GEORGESCU ROEGEN, Nicholas. La ley de la Entropía y el proceso económico, Fundación...

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C¿dfruro )O

LA CIENCIA NCdNÓIT,TICA ATGI.INASCo N CLUSIONES'Dn cnnÁcrnn GENERAL

rra ciencia. El cjemplo más elócucnte dc este inc¡nveniente es la conrro-versia rcbre los llmir gconomfa o, lo que es lo mismo, sobre loslfmitcs del pñIeso eco.nómico]

El problema fue impllcitarfue implfcitarhentc planteado por la cscuela histórica ale-

l. I¿¡ ümitcs dcl pncag-gconlglco. Con diversos grrdos de imporun-cia ré@tado un condnüo csrímulo en rodaslas csfcras del cmpeño incdgcturl¡desde la crfrica lircnria a la flsica pura,El desr¡rollo del pcnsamicnto cconómico, en espccial, ha dependido de laconuorrersia hasia un punro q!¡! ¿l no iniciado puodc parcccr exasperanré;.Sin embargo, es cierto que el csplritu djgtlt!3{ts con el que se ha¡r enfoca-do algunai cuesdones tirndaffinsüF'ñ p'criffido al progreso de nues-

E[ñbt.m" r" *.u*sar¿'1"-.i;íü9:con una cucsrión que he inren-tado esublecer a lo largo de qrg lilírd;iáftóics,:quc los lfiniü dc los obje-

ztos¡calqy,especialmcnredcaconrccimientossonTen:ilñ:bdi*l¿etiens..r./cDr(ro pf€c|sarn€nre I gug cs tmpoútDtc oec¡r, pgr crg.ff.¡plo, Clonoe tfnalga'el procesó qufmíco y dóndc comierua el biológico, nirslquiera las ciencias

Dr€c[arnence a oue es

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sitario dc segundo *r* "'f"*it

dcl t¿moso acerrijo d,e Sué succde a la

;;;-;;;i si un'liccncijo se casa "on

su Pe*one-' la economfa se cn-

;ü;; i;;.t.Iy to potitito' De ocro modo' ¿cóm9 podrfamos expli-

car d esrancam¡.nro .*ii^ico de Ie Ed¡d Media en Europa que ab1¡ó

;;;t;ll;rrio? ¿Cómo si no podrfam-os cxplicar las guerras sostenidas

cntrc las naciones eufbPeas por el conuol de los. mercedo¡ f- los rccl¡rsos

;;;ilIr" ;"riores asl toro tot cambiob tccnológicos inducidos Por.csta

tucln? O bien, ¿cómd poátittt"t explicar la rtttlnd" diFe rencia en el dc-

sarrollo económico .na* R"t¿'it" del No.rre'y l¿tino¡méiica -dado c¡ue

los recrrtsos de ia Naturaleza son igualmentc abundurtcs cn arnbos siúos-'

r;;&;.;;;; i" aettnti" en losÍactordsocieles v polfticos?

Recordemos q* r¿itiütátt"tt qu" oiqeiimuien u¡a interconc-

.id ;;;;'"r..iln¡.nto Uiológico dc la'csli .cdghti[rianey d' proccso gco-

ffiilp;Gi; gr,,]oi lo!.conorúüi han rcchazado su doctrina

debido a que hasta h"*;;;;; io n"n "i*

guc' a pcsar de su dcs¡for''

,,H:T3;Tilf.T#T';l Iiiil;k .!1nqu,

es¡l it'fttomtttt comprobndo' el hecho a" c* tot i|I factor€s biológicos y tcotrnico' Puci'n solapanc e interacmar de cierru

L fur;* sorpreádenres es poco conocidopor loscconomtstas'

En cl pasado, tu'niJü t"tft"t pl"cs atlmundo las colectiüdades

vivfan durante ,igl"' sii-J;gu"t "giáa¿n soc¡at de imporuncia' con' lo

;ffi: üü:üi¿-clascs ünla dempo pan curnplir eu efecto genético

casi por @mpteto' .;ñ;;ú;-""ñ L*tn ¿t las clases superlores -ob'

I*i¿" i"J,i" pá, ¡**-á"fihiÍ. Agunor pucblos del ?aclfico-. - tcncr

"*s;"nti."t ti',á"-Á" qtg lg-'óq3

-MuÁo "nto del conocimiento

'de le hcrencia, a *^-,ni'ia üntxtfi* 1v' ¡*tnce ocplicó el fcnómeno a

panir dc I" fase pu. menttt*p¡tica;'tóag-bufó al poder que los h3lUr¡sHdll,,

á*.t-l"plti"res tenlan pqra atn95,a fls t'át.!tli mujeres dÍ:t

p**#*T*,-ffitffi trf{'lffi""'"T+;#il"0*t l ."nditiuvó "

la elünción biffiáüc idoce d¿los treint¿ y. un

ilüñ;.t' át r;' ""¡l'- i"!ro' oqglpp,$*,los Pates-se^casaban

muy &éiuente..n,. Jl'lca' ht""dtru' ffiucitndo asf cn su sangre el

. sen de o* ..d*i¿"?ii-tilidfi apqtgl"i*t" cuarenta.anos después

e.iü;i;¡.i""i" ¿" c¿rcn;J' r' c"obl **{fif il fenómcno es mu-

dr9 más general. En unasociedad en la quc la riqrm' personal y el rango so.cial se encuentrar¡ altrmente conelacionadqo -como n¡code cn el sisrcira de :propiedad privada-, el gen de la reducida feniüd¿d ricnde a diñmdirse entrelos ricos y el dc la elevrda Énilidad emre los pobrcs En conjunco, la familia

9on m-u)r pocos hijos ascieode en la escala social, y aquella con más hijos quela media de vÁstagor descic¡ide. AI mismo dcarpo dado qu. norrnin.iitelos ricos se casan on los ricos, los pobres no puodco esarse más que 96 trorpobres. Así pucs, d rico se hace ¡nás rico y d pbre más pobre debi{d a unapoco sospechada interacción de ücrores económios y biológicos,. 1 /

.r f, En cohsecucncia\iel problema de delimicarl¡csfera de [a economia,'¡ ft - I

) ) incluso de una mancá aproximada, escá erü¿do dc espinas. En cualquier f V¡_.1-

| caso, no e6 ürn sencillocomo Pareto nos acucíaacrccr con su argumenra-l q" II ción de que, de igual modo quc la geometrla no hacc caso de la"qufmica, I l+

$

I la cconomfá puede prsar por ako, por abstncción, d homo cthict¿s, el homo\ ¡l )' rclígiwut y codos los res(¡nres huiincsr.. Ahora bicn, Pa¡Elqlrg cs el único

\ L*, quJ sosrieng que ei proceso económico rien iímitáíffiEiiii6o. t

iFmq¡"stun can o. \J las aractivas sendas abicrtas por los primÉros rnerginelisras marcrnáricos y l,I r l" que sc ha llegr'do a denominar habitud¡ncnú de economla estándar.

I Una formulació¡ má-s ¡ecicnre de esta posruri die que el ámbico de faI cconomla sc limia al estudio de cómo unos mdios d¿dos ie aplican a sa-,

I dsfacer Ftn$ dalott.Dicho en rérminos máscrpec{ficos:,en un dere¡mina-ido momcnro cn el ticmpo, ücnen dados los modios r disposición de rodo .

lindiriduo, asf como r*hn* ñrturos; ambién vicni:n dadl la! vfas (récni-

lc:s y sociales) en\uc esos mcdios pueden usarsc dirccta o.indirecramenre

fpara sarisfaccr los fines dados, juntamcnrc o por scparado; el objero csen:lcial dc la economle es dércrminar Ia asisnación dc los medios dados hacia/la sarisfaccióp óprima de los 6nes dadoJ,Asl es ¡;omo la economfa !c redu-

lcc a..la mccá¡ica de l¿ utilid¿d y dcl interés*. En cfccto, rodo iisterna queIimplique un principio dc conscrvación (meüos dedos) y una regla de ma-\ximización (str;sfacción ópdma) es una analogfa mecrn-ica,J

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-l W.;;;.. , .lztam n Pbr;"I"g, Ztolog, and the Natwa! Hiaoq of ian (Salcm, tft22),

pp. 389 y c Fnnci¡ G:lroo' Haliur! Gníw (L¡ndres, l869), pp. r3z-r1}.-pua una diccusión rmgh.tnl dt at¿ etcgorfe dc prcblanrs (dmntc ini¡¡uctiv¡ pn adokreudioso dc l¡ ..ono-f"),

ÉT l! A. FisIñ..\lK ercialTharJ {Nanral Scbctioz (Otror( iy¡0).aps. x ¡r xL Trmbién J. tt,

S.Htlúnc, Hadit),rnlPolidoNucr Yorü' I938), pp._l lBlys Eau.t:Jno-Lreq rparcntcmcn-rc ólo A C I'>igou ¡onró omicncb dc ll posihlcs inrimcciona aqc lo @¡ómio y lo biologico. Vrta-*.Eugcoic end So¡hc\flegc Problm an Esay in Ap¡lhd. &orcníogordr* ígZq, pplsUyt:

¡ Vlfrcdo Pareo, Mnxl d'lonomic poüriq ut (p atis, 1 92D, p. lg.t Cm mucho, la dcfro mcior anioledrdi esrc rct¡iaiw putodc vin sc dcbc a Uoncl Robbins,An üu7 on úc Ntwt an/.Sígnifauof &onomic Scitncc (2.. dr-Loodrcr l94S), p. { 6 y puin. . .

L ',.V-Hcnri Poinorl, TltcFwlatío*ofScrencr(Lanma,F¡., l9{O,p.ASb.p¡nuncx¿mcn' dcll¡do dc l¡ qrriq uelo6t¡ o¡,-,. a¡tr él sistcm" dc p-o\[rtr.cy l"i ccrrecionc dc L:gran-

.gc vÉu v. Parcto, rconsidcnrioni sui pincipii fonrl¡mcnnli ddl'omíi: potirie puea,, eiilngL r'lqli aruni:+ IV (1892), pp, {0gl¡.

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i i?'92. ?93

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ntsi;H:

¡1. Ahon bien, es posible que no puda nqarse ta acncia cconómica dc lapt 7 .l *W*ón dc modios dados pa¡a l¿ satif¿cción óptime & fino' dedos. E¡ s'

. f::l '\ foáa "b$racn,

al asigaacién rcflcia una pcmancntc preocupación dc -d'VJ \ ¡ttüü¿"o: f"-poco p,r"de neB'¡rdquc frccücotcrncntc d problcma sc ptal-

. lrea cn términos-conderbs y que "s

*rceptibte d" urü sglució¡ numérica de.

m lb¡do . quc rodos los d¿ros nccesa¡iós esdn realmenrc 'dahs.l$s recientes re-

I ,il lsdr"doi conseguidos cn esrc sentido siguicndo la qb¡a pionera dc T. C.t:J

lKooo*r* rn".o.tr la máxima alabanz¿ Sin embargo, por mr¡y vdiocos que

. l.ott^oos resuladoq e[ rruevo campo de la ingeniela ccondtnic¿ (o de la

if leconomfa cmpresarial) no aba¡ca la toalidad dd procco.económico.más de

i,il f lo qu. la agriárlrura'agora rodo lo quecs imponante eld caqpo biológico.(!"t

I 'eui.ñ

"p.er*rrite e añadir que la denuncia habinul dc la cconomfa

I es¿nL porll s¡mple modvo dc quc sc ocupa'dc *individuqs imaginarios

S I qu. ."ud.n " -..ádor

imaginuios con cscalas ya prcparadas de prcios

|,ii , I ,i. ofcrta y demendart er p"tónt ..nre rcrpc. Aun cuando ignore el C-am-

I bio, I" absuacción rro .s-*un privihgiun odiosumocdusivor.de Ia ciencia

I económicac, Dorque la absuacción cs la cscala más valiosa de cualquier

fli \.cUAiTru*ü*j ft¿"i*'*n.*ü d. forma convinccnts cn lu ciencias so-

üi ' -ciales Jlo m¿s indispensablet Ia gue en ell¡s J¿ fu¿rz¿ de laabstracción'

. debc compensar Ia imposlbilidad de usar microscopios o reafqiona qul¡ni-(¿s?. Sin imba¡eo, la'ta¡ea de la cicncia no consisre en rrafiar a la escala

i:ii más lácil y pcrñeriecer allt pára siempre dcsdando y volüurdb a destila¡

iijj la misma suitancia pura. Al oponenc a roda sugerencia dc q¡re el proccso. . económico pucda clnsistir en,algo más que un rompecrbga" con todos

7n su! clcmenos dedos, la econbmfa esdnder se ha idendfii:do con el dog-

':;i matismo; y esto gs un prívibgiun odio¡um quc ha edipsado.la compren-

.'ii sión del proceso cconómico allf dondc se ha empleado. - , .

| /; . Asl iues,rés por su dogmatismo, no Por su uso de la.alxrracción, por

r:-" . / llo que li economfe esrándar está abiena e la crltica legftima/l:'observa-

,,i tr ción casual de lo que sucede en la csfera de las organizaciones económicas,rj .o ent¡c es.r org*L.iones y los indiüduos, basa para desvelnr fienómcnos

. que no consistln en el tátonncrneztcon medios.da{os hacia fines dados de

:n uc,rerdo con reglas dadas. Dcmuescran, sin duda alguna; quc en rodas lasill ,i.i.ir¿o el ¡¡íd¡r,iduo típico persigue ambien .oriritiuuo.nr. un ñn ig-

:ii "o.lado

por la estructura estándan cl at¡-lncnto d9 lq Wc puede rcclamar

como qll r..qlta dc acuerdo coh_su siruación icua] r l_as n_or1as distriburi

art : vas, Eitla'¡ierseorción de estehn lo que hace del individuo un verdadero

' .1 , . , agcnte del procerc económico'. ¡ ¡ r . : . . . :

Dos soo los mémdos con los quc puede pcrsquif csfc 6n cspccffico.. pti---Bg-r.l+g", puede buscar forlna¡r con las que mcionr Euliutiaanefltc

':'-r:fr-i"^.-nC¡os q,tt ). posc'c. En éegundo luFr, iocdcihtuiúr aumcnt .r so' cr¡ota pcrsoud dcl stock o dcl Oujo de ¡redios socialcs, lo quc cquinle a .'cambiar les rclaciones dissibu¡iras dominanrcs Como dnsca¡incia dc 'que, induso cn una socieded socialis¡a, la aaiüdad individ{rd csd dirigidarembién a lrrgo plazo hacia csos fincs, cs-por lo que sc i¡¡cnan ondñua-

tura. i.l

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t. \(latcy C Mircbcll, .Quantinrivc Anrlyris io Economic Thcor¡', Antrtan Ecanoaic fuviru,)lV (1925), p,5.' rJoscph A. &Jru rryaa, Esals á- R V' Clcmcc (C¡mbridgc' Mu' J9tt)' p. 87.

' f rcf"ao r 6 pam¡¡ cd;cion dc K-l M s, GPiü lS wE Chiego. 193L1933). I, p. l 2'

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!,sa.razln-co-nsiste en qt'e el-¡irmo o'olutivo dc las.cspc,ic$, cconómi-cas (es decir, de loc,mediog los fines y las relacioncs) o,nu.ho más rápidoquc el de lu cspccigs biológicas. las r,especies, económicas son demuiadoefrmcry

:oro.p3{ que la agricultur¿ económic¡ ofrezce una imegcn iclc-vantc de ia realidad económica. Los fcnómcnos iibiutivos predorriinan entodo fcoómeno cconómico concrero de ciena i¡nponancial cn un qradoyyor induso.quc cn la biologfar. Si nuesr¿ r.¿A;dfi-th+ ;.';;,clementos se deslicen a su través, nos qucdamos sol¿rncntc

-n o¡" ,orn-

bra dcl fcnómcno concrcro. sin duda iguna, un naveganre no precisa có-nocer la evolución dé los rnares; co¡qo afirmó puero,lc baña án h seo_grafía ral'1 Pero miiopinión es que la ilus_inción.de pa¡eco no seruirñ d.nada si la geografflerrescre evolucionase ran rápidamente como la delmundo.económico/En consecuencia, es indiscutürc:qué cl pecado dc la{economía csrándar ¡¡ la falacia del equivocado or¿..}.";.il;; l;l ,/que \fhitehcad cnr¡Fn plfciro I

r : . , . | ,^ . . :1. . . .

. . ' 1".bú q-u:g-Fru l¡s obsmcioncs prccc&n(a on lu dc Fnnk H. KúStt, EtLio qf &npc:Pn

(Nu* Y_ort, 1935). pp, 58 y s Sinimbugo, -no.sroy s.gruo dc quc li¡c¡i"iüd locc¡óe.lsrr¡ b¿¡ ambc oimtb con Io quc Knigh llamad{nstioción dcl dcponcr-t Eao no cs lo-mismo_q* dccir quc d metc¡i¡l ccolúmico.¡srÁ cpr¡c¡ro ¡ i¡u¡ncosas patu¡bacio-,ncs, como lo dieJo¡sph .t&humpa-. r cn Buinn Cyla (Zrols., Nucra yor*. f S39ll,'r. iá. ót

ill: *"*o'*

-@rc, todq lctrómcDo @ncto aF¡Ecc ¡omido: inÍ.¡umcnbli pcnurbr-

t "Ptao,MwIvtO\, .

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E: iq:.1{.J

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mentc nucvos medios, se cr€an.nusüas necesidedes econóñlcas y sc intro-duql)rÁuc'ru norrnas disrib uti¡'u'.

, ,4¿, qe;úón es por qué una ciencia inreresada cn medios, fincs y disui- ibución cconlm¡cor tendrfa que rechazar dogmácicamcnc tetnbié¡r cl .rtu: \ 7,dio del proccso a cuyo rrav6 se crcan nucvos rnedios ;;rólli;r;";;, ñ- \ /9

na ¿conómico¡ y nuevas relaciones cconómicas.fralvee podrfa rcsponderse \ ,que. lo queJra dc incluirsc en el ámbito de crllquier cicncia op.á"I o un 'problema de convencioncs o de división del rnbajo. Volücndo a uo pala-lclismo anrcrior, ¿¡o cs cierto que la agricuhura constituye'ui empenopropiamcnte ci9dfirg

tlq disciplina_muy útil, a pesar dil haho"di que ,no se oanpa dc l¿ arolución bioldgica? Exisre, no oh*antc, üna razón muyirnponanre por la que la economla no puede seguir el :i.r¡plo dc la ag.i-

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l\ cuando x una enddrd real se la considen rinicamenie en la mcdidecn quer/(6 / q.-púe* l"r*á"[..r* [praelecrionadas]de pensatnientour¡.-

^ /

' \-/ . Én t ttorpecdva" parcce natural quc [o dcouncias de !. este¡ilidad del :i-

arsenal *stándar wiefan que proceder de hombrcs como Ma¡x y Vcblen,

más interesados en las tclacioncs distribudrt¡s gue cn las asignaciones eficien-

t& de los mcdios: la falacia dcl equivocado c¡r¿Gcr concfcto cs má¡ evidence

en el primer problcma que en el úldmo. sincmbargo, aufque los discfpulos

de Marx o de'Veblen prltendan reclamar rode la"gloria para su propio maes-

rro,r, los dcfpcoc dcl cnálisis estático que u¡v(r sl¡ origen en Ricardo fueron

scñalados -J.ho -*

dc Man<. J. B. Sa¡ porciemplo, én una carceftchada' en l82l adJ¿rrJ" a los contcmporáneos dc Rica¡do quc las gencnciona fu-

'ruras se rcirlaf¡ del rcrror con que' por ceút¡ dcl análisis tic¿¡diano, contem-

plaban cl efcao dcl progreso r¿ctri.o rcbrc d desdno dO los obreru indus-. i¡do". Cort o quiá qire sá,. cs cieno quc las lecciortes, posiblcmcnte lu'

rlnicas impgranria, sobic la mancra dc tr¿¡endcr eficazmente la estrucn¡ra

. esrática t "tt

pro.J¿o de Marx, Veblcn y Shumpeter'{',s¡n embpryo, no se dcberfa dcjar dc rccbnoccr cambién el empeño rlni-

co de Marshaf por infundir cicrta vida d csqudcto analfdco-de h econo-

mfa estánda¡.'¡ri"¿io ." scrio;:'mcdio cn bromt (como pra habitud cn él)'

Schumpete¡ dijo quc Marshall aquerfa <nr¡ña ambición- scr "lddo por

los hombres dÉ negocios"n't. No cabe duda dgUna de que, dcspu& de to-

do, erauna enra.ñi embición que Menhdl insistiese cn el respeto h¡cia Ia. relcvan ci¿.eovq.den¡cumbir al caráctcrdcsuépoca. Por cimr unosolo de

. lhuchos elosucntes cjemplos: fuc,Mantull guien demosr¡ó del modo más

incontrovgrliblc qrre'incluso un ioncepio básico comb la curva dc oferta

de'una indqstria Lri "rendimientos crccienú se desllta a tnv& de la red

"rr"lttica debido a que *rendimienros crecicntcsi ei urr fenómeno cscncial'

menre evolutjvp; necesaflamenre rrweniblc y posiblcmente nmbién irre-

vocablet6. $anball otpresó su respcto h¡cia d enálisis en muóas ocasio-' nes, Pero su .p.r*rni"nto sc daplcgó cn términos de cambio evdlurivo,

:. .n té'rminot dc un proceso orgánico, incycsiblc'"". Ahor¿ bieo' Schumpe-

ter on¡inuó dicicndo que *la visión [dc Manhall dd proccso económico, ,sus mémdos, sus resulmdos, no son ye los nueÍrosr,¡t. Vrniendo de un e¡o-nomiÍa en.cufá obra la evolucióni<icüpó une posición pmminenre, esrariltim¿ obscrvación no pucdc romarsc más quc como un vclado lamenro.t^ go4o mcqres -<omo üonel Robbinr quc dcspicran cn riltima ins- 'mncia dcl <sueñb dogmáticor't corxdmyen, por dcsgncia raras excepcio-nes.

En lo quc se refiere a la c¡,¡esrión de dónde deberían sirua¡se ¿decuade-mentc los lfmircs del proceso económico, no conozco una rsp.fesp ¡n9jorr, /quc la dcfinición dc Marshall dc la cconomia como d *tuáio ¿e h úql rrzmanided o¡ los asuntos orrdinarios dc la vidarr, sicmpie qui no sc iruist/en una interprqción a¡itmomórfica ile cad¿ drmino. lns cjcmplos y lasobsenaciones pitsencados etr esta sección deberfan bastar para tqazar la pb-numbn dialéctica de esn ciencia

2. ¿Por qué t1o cs la ¿conom!¿ un¿ cicncia ¡córica?Mo d mundq usa lapalabre (taotfal cn rnuy diversos sentidos. Ásf, cn un sitib Sdrumpctcr laudliza con cl sig¡ificado de .c¡j¡, de herramienras analfrii¡t'¡. Pero,i us4'-lo dc forma dirfiminada, el té¡mino denoa scnerelrn€ntc un edificio ldei-co. O bicn, tal como lo he erpresado cxplíciaincna (QpÍrulo I, Sca¿ió¡i?,anrcrior), tcorle significa un e¡dúvo lógico dc rol¿ onocimicnto cxiitenreen algrin campo panicular, tal quc roda proposición conocida se er¡cuenrrecontenida en el fundamenro l8gico o pueda deducirsc de é1. Que semeja¡rte

T.hi* posee d mérito únicote oÉecer comprnsibililzd es un leisnorivhercdado dc A¡istó¡eles. Sin embargo, no se ha precado casi ningpna iten-ción al hecho dc que no puede haber com¡rensibilidad sínla capotidad dzconprímir el conocimiento c¡ristcnte en sólo unas rclatiramenrc pocas prg- |posiciones.drt Si nuesrro conocimiento de un campo dercrminido nó'cscomprimiblc, csro es, si su a¡chivo lógico da como resuludo un númpro 'cnormc de proposiciones-a, no se obricne la comprÉnsibilidad a¡istotéllca-He ilt¡stmdo esre punro en ¡dación con l. qufroica, ciencie cn la que, debi-do.a l¿ Éecucncia de la novedad por combiñación, todo fundamento lógicodcbc contehc¡ proposiciones mucho óás nu¡nérosas que'las.de h clasorp.Por estami{ma ruón, un fundamenro lógico de Ia qufmica tendrh guc *-ter continl¡fmcnie .en consrrucciónu. Evidentemente une ceorl¡ qutrnic"no (endría inrcncionalidad algrnaz- lo mismo es aplicable induso cbn másintensidad. a cualquier ciencia gue se ocupe de l¡ evolución, pues cl csceffr-rio dc [a cvolución esrá dominado por la novedad

" Ibl¿rr.n. " ió Corc lo rdmic Uoncl Robbins dc I mismo cn su Tk Enmni Pnóbn i¡ Pcau anl Ws

fuodrr+ 1917), pp. 67 y r"r'.r."uifpi^plip. Ltt Sdtunpliu, Esq*p.227, . ,! Vásc d Gpeulo V, Sccción l, r¡tcrio¡.

