Fil Analitica, Marcuse

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EL GRAN LASTRE DE LA FILOSOFÍA: LA FILOSOFÍA ANALÍTICA Por: Dexter Martin ¿Qué es la filosofía? Esta es quizás la pregunta más difícil de contestar para un filósofo. Un filósofo dice serlo y no conoce la respuesta sobre el objeto de su disciplina… paradójico ¿no? No es mi intención por ahora aventurarme a intentar contestar a la pregunta, pero esbozaré de forma muy superficial algunas definiciones y maneras de hacer filosofía para llegar al punto que quiero abordar. La tradición le atribuye a Pitágoras la creación del concepto filosofía. Según Diógenes Laercio, en una anécdota muy conocida, Leonte, tirano de Fliunte, le preguntó a Pitágoras cuál era su oficio y a qué se dedicaba. Pitágoras respondió que era un filósofo y que, en consecuencia, se dedicaba a la filosofía. Leonte quedó perplejo al oír una palabra cuyo significado desconocía, y Pitágoras, para explicarla, recurrió a una metáfora: la vida, afirmó, es como una reunión de personas que asisten a los Juegos Olímpicos; a ellos la gente acude

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EL GRAN LASTRE DE LA FILOSOFA: LA FILOSOFA ANALTICAPor: Dexter Martin

Qu es la filosofa? Esta es quizs la pregunta ms difcil de contestar para un filsofo. Un filsofo dice serlo y no conoce la respuesta sobre el objeto de su disciplina paradjico no? No es mi intencin por ahora aventurarme a intentar contestar a la pregunta, pero esbozar de forma muy superficial algunas definiciones y maneras de hacer filosofa para llegar al punto que quiero abordar.La tradicin le atribuye a Pitgoras la creacin del concepto filosofa. Segn Digenes Laercio, en una ancdota muy conocida, Leonte, tirano de Fliunte, le pregunt a Pitgoras cul era su oficio y a qu se dedicaba. Pitgoras respondi que era un filsofo y que, en consecuencia, se dedicaba a la filosofa. Leonte qued perplejo al or una palabra cuyo significado desconoca, y Pitgoras, para explicarla, recurri a una metfora: la vida, afirm, es como una reunin de personas que asisten a los Juegos Olmpicos; a ellos la gente acude por tres causas distintas: unos, los atletas, para competir por la gloria de un premio; otros, los comerciantes, para comprar y vender; finalmente existe una tercera categora que va a contemplar los juegos: los espectadores. De la misma manera, explic Pitgoras, unos viven para servir a la fama y otros al dinero, pero la mejor eleccin es de aquellos que, como los espectadores, dedican su tiempo a la contemplacin de la naturaleza, como amantes de la sabidura, es decir, como filsofos[footnoteRef:1]. [1: Laercio, Digenes. Libro primero, Proemio, Seccin VIII, En: Vidas de los filsofos ms ilustres p. 11.]

