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    Nunca he sentido pasIOn por la futografia "en sfmisma", sino por la posibiliclad de captar -o1vi(hin-dome de mi mistno-- en una fraccion de segundo,1aernocion que cl tema dcsprcnde y 1abelleza de 1aforma. En oi.ras palabras, una geometria dcsvcladapor 10 qlle se ofrecc.E1 disparo foiografico es uno de mis cuadernos

    de esbozos,

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    Desnudo, 1989

    "Fotografiar y dibujar": ~puesta ell paralelo-e-.La fotografia cs, para mi, el impulse csponuineo deuna atcncion visual jJerjJf!ltta, que atrapa el instante ysu cternidad.EI dibujo, por su grafologia, clabora 10 que nues-

    tra conciencia ha atrapado ric est' instante.La fotograffa cs una accion iumcdiata; ddibujo

    una mcdiiacion.27-4-92

    ,F i

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    r

    E1debate sobre dgrado y ellugar que 1a fotografiadebe de oeupar entre las artes plasticas no me haprcocupado jamas, ya que este problema de jerar-quia sicmprc me ha parecido de naturaleza pura-mente acadernica,

    27-11-85

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    Los europeos

    Un dia conoci a Ull escoces: "Me han dicho glle harccorrido listed mur hos paises, 2como es que notiene fotograffas de Escocia?" Me coste convencerlede que no se trataba de ning-ulla discriminacion porrni parte hacia su pais, POl' el contrario, v sin nccesi-dad de rcmoutarnos a Maria Estuarrlo, los vinculosentre Francia y Escocia ...Evidentememc hay ell el rotograro algo de pasean-

    te or ioso y, por poco que csre dorado de un espiritumcrodico, podria utilizar este rasgo para elaborarl\na especie de repertorio, de an uario: "~Cmll es e Isignificado de todo 10 que cnumera?", preguutariaentonccs nuestro cscoccs,Tolstoy dijo en Gurrra)' 1m2: "Vco que, pOl' mas

    que obscrvara durante largo rato v minuciosamenrelas agujas de mi reloj, 1a valvula y las ruedas de lalocomotora, 0los brotcs del casiafio, no descubriria,sin embargo, la causa del repique de las campanas,de In que pOlle en marcha la locomotora ni del vicn-to primaveral.

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    En el rio Marne, 1938

    Para conseguirlo, debo cambiar cornpletamentemi punto de: observacion, estudiar las leyes del mo-vimiento, del vapor, de la campana y del viento. Esacs precisarnente la {area que incumhe a la historia.Y esta ya 10 ha intentado",El fot6grafo se limita a mostrar las agujas del relojpem escoge e 1 instante: ''Yo estaba ahi y asi era 1a

    vida en esc instante tal como yo la vi". Los hombresque participan en la fotografia, aqui europeos, puedenparecerse a primcra vista a un campcsino hotentoteo chino aunque:, si comparamos nuestros territorioskilometre cuadrado a kilometre cuadrado, proba-blcme:nte sea aqui. por causas hist6ricas y geogniti-cas, donde encontramos la mayor diferenciaci6n.Las ansias de alegrfa y felicidad de los hombres, 0suferocidad se manifiestan a traves de pcquefios deta-lles infinitamcntc nurnerosos. Sorprenden por sunovedad pem tambien por su familiaridad, como sifueran producto del recuerdo. Crecmos reconocer-las entre impresiones generales, en cierto modo con lasensacion que nos invade cuando recorremos un mu-seo por primera vez, pero del que conocemos ya al-gunos cuadros a partir de reproducciones. Frente acada nuevo cuadro, se experirnenta el sobresalto de lasorpresa, la alegria de medirse en una confrontaci6n.En fotograffa, la creacion consiste en un breveinstarue, un rayo, una replica: en subir cl aparatohasta el ojo y atrapar, en la pequena caja econorni-ca, 10 que te ha sorprendido, cazarlo al vuclo sintrucos, sin dejar que sc resista. Mientras tomamosuna foto, estamos haciendo pintura,Este guino cobra valor gracias a la frescura de la

    impresi6n, aunque 2excluye eso cualquier experien-41

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    CIa preparada- -:::\1alltcllemos csta frescura cuando110S cstahlcccmos durante un largo periodo de ticrn-po en lin pais? Ya estemos de paso 0estahlr-cidos,para cxprcsar lin pais, 0una situacion, hay quehuber csiablecido en alguna parte cstrcchos vincu-los de trabajo, tcncr eI apoyo de una comunidadhurnana; vivir lleva su ucrnpo, las rakes se formanlentamente. El insiantc puede scr cl fruto de unlargo conocimiento, 0el producto de la sorpresa.

