algo a quien culpar. NOSObOSresponsabilizamos de la crisis aotros.

Pero, lpodria ocurrir que enmuchos lugares nuestra riquezanos estuviera matando espiri-tualrnente?

Evidentemente, esta es lacondici6n prevaleciente queDios predijo en ellibro de Apo-calipsis que caracterizaria a laultima iglesia, Laodicea (vea-se Apoc. 3: 14-22). Los auto-m6viles que vemos en los es-tacionamientos de algunas igle-sias suburbanas demuestranclaramente que somos "ricos, yque han aumentado nuestrosbienes". Pero Dios dice que noreconocemos nuestras verdade-ras necesidades. Cada uno ne-cesita tener su oro refinado enfuego y comprar ropas blancaspara cubrirse.

A mf me parece que la igle-sia no ha podido prosperar a lapar de la afluencia general deque gozan algunas zonas -losEstados Unidos, por ejem-plo- durante los ultimos 40anos. Los miembros de la igle-sia que disfrutan de estaprosperidad han caido en lastrampas de los estilos de vidaque demandan incrementosconstantes en las entradas, yque imponen algunas opcionesque no estan necesariamenteinfluenciadas por los valorescristianos.

Mayordomia-sensible, pero vitalEs 10 que hacemos despues que decimos creer

Por que hacemos que lamayordomia parezcatan diffcil? La descui-damos, abusamos de

ella, huimos de ella. inclusonegamos su importancia. Es unarea en la cual consideramosque los mas pobres son los mascristianos. lPor que ocurre asf?En 10 que sigue, exploro estes y

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G. EDWARD REID

otros asuntos relevantes de lamayordomia.

Para quienes no son cris-tianos, 10 que hacen con sutiempo, sus talentos y sustesoros es asunto que 5610 lesincumbe a ellos; al menos, es 10que piensan. Y tampoco aceptansugerencias de otros en cuanto ala forma en que deberian mane-jar estas cosas.

Los cristianos, por otraparte, estan profundamente pre-ocupados e interesados en lamayordomia. Reconocen queDios es tanto su Creador comosu Senor, su protector y provee-dor. Individualmente formulandesde 10 mas hondo de sus al-mas la pregunta: "lQue pagare aJehova por todos sus beneficiospara conrnigo?" (Sal. 116: 12). YDios responde: "Si, pues,comeis 0 bebeis, 0 haceis otracosa, hacedlo todo para la gloriade Dios" (1 Cor. 10:31).

Hoy Ie hacemos frente a unacrisis financiera en Ia iglesia ad-ventista. Dadas las oportuni-dades que se nos presentan ynuestro lugar en 1a historia de 1atierra, deberiamos estar avan-zando, no retrocediendo. lY quehacer si no hay suficientedinero?

Prosperidad religiosaFrente a este tipo de proble-

mas la tendencia normal estratar de encontrar a alguien 0

REVISTAAOVENTlSTA. ABRIL 1995

A medida que el consumismogana terreno en la sociedad, laiglesia ha ignorado deplorable-mente sus implicaciones para lamayordomia, porque en la estelade ese desarrollo estabamosdando de nuestras riquezas, envez de ofrendar de nuestra po-breza. Es cierto que la congre-gaci6n se benefici6 de algunamanera con el mejorarniento ge-neral del estilo de vida. Pero amedida que los miembros semudaban a los suburbios, encon-traron que necesitaban mas co-modidad. Asi que incluyeronsantuarios mas elaborados ---<:onasientos acojinados y aire aeon-dicionado- en sus campaflas fi-nancieras.

Mientras tanto, como dirigen-tes de la iglesia hemos man-tenido una mentalidad anterior ala decada de 1950 en nuestraeducaci6n acerca de la mayor-domfa. La idea de cubrir el pre-supuesto se ha vuelto el enfasisde nuestro blanco en la mayor-domia, suponiendo que la mayo-rfa de los miembros de la iglesiatodavia son pobres. EI resultado:una clase de miembros de iglesiaque no se sienten desafiados.Elena G. de White not6 loscomienzos de este problema en1875 y 10 puso en su perspectivacorrecta: "Ha habido negligenciaen la iglesia pues no se ha man-tenido el plan de la benevolenciasistematica, y el resultado ha sidouna tesorerfa empobrecida y unaiglesia ap6stata" (TestimoniesFor the Church, tome 3, pag,409).

