Fuga de Capitales en Venezuela. 1950-1999

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C O L E C C I Ó N P R E M I O E R N E S T O P E L T Z E R 16

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Libro de Emilio Medina sobre la fuga de capitales en Venezuela en el periódo comoprendido entre 1950 y 1999. Abarcando como tema central la fuga de capitales de los ingresos petroleros.

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  • C O L E C C I N P R E M I O E R N E S T O P E L T Z E R

    16

  • Emilio J. Medina Smith

    La fuga de capitalesen Venezuela,

    1950-1999

    BANCO CENTRAL DE VENEZUELACARACAS, 2005

  • Banco Central de Venezuela, 2005Caracas - Venezuela

    Catalogacin en fuente de Biblioteca Ernesto Peltzer

    Medina Smith, Emilio JessLa fuga de capitales en Venezuela, 1950-1999 / Emilio Jess Medina Smith,Caracas: BCV, 2004. - 247 p.

    Coleccin Ernesto Peltzer

    ISBN: 980-6479-95-5

    1. Fuga de capitales-Venezuela2. Mercado de capitales-Venezuela3. Mercado de capitales-Historia-Modelos economtricos4. Mercado de capitales-Mtodos estadsticos5. Modelos economtricosI. Ttulo

    Clasificacin Dewey: 332.0410987/M491Clasificacin JEL: F40; F32; G10; C10; C50

    Hecho el depsito de LeyDepsito legal: lf 35220053302243

    Correccin de estilo: Pedro MorenoCorreccin ortotipogrfica: Jos Cova EspaaDiseo de la coleccin: Luis GiraldoDiagramacin: Greysi GudezImpresin: Fundacin La Casa de Bello

    Produccin editorial:Gerencia de Comunicaciones InstitucionalesDepartamento de Publicaciones BCVAvenida Urdaneta, Esq. de Las CarmelitasTorre Financiera, piso 14, ala sur.Caracas 1010.Telfonos: 801.5514801.8380 / 801.5235Fax: 801.9357Internet: http//www.bcv.org.ve

    Las opiniones emitidas en esta investigacin no comprometen al Banco Central de Venezuelani a su Directorio. Se prohbe la reproduccin total o parcial sin previa autorizacindel Banco Central de Venezuela.

  • ndice

    Veredicto del Premio Ernesto Peltzer, ao 2004 -------------------------- 13I. Introduccin ---------------------------------------------------------------- 17II. Caractersticas principales de la fuga de capitales --------------- 23

    II.1 Breve recuento histrico ---------------------------------------------- 23II.2 Definiciones de la fuga de capital ------------------------------------ 29II.3 Causas de la fuga de capitales --------------------------------------- 36II.4 Consecuencia de la fuga de capital ---------------------------------- 39

    III. Mtodos --------------------------------------------------------------------- 43III.1 Mtodos directos ------------------------------------------------------ 44III.2 Mtodos indirectos ---------------------------------------------------- 52III.3 Otros mtodos --------------------------------------------------------- 60

    IV. Estimaciones de la fuga de capital ------------------------------------ 69IV.1 Datos estadsticos y perodo de tiempo ---------------------------- 69IV.2 Descripcin general --------------------------------------------------- 72IV.3 Evaluacin de las estimaciones de fuga de capitales ------------- 83

    V. Anlisis emprico ---------------------------------------------------------- 87V.1 Metodologa economtrica -------------------------------------------- 87V.2 Pruebas de races unitarias ------------------------------------------- 89V.3 Cointegracin ----------------------------------------------------------- 97V.4 Modelos de correccin de errores (MCE) -------------------------- 108V.5 El mtodo de mxima verosimilitud (ML) de Johansen ----------- 120V.6 Pruebas de cointegracin: una evaluacin -------------------------- 121

    VI. Comentarios finales y perspectivas ---------------------------------- 127Referencias bibliogrficas ---------------------------------------------------- 137Anexos --------------------------------------------------------------------------- 155

  • Siglas, acrnimos y abreviaturas

    AD Accin Democrtica

    ADF Prueba de raz unitaria Dickey-Fuller Aumentada

    AEBP Anuarios Estadsticos de la Balanza de Pagos

    AIC Criterio de Akaike

    AIF Asociacin Internacional de Fomento

    AL Amrica Latina

    BCV Banco Central de Venezuela

    BID Banco Interamericano de Desarrollo

    BIRD Banco Internacional de Reconstruccin y Desarrollo /Banco Mundial

    BIS Banco de Pagos Internacionales (Basilea, Suiza)

    BM Banco Mundial

    BP Balanza de Pagos

    Bs. Bolvares

    Cepal Comisin Econmica para la Amrica Latina y el Caribe(previamente Comisin Econmica para la Amrica Latina)

    CFE Centro Financiero Extraterritorial

    CIA Agencia Central de Inteligencia / EEUU

    CIF Costo, flete y seguro

    Copei Comit de Organizacin Poltica Electoral Independiente

    CRDW Prueba de Cointegracin Durbin-Watson

    DEG Derechos Especiales de Giro / Fondo Monetario Internacional (FMI)

  • DF Prueba de raz unitaria Dickey-Fuller

    DW Prueba Estadstica Durbin-Watson

    EDE Empresas del Estado

    EEUU Estados Unidos / Estados Unidos de Norteamrica

    EFI Estadsticas Financieras Internacionales / FMI

    EG Prueba de Cointegracin de Engle-Granger

    EIU The Economist Intelligence Unit /Londres, Gran Bretaa

    FC Fuga de Capital

    FAC Funcin de Autocorrelacin (Correlograma)

    FED Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos

    FIEM Fondo de Inversin para la Estabilizacin Macroeconmica

    FIV Fondo de Inversiones de Venezuela

    FMI Fondo Monetario Internacional

    FOB Libre a bordo

    Fogade Fondo de Garanta de Depsitos y Proteccin Bancaria

    HBC Criterio de Hannan-Quinn

    I (0) Integrada de orden 0 (estacionaria)

    I (1) Integrada de orden 1 (no estacionaria)

    IED Inversin Extranjera Directa

    IEDN Inversin Extranjera Directa Neta

    Inavi Instituto Nacional de la Vivienda

    INE Instituto Nacional de Estadstica (antiguamente OCEI)

    p Inflacin

    IPC ndice de Precios al Consumidor

  • ISLR Impuesto sobre la renta

    IVA Impuesto al Valor Agregado

    KT Stock (acervo) de capital fsico

    LM Multiplicador de Lagrange

    MCE Modelo de Correccin de Errores

    MCO Mnimos Cuadrados Ordinarios

    MDE-EG Mtodo en dos etapas de Engle y Granger

    MGT Morgan Guaranty Trust

    ML Mxima Verosimilitud

    MBP4 Cuarta Edicin del Manual de la Balanza de Pagos

    MBP5 Quinta Edicin del Manual de la Balanza de Pagos

    n.i.o.p. No incluido en otras partidas

    OCEI Oficina Central de Estadsticas e Informtica

    OCDE Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico

    ONU Organizacin de las Naciones Unidas

    OPEP Organizacin de Pases Exportadores de Petrleo

    PAE Programa de Ajuste Estructural

    Pdvsa Petrleos de Venezuela, S.A.

    PED Pases en Desarrollo

    PIB Producto Interno Bruto

    PWT Penn World Tables

    R2 Coeficiente de determinacin

    R2 ajustado Coeficiente de determinacin ajustado

    REC Regresin Esttica de Cointegracin a Largo Plazo

  • REXD Deuda Externa Real

    RER Tipo de Cambio Real

    RERI ndice del Tipo de Cambio Real

    RES(-1) o RESt-1 Residuos Rezagados de la regresin esttica de cointegracina largo plazo (REC)

    SALA Statistical Abstract of Latin American

    SBC Criterio de Schwartz

    SCN Sistema de Cuentas Nacionales

    Sylac Statistical Yearbook of Latin American and the Caribbean

    TBR Tasa de inters de los bonos del Tesoro / EEUU

    TCE Trmino de Correccin de Errores

    trad. Traduccin

    UECM Modelo de Correccin de Errores no restringido

    URD Unin Republicana Democrtica

    US$ Dlar o dlares estadounidenses

    VAR Vectores Autorregresivos sin restriccin

    W Riqueza

  • Veredicto del Premio Ernesto Peltzer,ao 2004

    ACTA

    El Jurado del Premio Ernesto Peltzer, designado por el Directorio delBanco Central de Venezuela, para la edicin 2002-2004, integrado por los doc-tores Domingo Maza Zavala, Luis Rivero Medina, Julio Escalona, AurelianoFernndez, Juan Carlos Gmez y Rgulo Sardi, despus de deliberar en sureunin ordinaria, en la sede de este Instituto, decidi por unanimidad, previaexhaustiva revisin de los trabajos concursantes, pronunciarse y emitir el si-guiente veredicto:

    Primero: Se otorga el premio nico y diploma al trabajo ganador titulado:

    La fuga de capitales en Venezuela, 1950-1999

    Presentado con el seudnimo: PhoenicoperusDel autor: Emilio Jess Medina SmithSegundo: El Jurado consider favorablemente la publicacin del trabajo

    titulado:

    Las transferencias internacionales y la economa venezolana,

    1974-1998

    Presentado con el seudnimo: DijonDel autor: Thelman Segundo lvarez AponteEn Caracas, a los veintisiete das del mes de septiembre de 2004

    Nota: Los integrantes del Jurado, Juan Carlos Gmez y Rgulo Sardi, noparticiparon en las deliberaciones por encontrarse fuera de la ciudad de Caracas.

    Domingo Maza Zavala Luis Rivero Medina

    Julio Escalona Aureliano Fernndez

  • LA FUGA DE CAPITALES EN VENEZUELA, 1950-1999*

    Emilio J. Medina Smith

    POR QU CUANDO UN NORTEAMERICANOCOLOCA SU DINERO EN EL EXTRANJERO

    SE LLAMA INVERSIN EXTRANJERAY CUANDO UN ARGENTINO HACE LO MISMO SE LLAMA

    FUGA DE CAPITAL?POR QU CUANDO UNA COMPAA

    NORTEAMERICANA COLOCA 30% DE SU PATRIMONIO EN EL EXTRANJERO SE LLAMA DIVERSIFICACIN ESTRATGICA

    Y CUANDO UN HOMBRE DE NEGOCIOS BOLIVIANO COLOCA SOLAMENTE 4% EN EL EXTRANJERO

    SE LLAMA FALTA DE CONFIANZA?Stephen C. Kanitz (1984)

    LA PREGUNTA SE HA PLANTEADO A MENUDO:POR QU NOS REFERIMOS CON BENEPLCITO A LA INVERSIN EXTRANJERA

    POR NORTEAMERICANOS, JAPONESES Y KUWAITES Y UTILIZAMOSEL TRMINO MALICIOSO DE FUGA DE CAPITAL

    PARA DESCRIBIR LA MISMA ACTIVIDAD EMPRENDIDAPOR LOS LATINOAMERICANOS?