Aqu, con Pitgoras, se comenz a definir a la filosofa como una tendencia hacia el saber (philos, amor; sofa, sabidura. Amor a la sabidura), hacia, como Pitgoras la practicaba, la contemplacin de la Naturaleza con el fin de conocerla en sus ms recnditos misterios.Ms tarde Platn diferenciara a los filsofos de los sofistas, aduciendo que la filosofa era la bsqueda de la verdad y que los sofistas afirmaban tenerla, ocultando su ignorancia detrs de retrica y adulacin. Aos ms tarde, despus de la interpretacin teolgica en la Edad Media de la filosofa clsica, durante el Renacimiento, surge la filosofa de personajes como Marsilio Ficino, Nicols de Cusa, Pico della Mirandola y Giordano Bruno. ste en particular un incansable traductor del lenguaje de la Naturaleza, pensador holstico que consideraba a la filosofa un ejercicio de alimentacin espiritual, as como su maestro Ficino, ambos buscador tenaz de la Verdad, que consideraban que se ubicaba por encima de todas las cosas. Bruno, defensor de la filosofa ante los ataques de la teologa, muri de pie sacrificado por stos. Esta filosofa renacentista se caracteriz por poner al ser humano en el centro, en contraste con la filosofa medieval, que pona toda la autoridad en un dios. As tambin vemos aqu que la filosofa contina siendo una disciplina que busca trascender las realidades del hombre y explicar aquello que est lejos de las obviedades.Y as podramos mencionar tambin a filsofos y corrientes que surgieron despus, como Baruch Spinoza y sus disertaciones sobre las sustancias regidoras de todo lo existente, su pantesmo, su intencin de demostrar que el hombre es capaz de lograr el entendimiento del mundo; luego la Ilustracin y su lucha contra la ignorancia, la supersticin y la tirana. Kant escribi al respecto que la Ilustracin es la salida del hombre de su minora de edad; formul su famoso Sapere aude! Ten valor de servirte de tu propio entendimiento![footnoteRef:2]. La Filosofa Poltica con Rousseau y el contrato social, Locke y el liberalismo, Hobbes y el homo homini lupus; vino luego Marx a describirnos la dialctica de la lucha de clases, la enajenacin, la plusvala, nos estremeci con el Manifiesto comunista y nos siguen sorprendiendo la vigencia de sus postulados; despus Nietzsche y su crtica voraz a la cultura y a las escuelas filosficas, su llamado desesperado al bermensch y a la tranvaloracin de los valores; aos despus llega Wittgenstein a asesinar a la filosofa Para l las cuestiones filosficas son atormentadoras; son molestias o aflicciones intelectuales comparables a algn tipo de enfermedad mental. ste ingeniero influy de manera importante a los positivistas lgicos del Crculo de Viena. En resumen, el Crculo de Viena consideraba a la filosofa como una disciplina encargada de distinguir entre lo que es ciencia y lo que no, uno de sus objetivos principales era la elaboracin de un lenguaje comn a todas las ciencias. El positivismo lgico, que era su bandera, busc (y busca) reducir a la filosofa a un mtodo de anlisis lgico de enunciados de diversos ramos. De esto se trata la famosa filosofa analtica. Y es aqu en donde realmente me quiero concentrar. La razn? Principalmente porque esta es la tendencia de la enseanza de la filosofa en los institutos de enseanza filosfica del Pas; una tradicin que viene de Estados Unidos, donde esta manera de hacer filosofa es muy comn. Pero, por qu sta filosofa y no otra como el marxismo? Por qu Wittgenstein y no Spinoza? Por qu el intencionado olvido de la Historia de la Filosofa? Por qu en los institutos filosficos, como en nuestra Facultad de Humanidades, se inclina la docencia hacia esta manera de hacer filosofa? [2: Kant, Immanuel. Qu es la Ilustracin?]

Si revisamos el humilde esbozo que acabo de hacer de algunos personajes y momentos importantes de la Historia de la Filosofa, que es slo una pequesima muestra de la inmensa produccin intelectual de esta disciplina, podemos notar que hay muchas tcnicas, muchas posturas, discursos, ideas, maneras de afrontar infinidad de problemas relativos al Hombre y su sociedad. Por qu entonces, una academia como la nuestra, se digna en cerrar el paso a esta infinidad de recursos filosficos que la Historia nos pone a la mano? Por qu concentrarse en la filosofa analtica? Primero analicemos ms a fondo qu es la filosofa analtica. Para esto recurrir a Marcuse y su obra maestra El hombre unidimensional. Entendemos bien que la filosofa analtica es caracterizada por un nfasis en la claridad y argumentacin, comnmente alcanzadas a travs de la lgica formal y el anlisis del lenguaje. Marcuse al respecto dira:() en la lgica formal, el pensamiento est organizado de una manera muy diferente () En esta lgica formal, el pensamiento es indiferente hacia sus objetos. Ya sea que stos sean mentales o fsicos, pertenezcan a la sociedad o a la naturaleza. La idea misma de la lgica formal es un suceso histrico en el desarrollo de los instrumentos mentales y fsicos para el control y el clculo universal.[footnoteRef:3] [3: Marcuse, Herbert. El hombre unidimensional. Buenos Aires: Planeta, 1993, p. 75]

