FIDES ET RATIO - JUAN PABLO II

La fe y la razón son como las alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. La razón y fe son herramientas.

1. Conócete a ti mismo

El hombre es aquel que se conoce a sí mismo y necesita encontrar el sentido de su vida. El hombre cuanto más conoce la realidad y el mundo y más se conoce a sí mismo en su unicidad, le resulta más urgente el interrogante sobre el sentido de las cosas y sobre su propia existencia. Todo lo que se presenta como objeto de nuestro conocimiento se convierte por ello en parte de nuestra vida.

Animal: vive en un constante presente y se deja llevar por sus instintos. Sólo quien se conoce a sí mismo (el hombre) se pregunta por el inicio y el fin.

Hay determinados cuestionamientos y de la respuesta que se le dé a tales preguntas dependerá la orientación que se le dé a la propia existencia. Son: ¿quién soy? ¿de dónde vengo y a dónde voy? ¿por qué existe el mal? ¿qué hay después de esta vida? Todas estas cuestiones fueron planteadas a lo largo de la historia en las distintas partes de la tierra, marcadas con distintas culturas.

2. La Iglesia no es ajena, ni puede serlo, a este camino de búsqueda.

Juan Pablo II dice que la Iglesia puede responder a esta pregunta porque entre los diversos servicios que ha de ofrecer la Iglesia a la humanidad se encuentra la diaconía de la verdad. Tiene esta misión desde que, en el Misterio Pascual ha recibido como don la verdad última sobre la vida del hombre.

Por medio del Misterio pascual se revelan todas las cosas, es la verdad última sobre la vida del hombre. La respuesta que da este misterio es que somos amados y que la muerte no es un límite sino el paso hacia un lugar mejor (cielo).

Esta segunda respuesta sirve a todos los hombres y no solo a los cristianos. Hay personas que no creen en esa verdad y buscan trascender por sus obras o su descendencia.

“Diaconía de la verdad”: custodia y transmite la Verdad, esta es su misión. Esta por un lado hace a la comunidad creyente partícipe del esfuerzo común que la humanidad lleva a cabo para alcanzar la verdad y, por otra, la obliga a responsabilizarse del anuncio de las certezas adquiridas.

3. Filosofía

Juan Pablo II quiere salvar la filosofía, redescubrir la fuerza de la razón (herramientas para alcanzar la verdad) que se perdió en el Renacimiento y el Posmodernismo.

La Iglesia ve en la filosofía el camino para conocer verdades fundamentales relacionadas con la existencia del hombre ya que contribuye directamente a formular la pregunta sobre el sentido de la vida y a trazar la respuesta. Además muestra que el deseo de verdad pertenece a la naturaleza misma del hombre.

Filosofía = amor a la sabiduría unión entre fe y razón (la fe aporta la Revelación a la razón).

La rescata con ayuda de la fe. Afirma que fe y razón son independientes y tienen cada uno un campo diferente. Son independientes pero no contradictorias.

4. Movido por el deseo de descubrir la verdad última sobre la existencia, el hombre trata de adquirir los conocimientos universales que le permiten conocerse mejor y progresar en la realización de sí mismo.

Los conocimientos fundamentales derivan del asombro suscitado en él por la contemplación de la creación.

Gracias a la capacidad especulativa del hombre se han elaborado verdaderos sistemas de pensamiento. Esto ha provocado la tentación de identificar una sola corriente con todo el pensamiento filosófico pero lo correcto es reconocer la prioridad del pensar filosófico, en el cual tiene su origen y al cual debe servir de forma coherente.

Prescindiendo de las corrientes de pensamiento, existe un conjunto de conocimientos en los cuales es posible reconocer una especie de patrimonio espiritual de la humanidad (filosofía implícita). Por ejemplo el principio de no contradicción, de finalidad, de causalidad, etc.

Cuando la razón logra intuir y formular los principios primeros y universales del ser y sacar correctamente de ellos conclusiones coherentes de orden lógico y deontológico, entonces puede considerarse una razón recta.

5. La Iglesia aprecia el esfuerzo de la razón por alcanzar los objetivos que hagan cada vez más digna la experiencia personal.

Ve en la filosofía el camino para conocer verdades fundamentales relativas a la existencia del hombre y, a la vez, como una ayuda indispensable para profundizar la inteligencia de la fe y comunicar la verdad del Evangelio a quienes no la conocen.