    Donald R. Lessard y John Williamson (1987b)

    * El autor desea expresar en primer lugar su ms sincera gratitud a Michael T. Sumner por susinnumerables consejos, comentarios, sugerencias y crticas constructivas. Del mismo modo,agradece las observaciones realizadas por L. Alan Winters y Alan Carruth. Finalmente, deseaexpresar su profundo agradecimiento por la confianza y el apoyo brindado por el Ministeriode Relaciones Exteriores del Reino Unido-Consejo Britnico (Beca Chevening), la FundacinGran Mariscal de Ayacucho (Fundayacucho), el Consejo de los Estados Unidos de Norteamrica(Beca Fulbright) y a la Universidad de Carabobo (UC), los cuales le permitieron realizar conholgura econmica y en especial con paz espiritual, estudios de postgrado en los EstadosUnidos (1992-93) y en la Gran Bretaa (1997-2001).

  • I. Introduccin

    La literatura econmica ha sostenido reiteradamente que los pases endesarrollo (PED) enfrentan escasez de capital, este supuesto constituye el ejecentral del aparato analtico de los modelos de brechas. De acuerdo con elmodelo de dos-brechas, las economas en desarrollo suelen enfrentar dos res-tricciones principales, estructurales en su origen, al querer alcanzar un creci-miento econmico sostenido en el largo plazo. Destaca, en primer lugar, unadiferencia entre los niveles de ahorro e inversin, la cual puede tener su raznen los bajos niveles de ingresos existentes en las economas domsticas, por locual los ahorros domsticos son insuficientes para financiar la inversin internay con ello lograr altos niveles de crecimiento econmico. En segundo lugar,existe una brecha comercial causada por las rigideces externas e internas exis-tentes en el sector exportador. De lo dicho anteriormente se desprende la nece-sidad de ayuda extranjera para financiar la brecha existente entre los requeri-mientos mnimos de importaciones de bienes y servicios (incluidos los financie-ros) y las exportaciones totales (Chenery y Bruno, 1962; McKinnon, 1964;Chenery y Strout, 1966).

    Aunque esta literatura justifica la adquisicin de prstamos en el extran-jero y tambin la recepcin de toda la ayuda exterior que pueda obtenerse, noconsidera relevantes las variables monetarias. Adems, no explica los enigm-ticos fenmenos sucedidos entre 1974 y 1984 en los mercados financieros in-ternacionales. Verbigracia, mientras ingentes compromisos externos eran erigi-dos por los PED, colosales sumas de capital quizs 300.000 millones de dla-res estadounidenses (US$) eran transferidos por residentes de estos pases almundo desarrollado (Kuczynski, 1992). De lo aqu expuesto se puede destacarque ambos fenmenos condujeron a un aumento sustancial en el stock de ladeuda externa, adquirida esencialmente con la banca privada internacional porlos gobiernos, y en particular por las empresas del Estado (EDE). Adems, estocoincidi con una salida masiva del capital privado, mencionada a menudo comofuga de capitales (FC), de estos pases a los llamados pases industrializados,

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    especialmente a los denominados parasos fiscales tales como Estados Uni-dos (EEUU) y Suiza.

    Si bien es cierto que durante los ltimos veinte aos la fuga de capitalesha sido estudiada con cierta profundidad, y se han utilizado pases particularescomo casos de estudio, las investigaciones empricas existentes siguen siendoincompletas y los resultados, primordialmente economtricos, estn lejos de serconsistentes. Esta situacin se debe a varios factores entre ellos el siguiente: lamayora de los datos requeridos para estimar la fuga de capitales (directa oindirectamente) son publicados por los PED nicamente sobre una base anual(lo ptimo son cifras mensuales) y, por lo tanto, las investigaciones slo hanutilizado series de tiempo cortas, lo cual impide alcanzar resultados definitivos.Por otra parte, la amplia diferencia existente entre diversas definiciones y losmtodos han conducido al escepticismo con respecto a lo que estn capturandorealmente estas estimaciones y a la exactitud de las mismas.

    Sin embargo, tres argumentos relacionados con la fuga de capitales, quedestacan sobre el resto, justifican emprender esta investigacin en este caso enparticular. En primer lugar, se alega que la fuga de capitales comenz a media-dos de la dcada de los 70 y se convirti en un fenmeno masivo a principios delos aos 80 (Rodrguez, 1987; Palma, 1989). Sin embargo, llama la atencin quelas salidas de capitales sucedieran a la par que los trminos de intercambio sevolvan cada vez ms favorables y al mismo tiempo cuando el pas estaba en lacspide desde el punto de vista poltico, social y econmico (Allen, 1977). Esan ms desconcertante que este proceso comenzara varios aos antes dematerializarse la crisis de la deuda externa y antes de producirse la crisiscambiaria la cual culmin en la sucesiva devaluacin del bolvar y en la im-plantacin de estrictos controles de cambio a partir de febrero de 1983; porsupuesto, dicho proceso se gest antes de la puesta en prctica del severoprograma de ajuste estructural (PAE) de 1989.

    Atendiendo a lo anteriormente expuesto, uno de los pocos estudios emp-ricos que analizan el caso de Venezuela con cierta profundidad seala que lamasiva FC, acaecida durante los aos de bonanza econmica, se debe princi-palmente a motivos diferentes a la cada en la tasa de rentabilidad de los activosdomsticos (Felix y Snchez, 1990). Del mismo modo es desconcertante que,

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    aun cuando en el perodo 1990-1997 se produjo un restablecimiento significati-vo de flujos de capital en la mayora de los pases de Amrica Latina (AL), loscuales se sextuplicaron al pasar de US$ 50.000 millones en 1990 a cerca deUS$ 300.000 millones en 1997. No obstante, en el caso de Venezuela estesuceso slo perdur por un perodo muy breve, acompaado por una reapari-cin del fenmeno de FC desde 1994 en adelante.

    En segundo lugar, el volumen de los activos que los residentes venezolanosmantienen en el exterior es impresionante. Por ejemplo, para 1987, el stock decapital estimado ascenda a US$ 50.000 millones aproximadamente (25% de loscuales estaban colocados en bancos extranjeros). Es de hacer notar que estasuma es ms que suficiente para rescindir el monto total de la deuda externa(pblica y privada), estimada en US$ 36.000 millones para finales de la dcada delos 80 (Khan y Haque, 1987; Flix y Snchez, 1990; Pastor, 1990). Estas cifrasevidencian, al menos a primera vista, que hasta finales de los aos 80 la FCsufrida por Venezuela fue muy severa.

    En tercer lugar, desconozco la existencia de algn estudio publicado conrespecto a la magnitud de la FC en Venezuela para la totalidad del perodo1950-1999, ni sobre los determinantes macroeconmicos que condujeron a losresidentes venezolanos a invertir en el exterior y/o sobre la relacin entre elendeudamiento externo y la fuga de capitales as como el papel que desempela inversin extranjera directa (IED). Por lo tanto existe la necesidad de estu-dios acerca de la FC en Venezuela, necesidad que obedece a la importanciaatribuida al ahorro como una de las restricciones ms significativas enfrentadaspor los PED en su bsqueda por alcanzar tasas de crecimiento econmico mselevadas y en su afn por obtener el desarrollo econmico pleno. Por otro lado,se justifica ms an, en este caso en particular, por la enorme cuanta de acti-vos que los residentes venezolanos parecen disponer en el exterior.

    Por las razones expuestas, el objetivo inicial de este trabajo es determi-nar la cantidad de capital que huy de Venezuela. Para ello se emplean diver-sos mtodos sugeridos por varios autores e instituciones internacionales. Seutilizan datos anuales para el perodo 1950-1999, con la finalidad de estimarprimero el monto total de capital privado que se export y despus el monto decapital que los residentes venezolanos posean para finales del siglo XX en el

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    exterior. El ulterior objetivo de esta investigacin es identificar las variablesmacroeconmicas que estimularon la FC, adems de las forneas que pudieronhaber desempeado un papel significativo en la masiva salida del capital experi-mentado por el pas.

    Esta investigacin busca ampliar la literatura publicada desde media-dos de la dcada de los 80 referente a los PED, por medio de las siguientesvas. En primer lugar, se ha ido ms all del enfoque emprico tradicionalfundamentado en especificaciones ad hoc. Para identificar los determinan-tes macroeconmicos de la FC se utiliz como punto de referencia el modeloestndar de ajuste de cartera, el cual asume dentro de sus postulados que laFC es esencialmente una opcin de inversin dentro de una cartera de acti-vos, lo cual permite estimar un modelo similar al empleado por Cuddington(1986), que se concentra en factores especficos del pas tales como el tipode cambio real, inflacin domstica, deuda externa as como en factoresexternos, las tasas de inters forneas, por ejemplo, como determinantes po-tenciales de la fuga de capitales.

    En segundo lugar, en vez de utilizar el producto interno bruto (PIB) realcomo variable aproximada o sustituta (proxy) del nivel de riqueza privada, eneste estudio se construyeron estimaciones del nivel de riqueza privada para latotalidad del perodo 1950-1999, lo cual nos permiti examinar la importanciarelativa de la misma como determinante potencial de la FC.

    En tercer lugar, esta investigacin va ms all que estudios anteriores,pues no solamente se analizan los flujos de capital a corto plazo, etiquetadoscomo dinero caliente (hot money), sino tambin a largo plazo.

    Finalmente, debe destacarse que en esta investigacin se utiliza una se-rie de tiempo ms larga que la habitual, lo cual constituye un significativo pasoadelante con relacin a la literatura emprica disponible en este campo, debidoa que la misma se ha centrado casi exclusivamente en la relacin a corto plazo.El utilizar una serie de tiempo ms extensa nos permiti confirmar que la FCfue en este caso un fenmeno crnico ms que un simple acontecimiento aisla-do, lo cual implica que Venezuela es un acreedor neto vis--vis en relacin conel resto del mundo. Asimismo, nos proporcion la oportunidad de emplear di-versas pruebas de cointegracin, las cuales nos permitieron comprobar que la

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    FC tiene una asociacin sistemtica y en el largo plazo con las tasas de intersextranjeras, as como tambin con el tipo de cambio real, la deuda externa y lariqueza.

    Es de vital importancia subrayar el alcance de este ensayo. No se pre-tendi estimar un modelo estructural de la cuenta de capital de la balanza depagos, ni identificar las formas, mtodos o procedimientos utilizados para ex-portar el capital; ni tuvimos como objetivo intervenir directamente en la contro-versia que rodea el vnculo entre la FC y factores como la inestabilidad poltica,debilidad institucional y el nexo entre la FC y la corrupcin un tema que con-tina vigente en la actualidad en muchos PED, debido a su interminable polmi-ca, en distintas regiones entre las cuales se encuentra en la regin subsaharianade frica as como en Latinoamrica (Ndikumana y Boyce, 2003). Su esferase restringe a la estimacin del monto de capitales que huy de Venezuela yadems a la relacin con los determinantes macroeconmicos de la FC para elperodo 1950-1999, por los cuales los resultados empricos no se deben utilizarpara ningn otro propsito.

    El presente ensayo est organizado de la siguiente forma y consta deseis secciones, siendo la primera esta introduccin. La segunda se inicia con unbreve recuento histrico de este fenmeno, seguido por una examen crtico delos diversos conceptos y definiciones propuestos en la literatura, y finalmentese reflexiona sobre las posibles causas y consecuencias que este fenmeno hatenido y contina teniendo en los PED.

