Globalización y Alimentos

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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=26701804 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Magda Fritscher Mundt Globalización y alimentos: tendencias y contratendencias Política y Cultura, núm. 18, otoño, 2002, pp. 62-82, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco México ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Política y Cultura, ISSN (Versión impresa): 0188-7742 [email protected] Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco México www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalSistema de Informacin Cientfica

    Magda Fritscher MundtGlobalizacin y alimentos: tendencias y contratendencias

    Poltica y Cultura, nm. 18, otoo, 2002, pp. 62-82,Universidad Autnoma Metropolitana Unidad Xochimilco

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  • Globalizacin y alimentos:tendencias y contratendencias

    Magda Fritscher Mundt*

    Este trabajo busca explicar las razones por las cuales el sector agroalimentario presenta uncomportamiento atpico frente a la globalizacin, particularmente en lo que atae a aspectosbsicos de su dinmica, como la movilidad, la flexibilidad y la descentralizacin productiva. As,por ejemplo, las determinaciones fsico-espaciales y los constreimientos naturales, presentes en losprocesos agrcolas, imprimen a la actividad rasgos de inflexibilidad que la hacen incompatiblecon el paradigma global. La industria alimentaria, a su vez, tambin presenta una conductadiscordante, en gran medida por la naturaleza de sus vnculos con el sector primario. Finalmente,factores de orden poltico y cultural, como las polticas agrcolas proteccionistas y las pautas deconsumo que privilegian mtodos locales y orgnicos de produccin, contribuyen de igual modoa frenar la accin global sobre el sector alimentario.

    Introduccin

    Este trabajo busca reflexionar en torno alas formas en que la globalizacin actasobre la agricultura y su entorno agroin-dustrial. Trtase de una dinmica cerca-na a la que se observa en el sector indus-trial y de servicios? Logra la accin globaldesvanecer el carcter especfico del ali-mento, en tanto producto que obedeceen primera instancia a parmetros biol-gicos y naturales? Tiene capacidad la in-

    * Departamento de Sociologa, UniversidadAutnoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa,Mxico, D. [email protected]

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    dustria procesadora para borrar las fronteras de lo natural y convertir el alimento enun producto homogneo e inespecfico, propio del mundo industrial? Se trata de unbien global o, por el contrario, mantiene el sello de sus orgenes? En qu medida,constreida por el origen natural de sus insumos agrcolas, logra la industria afrontarlos parmetros de movilidad, flexibilidad y descentralizacin propios del modeloy hechos suyos por otras ramas? Y, finalmente: Cmo se comportan los consumido-res frente a la nueva oferta alimentaria de la era global? Qu significan y cules sonlas perspectivas de los movimientos sociales encauzados hacia la presente cruzadaambientalista, fuertemente contestataria de la accin transnacional en el campo delos alimentos?

    La globalizacin: tendencias principales

    La globalizacin ha sido definida como un sistema econmico novedoso que se ca-racteriza en primera instancia por la libre circulacin de los capitales. El concepto nose refiere as a los distintos procesos de internacionalizacin econmica ocurridosanteriormente, como los que ataen al comercio internacional de bienes y servicios oa la circulacin restringida del capital. Es slo a partir del momento en que los facto-res de produccin se vuelven mviles y transferibles cuando nos encontramos frenteal fenmeno global.1 Gracias a numerosos procesos de cambio en el universo de lasfinanzas internacionales, hoy se dispone de un escenario de total fluidez, en dondelos capitales se mueven sin cesar de una plaza a otra en bsqueda de la mejor tasa. Porotra parte, la revolucin en los servicios de las comunicaciones y la informtica hasido parte sustantiva de este proceso, a la vez que ha abierto el camino a las nuevasestrategias empresariales en trminos de reorganizacin productiva. As es como laesfera productiva, en particular la que se refiere a la industria y los servicios, alentadapor los cambios apenas mencionados, ha cambiado notablemente su dinmica.

    A diferencia del pasado, cuando el fenmeno de la transnacionalizacin repro-duca en distintas esferas nacionales procesos productivos similares a los que realizabala empresa matriz, ahora, por el contrario, stos se descentralizan y adquieren formas

    1 George Soros. La crisis del capitalismo global: la sociedad abierta en peligro: Mxico, Plaza y Jans,1999, p. 137.

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    supranacionales. Ello significa que se extienden horizontalmente y se realizan en di-ferentes plazas, mismas que se eligen teniendo en cuenta el objetivo de reducir costos,crear economas de escala y acercarse a los mercados. Desde esta perspectiva, loscostos de los factores productivos y de transaccin, la disponibilidad de recursosnaturales y de insumos, el acceso a los mercados e infraestructuras de calidad, losregmenes fiscales, las polticas comerciales y, en general, un entorno institucionalamigable a la presencia transnacional favorecen la instalacin de las empresas en unlugar determinado.2 Los pases que han aplicado en forma exitosa las reformasneoliberales son, as, los candidatos ms adecuados para la implantacin del nuevomodelo. Varias regiones del mundo en desarrollo (en especial los pases asiticos) hansido elegidas por las nuevas empresas por cumplir con los requisitos sealados, entrelos cuales destaca el factor del bajo costo de la mano de obra.

    En el pasado, la internacionalizacin productiva se procesaba bsicamente porla expansin comercial o por la implantacin de plantas subsidiarias en determina-dos pases, mismas que, segn Porter, constituan una suma de industrias domsti-cas sin vinculacin entre s.3 Se trataba por lo tanto de empresas multidomsticas,que repetan en el mbito externo la dinmica de las plantas matrices. Por otra parte,tambin buscaban en lo fundamental su insercin en los mercados de los pases endonde se instalaban. Con la globalizacin, sin embargo, esta condicin cambia, en lamedida en que la produccin se realiza a escala mundial con base en redes producti-vas descentralizadas formadas por una o ms corporaciones en alianzas estratgicas.Este nuevo movimiento requiere la ms amplia apertura comercial, dado que suponeun intenso intercambio de productos, insumos, equipo, tecnologa y servicios entrelas distintas ramas de una misma empresa o entre empresas diferentes que participanen las redes empresariales. Puesto que stas se encuentran localizadas en distintospases o regiones, la libertad de intercambios es uno de sus requisitos fundamentales.Se estima que hoy da una parte sustantiva del comercio internacional, alrededor de25% de las transacciones, se debe al intercambio de productos y servicios entre lasmismas empresas.4

    En forma anloga al factor de movilidad, la flexibilidad aparece como otro com-

    2 Franois Chesnais. A mundializaao do capital: So Paulo, Xama Editora, 1996, p. 86.3 M. E. Porter. Competition in global industries: Boston, Harvard Business School Press, 1986, p. 114.4 Aldo Ferrer. Hechos y ficciones de la globalizacin argentina y el Mercosur en el sistema internacional:

    Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 1999, p. 16.

