS, en los que observamos, en todos

    los casos, este aumento progresivo del arancel.

    Esta escalonada subida del precio de las licencias, a lo largo del siglo XVI, tuvo

    como consecuencia la aglomeracin del comercio esclavista en un nmero exclusivo de

    casas comerciales que posean, por s mismas, las suficientes reservas para vender a

    crdito11

    . Mayoritariamente, los autores pensaban que estas licencias se repartieron

    entre los grandes grupos extranjeros: alemanes, franceses y genoveses. No obstante,

    Enrique Vila Vilar demostr que, por el contrario, fueron los portugueses los que

    ejercieron el control sobre stas por ser los seores del mercado africano12

    . As pues,

    desde que la trata negrera empez a tener mayor importancia por la gran demanda de

    esclavos que se haba abierto en Indias en el siglo XVI, stos se convirtieron en la

    principal mercanca en la que se basaba el comercio portugus con Amrica13

    , siendo el

    ms rentable y, por tanto, de mayor inters para los comerciantes portugueses.

    Adems, en estas fechas el fenmeno de la esclavitud ya estaba muy extendido.

    Segn Franco Silva: Se encontraba muy difundida socialmentetodos los grupos

    sociales posean esclavos14

    . Si hablamos de la esclavitud africana, podemos destacar

    dos factores muy importantes del comercio en Sevilla: el nmero de esclavos habituales

    en la ciudad y la importancia de su mercado. El cronista Luis de Peraza lo define en

    1535: hay infinita multitud de negros y negras de todas las partes de Etiopa y

    Guineade los quales nos servimos en Sevilla, y son trados por la va de Portugal15

    .

    Los autores proponen considerar a Portugal y a Andaluca occidental, durante el S.XVI,

    como el tercero de una sucesin de espacios afectados, de ms a menos, por el

    desarrollo de las economas esclavistas del azcar en las islas del Atlntico16

    . El

    10

    R. M. Prez Garca y F. M. Fernndez Chaves, La esclavitud en la Sevilla del Quinientos, pp. 123-

    133 11

    Enriqueta Vila Vilar, Hispanoamrica y el comercio de esclavos, Sevilla, Escuela de Estudios

    Hispanoamericanos, 1977, p. 23 12

    E. Vila Vilar, Hispanoamrica y el comercio, p. 23 13

    E. Vila Vilar, Hispanoamrica y el comercio, p. 24 14

    R. M. Prez Garca y F. M. Fernndez Chaves, La esclavitud en la Sevilla del Quinientos, pp. 123-

    133 15

    Luis Peraza, Historia de Sevilla, Sevilla, Asociacin de Amigos del Libro Antiguo, 1996, p.71 16

    Rafael Mauricio Prez Garca y Francisco Manuel Fernndez Chaves, Sevilla y la trata negrera

    atlntica: envos de esclavos desde Cabo Verde a la Amrica Espaola, 1569- 1579, Estudios de Historia

    moderna en homenaje al profesor Antonio Garca- Baquero, Sevilla, Secretariado de Publicaciones de la

    Universidad de Sevilla, 2009, p. 600

  • EL COMERCIO DE ESCLAVOS Y LOS CONTRATOS DE FLETAMENTO

    III Encuentro de Jvenes Investigadores en Historia Moderna

    Universidad de Valladolid - Fundacin Espaola de Historia Moderna. 2015

    685

    primero estara constituido por Santo Tom y las islas de Cabo Verde que funcionaban

    como factoras de abastecimiento en la trata negrera, siendo Santiago el puerto de

    mayor concentracin de esta clase de comercio tomando un incremento notable en la

    etapa portuguesa.

    Por otro lado, se sealan hasta tres tipos de mercados esclavistas estantes en

    Sevilla en el siglo XVI, aunque queda claro que el mercado de esclavos de Sevilla

    funcionaba ms como un enorme consumidor que como un centro redistribuidor. El

    mercado que nos es de inters para este estudio es el dedicado al envo de esclavos

    negros a Amrica desde el puerto de Sevilla, que parece haber tenido poca relacin con

    el anterior al estar controlado por distintos comerciantes. La oligarqua mercantil juega

    un papel directo en el trfico negrero hacia la Amrica Espaola, siendo la responsable

    del negocio del envo de miles de esclavos negros en barcos que, partiendo de Sevilla,

    recalan en Cabo Verde para cargar la mercanca humana y trasladarla a las Indias. La

    mayor parte de los contratos de fletamento de ida de este perodo siguen esta trayectoria

    espacial: los barcos parten desde Sevilla hacia los puertos de San Juan de Ula, en

    Nueva Espaa, Cuba o Santo Domingo, haciendo escala en el puerto de Santiago en

    Cabo Verde, lugar donde cargan a los esclavos17

    .

    Es importante subrayar que la historia de las relaciones y conflictos entre

    mercaderes del tringulo comercial entre Sevilla- Cabo Verde- Amrica estn an por

    hacer18

    . Tres cuestiones son claves: exista una comunicacin martima muy fluida entre

    ambas, el sistema negrero precisaba de una estructura financiera que le diera soporte y

    el problema de los impagos estaba a la orden del da. Para concluir con este apartado,

    solo podemos aadir que, a finales del siglo XVI, la Corona monopolizaba el trfico de

    esclavos concedindoselo en exclusividad a ciertas empresas. Por tanto, el sistema

    cambia de las licencias a los asientos, que estaban monopolizados por los comerciantes

    portugueses asentados en Sevilla19

    .

    Por ltimo, es importante destacar que la unin de las dos coronas proporcion

    una gran ventaja a los portugueses para penetrar en el comercio con las Indias y

    monopolizar el sistema de asientos20

    . Tambin se les permiti viajar y comerciar con

    cierta inmunidad a travs del Imperio espaol y su posicin en l era bastante fuerte a

    pesar de ser considerados legalmente como extranjeros y no recibir privilegios

    especiales21

    .

    2.2. Su trayectoria histrica y jurdica: los contratos de fletamento y su estructura

    documental en la ciudad de Sevilla

    Si queremos realizar un anlisis de la trayectoria histrica y jurdica del contrato de

    fletamento tenemos que partir de la base de que pocos son los estudios de esta figura

    jurdica, encontrndonos con un gran vaco bibliogrfico. Las nicas aportaciones son

    las que aborda Jos Martnez Gijn y Juan Jos Iglesias.

    Respecto a los contratos de fletamento, desde el punto de vista jurdico, debemos

    decir, en primer lugar, que consiste bsicamente en un contrato de transporte naval de

    17

    AHPS, protocolos, oficio XV, n 9126:, ff. 482r-483r 18

    R. M. Prez Garca y F. M. Fernndez Chaves, Las redes de la trata negrera, p. 31 19

    Enriqueta Vila Vilar, Los asientos portugueses y el contrabando de negros, Anuario de Estudios

    Americanos, 30 (1973), p. 2 20

    E. Vila Vilar, Los asientos portugueses, p. 2 21

    E. Vila Vilar, Los asientos portugueses, p. 3

  • M del Carmen VILA OLIVA

    686

    mercancas, formalizado ante notario a fin de obtener la fe pblica, y concertado entre el

    cargador y el dueo o el maestre de la nave. En el mismo se fijan las obligaciones

    mutuas, el flete o el precio del transporte y las condiciones particulares a las que se

    sujetan las partes. Su valor documental nos permite conocer diferentes aspectos,

    histricos y jurdicos, todos ellos relacionados: la personalidad de los mercaderes,

    sistemas de transporte, tipo de mercancas, destinos y rutas comerciales22

    .

