Francia medieval

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Francia, viaje a la tierra medieval TEXTO Y FOTOS | CARLOS SÁNCHEZ PEREYRA EN EXCLUSIVA PARA ENDLESS VACATION De izquierda a derecha: el puerto de Mazatlán visto desde su famoso faro; interior del recientemente renovado Teatro Ángela Peralta; atardecer en la playa, con la Isla de Venados de fondo. Francia es como un laberinto interminable. Lleno de rincones, de sabores y de historia, este país da la impresión de que jamás se dejará conocer en su totalidad; por eso, una buena idea es visitarla poco a poco, región por región, como la de Midi- Pyrénées, poco conocida y llena de

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Una ruta por los alrededores de Carcasona, Francia. Texto y fotografias de Carlos Sanchez Pereyra. Articulo publicado en la revista Endless Vacation -Mexico-.

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Francia,viaje a la tierra medieval

texto y FotoS | CARLoS SánChez peReyRAen exCLUSIVA pARA endLeSS VACAtIon

De izquierda a derecha: el puerto de Mazatlán visto desde su famoso faro; interior del recientemente

renovado Teatro Ángela Peralta; atardecer en la playa, con la Isla de Venados de fondo.

Francia es como un laberinto interminable. Lleno de rincones, de sabores y de historia, este país da la impresión de que jamás se dejará conocer en su totalidad; por eso, una buena idea es visitarla poco a poco, región por región, como la de Midi-Pyrénées, poco conocida y llena de

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Soreze, en el camino de arleSPor las mañanas el pueblo es para quien la camina: al ir por sus calles (que no son muchas) puedes oír tus propios pasos; el silencio que trae consigo la neblina prácticamente no se corta salvo cuando una puerta se cierra anónimamente. Las únicas luces que se asoman desde las ventanas son las de un par de tiendas; la panadería huele a gloria y en el supermer-cado —de un pasillo y medio de extensión— asoman a la ma-ñana las frutas y verduras del día. Si se tiene suerte, se puede encontrar abierto el café del pueblo desde temprano, donde nadie habla otro idioma que no sea el francés. El recorrido por las tiendas del pueblo, en un encuentros cercano con la gente del sitio, va empapándote del ritmo de vida de la región. Ahí comienza también un viaje por el tiempo que se remonta has-ta el año 754, cuando fue fundado Soreze.

Vista de Plaza Machado desde el interior del restaurante Pedro y Lola.

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La neblina, que al parecer vive por aquí desde siem-pre, es un elemento importante en la atmósfera medieval de este lugar. Las calles, apretujadas por casas inclinadas desde que fueron construidas, llevan la bruma a todos los rincones de Soreze haciendo desaparecer las cons-trucciones, aunque de vez en cuando se pueden percibir las más altas, como el antiguo campanario, parcialmente destruido por los hugonotes en 1573.

Pero lo que no puede desaparecer a la vista, ni por la neblina ni por lo despistado del caminante, es la Aba-día Escuela de Soreze, una antigua escuela militar de la realeza que perteneció a Luis XVI y donde se formaban sus militares. Hoy es un hotel y quizás sea este sitio, en un principio, el pretexto mayor para visitar Soreze, ya que allí se encuentra el restaurante Les Collets Rou-ges, recomendado por la Guía Michelín, con ambiente silencioso y una carta de platillos regionales platillos apetitoso en todos los sentidos, un lugar ideal para co-mer platillos exquisitos, como el cassoulet, típico de la región de Langoudec.

En la parte trasera de este complejo arquitectónico, realmente enorme en comparación con el tamaño del poblado, está el parque Le Cedre, ideal para imaginar his-torias de Cátaros y de peregrinos con destino a Santiago de Compostela.

la montaña negraSeguimos camino rumbo a la Montaña Negra. Soreze queda pronto detrás en esta carretera poco apta para quienes están acostumbrados a la velocidad y anchura de las autopistas. El viaje está ambientado por hileras de plá-tanos y árboles ibéricos con nombres exóticos producen esos paisajes que siempre se ven en cualquier road movie francesa.

Cuando se deja Soreze existen varias alternativas. La in-trépida, la cultural cultural y de compras o la rápida. La úl-tima consiste en tomar el camino más corto a Carcassone �45 minutos de carretera-, pero como este viaje trata del tiempo lento, no la tomamos en cuenta. La intrépida es to-mar paseos a caballo entre los bosques, o en un 4x4 a través de caminos escondidos en plena reserva natural, o deportes acuáticos en los lagos cercanos de St. Ferrol o Lampy, en las inmediaciones de la Montaña Negra, una zona montañosa incluida en el parque regional de Haut-Languedoc.