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    ponente importante del nuevo modelo. Se trata de organizar la produccin para quepueda responder adecuada y oportunamente a situaciones que afecten la rentabilidadmotivadas por cambios en los mercados o en los lugares en donde se realiza la pro-duccin. As, las empresas deben estar preparadas para sustituir con rapidez sus pro-ductos en caso de que el mercado as lo requiera. Para ello es importante que suequipo sea compatible con estas necesidades y tambin que las empresas no carguencon el peso de inventarios voluminosos, pudiendo efectuar cambios con el menorcosto posible. Desde esta perspectiva, tambin se privilegian los circuitos productivoscortos y la cercana con los distribuidores.5 As tambin, deben estar preparadas paracambios ms bruscos, como su salida de un pas cuando su estancia implique prdi-das o riesgos. Por ello las empresas tienden a instalarse en pases en donde la legisla-cin no comprende contratos de trabajo demasiado rgidos, que obstaculicen su li-bertad de movimiento. De este modo, movilidad y flexibilidad son componentescentrales de la nueva estrategia global.

    Esta reorganizacin econmica del mundo trae consigo la necesidad de crearuna normatividad diferente, en la que las acciones obedezcan a motivaciones de or-den global, dejando atrs los parmetros nacionales que anteriormente regulabanla accin econmica. Con esto, las empresas pierden el incentivo del mercado localy buscan colocarse de manera competitiva en plazas indistintas. Si bien sudesconcentracin responde en gran medida a la bsqueda de ampliacin del merca-do, conquistando los espacios de las localidades o pases en donde se instalan, tam-bin es cierto que en gran parte de los casos la localizacin no coincide con el lugar endonde se vende el producto. En muchos casos, los pases se convierten en simplesplataformas productivas de las nuevas fbricas globales.

    Todo ello ocasiona un conflictivo proceso de reorganizacin en los cimientosestructurales, sociales y culturales de los distintos pases, transformando hbitos degran arraigo entre la poblacin. Los cambios trastocan por completo las motivacio-nes anteriores para producir, a la vez que afectan dramticamente los mercados detrabajo. Por ltimo, pactos sociales logrados con mucho esfuerzo, as como interesespolticos fincados en las estructuras anteriores, se ven anulados en forma intempesti-va, provocando una especie de anomia entre la poblacin de los pases afectados.

    5 Jean-Paul Laurencin. A empresa face globalizaao da economia, en Ensaios FEE, vol. 19, nm. 1,Porto Alegre, 1998, p. 63.

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    Especificidades nacionales y contratendencias en la agriculturay la alimentacin

    Los rasgos del fenmeno de la globalizacin apenas expuestos describen procesosrelacionados sobre todo con la industria y los servicios;6 cabe preguntarse, por lotanto, si son aplicables a la agricultura y a la industria alimentaria. Al respecto, algu-nos autores, como Laurencin y Henderson, reconocen que no todos los sectores eco-nmicos son plenamente compatibles con la nueva dinmica. Segn Laurencin,7 hayvarias ramas que son irreductibles a la globalizacin, en gran medida debido al hechode que contienen una fuerte presencia de especificidades nacionales. Entre stas,destaca el caso de los alimentos, en donde se observa una fuerte predisposicin de lapoblacin al consumo de productos especficos y locales, vinculados con su cultura eidentidad. Tambin aquellas ramas vinculadas con la transformacin de recursos notransferibles, como los naturales, o con actividades estratgicas que se realizan bajocontrato con el Estado, como las obras de infraestructura, el transporte, las teleco-municaciones y la industria de armamentos, entre otras, son un ejemplo importantede esta tendencia. En otros casos, sin embargo, las barreras a la globalizacin noprovienen de la demanda, sino de polticas diseadas para proteger a los productoresnacionales de la competencia externa. Ejemplo de ello son las arraigadas barreras alcomercio de alimentos presentes en los pases industrializados.

    Desde otra perspectiva, Henderson8 destaca que la globalizacin es sobre todoun fenmeno del intelecto humano, en la medida en que se basa en factores como laorganizacin eficiente de las redes productivas, los procesos de innovacin tecnolgi-ca y las estrategias adecuadas de distribucin. La agricultura, en cambio, se funda-menta en primera instancia en fenmenos naturales y aleatorios, resultado en granmedida de accidentes histricos y de cmo estn distribuidos entre las naciones,ajenos en todo momento a la capacidad humana para transformar esta condicinpredeterminada.

    6 Albert Chominot et al. Globalization des economies agricoles et alimentaires, en Economie Rurale234-235, 1996, p. 3.

    7 Jean-Paul Laurencin, op. cit., p. 44.8 Dennis Henderson. Between the farm gate and the dinner plate: motivations for industrial change in

    the processed food sector, The future of food: Pars, Organizacin de Cooperacin y Desarrollo Econmico(OCDE), Pars, 1998, p. 115.

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    Los sistemas alimentarios (la agricultura y la produccin de alimentos), aunqueno sean ajenos en sus distintas etapas histricas a procesos de intensa internacio-nalizacin, se insertan en las situaciones de excepcin sealadas por los autores.

    La agricultura: factores de rigidez e intransferibilidad

    La agricultura, en tanto actividad vinculada con la naturaleza y, ms que cualquierotra rama primaria, dependiente de las vicisitudes del clima, del medio ambiente y desu componente biolgico-estacional, es una actividad intransferible. Sus productosposeen inevitablemente un sello regional, local y topogrfico difcilmente alterable.Ello lleva a que la oferta agrcola, en su etapa primaria, se limite a zonas especficas,volviendo inviable la tendencia relocalizadora propia de la era global. Ello nosignifica que los productos agrcolas no lleguen a otras latitudes y que el capital glo-bal, bajo la forma de las grandes empresas comercializadoras, no concurra al agro,transfiriendo los productos a los consumidores de todo el mundo. Esta accin detransferencia, sin embargo, se realiza por la va del comercio y no segn la dinmicapropia de las tendencias globales antes descritas. Por ello, autores como Hendersonsostienen que la agricultura pertenece ms al terreno de las ventajas comparativas queal de la globalizacin, en la medida en que sus recursos son fijos y errticos, a la vezque provienen de la naturaleza y no de la inteligencia humana.

