Gendarmerías, refuerzo estatal y control territorial a fines de las Guerras Mundiales: Bélgica,...

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1 GENDARMERÍAS, REFUERZO DEL ESTADO Y CONTROL TERRITORIAL A FINES DE LAS GUERRAS MUNDIALES: BÉLGICA, FRANCIA Y LOS PAÍSES BAJOS, 1914-1950 1 Dr. Jonas Campion El autor: El Doctor en Historia Jonas Campion es Investigador Postdoctoral (FRS-FNRS, Fondo para la Investigación Científica) adjunto al Centro de Derecho e Historia de la Justicia (Universidad Católica de Lovaina, Bélgica) y profesor de historia en la misma universidad. Él está trabajando en un proyecto titulado "Instituciones Policiales Militares en el siglo XX: ¿un 'Estado en el Estado'? Juegos sociopolíticos, cambios estructurales y prácticas profesionales de la Gendarmería belga (1918-1957)" ["Military Police Institutions in XXth Century: a 'State in the State'? Sociopolitical Stakes, Structural Changes and Professional Practices of Belgian Gendarmerie (1918–1957)"]. Obtuvo su Doctorado en Historia en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y en París IV Sorbona (200) sobre las Gendarmerías europeas después de la Segunda Guerra Mundial (especialmente las purgas), publicado en 2011 por André Versaille Editeur (Les gendarmes Belges, français et néerlandais à la sortie de la Seconde Guerre mondiale).Recientemente ha publicado "Pratiques policières en temps de guerra: les gendarmes Belges, français et néerlandais au prisme de l'épuration (1940-1948)", Crimes, histoire & sociétés / Crimes, History & Societies 16, N° 2, 2012, 79- 97; "D'une politique institutionnelle aux Destins individuels: le temps de l'épuration largo de la gendarmería belga après la Seconde Guerre mondiale", Histoire & Mesure 29, N° 2 (2014), 65-84 y Jean-Marc Berlière y otros, Justices militaires et Guerres mondiales (Europa, 1914-1950) / Military Justice and World Wars (Europa, 1914-1950), (Louvain-la-Neuve: PUL, 2014, http://www.uclouvain.be/jonas.Campion). Resumen. Presente en muchos países europeos, la institución de la "gendarmería" es una herramienta poderosa y real para el control de territorios y poblaciones, así como para el fortalecimiento de la autoridad central. Las dos guerras mundiales del siglo XX representan momentos decisivos para la comprensión de los modos de regulación implementados por las gendarmerías. La ambición de este artículo es cuestionar el impacto de las dos guerras mundiales en los modos de control sobre territorios y personas para las gendarmerías belga y francesa y para la holandesa Koninklijke Marechaussee. De esta manera, el autor analiza las relaciones entre el Estado y las instituciones policiales. Así, el artículo arroja luz sobre las evoluciones en los "gendarmic systems" desde una perspectiva regional, nacional y transnacional en la primera mitad de siglo XX marcado por dos grandes crisis. Palabras clave: gendarmería, policía militar, Francia, Bélgica, Países Bajos, control territorial. Traducción de: Carlos Guillermo Blanco Comandante Mayor (R) de Gendarmería Nacional Argentina Oficial de Estado Mayor Licenciado en Administración de Seguridad Pública Certificación en Justicia Criminal y Gestión Policial Magíster en Ciencias en Liderazgo y Gestión Policial [email protected] [email protected] http://www.slideshare.net/carlosguillermoblanco 1 CAMPION, Jonas. Gendarmeries, state reinforcement and territorial control at the ends of world wars: Belgium, France and The Netherlands, 1914–50. Recibido: 18 de noviembre 2014. Aceptado: 5 de marzo 2015. Publicado en línea: 08 de mayo 2015. http://www.tandfonline.com/eprint/SdE3ePBRPNXxmr3nwekS/full. Accedido: 17 de junio de 2015. doi: 10.1080/13507486.2015. 1027178. Este artículo puede ser usado con propósitos de investigación, enseñanza y estudios privados.

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GENDARMERÍAS, REFUERZO DEL ESTADO Y CONTROL TERRITORIAL A FINES DE LAS GUERRAS MUNDIALES: BÉLGICA, FRANCIA Y LOS PAÍSES BAJOS, 1914-1950 1

Dr. Jonas Campion

El autor: El Doctor en Historia Jonas Campion es Investigador Postdoctoral (FRS-FNRS, Fondo para la Investigación Científica) adjunto al Centro de Derecho e Historia de la Justicia (Universidad Católica de Lovaina, Bélgica) y profesor de historia en la misma universidad. Él está trabajando en un proyecto titulado "Instituciones Policiales Militares en el siglo XX: ¿un 'Estado en el Estado'? Juegos sociopolíticos, cambios estructurales y prácticas profesionales de la Gendarmería belga (1918-1957)" ["Military Police Institutions in XXth Century: a 'State in the State'? Sociopolitical Stakes, Structural Changes and Professional Practices of Belgian Gendarmerie (1918–1957)"]. Obtuvo su Doctorado en Historia en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y en París IV Sorbona (200) sobre las Gendarmerías europeas después de la Segunda Guerra Mundial (especialmente las purgas), publicado en 2011 por André Versaille Editeur (Les gendarmes Belges, français et néerlandais à la sortie de la Seconde Guerre mondiale).Recientemente ha publicado "Pratiques policières en temps de guerra: les gendarmes Belges, français et néerlandais au prisme de l'épuration (1940-1948)", Crimes, histoire & sociétés / Crimes, History & Societies 16, N° 2, 2012, 79-97; "D'une politique institutionnelle aux Destins individuels: le temps de l'épuration largo de la gendarmería belga après la Seconde Guerre mondiale", Histoire & Mesure 29, N° 2 (2014), 65-84 y Jean-Marc Berlière y otros, Justices militaires et Guerres mondiales (Europa, 1914-1950) / Military Justice and World Wars (Europa, 1914-1950), (Louvain-la-Neuve: PUL, 2014, http://www.uclouvain.be/jonas.Campion). Resumen. Presente en muchos países europeos, la institución de la "gendarmería" es una herramienta poderosa y real para el control de territorios y poblaciones, así como para el fortalecimiento de la autoridad central. Las dos guerras mundiales del siglo XX representan momentos decisivos para la comprensión de los modos de regulación implementados por las gendarmerías. La ambición de este artículo es cuestionar el impacto de las dos guerras mundiales en los modos de control sobre territorios y personas para las gendarmerías belga y francesa y para la holandesa Koninklijke Marechaussee. De esta manera, el autor analiza las relaciones entre el Estado y las instituciones policiales. Así, el artículo arroja luz sobre las evoluciones en los "gendarmic systems" desde una perspectiva regional, nacional y transnacional en la primera mitad de siglo XX marcado por dos grandes crisis. Palabras clave: gendarmería, policía militar, Francia, Bélgica, Países Bajos, control territorial.

Traducción de: Carlos Guillermo Blanco Comandante Mayor (R) de Gendarmería Nacional Argentina

Oficial de Estado Mayor Licenciado en Administración de Seguridad Pública Certificación en Justicia Criminal y Gestión Policial

Magíster en Ciencias en Liderazgo y Gestión Policial [email protected]

[email protected] http://www.slideshare.net/carlosguillermoblanco

1 CAMPION, Jonas. Gendarmeries, state reinforcement and territorial control at the ends of world wars: Belgium, France and The Netherlands, 1914–50. Recibido: 18 de noviembre 2014. Aceptado: 5 de marzo 2015. Publicado en línea: 08 de mayo 2015. http://www.tandfonline.com/eprint/SdE3ePBRPNXxmr3nwekS/full. Accedido: 17 de junio de 2015. doi: 10.1080/13507486.2015. 1027178. Este artículo puede ser usado con propósitos de investigación, enseñanza y estudios privados.