    Centrndonos en los estudios ya existentes durante los siglos XV y XVI, y

    especialmente en el estudio de Jos Martnez Gijn, podemos decir que los

    correspondientes a la segunda mitad del siglo XV sirvieron como modelo documental y

    contractual al comercio americano durante sus primeros aos de inicio23

    . Pero, a su vez,

    los fletamentos sevillanos de la misma poca no revisten frmulas netamente originales,

    sino que adoptan modelos previos que beben de las prcticas habituales del comercio

    medieval y del Derecho romano24

    . El nacimiento de este tipo de escritura en la Edad

    Media parece hallarse estrechamente vinculado a la evolucin histrica de la

    organizacin econmica y jurdica de la empresa de armamento o navegacin.

    En Espaa se halla perfectamente documentado y desarrollado durante la

    segunda mitad del siglo XIII. De hecho, en el ttulo XVIII de la Tercera Partida hay un

    modelo de este tipo de contrato. El establecimiento en Castilla fue tardo, y no tuvo un

    carcter general para todo el reino25

    . Pero en Sevilla, en los siglos XIII y XIV,

    solamente la ciudad goz de una jurisdiccin martima, de carcter especial. Esta

    jurisdiccin interna es importarte porque sera la competente para resolver los conflictos

    martimos que se plantearan en Castilla sobre esta problemtica entre extranjeros y

    naturales26

    .

    La comparacin entre las cartas de fletamento estudiadas por Martnez Gijn y

    las del perodo anterior arroja como resultado una notable similitud aunque los

    fletamentos castellanos de la segunda mitad del siglo XV no ofrecen un eficaz modelo

    documental y contractual al comercio americano del siglo XVI27

    . A su vez, los

    fletamentos sevillanos adoptan modelos previos siguiendo el esquema de los antiguos

    contratos de noliejament catalanes. De este modo, las experiencias levantinas y

    castellanas serviran de base a la prctica de esta tipologa documental en el mbito

    mercantil sevillano de fines del siglo XV y comienzos del siglo XVI, y sta, a su vez,

    proporcionara el modelo necesario para el comercio de Indias a lo largo del siglo28

    .

    El caso sevillano se define por el caso contrario, es decir, por la total ausencia

    del control institucional. Observamos algunos cambios significativos en estos modelos

    contractuales mercantiles entre la Pennsula y Amrica. Por ejemplo, a finales de siglo,

    se generaliza la consignacin de la mercanca a terceras personas, es decir, a los

    factores, a diferencia del siglo anterior en el que el mercader embarcaba junto con la

    mercanca ocupndose l mismo de su comercializacin. Este hecho evidencia la

    22

    Juan Jos Iglesias, Notas sobre los fletamentos sevillanos (siglos XV- XVI), Tra Siviglia e Genova:

    Notaio, Documento e Commercio NellEt colombiana, Miln, Giuffr, 1994, p. 438 23

    Jos Martnez Gijn, Historia del derecho mercantil. Estudios, Sevilla, Secretariado de Publicaciones

    de la Universidad de Sevilla, 1999, p. 120 24

    J. Martnez Gijn, Historia del derecho, p. 120 25

    Jos Martnez Gijn, La prctica del comercio por intermediario en el trfico con las Indias durante el

    siglo XVI, Anuario de Historia del Derecho Espaol, 40 (1970), p. 28 26

    J. Martnez Gijn, La prctica del comercio por intermediario, p. 28 27

    J. J. Iglesias, Notas sobre los fletamentos sevillanos, p. 439 28

    J. J. Iglesias, Notas sobre los fletamentos sevillanos, p. 451

  • EL COMERCIO DE ESCLAVOS Y LOS CONTRATOS DE FLETAMENTO

    III Encuentro de Jvenes Investigadores en Historia Moderna

    Universidad de Valladolid - Fundacin Espaola de Historia Moderna. 2015

    687

    evolucin de las formas comerciales que puede explicarse por la lejana de los mercados

    americanos y la difcil y tarda comunicacin entre ambas partes del Atlntico.

    En este sentido, cabe decir que estos contratos se definen por la ausencia del

    control institucional y se oper dentro de una libertad de mercado condicionada por la

    costumbre diferencindose de la tendencia intervencionista del caso de Burgos, que

    desde muy temprano, tienen una normativa especfica. No obstante, a partir de

    mediados del siglo XVI, no empiezan a ser regulados dentro de un marco y organismos

    institucionales aunque se crea la Universidad de Cargadores a Indias y la Real Provisin

    de 154329

    . De esta forma, es sorprendente la ausencia de disposiciones sobre la figura

    del fletamento en las Ordenanzas del Consulado sevillano30

    .

    3. La Hacienda Castellana del Imperio

    3.1. El gravamen del impuesto de las averas

    A partir de la llegada de las primeras remesas de oro a Sevilla desde Amrica, la

    economa castellana empieza a debilitarse ya que la Hacienda de un solo reino deba de

    hacer inmensos sacrificios. Estas razones hacen que la evasin de los tesoros que Carlos

    V destina a los pagos de otras contiendas, en su mayora blicas, prive a la economa

    castellana del propio progreso fiscal interno del reino31

    .

    La Hacienda de Carlos V puede definirse como un complejo aparato

    institucional que tuvo que ir solucionando, de forma arbitraria, los muchos baches

    econmicos en los que le situaba. Por tanto, nos encontramos ante una Hacienda dbil

    que debe buscar otros tipos de vas de financiacin con los que sustentar los gastos del

    Imperio. Por este motivo, las colonias americanas fueron utilizadas como un

    instrumento de financiacin para acrecentar las arcas de tan costoso Imperio, as como

    el comercio trasatlntico, en general, y el comercio de esclavos, en particular, que

    servan como medios de financiacin para la causa, entre otras muchas actividades

    mercantiles. A esto hay que aadir que la hacienda castellana de la primera mitad del

    siglo XVI fue la de un estado beligerante casi sin interrupcin, con el aadido de que

    fue en varios frentes y con diferentes rivales32

    , lo que an aumentaba ms el costo de su

    mantenimiento.

    En relacin al derecho martimo moderno, dentro de la investigacin del

    Derecho indiano, podemos decir que ha sido una de las reas menos estudiadas por los

    investigadores de este campo a pesar de su importancia y de la necesidad de su anlisis

    para comprender la economa mercantil de la poca. No obstante, encontramos algunos

    trabajos interesantes sobre esta temtica, hecho que no ocurre de igual forma con el

    impuesto de la avera. Resumidamente, en primer lugar, podemos nombrar la obra de H.