    Si bien la tecnologa propia de la revolucin verde (mecanizacin, semillashbridas e insumos agroqumicos) propici un enorme crecimiento en la ofertaagropecuaria mundial a partir de la posguerra y por consiguiente en la distribucinde los productos en todo el orbe, no logr transformar el estatuto inflexible de larama agrcola. Este intenso movimiento para incrementar la oferta tambin conside-r el reemplazo de algunos productos por otros, buscando crear sustitutos para cier-tos tipos de alimentos, en trminos de la produccin de bienes similares. As, enEuropa se desarroll el cultivo del betabel, con el fin de sustituir el azcar de caaproveniente sobre todo de zonas tropicales de los pases del sur. En los Estados Uni-dos, por otro lado, la soya, con sus derivados, empez a sustituir masivamente elaceite extrado del algodn y de otras plantas sureas. Procesos similares ocurrieroncuando la industria qumica europea logr producir la margarina, producto que, apartir de aceites vegetales, reemplazaba la mantequilla y con ello la leche como insumo

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    bsico. Por otro lado, tambin se han intentado sustituciones en productos como elcaf y el cacao.9 Estos mtodos de diversificacin de la oferta, sin embargo, no pudie-ron alterar el dilema bsico presente en la inflexibilidad de la produccin agrcola: sugeografa, su carcter estacional y su vulnerabilidad frente al clima. Los nuevos pro-ductos, si bien ahora se transferan al norte, causando crisis en los pases oferentesoriginarios, seguan ineluctablemente vinculados a territorios especficos.

    En aos ms recientes, sin embargo, con el advenimiento de la biotecnologa,este estado de cosas empez a cambiar. La manipulacin gentica presente en la nue-va tecnologa permite, a partir de distintos procedimientos, generar alimentos ahdonde no se dan naturalmente. As, se pueden elaborar semillas que dan a las plantascapacidad para resistir la sequa y otras inclemencias de la naturaleza, lo cual permitecambiar la ubicacin geogrfica de un cultivo. En trminos ms extremos, se puedencrear alimentos a partir de procesos del todo desvinculados de la agricultura, a travsde mtodos como el cultivo in vitro o la protena unicelular, transformando la pro-duccin de alimentos en una actividad de tipo especficamente industrial. Si bien enteora se puede recurrir a esta ltima opcin, es poco probable que se generalice, dadala falta de condiciones infraestructurales para ello. Sin embargo, la produccin agr-cola con base en mtodos transgnicos ha avanzado con rapidez en los ltimos aos,sobre todo en pases como los Estados Unidos y Canad, si bien su proporcin es aninsignificante frente a la oferta de alimentos no producidos con esta tcnica. Noobstante, el gran problema a que se enfrenta la nueva tecnologa es que su utilizacinha generado una intensa polmica, lo que ha frenado su expansin. Tal como vere-mos, en una parte del mundo desarrollado, esta opcin ha sido rechazada por losconsumidores, que se inclinan por preservar la naturaleza original de los productos.As, cuando finalmente la ciencia empez a lograr que la produccin de alimentos seindependizara de sus constreimientos fsico-territoriales, se comenz a cuestionar susprincipios, dado que parte de la humanidad desea que el alimento se conserve vincula-do con el territorio y la geografa, as como con sus atributos naturales.

    La agricultura, por otra parte, es cada vez menos independiente y se subordinaen forma creciente a la agroindustria. Por lo general, sus procesos productivos se venalterados por su necesaria integracin al mundo industrial, ya que debe adquirir com-plejos paquetes tecnolgicos para poder sobrevivir. Salvo excepciones, la agricultura

    9 John Wilkinson. O futuro do sistema alimentar: So Paulo, Hucitec, 1998, p. 55.

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    por contrato o bajo el rgimen de integracin vertical se ha generalizado en granparte de los pases. As tambin, el sector primario pierde en forma acelerada impor-tancia en cuanto a la generacin de valor dentro de la cadena alimentaria, lo que noshabla del gran aporte de valor agregado por parte de la industria procesadora y de lasempresas distribuidoras.

    La industria alimentaria: industria global?

    La industria alimentaria, a diferencia de la agricultura, parece eludir el fenmeno deinflexibilidad presente en sta. Con cada vez ms facilidades para instalarse en am-bientes distintos del agrcola, ha adquirido un perfil netamente internacional. Gra-cias a tecnologas que permiten al producto primario una mayor durabilidad y con-servacin, as como a la modernizacin de la infraestructura del transporte y la fluidezen las comunicaciones que hacen ms seguro y breve su traslado hacia sus plan-tas se observa que las industrias alimentarias ms relevantes tienden a ubicarse depreferencia en torno a los grandes mercados alimentarios. No obstante, tal como sever, esta disociacin geogrfica entre la actividad agrcola y la que la transforma noparece ser tan radical, dado que, tal como se afirm, tiende a prevalecer cada vez msuna fuerte subordinacin de la primera a la segunda. En efecto, son pocos los sectoresagrcolas que hoy escapan a este proceso de integracin con la industria.

    Por lo general, no hay duda entre los estudiosos de este problema de que laindustria alimentaria es una actividad que se globaliza, a semejanza de las demsramas industriales. No obstante, posee especificidades que la alejan de la empresa redque simboliza la etapa global. A continuacin se vern sus caractersticas principales.

    En primera instancia, se trata de una rama profundamente concentrada. Si bienen todos los pases se observa un nmero preponderante de pequeas empresastransformadoras, la mayor parte del valor producido se condensa en un nmero re-ducido de grandes empresas: la tercera parte de la produccin mundial total est enmanos de tan slo 200 empresas, radicadas en su mayor parte en los pases indus-trializados, sobre todo en los Estados Unidos, Inglaterra y Japn. De hecho, segnHenderson,10 slo 5.5% de estas grandes empresas se localiza en el exterior del blo-que de pases desarrollados.

