GRADO TERCERO TEXTO 1
Transcript of GRADO TERCERO TEXTO 1
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
GRADO TERCERO
TEXTO 1:
Había una vez un principito que no quería estudiar. Cierta noche, después de haber
recibido una buena regañina por su pereza, suspiro tristemente, diciendo:
– ¡Ay!… ¿Cuándo seré mayor para hacer lo que me
apetezca?
Y he aquí que, a la mañana siguiente, descubrió
sobre su cama una bobina de hilo de oro de la que
salió una débil voz:
- Trátame con cuidado, príncipe. Este hilo
representa la sucesión de tus días. Conforme vayan
pasando, el hilo se ira soltando. No ignoro que deseas crecer pronto… Pues bien, te
concedo el don de desenrollar el hilo a tu antojo, pero todo aquello que hayas desenrollado
no podrás enrollarlo de nuevo, pues los días pasados no vuelven.
El príncipe, para cerciorarse, tiro con ímpetu del hilo y se
encontró convertido en un apuesto príncipe. Tiro un poco más
y se vio llevando la corona de su padre. ¡Era rey! Con un
nuevo tironcito, inquirió:
- Dime bobina ¿Cómo serán mi esposa y mis hijos?
En el mismo instante, una bellísima joven, y cuatro niños rubios surgieron a su lado. Sin
pararse a pensar, su curiosidad se iba apoderando de él y siguió soltando más hilo para
saber cómo serian sus hijos de mayores.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
De pronto se miro al espejo y vio la imagen de un anciano decrépito, de
escasos cabellos nevados. Se asusto de sí mismo y del poco hilo que
quedaba en la bobina. ¡Los instantes de su vida estaban contados!
Desesperadamente, intento enrollar el hilo en el carrete, pero sin
lograrlo.
Entonces la débil vocecilla que ya conocía, hablo así:
- Has desperdiciado tontamente tu existencia. Ahora ya sabes que
los días perdidos no pueden recuperarse. Has sido un perezoso al
pretender pasar por la vida sin molestarte en hacer el trabajo de
todos los días. Sufre, pues tu castigo.
El rey, tras un grito de pánico, cayó muerto: había consumido la
existencia sin hacer nada de provecho.
Actividades:
1) ¿Qué hacia el principito con la bobina?
………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………...
2) ¿puede decirse que el principito actuó de manera interesada o desinteresada?
Justifica tu respuesta.
………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………...
3) Con la expresión: “Has desperdiciado tontamente tu existencia. Ahora ya sabes
que los días perdidos no pueden recuperarse”, la bobina quiere expresar que:
a. lo más importante en la vida es ser perezoso.
b. el principito no hizo buen uso de la bobina y malgasto su vida.
c. Hay que pensar siempre en ser un gran rey algún día.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
GRADO TERCERO
TEXTO 2:
¡Qué frío tan atroz! Caía la nieve, y la noche se venía encima. Era el día de Nochebuena.
En medio del frío y de la oscuridad, una pobre niña pasó por la calle con la cabeza y los
pies desnudos.
Tenía, en verdad, zapatos cuando salió de su casa; pero no le habían
servido mucho tiempo. Eran unas zapatillas enormes que su madre ya
había usado: tan grandes, que la niña las perdió al apresurarse a
atravesar la calle para que no la pisasen los carruajes que iban en
direcciones opuestas.
La niña caminaba, pues, con los piececitos desnudos, que estaban
rojos y azules del frío; llevaba en el delantal, que era muy viejo,
algunas docenas de cajas de fósforos y tenía en la mano una de ellas
como muestra. Era muy mal día: ningún comprador se había presentado, y, por
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
consiguiente, la niña no había ganado ni un céntimo. Tenía mucha hambre,
mucho frío y muy mísero aspecto. ¡Pobre niña! Los copos de nieve se
posaban en sus largos cabellos rubios, que le caían en preciosos bucles
sobre el cuello; pero no pensaba en sus cabellos. Veía bullir las luces a través de las
ventanas; el olor de los asados se percibía por todas partes. Era el día de Nochebuena, y en
esta festividad pensaba la infeliz niña.