    Haring33

    en la que defiende el trmino avera como el dao que era aplicado al deterioro

    sufrido en la navegacin sobre las mercancas. La califica como un derecho sobre

    exportaciones e importaciones que sufragaban los gastos que ocasionaban las flotas de

    29

    AGI. Indif. Gral, 423, L.20, ff. 606v- 615r (Real Provisin dando Ordenanzas al Consejo de Indias para

    el buen gobierno de las Indias, 20- 11- 1542) 30

    AGI. Indif. Gral, 418, 1.1, ff. 84v- 88v (Ordenanzas de la Casa de la Contratacin, 20- 01- 1503) 31

    Ramn Carande, Carlos V y sus banqueros, Barcelona, Crtica, 2000, p. 7 32

    R. Carande, Carlos V y sus, p. 95 33

    Clarence Henry Haring, Comercio y navegacin entre Espaa y las Indias en la poca de los

    Habsburgos, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1979

  • M del Carmen VILA OLIVA

    688

    proteccin para las naves de la flota de Indias. Por su parte, Albert Girard34

    la define

    como una especie de impuesto privado.

    Por ltimo, Ramn Carande35

    se opuso a estas opiniones en su obra cumbre

    calificndola como un ingreso especfico de los consulados y no como un impuesto

    como haban hecho los autores anteriores.

    Centrndonos en las obras especficas, es menester indicar la monografa de

    Cspedes del Castillo36

    ya que es considerada la obra cumbre sobre esta temtica por el

    rigor cientfico y la abundante documentacin que la respalda.

    Del resultado de toda esta bibliografa podemos concluir que desconocemos muchos de

    los aspectos jurdicos del impuesto de la avera porque la mayora de estos autores no

    hacen ninguna aportacin novedosa. Por tanto, es necesaria una obra que realizara un

    estudio en profundidad sobre la evolucin histrico-jurdica de la avera en Indias.

    Por otro lado, la etimologa de la palabra avera ha sido discutida ya desde el

    siglo XVII por distintos autores. Si bien la mayora de ellos se decantan por afirmar que

    su origen es rabe hay otro sector que cree que el trmino podra tener races latinas.

    La terminologa rabe pas despus y de forma directa al cataln y al italiano

    debido a los contactos comerciales continuos entre la Corona de Aragn y el norte de

    frica37

    . De este modo, el trmino se propag posteriormente a las dems lenguas

    romances, entre ellas al castellano38

    y, aunque no conocemos el origen del impuesto de

    la avera, podemos afirmar que la utilizacin del trmino se generaliz en Castilla a

    partir de 1494, ao en que se publicaron las primeras Ordenanzas del Consulado de

    Burgos as como los primeros aos de presencia espaola en Amrica.

    Respecto a la documentacin estudiada para este artculo podemos encontrar la

    palabra avera escrita de formas diferentes: avera39

    o habera, indistintamente, aunque

    predomina la primera de ellas. Respecto a la vigencia de su uso podemos estar seguros

    de que el concepto de avera ya haba sido regulado en Las Siete Partidas y que el

    vocablo no volvera a aparecer hasta finales del siglo XV, generalizndose su uso desde

    entonces40

    .

    Por otro lado, el comercio indiano era diferente a las transacciones mercantiles

    conocidas por Europa hasta ese momento: implicaba mayor coste, largas distancias,

    diferentes mercancas y mayor riesgo, que implican la combinacin de tres figuras

    jurdicas en estas transacciones: el seguro martimo, la avera y el contrato de

    fletamento; con el riesgo como elemento comn entre ellas. De esta forma, cada una de

    estas figuras jurdicas da cobertura a unos riesgos distintos dentro de la navegacin

    transocenica. Debido al factor del riesgo, que es mayor en el comercio martimo-

    mercantil con Indias, existen dos grandes grupos de averas: el de las averas

    recaudatorias con fines preventivos y el de las averas- gastos restitutorias de daos41

    .

    34

    Albert Girard, El comercio francs en Sevilla y Cdiz en tiempos de los Habsburgos: contribucin al

    estudio del comercio extranjero en la Espaa de los siglos XVI al XVIII, Sevilla, Centro de estudios

    andaluces, 2003 35

    R. Carande, Carlos V y sus banqueros, p. 123 36

    Guillermo Cspedes del Castillo, La avera en el comercio de Indias, Sevilla, Escuela de Estudios

    Hispanoamericanos, 1945 37

    Miguel Luque Talavn, La avera en el trfico martimo- mercantil indiano: notas para su estudio

    (siglos XVI- XVIII), Revista Complutense de Historia de Amrica, 24 (1998), p. 125 38

    M. Luque Talavn, La avera en el trfico martimo- mercantil indiano , p. 125 39

    AHPS, protocolos, oficio XV, n 9160:, ff. 510v-511v 40

    M. Luque Talavn, La avera en el trfico martimo- mercantil indiano , p. 125 41

    M. Luque Talavn, La avera en el trfico martimo- mercantil indiano, p. 138

  • EL COMERCIO DE ESCLAVOS Y LOS CONTRATOS DE FLETAMENTO

    III Encuentro de Jvenes Investigadores en Historia Moderna

    Universidad de Valladolid - Fundacin Espaola de Historia Moderna. 2015

    689

    No obstante ambas se crearon con la misma finalidad, es decir, la recaudacin de dinero

    para prevenir riesgos y restituir los daos ocasionados por un siniestro.

    La primera de ellas se trataba del pago de contribuciones monetarias hechas por

    los comerciantes de los consulados para el mantenimiento de stos. Esta cantidad

    monetaria se obtena de un tanto por ciento sobre el valor de todas las mercancas que

    un comerciante introdujera. De esta forma, podemos observar en la documentacin que,

    para el comercio de esclavos negros en el reinado de Carlos V, el pago establecido por

    las ordenanzas es entre uno y dos ducados de averas por cada pieza de esclavo para este

    perodo cronolgico.

    Por otra parte, las llamadas averas- gastos restitutorias de daos son tambin

    llamadas averas ordinarias. Estos pagos, como son los de arribar en un puerto por causa

    forzosa o de descargar las mercancas en otros puertos que no son los estipulados en el

    contrato, eran pagados por los propios capitanes o maestres de las naves y nunca de su

    propio dinero. El incumplimiento de estas medidas estaba castigado por fuertes multas

    monetarias cuyo monto tambin est estipulado en el contrato.

    3.2. Fiscalidad y gasto pblico: la desviacin del dinero

    Es por todos bien sabido que la poltica imperial de Carlos V se vio sometida a una

    presencia creciente de desequilibrio presupuestario provocado, mayoritariamente, por

    los gastos exteriores del reino. Aquella poltica provocaba la ruina de la hacienda

    castellana debilitando la riqueza del reino42

    .

    Este elemento radica en que Carlos V fue un prncipe viajero, con unos dominios

    muy distantes en superficie y, por tanto, sus ambiciones y necesidades son tambin

    mayores. Por otro lado, era un hombre de accin que crea que los problemas deba

    resolverlos in situ, a lo que hay que aadir su espritu guerrero. Pero, la singularidad

    ms acusada de la hacienda de Carlos V es el impulso de su poltica imperial mediante

    los tesoros recibidos de las Indias, que crecen a medida que el reinado avanza43

    . Gracias

    a stos se pudo financiar aqulla poltica del Imperio. No obstante, uno de los mayores

    enemigos de la actividad econmica era la presin fiscal, un factor predominante en la

    lista de las causas de la depresin econmica castellana44

    . Aunque, de la misma forma

    que crecan los gastos de la Corona, tambin lo hacan los ingresos debido a la

    explotacin de los diferentes recursos obtenidos de las colonias americanas llegando

    incluso a triplicarse.