" Alfrcd Ni¡ú \¡lf,i¡chad, htcat and RcalityAa Eu¡ h Coniobg (Nuoe Yot( 1929)'p. I I..

. ,¡ por c.icmpfo, IGrl KorÁ,, IQrt Man (bnds,199,9. 156; John S. Grmbs 8ryalSrp¡f

¿nd Dc¡unl (NiaYorlq t9{O, P. I 0.u J mn-Baptirrc Sey, btcn to M r. M a h ln¡ Num Yu/k 1967), p' 7 0',,'Co^o nb.^ ¡oáos los cconomistas, únimrorc Sdnm'..c¡ no fortnó cscude alguQuicro

obr"*., io ob,-tc quc loc i¡uritucioo¿li¡t¡ ¿r¡rrielS psc e rdem:r a Vcblcn com l pof<e'

hen ho.drdo poo dc b, epenc dc un dcsdén egcire hxL h <corfel' Sce como s' Pnl T' H1

m*. cn ¿" ipbois.lof Imdtu.iomi Eonomio',lanio Econonb Railqffil (1932)' pp' l0-

t7. ha o¡s¡do ót¡lmoapordto d problcma phrucedopcVólo'"' ;li'li,r- F.t**t', f^ é|"ot no*i,¡^N*i. v-L' rssl):P' vz''

"'ÁelJ ftl+rf,rq'hi*ipb of Eawnia l8:.dir-l'lrrv¡ York. 1924), P' 808' Vés trmbién

Schumpacr, firl¡ P.t3td,Y KñidÉt, Erhío ofcen¡a;íonpp' 166 y s'

't Sc¡umftcgr, Tar Gna Eorcnúr, p. 101 .

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ffiFR

FfDcspués de io que hc dióo sobre gl alcance dc la cconomfa, la res-

pücsa a la cuesdón que encrbaa csta sección es -q

evide[tc que seguir

. ocupándosc de ella podrh pareccr superfluo. Ahor¿ bien, Stno está muycompanida la opinión de que las proposiciones rclatiras al fimceso econó-rnico pucden organizarse.en una teorla, parecc instructiro 4qalizar breve-rncnte las a¡gumentaciories m.ás dcst¿cadas presentedas en tuidcFensa.

' L¿ arguírcnnción más antigua, y ,.tttLién la más corri[rtementc es-grinida, cs que la economla h¿ de ser necesa¡iamentc urn cicncia teó¡ica,puqs todo fenómcno ec¡nómico se deriva lógicamente de {n puñado de'principios elemcntalcs. la ida sc Tcmonta a la escud¿ oUsi* qu. enseña-ba quc rcdos los fenómenos cconómicos se fundamcnt¡n eri .el deseo deriqucza.'r que caracteriza a todo rindividuo en su sano jrúciol, y están regi-dos por dos rlnicas leycs gcnenlcs. Ia primera es quc rune güra$cia mayorse prcfiere a ocra más pequeñar; la scgunda es la propcosión ¡ ob¡ener <la

rnayor canddad de riqucza con d mfnimo trabajo y eacrificibr8. A esas le-yes generalés, los marginalisus afi¿dieron dos principios de qontenido mfusustancial, los prinüpios dcl dec¡ccimiento de la uüd¿d mápinal y de losre¡tdimlentos Áecrecienter. Pcto los economisa$ han continh¡do afirman-do que los fundamentos dc la economla nos son conocidos idmediatamen-tc por la intuición, de dondc sc deriva 9uc'¡u vcrdad pud4 creeise (con

. más confianza y ccnidumbrc quc-. cualquier afirmación +fre cualquierhecho o acontecimiento flsiona- rtí¡ más imporunh cs la'$retensión ileque, en vinud de esra espccid piopicdad de sus ley.cs fund¿mentdes, lacconomfa es la ciericia ddluc¡i^a par cxcelbncc. En conscrr¡cncia, todas lasproposic iones económiqaí son vál idas en cuelquiqf escenar ioin¡tirucionalú.

No cabe duda algufa de quc diffcilmente puedc Pensusc en una tau-tologfa más evidihte (ue el principio *Cada indiuiÁu anúa como d¿tco,'6.O bien, al como;la mismaidease exPresa'en jergampdcma todo el mun-do acni¿ de fq¡má que se muimice su satisfacción cn oulquier conjuntodado de circur¡staícias. Evidcn¡emcnte' ss ran absudo ts:fls¿r cn un indi'viduo que prefiera ser menos fdiz como imaginar un oqfti$tero cbn cin-co- lados..Es cierto que una vida de aus,:lid:l matuid y- pc",$ga-qión de sfmismo sigue geprescnando la mayor felicidad pan quictl ha elegido ser

: mirnje; y absoluamenté nadic puode demostrar qpc u¡ nionje es menos

fdiz que eJ ri ,cq.!,07 viaantgue disfrua de todas las riqucza¡ | frivolidades

. 9 John Stuen Nfill, A $yun ol l4it (8¡ cdíe, Nu*a Yorh I 87{)' pp. 623 ¡ s.; Knighr, Ethic¡ofConn*ion pp. 135 y ss,

-' , Ér"nk H. ihight, On thc Hüurq al M4d of Ecnomia (Ching,, t95O, p. 164. También'

VJanlgJcvo rs, Thc Thcory {Politial fuwn (4." cüc., lnnd¡ts, 1924), P. 18.;Vásc Jmru, Thcorl, p. l/,k;$r" fu;a of Comp¿iioa pp- lll'y * ¡ 2o;a

.. . .lIrvingFuhcr,'Ma¡Iczu¡kallnaig6*ñh¡hcThcoryofVafuadhiu$sHavcn, 1925)'' ' p.lliPzrea, MattrcL p. 6L

.del munó. Por or¿ p¿ure, comparu d principio de máxima satisfacción'- óqqr.Lqdg-tgr-?nrmeción sobre cualquie¡ hccho ffsico 1¡ozrztor es una

propucstl..inútil, erno ser que *sadsñcción, se'describa'dnbiéii de forma. ',

más conqct¿ , .

r¡I : .1

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f ii , fi.j '.1l.-i)

ftdl : , : .JL::i

l,,iii , 1¡t,::i

El último regLisiro es esencial. NisQuiera la teorla $fÉnder podría ig-nora¡lo¡,ru'ediñcio teórico no sc consmryó sobre un cohccpto gencral yvago de sadsÉccjón sino sob¡e la proposíción especffica de q,rc sób aque-lbs bicxa y nticíos dz quc pucdz ditfutir paonalmrnte b¡ indiuidio in-

flu1n cn-a ut'r{rcción En consecucncia, en le rcorla oqrdrt la optimi-dad cs sohmcnrd función de las candd¿dcs dc ules bien* jt scnicios.

Como ye he afirmado en orro lugaP,, esta fó¡mula cohcrca rcfleja unrasgo inaiarcio¡ral propio (¡ pósiblcmente, ambién *pecífico) de lasgrandcs c,o¡cdividadcs urbanas de las sociedadcs indusuiali:adas. Lo mis-mo es cic¡to dc oro pilar de la rcorfe adndar, la proposición dc guc, paraun ve¡doóg, la uganancia> se midc únicamcnre por el bfneñcio monsa-.rio. Ahor¿bien (recordando la protesa de Marx),

-la razdn burgucsa [no]

' .es la nzjn humena normaluz'. Corno Io resaltó cuidadqsatneorc-Ma¡shall,no es la raóo gcncrai ni siquicra cn la sociedad burguüa?.;,Mucho menqspodemos cspcrar que sea válida en rodos los esceñerioi {nsrirucionales.Rcalments cr¡ las colccdvidades campcsinas la fclicidad dei ind.¡viduo dé-pende no ólo do las can¡idades de biené y scrvicios que Ésdn

" ru lirpo-

sición sino ambién de ouas variáblcs sociala, y la ganaricia depende deotros ñc¡onsademáEdel beneficio monera¡io. ,rj ,

. Por coosiggiente,[a afi rmación lc quc,los iprinsipios fundamcnrales dá"j.. la economñ sori universalmence válidos püede ser ciera ú4icamcnre eh lo .quc se rcfiec a *y fofna.sin crnbugo, su co,ntcnido.vienc determigado pot j

.un conrc¡udo tnsütuc¡onal dest¡lado dc los parpnes,culrurala de una so- Iciedad buryucsa. Pueden estar llenes sólo parcialmente, como es cierta- |mente el caso;.en cfecro, muchos rugos de úia sociedades se han occlüido Iporquc no esaban del rodo maduroi cn la época ep que se pusicron los ci- |mientos dch reoría estáhdar, y or¡os porqui iio puedin .nl¡r* en la es{truc¡ura ¡riunomórfica que tiene neccsariamenre urra teorfar. .

\

: :ITT¡iTlyry and Agrariu n Eonomio (t960);S.ccitn tll (2), rcinpro a ,{8.ú Kd l,la, A Cottibution to thc Citigtc of poútiul ü:norry (Ch¡ego, f m4.p. 9¡." MúfuE,hircípl4 pp.762-y ss. i.t E booe ¡&h¡f¡ rcncr diFrcuhad alguu cn discubrir la razó¡ po¡ la que las oodusioncs o¡c-

7 crcmtcr ffiaa ftad¡¡ncntalmcnrc dc las d-c rrgunes co"o.¡¿"r ¿in"io"., ¿i ññ;b¿;¡,;mo lr dc lGi¡!. frlit.of Cnntpctirion, pp, ¡35 ye, oJ. H. Chphem,..Of E¡npty Eommic Boxa,.

;low.rfndt$l,Sl (1922), pp.3!93l,l. los¡u¡ors opian cioroido, orunddo p.rc-' tiano, signifiaú d coniunro dr rod¡s las ñucionc.c¡¡¡ndu ic optimidd y dc pmdución.

el escena¡io instirucio'al, y sin esicontenido institucioql los principios ino son másquc ,rcajas vacías> de las que solamentijpodemqs.obü", ein.- I Cf:^,*": v¿s.

FSr{) ¡ro qurere occu que la reor¡a estano-a# operc con (ca_ | ...,-njas vacfan; por ol conrrario, como hemos visro, e¡as caiai *ún llenas de i

" , ul gol,.*¡do insritucional des¡ilado dc los parpnes,.ulnjr¡o d. un. ,o- j . " i

itñi. .ir:.1'l¡ ; i l . '

i i : : l . :I . ;I . : j .

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'.Voy a rcpetir aqul un FtBro desecado cn d tnbap dnrlado .Eibno-. mic Theory and AgUrien Eonomicsr (l 960),. reimp @ ar mi Ana$ticalfunomics. Dcbido pruinncarc a que las cajas de h tiJrh estánda¡ esu-b¿n llenas ya. de un coamido insrituci<inal espcdficq cs¡r reorfa fue re-drazada por.los estudiosos dd proceso ."ohómi.o cn esccnarios no capita-

' listas. Los ejemplos mls dcsucados son los dc la espucle histórica enAlemania y de| Nandni&tn (populismo) en Rusia- Apear de.ser tan im-portante, este pun(o ho ha ¡ccibido más quc una afépción ocasional.Marshall se cuenra entrc los pocos que reprocharon ¡ bl cconomisras es-dndar haber desarolldo.sus teorfas sobrc la suposiciilh rjcica de que el

. mundo se hizo con lol hóiunres de la ciudadnr,. iin ahbergo, ni siquierala ccnsura de Marshdl apunraal problema real. .

. - Ningrln eponomisa, ni siquiera un Ricardo o un.Valras, puede ser

arlpado dc n{ haber consruido una teorfa ¡arírcnu y vdlída para todosIos.csccnarios lnscir,ucionalcs., tr¿ sociedad no es una cndtj¡d inmurablc si-no que evotuüiona cqntinruncnte en formas infinias que difieren tnntoen el tiempo pomo cn d csprcio. Por consiguienre,. o normal que rodognn economi{fa.haya tenido qu.ellgnar sus cajas analfticcr con un conreni-do instituciongl.inspiredo cn los modclos culruralcs dc la socicdad qucrncjgr conocfl¡ aquellt en la quc vivfa.

lJ,a profeslón de economista $eberfa aceprar con inmenso orgullo laacusación de oporrunismo pcácrico.lanzada por Bridgn¡zntr. En efecro,.hu-biera sido mupho más lamc¡rable que Qucsnay np hqbrfsc csrado inrere-sado en los.p¡pblema¡ @nómicos especfficos dc la Fnruie del siglo wrn,que Kc¡,ncs ng hubicsi oq¡diado los problémas cconómlcos de las moder-nas organizacippes est¡ulcs, o qué ningrtn economista o¡tcmponínéo hu-biese esrado agaldq por d problcma dc cómo daauo$ar las economlas'atnsadas; quc as e/problcmadc ngesrra época. En conlectencia, el econo-mista cstánd¿f no puedc cr acusado, como t¿mpoco lrürx, de consrruirsu teorla de acuerdo con cl modclo dc la sociedad cepinlista. H pecadf, ¡ /monal del economista ad¡idar es de. otro.carácte$ corno nieEa la necesi-' 'l

dad de présar atención alguna a los asp.cto, *olud"* d.I pr&.so ..onO- | ,4<dúco, se ve ineludiblemcnte obligado a predicar y a practicar el dogma de | \quc su teorfa qf válida cn td¿du sociedades¡'. 1

¡'' M¿sh¡f l, I'ríeeiph p.762,n P. V, Bridgmrn , Rctlca;orc oft Plryüírr (2r cdic., Nucy¡ Yotk, l9J5), pp. 413 y s.D Para scr justq bn Marr, luy qrc rubr¡Fr quc nuno compnió csu gctun. Por cl contnio,

M¡r¡ rc¡altó cn refgddas ocrsioncsqucsu endisis sc ¡c6crc únimaJsicm opiulistn p. cj.,l'lan, Citiquc, p..269. Dc igu¡ rrdo, f¡¡c co¡rscicntc rid hcclro dc qu ls d'É*rci* orrc lu scuc-ler rconó¡icas franocsr y alcm:r tnn üleio dc las difcrcnci¿s in¡inrio¡dc¡cik-cntcs cnrrc los rcs-pcctivos pafru. /áü, p. 56a Sin cnhgo,d 6n¡J, M¿¡x comctió d gnn aror& crrcndc¡ indiscrir¡i-

' n¡d¿mente les lcyes dc un¡ cidd a¡irdLa e le cconomh dc ¡m sir{rd ¿grfol¡, ru¡d. Vá¡c lrScaíón l(2) dc mi qbrjo rcimprcota{,.EconomicThory rndAgr{üEEóoomic" (1960).

400

l¿ cclebénima Method¿nstreitcsruvo aparcnrcmcnre ce¡rrrad" .o l". T:todoloqfa pcrr, como tendrh quc haber quedado claro e panir dcl urá- ' '

lisis preccdoue en d fondo la Srtir(cs diir,la dispuu) girá en torno a Iapretensón de que es posible construi( une reorla cconómica univcrsalmen-tc r^álida. los adversarios de los ricardianos sosrenfatr quc cristc una Gren .Andnomia enuc.esF prerensión y la escncie evolutin dd'proceso econó-mico. Como ecabamos de ver, Ios economisus e$ánder, poruu pr¡t , ,.arhchen¡on cras la posrura dc la b,asc díreaamcnte intaitivadeias leyeseconómic¡s ñ¡ndamencales: Pero otro inrcnto desacedo de ¡esolvei laGran Andnomia procede de una base oüaiua, en esencii se trera de unadoctrina qulmica de la socied¡dx.

U¡a d'ocsina qufmica.6rm",.n primer lugar, que todas las formas desociad¿dcs pueden anClizarse objedvemene c¡i un n.imcro fiiriro dc elc-mcntos inn¡urables ¡ en segr.rndo lugar, que una sociedad puede no poscermás propicdadcr quc las inhcrenres a sr¡s conponcnres ácmcntales. ¡stpucs, le Horda Dorada, la ciudad modieral de Fiorcncia, la Suiz¿ dd siglolu no scrhg difefentes <animalesr, cada uno con su cornDorr¿micnto esie-cffico, sino rínicimcnre cógrc.fc más fueneso más sruvcs que pueden .án-seguirsc a panir de una lista finita de ingredicnres.

Debemos a llalrer Eucken la más corivlircente elabonción dc unadocrina qlftrq del proceso económico. Afiirna que los ingredientes eter-nos dc.codo. sisr-{ma cconómico cacn dcnr¡o d. rres ca¡egoii"s: el'control(cenrral o pfuralisra), el mercado (con sus forrnas $d4d.) y las cgnvcn-ciones monéta¡ias (dinero-mercancíe, crédio-qnerancfa, .ráiro-*on.ta-rio)t. Tbda ponomfa no es nada más que h übmbinaa¿n dc csos ihgre,'dicntes, uno de cada categorla. Lo único quc prccisimos saber ei láfórmula ombinrtoria especifiq cn cad¿ c¡sqóruiicndo.

A fin de aclan¡r csur posrurá cpistcmológica, Eugken recurc a una ana-logfa: las obras de los compósicores, pesc . s.. dif.r.nrcr, se han creadoucombinando enrrc sl un número Limiado de ronos quc todos ellod hanutilizadorÉ. [¡ elección es, cmpero, exucmadamcnte dcsafonunade," puesa. t¡a.vés de g¡m analogfa Eucken deja'incoruciincemenr€ d descubierio radebilidad fuHda¡ncnul de todas las doctrinas qufmicas de la. sociedad.

, I"a1 esela musicales han.evolucionado y a.lgunas nuevas siguen esmu-

do en la rcscfy¿ para nosorros. Además, la qrúslca requicre insrrurnentosi ,

de.los que 4gpf,or se han invgnado induso alo la.eo dc nuestra *.n.o-ción. P.or conriguienre, es nororianrence Élso decir qie todzlam,isá pue-de andizarse cn un conjunro dado de tonos y en un conjunto dado diins.

"Á^}.'1 P\ta ' t l

¡ v Y&.:ás a.ibr. Gpftulo V, Sccción 2: En rcrl¡d¡4 cl sd¡mho .qul,oi¡" ni o

"propi"do,<¡mo ¡c vcrl ¡ho¡i

¡ I Y1,* etn, Thc Faadaiow of Eononia (lnadr.e', 1950), prm III, ap. ii.r lbil,pp.EGy *

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i l ,

Elt'lfi|ti!tt$.1

' .' 'tnrmcnto!. Pcro cste no es el defcco más importante dc un¿ docioa quf-

rñ ¡nica-ll:A f' A iuzeü;.por to'qüe s¡bcrnos, cs inconccbiblc une¿aivtded sin un

tü | ;,g.ntc d"--o-t ol; l" eristcncia de los mercados se rcmo¡¡El a los dbores de

I la histo¡i¿; dgunas fo¡ma¡ de cmpresas capialistas y de dinem se encuen-

- f ,.* hasa en les sociededcs antiguas. Sin embargo, la a'idcncia de la pro-

fri'j :-O

I posición gcncnl dc que ¡oda cconomfa sc comPonc dc coouol, mercado y

Wi UP I convcociónes monetarias puede ser peligrosament-e seductor¿' porque, al- | mcnos par¡ todo cl que no csté comprornctido con la ñlacia dc Ie concre-

rr¡ | rización arónca, es igualmentc oridüte que esra fórmula dc combinación

l,':i 'l no consigrrc describir ni siquicn parcialmente los aspectos bscnciales de'r:ii L r¡n¿ cconor¡Ia existente.

Tal como tuve ocasión dc obscrr¿¡ an¡eriormentc, tdq óompuestoqufmióo tiene algunas propicdada no posefdas pgr iringunb. dc.sus cle-

. mentos; adcmás, no eciste ningrtn principio general q vinud dd cual se

¡lucdan deducir todas las propiedadcs dc un compucsto e panir de su

fórmule oulmica. Si esto'¡o.fuera asf, serla'un iueio de nilos (como su-brayó P.'éilé¡it'^ úñ ¿bntcitó üiferénte) pard el ciÉntlfilo nioderno, quepu.d.

"orrr., los protoncs cn la rctalidad-del universó, halfar por medio

ilet Alotlo las müchas de color ile un pájaro de Nucva Gtrlned'. Dadoque la.docuina ,,qulmicai iro consigue funciona¡ en el-campo qufmico,

serfa inscnsato coñra. con sü &ito ón las ciencias sociales, donde el nú-. me¡o de compuestos es casi ilimitado y la calidad domin{ la cscena en

un grado.incomparablemcnte.lyot qu. eri el campo de lhrmateria ele-rnentel-" . : ' :1 ' r"" ' : , ; . ' ' r ' ' " l

l¡ la mirma conccpdón no le fue ra¡r bicn cn I¡s cienbias sociales, ymü<:ho ¡ncnos cn,Ja.co-nomfr: Al scr la taree dd economisuá d csrudio deun prciiasg;gücr$cqucnfficntc o,oluciona eotcs.dc quc él puctli inniplc-u¡ su for¡nación profcdbnd, es normal que csté mfs scdicjco quc nadiede la objerMdad de Ia ff*i,a dásica" Por ciemo, rcrnclante sr,d sc hacc aúnmás acuciante'cr¡ando s' alimcnada por proposiciones {uc des¡fian aoulquicr álgcbra como ¡ucode con cl principio dc guc.la.Socicdad no esuna suma dc individuoq¡ Hay que observe¡, sin embargo, {be esto es qnamanen.basmntc dcsafortlrnada de dccir que la rccie&id tietlc propiedadesque no puede tener d irt{iüduo 2or r/ mi¡mo. Puedc quc puaca supeifluopara algunos y ñiril pan ptros scguii haciendo hinapié en ff,rc punto queesrá ahora crisulfüdo ch l¿ filosofra dc Ia GesalC'. Cu¡iosattrente, la opo-sición a csn ñloioff¡ sc dlcuenrna basnnte más difundida ehrre los cicnrl-ficos socieles (y, cyidentriúrenr€, €nue los filósofos de tcnderitia positivista)que enüc los cicpdficos dc la Natunlez¿. Ma,r Plant por ejcmplo, reco-noció abicramerite quc.C,todo nr¡ncl es simplemcnrc iguál a la suma desus diversas partesr{|. H.\üeyl se puso roalmente de pane dt la idea por laquq H; Driesch luchó mndr¿máricamcnte. Veyl noJadviene que inclusoe¡ cl mundo ino¡g{nicd -sin o(cepilar, la fisic¡ cuánrica-, ries.jmposible

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en cl mundo ino¡g{nicd -sin o<cepruar la fisic¡ cuánrica-, rres.jmposible Ideducir el esndo del tcdo a panir dcl estado d. qn p*oo,rJTomcmos.una mclodla, cl cjcmplo dásico utjlizadci por C. von iihr.qf.lípara ilus- .rrar lo- que significa la Gátal¡. Los críticos de la Gcsralr sostienen que unameiodh no es sino un¡ ¡tcuencia.de noms idenúficablcs, c¿da uná de hscualcs tiene una oriste¡rcie indepcndienre debidó a guc, ya sc las roque enla melodh o solas, cada nou suina siempre igual. Io que inqplicablimen;te se rucgan a vcr cs quc h secucncie tiene una cudidad 0a $cstahqualiUt)quc no posee ninguna nga por sf sola: la propia mclodíar{. Indudablemen- .tc, encontnmos h Gesald hasa ca l¡s marcmáticas¡ cn cfecro, un númerotomado por sl solo no c¡ hi racional ni iiracio¡ul, ni es continuo o denso.Sólo un par de nfmcros pucde ser ¡acional o irraciond. Cuahdo decirnosque A por éjemplo, es irncional, de hecho detimos que lo es el par (1, zr).I.SuáJm¡nte,¡óJo un conjunm de.nrimeros como i¿n iú porerla cuatidadde condnuidad o dc dcosidad Td.como enséñó l¡ibnirz, en la noción de

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" H.V./f' fk.ON^Vo&N..'gUr*", ¡g¡2), pp. 55 y s. Algu* üurr¿cionaqrno¡dimü-¡otc. inrcrcnnu dc h c'c¡nf ca our¡qur¿¡ dc.'roc¡iárics¡ lrs pópo*iona uno dc ro¡ fund¡dorcs*.Ld*_"i:.V"¡ff"Slíóhlc..phpial eartr¡qr (¡920),m joqc¡oo(of Gatattpryhabg,cd.fJlk'pp. I7-f. :

I Mulfm-hcimc,.Gc*drTlcorp (1925),ca Soa¡ct Boohf¡ ciadq p.4.