    Allt,UIO sc ilusrraba la geogTafia del mundo median-te reproduecioncs de los grandes rnonumentos 0defiguras de tipos cmicos, hoy en dfa los elementoshumanos que ofrccc la fotograih se uncn y descar-tan esta vision.Cuando dejaruos can una piedra desdc una cima

    no sabemos cual va a ser su eeo; cuando ponemosuna fotograffa en c.irculacion, deja de ser nucstra, senos escapa. Este aprcndiza]c del mundo a traves dela I"otografia pur-de tener resultados afortunados 0desastrosos seglill que e 1 pcqucno hecho que mos-t ramos cstc aislado, inscrrado 0 no ell Stl contextede tiernpo, lugar y huinanidad.AJ igual q lie los hom bres, los paises no tieuen

    rodos la misma edad, ni la misma fortuna; su grado'de madurcz dificrr- scgun sus dominios. En ocasio-nCS, tam bien, a pesar de transformacioncs profu n-das, hallamos rasgos ell cstos que crcfamos desapa-rccirlos y se sicnrc uno como si hubiera reconocidoanna jovcn en el rcuaio de su abuela, Iallecidahaec ya mucho tiempo,Los ruristas se sicnten a muuuclo pcrdidos cuan-

    do es tablcccn com paracion cs entre los paises por

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    donde viajan y su propia patria, pues sus referenciasparten dc opiniones 0recucrdos muy pcrsonalcs," C I ~":: ,01110 sc puce e ser persa-EI desfase entre paises se percibc. a mr nurlo (on

    claridad, ya en las rnismas tronreras, pero, en otrasocasioncs, y antes de que uno sc de cuenta, ya llcvamucho tiernpo en casa del vecino.Naturalmcnrc, no quiero hablar aqui del reino

    universal del trajc de t rcs piczas, ni de la esrandari-zaci6n mun dial de los objetos, sino del hombre consus alegrias. y sus penas, y sus luchas,Hay miles de maneras de describirlo, pero nunca

    podre afirmar quc "los personajes de cstc libro sonpuramcntc imaginarios" y que "todo parecido conpersonas reales es pura coincidencia".

    1955

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    De una China a otra

    A principios de diciembre de 1948, tome el avian enRangoon, Binnania, rumbo a China. Consegui lle-gar a Pekin doce dias antes de que los ejercitos deMao Tse-uing tornaran la ciudad y me marche de lacapital en el ultimo avion que tuvo que hacer undcspegue de emergencia porquc los eomunistas em-pezaban a rodear el aeropucrto.Despues de aterrizar en Shanghai, busque la

    manera de pasar a las zonas controladas por los ejer-citos populates. Habia un bloqueo y pude llegar aIIong Kong en el navio britanico La Amatista parapedirle a HlIong Hua, representante de la Chinapopular en Hong Kong y futuro ministro de Asun-tos Extcriores, un salvoconducto para llegar bastaPekin. Me respondio. muy cortes, que dado que noera ni una ageneia de viajes, ni un consulado, etc.,10 unico que podia hacer era mandar una carta nooficial para facilitarrne las cosas.Para cruzar las lmeas eseogi la region de Tsing-

    tso, en la peninsula de Chan-toung, en el norte.4;')

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    1\1e habian dicho que csa era la ruta cscogida pOl' losmisioneros para reun irse con sus fides . .:POI' q l i e 110imitarlcs, cargando mi cquipajc Cil una carreta quecmpujarfa delante de mi?De csta ma ncra me dispon ia a partir, cuando rne

    encontre a un periodisra ya lin ho mbre de nego-cios amc rican os q uc q uerian haec I'cl IIIsmo cami-no, allnque en jeep. Abandonamos a los militarcsdel Kuomintang y partimos los [res, a la aventura.Las borrascas de n i eve del terrible invicrno 110 nospcrmitian difcrcnciar cl camino de los campos. Alcabo de un tiempo de hallarnos ell ese no man \land, entrevimos sombras que circulaban por elcam po, entre mon t.iculos de tumbas, Yo prccedfaal j(!('jJ a pie, blandiendo un pariuelo blanco atadoa la punta de u n bast.on y nii pasaporte frances, quecrcfamos el mejor salvoconducro en csa soledadblanca c iq uictan te.Tras una docena de kilometros a esc paso, llega-