    Por otro lado, el Emperador tuvo que recurrir a impuestos extraordinarios sobre

    sus territorios espaoles. Pero la Corona castellana no solo beba de estas ganancias sino

    tambin de impuestos indirectos como la alcabala, las tercias reales de los diezmos, etc.

    En este tipo de impuestos se contextualiza el gravamen de la avera. En cualquier caso,

    todo este gran esfuerzo tributario apenas poda sufragar la deuda que el Emperador

    haba contrado con los banqueros extranjeros. Las Indias era la fuente de ingresos ms

    impresionante que posea la Corona castellana, sin embargo, no era espectacular en

    comparacin con lo que se obtena de otras fuentes45

    .

    42

    R. Carande, Carlos V y sus, p. 148 43

    R. Carande, Carlos V y sus, p. 154 44

    John Lynch, Monarqua e Imperio: el reinado de Carlos V, Madrid, Marcial Pons, 2007, vol. 11., p.

    381 45

    J. Lynch, Monarqua e Imperio, p. 386

  • M del Carmen VILA OLIVA

    690

    Ciertamente, en estos aos, la posicin financiera de la corona se deterioraba sin

    posibilidad alguna de arreglo. El incremento de la produccin americana de plata a

    partir de 1580 dio un respiro a la hacienda castellana dndole un nuevo impulso. La

    plata americana contribuy a las diferentes contiendas que el Imperio tena en el

    exterior aunque, a pesar del gran flujo de metales preciosos, no era capital suficiente

    para hacer frente a tan enorme gasto. En consecuencia, el Estado tuvo que recurrir a

    nuevos emprstitos que no hicieron ms que agravar las deudas que desembocaron en

    las constantes bancarrotas de la corona castellana. A pesar de la prosperidad econmica

    que las Indias proporcionaba, Carlos V no supo reconducir el dinero en el interior del

    reino y ste se fugaba en las diferentes guerras en el exterior; de tal forma que ste fue

    el fisco que hered su hijo, Felipe II, con todas las consecuencias que ello conllevaba.

    4. Conclusiones En este captulo de conclusiones hemos diferenciado entre conclusiones histricas del

    comercio de esclavos y conclusiones fiscales sobre el impuesto de la avera.

    Respecto al comercio de esclavos, podemos llegar a las siguientes conclusiones. En

    primer lugar, podemos afirmar que el trfico de esclavos con Amrica fue un negocio

    muy lucrativo para la Corona castellana, desde principios del siglo XVI, consolidndose

    durante el reinado de Carlos V a travs de una serie de licencias que el Emperador

    conceda a un grupo exclusivo de mercaderes para transportar en sus barcos un cierto

    nmero de esclavos.

    En segundo lugar, Sevilla era el segundo centro esclavista de Europa en el siglo

    XVI, despus de Lisboa, y desde el ro Guadalquivir zarpaban la mayora los barcos que

    arribaban en Amrica. Esto responde a la enorme expansin del comercio exterior que

    estaba aumentando enormemente en este primer tercio del siglo debido a la gran

    demanda de esclavos negros en Amrica.

    En tercer lugar, en relacin al comercio de esclavos entre Sevilla- Cabo Verde-

    Amrica, podemos concluir dos cuestiones: que haba un trfico martimo muy fluido

    entre los tres destinos y que el sistema de licencias necesitaba de esa estructura

    financiera que le daba la Corona castellana y los comerciantes.

    Tras el estudio de la hacienda castellana y la presin fiscal que la Corona

    gravaba sobre el comercio con Amrica, podemos concluir varios interrogantes que la

    bibliografa actual no ha podido resolver.

    En primer lugar, tenemos que decir que aunque existen varios estudios sobre la

    avera ninguno ha logrado solventar las dudas que se plantean en torno a ella. Esto

    puede ser por la escasa utilizacin de sus fuentes documentales a la hora de abordar su

    estudio ya que, en la mayora de las investigaciones existentes, se aborda desde un

    prisma bibliogrfico. Por tanto, es necesario consultar la documentacin original para el

    estudio de la figura jurdica, como es el caso de esta comunicacin.

    En segundo lugar, si queremos analizar la figura de la avera como una figura

    jurdica, podemos concluir que no es hasta el siglo XV cuando se inici la regulacin a

    gran escala de esta figura. Pero cabe preguntarnos, por qu sucedi en el siglo XV si

    lleva presente en Castilla desde la Edad Media? Creo que la explicacin puede radicar

    en que no es hasta este perodo cuando el comercio empieza a ser verdaderamente

    rentable debido al recin descubierto continente americano y las arcas del Imperio

    espaol empiezan a embolsar verdaderos tesoros. Por este motivo, no es hasta este

  • EL COMERCIO DE ESCLAVOS Y LOS CONTRATOS DE FLETAMENTO

    III Encuentro de Jvenes Investigadores en Historia Moderna

    Universidad de Valladolid - Fundacin Espaola de Historia Moderna. 2015

    691

    momento cuando los distintos consulados empiezan a dictar sus ordenanzas con especial

    atencin a su reglamentacin.

    En tercer lugar, debemos decir que el comercio mercantil indiano se sustentaba

    en tres figuras jurdicas: el seguro martimo, la avera y el contrato de fletamento;

    siendo el riesgo el nexo de unin entre ellas. As, cada una de ellas daba cobertura a

    unos riesgos distintos que seguan siendo muy numerosos y probables.

    Como conclusin final, englobando todo lo dicho con anterioridad, podemos definir la

    avera como una figura jurdica propia del Derecho martimo- mercantil, que ya se

    usaba con anterioridad con esta misma finalidad pero que no es hasta el siglo XV, con el

    descubrimiento del nuevo mundo y su incipiente y rico comercio, cuando toma

    importancia en dicho negocio y comienza a regularse a travs de las ordenanzas de los

    consulados de comerciantes de distintas ciudades castellanas. As que, durante los siglos

    modernos, la avera fue considerada como una contribucin que tena por finalidad

    evitar el riesgo de dao o bien establecer la cantidad que haba que pechar por los daos

    y perjuicios acontecidos a una nave, o bien a las mercaderas que sta transporta tras un

    siniestro.

