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1 Filosofía y Ciudadanía Unidad 2. El ser humano Tema 5. Concepciones filosóficas sobre el ser humano Es posible que en muchas ocasiones te hayas preguntado ¿qué somos?, ¿qué nos define como especie humana? y todas esas preguntas que van ligadas a las anteriores, como: ¿qué sentido tiene nuestra existencia?, ¿somos realmente libres?, u otras más que se te pueden ir ocurriendo. Fíjate en un cosa, la mayoría de las cuestiones sobre las que debatimos cotidianamente tie- nen que ver con las formas que tenemos de entender o definir al ser humano. Por ejemplo, hace poco tiempo que se ha estado debatiendo la modificación de las leyes que regulan el aborto. Por este motivo, es importante tener ideas claras y bien fundamentadas. Al menos así po- dremos tomar decisiones o debatir sobre temas que son importantes para nuestra vida. Toda esta unidad va a girar sobre estas cuestiones. Pero te propongo que comencemos por analizar qué es lo que la filosofía ha dicho sobre el ser humano. No para asumir sus postu- ras, si no para analizar lo que han dicho, ver su validez y su utilidad de cara a forjarnos una idea más clara acerca de lo que somos. Terminaremos esta primera investigación exami- nando dos de los grandes problemas filosóficos relativos al ser humano: el problema de la libertad y el problema de la naturaleza última del ser humano. Para practicar el análisis y la reflexión personal vamos a realizar como tarea una diserta- ción. "Disertar" consiste en emitir una opinión elaborada y reflexiva acerca de alguna cuestión de interés . A través de la disertación, podemos expresar nuestras opiniones, de forma razo- nada y argumentada, acerca de diferentes cuestiones. Es, por lo tanto, un ejercicio de filo- sofía práctica, en el que nos convertimos, momentáneamente al menos, en filósofos. Al final de estos contenidos, en el apartado "Ejercicio resuelto" tienes una disertación que puedes tomar como modelo para realizar la tarea sobre el tema que tienes que realizar. 1. Diferentes miradas sobre el fenómeno humano Vamos a partir de un caso concreto para ver cómo es posible plantear al menos tres pers- pectivas diferentes. Analicemos el tan debatido tema del "Matrimonio homosexual". Si nos fijamos, nos daremos cuenta que hay una perspectiva religiosa sobre el tema. Resu- miéndola, podemos decir: esta postura considera que existe una naturaleza del ser humano que es alterada por las relaciones homosexuales. Dicha naturaleza humana ha sido estable- cida por Dios y, por tanto, el comportamiento de todas las personas debe ajustarse a dicha naturaleza humana.

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Filosofía y Ciudadanía Unidad 2. El ser humano

Tema 5. Concepciones filosóficas sobre el ser humano

Es posible que en muchas ocasiones te hayas preguntado ¿qué somos?, ¿qué nos define como especie humana? y todas esas preguntas que van ligadas a las anteriores, como: ¿qué sentido tiene nuestra existencia?, ¿somos realmente libres?, u otras más que se te pueden ir ocurriendo.

Fíjate en un cosa, la mayoría de las cuestiones sobre las que debatimos cotidianamente tie-nen que ver con las formas que tenemos de entender o definir al ser humano. Por ejemplo, hace poco tiempo que se ha estado debatiendo la modificación de las leyes que regulan el aborto.

Por este motivo, es importante tener ideas claras y bien fundamentadas. Al menos así po-dremos tomar decisiones o debatir sobre temas que son importantes para nuestra vida.

Toda esta unidad va a girar sobre estas cuestiones. Pero te propongo que comencemos por analizar qué es lo que la filosofía ha dicho sobre el ser humano. No para asumir sus postu-ras, si no para analizar lo que han dicho, ver su validez y su utilidad de cara a forjarnos una idea más clara acerca de lo que somos. Terminaremos esta primera investigación exami-nando dos de los grandes problemas filosóficos relativos al ser humano: el problema de la libertad y el problema de la naturaleza última del ser humano.

Para practicar el análisis y la reflexión personal vamos a realizar como tarea una diserta-ción.

"Disertar" consiste en emitir una opinión elaborada y reflexiva acerca de alguna cuestión de interés. A través de la disertación, podemos expresar nuestras opiniones, de forma razo-nada y argumentada, acerca de diferentes cuestiones. Es, por lo tanto, un ejercicio de filo-sofía práctica, en el que nos convertimos, momentáneamente al menos, en filósofos.

Al final de estos contenidos, en el apartado "Ejercicio resuelto" tienes una disertación que puedes tomar como modelo para realizar la tarea sobre el tema que tienes que realizar.

1. Diferentes miradas sobre el fenómeno humano

Vamos a partir de un caso concreto para ver cómo es posible plantear al menos tres pers-pectivas diferentes. Analicemos el tan debatido tema del "Matrimonio homosexual".

Si nos fijamos, nos daremos cuenta que hay una perspectiva religiosa sobre el tema. Resu-miéndola, podemos decir: esta postura considera que existe una naturaleza del ser humano que es alterada por las relaciones homosexuales. Dicha naturaleza humana ha sido estable-cida por Dios y, por tanto, el comportamiento de todas las personas debe ajustarse a dicha naturaleza humana.

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Pero también podemos observar que podemos analizarlo desde una perspectiva científica. En este caso, no se parte desde una concepto prefijado de naturaleza humana, si no desde un análisis del comportamiento sexual, tratando de establecer las causas o los motivos de dicho comportamiento.

Las conclusiones de un estudio científico no son prescriptivas, es decir, no tienen un carác-ter normativo que deba dirigir nuestra conducta. La ciencia no nos dirá si el matrimonio homosexual es bueno o malo, más bien nos hablará de las causas sociológicas, psicológicas y biológicas que intervienen en este comportamiento.