Se sentó en una plazoleta, y se acurrucó en un rincón entre dos
casas. El frío se apoderaba de ella y entumecía sus miembros; pero
no se atrevía a presentarse en su casa; volvía con todos los fósforos
y sin una sola moneda. Su madrastra la maltrataría, y, además, en
su casa hacía también mucho frío. Vivían bajo el tejado y el viento
soplaba allí con furia, aunque las mayores aberturas habían sido
tapadas con paja y trapos viejos. Sus manitas estaban casi yertas de frío. ¡Ah! ¡Cuánto
placer le causaría calentarse con una cerillita! ¡Si se atreviera a sacar una sola de la caja, a
frotarla en la pared y a calentarse los dedos! Sacó una. ¡Rich!
¡Cómo alumbraba y cómo ardía! Despedía una llama clara y
caliente como la de una velita cuando la rodeó con su mano.
¡Qué luz tan hermosa! Creía la niña que estaba sentada en una
gran chimenea de hierro, adornada con bolas y cubierta con
una capa de latón reluciente. ¡Ardía el fuego allí de un modo
tan hermoso! ¡Calentaba tan bien!
Pero todo acaba en el mundo. La niña extendió sus piececillos
para calentarlos también; más la llama se apagó: ya no le
quedaba a la niña en la mano más que un pedacito de cerilla.
Frotó otra, que ardió y brilló como la primera; y allí donde la luz cayó sobre la pared, se
hizo tan transparente como una gasa. La niña creyó ver una habitación en que la mesa
estaba cubierta por un blanco mantel resplandeciente con finas porcelanas, y sobre el cual
un pavo asado y relleno de trufas exhalaba un perfume delicioso. ¡Oh sorpresa! ¡Oh
felicidad! De pronto tuvo la ilusión de que el ave saltaba de su plato sobre el pavimento con
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
el tenedor y el cuchillo clavados en la pechuga, y rodaba hasta llegar a sus
piececitos. Pero la segunda cerilla se apagó, y no vio ante sí más que la
pared impenetrable y fría.
Encendió un nuevo fósforo. Creyó entonces verse sentada
cerca de un magnífico pesebre: era más rico y mayor que
todos los que había visto en aquellos días en el escaparate
de los más ricos comercios. Mil luces ardían en los
arbolillos; los pastores y zagalas parecían moverse y
sonreír a la niña. Esta, embelesada, levantó entonces las
dos manos, y el fósforo se apagó. Todas las luces del
nacimiento se elevaron, y comprendió entonces que no
eran más que estrellas. Una de ellas pasó trazando una
línea de fuego en el cielo.
-Esto quiere decir que alguien ha muerto- pensó la niña; porque su abuelita, que era la
única que había sido buena para ella, pero que ya no existía, le había dicho muchas
veces: “Cuando cae una estrella, es que un alma sube hasta el trono de Dios”.
Todavía frotó la niña otro fósforo en la pared, y creyó ver una gran luz, en medio de la cual
estaba su abuela en pie y con un aspecto sublime y radiante.
-¡Abuelita!- gritó la niña-. ¡Llévame contigo! ¡Cuando se
apague el fósforo, sé muy bien que ya no te veré más!
¡Desaparecerás como la chimenea de hierro, como el ave
asada y como el hermoso nacimiento!
Después se atrevió a frotar el resto de la caja, porque quería
conservar la ilusión de que veía a su abuelita, y los fósforos
esparcieron una claridad vivísima. Nunca la abuela le había
parecido tan grande ni tan hermosa. Cogió a la niña bajo el
brazo, y las dos se elevaron en medio de la luz hasta un sitio
tan elevado, que allí no hacía frío, ni se sentía hambre, ni
tristeza: hasta el trono de Dios.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
Cuando llegó el nuevo día seguía sentada la niña entre las dos casas, con las
mejillas rojas y la sonrisa en los labios. ¡Muerta, muerta de frío en la
Nochebuena! El sol iluminó a aquel tierno ser acurrucado allí con las cajas
de cerillas, de las cuales una había ardido por completo.