('' Es da¡nence sienificativo que uir maternárico modemo, ho uo mísriqo

\¡nedic,nJ, planteara-la siguiinti crrcsción demoledora: ¿cómo puede un na-

lruralisa qüe ha estudiado qdrrsiramente Ia composición qulrnice del cle-lf"n,. oÉ algo accrca dd componrmiento de ese'animal?s. Ahor¿ bien, a

$o.. d.l .r..ícnte tributo que'pagF aI conocimiento qufmicb, la biotogfairo apcró la intervención dé un inrruso para rechazar la docuina qufmica-Comó nos enscña un prcmio Nobcl, para la biologfa niodcrna .un gen es

.*ocldo por su rendimiento y no Por sus propiedada sustandv4pl?. Estasencifa- afirmación.,cs le fenonificación de Ia nue'¡¿ conccpción biológica,quc !¡{:ltegadoia'éo-nocc¡sc como cpistemologla dcl o¡gaaismos- Se trata,Ce un iabqóci¡niento tardlg de la ercistencia de Ia novodad.por combina-ciOn, pr-o Iifre dérqg¿io trasfondo vislista.

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"'' d¡ lrs parus a¡endo rc l& ónride¿ ¡isled¡menrCt. Vplvicndo a dg¡rnoscjemptoo dementdes del campo soci¡k aun cuando cadp p"lg"d¡ de los es-

' tragos causados por üía muchedurnbre pudiese achaafse a tm acro de aI-grin individuo cn parilcular, un individuo por sf solo dunce pudc dcsple-

. gar las'pmpiedades ctrhctcrlsticas dc u¡¡ muchedumbte. Ni tampoco unsimplc individuo pu{e tener todas las manifestacionp de una scca rdi-giosa, ni las que obsérvamos en los renacimiehtos religiosos. Ma¡r tcnfa

. tod¡ le r¡¿ón al ridicqlizar la cconomla deRobinson Crusoct, donde no' hay monopolisras, sinücacos, ni conflicto cn torno a la disaibución del sa-

"ri6cio yd-c h recompensa.

. Poior¡ p34e, p^odemos reconoce! cambién que ia renuéncia de mu-chos dc n<rso¡ps a detprender¡os dd principio de qrle la sociedad es unasurna dc indiüduos se encuentra a¡raipda en u¡ia cqrtdición histórice: elrínico caso cq que el principio a apruximadamentu clcno cs la socicdadburgresa en 14 gue no$ hemos criado y que ó lo más dilmximado a la So-cied¡d Gvil dc Hegel¡t. Sin cmbargo, h¡sta le socicdail,burguc¡a o'olucio-na y'en la acn¡alidad probablemente no satisFaga'la. llsu dc aigcncias deHegpF.

Contcmplada conto reducción tcórice de un campo fcnomcoológico,toda doctrine qufmica cs falaz desde cl comicnzo, salvo en d caso de aque-Ilos Gnómenog flsicos que son indife¡enres a la espala. Cbmo mucho, pue-de accp.unc como código de proccdimicnro para análisis morfológicos. En

' este papd, ha dcmos¡rado su udlidad cn la qulnfica; en la ftsice nudear ¡en mcnor medida, en la biologla dd organismo,. Con toda prribabüdad,esre cs d lfmite, qi pé,ticnc en cucna quc un ecqnomisca ¡an 4udo como.Eudcn rlnicamente pudo recolccar unas pocas gcncralidada imprccisasde escaso ralq¡ inclusb para el análisis morfológlco. .$u'doctrina deja alecongmiso arf ilus*ado'como un natuálista al quc soltmc¡tc se lc dijera'que

d comtin denornih¿dor dc tqdos los organismos es la nurición, la dc-. fensaytareprqducción.

[¿ tnsccndencia dc la condusión dc qdefa ecgnomfa no pude ser a lat r

va,un¿, oenct4 reonc¡l y una.qenc¡a p€nrncnte nuede pefeccf pufamenreacadémica. Desgraciadamente, no.cs asf, pues la ftnacidad con Ia gue nosaferr¿mos al principio de qué la teorh cstándar e{fválida eo rodos los esce-

i l

$fi:r:-,"" i'" i' :i'r 1¡rn :';1;'*,"1i'::'

''iÉló ptrc"d. a las pancs;, No hay rrÉner¡ de rcducir la anti-r".cbffiqtr6.'á€l'todo prec¡de a"Ias pancsr: No hay Írlmer¡ de reduor ¡a antt-

' nouriiqué d análisis crca entre las propidada dd todo y las pmpiedades

o Comiuyode una cepcidn cnÍc le pci¡ivim,s 8c¡tmd Rusdl, Tk h*ila cf M*hc-runc(Cubddge, Ingl., 1903L p. 17, roorcqllciamátc h antinomh; pcrostunrugrrc vadcn¡¡¡ido lchr rl dtrir, gui rc aplice inchxb rl úno conpucsto dc l¡s ficr¿¡¡ mod¡ias

. I ' fon Aiqh{2&.. ,o HqtttPhilúepb ofMght, nA.T.I"L Iftc (Odo¡d, ¡t531, pp.124 y s"y?Á7-' Prn dgr¡m brm obccrnciooc¡ pbc m pr¡o, vásc le Sccción lii(2) ¡k mi ¡F¡¡¡¡omic

'ilrory rndAgnria¡ Econor¡io' (1960), ur,{E

404

narios instituciondcs (ya sea porque sus principios son gniversalmenteválidosoporquiodoslossisarnaseconómigsonsimplcsmezclasdcal-gunoi elcmcntos innriablcs) dene c¡niecr¡cocies dc gran dcancc p'an losesfucr¿os dcl mundo por desaroüar la economle de naciones culrs insdtu-ciones difieren de las dc los paises capinlisus Fr. @nsecuencias pucdenpasa¡ e la histo¡ia co¡no cl rn.yor

-on*r.n,o a la arrogante seguridad ,:n

sí mismos dc algunosscrvidores de la cicncie-Asf, por cjcmplo, la mayor parte de nosouos dene acualmente uira fc .

ciega en el exhma (que en realidad se remonre a Marr) de que el desa¡ro-llo indusuial a le rlnica vla hacia el dcsarrollo cronómico genenl, es decir,nmbién ha,qta,d dÁzrmllo del sector agrfcola &mo prueba objctira in-vocalnos cl hcch¿ inonaovenible de que l¿ i¡rdrstrialización se mdujo cnun desaroüp pncnl dCl sur de Estados Unidoq pcro la arraigada pcrspcc-civa del economista cstándar (de que lo quc c buer¡o para un.pafs es bue-no para cudquier otm) nos impide obsene¡ qug en primer lugu, ese surforma parrcde lá cconomla capitdisa más awnada ¡ en.segundo lug3t;quc el agridtor ¿meric¡tro no es insdtucio-rnlmcnte idéndco (ni siquicracomparablc) al cunpqinoindio o a cualquiu otro De hecho, cuanto ma-yor sea el dcsa¡¡ollo industrial logqado por uaa nación subdesarrotlade,asolada po¡ ¡rn scnor agrfcola predominantc supcrpoblado y daorganiza-do, mayor 9¡ la cvidarcia quc ral nación ofrcc dc la falacia del axioma in-dusria.lizadb¡. A.llf, d campesinado siguc ran acpsado por la pobreza como 'siempre: sor¡brfo cspccador pasivo del crccicnc bienesra¡ dclsclccio clr-culo que se dcleiqcon l¡ Cuadrilla de la Dem¡nda Efectiva, que sc mueve . .por sf sola c4la vez más dcprisa dc un df¡ pa¡4puo. Sin cmbargo, para d-guien que {¡Ec quc las rclaciones. distributivr¡ consdruyen el,'nrlclco drilproceso eco¡ómip, hastr csta situación ticnc ¡u cxplicación senci[e. &tran de una F¡c de la cvolución del confliao social

3. Mo&tos aitnmirftcu y cconomía:En uq pasaje frecuentcmente ci- .rado de nln rhe Neolithic,A,gen, Rudyud lCpling dijo:

There arc nine and sixry rváys of consructing uibal laysAnd-cvcry-single-one-of-them-is-ri$C1, -

Sin embargo, ,&a no cs toda la razón por la quc la economia no pucde seruna ciencia ttórica, pucs, aun cuando solarnc¡l¡e hubiese noventa y seisparcelas econdmicas, seguirfamos sin poder deducir sus leyes a parrir de unsolo fundarqe¡to lógico- las leyes de la socicdad capiralista, por cjcmplo,no son válidar pam cl sisama feudal ni para una economfa agraria super-poblada. Y esdo no cs rodo. El núrnero de las percelas económiru no cs ni'

te ! ii:j ilorjtrlt ¡ iril iirlur Jc cur:sr' :.i: ¡-.rr ¡ rel:rs riJul¡¡Y roda y odz um dc d¡r. son ¡¿zonablal .lV. &¡ j.

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. siqücra.ffnito; enva de dlo, oir,. ün continuo especrro de formas que scdeslizen enne sf a modide que. woluciona d proccso econórnico y que enúldmo términgllqgra a srr ran diferenms como ul pájaro lo cs de un gu-sano, Ail pues, cs d cxráder cvolutivo dcl proccso económico lo quc impi-de capur todos sus aspectós peninenta con un esquém¿ aritmomórfico,ni siqüera con uno dinámico. nla Mea del economista>, ihsistió Man-hall, ose enclrcntre cn la blologfa económice mác que en la ünámic¿ eco-'nómica¡s. Sin cmbargo, como cbntiqüó ücicodo Marshall, no tenemosotra elccción quc la de empezar con le dinámica económica. lo quc no su-po decir es que por dinámic¿ económicr dócr{amos entendet la dinlmicade cada una de las apccies conocidas de prcclas económics.i, no una di-námica gcncral cn la que crci la cconomh csúnd¡¡.

Pódrfa pensarse que la primera tarea dc la conomla es esmblecer algu-nos criterios gencrales para clasificar todos los ¡istcmas conocidos en géne-ros, especics )'vüicd¿dcs. Por desgracia, aucstro conocinricntg económico

_e¡ estg senddo 6 sn escaso que ni siquicrr un Linneo ecdriomisn serhcapaz de diseña¡ un.sistema clasifiqatodo. l¡ más guq po{ethos haccr cnesra fasc cs obscrnr cada rcalidad económice c¡¡ sl misma sirt b$ca¡ nccc-sariamentc o¡aaerfsricas raxonómicas. Nucstro objerivo debqrfa scr cons-rruir un tipo idal que hiciese upngmáticeurente chrosy com¡rnsíbb,losrasgos.csped0cos de esta rEalidad coniretf'- Ahora bien, podfla argumen-

, mrse quc sin un código clasificatcirio no podrfa llev-¿rse a cabb ni siquíera' esta area menor, Demasiados de nosorros-sosrcnemos l¡oy efi dfa que los. sisrcmas dasificatorios, los conceptos analfdcos abstractos ¡ segtln K Pop-

per, hasu *las teorfas son anteriorcs a las obscnrecioiles>t2, cotiio si I¡ cicn-cia hubiesc cncontrado todas esas cosas )tr elaboradas. Parec¡ que olviü--mos no solamcntc que la ciencia surgió dc la observación no dirigide sinoque siempre hayalgrin perlsamiento precicndñco que anrecede al científi-cott.

L¿ ausencia de un código clasificarorio no impidió que los econornis-tas clásicos -.por cia¡ un sencillo ejempledcscubriesen las caracre¡lsricas

. significativas de h cronomfa capitalista Élay algunas ra¡ái etr rcda cien-. cia, no sólo en la conomfa, que exigen une dosis apreciable dc odeliEdeza

y senrido dd ac¡o"rt. !'

U, n" vez que hcmos llegado r un cu.rpo üable de p.opiriciona d.s-criptivas de une realidad dada, construir un modelo aricmomórfico es una

. tarea relativamentc sencilla. Tan pronto fucsc posible, ha[ría que proyecr a

cada re¿lidad económic¡ de un modelo semejantCt tD m& diffcil de. .n-tc¡deiles lá,',oosura:de quc i¡rclusocn d casode un sistc¡ne capitalisra sesprematuió.iao¡i¿n*r-.'Eñrcalidr4 a juaar por tas inmensar dihcúliades

"quc se enfrentaron'SfCrner Somban v ot¡os inoirados cconomisms, debe-¡'hmos más bien estar d¿ .hr.¿o

"on M.trhrll al decir qJc h econom(a

no cstá todavfá'inadura Sare haccr su historiatt Y si la econdmfa Parece es-ar moviéndose ahora cr{ d scaddo opucsto sc dóc rÍnicarfienrc a que loseconomistas modernos.dcdican la mayor partc de su d..Éb

" teoriza¡, al-

sunos de ellos sólo a un woro reoiiz¿¡."

ffanto en la flsica como en cualquier orra cicncia, lc nibdclos aritmos

^ñfi.or están al serviclo dc ldtimas necesid¡dc del Enteiidimienrc y, en

mi opinión, arln más de la Diüctica- El ciendfco que niqdt qui su mcn:'te, al menos, capta una i.eprcscnación gráfica ¡ si tuvo algúha formación,un modelo matcnárico con m¿yor firmez¿ y más rápidainentc que unurálisis verbal de la misttta sin¡ación cs librc dc dar un parc Cdelante en to-do momento, si asi lo 'ltm. Adcniás, enue todos los.homUhes de. ciencia,los economisra.i nq. dcbotüh,comcc¡ cl error dc opbneneil qso de la hetriamienra mateniática en cl áñálisis económicó, pues estp iquivale a ircontra el principio dcl qráximo rcndimiento, Ahora bicn, basándoqos en

" Pu¿ lo rcfcrcntc r l1pérdid¡ qu r rufrc d no ecruu ¿1, vásc l¡ Scccjón I(,f) dc mi .Eqa.¡g.rnlgThory md.Agrari¡n Eco¡ióiiléi, ¡cimprcso cn lESin dudz dpn¡' l¡ hcrnmicnrs ¿ndfiiciídcs-errolhdas por h cco¡iomh csdnd¿r puadcn ¡cr útilc¡ cn mudu¡ ot¡¿¡ ¡iruecioncs.,{lion bicn, csto nocr morivo pan dccir oh Schrrmpctcr, &4a p: 274n, guc un'moddo cn d quc Iós prccios dc lor Ac-.orcJ no son proporcio¡ala a su pmductivideüc margindc¡ c¡.con odo, torh de le productividrd.mrginab, pucs cntoncat h tcorh dc Einsrcinrcgr¡irh sicndo un¡ torh nconia¡u: o amba¡ tcorl¡¡airc uná fórmul¡ prn b adición dc vdaidedc.

/ xGemb¡, BqondSupplytnlDcwr4p&..e Mcmoiab ofA{wd nlaú|,¿lt d" L C Pigou (L¡nd¡c¡,,i9251, p. 459.

' i tr P, ,l. Samudrcn, .Economic Thcory md Methc¡natics - An ,A¡prrirl, Pz¡ m and. Prccccd.ing;,'

¿lnaican Eonomii Rn;d4)fJll (1952), p. 16.

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s Meshell, .Bis¡b,I, riv.'t' Mar'lVcbcr, 7kMfuhg ofSocialSciaca(G&,lll., I949), p. 90.

' , .'¡.IGrl R'Poppo, 7k fuuq of H;ttoricin (Bosoa.Llf'll, p. 98. Dc forme impllciu o cpllciu,le idci rparccco mu&¡obr¡; p. cj.,Jcroru, ThnV,p,?Z. t' Albcn Eirn¡ci¡, I&a aal Op iniou (Nucn Yodr. l9f), i- 27 6. .I Muhdl, /)¡zqphp.769. i

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li

ciones firtu¡¡s. & espantoso imaginu la des¡rucción de todo cl cquipo de

simplemcnte un lcngüaje y

. \ . ; .

mentc. Per:r obtener un cab¡llo, por ejcmplo, no rttrocedemos y volvemosal procao evoli¡dvo a cu)¡o tnYés su¡gió Sndualmcn6 d cabdlo a parcirde la st¡suncia inánimp, ni protlucimos ma¡rillos dc accfo utilizando mar-tillos dc piodra halladop accidenelrnc¡cc en la Naturalcc& Es más cficienteaprovrórrsc dd hcchd dc que podcmos obtencr un cat¿llo a panir dc uncabdlo y cquipo de capial con la ayuda de cqurpo dc capitd. De igualmodo, sh romkncnté absu¡do confiar rlnicarnenre ea la lógica ordinariasiemprc que pueda u¡ilizane una hcrra¡nienra maremátib o cade vez que

los modelos económicos. Semejanre postura igpora un deelle imponante, ,i' .esto'es; quc cn la ftsica un modclo dcbc ser eracto con respecto al insmrr. Ímento dc medida más preciso eriStinti cn csc momenro. Si no es asl, se i .:.rd6sccha cl .modcló. Por consiguiurtc, exi$c un scntido objc¡iw en ql que' ,, ' ;lipodemos decir qrtc un modelo fisico cs efiac¡o, y csrc es el sentido cn el , i r.--'quc se cmplea la palabra en .plan qactoD. Ahona bien, cn las ciencias so- i,ciales, no hay el norrna objctira de qeaitud- En consecuencia, no hay;,ninguna prucba dc fuego de la vdidez de un modelo cconómico; y no sin-,:ve de n¿da hacerse .co de Atistótelcs, quicn cnseñó quc un ¡nodclo es i*adecuado si logra cse grado de o<aaiud que pencnecc a la materi4 objeto ide su estudio,'rt. Siempre puede uno proclarn¡r que su modelo tiene el gra- ido de exacdrqd adcs¡ado. Además, los ñc¡ors responsables de la ausencia !,

. de una nor¡n¡ dc eraaiüd objedva haccn ambién gue l^ conPdrdción de ',.la exactitud spa un problcrna espinoso. ."i

Para ilustrar ahora la diferencia ociscntc entre plano y sfmil, voy a ob- .senr¿r que nq sc ncccsita sabcr clecrónice para monta( un aparato de radioque se ha adquirido co form¿ dc kiq lotfnlco quc se precisa haccr es scguirautomátican¡cnte d csquéml quc lo acompañz,.que consdruye una rqpre- .

'

senución opaatiuaméííantc sfmtíoloi dd concrpondicnrc mccanismo. Elhecho de que ningrin rhodeló ecbnómico rprophdo pueda¡grvir dc gufa a . .la acción auton¿tiu.Vqn el no iniindo, o indus.o para un.gcongmisca con-sumado, ¡s ¡fccsia una áemostración cspccial. Todo cl mundo cstá fami-lia¡izado con la insitisfacció¡ que el miembro medio de una junta expresa i 'después de cad¿ confcrcncia cn la quc algrin asaor cónómico ha presenta-do su nnecia teoríar. Mrichos cstudianres uniwaiarios se sienten igual,menre muy fr4saados aI descubrir quc, a pcsar de todo lo que han oido,'laeconomla no pucdf'suministrarles un manual dc banca, planificación, im-posición, erc'Al scf sólo un sfmil, uir ¡noddo ccohómico únicamentc pue-ie ser una guh pan cl iniciado'que ha adquirido una visión analítica mer..ced a un labpr-ioso idiesua¡i¡icnto. La lrcclcncia econó¡nica no puedeprescindir de rla ddicadeza y clscntido.dcl ugo" -llamémoslo arte, s¡ sc: . Iprefiere-. Y, sirnplemenie, es demuiado gra.re d'gue, a veies, d economii-ta se deje supgrar cn este aspecto por el profalqJ No corudtuyé excusa al-guna la gcnenli"da opinión de que cl pap"J del econornisra consiste en'analiza¡ pollcicrs alernadvas, mientras que le _adopción de ésras cs. el anede ggberoaf, Un análisis tosco no.puedecsaral seivicio de un ar¡e. -\

\la esperanze de Jwons de que la economh se convierta finalmente enffi)una%iencia cx¿cta ha henchido los corazonc de muchos grandes econo{ !.r'{ /mistas. Irving Fsher rodavía la alimenraba cuando ya cenía ochenta

"ños}$-,'

,/-'ArisrónLs, E*!úr 109{'12.1{.

¡. oVárcHooun(¡ol{r¡lraiod,p, 15. | /,Ó Reg¡w Ri¡db.tniag FEhqet Eigh ry', &oninmía)Q! Og4n, g. 7 4.

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t 'I'IIJ

fico dc l¡ ralidad fisica. Pero h cr¡estión que pla¡reé cn. ¡Iconomic The-.ory.end.Agrariur Economia, (rcimpreso ei mi Analytlul fuonomic) yque me propongo explicar aho¡a con mayor det¡lle.cs qucg¡ryhlg"cf¡-¡4furio no cs r¡h pla4o exaao úno un ¡{mil anzlltico. . , .

L¡e cconomj-sus gus@ el momento en queningrjn modclo, )¡a see cn la fisica o cn la ¿cijnornla, es cxacto en un $enr¡-do absoluo, únicamente podemos clegir entre un modelo má¡ o menos

. exacto.Alg¡rnos apuntan ambién guc, al fin y al cabo, lo e:racto que nece-' site¡nos sr dcpende de nucsüe incr¡cionalidad in¡pediatr cn oc¿sion'es, :elmodclo mcnos exacto puedc ser cl dc uso más ,zcional6. Todo csto'tscbmplcrarncntc cierro, pcro no su$cnql la opinifn postcrior.<plfcita-menrc cxpuesta pof Pareto- de quc cs'irdevante scñalar la incxaaitud de

-t'P.If. B,i lgr"¡ , Tfu Na*n of I'byidTh¿oq(Prncaon,l916), p, 93. L¡a¡¡iruon mfas., eF¡¡uo, Manul pp. ll,2! y.posimwúié¡ Milon Fricdmtn, EsrybPuitü hnonia

,; (Chicrgq t fi),W.j.43.

desoemos demost¡ar une proposición matemáriclu Si eni:4lqos mateml-tgg_h5cu4* * Oanii ai su abecdario, se debe o<crusrn¡nenre a quedeEtr noimii6s proponcmos no sólo manrengr int¡.cro nuesro.capitalmatcm&iéo sino-también desanoll¡r la¡ dorcs marcmácic¿s de las gericra-

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)¡, como por c¡ench etrcta o genuina rodos elkr cotco. dfao una ciencia dcmecanismos dc dlculo (dcfinición que sc rcü,mr a h Qoce de la llusaa.ción$, todos sc esfórza¡on por señalar d 6¡¡{4¡ n¡¡nriddvo dcl campoccondmico- Schumpetcr llegó induso a afirmer quc h cconomla es "la nrls

. cuanritati'¡a... de nd¿s las cienciasr, porquc ¡us objaoc observables son(numéricos en vimrd de la propia vida¡% algumcnación basrantc rnásdigna de admiración [ue la de Jcvons. Alguno6, umbl{rr como Jcvons,fucron todavh más allá y sostuvieron que induod placcr puede somerer-

. se a un cálculo ocactot pc¡o nadie prcsró la mcoor ermdión al hccho dcquc los si¿¡d$cos de la Narurilcz¿, que sabcn lo qrrc rardaderarnente sonla medida y e[ cálculo, se refan a menudo dc l¿ idc¿|. Sld embargo, uoos .cuantos economisas ücgaron gradualmente a dóilicarh definición clásicade cicncia o<acta al dlq"g"" entte ¡necanismos awttiutivos y numlri-

.. ca¡6t. Un modclo ccóhómico sigue siendo cr¡cto ar¡n cuando no sirvacomo.mecanismo de cálculo, siempre quc oosdtu¡a urti rcprcsenración

' teórica de Ia rcalidad-H"y que recordar qug Pargqo sosn¡vo con sr'¡g¡esividad característica

que'Wakas h¿bf¿ nansformado ya la economh co "na cicncia exacta, p€- .ro, aun cua¡rdo mantdnla firmemen¡e quc podcoos dcÉrthinar el valor de

. cualquier parámetro que elijamos, afirmó orpllciamcnte quc, al contrarioque 'Wdras, no c¡efa cn la ppsibilidad dc ¡csolvcr dc mlüera efec¡iva unsiscema v¡alrasiano concretgde. Af ig¡-ral que Coumot'anres-que é1, Púeto

' vio cn la inmcnsidad de ecuaciones cl único ohdodo pafa que la econo'mfa fuese una cicocia numérica, conio la astronomf¿1 i

'. Muchos sig¡rcn compudcndo la idca de quc d sisteme iwalrasiano scrfaun.¡ncca¡risrno orecto de cála¡lo pam ún dcmolio \rladrho. Ahora-b_ien,,imaginemos un nucr¡o dc¡üonio, que a la vdocJdad ddl pcnsamienro puedcliacer todas las obcérvaciones necesariar pare dctcrminu tpdas las funcio-nes de optimidad y de producción, para raolrrcr d si¡'rcm{y iara comuni- .car la solución a todos los afccrados. La pósnrn dc hraq es que todo el¡nundo se sentirá perfecrarirente dichoso con la solución f que la econo.