Finalmente, no podemos olvidar que podemos ponernos en otra posición, la perspectiva filosófica. Esta perspectiva aporta la característica de análisis racional y crítico sobre el pro-blema. No aporta datos como la ciencia, ni una visión de la naturaliza humana establecida por Dios: tiene presentes las distintas perspectivas y desde esa mirada racional y crítica in-tenta analizar el problema.

Su objetivo no es determinar normas de carácter universal para todos respecto al tema del matrimonio homosexual, sino aportar luces que permitan a los seres humanos su pleno de-sarrollo como personas, tomando decisiones racionales, libres y respetuosas sobre su com-portamiento.

Autoevaluación

1.- A continuación debes realizar esta actividad para comprobar que has comprendido lo que acabamos de ver. Se presentan varias afirmaciones y deberás identificar en cada casilla cuál de las tres perspectivas se identifica mejor (religiosa, científica o filosófica.

Es prescriptiva:

Se basa en el análisis racional y crítico:

Es descriptiva:

Se basa en la experimentación:

Es orientadora:

Se basa en la fe:

Intenta comprender las causas de los fenómenos:

Intenta conjugar racionalmente distintas perspectivas:

Es dogmática: 2.- Ahora vamos a "darle un poco al coco". Reflexiona durante unos instantes sobre: qué se podría afirmar, desde cada una de las tres perspectivas que hemos hablado, sobre la euta-nasia, uno de los temas candentes de la actualidad. ¿Es posible tratar este tema desde una única perspectiva?

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2. El ser humano en la historia de la filosofía

A continuación vamos a trabajar con cuatro reproducciones artísticas de cuatro períodos diferentes de la historia (Antigüedad clásica, Edad Media, Edad Moderna y Siglo XIX) para que los observes y aprecies, a través de ellos, de qué maneras diferentes el arte (en este caso, la pintura y la escultura) ha reflejado la realidad humana.

Estas visiones del arte, no obstante, están íntimamente relacionadas con la filosofía y el pensamiento, como podrás ver si lees detenidamente los textos que los acompañan.

¿Por qué he elegido solamente a estos cuatro autores? Porque cada uno de ellos es repre-sentativo de un período, de un espíritu, de una época. A través de ellos podrás darte cuen-ta de cómo ha ido cambiando la forma de ver al ser humano desde la antigua Grecia hasta la Europa contemporánea.

2.1. Antigüedad: Platón

Observa detenidamente la siguiente reproducción de la Venus de Cnido, del escultor griego Praxíteles. ¿Qué calificativos se te ocurren que puedan caracterizar esta representación escultórica?

El filósofo que hemos elegido para este primer periodo es Platón, uno de los más grandes filósofos de la Grecia clásica, que vivió en Atenas en el siglo V a. de C. Platón, de familia noble, parecía llama-do para la política. Sin embargo, la muerte de Sócrates, su maestro, injustamente condenado a muerte, le hizo cambiar la orientación de su vida. Su gran preocupación fue, a partir de entones, cómo lograr una sociedad más justa y un ser humano más justo.

Su pensamiento persigue lograr esos ideales de armonía, equilibrio, justicia y belleza. Platón concebía al ser humano como una mezcla de alma inmortal y cuerpo material. Era, pues, dualista.

Para Platón, el alma se dividía, a su vez, en tres partes:

Alma racional, la verdaderamente inmortal, cuya misión consist-ía en dominar y guiar al ser humano en su tránsito por esta vida.

Alma irascible, sede de la voluntad y de los impulsos activos, que deben ponerse al servicio del alma racional.

Alma concupiscible, sede de las pasiones más corporales, que debe ser dominada por el alma racional con la ayuda del alma irascible.

Aristocles de Atenas,

Platón

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Platón concebía que en el ser humano lo más importante era el alma.

Su idea era que debía darse un equilibrio o armonía entre esas tres partes del alma, equilibrio y armonía que tendrían su reflejo en la sociedad. Así, Platón pensaba que la sociedad ideal debía ser gobernada por los filósofos-gobernantes (parte racional), a cuyo servicio estaría la clase de los soldados guardianes (parte irascible), que se ocu-paría de la defensa de la ciudad, quedando para la clase de los artesanos (parte con-cupiscible) la tarea de proveer de bienes materiales a la sociedad en su conjunto.

Estas tres clases debían estar en armonía para lograr una sociedad verdaderamente justa.

Autoevaluación

Saca tus propias conclusiones de las siguientes afirmaciones, que aunque Platón nos las formuló exactamente así, sí trasmiten su pensamiento:

1. Lo más importante del ser humano es el alma. El cuerpo es solo una cárcel para el al-ma. Hay que centrarse en los aspectos espirituales de la vida, evitando los materiales.

2. El cuerpo y su tendencia hacia lo material, junto con nuestra imperfección del alma racional, que no es capaz de dirigir a las otras dos partes del alma, nos precipita hacia el mundo material de las cosas y nos dificulta conseguir estar en el mundo perfecto e inmaterial de las Ideas. Todo lo que tiene que ver con lo material, con las pasiones, con los sentidos, es malo y debe ser evitado.

3. Si hay tres clases sociales, es porque existen tres tipos de individuos, según predomine en ellos una de las partes del alma. Debido a ello ,cada uno debe realizar las tareas más ajustadas a sus características. Así, unos gobernarán, otros realizarán funciones militares y otros serán los artesanos y trabajadores. Sólo los más perfectos deben diri-gir el Estado y las vidas de los demás y, por tanto, los imperfectos deben ser privados de toda posibilidad de participación en el Estado, y dedicarse a sus funciones producti-vas.

¿No crees que algunas de las ideas de Platón sobre el ser humano tienen otras consecuen-cias para nuestra vida? ¿Te animas a pensar en ello?

Una visión parecida, aunque desde otra perspectiva, y desde una orientación crítica, la puedes encontar en la novela Un mundo feliz, escrita por Aldous Huxley y publicada en 1932. Si tienes ganas y tiempo de seguir pensando sobre este asunto, puedes leer la nove-la.