    La tercera seccin describe todos los mtodos sugeridos por diferentesautores e instituciones internacionales para estimar la fuga de capitales (FC),haciendo especial nfasis en las ventajas y limitaciones que cada uno de ellosposee, en especial para analizar el caso venezolano.

    La cuarta seccin se inicia con la fuente de los datos estadsticos, elperodo de tiempo seleccionado para realizar las estimaciones y finalmente elpaquete economtrico utilizado se muestran las estimaciones de la fuga decapitales para el perodo 1950-1999. Es de hacer notar que se utilizaron di-versos mtodos entre los cuales se destacan los propuestos por Erbe (1985),Banco Mundial (1985), Morgan Guaranty Trust (1986), Cline (1986),

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    Duwendag (1987) y Cuddington (1986), lo que nos permiti construir nueveseries de tiempo diferentes.

    En la quinta seccin se explica inicialmente en forma sucinta la metodo-loga economtrica empleada y se muestran los resultados obtenidos por mediode diversas pruebas de cointegracin (e.g. CDRW, Engle y Granger y Johansen),as como modelos de correccin de errores (MCE). Es oportuno resaltar que lautilizacin de diversos mtodos economtricos nos permiti realizar un anlisispormenorizado y comparativo con la finalidad de evaluar la solidez de los resul-tados empricos obtenidos.

    La sexta y ltima seccin est destinada a los comentarios finales sobreel caso de Venezuela, sus causas, consecuencias y perspectivas en el futuroprximo.

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    II. Caractersticas principales de la fuga de capitales

    II.1 Breve recuento histrico

    Aunque el trmino fuga de capital ha sido adjudicado exclusivamente alos PED en pocas recientes, como resultado de haber sufrido masivas salidas decapital privado, es importante tener presente que ste no es un fenmeno recien-te, por cuanto existe una amplia evidencia que se remonta al siglo XVII en Europae inclusive a perodos an ms remotos. Por ejemplo, durante la guerra franco-prusiana, cantidades sustanciales de capital huyeron de la Europa continental, enparticular, de Pars a Londres, en busca de resguardo.1 No obstante, parece quefue durante el siglo XX cuando este fenmeno alcanza proporciones insospecha-das (Kindleberger, 1987; Brown, 1987). De hecho, en los aos que siguieron a laSegunda Guerra Mundial, los movimientos internacionales del capital privado eranconsiderados en su conjunto como perjudiciales para los pases afectados y ade-ms como una fuente de inestabilidad econmica en el mbito internacional(Bloomfield, 1954; Hst-Madsen, 1965).

    A pesar de esta situacin, la trascendencia histrica de la fuga de capita-les quizs alcanz su cspide durante la segunda mitad de los aos 80. Para ellonos basamos en un planteamiento expresado por el Banco Mundial (1985),organismo multilateral que sostuvo hace dos dcadas atrs que mucho del ca-pital prestado del extranjero retorn de inmediato hacia el exterior. Por lo

    1 La guerra franco-prusiana se inici el 15 de julio de 1870 despus que Napolen III (1808-1873) hizo claras sus intenciones de conquistar Prusia, enfrentando de esta manera al canci-ller prusiano, prncipe Otto von Bismark (1815-1898) quien lo derrota el 1 de septiembre de1870 a las afueras de la ciudad de Sedn. Para Francia, la vergonzosa derrota de su ejrcito yla captura del emperador (ante lo cual fue depuesto dos das despus) simbolizaron el fin delSegundo Imperio Francs y el ulterior nacimiento de la III Repblica, pero ms an marca elfin de la hegemona francesa en la Europa continental. Finalizada la guerra al ao siguiente, selleva a cabo la tan ansiada unificacin alemana, por la cual se integran los Estados germnicosen el II Reich y Alemania anexiona los territorios de Alsacia y Lorena como recompensa a sucategrica victoria (Salvat, 2000).

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    cual, no contribuy al desarrollo de la economa, ni logr los rendimientos den-tro del pas que se habran podido emplear para cumplir con el servicio de ladeuda externa. A pesar de todo lo anteriormente sealado, el tema de la FCcontinu ausente en la discusin dentro de la comunidad internacional y fueeclipsado pblicamente por las preocupaciones existentes en relacin con lacrisis de la deuda externa. En este sentido, slo se convirti en un tema de granimportancia despus de que en 1985 durante la reunin conjunta del FondoMonetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM)2 acaecida en Sel,Corea del Sur el entonces secretario del Tesoro de EEUU, James A. BakerIII, sostuviera que:

    Como cuestin prctica, es poco realista solicitar la asistencia voluntaria deprstamos del extranjero, sean pblicos o privados, cuando los fondos doms-ticos se estn moviendo en la otra direccin. La fuga de capital debe ser reverti-da si ha de existir alguna verdadera posibilidad de financiamiento adicional, seaen deuda o en inversin. Si los propios ciudadanos de un pas no tienen ningu-na confianza en su sistema econmico, cmo pueden otros?3 (trad. propia).

    Desde entonces, la comprensin de la gravedad de la situacin seincrement considerablemente, a medida que se profundizaba la crisis de la

    2 El BM est conformado esencialmente por el Banco Internacional para Reconstruccin yDesarrollo (BIRD) creado en 1944 a raz de los acuerdos de Bretton Woods, y el cual cuentaactualmente con 184 pases miembros. En 1960 se constituy la Asociacin Internacional deFomento (AIF) con el objetivo de promover asistencia asequible a los pases con menordesarrollo relativo. El BIRD y la AIF conforman hoy en da el BM, organizacin que tienecomo principal objetivo la promocin del progreso econmico y social de los pases miem-bros, mediante la financiacin de proyectos con el fin de mejorar la productividad y lascondiciones de vida de los pases en desarrollo. Si bien el BIRD posee recursos propios,emplea recursos captados primordialmente del mercado internacional de capitales. Obsrve-se que nicamente los pases miembros del FMI pueden formar parte del BIRD y en conse-cuencia del BM.

    3 La declaracin original fue publicada en el peridico Treasury News, el 8 de octubre de 1985p. 6 (Gulati, 1988; Varman-Schneider, 1991; Boyce, 1992). En realidad, una opinin similarera expresada en forma silenciosa por la comunidad financiera internacional, con la excepcindel Morgan Guaranty Trust (1986) que seal rotundamente que: Cuando sus propiosresidentes no estn dispuestos a repatriar capital para invertir en el pas, los pases deudoresno pueden esperar mejor disposicin por parte de sus acreedores externos (Khan y UlHaque, 1987).

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    deuda externa, as como tambin a medida que aumentaban los temores querecorran la regin sobre una suspensin de la deuda exterior soberana, debidoa la decisin unilateral de un gobierno en no cancelar sus obligaciones exter-nas. En efecto, un consenso comenz a emerger durante las postrimeras delos aos 80 dentro de la comunidad acadmica internacional, que sugera quela crisis no podra ser atenuada a menos que ocurriera una repatriacin sus-tancial del capital fugado.

    De hecho, tanto los ejecutores de poltica econmica como los banqueros pri-vados, los acadmicos y las organizaciones multilaterales el Banco de Pagos Inter-nacionales (BIS), la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico(OCDE), el FMI, el BM y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), recono-cieron rpidamente que la estabilidad del mercado financiero internacional resida, engran parte, en lograr la estabilizacin y la recuperacin subsiguiente del mundo endesarrollo (Nlling, 1986; Deppler y Williamson, 1987).

    En efecto, en un momento determinado, lleg a ser evidente que muchosde los pases altamente endeudados de Amrica Latina, incluyendo Argentina,Brasil, Mxico, Uruguay y Venezuela, no tendran capacidad de continuar acabalidad con el servicio de su deuda externa el flujo de pagos de intereses ydevolucin del capital a acreedores extranjeros bajo las condiciones original-mente establecidas, y, por ende, enfrentaban la posibilidad de no cancelar susobligaciones externas (Daz-Alejandro, 1984).

    No obstante, se ha observado que una de las diferencias bsicas entre lacrisis de la deuda externa de los aos 80 y la acaecida en el perodo de entreguerras escenificada entre los aos 1918 y 1939 es que esta crisis estabaacompaada de una salida de capital, sin precedente, de los grandes deudores,hacia el mundo desarrollado. Adems ambos sucesos, la crisis de la deuda yla fuga de capital, acrecentaron la posibilidad de un proceso masivo de repu-dio de la deuda externa por parte de la mayora de los PED, lo cual amenaz laestabilidad de la totalidad de los mercados financieros internacionales en elmundo desarrollado, por primera vez desde los aos 30 cuando sobrevino laGran Depresin (Cline, 1995).

    Sin embargo, para obtener la ineludible ayuda financiera de la comuni-dad internacional, los pases ms endeudados fueron obligados por organizacio-

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    nes internacionales, como el FMI y el BM, a implementar severos programas deajuste estructural (PAE) y a introducir sustanciales y significativas reformas ensus polticas econmicas, con el fin de corregir los profundos desequilibriosmacroeconmicos presentes y con ello reformar sus economas.4 Lo antes ex-puesto condujo a que muchos de los pases involucrados vivieran una profundacrisis econmica, as como tambin a un desconcierto en el mbito poltico y auna severa tensin social. De acuerdo con la Comisin Econmica para AmricaLatina y el Caribe (Cepal), esta situacin empuj a muchos de los pases endesarrollo, especialmente a los de Latinoamrica, a vivir lo que se conoci comouna dcada perdida tanto en trminos econmicos como sociales, caracteriza-da por bajos niveles del crecimiento econmico, una creciente pobreza y unaagudizacin significativa en la inequidad en la distribucin de los ingresos.

    La crisis tambin produjo un descenso severo en los prstamos privadosinternacionales de carcter voluntario al mundo en desarrollo, debido a la convic-cin generalizada dentro de la comunidad financiera internacional de que los pa-ses seriamente endeudados no podran mantener el servicio de su deuda externa,una circunstancia que aument an ms las dificultades enfrentadas por estospases en sus esfuerzos por sostener sus tentativas de ajuste, mantener el serviciode su deuda externa vigente y continuar los niveles de las importaciones.5

    4 Hasta mediados de los 80, Venezuela todava era considerada una excepcin dentro deLatinoamrica. Efectivamente, durante la primera renegociacin de la deuda externa (1984-1985), la comunidad bancaria internacional acord renegociar la deuda exterior del sectorpblico sin forzar al gobierno a firmar un acuerdo formal con el FMI como haba sido el casopara otros deudores latinoamericanos, incluyendo Brasil, Mxico y Argentina (Hemlock,1984; Ewell, 1996).