    10 Dennis Henderson, op. cit., p. 126.

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    Si bien la expansin internacional del sector agroalimentario es un hecho am-pliamente documentado, no se realiza tanto por la va de la exportacin de sus pro-ductos, sino ms bien por la insercin directa de sus plantas en las principales plazasmundiales. As, las ventas de las filiales en los pases en donde radican superan enmucho el valor exportado por las empresas matrices en los principales pasesindustrializados. Segn el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (1998),las ventas de las transnacionales alimentarias estadounidenses en el exterior alcanza-ron en 1995 ms de 100 000 millones de dlares, frente a exportaciones equivalentesa 25 000 millones; es decir, cuadruplicaron el valor exportado por las empresas radi-cadas en este pas.

    El hecho apenas mencionado respecto de la concentracin de las transnacionalesalimentarias en los pases desarrollados lleva a una primera diferencia respecto de laempresa global modelo que, tal como se vio, busca instalar parte de sus activida-des en pases en que los costos de produccin, en especial los laborales, son reduci-dos. Tal como se observ, ello lleva a una descentralizacin productiva y a unadispersin geogrfica del proceso productivo. En el caso analizado, por el contra-rio, adems de la decisin de ubicarse preferentemente en el mundo desarrollado ycon ello asumir los elevados costos de la mano de obra, tambin se verifican otrastendencias dismiles.

    Perfil organizativo y localizacin

    En primera instancia, se puede mencionar el hecho de que las estrategias de las gran-des empresas agroalimentarias en el mundo difieren de las dems ramas. As, frente ala tendencia desterritorializada del modelo global, stas prefieren, por el contrario,una estrategia de accin unitaria y centralizada, que enlace los distintos sectores quecomponen la cadena productiva. En este contexto, son comunes los conglomera-dos en que las distintas subramas procesadoras y de servicios (que van desde losproductores hasta los distribuidores) se relacionan de manera interdependiente, entrminos de subcontratos o integracin vertical. Ello explica la preferencia por unanecesaria concentracin geogrfica, lo que, a diferencia de las empresas globales mo-delo, implica que las distintas multinacionales despliegan su accin en el mbitonacional, donde sea que se ubiquen. Ah es donde construyen sus redes, que van

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    desde el abastecimiento hasta el consumo. En palabras de Buttel,11 las filiales de lasgrandes multinacionales de la alimentacin operan en forma considerablemente in-dependiente de las empresas matrices, con estrategias de carcter multidomsticoms que nada. Ello les otorga un perfil diferente del de la tpica forma descentrali-zada y desterritorializada de produccin flexible comprometida con procesos inter eintra firmas, situacin que es propia de las fbricas globales.

    El contraste sealado se explica en gran medida por las caractersticas especficasde la produccin alimentaria, en la medida en que sta depende de materias primasperecederas, como las agrcolas, mismas que deben enlazarse en forma inmediata conlas industrias que procesan en primera instancia la materia prima. Si bien no todoslos productos son igualmente vulnerables, lo cierto es que una gran cantidad de elloss presenta esta caracterstica: basta pensar en los productos crnicos y sus derivados,en particular la leche, para llegar a esta conclusin. De ah que la industrializacin dealimentos tienda a realizarse sobre todo en un lugar en que haya control sobre lasfuentes agrcolas.

    Por otra parte, tambin hay que reconocer las dificultades que impone el co-mercio agrcola para que los intercambios internacionales puedan tener la fluidezrequerida por la transformacin industrial. De hecho, ste se encuentra bloqueadoen gran medida por normas que buscan proteger a los productores nacionales de lacompetencia externa. Ello dificulta sobremanera los enlaces entre la produccin pri-maria y la secundaria, en caso de que ambas estuvieran separadas en el espacio. As, esinteresante observar que, en los Estados Unidos, la industria alimentaria utiliza 82%de materias primas agrcolas nacionales, e incorpora tan slo el porcentaje sobrante debienes importados.12 Las industrias estadounidenses establecidas en Europa o aun lasoriginarias de esta regin tambin utilizan preferentemente los bienes locales en susprocesos productivos. De hecho, encuentran en este continente una agricultura pu-jante, con amplia diversidad de bienes agrcolas, adems de que su oferta incluyesobre todo los bienes bsicos propios de la agricultura de clima templado, como sonlos granos, los crnicos y derivados. Al respecto, es interesante recordar el proceso, yamencionado, segn el cual muchas transnacionales buscaron sustituir productos pri-

    11 Frederick Buttel. Theoretical issues in global agri-food restructuring, en D. Burch et al., Agri-Foodrestructuring: Londres, Avebury, 1996, p. 25.

    12 A. Gallo. The food marketing system in 1996, Agriculture Information Bulletin, nm. 743, Wash-ington Department of Agriculture-Economic Research Service, 1998, p. 5.

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    marios de carcter tropical, originarios del sur, por bienes alternativos localizados enlos pases industrializados principalmente para ejercer un mayor control sobre susfuentes.

    No obstante, cabe destacar que tambin hay pases, como Japn, en los queopera la tendencia opuesta, de disociacin entre la agricultura y su proceso de trans-formacin. No obstante contar con una industria alimentaria muy potente, este pasdebe importar gran parte de sus insumos agrcolas, dada la escasez de tierras de cali-dad para la produccin. Ante estas circunstancias, Japn depende de los granosforrajeros norteamericanos para producir parte de su azcar, as como para procesarlos alimentos que deben nutrir sus hatos ganaderos.13 Sin embargo, dadas las dificul-tades que entraa este procedimiento, el pas eligi una nueva estrategia: trasladar susplantas alimentarias a regiones del sudeste asitico, de fuerte vocacin agrcola. Pasescomo Tailandia, Malasia, Filipinas, Indonesia, China y otros, donde los recursos agr-colas son abundantes, se transformaron en fuentes de abastecimiento para las empre-sas niponas, cuyo producto finalmente regresa ya procesado al mercado japons. Ellosignifica que Japn ha depositado gran parte de sus expectativas alimentarias en laszonas externas, cuya seguridad, sin embargo, queda garantizada, pues se trata depases sobre los cuales ejerce un fuerte control geopoltico. Segn Suzuki,14 las inver-siones de la industria alimentaria japonesa en el exterior sumaban la elevada cifra de60 000 millones de dlares en 1993. Tal como observamos, gana fuerza la estrategianipona de globalizacin por va de la construccin de conglomerados en pasescercanos, frente al procedimiento de obtencin de materias primas a travs del co-mercio internacional, ya sea para fines de consumo directo o de procesamiento in-dustrial.