Si no, al menos puedes consultar este resumen.

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2.2. Edad Media: Santo Tomás

Para Santo Tomás, el ser humano forma parte del plan divino. De entre todas las cria-turas, no es ni la más perfecta (ángeles y arcángeles en sus diversos grados) ni la más imperfecta (animales). Pero el ser humano puede perfeccionarse a sí mismo, elevarse sobre sus imperfecciones y alcanzar la santidad. Para ello, el ser humano debe obede-cer los mandatos divinos, los principios emanados de la bondad y sabiduría de Dios y que están inscritos en los seres humanos en forma de ley natural.

Esta ley natural es parte de la Ley Cósmica, que es la ley que rige toda la creación. De ahí se deduce que el ser humano está armoniosamente integrado en la Creación. El ser humano, en esta concepción, está investido de dignidad, pues ha sido creado por Dios para que goce de la felicidad eterna, y de igualdad, pues la ley natural es igual para todos.

Ahora bien: el ser humano puede obedecer la ley natural o desobedecerla. Está, pues, dotado de libre albedrío, de la capacidad de elegir entre el bien y el mal. Aunque su conciencia le dice lo que está bien y lo que no, tiene libertad para decidir, no está de-terminado ni predestinado.

Estos rasgos, libertad, dignidad e igualdad, son aportaciones de la filosofía cristiana al pensamiento antropológico.

Seguro que recuerdas algunas de las características de la Edad Media y por tanto recor-darás la importancia que la religión ,y más en concreto la religión cristiana, tuvo en ese mo-mento.

Seguro que has visto El nombre la la rosa, una película basada en la novela del mismo títu-lo. Recuerda como en el mundo medieval predominaba una visión religiosa de la vida y cómo la filosofía estaba impregnada de esa visión religiosa.

Todo ello marcó una forma de entender el ser humano y evidentemente tuvo serias conse-cuencias en la vida social y moral de esa época. Recuerda que era difícil disentir de la doc-trina oficial; los herejes eran perseguidos y algunos quemados en la hoguera. Incluso hoy en día seguimos manteniendo algunas ideas que fueron forjadas en esta época.

El filósofo que hemos elegido para ilustrar el pensamiento de esta época es, claro está, un pensador cristiano, y además uno de los más importantes, cuyo pensamiento es, en mu-chos aspectos, pensamiento oficial de la Iglesia Católica: el monje dominico Tomás de Aquino.

Santo Tomás de Aquino (1225/1274) fue uno de los más importantes filósofos de la Edad Media. En este período la filosofía estuvo subordinada a la religión cristiana. Por tanto, la visión que la filosofía tenía del ser humano se inspiraba directamente en la fe.

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Autoevaluación

1. ¿Qué te sugiere este cuadro de inspiración religiosa?

En este cuadro de Giotto, pintor italiano del siglo XIII, puedes observar

a san Francisco de Asís elevándose sobre el suelo, ascendiendo mate-

rialmente hacia las alturas, hacia las regiones celestiales, desde las que

un amoroso Jesús tiende al santo una mano solícita. Abajo, la comuni-

dad de los monjes franciscanos observa la escena con asombro.

Así, ¿qué concepción de lo humano te sugiere esta imagen?

Si lo piensas detenidamente, verás cómo el ser humano aparece aquí

personificado en el santo, como una criatura a medio camino entre lo

terrenal y lo celestial. Como criatura material, por una parte, dotada de

cuerpo, pero capaz de elevarse a las alturas, de ascender hacia la fuen-

te divina de donde ha brotado.

El mundo, la realidad, aparece así ordenada jerárquicamente, entre un plano espiritual, divino, y otro ma-

terial, creado, contingente.

2. ¿Te atreves a sacar algunas consecuencias de la concepción del ser humano de Sto.

Tomás?

3. Contesta a las siguientes preguntas, señalando verdadero o falso según proceda.

La Filosofía Medieval es independiente de la religión cristiana.

Según Santo Tomás, la Ley Natural es parte de la Ley Cósmica.

Según Santo Tomás, el ser humano no es libre, pues está predestinado por Dios.

¿Quieres saber más sobre la antropología (ser humano) en Tomás de Aquino?.

Si en la Edad Media se entendía que todo estaba sometido a una ley natural divi-na, que había que obedecer, ¿no crees que es lógico, que algunos tuvieran la ten-tación de obligar a todo el mundo a cumplir con dicha ley?

No obstante, considera que la filosofía cristiana de la época también aportó una idea muy interesante, como es la del libre albedrío. Lástima que se tuviera poco en cuenta, aunque marcó en un futuro el desarrollo de conceptos importantes, como libertad, dignidad e igualdad, que con el tiempo fueron tenidos más en cuenta en la sociedad.

Fíjate como, incluso hoy en día, algunas de estas concepciones siguen existiendo; incluso como algunos quieren que todo el mundo las siga. Ten presente algunas plémicas, por ejemplo, la de los matrimonios homosexuales, y te darás cuenta de cómo argumentaciones similares se siguen utilizando.

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2.3. Edad Moderna: David Hume

En la Edad Moderna la concepción del ser humano se ha materializado, o mejor dicho ha ido adquiriendo caracteres materiales a costa de ir perdiendo esa dimensión tan espiritual del mismo. Esto no quiere decir que la dimensión religiosa haya perdido su sentido, sino que la dimensión natural o física del ser humano ha adquirido mayor importancia.

En esta nueva concepción han tenido mucho que ver los filósofos de la época y toda la nue-va concepción de la ciencia (revolución científica). Pero no debes olvidar que todo esto fue posible porque el ambiente cultural también lo permitió.

Para este período, hemos elegido a David Hume (1711/1776). ¿Por qué razón?