  • III Encuentro de Jvenes Investigadores en Historia Moderna

    Universidad de Valladolid - Fundacin Espaola de Historia Moderna. 2015

    693

    Las redes comerciales del norte de Europa en el suministro

    de madera a Andaluca de 1581 a 1621

    The Role of North European Commercial Networks providing Timber to

    Andalusia, 1581-1621

    Germn JIMNEZ MONTES

    Rijksuniversiteit Groningen

    Resumen:

    La presente comunicacin constituye la primera aproximacin a una investigacin doctoral en

    la que se estudiarn las redes comerciales del norte de Europa que importaron madera al sur

    peninsular desde 1581 a 1621. Este trabajo parte de la hiptesis de que los recursos forestales

    ibricos no fueron suficientes para sostener la expansin de la industria naval espaola,

    derivada de la empresa colonial de la Monarqua Hispnica y de sus conflictos en el norte de

    Europa. Como consecuencia, fue necesaria la importacin de madera desde las regiones del

    Mar del Norte y del Mar Bltico. En definitiva, en este texto se pondrn las bases para el

    estudio del papel de la madera y los barcos del norte de Europa en la flota espaola y en el

    comercio entre Andaluca y los Pases Bajos, as como de los agentes nrdicos que

    protagonizaron este negocio en Sevilla.

    Palabras Clave: Redes comerciales, madera, industria naval, Andaluca, Pases Bajos

    Abstract:

    This presentation is the first outcome of a PhD research whose aim is to study the north

    European networks providing timber to Andalusia from 1581 to 1621. Its main hypothesis is

    that the Iberian resources could not sustain the increasing demand of sound timber for the

    Spanish naval expansion, given its colonial expansion and the wars in the north of Europe.

    Therefore, timber had to be imported from the Baltic Sea and North Sea. In short, this paper is

    a first approach, on the one hand, to the role of northern timber and ships in the Spanish fleet

    and in the trade between Andalusia and the Low Countries, and on the other, to the

    characteristic of the northern agents trading with timber in Seville.

    Keywords: Commercial networks, timber, naval industry, Andalusia, Low Countries

    1. Introduccin

    La siguiente comunicacin constituye el primer resultado de un proyecto de tesis

    doctoral en el que se estudiarn las redes comerciales del norte de Europa que

    importaron madera a Andaluca entre 1581 y 1621: quines fueron los agentes

    extranjeros que protagonizaron este suministro desde el norte de Europa al sur

    peninsular, cmo se organizaron y qu mecanismos y estrategias comerciales utilizaron.

    Debido al estado inicial de la investigacin, el objetivo de este texto es limitado:

    presentar un estado de la cuestin historiogrfica sobre el comercio de madera entre el

    norte y el sur de Europa durante esta poca, as como una serie de conclusiones

    preliminares y de preguntas originadas a partir del trabajo bibliogrfico y de una

    primera aproximacin a las fuentes de archivo. Estas hiptesis servirn de base para el

    estudio sistemtico de fuentes primarias que dar comienzo en los prximos meses.

    Este trabajo forma parte de ForSEAdiscovery Project: Marie Curie Actions Programme PITN-2013-

    GA607545

  • Germn JIMNEZ MONTES

    694

    La presente investigacin se enmarca dentro de un proyecto ms amplio,

    ForSEAdiscovery1, en el que, de manera multidisciplinar e innovadora, historiadores,

    arquelogos y dendrocronlogos de distintas instituciones acadmicas europeas

    pretendemos realizar una ambiciosa contribucin al actual conocimiento de la historia

    de la expansin de la Pennsula Ibrica durante la Edad Moderna. En ForSEAdiscovery

    entendemos que esta expansin martima de las potencias europeas propici la creacin

    de nuevas tensiones entre las regiones europeas y que, en este proceso, la madera se

    convirti en un recurso estratgico vital y la industria naval en uno de los principales

    motores de crecimiento econmico de Europa. En ese sentido, dos son nuestros

    objetivos fundamentales: por un lado, entender la evolucin de la industria naval ibrica

    tradiciones, tcnicas, lugares de construccin o el tipo, origen y edad de la madera; y

    por otro, comprender desde una historia social y econmica cmo se llev a cabo el

    suministro de este producto en la Pennsula, a travs del estudio de las redes mercantiles

    peninsulares y europeas que protagonizaron su transporte y comercio.

    2. Hiptesis y contexto histrico de la investigacin

    La hiptesis inicial y principal de este trabajo es que los recursos forestales ibricos no

    fueron suficientes para mantener la creciente demanda de madera como consecuencia de

    la expansin de la Monarqua Hispnica, que tiene su mxima expresin en el desarrollo

    de la Carrera de Indias y en los conflictos militares en los que los Habsburgo espaoles

    se vieron envueltos contra el resto de potencias de la fachada atlntica europea. Se

    asume, por tanto, que una parte an por determinar, aunque presumiblemente

    significativa, de los recursos forestales utilizados por la industria naval hispnica fue

    importada desde el Mar del Norte y Bltico por mercaderes que utilizaban los puertos

    de los Pases Bajos especialmente Amberes y msterdam- como centros de

    redistribucin.

    Esta importacin de madera nrdica a la Pennsula Ibrica pareci dar lugar a

    una interesante paradoja: en tanto que los mercaderes neerlandeses llegaron a controlar

    el comercio bltico es justo sospechar que el suministro de un recurso tan estratgico

    para la Monarqua Hispnica estuviera bajo la influencia del mercado de msterdam y,

    por ende, de sus enemigos neerlandeses. En definitiva, a pesar de la guerra econmica

    que emprendieron los Habsburgo espaoles contra las Provincias Unidas, en ltimo

    trmino los primeros dependieron de lo que aconteca en las provincias rebeldes de los

    Pases Bajos e, igualmente, los mercaderes de estos territorios del norte europeo

    alimentaron una industria, la naval, que tena como uno de sus objetivos acabar con el

    avance neerlands en el mar.

    Sin embargo, esta interesante contradiccin no puede hacernos perder de vista

    que, a finales del siglo XVI, los mercaderes hanseticos continuaban manteniendo su

    importancia en el comercio entre el norte de Europa y Andaluca y que, por otra parte,

    justo en este periodo es cuando da comienzo el auge de la comunidad mercantil

    flamenca en Sevilla, compuesta por comerciantes que decan provenir de las provincias

    leales del sur. Sera arriesgado y simplista, por tanto, presuponer de antemano que este

    comercio de madera estuviera dominado bien por los enemigos de la Monarqua

    Hispnica o bien por mercaderes fieles al rey Habsburgo. Es ms que probable, en

    definitiva, que agentes del norte europeo de distinta procedencia alemana, flamenca o

    1 Puede encontrarse ms informacin sobre el proyecto, las distintas investigaciones individuales de sus

    miembros y las instituciones que lo integran en www.forseadiscovery.eu

  • LAS REDES COMERCIALES DEL NORTE DE EUROPA

    III Encuentro de Jvenes Investigadores en Historia Moderna

    Universidad de Valladolid - Fundacin Espaola de Historia Moderna. 2015

    695

    neerlandesa- participaran en este negocio. Por ello, en este trabajo se hablar de redes

    transnacionales del norte de Europa, evitando por un lado referirnos en un principio a

    redes neerlandesas, flamencas o hanseticas, aunque por otro, tratando de identificar los

    elementos neerlandeses, flamencos o hanseticos que integraron estas estructuras

    socioeconmicas transnacionales.