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I. Antes de la guerra: gendarmerías y... II. ¿Estar o no estar sobre el territorio nacional? III. ¿Tener o no tener una "fuerza policial con un carácter militar"? IV. En el corazón de las transiciones: política... V. Conclusiones. Declaración de Divulgación: Ningún potencial conflicto de intereses fue reportado por el autor. Las guerras mundiales son vistas a menudo como puntos de inflexión en la organización de la sociedad que causaron la aceleración de las reformas. El servicio de policía -entendido como el ejercicio de las tareas policiales para mantener el orden público, para hacer cumplir la ley y proteger los bienes y las personas- es representativo de esta dinámica. Las guerras son períodos en los que las relaciones entre las instituciones policiales y sus autoridades están bajo presión debido a las nuevas tareas, la transformación de la regulación social y el incremento de la violencia en una sociedad 'armada'. En una perspectiva de mediano plazo (de 1914 a 1950), este artículo discute esta transformación en los casos de Bélgica, Francia y Holanda, centrándose en las gendarmerías. Presente en muchos países europeos desde las conquistas francesas que siguieron a la Revolución, la gendarmería es una fuerza armada nacional con misiones de policía judicial, administrativa y militar. Las especificidades de la gendarmería en el aparato de la policía nacional están vinculadas con esta definición: el cuerpo concentra una gran cantidad de ventajas en términos de control jerárquico, pluralidad de misiones ejercidas, capacidades o áreas de tareas ejercidas. Para estar seguros, la institución de la gendarmería es una herramienta poderosa para asegurar el control de territorios y poblaciones, así como para servir a la autoridad central. Ya sea como fuerzas nacionales de policía o militares encomendadas con la misión de hacer cumplir la ley a través de sus diversas funciones (la protección del orden público, la represión del crimen y la personificación de la soberanía estatal), las gendarmerías están en el corazón del proceso de construcción y fortalecimiento del estado del siglo XIX. Así las gendarmerías son actores clave en las relaciones entre las autoridades políticas, la población a ser protegida y controlada y los funcionarios del estado. Debido a esta situación específica, este trabajo analizará el impacto de las guerras sobre esas relaciones y funciones. ¿Cómo son impactados la organización y el lugar de las gendarmerías por la crisis plural de la guerra en los Estados democráticos europeos? Las dos guerras mundiales del siglo XX representan momentos decisivos para la comprensión de las normas y métodos implementados por las gendarmerías, pero también los desafíos de su presencia geográfica y sus oles en las sociedades. Esos períodos excepcionales pueden ser comparados cada uno juntos. Pero también deben ser vistos como toda una época, en la que el fin de la Primera Guerra Mundial se vincula con el inicio de la Segunda Guerra Mundial2. El tiempo de guerra llamado para una revaluación de las condiciones de orden, seguridad y violencia dentro de las sociedades atrapadas en el conflicto. Por lo tanto, ellas redefinieron la posición de los gendarmes en la esfera social, así como sus relaciones con las fuerzas militares, las poblaciones civiles, los sistemas de justicia nacionales y las diversas autoridades -ocupadas u ocupantes-. Marcado por un aumento en los ámbitos de intervención de los gendarmes, así como por la competencia por el monopolio estatal de la violencia legítima, las guerras representaron momentos cuando la normalidad y la anormalidad de sus prácticas, además de la legitimidad y la ilegitimidad de sus comportamientos, podrían ser reexaminados. Pero las guerras también fueron momentos decisivos que reformaron la organización y estructura de las gendarmerías y el control territorial que ejercieron, que se debatieron entre los factores de crecimiento, escasez y adaptación a las nuevas condiciones políticas y de seguridad. Esta es la razón por la cual las guerras mundiales requieren la atención del investigador con el fin de examinar su carácter anormal, así como para arrojar luz sobre las causas y desarrollos que llevaron a cambios profundos en la organización de las gendarmerías y sus prácticas.

2 Audoin-Rouzeau et al, Violencia de guerra (Violence de guerre) y Gerwarth y Horne, Guerra en Paz (War in Peace).

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Las gendarmerías belgas, franceses y holandesas, en vista de sus orígenes como instituciones, las experiencias que atravesaron durante las guerras y la proximidad social dentro de la cual evolucionaron en un estado democrático moderno3, representan estudios de casos interesantes para destacar este proceso. Desde que los conflictos exacerban las tensiones que rodean las funciones policiales, estudiando la historia de la gendarmería occidentales emergentes de guerras mundiales significa desarrollar -además de una historia de las regulaciones de las sociedades involucradas- una historia política de la reconstrucción de los estados en los períodos de transición política, ya que se enfrentan a una multiplicación de las fuerzas centrífugas internas4. Más específicamente, a través del examen cruzado de las dos guerras mundiales y tres espacios sociopolíticos reemplazados en una cronología más larga, reflexionaremos sobre una matriz que considerará las perspectivas nacionales y funcionales de la organización y presencia territorial de la/s gendarmería/s, su integración dentro del Estado y la sociedad y sus prácticas a fines de las guerras, especialmente durante las transiciones políticas que siguieron a los conflictos. I. Antes de la guerra: las gendarmerías y la construcción del estado. En los albores del siglo XX, las situaciones policiales que prevalecieron en esos tres países fueron muy similares en muchos aspectos, a pesar de las diferencias sociopolíticas entre los estados. La similitud más importante probablemente fue relacionada con los debates transnacionales relativos a la definición más apropiada y eficaz posible de una respuesta policial a los "riesgos" y "amenazas" que eran específicas de la Belle Époque. Este período es caracterizado por nuevas perspectivas en la sociedad occidental, el crecimiento de las áreas urbanas y el movimiento de las poblaciones desde el campo a las ciudades, así como a través de las fronteras. Combinado con el estado y la transformación de la administración (centralización, modernización, profesionalización y burocratización), la situación tiene consecuencias en términos de servicio de policía. Las autoridades locales y nacionales trataron de organizar el aparato policial para responderlo a la nueva situación: mejor cooperación policial internacional y nacional; mejor eficiencia; confrontación de modelos de policía y una nueva división de las tareas policiales y competencias.5 Las opciones relacionadas con la estructuración del sistema policial que se hizo a partir del siglo XIX en adelante dan testimonio de las preocupaciones comunes relacionadas con la centralización de este último para beneficio de la autoridad del Estado, la puesta de la autonomía local en el marco de la regulación social o las puestas relacionadas con la identidad civil o militar a darse a las instituciones policiales. En Bélgica, los Países Bajos e incluso dentro de la centralizadora Tercera República Francesa, existían cuerpos policiales voluntariamente divididos (policía municipal, gardes champêtres, gardes civiques, sûreté publique, ejército, gendarmería, etc.) entre quienes tuvieron lugar "juegos" de equilibrio y competencia. Esos juegos fueron dictadas por varias divisiones entre esas instituciones con competencias territoriales o de servicio de policía limitadas, sino también las plurales autoridades competentes. En cada uno de esos países, las gendarmerías fueron excepciones a esta división debido a las funciones policiales de pleno derecho que llevaron a cabo, el establecimiento nacional de esas fuerzas, su identidad militar y su jerarquía centralizada. Las tres gendarmerías estaban ancladas en una genealogía común derivada de la Revolución Francesa (1789 a 1799), que resultó, antes de la Primera Guerra Mundial, en una similitud de identidad relacionada a las lógicas que aplicaban, las funciones que ejercían y la forma en que las gendarmerías trabajaban. Aunque hubo diferencias entre las instituciones, no cuestionan su rol esencial en las políticas de orden público. De un país a otro, las diferencias menores están relacionadas con factores sociopolíticos, económicos y religiosos, pero también a los debates localmente inconclusos concernientes al equilibrio a alcanzar dentro del sistema policial.

3 Para obtener más información sobre este tema, ver Campion, Gendarmes belgas. 4 Los pensamientos en que nos centramos siguen las obras recientes que enfatizan la naturaleza dinámica e inestable de los cambios de régimen. Ver Bergère y Le Bihan, Fonctionnaires dans la tourmente. 5 Véase López, Guerre des polices y Catherine Denys, Circulations policières 1750-1914. Lea también Williams, Sistemas de Control Policial (Police Control Systems) en Gran Bretaña.

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El personal disponible, así como el ritmo con el que se establecieron las unidades eran dos indicadores claros de esos matices entre países. Una distinción debe hacerse entre la gendarmería holandesa (Koninklijke Marechaussee) y las gendarmerías belga y francesa. La expansión del Marechaussee comenzó más tarde (desde 1860), en un contexto de tensiones políticas e ideológicas exacerbadas respecto a la organización policial6. Por un lado, el personal siguió siendo limitado en los albores de la Primera Guerra Mundial, incluso casi no se había duplicado desde principios de siglo, contando 1.100 hombres en sus filas7. Esos corresponden a una ratio de presencia de aproximadamente un gendarme por 5.700 habitantes; al mismo tiempo, esta ratio fue de un gendarme por 1.800 habitantes en Bélgica y uno por cada 1.880 habitantes en Francia8. Por otro lado, en el siglo XIX, se establecieron gendarmerías de manera uniforme incluso en el conjunto de los territorios de Bélgica y Francia. Este no fue el caso en los Países Bajos, ya que el establecimiento de la gendarmería en el territorio nacional fue gradual a lo largo del siglo. Al principio, las unidades de Marechaussee estaban ausentes en las provincias del norte, principalmente protestantes, a diferencia de las provincias católicas del sur, que por lo tanto tenían la reputación de ser menos seguras en términos de política y en términos de patriotismo9. Con una estrategia de "ocupación militar interna" en las provincias del sur, la gendarmería fue un factor para la integración nacional con respecto a una de las divisiones estructurales de la sociedad holandesa. En la segunda mitad del siglo, la Maréchaussée fue gradualmente establecida por razones socioeconómicas en las provincias en las que estuvo ausente. El objetivo era controlar mejor las crecientes poblaciones urbanas. En definitiva, incluso aunque dos estrategias distintas de establecimiento policial emergieron de los Países Bajos por un lado y de Bélgica o Francia por el otro, ambos confirmaron la función integradora, centralizadora y controladora que las gendarmerías llevan a cabo en el marco de sus actividades de protección de la seguridad dentro del Estado moderno. ¿Cómo evolucionaron ambas estrategias alrededor de las guerras mundiales? II. ¿Estar o no estar sobre el territorio nacional? La primera variable a analizar para comprender el impacto de la guerra sobre el servicio de policía considera la ubicación geográfica de los gendarmes a fines de las guerras y durante las transiciones políticas. ¿Están ellas ya -o pese a todo- físicamente presentes en el territorio a controlar? o, por el contrario, ¿está la transición política acompañada por una dinámica de la ocupación territorial o reocupación por los gendarmes? Como cuestión de hecho, responder a esta pregunta se reduce a analizar la transformación del vínculo entre las gendarmerías y las autoridades políticas en períodos de crisis. II.i. Relaciones con las autoridades. La situación de Bélgica en 1914-18 o la de los departamentos franceses ocupados durante la Primera Guerra Mundial10 ilustra la confianza mutua que resultó del control permanente mantenido de las autoridades políticas sobre los gendarmes. En Bélgica, al final de la Primera Guerra Mundial, la situación ameritó recuperar el control del territorio nacional después de los retiros tras la invasión alemana de 191411. Dado que el control de las autoridades sobre la gendarmería nunca había sido interrumpido, las relaciones entre los gendarmes y las autoridades políticas fueron marcadas por una relativa confianza. Desde el principio, los gendarmes fueron fuerzas motrices en la transición política en 1918, sin la necesidad de establecer una supervisión particular sobre ellos que se sintiera. Por el contrario, debido al contexto específico de la guerra, los gendarmes tenían una ventana de oportunidad, permitiéndoles reclamar una mayor autonomía dentro de los aparatos represivos y militares. En Bélgica, un ejemplo perfecto es el rol de liderazgo que el estado mayor general de la gendarmería había asumido a fines de 1916, ya que se estaba preparando para una futura liberación del territorio nacional. Hasta después del Armisticio de Noviembre de 1918, incesantemente defendió su autonomía y sus especificidades policiales al tratar con un estado mayor del ejército poco inclinado a entregar el control de la gendarmería12. En Francia, donde los vínculos entre los gendarmes y las autoridades nunca fueron

