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    Lecciones y Ensayos, nro. 85, 2008Marcelo Raffin, El pensamiento de Gilles Deleuze y Michel Foucault en cuestin , ps. 17-44

    EL PENSAMIENTO DE GILLES DELEUZEY MICHEL FOUCAULT EN CUESTIN:

    LAS IDEAS EN TORNO DEL PODER,EL SUJETO Y LA VERDAD

    MARCELO RAFFIN *

    Resumen: De la obra de Deleuze pueden distinguirse tres etapas. La primera se co-rresponde con una actividad de retrato de autores como Spinoza, Bergson y Nietzsche.De la segunda parte de su produccin, compartida con Flix Guattari, cobra impor-tancia la obraMil Mesetas, y especficamente elRizoma, libro que no tiene sujeto niobjeto. En la tercera etapa se distinguen anlisis sobre cine, as como una poderosaredefinicin de los modelos de sociedades disciplinarias descriptas por MichelFoucault.En la obra de Foucault, tambin suelen diferenciarse tres etapas. En la primera do-mina la pregunta arqueolgica sobre el surgimiento de determinados enunciados enciertos momentos. En la segunda etapa, Foucault se apodera de la genealoganietzscheana y, ya en el tercer momento perodo tico o de la gobernamentali-dad, se analiza con mayor profundidad la formacin de las subjetividades.

    Abstract: The works of Deleuze can be divided into three stages. During the first,he studied such authors as Spinoza, Bergson, and Nietzsche. In the second stage,shared with Flix Guattari, the workA Thousand Plateous gains importance, as well

    asRhizome, a book without subject and object. The third stage is featured by essayson cinema and a powerful redefinition of the models of disciplinary societiesdescribed by Michel Foucault.The works of Foucault are also usually divided into three stages. The first isdominated by the archaeological question about the emergence of determinedformulations in certain moments. In the second stage, Foucault takes possession ofNietzschean genealogy and, during the third stage ethical or governmental periodthe formation of subjectivities is analyzed in depth.

    Palabras clave: Retratos - Rizoma - Sociedad de control - Sujeto - Arqueologa -Genealoga - Biopoder.

    Keywords: Portrait - Rhizome - Society of control - Subject - Archaeology -Genealogy - Biopower

    * Profesor e investigador en Filosofa, Teora Social y Poltica y Derechos Huma-

    nos en las Facultades de Ciencias Sociales, Derecho y el Ciclo Bsico Comn de la Uni-versidad de Buenos Aires. Estudi Filosofa, Derecho, Sociologa y Traduccin en las Uni-

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    I. INTRODUCCIN

    La posibilidad de establecer una relacin entre las ideas de GillesDeleuze y Michel Foucault y el mundo del derecho y sus inefables rela-ciones e inexorables alcances, puede aparecer, en la superficie, como unatarea poco fructfera. Pero, a poco que se agudiza la lente, que se deja delado la banal especulacin sobre temas trillados o a todas luces especfi-cos, o, para decirlo con el espesor del dominio de saber que se emplea,que se formula la relacin en trminos filosficos, lo que ambos filsofospueden haber llegado a proponer respecto del derecho, no es menor. Noestoy refirindome entonces a las investigaciones de Michel Foucault entorno a las prcticas judiciales, que ciertamente son centrales en la mate-ria, sino ms particularmente a lo que ambos filsofos elaboraron, propu-

    sieron y defendieron respecto del poder, el sujeto y la verdad como treslneas fundamentales de comprensin del mundo y de la vida y que, nece-sariamente, conciernen al derecho. Y aqu esa implicancia es no slo deestructura profunda algo a lo que la mayora de los juristas est pocoacostumbrada sino tambin, en algunas ocasiones, de la produccin ode las categoras de ambos filsofos, de superficie, o sea, de procedimien-tos, reglas y dispositivos en primer trmino jurdicos. Por lo tanto,me gustara presentar los principales aspectos de esas contribuciones queexplicitan, ponen en evidencia y, finalmente, tornan comprensibles, entreotras, las lgicas internas y externas del derecho.

    En este sentido, es fundamental recordar tambin que hay todo unbagaje de ideas, gestos, programas y luchas que se tradujeron en accionesconcretas y decididas por parte de ambos filsofos en relacin con ciertos

    objetivos prcticos relativos a la multiplicidad de lo jurdico en su especi-ficidad y en sus lgicas profundas, aunque sin por ello dejar de tener unespesor que tambin atae a otros mbitos de la vida. Acaso la nocin decaja de herramientas (bote outils) resuma bien la manera de instrumen-tar todo ese bagaje y la visin que ambos sostuvieron respecto del queha-cer y de la finalidad propios de la filosofa y del pensamiento. La nocin

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    versidades de Buenos Aires y de Pars 8, donde se doctor en Filosofa. Ha publicado, entreotros libros,La experiencia del horror. Subjetividad y derechos humanos en las dictadu-ras y posdictaduras del Cono Sur (2006), Obsesiones y fantasmas de la Argentina. Elantisemitismo, Evita, Los desaparecidos y Malvinas en la ficcin literaria (en coautoracon Adrin Melo, en 2005), libros de Filosofa y de Derechos Humanos para educacinmedia y diversos artculos y captulos de libros en sus reas de especialidad. Actualmente,

    dirige una investigacin sobre el tratamiento de la vida a partir de las prcticas constituti-vas del paradigma socio-poltico moderno.

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    de caja de herramientas constituye otra de las tantas categoras tericas yposiciones que llevaron a que Michel Foucault y Gilles Deleuze termina-ran oponindose abiertamente al legado filosfico no slo de la moderni-dad sino de todo el platonismo (o sea, a todas las formulaciones que,cannicamente, han sido elaboradas en las huellas de los caminos abiertospor Platn y Aristteles) y se ubicaran claramente en la brecha abierta porFriedrich Nietzsche, en particular, con su adscripcin a la idea de unapolivalencia de la idea de verdad. Toda doctrina, toda creencia, toda idea,todo concepto sern entonces vlidos en tanto y en cuanto ofrezcan herra-mientas vlidas para la accin que se desea. Y no es que esta va nihilistasea demasiado diferente en su principio de funcionamiento de las solucio-nes platnicas (del signo que se prefiera), sino que simplemente hace ex-

    plcito ese principio de funcionamiento sin echar mano a ningn absolutoque se imponga, de manera previa (desde el principio, desde siempre, seestara tentado a decir) y excluyente por sobre toda otra posibilidad de ser.La caja de herramientas abre el camino a la multiplicidad y ser en esamirada de posibilidades en la que se fijarn los alcances.

    Veamos, pues, cmo Gilles Deleuze y Michel Foucault o MichelFoucault y Gilles Deleuze fueron construyendo esas ideas-acciones.

    II. LA MQUINA DELEUZE

    Se ha producido una fulguracinque llevar el nombre de Deleuze

    Acaso un da el siglo ser deleuziano.MICHEL FOUCAULT

    1. La filosofa de Gilles Deleuze

    Gilles Deleuze es una mquina. Una mquina que produce concep-tos, y sta es en su visin de la filosofa, la de la creacin o elaboracinde conceptos que acrecientan las posibilidades de vivir. Pero tambin esuna mquina de guerra, una mquina que libra una batalla y que arre-mete con la mayor fuerza contra toda la filosofa heredada. De esta bata-lla, que es una suerte de desenmascaramiento, para retomar una imagennietzscheana, o desencantamiento del mundo, surgen nuevos conceptos,nuevas ideas, nuevas formas de dedicarse a la filosofa. La produccindeleuziana estar signada por el movimiento, por lo mltiple y por la in-vencin; buscar constantemente la denuncia de toda institucin y de todasistematizacin, incluso revolucionarias o psicoanalticas, en nombre delos temas arcaicos del deseo (el hombre en tanto mquina deseante) y

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    de la locura, proponiendo una suerte de revolucin permanente del pen-samiento.

