Folleto Quijote Tramo 1 web:Maquetación 1 · nada le espera un rica gastronomía con productos de...

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Tramo 1 De Toledo a San Clemente por El Toboso y Belmonte Etapa 1: De Toledo a Mora: 45,4 km. Etapa 2: De Mora a Villacañas: 63,6 km. Etapa 3: De Villacañas a La Guardia: 47 km. Etapa 4: De La Guardia a Mascaraque: 45 km. Etapa 5: De Villacañas a Campo de Criptana: 54,5 km. Etapa 6: De Las Lagunas de la Peña a El Toboso: 63,4 km. Etapa 7: De Quintanar de la Orden a Belmonte: 66,3 km. Etapa 8: De Belmonte a Belmonte: 45,5 km. Etapa 9: De Belmonte a Carrascosa de Haro: 26,5 km. Etapa 10: De Carrascosa de Haro a San Clememte: 37 km. Leyendas e iconografía Puntos de interés natural RUTA DE DON QUIJOTE www.turismocastillalamancha.com TRAMO 1 : De Toledo a San Clemente por El Toboso y Belmonte - 501 km

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Tramo 1

De Toledo a San Clementepor El Toboso y Belmonte

Etapa 1: De Toledo a Mora: 45,4 km.

Etapa 2: De Mora a Villacañas: 63,6 km.

Etapa 3: De Villacañas a La Guardia: 47 km.

Etapa 4: De La Guardia a Mascaraque: 45 km.

Etapa 5: De Villacañas a Campo de Criptana: 54,5 km.

Etapa 6: De Las Lagunas de la Peña a El Toboso: 63,4 km.

Etapa 7: De Quintanar de la Orden a Belmonte: 66,3 km.

Etapa 8: De Belmonte a Belmonte: 45,5 km.

Etapa 9: De Belmonte a Carrascosa de Haro: 26,5 km.

Etapa 10: De Carrascosa de Haro a San Clememte: 37 km.

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Puntos de interés natural

RUTA DEDON QUIJOTE

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TRAMO1 : De Toledo a San Clemente por El Toboso y Belmonte - 501 km

Tiene el viajero por delante 500 kilómetros desde la monumentalciudad de Toledo hasta la villa manchega de San Clemente. Ca-minos que, tras abandonar el Valle del Tajo y la Meseta Cristalina,transcurren en gran parte por esa perfecta y amplia llanura quees La Mancha. Un tramo dividido en dos por el río Gigüela que aduras penas erosiona la superficie en unas tierras donde loscampos de viñedos y cereales conviven con amplias extensio-nes de olivares. Paisajes verdes en primavera, amarillos en ve-rano y ocres en otoño e invierno que cobijan un puñado dehumedales y complejos lagunares que atesoran una rica y va-riada avifauna. Y, aquí y allá, pequeñas sierras y elevaciones enlas que se levantan molinos y castillos, que jalonan este amablerecorrido. Un recorrido que tiene parada y fonda en las ciudades,villas y pueblos en los que el blanco encalado de la arquitecturapopular convive con el rojizo apagado de los edificios civiles yeclesiásticos. Aquí el clima es caluroso en verano y frío en in-vierno, con primaveras cortas y otoños que embrujan; no obs-tante, cualquier momento es bueno para que el viajero se adentrepor estos caminos, sobre todo sabiendo que al final de cada jor-nada le espera un rica gastronomía con productos de la huerta ycarnes de caza como amos y señores de la mesa.

Parte el camino de la ciudad de Toledo. Sin duda el viajero seencuentra en una de las ciudades más bellas del mundo y es casiuna obligación perderse por sus callejuelas y empaparse de suvariado, amplio y magnífico conjunto monumental. El especta-cular peñasco sobre el que se alza la ciudad abrazado por el ríoTajo en un increíble meandro queda atrás cuando el viajero em-prende, dirección sureste, el camino hacia tierras manchegas.