6 Fijnaut, Historia de la policía holandesa (History of the Dutch Police), 22-8. 7 Smeets, Historia de la policía holandesa (Geschiedenis van de Nederlandse Politie), 96-105. 8 Keunings, Des polices si tranquilles, 70-1 y Luc, "Dénombrer les gendarmes" ("Contando gendarmes"), 211-13. 9 Emsley, Gendarmes y el Estado (Gendarmes and the State), 237. 10 Véase Panel, La Grande Guerre des Gendarmes. 11 Nota N° 4386 Gd, 27 Oct 1918, Fonds Moscou, 4527-185 14a 3910, MRA, Bruselas [Real Museo del Ejército, Bruselas]. 12 Campion, "Recuperando el Espacio Público". Sobre este lapso, ver también Moscou, 4527-185 14a 3910, MRA.

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interrumpidos, analizar la evolución de la incorporación institucional y administrativa de la gendarmería nos permite ver el reconocimiento político de la importancia de la gendarmería en la contribución a la adaptación del Estado a las condiciones de tiempos de guerra. Hasta 1918, los asuntos relacionados con la gendarmería fueron manejados dentro de una oficina (bureau) y, subsecuentemente, dentro de un departamento (service) del Ministerio de Guerra. Desde 1918 en adelante, la situación cambió. El cuerpo ganó una mayor autonomía dentro del Ministerio a través de la creación de una subdirección (sous-direction) en un primer momento y una dirección (direction) de la gendarmería más tarde13, subrayando la multiplicación de sus tareas, su aumento en el número de empleados y el refuerzo de sus especificidades. Por otro lado, su presencia en un territorio ocupado condujo a una crisis de identidad importante dentro de las gendarmerías, marcada por un déficit de legitimidad entre ellos, las poblaciones y las nuevas autoridades políticas. La difícil situación de las gendarmerías europeas a fines de 1944 tipificó esa situación. Cualquiera que hubiese sido la naturaleza de las autoridades alemanas o nacionales en el poder durante la guerra14, los cuerpos de gendarmería estaba en una posición de debilidad cuando los territorios ocupados fueron liberados. Incluso enmarcado por leyes nacionales e internacionales de las ocupaciones, las gendarmerías y la actitud de los gendarmes era muy incomprendida, requiriendo un proceso represivo para hacer un balance de la situación y restablecer los límites legales y socialmente aceptados del comportamiento policial a posteriori. Ese fue uno de los principales objetivos tanto de los procedimientos penales y administrativos de purga, que se organizaron en los primeros días después de la Liberación15. La importancia del factor de proximidad en la legitimación de los gendarmes a los ojos de las autoridades políticas surge de esas observaciones. Un quiebre de largo plazo en el contacto entre los gendarmes y las autoridades en el exilio llevó a que la desconfianza estuviera a la orden del día a fines de 1944. Cuando las autoridades retornaban a sus asuntos, esa desconfianza se traducía en la pesada supervisión del personal de grados altos de gendarmería restante sobre el territorio nacional16. Esa supervisión era estructural, sin importar qué tipo de información se había colectado en el extranjero sobre la situación de las unidades, los hombres en funciones17 y los lazos mantenidos por medio de las redes clandestinas18. A la inversa, cuando se pudo mantener contacto (y control) con algunas franjas estructuradas de la gendarmería -como la gendarmería africana en Francia o las unidades holandesas de la Maréchaussée que se habían retirado a Inglaterra en 1940- hicieron que el personal de confianza administrara las unidades que permanecieron en el territorio nacional. En Francia, en el verano de 1944, el rol encomendado a los destacamentos de gendarmería compuestos por personal de la legión argelina era típico en este sentido19. Esos gendarmes africanos representaban una garantía para el Gobierno Provisional de la República Francesa, en orden a controlar las unidades del servicio de policía metropolitana a favor de las nuevas autoridades francesas.

13 Borda, "La naissance de la direction de la gendarmerie", 41-9. 14 La administración militar alemana en Francia y Bélgica versus la administración civil alemana en los Países Bajos. Las autoridades administrativas "nativas" a quienes se les concedieron poderes políticos más o menos definidos en Bélgica y en los Países Bajos, en oposición al régimen político del Estado francés. 15 Para más información sobre este tema, consulte Campion, Gendarmes belgas, 115-247. 16 En cuanto a su acción relacionada con la gendarmería, el Comisionado de la República, a cargo de la parte norte de Francia, dijo: "Uno de mis primeros esfuerzos se centró en la gendarmería y apuntó a establecer... una fuerza bajo mi mando en la que yo sería capaz de confiar. ... Para ello, formalmente y específicamente instruí al coronel al mando de la legión de gendarmería para transferir el personal más débil de la región... y para purgar al personal que era indeseable". Claramente significó reafirmar su control sobre su mano de obra. Closon, Commissaire de la République, 90-1. 17 Por favor, consulte el paciente trabajo de inteligencia sobre la gendarmería belga que se llevó a cabo en Londres por el Alto Comisariado de la Seguridad del Estado (HCSE, Haut-Commissariat à la Sécurité de l'État), que llevó a la elaboración de varios cientos fichas listando a los oficiales, todos los miembros de algunas unidades o el equipo disponible. Las fichas resumieron los datos biográficos (nombre y apellido), información ocupacional (número de identificación, grado y fecha de nombramiento, así como el grado al 10 de mayo de 1940), un breve resumen de la carrera del personal durante el conflicto, así como una visión general de la conducta patriótica y la información disponible al respecto. Al final, sistemáticamente se proponía una decisión sobre el futuro del gendarme. Fonds de l'activité du HCSE, AA 1311, N° 2001-2212, AGR, Bruxelles [Archivos del Estado, Bruselas]. 18 El caso del Capitán Demettre, que estaba estacionado en Argelia y llevó a cabo una gira clandestina de las unidades de la gendarmería en la Francia ocupada desde diciembre de 1943 hasta marzo de 1944, es un ejemplo típico de esta red de trabajo dinámica. Durante su misión, él reclutó a oficiales para el servicio de seguridad militar clandestino y colectó información sobre la gendarmería, lo que facilitó la reafirmación del control sobre el cuerpo en el momento de la Liberación. Para obtener más información sobre este tema, consulte 1K 612, SHD-DGN, Vincennes [Servicio Histórico de Defensa - departamento de gendarmería]; Cazals, Mission secrète; Haberbusch, Gendarmerie en Algérie, 308-15. 19 "Directives du 21/06/1944 sur l'organisation et l'emploi des détachements de gendarmerie", en el Memorial de la Gendarmería, fascículo de la Liberación (1945), 11-15.