    Suele sealarse una primera etapa en la obra de Gilles Deleuze comode historia de la filosofa (que abarca los aos cincuenta y sesenta). Essta la poca del Deleuze profesor de la Universidad de Pars 8 Vincennes.A sus cursos asisten otros filsofos, profesores de matemticas, obreros,psicoanalistas, choferes de taxis, locos, ladrones, toxicmanos, policas ypolticos que van a escuchar ese discurso indito y a acercarse al profesordesconcertante. En esta etapa, Deleuze elige a David Hume (Empirismo ysubjetividad. Ensayo sobre la naturaleza humana segn Hume, 1953),Friedrich Nietzsche ( Nietzsche y la filosofa, 1962, y Nietzsche, 1965),Immanuel Kant (La filosofa crtica de Kant, 1963), Marcel Proust (Proust

    y los signos, 1970), Henri Bergson (Bergson. Memoria y vida, 1963),Sacher-Masoch (Presentacin de Sacher-Masoch, 1967), Baruch deSpinoza (Spinoza y el problema de la expresin, 1968, su tesis comple-mentaria, a la que agregar en 1981, Spinoza. Filosofa prctica) y revisasus ideas, sus cuestionamientos, sus visiones del mundo para construir lospropios. En la nota necrolgica que Eduardo Febbro escribe para el peri-dico argentino Pgina/12 en ocasin de la muerte del filsofo, resume estaprimera etapa as: Detrs de ese profesor iluminado estaba el estudiosoclsico, el autor que firmaba sesudos ensayos que se asemejaban en mu-cho a trabajos sobre historia de la filosofa: desde su primer libro consa-grado a Hume 1953 hasta el que consagr a Leibniz en 1988, Deleuzeexplor los sistemas y revel sus articulaciones mediante la iluminacinprecisa de sus conceptos mayores. En esa primera etapa de filsofo histo-

    riador aparece sin embargo una inmediata diferencia: bajo la aparienciadel ensayo histrico, Gilles Deleuze teje sus propias ideas, sugiere nuevoscaminos mediante la construccin de un asombroso mecano cuyas piezasson los autores estudiados, principalmente Hume, Spinoza, Bergson,Nietzsche, esos inclasificables rebeldes en la historia de la filosofa 1.

    Deleuze compara este trabajo de los primeros aos de actividad filo-sfica con la pintura, ms especficamente, con el retrato. De lo que setrata, segn sus propias palabras, es de hacer el retrato mental, el retratoespiritual, de los filsofos que elige. Propone entonces la metfora delretrato, inspirndose en Gauguin y Van Gogh. Ambos pintores pasaron aosde horror al color antes de entrar en l y transformarse en eximioscoloristas. Y as piensa Deleuze respecto de la filosofa: se necesitan aos

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    FEBBRO

    , Eduardo, Adis al filsofo nmade, en Pgina/12, Buenos Aires,8/11/1995, p. 27.

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    de retratos para entrar en el color. Por entre los retratos, Deleuze iba esbo-zando el propio: su propio arsenal de conceptos.

    Estos primeros aos desembocan en un segundo tiempo, en el queDeleuze lanza sus primeros grandes conceptos.Diferencia y repeticin, de1969, su tesis principal, abre el camino. Con esta obra liquida el princi-pio de identidad, elaborando al mismo tiempo una nueva concepcin delsujeto y del tiempo. Deleuze sostiene que slo existen cosas singulares,diferenciadas por su posicin en el espacio, incluso cuando declaramos susemejanza. El sujeto no preexiste, no produce las representaciones queconstituyen el mundo, sino que es producido por los juegos mltiples delo real y la inmanencia. Y explica: La diferencia slo implica lo negati-vo, y slo se deja llevar hasta la contradiccin, en la medida en que se

    contina subordinndola a lo idntico. El primado de la identidad, comosta sea concebida, define el mundo de la representacin. Pero el pensa-miento moderno nace del fracaso de la representacin, como de la prdi-da de las identidades, y del descubrimiento de todas las fuerzas que ac-tan bajo la representacin de lo idntico. El mundo moderno es el de lossimulacros. En l, el hombre no sobrevive a Dios, la identidad del sujetono sobrevive a la de la sustancia. Todas las identidades no son ms quesimuladas, producidas como un efecto ptico, por un juego ms profun-do que es el de la diferencia y la repeticin. Queremos pensar la diferen-cia en s misma, y la relacin de lo diferente con lo diferente, indepen-dientemente de las formas de la representacin que las llevan a lo Mismoy las hacen pasar por lo negativo 2.

    Toms Abraham piensa que Diferencia y repeticin es una gran in-

    troduccin a la filosofa, un modo de recorrer sus etapas siguiendo el tra-zado de un problema. Es una historia serial dice que no busca lacompletud ni la exhaustividad, sino el montaje de un laboratorio en el quela filosofa es motivo de experimentacin 3.

    Diferencia y repeticin se prolongar en Lgica del sentido, tam-bin de 1969, en el que Deleuze ampla su tesis de que lo real estconstituido por una multiplicidad irreductible de planos que ningn sujetopuede controlar. Pero, a diferencia del primero, en Lgica del sentido, elfilsofo recurre tambin a la literatura y pone, junto a Platn, Lucrecio ylos estoicos, a Lewis Carrol, Gombrowicz, Joyce, Fritzgerald, Klossowskiy Zola.

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    2 DELEUZE, Gilles, Diffrence et rptition, PUF, Paris, 1997, ps. 1/2.3

    ABRAHAM

    , Toms, Gilles Deleuze, enLa Hoja del Rojas, ao VIII, nro. 71, ju-nio de 1996, Buenos Aires.

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    Son estas las dos primeras grandes obras en las que Deleuze propo-ne sus nuevos conceptos filosficos, empresa que se prolongar en los aossiguientes, en la aventura de Capitalismo y esquizofrenia, que llevar ade-lante con Flix Guattari, compuesta por el Anti Edipo (1972) yMil mese-tas (1980).

    2. Capitalismo y esquizofrenia

    Los aos setenta estn signados por la explotacin de la creacin entodas sus variantes y en todas sus multiplicidades. Deleuze trabaja ahorajunto con el filsofo y psicoanalista Flix Guattari, con quien lleva ade-lante la propuesta de las filosofias-deseantes (philosophies-dsirantes),

    es decir, de la valoracin de la potencia afirmativa del deseo, que englobaa la vida y la produce. De esta poca son El Anti Edipo (1972), Kafka,por una literatura menor(1975),Rizoma (1976) yMil mesetas (1980) (que,recordemos, junto con El Anti Edipo, conforman el proyecto mayor de Ca-pitalismo y esquizofrenia). Los temas y los planteos de estos escritos re-corren la poltica, el espacio, el inconsciente, la mirada, el poder, el Esta-do, las lenguas, el arte, la filosofa, el deseo. Nuevas formas de pensar, dedecir, de volver a s o de partir de s para siempre, para olvidarse del smismo. De todas ellas, las ms polmicas, son las que aparecen en Capi-talismo y esquizofrenia.

    En el primer conjunto que compone la ofensiva, El Anti Edipo,Deleuze y Guattari arremeten contra el totalitarismo del psicoanlisis parapensar el deseo y para ubicarlo en el centro de cualquier mquina cons-

    tructora de lo social. Esa mquina deseante que es el ser humano tieneque ser capaz de irradiar la multiplicidad en el mundo a fin de desecharlas reglas que, en cualquier orden y de cualquier ndole, han limitado his-tricamente la creacin, la vitalidad, la autocreacin. En su momento, ElAnti Edipo fue tachado con dos crticas bsicas: denunciar la dictaduradel psicoanlisis y simplificar el inconsciente a la relacin padre-madre.Hoy en da, esas crticas fueron moderadas y permitieron una lectura menosalarmista que posibilita descubrir una defensa y una ilustracin de lo po-sitivo y vital del deseo.

    Qu es lo que Gilles Deleuze y Flix Guattari pretendieron hacercon El Anti Edipo? Bsicamente trataron de formular tres conceptos quese oponen directamente al psicoanlisis:

    1) Concebir al deseo como mquina, como fbrica y no como teatro.

    No se trata, pues, de pensar el inconsciente como un lugar en el que Hamlet

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    o Edipo representan eternamente sus papeles, sino que el inconscienteproduce, es en s mismo produccin.

    2) Conceptualizar al delirio como delirio-mundo, puesto que no sedelira por el padre o por la madre, sino por el mundo entero. El delirio es,pues, geogrfico-poltico, es decir, csmico.