    La pregunta principal de esta investigacin es, en resumen, la siguiente: cmo

    contribuyeron las redes comerciales del norte de Europa al suministro de madera en la

    expansin martima de la monarqua hispnica? Tres son los principales objetivos que

    se encierran detrs de esta pregunta: en primer lugar, analizar la importancia de la

    madera y de los barcos procedentes del Mar del Norte y del Bltico para la flota

    espaola y, en especial, en la flota que operaba desde la Baja Andaluca, incluyendo los

    barcos que participaban en la Carrera de Indias; en segundo trmino, comprender el

    papel que jug este recurso estratgico dentro de una mayor variedad de productos

    coloniales, agrcolas y textiles fundamentalmente- que se intercambian entre Andaluca

    y los Pases Bajos; y todo ello se har a travs del anlisis socioeconmico de los

    mercaderes que protagonizaron este comercio: quines eran y cmo se organizaron en

    un contexto local, como comunidad extranjera en Sevilla, y en un contexto atlntico,

    formando parte de las redes mercantiles transnacionales con base en el norte de Europa.

    El estudio recorre unos cuarenta aos aproximadamente, de 1581 a 1621, aunque

    la propia viabilidad del trabajo con fuentes primarias determinar en ltima instancia el

    foco en un periodo de tiempo ms concreto. Estas cuatro dcadas constituyen una fase

    central en la construccin de una economa europea cada vez ms conectada entre sus

    distintas regiones y con los otros continentes, coincidiendo con el surgimiento de los

    primeros imperios ultramarinos no ibricos como el neerlands- y con el consecuente

    incremento de la competencia en la fachada atlntica europea, toda vez que las rutas

    ocenicas que conectaron frica, Amrica, Asia y Europa quedaron consolidadas.

    Este periodo es, adems, crucial en la historia compartida entre los Pases Bajos

    y la Pennsula Ibrica. La fecha de inicio de 1581 responde al ao en el que tuvo lugar

    la firma del Acta de Abjuracin, que supone la declaracin unilateral de independencia

    de las provincias del norte con respecto a la Casa Habsburgo. Precisamente, la

    fundacin de las Provincias Unidas no slo signific el primer gran revs para el

    prestigio de la Monarqua Hispnica en Europa, sino que supuso la aparicin de una

    amenaza permanente para los intereses espaoles en Europa y fuera del continente2. En

    el ao 1621, por su parte, encontramos dos hechos trascendentales: el final de la Tregua

    de los Doce Aos y la fundacin de la West-Indische Compagnie, la Compaa

    Neerlandesa de las Indias Occidentales, dando inicio a un nuevo contexto militar y

    comercial, en el que msterdam aparece ya indiscutiblemente como principal centro

    econmico mundial3. Este trabajo se enmarca, por tanto, en un periodo de continuas

    2 El estudio de las relaciones entre la Monarqua Hispnica y las Repblica neerlandesa ha dado lugar a

    una fructuosa y heterognea produccin historiogrfica, a la que Manuel Herrero Snchez se aproxima de

    manera breve pero detallada en: Manuel Herrero Snchez, La cuestin de Flandes y la Monarqua

    Hispnica, en P. Sanz Camaes (ed.), La Monarqua Hispnica en tiempos del Quijote, Madrid, Slex,

    2005, pp. 501-528. Para comprender en mayor profundidad el estado actual de la cuestin, desde distintas

    perspectivas, es recomendable la lectura de los dos volmenes de Ana Crespo Solana y Manuel Herrero

    Snchez, Espaa y las 17 Provincias. Una revisin historiogrfica (siglos XVI-XVIII), Crdoba,

    Universidad de Crdoba, Fundacin Carlos de Amberes, 2002. 3 La obra de Jonathan I. Israel es imprescindible, en este sentido, porque pone en conexin el conflicto

    hispano-neerlands con el ascenso de msterdam como entrept mundial. Son muchas las publicaciones

    del autor ingls a este respecto, entre las que podemos destacar: Jonathan I. Israel, Dutch primacy in

  • Germn JIMNEZ MONTES

    696

    transformaciones surgidas a partir de las tensiones entre ambas potencias: el ascenso de

    los neerlandeses en el Atlntico, los embargos de Felipe II y III a barcos enemigos en

    aguas espaolas, o la firma de una tregua que se extendi de 1609 a 1621 son buen

    ejemplo de ello.

    Finalmente, una de las principales razones que explican este marco temporal es

    la escasa atencin historiogrfica que han recibido estas redes comerciales que

    conectaron Andaluca, el Mar del Norte y el Mar Bltico en los aos anteriores a la Paz

    de Westfalia en 16484, cuando se inicia otro contexto poltico y econmico distinto.

    Conocer los trminos y la trascendencia en los que se desarroll la importacin

    de madera nrdica al sur peninsular durante estos cuarenta aos, de 1581 a 1621, nos

    permitir sin duda entender mejor el funcionamiento de estas redes socioeconmicas

    que, a pesar de las crecientes tensiones, conectaron las distintas regiones europeas.

    3. Nociones preliminares sobre la flota andaluza

    Para comprender el aumento de la demanda y la consecuente necesidad de importar

    madera extra peninsular, hay que tener en cuenta sobre todo dos factores: el desarrollo

    de la Carrera de Indias y el surgimiento de potencias rivales en el Atlntico durante la

    segunda mitad del siglo XVI. Y es que en los cuarenta aos que aqu nos ocupan son

    prcticamente incontables los conflictos que protagonizaron los Habsburgo espaoles en

    el Canal de la Mancha y Mar del Norte con Inglaterra, Francia o las Provincias Unidas.

    La Gran Armada de 1588 se presenta, en ese sentido, como el paradigma de una poca

    dominada por los conflictos en el mar entre la Monarqua Hispnica y el resto de pases.

    Este contexto de creciente competencia explica la incipiente y cada vez mayor

    preocupacin de Felipe II y Felipe III y sus consejeros por aumentar en nmero y

    capacidad la flota espaola. Para ello, se crearon distintos programas que, en resumen,

    pretendan incentivar la inversin en la industria naval de emprendedores privados para

    que, a travs de una serie de concesiones, construyeran navos que pudieran adaptarse a

    una dobla funcin mercantil y militar5. Queda mucho todava para hablar de un

    proyecto centralizado de expansin naval-militar, pero lo cierto es que encontramos una

    progresiva preocupacin y un creciente intervencionismo del rey en los asuntos que

    concernan a la construccin de barcos, especialmente en la regin ms especializada de

    la Pennsula Ibrica en esta cuestin, la fachada cantbrica.

    Debido a su posicin de cabecera en la Carrera de Indias, Sevilla jug un papel

    primordial en la expansin hispnica. La ciudad del Guadalquivir, que fue elegida por

    su condicin de nico puerto fluvial de la Pennsula accesible para grandes navos, se

    convirti durante el siglo XVII en el gran centro de redistribucin del sur europeo, junto

    world trade, 1585-1740, Oxford, Clarendon, 1989; J. I. Israel, Conflict of empires Spain, the low

    countries and the struggle for world supremacy, 1585-1713, London, Hambledon Press, 1997. 4 Cabe mencionar en este punto la obra de Ana Crespo Solana, El comercio martimo entre Cdiz y

    Amsterdam, 1713-1778, Madrid, Banco de Espaa, 2001, o de Mercedes Gamero Rojas y Manuel F.