    5 Obsrvese que hasta el 20 de agosto de 1982, cuando el Secretario de Hacienda de Mxico,Jess Silva Herzog, anunci pblicamente que su pas no poda continuar honrando los pagospreviamente programados del servicio de su deuda externa con la banca internacional ydeclar de facto una moratoria unilateral, la fuente principal del financiamiento externo de losPED estuvo constituida por la entrada de capital privado garantizado en la forma de prsta-mos de la banca privada internacional. En realidad, la mayora de la deuda externa hasta losaos 80 estaba casi exclusivamente con los bancos comerciales y en un grado inferior con losprestamistas oficiales. Esto contrasta sustancialmente con el perodo de la Gran Depresincuando la mayora de la deuda del perodo de entre guerras fue emitida directamente por los

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    A principios de los aos 80 el centro de atencin referido a la deudaexterna estaba exclusivamente en las pginas de peridicos y de revistas, peroel tema se desliz rpidamente a las pginas de las publicaciones especializa-das ms respetadas en el mundo acadmico (Dooley et al., 1983; Cline, 1985).Esto condujo a numerosas investigaciones, durante la mayor parte de esadcada, dedicadas a analizar las causas y los efectos de la crisis de ladeuda externa del Tercer Mundo y a cmo manejarla para evitar una reac-cin en cadena de quiebras bancarias que pudiera colocar en peligro laestabilidad del sistema financiero internacional en su conjunto, que a su vezpodra generar una nueva depresin econmica mundial (Cline, 1995). Alpoco tiempo, la literatura econmica tambin comenz a examinar la mag-nitud y los determinantes de la fuga de capitales (Daz-Alejandro, 1984;Lessard y Williamson, 1987a).

    Sin embargo, el inters en torno a la FC declin en tanto que significati-vos flujos del capital comenzaron a regresar a muchos de estos pases inclu-yendo los de Latinoamrica despus de 1990, y se vieron beneficiados por unrenovado acceso a los mercados internacionales de capitales.6 Pero despusde estar en el anonimato por un efmero perodo de tiempo, este tpico estrecibiendo una renovada atencin en la discusin econmica actual en el mbi-to internacional, en particular, despus de la drstica cada y ulterior retorno delos flujos de capital que han ocurrido en numerosos mercados emergentes araz de que muchos de estos pases han sufrido crisis cambiarias en las que el

    gobiernos y tom principalmente la forma de bonos (Cardoso y Dornbusch, 1989). Encontraste, la fuente de financiamiento principal para el desarrollo durante la dcada de los 90fue la entrada de capital privado no garantizado, principalmente en la forma de inversinextranjera directa (IED).

    6 De hecho, Montiel y Reinhart (1999) indican que, mientras una lnea de investigacin dentrode la literatura cambi rpidamente a examinar las causas, las consecuencias y las respuestascontracclicas de la poltica macroeconmica ante los grandes retornos de los flujos de capital,la otra se centr en cules eran los factores decisivos para las entradas de capital, unosdomsticos tales como reformas estructurales y otros externos tales como los tipos de intersen los mercados internacionales.

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    valor de la moneda nacional se ha desplomado repentinamente con respecto aldlar estadounidense.7 Por otra parte, en la mayora de los pases subsaharianosde frica, este retorno de flujos no ocurri y las salidas del capital privadocontinuaron durante toda la dcada de los 90 (Ajayi y Khan, 2000; Boyce yNdikumana, 2001). Adems, varias economas en transicin han comenzado apadecer este fenmeno (Abalkin y Whalley, 1999; Loungani y Mauro, 2001).De hecho, la visin reinante en el mbito acadmico, de que la FC era unaafliccin que afectaba exclusivamente a los pases de Amrica Latina, cambitotalmente durante la dcada pasada y es considerado hoy en da como unfenmeno global con repercusiones mundiales (Chang et al., 1997). Asimismo,existe una creciente opinin dentro de los organismos multilaterales de que lascrisis financieras se estn tornando cada vez ms frecuentes, son ms compli-cadas y se estn desarrollando con mayor rapidez que en el pasado; motivadoa que hoy en da son ms los pases susceptibles a la fuga rpida de capital;por lo cual, los pases con mercados emergentes son ms vulnerables y la posi-bilidad de contagio se ha incrementado considerablemente con el proceso deglobalizacin (Calvo y Reinhart, 1999; Mulder, 2002: 8; Schneider, 2003a). Espertinente sealar que los flujos de capital han llegado a tener tal volatilidad enlas ltimas dcadas que en la jerga popular se les ha denominado capitalesgolondrinas.8

    7 Este proceso se activ inicialmente en 1994 a raz de la crisis financiera mexicana, sin embar-go, se propag rpidamente durante la segunda parte de la dcada de los 90 al resto deLatinoamrica, a medida que los temores del supuesto efecto tequila se propagaron. Au-ment posteriormente con el desarrollo de la crisis asitica, la cual se inici en 1997 con elderrumbamiento de Tailandia, seguida de Indonesia y Corea del Sur. Al ao siguiente, lecontinu la Federacin Rusa, al anunciar la devaluacin del rublo en agosto de 1998, lo quecondujo posteriormente a incumplir con sus obligaciones externas, y el Brasil en 1999. Contodo fue definitivamente despus de diciembre de 2001 cuando la Argentina fue forzada adesechar la llamada caja de conversin o de compensacin, que ech al traste el plan deconvertibilidad monetaria iniciado en marzo-abril de 1991. Estos acontecimientos en suconjunto han conducido a una interrupcin de los flujos de capital de los mercados financie-ros internacionales a la mayora de los PED (World Bank, 2001a).

    8 Se les considera capitales extranjeros de carcter voltil y especulativo que llegan a losmercados emergentes atrados por la existencia de elevadas tasas de inters y se retiran deellas una vez que se inicia la cada de los rendimientos en los activos domsticos. En general,

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    II.2 Definiciones de la fuga de capital

    En esta seccin se examinan y analizan las definiciones alternativas dela fuga de capital que se encuentran dentro de la literatura econmica actual.La siguiente pregunta constituye el punto de partida: qu es la fuga de capital?Primero, es necesario subrayar la sustancial controversia con respecto a estetrmino, que a menudo tiene una connotacin negativa. Glynn y Koening (1984),por ejemplo, enfatizaron en una opinin muy propagada de que la fuga de capi-tal es una actividad hecha en medio de la noche por contrabandistas de drogaquienes se llevan las maletas atiborradas de dinero. De hecho, muchos lo con-sideran per se como muestra de un pas enfermo, y se le asocia con actividadesilcitas e ilegales, y adems como perjudicial al bienestar del pas o de los pasesinvolucrados. Sin embargo, debe advertirse que ambos aspectos, ilicitud e ile-galidad, son polmicos y de mrito dudosos y cuestionables, en casos donde lamovilidad de capital era legal y, por ende, permisible con un carcter irrestrictocomo fue el caso de Argentina, Mxico y Venezuela hasta principios de ladcada de los 80 (Khan y Haque, 1987; Rodrguez, 1987; lvarez-Gutirrez yGuzmn-Calafell, 1988).

    Asimismo es sorprendente que todava exista una ambigedad conside-rable, desde el punto de vista terico, con respecto a la definicin y medicin, yes an ms asombroso que la expresin fuga de capital se considere todavacomo ambigua (Kant, 2002). De hecho, en la literatura econmica se afirma amenudo que los principios econmicos no nos dirigen a una definicin nica onatural del trmino fuga de capital, una situacin que ha facilitado hasta ciertogrado el uso errneo del trmino por razones polticas (Cumby y Levich, 1987).

    las oportunidades de rentabilidad especulativa de este tipo se dan en pases con tipo decambio fijo o semifijo, y donde el sistema financiero se encuentra poco desarrollado. De laexperiencia reciente en Latinoamrica, se recomienda imponer restricciones en pases que seencuentran reformando sus sistemas financieros o en aquellos que padecen de inestabilidadmacroeconmica y fiscal en general. En el caso de pases como Chile, se ha argumentado queesta poltica impidi que ingresaran al pas capitales que buscaban una ganancia de cortoplazo y que pudieron haber perturbado los precios relativos financieros y producir crisis consu partida (Mussa et al., 1999).

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    Es importante acentuar que esta imprecisin ha obstaculizado el desarrollo deuna teora de la fuga de capital y consecuentemente ha confundido la perspec-tiva emprica.

    Se han sugerido varias explicaciones probables para la carencia de acuer-dos en este tema. Por ejemplo, el recin fallecido Kindleberger (1937) sealen aquel entonces que el asunto no haba recibido la atencin de la profesin, enparte, debido al hecho de que las causas y los efectos de tales movimientosgeneralmente se han considerado tan evidentes en cuanto a que no requierentratamiento particular (trad. propia). Por otro lado, otros economistas han atri-buido la ausencia de un marco terico firmemente establecido al hecho de quela cuenta de capital de la balanza de pagos nunca ha recibido un tratamientosistemtico y sinttico comparable al anlisis clsico realizado por Meade (1951)de la cuenta corriente de la balanza de pagos.

    En consecuencia, debido a la ausencia de una definicin universal dentrode la literatura contempornea, se hace en ocasiones una distincin algo arbi-traria entre los flujos de capital normales y lo que es genuinamente fuga decapital. La norma ha sido considerar las salidas como fuga de capital y lasentradas como repatriacin de capital. De esta manera la razn de hacer usodel trmino polmico de fuga de capital, en vez de salidas de capital privado ode ahorros de capital al exterior, entre otros, reside en que ha sido sugeridocomo resultado de los evidentes efectos nocivos que la FC ha tenido en lospases en desarrollo (PED), los cuales son idnticos independientemente de silas salidas del capital representan una diversificacin normal de la cartera deinversiones o de si la fuga de capital es inusual (Nyoni, 2000). Adems, debeenfatizarse en que la mayora de las definiciones consideran las salidas delcapital como fuga de capital, incluso si ocurrieron a travs de canales perfecta-mente legales y dentro de un ambiente de libre convertibilidad de la moneda(Lessard y Williamson, 1987a).

    Por otro lado, poco antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial,Kindleberger (1937) dio una de las descripciones ms precoces de este fen-meno. En aquel entonces l consideraba que los flujos de capital anormalesocurriran solamente entre los pases con tasas de inters dismiles. En efecto,l distingui dos tipos anormales de movimientos de capital: el primero es debi-

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    do al caso de las deudas de la guerra, reparaciones y desembolsos por prsta-mos (trad. propia), que se asocia a obligaciones contractuales; el segundoes la fuga de capital genuina, que ocurre como reaccin de los agentes econ-micos con respecto a la seguridad de sus activos domsticos.9 De hecho, l lodefine como el que sea propulsado de un pas [...] por [...] cualquier persona oms, producto de una lista compleja de miedos y de suspicacias (trad. propia).Esta es una definicin claramente basada en la motivacin y Kindleberger (1937),aunque est consciente de que esta descripcin es imprecisa, define la fuga decapital implcitamente como dinero caliente, el cual se asocia a los movimien-tos de capital a corto plazo. Definir el fenmeno simplemente como el capitalque huye, no considerando los motivos, permite en gran medida cuantificarlo.As, la fuga de capital denota un flujo unidireccional debido totalmente a loscrecientes riesgos econmicos o polticos.

    Dentro de una lnea similar de razonamiento, Walter (1987) propuso unadefinicin ms amplia describindola como:

    un subconjunto de reasignaciones de activo o de ajustes internacionales decartera iniciados en respuesta a la sensacin de un deterioro significativo en elpanorama riesgo-retorno asociados a los activos situados en un pas en particu-lar que ocurren en la presencia de conflictos entre los objetivos de los tenedo-res de activo y los gobiernos. Puede o no violar la ley. Sin embargo, es conside-rada siempre una violacin de un contrato social implcito por parte de las auto-ridades (trad. propia).