    3) Visualizar la multiplicidad del inconsciente. El deseo se establecesiempre en un agenciamiento, siempre pone en juego varios factores entanto que el psicoanlisis slo lo hace con uno (el padre, la madre, etc.).Aqu aparece uno de los conceptos claves creados por Deleuze y Guattari:el agenciamiento (agencement). De qu se trata un agenciamiento? Unagenciamiento es precisamente ese aumento de dimensiones en una mul-tiplicidad que cambia necesariamente de naturaleza a medida que aumen-

    ta sus conexiones4

    . Implica, a su vez, bsicamente, cuatro dimensiones:estados de cosas, enunciados (estilos de enunciacin), territorios y proce-sos de desterritorializacin. Franois Zourabichvili, en su vocabulario sobreDeleuze, explica acerca del agenciamiento: A primera vista, este concep-to puede parecer de un uso amplio e indeterminado: segn el caso, remitea instituciones muy fuertemente territorializadas (agenciamiento judicial,conyugal, familiar, etc.), a formaciones ntimas desterritorializantes (de-venir-animal, etc.), por ltimo al campo de experiencia donde se elaboranesas formaciones (el plano de inmanencia como agenciamiento maqui-nstico de las imgenes-movimientos 5). Por lo tanto, en una primeraaproximacin, se dir que estamos en presencia de un agenciamiento cadavez que se puede identificar y describir el acoplamiento de un conjuntode relaciones materiales y de un rgimen de signos correspondiente. En

    realidad, la disparidad de los casos de agenciamiento encuentra su orde-namiento desde el punto de vista de la inmanencia, de donde la existenciase revela indisociable de agenciamientos variables y modificables que nodejan de producirla 6.

    Vale la pena detenerse tambin en otro concepto deleuziano relacio-nado con el de agenciamiento: el de desterritorializacin y territorio.Zourabichvili seala que el trmino desterritorializacin, neologismoaparecido en El Anti Edipo, no constituye por s solo un concepto y susignificacin es vaga mientras no se lo refiera a otros tres elementos: te-rritorio, tierra y reterritorializacin, conjunto que en su forma acabada

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    4 DELEUZE, Gilles - GUATTARI, Flix,Mille plateaux, Minuit, Paris, 2004, p. 14.5 DELEUZE, Gilles, Cinma 1 - Image-mouvement, Minuit, Paris, 1983, ps. 87/88.6

    ZOURABICHVILI

    , Franois, El vocabulario de Deleuze, Atuel, Buenos Aires, 2007,p. 16.

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    forma el concepto de ritornelo 7. Deleuze seala que en sentido gene-ral, se llama ritornelo a todo conjunto de materias de expresin que tra-za un territorio, y que se desarrolla en motivos territoriales (hay ritornelosmotrices, gestuales, pticos, etc.). En un sentido restringido, se habla deritornelo cuando el agenciamiento es sonoro o dominado por el sonidopero por qu ese aparente privilegio? 8. Recordemos, finalmente queel concepto de territorio implica ciertamente el espacio pero no consisteen la delimitacin objetiva de un lugar geogrfico. El valor del territorioes existencial: circunscribe para cada uno el campo de lo familiar y de lovinculante, marca las distancias con el otro y protege del caos. La inves-tidura mnima del espacio y el tiempo implica esa delimitacin, insepara-blemente material (consistencia de un agenciamiento) y afectiva (fron-

    teras problemticas de mi potencia)9

    .La panoplia de Capitalismo y esquizofrenia se completa con el con-junto de textos deMil mesetas, que se encuentra en un lugar plano o enun no lugar, sembrado de mesetas sin conexidad ni relacin de conti-nuidad alguna; constituye un paisaje desierto y prolijo en el que cadameseta nos invita a un laberinto profundo y, a veces, sin salida. La bisa-gra de Capitalismo y esquizofrenia es la meseta que abre el resto:Rizoma.De entre todos los nuevos conceptos, el de rizoma opera probablementecomo el central por la especificidad que cumple respecto de la inmanen-cia, que podra considerarse como el carcter definitorio de la aventuradeleuziana. Quizs sta sea la puerta escondida que nos conduce a la his-toria secreta de su pensamiento.

    3. Rizoma: deconstruccin del sujeto y del objetoDeleuze y Guattari dicen en Rizoma: Un libro no tiene objeto ni

    sujeto es una multiplicidad, una mquina. Escribir no tiene nada que vercon significar. Estamos hartos de los libros con races en rectas (en cual-quiera de sus versiones, pivotante objeto o dicotmica sujeto) ofasciculadas (o sistema raicilla). Los rboles de este tipo son asfixiantes.Un rizoma como tallo subterrneo se distingue radicalmente de las ra-ces y de las raicillas; se ramifica en todas las direcciones. Los bulbos, lostubrculos, son rizomas. Pero hay plantas con raz o raicilla que desde otrospuntos de vista tambin pueden ser consideradas rizomorfas. Cabra, pues,

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    7 Cfr. ZOURABICHVILI, Franois, El vocabulario de Deleuze, cit., p. 41.8

    DELEUZE

    , Gilles - GUATTARI

    , Flix,Mille plateaux, cit., p. 397.9 Cfr. ZOURABICHVILI, Franois, El vocabulario de Deleuze, cit., ps. 42/43.

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    preguntarse si la botnica, en su especificidad, no es enteramente rizomorfa.Hasta los animales lo son cuando van en manada, las ratas son rizomorfas.Las madrigueras lo son en todas sus funciones de hbitat, de provisin, dedesplazamiento, de guarida y de ruptura. En s mismo, el rizoma tieneformas muy diversas, desde su extensin superficial ramificada en todoslos sentidos hasta sus concreciones en bulbos y tubrculos: cuando las ratascorren unas por encima de las otras. En un rizoma hay lo mejor y lo peor:la papa y la grama, la mala hierba. Animal y planta, la grama es el crab-grass 10.

    El rizoma sustrae lo nico de la multiplicidad a constituir y permite,por ello, hacer la multiplicidad. As los filsofos dicen: Lo mltiple hayque hacerlo, pero no aadiendo constantemente una dimensin superior,

    sino, al contrario, de la forma ms simple, a fuerza de sobriedad, al nivelde las dimensiones de que se dispone, siempre n1 (slo as sustrayndo-lo, lo Uno forma parte de lo mltiple). Sustraer lo nico de la multiplici-dad a constituir: escribir a n1. Este tipo de sistema podra denominarserizoma 11.

    Deleuze y Guattari utilizan la metfora del rbol y de la raz pivotantey fasciculada como su modelo y su diagrama para referirse a la filosofaoccidental, al conocimiento (a la lgica y a la ciencia), al sujeto y al de-seo. ste es el pensamiento que eligen para formular sus crticas y presen-tar sus planteos. En este sentido, el rizoma puede leerse, en ltima instan-cia, como la ideologa, como la nueva forma de entender la filosofa. Noes objeto ni sujeto. El objeto y el sujeto no existen ms. La totalidad estcompletamente dmode. El rizoma se dirige en todos los sentidos, los

    incluye a todos12

    .Al rizoma le son atribuidos una serie de caracteres (de lo contrario,dicen Deleuze y Guattari, nadie les creera):

    1 y 2. Principios de conexin y de heterogeneidad: cualquier puntodel rizoma puede ser conectado con cualquier otro, y debe serlo.

    3. Principio de multiplicidad: slo cuando lo mltiple es tratado efec-tivamente como sustantivo, multiplicidad, deja de tener relacin con lo Unocomo sujeto o como objeto, como realidad natural o espiritual, como ima-gen y mundo. No hay unidad que sirva de pivote en el objeto o que sedivida en el sujeto. No hay unidad, ni siquiera para abortar en el objeto o

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    10 DELEUZE, Gilles - GUATTARI, Flix,Mille plateaux, cit., p. 13.11 DELEUZE, Gilles - GUATTARI, Flix,Mille plateaux, cit.12

    Acaso esta formulacin sea una nueva forma de totalidad como no totalidad (enun sentido, cmo puede hacerse la crtica de la filosofa sin salirse de ella?).

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    para reaparecer en el sujeto. Una multiplicidad no tiene ni sujeto niobjeto, sino nicamente determinaciones, dimensiones que no puedenaumentar sin que ella cambie de naturaleza (las leyes de combinacinaumentan, pues, con la multiplicidad). La nocin de unidad slo aparececuando se produce en una multiplicidad una toma de poder por elsignificante, o un proceso correspondiente de subjetivacin.

    En la medida en que llenan, ocupan todas las dimensiones, todas lasmultiplicidades son planas. Se hablar, en consecuencia, de un Plan de Con-sistencia o de Exterioridad de las multiplicidades, aunque ese plan seade dimensiones crecientes segn el nmero de conexiones que se estable-cen en l. El plan permite el camino al libro ideal, es decir, a aquel quedistribuye todo ese plan de exterioridad en una sola pgina, en un mis-

    mo lugar: acontecimientos vividos, determinaciones histricas, concep-tos pensados, individuos, grupos y formaciones sociales. Las multiplici-dades planas de n dimensiones son asignificantes y asubjetivas.