    IllOS a una ciudad donde estaba acantonado undesracame nto del Fjercito Popular. EI joven comi-sario politico de cse destacamento era cl unico quehablaba ingles; tenia primos CIl San Francisco,Loudres, Hong Kong, etc. Considero qlle nuestrae xped icion era una im prudencia y pidio ins true-clones a los altos mandos, Quedamos a la cspcra,alojados en una gral~ja donne dormfamos sohreunas estufas y donde res ul ta ba l l1uy in tcrcsantuobscrvar la vida de los lugarenos y de los Pai [,00(sexto ~jercito ric: ruta). Al cabo de cinco scmanas,nos rogaron que regrcsaramos por donde habia-mos venido. Si me he dctcnido en la narraciondetallada de csa escapada es porquc:, cviden temen-41 i

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    Los ulti rnos dias del Kuornintang, Pekin, 1949

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    te, no pude obtener fotografias de ella y este relatocompleta mi diario,Encontre Shanghai sumida en pleno desorden.

    Me rnarche de alli para acornpanar a unos budistasque iban en peregrinacion por la paz a los santua-rios de Hang-teheou. Fue alli donde me entere deque el frente se estaba aproximando al Yang-rse.Me aprcsure a diriginne a Nankin, capital del Kuo-mintang, Era una verdadero "salvese quien pueda"de los militates, que las mas de las veces se hacina-ban en carretillas con sus familias Ysus hatillos. Lainminencia del paso de las tropas comunistas par clrio Yang-rsc se percibia en cl ambiente.La revista I.i je, al saber que habia lIegado a Hong

    Kong en el navio britanico La Amatista, que en esosmomentos se hallaba andado en el Yang-tse, metclegrafio para que pidiera autorizacion para foro-grafiar cl paso de las tropas comunistas dcsde elpuente riel barco. Se me ocurrio comcntarsclo anuestro agregado militar junto a Tchang Kai-chek,cl coronel Guillermaz (futuro ernbajador de MaoTse Tung), quien me dijo: "No tengo ningiin conse-jo que dade, pem le diria, par su bien, que se abs-tenga'', Y en buena hora, pues los comunistas seapresuraron a hundir el aviso.Pude continual' con rni trabajo ric Iotografo, ya

    que los comunistas autorizahan a los extranjeros aejercer sus oficios y fui testigo de la cnorrne curiosi-dad de la poblaci6n de Nankin, -peguer-ws comer-ciantes y hombres de negocios, llena de una bondadtradicional-, atonita, aunque inquicta, ante la lle-gada, a pie, de ese ejercito espartano de campesinos

    procerlemes del Nort.e , equipados rudi mentaria-mente y que no hablaban el mismo dialecto que cllos.T.os soldados iban cantando sus tres mandamicntos:1. "No cojas ni hilo ni aguja". 2. "Considera al pue-blo como tu familia". 3. "Todo 10 qlie tc hayas lleva-do, debes devolverlo", Les adamaban aungue no sinuna cicrta inquictud ya que, en China, se ha consi-derado siempre a los soldados como saqueadores4ue viven de los demas, por 10 eual, se desprecia eloficio de militar,Se habia dccrctado cl bloqueo pero vino un

    paquebote a embarcar a los cxtranjeros que desca-ran abandonar el pais. Antes de mi partida, tuve queprescntar mis ultirnas Iotograffas a la ccnsura. Nin-guna de ellas suscito objeciones de consideracion.Embarq l ie, pues, a finales de septiem bre de 1949 enShanghai y lIegllc urios dias despues a Hong Kong.Ahi terminaria, transcurridos diez meses, mi primervia]e a China y su diario fotografico,

    1954

    El orgamsmo de Relaciones Culturales chinas meinvito a visitar de nuevo China de norte a sur y deeste a oeste durante varios meses con motive deldecimo aniversario de su toma del poder. Estabanen el "Gran Salto Adelante", la industrializacion:alcanzar a Inglaterra. Se podia haber previsto ya eladvenirniento de la Revolucion Cultural.Estaba en Nankin en 1949 cuando el ejercito de

    liberacion entro en la ciudad. Por aquel cntonccstuve Ia impresion de que en esos hombres se man-

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    rcnfa aun esc ideal que lc rlio prestigio a esa inmen-sa epopeya que habra slipliesto la Larga Mareha.Hoy en db, con la ignorninia de Tiananmen, el ejcr-cito chino actual inrcrua salvar, en la sangre de losestudiantes, la esclerosis del regimen.

