Gordon Craig

download Gordon Craig

If you can't read please download the document

description

Trabajo sobre el director y teórico teatral Gordon Craig

Transcript of Gordon Craig

Rosario, Junio de 2014 Escuela provincial de Teatro y Tteres numero 5029

Trabajo practicoGordon Craig

Alumno: Atilio BasaldellaDocente: Eduardo NavarroMateria: Historia de la direccin teatralCarrera: Tcnico Superior en Teatro con Itinerario en Direccin

Edward Henry Gordon Craig naci el 16 de enero de 1872 en Stevenag, pequea ciudad de Inglaterra, al norte de Londres, bastante cercana a la capital Inglesa y muri en Francia en 1966.De padres actores, su infancia y adolescencia trancurren siguiendo las giras y los teatros donde su madre (la conocida actriz Ellen Terry) fuera contratada. Craig crece entre actrices, actores, iluminadores, maquinistas y Reggiseurs. A los seis aos de edad debuta como actor en el Court Thetre Londinense. La vida lo llevo a las tablas prematuramente y le permiti conocer el funcionamiento de las compaas y los teatros.Estudia y se desempea como actor hasta aproximadamente los veinticinco aos de edad, una carrera signada por la particularidad de ser siempre notado como el hijo de Ellen Terry por un lado y el alumno privilegiado del actor ingles Henry Irving por el otro. Observando a Irving- dijo Craig- en el ultimo acto de The Lyons Mail, y The Bell sent que era imposible ir mas all de ese punto, y me dije que deba contentarme por el resto de mi vida en seguir a Irvine y transformarme en su plida imitacin o descubrir quien era realmente yo, y ser yo... En 1897 decide abandonar su carrera como actor (Gordon Craig fue un serio representante de la nueva escuela de actuacin que se contrapone a la recitacin pomposa y declamatoria) debido en parte a su creciente inters en la pintura y el dibujo. Estimulado por sus amigos, conocidos como los hermanos Beggarstaff quienes haban cambiado la forma de disear afiches en Inglaterra, al emplear grabados al boj, as como tambin por las pinturas quimricas de William Blake y por el impresionismo de Rex Whistler. En 1899 crea, junto al musico Martin Fallas Shaw The Purcell Operatic Society, en donde se desempea como reggiseur, desplegando fundamentalmente en el plano escenogrfico su visin simbolista del arte.La primer obra que ponen en cartel es Dido y Eneas de Purcell. Craig, literalmente despoja la escena de cualquier elemento que pueda parecer natural o cotidiano, desde las luces hasta el vestuario. La produccin en su totalidad reflejaba la experiencia de Craig como grabador e ilustrador. La puesta se concibi como una serie de imgenes que evocaban mas que describan, y fueron diseadas con el propsito de dar riendas sueltas a la imaginacion del publico El fin ultimo- comenta- no era crear un sensacin de variedad, sino una sensacin de unidad. Lo que Craig logro en 1900 en solo tres presentaciones, fue recibido como la encarnacin del sueo que por mucho tiempo tent a los simbolistas: la fusin perfecta de la poesa, la msica, el actor, el color y el movimiento. Es en esta etapa donde se pronuncia fervientemente contra el realismo dice Craig El realismo esa copia grosera de la vida que todos comprenden al revs mientras la adoptan. Muy lejos de servir al arte; pues el objeto del arte no es reflejar la realidad y el artista no acostumbra a rezagarse, sino a adelantarse a los hechos; pero es la visa que debe llevar el reflejo de la imaginacin, la cual ha escogido al artista para fijar su bellezaLa experiencia de Craig con The Purcell Operatic society fue resistida por el ambiente teatral de su pas, salvo por un pequeo sector de crticos y artistas, siendo mejor considerado fuera de su patria.Cansado de no recibir apoyo econmico, de no contar, por esto, con una compaa estable y ante la indiferencia de sus colegas y del publico (mas de una vez tuvo que posponer temporadas por ausencia de espectadores), en 1904 recibe una propuesta del mecenas alemn Henry Kesseler y decide aceptarla para establecerse en Berlin. Craig no volvera a dirigir en Inglaterra. Craig llega a Berln a los 32 aos, all escribir su ensayo El arte del teatro, publicado a poco de su llegada. Este ensayo esta estructurado como un dialogo que mantienen un aficionado al teatro y un regisseur. A continuacin un fragmento:

El aficionado al teatro: _ Recuerdo piezas que me han proporcionado gran satisfaccin