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La ocupación de un territorio enemigo (Alemania, en 1945) o la restauración gubernamental en un área con soberanía cambiante (Alsacia-Lorena en 1918 y 1945 y los cantones redimidos en Bélgica para los mismos períodos) representan otras situaciones que ilustran el vínculo esencial entre gendarmes y autoridades. A fines de octubre de 1944, en un informe dirigido al Ministro de Defensa, el General Bourguignon, quien comandó la gendarmería belga, expresó su satisfacción de que, por los gravámenes sobre las diversas unidades de la gendarmería, "la cantidad de personal de gendarmería que ya está en servicio en las áreas redimidas está muy cerca del personal que trabajaba en esta región antes de la guerra": es decir, alrededor de 190 gendarmes. En consecuencia, la presencia del Estado belga fue fuertemente reafirmada entre la población local y mucho más desde que "las partes interesadas están en los elementos mayoritarios presentes en los distritos de Eupen-Malmédy y San Vith antes del 10 de mayo de 1940"20. La importancia que debe darse a la cantidad de personal, así como a la personalidad de los gendarmes apostados en esas regiones, fue debatida repetidamente en las discusiones oficiales21, confirmando el estricto control que las autoridades políticas intentaban ejercer sobre las instituciones policiales implicadas en una dinámica de afirmación nacional22. II.ii. Relaciones con las poblaciones controladas. La presencia o ausencia de gendarmes en el momento de la transición a menudo llevó a relaciones con la población local opuestas a lo prevista por las autoridades políticas. La situación al final de la Primera Guerra Mundial no fue fácilmente tratada. En Bélgica o en los departamentos franceses anteriormente ocupados, los gendarmes, porque acompañaban a los ejércitos que regresaban victoriosos, no sufrieron las consecuencias de las adaptaciones inevitables que la vida bajo la ocupación requería mientras tomaban el aura de conquistadores. Por otra parte, las autoridades belgas se esforzaron por asignar gendarmes a sus cuarteles de preguerra para tomar ventaja de su presunta familiaridad con las poblaciones a controlar, indudablemente muy imaginaria después cuatro años23. En realidad, sin embargo, la situación era un poco más compleja. En contra de las previsiones oficiales, el trato de los gendarmes que regresaban no siempre iba bien con sus administrados, subrayando especialmente la pobre comprensión de los gendarmes de lo que habían pasado durante la guerra. El requerimiento de que los gendarmes realizaran misiones policiales junto a las fuerzas alemanas de ocupación durante la Segunda Guerra Mundial resultó en una profunda crisis de legitimidad, así como en varios ataques a los gendarmes. La situación, así como la ley de ocupaciones, fue muy mal entendida tanto por la población como por los actores políticos y militares recién llegados (movimientos de resistencia, etc.). En consecuencia, la proximidad con la población civil debilitó a las gendarmerías: como los gendarmes eran conocidos localmente, las críticas y los rumores en su contra se multiplicaron. Resultó ser un fenómeno duradero. De ahí que en Bélgica, tras la Liberación, las transferencias geográficas a gran escala dentro de los cuerpos fueron defendidas como un remedio para los problemas de legitimidad de los gendarmes o su excesiva familiaridad con los civiles. Esa medida radical garantizaría la independencia de los gendarmes en lugares a los que fueron transferidos porque serían desconocidos allí24. La medida fue abandonada debido a la renuencia de los gendarmes y se tomó la decisión de "tratar sólo los casos flagrantes"25. Al contrario, ya que la nueva Koninklijke Marechaussee establecida en los Países Bajos en 1945 marcó un punto de quiebre en lo referente a la guerra en la que supuestamente la Marechaussee y la nueva policía civil (Rijkspolitie) habían tenido éxito, su política se centró menos en los problemas de proximidad entre gendarmes y civiles, sobrepasando supuestos vínculos cuestionables del personal de la gendarmería y eliminando así la necesidad de considerar tal lógica de movilidad forzada26.

20 Reporte del General Bourguignon al Ministro de Defensa, 26 de octubre de 1944, Gabinete del Ministro, G2 1945, SGRS-archivos, Evere [Departamento de Personal de Inteligencia y Seguridad-archivos, Evere]. 21 Minuta de la comisión de aplicación de la ley (comisión du maintien de l'ordre), 30 Ene 1945, Ministro, M5 1945, SGRS-archivos. 22 La organización de la gendarmería en la región de Alsacia-Lorena se llevó a cabo con prioridades idénticas, en el otoño de 1944. Campion, Gendarmes belgas, 95-7. 23 Nota N° 3745 del Estado Mayor de Gendarmería, 19 de agosto de 1916, Moscou, 5537-185 14a 7236, MRA. 24 El Ministro del Interior al Ministro de Defensa, 2 de noviembre de 1944, Ministre, G2 1945, SGR-archivos; Nota N° 239/3 de los Groupe de territorial de Mons, 13 de octubre de 1944, colección privada del Coronel Claessens, doc 781, registre machine du Groupe de Mons, 1944, Jambes. 25 Nota del Coronel Dethise al Ministro de Defensa, 13 de diciembre de 1944, Ministre, G2 1945, SGRS-archivos. 26 Con respecto a este tema, por favor consulte la prensa holandesa "corporativa" o las declaraciones oficiales de la gendarmería. "De Nederlandse politie en de Publieke belangstelling" Libertas, 7 (abril de 1945), 7-9; "Kennis es macht", De Koninklijke

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Finalmente, esos ejemplos de dos guerras mundiales ilustran las dificultades inherentes a las transiciones políticas. Debido a que la "normalidad" de la integración social de los gendarmes había sido dañada, ya sea por su presencia mantenida en el territorio nacional o por un retiro completo o parcial, la estructura relacional de los gendarmes y el servicio del estado se tensaron. Tenían que recuperar la confianza tanto de las autoridades políticas como de la población, superando los efectos negativos de su ausencia y la crítica que originó su presencia territorial. Multifacética en su naturaleza, el proceso de rehabilitación de los gendarmes como intermediarios del Estado consistía de aspectos materiales, de identidad y humanos. Durante y después de las guerras, las relaciones de los gendarmes con las poblaciones y las autoridades políticas no fueron fáciles. Pero la situación no es enteramente nueva: las guerras revelan tensiones mayores y pelean en un equilibrio inestable, donde las posturas institucionales, políticas y personales están en juego en el corazón de las relaciones. Valores como la neutralidad política, el deber y la eficiencia son realidades que están ahora bajo presión dentro de una continuidad de funciones policiales. En consecuencia, indudablemente es necesario estudiar esta cuestión trascendiendo los períodos en orden a identificar las continuidades y rupturas en las relaciones alrededor de las gendarmerías europeas. III. ¿Tener o no tener una "fuerza policial con carácter militar"? Desde una perspectiva de mediano plazo, debemos considerar la cuestión de la necesidad de la existencia de una gendarmería, sea integrada dentro de la estructura organizativa de la policía restaurada o separada de ella. Una vez más, dependiendo de los países y los períodos considerados, la respuesta a esta cuestión ideológica ilustra concepciones específicas de orden y el Estado. La Primera Guerra Mundial fue marcada por un refuerzo obvio del sistema militar-policial. Al respecto, la situación holandesa es particularmente interesante. Como país neutral durante el conflicto, tanto su ejército como su "Kmar" fueron ampliamente movilizados para preservar las fronteras nacionales y garantizar el control de los extranjeros, detener soldados27, etc. Al final de la guerra, frente a los riesgos sociales y los temores de una extensión de la Revolución Rusa (1917), muchas decisiones principales fueron tomadas en términos de organización policial. Inicialmente, el personal de la "Kmar" creció y reforzó su red territorial. Subsecuentemente, una nueva fuerza de policía militar fue creada en 1919 (Politietroepen). Se le asignaron específicamente misiones de orden público en un contexto dividido por el temor de confrontar cuestiones sociales y políticas. Compuesto por unidades bien equipadas y de maniobra motorizada -que también estaban estructuralmente vinculadas a la "Kmar" a la que complementaban- esas unidades jugaron un rol cada vez mayor en las misiones de policía administrativa en los Países Bajos de entreguerras. En Francia y Bélgica, las gendarmerías se beneficiaron de una real expansión justo después de la Primera Guerra Mundial, testimoniando su importancia en el fortalecimiento del Estado. Es también un indicador de la transformación del rol del Estado, que ahora pretende ser más eficaz y cada vez más presente en la vida pública. Con este fin, los gobiernos querían reforzar los factores de centralización en el aparato policial. Las gendarmerías eran un medio para hacerlo. En consecuencia, el cuerpo de gendarmería modernizó sus equipos, enfatizando la motorización y las comunicaciones28. Entre 1919 y 1921 se establecieron unidades móviles (groupes mobiles en Bélgica y la Garde Républicaine mobile en Francia) específicamente para gestionar el mantenimiento de la ley y el orden a escala nacional. Reemplazaron a las tropas del ejército en esas misiones, haciendo de las gendarmerías las piedras angulares de todos los conflictos sociales, económicos y políticos. En un contexto marcado por el temor al comunismo, tal situación ilustra la adaptabilidad del cuerpo a una flexibilización legislativa sobre temas políticos y sociales y, como corolario, su desarrollo del "saber-cómo" en la gestión estandarizada y matizada de los movimientos sociales29.

Marechaussee, 40, N° 9 (1 de diciembre de 1947), 166. Ver también: Beëdiging van Officieren door Kolonel Mar. W. van den Hoek, 25 de julio de 1946, officieren, doos N° 1, Colección Koninklijke Marechaussee, Marechausseemuseum, Buren. 27 Wolf, Guared Neutrality. Concerning the Koninkijke Marechaussee, véase Smeets, Nederlandse politie, 100-15. 28 Conexión telefónica, vehículo motorizado y entrega de vehículos blindados ... Nota N° 70/c para el Ministro de Guerra, 26 de febrero de 1919 y Nota N° A568 por el Ministro de Guerra para el Estado Mayor, 24 de junio de 1919, Moscou, 5533-185 14a 7223, MRA. En cuanto a la gendarmería belga en el período de entreguerras, véase Campion, De Rijkswacht 1918-1957. 29 En Bélgica, los años de la posguerra se caracterizaron por una liberalización del derecho de huelga, más tolerancia hacia las manifestaciones, así como por la aparición de múltiples representantes socialistas y comunistas electos, tanto a nivel local como