    Fernndez Chaves, Flamencos en la Sevilla del siglo XVIII: entre el Norte de Europa y Amrica en

    Fernando Navarro Antoln: Orbis Incognitus: Avisos y legajos del Nuevo Mundo. Homenaje al profesor

    Luis Navarro Garca, Huelva, Universidad de Huelva, 2008, vol. II, pp. 211-220. 5 Jos Luis Casado Soto, La construccin naval atlntica espaola del siglo XVI y la Armada de 1588 ,

    La Gran Armada. Simposio Hispano-Britnico Londres-Madrid 1988, Madrid, Instituto de Historia y

    Cultura Naval, 1989. pp. 51-86, p. 57.

  • LAS REDES COMERCIALES DEL NORTE DE EUROPA

    III Encuentro de Jvenes Investigadores en Historia Moderna

    Universidad de Valladolid - Fundacin Espaola de Historia Moderna. 2015

    697

    a Lisboa6. Sin embargo, ni la urbe hispalense ni el territorio bajoandaluz eran el

    principal centro naval de la Pennsula; por el contrario, la cantbrica se mantuvo hasta

    mediados del siglo XVII como la ms destacada regin productora de naos atlnticas,

    estuvieran destinadas al servicio del rey o no7. La importancia del barco cantbrico en

    los albores de la Edad Moderna es tal que, segn los clculos de Chaunu, de 1504 a

    1580 prcticamente el 90% de los galeones que participaron en la Carrera de Indias

    provenan de centros de construccin del norte peninsular8. Sin embargo, esta situacin

    cambiar a partir de la dcada de 1570, cuando comienza un proceso que

    tradicionalmente se ha entendido como la crisis de la industria naval vasca, concepto

    que actualmente se encuentra en revisin9. Ms all de esta interesante discusin

    historiogrfica, lo cierto es que progresivamente las naos cantbricas parecen perder

    protagonismo en la flota indiana y cada vez son ms los galeones procedentes de otras

    regiones de Europa10

    .

    La dcada de 1580 es, por tanto, un punto de inflexin en la composicin de la

    flota de Indias con la introduccin de barcos no cantbricos y, quizs, con una

    incipiente aparicin de naos construidas en astilleros andaluces, aunque es bastante

    aventurado afirmar esto ltimo. Podemos imaginar un panorama provisional e

    hipottico de esta flota para los aos de 1581 a 1621, en el que encontramos, an, un

    predominio claro de galeones construidos en el cantbrico pero cuyo porcentaje

    disminuye progresivamente en favor de los barcos procedentes de territorios

    extrapeninsulares, fuesen o no parte de la Monarqua Hispnica. Ejemplos de esta

    tendencia son las peticiones de los mercaderes de Sevilla de introducir naos del norte de

    Europa en la Carrera11

    . No debemos olvidar en este punto que, cuando hablamos de

    comerciantes sevillanos, tenemos que incluir a un grupo cada vez mayor de agentes

    extranjeros pertenecientes a redes de comercio transnacionales que, ejerciendo labores

    de lobby, consiguieron frecuentemente imponer sus intereses en las instituciones locales

    y de comercio de la ciudad hispalense. Finalmente, tenemos que incluir en este anlisis

    la presencia de una industria naval andaluza, cuya transcendencia en el siglo XVI y

    6 El papel de Sevilla como nexo econmico de Amrica y Europa ha dado lugar a un incalculable nmero

    de obras, entre las que podramos destacar tres extensos trabajos que son, adems, una base fundamental

    para todo aquel que quiera acercarse a la realidad econmica de la Sevilla del Quinientos: Eufemio

    Lorenzo Sanz, Comercio de Espaa con Amrica en la poca de Felipe II. Tomo I: Los Mercaderes y el

    trfico indiano, Valladolid, Diputacin Provincial de Valladolid, 1979; Enrique Otte, Sevilla, siglo XVI:

    materiales para su historia econmica, Sevilla, Centro de Estudios Andaluces, 2008; Pierre Chaunu,

    Sville et l'Atlantique (1504-1650), Paris, S.E.V.P.E.N., 1955-1959. 7 Michael Barkham, La construccin naval vasca en el siglo XVI : la nao de uso mltiple, Vasconia:

    Cuadernos de historia - geografa, 3 (1984), pp.101-126, p. 114. La principal razn de esta

    predominancia era, en palabras del autor, que en esta costa haba una abundante provisin de materias

    esenciales para la construccin naval, tales como la madera de roble y el hierro, junto con un alto nivel

    tcnico entre los carpinteros de ribera, y no faltaba tampoco la disponibilidad de capital. 8 M. Barkham, La construccin naval vasca en el siglo XVI...m p. 114, en referencia al octavo volumen

    P. Chaunu, Sville et..., pp. 257-259. 9 lvaro Aragn prefiere hablar de reconversin y transformacin del sector costero, en un artculo en el

    que, adems, recorre esta larga discusin historiogrfica sobre cmo afect la conocida como crisis del

    XVII a la economa costera vasca. lvaro Aragn Ruano, Transformaciones econmicas en el sector

    costero guipuzcoano central durante el siglo XVII, Manuscripts, 26 (2008), pp. 191-236. 10

    J. L. Casado Soto, La construccin naval atlntica espaola del siglo XVI..., p. 64 11

    Ibdem Cuenta Casado Soto que, bajo las presiones de los comerciantes sevillanos para que se

    permitiera incorporar al trfico indiano urcas flamencas y alemanas, palpitaba el hecho de que su precio

    vena a ser la mitad que el de una nao cantbrica del mismo porte.

  • Germn JIMNEZ MONTES

    698

    principios del XVII est an por determinar y que, si bien no parece que tuviera por

    aquel tiempo una gran relevancia en la construccin de galeones, s que tuvo un papel

    estratgico en su reparacin, esto es, en la carena.

    Quedan, por tanto, algunas cuestiones pendientes de ser estudiadas: Hasta qu

    punto dependa la industria naval andaluza, ya fuese de construccin o de carena, de la

    importacin de madera desde el Mar del Norte y el Mar Bltico? Podemos hablar en

    estos momentos de una industria naval andaluza dirigida a la expansin atlntica de la

    Monarqua Hispnica, ms all de una construccin artesanal? Hasta qu punto fue

    habitual la incorporacin de barcos del norte de Europa a la Carrera de Indias? En qu

    trminos se realizaba esta prctica? Podemos determinar, en este sentido, una

    estrategia clara tendente a incorporar naos de fabricacin noreuropea por parte de los

    mercaderes sevillanos, incluyendo a los agentes de las redes comerciales europeas?

    4. Comercio de madera entre Andaluca y los Pases Bajos

    Debemos entender que no hubo un comercio especfico de madera. Es decir, no

    encontraremos navos cuya carga fuera exclusivamente esa. De hecho, es de sobra

    sabido que, con el objetivo de minimizar riesgos, una de las ms bsicas estrategias

    comerciales de la poca era diversificar las cargas y los negocios. Sin embargo, debido

    a la propia naturaleza de esta materia prima gran tamao, importancia estratgica y

    procedencia lejana-, s que debemos asumir la existencia de un mercado especializado.