.----- '

"V ¿*fb, W of HgycL u.v.wtlte6a. (2.r cdic., toodrs lfriO, p. 186,

r: r'':'

' ' "&l¡umpctrr,Ev¡*pp.l00ys.' s Por mu;ynrpmdorc gc pucdr puccr, aa mirm idar q¡c¡rn a Pl¿rón: .Si no ruvir

¡cs ningrln p9d* & dlo¡lo, no r¡f¡s epu dc e.lrubr d glufirom y n vidr nh h vida, no & uhombrq sino de uri uulo,pbao tnainw, Phil¿bu¡,2l.. .

. ,t P. ci,, M¡r Pl¡oc!, Thc NoSciaaP308,

. fRobbii¡$AnBsJ(noar.7n:aior),p.66iJo*ph/L$ü.-¡*!cr,rf¡r6rofEconomicArulyit' Nuer"¿ Yorlq 1954), p. 955.' .' V.'Pü€to,'rTuü m¡tcm¡tica dci scrmbi for6cri', fuule ú¡!í aww'rn W (1894), p.162. Tgngo quc añrdir quc cte fucntc po¡c de manificso qc G Douir cnl cquivocedo al dci¡qu ?rrco pcnnbc qrrc ru sirtme'p:,mitirl¡ ¡- los aimi¡ri üu d müm tipo dc prcdiccioncs.quc los rnrónom V&sV. Ptcto, Sm¡¡i ¡conci cd G Dcsb (lfiI{¡, l9f¿), p, xix.

,; ..,:'i.lt t ,L Cournoq .R6¿¿ráa ha út Mathmtíc¿ Hx+la.ltbTAxl fVahh (Num York,. úgn,p.127.

por h inarvención de factoic crógenos sino por car,ttrs codógenas. Porconslgrrirnrc, npestrg dcmonio mndrá quc scguir recalSrhndo qirilibriosfirgeccs, ¿ no scr quQ'por casualid¿d posca una rncnte divim cepaz dc es-h€¡ccs, ¿ no scr qu+'Por 6¿s¡telid¿d posca una mcnte:d¡vrm crPaz dc es-c¡ibir oda Ie historid del mundo anrcs de quc realmcnltb angrlugar; pcro .entoncc' ye no pcrfa un dcmonio <cicndficor. Parcto, cl lrimcro cnue mu-úog no tcndrh nadA quc haccrcori su cla¡ividencia-úog no tcndrf4 nadA quc haccrcori su cla¡ividencia-

Eriste, on4do meños, une dificultad adicional'cotJtn le.que chocarfanuc8o demonio en el sistema walrasia¡ro. Se trata c¡i ¡gunidas cuenasdel efcco dcl complejo de Edipo:'cl anuncio de la adopciónLuna acciónmodifica la cv¡4encia sobrc le guc,c¿da individuo bas¿h¡s crycctativas )/,por rnu,, lc llgva a revisar sus planes prwios. Igualmenr, &u prcferenciaspucden esarsujeras a un efcao dcl complejo dc Edipo: [lguico pucdc prc-ftrir un Rolls-fi.oyce e un C¿dilleg'pero quid no sea ü¡l si * le dice que¿embie¡r su veci¡o adquirirá un Rolls-Royce; y el probhne csriba en queningrin proceso cn el que itiiervcnga el efecto dql compleio dc Edipb pue-de rcprescntrrse a tráves dc un modelo analfqico. Dicho [c u¡¿ forma mu]ascncill¿ si se {ecide tomar una dccisión sólo.,qf pióúmQ dhdo¡ no ant€t,¡ccrca dc cómb pasar cl ñn de rmana, no es'pbsiblc cb\w ahoralo q¡"re'sc hará d próxinlo dotningo. En consecucncia, níngrl¡i tirca¡icmo,analfti-co puodc pcrnritir (a nddie) do¿¡ibir el cu¡so de una rtkión futura ¡ porconsiguienre,la de la coleaividad de la que se forma p.a¡b.

En cicna ocisión, Edgqwonh dijo que ouarat uai¿lld@mo conttontctes cl ücio caraptirlsdco dcl economi!¡a no marcmáticor''; pcro un ccono-misa guc sg

"lii¡e únicarnentc a modclos maremáricos sc vc afectadó por

un vicio todavfa mayor, el de pasar complctdmente por alo los facrorescualietivos guc conribuycn ¡ la lariabilidad endógcni,Al,pues, Bridg-matr c$eb¿ en lo cierto al reproch¡r a los ciendficos bcidcs no haber sidomatr c$eb¿ en fo cierto al reprochar a los cientfficos bcidcs no haber sido Icepaces dc capdr los frctores signiñcativos al describir la ráli<led socialu. /-, Una y our i'ez; podemos ver d,iirconvenienre de imponar q$,efa¡ge- f ¡Une y our i'ez-,,Bodemos ver d iirconvenienre de imporur unFya¡ge- ll''lio de l¿ ffsica ¿ la:icoriomfa y dá'interpretarlo dé un ti"¿" *¡i ü¿ü-- , fquc el coruistorlo de flsic¡s7'. Brt bicn que la ftsica confic crdusivSmenre /

/ n F.Y.Elgmnh, Mathcma¡ic¿l Pyh;a (Londrc, 1932), p. \ZT i' 'BtÁB-;nf.ctbapp,MTií

- t

, D Alwr oomis¿iu no eepatlen co rndo rlguno cn la cconosila kE n¡ddos ui¡momó¡fi-¿* P- q., F. A Hryck, ¡Thc Urc of Knmldgc ín fuiecyr, Aaaia Faub Rpi*, WV

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f;i.llíffirij,fffi#.Wu";.r" üo r" ffi';* esm e$ sóro en rosi,ffi i.*r,ff :t"i'**Stf-',1"1-Tji-'ls-1Yf ",,::::ii:li-1'l1l:,1'fi:t " ' :" muhdo cxtedor, Es igpalmehte comprcnsible que la fftiq considere como

l, . ffccifn y vea To destonfanz! los objcrs no.o-bservtblcs guc ha rcnido' . que invens¡ a ñn dc unificar en r¡ne imrgenobjctos obserr"ablc üsparcs,

der; pero, ¿por qué tendrla que ser éste el único juego que puede jugar un'u:"-''-''::61*¡ifico? Se debe precisemente a est¡ pregunta que heya intcnado pre'

fi '{Fútlf ri',i{:$?r$f r!i;:¡\i;iii'l"r\.¡11

I . . -

zón alguna para que fa cconomfa considcre como ficbión las ¿uténticasfucntes dc le ección etonómica: nccidádcs, qcencias, expccadrng acti-

, tudcs institucionales, etc., porquc csoc dcmentos nos son.conocidos porpercepción inmediie, es decir, mls fntimamenre quq cualquicra delos

. oo bjetos obseryableso eco nórn icos prcciss, venras, prád ücciórL .tc.Sin duda alguna, muchos economi¡as marc¡qáticoe dcbcn habcr sido

, conscicnrc dcl hccho dc que cn un modclo a¡it¡fromdrfico no hay lug¡r' ..paxa las propcl¡siones humanas. Jerc¡scrnpczó'bpscan[o una mdidr á-

. diny' de la u{lidad. Más ¡ecientaneots ot.or han inrenmdo csableceruna mediü ser¡cjanrc de la incenidumbrc. Todos cscos tninuciosm csfuer-?r h1n de coqtcmplatce con or,gullo, pucs la ciengia no dcbcrh dciar.pie-

, dra dgrure sin prnover. Sin emb.-irgo, gtzdu¡ ¿resos mfsmos csfircras. llc-' gamos gndualmcnre a darnos cuenra de quc le ¡ncnsu¡abilidad, ordinal ocardinal, exigccondiciones muy otrictas. Algunas de esiis condicioncs fue-'. ron sacrda¡ a l¡ luz por vü prirnena cu rni anrculo de 1936 ¡Thc purc

,Thcory of C,onsumcrb Behavionn, rdmprco en l¡zalytical Econonia. Si-guiendo escr llnca de pensamienro cn oüos trabqjos, irlcluidos cn l¡,parrcIl de aqud v¡lgmqn, pude demosat{pe¡p que de fprma conviente-que ni le¡ necfridadcs ni las o<pcctatives setiifacen, las condicioncs demensu¡ebilid¡d. Ia aparcnre soliácz dc todas las demostracioncs sobrc la

' ' maner¡ de esableccr üna medide dc lu nccesidades o d¿ lu cxpccadns sedcriva de .la 6lacia ordinalisrar, coho propuse denominar a la idcr dc queuna estrucnu:l pn la que'enconramos rmísr y *¡¡pn95o cs ncrcesa¡ianiente

'tenar en esas págines roda la evidencii- quc pude acumulrr (por muy téc-nica o tediosa quc cn un principio pueda parcccr csa cvidcncia), a fin dcdcmostrar que ni¡g¡rne ciencia pücde witar por complcto los conccptosrlirlécicos. [¿ razfn reside, tal como he ocplicado, en que ninguna cicnciapuede ignorar e[efnarnentc el Cambio. Por consiguienre, la ídca de que laspropensiones hunlerus, que son el principal vehlcr¡lo del C¿mbio econó- 'mico, son conceplos no a¡icnromórficos no es un¡ fanash dc una e¡cucladc pensamientp falade rigor cientlfico. .,

'

I¡ conclusión eñdente es que si la economía ha de ser ciencia, no sólodc cantid¿det *obscnables, sino ambién del hombrq ha dc con6ar ex-)uusrivamen¡¡ cii el razonarniento dialécticoD. T¡l vel sea.esto.lo qucManhall queda {ar a eritender con *delic¿dezr y rritido dd mco', pcrosin respirar afadió quc l¿ cicncia econó¡nica *nq dcbcría ser invenebrada'.. .[sino] tener una Erme columna vertebral de cuidadoso razonanúento yanálisiso76, Et mrty sigpificadvo que Marshalf no diicse .¡azonamicnto'cr¡croD, por{uc cl nzonimienro dialééübo n¡ puede ser siacto. Ahorabien, tal comb sostu'rc antes (en el Capftulo II, Sécción 0, d razonamien-ro dialécdco puede ¡r debiera ser correcto. Hay dos mécodos ónocidos pa'¡¿ contrar[ar lo coirec¡o dcl nzonamiento dialécico: cl ¿nálisis socrático y

- e[ s{mil analfdico. Por muy soiprendente que pueda púcce¡ se los dcbemos¡ Platón, quicn los udlizó *piotrtn.nte . to targo-a. bs Dühgof . Dosmil años despqés, cn 1690, llilliam Pery sorprcodió a los cicncfficos poll'dcos al propb¡er aplicar uno de los métodos dc Pl¿tóo d.razon¿micntoeconómico: ¡El método qúe adopto para hacódo.no qs rnuy corriente;pucs, en luga¡ dc ut¡l¡zer ddusi*¡ncni¿ Palabiu companti'resy supcrlati-yas y fugumintacio'ncc iritclcctuales, hc adoptedo,la v{a.. dc a(Prcermcen Términos'{e Númcro, Puo o Mcdida" fios cuirla] e$ cl peor de los casosson suficiente{ corno Suposiciones par:. mostrai.el cemino h¿cia el C,ono-'cimiento al que aspirorñ

Es posibic: que cl méríto mfu evidente de un moddo a¡irmomórficosea el que es reco¡locido por casi todoi los crfticos de la econo¡nfa ma¡emá-,dca el méritq de s¡c¡r a le luz importantcs crrdres cn las obras,de los eco-nomisas literarios quc razonaron dialécticamenrc. En cste,sentido, el pa-

pql de un mpdeld matemático en economla,,al igual que cn muchas ottas

un condnuo &¿realPefo nuot 'r.d d.e medida cs ua grande que aigunos han intenado' deshaccne dc mdo tipo de evidencir yii,Ugumept"lqiono lógicas contra

' ' ' la mensurabilided deias propensioncs hurri'as, "frr*"it¿o

qui si tas acd-r,,;,, tudes menales son *inabcesibles a.la cieocia y a la medida; d juqo sc ha

: perdido antcs dc hacer el primer mcrvimhntorl. Evidentcmente,¡t ¡o.go'rri!i' al quO sc aplica fa afirmación no pucdeseroüo qug el dc ociencied modi-

' ' : . : i(1945), PP. 5t9-530. !c tna de una posruá crtrsme qpc, omo {cbcrfi qucdr¡ d¡¡o ¿ Pzni¡ dc l¡¡obscmcionc frdgrtcr' no compüro cn abailtro. Simgo quc Meshlll tcnfi md¡ l¿ nóa a eocúcitión.VáH'iru ?rincipbqAlténcliceD: i. " S. .S, Stcvot6 .frfcouc*c¡it nnil lvl¡n', Jizi¿cq,.2! dc fsbrc¡e dc j958, p.3Si& ¡¡¡o clc la

"¡cir orgto¡- ac rc¡rhrm' pcro Bcndr¡rn confuó { moc Ec iba contra ct princip'o & lr Lcclol

elemcnalc¡. Vár d Gpfnrlo IV enrcrior, non 3.

4rz

t Quiero rccory'et al lm quc mi ida dcl orn¿micn..o dirléuio di6ac dc h dc Hcgd y' Boq .on¡o, dc la dc ltl¡rr. V&c d Gpltulo lI ¿ntsior, note 27¡ umbién nrár rbep, no¡¡ 8f ; '

* Mx thtll, P ri acipllr, p 7 69./ n ,las irJcu n¡4liclcta&r... diflcifmcn¡:t-uc<lcn prcenrrrsc li n'ó cr por. mi{io dc ci¡mplot(Sutc¡nary 27) brit¡rcog¡o c¡o ilust;rti'¡a.

¡ n Tfu EconoñlVriiap{SirWürn Pctry,d,C.H. Hull0 volr, Crlnbridgc,Ind,, lürt),1,po.244 y s.

, 413

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m,ü

ciencias, es semejante al de la prueba del nucsecn eriméde ambos sonmedios expedidvos dc dcrecan ertorcs en ciatas openciones mentala;

. ambos acrtian"n#rivamente: bi no ponen dc m¡nificsto'nirtgrin error, estono significa que la arguntenteción didéctica o d cálculo áritmécico. sea¡toalménte conectos. Por muy impormnte quc puda ser e.st¿ úkimo pun-to, pa¡cce que únicamcntc F. H. Knight vio que h. tcoda económica mues-tre (lo que es "É,lso? antel que lo que cs "ciefto"r1. El segundo papel de un modelo aritmomórfico consisté en ilusua¡ al-

. Slloos aspectos dc la ugutncntación dialéaica e fi¡ dc hactrlos más cour-prensibles. Se puedc udliz¡¡, por ejcmplo, r¡n¡ fi¡nción de qptimidad quccontciga un parámeuo especial, a ffn de disorrirdidáaicamen¿e el problc-

. ma dd.cambio cn los gustbs, o una dimibución dc probabilidad, pan ilurtrer la situación de un individuo cnfienudo a la'inccnidumbfe*. O, como.

. \fldras o l-con¡icf, podcnlos construir un sisrema de diir¡ensiones indcfini-das pdra ilustrar algunos aspectos importanto de tod¿ una ecónornfa¡¡. ,

' Eltos dos papdcs dc[ rngdelo marcm&ico ci¡qÍtscribenh raíson d'in

DKnight, OnthcHhtor¡6oa)4uturot),p.177. : ,',1¡:'¡ ptilic{ prccisemcatc csrc méodo.pletóni.co :l an¡lizrl¡r écoc & h hist¿¡4ls y de la acrúd

m l¡ clccción dcl coroumitor. Vásc.Th¿ Thory of Cboioc,ad úcGmcybFEonomic lm(1950), ¡cimprc¡o 'T z{X b onduión e le quc Lldgué<ioéui¡¿hobcmrióh dc Ma¡shdl nd¡riz¡ l¡s cursi dc ofcrte e hilgo plzc- cp qrrc hs cunu dc do¡uhd¡ o¡ ip¿lrrntc irpmibla. El mirmo sfrnil en¿lfdco rnc;Bfr¡r,ritió tz¡¡bién cst¡bfccar con c¡¡aiud f¿ Élse lusión qfrc cpcdm oindividuo d- quc sc hrdcj:rdo como.c¡tjb¿ d principio y qtrc por ulo, nc plrmitc ptcdair todo urcomPon¡mrmro. i

¡1 qui.o atudir qrlg un lmil ¡nllfüo oo funciorrut cn d eo dc quc cllnfoquc cpistcnoló¡irdcl proctso cconómico'riguie ocamimc le Di¡l{c¡iq lqdiae óno sucddió m d m dc l'{aVéxe d Cepltulo DC Sadoncs 13 y l,{;' ".?: cj- N. G..Piccon, .Furthcr Considcreriogs on InJq-Numbcn,r,.€conomíc JutulYl(1896), pp. 127 ys.tüoocl Polbins, An Erq, p.66¡.\9'V. lo¡¡icf,.ImplicitThcoddngA, Mcthodological Criügism of üc Nco-Cambridgc 9Jlrob, Qrúrrlf laumat of fuononb',|)(1937),p ' I5o' , ,

' ' -

. . ' . : . "

414

' de lo oue habitrualmcnre Dase Dor *teorh cconómicor, aue consiste cn su-¡ninistlr

" nü*t'iá'it¿i¡anü¿Éu diAéa¿¡'i,* df,iAálüiiri¿ r.n liol,-

Por consiguienre, un sfmil analftico dcne {uc formulrrr. -n

el máximo ri.. gor, sin rener pañr nada en 9qgri[a sus apliocionc objccirns. Este es d r-no-

tivo 'por d que cn la,rtge¡1¿ puál no hay lugar ni siquiera pá¡a concp.tospseudo-ariunomórficos ales comó fndicc dc piaios, cosrc'de la vida pG'ducción agregpda, u otros parecidos. Hen sidg dcnünciado's par casi iod¡slas autoridades teóricasn, y con razón e¡r lo qup sc nfiere a la ¡eorfa pur¿ . .

A pesü de todas las dcnuncias, a esóí$¡rcptos'p.ccude.atitmomóficcles fue cada vce mejor A cstas alruras' la'rñaboccl¡homfa h¿ asfixiado-osipor complcto a la micmcconorifa. I*jo.s descrdcsóoncemantc, cl fenómcno(¡cne lura causa ¡nq¡ simple; coordcnadas des como el nivcl d$ vida, la ¡co-¿r nacional real, la prodúcción agrcgada etc, son mucho más'signifiorinspara el análisis dd pro¿gso económico quc los grrsos del Sr. X b que le nor-

ma dc fijación de grecio¡ del emprcsario Y. Al i$al q* rL t r resrantescoodoadasvjale*del misr.ng proceso, son nocioncs dial&ticas-Difieren deotrai ildúlo"tiniamenü a qug si se ias reduce abstraaamciü'e un indivi-duo y a r¡n furscrnre, puqden represcncarse por un número. A panir de esrenú¡ne¡o, podemos con$;uir asl una pscudo medida, que cs sicmprc una es-pecie dc meili¿'EI hecho dc que nunca podamos decir qué Bmula deberfa-mos clcgir para calcula¡ csa media, ni por qué un número hayor o rncnorquc d obrcnido por algtpa fórmula rcsuls¡la iguaüncnrc ülhto, demuesrraquc umpseudo npdida ft cn oencia un conccÉro dialértico.

. C-omo sucedela mer¡pdo, la mi¡ma razón por la que h.r $¡rdo medi-d¡s-son vcneno pára Ia lteorlai ecplica su éxito cn la daáltrilln y análisisdc hcchos concre¡op.. ülllzado correccamente, un lndice o uh agrcgado noes u¡e bala fine sinp un¡ masa'dc mcralla quc cubrc ona Ji{na-diáéctio,corno d aivd de yidar,o

"el producro nacionel,,, meior de lo que lo haceuna bal¿ Esn cs la razln por la que un nrimero crécienrc'dc ánomisascom¡nrtc la opinióh dc lue d análisis macroccoñómico, póÉ r scr sólo va-ga¡ncor daro, cs:much{ uias productivo quc Ia midndmfaoedicio,nal con su neuaja,de Ocllham.-Sin emborgá, es pósibfe qu'c.d modvo real

:gnri* en que ri&lmamenre ha¡ llcgado a darse cüentedc que las varü-bles m{s sigpificat¡vas afcctán a la sociedad, no d indiüduo.

' '

[¡s- obscrvacio¡es pruccdentcs no deberfan intbrpreanc' como señalpan colocar d mac¡omoddo matemádco .n un elhoio pdxnl en la sa-lería dc planos. En realidad, en su calidad de plano, un^mrc¡omodelo-es'vulncróIe dcsdc mds lados ciue un riúcrornodcll. ' , .

- Para cmpezar, ftenrc a lo. q¡rc sucede con el de \falras-tfucto, hay quereconoccr que un m¡cromodelo es inco¡nplcro, porgue, segrln sc ,ort¿i.e,tas mac¡ocoordina{as rele'antes són demasiado numcros¿s ba¡a iruescracapacidad de qílculo. l¿ ojrcusa cs familiar. l¿ verdad, .rnt.io, es'quc,sunúmcro n¡pen nuesrra apacidad analfüca y, por tanro, no tomos'ni si-quicn capaccs de dpcir cuálcs son las coordenad-as sienificetivrs.'itecordan-do.Ja antcrior discprión sob¡e la exacrirüd,obíe¡ivi, comptnndcmos oorqu.é.T o mu)' darificadof o<plicar oporr qor'* modclo ,id is un plirtodebi'do ¿ que se dejaron -Gicra ciertas,

"r¡i"Éler significadras hhora'bien,

esto cs lo que nos vg¡¡ro¡ obligdos a o<plicar las m-ás dc lu vcces:En scgundo lug¡¡ilos modclos macroeconómicos se comDoncn sene-

ralmena de un sisi:á'i¡idc co¡aciones que tiene una ur,tu.,ora br.rriilÉ o-pecial implican únipamenre funciones analfricas. Aho¡a bieru la propicdadaracrc¡fstice dc una ñrnción ineJÍríca, f*), o qu. ,u ülo, y*iod) * ,rricompletamenrc deteyrhinado por los velores qué¡r¡ tic.ne cn culquier ii.tfato, por pcqucño !úe scat).la raz6n por la quc udlizamos solamenre ra_

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ú.VéedGpfrulo VIIf, $tción 5.

415

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-!,lr'tr¡wirf¡!i¡¡*-+.-

:ltta,fÉi.í--1'l4q

lcs ñ¡ncíoaes o LU"A Sin funcioncs anelícicas no scda¡nos capae de er-

, trapolar d modelo más irllá del ámbito de las observacioncs pasadaf. Pcro; ,' ,' ¿por qué cendrfan que exPresarse las lcycs ecoqómidr, o cudesqtiiera

otras, si cs el caso, a tr¡vés de ñ¡nciones analfdcas? Indu&blcmente, nossencimos inclinados antribuir a la rcalidad ,rn grado dc ordcn mucho ma-yor que d quc justifican los hcchos. Esto es cspecialmcntc cicno en el cesodc los mac¡omodclos lfnealcs, excPto posiblemente en cl caso dc modclos

. como los de l¡ontief \ue se ocüpan qdr¡sivamcnte dc flujos m¿teriales.Sin cmbargo, h¿ss¿ a fos macromoddos lineales se lcs |t¡de adamar Por '.haber agrunadp con drito d más cspantoso acoso dcl áirálisis csadfstico'

. Pcro nos gltidamos coft frccr¡encia de preguntar si cl acoeo Do cra una me-

. f. n, farsa¡la'nlidcz dc las pruetrs esndísdcas, inclurc dc.Ls no parar¡rétri'

^/ l "u,cxigc

condicionc que una csm¡cn¡ra rápidamcntc ctü¡bientc como cs ,' I .l proccso económico, ¡lnice¡ncnre puede iadsfacer Pot.mero accidentpf

, .f 'Adcmás, si una fórmula no supem la prueba, siempre podemos añadir otra' t v:rriablc, deflactdr oc¡a, c!c. Eligiendo inteligenterncnrc cl cincel, siempre

sc puede dcmo$rar que dcntro dc ordquier bloquCt hry unr bella Ma-dbnnaú.