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La situación era muy diferente al final de la Segunda Guerra Mundial. Tras haber permanecido en los territorios ocupados en cada uno de los tres países considerados, las gendarmerías fueron objeto de profundas reformas y afectadas por el carácter ideológico del conflicto30. Formados y transformados en crisis, el modelo "gendarmic"31 prácticamente único que prevalece en Europa occidental terminó siendo puesto en duda en cuanto a su identidad, estructuras y misiones. En Francia y Bélgica, la incorporación política de los gendarmes y el rol en el aparato de la defensa nacional fueron objeto de un vivo debate después de la Segunda Guerra Mundial. En Francia, la gendarmería fue progresivamente desmilitarizada durante la Ocupación bajo presión alemana y voluntad francesa, en orden a preservar la institución para defender los intereses nacionales. Un quiebre importante se produjo en junio de 1942, cuando la institución fue directamente adjunta a la cabeza del gobierno en lugar del Ministerio de Guerra32. En consecuencia, una de las primeras medidas que se adoptaron en la Liberación fue restaurar la cadena de jerarquía militar de la gendarmería33 y algunas unidades fueron comprometidas en el ejército francés en operaciones contra los alemanes (tal como el Groupement Daucourt, en Alsacia). Unos meses más tarde, la participación de las "légions de marche" de gendarmería en las operaciones militares en Indochina daría una prueba real de este proceso de remilitarización y constituye un verdadero experimento militar para los gendarmes34. Al mismo tiempo, cuando se discutió la revisión fundamental del decreto 1903, la permanencia del carácter militar de la gendarmería estaba presente en los debates35. El carácter militar de la gendarmería belga fue discutido desde 1945 en adelante como consecuencia de su primera desmilitarización, que tuvo lugar entre 1940 y 1944, durante la ocupación militar alemana. El 28 de septiembre de 1946, mientras que el Consejo de Ministros estaba preparando un proyecto de ley previsto para bajar la edad de acceso al rango de segundo teniente de la gendarmería, el Primer Ministro propuso unir la gendarmería exclusivamente al Ministerio del Interior. La propuesta fue acogida favorablemente. Sin embargo, el 19 de diciembre, cuando la cuestión se discutió una vez más, la unanimidad no estaba a la orden del día. El Ministro de Defensa estaba dispuesto a continuar desempeñando ciertas funciones en la supervisión de los cuerpos, mientras que el Ministro del Interior 'en realidad no deseaba retomar el control de la gendarmería en su totalidad dentro del Departamento de Interior'. No obstante, subrayó el carácter ambiguo del apego de la gendarmería al Ministerio de Defensa Nacional especialmente en términos de disciplina y la consiguiente falta de coordinación en lo relativo al mantenimiento de la ley y el orden36. Los cambios en los puntos de vista son sorprendentes en este asunto. La publicidad dada al proyecto lo explica. En este debate, el Fiscal de la Corte de Apelaciones de Bruselas, Joseph Pholien, señaló el riesgo de que la institución se ahogara dentro de las fuerzas armadas, particularmente a nivel presupuestario. Propuso la idea de garantizar un presupuesto mínimo, mientras se oponía a su agregación al Ministerio del Interior, porque adjuntar la gendarmería 'a los Secretarios Generales (Secrétaires généraux) ha demostrado ser desaconsejable'. Además, en su opinión, la decisión era inconstitucional37. Durante el debate sobre los presupuestos de la gendarmería para 1945 y 1946, los senadores propusieron unir el cuerpo al Ministerio de Justicia38. Se refirieron a la experiencia de la Segunda Guerra Mundial para apoyar su punto de vista:

"Por lo tanto no hay necesidad de que la gendarmería dependa de la 'Defensa Nacional', ya que el departamento puede ser obligado a abandonar el país mientras que la gendarmería debe asegurar

nacional. Para un análisis sobre la situación socio-política francesa y consecuencias sobre el servicio de policía, ver Jean-Noël Luc, "La gendarmerie mobile, de la Révolution à 1968", 235–49. 30 Para más detalles sobre este tema, ver Fijnaut, Impacto de la Segunda Guerra Mundial. 31 Gendarmic (adjetivo). Relacionado con la institución gendarmería y más precisamente a la identidad específica de esta fuerza policial. Esta palabra, que viene de la lengua francesa, usada inicialmente en forma peyorativa, ahora es vista como más neutral. 32 "Loi du 2 juin 1942 relative à la gendarmerie", en el Memorial de la gendarmería, 1942, v. 61, 1942, 187. 33 "Arrêté du 21 juillet 1944 portant création de la direction de la gendarmerie", en el Memorial de la gendarmería, fascículo de la Libération, 1944, 16. 34 Thouvenot, "La gendarmerie française dans les combates d'Indochine". 35 Nota del estado mayor del ejército, 17/10/1945, 1A 489, SHD-DGN. 36 Minutas del Consejo de Ministros, 19 de diciembre de 1946, AGR. 37 Nota del Fiscal General Pholien al Ministerio de Justicia, 5 de noviembre de 1946, Ministre, L1.10 1946, SGR-archivo. 38 Annales parlementaires. Sénat, sesión ordinaria 1946-1947, 14 de noviembre de 1946, 24-50. Para una descripción detallada de los debates, véase la carta del Ministro de Defensa al Primer Ministro, 21 de diciembre de 1946, Ministre, L1.10 1946, SGR-archivos.

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su servicio en tiempo de guerra como en tiempos de paz. Corre el rumor de que la gendarmería puede hacerse dependiente del Ministerio del Interior. Eso sería lamentable ya que la política pesaría demasiado en las operaciones de la gendarmería".39

El Ministro de Justicia liberal Albert Jean Julien François Lilar (1900–1976) se opuso a la propuesta. Desde 'que está a cargo de sostener la ley y el orden, la gendarmería no puede ser puesta bajo el control de la autoridad judicial, ya que es responsable de la observación y de la represión de las infracciones, no debe ser involucrada en las medidas que deben adoptarse para prevenirlas'40. En este contexto, a fines de diciembre de 1946 se aplazó cualquier decisión41. En este debate, la guerra fue utilizada como un motivo por los partidarios y por los detractores de la integración del cuerpo al ejército. Para los defensores de la reforma, la desmilitarización era esencial ya que, en caso de una nueva ocupación, la gendarmería estaría llamada a mantenerse en el territorio nacional, a diferencia del Ministerio de Defensa. Tal punto de vista está directamente en línea con la situación imperante entre 1940 y 1944, marcando un punto de ruptura con el de 1914-1918. Por contraste, los partidarios de un statu quo o un acoplamiento al Ministerio de Justicia señalaron que la situación experimentada durante la ocupación alemana, con el Secretario General del Interior, Gerard Romsée42, para justificar su temor de ver la gendarmería politizándose a sí misma para ventaja de un Ministerio presentado como marcado por objetivos partidistas discutibles. En Bélgica, el debate se filtró hacia otros niveles. Las críticas denunciaron el sobre-equipamiento militar de una fuerza de 'represión', lejos de estar al servicio de la gente43. Otras críticas tratan más con misiones de defensa territorial encomendada a los gendarmes desde fines de 1945 en adelante o con la disciplina impuesta a los gendarmes44. En los Países Bajos, los debates fueron más extensos. Por un lado, son el resultado de la reforma y unificación policial llevados a cabo durante el período de Ocupación, en torno a una Maréchaussée civil, dependiente del Ministerio de Justicia. Por otro lado, esos debates fueron continuaciones de las discusiones entreguerras destinadas a la elaboración de un decreto definitivo para la policía (Politiebesluit, Decreto de la Policía). Con el exilio del gobierno en Londres, los puntos de vista se opusieron violentamente en cuanto al aspecto de la futura estructura organizativa que la policía de la posguerra debería tener. Fue una verdadera oposición en términos de definición de la sociedad: primero, en un Estado democrático, ¿la policía debe ser unificada o plural, para evitar la dictadura? Segundo, ¿es necesaria una fuerza policial militar para regular la democracia? La oposición era fuerte entre el liberal Ministro de Guerra y el católico Ministro de Justicia. Para evitar una ruptura definitiva dentro del gobierno en el exilio en Holanda, la Reina se involucró en el debate para encontrar una solución provisional45. En ese proceso, el modelo anterior a la guerra de la Koninklijke Maréchaussée, como una policía integral, fue marginado gradualmente en favor de una nueva fuerza de policía nacional civil dependiente del Ministerio de Justicia (la Rijkspolitie)46. Las funciones y prácticas del servicio de policía recibieron una nueva definición dentro de esa monarquía constitucional. Para la Koninklijke Maréchaussée, el período de la posguerra se caracterizó por una reducción en términos de misiones y, consecuentemente, de la mano de obra. En 1945, la estructura organizacional de la policía holandesa fue en gran parte centralizada y no militar. Excluidos del Decreto de la Policía (Politiebesluit) adoptado en 1945, la gendarmería -exclusivamente militar- tuvo que reinventarse a sí misma. Considerando que el tema de la policía no se resolvió definitivamente a fines de la década de

39 Nota del Ministro de Defensa al Primer Ministro, 21 de diciembre de 1946, Ministre, L1.10 1946, SGR-archivo. 40 Nota del Ministro de Justicia del Primer Ministro, 27 de noviembre de 1946, Ministre, L1.10 1946, SGR-archivo. 41 Nota del Ministro de Justicia del Primer Ministro, 27 de noviembre de 1946, Ministre, L1.10 1946, SGR-archivo. 42 Gérard Lambert Marie Ghislain Romsée (1901-1975) fue un político nacionalista flamenco. Bajo la presión de Alemania, fue elegido como Secretario General de Interior en abril de 1941. A cargo del aparato policial belga, trató de transformarlo para mejorar la eficiencia y la orientación política de los empleados. Romsée negoció la liberación de los oficiales del ejército belga para fortalecer el aparato policial: en su mayoría, eran oficiales de habla holandesa, vinculados con los movimientos nacionalistas. Ver Raskin, Gerard Romsée. 43 Annales parlementaires. Chambre, sesión ordinaria 1946-1947, 24 de junio de 1947, 195. 44 Ver los debates parlamentarios, Annales parlementaires. Sénat, sesión ordinaria 1949-1950, 23 de febrero de 1950, 500 y ss. 45 Gabinete de Ministros, 14 de marzo de 1944, 5, 9 y 12 de mayo de 1944, NA 2.02.05.02, n°246 [Den Haag, National Archives]. 46 Smeets, Nederlandse Politie, 414–20.