    Este sealamiento del autor implica que la fuga de capital puede ocurrircon o sin controles de capital. No obstante, l llama la atencin al hecho de queel fenmeno es una violacin de las reglas tcitas de cualquier sociedad. Estoha conducido a observarla como indeseable per se y, adems, explica hastacierto punto por qu sigue siendo ilegal en algunos pases. Walter (1987) tam-bin indica que incluso cuando la FC es favorable desde una perspectivapersonal, sta no coincide con el punto de vista gubernamental. Sin embargo,

    9 Un tema ampliamente debatido por muchos economistas europeos, incluyendo a JohnMaynard Keynes (1883-1946) y a Bertin Ohlin (1899-1979), durante el perodo de entreguerras, debido a los pagos por concepto de indemnizaciones impuestas a Alemania despusde haber sido derrotada en la Primera Guerra Mundial (1914-1918) por los aliados.

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    Flix y Snchez (1990) sealan sobre este ltimo aspecto que ninguna discre-pancia visible existi entre los gobiernos y los tenedores de los activos en lamayora de los pases de Amrica Latina (AL), dada la ausencia de controlesde capital, por lo menos hasta que estall la crisis de la deuda externa.

    Otros autores, entre ellos Lessard y Williamson (1987a), propusieronotra definicin cimentada en la motivacin, considerando la fuga de capitalcomo aquel flujo que huye al percibir riesgos anormales en el pas (trad. pro-pia). Sugieren que en vez de realizar una distincin entre flujos normales yaquellos que huyen, lo cual se relaciona con la cuestin de la legalidad, as-pecto no recomendable, ellos sostienen que parte de las salidas de capital priva-do debe ser considerada como normal. Por lo tanto, la cantidad de dineroque se fuga o huye es la diferencia entre las salidas de capital totales y esosflujos que se consideran como inversiones de cartera normales, lo cual implicaque en la mayora de los casos dicha fuga comprende un cambio discreto en elnivel de salidas de capital privado.

    Adems Deppler y Williamson (1987) conectan la fuga de capital al ries-go y consideran la fuga de capital como la

    adquisicin o retencin de un activo por parte de no residentes, la cual esmotivada por la preocupacin del dueo de que el valor de su activo estarasujeto a prdidas discretas si sus activos continan permaneciendo dentro de lanacin (trad. propia).

    Esto implica que la exportacin de capital es una reaccin por parte delos residentes nacionales que hacen frente a crecientes riesgos y distorsionesdentro de la economa, los cuales, presumen ellos, afectarn el valor de susactivos domsticos. En este caso, la respuesta es transmisible a otros residen-tes creando as una situacin de contagio, en la cual la mayora de losinversionistas domsticos destinan la totalidad o parte de sus activos al exte-rior. En este caso, la transferencia de capital al exterior desde un punto de vistaindividual no es un problema; sin embargo, puede crear una carga para otrosagentes econmicos y producir una prdida de bienestar a la sociedad en suconjunto, al mismo tiempo que el histerismo lleva al contagio y diseminacin.Cmo sucede esto? En el corto plazo, las salidas masivas de capital privadoproducen una cada sistemtica de las reservas internacionales, lo cual coloca

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    presin en el tipo de cambio nominal y crea una escasez de liquidez en el siste-ma financiero, que a su vez catapulta hacia arriba las tasas de inters domsti-cas mientras el desarrollo del sector financiero se mantiene en vilo. En el largoplazo, los impactos adversos en la economa domstica aparecen mientras losrecursos disponibles para la inversin interna declinan bruscamente, lo cualafecta de modo adverso la tasa de crecimiento econmico.

    Es necesario advertir que, sin importar la motivacin, las definicionesanteriores son difciles de implementar, y es por ello que su aplicacin en laesfera emprica ha sido ms o menos nula.

    Por el contrario, la visin expresada por aquellos que consideran la FCcomo las adquisiciones declaradas y no declaradas de activos extranjeros(trad. propia), tales como el Banco Mundial (1985), Erbe (1985) y el MorganGuaranty Trust (1986), ha perseverado con el transcurrir del tiempo. De talmanera que esta definicin, en contraste con las anteriores, no discrimina entrelos activos a corto y a largo plazo, y asocia la fuga de capital con la totalidad delas salidas de capital privado. Es de hacer notar que la diferencia entre ellasradica en que el Morgan Guaranty Trust (MGT) sostiene que el sistema banca-rio no est involucrado en este fenmeno, aunque podra ser considerado comoun vehculo empleado para exportar el capital. Por lo cual, segn este banco deinversiones, es necesario que las instituciones financieras domsticas manten-gan activos en el exterior para facilitar el comercio y el financiamiento, y, por lotanto, no pueden ser considerados como prueba de la existencia de fuga decapital, en especial si ese capital es reportado a su gobierno.

    Una visin completamente diferente y una definicin indudablementems difana se deben a Cuddington (1987b), quien considera el fenmeno comoexportaciones de capital especulativas a corto plazo por el sector privado nobancario, aunque en algunos casos los bancos comerciales pueden igualmenteinvolucrarse (trad. propia). Sobre esta base, la razn principal de elegir sola-mente capital a corto plazo est en el supuesto de que este tipo de salidas decapitales privados, designada a menudo dinero caliente (hot money), respon-de rpidamente a los cambios en las tasas de retorno o a variaciones en losriesgos por motivos diversos: crisis polticas o financieras, la probabilidad de im-puestos ms altos sobre activos domsticos, una devaluacin inminente, tasas de

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    inflacin ms elevadas o incremento en los controles de cambio. La claridad deesta definicin ha conducido a su amplia aceptacin en el mbito mundial y, enesa misma direccin, al desarrollo del mtodo del dinero caliente.

    Un mtodo alternativo a los dos mencionados es un criterio derivadoque define la fuga de capital como el stock de activos de no residentes que noreportan intereses en los datos de la balanza de pagos del pas acreedor porconcepto de inversin (trad. propia) (Dooley, 1988). Este autor define el fen-meno como la adquisicin no declarada de activos fijos extranjeros por parte deindividuos o firmas de pases en desarrollo, que conduce a la acumulacin deactivos fijos extranjeros privados ms all del control de autoridades domsti-cas y, por lo tanto, exentos de ser gravados. Estas salidas del capital tienen unamotivacin distinta a la diversificacin normal de cartera. Asimismo, debe ob-servarse que esta ltima definicin considera las salidas de capital privado comofugas cuando ellas limitan los recursos disponibles dentro de la economa, porejemplo, para cumplir con el servicio de la deuda externa del pas o para laformacin de capital fijo.

    De este extenso pero no exhaustivo inventario de definiciones con res-pecto a la fuga de capital, podemos advertir que, en trminos extremos, la fugade capital ocurre cuando los inversionistas domsticos adquieren capital delextranjero y, por lo tanto, deciden reasignar sus activos domsticos y transfor-marlos en inversin extranjera. Esto se debe a que sus alternativas domsticas(dinero en circulacin, ahorros y capital fsico) se muestran poco atractivas entrminos de riesgos y tasas de retorno. Esta decisin por lo general es provoca-da por la inestabilidad poltica y econmica, que conduce a las salidas de capitalprivado de carcter especulativo a corto plazo. Esto nos conducira a la medi-cin precisa de la fuga de capital con el mtodo de dinero caliente (hot money)propuesto por Cuddington (1986, 1987a, 1987b).

    Sin embargo, en el otro extremo, algunos consideran que todas las sali-das privadas de capital de pases en desarrollo se deben tratar como fuga decapital, sin importar si son de corto o de largo plazo, incluyendo las inversionesde cartera: bonos o acciones. Esta lnea de razonamiento se basa fundamental-mente en el modelo del dos-brechas, el cual asume que los PED tienen escasocapital y, por lo tanto, son prestatarios netos del resto del mundo, debido a que

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    sus gastos exceden su capacidad para aumentar los ingresos. Debe sealar-se que esta visin sirve de base para el uso de medidas amplias en las estima-ciones de las exportaciones de capital y es considerada a menudo como mstil para analizar los pases de menor desarrollo relativo (Rodrguez, 1987;Dornbusch, 1987).

    Entre estos dos puntos de vista extremos, la literatura ha producido unsinnmero de definiciones y mtodos para cuantificar la fuga de capital, gene-rando con ello un conjunto heterogneo de resultados. Sin embargo, el proble-ma bsico que sigue existiendo dentro de la literatura econmica es que lasdiferencias en la definicin pueden presentarse porque apuntan a capturar losdistintos ngulos del fenmeno bajo escrutinio. En realidad, diversas tcnicaspueden estar midiendo diversos procesos y, adems, podran reflejar diferen-cias entre lo que se consideran salidas de capital privado normales y lo que sepuede etiquetar ciertamente como fuga de capital.

    En este orden de ideas este estudio sigue la definicin amplia y emplea lafrase fuga de capital para describir todos los flujos privados hacia activos extran-jeros hechos por cualquier residente de un pas en desarrollo, propiciado por lainestabilidad econmica interna. Esta definicin se basa en el supuesto de que todoslos capitales que salen pudieran generar una tasa de retorno social ms alto dentrodel pas, y por ende cualquier capital que sea exportado disminuir el nivel de bien-estar de la nacin. Sirve adems para precisar por qu los residentes de los PEDtratan a menudo de proteger la totalidad o parte de su riqueza colocndola en elextranjero, fuera del alcance del gobierno de su pas. Por lo tanto, para la presenteinvestigacin, las preguntas preliminares que siguen planteadas son cmo medir lafuga de capital? y cul es la definicin ms apropiada?

    Varios estudios han comparado y evaluado estas medidas alternativasdesde una perspectiva tanto terica como emprica. No obstante, a pesar deese esfuerzo, no se ha logrado alcanzar ningn acuerdo general en lo referentea cul es la medida ms idnea (Cumby y Levich, 1987; Deepler y Williamson,1987; Varman, 1989; Varman-Schneider, 1991; Chang et al., 1997; Claessens,1997). Creemos que Gordon y Levine (1989) quizs hayan proporcionado has-ta ahora el anlisis ms duro de cada una de las medidas propuestas. Sealanestos investigadores que los severos problemas que se relacionan con los datos

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    estadsticos evitan que cualquiera de las medidas propuestas capture adecua-damente la autntica magnitud de este fenmeno. A pesar de las limitacionesque todas las medidas poseen, parece que la respuesta no puede ser la dequedarse inmvil. Por el contrario, la aproximacin por parte del investigadortiene que ser eclctica.

    En trminos generales, pudiramos convenir que, por ejemplo, las defini-ciones estrechas, como la propuesta por Cuddington (1986), pudieran serconvenientes a la hora de analizar pases caracterizados por conflictos polticosprolongados e intensos y tambin aquellos que han experimentado una inestabi-lidad econmica muy severa. En contraste, sera prudente utilizar medidas am-plias en pases con cierto nivel de estabilidad poltica y econmica y los cualeshan experimentado perodos limitados de controles de cambio.

