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 F D I N T E R N A T I O N A L M O N E T A R Y F U N D  F O N D O M O N E T A R I O I N T E R N A C I O N A L FINANZAS y DESARROLLO Junio de 2015 ¿Podría usted vivir con US$1,25 al día? acabar con la  pobreza extrema El  esfuerzo mundial po r Casi mil millones  de personas viven con menos Objetivos de Desarrollo Sostenibles Cómo poner fin a la esclavitud moderna El precio del agua

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    I N T E R N A T I O N A L M O N E T A R Y F U N DF O N D O M O N E T A R I O I N T E R N A C I O N A L

    FINANZAS y DESARROLLOJunio de 2015

    Podra usted vivir con US$1,25 al da?

    acabar con la pobreza extremaEl esfuerzo mundial por

    Casi mil millones de personas viven con menos

    Objetivos de Desarrollo SosteniblesCmo poner fin a la esclavitud moderna

    El precio del agua

  • FINANZAS & DESARROLLO PUBLICACIN TRIMESTRAL DEL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL Junio de 2015 Volumen 52 Nmero 2

    ARTCULOS DE FONDOUNA AGENDA PARA EL DESARROLLO8 Apuntar alto

    Los ODS podran fomentar una mejor calidad de vida en todo el mundoCharles Kenny

    14 En busca de la calidadPor s solo, un mayor crecimiento no mejorar las condiciones socialesMontfort Mlachila, Ren Tapsoba y Sampawende Tapsoba

    18 Est el vaso medio lleno o medio vaco?Con incentivos adecuados es posible superar en gran medida los desafos hdricos y al mismo tiempo proteger a los pobresKalpana Kochhar, Catherine Pattillo y Yan Sun

    22 Hablando claro: Una va hacia el desarrolloLa colaboracin internacional, el compromiso y la flexibilidad son esenciales para mejorar la situacin mundialChristine Lagarde

    24 Bajo la lupa: Objetivos mundialesLos gobiernos presentan 17 objetivos para responder a los desafos mundialesNatalie Ramrez-Djumena

    TAMBIN EN ESTE NMERO26 El costo del terrorismo

    Los terroristas no solo imponen un costo humano directo; tambin pueden causar innumerables problemas econmicosSubhayu Bandyopadhyay, Todd Sandler y Javed Younas

    29 Una cadena an intactaProscripta casi universalmente, la esclavitud perdura en oscuros rincones de la economa mundialMarja Ruotanen, Gianluca Esposito y Petya Nestorova

    34 Expansin continentalLos grupos bancarios africanos se estn expandiendo por toda la regin, planteando nuevos retos para los bancos tradicionales y los supervisoresAlexandra Born y Paul Mathieu

    38 Los ricos y la Gran RecesinNo basta con observar el comportamiento de la clase media para explicar el ciclo de auge y cada en Estados UnidosBas Bakker y Joshua Felman

    41 Reforma detenidaLas medidas para reorganizar los mercados de derivados extraburstiles avanzan, pero con mucha lentitud John Kiff

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    DIRECTOR EDITORIALJeffrey HaydenJEFA DE REDACCINMarina PrimoracREDACTORES PRINCIPALESGita BhattJacqueline Deslauriers Hyun-Sung KhangNatalie Ramrez-Djumena

    ASISTENTES EDITORIALESMaureen Burke Bruce Edwards

    ESPECIALISTA EN PUBLICACIONES IMPRESAS Y DIGITALESLijun Li

    JEFA DE RELACIONES CON REDES SOCIALESSara Haddad

    AYUDANTE DE REDACCIN PRINCIPALNiccole Braynen-KimaniAYUDANTE DE REDACCINMeredith Denbow

    DIRECTORA DE ARTES GRFICASLuisa Menjivar

    DISEADOR GRFICOMichelle MartinASESORES DE LA REDACCINBernardin AkitobyBas BakkerHelge BergerPaul CashinAdrienne CheastyLuis CubbeduAlfredo CuevasDomenico FanizzaJames GordonThomas Helbling

    EDICIN EN ESPAOLServicios Lingsticos del FMICOORDINADA POR:Adriana RussoVirginia Masoller

    2015 Fondo Monetario Internacional. Reservados todos los derechos. Si desea reproducir cualquier contenido de este nmero de F&D, srvase enviar en lnea una solicitud de permiso, que puede encontrar en www.imf.org/external/terms.htm o enve su solicitud por correo electrnico a [email protected]. Las solicitudes de autorizacin para reproducir artculos con fines comerciales tambin pueden tramitarse en lnea a travs del Copyright Clearance Center (www.copyright.com) a un cargo nominal.

    Las opiniones expresadas en esta publicacin son las de los autores indicados y no reflejan necesariamente la poltica del FMI.

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    Finanzas & Desarrollo es una publicacin trimestral del Fondo Monetario Internacional, 700 19th Steet NW. Washington DC 20431. La revista se publica en rabe, chino, espaol, francs, ingls y ruso. Edicin en espaol: ISSN 02507447

    Postmaster: send changes of address to Finance & Development, International Monetary Fund, PO Box 92780, Washington, DC, 20090, USA. Periodicals postage is paid at Washington, DC, and at additional mailing offices. The English edition is printed at Dartmouth Printing Company, Hanover, NH.

    FDJames L. Rowe, Jr.Rani VedurumudiSimon Willson

    Laura KodresGian Maria Milesi-FerrettiInci Otker-RobeLaura Papi Uma RamakrishnanAbdelhak SenhadjiJanet StotskyAlison StuartNatalia Tamirisa

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    FROM THE EDITORA LOS LECTORES

    Fotografas: Tapa, FMI fotos; pg. 2, Philippe Lissac/Godong/Corbis, ThinkStock, Benedicte Desrus/Sipa USA/Newscom; pg. 3, Doc-Stock/Corbis, Christophe Launey/Race for Water; pg. 4, Steve Forrest/Panos; pg. 7, Manar Hussain; pgs. 8, 11, 13, Bart Verweij/Banco Mundial; pg. 10, Arne Hoel/Banco Mundial; pg. 12, Nahuel Berger/Banco Mundial; pg. 14, Kate Mitchell/Corbis; pg. 18, Jim Lo Scalzo/epa/Corbis; pg. 22, Stephen Jaffe/FMI; pgs. 2425, foto de fondo, ThinkStock, todas las otras, Corbis; pg. 26 y pg. 28, Porter Gifford/Corbis; pg. 29, Rafael Ben-Ari/Chameleons Eye/Newscom; pgs. 3233, Banco de la Reserva de Sudfrica; pg. 34, Nadine Hutton/Bloomberg via Getty Images; pg. 38, Charles Smith/Corbis; pg. 41, AP Photo/M. Spencer Green; pg. 46, Arne Dedert/picture-alliance/dpa/AP Images; pgs. 5054, fotos de Vanessa Tuduri, Henry Rivera Angulo y Elizabet de Miguel Rodriguez de Gianluca Battista, fotos de Ann-Marie Taylor de Sam Friedrich; pg. 55, Philippe Lissac/Godong/Corbis.

    Visite la pgina de F&D en Facebook: www.facebook.com/FinanceandDevelopment

    Lea la edicin digital en www.imf.org/fandd

    Una oportunidad nica46 Una idea capitalAl aumentar el gasto en infraestructura, Alemania se ayudar a s misma y ayudar a toda la zona del euro Selim Elekdag y Dirk Muir

    50 Se necesita ayudaLa desocupacin de un joven afecta tambin a su familia, su comunidad y su pasHyun-Sung Khang

    55 Cuatro aos despus de la primaveraPese a los avances logrados, los pases rabes en transicin deben an corregir algunas debilidades fundamentales de sus economasAdnan Mazarei y Tokhir Mirzoev

    DEPARTAMENTOS2 Notas breves4 Gente del mundo de la economa Agente provocador

    Jeremy Clift entrevista a Hlne Rey, profesora de Economa en la Escuela deNegocios de Londres

    32 Notas monetarias Creadores de billetes

    Sudfrica rinde homenaje a la diversidad del pas en el nuevo diseo de su monedaSimon Willson

    44 Vuelta a lo esencial Qu es el capitalismo?

    El libre mercado puede no ser perfecto, pero es probablemente la mejor manera de organizar una economa Sarwat Jahan y Ahmed Saber Mahmud

    ESTE ao ser crucial para impulsar los esfuerzos mundiales en favor del desarrollo. Los lderes mundiales se reunirn en tres ocasiones en julio, septiembre y diciembre para seguir avanzando en la lucha contra la pobreza y forjar alianzas para respaldar una mejor calidad de vida en todo el mundo.

    En julio, las autoridades gubernamentales y los representantes de las organizaciones de la sociedad civil, los grupos de donantes y el sector privado se reunirn en Addis Abeba, Etiopa, para debatir sobre el financiamiento necesario para que millones de personas puedan salir de la pobreza extrema.

    La comunidad internacional volver a reunirse en Nueva York en septiembre para examinar los avances alcanzados en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que vencen este ao, y adoptar los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que definirn las nuevas metas en el mbito del desarrollo hasta 2030.

    Por ltimo, en diciembre, en la cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climtico en Pars se procurar fijar un conjunto de metas medioambientales orientadas a garantizar un futuro sostenible.

    Este tipo de esfuerzos siempre generan debate y en ocasiones escep-ticismo. La complejidad de los ODS propuestos 17 en total, con 169 subobjetivos ha provocado ciertas crticas con respecto a su valor.

    Pero como nos lo recuerda en este nmero la Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, se han logrado avances significativos desde la adopcin de los ODM en 2000. Segn Lagarde, la oportu-nidad que nos brindan estos acontecimientos de centrar la atencin, forjar alianzas y, en definitiva, hallar soluciones tal vez no se repita, al menos, durante una generacin.

    En esta edicin de F&D se examinan los avances en la agenda para el desarrollo mundial, y cmo aprovechar mejor esta oportunidad.

    Charles Kenny, Investigador en Jefe del Centro para el Desarrollo Mundial, analiza los avances logrados en la agenda para el desarrollo desde 2000 y sostiene que para lograr avances sostenibles necesita-mos acuerdos contundentes sobre financiamiento en Addis Abeba y sobre el clima en Pars.

    El crecimiento es necesario para el desarrollo, pero no todo cre-cimiento es igual, la calidad es importante. Montfort Mlachila, Ren Tapsoba y Sampawende Tapsoba evalan la calidad del crecimiento con un ndice especial para ayudar a las autoridades econmicas. Un artculo sobre la necesidad de garantizar el acceso a agua potable, especialmente para los grupos ms pobres del mundo, y el info-grama de Bajo la lupa sobre la transicin de los ODM a los ODS completan nuestro anlisis sobre este tema.

    En otras secciones, examinamos los rincones ms oscuros de la economa mundial, en particular los estragos econmicos causados por el terrorismo y los costos de la trata de personas.

    Tambin analizamos la expansin de los bancos regionales en frica, las secuelas econmicas de la Primavera rabe, cmo podra la zona del euro beneficiarse del gasto en infraestructura de Alemania, los esfuerzos para reformar los mercados extraburstiles de derivados, y el desempleo juvenil.