    4. Principio de ruptura asignificante: frente a los cortes excesiva-mente significantes que separan las estructuras o atraviesan una. Un rizomapuede ser roto, interrumpido en cualquier parte, pero siempre recomienzasegn esta o aquella de sus lneas, y segn otras.

    5 y 6. Principio de cartografa y de calcomana: un rizoma no res-ponde a ningn modelo estructural o generativo. Es ajeno a toda idea deeje gentico, como tambin de estructura profunda. El rizoma es mapa yno calco. Si el mapa se opone al calco es precisamente porque est total-mente orientado hacia una experimentacin que acta sobre lo real. El mapano reproduce un inconsciente cerrado sobre s mismo, lo construye. El ma-

    pa es abierto, conectable en todas sus dimensiones, desmontable, altera-ble, susceptible de recibir constantemente modificaciones. Puede ser roto,alterado, adaptarse a distintos montajes, iniciado por un individuo, un gru-po, una formacin social. Una de las caractersticas ms importantes delrizoma quiz sea la de tener siempre mltiples entradas (como la ma-driguera, que es un rizoma animal). Un mapa es un asunto de performan-ce, mientras que el calco siempre remite a una supuesta competencia(comptance).

    En consecuencia, el problema de la cartografa es distinto al de loscalcos prefabricados y se opone a ellos. La cartografa apunta a las op-ciones polticas como entradas y salidas ante callejones sin salida que seviven (particularmente el nio) polticamente, es decir, con toda la fuer-za del deseo. A diferencia del mapa, el calco es muy peligroso porque

    cuando cree reproducir otra cosa no hace ms que reproducirse a smismo.

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    Hay agenciamientos muy diferentes, mapas-calcos, rizomas-races,con coeficientes de desterritorializacin variables. La localizacin no de-pende aqu de anlisis tericos que implican universales, sino de una prag-mtica que compone las multiplicidades o los conjuntos de intensidades.

    Ser rizomorfo es producir tallos y filamentos que parecen races, o,todava mejor, que se conectan con ellas al penetrar en el tronco, sin per-juicio de hacer que sirvan para nuevos usos extraos. Estamos cansadosdel rbol. No debemos seguir creyendo en los rboles, en las races o enlas raicillas, nos han hecho sufrir demasiado. Toda la cultura arborescenteest basada en ellos, desde la biologa hasta la lingstica. No hay nadams bello, ms amoroso, ms poltico que los tallos subterrneos y lasraces areas, la adventicia y el rizoma. Amsterdam, ciudad totalmente

    desenraizada, ciudad-rizoma, con sus canales-tallos, donde la utilidad seconecta con la mayor locura, en su relacin con una mquina de guerracomercial. El pensamiento no es arborescente, el cerebro no es una mate-ria enraizada ni ramificada 13.

    El rbol o la raz inspiran una triste imagen en el pensamiento queno cesa de imitar lo mltiple a partir de una unidad superior, de centro ode segmento. Los sistemas arborescentes son sistemas jerrquicos queimplican centros de significancia y de subjetivacin, autmatas centralescomo memorias organizadas. Corresponden a modelos en los que un ele-mento slo recibe informaciones de una unidad superior, y una afectacinsubjetiva de uniones preestablecidas. Con la imaginera de las arbores-cencias de mando, y los teoremas de la dictadura, Deleuze y Guattaricristalizan su profunda crtica a las nociones y a las realidades de la auto-

    ridad y el poder heredadas de toda ideologa occidental y, hasta podradecirse, mundial. La arborescencia preexiste al individuo que se integraen ella en un lugar preciso (el de la significancia y el del modo de subje-tivacin).

    Resulta curioso comprobar cmo el rbol ha dominado no slo la on-tologa occidental, sino, a causa de ello, todo el pensamiento occidental,desde la botnica a la biologa, pasando por la anatoma, pero tambin porla gnoseologa, la teologa y la filosofa toda. Siempre se trat del princi-pio-raz, Grund, roots yfoundations.

    Los rizomas se disponen en mesetas. sa es su configuracin geo-grfica, las mesetas lo constituyen. La meseta tiene una ubicacin inter-media, no est ni al principio ni al final, siempre est en el medio. Noso-

    Lecciones y Ensayos, nro. 85, 2008Marcelo Raffin, El pensamiento de Gilles Deleuze y Michel Foucault en cuestin , ps. 17-44 27

    13 DELEUZE, Gilles - GUATTARI, Flix,Mille plateaux, cit., ps. 23/24.

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    tros llamamos meseta a toda multiplicidad conectable con otras por ta-llos subterrneos superficiales, a fin de formar y extender un rizoma 14.

    La meseta y el rizoma constituyen la metodologa y la lgica de laobra de Deleuze y Guattari. En ella se han servido nicamente de pala-bras que a su vez funcionaban como mesetas: rizomtica, esquizoanlisis,estartoanlisis, pragmtica, micropoltica. Ambos declaran no conocer nila cientificidad ni la ideologa, slo agenciamientos, agenciamientos ma-qunicos de deseo, as como agenciamientos colectivos de enunciacin.

    Deleuze, pero tambin Guattari, han perpetrado un verdadero acto desubversin en el pensamiento filosfico contemporneo. Su signo es la mul-tiplicidad, la revolucin permanente, la sorpresa, el desconcierto. Plantean,una y otra vez, despus de toda su crtica, nuevas y otras preguntas que

    propicien cualquier acto que opere en contra de toda creacin: Por qutodava hace falta un modelo? Cmo puede el libro encontrar un afuerasatisfactorio con el que poder agenciar en lo heterogneo ms bien que unmundo a reproducir?

    4. Nuevos conceptos, nuevos problemas

    Hay finalmente, podra decirse tambin, un tercer tiempo en la obrade Deleuze, que se mezcla con los anteriores, sobre todo con el segundo.Son los aos ochenta y los noventa. Aqu Deleuze aborda la multiplici-dad, vuelve a visitar filsofos a partir de sus propios problemas, retorno,a modo de eterno retorno nietzscheano, al arte y a la poltica. De esta pocadatan, entre otros, sus libros sobre cine, Cine 1. La imagen-movimiento(1983) y Cine 2. La imagen-tiempo (1985), Foucault(1986), El pliegue:

    Leibniz y el barroco (1988), Qu es la filosofa? (1991) y, junto con FlixGuattari, Crtica y clnica (1993).

    Qu significa, ahora en perspectiva, para este filsofo, el mtierdela filosofa? Ella aparece para Deleuze como la constitucin de problemasque tienen un sentido (generalmente oculto) y la construccin de concep-tos que nos hacen avanzar en la comprensin y la solucin de los proble-mas. El filsofo no es alguien que contempla y tampoco que reflexiona,sino, como ya seal, alguien que crea conceptos. Un concepto es algopor s mismo (por ejemplo, la idea eidos en Platn). El conceptose remite a un problema que el filsofo no presenta como tal. Hacer lahistoria de la filosofa es restaurar esos problemas y, con esta operacin,descubrir la novedad de los conceptos.

    Lecciones y Ensayos, nro. 85, 2008Marcelo Raffin, El pensamiento de Gilles Deleuze y Michel Foucault en cuestin , ps. 17-4428

    14 DELEUZE, Gilles - GUATTARI, Flix,Mille plateaux, cit., p. 33.

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    Otra contribucin fundamental de Deleuze en esta etapa es el desa-rrollo de la nocin de sociedades de control en Foucault, que expone enPost-data a las sociedades de control, publicado en mayo de 1990 enLautre journal, nro. 10, y que luego integra la segunda parte del captulosobre poltica de Pourparlers, del mismo ao. A diferencia del modelo dis-ciplinario descripto y analizado por Foucault para el orden social moder-no del siglo XIX y del XX, al menos hasta la Segunda Posguerra, Deleuzeconsidera que estamos ingresando al modelo de la sociedad de controlque ya no funciona sobre la base del encierro sino del control continuo yla comunicacin instantnea. Y control, seala Deleuze, es el nombreque Burroughs propone para designar al nuevo monstruo y que Foucaultreconoce como nuestro prximo futuro 15. Los controles son una modu-

    lacin, como un moldeado auto-deformante que cambiara, de un ins-tante al otro o como un tamiz cuyas mallas cambiaran de un punto aotro 16. El control continuo reemplaza al examen. Su figura central ya noes la prisin ni la fbrica, sino la empresa. El marketing es ahora el ins-trumento del control social y forma la raza impudente de nuestros amos.Se trata de un modelo de sociedad que corresponde a una mutacin delcapitalismo como capitalismo de sobreproduccin. El control se est ins-talando de manera progresiva y dispersa, como un nuevo rgimen de do-minacin. Frente a este diagnstico, Deleuze propone oponer vacuolas deno comunicacin, interruptores, para escapar al control.