    La eleccin de la estrategia de los conglomerados y, derivado de ello, su con-centracin en un escenario geogrfico nico, si bien otorga a las transnacionalesalimentarias un sello identitario propio frente a las empresas globales de otras ramas,no le quita para nada el signo profundamente internacional. De hecho, el capitalemigra y se establece en un contexto diferente, en el que por lo general utiliza lainfraestructura de cadenas ya existente mediante la compra o la asociacin con em-

    13 John Wilkinson, op. cit., p. 67.14 Fukumatsu Suzuki. Le sistme alimentaire au Japon et la globalization de lconomie agro-alimentaire,

    conomie Rurale, nms. 234-235, 1996, p. 108.

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    presas ya establecidas en la regin. Con ello logra asegurar mercados preexistentes,por lo que en muchos casos debe respetar los patrones de consumo locales. De hecho,a ello se remiten los autores ya mencionados cuando se refieren a las estrategiasmultidomsticas, sealndolo como signo distintivo de esta rama.

    En fechas recientes se han verificado cada vez ms fusiones en el interior de estarama industrial, en gran medida mediante adquisiciones, a la vez que se observa elfenmeno de su asociacin con las grandes empresas del sector qumico-farmacuti-co. Dentro de sus opciones de ubicacin, si bien est presente en todo el mundo, talcomo afirmamos antes, es clara su preferencia por los pases desarrollados, en dondedispone de mercados de gran envergadura, gracias al elevado grado de solvencia desus consumidores. Los pases de Europa occidental, con sus 300 millones de consu-midores de altos ingresos, se han convertido en un asidero de gran importancia paralas ramas alimentarias transnacionales, as procedan del exterior o del propio conti-nente. No obstante, las empresas estadounidenses son preponderantes frente a laseuropeas: de las 50 mayores empresas procesadoras de alimentos en el mundo en1990, 22 eran de los Estados Unidos, 12 de Inglaterra y 7 de Japn.15 Pese a la granfuerza de las multinacionales de origen europeo, como Nestl y Unilever, as como ala importante intervencin de las empresas inglesas, los dems pases de Europa occi-dental participaban con muy pocas firmas dentro de este grupo.

    La orientacin de los mercados

    De lo apenas dicho, tambin se desprende otra caracterstica que le da especificidad ala empresa alimentaria en nuestros das: ms que producir para mercados indistintoso internacionales, sus mercados son en primera instancia nacionales, o sea, los pro-ductos finales se dirigen a los consumidores de la regin donde se elaboran. Esto seobserva con particular fuerza en el caso de los procesados a partir de los bienes declima templado, donde destaca la preocupacin por atender a los mercados naciona-les. Esta ruta atpica es particularmente significativa en el caso europeo, en el que seobserva un proceso de renacionalizacin de los cereales, expresiva de una mayorintensificacin en su uso interno.16 Por otra parte, de los 300 millones de toneladas

    15 John Wilkinson, op. cit., p. 29.16 Benoit Daviron. Quelques faits marquants de la dinamique rcente des hanges de produits

    alimentaires, en conomie Rurale, nms. 234-235, 1996, p. 11.

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    de granos cosechadas en los Estados Unidos, dos terceras partes se consumen en elmercado interno, as se trate del mayor pas exportador de este tipo de cultivos.

    La ruta contraria, que tiende a privilegiar los mercados externos, se hace notaren el caso de ciertos productos cultivados en los pases del sur, por lo general bajo laforma de contrato o integracin con empresas transnacionales. Se trata de cultivos decontraestacin, en especial frutas y verduras, que abastecen los mercados de los pasesindustrializados en momentos en que stos, por razones estacionales, no disponen dela capacidad para producirlos. Adems, son productos especficos de otros climas ylatitudes, de mucha demanda entre los consumidores en momentos en que las dietastienden a privilegiar este tipo de alimentacin. En este caso, estamos hablando decultivos ms permeables a las tendencias globales, aunque no pasen por ningn tipode procesamiento. El gran dinamismo que han registrado en su desempeo comer-cial en los ltimos aos refuerza este planteamiento.17

    La reconstruccin industrial del alimento

    La industria alimentaria se aleja de la rama agrcola en la medida en que ofrece produc-tos muy distintos de los primarios: su tecnologa se encamina a borrar del productoel sello espacial-geogrfico y con ello la identidad local en que fue producido inicial-mente. En su proceso productivo, compuesto por varias etapas transformadoras, sue-le descomponer los alimentos en distintas sustancias, creando productos interme-dios, que a su vez pueden ser aplicados a una serie adicional de productos. Lo queresulta de esta recombinacin de elementos son bienes alterados en forma conside-rable, que pueden o no evocar su estatuto original.

    Adems, se le aaden un sinnmero de sustancias qumicas que ayudan a con-servar el producto, a la vez que le agregan sabor, color, textura y otros atributosrequeridos para volverlo ms atractivo. En este proceso, las empresas logran construirun vastsimo arsenal de productos terminados, resultado de los procesos de recompo-sicin sealados, lo que incrementa enormemente las opciones de consumo. En estecontexto, en 1995 se lanzaron al mercado 16 863 nuevos productos alimentarios enlos Estados Unidos.18 De igual forma, la industria alimentaria encuentra uso para los

    17 Ibid., p. 16.18 Alan Gordon. Changes in food and drink conception and the implications for food marketing, en

    The future of food: Pars, Organizacin de Cooperacin y Desarrollo Econmico (OCDE), 1998, p. 94.

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    distintos subproductos de cada bien agrcola transformado, mismos que a su vez danorigen a mltiples nuevas cadenas derivadas, aunque no siempre vinculadas con laalimentacin. As, por ejemplo, el maz amarillo produce varios derivados que susti-tuyen productos tradicionales, como la alta fructosa (HFC), que en forma crecientereemplaza el azcar proveniente de la caa; adems, compite con los derivados delpetrleo, pues del grano se puede obtener etanol, en sustitucin de los combustibles.La fructosa y el etanol son as coproductos que pueden ser usados alternativamentedependiendo de la demanda y de los precios relativos. Por otra parte, el almidnderivado del maz, una vez fermentado, se transforma en insumo para medicinas,pegamentos, colorantes, detergentes y otros renglones de la industria qumica. Sinembargo, el uso principal del maz amarillo ha sido, histricamente, junto con lasoya, como alimento para el ganado, que nutre no slo los hatos de Norteamrica,sino los de los dems continentes.