En tcrccr lugar, la misma idea de une rclación ¡nator¡rácica (léase ariemomórfica) enqe pseudo medidas, como las titilizadas cn economfa, es

' una manifiesta conuadicción en tér¡ninos, porquqr e difcrcncia de lo quesuce'dc cru las condicibncs predominantes cn ouqi ca1nfos, en la econo-mla no cxí3tc bqlc algtrna para qu. Ie renta' mcdia (poi ajcmplo) se rePrc-

' oentc por la misrpa fórmula mcdia cn todo rnomcnfo o cn m<io lug¡r. Aun' cuando una afirmación dcl tipo dc rle rc¡tta rcal mcd! ¡umcna con la

proporción de la prpducción indust¡ial cn el producto nttional bniton no '

, cs cn absoluto nfri&, plantca muchos menos problcmas quc si sc la sus¡i- -

tuy.s. pot cualquicr fótmula matemática compleja, Evidcntemcnte, no de-bcrfa habcr restricción dguna cn lo reladvo a los ingrcdiarc quc se Pue'dcn ntilizu en la cocina analítica, ye sea Por up economisa o por un

, .cientlfico dc la Naruralcz¿. $ se picnsa que nla baJa scmionúnuidado, nlo' bicompactor, "la

condición dc Lipsclü'o', o cudqbicr otro ingrcdiinte so-'

, fisdcado, podrla realzar esa cocci6n, dcberfa haber absolus lihrad para

emplearlos. Pero nadie dcberfa encapricharse tanto con esos cxódms. ingrc'

dientes como pa¡a olvidar por qué fuc prirnordialmente a le cocina- [a ca-

' j '

r Ouic¡o ¿ñ¡dir une idce quc nic p¿rccc imporúntc ¡in funció¡o ¡nüb¡, unpoco rcrfamos

c.méL ¡o¡¡ctt.i quc una tq Lmbi¡ bn U cc.hü i$n les fases dcf cido coómlo, por cjcmplo''"¡,rcgo&p¿l¡br¿tinu"dudblc¡losr.nn"sfrcrprcsiónutil'utgordmr'logsignificatan-

to tmnco, b\üc (de piedre), oru la ebrwietun dc logricm2. \. &lT.

'Vámi..6mmcnar r G. H. Orqn,.Toüd hrti¿l RcdirkrionofEonomaris', Roitu

of EcomaiaaúSutütia)OO(V (1t52), pp.20G2l l, y .FunhcrThoughaooGrndo Gini'¡ D¿lc-

ioni &f npnt¡iot, M¿tnqWV' (19(t61, pp. ?Á5-279.

416

.

calidád, un económetre consumado pone al dcscubicno la condusión desu larg¡ eicpcricncia para que podamos reflexionar rcbre dla: .De-bemos

enfrcnamos al hccho dc quclos modelos que udlir-n hernmientas.y coh-ccptos teóricos y esadkdcos complcjos no han funcignado decisiv¿menrc*.¡o., .n l, rn"yo. partc dc l* p*.6"r disponibles, {rrc las fórmulas másri-plr y de cxtnpolación mecinicaot.

'VEn mi opinión, eito no es ¡odo. Cuanro nr;ás compücado sea cl modeloy cuanto rnayor see cl oúócro dc rariebles implicadas, más sc doplaza fue-ra dc nucsro conuol m€scrl, úirico conrol posible cn l¿s cienci¿s sociala.No cx'rstcn labontorios cn los quc pueda somcicrrc a control &pcrimcnqla los fenómenos socidcs. Después de rodo, un rnodelo *simpleo puedeconsti¡uir la más csclarccdore reprcscotrlción del proccso económico, siem-pre quc cl cconomisr¿ hafa dcsarrollado su arte hascd d punro dc scr capazde capur unos FQcos, aunque significativos, clcmcntos entre l¿ multiud dehechos desordcríados. Como insisderon Poinca¡é. y Bridgman, la elecciónde hechos rcleva¡]re.s es el principal problcma de cualquier ciencia*; sc ratadel problcma üqf dc la cconomla, como nos advieire'aho¡a oro cconóme-tra consumado,J¡ma Tobins. Un modclo r,simple qudcomprcndc rlnjca-mente unos pocos factorcs, aunque bicn elegidos, constituye ambién u'nagula de acción r4enos engañosa- Esto es por lo que algunos economistas in'teresados en los p¡oblemas del des¿¡rollo ecollómico hari rrásladado el énfa-sis desde los mac¡omodclos matemfticos a r¡n análisis. rncnos oÉcto peromás r¡alioso, dd ,ipo dccla¡ado por S. Kuznets, cs¡rccidmenrc. Tal análisispuedé no parecer iuficicntemenic.sofinicado, pcro'la sofrsticación no es unfin en sí misrna, porqug como.han obsenado rt á" d. un fisico o de un eco-nomisa, ai -a l*go plazo- no se puode decir a:iodo el mundo ló quc se haestado hacicndo, lf ghc sc ha hccho ca¡ece de valcinú.

: Desdc cualquier ángulo que podamos contempla¡ los modelos ari¡mo-' mórficos,.obscrvatnos gue su papél consisre cn rñciüar la argumcntación,clarificar los rcsulridos ¡ de esre modo, precavérse goritra posibles defcctosde razonamiente +cÍtl cs tudoi". Esre papel no eslsólo údl, como admite

o T. C Koopmrnr, lhra Euls on thc Su* of &ononic Seicn¿r (Nircrr¿ Yo¡h 1957), p,2lL Na-rumlmcntg h alinnecif4 sc rfm d érito dc los nodclo¡ pn pt&tb articinintu fwau, rc p*n utídam let ohmtci¡na lu&t uúliads zl cr¡im¡r lc prrlmamr. Gmo rc he obriyzdo m{rzniba; no hry cscrc ia htrnmiatrs conoindqs con hs quc un cronomiss pu&.cinccler uneprueba on b'momo lcpara

¡ H. Poinc¡¡é, .Forn&thw of*íaa,p,163, y nota 72 anraior.n Cindocn Kooprqnri Thtte fuy9.7A9.

'E Sdrodingcr, .finianr al Hmnim (Canbridgc, Ingl.r t95lr. pp,8 y s. 1¡ m'rsm opinióncs m¿ntcnid¡ por\[c¡nci flciscnbcrg l'h¡ia ud Philosoph¡: Tk.&mlutíon i¡ Molcn Scicncc

lNucn Yorb l95S), p, 16S; J. K G¡16'niü Ewb and ch Att of @ (New BrunswickNJ.,1955),p.€.

, f, Knut Mdrsdl, Valrc, Ct2iul enl.Ror(Londcs, 1954l,,p.J3, [¡¡ q¡¡¡in¡ ¡on nhr Evidcnte

menic, l¡ cucnión r ¡cmonte ¡ M¡rshell, quim, a<loÉs. la puso cn prlcice rclcgendo ru rfmilc pl.

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7'm, , odo el mundo, sino snbién indispersólaupecto qqb algunos qüercn o

Fll tienden a ig¡rorar. Poi desgiagia, parece quc somos PfoPensos a send¡nos'[.;;i . - faicinados lor los m&itos áe los modelos aritmomórficos hasra el ocrcmoLJ dc pensar ú'nicamcnte En d bisurf y de ohider al pacicnte, F:"

o la razón

pq; h que dcbiénmo¡ ¡ecordar continuamcntc qve an modcln aritmomór'

m . ' firo ,o tír* ubr i w cs cümo ramn¿míctn diaüdíco qu ha dt comprobar-

I I ic..'Volúiendo a una analogía a¡¡rerior, la pruóa del nuevc ca¡ece de utili-t::.

.. dad si no tencmos un cálculo a¡itmédco quc conprobar, Si olvidamos esrc. aspccro, corIcmos cl gave pdigo de convcnirnos no lctr fhatemáticos pti-

i- ,,,.ro y en economisur dcspués" -{omo diio Knighr cn ttna ocasión-e si-

i.i l, rio en teicdores de fórmulas y nada más'L: -' 4. La cconomla 1 rl h,imbre. Hay que rcpctir que los hodelos a¡itmo-

- mórficos son indispcns$les en economfa, no rneDos quc ün otros ceTPos

fli cientlficos. Eso no'significa también que pucdan hacer rcdo lo que ha dc

i'''i ' haccrsé en cconomh] porquc como sostuvo schriidinger en el caso de la

!; ' rida biolóeica, l¿ di6o¡hd del objero de la ecooomla no residc en las ma-

.'/ l;¿-á.t".r i"tt.""ono sino cn d úecho d9,qu9d propio pbigtq es 'dcma-tt;i lsiado comóliüdo como para ser totaLncáté accsible a l4s matemáticas""'

i,,',j 'y lo que hice que o,. o6¡.ro nó sea toralmcnrc traable por las matemáti-

o, .s "l

papel que lu propcnsiones culcunlcs delgrpcñ1n en el proceso' económico.'En ,f.cto, ii las acciones económicas dd hombre fuesen indc'

i.i ;Ñi.r,* ¿i sus propcnsioncs culrurales, no habria forrda de jusdficar la

I 'i in-.*" variabilidad iel modelo económico con respec¡o al tiempo y al

-'

ttotio"ono"do conflicto enúe Ia."onoti. otán¿*y Jd^ hs demást-

li,,i cuelis de pensamiento tconómico cori'itituyc.ünallama .t'a ilustración dc

l',r .esre pun,o. El conflitro provino de las difercncias culrurales existentes en-

*. "i

proo.o cconómico conocido por una csorele y cl cOlrocido pol og.

rir: Nada'es más nan¡ral quc la incapacidad de los económfites estánda¡ dc

l , .o.prender a sui colegrs alemrnes que insisrhn qn innoducir en Ia cien-

cia Jconómic¿'¡¿ca5 ¡i¡ nobscur"ntirtrs" como Geist o lVeltantchaaung'

. por orra pane, era. igualmenre normal que la escuela alernana-rechazase

r- ' una idea que reduce .¡pro.oo económico a una analogía mecánica..

l,, j A pesar de que le iiaya ido mucho mejor a ia econor4la estándar, es lal'. : por*.n de Ia escuela hisrórica la quc es ñ¡nd¿men¡alrne¡tte correct¿. Este

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t:¡i i ;1r|1.[:';.

r*:lj li t i i

5t.

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rcrnárico¡ cl finef dc rns Pn'na¡h. J. M. Kcyncs, Thc Gncral Thal of Enj/o|nmt, Intcntt, anl Mo'

¡¿y ñucn yo¡ft, lg36), p.2i7, o ot¡o cconomi¡t¡ dc gnn nputzclh q,q io¡istió cn quc .cl objao

dá rnál¡¡i¡ [cconó¡nió] no co¡uinc cn proporciomr un rrcc¡nisnp o ]tctodo dc.6iega marüpu6

ción,... sino cn pmportioounos un método orgenizdo 7 ordcn"do dc rc{aionar sobrc nucms pc

blmr cp<I6oe.T c muy.rdeuado obcn¡r que tods c ccono¡ds mn nr¡tcmátic sh-

ciorcmcnr qpstc-- iiti¡ehu hú¿, d Corn2aitin, p. a9.v&sc nmbién lGTncs, Gawi Tbory, p. 29s-

D E Sáródingrr, ty1a h ly'¿l(f-anbnd1c' IngI.' I94{)' p- I.

418

Puffo ii'gutendo d co¡ls€¡Bo,.aunque rácito, db.irn c¡ocienre nú-

í$rr, y o posible que a fin *d_e, .q¿gesr$o sca demasiadof¡r¡llPüq(ro. il

Dcsde dempo inCcfinido, las cicociu dc la Nan¡ral¿¿ hen conscrvadouna eplstemologfe pdlitivi$x dc eocrdo con la cual el co$ocimicnto cienrl-6co eltarca rínicamcirtc 2 rTr¿lloc ftnómcnos conünuadbs, con indepen-dcncia de que seán obscrvados o no. Ii objctiüdad, comó rc dcnomina fre-cucotcmctrre a,esta crircrio, crige asf que una desalpcíón cientfficáapmphde no ipLluy{ al homb¡e á ningúna de sul capdtúlada y que el.mr¡ndo dc le cicnciei*deba scr gugado progresiramenc dc todos los ele-

-.nros anuopdrl,Orfllos,x. r+st a Jro igrrior llegaron 4 srstcnar quc ni

siquicra d pensalniento humano es un fcnórqenoD. Ahoa,bicn, con cl dCI-orb¡i¡nicoto dql qr"ltum de acción y del Pdhcipio dc tddme¡minación,'eliCcal dcuna ciepcia sln hombc'omenzó a perdcrrápidahtcntc rcrreno en-tre los ffsicos'.-cutliosemente, más enrre los físico$ quc cntrc los'fitósofos de la ciencia'y los cicndfios sociaLs-*. E aenUfio dc ta Natura-lcza sc dió cuenn de guq co¡qo.lo gpreró Louis dc Bqflig, se. cncuentracn una óndnua pded nu¡no a meno con la Nuuralaat; ¡ il scr un hom-bre, posiblcmcn¡e no pued¿ desoibir,la Natunliza comd ho sácn iérmi-.nos.adapados h nueira mcnulidadrr. & cieno que no pnnmos ya enun árcm9 comq ün u4a bola dc bill¡u,cn minian¡ra; en v¿z dc cso,,pensa-mos cn él comg en un siircina dc ccuaciones. Dc igual mqdd,.en la'mare-rnática pun noipensamos ya cn los números *-o-.n unt represenüciónabsmca de la róhlidad in¡uiü sino como en sfnibolos suiCrs a operaciones .por medio de sfmbolos; pero csro no demuestn * to ;iA rlnii"-;il;.urdamia,¡'e de Ia flenc( haydejúo de scr antropomórfid, ni dcsaprueba¡la pomrn intui¡iva de foincaÉ dc quc (no cxistc: une lógi4 ni una ipiste- |mologla indepeadient& de h psicologfa?s, @D irrdcpc"ndcncia ¿e i¿-Jfi¡ncione l¿ mentc hurrtana. Por supuestü qüc hun las icuagioncs f las ope-racioncs simbólic¡s esdn el¿bondas po-r ei hombre; por la ¡tr.ra o.n"i" d.sr{ autor, codo es(reno inrdecual del'horhbre es.húmanb y hunca dejaní deserlo- [¡s afirmaclones en contrario es¡án viciadas por laiirc¡¡larid"d lósi."(si sc dirigcn a.una mehre hurund o vacfas (si no is

"0.

*PEud,,Tk Ncw Scíczra, p..188." Gni .t J. ,tycr, po. .¡cáph, procc l¡irui¡¡ co ¡u kn*¿r¿, fii*;;¿-t* tz.cd., Nucn

Yotlq .1916t, pp.-46 f :.' 57 y s. y ¡oa Sn nbargo, vasc E fuOdingcr, Nán ed th¿ Grc¿kt

(C{Db¡íd€F, loBI., 1954, pp. 90 y e - í¡ V&rc NEls Botv, Aarnb Plryia'od Eunot Knuubdgc (Nuc.a yorlc 1959, p_ 98; Hciscn_'

bqry- Pb&'ú¿ PhibnplT,pp.5}y t

I Fg*l..elic, pryio ant Minpttyia(toodrcs,-I955), p. l3t. .,*l/ r P. V. Bridgm¡n,.iPcrmumt E-* h ¡l¡e Flu of prcsncD¿v pbnics...faLza t0 dc cnc_

ro dc t930-, p. 20. Tr¡¡bién. Broglic, p4r6ir adMicnptryie p- t l{r Hdábc¿ phyia enl phib-lo/rt,p.8l.

' lLfieúrr,r¿, Mathcnaria.¿nl gíallor:Izrfsrc¡Nucre yo tk- lg6ll,p.tA.

4rg

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todó dc'pructa y erÍor, entrc diversos crnpleo$, contcfnPorá¡qo no. t,puesto qu. los fundadorcs de la economfa súnda¡ -domo le nrprfa de

' ior .*norisps- aspiraban a prcporcioriu un análisi¡ de h a¡tdrd cco'

"i*iá * U'qu. árn"rr,. üiuf*, onto tas reglas dcl tlannuinatamo

. el carácter dp lós fin¿s se móldearon dc acuerdo con las aainrdcs y práoi-

¡as predominantcs'cn una socicded apialisu, Se puedc compcnder asf

. /'lpor qué Rosx Luxemburg consídcrabr a la economla d otudio dc córnot

hn t¡'i*a r¡o coordiirad-o y r:^6ua como cl capirdistito p,ude no obs-ünnte, funcionar. Natural ambién c su conduslón dc gue.le cicacia eco-

' nómica morird de inanición con la llqada dé la socied¿d socidis¡¡, tn la. que !a planificación cicric(fic¿ sustin¡ici al tátonnqm¿ntt,¿.

. iistáfucn de duda quc cri rcd¡s las socieda{cs las accioncsccouómicasdel hombrc consisren eñ elegir..Es igudmcnrc ffryi""f¡t. qucd rcsuladoúldimo dc la elección cconómici púde apresant ier mdio de un vector,-.X¡,r xr, ..;, ¡J, cuyas coordcnada¡ son c¿ntid¿dcs dc cicras ¡nc¡c¡ncfas.

. Ahóo Bi*, Jgnu cleccfoncs aonjmi.cas sol chccí3tus /ils cs¡o cs, el

individuo es tan libc dc clegir una de las al¡ernadvas como si cuviese queelegir una ca¡ta dc ',ne baraiá o un punto de ¡¡na lfnea. p..o f., il...iolr.r.más imporantes no srelen ser libres en esre sentido; imprican ciena ac-ción por pane.dd agente. En su forma gencral, la elección econó¡nica.no qsc hace cnrre dos vEdor:s de_mercancfas, yy Z sino encrc dos complejos$ B) y (Z Q, dondc By Crepresenun tas acciones medianre lrr'{oJr. 'puede obtener Yo Zlor regla general, existcn w¡ias acciones, B, h, ...,B¡,,a cuyo través pucdc afcaruarii I por ejcrnplo. Se puede

^.nJigr.r rln

dóla¡t o roba¡lo dxhaju o pedirro i p.úono dc rcg"ro; ro q". !! r,rg.por rérmino medio depnde del esquema culrural dc L sociedid a h qüesc pertenezq- l¿ q$dón-reside en que el hccho de que el resulado de laclección sea I,o Zdrynde también del uahr.quelJ¿.ion., By Crcn_gan de acue¡do cdq d {uema culrural dcl agena económico. Abandonar.a un paüono con.dqric sc he esudo durantc-targos años rlnicamenre por_que ouo paüono'P4ga mcjor no cs, desdl lucgó, una accién compaiiblbcon cualquicr cndición c'lrural; ro mismo puáe decirse acerc" dé ra ac-

:1I l. un p¿ttono quc dcspide a sus obreros len pronro cortro hay poco .:

crxbato. .--"rll *hui* dffi.,.o',r-bi¿n cn otro *pato i.pon:**. En dgün., ': .'. sociedades, la ma¡p¡panc de las acciones riene un gá

"d";ñ¡,1"J¿ *gran ralor negativo, dc acgerdo con el esquema p.uliurd predominanre. Es-tos rores ueoen ün gn¡n importancia en la clección dcl individuo. En elofto exrreme se errcucnt¡a Ia Sociedad CiüI, on l¿ que, con exceoción deIas acciones especlñcamcntc prohibidas por las teyl es6itas, ra^elccción.

. viene determiuad¡ aclusivamenre por loi urcrores áe biencs y y z pode,-,1mos ver üora cond¡¡idzd po, qudl. he ido tan bicn a Ia economra *,ári-'I /dar a pesar CI7 y hono uconomiÁ porque este homo occonomicu¡elüi- l /brernenre, es decir¡ d911erdo con una funcjón de,clección quc imliica Iúnice¡ncnte ef vcaordcbíenes.. I

. Fs corric¡iF n&isc ¿ l¿s sociedades en las que la elección esü dctcr-

Iminada tamb¡t p* d vcrror acción denomiqiir¿otr¡

"sociedadcs tradi_,?o:4o", pcio la-agrcsión cs" evidenremenrg ún pleonasmo: toda socie-, ,dad dcne su proph'rndición. la de la sociedid ciü cs guc,rinicamlnre fa'ley escrita, a vloetml¡¡ncsr€.la opinión de lo5 uibunar.", di.. si una ac-ción esd pcrmidde o p¡ohibida. piénsese en lo¡ casos on ir."u*,o ,n lo,

.,..que Ia Federal TndcCornmission solicita a los ribunales oue decidan si laacción cumple o noh¡ mrmas socialmente accpadas:

La. opinióri dc .qnc h función de elección 'del hono occonomíau, rsrcl

cs, el lndice de udidad rcpresenra adecuade¡nen¡e el compor¡ami"n ol .,,económico en cr¡atrEí¡¡ ociedad sigue

-".1¡-¡;;L;;r.;';;;; p,r;J; I

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prwer la'argumennción dc que, al ñn y al cabo, qe puedc incluir^las accio- Ines en el vecror dc óc¡crndas, distinguiendo, pgrcjcmplo, cnüc Ia ¡i (|UCpuede conseguine ruaÉ de Ia acción B y la misma r¿ que puede pb,in'.i-

r Práo, M¡¡s4 p, l70i V. Pscto,.trl¡drcm6<¡f Eronqrr.ric¡, I*n&tdEm;cPepá,núm. 5. 1955, p.6t

- Prcto, MamcL p. 335..t¡ tr¡duciói¡ c¡ oh-E Rocr Lnxc¡¡burg, .Wrát is Fconomial.(nufticopi¡do, Nuc'a Yo*,19í{),W.46y19.

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iE"III

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se por medio dc l¿ acción C No es precirc cou¿r en dcrallc¡ para ver qucesa sui¡erenci¿ únic¡mentc disimula une di&i¡lud gncias a un anficioie6iico. Más habirual, no obbtanté, cs Ia posnrn pcnonific*da por la argu-meqació¡ dc Sóunpercr de que "el campcsino vcndc su rcmero eracte-

. rnente coo tantl i¡sn¡cie J} un qgolstamenE qrmo d agcnrc de bolsa lo ha-ce con su c¡lrrcra dc adciones>tot. La consccuencia bustáda cs quc lafunción de udüd¿d csúnda¡ basa para dcscntir el.comportamicnto eco-nórnico inch¡so cn una gglcctividaá .arpoina. Poo SÁumpcrcr, obvia-

' menre, se ¡efcrfa a u¡ carttpesino que vcndesr améro in urt mcrcado u¡-bano a compndores a quienes apenal coBocq sin cmbargb, en su propiacolectivi.fod-un campesino difii:iimenre pucdc comporurse como rrrr ctrF'rrcdor de bolsa. Tal como nos dice un núrnc¡o cad. vez malor dc &tudio-sos de las socied¡dcs campesinas, al campcino lc interesa,poder compnrba¡arc sólo poque i'na viiude, po¡ cjer4plo, rerya quc veqd,gr presionaüpor Ia ¡rcccsi.l"J Al corredor de bolsa no lc im.pona sabcr por qué d vcn-

- dedor vcndió b¡n¡o: no dcne mcdio de saber quién:es a qulen compr&En los riltir¡os a6os, eran número dc cco¡o¡lisus sc ha dedic¿do,al cs-

rudio de hs ün¿üfu ámi;üin'"t ""

difcrentes'paGes súbdesarrollados.Su comprorniso con las fr¡ncünes de udüded y de beneficio éomo sfuncio-nes de elección ncionab ha llevado a muóos dc cllos a feclarar quc elcampesino -o, cn goreral, cua.lquier micmbro de una socicdad *t¡adicio-naln- se compora inacionahncnte. De hedro, sc ha ller"ado a cabé una

. cantidad considcnble de trabajo sobre cómo hacer que el pampesino sccornporcc racion¿bncntq, pcro,rnuchos de esos auroies nq parecen darsecuenta de gue lo quc proponen'hacer esguc las colecdvidaübs campesinaselijan como lo hecc Ia Sociedad Civil, de aq¡erdo coniuna ñtnción de utili-dad y dé'bcncficio Quc &re o cudquicr. otro pauón dp icirhponamicnoii¡¡ómico sca el rinico racional es, en,realidad, un ps.u{o problema-'

5,.. Comportamicnto ragional 7 socicdad racion¿L O$aJ tr perspecriva,,1i:j

dcterminisi la noción di'ncomiorramiento ncional,r [r cu^pl.tli.ot.' inútil. Dados sui gr¡stos, 5us inclinaciones y su tcmp.raFneHto. la oersonainútil. Dados sr"ri gustos, 5us

-':..;.- . taj t i

tysu la persona

no pucdc scrtildad¿'de irggionat Y, si ecepramos las.cond¡¡iones q,,{. lSe biólogoi tundeducido dd q*$od: gemelos idéndós cn el scnddo fle Que el compor-tamiento dc ca& hombre esrá determinado en bucna

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quc fuma a pepr dc la advertencia de que "fumar pucdd ser peligroso pan

su sdüd$ acnla a partir {e un campo dcfinido,¡;:por t{nror. no pucdc scr: . f '. / .':'" '

; . .1' ¡ ¡ , 'l r !