    Por ltimo, el Editor en Jefe del FMI y antiguo Director de F&D, Jeremy Clift, traza una semblanza de Hlne Rey, profesora de Economa de la Escuela de Negocios de Londres, conocida por desafiar la sabidura convencional con respecto a los grandes temas macroeconmicos.

    Jeffrey HaydenDirector Editorial

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  • 2 Finanzas & Desarrollo junio de 20152 Finanzas & Desarrollo junio de 2015

    Planes de pensionesSi no se aplican reformas de los sistemas de pensiones, la clase media emergente en Amrica Latina puede ser vulnerable a la pobreza en la vejez, segn un reciente estudio publicado con-juntamente por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmicos (OCDE) y el Banco Mundial, en el que se analizan los modelos de pensiones de 26 pases de la regin.

    El envejecimiento poblacional incrementar el gasto pblico en pensiones en Amrica Latina y el Caribe; al mismo tiempo, el elevado nmero de trabajadores en el sector informal, que no realiza contribuciones, pone en riesgo la adecuacin de las prestaciones jubilatorias. Actualmente, solo 45 de cada 100 trabajadores contri-buye a un plan de jubilacin, y este porcentaje apenas ha variado en las ltimas dcadas. En 2050, entre 63 millones y 83 millones de personas en la regin podran no recibir una pensin adecuada, si no se aplican reformas y no se realizan esfuerzos para aumentar el empleo en el sector formal y el acceso a educacin de calidad.

    La tendencia ms generalizada para solventar la brecha de per-sonas que no cotizan a los sistemas de pensiones es ampliar las llamadas pensiones no contributivas o sociales. Estos subsidios pblicos ayudan a reducir la desigualdad y la pobreza, pero supon-drn un reto fiscal a medida que la poblacin envejezca y haya ms

    solicitantes. Ahora hay 8 personas en edad productiva por cada pensionista, pero en 2050, la tasa disminuir a 2,5, nivel cercano al promedio de 1,9 de la OCDE.

    Muchos pases de la regin an carecen de los sistemas y el marco institucional que permitan una buena gestin de las pensiones, tanto contributivas como no contributivas. En ese sentido, el aumento de las inversiones en los sistemas y las reformas de los marcos institucionales son un buen primer paso para lograr sistemas de mayor cobertura y sostenibilidad.

    Un proyecto audazEl Banco Asitico de Desarrollo (BAD) y Japn estn ayu-dando a los pases de Asia y el Pacfico a aprovechar las ltimas tecnologas, como los mapas va satlite, para pre-pararse y responder de manera ms eficaz y rpida a los desastres naturales.

    El BAD utilizar una donacin de US$2 millones en asisten-cia tcnica otorgada por Japn para capacitar a funcionarios gubernamentales y de la comunidad, as como a voluntarios locales en Armenia, Bangladesh, Fiji y Filipinas en el uso de tecnologa espacial de ltima generacin y otros instrumentos de alta tecnologa para la prevencin de desastres.

    El uso de tecnologa espacial, incluidos los sistemas basados en satlites como el sistema mundial de localizacin (GPS, por sus siglas en ingls), para la prevencin y respuesta a los desastres, ha crecido en los ltimos aos. Pero muchas economas en desarrollo carecen de fondos y experiencia para adoptar nuevas tecnologas que puedan complementar sus sistemas de alerta anticipada y de deteccin de desastres.

    Este proyecto piloto se centrar en la capacitacin a organismos pblicos y comunidades locales en el uso de OpenStreetMap, una plataforma mundial de cartografa digi-tal gratuita, y aplicaciones de telfono mvil que permiten a los pases recopilar informacin a nivel de la comunidad para la planificacin de riesgos.

    Servicios bancarios mvilesEn los ltimos cinco aos, 700 millones de personas abrieron cuentas en bancos, en otras instituciones financieras o con provee-dores de servicios de dinero mvil, y el nmero de personas que carecen de servicios bancarios se redujo un 20%, a 2.000 millones,

    segn el informe Global Findex de 2014 del Banco Mundial.

    Entre 2011 y 2014, el porcentaje de adultos con una cuenta aument del 51% al 62%. En particular, las cuentas de dinero mvil en frica subsahariana estn ayudando a intensificar rpidamente el acceso a servicios financieros.

    Segn el informe, an queda ms por hacer para ampliar la inclusin financiera de las muje-res y los hogares ms pobres en las

    economas en desarrollo. La brecha de gnero no se est reduciendo en este mbito: en 2014 solo el 58% de las mujeres tena una cuenta, frente al 65% de los hombres. A nivel regional, Asia meridional presenta la mayor brecha de gnero, de 18 puntos porcentuales.

    La tecnologa ha ayudado a impulsar el uso de cuentas y transfor-mar la manera de realizar pagos a nivel nacional. Unos 355 millones de adultos de pases en desarrollo que tienen una cuenta indicaron que envan o reciben remesas dentro del pas en efectivo o en el mercado no oficial, entre ellos 35 millones en frica subsahariana. Adems, 1.300 millones de adultos de pases en desarrollo que tienen una cuenta pagan sus facturas de recoleccin de residuos, agua y electricidad en efectivo, y ms de 500.000 adultos que tienen una cuenta pagan las tasas escolares en efectivo. El acceso a pagos digitales, a travs del telfono mvil o de un punto de venta, brinda opciones de pago ms cmodas y asequibles.

    NOTAS BREVES

    Jugando al domin, Santo Amaro, Brasil.

    Transferencia de dinero a travs de un mvil, Nairobi, Kenya.

  • Finanzas & Desarrollo junio de 2015 3

    Aguja inteligenteSegn un estudio de 2014 de la Organizacin Mundial de la Salud (OMS), el uso de la misma jeringa o aguja para adminis-trar inyecciones a ms de una persona favorece la propagacin de enfermedades infecciosas mortales en todo el mundo.

    El estudio seala que en 2010 el nmero de personas infectadas por el virus de la hepatitis B mediante una inyeccin contaminada alcanzaba 1,7 millones; unas 315.000 por el de la hepatitis C y 33.800 por el del VIH.

    La OMS recomienda el uso de una nueva jeringa inteligente que posee caractersticas que impiden su reutilizacin. Algunos modelos tienen un punto dbil en el mbolo que provoca su rotura si el usuario intenta tirar hacia atrs de este despus de haber administrado la inyeccin. Otros incluyen un mecanismo de metal que traba el mbolo, mientras que en otros la aguja se retrae en el cilindro de la jeringa luego de administrar la inyeccin. Se est diseando otro modelo con una funda o cubierta que se desliza sobre la aguja despus de administrar la inyeccin para proteger al personal sanitario de pinchazos que puedan ser causa de infecciones.

    La OMS insta a los pases a que en 2020 ya hayan implantado el uso exclusivo de jeringas inteligentes, salvo en algunos casos en que sea necesario reutilizar una jeringa normal, como para

    una bomba intravenosa. Las jeringas que no estn dotadas de mecanismos de seguridad cuestan entre US$0,03 y US$0,04 cuando las compra un organismo de las Naciones Unidas para un pas en desarrollo. Las jeringas inteligentes cuestan el doble, pero la OMS prev que los precios disminuirn a medida que aumente la demanda y hace un llamamiento a los donantes para que respalden la implementacin del uso de estos dispositivos.

    La carrera contra el plsticoLa expedicin suiza Race for Water Odyssey (R4WO), res-paldada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), recorrer ms de 40.000 millas nuticas en 2015 para realizar la primera evaluacin mundial de contaminacin causada por el plstico en los ocanos. En menos de 300 das, el equipo realizar 11 paradas cientfi-cas y 9 recaladas en 13 pases, y visitar las playas de las islas situadas en los cinco vrtices de basura: concentraciones gigantescas de residuos plsticos que flotan en los ocanos y que son generadas por el viento y las corrientes marinas.

    La expedicin parti de Burdeos, Francia, el 15 de marzo. Tras atravesar el ocano Atlntico y entrar en el ocano Pacfico por el Canal de Panam, el R4WO viajar a Amrica del Sur y posteriormente a las islas del Pacfico Sur.

    Los ocanos reciben una enorme cantidad de basura cada ao, gran parte de la cual es persistente y genera contaminacin

    marina que es mundial e intergeneracional, seal Achim Steiner, Subsecretario General de las Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA. La colaboracin entre gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y el mundo acadmico es esencial para frenar el flujo de residuos en este frgil entorno.

    El objetivo de la fundacin Race for Water es implementar medidas concretas y sostenibles para proteger los ocanos y el agua dulce, y colaborar con otros organismos como la UNESCO, el PNUMA y el Fondo Mundial para la Naturaleza.

    Calendario de 2015113 de junio, Ginebra, SuizaConferencia de la Organizacin Internacional del Trabajo45 de junio, Schloss Elmau, AlemaniaCumbre del Grupo de los Siete613 de junio, Roma, ItaliaConferencia de la Organizacin de las Naciones Unidas para la Alimentacin y la Agricultura1315 de julio, Addis Abeba, EtiopaConferencia de las Naciones Unidas sobre la Financiacin para el Desarrollo2527 de septiembre, Nueva York, Estados UnidosCumbre de las Naciones Unidas dedicada a la aprobacin de la Agenda para el Desarrollo despus de 2015911 de octubre, Lima, PerReuniones Anuales del FMI y el Banco Mundial30 de noviembre11 de diciembre, Pars, FranciaConvencin Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climtico

    La jeringa inteligente previene la reutilizacin y las infecciones.

  • 4 Finanzas & Desarrollo junio de 2015

    GENTE DEL MUNDO DE LA ECONOMA

    CUANDO los das son ms clidos, a Hlne Rey le gusta cruzar el Regents Park en motoneta hasta llegar a su ofi-cina en medio de las blancas colum-natas de la Escuela de Negocios de Londres. Demuestra su destreza avanzando con rapidez por el estrecho corredor, afuera de su pequea oficina tapizada de libros, mientras toca hbilmente el freno trasero de su motoneta con el pie izquierdo.

    Me resulta cmodo hacerlo porque mi casa est justo del otro lado del parque, dice la premiada profesora de economa. Hay gar-zas salvajes, cotorras y muchos patos, y hasta el ocasional cisne negro, que al parecer no es algo tan raro, dice rindose. De hecho, hace algn tiempo una pareja de cisnes negros, que tradicionalmente se aparean de por vida, ocu-paron los titulares de los medios internacio-nales porque tuvieron que ser separados por guardianes del parque cuando rean dema-siado durante el cortejo.

    El exitoso autor Nassim Nicholas Taleb adopt la expresin cisnes negros para des-cribir acontecimientos inusuales que tienen importantes repercusiones en el sector empre-sarial y financiero, pero que son totalmente impredecibles o se consideraban improbables, como los cisnes negros en la naturaleza.

    Pero en realidad, dice Rey, los cisnes negros no son del todo anormales, refirindose a la versin de Taleb. No creo que los grandes

    shocks sean algo inusual. Depende del sistema y de los incentivos que se den a la gente.

    Tras los grandes temasRey quien vive con su marido y su hija de ocho aos en dos casas adosadas, moderni-zadas y unidas en una sola ha ganado fama por desafiar la sabidura convencional, particu-larmente acerca del sistema financiero interna-cional, el papel del dlar y otros grandes temas macroeconmicos. Para sus colegas, su labor y sus ideas son provocativas e influyentes.

