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    Favaro, Orietta. Protesta social y representacin en las provincias argentinas:Neuqun en la ltima dcada. En publicacin: Movimientos sociales y conflictos en AmricaLatina. Jos Seoane. CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires,Argentina. Programa OSAL. 2003. 288 p. ISBN: 950-9231-92-4Disponible en la World Wide Web:http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/osal/seoane/favaro.rtf

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    Protesta social y representacin en las provincias argentinas:Neuqun en la ltima dcada

    Orietta Favaro

    En un contexto donde EE.UU. practica su condicin de imperio con el nuevo concepto deguerra preventiva, en el que el capitalismo frenado durante setenta aos comienza a devorar

    todo lo que se mueve a su alrededor intentando resolver su crisis mediante la destruccin delas democracias y las economas competidoras, en Amrica Latina soplan aires alentadores,porque se agrandan y multiplican las protestas y emergen viejos y nuevos actores enheterogneos movimientos sociales (Gabetta, 2003: 3).En Argentina, durante la dcada del noventa, las acciones de protestas llevadas a cabo por unavariedad de actores en el contexto de un modelo de valorizacin financiera reclaman la mayorintervencin del Estado como si ste fuera algo ajeno al modelo vigente. Los resultados de esapoltica son la desigualdad, la pobreza, la polarizacin social, la degradacin de la educacin yla salud. La instancia nacional, nuevamente, tiene la capacidad de regular el conflicto dentro delespacio institucional y restituir el orden (Barbetta, 2002: 149).La protesta social tiene orgenes diversos, pero el punto de partida es la desarticulacin delmundo del trabajo, situacin que trae aparejada, entre otras cuestiones, el retiro del Estado desu funcin de reasignacin de recursos y ejecutor de una poltica de bienestar y la

    descentralizacin de la salud y la educacin (Lobato, 2002: 164). Ahora bien, la mayora de lasprotestas no se localizan en las fbricas o en espacios pblicos, como las plazas de lasprincipales ciudades del litoral-pampa hmeda, sino que por una parte se concretan en la ruta,en la calle, frente a las instituciones de gobierno, porque se las considera como tradicional eilegtima expresin de la representacin poltica y de los sectores dirigentes que la sostienen.Por otra, cada vez ms se dan acciones en ciudades y localidades del interior del pas,emergiendo diferencias no slo entre los actores de la protesta sino tambin en las estrategiasutilizadas. Se pide por trabajo, por justicia, por salud, por educacin, por la propiedad. A veces,estos actores se cruzan con los sujetos de las tradicionales centrales sindicales.En las provincias argentinas la protesta social adquiere caractersticas y magnitud diferentes.En el caso de Neuqun, en el norte de la patagonia argentina, el nivel de conflictividad social setraduce en una serie de protestas de distinto tipo. Entre ellas es importante mencionar lasmanifestaciones callejeras de los desocupados, las marchas por los derechos humanos, los

    cortes de ruta por distintos actores, ocupados o desocupados, y la administracin obrera de lafbrica Zanon y de la compaa de transporte El Petrleo. Los reclamos son tanto por lassucesivas polticas de ajuste que ponen entre parntesis los derechos adquiridos como otrosderechos, que se negocian y disputan.Si bien las protestas en general estn direccionadas, como ya se dijo en otro lugar (Favaro,2002: 110-121), por Asociacin de Trabajadores del Estado/Central de los TrabajadoresArgentinos (ATE/CTA) y potenciadas por el rol del estado en la generacin del empleo pblico,esa conflictividad ahora parece reconocer otra configuracin, ms compleja, basada en elprotagonismo y la combatividad desarrollada por otros sectores agrupados en la nacienteCoordinadora Regional del Alto Valle, encabezada, entre otros actores sociales, por el sindicatoceramista. En este dinmico contexto se da un caso de administracin obrera de una fbricaque por la magnitud de la empresa, la presencia inquietante de su conduccin gremial al senodel sindicalismo regional, la solidaridad generada alrededor de otros conflictos locales o

    nacionales, la fuerza puesta en accin por los obreros en sus diversas estrategias elaboradaspara sostener el conflicto, la resistencia y apelacin durante dos aos a la justicia, revela por s

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    solo la significatividad para instalar en los medios acadmicos y cientficos el tema de laresistencia de los obreros de la cermica Zanon (Favaro y Aiziczon, 2003: 2-3).En la provincia circulan una serie de relatos que van forjando y fortaleciendo la imagen deNeuqun como un lugar cuya especificidad est marcada por la capacidad de lucha ymovilizacin de un sector importante de la sociedad, organizado en diferentes colectivossociales. Estos relatos encuentran su fundamento en el modo particular en que se vivi y