    Dicho de otro modo, slo unas pocas compaas y agentes podran haber hecho frente a

    una inversin tan considerable como el trfico de madera a travs del atlntico. Una de

    las tareas primordiales de esta investigacin ser, por tanto, identificar a estos

    mercaderes.

    De esta forma, al no hablar de un comercio especfico con sus propias

    dinmicas, debemos integrar la importacin de la madera nrdica en los mecanismos y

    rutas generales de intercambios atlnticos entre los Pases Bajos y Andaluca. Unas

    dinmicas comerciales que podemos resumir de la siguiente forma: mientras Sevilla se

    constituy como un nexo de unin entre el mercado europeo y el americano, Amberes y

    posteriormente msterdam, sirvieron de principales centros de redistribucin de los

    productos coloniales y peninsulares en el norte y centro de Europa; igualmente, los

    productos flamencos, neerlandeses, alemanes y blticos se redistribuan en su mayora a

    travs de los puertos de los Pases Bajos hasta Sevilla donde, en buena parte,

    terminaban siendo incorporados a la flota indiana. Los productos intercambiados ms

    destacados eran los agrcolas procedentes del hinterland sevillano, junto con especias y

    tintes indianos, en especial la cochinilla, que serva para la industria textil flamenca,

    cuya produccin tambin se importaba en grandes cantidades al sur peninsular12

    .

    Gracias a una de las pocas fuentes primarias que hemos conseguido analizar

    hasta el momento, tenemos conocimiento de peticiones especficas del mercader

    Stephan Jansen para que un apoderado suyo importase a Sevilla productos de madera

    relativos a la construccin naval, como tablazn, mstiles o bornes, junto con lo que las

    12

    Un buen resumen de estos intercambios los encontramos en E. Otte, Sevilla, siglo XVI... en el captulo 3

    El comercio exterior: infraestructuras y exportaciones y en el captulo 4 El comercio exterior:

    importaciones, as como en Werner Thomas y Eddy Stols, La integracin de Flandes en la Monarqua

    Hispnica, en Werner Thomas, Robert A. Verdonk, (eds.) Encuentros en Flandes: Relaciones e

    intercambios hispanoflamencos a inicios de la Edad Moderna, Lovaina, Leuven University Press, 2000,

    pp. 1-73, pp. 31-32.

  • LAS REDES COMERCIALES DEL NORTE DE EUROPA

    III Encuentro de Jvenes Investigadores en Historia Moderna

    Universidad de Valladolid - Fundacin Espaola de Historia Moderna. 2015

    699

    fuentes llaman tripitrapes, productos de bajo precio que servan para completar la carga.

    Esta madera deba proceder de Alemania, Flandes y Noruega y el negocio deba hacerse

    en qualesquier puertos e partes del Condado y Estado de Flandes13

    . Todo esto

    confirma el papel de centros de redistribucin que jugaron los puertos flamencos y

    neerlandeses en el comercio entre Andaluca y el norte de Europa.

    En este punto, sera tambin conveniente plantearnos una cuestin muy

    significativa que concierne a la importacin de este recurso forestal: su uso para otros

    fines que no tuvieran que ver con el mar; sobre todo, su utilizacin para fines

    urbansticos y artsticos en una ciudad en continua expansin y con una oligarqua

    mercantil que viva en estos momentos su cnit y no dudar en representar su creciente

    poder14

    . Igualmente, debemos incluir aqu el auge en Sevilla de los sectores artesanales

    relacionados con la industria naval, como el de toneleros, en donde adems destaca la

    presencia de trabajadores de origen flamenco15

    .

    En lo que respecta a las rutas martimas que conectaban estos mercados el

    americano, el sur peninsular, los Pases Bajos y el Bltico-, puede afirmarse que no

    sufrieron grandes variaciones en este periodo, a pesar de los conflictos militares y el

    corsarismo, cada vez ms frecuentes en las aguas atlnticas. Por un lado, el trayecto de

    Sevilla a Amrica responda a un calendario fijo de galeones con puertos y fechas

    nicas bien conocido por la historiografa. Por otro, de Flandes en direccin a Andaluca

    el viaje sola durar unas dos semanas y, para evitar la piratera, se tomaba con

    frecuencia la ruta que bordeaba el norte de Inglaterra. En algunos casos, incluso,

    llegaban hasta Hamburgo donde embarcaban en los navos hanseticos, reputados

    como neutrales y ms seguros, como explica Eddy Stols16

    . Igualmente, los

    comerciantes neerlandeses introdujeron un tipo de carabela que les permiti

    especializarse en un trfico que recorra en una misma ruta el norte peninsular y el

    Bltico, por lo que alcanzaron una gran flexibilidad a la hora de poner en contacto el

    mercado de msterdam con el de norte de la Pennsula y el del Bltico; un circuito

    triangular, conocido como Deurgaand vaart17

    .

    Aunque este esquema parece ms o menos estable, el estudio del trfico de

    madera nos puede ayudar a comprender un proceso clave en el comercio entre la

    Pennsula Ibrica y el norte europeo: la transicin del corazn econmico europeo desde

    las provincias del sur a las del norte de los Pases Bajos, mientras que todava

    permanecer la influencia de las redes de comercio hansaticas, reforzadas durante los

    primeros aos de las revuelta neerlandesa debido al xodo mercantil desde Amberes a

    las ciudades alemanas, paso previo al definitivo establecimiento de gran parte de estas

    13

    Archivo Histrico Provincial de Sevilla, Protocolos Notariales de Sevilla, leg. 9223P, ff. 524r-525v. No

    es ste el nico documento disponible en el archivo de protocolos de Sevilla sobre Stephan Jansen, un

    personaje que, segn Enrique Otte, fue central en el comercio de madera sevillano durante la dcada de

    1580. E. Otte, Sevilla, siglo XVI... pp.184-185. 14

    Los dendrocronlogos Eduardo Rodrguez Trobajo y Marta Domnguez Delms dan buena cuenta de

    ello en Swedish oak, planks and panels: dendroarchaeological investigations on the 16th century

    Evangelistas altarpiece at Seville Cathedral, Journal of Archaeological Science, 54 (2015), pp. 148-161. 15

    Carolina Abada Flores, La comunidad flamenca en Sevilla en el siglo XVI Archivo hispalense:

    Revista histrica, literaria y artstica, tomo 93, (2010), pp. 173-192, pp. 175-178. 16

    Eddy Stols, Experiencias y ganancias flamencas en la Monarqua de Felipe II, en Luis A. Ribot

    Garca y Ernesto Belenguer Cebri (coords.) Las sociedades ibricas y el mar a finales del siglo XVI,

    Lisboa, Sociedad Estatal Lisboa 98, 1998, pp. 147-169, p. 160. 17

    Jan de Vries y Ad van der Woude, The first modern economy : success, failure, and perseverance of the

    Dutch economy, 1500-1815, Cambridge University Press, Cambridge, 1997, p. 356.

  • Germn JIMNEZ MONTES

    700

    familias de comerciantes en msterdam; todo este proceso culminar en las primeras

    dcadas del siglo XVII18

    . Por ello, resulta imprescindible que preguntemos a las fu