    Siempre me han interesado los grandes temas de la economa, dice Rey. Est casada con el economista Richard Portes tam-bin profesor de la Escuela de Negocios de Londres que en 1983 fund el Centro de Investigacin de Poltica Econmica, una red de economistas europeos. Haba que hacer macroeconoma internacional para compren-der esa problemtica, dijo en una entrevista mantenida con F&D en Londres.

    Un elemento comn es que ella siempre explora algunas de las fuerzas ms profundas que afectan el sistema monetario internacio-nal o el mundo financiero en que vivimos, dice Pierre-Olivier Gourinchas, profesor de la Universidad de California, en Berkeley, quien, como Rey, es de nacionalidad francesa.

    Su trabajo se caracteriza por la paciencia y el compromiso, afirma Philip Lane, profesor

    GENTE DEL MUNDO DE LA ECONOMA

    Jeremy Clift entrevista a Hlne Rey, profesora de Economa en la Escuela de Negocios de Londres

    provocadorAgente

    Hlne Rey en el campus de la Escuela de Negocios de Londres.

  • Finanzas & Desarrollo junio de 2015 5

    del Trinity College, en Dubln. Ha desarrollado proyectos de gran escala y larga duracin que finalmente aportan avances significativos en el conocimiento, en lugar de conformarse con proyectos de investigacin que rindan resultados inmediatos.

    Tras obtener dos doctorados, en la Escuela de Economa de Londres y en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de Pars en 1998, Rey ha sido galardonada con una serie de destaca-dos premios europeos por sus estudios econmicos que invitan a la reflexin, y se ha convertido en defensora de mayor participa-cin de las mujeres en los niveles ms altos de su profesin.

    Hlne toma grandes ideas y luego analiza los datos con increble esmero para responder estas grandes preguntas, dijo Olivier Blanchard, Economista Jefe del FMI. Es la combina-cin ptima para dejar una huella en la profesin, y ella ya ha dejado una huella fundamental, asever al presentarla en una conferencia celebrada en Washington el ao pasado.

    Una larga serie de distincionesHa sido distinguida con el premio Berncer 2006 (otorgado al mejor economista europeo menor de 40 aos dedicado a macroeconoma y finanzas) por su investigacin sobre las cau-sas y consecuencias de los desequilibrios comerciales y finan-cieros, la internacionalizacin de las monedas y una mejor comprensin de las crisis financieras.

    En 2012 recibi el premio inaugural Birgit Grodal de la Asociacin Econmica Europea, con el cual se distingue a una economista mujer que haya hecho una contribucin impor-tante a la profesin en Europa. Un ao despus se convirti en la primera mujer en ganar el premio bienal Yrj Jahnsson, que comparti con su connacional Thomas Piketty, el recono-cido autor de El capital en el siglo XXI, sobre la desigualdad del ingreso y la riqueza.

    Rey recibi en 2013 el premio por sus originales contribuciones a las finanzas internacionales, especialmente la determinacin de los tipos de cambio y los flujos internacionales de capitales. Segn expres el comit, Rey haba trabajado y logrado importantes avances en el estudio de muchos de los grandes interrogantes que en esa materia preocupan a economistas y autoridades.

    Es la unin de la teora con los estudios empricos lo que hace su labor tan relevante para el anlisis de las polticas, comenta Lane.

    A pesar de estar sumergida en el mundo de la economa, Rey dice ser muy normal en relacin con las cosas que le gusta hacer fuera de sus horas de trabajo. Me gusta leer; me gusta la msica, una de las cosas que tiene Londres es que ofrece una msica excelente. Cada vez que puede disfruta jugar ftbol con su hija, o llevarla a nadar. Como crec en la campia, me encanta salir a caminar por el bosque o las montaas.

    El debate toma un nuevo rumboHija de un ingeniero civil y una maestra, Rey creci en Brioude, en el centro de Francia. Atribuye su xito como economista a la slida base de matemticas que le brind el sistema edu-cativo francs. Tras estudiar en una Grande cole de Pars, obtuvo una beca para cursar una maestra en la Universidad de Stanford en California y luego regres a Europa para obte-ner sus doctorados. Ha enseado en diversas universidades de

    primer nivel, como la Universidad de Princeton y la Escuela de Economa de Londres, con breves perodos en la Universidad de California, en Berkeley y en Harvard.

    Uno de sus trabajos ms influyentes es el estudio que rea-liz en Princeton junto con Gourinchas sobre el papel de Estados Unidos en un sistema financiero globalizado y que, segn Blanchard, cambi el debate sobre el dficit de cuenta corriente en Estados Unidos.

    Antes de la ltima crisis financiera mundial, cuando el abul-tado dficit de cuenta corriente de Estados Unidos era motivo de preocupacin entre economistas y polticos, Gourinchas y Rey mostraron que la situacin de ese pas no era tan mala como pareca debido a su papel como centro del sistema finan-ciero internacional.

    Aunque Estados Unidos tena un gran dficit comercial, los economistas no tomaban en cuenta los elevados montos que el pas obtena por concepto de ganancias de capital y variaciones en el valor del dlar, dijo Gourinchas a F&D.

    Por ejemplo, casi todos los pasivos externos de Estados Unidos son en dlares, mientras que aproximadamente 70% de sus activos externos estn denominados en otras monedas. Una depreciacin de 10% del dlar aumenta el valor de los activos externos y representa una transferencia de alrededor de 5,9% del PIB del pas desde el resto del mundo. En comparacin, el dficit comercial de bienes y servicios en 2004 fue de 5,3% del PIB. As que estas ganancias de capital pueden ser considerables.

    Como sealaron Gourinchas y Rey (2005), una deprecia-cin del dlar tiene dos efectos beneficiosos en la posicin externa de Estados Unidos: impulsa las exportaciones netas y eleva el valor en dlares de los activos del pas.

    Gourinchas y Rey afirmaron que la posicin que ocupa Estados Unidos en el centro del sistema le otorgaba un pri-vilegio exorbitante (frase acuada en los aos sesenta por el entonces Ministro de Hacienda francs Valry Giscard dEs-taing para describir la ventaja que significaba para Estados Unidos el papel del dlar como moneda de reserva del mundo), ya que el pas poda tomar prstamos con un des-cuento en los mercados financieros mundiales y obtener altos rendimientos de sus activos externos. Los autores rastrearon cmo gradualmente Estados Unidos haba asumido inversio-nes ms riesgosas en el exterior.

    Banquero mundial, asegurador mundialSegn explica Rey, avanzaron en el anlisis de esas ideas y sealaron que, por su papel clave, Estados Unidos es algo as como un asegurador para el resto del mundo.

    Tras la segunda guerra mundial, Estados Unidos sucedi a Gran Bretaa como banquero del mundo, emisor de la principal moneda internacional y proveedor de liquidez internacional.

    Esto signific, en particular, poder endeudarse a corto plazo (los extranjeros estaban dispuestos a comprar activos lquidos en dlares) y prestar a largo plazo (Estados Unidos proporcio-naba prstamos a largo plazo y fondos de inversin a empre-sas extranjeras). Al igual que un banco, Estados Unidos poda obtener un margen de intermediacin del diferencial entre el rendimiento ms alto que reciba de sus activos externos y el costo de sus pasivos.

  • 6 Finanzas & Desarrollo junio de 2015

    Gourinchas afirm que, desde los aos noventa, Washington se ha convertido en una especie de inversor en capital de riesgo del mundo: Sus activos se han desplazado cada vez ms desde los prstamos bancarios a largo plazo hacia la inversin extran-jera directa (IED) y, desde la dcada de los noventa, hacia la IED y las participaciones de capital. Al mismo tiempo, sus pasivos han permanecido dominados por prstamos bancarios, crdito comercial y deuda, es decir, activos seguros de bajo rendimiento.

    Por lo tanto, el balance de Estados Unidos se asemejaba cada vez ms al de un capitalista de riesgo con inversiones riesgosas de alto rendimiento por el lado del activo. Adems, con el tiempo su coeficiente de apalancamiento ha aumentado considerablemente.

    Rey dice que, al ampliar esta lnea de investigacin durante la crisis financiera mundial, observaron que Estados Unidos haba invertido su papel, canalizando al resto del mundo un monto significativo de recursos que estiman entre 13% y 14% de su PIB tan solo en 2008 a travs de su cartera externa.

    Como comprobaron al analizar los datos, Estados Unidos provea una suerte de seguro global a la economa mundial y al resto del mundo, ganando el equivalente a una prima en los buenos tiempos y pagando la suma asegurada en los malos.

    Si bien por un lado Estados Unidos goza de un privile-gio exorbitante, dice Rey, tiene asimismo, como asegurador mundial, una obligacin exorbitante en tiempos de crisis.

    Jackson HoleEn una segunda lnea de investigacin, Rey cuestiona otro dogma econmico: la idea de que los pases solo pueden lograr dos de los objetivos de la trinidad imposible, cuyos tres objetivos son: un tipo de cambio fijo, un mercado de capita-les abierto (sin controles de capital) y una poltica monetaria independiente (vase el recuadro).

    La teora dice que, en un mundo de libre movilidad del capital, los pases pueden ejercer una poltica monetaria independiente solo si dejan flotar su tipo de cambio (Obstfeld y Taylor, 2004).

    Si bien tanto los mercados emergentes como las economas avanzadas han abierto cada vez ms sus fronteras a los flujos financieros, Rey sostuvo en un influyente discurso ante los banqueros centrales reunidos en Jackson Hole, Wyoming, en 2013 que la escala de la globalizacin financiera haba puesto en duda esta teora.

    Como muchas decisiones clave se adoptaron en el centro del sistema (Estados Unidos) y luego se exportaron al resto del mundo a travs de la globalizacin, los pases ya no pueden ais-larse mediante su tipo de cambio.

    En lugar de una trinidad imposible, ahora simplemente el mundo enfrentaba un dilema: las polticas monetarias indepen-dientes son posibles solo si se maneja, directa o indirectamente, la cuenta de capital (Rey, 2013).

    Segn expresa Rey, el cuadro que surge es el de un mundo con fuertes ciclos financieros mundiales caracterizados por grandes movimientos comunes en los precios de los activos, los flujos bru-tos y el apalancamiento [deuda].

    Cuando el capital puede moverse libremente, el ciclo financiero mundial restringe las polticas monetarias nacionales cualquiera que sea el rgimen cambiario.

    Muchos creen que un tipo de cambio flexible puede aislar-nos de los shocks financieros y permitirnos entonces aplicar

    una poltica monetaria independiente, algo que los propo-nentes de un sistema de metas de inflacin han venido sos-teniendo. Pero si existe un ciclo financiero mundial, como yo pienso, el tipo de cambio no nos puede separar de lo que ocu-rre en el resto de los pases, dice Rey.

    Si ella tiene razn, dice Gourinchas, tendremos que repensar nuestros principios orientadores acerca de cmo con-ducir la poltica monetaria en una economa abierta.

    En cierto sentido, es ms una agenda de investigacin que algo ya establecido, contina Gourinchas. Hlne, en su discurso de Jackson Hole y en algunos de sus trabajos recientes plantea una serie de interrogantes en lugar de dar respuestas definitivas.