Por su audaz manera de romper con los dogmatismos y prejuicios filosóficos de la época. En la Edad Moderna, la mirada de la filosofía se vuelve hacia el propio ser humano, que aparece escindido entre el cuerpo, material, extenso, mortal, una máquina cuyo funciona-miento debe ser desvelado por la ciencia, y el espíritu, mente o consciencia, sede del pen-samiento.

Y, ¿en qué consiste ese "espíritu"? Para este filósofo escocés, la cuestión es extremadamen-te difícil de resolver. Hume fue, a este respecto, un escéptico.

Pensaba que el "yo", "espíritu" o "alma" no existía realmente, sino que era una mera idea, una creencia fruto de la costumbre. Solamente podemos estar seguros, argüía Hume, de aquello que percibimos a través de nuestros sentidos.

Puesto que no tenemos ninguna experiencia sensorial del "yo", éste no existe.

Solamente tenemos la creencia de que existe basándonos en nuestros recuerdos.

Si lo piensas bien, te darás cuenta de que esta postura escéptica abre la puerta para una concepción puramente materialista del ser humano.

Puesto que solamente podemos estar seguro de lo que percibimos, entonces el ser humano debe ser nada más un cuerpo material, un cuerpo dotado de ciertas cualida-des y con la capacidad de pensar y percibir. Pero nada justifica nuestra creencia en el alma, ni en Dios.

Muchas de las modernas concepciones del ser humano brotan de esta crítica de Hume sobre la existencia del "yo". Hasta Hume, pues, la filosofía había sido mayorita-riamente dualista respecto al ser humano (aunque con excepciones). Pero Hume y el empirismo inglés suponen una ruptura con la tradición mayoritaria de la filosofía y el comienzo de una nueva forma de mirar al ser humano.

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Autoevaluación

1. Este cuadro es del pintor flamenco Rembrandt van

Rijn (1606/1669) , titulado La lección de anatomía del

doctor Nicolaes Tulp.

¿Qué te resulta más llamativo en esta impresionante

obra del barroco flamenco?

2. ¿Te atreves a reflexionar sobre las consecuencias de algunos de los planteamientos de Hume que hemos comentado?

3. Contesta las siguientes cuestiones, señalando verdadero o falso según proceda.

La postura filosófica de David Hume conduce al escepticismo.

Pese a su escepticismo, Hume pensaba que el "yo " o "alma" existe, y que podemos conocerla por la observación propia.

Posturas como las de Hume y las de la ciencia moderna debilitan los argumentos defendidos anterior-mente.

Cuando las ideas dejan de basarse en el dogmatismo de la fe y se intenta buscar la respuesta y los por-qués a partir del conocimiento científico y de la experiencia sensible, ese dogmatismo deja de tener fuer-za, las mentes humanas se abren a otras posibilidades y se enriquece el pensamiento. Esto no quiere de-cir que se anularan las ideas anteriores, si no que se abren nuevas posibilidades, que con el paso del tiempo darían pie a posturas mucho más radicales en la época contemporánea. La visión del mundo mo-derno sobre el ser humano es mucho más abierta, menos dogmática. Todo ello posibilita una mayor li-bertad, no solo de pensamiento, si no también de acción.

¿Quieres saber más sobre el mundo, el alma y Dios en Hume?

2.4. Edad Contemporánea: Freud

¿Por qué hay guerras, violencia y demás maldades en el mundo? ¿Es el ser humano tan bueno y tan racional por naturaleza, como se ha afirmado en algunas ocasiones? ¿Cómo podemos responder ante la cuestión del mal en el mundo?

Estas y otras más, no son preguntas novedosas en en esta época. Ya se habían dado algu-nas soluciones al respecto. Pero la filosofía contemporánea nos va a ofrecer una nueva vi-sión del ser humano bastante diferente.

Prácticamente en todas las épocas la racionalidad ha sido una de las características funda-mentales del ser humano y, sobre todo en la filosofía moderna ,la racionalidad fue el ele-mento fundamental en el que se confió para conseguir un mayor progreso humano.

Pero, ¿realmente ese progreso ha existido?, ¿ha posibilitado la racionalidad mayores cuotas de progreso?

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La filosofía moderna, al menos en el siglo XIX, va a descubrir que no. Tras esa supuesta ra-cionalidad que mueve el mundo y en la que confiaban mucho los modernos, se esconde otra realidad que se disfraza de racionalidad y que hay que tratar de desenmascarar. Surgen aquí los grandes maestros de la sopecha: Marx, Nietzsche y Freud.

Para el período contemporáneo, hemos elegido al psiquiatra austríaco Sigmund Freud (1856/1939). ¿Por qué razón?

Porque abrió una nueva dimensión, desconocida hasta entonces, en la comprensión del ser humano. En efecto, Freud fue quien introdujo en la psicología, y a través de ella en la cultu-ra y en la visión contemporánea del ser humano, la noción de inconsciente.

"Inconsciente" es aquel contenido mental del que no somos conscientes pero que, pese a ello, afecta profundamente a nuestra vida, a nuestra conducta. Con la noción de incons-ciente, Freud produjo una ruptura con la visión plana, racional, luminosa y hasta cierto punto ingenua que predominaba en la época acerca del ser humano.

Para Freud, el inconsciente, además, está poblado de fuerzas instintivas, de impulsos atávicos y primitivos: el impulso erótico y el impulso destructor o tánatos (del griego thanatos, que significa muerte).

Esos impulsos son una amenaza para el entramado social, y para el frágil ego del ser humano. Deben ser reprimidos. Así, la represión de nuestros instintos, según Freud, nos libra, al menos aparentemente, de nuestra animalidad... hasta que los instintos buscan otra manera de expresarse, de manifestarse.

Aparecen, así, las neurosis o trastornos del carácter. Y Freud cree que el ser humano puede curarse de sus neurosis tras un profundo y difícil proceso terapéutico: el psico-análisis.