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1940, comenzó un largo proceso para que, poco a poco, se le asignaran misiones más importantes en el dominio del servicio de policía. Marcado por los prismas de las ocupaciones, pero también los prismas de los debates más viejos, el período posterior a la Segunda Guerra Mundial cuestionó inicialmente la existencia misma de la gendarmería para el restablecimiento del Estado y, posteriormente, en cuanto a la regulación de la vida en la sociedad. Una diferenciación de las identidades de las gendarmerías emergió. En Europa, la Segunda Guerra Mundial fue un período de reorientación en términos de control de la policía sobre el territorio. A diferencia del final de la Primera Guerra Mundial, cuando el modelo militar del servicio de policía fue uniformemente reforzado en ser visto como adecuado dadas las condiciones socio-políticas imperantes, se cuestionó vigorosamente desde el otoño de 1944 en adelante. Las opciones finalmente llegaron desde la confirmación del modelo gendarmic tradicional (Francia, Bélgica) a su redefinición (Países Bajos). La decisión de si debe o no mantenerse una gendarmería a cargo de militares, las misiones del servicio de policía judicial o administrativa fueron fundamentales. Implicaba la definición de la vida en sociedad, así como las relaciones entre el poder político, la población y las fuerzas policiales. En los Países Bajos, las críticas se multiplicaron contra el recurso a una institución militar para llevar a cabo tareas del servicio de policía, estimándose que en su mayor parte debe colocarse bajo las órdenes del aparato judicial. Por el contrario, en Francia y en Bélgica, la naturaleza militar de la gendarmería "se percibe como un activo, en comparación con una policía civil local excesivamente politizada y mostrando poco profesionalismo. Para concluir, la elección de una institución militar o civil en el corazón del aparato policial puesto en tela de juicio la definición del Estado y la articulación del poder dentro de éste. Además, esta opción también tuvo una gran influencia en la identidad de la sociedad de funcionarios interesados: los oficiales de gendarmería, dentro de una carrera militar, tienen sociología específica, formación y valores que influirán en sus prácticas y prioridades en el ejercicio de las funciones policiales. IV. En el corazón de las transiciones: cuestiones políticas y gendarmes en acción. Las gendarmerías son sin duda excelentes indicadores de tensiones políticas opuestas durante los períodos de fin de la guerra. También tienen un rol activo en las transiciones, sirviendo al Estado en su fase de restauración y plantándose contra sus detractores con el fin de restablecer el monopolio de la violencia legítima. Los períodos de guerra exacerban las opiniones ideológicas, lo que lleva a una reconfiguración de las fuerzas políticas opuestas (la desaparición y aparición de nuevas tendencias políticas, transformación sociológica de sus reclutas, nuevas formas de coaliciones de gobierno y así sucesivamente). Para los gendarmes, las guerras arrojan luz sobre el carácter eminentemente ideológico del ejercicio de sus funciones, lo que contrasta con una falsa ilusión de neutralidad política observable en tiempos de paz. Pese a una politización exacerbada de la vida en sociedad, las guerras se distinguen por una ambigüedad. Es un hecho bien conocido que la movilización general típica durante los conflictos conduce a una mayor militarización de aspectos enteros de la vida pública, garantizando la eficacia y la perpetuación del esfuerzo de guerra. En este sentido, la militarización de varias instituciones participa en la ilusión de la neutralidad política de las misiones llevadas a cabo. Como las cosas sucedieron, ese estaba lejos de ser el caso. En 1944-5, la colocación de las gendarmerías bajo la supervisión de los comités de control externo que responden directamente a las autoridades que regresan del exilio47 (Alto Comisionado para la Seguridad del Estado [Haut-Commissariat à la Sécurité de l'État] en Bélgica, militair gezag [autoridades militares] en los Países Bajos, Comisarios de la República [Commissaires de la République]) en Francia, era un ejemplo típico de una situación en la que el poder político, en última instancia, se encargó de reforzar la dependencia directa de él de las gendarmerías. En un período en que las autoridades centrales se debilitaron en gran parte debido a la transición política, así como confrontaron múltiples factores de competencia, el rol confiado a los gendarmes era perpetuar el proyecto político defendido por las autoridades en el poder. Esta intención se concreta en varios niveles. Inicialmente, fue confirmada por la atención prestada a nominar oficiales de los cuerpos de gendarmería. Mientras que la guerra había acelerado la movilidad del personal, un deseo para la estandarización de las carreras y los perfiles se hizo sentir en el final de la guerra. 47 Campion, Gendarmes belges, 73–6.

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La marginación de 1944-5 de los oficiales de gendarmería los estigmatizó como resistentes y consideró políticamente demasiado independientes es típica de este hecho (por ejemplo, en Francia)48. Con la normalización de todas las carreras, los oficiales procedentes de la Resistencia son contratados por las funciones que extraordinariamente ganaron en la Liberación. Al mismo tiempo, durante la refundación de la Koninklijke Maréchaussée, es sorprendente observar el alcance con el cual la contratación de oficiales vino del reservorio preguerra. Al comienzo de la reorganización, sólo los veteranos de la vieja Koninkljike Maréchaussée o del ejército fueron tomados en el servicio49. Esa intención se confirmó posteriormente en otros niveles: el perfil de los gendarmes contratados estaba sujeto a un cierto control, por ejemplo, rechazando una afluencia masiva de los antiguos opositores en 1944-550. Después de 1918, el miedo a los movimientos sociales y partidos de izquierda influyó en las acciones de los gendarmes de una manera duradera. Tales ansiedades llegaron a constituir la identidad del cuerpo y llegaron más allá de las instrucciones oficiales. Hablando en términos generales, sus temores de elementos desordenados (soldados desmovilizados, estafadores, minorías políticas, minorías lingüísticas y extranjeros) percoló entre el poder político y los gendarmes. Por último, tal como la atención especial prestada a las cuestiones de las identidades institucionales al final de la guerra51, la capacitación de los gendarmes también fue orientada hacia el objetivo de mantener una cercanía ideológica entre los gendarmes y las autoridades servidas. Los riesgos involucrados en la presencia, retorno o ausencia de los gendarmes en los extremos de las guerras ahora tenían que ser considerados, tanto las estructuras de la gendarmería como sus prácticas. Vinculado a la situación política, la situación de seguridad en los extremos de las guerras llevó a particulares estrategias gendarmic. Se caracterizaron por una concentración provisional de mano de obra en los puntos que se consideraban sensibles, permitiendo un nivel elevado de vigilancia en esas áreas52. Esos refuerzos fueron agrupados en unidades temporales o tradicionales (Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial) o dentro de unidades derivadas del conflicto, que fueron temporalmente mantenidas, incluso cuando fueron denigrados (Segunda Guerra Mundial). Lógicamente, la urgencia era garantizar la continuidad de las acciones de los gendarmes y las capacidades operativas al negarse cualquier reorganización apresurada de sus estructuras. En 1918, a medida que los gendarmes retornaban al territorio belga, el modelo organizacional de la gendarmería de 1914 prevaleció primero, antes de ser gradualmente adaptada a las entonces nuevas necesidades y desafíos de la posguerra en Bélgica53. El fenómeno fue aún más sorprendente al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando las autoridades tuvieron que hacer un balance de las transformaciones políticas y policiales impuestas al cuerpo durante las Ocupaciones. En última instancia, entre las medidas urgentes y las decisiones adoptadas en el largo plazo, los períodos de posguerra fueron tiempos de crisis y oportunidad para la organización de la gendarmería. Frente a los nuevos desafíos, las actividades de los gendarmes se caracterizaron original y esencialmente como reactivas. Bajo presión y enfrentadas con misiones de mayor alcance, a los gendarmes les tomó tiempo recuperar la iniciativa en el campo. Las consecuencias de los conflictos se verían en términos de movilidad de la población, el aumento de la violencia, la ruptura de los lazos sociales y la desconfianza hacia el Estado y sus agentes. Por tanto, la brecha se amplió entre los gendarmes y las poblaciones. A veces bajo presión, los gendarmes encontraron dificultades para hacer frente a los ataques a las normas y la convivencia de una manera preventiva o informal, mientras que las fuentes de la competencia por la violencia legítima se multiplicaban. Los problemas materiales, logísticos y de movilidad también explicaban sus dificultades para restablecer el orden y luchar contra la criminalidad en plena transformación54.