En los Estados Unidos, loscristianos eran mas de 200 porciento mas ricos (despues detomar en cuenta los impuestos yla inflaci6n) en 1991 que en 1933en medio de la depresi6n. Y senarazonable suponer que estariandando una porci6n mayor de susentradas a sus iglesias en 1991que en 1933, l,verdad? EI hechoes, sin embargo, que ocurri6exactamente 10 contrario entrelos cristianos protestantes, en to-dos los niveles. En 1933 elmiembro protestante promediodonaba 3.3 IX>rciento de sus en-tradas a la iglesia. En 1991 esacifra era de 2.5 IX>rciento. Esta

REVISTA ADVENTISTA, ABRIL 1995

tendencia general es valida tam-bien para la Iglesia Adventista.

En muchas de nuestras igle-sias y asociaciones sobrevir haside la agenda principal en elmomento de planear el presu-puesto. Hemos llegado al puntode sentir que hemos triunfadocuando somos capaces depreparar un presupuesto equili-brado. Esta actitud sugiere quemuchos miembros de iglesia e in-cluso dirigentes ya no yen lamayordomfa como un medio deentregar una porcion de sus ere-cientes ingresos aDios proce-dente de corazones agradecidos.Mas bien, la yen simplementecomo la necesidad de pagar losgastos de la iglesia.

Una de las respuestas negati-vas de la crisis financiera actualpuede ser ilustrada de estamanera. Un pastor hacfa unavisita de seguimiento a unapareja que habfa asistido a suiglesia el sabado anterior. "l,Lesgustarfa recibir mayor informa-ci6n de la forma en que puedenllegar a ser miembros de estaiglesia?",les pregunt6.

-Oh, no -respondieron ale-gremente--. Tenemos el pro-p6sito de asistir a su iglesia solopara ocasiones especiales y IX>rel companerismo, pero nos gustael programa musical de la iglesiaque esta al otro lade de la ciudad,y enviamos a nuestros hijos a unatercera iglesia por sus dinamicasactividades juveniles.

;.Consumistas 0 mayordomos?Este es el cuadro real que en-

frentan muchos pastores de igle-sia en estos tiempos. Particular-mente aquellos que pastoreaniglesias en areas urbanas 0 dondehay varias iglesias que circundana muchas de nuestras gran desinstituciones. Esto me ha lle-vado a concluir que muchosmiembros de iglesia han cam-biado su concepto de mayordo-mos, tristemente se han con-vertido en consumistas. Lejosde echar mana de 10 que Diosnos ha confiado y utilizarlo enla edificaci6n de su reino,comenzamos a preguntarnos,"l,que ha hecho ultimamente laiglesia por mf?"

He visto, asimismo, otra posi-ci6n equivocada. En este caso,los miembros de iglesia, losdirigentes de la iglesia local y lospastores comienzan a pregun-tarse por que se envian todos losdiezmos fuera de la iglesia local.Un pastor declar6 hace JX>Co:"Nosotros enviamoscerca de un mill6nde d61ares anualesen diezmos a la aso-ciaci6n, y ob-tenemos de eUosmuy JX>Coa cambio.Casi no te-nemosdinero para poneren marcha nuestrosprogramas locales.Si pudieramos re-tener algo de nues-tros diezmos, IX>-driamos hacermucho mas local-mente".

Esto suena ra-zonable a primeravista. Pero l,d6ndeesta 10 err6neo deeste tipo de ra-zonamiento? Antesque nada, el diezmoes del Senor. "Escosa dedicada a Je-hova" (Lev. 27:30).Es para ser usadosolamente con unprop6sito especffi-co: sostener el mi-nisterio evangelico.Los program as de laiglesia local debenllevarse a cabo connuestras ofrendas.Si real mente creemos que debe-mos apoyar nuestros program aslocales, entonces nuestras ofren-das reflejaran esa actitud.