Es claro que la filosofa analtica se aleja de los objetos para concentrarse en sus conceptos, y aqu es donde surge mi primer atrevimiento: la filosofa analtica amasa la gran atencin de los institutos filosficos por su obvia intrascendencia en el terreno poltico y social. Por qu los institutos preferiran la intrascendencia poltica y social en la filosofa? Recordemos primero, para comprender esto, que la gran mayora, si no es que todos los institutos de filosofa en el Pas, dependen del gasto pblico que administra el Estado. Al Estado no le conviene que la filosofa sea una herramienta para la crtica y la reflexin poltica y social; el Estado busca siempre perpetuarse en el poder y conservarlo. La filosofa, otrora rostro de la liberacin de la tirana supersticiosa de la Iglesia, del despotismo de las monarquas, de los movimientos estudiantiles en los sesenta, es convertida intencionalmente por e Poder en filosofa analtica. De esta manera la filosofa acadmica se distrae en simples juegos del lenguaje y claridad argumentativa mientras el Estado y el Poder conservan su estatus evitando lo que en un tiempo la filosofa logr: poner en evidencia las condiciones ocultas de sus prcticas para garantizar su condicin de dominadores. De esta manera el Poder elimina el carcter espiritual estremecedor y violento de la filosofa que lograba cambios personales y sociales profundos en aquellos que se comprometan con ella. La pregunta de por qu los institutos filosficos se concentran en este estilo de hacer filosofa, por qu los Estados financian y becan con recursos econmicos importantes los sosos trabajos de investigacin de los filsofos analticos queda parcialmente respondida: porque a los estados, que administran la educacin, les resulta cmoda esta manera inofensiva de hacer filosofa. Es ms, la promueve e invita a los jvenes de nuevo ingreso en las carreras de Filosofa, regularmente ya infectados de apata poltica y adoctrinados por la ideologa dominante, a sumarse, con dinero de por medio, a los proyectos de estos institutos: proyectos que jams trascendern el mundo de las frmulas lgicas y los discursos aburridos. Su preparacin filosfica ser como el correr eterno del roedor en una rueda hmster, y el Estado habr logrado su objetivo de hacer inofensivo lo que en un principio pudo haber significado una amenaza. Esto es as porque la filosofa analtica cierra su universo de discurso al mundo de los conceptos, cerrando as el pensamiento holstico de quienes la practican. Marcuse dira que las contracciones lingsticas indican una contraccin del pensamiento[footnoteRef:4]. La contraccin del concepto en imgenes fijas y la inmunidad siempre deseada ante las contradicciones (la contradiccin para el analtico es lo que para un catlico es el pecado), revelan una mente unidimensional[footnoteRef:5] en el que habla este lenguaje. Y este lenguaje cerrado no demuestra ni explica nada. Las condiciones materiales, las relaciones humanas, las sociedades, los misterios y las contradicciones de la vida del hombre son reducidos a meros enunciados que se someten a un anlisis fro y limitado. Jams intentar, el comprometido analtico, ir ms all de los smbolos y conceptos, jams sus preguntas giran en torno a por qu existimos, por qu hay pobres y ricos, por qu existe violencia o por qu hablamos de belleza, sino a qu nos referimos con el pobre, el rico, etc. Como vemos, esta es una filosofa mutilada, inofensiva, que lastimosamente representa su subordinacin al poder establecido. [4: Ibd., p. 57] [5: La unidimensionalidad es un concepto que pulula en la obra de Marcuse. En general una conducta y pensamiento unidimensional es aqul en el que las ideas, aspiraciones, deseos, objetivos son reducidos al universo establecido del discurso. Esto es, lo establecido (lo que sea que sea establecido como lo dicho) dicta todas las apreciaciones, incluso las que puedan parecer distintas en algn sentido, de los individuos constreidos en l.]