-¡Ha querido calentarse la pobrecita!- dijo alguien.
Pero nadie pudo saber las hermosas cosas que había visto, ni en medio de qué resplandor
había entrado con su anciana abuela en el reino de los cielos.
autor: H.C. Andersen
Actividades:
1) ¿Qué clase de final tuvo el cuento?
a. Triste, porque la niña sentía mucho frio.
b. Feliz, porque la niña comió pavo asado.
c. Triste, porque la niña murió y se marcho con su abuela al cielo.
d. Feliz, porque la abuela de la niña estuvo con ella toda la noche.
2) ¿En qué momento la niña empezó a imaginar cosas?
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
3) ¿Consideras que el titulo es adecuado para el cuento? Explica tu respuesta.
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
GRADO TERCERO
TEXTO 3:
Te presento a Daniel, el gran mago de las
palabras.
El abuelo de Daniel es muy aventurero y este año
le ha enviado desde un país sin nombre, por su
cumpleaños, un regalo muy extraño: una caja
llena de letras brillantes.
En una carta, su abuelo le dice que esas letras
forman palabras amables que, si las regalas a los
demás, pueden conseguir que las personas hagan
muchas cosas: hacer reír al que está triste, llorar
de alegría, entender cuando no entendemos, abrir el corazón a los demás, enseñarnos a
escuchar sin hablar.
Daniel juega muy contento en su habitación, monta y desmonta palabras sin cesar.
Hay veces que las letras se unen solas para formar palabras
fantásticas, imaginarias, y es que Daniel es mágico, es un mago de
las palabras.
Lleva unos días preparando un regalo muy especial para aquellos
que más quiere. Es muy divertido ver la cara de mamá cuando
descubre por la mañana un “buenos días, preciosa” debajo de la almohada; o cuando papá
encuentra en su coche un “te quiero” de color azul.
Sus palabras son amables y bonitas, cortas, largas, que suenan bien y hacen sentir bien:
gracias, te quiero, buenos días, por favor, lo siento, me gustas.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
Daniel sabe que las palabras son poderosas y a él le gusta jugar con ellas y ver la cara de
felicidad de la gente cuando las oye. Sabe bien que las palabras amables son mágicas, son
como llaves que te abren la puerta de los demás. Porque si tú eres amable, todo es amable
contigo.
Y Daniel te pregunta: ¿quieres intentarlo tú y ser un mago de las palabras amables?
autor: Susana Arjona Borrego.
Actividad:
- De acuerdo con lo leído en el cuento cada estudiante tendrá que ser un mago de
las palabras y decirle a cada compañero del grado una palabra amable que lo
identifique.
……………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
GRADO TERCERO
TEXTO 4:
Un zapatero se había empobrecido de tal modo, y no por
culpa suya, que, al fin, no le quedaba ya más cuero que para
un solo par de zapatos. Los Cortó una noche, con propósito
de coserlos y terminarlos al día siguiente; y como tenía
tranquila la conciencia, se acostó plácidamente y, después de
encomendarse a Dios, quedó dormido. A la mañana, rezadas
ya sus oraciones y cuando iba a ponerse a trabajar, he aquí
que encontró sobre la mesa los dos zapatos ya terminados.
Se Pasmó el hombre, sin saber qué decir ni qué pensar.
Cogió los zapatos y los examinó bien de todos lados.
Estaban confeccionados con tal pulcritud que ni una puntada podía reprocharse; una
verdadera obra maestra.