üu¡rtc¡¡UJ Lrc f¿qz l¡omDre csfa Q.ete.uruflaqo cn Ducna p¡utg. por su genotr_:'ipói'Ios g-I¡nBTJ los. belicisras son ran fTio*les, .o-o'1" g.nr!'.."-

' . . blq y pacfficatl. Ahoa bien, para-un dererminista hasta la nutrición (ya sa

'., .. ; , . H.Pm airJmL o apo¡o dc cte tsii, v&sc C D- Dzrtiogron, Gartii anl Man (¡.¡uoo y-t,

;'., ;, .. 1969),pyTIL211, F?-i.l-6tc l¿ lisc¡ dc los or¡arc rasmiüc gehéti,arncnrc, cn pp.Z10i . t . t y, l . ' ' r '

- . , . ' i

' l : , . r : . r ' . . . : ' t : .1 , ' / ' . . .'

á") ' .". ._:: . :

á@ozn, R$ca;nw(nou 32enraicd,p{5I. L:s cr¡nins son ¡nls

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enigma es ele.vtz.inqtructiro y complejo. l.a declaración cogc a uno dc losmás grurdc fisicos dp cstc siglo cn d ¡cto dc arptesa{ su fé en la libcrr¿d

'' de la volunnd. Evidentcmcnte, sc dcbe scr librc para {ucrcr pásar decom'porcme <iracionalmlnter r hacerlo ¡¡acionalmcnter; pero Bridgman nosdejó prcgunrándonor qué cra lo que entcndh por .racional". lo mls pro-

.' bable es que d eminente estudioso que puso los fund¿mentos dcl fr¡ocio-nalisrno y que sc ¡mcginó la cicncie como almadn de inecanismos dc cál-cu'lo quc nos pu'.rñti4:¡irrC;" il ei rorn¡".

",:micnco filr':¡v dc la Ngr':ralcza

tenfa Ia impreión'dó;riue la humanidad cs irracional porquc en l¡s sirur-ciones más impona¡iu el comporamiento hu¡nano no se pruta a ralescálculos. En qrras palabras, Bridgman pensaba que el eomponamiento hu-mano cs irracional porque csú domineilo lor csa catcgorfa dc fenómenos

^d los.que hc denomltlado nciondes de terccr ordcn: (Capftulo V Sccción

t 'll). Por consiggiente, lo que dijo cn csrncia es quc, mientru la humanidadV I no se cdr¡qug de. modo que.el comportamicnro hpmano sea prnisük en el

/ mis¡no sentido en quc lo es cl coarportamlcnro de la materia, no pucde/ haber auténrica cicntia toild., t Ogca*.ntq no dijo cuáles dc los¡üciblest,CQmPort¡m¡Cnlos dpberh;:r.cpetirsc-por-cada scr humano una y otr¡ vez,

' .pcro podenibi ésr-airÉguros dc'{üc una mcnte'como la stiye.no ignoró lainmensidad Intclerttld del problcma dc un'impcrarivo catcgórico ete¡no y

T!.1 como lowe la Dresentl¡" le Ciencia de la Economfa polftica es nhfteorh de los sistemas er¡nómicos .o";;ü;,;.lproupon. una nautori.l'f'd de conrol" cebaz dc screccb;il;;;r.s", ip,iro dc le cconomfa. rDcspués dc esta sciccc¡ón' Ii misma rur";tdJ;.db r ras sigr.rientcs a- |reas: (l) a dere¡tnina¡ el a¡rrc marerial qu. ,no"Jd risema hacia cl ma-ooftn clcgido; (zla ¿o."bli]": ñ.ii;;ffio*,ni*to requeridospor csa scnda y las motinciones c¡paces de fomcJur csos modeloc y (3)a descubrir las nor¡nas oenrrarcs qd l;";t {"

"L ^o.¡*.idnes ,.¡de-cuedas a los fines"'6' Incruso

"urqo, eludamos Jp-ur.-a dc si orisre ar-go semcjanrc a un fin óodmo objaivo ¡ *ra. ál"iri de si la autoridadde conuol pucde descuürirl" d-;p.., Ji;;"""ilq"e ad.mitamos la po-sibilid¿d dc planificar sobrc cl papel .i ;;; ;;-.h I rnacmftn, Ios pro6lc- ,

llTjlT,:d"s por las brras d-os' areas ;" ; ¿*,:a;rto.'Co*oid;;aDoga crerFamenre úor el,uso de una cr:rgórica,"*.ió";;üd*i;;;;resolvcr

rys Rrobhmas, dene.quc *nn., in i. o¡ocncü dc algunos mc-triltr ***^: _r: ry"d; q;il"*; ;ñiffi ffitü;::.;

.C,rf gidamente obedccido.

{ásfascinante, n9 obstántc, cs el hecho dá que uha variante de le pos-rur'¿ de Bridgman, relatira a lo quc se dcbe haccq para icner una ciencia so-cial del,misrho iirilen de funcionalidad quc la fi¡ica o fa qulmica" ha eradodurantc algrln ticmpo ccice d¿ los corazones {c los ádoradores dc una so-cicdad toitlmcnte planificada; dc los mancisia! cri concrcto. Dadc una di-rección üfercnre, qtr"me.se ha cxpucsto con dtsucza crudia por AdolphLowe' en uá recienta volumcn: desde el mo¡ncnto tn que el hombre secomforta i¡¡acionahncnc (esm es, de modo impievltible), la area di lascicncias r*¡t¡s:(de la economfa, cn cspecial) debe coniisdr cn tracer que,el hombre ig,qgrl[prte.üc¡onalmcn¡e (csto cs, dc mddo prwisible). Le in-vitación es'6.ma!g dos pájarós dc un d¡o: paral{ograr. canio. ola esabilidady el;srecimieñ-go.de lqs iistemas indr¡saialcs lcorno] el grado de ordcn quees una .có4ilición prcvia para Ia gcneralizacif¡r teóritartú. Aun cuandocomparte lq.insatishcción dc Lowe con la ecinomla cstándar, hagp unaexcepción {ildamenral.a su mandato; y mi m.,9firo-consisrc e1 g13 ru.pr?-

fr l'fl f;?,T,lll::::l**,*:i:y"dffirñHlruH.1f"trlgpno¡ffi

con 3g[lugios dc insenierf, ̂,^ :^-n:,¡=--ir---4.r'cmc¡anq ¡upues-to implica

W csUn iuiétor,r un.ro, ro que cs un supuEióñFffirrifimdoque ¡a posrqra básica de laro consriruve el cre.r.

-*,rTil.".i11estándar' De todas modos,'el sr¡trues-

'a lbi/.,p.tlg.

t '." !il, py- ll3 r I43, csFcj¿lmcne.nlü1,*14.

ro consrituye el credo sobrc d q". aoonr. t.;;üü;iúüd[ig++gg; ¡, ro qu. J-,-unli;,á:,iffi ,r,.""té, encoütramosen ra rrrgumcnración de Ilwe_un ecb de la idoa Ulrio qu. rl""i;,ü;;1.-l"t Thc lute ",¿ th, R *i;;. ó;:ffi:.puodc i¡nasina¡ic el .crso ocrrcmp de un colcaivismo monolfcico ;i;i;". ks recetes del pl¿n.- .cenrrat se ltk¡ran e cabo por frrnfi";ñ;;ri* tá;;;¡fi;;-ol".15"1i1-con los rnecrofines imouitos. E"

"" ,ir;;;r.niE*r., to, proccsos cce.l , . .nómicamenr',.1*nü *.r.d";,r';; ilplq,.o ;ilí"éji];t I,,,técnicas,ro. óhora bicn. q"¡*"r;iiü.i;á;;d;il. rodos los mcdios iir_l

.firdir csc ¡cr¡rimicnro i. pr.o'la.ilil;d;; er ¡nacrofin impuesoinos.hacen raber de vez .r..u-do.i";"'i" ¡ir" ñ,ffiHrr,""H;il

,

"*1i"",*qie no.han l.dü.o Sqo'. --"'' '- ""Y

k plen¡ idendficación dc.lo.s funcionarios _mejo¡ de.absofiiarnente:f"?j:'"ffii*::,i.o*"gggl,go. .,i'i,;ñ,* i;J. . e"b.j*;;;;;i** "jrli:-9"*n$

que viven cn sociedád,:,inciujdas las

-;,;;l;;ü;á.úi"^Jl,ü'fi;if ;:ffiH",,,:¿ü,:f i:I1,j:.",:.s$lgs3 o por cualquier ocra docrrina queiimpliquc jngcnied¡ social. I

¡..:.!i.l' . r:l;. . '.1 .:.1. .

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", -g#Í.1;¡'i, ';,1: .,;fi.; .

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'ü Adolph htrys' Qr Eailnk lGtwlclgcTouard a Seia* of Pdi¡ial hnnía (Nucn York,1965), pp. niii y¡asim. .: ' I

'424 '

la Economh Polldá

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En el caso de los inscctos sociales' la producción.social se desarrolló por

modio de la divisíón d"t';b"rt¿*ti ¿t t" c¡¡olución eirdosomftica de

ffi;;.. Ü;; h"t-lr pJttttt, por cjcmplo'c'mplc su tl:i:"-i'

;;;;;.,"r-*¿*oñi¿ii"or, "o. su cabeza plana' erl conc'reto; edc-

m*,ffcsffiffif$#ffi qt" ¡" 'rllt3 que tiene¡qire haceres blo-

ffiü;;il;;r* g.ñ.f* con su cabeza. En et caso de l[ especie huma-

il,i;'il;*¡ó" t.]¡-'lp* J ánt"tio.' elresuludo de la'w-qbg9'1

.il;;;ü del hombra iát tér-ino medio' cl hombre rrace con una

6Ñ;il¿ióii'bfdfóEitr-J qtt puede desempeñar el papcl de coof chino

un bien como e[ d. ,.y'il}i;;;ity iut"rl"*tntt ntda en la constitu-

ción dcl hombre *.dio q* ["eda hácc¡le no desear ser rofl y la cuesrión

reside.en por qué,*qh t::'::ff:i:J:L'l; o insecto sociat y el. reside. en por qué tend¡la Que ser coory cuno t#;í; el insecto social y el ('

lU contt.ste enue [a aparente armonla en .que vrvs t:

l'-:"" "1".^:-1 ; \'P.'H#l:;;flil;

';;l;i;s mi'mb'os dc la sociedad hufnana *"*i

I' do desde t"o

^utt'"ol*-pt f" atcnción de los filósofos socialcs'hacia-la

Iil*il."tt"";;;ti;encia biológica^del hombre r sus asPinciones

\l."¡"'i?r J .i,; Pil;;.i Áá"

- ti guo" deferuor dc l" p'1!{^d.'-:3o'1" I

EJ#ild" ;;;'''6;É Jigár.q"¡3;recomendó cue ucedá individuo de- |

. lb.¿t" ser utilizado p"* i¿ qít h Naturaleza ft "nü

aÁ;iñi6;T];nt'"- Il - ty:yot i

Po obvtamente qu,,'.',/ \i"lÁ"r*-ár¿rofor. ¡ itl*t9pt1on dt pt"t¿n del complcjo biosoci"l cn

It,'r. f;;rild"ü;;i-¡rj t. tt*¿ incluso a esablccer alguhas'.81* p1T\

* foroteger u t. *'^ ]tl* guardianes (como llamó a sus sulerhombrcs)nel I

'ñ lde¡erioro po, h ^á"

gJné¡ica con los hoi polloi"t' Pero' al mismo úern- |

.-$ ñ, ;üp"t'¡ü*"r'i"it "? oll'i:'-ptnt" en la manipula"u",l:; I

: lverse: hac¡r que la gcnte pacicra de modo que cada uno desempcñasc uoa I

l;;;;; ;...r",i" de lI sociedad planifieda' Hasca hace. r.nuv qo:o' "tti:: Il¿*"ttUa únicamcnte TÍli Dream

'f d'llry!*' una sárira estria por el en'l

. ' l;;lñdt* r.*J ótn¡t bi¿"tot' v la visión urópica- v satf rica o: $1':::l' I H;;L ,n Th, B'o* i,'- World' Sií embargo' los recientcs descubrimicn-[

t | ;ffffi;;;; il;i;;han exacerbado ta imaginación renro *'i*::l

I divuleadorcs y embaucaf,ores perioüsticos conro la de unaq Pocás au(or'-l

I ;::::ffi;Lü;á:¡dJ, ,e'no, ü.., las oremoniciones de esos ducul

! brimicncos ,on qít el hánbre será pronto á¡rg a' naltErar'direcamcnreiI "p"rüií^

-aril;;éd; h;mana""'. y, corno alsunos insisderan en gu{

. | (eslos ,r ron proiLirlJ" ft-tg" tfrt" [sinol que eitán ya encimaie^nop{

LJrosD, durante l^ til;;;;á" igunot deloi mát grandes nombra dé 1{

dcl futu¡o

diversas F¿ses, en a{funa ocasión hasta li fasc adul¡a"'. Natutalmei¡te, si dt .

f ,

iii:;¡ . r :t.. ,l,:::'.

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l . : ,! . .

-J rr platón, /t?ubíall.37íyY.423. ó ,

I I t' ¡bid.,Y.459460. Cu¡iosncnrc" a¡sieglx conrcnlm trmbién algunr rampr oo las quc

,/ r lcn*ñ¡¡ ¡.tú ,o".I ü;ü.;;;i. i.ndo ,""o.,o d. la oligerqufa domlmnrt li¡l T.odcrnos mt'

" 4 Lero dc 196{ 'P'2t1 ' bs

cursiv¡s son mf¡s'

verá no sólo

'¡ No mcnc dc cincq lÁ,u.do con d prgmio Not cl esistlaón .t i.p*i; ¿q t" fundeción Cibr \sbrc M¿n anl Hh ñ¿mrlr í¿ G. lgobcnholñc (Boson, 1963). Trcl pnmioe Nobd panicipuon cn I y'cl rimpsio cclcbndo cn lr Ohio VrJgnn Uniwriy robrc Thc bnml düw Hmdhy and Ewl* 1tío¡, cd. T. M. Somcbonl (Nrm York, lX5). I¿ cirr cn cl ¡alo a dc I'{a ad H\ fu*n; p, 363- |

'K J. D. S. H¡ldútq lEiologbl Posibilids fo¡ thc Huniin SPccio in óc N&t Tc¡r Thou¡¡nd!ars,, en Mu nl Hú ftnm ad-Volstcnholaro pp. 354 t c l¡ ¡da .$conad cco a K Atwood.quicn cn un simposio pq¡crior preió lz producíón dc o¡Buismo .cqn un.gn¡i e¡cbrc. dc fo¡p¿gue gucdeo pmitirc rl¡$ o fitosgfla, y uirbién on un¡ rou foto¡i¡¡éti¡ cn ¡¡ c¡p¡ld¿, dc modoqu€ not6t¡tr ñGidrddqconco. Véuc.Disosion - P¡n 1,,c4 Cpgpelofünun Hn/ity,g.37.

' :. _ -.r'1 Junto ¡I a¡dculo.<i$o ar la mre I l2 rnrcrior. váse Joshú lidcóug diologicd fururr of

Men,, cn Man ¿n/. Hb Fthln, od. Wolsarnholmc, pp.263-273,y ,Erpcrinonl Gorcticr and Hu.mn Evolutionr, lraadoln Nau¿t* C, (1966), pp.519-531 (rcproducido nmbiln en Bulhtin of thcAtomic *iati¡\xubrc {c f966, pg. 4-l l).

"' Lrdcbcg rB'nlogiel Funrc [Mo, ¡ 266, y <A Crisir, p. 213. frn aus Éoricer, quc cn rc-didad rcn lo quc le mdhj¡u he wr¡do h¡cjodo dadc ta entig{ioüd, I¡dc¡üc¡c.m¡ñ6 un nusyo t&mi-lo:.cufcncir'. Várs".f,i"logícd Futurt of Mzn,pp.Z65 j r,¡.&¡fm,-trl Gcrctio,, p.524.

"r hdcücrg, rExgcrinrcnut Gacrics, p, 526 r¡mbién iu c\ Cri¡i¡r, p.2lJ.

-,¡ rrr Prn un rcumcn oporuhot& los sul¡:dos más signifietiros o ac rn¡ido, vfucJvlorgu €'

'

Yz¡ns,?dl&bwc ant Sonutnvqtuba(Num Yorlq lgój), pp. tG20, é r

426427

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7-

mismo ardid funcionase en el caso del hombrc y con. rrn &iro práctica-.mente cornplcó, áo hCbrfa lfmite alguno al nrimero dc .Einsteinso quc .podrfamos pmducir. [.d visión asl abiera nos hace recdrda¡ a- Didemr enThc Drcam of d'Alcnbtt (en una cilida hebiación con d suelo cubienodc pequcños bot€s y cil cada uno de esos botes una etlqucta: guerreros,magistrados, filósofo¡, poetas, cortesanos c¡l¡rados, r¿nluu enlaadas, re-

' yes enlaadosrttt-

Peio, como el profano puede convenccrse por sí misino teyendo dae-. nidamcnre Ie lirAnn¡ra prescnnda nnto sobre ou grardda como sob¡e al-

g$nas afirmacidnes igüalmente sorprcndentes en favot de la cufenesía.prácticamente todos los pares de l*derberg disientcn dc $u pronóstico erc-ccsivamente cntusiásticot2o. Cinrcmos solemente unas piocas opiniones: G.

'' Pontecorvo considera que (para una ingcniería hunana r¿cional, ya sca del

. , . t ?,- /

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, -gpo eugenesrcqp oer eurenesrco/se precrsl un conoc¡ml€nto de le genenca---- .

. 'hunana mucho mayor,que cr edmtrable conoctfntento quc ya poseemosde, por ejcmpls, la genCdca dcl baacrió&go T4r, mientras quc P B. Mc-daw'¿r nos qcopseja (abstenernos dc grandiosas dcclarrdoncs proflticas oretrospectivas. dcirca dcl biencstar genético de la huryenidado..BentleyGlass ie lamen¡¡,incluso d€ la mela irputación en quc ha venido a caer lagcnét ica por qglp-dg.l$-9pjni-o-r)

- r crilo D r. Creo. no.oDsranre, que nay algunas r.azones elefnentales 4unque occrsrvas que no

. exigen una gnrn F¿miliaridad con todos los deullls'dcl conocimicnto bio-lógico y qtie, dqdc dandz not enconndnTos ahort rct¿san,a la ruyor pane delas maravillas anunciadas por Irderberg en rclación con, la r"aloración dclas potencialidadcs de la biologfa.

:

Llegados aquf, pueden mencionarse brcvemcnre alfunos de los.obstá-culós que se oponcn a la exuapolación-¡l-hombre de Ia.ciruÉ nudeica de

1¡g;[¡9{- En primcr lugFr, e¡tá la prohibición inhcrente d hombre derEñffi-a nanopinza. Sin una nanopinzr, la cirugla nucláia dcnc que dc-

, . jn cn cl husyq hfbrido. algunas cicatrices que a .nivel sgbmólecular tienen

125, y por S. L Lrdr ¡p. 15 y s.). P. B. lddzw, 7k fu*n of Mq (NuenYorL 1960), p. 62. B.Glrs. ¡Sum¡ury rnd C.oncluding Rcm¡rks', QA Sping Harbot fonpotia w Qrentiuciu &iobg,)O(X(¡96{),p.{80. l

t¿ P.rá már d€eilÉÍ, v{a:c cl Apindict G, Jccción 4"

428

e¡ormes proporciones. rales cicaaiccs afecarrn evidentemenre al normildcsarmllo dl g huqvo. Enscgundo lug3r, está .t pril;búñ;;por aiuchos bloljSos molca¡la¡e¡ dc que]rru una determinad¿ Ésc de dc_sarrollo, un ¡údeo somldco pictde por complcro su capacidad dc inducirun nuevo desanollo'rt. D*Í.-.1 ,norn*ro .n qu. ningrin hoho *noAdo! pu*o rodavh cn cnuedió9 cstc principio,'.hsqos"de califi-, di merafanesla el .provqq-de, dt{g4{,r-n"'n u*á o.ffisomáuco de un rndiüduo n a&ro- pói rilEmo]a ;suñ;ffin deAa.@;;';;;ü'" en cr hombre -comomanriene K

lltwmd coirjuna.ente con Ledeóerg_,r, pu p.,,ii. .ilr._

cho clemcntal dc.quc para cl normal desarrollo de un hucrro'anfibio es su-n"T,1*1

l- 4+TP*tanos¡ o con-una jarra de agua y que, por clcon(ra¡¡o, e¡ nuelo nurieno rcquiere condiciones fantásticamcnie comole-jas e inmensarncrirc delicades. como todo el mundo ob., 1".i.*i, ÁEi-ca dcne difiq¡ldt ¡iara nlnr hasta la vid¿ de un niño que abandon" Jcla¡¡sao rna[arf¡osúlo unos poos dfas antcs dc ticrnoo.

[n una oÉasión, Medaqr ¡cuñó la palabra 1ge'n.ticismo, para califi-

cal al complejg quc.F ubcüdo r. la prctcnsióoi" qo. Jruesüo conoci-rnt:"*roJ comprcnsrórt gcnéti1,s son rnayores de lo-que en rcalid¿d lo.son'o. L)e modo scmejanrg podemos usa¡ nbiologismo, oa." desipn¡r ¡l:11,:::.TTo-.1m.r.tro

podemos usar ,,biologismoD para daignar clgcruo c¡cnunco qxe cnsalze acn¡almente las inminen¡es maraviüas áe,una

mi'tÍr1ffi-"*::!É,y i,a¡; r*r.* ffi ;: ;# s; pYri p ia expl icación. ., il"^T_:rt-llrerudlpnro éxiro en conrrolar a su favor un proc6o ft-

:ii ,*.

"_:t:¡uc n! pldo dcjarilc crecr de repenre qu. pu.d" Il.*r" o-* ,,"

Tlrntt lPea eo 9l rc$¡trres campos. Cada época ira renido su cuq.a dc fórmulas pzre construir. un. ,o.i.d"d ,".¡J;¡. Ea eere sielo. clircconom¡cismo' erlminó cn h'dcfiinsa dc una *ono*t" á,o;i*fi;il1

connoleda como pidn 6roso6J der economirr.: Ah;;bü'il;..L|

ryry'IT^:ll,: *oT.,. gue r¡".:^plfr t¡na coerción octrema, la genre

no.esra gener¡ümcote d¡spue$a a idenrifica¡se con el plan impuam Iesdearriba, comenzamqs. a pr€star una arención creci.n," i ¡o,

-áfi*i;:gola¡ la menrd¡ y' ¡l gu,I quc iuccdió con Ia idea de u¡e dffi-

L por cjmpfo, JruD-Vxsn,.U:bahr Biohg of rk Gnc (Nucv¿ yclq ggJ), pp. 1t6y s.1gmfíí,#" ¡p. r,te y s.; G. rG;¿, .o;sos¡ín ip*i u.,-,|,'c,,*t

"¡E_^íí*ii á.

, ,' Yt: .Dbcf{ir¡:hÍ I. yry

{!t yn Hndiry,-p.36. En cl misno tugr, Atrrc<id¡ludc I h hisro¡h dd ¡al donrorldr coupcie n. d. ,o _n.¡ h'..bl, p_ -nduir

quc lo mirmo7*gnnclre ry1r14 ü¡cco a¡ d ionbS eu. ."ir,. AjÍ-f,..f,o ,OUa. rru csa hisrorü c¡ un¡o¡trrión discutiblc fiF.-

-so *.aú{*. f u" a.U[ .",.*l-f nc biólogc apainmadc,,q Ma rnd Hi F¿*q."t \ihlnnn'lm. p. t'5.

34sr4$Í!!!-u¿!_',' ,'fiIIT

lF(

p. 21 2, y .BioJogi-l Futw ofMrñfpp. |70 y r).--rfTon¡cdrq,

'Prpccts for GmaicAnJysi¡ in Man¡, c4 bntml of Hmn Hadiy, có.Sonncborn, t af Gn d mi¡mo volumcn, vásc lu opinioncs arprcradar por Sooncborn, pp. viii y

.429

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mcnte conrrolada, algunos dc nosotros sugerimos quc el tonrrol de lamerite cs un acontecimicnm normal en [a evolución dc h civilización¡x.6mo hemos visto hace'poco, I*derberg nos asegura qrie lo mismo esiicno respecto'dd contro! genériio dc la especie humana médianre la clo-nacton.