    resisti los duros aos de la dictadura, momento a partir del cual comienza a gestarse unadinmica muy especfica en la sociedad neuquina, y las alianzas estratgicas de los distintosactores en diferentes momentos se presentan como la base de su capacidad de movilizacin yreaccin (Mombello, 2000: 2). En ese sentido, la apelacin a la memoria de esta historia local,aunque fragmentaria, acta como matriz sobre la que se interpretan tanto los hechos como lasarticulaciones del presente. Del mismo modo las mltiples lecturas del pasado reciente puedenproducir el efecto tanto de legitimar como de deslegitimar las acciones de los distintoscolectivos sociales. A nivel local la memoria de la represin gravita fuertemente en lasnarrativas de los actores sociales ms importantes, representados por sindicatos y gremios, laIglesia catlica y los organismos de derechos humanos. Estos colectivos cuentan con unahistoria importante gestada en los aos de la ltima dictadura militar. Por aquel tiempodesarticulada toda forma de organizacin social, militantes gremiales y tambin poltico-partidarios se suman e integran con los organismos de derechos humanos, los que tienen un

    alto grado de protagonismo y contaron con el amparo y respaldo de la Institucin. La cabeza dela Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) local fundada en 1976 era laautoridad mxima dentro de una dicesis: Jaime De Nevares. Este respaldo resultafundamental para la reorganizacin y sostenimiento de las redes solidarias fragmentadas yviolentadas por la dictadura de 1976 (Mombello, 2000: 1-3).Es importante destacar en los ltimos aos el rol de la universidad en la generacin de otrosmbitos de discusin, anlisis y agitacin cultural, que se traduce en el sostenimiento yconcrecin de ctedras libres tales como la de Derechos Humanos, la Ernesto Che Guevara,la Don Jaime Francisco de Nevares y la de Estudios Sindicales Agustn Tosco. La propuestatambin se visualiza en la serie de cursos de capacitacin y talleres de reflexin sistematizadosen el marco del programa La Universidad en el Barrio1. Por otra parte, en el mbito de la casade estudios se desarrollan los encuentros de Cultura, Sociedad y Poltica con talleres,conferencias y debates sobre identidad, justicia, movimientos sociales, representacin poltica,

    desigualdad, democracia, en los que participan representantes de la reflexin crtica nacional ysectores involucrados de la comunidad. Conjuntamente con la CTA, la Secretara de Extensinorganiza en el mbito de la universidad los Encuentros Regionales que preparan y se articulancon los Encuentros Nacionales por un Nuevo Pensamiento en la Argentina.Gran parte de las movilizaciones y luchas en las calles2 tienen como referencia a lasorganizaciones sindicales, ya que los partidos mayoritarios, a excepcin de las agrupacionesde izquierda, se encuentran ausentes e incapacitados para redisear sus vnculos con losnuevos referentes sociales. En este sentido, son los gremios estatales nucleados en ATE losque muestran la mayor capacidad de resistencia y poder de convocatoria3. Aunque en el planoideolgico no puede plantearse homogeneidad en su dirigencia, sus acciones concretasmuestran una consecuente presencia en la reivindicacin y luchas por la defensa de susderechos sectoriales y una destacada participacin en los diferentes manifestaciones deprotesta que se despliegan no slo en la capital sino tambin el interior de la provincia.

    Sin descalificar las tradicionales formas de contestacin social o slo subrayar la novedad deotras, la lucha parece girar alrededor de los sin: sin trabajo, sin vivienda, sin tierra, sincobertura social, sin... (Quintar, 1997: 1-11). En esta categora colocamos a los excluidos desus derechos civiles y sociales bsicos. Son los desocupados o los beneficiados por programasde empleos transitorios (Servicios comunitarios, Trabajar, Forestar). Se trata de un nuevoasistencialismo, contracara del modelo de acumulacin de capital vigente, y es el problemacentral de la sociedad. A fines de 1995, durante la ltima parte de la anterior gestin delgobernador Sobisch, se pone en marcha el plan de subsidios a los desocupados con la ley2128, una especie de seguro de desempleo cuya instrumentacin genera renovados conflictospor la depuracin de padrones y suspensin o restriccin coyuntural de fondos. Los cortes decalles, mecanismo usado toda vez que se suspende el subsidio, en algunas oportunidades sonutilizados como instrumento de presin por los vecinalistas a cambio de anotar a losinvolucrados en las listas de espera. En estos casos los referentes barriales para determinar el

    criterio de inclusin de beneficiarios incentivan los actos de protestas4. No obstante, caberecordar que el piquete y los cortes que tienen su antecedente en el Santiagazo de 93 hacen

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    sus primeros pasos en Neuqun cuando los obreros despedidos de la represa Piedra delAnguila cortan la ruta nacional en el rea de la localidad de Senillosa cercana a la capitalneuquina. Este es un momento clave del conflicto social y la puesta en marcha de los piquetescomo consecuencia de la privatizacin de YPF en reas petroleras de Cutral Co y PlazaHuincul, con los resultados por todos conocidos.En este orden, un interesante ejemplo de confluencia de intereses es la conflictividad derivada