Freud analiza al ser humano desde esta visión teórica profundamente turbadora: por debajo de nuestra aparente racionalidad, late la presencia de oscuras y amenazadoras fuerzas.

¿Puede el hombre ser feliz? Según Freud, a lo máximo a lo que puede aspirar es... a no ser desgraciado, a no sufrir, a adaptarse a la "normal" vida social, a las normas de la cultura.

¿Quieres saber más sobre:

La alienación en Marx. Nietzsche y la mala conciencia. Freud y la cultura?

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En este cuadro de Van Gogh (1853/1890) podrás apreciar rasgos

enteramente nuevos en la representación de la figura humana. No

tan solo por la audacia formal, por la ruptura con el academicismo,

sino porque a través del rostro del pintor se nos muestran las hue-

llas profundas de un psiquismo atormentado, de una vida interior

sinuosa y desgarrada.

Observa cómo, rodeado por una especie de halo, de líneas curvas

que parecen emanar de y fundirse con el cuerpo, el ser humano

aparece afectado por fuerzas interiores, por emociones abruptas,

por extraños sentimientos. El rostro, anguloso, transmite tensión, desequilibrio, movimien-

to. Y la mirada, lejos de la serenidad y placidez del clasicismo griego, o del arrobamiento

místico de la pintura medieval, parece mirar más hacia dentro que hacia fuera, conectar

más con la realidad psíquica que con el mundo aparentemente objetivo de los fenómenos y

los objetos.

Autoevaluación

1. ¿Se te ocurren algunas consecuencias, o algunas relaciones con problemas actuales, que pueden ser interpretados desde una perspectiva freudiana o similar.? Explícalas.

2. Contesta a las siguientes preguntas, señalando verdadero o falso según proceda.

Freud pensaba que el ser humano era un ser racional y feliz por naturaleza.

Según Freud, las neurosis o trastornos de la personalidad son consecuencia de la re-presión de los instintos.

2.5. Reflexionando con textos

Las cuatro formas de ver y concebir al ser humano son las siguientes:

En la Antigüedad, una visión basada en la idea de armonía, de equilibro. En la Edad Media, una visión basada en la fe, que concibe al ser humano como criatura creada por Dios libre y con dignidad. En la Edad Moderna, una visión dualista, escindida entre lo mental o alma y lo ma-terial o cuerpo mortal. En la Edad Contemporánea, una visión del ser humano como problema.

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Asigna a cada una de las siguientes citas, el autor (de entre los que hemos visto) que consi-deres que ha podido escribirla.

"El hombre difiere de las criaturas irracionales en tener dominio de sus actos... Este dominio de sus actos lo tiene por la razón y la voluntad; por eso el libre albedrío se llama ‘facultad de la voluntad y la razón’."

"La neurosis venía a ser la solución de una lucha entre los intereses de la autoconservación y las exigencias de la libido, una lucha en la que el yo, si bien triunfante, había pagado el precio de graves sufrimientos y renuncias."

"Conocen, en efecto, los deseosos de saber que cuando la filosofía se hace cargo del alma, ésta se encuentra sencillamente atada y ligada al cuerpo, y obligada a considerar las reali-dades a través de él, como a través de una prisión."

"Si hubiera alguna impresión que diera origen a la idea del yo, tal impresión habría de per-manecer invariable a través del curso total de nuestra vida (...) Sin embargo, no hay impre-siones constantes e invariables. (...) Luego la idea del yo no puede derivarse de ninguna de estas impresiones, ni tampoco de ninguna otra cosa. Y en consecuencia, no existe tal idea."

3. El problema de la libertad

Es bastante probable que tengas mas o menos claro un significado del término liber-tad ,algo así como este: somos libres cuando nuestros actos son elegidos por nosotros en ausencia de toda coacción exterior. Sin embargo, si profundizamos un poco en la cuestión, tu misma te darás cuenta que el concepto o idea de libertad encierra algo más de compleji-dad.

Pongamos un ejemplo y hablemos de las votaciones electorales: tenemos el derecho y cier-ta obligación moral en votar. Si tu fueras menor de edad o estuvieras viviendo en la época de la Dictadura Franquista, me dirías: "¡Yo no puedo votar!". En este ejemplo existirían unos factores o coacciones externas que limitarían tu acción de voto. En este caso y, o en otros similares, estamos hablando de libertad externa.

Pero, ahora imagina que tu me dices: "¡No puedo votar con libertad!, porque no tengo in-formación suficiente, o porque los medios de comunicación y los partidos no hacen más que propaganda". En este ejemplo no existen circunstancias ni coacciones externas, pero sí carecemos de posibilidades de votar libremente, porque no disponemos de la suficiente o ajustada información, para tomar la decisión que desearíamos si la tuviéramos. En este ca-so y, o en otros parecidos, nos estamos refiriendo a la libertad interna.

A continuación (apartados 3.1 y 3.2), te invito a que examines, a partir de dos textos muy sencillos, las dos posturas más importantes que existen acerca del problema de la libertad: el determinismo (o negación de la libertad) y el indeterminismo (afirmación de la libertad humana).

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3.1. El determinismo

Lee detenidamente el siguiente texto:

“Los hombres se equivocan al creerse libres, opinión que obedece al solo hecho de que son conscientes de sus acciones pero ignorantes de las causas que lo determinan. Y, por tanto, su idea de ‘libertad’ se reduce al desconocimiento de las causas de sus acciones, pues todo eso que dicen de que las acciones humanas dependen de la voluntad son palabras, sin idea alguna que les corresponda.”

(Baruch Spinoza, Ética).

1. Comenta el texto de Spinoza señalando:

El tema del que trata.

La idea fundamental que quiere transmitir.

2. Contesta a la siguiente cuestión señalando si es verdadera o falsa.

Según el texto de Spinoza, el ser humano es verdaderamente libre pese a que no co-nozca las causas de sus actos.