A raves de todo esto pdemos ve¡ que lo que inflrJt'" l$ corazones delos que buscan y defienden d conrol del hombre por uno ü $ro medio esla visión de un hombre,,<ncional, ¡ especialmene, dc unq,sociedad u¡a-cion¿b. Y, como el prbceso económico is, cor.io he ¡ratado dc argumentaren estc volumen, un l"

"p.-rición del biologfsmo queda denro del orden de cosas cspcrado. La dog-máric¿ adamación de las ideas de Michurin y Lysenko pnl{ URSS habla a

' voccs ¿ cste rcspectg. El biologismo, creo yo, represene'cuqbién la última '

forma en la que pucde riünifessrse la gleencia en que ldldiencia pued-e

?E¡!3d,fulSb¡g3 creers! de'nuevorz7. En cfecto, si podcmos. crca¡ hom-. bres de modo que un to ága la fuerza opeAd pü tirar de suvthfctlo durante rcdo d dh y adcmás no desea¡ otro dtstirld, ya no es ne-cesario controlar la mente- Se pucde espérar eqtonccs'qut el'biologismo'ati'aiga finalmente la atcnción de los economistas quelpor lhora parecen

'

simplemenre demasiado ansiosos por dar respuesÉ a toda lttición o(tem-_po*o de planificación. En realüad, ¿cuál podría ,., h oll¡d"d de s"beÍlcómo donar a la gentc si no supiétamos a qué clasc dcgente habrfa quelheccrlo ni en qué proporcioncs? : r'¡

Puadójicam"nt.,'la hipótcsis de que (nosotrosD ,rn..á! el poder.deIas mirológicas Pa¡cas dc conferir cudquier cualidad guc ib desee a rodoniño po¡ nacer descub¡e le ir¡eductible dificulrad de qqc el hombre plani-fiqúc una sóciedad rracional'. Como arguyó Pigou, un{ dc los mfu perspi-c¿cas econornisras.dc estc siglo, mucho antes de que dadic pensase seria-mc¡¡te en un¿ hurnanided enlatada, <cualquier ¡efortnador socialsúbiramente do¡ado d" [ry..i*t ] omnipocencia se enbnrtcría en un tre-

. mendb apurorr2s. Evidentcmcntc, tal reformador tcndrfa Que saber quécualidades son las mejora pua cada nuevo se¡ hurnano, lol que significaque tendrf a que posccr ambién

?nmis gign ci t;" y,. ver&d:ri4ente, res ulta

cn ocrc'rno intbresante obscrnr lirapidez con la quc los defensores decualquier clase de planificarión gcnética intentan minimizar la cuestión de

.¡ !u{ gg4lidades so¡-dercabla. I¡ único que se nos ofcpcc són tugue3l*cd

munes como.clsv¡da qFlidád gpnéticar, o .habilidad'aresdguadar, o <bue-

.,,.L1 ,tdud, clonda inrellgencia, bondad gencral,'D. D¡detot podfa penüexdusivünente en ¡eye{i aristócnms y onesanos, debido probablemenre agu: .-n su época se las bonsideraba coúo ocupaciones vitales pan Ia socie-.dad. Más significadvo es el caso de_H. J- Muilg¡, quien, al inrcnta¡ vendersu famosa proprlesn de inseminacihriffiffi a parcir de bancos de se-,a,.ea, mcacionó únicamNewtoo, f¡ona¡do, Palreur, Beedrorrcn, Omar KhayÉnb pushkin,.SunYar sen, lv{ar¡* o supetgenios quc combinasen las cualidrdes dc tales in.

. .dividuos'$.Muy probablementü, tend¡emos qucvcr pronro las dclagradable¡ con-

sccuencias dc lo que nolocros, los erudims, l¡-cmos inrenrado implanrar enlas.menrcs de lu gcnre$¡ pucs la verdad desnude nos saltatá .á, pronro omls ¿r.rde a la .afa; y li verdad, danuda <uyo énfasis es, lnuy opor,uno-es que uo mundq compuesto únic¿¡ncne por genios, mclOr arin, sólo porhombrcs de ciencia, sóJo por docrorcs, nó iodrra sobrevivii rii un solo mi:nuto (no más dcllo qüp podrla uno fom¡do solamenre por la senre deV¡rlalla). Es igual¡ncntf patente el hodro de gue nrillones de'*Einircins, o

:,D:!*qq h-echos de r{corres no$ probóle que diesen lugar a otn revo-lución cn la flsica o en la música-lToü nucva ievolución tJquícrc un tipo Ide pensamicnro {isdnro del que alimcnró cl anrerior

^o-.n,o c¡uctal en /

la ciencia como eir las aqtes, el progrcso procede de Ia noveiüd, no der.me- |ro crecimiento ndméricg de lo quc ya cistc. El mero crecitnienrc numéri- I

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luclon cn le nsrc4 0 en Ia müsrc¿Lli¡da nueva revolución tequíere un tipo Ide pensamicnro {isdnro del que alimcnró cl anrerior

^o-.n,o c¡uctal en /

la ciencia.corno e[ las aqtes, el progrcso procede de Ia noveiüd, no der.me- |ro crectmiento ndméricg de lo quc ya cistc. El mero crecitnienrc numéri- Ico dr' los crudiros puede ser huta pcrjudicid más allá de cicno niver relaci- |vo. Una úg¡n34l* ¡nt¡ltirud d¿ obras medjocres e irreljsvantcs, ade,náj Id. r.. un ll ¿."_tmunicación e, ipsb factg, coloca¡ía una carga inr¡ecesariá sobre aquelloslverdadcramente c¿paces de ensanchar nu'estrJconocimientol /

Un mundo vivo necesira, en primcr lLgar, personas n"productivas":'granjcros, mincros, carpiprero!, iecogedorct áe basura, limpiaboas, coo/¡chinos, etc Por consigulenre, la Mcnre Suprema rendrfa que planificár

co '{e los crudiros puede ser hasta pcrjudicial rnás allá de cicno niver relad-vo. Una úgg$ggt¡ltirud d¿ obras ¡qcd¡óe..s e irreltvanrcs, ade¡nájde ser un dcnoó es de co_

I

personas oenlata{4s' cn las proporcioícs edecuad4b a aas oclpeciones.Aiora bicn, puede haber pocas dudas $ que un .io.".i. dc *bebusyounlcamente querd compqne¡ mtisic¿ imprcsionista, pero lo que me niegoa aceptar es que rqdo lo que un donantc de cooly clino quier" hacer es ii_

i , ,¡¡ , , : .t '

/

;:. ..

i ** +"-tt , Man alCniliraior&anl of thc Min|.i-pocb cltlodo * cl Srn trmciroI Mdiql Ccntc¡ dc le Univesid¡d dc Gli6mi¡" cd. S. M Farbcr y R H. L \Fil¡on (Nuaa YorhI 196l). .,r.,.

't F:n es le principal roón por h gc hc considcndo instruc¡ivo d'r¡onir cn d Apéndicc G d pre-dimcó¡o dc l¿ biologh ol cono lo me le luz dc los puros y simplcs bcóor

'' f- C. Pigou, Esay tu [email protected], p. 82. 'r

430

.. . 'oJulim Hu*y,.Ti¡6;fu¡s¡q of Mzn-Evolutionry^rpccts,, p. l7; H¡ld¡nc,.Biologiel posibi-

1,.,fift.rtO, " * C. C¡ick, *Dismsion", p.29{.'rodis

"Jt*'^ M;; ,;¡ ú;;;;7Á.V"i_ ,4_.

., l;i-Ig"¡,oy o/!tl.-Nkht:,,1 n*bs;ni;,*¡*Fc¡s¡c(Nuwayo¡k, r93j),p. r13.Mu-|

,¡cr ¡cconoc¡ó m¿r.t'dc f dificurrad dc dccidir qud adiLdc¡ son desÉblcs, pc¡o cn diilouici r¡¡o I'rccunió ¿l mmo lugrr g6mún, *mcnra aa,"ion¡L+ mI¡iros rlc ,".;;;.Í;;;;J##; I *cttado]liror. Vé$ ¡u rMaru ryd Aims in Humu Gmic Bcccrmco;¡, cn &ntrul of Humn flat- |, l i ry,rd.Sonmhom,pp. l l0yl i5.

- " - - ,

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tar de una calesa -incltso aunquc se reconozca que en uqe socid¿d *ra-

cional, se pague a wr cóo$ más de un cuenco de arroz pot df*-.I¡ obcer-

*ción d.b"á poner fin a los sucños de una sociedad.rarional'übrc dc

rodo conflicto s-ocial. Quiena rinden cultqa una socicdad planificada ten-

drán quc admitir -y asf lo-haccn rhuc.hos- guQ cicrtos conuoles ebsolutos

''" Vá0. .Dir*oi o¡q ci Man dn¿ Hit Furun,d. Wolstcnholmc, pp'.275 y 283' Aparcnrcmcntc'

cs¡os autorcs no h¡n oido nunca nay'r rc¡cr dd m&imo dsco dc l¡¡ l'¿milir c¡nPdn¿s dcsdc t¡em-

po inmcmorial / a'- .;;ti"ó", tuoubli¡'lY.4l9-l :

'"iL*w.'nAy ü8 c¡ Mtn ánl Hi¡ Funn;\

432'a

lulanos 6ng.r üglgleugenésicos a la¡go plazof, pcro, conú po--cicmos ver.ian0f4"ül"faón más rmpona.nte cs que nucstro entusiasmo.porla expá{menticióil'pucdc inducirnos a defendü sin d¡¡nos .u.n,", pro.ce-

fimienr.os no mu;, dininros de los quc esruvieron ügenrcs cn Auscfiwir¿.[-Como diio Ma¡er¡, la Eugenic Sociery puede scr incaiaz de llevarnos vmáscerc¿ de los ángeles o de los simiosr'rt, pero sf pueie, sin duda alguna,acerqunos a los demonios. Como justamente protestó un atento anrropó-logo ante un audirorio dc eminenre¡ biólogos, .los cicntJficos que no se-ben otra cosa que ciencia pucdcn poner en pdigro la scguridad'del mun-doo'*J

Los problemas puiamente genéticos no son mcnos formidables. Comohe insiscido en el capírulo vlll, la evolución no es una ide¿ mfsdca sino ellresulado del Cambio cüalitarivo conrinuam'ente provocado por la apari- 1 /ción de la novedad por combinación y por la acóución unidireccional de Ilt. Ley d,e la Enuopía. Rccordenos quc esre Cambio coniciruye la causu Ipor la que el hombre es incapaz de pridecir la cvolución de cualquier espe-cie o del enrorno con la miirna precisión dc dctaüe con la oue ouede.'en 'principio, calculfr ef pasado y el'fururo de un sisrcma ,.c¿ni"o. C¡n fre-cuencia,oimos a los biólogos proclamar que la évolucióh.genética es <unnrstonal dc deüoches, improvisaciones, cornpromisos y erroresD. En mí

:fj!ón, se ü1:a de lrna opinión arrogan(e; frintc a ello, Medawar y orrosDrótogos consideran Que la afirmación nla Narunlrra no es la que más sa_ben ¡q es una verdad profrrnda,3r; cn su lugar, esrá l" {usiór, .r.gda-pa,

il::*:'"'::tno cumplen las condiciona del 6¡turo, pcro, curiolminre, ,,inc,rno^d. | /los que deploran:csre hecho obse¡vó quc, ii l" *lección nacurar huüiese he. ! K f /cho una previsióp perfecta, las especies hubiesen sido inmorrales, en rorar Icontradicción coh la l-ey de la Enrropía. Al juzgar la selección nacural, po- (demos rener rendenciá a criricar a posceriori, pero ese sabiduría es .spuiia, )

t

An¡gs de ¡cña!¡ cgn.el dedo a la Naturaleza,'renernos qu. d.*orrrrr quepodría haber. sido viable un mundo en el que, pongamo. por caso, la éspe-cie humana hubicqe emergido direcramenre.iel ló{o caliente primigenio-pasando asf por c{rcima de innumer¿bles-cspecies aliora difunras-.

Si en la seleccién ánificial es un hecho éue incluio aunquc u,r",.rrio,' de, criticar a prio¡i'el acontemicntq,... .l ..onte.imienro demuesrra .ou€

' r lbiL, p.295.tt 'P-P-Mlrcn,Ílcay'¡H¿¿rt,odHan¡!¡nHtmanEvoly¡ion(Nucv¡york,

l9J5),p.72.,ú Cadeton S. Coon, iGrowrh rnd Dodopmot of Sociel Groupn, ci Man nd i]b Frrurc, cd.)Volstcnholmc, p. 126.

^ .t'.'Ml*1t,.Futur1 of Man p. 100. V{:rc qmbién Thcodosiur Dobzhansky, Gactía and thc

?yi ,:I sr:,9:' ¡a;1, N¡1 York, I9{ l), p. 160, I dc nucrc cn .Hum¡n dcncdcr: An our¡i.ocf s v tew¡, LoA Spnng Haúor Syapotia on ewntitacívt Biotog,WJXltg64), p. 5.

dcben formar pane de semciante sistcma.

, ¡sf puo, * humani'mence normal que cuando dgui-en -usted o yo-' insiste en que (nosotros,r necesiramos controlar [a socied¿d se dóerh ener

cn menrc una inlagen cn la que cse alguien es uno de {nosorrosrr los con-

noladores, no uno-dc los controlados. sin cmbargo, cn d caso dc un estu-

dioso str convicción carácterísdce cs principalmente que.sabc mciot que

t;;;; L; o". t* rn."res debcrlan pensar, sentir y dftit'Ltn casta de guar-

--. \dirno-fi1ósofos, {e Platón, ocupa un lugar prepond¿rante qn las v'rsioncs y

( Cf) V"oirüoncs de muchos servidores dc l¡ ciencia quc prejuzgan no solamen'\Z L^i^ -..-.:r* A. n,,iéa.l"h" rnnrrnla¡ b sociedad sino también la de los fi'4 lcla c¡¡csdón de quién dcbc conrrolar la sociedad sino también la de los tr-

tiS lr.r dcl conuol. pirque ni siquiera la ciencia tiene dbrecho a dcscanu dic-

frtorialm.ntc la cuesrió1rn* n nat¡ncntal: ¿PgLg.g$*JUry?e gqzar dc la vida poi s[ propio bien o paii ser un dtetl6lña$?ié-conmolada oor la oliprqufr de Mentes Suprcmas? INb cs probablt qq. lit..uo¡ionaéticas t:"tbi.l Ybi¿tt

por los de'

fensores di ,rn" sociidad planifioda. Ni Muller ni ning{rn oqro par¡idario

.de su idca de un fianco üé r.r.n se ha detenido a iienur si üna muicr, en, general, no preferirfa rener un hiio ig¡ral e su marido gnniero en vez de

uno que se parecicse a dguicn a quicn no co¡oce.nl Por quten se Interesalo mó mh¡ino. tj actinld de ¡nuchos cieáclficos hacia Senteiante gues¡iónesú muy bien iluitrada pof Crick y Pirie, quienes pgnc.n on ccla de iuicioel dercÁo dc las pcrsoná, .,.n., hiibs y arguyen quc cl daco dc tcncr hi-

ios es cl resulado de ula clese de historias que se lcctr, la dase de imágines'ou;*'".nott,. [¿ situación nunca ha sido más admirablcmcnte tipificada

que por Adeimanto en su. apósÜofe- a.Plarón: nestás haciendo a essls gentes

miscnblcs Dor su prop¡o bien'"t. 'I, de heciro, [email protected]éffiicnros dc Haldane 1uc la 4'rucfte Prcma-

, \.", d. unoi cuanros milioncs de personas cada año cs un bircn prccio pa-

/ lr, ,n*,.ner a los piótogos ocupados en el labor¡corio,.o quc cn su visión',

ldo l. socicdad atlos padrcs no ies importarfa arriesgrr la vid¡ de sus hijos

len algunos experimenros biológicos",. Medawar tchla otras razones en

' !il;:;;do'di¡o qu. "rgqil.úe+se-nGlde "dnfin'.'n qu' lst

""t

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ffi:'-im::'"'

t3.

con demasiadr f¡a¡encia somos ignora6¡5rrr, ¿cómo podemos esperar

tene¡ &ito con cl grad plan de tomar nuestn oolución en nuestrai Pro-pias manos? L¡ dificr¡ltad crucial se hace trans?atente si recordamos cl so-

berbio pensamiento d¿ Thoday: nlos aptos son aqu"llos que se adecuan a

,sus enrornos cxisteotcs ¡ cuyos descendientcs sc adecuaráh a los entomoc

fururosor'e. Debe¡hmos subqayar que este algoritrno no ei .una definición

de lo adecuado (como pretendfa Thoday) sino de I¿ especie ideal, inmor-

tal. Cuanto más ambícioso sea el esquema para la {mejorát genética de lahumanidad, más intencá cs su creencia impllcio cn la'polibilidad de una

especie ideal. L¿ verdad -que merece ser rep,cddamcnte rtcalcada- es que

toio plan scmelante., *á, prop.nso a llev"arelahumanidad 1 T 4:l-91sin salida que a transformatla progresivame¡te en una ¡specie id{. Y h

especie humana pucde ser conducida de hecho ¡ us calliió4 sin salida si su

póder de adapación a circunstancias imprwisus se T P{ogfettlament€ rc'cortado por la continu¿ selección de los ponadores de gralr ulento, eler¿-

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da inrcligcncie o fonni flsica exclusivamento '¡! como pfoponen Julian-

dendeir Ior monurncnroó a la f¡crcifa dclbioloeis¡;o. H ác Iaralidori¿"1-""riui.-zrcnrc cl más conoci{o dc ¡odoc. píéñsese también ,Jñffi"Is ndro-

4e$Psu" blyos imprwistosefcctos sec.undarios lier¡a¡on a la profiF

ctón de su uso. gegúri uno de sugdescubridores, probablcmcnre le esoera-el misno desdno a la opíldonr'€.ftero piénsese, ,ob.. rodo,.n ta probable-consccuencia definiciva del uso mlivo de anribióticos oüc se aounta va en

Econocido economisaGlinClark esruvo"en mi op-iniin, sólo inne.Tu*31i fi¡.,¡glrigo, pco n9 cquivggdor ,i dánoncirc *r. un grup"seleao de b-i6lci$os, la nuev¿ ol¿ de doltiinas eugencsicai'y eufetúsiias

E Do&¿h¡nsky ,Hurná.r¡ Gcnaticr, p. !.FG.Pino¡s, ¡Discussiortr, ca l/lp4¿&Eih,r?,cd, rpolstcnhglme p, 109.1-

a llsah inrnuniarcjón conrn h pori¡¡rrid, i-""ru.r,n.nrc so/pc¿L ¿ rro.r r¡tio ¿ nucvsinftcboa vinJa. Vé¡sc Hil¡rv tGmrJú {uure of lnfccrior¡¡ ."J["f .fig".- O-*o,, pp. ZOI Ir¡ylarüBnin, .Dircüi.",j, :i2,.-l* q Man enl Hfu Funió|Ggomki, p.216.

:--. !

somos srmáe'demandas que el entqrno biogeográfico planteará a lar especie hgmana a

ñnqles de este siglo, por no hablar de cien o mil años'despüés. Y lo que es

más, aun arando conqgléramos rales dcmandas' squirlamos siendo incr-páces de traza¡ ahora pn plan genético parz haccdas frehte con exito'"-

IJnic*mente un mur itugó o(périm.nto, al vcz ni siquibia factible, nospcrmidrfa desorbrir quiénes de en¡re nosotros soq Ponadotcs del gen ade-cuado a cada dcmand4. Sóératcs, quien cicnamenc Pbdrla rener sólo uncuado a cácla ócn¡ano1.,)ocra¡c5, qu¡cn c¡crE¡ncn[c P|)qr¡s [Erlcr s{r¡r, u[conocimiento supcrficipl de un plan eugen6ico, cxdarnó, bln embargo, cn

releción con d sixemalde Platón: n¡Santo'cido!... ¡cuán coneumada desrc-

za necesitari¡ nucsnod-soberanos si el mismo principi$ [{ue para los ani-

I malesl se cumple pa¡a fa e¡rrecie humana!'{'ll

i Ei p.cado'."pitl del biologismo (al igui.qpc dc tpdo cientifismo ,so-J cial) es la negptive a ver que en un carnPo cn el quc es imposiblc la predic-

\ ción es insensato Gter que hay medios con loc quc cl hbmbre puede dcan-

I zar atgwnos fna cbgldas 7 tohmente arar. A e*e rcspcctol corno sucede en laI

elmisno desdno .la opftdon,'€.(!.'" fie"r*. iJu..ü"]." i; ilÍil1consccuencia definiciva del uso mlivo de anribióticos oüc seaounta ur .o l'el horizonrc; la aparición de vuiodadcs de-virus resisrentcs, lL droá". *, Iuna señel perfcciamenre conocida. nttrui¿ffi¡r Ico¡ucjcntes del.hecho dc quc d problerna del equilibdo aológico, aun Ic,'ondo se limi¡e al existenreenae el horrbre y los microOrgrnlr;;;r;; Icomphjo quc ningune men¡c humana puedé comprehenjedo. Toda cura Idc u¡e enfe¡mc{ad infeccion dcir racío un nicho ecológico para ot¡os, mi- |croorgrnismos, Que puede resular que sean mucho m'ís pdigosos que los. Idesplazedostrr. Pfr incteiblc quc púeü parecer a los no i¡iudos, Ln fa- |morc microbióldgo diú el sigurenre consejo a,sus igualrnenre disrini;uidos Icotgas oe.un srrnposro: (5i sc encucntra urt anribióricoqniversal, organi_Jccn Inmediaramente asociacioncs para impedir su usorr¡t¡1,

wt , 'I

F,@'t Mcdamr, .Fr¡m tMaq p. 49.

', J. M. Thodr¡ Nru¿l Sclcqion end Biologicd Pmgrsr' cn I GnnrT of Daruia cd- S. L

Barncn (Cambrid6eMs" l9t8), P. 3t7' Ls orim rcn ol¡¡ro Muy odmr, H¡ldac, guc Por otro lado no Pltc csr prootpado por.nucrtn ignc

rencia, mnca ahs¡doaór rntigur oposición ¡ l¿ macl¡ ei¡l o ür* r q*e nedic pudc 6au tgum& su cooscocsiu yrqu nedic podríe volvcr a scperu.lr Socr'o ano dc quc la inrcgrxióo dc' !x. mosrrasc sct pcriuú;nzLlüdne^ Hudi

. "' flatón, Rttiblt*\. 159.

-+¡

vide oormal, el hombre no puodc obtmcr algo a cambio de nada; la rlnic¿ \difercncia reside en que el precio qusha;dejagarsc pa¡t ¿lantar los ñnes Ibiosoci¿les a través de algún:ftn3laborado ior'cl ho.bre no puede cono- iccmede enremano. Y el peli$o de rcdo ísmo es que scc dcmuiado rarde Ionndo podamos descubrir guq r pesar de la palabrerld dc vendedor del Isupcrcntusiasta cientlfiio, cxisa un prccio que ha de pag$rsc y que ese pre- icio o rnucho m4For que aqud on d quc se nos ha iriducido i compr"rJ Ilos biólogos ¡ bioqufmicos moleculares se muQsüan rrás inclinadó, ,i' ' 'biologismo. Lds ibiólogos couumados, por el conrraridj cs más.probablequ-e nos advierrai que nucstro conocimieqto.ecrual es *frlpablemente in-srficiente para cQncebir remedios lgenéticos]; ¡esp..ro dd los cuales pr.rdié-ramos confiar e¡,que el rcmodio no scrá p.or_qu. l. enfcrm.d¡dr,{z.,La au--iténuca verdad, no obstantc, cs qllgse tnca de una situación oermanen¡e. I

trealmente e hrcer l" SSl."gsernenre ooortunista de lo

434

trn p. l85,y.Sblogiel Pqsibilitia", p.356.

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(sosteni.l4s por algunos ciendficos brillantes y equirccadosyquc... atrae-rán su cuora de embaucadoresDr{ó. Al igual quc yo, Clarlc cs fog-c¡lliglo-gfa, pero, en la medi& en que la validez de las objcclonis;'como las for-rnuladas en csn secciól, sea dcmcntalmcnte widentc, nb pueden dejarse.de lado con la observadón üc quc un lego no conoc toddi io¡ dcmlles téc-nicoi. Ningún detalle récnico pucde eliminar obstáculos fundementales deca¡ácter permenente.