    Por otra parte, el azcar, marginado por la irrupcin de la fructosa y otrosedulcorantes ms fuertes y de menos caloras, tambin ha sido empleado para laproduccin de etanol. La soya, a su vez, adems de su funcin dentro del complejoforrajero mundial, ha dado lugar a protenas aisladas, que son utilizadas en productosque pretenden sustituir a la carne. Algunos aceites vegetales derivados de la soya son,a su vez, utilizados como sustitutos o complementos del diesel.19

    En un principio, las tecnologas qumicas fueron las responsables de la transfor-macin alimentaria; hoy en da han sido sustituidas por la biotecnologa que, a travsde varios procesos, como la fermentacin, las enzimas, la cultura de tejidos y otros,permiten una sustitucin de procesos considerados dainos (como los qumicos) porotros ms biolgicos que, adems de ser ms saludables, aaden nutrientes a losalimentos. De ah la creciente fusin de las ramas alimentarias con la industria qu-mico-farmacutica.

    El alimento industrializado se convierte as en un bien profundamente transfor-mado y lejano a sus orgenes. Tal como lo expresa Font,20 el cambio tecnolgicolibera el alimento de cualquier constreimiento local o estacional [a la vez que] sepa-ra a la agricultura de la naturaleza y al consumidor de su familiaridad con espacios ytcnicas productivas. Esta desterritorializacin y liberacin de las limitaciones natu-

    19 John Wilkinson, op. cit., p. 63.20 Maria Font. Food systems, consumption models and risk perception in the late modern society,

    ponencia presentada en el X Congreso Internacional de Sociologa Rural, Ro de Janeiro, 2000, p. 9.

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    rales son vistas en un primer momento como un gran triunfo del ingenio humano ensu lucha por la conquista de la naturaleza. Adems, la metamorfosis de un sistemaproductivo basado en el alimento bruto a otro en que predomina una enorme diver-sificacin produce una fascinacin sobre los consumidores, ya que se hace acompa-ar de la percepcin de una inagotabilidad del recurso alimentario. Ello estimulatambin la sensacin de seguridad, dada la abundancia de la oferta frente a una hastaentonces inelstica y aleatoria trayectoria productiva, determinada imponderablementepor la estacionalidad productiva y los impredecibles factores climatolgicos. Por otraparte, la durabilidad, lograda por el procesamiento industrial, es un factor adicionalque estimula esta percepcin optimista, en la medida en que permite superar la con-dicin perecedera y vulnerable de los alimentos.

    Este conjunto de apreciaciones proclives a legitimar el modelo industrializadortiene tambin un fundamento emprico: el gran incremento en el consumo prome-dio de caloras y protenas en las dcadas que siguen a la Segunda Guerra Mundial,sobre todo en los pases devastados por el conflicto blico, resultado del gran incre-mento en la oferta y de la consecuente baja en los precios alimentarios. Si bien estavisin benigna de los nuevos procesos tuvo ms arraigo en unos pases que en otros,se puede afirmar que fue aceptada sin mayores cuestionamientos ah donde se asentel nuevo rgimen alimentario. Aun cuando la mayor aprobacin provino de los Esta-dos Unidos, en donde prcticamente fue hegemnico y barri con todo lo anterior,tambin se propag y gan fuerza en los pases europeos. Empero, ello no signific elabandono total de los sistemas alimentarios tradicionales vinculados con hbitos his-tricos y cocinas regionales. As pues, en tanto Inglaterra segua de cerca las pautasestadounidenses de consumo, las tradiciones gastronmicas de los pases mediterr-neos y de Francia permanecieron arraigadas, coexistiendo sin embargo con el nuevomodelo alimentario desterritorializado proveniente en gran medida de los EstadosUnidos.21

    La rebelin de los consumidores

    Dcadas ms tarde, en los aos ochenta y en especial durante la dcada pasada, em-pieza a cambiar esta percepcin optimista respecto del modelo alimentario

    21 Alan Gordon, op. cit., p. 93.

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    transnacional en el seno de varios pases. La nocin de seguridad anteriormente cons-truida con base en la idea de la cantidad, la diversidad y el abasto permanente pierdefuerza para dar paso a la exigencia de nuevos referentes en cuanto a la calidad, lahigiene y la inocuidad de los alimentos. En este contexto, el alimento industrializadoempieza a ser visto con desconfianza como portador de riesgo. Su carctersupranacional, fragmentario y desconocido lleva al temor de lo que pueda contener:de hecho, est repleto de sustancias qumicas, como aditivos, conservadores ysaborizantes, cuyos efectos en la salud humana pueden ser devastadores. Asimismo,no se considera que la biotecnologa presente en los procesos alimentarios ms re-cientes sea un sustituto adecuado para la industria qumica, pues no se pueden ras-trear sus mtodos ni conocer adecuadamente los componentes utilizados.

    De sbito, la poblacin se vuelve consciente del hecho de que su salud puedeestar siendo afectada por el tipo de alimentacin a que est sujeta. Grandes escnda-los en Europa occidental alientan estas aprensiones: aceites adulterados en Espaa,utilizacin de hormonas en carnes de ternera destinadas a la preparacin de alimen-tos infantiles, listeria en los quesos, salmonella en huevos y pollos, vinos adulteradosen Alemania, la dioxina en pollos y cerdos en Blgica, y finalmente la enfermedad delas vacas locas, causada por el uso de harinas animales como alimento para estesector.22 Adems, enfermedades degenerativas como el cncer parecen avanzar entrminos cuantitativos. Por otra parte, en los Estados Unidos los sistemas ganaderosusan hormonas y antibiticos para el crecimiento de los animales, situacin que esvista con alarma por los consumidores de otras partes del mundo. Coronando estatendencia, aparecen los cultivos transgnicos en este pas, mismos que alteran lascondiciones de produccin agrcola, al combinar distintos genes en una misma plan-ta, situacin que provoca un gran rechazo de la comunidad internacional e impide lageneralizacin de su consumo. Las transnacionales de la alimentacin pasan a servistas como un factor de riesgo, ms que como un beneficio, sobre todo entre lospases que componen la Unin Europea. Ello abre espacio a un nuevo modelo quebusca rescatar todos aquellos elementos de los sistemas anteriores supuestamentesuperados por la tecnologa industrial. Vuelve a surgir con fuerza la meta de rescatarlos alimentos producidos en los mbitos local y regional, con sistemas de produccinorgnicos y con productores a los cuales se puede identificar y reconocer. El consumo

    22 Ibid., p. 96.

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    vuelve as a girar casi 180 grados en un formidable intento por rescatar los elementosendgenos de las culturas alimentarias. Lo externo y desconocido pasa a ser vistocomo amenazante y, por lo tanto, debe ser descartado.