48 Jonas Campion, "Rétablissement de la légalité policière", 332. 49 Memoria del Ministro de Guerra al Consejo de Ministros de la Koninklijke Maréchaussée [1945?] y carta del comandante de la Koninklijke Maréchaussée al Ministro de Guerra, 8 de septiembre de 1945 Colección Koninklijke Maréchaussée, organización, Recuadro Nº 6, Museo de la Koninklijke Maréchaussée. 50 En vista del riesgo potencial que representaban. 51 Los períodos del final de la guerra son períodos donde los esfuerzos de comunicación y de cohesión institucional y canales se multiplican (nuevos periódicos publicados, organización de ceremonias y así sucesivamente). 52 Nota N° 3745 al Estado Mayor General de la gendarmería, 19 de agosto de 1916, Moscou, 14a 5537-185 7236, MRA. 53 Nota N° 3745 al Estado Mayor General de la gendarmería, 19 de agosto de 1916, Moscou, 14a 5537-185 7236, MRA. Para la Segunda Guerra Mundial, véase Campion, Gendarmes Belges, 7-97. 54 Al respecto, ver las dificultades que las autoridades belgas tuvieron para adaptarse al acrecentamiento del tráfico transfronterizo al fin de la Segunda Guerra Mundial. Nota N° 51/3 de los cuerpos de gendarmería, 2 de febrero de 1920, Moscou, 1396-185 14, MRA.

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Por lo tanto, los gendarmes emplearon una lógica represiva en una etapa inicial. En este sentido, llama la atención al observar los avances en el equipo suministrado después de las guerras, que se centraron en la mejora de la movilidad, la motorización y la comunicación en general y, en especial, sobre el poder de fuego individual y colectivo. Esto dio lugar a una oleada de incidentes relacionados con los gendarmes o intervenciones agresivas al principio, antes de una normalización progresiva de la situación. Son marcadores que revelan una situación límite. Los extremos de las guerras, no importa la forma en que se desarrollaron, dieron lugar a una nueva codificación de las prácticas y doctrinas de los gendarmes en el tratamiento de las causas y los autores de los desórdenes. El grado de 'violencia' es lógicamente mayor que en tiempos de paz. En varias sociedades, los picos de tensiones se multiplicaron inmediatamente después de las dos guerras, con causas políticas, sociales y económicas mixtas. En la continuidad del período de entreguerras, el temor de las organizaciones de izquierda y de los trabajadores todavía estaba presente en Europa occidental, a pesar de la progresiva transformación del diálogo social. Así, las autoridades políticas y sus fuerzas de policía necesitaron contar con los medios para hacer frente a las protestas y huelgas. En este contexto problemático donde se mezclaban viejos y nuevos riesgos para el orden público, muchos eventos locales menores, donde los gendarmes no siempre ganaban la ventaja, se sumaron a los problemas más importantes y simbólicos. En noviembre de 1945, los gendarmes apostados en el campamento de Loches (Touraine, Francia), donde los refugiados polacos estaban reunidos, 'fueron expulsados del campamento tras ser golpeados bajo una lluvia de piedras y trozos de madera'55. Alrededor de 60 gendarmes tuvieron que intervenir para resolver la situación. En otra escala, en el otoño de 1944, frente a una 'estrategia de tensión' llevada a cabo por el Partido Comunista, las autoridades belgas temían un intento de golpe de Estado. En la 'primera línea', los gendarmes belgas estaban en una situación difícil y sobre todo tuvieron que abrir fuego durante una protesta en Bruselas el 25 de noviembre56. Los tipos de relaciones existentes entre los gendarmes y las poblaciones se redefinieron gradualmente. En un contexto de confrontación, donde el reequipamiento fue ilustrado por el deseo de los gendarmes de movilidad, la proximidad entre los 'supervisores' y los 'supervisados' se hizo tensa debido a la movilidad y la velocidad. Las patrullas se llevaron a cabo a veces con más efectivos que las tradicionales rondas de dos hombres. En el otro extremo, los gendarmes también se movilizaron para una serie de misiones estáticas que también remodelaron su contacto con la población civil: asegurar infraestructuras, cortes de rutas, vigilancia de fronteras y así sucesivamente. Por último, la dinámica de la movilidad y la puesta en común de los recursos humanos contribuyeron a la creación de una lucha de poder específico, en la que los gendarmes a veces llegaban a la frontera de la 'ocupación militar' de un territorio57. Si la práctica no era totalmente sin precedentes, los eventos experimentados durante las guerras influyeron en gran medida en las percepciones, tanto por parte de los militares como de la población civil. V. Conclusiones. Durante los períodos finales de las guerras, el gendarme remodeló su posición y la movilidad dentro del espacio bajo su vigilancia. De este modo reinventó medios para controlar un territorio y una población. A la larga, el tiempo de guerra tuvo una influencia real en la redefinición de la normalidad en las relaciones sociales. Esas evoluciones inicialmente resultaron del carácter paroxístico de las misiones policiales en tiempos de crisis, así como el impacto de esas crisis en el rol del Estado. En Europa occidental, las guerras y sus secuelas jugaron un rol importante en la ampliación del alcance de las intervenciones en la esfera pública, como lo demuestra el número cada vez mayor de misiones encomendadas a los agentes de la ley y el orden. Dentro de esta dinámica cambiante, la redefinición de la ciudadanía y de sus límites activó una reconstrucción progresiva de una unicidad institucional, territorial o política. Muy influenciado por los conflictos que terminaban, esos cambios también encajaron en una larga cronología de transformaciones en las prácticas policiales. En ese sentido, las guerras fueron ambas indicadoras y aceleradoras de evoluciones que a veces habían sido proyectados mucho antes.

55 Informe N° 1345/2 de la sección de Loches, 23/11/1945, 1A 493, SHD DGN. 56 Véase Warner, Crise politique Belge; Gotovitch, Du rouge au tricolore. 57 Este fenómeno no era totalmente nuevo, si consideramos las estrategias implementadas durante algunas huelgas de entreguerras.

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Finalmente, ¿fueron los períodos de final de las guerras rupturas por el control territorial por parte de la gendarmería y, consecuentemente, por el lugar de la gendarmería en la regulación social? En Europa occidental, un análisis cruzado de las situaciones en las que se hallaron las gendarmerías en los extremos de las dos guerras mundiales es particularmente revelador en cuanto a qué está en juego en las transiciones políticas: la afirmación de una autoridad central y la remodelación de sus campos de intervención y misiones; de su control territorial y pacificación de las relaciones sociales; restauración social y económica; etc. Como actores, testigos y símbolos de esas participaciones, los gendarmes estaban en el corazón de las transiciones políticas en curso. Por lo tanto, la gendarmería encarnaba debates, atracciones, aversiones y necesidades. De 1914 a 1950, se observó un proceso de crecimiento continuo dentro de las gendarmerías europeas, con picos alrededor de tiempos de guerra. Como las sociedades europeas se fueron democratizando (por ejemplo, la adopción del sufragio universal y la protección social), un sistema de protección del orden público gradualmente más importante y centralizado tuvo que ser puesto en marcha a fin de asegurar su regulación. Los análisis estadísticos confirman que esos períodos de transición fueron centrales en la historia de las gendarmerías. A raíz de las primeras fases de reorganización al final de la Segunda Guerra Mundial, la ratio de la presencia de gendarmes fue de 1 por cada 675 habitantes en Bélgica y 1 por 714 en Francia; mientras que en los Países Bajos, la del personal de la nueva Rijkspolitie civil, que se hizo cargo de la parte esencial de las tareas de policía administrativa y judicial de la Koninklijke Marechaussee, fue 1 hombre por cada 930 habitantes. Además de esta ratio, el personal de la refundada Koninklijke Marechaussee tuvo que ser tenido en cuenta (1.200 hombres al principio, luego 3.500). La última sólo llevó a cabo una pequeña parte de sus misiones en contacto directo con la población58. Desde 1914 en adelante, el personal siguió creciendo de manera constante. Por otra parte, este crecimiento estuvo lejos de terminar. Esas cifras confirman la diferenciación del modelo gendarmic durante la primera mitad del siglo XX. Ellos muestran el rol fundamental desempeñado por las gendarmerías dentro de los cuerpos de policía en Bélgica y Francia, así como las limitaciones de la función de la gendarmería en los Países Bajos, tomada por un policía nacional civil. Más allá de las diferencias nacionales, el examen cruzado entre las dos guerras y las tres situaciones locales destacan la transversalidad de la identidad y los problemas políticos subyacentes al modelo gendarmic en tiempos de guerra. Revela una percepción compartida de su utilidad en el final de la Primera Guerra Mundial y, por el contrario, el profundo cuestionamiento de su rol en el final de la Segunda Guerra Mundial, centrándose en su carácter global e ideológico y, sobre todo, en la presencia de los gendarmes en los territorios ocupados. En las postrimerías de las guerras, varias características de identidad de las gendarmerías 'fueron reevaluadas: su dimensión nacional; la multiplicidad de las funciones ejercidas; su identidad militar y su rol central en imponer el Estado. En consecuencia, esos periodos contribuyeron a los avances en la organización, doctrinas y equipamiento de los gendarmes. Más allá de oleadas y picos en la violencia, esos períodos definitorios, que fueron marcados por grandes cambios en el triángulo que une al Estado, el gendarme y el ciudadano, revelan un punto de ruptura muy relativo en la proximidad ideológica entre las gendarmerías, sus jerarquías y las autoridades a ser servidas. Si bien a nivel individual, los gendarmes eran hombres con sus propias convicciones, el mensaje transmitido al nivel institucional justo después de las guerras fue el de una aparente neutralidad en el servicio al Estado, lo que puede de hecho ser interpretado como una proximidad con la ideología dominante y el punto de vista de las élites políticas, administrativas y judiciales con respecto a los grupos de alto riesgo. Los gendarmes ejercían sus funciones al servicio de las democracias parlamentarias que excluyeron en gran medida determinadas categorías de población de la vida pública. Tanto en el lado de los gendarmes como sus autoridades, se necesitaría mucho tiempo durante la segunda mitad del siglo XX, así como nuevas crisis, para que el punto de vista progresara hacia una percepción menos negativa de esas categorías de la población. El cambio del servicio de policía represivo a un servicio de policía que sirviera a toda la población sólo vino lentamente durante la segunda mitad del siglo XX. Por lo tanto, a pesar de los choques que representaban, las guerras de ninguna manera representan una ruptura de la inserción social de los 58 Campion, "Rétablissement de la légalité policière", 43.