El regisseur: _ Si algo tan mediocre ha podido contentarlo, es porque quiz usted esperaba algo peor y ha encontrado algo un poco mejor de lo que esperaba. Muchas personas que van hoy al teatro esperan aburrirse. Es muy natural: Han visto tantas veces cosas fastidiosas! Cuando usted me dice que un teatro moderno ha podido procurarle satisfaccin, me prueba que no solo el arte,sino una parte del publico ha degenerado. Pero que esto no lo desaliente. He conocido a alguien cuya vida estaba tan ocupada que no poda escuchar otra msica que los organillos de la calle. Era para l el ideal de la msica; no obstante es posible escuchar cosa mejor... Si usted hubiera visto una verdadera obra de arte teatral, ya no podra soportar eso que hoy le dan en su lugar. Y si usted no ve obra de arte en la escena, no es culpa mi que el publico no la reclame, o que no haya en el teatro excelentes artesanos capaces de ejecutarla; lo que falta es el artista que las cree, el artista del teatro, entendmonos,y no el poeta, el pintor o el msico. Los numerosos y excelentes artistas que acabo de citar en nada pueden cambiar ese estado de las cosas. Estn obligados a proveer lo que los directores de teatro les piden, y lo hacen de buena gana. El advenimiento del artista al mundo del teatro cambiara todo esto. Agrupara, lenta pero seguramente, a esos obreros de lite en torno suyo y animara con nuevo soplo el arte del teatro.