    Por lo tanto, es importante tener presente que las definiciones emplea-das deben depender del caso analizado y del perodo sujeto a la investigacin.No obstante, antes de considerar los efectos que la salida de capital tiene en lospases en desarrollo, uno de los objetivos de este estudio, es imprescindibleindagar sobre las causas de la fuga de capitales. En la siguiente seccin revisa-remos los motivos principales que la literatura econmica ha identificado comofactores que han incitado a los inversionistas a cambiar una parte sustancial desus posesiones domsticas en activos internacionales.

    II.3 Causas de la fuga de capitales

    Los motivos tericos discutidos dentro de la literatura econmica en re-lacin con la FC son numerosos; sin embargo, se clasifican generalmente entres argumentos predominantes: el riesgo asociado al vnculo inflacin-tipo decambio, el riesgo poltico y los mviles impositivos. Se cree que en general losinversionistas deciden dnde invertir evaluando los diversos activos desde elpunto de vista de riesgos y de tasas de retorno. Por ende, se asume a menudoque la fuga de capital ocurre cuando las tasas de retorno de la inversin doms-tica son bajas en relacin con las disponibles en el extranjero. Esto puede con-ducir a la dolarizacin sustitucin gradual del dinero domstico en circulacinpor una moneda o un grupo de monedas fuertes dentro del pas.

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    Sin embargo, tal sustitucin entre los activos domsticos y extranjerosdentro de una cartera de inversiones est influenciada por las condicionesmacroeconmicas generales as como por el clima poltico e institucional. Estose debe a que la fuga de capital es entendida, en la mejor de las acepciones,como un sntoma de una economa ms que como causante de la prdida debienestar en el mbito nacional (Cumby y Levich, 1987).

    No obstante, se ha establecido, desde una perspectiva emprica, que lascausas de este fenmeno se pueden encontrar, en la mayora de los casos, en elambiente macroeconmico ms que en la situacin poltica (vase el cuadro 1).

    Por lo tanto, desde un punto de vista estrictamente emprico, las causaspotenciales de salidas especulativas de capital se organizan generalmente porlo menos bajo seis ttulos: i) sobrevaluacin del tipo de cambio y la previstadevaluacin de la moneda debido al descarrilamiento del tipo de cambio(Cuddington, 1986; Lessard y Williamson, 1987a; Pastor, 1990); ii) inestabilidadpoltica y malestar social (Dornbusch, 1990; Lensink et al., 2000); iii) tasas deinflacin altas y voltiles, iv) represin financiera tasas de inters reales nega-tivas debido a la existencia de techos en los tipos de inters nominales, inversio-nes forzosas, impuesto a las transacciones (Daz-Alejandro, 1985; Fry, 1997);v) rpida expansin monetaria y grandes dficit fiscales; y vi) incentivos exter-nos (McLure, 1989; Mahon, 1996).

    Para comprender con amplitud lo anterior, tenemos que considerar quela falta de estabilidad del sistema poltico en los pases en desarrollo es a menu-do la consecuencia directa de las condiciones econmicas que prevalecen.

    Recapitulando, la FC ocurre principalmente cuando las polticas domsti-cas en las reas econmica o poltica son percibidas por los agentes econmi-cos domsticos como insostenibles y, por consiguiente, se espera que afectenlos rendimientos de sus inversiones o, an ms grave, las hagan inseguras(Collins, 1987). A saber, una poltica macroeconmica sana evita generalmenteque el capital huya.

    Sin embargo, en el anlisis de las causas de la fuga de capitales, la salidamasiva de capital privado, apodado fugas de capital, simultneamente al au-mento exorbitante en la deuda externa, fue el acontecimiento que gener ms

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    atencin dentro de la profesin desde mediados de los aos 80. Esto condujo ala inclusin de la deuda externa como determinante potencial de la FC. Sinembargo, antes de considerar los diversos mtodos para medirla, uno de losobjetivos de este ensayo, es necesario plantear la siguiente pregunta es intrn-secamente daina la fuga de capital?

    Cuadro 1

    Causas de la

    fuga de capital

    Tipo decambio

    Ambiente polticoe instituciones

    Inflacin Dficit fiscal Dficit de balanza de pagos Bajas tasas de crecimiento

    Partidos polticos Leyes Constitucin Democracia

    Condiciones macroeconmicasy oportunidades de inversiones

    Rendimiento yconsideraciones

    impositivasRiesgo y seguridad

    Sobrevaluacindel tipo decambio real

    Tipo de cambiomltiples(diferenciables)

    Controlesde cambio

    Tasas de inters Impuestos Controles de

    precios Distorsiones de los

    precios relativos Barreras

    al comercio Barreras al mercado

    Temores de expropiacin

    Nacionalizaciones

    Suspensin de la deudaexterior soberana

    Participacin extranjera

    Tasas de retorno de la inversin

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    II.4 Consecuencias de la fuga de capital

    En vista de que muchos autores han discutido las posibles consecuenciasde la fuga de capital, antes de ir ms lejos, vale la pena destacar claramente losargumentos tericos y la evidencia emprica disponible con respecto a los efec-tos que puede tener en las economas de los pases emergentes una salidasustancial de capital al extranjero. Por consiguiente, lo que prosigue es unatentativa de resumir las discusiones ms importantes advertidas en la literatura.

    En primer lugar, la fuga de capital podra erosionar directamente la baseimpositiva sobre la riqueza y la renta, si, por ejemplo, el sistema fiscal empleadoutiliza el principio de territorialidad basado en el origen en vez de aquel basado enel principio de la residencia, un procedimiento muy habitual y el cual se aplicatpicamente en la mayora de los pases de Latinoamrica (McLure, 1989). Por lotanto, ni la renta ni la riqueza enviada al extranjero pueden ser gravadas y de estamanera no generan renta para los gobiernos en los PED. Incluso, si el pas siguie-ra el principio de la residencia ms bien que el del origen para colocar losimpuestos, le sera muy difcil, si no imposible, gravar el capital llevado a caboen el exterior dado que tal capital est fuera del alcance de las autoridadesgubernamentales nacionales (McLure, 1992). Por lo dems, el sistema fiscalde muchos pases desarrollados tales como EEUU, que ha sido durante lamayor parte del siglo XX el principal socio comercial de la mayora de lospases de Latinoamrica, incluida Venezuela proporciona claramente los in-centivos para la fuga de capital. Por ejemplo, el sistema tributario actual deEEUU no grava a los no residentes en propiedades inmobiliarias a menos queocurra una ganancia sobre el capital, y si la propiedad est en la posesin de unacorporacin extranjera, entonces, es posible posponerla o aun evitarla (McLure,1989). Incluso en aquellos casos donde la ganancia sobre capital del inversionistano residente es gravada, ste podra obtener una tasa de retorno ms alta en elexterior si el tipo de cambio nominal se est depreciando en su pas de origen. Dehecho, Mahon (1996) indica que:

    En julio de 1984, la administracin de Reagan, haciendo frente a la necesidad definanciar un dficit fiscal cada vez mayor y predispuesto hacia la libre movilidaddel capital, suprimi el impuesto sobre la renta de 30% sobre los intereses obte-nidos por los no residentes en los ttulos deudas a plazo fijo de EEUU, y en 1985puso tales ttulos al portador a disposicin de los extranjeros. (trad. propia)

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    Por otra parte, los bancos internacionales no revelan con facilidad in-formacin sobre el estado de cuentas, movimientos y un sinnmero de opera-ciones, ni revelan los detalles relacionados con el nmero de cuentas y canti-dades llevadas a cabo en depsitos por los no residentes (Daz-Alejandro,1984). El efecto ms visible es el estancamiento o incluso la reduccin de losingresos del gobierno. Segn Pastor (1990), la prdida de ingresos para lamayora de los pases latinoamericanos es sustancial. Y por supuesto de estarealidad no escapa Venezuela, por cuanto el autor estima que, si todo el inte-rs generado por el capital conservado en el exterior estuviera sujeto a latributacin, la base impositiva sobre la renta aumentara alrededor de 11%.Esta prdida de ingreso potencial podra obligar al gobierno a recurrir a losimpuestos distorsionadores que introducen ineficacias en el mercado, redu-ciendo del mismo modo el desarrollo econmico (trad. propia), como, porejemplo, el impuesto a la inflacin o forzar la introduccin del impuesto alvalor agregado (IVA), los cuales tienen efectos regresivos un tanto agudosen la distribucin de ingresos (Ngeno, 2000).

    En segundo lugar, como consecuencia de la reduccin en los ingresosfiscales, los salarios reales se reducen sustancialmente y se perciben efectosmuy severos en la distribucin de ingresos dentro de la sociedad. Por ejemplo,mientras hay una gran cantidad de perdedores que contemplan como los nive-les de sus ingresos reales disminuyen dramticamente los ms afectados sonlos pertenecientes a la clase media y mientras los pobres son forzados a sufrirla austeridad para que sus gobiernos puedan mantener el servicio de la deudaexterna, este proceso genera un nmero reducido de ganadores, especficamentela lite que adquiri activos extranjeros antes de la imposicin de los contro-les de capital. Aunque parezca inverosmil, en algunos casos la fuga de capitalha ocurrido bajo controles de cambio, lo cual representa un subsidio implcitodada la sobrevaluacin de la moneda (Daz-Alejandro, 1984; Duwendag, 1989;Nyoni, 2000).

    En tercer lugar, la FC puede exacerbar los desequilibrios externos, redu-ciendo las reservas internacionales en casos donde la balanza de pagos experi-menta dificultades. Esto, a su vez, fuerza a los gobiernos a recurrir a prstamosen el exterior, los cuales imponen una limitacin adicional a los ejecutores de las

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    polticas econmicas en el mediano y largo plazo. Sin embargo, una vez agota-das las reservas internacionales y al convertirse en inaccesibles los emprstitosdel extranjero, se presenta como inevitable la implementacin de severos pla-nes de ajuste econmico (PAE), con el objetivo de obtener los ahorros requeri-dos para mantener el servicio de la deuda externa y financiar las importaciones(Nyoni, 2000; Ajayi, 2000).

    En cuarto lugar, la fuga de capitales significa reduccin de la disponibi-lidad de recursos financieros para la inversin domstica, lo cual tiene unefecto nocivo en la tasa de crecimiento econmico actual y disminuye elpotencial de crecimiento futuro (Cardoso y Dornbusch, 1989; Deppler yWilliamson, 1987).

    En quinto lugar, si bien es cierto que una parte sustancial de los prsta-mos externos pudo haber sido inicialmente adquirida por entes privados y, porende no gozar de garanta gubernamental (deuda privada no garantizada), seconoce muy bien que durante la dcada de los 80, muchos gobiernos de PEDestuvieron bajo una presin intensa y, de hecho, fueron forzados posteriormen-te por la comunidad bancaria internacional (incluidas organizacionesmultilaterales) a absorber las obligaciones del sector privado y a otorgar reco-nocimiento gubernamental. En consecuencia, en este caso, de lo que se trata esde la transformacin de deuda privada en compromisos pblicamente garanti-zados, lo cual como sabemos fue un paso preliminar para renegociar la deudaexterna pblica y as restablecer el posterior acceso a los mercados de capita-les internacionales (Eaton, 1987).10 Luego de que la deuda privada fuera reco-nocida a un tipo de cambio oficial (por lo general preferencial), las obligacionesprivadas se convirtieron en un problema para el sector pblico; en efecto, la

    10 En lo referido a la deuda venezolana, Hemlock (1984) revela que al principio, los bancosincluso rechazaron negociar la deuda del gobierno hasta que Caracas aprobara los subsidiospor 2.500 millones de la deuda privada (trad. propia). Posteriormente, l indica que elBanco Wells-Fargo con asiento en San Francisco, por ejemplo, amenaz varias veces condeclarar los prstamos del sector pblico en insolvencia si los pagos de las deudas privadas noeran puestos al da (trad. propia).

