FILOSOFÍA CLÁSICA ALEMANA

La filosofía clásica alemana para la época constituía la síntesis del pensamiento filosófico y de la lógica de mayor trascendencia, las que al ser sometidas a la crítica y a la fundamentación científica, se convirtieron en una de las tres fuentes del marxismo.

Georg Wilhelm Friedrich Hegel

El sistema filosófico de Hegel se fundamentó en el Idealismo de Kant, Fitche y Schelling considerados sus precursores, con quienes coincide y corrige alguna de sus ideas.

Así, mientras para Kant el fenómeno (objeto) es lo que aparece y otra cosa muy distinta es la mera apariencia; para Hegel el fenómeno es el aparecer y apariencia a la vez. Por eso, en su libro “La fenomenología del espíritu”, la meta de Hegel es que la conciencia deje sus oposiciones o sus dualismos y reconozca que la pauta o criterio de comparación entre su saber y la verdad se halla en ella misma. Porque, a diferencia de aquella tradición filosófica, que va desde Platón hasta Kant, para la cual la apariencia debe ser dejada de lado para acceder a la esencia; Hegel considera que la apariencia es esencial a la esencia. Así, una vez superada estas oposiciones, comienza la ciencia filosófica -la Ciencia de la lógica- , cuya tarea es la explicitación del dinamismo de estas relaciones conceptuales. Pero, Hegel llamaba lógica a la metafísica, siguiendo en eso a Kant, quien había pensado que la metafísica debía convertirse en lógica trascendental. Así, la lógica o metafísica de Hegel, buscaba la presencia de todos los grandes proyectos filosóficos del pasado, ordenados de acuerdo a un principio o un método capaz de articularlos sistemáticamente entre si. Este método se llama la dialéctica, un viejo método filosófico concebido por Platón y reformulado por Aristóteles, que para Hegel tiene por finalidad establecer un dialogo imaginario entre las concepciones filosóficas que conocemos por tradición, con la idea de trazar un mapa o una red coherente y jerárquica de las categorías empleadas por ellas para definir la realidad.

Resumiendo, Hegel quiere sostener que el acceso a la filosofía solo puede realizarse por medio de la experiencia que el individuo (la conciencia) hace sobre su propio saber, y solo en la medida en que descubre su conexión con las formas concretas en las que los seres humanos han concebido el saber en la historia; por eso, precisamente, la fenomenología es del espíritu. Además, la filosofía a diferencia de la religión, expresa la verdad en forma de conceptos, es decir, científicamente, y constituye por ello la forma suprema de la autoconciencia del Espíritu absoluto.

Ludwig Andreas Feuerbach

Formaba parte de los jóvenes hegelianos o hegelianos de izquierda, los cuales fueron duros críticos de Hegel. Así, Feuerbach, en contraposición con el idealismo de Hegel, sostiene un sistema filosófico basado en un materialismo antropológico ateo.

Feuerbach niega el idealismo, ya que pretende suplantar el hombre real (corporal y sensible) por el 'espíritu' y la 'razón'; por tanto, considera que el hombre es el sujeto real de la razón. Reprocha la interpretación idealista del pensamiento como esencia extranatural y suprahumana, sosteniendo que la relación del pensamiento con el ser concierne a la esencia del hombre, puesto que solo éste piensa. En consecuencia, la filosofía, por cuanto aborda el problema de la relación del pensamiento con el ser, debe ser antropología, es decir, ciencia del hombre, en cuya existencia y actividad encuentra este problema su solución real. Escribe Feuerbach: “La unidad del ser y del pensamiento no tiene verdadero sentido sino cuando se toma al hombre como base, como sujeto de esa unidad”. Además, Feuerbach considera como esencial contenido y destino del principio antropológico, la interpretación científica de las diversas formas de la conciencia social, como la religión.

Feuerbach considera que el hombre ha creado a Dios, atribuyéndole sus cualidades y reflejando sus deseos no realizados, proyectándose en él su imagen idealizada. Así, enajenándose, da origen a su divinidad. Escribe Feuerbach: “El hombre cree en los dioses no solo por estar dotado de fantasía y sentimiento, sino también porque abriga el deseo de ser feliz. Cree en el ser bienaventurado no solo porque tiene una representación de la bienaventuranza, sino también porque quiere ser bienaventurado; cree en el ser perfecto porque quiere serlo él mismo; cree en el ser inmortal porque no quiere morir”.

Feuerbach califica de giro decisivo de la historia al hecho de que el hombre reconozca abiertamente que la conciencia de Dios no es más que la conciencia de la especie. Cuanto más engrandece el hombre a Dios, más se empobrece a sí mismo. El hombre proyecta en un ser ideal (irreal) sus cualidades, negándoselas a sí mismo. De este modo, reserva para sí lo que en él hay de más bajo y se considera nada frente al Dios que ha creado.

Además, Feuerbach dice que la naturaleza es la única realidad, y el hombre, su producto superior, su expresión, su culminación. En el hombre y gracias a él se percibe, se contempla, se piensa la naturaleza. Considera que la naturaleza existe desde toda eternidad y es infinita, escribe Feuerbach: “El espacio y el tiempo son las condiciones fundamentales de todo ser y esencia, de todo pensamiento y actividad, de todo florecimiento y éxito”. Por eso, considera Feuerbach, que carecen de fundamento las concepciones religioso- idealistas del comienzo del mundo; escribe Feuerbach: “En la naturaleza no hay comienzo ni fin. Todo en ella se encuentra sujeto a una acción mutua, todo es relativo, todo es a la vez efecto y causa, todo es multilateral y reciproco”.