En 1907 se instala en Florencia, Italia, donde edita la revista The Mask, donde edita todos sus estudios. Esta revista dedicada al pasado, al presente y al futuro del teatro, con artculos sobre historia, critica y teora, muchos escritos por el mismo Craig valindose de distintos seudnimos. La Mascara, exquisitamente diseada y producida con papel hecho a mano, logro una distinguida suscripcin internacional y al mismo tiempo que servia como portavoz a las ideas de Craig, contribuyo sustancialmente a situar la discusin sobre el teatro en un nuevo nivel de seriedad. En otoo de 1908 Craig fue invitado a Moscu para trabajar junto a Stanislavski en una puesta de Hamlet. Craig se encargara de disear la escenografa y el vestuario y la direccin quedara a cargo del maestro Ruso. En abril de 1909 Craig regreso con sus bocetos y con Stanislavski emprendieron una discusin de cada escena del texto. De partida Craig sostuvo que para Shakespeare la realidad histrica no tenia ninguna importancia y comenz a desarrollar su propia concepcin de la obra como monodrama, con toda la accin vista a travs de los ojos de Hamlet, con este idealmente, en el escenario durante toda la obra. Craig argumentaba sobre esta obra: La idea global de esta obra es la lucha entre el espritu y la materia, la imposibilidad de su unin, la separacin del espritu en la materia. Aunque Stanislavski se opona a ciertos aspectos de la interpretacin de Craig (Particularmente a su enfoque de Ofelia como estpida inservible) quedo fascinado por este original enfoque y despus de un mes se anuncio que Craig iba a dirigir y a disear la produccin. Pero al tiempo entre idas y venidas Stanislavski comenz a dudar de las ideas de Craig y estaba irritado por su actitud impractica y por sus repetidas exigencias por mas dinero, entonces desidio asumir el mismo la direccin de la obra y se acord disuadir a Craig para que no volviera Moscu hasta el ensayo general. Al llegar Craig detuvo el ensayo con violentas protestas con respecto a la iluminacin, al desplazamiento de los actores, los vestuarios y todo el sistema de iluminacin tuvo que ser revisado bajo su supervisin.No obstante las ovaciones al final de la representacin, todos los que participaron en la produccin estaban muy conscientes de lo lejos que estuvieron de realizar sus ambiciones originales. Hacia 1911 ya cuenta con suficiente material para editar un libro que finalmente saldr ese mismo ao con el nombre de Del arte del teatro. En su ensayo, El actor y la Supermarioneta, Craig habla de como sera el artista de teatro que hace falta. Dice Craig en relacin al actor: Se esfuerza unicamente en reproducir la naturaleza... jamas suea en crear. Lo mejor que sabe hacer si quiere expresar la poesa de un beso, el ardor de una lucha o la calma de una muerte, es copiar servilmente, fotogrficamente la realidad. Da un beso, lucha, cae fingiendo la muerte. Reflexionando no os parece todo esto un poco absurdo?.... El actor desaparecer en su lugar veremos un personaje inanimado, que llevara, si queris, el nombre de Supermarioneta hasta que haya conquistado otro mas glorioso. Esta no rivalizara con la vida, pero ira mas all; no figurara el cuerpo de carne y hueso, sino el cuerpo en estado de xtasis, y en tanto que emanara de ella un espritu viviente, se revestir de una belleza de muerte. Esta palabra muerte viene naturalmente a nuestra pluma por aproximacin con la palabra vida, a la que apelan incesantemente los realistas....Ya no estaremos entonces a merced de esas confesiones de debilidad que traicionan sin cesar los actores y despiertan a su vez en los espectadores debilidades parecidas. Continua hablando en este ensayo sobre los tteres, sobre su origen divino: Creis por acaso que esas marionetas fueron siempre cosillas de un palmo de alto? No! La marioneta hizo antao un mejor papel que vosotros mismos...Creis realmente que habitaba siempre una casita con ventanas y puertas de mueca con postigos pintados abiertos de par en par y donde las flores del cantero tenan valerosos ptalos grandes como su cabeza? Desechad esa idea. Y luego cuenta una leyenda: El Asia vio su primer reino. En las riberas del Ganges se le construyo una morada, un vasto palacio que ergua al cielo sus hileras de columnas y baaba otras en el agua, rodeado de jardines de tibios montecillos tornasolados,con frescas fuentes; jardines colmados de un silencio inmvil. Solo en la secreta frescura de las salas del palacio, el espritu alerta de sus seguidores estaba en movimiento. Preparaban una fiesta digna de el, que celebraba el genio que le haba dado nacimiento. De all vino la ceremonia.En la ceremonia a la cual asistieron, el dolo irradio un esplendor tan vivido al mismo tiempo que una simplicidad tan divina, que las mil almas reunidas en esa fiesta quedaron maravilladas con un xtasis tan lucido como embriagador; unicamente esas dos mujeres no gustaron mas que la embriaguez.El dolo no las vio pues su mirada estaba fija en los cielos, pero hizo nacer en esas dos mujeres un deseo demasiado grande para ser saciado: el de ser el smbolo de lo que hay de divino en el hombre. Tan pronto concebido, tan pronto puesto en ejecucin: se engalanaron lo mejor que pudieron con vestiduras (parecidas a las del dolo, decan ellas); hicieron gestos gestos que creyeron parecidos a los suyos, y persuadidas de que provocaran la misma maravilla en el espritu de los espectadores, construyeron un templo (Igual!-Igual!) y pensaron responder al deseo de la multitud con esta mala parodia.As dicen los anales; es la primera relacin de Oriente donde se trate del actor. Naci de la estpida vanidad de dos mujeres que no pudieron ver el smbolo de la divinidad sin desear participar en el; su parodia redundo en ventaja de ventaja de ellas. A los cincuenta o cien aos, se hallaba la misma en todos los lugares del pas. Y continua luego reflexionando: La mala hierba pronto crece, dice el adagio. Esta sabana de hiervas locas que es el Teatro moderno creci muy pronto. La divina marioneta tuvo cada vez menos adoradores, y las mujeres tuvieron toda la boga.La decadencia de la marioneta y el xito de las dos mujeres, al mostrarse en su lugar, sealaron la llegada del sombro caos, y a continuacin, de la personalidad desencadenada.Comprendis ahora lo que me hizo amar y apreciar eso que en nuestros das se denomina marioneta, lo que me ha hecho detestar eso que se llama realismo en el arte?Deseo ardientemente el retorno de esa imagen al teatro, de esta Supermarioneta. Que ese smbolo vuelva, y tan pronto aparecido conquistara tambin los corazones, que veremos renacer la antigua alegra de las ceremonias, la celebracin de la creacin, el himno a la vida, la divina y feliz invocacin a la muerte.En 1924 se reedita su libro El arte del teatro y en el prefacio del mismo Craig agrega conceptos sobre la Supermarioneta: No es mi deseo ver convertidos a los actores de carne y hueso en muecos de madera. Tampoco es cierto que cuando le gritamos a alguien Oh vayase al diablo! Deseamos que esto ocurra en realidad. Lo que queremos es que esa persona ponga un poco de su fuego y se sane. La Supermarioneta es el actor mas el fuego y menos el egosmo; el fuego de los dioses y de los demonios, sin los humos y los vapores de lo mortal.En su ensayo de 1911 Los artistas del teatro del porvenir Craig se dirigir al hombre de teatro como: aquel que segn Blake, abandonara a su padre, su madre, sus moradas y sus tierras, si estorban su arte; es aquel que renunciara a la ambicin personal y al xito pasajero del momento; aquel que cesara de apetecer una amable y fcil riqueza, pero que no pedir, como precio de su esfuerzo, nada menos que el restablecimiento de su viejo hogar devuelto a su libertad, su vigor, su poder. Este hombre es tambin el que concibe su vida en el teatro como un largo aprendizaje fundado en una tica, de todos los oficios del arte del teatro comenzando ineludiblemente por el de actor y culminando en el de director (smbolo de la unidad del arte). El arte del teatro para Craig... no es ni el juego de los actores, ni la pieza, ni la puesta en escena, ni la danza; esta formado por los elementos que lo componen: por las palabras que son el cuerpo de la pieza; por las lineas y colores, que son la existencia misma del decorado; por el ritmo, que es la esencia de la danzaCraig fue un hombre de teatro que vivi la pasin por su arte; un actor, un rebelde, un visionario, un creador, un profundo investigador, que lucho por el teatro como arte ocupando su lugar junto a los maestros de fines del siglo XIX y principios del XX que trazaron un sendero donde bucear y recoger las innumerables, reflexiones, preguntas y respuestas que signan el teatro contemporneo.

Bibliografia: Eduard Brown El director y la escena, Revista Truenos y misterios N 28