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    deuda externa privada se socializ, lo cual gener un dficit fiscal estructu-ral. En este sentido este escenario agrav, posteriormente, las presionesinflacionarias dentro de muchas de estas economas (Dornbusch, 1987).11

    Finalmente, debe indicarse que este fenmeno ha ocurrido al mismo tiem-po que varios escndalos financieros en los que estuvieron implicados miem-bros supuestamente respetados de la comunidad empresarial y del estamentopoltico, ocasionando en algunos casos bancarrotas en una parte sustancial delsector financiero (Faraco y Suprani, 1995; Krivoy, 2000). Estos acontecimien-tos han erosionado la legitimidad de los partidos polticos gobernantes; han des-acreditado el sistema poltico y han conducido a una inestabilidad poltica,econmica y social aguda de la cual muchos pases latinoamericanos an no sehan recuperado (Daz-Alejandro, 1984; Duwendag, 1989).

    Con base en lo anterior, parece haber un consenso entre la mayora delos estudiosos en considerar estas salidas de capital como dainas para losPED que sufren de este fenmeno, debido, particularmente, al hecho de quehan desanimado la inversin domstica, haciendo ms difcil alcanzar un cre-cimiento econmico sostenido, y, adems, han desalentado las iniciativas parael desarrollo econmico en el largo plazo. Esto explica hasta cierto punto porqu las salidas de capital privado de los PED han sido mencionadas reiterada-mente en la literatura como fuga de capital (Lessard y Williamson, 1987a;Dornbusch, 1990).

    11 De hecho, Rodrguez (1987) manifest que el reconocimiento de la deuda externa privada porel gobierno venezolano a un cambio oficial fue claramente un subsidio implcito al sectorprivado que tuvo amplios efectos regresivos en la distribucin de ingresos dentro de lasociedad en su conjunto.

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    III. Mtodos

    La manera como se define la fuga de capitales tiene importantesimplicaciones para los intentos empricos de medir su magnitud y, por lo tanto,para determinar sus consecuencias. Sin embargo, incluso si estamos de acuer-do en su definicin, no es fcil medir la fuga de capital, especialmente, porquelas salidas de capital privado pueden implicar transacciones financieras no de-claradas, y a veces ilcitas, que no se miden directamente y para las cualesexisten pocas fuentes confiables y directas de informacin. Por otra parte, seconsidera que las estadsticas de la balanza de pagos poseen una calidad preca-ria en la mayora de los pases en desarrollo que tienden a experimentar estefenmeno. Por lo tanto, este objetivo es por s mismo complejo y toma muchotiempo para alcanzarlo. No obstante, los movimientos de capital dejan rastrostpicos, que se pueden emplear posteriormente para cuantificar la magnitud delfenmeno, directamente examinando los datos de variables especficas o indi-rectamente como residuo de algunas otras variables (Erbe, 1985; World Bank,1985; Cuddington, 1986).

    Es por ello que los procedimientos principales descritos en la literaturason los siguientes: primero, el mtodo del Banco Mundial (Erbe, 1985; WorldBank, 1985; Cline, 1986; Morgan Guaranty Trust, 1986; Duwendag, 1987); segun-do, la tcnica del dinero caliente (Cuddington, 1986, 1987a, 1987b); tercero,el procedimiento de Dooley (Dooley, 1988); cuarto, la subfacturacin co-mercial, tambin denominada falsa facturacin comercial (Bhagwati et al.,1974; Gulati, 1987); y finalmente el mtodo de la economa oculta o subterr-nea (Anthony y Hughes Hallet, 1995).

    Aunque los fundamentos tericos de la mayora de las tcnicas estn has-ta cierto grado relacionados, cada metodologa tiene diferentes puntos de vistaconceptuales. De hecho, los diversos mtodos tienden a producir variadas esti-maciones que podran afectar sustancialmente los resultados empricos y, porende, la posibilidad de identificar certeramente los determinantes macroeconmicosde la fuga de capital y sus soluciones (Eggerstedt et al., 1995).

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    Por lo tanto, es importante subrayar que, aunque algunos mtodos pudie-ran ser apropiados a la hora de analizar ciertos pases o aun en algunos perodos,los mismos pudieran ser totalmente inexactos y, en consecuencia, conducir aconclusiones errneas en el momento de analizar otros pases u otros perodos.Esto se debe a que, mientras algunos mtodos se concentran en flujos, otros, sinembargo, se concentran en cifras derivadas de acervos o existencias (stocks).

    Aunque existen diversas clasificaciones de estos mtodos, divididos endiferentes grupos, deben destacarse, por ejemplo, Lessard y Williamson (1987b),quienes distinguen dos: el mtodo residual y el mtodo de la balanza depagos. Sin embargo, en el presente estudio estos mtodos sern consideradoscomo directos o indirectos. Utilizamos esta taxacin por hecho de que casitodas estas tcnicas descansan en gran medida en las estadsticas provenientesde la balanza de pagos, con la obvia excepcin del mtodo de la economaoculta.

    En definitiva, el procedimiento adoptado en este estudio es considerar apriori una variedad de tcnicas, las cuales han sido aplicadas ampliamente eninvestigaciones empricas en relacin con la fuga de capital y desde mediadosde la dcada de los 80.

    III.1 Mtodos directos

    III.1.1 Depsitos bancarios

    Hay pocos medios que en forma directa se utilizan para medir la fuga decapitales, sin embargo, dentro de ellos uno que en ocasiones se ha sugerido esel denominado mtodo de depsitos bancarios. Este mtodo asume que losresidentes domsticos mantienen activos extranjeros principalmente en formalquida y en particular en la forma de depsitos en la banca extranjera. Por lotanto, se mide la FC como el incremento en depsitos bancarios extranjerosregistrados llevados a cabo por los residentes domsticos o por entidadesprivadas no bancarias de los PED en los bancos extranjeros de los pasesindustrializados (Khan y Ul Haque, 1987; Ajayi, 2000).

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    Debe indicarse que en la actualidad las estadsticas ms tiles son lascompiladas por el Departamento del Tesoro de EEUU, el cual las publica en elTreasury Bulletin para todos los bancos de los pases industrializados (inclu-yendo EEUU). Igualmente los datos pueden ser obtenidos directamente delAnnual Statistical Digest publicado por el Sistema de la Reserva Federal deEEUU (FED) o de los anuarios de las Estadsticas Financieras Internacionales(EFI) del FMI.12

    Aunque estas cifras son tiles como punto de referencia para analizareste fenmeno, debe tenerse en cuenta que las mismas pueden subestimar alas claras la FC por varias razones: en primer lugar, excluyen las inversioneshechas en propiedades inmobiliarias, capital accionario, acciones, ttulos, bonosdel Tesoro (e.g. de EEUU), activos fsicos y otras empresas comerciales enpases industrializados (Khan y Haque, 1987).

    En segundo lugar, estas cifras excluyen los activos extranjeros manteni-dos por el sistema bancario privado, el cual pudiera estar involucrado en la FC,especialmente porque no hay ninguna razn creble por la cual estas institucio-nes procederan en forma diferente a otros agentes econmicos privados(Cuddington, 1987b; Malav Mata, 1987; Gunter, 1996).

    En tercer lugar, se sospecha que muchos recursos estn fuera de losprincipales centros financieros del mundo, tales como Nueva York, Londres yTokio y estn situados en pases o territorios tales como las islas Caimn yPanam en Amrica, as como Suiza y Luxemburgo en Europa, los cuales hansido catalogados tradicionalmente como parasos fiscales (Lessard yWilliamson, 1987b).13

    12 Debe acotarse que las viejas series estadsticas proporcionadas por el BIS no distinguan,entre las tenencias privadas, los activos privados de las tenencias del sector pblico, as comolas antiguas series del FMI.

    13 No existe una definicin exacta de paraso fiscal. Sin embargo, el trmino se refiere por logeneral a un Estado, reino, pas, regin o territorio que pretende atraer inversiones de deter-minadas personas o entidades debido a que en dichas jurisdicciones encuentran su coberturao amparo. Efectivamente, los parasos fiscales cumplen por lo general con las siguientescaractersticas: i) alto grado de confidencialidad, amparado en el secreto bancario comercial,administrativo y del registro. En efecto, en algunos casos se logra mediante cdigos secretos

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    Efectivamente, en algunos de estos pases existen cdigos secretos quesuprimen la identidad as como la nacionalidad de los depositantes, mientrasque en otras naciones tales detalles son ocultados mediante la complejidad delas transacciones financieras realizadas en sus territorios (Walter, 1985;Olopoenia, 2000).

    Finalmente, algunos fondos depositados en el sistema bancario no se divul-gan a sus autoridades y, de este modo, no son registrados correctamente porlos organismos multilaterales tales como el FMI (Nyoni, 2000; Ngeno, 2000).14

    que suprimen la identidad as como la nacionalidad de los depositantes, mientras que en otrasnaciones tales detalles son ocultados mediante la complejidad de las transacciones financierasrealizadas en sus territorios. La opacidad y el anonimato respecto a la informacin de losdueos de las firmas se logran en muchos casos por medio del otorgamiento de acciones alportador; ii) estabilidad poltica e institucional, teniendo como soporte la estructura jurdicay fiscal que ofrece el territorio; iii) una divisa fuerte y la ausencia de cualquier norma restric-tiva que limite o controle los movimientos de capitales, en particular, los de corto plazo. Estaausencia de normas permite el reciclaje de capitales y el lavado de dinero proveniente deactividades ilcitas; iv) la existencia de un rgimen fiscal dual, en el cual se diferencia entre losresidentes y los no residentes, y que permite conceder privilegios fiscales, a travs de unaescasa o nula tributacin a los no residentes; v) infraestructura adecuada y una red de comu-nicaciones, de todo tipo, que favorezca el movimiento de bienes, individuos y servicios,ofrecindose adicionalmente como opcin de ocio. Esta ltima caracterstica es lo que hacontribuido a dar forma a esa imagen que tenemos acerca de los parasos fiscales, los cuales seasocian con autnticos oasis y lugares exticos, que por lo general son a la vez centrostursticos, y se relacionan con la expresin offshore que literalmente significa a ciertadistancia de la costa o en aguas territoriales (Walter, 1985; Olopoenia, 2000). Sin embar-go, es necesario advertir que el FMI ha utilizado sistemticamente el trmino centrofinanciero extraterritorial (CFE), en lugar de la expresin paraso fiscal (tax heaven). Parael FMI, en estos centros el grueso de las transacciones del sector financiero, en amboslados del balance de cuentas, se efecta con individuos o compaas que no son residentesde los centros, donde las transacciones se inician en otro lugar y donde la mayora de lasinstituciones financieras implicadas estn controladas por no residentes (trad. propia)(Darbar et al., 2003; IMF, 2004).