    de la movilizacin en defensa de la educacin pblica y gratuita. Se inicia en 1995 con la tomapor casi tres semanas de la Universidad Nacional del Comahue en resistencia a la sancin yaplicacin de la Ley de Educacin Superior. Contina con las huelgas docentes de 1996 y 1997enmarcadas en el proceso de desalarizacin los sueldos fueron reducidos por encima de lasnormas legales y jurdicas5 y el rechazo a los intentos de aplicacin de la Ley Federal deEducacin6. Estas acciones alcanzan un significativo consenso en la sociedad, donde padres yestudiantes acompaan el reclamo docente y confluyen en cortes parciales de calles y de rutashasta llegar al corte de la ruta 22, a la altura del puente carretero que une Neuqun con RoNegro, y la ruta 7, que lo comunica con Centenario. Esta movilizacin, que cuenta con el apoyode la poblacin, prcticamente asla a la ciudad de Neuqun por tres das, y se potencia alincorporarse parte de la comunidad cutralquense que vena de la experiencia de la primerapueblada y que en esta oportunidad sostiene un enfrentamiento violento con gendarmeranacional. El desalojo del puente, y la represin generalizada en las localidades petroleras por

    parte de las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales, motivan nuevas reacciones. Envarias localidades de la provincia se renuevan marchas y actos de protesta donde estnpresentes representantes de diversos sectores de la comunidad que repudian la modalidad deresolucin del conflicto (Favaro et al., 1997: 13-27).Neuqun est gobernada por un partido provincial hace cuarenta aos. Esto se produce noslo por la vocacin de poder del Movimiento Popular Neuquino (MPN) sino tambin por el rolque acepta desempear la oposicin, por lo menos la legislativa. El estado desarroll hace msde dos dcadas polticas de bienestar social, atendiendo prioritariamente la salud, la educaciny la vivienda. Ello fue posible por las ventajas comparativas de la instancia local en lanegociacin con el poder central, en concepto de coparticipacin, de aportes no reintegrables,y, fundamentalmente a partir de los aos ochenta, de regalas hidrocarburferas.La magnitud de la renta petrolera hace que hoy Neuqun, posiblemente en forma similar aotros estados petroleros, no se vea totalmente perjudicado por la ruptura de la convertibilidad.

    En efecto, en el contexto de la devaluacin es una subinstancia beneficiada en parte porquesus ingresos se mantuvieron dolarizados (regalas por venta de petrleo y gas al exterior) ocrecieron a un ritmo mayor (regalas por venta de combustible al mercado interno), mientrasque los gastos se mantienen en los porcentajes pesificados. Adems tiene losemprendimientos de Planta Mega (que separa gas seco de los lquidos que se transportan aBaha Blanca), Destilera de Plaza Huincul (que procesa 120 mil m3 de petrleo mensual),Planta de Metanol (que utiliza hasta 1 milln de m3 por da), y la destilera de Fox Petrol enSenillosa (que procesa gasolina y obtiene combustibles y solventes). Y en el contexto de unfuerte debate se encuentra la puesta en marcha de Chihuidos II, a cargo del grupoPescarmona, y la posible adquisicin por parte del estado provincial de El Chocn.Actualmente es la sexta provincia exportadora luego de Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe,Chubut y Santa Cruz. El ao pasado export por ms de mil millones de dlares, de los cualesel 92% es en petrleo y destilados. Tiene a Chile como el primer socio comercial que se lleva el

    56% del total exportado por Neuqun, y luego le sigue Brasil, con el 20%. Por todo ello lasregalas son ms de la mitad del presupuesto provincial, hoy unos 600 millones sobre 1.100-1.300 de presupuesto. Actualmente las regalas solas cubren el 100% del salario estatal dems de 37.000 empleados provinciales.No obstante, la reafirmacin del modelo de expansin de sectores extractivos, con los que larenta queda fuera de la regin, sumando al estancamiento de los productores y de las PYMES,provocan una compleja situacin social a pesar de lo impresionantes que pueden lucirindicadores como el PBG provincial, que pasa del 22,1% en 1985 al 44,11% en 1995 y 66% enla actualidad. A pesar del crecimiento, la consecuencia social de este modelo es, entre otras, lapobreza estructural, con aumento de tasas de desempleo (1990: 6,6% y 2002: 20,9%) ysubempleo (1990: 6,5% y 2002: 14,7%, datos del conglomerado urbano ms importante, lacapital y alrededores). El INDEC seala que estos conglomerados cada vez suman ms pobrese indigentes, y en los ltimos meses los Planes Jefes y Jefas de Hogar pasaron de 7.200 a

    20.500 beneficiarios7. Siguen producindose migraciones desde el interior provincial y de otrasprovincias que aumentan la toma de tierras y asentamientos ilegales. Por lo tanto, es una

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    provincia rica con poblacin pobre, sin conseguir reconvertir a la economa estructuradaalrededor de la renta estatal que otorga las regalas hidrocarburferas. Esta situacin sereconoce tambin como fruto de las polticas nacionales, ms an teniendo en cuenta la fuerteincidencia del Estado nacional en este espacio y la vigencia de la ley de hidrocarburos de 1967.

    Preguntas:

    1. Qu conflictos se dan en la provincia de Neuqun segn la autora?2. En qu medida influye o tiene incidencia la historia de la provincia para generar un marcoadecuado para el desarrollo de la conflictividad social?3. Cmo afect en la conflictividad social el hecho de que se trate de una provincia conrecursos hidrocarburferos?

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