    Blanchard seala la importancia de la labor de Rey. Frente a la idea anterior de que nos podamos aislar tan solo dejando flotar el tipo de cambio, esta es una postura bastante diferente. Creo que en gran medida es correcta y probablemente influir en nuestra visin, por ejemplo, acerca de la forma en que los mercados emergentes deberan reaccionar ante estos fuertes movimientos de los flujos de capitales.

    Necesidad de mayores controlesLos pases deberan reaccionar, dice Rey, con una gestin y supervisin ms slida de los flujos de capitales porque esos flujos han tenido efectos desestabilizadores que contribuyeron a provocar crisis.

    Tras el caos generado por la crisis financiera mundial, es difcil determinar o medir los beneficios reales de la apertura financiera y el libre movimiento de capitales. Al respecto, Rey que escribe para el diario financiero francs Les Echos y tam-bin integra una junta asesora del Ministerio de Hacienda de Francia afirma lo siguiente:

    Qu es la trinidad imposible?La trinidad imposible o trilema indica que es imposible para un pas mantener simultneamente un tipo de cambio fijo, el libre movimiento del capital y una poltica monetaria independiente.

    En 1962 el economista britnico Marcus Fleming y el cana-diense Robert Mundell crearon el modelo Mundell-Fleming de tipos de cambio y afirmaron que era imposible tener autonoma interna, tipos de cambio fijos y un libre flujo de capitales: no podran lograrse ms de dos de esos objetivos.

    Desde entonces la teora de la trinidad imposible se ha con-vertido en una de las bases de la apertura econmica, expresada en los aos noventa por los economistas Maurice Obstfeld y Alan Taylor.

    Las autoridades de las economas abiertas que compran y venden tanto bienes como servicios, adems de activos de capital en los mercados mundiales con mnimas barrerasenfrentan un trilema macroeconmico, que obliga a elegir entre tres objetivos a menudo deseables pero contradictorios: estabilizar el tipo de cambio, gozar de una libre movilidad del capital internacional y aplicar una poltica monetaria orientada hacia objetivos internos. Como solo dos de los tres objetivos pueden ser compatibles entre s, las autoridades deben decidir cul de ellos sacrificar. Ese es el trilema.

  • Finanzas & Desarrollo junio de 2015 7

    Billones de dlares han atravesado las fronteras y, sin embargo, pese a nuestros mejores esfuerzos y cientos de estu-dios, ha sido extraordinariamente difcil para los economistas identificar las ventajas generadas por esos flujos. Por supuesto, es muy posible que parte de estos flujos sean beneficiosos. Tambin es muy posible que parte del sector financiero haya cosechado grandes beneficios, pero para el resto, los flujos de dinero caliente no distribuyeron el riesgo sino que lo crearon.

    Rey sostiene que, si esos flujos internacionales de capitales no sirvieron de mucho, y de hecho causan crisis, entonces se debe-ran restringir algunos de ellos, aplicando polticas macropru-denciales o controles de capital. Cree que as todos estaramos mejor, excepto quizs algunos participantes del sector financiero.

    Las polticas macroprudenciales, reforzadas tras la crisis financiera mundial, procuran contener o minimizar el riesgo originado dentro del sistema financiero mediante medidas precautorias, y una mejor regulacin y supervisin general del sistema. Rey seala que esas polticas son ahora muy impor-tantes, pero la pregunta es si funcionarn o no para prevenir la prxima crisis.

    Considera que las recientes medidas encaminadas a elevar los requisitos de capitalizacin bancaria, junto con la aplicacin de pruebas de tensin, representan pasos en la direccin correcta.

    Efectos dispares de la globalizacinRey tambin ha estudiado los cambios registrados en el sis-tema financiero internacional: la creacin del euro y la crisis de Europa, el ascenso de China y la integracin de la economa mundial en un ciclo global. Fue miembro de un panel que en 2011 formul recomendaciones sobre la manera de reformar el sistema monetario internacional, como por ejemplo fortale-ciendo al FMI y permitindole tomar prstamos directamente en los mercados comerciales (Farhi, Gourinchas y Rey, 2011). Actualmente, el FMI puede captar fondos solo de los gobier-nos de los pases miembros.

    Lane dice que el trabajo que hizo Rey sobre la globaliza-cin financiera en colaboracin con Philippe Martin, profesor de economa en Sciences Po, en Pars, merece mayor atencin (Martin y Rey, 2006). Juntos desarrollaron una serie de modelos acerca de las consecuencias de la integracin de las economas con sistemas financieros asimtricos o desequilibrados (las eco-nomas centrales frente a las perifricas en Europa; las avanza-das frente a las de mercados emergentes a nivel mundial).

    Hlne es una de los economistas que han reformulado nuestra visin de la globalizacin financiera, adoptando una idea ms matizada de sus beneficios, como por ejemplo, el hecho de que se pueden generar ms crisis financieras en los mercados emergentes, dice Martin.

    Lo mismo cabe decir respecto del papel de la globalizacin financiera en el ajuste internacional y el trilema tradicional. En cada caso, ella reexamin un tema clsico y crucial para mostrar que algunos aspectos nuevos de la globalizacin financiera (efec-tos de valoracin, el ciclo financiero mundial) deberan modifi-car nuestra forma de pensar acerca de estos interrogantes.

    En cuanto a la zona del euro, Rey opina que corregir el pro-blema de la deuda pendiente y crear un marco fiscal ms cre-ble son dos factores clave para estabilizar la regin.

    Dejando de lado a Grecia donde la situacin es bastante distinta de los dems pases Europa necesita un marco fiscal ms creble. Primero, se debe resolver el sobreendeudamiento que dej la crisis. No es posible aplicar un marco ms creble mientras algunos pases tengan un coeficiente de deuda igual al 130% del PIB que los hace demasiado grandes para quebrar.

    En cuanto a las repercusiones del ascenso de China, para Rey resulta claro que el pas con mayor poblacin est ganando importancia en la economa mundial.

    Pero llevar tiempo lograr que la moneda china sea acep-tada a la par del dlar como moneda global. China crece muy rpidamente, pero su estructura financiera y su sistema ban-cario estn an muy poco desarrollados. De modo que pasar mucho tiempo antes de que el renminbi llegue a ser tan impor-tante como el dlar, o incluso lo supere.

    No es algo que ocurrir maana mismo, eso es seguro!.

    Cisnes negros en el futuroHabr cisnes negros en nuestro futuro? Bueno, por defini-cin, eso es algo en lo cual no hemos pensado, o no sabemos mucho, dice con una sonrisa.

    Pero hay un par de cosas que son claramente preocupantes. Una es la gran cantidad de posiciones derivadas existentes. Es como un agujero negro; quiz funcione bien y quiz no. No sabemos cmo evolucionar.

    La otra es la ciberseguridad, un problema creciente cuyas fuentes de vulnerabilidad no conocemos plenamente. Pero eso no significa que sea un cisne negro. El riesgo es algo endgeno del sistema!. Jeremy Clift es Editor en Jefe del FMI y ex Director Editorial de F&D.

    Referencias:Farhi, Emmanuel, Pierre-Olivier Gourinchas y Hlne Rey, 2011,

    Reforming the International Monetary System (Londres: Centre for Economic Policy Research).

    Gourinchas, Pierre-Olivier, y Hlne Rey, 2005, From World Banker to World Venture Capitalist: U.S. External Adjustment and Exorbitant Privilege, NBER Working Paper No. 11563 (Cambridge, Massachusetts: National Bureau of Economic Research).

    Martin, Philippe, y Hlne Rey, 2006, Globalization and Emerging Markets: With or Without Crash?, The American Economic Review, vol. 96, No. 5, pgs. 163151.

    Obstfeld, Maurice, y Alan M. Taylor, 2004, Global Capital Markets: Integration, Crisis, and Growth (Nueva York: Cambridge University Press).

    Rey, Hlne, 2013, Dilemma Not Trilemma: The Global Financial Cycle and Monetary Policy Independence (Kansas City, Missouri: Banco de la Reserva Federal).

    Cisnes negros en el Regents Park, Londres, Reino Unido.

  • 8 Finanzas & Desarrollo junio de 2015

    2015es un gran ao para el desarrollo mundial. Vence el plazo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), las ambiciosas metas de avance mundial fijadas por los dirigentes internacionales en las Naciones Unidas a fines del siglo XX. Aunque pueda sorprender a quienes viven en Japn, Europa o Amrica del Norte, los ltimos 15 aos quizs hayan constituido el perodo de mayores avances en lo atinente a la calidad de vida de la humanidad. Es ms: los datos revelan los ms rpidos descensos en mortalidad infantil y pobreza extrema de la historia. Por ende, superamos con creces el primer ODM: bajar a la mitad la cantidad de personas con ingresos inferiores a US$1,25 por da.

    Charles Kenny

    Los ODS podran fomentar una mejor calidad de vida en todo el mundo

    Apuntar altoNios en una clase tomando notas, provincia de Oudomxay, Laos.

  • Finanzas & Desarrollo junio de 2015 9

    El ao 2015 marca tambin el punto de partida de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se acordarn en las Naciones Unidas este otoo. Estas metas esbozan la visin de los avances para 2030 en materia de pobreza, salud, educacin, seguridad, medio ambiente, gestin de gobierno, igualdad de gnero y mucho ms. En julio de este ao se celebrar una conferencia en Addis Abeba donde se debatir el financiamiento de esta nueva agenda. Por ltimo, en una reu-nin de la Conferencia sobre Cambio Climtico que se realizar en diciembre en Pars, los pases se comprometern a reducir las emi-siones de gases de efecto inverna-dero, para evitar un calentamiento global catastrfico.

    Los prximos 15 aos po-dran ser tan transformadores como los pasados. Los ODS propuestos reflejan la aspira-cin mundial de avanzar an ms rpido. Esto exigir un es-fuerzo sin precedentes dentro, y entre, los pases. La Conferencia sobre la Financiacin para el Desarrollo de Addis Abeba me-dir la magnitud de ese esfuerzo y enfrenta una dura tarea. La

    Conferencia de Pars es esencial para asegurar que el desa-rrollo humano sea ambientalmente sostenible. Pero quizs la condicin clave para el xito este ao sea que las econo-mas avanzadas reconozcan que el desarrollo sostenible es de su inters: la economa, la salud y el bienestar del mundo estn tan interconectados que el fracaso de Addis Abeba o Pars sera una tragedia tanto para ellos como para el mun-do en desarrollo.

    Objetivos para un nuevo milenioLos ODM surgieron de la Declaracin del Milenio de los di-rigentes reunidos en las Naciones Unidas en 2000. Contena aspiraciones de paz justa y perdurable, respeto de los dere-chos humanos y de las libertades fundamentales, y hacia la naturaleza. Pero tambin inclua metas especficas, produc-to de una dcada de conferencias de esta institucin: reducir a la mitad el nmero de personas con ingresos inferiores a US$1 por da (cifra que luego aument a US$1,25 en dlares de 2005); lograr la enseanza primaria universal y la igual-dad de gnero en el acceso a la educacin; reducir en tres cuartos la tasa de mortalidad materna y en dos tercios la de nios menores de cinco aos, y revertir la propagacin del VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades graves. Estas metas conforman la base de seis objetivos del milenio, y a

    ellas se suma una meta sobre sostenibilidad ambiental y otra sobre la alianza mundial para el desarrollo.