Imagina que levantas tu brazo. Seguramente dirás que lo haces volun-

tariamente. Sin embargo si yo te digo, que dicho acto obedece a una

serie de causas psicomotoras, reflejos nerviosos, etcétera, entonces se

podría decir que no lo hacemos “libremente”, sino llevados o impulsa-

dos por el modo de funcionar nuestro organismo. Pero, al no percatar-

nos de todas esas causas internas, creemos simplemente que lo hace-

mos “por decisión propia”. Esa “decisión propia” no es más que una

fórmula verbal vacía.

Con este ejemplo te estoy mostrando el determinismo filosófico, el cual se asienta, funda-

mentalmente, en el llamado principio de causalidad. Según este principio, todo cuanto ocu-

rre, incluidas nuestras decisiones y voliciones, nuestros deseos y actos, obedece a una cau-

sa. Esta es la doctrina de Spinoza, autor del texto que has leído al comienzo, y cuyo retrato

puedes ver en esta imagen.

Ahora ponte en la siguiente circunstancia. Supón que conociésemos minuciosamente el es-

tado del Universo en un momento dado y todas las leyes que lo rigen. En este caso, podría-

mos predecir con exactitud su estado futuro. Por tanto, no habría libertad, ya que de algu-

na forma todo estaría determinado por causas mecánicas. La afirmación anterior es de La-

place (físico y matemático francés del siglo XIX) y se corresponde con el denominado el de-

terminismo mecanicista o físico, que es un determinismo de corte científico.

Baruch de Spinoza

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La ciencia nos ha proporcionado una imagen de la naturaleza como un gigantesco mecanis-mo en el que todo está regulado y programado, y todo ocurre mecánicamente. No obstan-te, esta hipótesis es inverificable, dada la ingente cantidad de datos y variables que habría que tener en cuenta.

Vamos a ponernos en otra circunstancia. Consideramos ahora que todos nuestros compor-tamientos están prefijados en nuestros genes, por lo que la libertad es, de hecho, imposi-ble. No es una idea descabellada (aunque si discutible), pensemos en todo lo que conoce-mos del comportamiento animal a través de los documentales televisivos. Nos encontra-mos en este caso con otra variante del determinismo científico denominada determinismo genético. Según esta forma de determinismo, el comportamiento del ser humano está pro-gramado Así, Richard Dawkins, un conocido sociobiólogo, afirma: “Somos máquinas de su-pervivencia, autómatas programados a ciegas con el fin de perpetuar la existencia de los egoístas genes que albergamos en nuestras células”.

Otras propuestas científico-filosóficas deterministas serían:

Determinismo economicista (formulado por Marx): todo está condicionado por facto-res económicos .

Determinismo ambiental (defendido sobre todo por los conductistas): todo el com-portamiento humano es fruto de un condicionamiento social.

Determinismo teológico (defendido por algunas corrientes protestantes, como el cal-vinismo): el destino del hombre ha sido decidido de antemano por Dios, y todo cuanto nos ocurre está predestinado a ocurrir.

¿Cuáles son los fundamentos en los que se asienta el determinismo filosófico ?

3.2. El indeterminismo

“Estoy condenado a ser libre, lo cual significa que no es posible encontrar a mi libertad más límites que ella misma, o, si se prefiere, que no somos libres de dejar de ser libres (…). Para la realidad humana, ser significa elegirse: nada le viene de fuera o de dentro que pueda re-cibir o aceptar. El hombre está enteramente abandonado, sin ayuda alguna, a la insosteni-ble necesidad de hacerse ‘ser’ hasta en el menor detalle. El hombre no podría ser libre en unos casos y esclavo en otros: o es libre siempre y todo entero libre, o no es nada.”

(Jean-Paul Sartre, El ser y la nada)

1. Comenta el texto, determinando:

El tema de que trata.

La idea fundamental que defiende el autor.

2. Según Jean Paul Sartre, es imposible que el ser humano eluda su libertad: V / F

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En contra del determinismo se suelen alegar diversas razones. La primera de ellas apunta al principio de causalidad. En efecto, todo tiene una causa, pero eso no significa que la causa conduzca inevitablemente a la acción. Por ejemplo, un picor en la nariz conduce inevitable-mente a un estornudo, pero una situación de peligro no conduce inevitablemente a huir. Ni el hambre conduce inevitablemente a comer.

Ser libre, pues, implica no ser un autómata, aunque tampoco implica una absoluta indife-rencia hacia los condicionamientos, de cualquier tipo, que actúan sobre nosotros.

Por otra parte, se alega a favor de la libertad que es un presupuesto básico, una especie de axioma indemostrable de nuestra conducta, del cual tenemos una convicción íntima inque-brantable. De ella nace, por ejemplo, el sentido de la responsabilidad moral. Si no fuéra-mos libres, no tendríamos responsabilidad moral sobre nuestras acciones, ¡pero todo el mundo, todas las sociedades y sistemas penales se fundamentan y tienen sentido precisa-mente porque creemos que existe la responsabilidad!

Incluso el formular una teoría determinista solamente es posible si asumimos que el autor es libre! En efecto, ¿qué valor tendría la doctrina de R. Dawkins, si él no fuera un sujeto li-bre, que piensa libremente? ¡Ninguno!

Muchos autores, incluso, llegan a la conclusión paradójica de que estamos condenados a ser libres (así, el existencialista Jean Paul Sartre), pues, aun en las situaciones más condicio-nadas que quepa imaginar, siempre hay un resquicio para decidir libremente.

Algunos filósofos, como Karl R. Popper, argumentan a favor del indeterminismo: la natura-leza, afirma, es creativa, y tan compleja de hecho, que es imposible saber qué va a pasar a continuación. Puesto que es de hecho imposible predecir hasta el suceso absolutamente nimio, como si va a salir cara o cruz al arrojar una moneda ¿cómo va a estar determinado un suceso complejo, como una guerra o un descubrimiento científico?