    14 Si bien es cierto, la OCDE comenz a interesarse por la cuestin en 1987, al iniciar unainvestigacin de las prcticas fiscales perjudiciales generadas por la existencia de regmenesregulatorios restrictivos y por la competencia entre sistemas fiscales estatales. No obstante,es curioso que se haya tardado once aos en convenir una definicin de paraso fiscal. Esta

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    A pesar de estos defectos, las estimaciones obtenidas por medio de estemtodo han sido encontradas por algunos investigadores como valiosas al ana-lizar los PED que sufren de salidas de capital. Por ejemplo, Mahon (1996)advierte que la FC podra incrementarse rpidamente sin una salida neta decapital perceptible, slo con el hecho de que existan flujos de capital de unamagnitud similar en la direccin opuesta debajo de la misma rbrica (trad.propia). En vista de que solamente los depsitos en la banca son consideradospara medir la magnitud del fenmeno, es comn que las cantidades obtenidascon este mtodo sean relativamente pequeas y, sin duda, proporcionan la msbaja de todas las estimaciones respecto a la magnitud de la FC (Lessard yWilliamson, 1987b).

    III.1.2 Cuddington (1986)

    Debe sealarse que John Cuddington emplea otra tcnica para estimardirectamente la cantidad de capital que ha salido del pas. l comienza indicandoque el trmino fuga de capital se refiere tpicamente a exportaciones especula-tivas de capital a corto plazo (trad. propia), enfatizando en que se refiere msque todo al tipo de adquisiciones de inversiones financieras por parte de los do-msticos privados. l tambin presume que este fenmeno est asociado gene-ralmente al sector no bancario, aunque en algunas situaciones los bancos comer-ciales e incluso las organizaciones gubernamentales pueden estar envueltas eneste fenmeno. Esta definicin nos conduce directamente al mtodo del dinerocaliente (hot money) que asume implcitamente que este fenmeno est aso-ciado a respuestas rpidas por parte de los agentes econmicos ante un incre-mento en los riesgos de inversin domsticos (Cuddington, 1986, 1987a, 1987b).

    postura no es sorprendente dado que entre sus miembros hay varias naciones consideradascomo parasos fiscales (Suiza, Holanda y Luxemburgo). Sin embargo, en 2000, la OCDEpublic una lista de parasos fiscales no cooperantes en la cual se mencionaron inicialmentetreinta y cinco territorios o Estados en el mundo considerados poco transparentes de susoperaciones financieras y poco inclinados al intercambio efectivo de informacin en materiatributaria. Aun con todas las reformas promovidas y emprendidas por diversos organismosmultilaterales, entre los cuales se destacan el FMI, el BM y la OCDE, subsisten cincoterritorios dentro de los cuales se encuentran Andorra, Liberia, las islas Marshall y losprincipados de Liechtenstein y Mnaco (www.oecd.org).

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    Evidentemente, para estimar la fuga de capital l emplea varias catego-ras de las salidas de capital privado bruto a corto plazo de la balanza de pagos(BP): el agregado del capital a corto plazo de otros sectores, la inversin decartera de valores y la variacin en los activos extranjeros conservados porlos bancos (Cuddington, 1987b). Por consiguiente, el procedimiento es directo yconsiste en la agregacin de estos rubros, que se muestran en el cuadro 2como categoras C y D, respectivamente. Casi todos los estudios que hanempleado esta metodologa tambin agregan los saldos netos de la partida deerrores y omisiones (categora G). Esta ltima categora es incluidapresumiblemente como una variable aproximada (proxy) de las salidas decapital privadas a corto plazo no declaradas por los residentes. Por consi-guiente, ste es un clculo de las salidas especulativas de capital que respon-den rpidamente a los cambios percibidos en los rendimientos esperados o alos riesgos debido a la crisis poltica o financiera que podran forzar al gobier-no a imponer controles de capital, y as aumentar los impuestos domsticos orealizar una devaluacin importante del tipo de cambio nominal. Por estarazn este mtodo est asociado a menudo con el trmino dinero caliente(hot money) (Varman, 1989).

    Por lo tanto, la ecuacin empleada para estimar la fuga de capital (FC) oel dinero caliente se puede escribir de la manera siguiente: FC = G C D,donde a la FC se considera como salidas netas de capital a corto plazo sindeclarar, que incluye los movimientos del capital de la cartera de valores. Eneste mtodo todas las partidas de la BP mencionadas previamente tienen elsigno negativo, por lo cual son multiplicadas por (-1) con el objeto de conseguirvalores positivos en el caso de ocurrir salidas de capital especulativo; mien-tras que los resultados negativos representan el revs de flujos de capital, esdecir, entradas de capital a corto plazo (Kant, 1996).

    Es importante advertir que los rubros exactos de la BP elegidos y utiliza-dos por Cuddington (1986) estaban basados estrictamente en el pas que eraanalizado. De tal forma que no existe ninguna ecuacin universal para unainvestigacin de corte transversal (cross-country). Inexplicablemente,Cuddington no dio una razn exacta para elegir una por una las partidas preci-sas de capital a corto plazo de los rubros de la BP para cada pas analizado por

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    l. Pese a su simplicidad y despus de transcurrir casi dos dcadas desde quefuera propuesto inicialmente, est claro que este mtodo sigue estando entrelos ms populares y difundidos para medir este fenmeno.

    Sin embargo, si la fuga de capital se puede medir directamente y sinmucha dificultad, las preguntas obvias en esta etapa son las siguientes: porqu tantos mtodos se han propuesto y desarrollado durante las ltimas dosdcadas?, por qu la mayora de los mtodos toman como su punto de partidael mtodo indirecto?

    En primer lugar, las dudas con respecto a la calidad y la exactitud de lasestadsticas visibles e invisibles de la balanza de pagos han sido un tema dediscusin reiterado a lo largo de muchas dcadas entre organizaciones interna-cionales y en particular entre los bancos centrales (Morgenstern, 1974).

    En segundo lugar, cada pas tiene en la prctica diversas maneras depresentar las transacciones comerciales y financieras (Naya y Morgan, 1974).De hecho, existen en algunos casos diferencias sustanciales entre la cuartaedicin del Manual de la Balanza de Pagos (MBP4) del FMI y la quinta edicin(MBP5) que entr en vigencia en 1993.

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    Cuadro 2Balanza de Pagos (BP)

    Manuales de la Balanza de Pagos (MBP) del FMI

    MBP4 MBP4 MBP5 MBP5Categoras Lnea Lnea en Lnea Cdigo en Partidas

    en IFS BOPSY en IFS BOPSY

    A 77 a.d 78 al d 4 993 Z Dficit de la Cuenta Corriente n.i.o.p.9 2 236 1.- Turismo (crdito)

    2 333 2.- Ingresos reinvertidosde Inversin ExtranjeraDirecta (IED)

    2 370 3.- Otros ingresos por inversin(crdito)

    B 77 bad 4 500 Inversiones ExtranjerasDirectas (IED) netas y otroscapitales a largo plazo

    78 bd d 4 505 1.- Inversin directa en elextranjero

    78 be d 4 555 Z 2.- Inversin directa en Venezuela

    C 93, 94, Otros capitales privados95, 96, 97 a corto plazo (no bancarios)

    94 1.- Otros activos96 8 777 2.- Prstamos recibidos97 8 798 3.- Otras obligaciones (pasivos)

    CI 89, 90, Capitales a corto plazo del91, 92 sector bancario y otras

    instituciones

    D 78 bf d 4 602 Activos de inversin decartera: bonos y accionescorporativas en el exterior

    E 78 bq d Activos de inversin delsistema bancario en el exterior

    F 79..d 78 da d 4 040 Variacin (cambio) de lasreservas internacionales

    G 77e.d 112 78 ca d 4 998 Errores y omisiones netos

    H Variacin de la deudaexterna (Banco Mundial)

    Contina en la pgina siguiente

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    Continuacin cuadro 2

    H1 Variacin de la deudaexterna (OECD)

    I 79 bdd 79 dcd 4 766 Uso del crdito y prstamosdel FMI

    M 78 aad 99, 100, 79 f.d Contrapartidas a los activos102, 103, de reservas105, 107,109, 111

    Fuente: Las partidas y el formato de la BP mostrada en esta tabla estn basados, en cierto grado, enpresentaciones anteriores realizadas por Cumby y Levich (1987), Varman (1989), Varman-Schneider(1991), Chang et al., (1997) y Claessens (1997).

    En tercer lugar, no hay manera de comprobar con minuciosidad la exac-titud de los resultados, y, en consecuencia, de poder corregir cualquiera de lasinconsistencias en las estimaciones obtenidas.

    En cuarto lugar, incluso si deseamos emplear medidas directas, el desa-rrollo de mercados secundarios dinmicos y eficaces implica que los activosfinancieros extranjeros a largo plazo pueden ser sustitutos cercanos para losactivos a corto plazo. Este hecho se ha tornado particularmente verdadero enlas ltimas dcadas dado el crecimiento extraordinario de un sin nmero deactivos a largo plazo, tales como bonos y capital accionario, los cuales puedenser sustitutos cercanos para los activos a corto plazo, y de esta manera puedenser empleados por los inversionistas como compensacin de riesgo contra con-diciones econmicas desfavorables sin una prdida significativa de liquidez(Cumby y Levich, 1987; Eggerstedt et al., 1995).

    En quinto lugar, la partida de errores y las omisiones incluyen no sola-mente los flujos de capital sin registrar, los cuales constituyen los rubros que sepueden relacionar con la fuga de capital, y as como tambin ellos capturanverdaderos errores de medicin, debidos, por ejemplo, al retraso en registrartransacciones comerciales financieras y a autnticos errores de anotacin. Porende, no todos los errores y omisiones deben ser considerados flujos de capital(Kant, 1996; Nyoni, 2000).

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    Finalmente, aunque este procedimiento refleja las salidas de capital ne-tas sin registrar representa solamente una medida estrecha de la FC(Varman-Schneider, 1991).

    A pesar de estas debilidades, las estimaciones obtenidas por este m-todo se han encontrado por ser tiles, y deben ser tratadas como un punto dereferencia para evaluar otras estimaciones de la FC. Esto es debido a quesolamente los flujos de capital a corto plazo son considerados, las cifras obte-nidas por medio de este mtodo se aprecian a menudo como el lmite inferiorpor excelencia de las estimaciones de la fuga de capital (Ngeno, 2000).

    Por lo tanto, parece muy razonable mirar ms all de los simples flujosde capital a corto plazo (Kant, 1996). Finalmente, dado que casi todos los analistasen esta rea consideran este fenmeno por su naturaleza excesivamente difcilde cuantificar directamente, parece por lo dems inverosmil el confiar sola-mente en un procedimiento (Gordon y Levine, 1989; Claessens, 1997).

    III.2 Mtodos indirectos

    Un aspecto importa