    El avance de los ltimos 15 aos fue excepcional y alentador, incluso en los temas destacados en los ODM. En varios mbitos, la tasa de mejora no tiene precedentes. Entre 1999 y 2011, la poblacin del mundo en desarrollo con ingresos inferiores a US$1,25 por da baj a la mitad, del 34% al 17%, en tan solo 12 aos. El crecimiento espectacular de China explica gran parte de lo acaecido (las personas con ingresos inferiores a US$1,25 bajaron de 451 millones a 84 millones en ese pas), pero no fue la nica razn.

    En el mismo perodo, la pobreza extrema en los pases en desarrollo de frica subsahariana cay del 59% al 47%. En esos mismos 12 aos, la inscripcin en la escuela primaria en la regin aument del 58% al 77%. Eso significa que una quinta parte de los nios en edad escolar no inscritos en el ao 2000 estaban en la escuela apenas una dcada despus. En 2011 la inscripcin de nias en la escuela primaria fue del 74%, lo que refleja una convergencia del acceso a la educacin de nios y nias.

    Quiz la mejor noticia sea el descenso drstico de la cantidad de padres que sufren el dolor de enterrar a un hijo. Entre 2000 y 2013, segn datos recientes del Banco Mundial, la proporcin de nios de pases en desarrollo que murieron antes de los cinco aos baj del 8,4% al 5,0%. En frica subsahariana, la tasa se redujo del 15,6% al 9,2%, es decir: ms del 40%, en solo 13 aos. En Senegal, donde la salud infantil mejor con notable rapidez, una mujer con la cantidad promedio de hijos tena en el ao 2000 una probabilidad superior al 50% (56%) de perder al menos uno antes de los cinco aos. Para 2012, el riesgo era de uno cada cuatro (26%). Si bien la cifra sigue siendo demasiado alta, el avance ha sido asombrosamente rpido.

    El mrito principal de estas mejoras corresponde a las per-sonas y a los gobiernos de los pases en desarrollo. Proviene del trabajo arduo de hombres y mujeres en granjas y empresas para sustentar el consumo de sus familias. Proviene del sacrificio de padres que sacan a sus hijos del mercado laboral para que vayan a la escuela, se aseguran de que duerman bajo mosquiteros y reciban vacunas. Y son los gobiernos del mundo en desarrollo los que proveen los fondos y bienes pblicos necesarios para asegurar que el trabajo y la educacin redunden en una vida mejor. Los pases en desarrollo trabajaron mucho para lograr la estabilidad macroeconmica que apuntala el crecimiento. Entre 2000 y 2015, el ingreso anual de los gobiernos de las economas de mercados emergentes y en desarrollo aument de casi US$3.200 billones a US$9.300 billones, segn cifras de la base de datos de Perspectivas de la economa mundial del FMI. Estos ingresos financian los servicios de salud y educacin, carreteras y lneas elctricas, y los sistemas jurdicos que per-miten el desarrollo del comercio y una mejor calidad de vida.

    Pero la cooperacin mundial y el intercambio, los flujos de bienes, servicios, personas, conocimientos e ideas fueron tam-bin cruciales. Considrese el avance de China en materia de pobreza: sus empresas, apoyadas por inversores extranjeros que exportaban sus productos a todo el mundo, fueron esenciales para el crecimiento econmico. Las empresas con inversin extranjera representaron ms de la mitad de la exportacin e importacin y el 30% de su produccin industrial, segn

    DESARROLLO

  • 10 Finanzas & Desarrollo junio de 2015

    el Ministerio de Comercio de ese pas. Entre 2000 y 2013, las exportaciones representaron, en promedio, un 30% del PIB, y la adhesin a la Organizacin Mundial del Comercio (OMC) en 2001 ayud a apuntalar al sector exportador. Sin el comercio internacional y la inversin, el descenso ms rpido de la historia en la pobreza mundial jams habra ocurrido.

    Obsrvese, entre otros, la funcin de las corrientes migrato-rias en las perspectivas de desarrollo. Los emigrantes enviaron mucho dinero a sus pases. Las remesas son el 9% del PIB en Bangladesh, el 10% en Guatemala y el 23% en Lesotho, por ejemplo. Adems, la migracin facilita el flujo de inversiones, el comercio y las ideas (vase Un largo camino al trabajo en la edicin de F&D de marzo de 2015). En el ao 2000 un tercio de los trabajadores muy calificados de Silicon Valley en California haban nacido en otro pas, y los expatriados indios fundaron el 13% de las empresas nuevas de la regin. Pero tambin mantenan vnculos con innovadores y empresarios de su pas, y esos contactos fueron decisivos para construir lo que hoy es un sector de tecnologa de la informacin (TI) y gestin empresarial en India valuado en US$146.000 millones, que emplea a 3,5 millones de personas y exporta ms de dos tercios de su produccin.

    En cuanto a las mejoras en salud, la asistencia oficial para el desarrollo cumpli una importante funcin. Casi la mitad de los hogares de frica subsahariana hoy tiene mosquitero y la proporcin de gente que duerme protegida aument del 2% en 2000 al 33% en 2011. Los mosquiteros ayudaron a disminuir en un tercio las muertes por malaria en frica desde 2000 y la mayora de ellos se financiaron con asistencia. Gran parte de la financiacin de vacunas en pases de bajo ingreso fue posible gracias a la asistencia, y las muertes por enfermedades prevenibles con vacunas se desplom despus del ao 2000: en todo el mundo, las muertes por sarampin bajaron de 542.000 a 158.000 entre 2000 y 2011.

    Cmo influyeron los ODM en el avance y en la cooperacin internacional detrs del mismo? La Declaracin del Milenio y los ODM eran aspiraciones no vinculantes jurdicamente,

    pero aportaron un marco de dilogo sobre el desarrollo, en especial sobre la asistencia. En-tre 2001 y 2010, el porcentaje del PIB que los pases donantes dedicaron a la asistencia subi del 0,21% al 0,32%. La mayora fue para frica y asistencia social, dos puntos centrales de los objetivos. Pero la investigacin que llev a cabo con Sarah Dykstra del Centro para el Desarrollo Mundial indica que hay un punto dbil entre los flujos generales de asistencia y la velocidad de mejora en salud, educacin y otros indicadores de los ODM. Adems, aunque la mejora fue es-pecialmente rpida en los ltimos 15 aos, es difcil encontrar una aceleracin de esas tasas en particular a partir del ao 2000, segn un an-lisis de Howard Friedman de la Universidad de Columbia.

    La asistencia puede haber tenido un efecto leve en el avance mnimamente ms rpido en los indicadores de los ODM desde el inicio del

    siglo XXI. Eso quizs parezca un logro menor, pero a nivel mundial puede significar que se salvaron, o mejoraron, mi-llones de vidas. Y alcanza para que valga la pena repetir el ejercicio de establecer metas.

    Avance sostenible?Existe gran potencial para seguir avanzando en los prxi-mos 15 aos. Hay, sin duda, riesgos: en un trabajo reciente, Lawrence Summers y Lant Pritchett, de la Universidad de Harvard, observaron que es infrecuente que el crecimiento anormalmente rpido perdure, lo que indica la posibilidad de que el firme desempeo de pases y regiones como China, India y frica subsahariana no contine. Si es as, el avance en materia de ingresos de los ms pobres se frenara drsti-camente. Dani Rodrik, del Instituto de Estudios Avanzados, sostiene que el sector manufacturero, fundamental para el milagro de los pases del este asitico, ya no es la fuente de empleo y produccin que fue, lo que deteriora un mecanismo clave en la convergencia del ingreso. Ni hablar de los retos que plantea el cambio climtico para la produccin agrcola y la infraestructura costera, o de enfermedades como la gripe porcina para la salud y el comercio mundial.

    Por otro lado, los pases en desarrollo tuvieron un creci-miento muy rpido en la dcada pasada pese al deterioro de su sector manufacturero. Nuevos sectores, como las comuni-caciones mviles, contribuyeron considerablemente al creci-miento. La mayora de los pases en desarrollo llegan a la era de los ODS en una situacin fiscal mucho ms slida que al momento de la puesta en marcha de los ODM. Por ejemplo, en el conjunto de los pases en desarrollo el servicio de la deu-da como porcentaje del PIB baj del 5,9% en 2000 al 3,1% en 2013. En 2013 la inflacin media del 4,3% estaba controlada y era inferior a la de 2000, lo que indica una mejora macroeco-nmica considerable. Si el crecimiento se torna excepcional en todos los pases en desarrollo y todos ellos cumplen con los optimistas pronsticos a corto plazo del FMI para los prxi-mos 15 aos, toda la poblacin mundial, salvo un pequeo

    Nias en un saln de clase, Ghana.

  • Finanzas & Desarrollo junio de 2015 11

    porcentaje, se elevara por encima de la lnea de pobreza ex-trema de US$1,25. Tomemos a su vez el mbito de la salud: la reciente Comisin Lancet sobre inversin en salud considera que para 2035 la focalizacin del gasto en salud podra re-ducir la mortalidad de los menores de cinco aos a menos del 1,6% en todo el mundo (del promedio actual del 7,6% en pases de bajo ingreso).

    Metas ambiciosasPero hasta estos pronsticos optimistas fueron insuficientes para el grupo de trabajo abierto de las Naciones Unidas que redact los ODS, que propuso un avance universal sin prece-dentes en una amplia gama de esferas de desarrollo. Los 17 ODS y sus 169 metas abarcan desde el turismo ambientalista hasta la violencia contra los nios, desde la gestin de resi-duos y la pesca artesanal hasta la desigualdad de gnero, el empleo y el acceso a Internet. Exigen que para 2030 hayamos terminado con la pobreza extrema y la desnutricin, logrado el pleno empleo y la cobertura de salud universal, erradicado el SIDA, la tuberculosis y la malaria, alcanzado la universali-dad de la educacin secundaria, asegurado el acceso universal al agua, el saneamiento, las energas modernas, las comunica-ciones y mucho ms. Y tambin demandan que ese avance sea sostenible desde el punto de vista del medio ambiente.

    Si el fin de los ODS es focalizar el dilogo sobre desarrollo, parecera que no qued nada afuera, salvo los derechos civiles y polticos. Y no queda claro cmo esta agenda extenssima y sumamente ambiciosa impulsar en los hechos el avance ha-cia el desarrollo.

    Pero para que el mundo apenas se acerque a cumplir las metas para 2030 se requiere un esfuerzo nacional sin prece-dentes respaldado por una cooperacin mundial tambin sin precedentes en todos los flujos entre pases, no solo (ni prin-cipalmente) en materia de asistencia, sino tambin de comer-cio, finanzas, migracin y tecnologa. Por eso, la Conferencia sobre la Financiacin para el Desarrollo de julio es crucial. Los pases en desarrollo queran celebrarla antes de adoptar los ODS, justamente para recalcar que objetivos tan ambicio-sos solo pueden lograrse en el marco de una slida alianza mundial.