En la libertad, entendida como ausencia de coacción, podemos encontrar dos dimen-siones, una externa y más superficial, y otra interna y más problemática.

El determinismo es la doctrina que niega la libertad humana, afirmando que todos nuestros actos están determinados por diversos factores de los que no podemos esca-par. Hay doctrinas deterministas de carácter filosófico, científico y religioso.

El indeterminismo es la doctrina que afirma la libertad humana, basándose en nues-tra intuición directa y en la posibilidad de que el ser humano actúe en contra de sus

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4. El problema mente/cerebro

El siguiente vídeo nos presenta el enfoque científico de la cuestión con un enfoque bastan-te cercano a lo que posteriormente denominaremos monismo materialista.

la Ciencia de la Mente (el Estudio del Cerebro)

1. Según el vídeo, la mente y el cerebro son inseparables: V / F.

2. Cada función mental tiene lugar en diferentes circuitos de distintas partes del cerebro: V / F.

El problema mente/cerebro es una versión moderna y científica de un viejo problema fi-losófico, de hondo calado: ¿es el ser humano material o hay en él un principio inmaterial o espiritual?

Los filósofos han especulado acerca de ello durante siglos. Veamos algunas de las más im-portantes posturas al respecto :

Posturas dualistas, según las cuales la realidad humana consiste en la integración de dos principios contrapuestos, uno material (el cuerpo) y uno espiritual (la mente, espíritu o conciencia). En general, cabe decir que los dualismos dan preeminencia al principio espiri-tual sobre el material. El principal problema de estas posturas radica en la siguiente cues-tión: ¿cómo se integran funcionalmente dos principios en apariencia absolutamente distin-tos, regidos por leyes diferentes?

Posturas monistas, según las cuales dicha dualidad es ilusoria, y el ser humano tiene una naturaleza no dual. En general (salvo algunas concepciones filosóficas orientales, que son de carácter no-dualista y espiritualista), el monismo equivale a una postura materialista, es decir: el ser humano es un ser material, y todo cuanto en él es de apariencia inmaterial no es más que un conjunto de fenómenos que son el resultado del modo de funcionar de nuestra naturaleza material. Así, por ejemplo, un “pensamiento”, de naturaleza inmaterial en apariencia, es el resultado de una serie de reacciones neuroquímicas que tienen lugar en nuestro cerebro, y la conciencia es, también, un fenómeno “material”. A estos fenóme-nos se les conoce como epifenómenos, o fenómenos que surgen “alrededor de” o como consecuencia del funcionamiento de la base material (el cerebro, en este caso). El monismo lo reduce todo, pues, a una base material. El problema consiste en explicar convincente-mente el modo en que, por ejemplo, la consciencia surge o brota como “epifenómeno” ce-rebral, cuestión que, por ahora, está lejos de ser resuelta científicamente. Así, se habla de

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“monismo emergentista” para aludir al hecho de que estas propiedades o fenómenos de

carácter material “emergen” de la base material pero que, al hacerlo, gozan de y adquieren

propiedades nuevas, que no pueden ser explicadas por su origen material.

Pongamos un ejemplo: es evidente que el lenguaje humano tiene un asiento material, una

sede cerebral. Si se lesiona cierta parte del cerebro, se pierde la capacidad de hablar, o de

entender. Eso parece claro. Sin embargo, a través del lenguaje se pueden crear obras maes-

tras de la literatura. Se puede escribir El Quijote, o una hermosa poesía, o se puede crear

una gran visión filosófica. Y todos esos logros tienen que ver con propiedades estéticas y

comunicativas del lenguaje que son absolutamente nuevas con respecto a la susodicha ba-

se cerebral.

¿Quieres saber más sobre el problema cuerpo / mente?

El problema mente/cuerpo es el planteamiento contemporáneo de un viejo pro-blema filosófico.

El dualismo consiste en postular la existencia de dos principios diferentes en el ser humano: uno material (el cuerpo, del que forma parte el cerebro), y otro in-material (mente, alma o espíritu).

El monismo es la doctrina según la cual en el ser humano hay un sólo principio constitutivo (generalmente, hablamos de monismo materialista).

Dentro del monismo hay que mencionar el monismo emergentista, que explica que las funciones de la mente emergen o brotan de una base material.

1. El principal problema del dualismo filosófico es:

Decidir cuál de los dos principios es más importante: la mente o la materia. Cómo integrar funcionalmente dos principios opuestos, mente y materia. Explicar el origen del cuerpo material a partir de la mente o espíritu.

2. Según el monismo materialista:

Un pensamiento es independiente del cerebro donde se produce. Un pensamiento es una mezcla de funcionamiento del cerebro y un elemento inmate-rial. Un pensamiento no es más que un epifenómeno derivado del funcionamiento del ce-rebro.

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5. Ejercicio resuelto

Con el fin de que puedas contar con un modelo en el que puedas inspirarte para la realiza-ción de la tarea propuesta para este tema , vamos a proponerte a continuación una diserta-ción en la que recogeremos y desarrollaremos los elementos básicos de toda disertación filosófica.

El tema sobre el que vamos a trabajar es el siguiente: "Violencia en las aulas".

En esta disertación abordaremos, pues, el creciente problema de la violencia en las aulas, pero no mediante una mera exposición del mismo. Disertar significa exponer de forma ar-gumentada una opinión respecto a un tema, es decir, decantarse y tomar partido, conven-cer, y aun más: atacar las opiniones contrarias. Pero ten en cuenta que ha de hacerse siem-pre desde el respeto y la razón, dialogando y nunca imponiendo, y exponiendo las opinio-nes no de un modo dogmático, ni mediante la descalificación personal, sino a través de ar-gumentos y razones.