A poco entró un comprador, y tanto le gustó el par, que pagó por él más de lo
acostumbrado, con lo que el zapatero pudo comprarse cuero para dos pares. Los cortó al
anochecer, dispuesto a trabajar en ellos al día siguiente, pero no le fue preciso, pues, al
levantarse, allí estaban terminados, y no faltaron tampoco parroquianos que le dieron por
ellos el dinero suficiente con que comprar cuero
para cuatro pares. A la mañana siguiente otra vez
estaban listos los cuatro pares, y ya, en adelante, lo
que dejaba cortado al irse a dormir, lo encontraba
cosido al levantarse, con lo que pronto el hombre
tuvo su buena renta y, finalmente,
pudo considerarse casi rico.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
Pero una noche, poco antes de Navidad, el zapatero, que ya había cortado los pares para el
día siguiente, antes de ir a dormir dijo a su mujer:
– ¿Qué te parece si esta noche nos quedásemos para averiguar quién es que nos ayuda de
este modo?
A la mujer le pareció bien la idea; dejó una vela encendida, y luego los dos se ocultaron, al
acecho, en un rincón, detrás de unas ropas colgadas. Al sonar las doce se presentaron dos
minúsculos y graciosos hombrecillos desnudos que, sentándose a la mesa del zapatero y
cogiendo todo el trabajo preparado, se pusieron, con sus diminutos dedos, a punzar, coser y
clavar con tal ligereza y soltura, que el zapatero no podía dar crédito a sus ojos. Los
enanillos no cesaron hasta que todo estuvo listo; luego desaparecieron de un salto.
Por la mañana dijo la mujer:
– Esos hombrecitos nos han hecho ricos, y deberíamos mostrarles
nuestro agradecimiento. Deben morirse de frío, yendo así desnudos
por el mundo. ¿Sabes qué? Le coseré a cada uno una camisita, una
chaqueta, un jubón y unos calzones, y, además, les haré un par de
medias, y tú le haces un par de zapatitos a cada uno. A lo que
respondió el hombre:
– Me parece muy bien.
Y al anochecer, ya terminadas todas las prendas, las pusieron sobre la mesa, en vez de las
piezas de cuero cortadas, y se ocultaron para ver cómo los enanitos recibirían el obsequio.
A medianoche llegaron ellos saltando y se dispusieron a emprender su labor habitual; pero
en vez del cuero cortado encontraron las primorosas prendas de vestir. Primero se
asombraron, pero enseguida se pusieron muy contentos. Se Vistieron con presteza, y,
alisándose los vestidos, se pusieron a cantar:
« ¿No somos ya dos mozos guapos y elegantes? ¿Por qué seguir de zapateros como antes?».
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
Y venga saltar y bailar, brincando por sobre mesas y bancos, hasta que, al fin, siempre
danzando, pasaron la puerta. Desde entonces no volvieron jamás, pero el zapatero lo pasó
muy bien todo el resto de su vida, y le salió a pedir de boca cuanto emprendió.
Autores: Hnos. Grimm
Actividades:
1) Escribo lo que pienso de la actitud del zapatero y su mujer
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………..
2) Numero las acciones de la narración en el orden en que transcurren en la historia.
) El zapatero y su mujer vieron a dos duendes que en un santiamén terminaron todo
el trabajo.
) El zapatero estaba muy cansado, pero corto y preparo el cuero para terminar el
trabajo al día siguiente.
) El zapatero descubrió sobre su banco de trabajo cuatro zapatos cosidos y terminados.
) Los duendes se probaron los trajes y desaparecieron.
) El zapatero y su mujer dejaron las prendas de vestir sobre la mesa.
) El zapatero descubrió sobre la mesa de trabajo dos preciosos zapatos terminados.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
GRADO TERCERO
TEXTO 5:
Marina era una niña que tenía mucho miedo de la oscuridad. Al
apagarse la luz, todas las cosas y sombras le parecían los más temibles
monstruos. Y aunque sus papás le explicaban cada día con mucha
paciencia que aquello no eran monstruos, y ella les entendía, no dejaba
de sentir un miedo atroz.