    La buena noticia es que el borrador de la declaracin de la Conferencia elaborado en marzo de 2015 es exhaustivo y osa-do. Propone una serie internacional de servicios, que abarca la infraestructura social y fsica, al alcance de todos. Subraya la importancia de aumentar la capacidad interna de los pases en desarrollo para alcanzar nada menos que una relacin ingre-sos/PIB del 20%. Tambin propugna la adopcin de reformas y compromisos para aumentar la cooperacin tributaria, los

    Si el fin de los ODS es focalizar el dilogo sobre desarrollo, parecera que no qued nada afuera.

    Alumnos de escuela primaria lavndose las manos, provincia de Oudomxay, Laos.

  • 12 Finanzas & Desarrollo junio de 2015

    flujos financieros multilaterales, el apoyo a la inversin del sec-tor privado, la asistencia, el acceso a mercados de exportacin para pases de bajo ingreso, y el intercambio de tecnologa.

    Pero la declaracin debera ser ms concreta e incluir la meta de aumentar los flujos financieros a tasas de mercado de pases donantes e instituciones multilaterales como el Banco Mundial y el Banco Asitico de Inversin en Infraestructu-ra, para financiar la infraestructura; un compromiso de los donantes de financiar los costos del plan universal de servi-cios sociales y de infraestructura bsicos que no puedan ser financiados con recursos internos; el objetivo de aumentar la transparencia (a travs por ejemplo de la publicacin de de-talles del presupuesto y contratos del gobierno y la creacin de un registro pblico de la propiedad final de las empresas), y un compromiso ms firme con la migracin y la tecnologa como instrumentos para el desarrollo.

    En inters de todosLa solidez del acuerdo en Addis Abeba y el avance hacia los ODS dependen de que las economas avanzadas entiendan que esto no es altruismo sino una tarea en su propio inters. En 2002, cuando los pases ricos debatieron sobre la coopera-cin mundial para los OMD en la Conferencia de Monterrey, quizs se preguntaran qu podan hacer por ellos. Esta vez solo pueden preguntarse qu podemos hacer unos por otros? Aunque los pases en desarrollo necesitan lazos internacio-nales para avanzar, la cuestin ahora no es convencer a los ministros de Hacienda de una OCDE corta de fondos de que sean menos mezquinos, sino abordar un conjunto de proble-mas mundiales que solo pueden resolverse con el apoyo del mundo en desarrollo.

    Como sucede con el comercio: el destino de las exporta-ciones del mundo industrializado es el mundo en desarrollo. Tres quintos de la exportacin total de Estados Unidos se di-rigen a pases de ingreso bajo y mediano. General Motors se recuper de los efectos de la crisis financiera mundial solo gracias a la exportacin: en 2009 vendi casi tantos autos en China como en Estados Unidos. Y las finanzas pblicas? En el ao 2000 la deuda externa promedio de los pases en desa-rrollo ascenda casi a un 83% del PIB, y dos tercios de ellos

    tenan una relacin deuda/PIB superior al 50%. Para 2011 la deuda externa media se haba desplomado al 42%, y menos de 1 de cada 3 pases tena una relacin mayor al 50%. Esta mejor situacin fiscal contribuy significativamente a que, durante la crisis, instituciones como el FMI pudieran centrar sus recursos y atencin en pases ricos como Grecia, Irlanda y Portugal.

    Tmese el caso de la salud: si los pases de frica occi-dental como Nigeria y Senegal no hubieran detenido la pro-pagacin del bola y este hubiera llegado a Lagos, Dakar y ms all, adems de la trgica prdida de vidas, el costo mun-dial de la distorsin del comercio y del turismo habra sido enorme. Estimaciones del Banco Mundial indican que una pandemia grave de gripe podra costar al mundo US$3.000

    La nica forma de evitar nuevas pandemias en un mundo globalizado es atacarlas rpidamente.

    Alumnos participantes en el Proyecto de Mejoramiento de la Educacin Rural (PROMER) en reas rurales de Argentina.

  • Finanzas & Desarrollo junio de 2015 13

    billones, ms que nada por la interrupcin del comercio; otra enfermedad ms grave costara an ms. La nica forma de evitar nuevas pandemias en un mundo globalizado es atacar-las rpidamente cuando surgen, y eso significa tener slidos sistemas nacionales de salud.

    En cuanto a la migracin, el crecimiento del sector de TI de India se bas en la transferencia de conocimiento desde Estados Unidos, pero el crecimiento en este ltimo depende de los inmigrantes, titulares de casi un cuarto de las solicitu-des de patentes en el pas. Adems, la salud estadouniden-se depende del resto del mundo, no solo por la amenaza de pandemias, sino porque un quinto de los enfermeros que trabajan all se educaron en el exterior. A medida que los pases industrializados envejecen, aumenta la demanda de inmigrantes.

    Por ltimo, en cuanto a la sostenibilidad, el mundo en de-sarrollo ya es el protagonista: pronto ser responsable de dos tercios de las emisiones anuales de dixido de carbono y al-berga la gran mayora de la biodiversidad del planeta.

    Demasiados nios mueren de dolencias fcilmente preve-nibles y muchos de los que sobreviven no cuentan con escue-las que enseen, economas que ofrezcan buenos trabajos, ni servicios fiables de agua y energa. Pero desde el inicio del milenio el avance mundial contra estos males ha sido asom-broso. El beneficio sera inconmensurable si en los prximos 15 aos se progresara mucho ms, de forma sostenible para

    los siglos venideros. Por eso este verano boreal necesitamos un acuerdo de financiacin slido en Addis Abeba, seguido de un acuerdo contundente sobre el clima en Pars. La coope-racin mundial es cada vez ms crucial para lograr un desa-rrollo sostenible. Sin ella, todas las palabras elegantes que se digan y las metas que se establezcan en la Asamblea General en Nueva York carecern totalmente de valor. Charles Kenny es Investigador en Jefe del Centro para el Desarrollo Mundial, y es autor de The Upside of Down: Why the Rise of the Rest Is Great for the West.

    Referencias:Friedman, Howard, 2013, Causal Inference and the Millennium

    Development Goals (MDGs): Assessing Whether There Was an Acceleration in MDG Development Indicators Following the MDG Declaration, MPRA Paper No. 48793 (Munich: Munich Personal RePEc Archive).

    Kenny, Charles, y Sarah Dykstra, 2013, The Global Partnership for Development: A Review of MDG 8 and Proposals for the Post-2015 Development Agenda, CGD Policy Paper 026 (Washington: Centro para el Desarrollo Mundial).

    Summers, Lawrence H., y Lant Pritchett, 2014, Asiaphoria Meets Regression to the Mean, NBER Working Paper No. 20573 (Cambridge, Massachusetts: National Bureau of Economic Research, octubre).

    Alumnos esperando el almuerzo en la escuela, provincia de Oudomxay, Laos.

  • 14 Finanzas & Desarrollo junio de 2015

    Por s solo, un mayor crecimiento no mejorar las condiciones sociales

    TRANSFORMAR un crecimiento slido en mejores condiciones de vida es el santo grial para los formuladores de polticas en las economas en desarrollo (muchas de las cuales han experimentado un robusto crecimiento econmico en la ltima dcada). Sin embargo, la pobreza, la desigualdad y los indicadores de desempleo continan siendo obstinadamente altos en muchos pases. La calidad

    del crecimiento es tan importante como su nivel, y tal vez incluso ms. Un alto crecimiento por s solo no mejora los resultados sociales.

    Hay un creciente consenso en torno a la idea de que el crecimiento inclusivo (aquel que beneficia a todos los miembros de la socie-

    dad) es un importante elemento del denominado buen creci-miento. El denominador comn del crecimiento inclusivo

    es su calidad, lo que puede tener significados diversos para diferentes personas. Al igual que ocurre con la

    belleza, la calidad del crecimiento vara segn quien la contemple.

    La reciente historia econmica y poltica ha mostrado que un alto crecimiento no necesaria-

    mente culmina en mejores resultados sociales. Asimismo, buenos resultados sociales sin un crecimiento slido resultan insosteni-bles (Berg, Ostry y Zettelmeyer, 2012). El buen crecimiento en las economas en desarrollo debe promover las principales metas de toda poltica de desarrollo: mejores condiciones de vida, menor pobreza y una reduccin de la desigualdad.

    Una creciente literatura seala que los pases con crecimiento elevado, duradero y que incorporan el aspecto social tienen ms probabilidades de mejorar las condiciones de vida y reducir la po-breza ms rpidamente (vanse, por ejemplo, Dollar y Kraay, 2002; y Sala-i-Martin, 2006). As, el buen crecimiento debe asegurar la inclusin de segmentos de la poblacin que se encuentran en la periferia del proceso. La redistribucin de los frutos del crecimien-to es menos importante que asegurar que el crecimiento tenga una base amplia y propicie mejores resultados sociales.

    La medida de la calidadPese al consenso entre los economistas respecto de que por s solo el crecimiento no culmina en mejores resultados sociales (Iancho-vichina y Gable, 2012), an no se cuenta con una definicin rigu-rosa o cuantificacin formal del crecimiento de calidad.

    En un artculo reciente (Mlachila, Tapsoba y Tapsoba, 2014), de-sarrollamos un ndice de calidad del crecimiento (ICC) que incor-pora tanto la naturaleza del crecimiento como su dimensin social.

    Montfort Mlachila, Ren Tapsoba y Sampawende Tapsoba

    En busca de la calidad

  • Finanzas & Desarrollo junio de 2015 15

    Nuestra premisa es que no todo crecimiento genera resul-tados sociales favorables. El modo en que se produce el creci-miento es esencial para su sustentabilidad y su capacidad de crear trabajos decentes, para mejorar las condiciones de vida y reducir la pobreza. Con nuestro diseo del ICC apuntamos a incorporar estas caractersticas multidimensionales del cre-cimiento centrndonos en su naturaleza y los resultados so-ciales deseados.

    El ICC es un ndice compuesto de diseo simple y transpa-rente. El ndice es el resultado de la agregacin de dos elemen-tos bsicos: la naturaleza intrnseca del crecimiento (su forta-leza, estabilidad, diversificacin y orientacin hacia el exterior) y la dimensin social, que representa los resultados sociales en que se desea culmine el crecimiento (vase grfico 1).

    Un crecimiento fuerte, diversificado y basado en el fomento de las exportaciones es necesario para limitar la pobreza (Dollar y Kraay, 2002). El crecimiento inestable empeora la pobreza y so-cava la igualdad porque la erosin de las aptitudes de los pobres durante las pocas difciles no es remediada cuando la economa deja atrs una crisis (Ames et al., 2001). El crecimiento diversi-ficado reduce la variabilidad del desempeo econmico (Papa-georgiou y Spatafora, 2012), lo que ayuda a reducir la pobreza. Y es ms probable que el crecimiento orientado a las exportaciones aumente la productividad, incluso por medio del aprender ha-ciendo, la importacin de tecnologas de avanzada, la transferen-cia de conocimiento, la disciplina del mercado mundial, la com-petencia y la inversin extranjera directa (Diao, Ratts y Stokke, 2006). Tal orientacin del crecimiento hacia el exterior tambin puede aumentar la vulnerabilidad de un pas a fluctuaciones en el contexto externo, pero el ICC aborda esta inquietud en cierta medida teniendo en cuenta la volatilidad del crecimiento.