Así pues, hablaremos de la violencia en las aulas, pero lo haremos tratando de exponer una teoría explicativa acerca de la misma, es decir, opinando acerca del fenómeno, sus causas y sus posibles soluciones.

Presta atención a los diferentes elementos de la disertación:

1. Justificación del tema, en la que sentaremos la importancia del tema elegido, lo pre-sentaremos y explicaremos qué posturas caben en torno al mismo. La presentación debe ser amena y cumplir un cometido esencial: motivar y despertar el interés del lec-tor, la curiosidad y el deseo de conocer la opinión del autor. La justificacón del tema puede hacerse mediante interrogantes, o a través de algún tema de actualidad que conecte con el interés potencial del lector.

2. Exposición de nuestra tesis o idea central. En este apartado expondremos clara y con-cisamente nuestra opinión al respecto. Se trata de exponerla del modo más claro y contundente posible, y con brevedad.

3. Defensa de nuestra tesis. A continuación, pasaremos a exponer las razones y argu-mentos mediante los que vamos a defender nuestra tesis u opinión. Nos basaremos en datos, estadísticas, estudios científicos a ser posible, argumentos, ejemplos... todo aquello que pueda esgrimirse en defensa de nuestra idea. También podemos recurrir, de ser necesario, a la crítica de las opiniones contrarias, mostrando sus puntos débi-les, sus contradicciones, o aquello que en nuestra opinión las descalifique. Pero ten en cuenta, una vez más, en que ha de mantenerse siempre el respeto a las personas, y no usar la descalificación personal como argumento.

4. Resumen y cierre. Cerramos nuestra disertación volviendo a nuestra tesis central, re-marcándola, u ofreciendo, en su caso, posibles soluciones.

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Ejercicio resuelto

Justificación del tema (No hace falta titular cada epígrafe).

¡Violencia en las aulas! Alumnos que agreden a sus compañeros y graban las agresiones con las cámaras de sus móviles; agresiones a profesores; grupos o pandillas que atemorizan a los más débiles, o a los extraños, con un ensañamiento que a veces lleva a las víctimas a la depresión, incluso al suicidio (recordemos el caso de Mikel, el joven que se suicidó por-que no soportaba el asedio continuo de sus compañeros). Un clima extraño que se adueña de algunos centros y aulas, haciendo imposible la convivencia y la enseñanza.

¿Qué está ocurriendo? ¿es un fenómeno nuevo, cualitativamente nuevo, o se trata simple-mente de un fenómeno de "toda la vida", solo que amplificado por los medios de comuni-cación?

Exposición de nuestra tesis o idea central

En nuestra opinión, nos encontramos ante un fenómeno completamente nuevo. No se tra-ta, pues, de algo "de toda la vida", como sostienen algunos autores, sino de algo que obe-dece a causas y a circunstancias novedosas. Para decirlo de un modo resumido, veremos cómo la violencia en las aulas es consecuencia de un fenómeno cultural y social más am-plio, del fenómeno que hemos denominado como "justificación ideológica de la violencia", transmitido y propagado a través de diferentes instrumentos de difusión cultural: televi-sión, cine, videojuegos...

Defensa de nuestra tesis

La institución escolar no es una institución cerrada en sí misma, sino abierta y porosa. Los jóvenes son especialmente influenciables: se encuentran en una etapa de construcción de la identidad personal, y en este período se buscan modelos de conducta que sirvan de pau-ta y ejemplo. Si antiguamente esos modelos provenían de los adultos, en las sociedades modernas ha surgido toda una iconografía en torno a la imagen del joven rebelde.

Esta iconografía no es en sí misma precursora de la violencia. Sin embargo, se ha asociado demasiado frecuentemente con la violencia. Se propone un modelo de personalidad basa-do en la fuerza, y no en el diálogo o el respeto. La violencia genera imágenes impactantes, atractivas desde un punto de vista icónico. Conectan con la necesidad de autoafirmación del joven, y se presentan como una válvula de escape ante una situación social que puede llegar a ser frustrante.

La violencia no es natural al ser humano, como pretenden algunos teóricos. La conducta violenta es aprendida. Si bien hay una violencia de origen biológico que sí es natural, dicha violencia tiene, en el resto de las especies, una función adaptativa, y una serie de pautas que la desencadenan y la detienen cuando ha cumplido su cometido (de no ser así, la vio-lencia entre animales de una misma especie podría ser perjudicial para la misma especie). En el ser humano la violencia no es adaptativa; no se desencadena automáticamente ante un estímulo; puede ser y de hecho es controlada.

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En resumen: para que la conducta violenta se desarrolle en el ser humano, debe darse un aprendizaje. Este aprendizaje es cultural.

A esto hay que añadir otra circunstancia de carácter social: una situación de difuminación de las normas, que la escuela como institución sufre especialmente. Los viejos modelos au-toritarios han desaparecido, y se ha pasado a la construcción de modelos de convivencia más igualitarios. Las normas han perdido peso y relevancia. El individualismo como pauta cultural ha ganado terreno, y entretanto se produce un ajuste al nuevo modelo de convi-vencia, que respete las libertades y derechos individuales de los alumnos, se pierden de vis-ta los deberes y las responsabilidades. En pocas palabras: la escuela es un contexto social muy vulnerable a los cambios sociales, al impacto de los nuevos iconos, que a veces están al servicio de ideologías que están interesadas en promover la violencia frente al diálogo y la tolerancia.

Resumen y cierre

Nos encontramos ante un nuevo fenómeno de carácter no solo escolar, sino social y cultu-ral. La violencia como modelo de conducta ha impregnado a nuestros jóvenes y ha llegado a la escuela. Tenemos que encontrar la manera de atajar el problema, antes de que altere de modo irreversible la convivencia en nuestros centros educativos.

Pero, al tratarse de un problema que trasciende a la propia institución educativa, y que ata-ñe a familias y poderes del Estado, la solución deberá pasar necesariamente por un diálogo entre todas las partes implicadas.