Olivares y tierras de cultivo nos acompañan en estos primeros pasos.Llanuras que ya nos no abandonarán y sólo se ven salpicadas porcerros en los que se levantan castillos como los de Almonacid de To-ledo, que ya existía en época árabe; o el de Peñas Negras en Moradesde el que se divisa un mar de olivos de verde intenso. La propiavilla moracha conserva un rico patrimonio arquitectónico y celebra elúltimo domingo de abril la popular Fiesta del Olivo. Un poco antes, enMascaraque, el viajero habrá optado por uno de los dos ramales enque se divide el tramo: el que le conducirá de Mora a Villacañas pa-sando entre otras localidades por Tembleque, con su magnífica PlazaMayor, o El Romeral, con sus típicos molinos de viento; y el que sedesvía hacia Huerta de Valdecarábanos con su hoy desmejorado cas-tillo y La Guardia con sus cuevas excavadas en la roca, una antiguasinagoga y la popular ermita del Santo Niño.

Bienvenido a la aventura...Por delante esperan 2.443 kilómetros de uno de los corredores ecoturísticos más fascinantes del mundo: ciudades, pueblos,aldeas, iglesias, ermitas, castillos, molinos, ventas, llanuras, sierras, valles, ríos, lagunas, estepas, bosques, barrancos y …aventura, mucha aventura; como la que vivió Don Quijote con su inseparable Sancho hace más de 400 años de la pluma deMiguel de Cervantes por estas tierras castellano-manchegas. En esta Ruta tiene el viajero una cita con la historia, con lacultura, con la naturaleza y con las gentes de esta región teniendo como inigualable guía a la alargada figura de Don Quijote.

En estas tierras de la Mesa de Ocaña encontramos algunos hu-medales que encierran una rica avifauna como las Zonas Húme-das de la Dehesa de Monreal o las lagunas de Longar y laAlbardiosa en Lillo.

En Villacañas, villa en la que el viajero podrá visitar sus típicos silos oviviendas subterráneas, se vuelven a juntar los dos ramales aunquepor poco tiempo. La Ruta de Don Quijote vuelve a dividirse antes dellegar a Quero con la intención de poder visitar los conjuntos laguna-res que se extienden por estas tierras y localidades eminentementemanchegas como Villafranca de los Caballeros y Alcázar de San Juan(esta última conserva restos de la edad de Bronce, romanos, árabes,y una rica arquitectura civil, popular y religiosa en la que no faltan loscaracterísticos molinos de viento). De nuevo los caminos se unen enCampo de Criptana, donde el viajero vuelve a toparse con los molinosque nuestro inseparable compañero de viaje confundió con gigantes.Y tras los molinos… “la sin par Dulcinea del Toboso” igual que la ima-ginó Don Quijote puede el viajero encontrársela en la villa donde éstela imaginó; allí se levanta la Casa de Dulcinea y el Museo Cervantino,visitas ambas obligadas. Antes de continuar hacia el este la Ruta sedesvía para acercarse a Miguel Esteban y Quintanar de la Orden.

La “recta final”, querido amigo viajero, ha comenzado. La pro-vincia de Cuenca aguarda. Mota del Cuervo se levanta ante nos-otros con su conjunto de molinos y un magnífico patrimonioarquitectónico. De allí seguimos camino hacia Belmonte, patriade Fray Luis de León que conserva un extraordinario conjuntomonumental con su emblemático castillo. La laguna de los Ca-pellanes, el río Záncara, el castillo de Haro y La Encomienda sonpuntos de interés en estas últimas etapas de nuestra ruta en laque no puede faltar un alto en la pequeña localidad de Villaes-cusa de Haro y la singular villa de La Alberca de Záncara.

El tramo termina, un merecido descanso espera al viajero al llegara San Clemente, uno de los más destacados conjuntos monu-mentales de la provincia de Cuenca, que no es decir poco.

“Estando yo un día en el Alcaná de Toledo, llegó un muchacho a vender unos cartapacios y papelesviejos a un sedero, y, como yo soy aficionado a leer aunque sean los papeles rotos de las calles,

llevado de esta mi natural inclinación, tomé un cartapacio de los que el muchacho vendía y vilecon caracteres que conocí ser arábigos.”

Primera Parte, Capítulo III de Don Quijote de la Mancha