    En medio de la globalizacin y frente a las tendencias tecnolgicas de punta queeste modelo impulsa, nace y se desarrolla una contratendencia vinculada con lo localy lo nacional, que si bien no constituye una amenaza inmediata a la vigencia deluniverso transnacional de la alimentacin, s pone en duda sus pilares. Esta nuevatendencia tiene su mxima expresin en Europa, donde el poder de los consumidoresse hace sentir con fuerza sobre el mundo comercial. As, en varios pases, empresascomo supermercados o restaurantes se niegan a vender productos con componentestransgnicos. Por otra parte, el cuestionamiento tambin se ha trasladado a la esferade la poltica: la fuerza alcanzada por el Partido Verde en el Parlamento europeo altimas fechas es representativa de esta tendencia. Asimismo, no hay que perder devista que esta sensibilidad demostrada por los consumidores frente a la cuestinalimentaria ha alcanzado las esferas oficiales, convirtindose en una poltica de Esta-do. Ante ello, desde 1989 Europa ha prohibido el ingreso de carne estadounidense asu territorio, dado el uso de hormonas y antibiticos en sus procesos productivos.Los productos transgnicos, a su vez, entran con dificultades al continente, debiendoestar etiquetados para su venta. En contraste, se alienta con premios a los productoresnativos de cultivos orgnicos, de igual forma que se estimulan sistemas ganaderosextensivos y tradicionales. Igualmente, se apela a los sistemas agrcolas locales, ascomo a la agroindustria de carcter artesanal.23

    Las regiones rurales, a su vez, se convierten en un espacio altamente valoradotanto por su capacidad productiva como por su paisaje. En algunos pases, comoNoruega, los productos nacionales llevan un sello que los identifica como superioresen calidad y seguridad.24 Por dondequiera surge una expresin cultural distinta quealienta el consumo de bienes reconocidos como saludables, de lo cual quedan exclui-dos todos aquellos que incorporan el sello global, identificado con el riesgo.

    23 Emil Haney y R. Alms. Lessons on European integration: watching agricultural policies from thefringe, en Sociologia Ruralis, vol. XXI, nm. 2/3, 1991.

    24 Berit Nygard y Oddveig Storstad. De-globalization of food markets? Consumer perceptions of safefood: the case of Norway, en Sociologia Ruralis, vol. 38, nm. 1, 1998, p. 48.

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    El comercio agrcola: viejas barreras en un nuevo escenario

    Si la industria alimentaria tuvo la fuerza sealada con anterioridad, fue porque nohubo obstculos a su instalacin en los distintos pases en los momentos en que tuvolugar su proceso expansivo. Paradjicamente, tal fenmeno no se observ en el mbi-to del comercio agrcola y de alimentos, donde hasta hoy existen fuertes barreras. Elcomercio agrcola subsiste como una actividad limitada, dado que la agricultura esan un sector fuertemente protegido y subsidiado en la mayor parte de los pasesdesarrollados. En plena era global, esta situacin sorprende y desconcierta, pues im-pide que un sector de gran importancia participe a plenitud en la dinmica contem-pornea. En efecto, las barreras tarifarias al intercambio de productos agrcolas as-cienden hoy al 60% de su valor.25 Por otro lado, cabe recordar que hasta hace pocolos pases contaban con la posibilidad de utilizar barreras no arancelarias al ingreso deproductos agrcolas, con lo cual ste se vea an ms restringido.

    Este sistema, que ahora se busca transformar con enormes esfuerzos en las ron-das multilaterales del GATT y posteriormente de la OMC, constituye la herencia deuna normatividad antigua, nacida en la posguerra y desarrollada en las dcadas si-guientes. Desde la perspectiva de entonces, era estratgico que cada pas produjerasus propios alimentos, dado el riesgo implcito en la posibilidad de desabasto propi-ciada por los eventos blicos. Fue cuando se impuls la modernizacin y la tecnificacinde los sistemas agrcolas, por medio de fuertes incentivos a los productores que tuvie-ran potencialidades para alcanzar logros en rendimientos y productividad. Subsidiosy estmulos productivos, por un lado, y proteccin en las fronteras, por el otro, eranlos principales signos de polticas que buscaban la seguridad alimentaria mediante elautoabasto interno. Por otra parte, el proteccionismo tambin significaba que se de-seaba preservar un orden social equilibrado en los nuevos pases, evitando el colapsode los productores en momentos en que sbitas oscilaciones perturbaban los merca-dos y los precios internacionales, fenmeno bastante frecuente dadas las condicionesaleatorias presentes en la rama agrcola.26

    Pese a los obstculos que esta situacin opone al comercio alimentario, no lo

    25 USDA. Conferencia de prensa On the Farm Bill and the implications for world trade, Washington,22 de mayo, 2002.

    26 Magda Fritscher. Los lmites de la agricultura industrial hacia un nuevo paradigma?, en Polis 00:Mxico, UAM-Iztapalapa, Departamento de Sociologa, 2001, p. 127.

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    impide, en la medida en que el movimiento a favor de la autosuficiencia no significaque un pas pueda producir todo lo necesario para su consumo, dadas las limitacio-nes ecolgicas, topogrficas y climatolgicas que constrien esta actividad. As, elcomercio agrcola asume la forma de un intercambio de productos que cada pasrequiere para completar su oferta: se trata de una dinmica complementaria ms quecompetitiva. Ello significa que, desde la perspectiva de los pases excedentarios, seexporta lo sobrante, una vez satisfechas las necesidades nacionales. Por otra parte, lospases deficitarios importan lo faltante a sus necesidades. Comandados por esta lgi-ca, hasta hoy los estados nacionales regulan las importaciones y exportaciones dealimentos teniendo en cuenta los requisitos de abasto, pero tambin de proteccin alos productores internos.

    Si bien desde mediados de los aos ochenta se intent cambiar este paradigma,a travs de negociaciones en el GATT y posteriormente en la OMC, los logros han sidoprecarios. De esta manera, subsiste en nuestros das el sistema de barreras arancelariaselevadas y el de subsidios, aunque algunas reformas (sobre todo las realizadas en laUnin Europea en 1992 y en los Estados Unidos en 1996) lograron limar sus aristasms aberrantes.