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gendarmes - ni en su dependencia política. Pero también es posible considerar la primera mitad del siglo XX como un período coherente, en términos de construcción del Estado, el servicio de policía y la regulación del Estado. De 1914 a 1950, hubo medio siglo de crisis con un alto nivel de violencia nacional e internacional, marcado por enemigos internos y externos. Este contexto violento es para las gendarmerías, como titular de la violencia legítima, característico de una etapa en su historia. Como hemos visto, en la segunda mitad del siglo, la situación seguirá evolucionando. Las gendarmerías seguirán involucradas al servicio del Estado, pero de una manera más pacífica y más concertada. A modo de conclusión, mientras que un periodo de fin de guerra indudablemente tiene una influencia duradera sobre el ADN de los gendarmes, su carácter excepcional y a-histórica debe ser matizado. Desde el punto de vista del gendarme, el período de transición debe ser interpretada como un proceso continuo encajando en una cronología más larga. En orden a lograr una comprensión profunda de la época de fin de guerra, debe reinterpretarse primero a través del prisma de la guerra, entonces la del período de preguerra y, finalmente, la del retorno a la normalidad59. Finalmente, solamente mediante el examen cruzado de las cronologías policiales y sociopolíticas que el impacto real de esos períodos puede entenderse en relación con los múltiples aspectos de la labor policial. Referencias: 1. Audoin-Rouzeau, Stéphane, Annette Becker, Christian Ingrao, and Henry Rousso, eds. La violence de guerre, 1914–1945. Paris: IHTP-CNRS/Complexe, 2002. 2. Bergère, Marc, and Jean Le Bihan, eds. Fonctionnaires dans la tourmente. Épurations administratives et transitions politiques à l'époque contemporaine. Geneva: Georg, 2009. 3. Borda, Xavier. "La naissance de la direction de la gendarmerie sous la IIIème République". Revue historique des armées 213 (1998): 41–49. 4. Campion, Jonas. "Le rétablissement de la légalité policière après la Seconde guerre mondiale: les gendarmeries belge, française et la Koninklijke Marechaussee néerlandaise". PhD Diss., UCL-Paris Sorbonne, 2009. 5. Campion, Jonas. Les gendarmes belges, français et néerlandais à la sortie de la Seconde Guerre mondiale. Brussels: André Versaille Editeur, 2011. 6. Campion, Jonas. "Regaining Public Space: Gendarmeries and Coming out of Wars (Western Europe, 1918–1945)" Paper presented at the 'European Social Science History Conference', Glasgow, United Kingdom, April 2012. 7. Campion, Jonas. De Rijkswacht 1918–1957. De Belgische Gendarmerie tussen evolutie en revolutie. Buren: Stichting Vrienden van het Museum der Koninklijke Marechaussee, 2013. 8. Cazals, Claude. Mission secrète en France occupée d'un officier de gendarmerie (décembre 1943–avril 1944). Ludres: Distriforce éditions, 2006. 9. Closon, François-Louis. Commissaire de la République du général De Gaulle. Lille, septembre 1944–mars 1946. Paris: Julliard, 1980. 10. Denys, Catherine, ed. Circulations policières 1750–1914. Villeneuve d'Ascq: Presses Universitaires du Septentrion, 2012. 11. Emsley, Clive. Gendarmes and the State in Nineteenth Century Europe. Oxford: Oxford University Press, 1999. [Ref. cruzada] 12. Fijnaut, Cyrille, ed. The Impact of World War II on Policing in North West Europe. Tilburg: Leuven University Press, 2004. 13. Fijnaut, Cyrille. A History of the Dutch Police. Amsterdam: Boom, 2008. 14. Gerwarth, Robert, and John Horne, eds. War in Peace. Paramilitary Violence in Europe after the Great War. Oxford: Oxford University Press, 2012. [Referencia cruzada] 15. Gotovitch, José. Du rouge au tricolore: résistance et parti communiste. Brussels: Labor, 1992. 16. Haberbusch, Benoît. La gendarmerie en Algérie (1939–1945). Maisons-Alfort: SHGN, 2004.

59 Como se hizo en este libro reciente, para el caso francés: Luc y Médard, Histoire et Dictionnaire de la gendarmerie.

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17. Keunings, Luc. Des polices si tranquilles. Une histoire de l'appareil policier belge au XIXe siècle. Louvain-la-Neuve: PUL,2009. 18. Lopez, Laurent. La guerre des polices n'a pas eu lieu. Gendarmes et policiers, co-acteurs de la sécurité publique sous la Troisième République (1870–1914). Paris: PUPS, 2014. 19. Luc, Jean-Noël. "Dénombrer les gendarmes: un chantier ouvert". In Histoire de la Maréchaussée et de la gendarmerie. Guide de recherches, edited by Jean-Noël Luc, 195–280. Maisons-Alfort: SHGN, 2004. 20. Luc, Jean-Noël. "La gendarmerie mobile, de la Révolution à 1968, ou la longue marche de la spécialisation de la police des foules en France". In Polizia militare. Military Policing, edited by Livio Antonielli, 235–249. Milan: Rubbettino, 2014. 21. Luc, Jean-Noël, and Frédéric Médard, eds. Histoire et dictionnaire de la gendarmerie. Paris: Jacob-Duvernet, 2013. 22. Panel, Louis N. La Grande Guerre des Gendarmes. "Forcer au besoin leur obeisance". Paris: SHD/Nouveau Monde Éditions, 2013. 23. Raskin, Évrard. Gerard Romsée. Een ongewone man. Een ongewoon leven. Antwerp: Hadewijch, 1995. 24. Thouvenot, Bertrand. "La gendarmerie française dans les combats d'Indochine 1945–1955". Master's thesis, Paris IV, 1991. 25. Smeets, Jos. Geschiedenis van de Nederlandse Politie. Verdeelheid en eenheid in het rijkspolitieapparaat. Amsterdam: Boom, 2007. 26. Warner, Geoffroy. La crise politique belge de novembre 1944: un coup d'État manqué? Brussels: CRISP, 1978. 27. Williams, Chris. Police Control Systems in Britain 1775–1975. From Parish Constable to National Computer. Manchester: Manchester University Press, 2014. [Referencia cruzada] 28. Wolf, Susanne. Guarded Neutrality. Diplomacy and Internment in the Netherlands during the First World War. Boston: Brill, 2013. Nota del Traductor: En Bélgica la Rijkswacht (en holandés) o Gendarmerie (en francés), activa desde el 10 de julio de 1796, fue la ex policía paramilitar belga. Se convirtió en una organización policial civil en 1992, un estatus retenido hasta el 1 de enero de 2001 cuando fue, junto con las otras fuerzas policiales existentes en Bélgica, abolida y reemplazada por la Policía Federal y las Policías Locales. [Fuente consultada: Gendarmerie (Belgium). https://en.wikipedia.org/wiki/Gendarmerie_(Belgium). Accedido: 20 de junio de 2015]. En Francia, la Gendarmerie Nationale (en francés) formada en 1791, es una rama de las Fuerzas Armadas francesas, a cargo de la seguridad pública, con funciones policiales entre la población civil. También contiene una fuerza de policía militar y un componente de fuerzas especiales (GIGN). Tenía una fuerza efectiva de más de 98.155 gendarmes desde 2011. La Gendarmería trabaja con la otra agencia nacional de aplicación de la ley -la Policía Nacional- y, desde 2009, aunque es una parte de las fuerzas armadas establecidas, ahora es una parte del Ministerio del Interior y su componente militar forma parte de sus operaciones y presupuesto. Tiene el mandato de cumplir con los deberes y obligaciones de seguridad nacional en apoyo de su ministerio. [Fuente consultada: National Gendarmerie. https://en.wikipedia.org/wiki/National_Gendarmerie. Accedido: 20 de junio de 2015]. En los Países Bajos la Koninklijke Marechaussee (abreviado "Kmar"), creada el 26 de noviembre de 1814, es uno de los cuatro servicios de las fuerzas armadas holandesas. Es una fuerza de gendarmería que realiza funciones de policía militar y deberes de policía civil. El Corps de Maréchaussée fue creado por el rey Guillermo I para reemplazar a la Gendarmería francesa en 1814. La palabra 'gendarmería' había adquirido una connotación negativa, por lo que Guillermo I llama la nueva fuerza "Marechaussée" (se olvidó el primer acento agudo en el documento). 'Maréchaussée' es una palabra francesa alternativa para el vocablo 'Gendarmería'. [Fuente consultada: National Gendarmerie. https://en.wikipedia.org/wiki/National_Gendarmerie. Accedido: 20 de junio de 2015].