La filosofía moderna, dejando de orientar su investigación hacia el ser, ha concretado la propia búsqueda sobre el conocimiento, destacando sus límites y condicionamientos. Esto ha derivado en distintas formas de agnosticismo y relativismo basado en que todas las posiciones son igualmente válidas. Desconfían de la verdad y la filosofía para dar respuestas definitivas a esas preguntas.

6. La Iglesia quiere reafirmar la necesidad de reflexionar sobre la verdad.

Reafirmando la verdad de la fe podemos (miembros de la Iglesia) devolver al hombre la confianza en sus capacidades cognoscitivas y ofrecer a la filosofía un estímulo para recuperar y desarrollar su plena dignidad.

48. En el último período de la historia de la filosofía se ve una progresiva separación entre la fe y la razón filosófica.

Tanto la fe como la razón se han empobrecido una ante la otra.

La razón, privada de la aportación de la Revelación, ha recorrido caminos secundarios que tienen el peligro de hacerle perder de vista su meta final. Una razón que no tenga ante sí una fe adulta, no se siente motivada a dirigir la mirada hacia la novedad y radicalidad del ser.

La fe, privada de la razón, ha subrayado el sentimiento y la experiencia, corriendo el riesgo de dejar de ser una propuesta universal. La fe con una razón débil, corre el peligro de ser reducida a mito o superstición. La filosofía y la razón pueden ayudar a la fe. La fe sin estos se debilita. El hombre es racional. Algo irracional no es verdad. Una creencia es algo subjetivo que depende de una experiencia personal y que tiende a tener características míticas. No es comunicable, es ilógico.

Diferencia entre fe y creencia

Fe: hay un conocimiento certero pero no comprobado por la razón. Hay un conocimiento en testimonios.

Creencia: hay una premisa falsa.

Hay una diferencia, la cual, en un caso, es un problema que habrá que resolver y en otro, un misterio (difícil de creer pero no imposible). Se puede entender pero no acabadamente porque somos limitados.

Una vez que tengo fe en que cristo existió puedo aplicar la razón para entender el misterio.

Racionalismo: limitada, se pierden caminos secundarios. La búsqueda del sentido tiene un límite (muerte).

Fideísmo: mito y personificación, insostenible, incomunicable y totalmente subjetivo.

Síntesis:

La verdad de fe es revelada por Dios en el Misterio Pascual y el hombre podrá acceder a esta verdad de fe por medio de sus capacidades (fe y razón) y de esta forma el hombre alcanza su plena dignidad, sin caer en un racionalismo o un fideísmo.

Revelación de la sabiduría de Dios

Jesús revela al Padre Dios desea darse a conocer, y el conocimiento que el hombre tiene de él culmina cualquier conocimiento verdadero sobre el sentido de la propia existencia que su mente es capaz de alcanzar.

Además el conocimiento propio de la razón humana capaz por su naturaleza de llegar hasta el creador, existe un conocimiento que expresa una verdad que se basa en que Dios se revela. La verdad revelada por Dios es una verdad muy cierta ya que Dios ni engaña ni quiere hacerlo. Con la revelación se ofrece al hombre la verdad última sobre su existencia y destino.

La razón está presenta en la fe y es necesaria. Además permite a cada uno expresar mejor su libertad.

Por parte de los científicos hay un reduccionismo de la verdad revelada. En el comienzo el hombre tiene por la fe esa ansia de conocer y la necesidad de trascender. El científico no puede dejar de lado la fe como modo de acceder a la verdad.

En el texto bíblico se pone de manifiesto la complementariedad entre la fe y la razón.

Reglas del creyente para conocer la realidad:

1. Entender que el conocimiento humano es un camino sin descanso.

2. Saber que no todo es por logro del hombre.

3. Reconocer un amor y una providencia hacia el mundo (Dios).

La cruz pone de manifiesto que no todo se puede explicar por la razón. Para los judíos es incomprensible ya que esperaban a un mesías-rey, y Jesús no vive ni muere de esa forma. Para los griegos es un escándalo ya que el mismo Dios muere y no aceptan eso. Pero la fe sí entiende el escándalo de la cruz.

Santo Tomás

La luz de la razón y la luz de la fe proceden ambas de Dios, por lo tanto no pueden contradecirse. La fe es la perfección de la razón. La fe es ejercicio del pensamiento. La razón no se anula ni envilece aceptando los contenidos de la fe, alcanzados por una opción libre y consciente. Ha habido una separación de la fe y

la razón por el excesivo espíritu racionalista y por el ideal del progreso científico que busca saber todo, medir todo, controlar todo.