Si la filosofa alguna vez quisiera recuperar su sentido crtico, si quisiera provocar transformaciones, deber sacudirse el lastre de la filosofa analtica. El pensamiento no tiene poder para provocar el cambio a no ser que se trascienda a s mismo entrando a la prctica[footnoteRef:6]. Seguir ensimismados en qu quisimos decir cuando decimos que un coche es rojo, es no trascender al pensamiento mismo. Pero, por qu deberamos trascender el pensamiento entrando a la prctica? Primero tendramos que reconocer el malestar con el sistema de cosas actual, notar, bajo la luz de la reflexin, si la experiencia no resulta suficiente (lo cual es preocupante si no lo es), que estamos ante una situacin crtica para la especie humana. Si el nihilismo y la esquizofrenia no han hecho ya estragos en el espritu del filsofo de la poca moderna como para que declare la victoria de Tnatos, la pulsin de muerte, sobre el Eros, la pulsin de vida, el filsofo debe regresar a la filosofa crtica aceptando esta situacin, aceptando que esta situacin debe ser trascendida, esto porque el pensamiento filosfico crtico es necesariamente trascendente. Pero antes de trascenderse se debe comprender que el pensamiento debe ser abstracto; en el momento en que el pensamiento sea abstracto, en el que se abstraiga lo que es dado, se relacionen los hechos con los factores que los provocan, en ese momento el pensamiento podr trascenderse a s mismo para transformar. Cuando se logra que el pensamiento filosfico sea abstracto, se garantiza su trascendencia y autenticidad[footnoteRef:7], y en esa medida la filosofa puede ser transformadora, antes no. [6: Ibd., p. 74] [7: Ibd., p. 74]

Sin embargo, la realidad de la filosofa acadmica institucional est muy lejos de ser transformadora, trascendente y autntica. Para las instituciones, la manera de hacer filosofa slo es mediante la filosofa analtica. En palabras de Marcuse, el tratamiento que la filosofa analtica hace del pensamiento es aquel donde el pensamiento() aspira a una terapia. El anlisis lingstico aspira a curar al pensamiento y al lenguaje de las nociones metafsicas que los confunden: de espectros de un pasado menos maduro y menos cientfico que, aunque ni designan ni explican, todava persiguen a la mente. El acento se coloca en la funcin teraputica del anlisis filosfico: la correccin de la conducta anormal en el pensamiento y el lenguaje, la eliminacin de oscuridades, ilusiones, rarezas, o al menos su denuncia.Cul conducta anormal en el pensamiento? En realidad la pregunta no es importante. Lo importante es notar, de nuevo, las limitaciones. En efecto, la filosofa analtica evade hablar de oscuridades, ilusiones, rarezas, de hecho su labor es teraputica en el sentido de curar al pensamiento de estas anormalidades. El alma? Bah!, dira el analtico, curmoslo de las perplejidades Conciencia, Espritu, Voluntad? Enfermedades todas ellas, lastres de pocas pre-positivistas para el analtico; sueos, especulaciones y fantasas. En el mejor de los casos, conceptos de anlisis interesante en un enunciado de gente comn, divertidas palabras para jugar a la intelectualidad en las reuniones aburridas con los amigos analticos en el caso de los ms perversos.

Pero lo que no termina por comprender el analtico es la necesidad que representa para el Estado y el Poder que esto sea as, y de que l mismo cumpla el papel de verdugo de las trascendencias. En el grado en el que la filosofa reduzca toda la realidad a la lgica formal, de manera que pueda ser manipulada, transformada y comprendida cientficamente, es el grado en el que la sociedad se hace ms industrial y tecnolgica. El pensamiento filosfico as se vuelve pensamiento afirmativo. E incluso cuando el filsofo analtico intenta acercarse a la crtica mediante sus tcnicas, siempre lo har desde dentro de su marco social, siempre estar limitado por su tcnica limitada. Mientras no exista un divorcio entre el filsofo analtico y la tcnica analtica, toda intencin de anlisis trascendente ser un sueo.