La segunda opción, que es la que finalmente elegimos, consiste en viajar viaja a través de diversos poblados, como en Dufort, conocido por sus muebles, o Revel, en cuyo mercado de los sábados (considerado entre los 100 más importantes de Francia) se pueden encontrar arte-sanías regionales. Esta ruta, por la carretera D629, cruza el macizo montañoso de la Montaña Negra y en cada es-

quina que regalan las interminables curvas de la carre-tera hay diversos vestigios cátaros o poblados en los que habrá que detenerse, como Montolieu, considerado el pueblo del libro y de las artes gráficas. Aquí conviene dejar el coche en algún callejón del pueblo para visitar los talleres gráficos, perderse en las librerías y aprove-char el paseo para visitar un pequeño museo sobre el libro, además de probar el codillo de cerdo o un paté de hígado de pato.

ciudadela medievalCarcassona se deja sentir ya desde la misma carretera, cuando pasa de ser un camino secundario a una carre-tera de varios carriles. Aquí, en cuanto se observa la ciudadela medieval, con sus murallas y torres, te vuel-ves a introducir en ese mundo de historias de duques y vizcondes y de fábulas del pasado. El viaje a pleno siglo XIII se produce justo después de cruzar la muralla a tra-vés de uno de sus accesos, fortificados por enormes puertas (la mejor para comenzar el recorrido es la de Narbonna).

La ciudad sabe a medioevo, aunque la zona ha sido habitada desde el siglo VI antes de Cristo. Fue también un enclave galo, una ciudad romana ya amurallada y más tarde, un fortín musulmán. Nueve siglos después

comenzó la reestructuración de la muralla y dentro se construyeron edificios como la Basílica de St-Nazaire �por orden del Papa Urbano II en el año 1096- o el pa-lacio que perteneció a los vizcondes de Trencavel (en el siglo XII) �reemplazando un antiguo castillo. Además de otros edificios históricos, como la Casa de la Inqui-sición. Aquí no faltan las tiendas de souvenirs, por lo que si tanto movimiento turístico comienza a sacarte del viaje medieval, conviene caminar alrededor de la muralla, la más antigua de Europa. Son tres kilómetros contando las dos murallas concéntricas y 52 torres. La vuelta permite tener una idea clara de lo que signifi-caba proteger una ciudad y también, saber que todas esas películas de guerras medievales no estaban muy alejadas de la verdad. En el recorrido por las murallas se obtienen muy buenas vistas del resto de Carcasso-na, y para tener panorámicas aún con mayor altura se puede acceder a lo más elevado y hacer ese mismo recorrido, pero caminando sobre ellas. Como sea, por arriba o abajo, habrá que salir con rumbo al cemente-rio y tomar un pequeño camino que parte desde ahí: es un atajo para conocer la cara rural de Francia. Aquí se puede caminar entre casas de campo y viñedos que en su conjunto crean una postal perfecta con una vista a Carcassona de mas de dos milenios de historia.

Vista de Plaza Machado desde el interior del restaurante Pedro y Lola. Vista de Plaza Machado desde el interior del restaurante Pedro y Lola.

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Dos símbolos

de Mazatlán:

la Fuente del

Pescador y una

Pulmonía, el orig-

inal transporte

local.

Arriba, de izquierda a

derecha: camarones “Pedro

y Lola”, la especialidad de

ese restaurante; atardecer

en Playa Norte. Abajo, de

izquierda a derecha: una

banda toca en Señor Frog’s;

preparando una crepa en el

restaurante Angelo’s.

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más datos

De arriba a abajo: interior de la hermosa Catedral

de Mazatlán; recorriendo en velero la Isla de

Venados; cocina prehispánica en el restaurante El

Sazón de la Abuela Tina.

El mejor tiempo para visitar esta región es en primavera y otoño. El verano suele congestionarse de turistas, y el invierno puede complicar la visita, aunque la atmósfera misteriosa que produce el frío también tiene su encanto.

En la región de Carcassona se encuentra el Canal de Midi. Se puede viajar por las orillas de este rió en bicicleta o a pie, o incluso, tomar un barco y viajar por varios días a través de él.

En abril de cada año se lleva a cabo la semana del Jazz de Carcassona.

La pagina www.carcassonne.culture.fr cuenta con infor-mación muy interesante sobre la ciudad de Carcassona (sólo está en francés e inglés).

Para más información sobre Soreze visita www.ville-sore-ze.fr/index.html

Playa Gaviotas es una de las zonas ideales para disfrutar de las actividades acuáticas.

En los últimos años, Mazatlán ha tenido un resurgimiento considerable, dando como resultado

una ciudad llena de alternativas para la diversión. En esta foto, una vista desde el faro.