    Tal vez lo que recorra la obra deleuziana, digmoslo una vez ms,sea su insistencia en la inmanencia y entonces, por oposicin, su recusa-cin de la trascendencia. De ah su inters desde el principio y hasta el

    final, por filsofos malditos: Spinoza, Nietzsche, Leibniz, Foucault, enlos que puede encontrarse una contestacin de cualquier tipo de trascen-dencia. Y as pueden ordenarse toda una serie de conceptos en la obra deDeleuze, que se alinean en un sentido, por oposicin y recusacin de otro:inmanencia/trascendencia, plan de consistencia/plan de trascendencia,diagrama/programa, experimentacin/interpretacin, devenir/nmade, eldeseo/los deseos, etc. Y tambin la desterritorializacin, la mquina deguerra, el cuerpo sin rganos, los aparatos de captura, las lneas de fuga.Yo dira que su obra es una suerte de metfora de la metfora, un continuumde metforas, una metfora al infinito. Acaso en todas estas ideas se en-cuentren muchas claves del proyecto deleuziano; acaso en sus lneas de

    Lecciones y Ensayos, nro. 85, 2008Marcelo Raffin, El pensamiento de Gilles Deleuze y Michel Foucault en cuestin , ps. 17-44 29

    15 DELEUZE, Gilles, Post-scriptum sur les socits de contrle, en Pourparlers,

    Minuit, Paris, 1997, p. 241.16 DELEUZE, Gilles, Post-scriptum, cit., p. 242.

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    recorrido aparezca aquello que hace de Deleuze un deconstructor, un re-belde, un refundador, una fulguracin que en consecuencia podr confun-dir su nombre, tal como seal su amigo Foucault, con el de un tiempo delos seres humanos, con un siglo o con su final.

    III. LA EXPLOSIN FOUCAULT **

    El principio general de Foucault es el siguiente:toda forma es un compuesto de relaciones de fuerzas.

    GILLES DELEUZE

    1. La invencin del sujeto y de la verdad

    Una de las mejores formas en que creo puede presentarse la filosofa

    de Michel Foucault es comenzando con la siguiente afirmacin de princi-pios: Foucault siempre tuvo la obsesin de saber cmo surgi el sujeto mo-derno o lo que tambin podramos llamar la subjetividad moderna. La res-puesta que da a esta pregunta se encuentra en la famosa correlacin queFoucault establece entre prcticas sociales de encierro que tienen lugardurante los siglos XVII y XVIII en Europa Occidental, que son prcticasde poder-saber, que llevaron a la produccin de determinados dominiosde saber, que a su vez generaron nuevos objetos y nuevos sujetos entrelos cuales aparece como una resultante y en forma paradigmtica, el suje-to moderno. Pero tambin, y al tiempo que tienen lugar estas prcticas so-ciales de encierro, se producen determinadas tcnicas y dispositivos quese aplican a las poblaciones, aquello que Foucault denomina justamentebiopoltica. Foucault elabora entonces su respuesta a la pregunta de cmo

    se form el sujeto moderno en el marco de una teora (si podemos presen-tarla de esta manera, puesto que el propio Foucault siempre rechaz quese ocupara de hacer algo as como una teora del poder) del poder-sa-ber, que denomina de manera ms acabada biopoder o poder sobre la vidaen el tomo I, La voluntad de saber, de Historia de la sexualidady quecomprende dos aspectos centrales: una antomo-poltica del cuerpo huma-no, esto es, las disciplinas, y una biopoltica de la poblacin, es decir, loscontroles reguladores.

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    ** Para la elaboracin de este punto, he tomado parte de los desarrollos de La en-trada de la vida en la historia: la bsqueda del sujeto, punto F del captulo 2, El espejo:la invencin del sujeto, de mi libro La experiencia del horror. Subjetividad y derechos

    humanos en las dictaduras y posdictaduras del Cono Sur, Editores del Puerto, Buenos Aires,2006.

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    Tomando en consideracin la definicin del hombre dada por Aris-tteles en su Poltica, al final de La voluntad de saber, Foucault resumeel proceso a travs del cual, al comienzo de la modernidad, la vida naturalempieza a ser integrada en los mecanismos y los clculos del poder delEstado y la poltica deviene biopoltica: Durante milenios, el hombrepermaneci lo que era para Aristteles: un animal viviente y adems ca-paz de una existencia poltica; el hombre moderno es un animal en cuyapoltica est en cuestin su vida de ser viviente 17.

    Segn Foucault, el umbral de modernidad biolgica de una socie-dad se sita all donde la especie y el individuo como un simple cuerpoviviente se vuelven el desafo de las estrategias polticas. Desde 1977, ensus cursos del Collge de France, Foucault comienza a definir el pasaje

    del Estado territorial al Estado de poblacin y la importancia crecien-te de la vida biolgica y de la salud de la nacin, como un problema es-pecfico del poder poltico que se transforma progresivamente en gobier-no de los hombres y gobernamentalidad (gouvernementalit) 18.Foucault seala que de este nuevo tipo de gobierno se desprende una suertede animalizacin del hombre producida por las tcnicas polticas mssofisticadas. Es el momento, en consecuencia, de la aparicin en la histo-ria no slo de la multiplicacin de las posibilidades de las ciencias huma-nas y sociales, sino tambin de la posibilidad simultnea de la proteccinde la vida y de la autorizacin de su holocausto. Foucault dice: Habraque hablar de biopoltica para designar aquello que hace entrar la vida ysus mecanismos en el mbito de los clculos explcitos y hace del poder-saber un agente de transformacin de la vida humana 19. El desarrollo y

    el triunfo del capitalismo no habra sido posible, desde esta perspectiva,sin el control disciplinario realizado por el nuevo biopoder que cre, atravs de una serie de tecnologas apropiadas, los cuerpos dciles quenecesitaba.

    La bsqueda de la conformacin de las subjetividades y los cuerposaparece ya desde los primeros momentos en la obra de Foucault y atravie-sa toda su produccin. Quizs podra decirse que se hace ms explcita

    Lecciones y Ensayos, nro. 85, 2008Marcelo Raffin, El pensamiento de Gilles Deleuze y Michel Foucault en cuestin , ps. 17-44 31

    17 FOUCAULT, Michel,Histoire de la sexualit 1, Gallimard, Paris, 1976, p. 188.18 Cfr. los cursos del 14 de enero de 1976 y del 1 de febrero de 1978, en Cursos en

    el Collge de France, Il faut dfendre la socit (1975-1976) y Scurit, territoire,

    population (1977-1978), Gallimard/Seuil, Paris, 2004.19 FOUCAULT, Michel, Histoire de la sexualit 1, cit., p. 188.

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    durante sus ltimos aos, denominados, por esta misma razn, los aosdel perodo tico. Es entonces conveniente recordar la manera en quegeneralmente se analiza la obra foucaultiana. Sus producciones se renenen tres perodos: el arqueolgico, el genealgico y el de la gober-nabilidad.

    La primera etapa abarca la produccin de los aos sesenta. Se en-cuentran aqu, entre las obras ms importantes, Historia de la locura enla poca clsica (1961), su tesis doctoral, El nacimiento de la clnica(1963),Las palabras y las cosas. Una arqueologa de las ciencias huma-nas (1966) yLa arqueologa del saber(1969).