    Adems, una vida larga y saludable junto con el acceso a una buena educacin es un indicador importante y general-mente aceptado de reduccin de la pobreza (Sen, 2003). El ICC omite otras variables clave de inclusin, tales como empleo,

    desigualdad y factores ambientales, debido a limitaciones de datos. El ndice va de 0 a 1 donde 1 es la ms alta calificacin de buen crecimiento y abarca a ms de 90 economas en de-sarrollo en el perodo 19902011.

    Qu nuevos elementos incorpora el ndice? Es solo un re-toque del muy conocido ndice de Desarrollo Humano (IDH) de las Naciones Unidas (PNUD, 1990) o de otros indicadores de bienestar? En absoluto: presenta diferencias notables.

    El ICC va ms all de los niveles de ingresos y se concentra en la naturaleza misma del crecimiento. El IDH se basa princi-palmente en el ingreso, y se sustenta en el nivel de ingreso per cpita en determinado ao. Podra argumentarse que el IDH representa milenios de crecimiento acumulado (el nivel de in-gresos en una fecha dada es la sumatoria de episodios de cre-cimiento). La ventaja del ICC es su capacidad para evaluar la calidad de episodios especficos de crecimiento dentro y a travs de pases. Esta caracterstica permite a los formuladores de pol-ticas saber si su estrategia de crecimiento est generando buenos resultados. Adems, el ICC puede identificar el crecimiento y los resultados sociales atribuibles a polticas actuales o recientes.

    El ICC tambin difiere del recientemente desarrollado n-dice de Progreso Social (Stern et al., 2014). Este se centra, en mayor medida que el IDH, en aspectos relacionados con la di-mensin social del ICC, pero no tiene en cuenta los elementos fundamentales del crecimiento que se encuentran en el ncleo del ICC.

    Conclusiones del ICC Varios temas importantes se ponen de manifiesto en nuestra investigacin emprica del ICC.

    La calidad del crecimiento ha mejorado durante las ltimas dos dcadas (vase grfico 2), gracias a la confluencia de una serie de factores, que incluyen la moderacin mundial de los shocks externos (como las fluctuaciones en los trminos de intercambio), la implementacin de polticas macroeconmi-cas en general slidas y un movimiento gradual hacia un gas-to pblico ms favorable a la dimensin social. Estos factores han contribuido a elevar el crecimiento, reducir su volatilidad,

    Mlachila, 4/8/15

    Grco 2

    Las cosas estn mejorando El ndice de calidad del crecimiento (ICC) evidencia el progreso a travs del tiempo en la muestra total, pero la convergencia de la calidad del crecimiento entre los pases ha sido lenta.

    199094 9599 200004 0511

    Fuente: Clculos de los autores.Nota: El ICC es un ndice compuesto, con una escala de 0 a 1, que capta tanto la naturaleza

    del crecimiento como su dimensin social. A mayor ICC, mejor es la calidad del crecimiento.

    0,50

    0,55

    0,60

    0,65

    0,70

    0,35 0,40 0,45 0,50 0,5520

    10

    0

    10

    20

    30

    40

    ndice de calidad del crecimiento (perodo inicial)

    (cambio relativo en el ICC, porcentaje, 19902011)

    ndice de calidad del crecimiento

    Promedio de la muestra total

    Tendencia

    Grfico 1

    Crecimiento con dos ejesEl ndice de calidad del crecimiento tiene en cuenta tanto las varia- bles fundamentales del crecimiento como los resultados sociales.

    Variables fundamentales del crecimiento

    Fortaleza

    Diversificacin

    Volatilidad

    Composicin de la demanda

    Resultados sociales

    Salud

    Educacin

    ndice de calidad del crecimiento

    Fuente: Mlachila, Tapsoba y Tapsoba (2014).

    DESARROLLO

  • 16 Finanzas & Desarrollo junio de 2015

    mejorar su composicin e intensificar su potencial para gene-rar mejores resultados sociales. Adems, la convergencia de la calidad del crecimiento entre pases es relativamente lenta. Es decir, quienes tienen un menor desempeo tienden a alcanzar a los adelantados, pero esto requiere tiempo. Esto se ajusta a la tradicional hiptesis de convergencia presente en la literatura sobre el crecimiento. En otras palabras, una vez que la calidad del crecimiento de un pas es elevada, continuar mejorndo-la se vuelve cada vez ms difcil (as como hay lmites biol-gicos al mejoramiento de la expectativa de vida). En cambio, los pases con un ICC bajo tienden a mejorar la calidad de su crecimiento a un ritmo relativamente ms rpido. Las mejoras duraderas en los resultados sociales requieren un crecimiento de alta calidad sostenido durante un largo perodo (entre 30

    a 40 aos). Pases como China y Malasia han tenido grandes avances en esta materia, si bien las redes de proteccin social an no han sido plenamente desarrolladas. Unos cuantos pa-ses africanos, como Tanzana y Zambia, han logrado mejoras notables en la calidad del crecimiento, pero deben mantener este mpetu a travs del tiempo.

    Hay gran variacin a travs de los pases en cuanto a niveles de ingreso y regiones (vase grfico 3). Como es de esperar, los pases de ingreso mediano alto obtienen las calificaciones ms elevadas, seguidos por los pases de ingreso mediano bajo y los de bajo ingreso. Tampoco es ninguna sorpresa que los Estados frgiles se enfrenten a impedimentos estructurales a la calidad del crecimiento y tiendan a quedar rezagados.

    Desde una perspectiva regional, Amrica Latina, Europa cen-tral y oriental, as como Asia y el Pacfico sobresalen por su me-jor desempeo en el ICC, principalmente debido a la significa-tiva mejora en el componente social del ndice. Amrica Latina tuvo un comienzo flojo, con elevada pobreza y desigualdad de ingresos a principios de la dcada de los noventa, y el desempe-o de Europa central y oriental en el ICC cont con el impulso brindado por el slido progreso social despus de la transicin a economas de mercado en la regin. Un crecimiento slido, primordialmente orientado a las exportaciones, que gener au-mentos sustanciales en la productividad mediante la transferen-cia de tecnologa e innovacin fue el principal motor en Asia y el Pacfico. Detrs del grupo de vanguardia encontramos a la re-gin de Oriente Medio y Norte de frica, que se ve beneficiada por una mejora en la dimensin social, conjuntamente con un crecimiento relativamente fuerte. Los pases de frica subsaha-riana se ubican en el ltimo lugar pese al robusto crecimiento experimentado recientemente, que an no se ha traducido en mejores resultados sociales.

    Los modelos empricos sealan que hay un margen conside-rable para que los formuladores de polticas incrementen la ca-lidad del crecimiento (vase grfico 4), por medio de la mejora de la estabilidad macroeconmica y poltica, la calidad institu-cional, un gasto pblico que contribuya a reducir la pobreza y el desarrollo financiero. Y, por cierto, un contexto externo ms favorable tambin ayuda.

    El aumento de los recursos pblicos destinados a sectores sociales tales como salud y educacin ayudan a fortalecer el capital humano, lo que no solo aumenta la productividad de la economa como un todo, sino tambin abre las puertas a la igualdad de oportunidades para que las personas recojan los frutos de un mayor crecimiento. El mayor desarrollo finan-ciero que facilita el acceso al crdito ayuda a liberar el po-tencial de creacin de riqueza y puestos de trabajo del sector privado. Y las condiciones externas, en especial la inversin extranjera directa, cubren la insuficiencia de ahorro interno para inversin interna y aceleran la transferencia de tecnologa y conocimiento.

    Espacio para mejorarSi bien el ICC contribuye al anlisis actual del crecimiento desi- gual, este ndice puede ser mejorado. Tiene el potencial de con-vertirse en una herramienta oportuna y eficaz en funcin del costo que permita a formuladores de polticas verificar el pro-

    Mlachila, corrected, 4/8/15

    Grco 4

    En el asiento del conductor La calidad de la burocracia, el gasto social y la inversin extranjera directa ejercen la mayor inuencia sobre el ndice de calidad del crecimiento (ICC). (impacto sobre el ICC de un cambio en la variable, 19902011)

    Gasto

    social Cr

    dito

    privad

    oInv

    ersin

    extran

    jera

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    aCa

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    buroc

    racia

    Estab

    ilidad

    del go

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    ilidad

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    Estab

    ilidad

    de

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    rmino

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    ambio

    Fuente: Clculos de los autores.Nota: El ICC es un ndice compuesto, con una escala de 0 a 1, que capta tanto la naturaleza

    del crecimiento como su dimensin social. A mayor ICC, mejor es la calidad del crecimiento. Gasto social, crdito privado e inversin extranjera directa como porcentaje del PIB: impacto de un aumento de 5 puntos porcentuales. Calidad de la burocracia, estabilidad del gobierno, estabilidad de la inacin y estabilidad de los trminos de intercambio: impacto de una mejora de 1 desviacin estndar.

    0,00

    0,02

    0,04

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    Mlachila, corrected, 4/8/15

    Grco 3

    Grupos vulnerables El ndice de calidad del crecimiento (ICC) evidencia una calidad del crecimiento por debajo del promedio en los pases de bajo ingreso, los Estados frgiles y los pases de frica subsahariana. (ndice de calidad del crecimiento, 19902011)

    PBI PIMB PIMA Frgil No frgil AS OMNA AP ECO ALPromedio de la muestra total

    Fuente: Clculos de los autores.Nota: El ICC es un ndice compuesto, con una escala de 0 a 1, que capta tanto la

    naturaleza del crecimiento como su dimensin social. A mayor ICC, mejor es la calidad del crecimiento.

    AL = Amrica Latina; AP = Asia y Pacco; AS = frica subsahariana; ECO = Europa central y oriental; Frgil = pases frgiles; No frgil = pases no frgiles; OMNA = Oriente Medio y Norte de frica; PBI = pases de bajo ingreso; PIMA = pases de ingreso mediano alto; PIMB = pases de ingreso mediano bajo.

    0,0

    0,2

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    0,6

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  • Finanzas & Desarrollo junio de 2015 17

    greso del crecimiento inclusivo. Pero, como ocurre con todos los ndices, solo es bueno en la medida en que lo sean los datos bsicos. La calidad de los datos sociales es particularmente pobre e irregular, de modo que nos vimos obligados a efectuar algunas interpolaciones y emplear promedios quinquenales en nuestros clculos. Sera posible mejorar el ndice mediante la inclusin de mediciones de desigualdad y variables del mercado laboral.

    Por ltimo, pero no menos importante, una advertencia: el ICC no aborda la sostenibilidad a largo plazo. En pocas palabras, el ndice no puede prever si las polticas actuales de un pas que pueden mejorar la calidad del crecimiento hoy provocarn un desastre econmico o ambiental a largo plazo. Por ejemplo, un pas puede mejorar la calidad de su crecimiento agotando rpi-damente sus recursos naturales o contrayendo deuda pblica.

    El ICC es una herramienta til en la bsqueda de una me-jor medicin de la calidad del crecimiento, y podra ayudar a orientar una estrategia para un crecimiento exitoso en el mun-do en desarrollo. Montfort Mlachila es Asesor en el Departamento de frica del FMI, y Ren Tapsoba y Sampawende Tapsoba son Economistas del Departamento de Finanzas Pblicas del FMI.