    Esta arraigada tendencia protectora de parte de un gran nmero de pases, sobretodo del mundo desarrollado, obedece en estos momentos, ms que al temor respec-to de emergencias en cuanto al abasto, a la preocupacin por los efectos que unaliberalizacin de los mercados pueda ocasionar. De hecho, sin estos mecanismos,una parte importante de las agriculturas del mundo se veran destruidas, dada suincapacidad para enfrentar la competencia frente a productos de mejor calidad ymenor precio. Esto llevara inevitablemente a una desestructuracin de las activida-des agrcolas, provocando desempleo y fuertes desajustes sociales, riesgo que las so-ciedades de los pases industrializados no se encuentran dispuestas a enfrentar.Un elemento adicional, que a ltimas fechas viene a reforzar este patrn proteccio-nista, es el reciente movimiento en favor de alimentos orgnicos, saludables, produ-cidos en el mbito local y en regiones conocidas, particularmente significativo en elcaso europeo, fenmeno ya registrado en este trabajo.

    As, frente a las necesidades de libertad de movimiento y de comercio que im-pone la globalizacin, nos encontramos ante una tenaz resistencia en acatar estosprincipios, constituyendo la agricultura y los alimentos procesados un sector a con-tracorriente de la nueva dinmica.

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    Tal como afirmamos con anterioridad, esta situacin incidi en la determina-cin de las empresas transnacionales de estructurarse con base en una organizacindiferente, concentrada vertical y geogrficamente, frente a las tendencias de descen-tralizacin caractersticas de la fbrica global. Si bien en el apartado en que analiza-mos esta problemtica apuntbamos a la preferencia de los complejos alimentariospor ubicarse cerca de sus fuentes de abasto agrcolas debido a la condicin perecederade los alimentos, tambin es cierto que varios de stos podran eventualmente trasla-darse en su forma natural, sin mayores riesgos. Tal es el caso de los granos, por ejem-plo, productos cuya durabilidad permite su traslado a distancias significativas. Escurioso que en la produccin de estos bienes donde se observan los mayores ndicesde proteccin y distorsin comercial, obstaculizando de esta forma su flujo comer-cial. Por otra parte, hay alimentos semiprocesados o intermedios que podran even-tualmente concurrir al mercado internacional, pero que, debido a los constreimientossealados, se ven imposibilitados para hacerlo. En todo caso, se ha observado que esms fcil eludir el proteccionismo en el caso de los alimentos manufacturados, dadala enorme diversidad que asumen en su aspecto final. As, hoy da, el flujo comercialde alimentos semiprocesados y procesados ya ha superado en volumen y valor el delos alimentos en estado natural, como los cereales, las oleaginosas, los productoshortcolas y las frutas.27

    Conclusiones

    En este trabajo nos propusimos contestar la interrogante respecto a si el concepto deglobalizacin, tal como ha sido definido por sus principales tericos, es capaz de darcuenta de los sistemas productivos que hoy imperan en la agricultura y en las ramasindustriales procesadoras de alimentos. Nuestro anlisis indic dificultades severasen el primer caso y modalidades distintas de los parmetros generales en el segundo.As tambin hizo alusin a los distintos aspectos estructurales, culturales y subjetivosresponsables de la condicin relativamente atpica del sector frente a las nuevas ten-dencias.

    Desde esta perspectiva, apuntbamos que si bien la agricultura es, desde hace

    27 USDA, op. cit., p. 5.

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    muchas dcadas, un sector por dems internacionalizado, dada su antigua participa-cin en el comercio mundial, no por ello puede ser identificada con los movimientostpicos de la era global. Ello se debe en gran medida al peso de los elementos naturalespresentes en sus estructuras, que la convierten en una actividad inflexible y rgida, ypor lo tanto incompatible con la fluidez requerida por el orden global. Los autoresconsultados consideran que el agro, por sus caractersticas, se encuentra determinadoen primera instancia por las ventajas comparativas, cuya dinmica privilegia sobretodo los recursos naturales. La globalizacin, en cambio, se fundamenta sobre todoen factores propios de la inteligencia humana, como la innovacin, la eficiencia y laorganizacin, por lo cual es ajena a todo aquello que constituya un atributo naturalinamovible.

    Por otra parte, si bien el proceso de internacionalizacin agrcola se da funda-mentalmente por medio del comercio, ste se encuentra hoy obstaculizado por unaserie de restricciones y distorsiones que impiden el libre flujo de mercancas. As, laagricultura enfrenta fuertes resistencias para globalizarse, tanto debido a sus caracte-rsticas estructurales como a las polticas que hoy restringen la movilidad de su pro-duccin mediante el comercio.

    En lo relativo a la industria alimentaria, si bien se acerca ms a los parmetrosglobales dado el intenso movimiento supranacional de sus complejos, observamos,sin embargo, que frente a las dems ramas industriales, tiende a registrar un compor-tamiento atpico. As, a diferencia de estas ltimas, caracterizadas por la descentrali-zacin y desconcentracin territorial, as como por su integracin en forma de redes,las transnacionales alimentarias se cien a un patrn organizativo propio de media-dos del siglo XX, segn el cual se privilegia la integracin vertical, la concentracingeogrfica y las estrategias multidomsticas.

    Por otro lado, registramos cmo paradjicamente el gran triunfo que alcanza enpocas recientes su expansin en el mundo se ve empaado por un fuerte movimien-to de resistencia por parte de los consumidores frente a sus productos. Habiendoincorporado los ltimos adelantos cientficos a sus procesos productivos, en particu-lar la biotecnologa, la rama enfrenta hoy el rechazo por parte de muchos grupossociales a alimentos que consideran nocivos para su salud y bienestar. As, se empiezaa observar la preferencia por una alimentacin de corte orgnico y natural, desarro-llada en forma preferente por productores agrcolas y agroindustriales de tipo artesanal,localizados en regiones prximas y reconocidas. Curiosamente este movimiento

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    antiindustrial proviene en gran medida del continente europeo, donde las tendenciastransnacionales de la rama se han desarrollado ms, junto con los Estados Unidos.De nueva cuenta aqu se ponen al descubierto las limitaciones de orden estructural,pero sobre todo las de carcter subjetivo y cultural, para inscribir al sector alimentarioen los paradigmas de la globalizacin.