    La pregunta arqueolgica por excelencia es la siguiente: Por qu sur-gieron ciertos enunciados en determinado momento? Para responder a ello,

    segn Foucault, hay que atenerse a dos rdenes: el de lo enunciable y elde lo visible. No es lo mismo el rgimen que rige las palabras que aquelque rige las formas de ver. Existen, en consecuencia, dos rdenes queFoucault sita en el nivel de los documentos. La arqueologa se ocuparentonces de leer los documentos como tales, a la manera de los arque-logos, con el fin de ver qu capas (en el sentido de capas arqueolgicas)han sedimentado la significacin en la Historia. Dice Foucault: [La His-toria] es el trabajo y la puesta en prctica de una materialidad documental(libros, textos, relatos, registros, actas, edificios, instituciones, reglamen-tos, tcnicas, objetos, costumbres, etc.) que presenta siempre y en todaspartes, en toda sociedad, formas espontneas u organizadas de remanen-tes. El documento no es el instrumento feliz de una historia que sera ens misma y por pleno derecho memoria; la historia es una cierta manera

    para una sociedad de dar estatuto y elaboracin a una masa documentalde la que no se separa. Digamos para sintetizar que la historia, en su for-ma tradicional, se ocupaba de memorizar los monumentos del pasado,de transformarlos en documentos y de hacer hablar estas huellas que, pors mismas, en general no son verbales o dicen en silencio algo diferentede lo que dicen; hoy en da, la historia es aquello que transforma los do-cumentos en monumentos y aquello que, all donde se descifraban las hue-llas dejadas por los hombres, all donde se trataba de reconocer en pro-fundidad lo que haban sido, despliega una masa de elementos que se tra-ta de aislar, de agrupar, de volver pertinentes, de poner en relaciones, deconstituir en conjuntos. Hubo un tiempo en que la arqueologa, como dis-ciplina de los monumentos mudos, de las huellas inertes, de los objetossin contexto y de las cosas dejadas por el pasado, tenda a la historia y

    slo cobraba sentido con la restitucin de un discurso histrico; podradecirse, jugando un poco con las palabras, que la historia, en la actuali-

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    dad, tiende a la arqueologa, es decir, a la descripcin intrnseca del mo-numento 20.

    En suma, el interrogante que atraviesa la etapa arqueolgica podraexpresarse de la siguiente manera: Cmo han sido posibles determinadosenunciados?, cules fueron las condiciones de posibilidad de determina-dos discursos?

    La etapa genealgica se abre con los aos setenta y los recorre hastael final de la dcada. Aqu aparecen, como textos claves, El orden del dis-curso (1970), el discurso inaugural que Foucault pronuncia al acceder alcargo de profesor en el Collge de France, en la ctedra que ocupara JeanHyppolite; Nietzsche, la genealoga, la historia (1971); La verdad y las formas jurdicas (1973); Vigilar y castigar. El nacimiento de la prisin

    (1975), e Historia de la sexualidad 1. La voluntad de saber(1976).La genealoga es un concepto que Foucault toma de Nietzsche, comotantos otros. Con l pretende rebatir la idea, enquistada en el concepto dela Historia moderna, de un origen primero y causal. A l contrapone la luchay el olvido, la procedencia-emergencia de los acontecimientos. Es la granjugada que arremete contra la Gran Historia, contra la Historia Universal.La genealoga permite observar la articulacin entre los dos rdenes de loenunciable y de lo visible. A partir de aqu se produce una torsin de laarqueologa por la cual sta pasa a ser el mtodo. Para Foucault, una ge-nealoga opera bsicamente con dos movimientos:

    1) busca el surgimiento de un enunciado concreto en el entramado delas relaciones sociales y de poder, es decir, se ocupa de analizar cmo de-terminadas formas de enunciar y de ver surgen a partir de ciertas prcticas

    sociales, en torno a qu enfrentamientos y a qu relaciones de fuerza;2) procura detectar qu cuerpos concretamente se han constituido ydefinido en funcin de determinados discursos, prcticas y relaciones defuerza. El cuerpo aparece aqu atravesado por el deseo y la Historia y esconcebido como algo construido al interior de las relaciones sociales (ideas,valores y muchos olvidos).

    La ltima etapa, el as llamado perodo tico o perodo de la gober-nabilidad o de las tecnologas del yo, coincide con los ltimos aos de laproduccin foucaultiana, desde el fin de los aos setenta hasta la muertedel filsofo en 1984. Es aqu donde la bsqueda de la formacin de lassubjetividades y de los cuerpos se hace an ms explcita. Esta etapa estsignada por dos libros fundamentales: los tomos II y III de Historia de la

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    20 FOUCAULT, Michel,Larchologie du savoir, Gallimard, Paris, 1992, ps. 14/15.

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    sexualidad, El uso de los placeres yLa inquietud de s, as como por susnumerosos textos sobre la biopoltica comoLa gobernamentalidad (Lagouvernementalit) (1978),Nacimiento de la biopoltica (1979), Omneset singulatim: hacia una crtica de la razn poltica (1981), entre otros,y especialmente sus cursos del Collge de France de 1975-1976, Defen-der la sociedadde 1977-1978, Seguridad, territorio, poblacin, y de 1978-1979, Nacimiento de la biopoltica. La subjetividad aparece como el lu-gar de la diferencia a partir de los dispositivos de la sexualidad, la guerray los controles de las poblaciones, es decir, a partir de lo que Foucault de-nomina la biopoltica.

    2. La genealoga del sujeto

    En La verdad y las formas jurdicas, la serie de conferencias queFoucault pronuncia en la Pontificia Universidade Catlica de Ro deJaneiro, en mayo de 1973 y que hacen las veces de antesala a Vigilar ycastigary a Historia de la sexualidad, expresa claramente que tiene elobjetivo de investigar tres puntos claves:

    1) cmo se formaron dominios de saber a partir de prcticas sociales;2) analizar los discursos, y3) reelaborar la teora del sujeto.Dice Foucault en la primera conferencia: Me propongo mostrar a us-

    tedes cmo es que las prcticas sociales pueden llegar a engendrar domi-nios de saber que no slo hacen que aparezcan nuevos objetos, conceptosy tcnicas, sino que hacen nacer adems formas totalmente nuevas de su-jetos y sujetos de conocimiento. El mismo sujeto de conocimiento posee

    una historia, la relacin del sujeto con el objeto, o, ms claramente, la verdadmisma tiene una historia. As, me gustara mostrar en particular cmo pudoformarse en el siglo XIX, un cierto saber del hombre, de la individualidad,del individuo normal o anormal, dentro o fuera de la regla, un saber que,en verdad, naci de las prcticas sociales de control y vigilancia.

    [] Sera interesante intentar ver cmo se produce, a travs de lahistoria, la constitucin de un sujeto que no est dado definitivamente, queno es aquello a partir de lo cual la verdad llega a la historia, sino de unsujeto que se constituye en el interior mismo de ella y que, a cada instan-te, es fundado y vuelto a fundar por ella. Es hacia esta crtica radical delsujeto humano por la historia a la que debemos dirigirnos. Una cierta tra-dicin universitaria o acadmica del marxismo no termin an con estaconcepcin filosfica tradicional del sujeto. Ahora bien, en mi opinin, esto

    es lo que debe hacerse: mostrar la constitucin histrica de un sujeto de

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    conocimiento a travs de un discurso tomado como un conjunto de estra-tegias que forman parte de las prcticas sociales. Ello constituye el fondoterico de los problemas que me gustara plantear. Me parece que, entrelas prcticas sociales en las que el anlisis histrico permite localizar laemergencia de nuevas formas de subjetividad, las prcticas jurdicas o, msprecisamente, las prcticas judiciales son las ms importantes 21.

    Lo que queda implcito en el juego que Foucault instaura entre prc-ticas sociales, dominios de saber y sujetos creados lo que puede deno-minarse con el conocido rtulo de la relacin entre saber y poder enFoucault, es el tema de la verdad, o mejor, el de una poltica de laverdad. Y as lo revela Foucault en la primera conferencia: La hiptesisque me gustara formular es que en realidad hay dos historias de la ver-

    dad. La primera es una especie de historia interna de la verdad, la historiade una verdad que se corrige partiendo de sus propios principios de regu-lacin: es la historia de la verdad tal como se hace en o a partir de la his-toria de las ciencias. Por otra parte, me parece que existen en la sociedad,o al menos en nuestras sociedades, varios otros lugares en los que se for-ma la verdad, en los que se definen un cierto nmero de reglas de juegoa partir de las cuales vemos nacer ciertas formas de subjetividad, cier-tos dominios de objeto, ciertos tipos de saber y, por consiguiente, sepuede, a partir de all, hacer una historia externa, exterior, de la verdad 22.