Cuanto mejor serfa que es-tablecieramos habitos de entregarfielmente nuestros diezmos ytambien apoyar sistematicamentecon nuestras ofrendas a la igle-sia local, la asociaci6n y lasmisiones mundiales de la igle-sia. Me temo que uno de losmayores obstaculos que im-piden dar con alegria en cum-plimiento de una mayordomfafiel consiste en cuestionar elprograma de Dios e intentarreemplazarlo por uno personal.

Los adventistasdel septrno dacreen que...

Somos mayordomos deDios, a quienes el ha

confiado tiempo y oportuni-dades, capacidades yposesiones, y las bendicionesde la tierra y sus recursos.Somos responsables ante elpor su empleo adecuado. Re-conocemos que Dios esduelio de todo mediantenuestro fieI servicio a el y anuestros semejantes, y al de-volver los diezmos y al darofrendas para la proclama-cion de su evangelio y para elsosten y desarrollo de su igle-sla. La mayordomfa es unprivilegio que Dios nos haconcedido para que crez-camos en amor y para quelogremos la victoria sobre elegofsmo y la codicia. EI ma-yordomo fiel se regocija porlas bendiciones que recibe delos demas como fruto de sufidelidad. Creencias Funda-mentales, 20

Dar con alegria es una respuestade amor, no una demanda ni unaexpectativa. "Pero esto digo: elque siembra escasarnente, tarn-bien segara escasamente; y elque siembra generosamente,generosamente tambien segara,Cada uno de como propuso ensu coraz6n: no con tristeza, nipor necesidad, porque Dios amaal dador alegre" (2 Cor. 9:6, 7).

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Una tercera actitud erradafrente a las dificultades finan-cieras en la iglesia es recortar elprograrna misionero de la igle-sia y tratar de ajustarlo a las en-tradas en vez de educar a la feli-gresfa respecto de los privilegiosy responsabilidades de la rna-yordomfa En consecuencia, noshundimos aun mas profunda-mente en la desesperaci6n, altratar de funcionar con un factorde temor en vez de hacerlo conun factor de Fe.

EI plan de Dios: -unarespuesta de amor

EI asunto fundamental en elacto cristiano de dar no es re-lacionar la chequera delcreyente con los gastos de lacongregaci6n. Mas bien, esponer enfasis en la relaci6n delos recursos financieros de uncreyente y la fe en Dios.

Cuando hablamos de darcomo una expresi6n de gratitudpor 10 que hemos recibido, noscolocamos en un s6lido funda-mento biblico. Ademas, descu-brimos que nos liberamos detener que hacer la etemapregunta: "l.Cuanto deberiadar?" Mas bien, la pregunta de-berfa ser: "l.Estoy viviendo a laaltura de mi potencial comomayordomo?" Una evaluaci6ntal requiere gran honestidad. Re-quiere tambien superar habitospasados y patrones de pen-sarniento que pueden haberlimitado nuestra visi6n 0 res-tringido nuestro entusiasmo.

Cuando no se le ensena a lagente por que deberian dar,muchos 10 hacen por motivosequivocados, renuentemente, 0no dan absolutamente nada.Cuando uno da en terminos detiempo, talentos y dinero paraapoyar la obra de la iglesia, estadirectamente relacionado con laprofundidad de nuestra fe en Diosy nuestra comprensi6n de lamisi6n de la iglesia. Los dirigen-tes de la iglesia local no deben su-poner que cada quien tiene unacomprensi6n madura de la misi6ny de Ia mayordomia. Mas bien, senecesita hacer un esfueno inten-cional y continuo para educar alos miembros en estos importan-tes asuntos.

Mas abarcante que el dineroUn mimero sorprendente de

miembros de iglesia indistin-tamente confunden la mayor-domfa con el simple hecho deapoyar financieramente el pre-supuesto de la iglesia. Y debidoa esto, se necesitan nuevas ideasy conceptos mas abarcantesacerca de la mayordomfa. Laensenanza de las bases teol6gi-cas de la mayordomfa comienzacon la doctrina de Dios. Labuena tierra de Dios, y 10 que elha hecho por nosotros pormedio de Jesucristo.