    1989Moscu 1955

    -"Acabamos de recibir los visados para Sl1esposa ypara listen.-r:Cmindo podremos mareharnos?-En cuanto quierau".La noticia era demasiado repentina y demasia-

    do sorprendente como para no alterarnos un poco.No estabamos realmente preparados para marehar-nos. Habiamos solicitado los visados ocho mesesan tes. Durante esa espera habfamos dejado decreer en ese viaje. Y, sin embargo, dos meses antesme hahia en tcrado de qlie el < : : i em plar de rnis lma-W 'J II la sauuette qlle habia cnviado a Moscu paraapoyar rni solicitud babia tenido una buena aco-gina.En Paris, en el consulado, me habfan dicho a1

    sellar nul'S t.ros pasaportes que tendria que rcvclarmis negativos en la URSS. As! que, a ultima hora,com pre los productos especiales que suclo utilizar,Ya no nos qucdaba mas que esperar nuestros bille-tes y la carta de crcdito.

    :; 1

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    Cafeteria del edificio de los trabajadores,Hotel Metropol. Moscu. 1954

    EI 8 de julio tomamos el expreso de Praga. Ni ami mujcr ni a mi nos gusta viajar en avion. Va dema-siado rapido, y no te perrnite ver a 10 largo del tra-yecto las diferencias que hay entre los paises queuno va cruzando, No habia vuelto a Checoslovaquiadesde 1930. Pasamos una noche en Praga y al diasiguiente salimos en el expreso Praga-Moscu, Todoera nuevo para nosotros en el coche-cama, desde elsamovar instalado al otro extrema del pasillo hastalas cortinas de terciopelo . f r a p p e , tan de moria en laURSS. El tren rccorrio, a 10 largo, toda Checoslova-quia. AI dia siguiente llegarnos a Tchop, la cstacionIrontcriza sovictica.La segunda parte de nuestro viaje duro un total de

    dos dias y medio, de los que pasamos veinticuatrohoras en 1a UR';;S. Cuando nos apeamos en 1a esta-cion de Moscii nos sentiamos un poco como los cam-pcsinos que Began a la ciudad, tantas eran las ganasque teniamos de ver y conocer. No habfa estado antesen ese pais y queria ponerme a trabajar inmcdiata-mente, aunque no sabra si podria fotografiar con lamisma libertad que en otras partes. En Paris me habfandicho que necesitaba una autorizaci6n especial y te-mia que, para obtencrla, tuvicra que dar lagas expli-caciones que podrian reperrurir sobre mi trabajo.Sin embargo, en Moser .i, me entere de que loscxtranjeros podian fntografiar librernente, exceptoobjetivos militates, nudos Icrroviarios, vistas panora-micas de las ciudades v deterrninados monumentospiiblicos para los que se requeria una autorizacionde la Direccion,Me preguntaron que queria ver. Explique que 10

    que mas me inicrcsaba cran las gentes, que preten-53

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    dfa cruzarme con elias en Ia callc, en los almaccnes,en cl trabajo, durante sus ratos de ocio, en todos losaspectos visibles de la vida, en cualquicr parte don-de pudiera acercarme de puntillas a las personas vno rnolestarlas al fotografiarlas.Establccimos un program a en base a ello, Misrnetodos de fotografo profcsional no eran I11UY

    corrientes en la URSS, y adernas ni mi mujer ni yosabernos ruso. Nos asignaron un irucrprete. Veniacada manana a recogernos al hotel y nos guiaba porlos lugares que habfamos escogido. Si sc necesitabaalguna autorizacion, el mismo sc ocupaba de lostramites v nos fue muy (nil. De vez ell cuando, en Iacallc, la gente se sorprendia de qne un fotografo,visiblemente cxtranjero. les disparara "a qucmarro-pa", Me interpelaban. Como no les cnreridia, lesrcpctia la unica frase (0 casi) que habia logradoretener del ruso: Touaritcli Pereootchik Suida ("EIcamarada inrerprcre esta ahi"): Saludaba educada-mente y segufa trabajando mientras mi intcrpretese cxplicaba ante los transeuntes, Enionces dejabande ocuparse de mi. Asi fuc como puck fotografiar aun gl,tIl muncro de personas que vivian y actuabancomo si yo no hubicra estado alii. Antes de \legar aMoscu ya habia visto muchas fotograffas de laCRSS. No obstante, mis primeras imprcsiorics goza-ron de la sorpresa del dcscubrimiento. Considera-ba que, desde mi punto de vista, cl tema IlO sc habiatratado aiin a fondo. Asi que interne captar unaimagen directa del pueblo de Moscu en su vida dia-ria yen sus rclaciones humanas. S