    Es en el concepto del conocimiento como una invencin (Erfindung)como opuesto a origen (Ursprung) en Nietzsche, de donde se desprendela desaparicin del sujeto soberano propio de la tradicin de la filosofamoderna. La invencin, Erfindung, es para Nietzsche, por un lado, una

    ruptura y por el otro, algo que posee un comienzo pequeo, bajo, mezqui-no, inconfesable. ste es el punto crucial de la Erfindung. [] A la so-lemnidad del origen es necesario oponer, siguiendo un buen mtodo his-trico, la pequeez meticulosa e inconfesable de esas fabricaciones, de esasinvenciones. [] El conocimiento es simplemente el resultado del juego,el enfrentamiento, la confluencia, la lucha y la solucin de compromisoentre los instintos. Es precisamente debido a que los instintos se encuen-tran, se baten y llegan, finalmente, al trmino de sus batallas, a una solu-cin de compromiso que algo se produce. Este algo es el conocimiento.[] Si es verdad que entre el conocimiento y los instintos todo lo que

    Lecciones y Ensayos, nro. 85, 2008Marcelo Raffin, El pensamiento de Gilles Deleuze y Michel Foucault en cuestin , ps. 17-44 35

    21 FOUCAULT, Michel, La vrit et les formes juridiques, en Dits et crits, t. 3,

    Gallimard, Paris, 1994, ps. 538/540.22 FOUCAULT, Michel, La vrit et les formes juridiques, cit., ps. 540/541.

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    hace, todo lo que trama el animal humano no hay ms que ruptura,relaciones de dominacin y servidumbre, relaciones de poder, quien desa-parece entonces ya no es Dios sino el sujeto en su unidad y soberana 23.

    Pero Foucault, para la poca en que se adentra en los vericuetos dela genealoga de las prcticas de encierro y de las tcnicas biopolticas apli-cadas a las poblaciones, que llevaron a la constitucin de los saberes-po-deres disciplinarios y del sujeto moderno, ya haba anunciado la perenni-dad y la precariedad de ste, con el giro que da en su etapa arqueolgica,enLas palabras y las cosas. Por extrao que parezca, el hombre cuyoconocimiento es considerado ingenuamente por l como la ms vieja bs-queda desde Scrates no es indudablemente nada ms que un ciertodesgarramiento en el orden de las cosas, una configuracin, en todo caso,

    dibujada por la nueva disposicin que ha tomado recientemente en el sa-ber. De ah nacieron todas las quimeras de los nuevos humanismos, todaslas facilidades de una antropologa, entendida como reflexin general,medio positiva, medio filosfica, sobre el hombre. Sin embargo, reconfortay tranquiliza el pensar que el hombre no es ms que una invencin recien-te, una figura que no tiene dos siglos, un simple pliegue en nuestro sabery que desaparecer en cuanto ste encuentre una forma nueva 24.

    3. Poder-saber

    Es claro entonces que en su investigacin de la formacin del sujeto,Foucault articula saber y poder. Como seal, ciertas prcticas socialesengendran ciertos dominios de saber (el saber disciplinario en la moderni-dad) que, a su vez, generan nuevos objetos que constituyen nuevos suje-

    tos de conocimiento. Este juego de relaciones reconoce como lnea es-tructurante al poder-saber. En este sentido, Foucault emprende una elabo-racin del poder (quizs la contracara, la otra punta y el extremo de lasubjetividad) que tambin arremete con su conceptualizacin tradicional.Ya no el poder con maysculas, nicamente identificado con lo poltico(el Poder poltico, el del Estado y los poderes del Estado), no slo el delos dominadores y dominados, el doble y asimtrico, sino el mltiple ymultidireccional, el que se ejerce en el enfrentamiento, en cada ocasin;no ya el de arriba hacia abajo, sino el que se practica en los intersticiossociales, en cada uno de los recovecos del entramado social; no finalmen-te un poder trascendental sino inmanente; en fin, un micropoder, o mejor

    Lecciones y Ensayos, nro. 85, 2008Marcelo Raffin, El pensamiento de Gilles Deleuze y Michel Foucault en cuestin , ps. 17-4436

    23

    FOUCAULT

    , Michel, La vrit et les formes juridiques, cit., ps. 544/545 y 547.24 FOUCAULT, Michel,Les mots et les choses, Gallimard, Paris, 1990, p. 15.

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    dicho, mltiples micropoderes. Se trata en cierto modo de una microfsicadel poder que los aparatos y las instituciones ponen en juego, pero cuyocampo de validez se sita en cierta forma entre esos grandes funcionamien-tos y los propios cuerpos con su materialidad y sus fuerzas. Ahora bien, elestudio de esta microfsica supone que el poder que en ella se ejerce no seconciba como una propiedad, sino como una estrategia, que sus efectosde dominacin no sean atribuidos a una apropiacin, sino a unas dispo-siciones, a unas maniobras, a unas tcticas, a unas tcnicas, a unos fun-cionamientos; que se descifre en l una red de relaciones siempre tensas,siempre en actividad ms que un privilegio que se podra detentar; que sele d como modelo la batalla perpetua ms que el contrato que opera unasesin o la conquista que se apodera de un territorio.

    Hay que admitir, en suma, que este poder se ejerce ms que se po-see, que no es el privilegio adquirido o conservado de la clase dominan-te, sino el efecto de conjunto de sus posiciones estratgicas, efecto quemanifiesta y a veces acompaa la posicin de aquellos que son domina-dos. Este poder, por otra parte, no se aplica pura y simplemente como unaobligacin o una prohibicin, a quienes no lo tienen; los invade, pasapor ellos y a travs de ellos; se apoya sobre ellos, del mismo modo queellos mismos, en su lucha contra l, se apoyan a su vez en las presas queejerce sobre ellos. Lo cual quiere decir que estas relaciones desciendenhondamente en el espesor de la sociedad, que no se localizan en las rela-ciones del Estado con los ciudadanos o en la frontera de las clases y queno se limitan a reproducir al nivel de los individuos, de los cuerpos, unosgestos y unos comportamientos, la forma general de la ley o del gobierno;

    que si bien existe continuidad (dichas relaciones se articulan en efecto sobreesta forma de acuerdo con toda una serie de engranajes complejos), noexiste analoga ni homologa, sino especificidad de mecanismo y de mo-dalidad. Finalmente, no son unvocas; definen puntos innumerables deenfrentamiento, focos de inestabilidad cada uno de los cuales comporta susriesgos de conflicto, de luchas y de inversin por lo menos transitoria delas relaciones de fuerzas. El derrumbamiento de esos micropoderes noobedece pues a la ley del todo o nada; no se obtiene de una vez para siem-pre por un nuevo control de los aparatos ni por un nuevo funcionamientoo de una destruccin de las instituciones; en cambio, ninguno de sus epi-sodios localizados puede inscribirse en la historia como no sea por losefectos que induce sobre toda la red en la que est comprendido 25.

    Lecciones y Ensayos, nro. 85, 2008Marcelo Raffin, El pensamiento de Gilles Deleuze y Michel Foucault en cuestin , ps. 17-44 37

    25 FOUCAULT, Michel, Surveiller et punir, Gallimard, Paris, 1975, ps. 34/36.

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    Esta conceptualizacin inmanente es sobre todo expuesta por Foucaulten el perodo de la gobernabilidad con el vuelco que da en el tomo I deHistoria de la sexualidad. Antes Foucault se haba abocado a mostrar elespecial vnculo, la simbiosis, que liga el poder y el saber y particular-mente cmo esa relacin especial lleva a la constitucin de un tipo parti-cular de sociedad, la moderna, que denomina panptica para designarprecisamente la lgica central de su funcionamiento. Puede compren-derse entonces que la nocin de poder en Foucault implica fundamental-mente dos conceptos: el del poder-saber, que lleva a la conformacin dela sociedad panptica, y el del micropoder inmanente, que conforma lo queel filsofo llama el modelo estratgico y que se despliega bajo la no-cin de biopoder.