La mayordomfa debe cen-trarse en la convicci6n de quetodo 10 que tenemos -tiempo,talentos, dinero, salud, aire,agua, bienes, relaciones, elevangelio-> nos ha sido dadopor Dios. Estos dones se debenentender simple mente comobie-nes que se nos han confiado.Siendo que todas las cosasprovienen de Dios, es imposibleseparar la mayordomfa de lavida Integra. La vida misma, entodos sus aspectos, es parte denuestra mayordomia.

La perspectiva teol6gicasenala que las personas deberiandar a la iglesia como respuesta a10 mucho que Dios ya hizo parellos. Y los dirigentes de la igle-sia deberian ayudar a los miem-bros a entender este concepto.Pablo escribi6 en 1 Timoteo.1:15: "Palabra fiel y digna de serrecibida por todos: que CristoJesus vino al mundo para salvar alos pecadores, de los cuales yosoy el primero". Este es el mismocoraz6n del cristianismo, la pro-clamaci6n suprema de su Fe.Es elpulse vital de la creencia cristianaaceptar el hecho innegable deque Dios nos ha visitado atraves de Cristo, porque Dios sepreocupa por nosotros. EnCristo, Dios desea que 10 per-dido se halle, que 10 err6neo secorrija, que los que se sientan entinieblas yean la gran luz de susalvaci6n. Nadie mas podria ha-ber hecho 10 que Dios hizo parnosotros en Cristo Jesus.

Quienes tomamos los votosde la feligresia de Ia iglesia yprofesamos aceptar a Jesucristocomo nuestro Senor y Salvador

REVISTA AOVENTlSTA, ABRIL 1995

necesitamos desarrollar unafilosoffa de la mayordomia quenos impulse a dar como unarespuesta de arnor a 10 que Diosha hecho por nosotros. Una delas tareas de la iglesia consisteen capacitar a los miembrospara que experimenten la graciasalvifica de Dios en sus vidas afin de que ellos, a su vez, pue-dan responder espontanea-mente a traves de sus dones desuerte que otros tambienpuedan conocer y experimen-tar esa misma gracia per-donadora y salvadora.

En este sentido, la educaci6nsobre mayordomia no debieraefectuarse una vez al anocuando se presenta el presu-puesto a la iglesia. Mas bien,deberia ser un esfuerzo penna-nente centrado en 10 que Diosha hecho por nosotros y sobrela misi6n de la iglesia. Lasiglesias y asociaciones que si-guen este plan no tienen pro-blemas para ajustar sus presu-puestos, proveer liderazgo pas-toral, y establecer un agresivoprogram a de evangelismo, 10cual deberia practicarse en to-das las iglesias adventistas.

La motivaci6n correctaEI enfasis de la mayordomfa

deberfa hacerse sobre el dador,no sobre el don otorgado a laspersonas, no sobre el dinero. EIenfasis deberfa ponerse en elhecho de traer a los hombres ymujeres hacia una total entregaa Cristo. Pablo senalo el ejem-plo de los rnacedonios en suapelaci6n a la iglesia de Corintopara que diera una generosaofrenda. Dijo: "Pues doy testi-monio de que con agrado handado confonne a sus fuerzas, yaun mas alIa de sus fuerzas,pidiendonos con muchos ruegosque les concediesemos el privi-legio de parLiciparen este servi-cio para los santos. Y no como10 esperabamos, sino que a sfmismos se dieron primerarnenteal Senor, y luego a nosotros porla voluntad de Dios" (2 Cor.8:3-5). Cuando las personas sehayan dado primeramente eliasmismas al Senor Jesus, entoncesdaran con alegrfa de sus recur-sos, voluntariarnente.

Una mayordomia generosa ycorrecta reconoce y sigue elmandato de Jesus dado enHechos 1:8: "Y me sereis tes-