Todo esto puede parecer obvio para algunos, pero la realidad es que no lo es para el filsofo analtico. El esfuerzo de las instituciones acadmicas de reducir el alcance y verdad de la filosofa ha sido tremendamente efectivo. Son los mismos filsofos dentro de las instituciones los que proclaman la modestia y la inefectividad de la filosofa. Son los llamados anti-filsofos (que no siempre son precisamente los analticos o los filsofos del lenguaje, pero s son vctimas de la intencionada reduccin prctica impuesta a la filosofa) que a pesar de su presuntuosidad deben recurrir a la filosofa para su anti-filosofa. Esta clase de filosofastros, son producto de una muy buena educacin analtica. Los analticos antes de demostrar la inefectividad de la filosofa ya la presuponen, de esa manera es muy sencillo concluir afirmativamente la hiptesis original. Y los discpulos de esta tendencia se ven engaados porque nunca han intentado trascender el pensamiento, siempre mareados con conceptos y enunciados lgicos; aborrecen las transgresiones y cualquier tipo de actitud revolucionaria les parece de mal gusto porque ven un riesgo de filosofa idealista (o sea, sueos, quimeras y especulaciones vagas) en l. Y yo culpo a Wittgenstein del caso. Estas actitudes del filosofastro son una consecuencia de la afirmacin ciega de Wittgenstein de que la filosofa deja todo como es. Vaya, qu afirmacin tan ciega; ni siquiera a l mismo la filosofa lo dej como era. Wittgenstein mismo cambi sus opiniones a lo largo de sus disertaciones. Pero esto no debera sorprendernos, porque en ltima instancia quizs tenga razn tomando en cuenta el tipo de filosofa que estos sujetos practican (entrecomillado porque en realidad no hay tal prctica, sino puro intelectualismo barato). Para hacer esto ms claro, los filsofos del lenguaje encuentran siempre al lenguaje como algo ya hecho, ya establecido; en ese sentido s, dejan todo como es, pero se les olvida, o se auto-olvidan para no molestarse, de que el sujeto que habla as en la calle habla as por una razn. Aslan estpidamente el lenguaje, lo toman como lo encuentran y lo consideran ya purgado. Ni siquiera es un anlisis global del lenguaje, sino que son pequeos fragmentos del mismo, como si fueran balbuceos de beb, los que merecen su atencin. As de limitada es la filosofa analtica. Y en este sentido, podemos todos recordar las eternas pginas que Wittgenstein dedica a mi escoba est en el rincn. La filosofa del lenguaje, as, suprime del anlisis de lo que ste habla dice acerca de la sociedad que la habla[footnoteRef:8]. Cuestin que me parece de una importancia filosfica enorme, pero que para el analtico carece de sentido por no considerarlo el objeto de su estudio. Al analtico no le interesan esas cuestiones, que son, obviamente, de suma importancia para la cabal comprensin de la realidad del parlante y de la sociedad; l se concentra en el enunciado dicho, como si uno se concentrara eternamente en el empaque de un chocolate sin nunca abrirlo para descubrir el chocolate, dndole ms importancia al empaque que al producto. Pero a pesar de que la inutilidad de la filosofa analtica puede parecer evidente, las autoridad filosficas dan su bendicin a esta manera de hacer filosofa. De hecho, las autoridades filosficas, subordinadas al Poder, aplauden la inutilidad porque precisamente responde a lo que se espera de la filosofa en relacin con el Estado. El problema, y grave, del asunto, es que quizs lo hagan sin ser conscientes de esto. A pesar de toda su erudicin, la limitacin evidente de la filosofa analtica parece escondida ante sus ojos. Independientemente de su consciencia o no del caso, esta es otra evidencia de que las instituciones educativas filosficas, como miembros de la estructura de las fuerzas educativas que garantizan la conservacin de la ideologa dominante, responden tambin a los intereses del Estado, ya que aplauden a las fuerzas que hacen este universo. Porque la filosofa analtica, en su incursin tan apabullante en la filosofa acadmica, contribuye a la apaciguada condicin de la filosofa como poder en contra de lo establecido. [8: Ibd., p. 93]

Ahora, con Marcuse podramos decir lo siguiente :Puede uno preguntarse qu queda de la filosofa? Qu queda del pensamiento, de la inteligencia, sin ninguna explicacin? Sin embargo, lo que est en juego no es la definicin de la dignidad de la filosofa. Es ms bien la oportunidad de preservar y proteger el derecho, la necesidad de pensar y hablar en otros trminos que los del uso comn: trminos que estn llenos de sentido, que son racionales y vlidos precisamente porque son otros trminos.