F.:<iste, evidenternente, otra a¡ma que puede arrojane omre una argu-mcntación del tipo que he prescntado aquf: la conocid¿ ¡osación dc serandcicndfico. Por mucho que puoda dcsagradar a los aspinncs a acusado-res, ouiero subi,ryar de nuevo que la mayorfa de las au¡oddade¡ ciendficasescí de mi pane. Sirva de testimonio el hecho de quc Modavar viniera in-medi¿ta¡ncnte en apóyo Ce Clark con la confesión de quc lo que lc asusta-ba cra la ortrernada conh¡nza cn sf mismos dc los rurc¡cs da phnes cuge-nésicos a gran escala y su toal convicción en que q¡bcn no sólo qué ñnesson dcie¿bles sino rambién cómo alcanzarlostrT. Y &ta cs solamente unapané del pecado del ci¿ndfismo. Mucho más ro'eiadon es Ie afirmaciónhcéha por Jamee Shapito, del grupo de Harvand,'que dr no'iembre dc1969 logró aislar un Bqn puro. Anticienrlficos <hjcó Shapiro rcciente-

'ments- son aqqellos {ue <vicncn f,esticidas soblh Votnam'.. realizan'¡ransplantes de üorazón cin haber es¡udiado primcr{ el rctüazo y dan anti-biódcos en ma.Cn a personas que no los nec¿sitan$t¡r, en poces palabras,

'aquellos que inrFrfieren los procesos vitdcs sin imlortarlcs un cornino lasconsccuencias imprevistas e incalculables de sus ashioncs. E¡ un escanda-loso contrasre, {{lo unes pocas semanas después $[ri*irán Bamard -se-grin informó ia piensa- .deduó que (en Ciudad dcl Gbo, lg que estoyratando de cortsóguir es el transplante dd ccrcbro", Sihqbicc pnsado encstc proyecto más allá dc la desrcza puramente.quinfrgicr, todrfa que ha-ber dicho realmente <tfensplante dct cuerpor, no rtnnsplante del cere-bror, Mi opinió¡ es quc lo guc Barnard espera conrcgui¡ cn le opcnción

. es el donante dqt cercbro, no d receptof dcl cerebro ct¡ya dda se salva.Con toda seguri4ad, Bunard nopodrá salvar la vi& dc un mrdito genialáfectado por un gunior cercbral, por ejcmplo, transpletrtando d ccrcbro deun donanre t*dp.

. E[ miste¡io de la vida, de la vida humana en esppcial, cstimulará siem-prc la imaginación mnco de los especialis¡4s gomo {e los !qos. Por cgnsi-guiente, una minoría de cientfficos idearíiieinpre pntfsticos planeseuFe-n6icos o eugené$icos cad¿vez que el conoci¡nicnt{ biológico, como'todo

, f" .Discu*rion* , cn Man anl Hk Futun, p.294,

, t t ' Ib i l ,p.296.

- '" Ci¡edá cn Jamcs K. Ghs¡¡m,,Hemd Gcrrctic Rcsa'chtQuirs&iqúrPoli¡io,' Sa¿z-

c, l3 dc fcbsodc 1970,p,9{4.

436

conocimiento, arahcc de un adclanto cspectacular a oro. Y, jusomcntc

::tf ^hT cl peligro nunce consistirf ü que rales plines ,iüg.*, o.

tén üamando a la pucrta y el hombre no esté prcpando pan ddoc p*-dentementc

TTj dg*9s biólogos e innuminbles pedodistas esdn^cla-mardo en relación con la acrual siruación-; el peligro scrá sicrnpre elcon¡n¡io: los plana y ;grán prudenrcmenr..on*L,üo, y no ,-di.-o,sino ansias de aplicarlos.fL *aspiración de los fascisras poiun Esmdo hu-mano basado cn el modelo de Ia hormiga, {omo lo de¡cribió Vicncr_",atraerá muy.¡robaflcrnenre c¿da vez mt atención, energh y arrc pan laventa. a mcdida qu.c vaya haciéndose progresivamcne euidátc quc ni'ngunaciencia social.p_uedü suminiscrar un"krñruh para rratar de lojrar la sicie-

ü

g!9,!*!9!.J¡ caqsa de eTo _no reside cn la incompadbilidad en¡rc laesencia mcntal dcl hombre yJa de la hormiga-coino pretende \il7icncr_; sedebe simplcmcncc al hecho'de que, pera hior. d" nu.*, el hombrc p¡c-crsa tanto dcl co¡iociririeqro como de un poder que está mucho m¿s alridc

:l-la¡*.Á"f cs por.!9 gue, en el.fururó al igual quc en el par¡do, h so-ctedad ¡um:rna-p1sará del conrrol de una élire a orá y por to que cad¿ éü_re rendrá que.i¡fluir, no en los genotjpos de las personas, sino en suscreencias,. con la aXuda de una gll-ojgdif .p.r.n,..^rn.nr. ¿f.r.r,i,-o*cuando Dasrcunente homóloga.

. 6. EI hom.bru y n tradiciói. AJ igual que los inscctos sociales; el hombrevrve en soc¡cdad, produce socialmenre y discribuye el producto socid cntresus compañcro$..Pcro, a diferencia de los insecios ,o.irl.r;¡¡!-lorobrroo_' .

WPaz dc rcgulaStanro su vida biológica'

producro es

:,:::1d",: yl¡¡os social es i nnatoi. Ast, cl hom b¡e . n^r" i*ü1áit g";-dosomácico (büldgico), pero dznno de uno;"r";á.i;;1;";i.0, dJ6ü;{ có{Cg endosoii¡ático, un chino, por ejemplo, ,irr.

"¡", "lfi.ffifl"ri,;.ób¡J;ü;i;'.*;,"r,iJ",.;i"T,1fiiff ffi ,l"j'::ñJ.Tl:llPot,,

la maqen cn que lo hacen rodos los campesinos filipinos, parti-ctPa en los exrayaganres festivales que celebra su aldea en dcreiminadas fe_chas, erc. Un progeso biológico se ocupa de que el conjunro dc genes sc

l.T:1¡o a. una gtncración aorra. L¿_fu[!gón].ce Io íirmo.oi Io qo.

dcnominamos E&¡g, o, más .p.opilA;ñÉñd <insrirucirlnsüfucrones" esto es,-

r ; N-u.- w:*cr, tárHuman (k of It atnn icinp: C¡bntia nl Sotittl rcr^brfu ry\ {/l4-

I950f p.60. o - ' " ""q ' t

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437

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ffiffi,,'

loq medios con los que cada homb¡e acn¡e den¡ro de str ptopia colectivi-dad. Bc paralelismo exige cienas observaciones'

En primer lugar, una dife¡encia fundamenml: la bvolución biológica es ,da¡winiena; no transmite ca¡aderes adquiridos, La rraditión, por el con- |rrario, es indudablemente lama¡ckiana, es decir, transmite etdusivamente Ic:uacrcrcs adquiridos, en especial aqudlos que han demosuadoscr útiles a Ila coleaividaá. No es preciso decir que Ia radición, al igud que l¿ heren' I

cia biológica, transmire con frecucnci¿ insdtuciones qud son indifcrcntes o

nocirns. Dur*re miles de afios, un chino tras orrÓ ha hácido on pelo li-

so, un,ceráctcr fenotlpico sin significado dguno. Del mismo modo, la ins-

drución ic &ffim manos, pcse a no rener valor cdpecial alguno, ha

sobrwivido enrre cierras colectividades durante siglos. A pesardecesos co-

mb .stos, es incuestionable que roda tradición posee su perfeaaligicv in- .'tcrruE y, debido a esa lógica, no podemos establecer ürta mar¡iz clllural

le inercia d. li *di.i¿n, cualquier dicador kmbricnto de poder y cual-.-r.:-j:jjr;r..::;.:_.'quier"ciend6ó dqnesiado seguro de sf mismo y dcm*iado ambicioso.nd

":-'-.., - hubieá tenido di0odad alguna en somerei'¿ l¿ hum¡nidad a sus vastos

planes de u¡asociilad .racionalo, con el ¡esulado probable de quc la es-pecie humana cstdf¿ acrualmenre desaparecida. El paggl de la radición en'la vida de la hurnui{ad es, no obstanre, más amplio qúe esto.

Recordq¡nc qudd proceso cconómico no mercha por sf solo. Al igu"l Ique cualquicr procoü'no auromácico, consiscc en clasiAcarl$' su vca clasi- ]fi..t ,.qui.t

-.g*,. del tipo ilusirado po. l. fáTiliTJMa¡cwdl. Ade- t

más, el agenrc dasificador es el que conscicuyc cl hctof rnás importante enuD proceso spmci"n¡c¡ porque la baia entropfa se conycrdrá cn cualquicrcaso en aln gu{WF, pcro-depe tque el proccso absoóa s rerenga una canddad mayor o menor de baja en-t¡opfa ambiqrital Di,¡ho con ouas palabras, dcpcndc do qué tipo de demo-nio maxwelli¡no e cl que manrenga en marcha'el'prpccso. Es suficienre'comparar dogv¡¡igl¡des distinras de la misma espcie {ue viun cn el mis;mo entomo lnm onvencernos quc no todos los dcmOnios marwdlianossoir idéndco¡¡ ni {uicra dos ejemplares de la misma Cspecie son sicmpredemonios mb¡vi,clli¡nos idénricos.. En el esq dc uü{ sola célula, la

"orroporidi*te acflvidad ¡naxwelliana

parecc esmr qcludviunenre deterninada por le csuuplun ffsico-qulmicaheredada_por la cfltila; cn el caso de un organismo Cupcriot, cs tambiénfunción de sp jlsd{ros innatos. Un águila puedc votar porque ha nacido .con alas y *n.l-ffiñ?ili"r. AhJr" bil, en l. .cturlid.d el hombretambién pudc voLr incluso au¡rque no renge ¡ii u¡a consdtución biológi-ca para volq ni un insdnro innaro para haccrlo. El-.tcst¡lqdo final es evi.-denre: la act¡üd¡d tnaxwelliana.del hgmbrp dependért¿mbién de le 4úe.suceda en su pcnri.al vcz más de ésio quc d; €uaiq y cl pa-.'T--r--F--J:r¡--'pel de la tdliffin onsisrc cn riansrhiiif CS u* a orra gcncración ¡anro.eicgg-rmjgqoprolrprópensiones. p :

L,l profu¡do inarés por e[ problcma dd desarrollo cconómico de lospalses usubdcsarrolladosu ha puesro a un número adavez mayor de erudi-tos y estudilnrcs coconracró directo coú numcrosas óociedadcs rradicienaleso. En un principio, la mayorla afirmaba que Lu gehtes de alcs socie-dades se componeban .irracionalmenro, puel su comporrimienro difieredel nucscro, dd dc l¡ Sociedad Civil. pcró, dc- forma gradual, numcrosos

vntjj

l : i . i

l , , lti,,J

t : i : l

I i;ii ! , .1 'r.-'.}ir

"i.Uháigi.nao arbir¡ariin"n,. od" u¡o de sus eleincntoc"T@

no podcmos combinar clementos alca formar una

[email protected]¡oo,D, Siempre y.cuando se

I

1.. ; ¡t , , ¡

her,áfon, la lógica interna de la radición puede comparante con los enla-

ces qulmicos dé un gen o de mdo un núdeo. Estos enlacCs explican h :9"-

tinuided biológlca del ser humano y de todas las derna¡ qP"gio. La lógica

inrcma ercplidla cqntinuidad de ia existencia del holnbrecomo animal

. social. L, c¡erro q.tJ h" articulaciones enrre los elemenfos de una matriz

cr¡ltural no son ran iriflexibla como los enlaces quín'rico3; esro es mís bien

un mériro, porqué liTl&i6llidad ayudaffi-mb-reEaperse más fácit y'iápidamcnti a ios cambios evoludvos prwocados Por.sys propios. inven- nC,or, pot su crecimiento numérico y.Po., !

evolución drlg.t". Ui"p"- *ry

---1! gráfico. Sin embargq, las mismas a¡ttculacrones son lo Sutroentemente Po- I :ñto-para cxplicar lh inercia, a vcces basanre norable, guc han mosrrado

.uch* ¡¡idi"ion+ :?P.,p*ifrG{..fiere a esta ioeroa, puedo subrayaril hecho inreresante -de que los biólogor que recienrementc se r€Unie¡on en. llmposios epeciales

' o* discurir u".lo, plrn.. para el-gontrol fénédco de lá hurnanidad se vie-

ioo obligados final la tradi-

ción, l¿áerberg admitió abienamente que csnban alll porque 11 3if9ti"., . "' .- dc los pr.r.nr.J (creemos que la población acrud no es suflcienriméitb in-

teüg.nte pera mant¿nerse sin esullarrtr. F.ste no es el único caso en el que

,. h, h.rño responsable a ia tndición de los males del hombrc. la opinión

más habicual es que la rradición cs un obsticulo pgra el Plogreso, y hasra-

: - cicrto punto la opinión es .orecta. Por otra parter si no hubiese sido por

,'r.Disq¡$ion', c" W -!l!É3j5:PlB.

a darse cuenta dc la importancia quc las @perrsir

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¡SefeIl";; '{4s!{l¡ü¡¡ü¡1j$ le{GñEl|l¡d¿cb¡r¿¡ i¿rtl¡lrg- "-si.f--.-'.."e.&r::*t4:'1i¡q|¡rt¡f¡c.i*'-sre¡d-r.l:.-¡

jl¡{s**d+# ,.a

ef más sinc.ro y preciso de la álacia ha procodido de un auror soüédco: uN<r

I ei la máquine creada por el hombre sino d propio hombrc quien es la má=

I xima.manifesación de cukura, pucs los pensamientbs y los sueños, Ios

i-amores y las aspiraciones del hombre, c[ cnahr, son a la vcz coqrplcjos y.I gnndesn'tt.L" Antropólogos e historiadores hacc dcmpo quc han pensado quc la in-

troducción de cualquier innovación mrnórnica en una colecdvid¡d dcncexito sólo si la colectividad puede adaptarse cukuralrnenre a ella, cro es,sólo si la innor¡ación llega a ser socialmente aprobada y.entendida,,r. Enrelos economistas angtoamericanos, hubo uni ipoca en ia qüe sólo un rebel-de como Veblcn añrmó quc cs peligroso colocar la¡ máfluinas modcrnas enmanos dc gpntgs quc tienen todavfa una Anschauangtionómica feudal"r.

'Sin duda algqna, npeligroso> diflcilmenre es el rCrmino adceuado aquf,

nómicos de Ia culcur¿ rcspcctivartt. No habrfe gue descchar sin más esasobscrvaciones, pues rodosios análisis de por qujbsrcsulndos de nuescraayuda cconórnic¿ cxarior no han sido con frecr¡encir proporcionales á sucsencia convcrgefi en una cxplicación: las cosrumbrclüb.

. .En realidad, hay unos cuanros hechos que sugicrcn quc la influenciadelz Anrchauuag.oconómica sobre el proqeJo ..-nóri- es mucho másprofunda de lo quc sospcchuon los áurores antes cit¡dos. Mencionaréúnicamenre los más coavincenres. La Rusia soviérica, cn un momento en'el .qrre apenas habfa innoducido ninguna innovación salvo la planifica-ción ccntral, sintió la nccaidad de aciuar sobrcle An¡chaaunq eionómicade las masas: nEl propósito del crlbajo políticamentc educa'rivo [én los,t

:"qo: de tdajos foa¿dssl.s li"áÉffil,i.to, l.los viejos hábitos y tr.ffi;".r nacidos de las condiciones imperanr.r .n l' dglos modos de vida de épocas rorcrio¡¿5¡rre. Por muy inrensa quc fucse la Iprcsión ejercicla sobrc i pueblo de l¿ URSS

" ,r"rÁ d. nunleror"s ob.r, I

cduce¡ivas _sernEantes, cl rcsultado fue tal que, co cl VigisimoprimerCongnso del PCUS, trüt¡i¡¡J¡r¡¡cbr.rt,tto qul seguir anu¡iciando: "Para\ .lalcarir¿r_ el comunismo,.: h;ñ, d.

"r¡ar ei hom8raaa-f"*i" lr.gir"- |

!\(

mente ahorarrltT :'gfa? Todas las pulturas han ido siempre a la'og1 del piogreso rccnológicode su época, upas más, orras menos; pero el arasb, ya.3ea de la humanidadcomo un todo p de partes de ella, nunca ha'sido tan grande como cn la ac-¡ualidad.

' La cuestión tienc evidenres implicacibnes pa¡4 roda polírica dirigide aacelcrar la tasa dc crecimicnto de una cconomla. ftu implicacioncs han si-

,' . do esporádümenre reconocidas,'principalmcnre por economistas rno or-ü codoxosD..I eofiard Doob, por ejernplo,.insístió cn quc ninguna planifica-

[ción puede ccner éxiro a no ser gdc sc base ef] l¡ri conocimicnto del

, ,. I encgrno socid, es decir, dc la tradición dc les gentes quc se verán afecadas

# lpor ella. Una tesis todavfa más potenrc sc ha posruladé por l-IJ¡cnglc¿-':

lquien afirma que la asa de crecimicno ccoriómico dcpende del grado deporhpaeibilida{ ociscente encre.los componcntes cconómicos ¡r los no eco-

' '+l "' S. T. Koncnkov, rC¡mmunism ond Cultuo, kmnyú\ nrtm.7, 1959. VcmZn inglo m

Sn;a HiglEgfu,núf i ¡ .3, | (1959),pp. 3-5. [ ¡scrrs in¡s n m'¡s. ' r ' ' ' '

'" arís, 1902), p.8: Ri-ch¡rdThunml4 á¡onomh in lümicivc ()mnunitia(lna&c, 113?), p.3{; V. Go¡don Childc. Jccial Eubtbn $lue¡¡Yorh l95l), p. 33.

' f'rThmccinYlfk* Inpod Gmattl anl thc In&uriel Rmh¡in(tlt.rye York, 1964), pp. rf-' ' ,6f>,y Euy in Onfung;ng0dn, al. L Ardzrooni (Num Yorb l9?A\pp,25l y s.

1 .r!' 0, omo llció r crprc*lo P, frl, Ro'scnstcin-Rod¿¡ cn .P¡oblc¡ni of Indusridiz¿¡ion of E¿s-. / if rcrn rnd South-Eu{iin Fluop, Ecoaonk Jwmall¡¡¡11913¡, p. 201, .Un m¡¡co instiurdonrl üc.' r (mrc dd uul e dflormrc nceiario pen Ücw ¡ c¡bo on áito h indru¡ri¡tiz¡<ión cn l¡¡ {na¡

, fotcrnrcionrtrcdcpifridr..-

440

^ .''-Lonard Dy6' W (No Havcn, 1940), pp- 6 y r l. J. Spcnglcr, .Thcorics ofgetonom¡c_!t'8$t q thbLw h thc Studl of Econoni Gmsl¿, Nñü[Tü;il;FE¿o-¡-,o_mk ffiñ-0\rffi¡ Yorlq 1919), p 93. váse rrmbién K Mannlrcim, .pwnr T¡cnds in ¡hc Buil-diryef Sclgg:n Hunan Afzin, d,P-$. Grtell rr r¡@

.. 'r Raolución dcl Crogo Pro dc Ot¡rc¡os dc tr Judicetup, dc \ill, ,, Rrpoa of úc AlH¡c anni*c on Forccd Lriot,Iüiorauni4¡.! Olt Gincbn, lg5l, pp. ll5 y t¡r Cmdo cn Koncnkrv, .Cooonis ud Cuku¡c,.

.- - - -

que 'incluir ram-

.' '.:, ' ': '

I/.* |vv

pero probablementc Veblen querfa subrayar ranrp la inhensa pé¡dida cco-r ' - - - - . : - , - . - - - . - - . - : -*--{---a-*- ; :*- : - -=--

nomfc;I_c9mQ.lolgfenoes males socrales denvados do una lorzada lnrro-

. Pcro seamos sinceros ¡l rcrpccto: ¿quién puodcnegarnrr:-6ü-Ef ¡difiro-Edólpor:eldcscubrimicntsdelienerldaiómicascderin del atraso culrural de la humanidad con re¡pecro a la nueva tecnolo-

U.l¿t t¡r,pr"pq"rl " -- -_l

, Nada está m'Ís.lejos dc mi.mente que riegar las dificuladcs quc plantea

Ia manera de gsruüarbAw¡hauungeconóñca dc un¡sociedrá,n h qu.uno no se ha criado cr¡lturalmentc, ni csroy prepando par, .not", rod,una s.e¡ie de insrruccioncs acerca de cómo haceiló mcdnicamenre. Ahora ,bien,{si-negamgr h @ cncooces no exisre en Iverdat juego alguno@ cn filosoffa, liter"turr, Iciencia o familia- En rcelid¡d, hemos de recónocer quc el iuego no es el Imismo en las ciencias ftsios que en las ciencias dd hombrá; qir.,

"onrrr, I

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muchos,

i

cer dapu6, y,no a'embaiadorcs, conscÍcros, periodirtas y oras clases de

,,.,,,r*9b'jg*,d,9r.9s;.¡ como todavfa no tencmos poliroscopios, no deberfamos1. ; : '

. .enuefanadte. : I -. ., ":ETffsica rinica¡rente podemos confia¡ c¡r el inst¡tunento de lectu¡aP.ro ral vcz un día llegpernos a d¿rnos. cuenta dt qu.j_!g!re,et

ü.mbién un instru¡ilento, el rinico pa¡e csrudiar las prbpcttf@l h,gm-funtual¡ Porque nq c$amos denro de la m¿tcria¡ ¡ sin embargo, denc

' que habei utt hombrc cn cl oro er(tremo del instrümento para leerlo,

ó.p.ot las lccuis y ¡n^liqerl:.s.I¿ idea dc que no se puede confiar en

clJiombre como inJmrmefito en el proceso cognosciriyo es, por eso, tanto

tn ienrcs de su hán-

dicap, es dicir, del hccho dc que no pueden'interrogat allNaturaleza: lo ¡

único que pueden heccr cs obier,'¿r il comportzmicar¿ dc la.materi"' .Co- I. mo lo ha s.nrlrdo uh gran ftsico ras o,ro, .l csudioso del hombre dene Imedios adicionalcs.a eu disposición; puede tcncr se¡rsaciones dentro de los Ihechos, o recurrir a la intráspeccióni o, sobrc todo, dcsgubrir los mótivos Ide su obieto de esrudio intcnogándole"'. Si Pt abnrd4n un ffsicÓ pudiese

I

"onu.irí con los decrones, ¿áhusarla prquncarles; por qué salúis? Cicr-

tefnente, no. Sin,e¡nba¡go, d pualelismo flsico ha sido oragcrado por aI-gun* cicntlficos iocjálcs hasa el punro dc quc' Pueslo qug no'podcmosconversa¡ con la metcria incne, tampoco d$crlamos ociifversar con la gen-

. t

{(

6trd¿d se suponc que no sabcnos cómo esrudiarld$ y dar cuenra de lo,

,guc pi:nsan, sientcn y quicren. U:_Si¿r"it" ¿. pt-. l llde oaz". es lo-oue necesirimos. Adnito oue esto Ducdq ¡er un Dcnsamiento It@l abgan ie los ñarodnlúi.Ihra el pueblo"{?cro prcfiero'scr u¡ópico sobre esrc punto a Serlo rcspcdo dc le Nucva Je- |rusdcn que ef .cientlfrmo aaftico dc uno u ocro ripo ofrcc como promesa Ial hornbre. J

te. Existe una razón fundamcntal para que los fisicos abracen el conducds-mo puro, pero d conductismo puro no tiene sitio e¡l lls ciencias del hom-bre.-Comó obscrvó F.,L Hayek en su espléndida,;dchuncia del dogma

conductista cn las cicncias sociales, ncuando habl¿rubs $d hombre, impli-."-ó, ,r".o"riamentc la presencia de cieras qaregoríai mentales familia-resrto, cs decir, las FisCn . categorfas men¡alcs que las poseídas por el quehabla. Huta los flsftos aeycron necesario recorda¡.a'los cienrfficos socialesque habfan.decidido ignorer Ia esencie de su.obieto de esrudio que nelprincipal problema para comprender las acciones dc losl hombres es com-prcndcr cómo picnsan, cómo rabajan sus mgntcs,t'6'. Y, como he afirmado

' cn rnuchos sitios d¿ este libro, ningún elec¡rodo¡ ningún microscopio,

pero es el único que puede observar lo que no pyeden todos los insrru- --mcntgs,ffsicos juntos; porq,rc, si no firera así, *uiafírmor ali;unos poliros;,:rd.i'i"

"

. copibs a dewela¡ qué cs Io que otras gentes pieruart, sicnren y pueden ha-

.. t'Parcro,Ma*I.p.n.

, tt P9r ciglglg,Plú&. it& p. 105; Bohr, ibi/-, p. 78; H. Merguu, Opa Virta: Philotophüal

Pa2oiva dModaa Sairre (Na Fleru , t96t), p- I9a,

: ! A H.y.lr, 4' C-orlr*I.rllitaion of Sciacr (Glooc Il[, t 9 52\, p.79., tt Btidgnn, RSaio*p..150, : l

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de unuu

nes"tbtnunes a ambos. EIno puede scr. un insuumento tan preciso como un microscopio,

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