    Referencias:Ames, Brian, Ward Brown, Shanta Devarajan y Alejandro Izquierdo,

    2001, Macroeconomic Policy and Poverty Reduction (Washington: Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial).

    Berg, Andrew, Jonathan D. Ostry y Jeromin Zettelmeyer, 2012, What Makes Growth Sustained?, Journal of Development Economics, vol. 98, No. 2, pgs. 14966.

    Diao, Xinshen, Jrn Ratts y Hildegunn E. Stokke, 2006, Learning by Exporting and Structural Change: A Ramsey Growth Model of Thailand, Journal of Policy Modeling, vol. 28, No. 3, pgs. 293306.

    Dollar, David, y Aart Kraay, 2002, Growth Is Good for the Poor, Journal of Economic Growth, vol. 7, No. 3, pgs. 195225.

    Ianchovichina, Elena, y Susanna Lundstrom Gable, 2012, What Is Inclusive Growth?, captulo 8 en Commodity Price Volatility and Inclusive Growth in Low-Income Countries, editado por Rabah Arezki, Catherine A. Pattillo, Marc Quintyn y Min Zhu (Washington: Fondo Monetario Internacional).

    Mlachila, Montfort, Ren Tapsoba y Sampawende Tapsoba, 2014, A Quality of Growth Index for Developing Countries: A Proposal, IMF Working Paper 14/172 (Washington: Fondo Monetario Internacional).

    Papageorgiou, Chris, y Nikola Spatafora, 2012, Economic Diversification in LICs: Stylized Facts and Macroeconomic Implications, IMF Staff Discussion Note 12/13 (Washington: Fondo Monetario Internacional).

    Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), 1990, Human Development Report 1990 (Nueva York: Oxford University Press).

    Sala-i-Martin, Xavier, 2006, The World Distribution of Income: Falling Poverty and . . . Convergence, Period, Quarterly Journal of Economics, vol. 121, No. 2, pgs. 35197.

    Sen, Amartya, 2003, Concepts of Poverty, captulo 2 en Poverty and Famines: An Essay on Entitlement and Deprivation (Oxford: Oxford Scholarship Online).

    Stern, Scott, Amy Wares y Sarah Orzell, con Patrick OSullivan, 2014, Social Progress Index 2014 Methodological Report (Londres: Social Progress Imperative).

    Program in Economic Policy Management (PEPM)

    [email protected] | 212-854-6982; 212-854-5935 (fax) | sipa.columbia.edu/pepmTo learn more about SIPA, please visit: www.sipa.columbia.edu

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  • 18 Finanzas & Desarrollo junio de 2015

    Nadie sabe el valor del agua hasta que se agot

    el pozo. Thomas Fuller

    EL MAYOR sistema de reservorio de agua de So Paulo, Brasil, est prctica-mente agotado. La suma de crecimiento demogrfico, deforestacin, contami-nacin de ros y la peor sequa del sudeste de Brasil en casi un siglo ha obligado a muchos residentes a sufrir interrupciones espordicas del servicio. Algunos han estado das sin agua, y debieron perforar pozos o acumular agua para lavar la ropa y para descargar en retretes.

    Miles de kilmetros hacia el norte, partes de Estados Unidos tambin padecen una grave esca-sez de agua, tras dcadas de consumo insostenible combinado con sequas. Lake Mead, el mayor reservorio de agua de Estados Unidos, tiene una marca que seala el nivel alguna vez alcanzado por el agua. En abril de 2015, los reguladores de California sancionaron importantes recortes obligatorios al uso del agua adems de los lmites ya rigurosos que regan para el riego y el pai-sajismo, con elevadas multas por incumplimiento. Se proyecta hasta medio milln de hectreas sin cultivar, casi el doble del ao pasado.

    En enero de 2015, una de las inundacio-nes ms devastadoras que se recuerde azot a Malawi, un pas de bajo ingreso con alta den-sidad de poblacin, que depende de la agricul-tura de subsistencia para su supervivencia. Las inundaciones desplazaron a casi 250.000 perso-nas y destruyeron cultivos, aldeas y ganado. El Presidente Peter Mutharika declar a la mitad del pas zona de desastre.

    Estos son solo algunos de los desafos h-dricos que acosan a los pases en todo el pla-neta. En el mundo, es difcil obtener agua de una manera utilizable, cuando y donde se necesita: 1.200 millones de personas, o una de cada seis, habitan reas con suministro inadecuado de agua; casi una de cada nueve carece de acceso a agua potable segura; y cada minuto muere un nio por una enfermedad relacionada con el agua.

    Los problemas hdricos pueden tener im-portantes consecuencias econmicas, sociales y ambientales adversas. Por ser esencial para la agricultura y muchas otras industrias, la esca-sez y la variacin del suministro pueden pro-ducir inseguridad alimentaria, aumentar los costos de produccin y limitar el crecimiento de la productividad. Por ejemplo, las crisis h-

    Kalpana Kochhar, Catherine Pattillo y Yan Sun

    Con incentivos adecuados es posible superar en gran medida los desafos hdricos y al mismo tiempo proteger a los pobres

    Est el vaso medio lleno o

    Una grave sequa deja depsitos minerales en las paredes del can, Lago Mead, Nevada, Estados Unidos.

  • Finanzas & Desarrollo junio de 2015 19

    dricas pueden haber reducido el crecimiento del PIB de Mo-zambique hasta en 1,1 puntos porcentuales anualmente entre 1981 y 2004, segn el Banco Mundial (2007).

    La falta de acceso a agua potable segura y saneamiento tam-bin inhibe el desarrollo de muchas otras maneras, por ejem-plo, aumentando la prevalencia de enfermedades, empeoran-do la salud y nutricin, y reduciendo la participacin de las mujeres quienes suelen recolectar y acarrear agua en la educacin y en la economa. La degradacin del agua tambin aniquila la actividad en secto-res como el turismo, que dependen de la calidad ambiental.

    Pero segn un nuevo estudio del FMI, polticas e instituciones slidas han ayu-dado incluso a pases con pocos recur-sos hdricos a administrar con xito este recurso natural escaso. El estudio seala que precios demasiado bajos generan uso excesivo y subabastecimiento. Los gobiernos que establecen in-centivos correctos pueden afrontar con eficacia estos desafos y satisfacer las necesidades de agua de los pobres.

    Un mundo ms sedientoLa creciente demanda de agua est ejerciendo mayor presin sobre los recursos hdricos de muchos pases. La reserva mun-dial de agua dulce disponible para uso humano es limitada y est distribuida de manera despareja; ms del 60% se halla concentrada en solo 10 pases. El agua dulce disponible per c-pita en la regin de Medio Oriente y Norte de frica es una pequea fraccin de la de Amrica Latina. Aun en pases con abundancia de agua en general, ciertas regiones podran sufrir escasez de agua grave. Y la disponibilidad de agua en un lugar tambin puede variar significativamente a lo largo del ao, por la variacin anual del clima, la variacin estacional, las sequas y las inundaciones.

    Como ilustran los casos de Brasil y California, el agua escasea en muchas partes del mundo, y millones de personas no pue-den satisfacer las necesidades bsicas de agua. Segn el World Resource Institute, 36 pases sufren una crisis hdrica, definida como retiro de ms del 40% del suministro disponible anual (Gassert et al., 2013). Este nivel de utilizacin puede ocasionar escasez en reas especficas y provocar daos ambientales.

    Adems, se prev que la demanda de agua contine aumen-tando a la par del crecimiento poblacional, la urbanizacin y la expansin econmica. Pese a la evidencia de que la utilizacin del agua se nivela con la prosperidad econmica de los pases, se proyectan grandes aumentos en el uso del agua que, en mu-chos pases, no puede satisfacerse con el suministro actual. Los avances tecnolgicos, como la desalinizacin y el reciclado, han ayudado a paliar las limitaciones del suministro hdrico en algu-nas economas avanzadas, pero son costosos y demandan una inversin inicial sustancial. Se estima que el cambio climtico y la subinversin en infraestructura hdrica exacerbarn este des-equilibrio entre la oferta y la demanda de agua.

    Fijar el precio del agua es complicado debido a sus carac-tersticas singulares y a consideraciones sociales, ambientales

    y polticas. El agua es un bien bsico heterogneo que puede utilizarse de manera secuencial; puede ser un bien privado (por ejemplo, el agua embotellada o el suministro por caera) o un bien pblico (por ejemplo, accesible a cualquiera a partir de lagos, ros y acuferos subterrneos). Su transporte y almacena-miento suele exigir una inversin inicial considerable y costos de mantenimiento permanentes difciles de asimilar en el pre-

    cio a los usuarios.Adems, el acceso universal al agua

    constituye un derecho humano y es un objetivo claramente establecido en las polticas pblicas mundiales; los inten-tos por fijar un precio al agua deben realizarse sin socavar este objetivo. Ade-ms, externalidades como el impacto ambiental de la utilizacin hdrica y la menor disponibilidad para otros usua-rios son difciles de incorporar al precio del agua, en particular, porque es difcil

    supervisar el caudal utilizado, especialmente del agua subterr-nea extrada.

    Sistema permeableEn muchos pases, la gestin hdrica se asemeja a una caera con fugas. A veces, los usos con acceso privilegiado exceden un volumen razonable, encareciendo los usos con mayor valor so-cial y econmico. Es habitual destinar abundantes recursos fi-nancieros a subsidios implcitos mal dirigidos, a expensas de un mantenimiento y una inversin adecuados en infraestructura o del desarrollo de tecnologas que mejoren la eficiencia. Esto exa-cerba la futura escasez de agua o priva del acceso a segmentos de la poblacin.

    Las seales de precios actuales suelen ser muy inapropiadas. El estudio del FMI hall que las empresas estatales de agua en mu-chos pases cobran solo una fraccin del importe necesario para cubrir todos los costos de suministro, como los de mantenimien-to. A juzgar por estas deficiencias de precios estimadas y la can-tidad de agua consumida, los subsidios al agua ascendan a casi $500.000 millones, o cerca de 0,6% del PIB mundial, en 2012: de 0,3% del PIB en las economas avanzadas a ms de 1,5% del PIB en las economas en desarrollo en Asia, Medio Oriente y Norte de frica, llegando al 5% del PIB en algunos pases.

    Los subsidios al agua tambin son injustos. Es fcil entender la lgica de subsidiar el agua potable segura y el saneamiento hasta un nivel bsico, pero los subsidios a menudo cubren usos que van ms all de estas necesidades y alcanzan a aquellos que perciben un ingreso suficiente como para pagar los costos del suministro. En efecto, dado que en muchas economas en desa-rrollo la poblacin pobre carece de acceso a agua y saneamiento, o utiliza menos que los consumidores de ingreso ms elevado, los subsidios al agua a menudo benefician de manera despropor-cional al segmento relativamente pudiente. Por ejemplo, Cabo Verde, India y Nicaragua otorgan a los hogares ms pudientes tres dlares en agua subsidiada, en promedio, por cada dlar otorgado a los ms pobres.

    Los subsidios al agua rara vez son informados en los presupuestos pblicos o financiados de man