    Foucault ve el paradigma de todos los dispositivos de encierro quellevaron, junto con los propios de la biopoltica, a la construccin de lasubjetividad moderna, en la prisin y en su principio arquitectnico quetoma del filsofo utilitarista ingls Jeremy Bentham, a quien, a principiosdel siglo XIX, le cupo la tarea de reformar la organizacin del poder ju-dicial en su pas. Bentham haba denominado panptica la arquitecturade las prisiones puesto que, gracias a su disposicin espacial en celdasconcntricas destinadas a cada interno en torno de una torreta central, cadauno de esos prisioneros poda ser vigilado y controlado constantemente.El ojo que todo lo ve, el panptico, he aqu la figura de Bentham en laque Foucault visualiza la base de la constitucin de la subjetividad y lalgica del poder de la sociedad en la modernidad. El Panopticon deBentham es la figura arquitectnica de esta composicin. Su principio es

    conocido: en la periferia, una construccin en forma de anillo; en el cen-tro, una torre con anchas ventanas que se abren al muro interior del anillo.La construccin perifrica est divida en celdas, cada una de las cualesatraviesa toda la anchura de la construccin. Tienen dos ventanas, una queda al interior, correspondiente a las ventanas de la torre, y la otra, que daal exterior, permite que la luz atraviese la celda de una parte a otra. Bastaentonces situar un vigilante en la torre central y encerrar en cada celda aun loco, un enfermo, un condenado, un obrero o un escolar. Por el efectode la contraluz, se pueden percibir desde la torre, recortndose perfecta-mente sobre la luz, las pequeas siluetas cautivas en las celdas de lasperiferias. Tantos pequeos teatros como celdas, en los que cada actor estsolo, perfectamente individualizado y constantemente visible. El disposi-tivo panptico dispone de unas unidades espaciales que permiten ver sin

    cesar y reconocer el punto. En suma, se invierte el principio del calabozo;o ms bien de sus tres funciones encerrar, privar de luz y ocultar; no

    Lecciones y Ensayos, nro. 85, 2008Marcelo Raffin, El pensamiento de Gilles Deleuze y Michel Foucault en cuestin , ps. 17-4438

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    dos esos elementos negativos prohibiciones, rechazos, censuras, dene-gaciones que la hiptesis represiva reagrupa en un gran mecanismocentral destinado a decir no, sin duda slo son piezas que tienen un papellocal y tcito que desempear en una puesta en discurso, en una tcnicade poder, en una voluntad de saber que estn lejos de reducirse a dichoselementos 27.

    En La voluntad de saber, Foucault dedica todo un captulo a laexplicitacin de sus ideas sobre el poder. En Mtodo, Foucault explica: Porpoder no quiero decir el Poder, como conjunto de instituciones y apara-tos que garantizan la sujecin de los ciudadanos en un Estado determina-do. Tampoco indico un modo de sujecin que, por oposicin a la violen-cia, tendra la forma de la regla. Finalmente, no entiendo por poder un

    sistema general de dominacin ejercida por un elemento o un grupo sobreotro, y cuyos efectos, por derivaciones sucesivas, atravesaran el cuerposocial entero. El anlisis en trminos de poder no debe postular, como datosiniciales, la soberana del Estado, la forma de la ley o la unidad global deuna dominacin; stas son ms bien las formas terminales. Me parece quepor poder hay que comprender, primero, la multiplicidad de las relacionesde fuerza inmanentes y propias del dominio en el que se ejercen, y queson constitutivas de su organizacin; el juego que por medio de luchas yenfrentamientos incesantes las transforma, las refuerza, las invierte; losapoyos que dichas relaciones de fuerza encuentran las unas en las otras,de modo que formen cadena o sistema, o, al contrario, los corrimientos,las contradicciones que aslan a unas de otras; las estrategias, por ltimo,que las tornan efectivas, y cuyo diseo general o cristalizacin institucional

    cobra forma en los aparatos estatales, en la formulacin de la ley, en lashegemonas sociales. La condicin de posibilidad del poder, en todo casoel punto de vista que permite volver inteligible su ejercicio hasta en susefectos ms perifricos y que tambin permite utilizar sus mecanismoscomo cifra de inteligibilidad del campo social, no debe ser buscado en laexistencia primera de un punto central, en un foco nico de soberana delcual irradiaran formas derivadas y descendentes; es el pedestal mvil delas relaciones de fuerza lo que induce sin cesar, por su desigualdad, esta-dos de poder, pero siempre locales e inestables. Omnipresencia del poder:no porque tenga el privilegio de reagruparlo todo bajo su invencible uni-dad, sino porque se est produciendo a cada instante, en todos los puntoso ms bien en toda relacin de un punto con otro. El poder est en todas

    Lecciones y Ensayos, nro. 85, 2008Marcelo Raffin, El pensamiento de Gilles Deleuze y Michel Foucault en cuestin , ps. 17-4440

    27 FOUCAULT, Michel,Histoire de la sexualit, t. 1, cit., ps. 20/21.

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    cimiento y el poder y nos produjeron. Se trata, en definitiva, de problema-tizar quines somos, lo que hacemos y el mundo en el que vivimos.

    Obras de Gilles Deleuze

    Empirisme et subjectivit. Essai sur la nature humaine selon Hume ,PUF, Paris, coll. Epimte, 1953.

    Nietzsche et la philosophie, PUF, Paris, coll. BPC, 1962.La philosophie critique de Kant, PUF, Paris, coll. Le Philosophe,

    nro. 59, 1963.Bergson. Mmoire et vie, PUF, Paris, coll. SUP-Les GrandsTextes,

    1963.Proust et les signes, PUF, Paris, coll. Perspectives critiques, 1964 ;

    d. augmente, 1970.Nietzsche, PUF, Paris, coll. Philosophes, 1965.Le bergsonisme, PUF, Paris, col. SUP-Le Philosophe, nro. 76, 1966.Prsentation de Sacher-Masoch, Minuit, Paris, 1967.Spinoza et le problme de lexpression, Minuit, Paris, 1968.Diffrence et rptition, PUF, Paris, 1969.Logique du sens, Minuit, Paris, 1969. y GUATTARI, Flix, LAnti-dipe, Minuit, Paris, 1972. y GUATTARI, Flix, Kafka. Pour une littrature mineure, Minuit,

    Paris, 1975. y GUATTARI, Flix, Rhizome, Minuit, Paris, 1976 (retomado en

    Mille Plateaux).Dialogues (en collaboration avec Claire Parnet), Flammarion, Paris,

    1977.Superpositions (en collaboration avec Carmelo Bene), Minuit, Paris,

    1979. y GUATTARI, Flix, Mille Plateaux, Minuit, Paris, 1980.Spinoza - Philosophie pratique, Minuit, Paris, 1981.Francis Bacon: logique de la sensation, La Diffrence, Paris, 1981,

    2 vol.Cinma 1 - LImage-mouvement, Minuit, Paris, 1983.Cinma 2 - LImage-temps, Minuit, Paris, 1985.Foucault, Minuit, Paris, 1986.Pricls et Verdi. La philosophie de Franois Chtelet, Minuit, Paris,

    1988.Le Pli. Leibniz et le baroque, Minuit, Paris, 1988.

    Pourparlers, Minuit, Paris, 1990.

    Lecciones y Ensayos, nro. 85, 2008Marcelo Raffin, El pensamiento de Gilles Deleuze y Michel Foucault en cuestin , ps. 17-4442

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    y GUATTARI, Flix, Quest-ce que la philosophie?, Minuit, Paris,1992.

    Critique et clinique, Minuit, Paris, 1993. LAbcdaire de Gilles Deleuze, con Parnet, Claire, realizacin

    Boutang, Pierre-Andr, Pars, 1996.Lle dserte et autres textes. Textes et entretiens 1953-1974, Minuit,

    Paris, 2002.Deux Rgimes de fous. Textes et entretiens 1975-1995, Minuit, Paris,

    2003.

    Obras de Michel Foucault

    Maladie mentale et personnalit, PUF, Paris, 1954; reedicin modi-ficada:Maladie mentale et psychologie, PUF, Paris, 1962.

    Folie et draison. Histoire de la folie lge classique, Plon, Paris,1961; reedicin modificada (nuevo prefacio y dos apndices):Histoire dela folie lge classique, Gallimard, Paris, 1972.

    Naissance de la clinique. Une archologie du regard mdical, PUF,Paris, 1963 (reedicin ligeramente modificada en 1972).

    Raymond Roussel, Gallimard, Paris, 1963. Les mots et les choses. Une archologie des sciences humaines,

    Gallimard, Paris, 1966.Larchologie du savoir, Gallimard, Paris, 1969.Lordre du discours, Gallimard, Paris, 1971.Moi, Pierre Rivire, ayant gorg ma soeur, ma mre et mon frre.

    Un cas de parricide au XIXe sicle (ouvrage collectif), Gallimard-Julliard,Paris, 1973.

    Surveiller et punir. Naissance de la prison, Gallimard, Paris, 1975.Histoire de la sexualit, tome I:La volont de savoir, Gallimard, Paris,

    1976.Le dsordre des familles. Lettres de cachet des archives de la Bastille

    (avec Arlette Farge), Gallimard-Julliard, Paris, 1983. Histoire de la sexualit, tome II: Lusage des plaisirs, Gallimard,

    Paris, 1984.Histoire de la sexualit, tome III:Le souci de soi, Gallimard, Paris,

    1984.Rsum des cours au Collge de France, Julliard, Paris, 1989.Quest-ce que la critique? Critique et Aufklrung, inBulletin de la

    Socit Franaise de Philosophie, 84e anne, nro. 2 avril-juin 1990

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