Resalto estas palabras: vlidos porque son otros trminos. Al comprender que el hablar en estos trminos, en los trminos de la filosofa analtica, el hacer filosofa de esta manera, es conservar el estado actual de cosas, entendemos entonces que hablar en otros significara un acto revolucionario porque significara transformar el universo de discurso. Y comprendemos bien que el sistema actual se mantiene gracias a la conservacin y a la apacible aceptacin de los dominados a la imposicin que el Poder les asigna en cuanto al discurso, que siempre ser cerrado para conservarlos dentro del poder, as entonces la pregunta de por qu es necesario proteger el derecho de hablar en otros trminos parece contestada ya, y esto es: por la misma razn de que es necesario el cambio poltico-social del estado actual de cosas. Es interesante cmo Marcuse habla de los otros trminos, llenos de sentido, que son racionales y vlidos precisamente porque son otros trminos Definitivamente esto es as porque los trminos con los que se habla ahora son lo contrario a lo que quieren aparentar ser: es la irracionalidad hecha racional, el sinsentido hecho sentido. El sostener este engao mediante la filosofa analtica es sostener a la filosofa en una camisa de fuerza. Misma camisa de fuerza con la que se viste cuando el analtico intenta ser un mdico. Debe quedar entendido para l, que la filosofa analtica no puede, ni debe, curar al intelectual de las ilusiones, las oscuridades y los enigmas insolubles simplemente por la razn de que la filosofa no puede ser sujeta por ningn tipo de presuncin acadmica. Si el filsofo analtico quiere librarse de esas oscuridades, que lo haga, pero la Filosofa no puede encerrarse en los prejuicios, en los institutos, en las presunciones; hacer esto es negar su misma historia, la cual ha demostrado el carcter libre de la misma. Incluso hoy, a pesar de la crisis filosfica que ha provocado esta situacin, la filosofa sobrevive fuera de las cuatro paredes del aula y las instituciones.

Esta crisis tuvo quizs su comienzo en la presuncin de Wittgenstein de asesinar a la filosofa al hacerla renunciar a toda teora porque deja todo como es, desaparecer a la filosofa al buscar expiarla de las preguntas que segn l la atormentaban. En palabras de Marcuse encontramos una rplica: la filosofa no conoce un descubrimiento ms intil que aquel que le da paz a la filosofa, para que ya no est atormentada por preguntas que pueden ponerse en duda a s mismas[footnoteRef:9]. Seguir el consejo de Wittgenstein es precisamente lo que la filosofa acadmica en general ha hecho: ha encerrado, ensimismado a la filosofa, ha dejado de hacerle preguntas fundamentales para el ser humano, ha dejado de trascenderse, la ha convertido en un juego de bobos. Hoy, a pesar de la ceguera general de la academia filosfica y de sus odos sordos, el universo real del lenguaje comn es la lucha por la existencia, es la lucha por sobrevivir en un mundo que oprime y reprime, en un mundo violento que no garantiza nada al hombre ms que una vida miserable en la mayora de los casos, de hambre y de ignorancia. La filosofa hoy debe volver a ponerse al servicio del hombre, debera acercarse a esta condicin de ignominia de las mayoras y clarificar los porqus. La filosofa, liberada de la fanfarronera analtica, podra acercarse a su condicin teraputica: liberar al pensamiento de su esclavizacin por los mass media y la cultura dominante, demostrar la negatividad del sistema establecido y proyectar alternativas. En esta era, la teraputica de la filosofa sera una tarea poltica, puesto que el universo del discurso establecido se caracteriza por un mundo totalmente manipulado y adoctrinado. En este sentido la filosofa en la poltica no aparecera como una disciplina especial, sino como un intento por comprender la realidad mediante sus conceptos[footnoteRef:10]. [9: Wittgenstein, Ludwig. Investigaciones filosficas, p.57] [10: Marcuse, op. cit., pp. 104-105]

Se debe de terminar de comprender que l anlisis lingstico no contribuye a la transformacin ni a la comprensin del estado de cosas: es del todo intil para ese objetivo, estril en el mejor de los casos; pero en el peor, en el ms siniestro, es cmplice de la crisis espiritual, poltica, social y econmica del mundo por hacer de una disciplina que potencialmente es transformadora, un juego intrascendente. Una huida intencionada hacia lo que slo acadmicamente es objeto de controversia sera el peor crimen de la Filosofa en contra del Hombre.