Un día recibieron en casa la visita de la tía Valeria. Era una mujer
increíble, famosísima por su valentía y por haber hecho miles de viajes y vivido cientos de
aventuras, de las que incluso habían hecho libros y películas. Marina, con ganas de vencer
el miedo, le preguntó a su tía cómo era tan valiente, y si alguna vez ella se había asustado.
– Muchísimas veces, Marina. Recuerdo cuando era pequeña y tenía un miedo terrible a la
oscuridad. No podía quedarme a oscuras ni un momento. La niña se emocionó muchísimo;
¿cómo era posible que alguien tan valiente pudiera haber tenido miedo a la oscuridad?
– Te contaré un secreto, Marina. Quienes me ensañaron a ser valiente fueron unos niños
ciegos. Ellos no pueden ver, así que si no hubieran descubierto
el secreto de no tener miedo a la oscuridad, estarían siempre
asustadísimos.
- ¡Es verdad! -dijo Marina, muy interesada- ¿me cuentas ese
secreto?
– ¡Claro! su secreto es cambiar de ojos. Como ellos no pueden
ver, sus ojos son sus manos. Lo único que tienes que hacer para
vencer el miedo a la oscuridad es hacer como ellos, cerrar los
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
ojos de la cara y usar los de las manos. Te propongo un trato: esta noche,
cuando vayas a dormir y apagues la luz, si hay algo que te dé miedo cierra
los ojos, levántate con cuidado, y trata de ver qué es lo que te daba miedo
con los ojos de tus manos… y mañana me cuentas cómo es el miedo.
Marina aceptó, algo preocupada. Sabía que tendría que ser valiente para cerrar los ojos y
tocar aquello que le asustaba, pero estaba dispuesta a probarlo, porque ya era muy mayor,
así que no protestó ni un pelín cuando sus padres la acostaron, y ella misma apagó la luz. Al
poco rato, sintió miedo de una de las sombras en la habitación, y haciendo caso del consejo
de la tía Valeria, cerró los ojos de la cara y abrió los de las manos, y con mucho valor fue a
tocar aquella sombra misteriosa…
A la mañana siguiente, Marina llegó corriendo a la cocina, con una gran sonrisa, y
cantando. “¡el miedo es blandito y suave!… ¡es mi osito de peluche!”
Actividades:
1) ¿consideras que el titulo es adecuado para el cuento? Explica tu respuesta
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………..
2) ¿el tema del cuento se relaciona con la vida real?
a. Sí, porque a muchos niños no les gusta la sopa.
b. Sí, porque todos los peluches son suaves.
c. Sí, porque todas las tías son valientes.
d. Sí, porque hay niños que le temen a la oscuridad.
3) Completa la estrofa dedicada a la protagonista del cuento. Usa las palabras
que están al final.
Mariana es una niña que le tiene miedo a la ______________.
Al apagarse la _________, todas las cosas y sombras le parecían
temibles______________.
luz - monstruos - oscuridad
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
GRADO TERCERO
TEXTO 6:
XT-27 no era un robot cualquiera. Como bien decía su placa, “XT-27, el mejor y más
moderno robot, era el modelo de robot más moderno de su generación, un producto
realmente difícil de mejorar, y se sentía realmente orgulloso de ello. Tanto, que cuando se
cruzaba con otros robots por la calle, los miraba con cierto aire
de superioridad, y sólo reaccionaba con alegría y entusiasmo
cuando se encontraba con otro XT-27. “Todos los robots
tendrían que ser como los XT-27″, pensaba para sus adentros.
Realmente, estaba convencido de que ningún nuevo robot
podría superar los XT-27, y que el mundo sería mucho mejor si
todos los robots fueran como ese modelo perfecto.
Un día, caminaba por la ciudad biónica cuando de pronto
apareció, justo a unos milímetros de sus sensores ópticos piezoeléctricos, (que eran unos
ojos normales, pero a XT-27 le gustaba usar palabras muy raras para todo), una gran puerta
amarilla. No sabía de dónde habría salido, pero por suerte, era
un XT-27, y su rapidez le permitió evitar el golpazo. Intrigado,
decidió atravesar la puerta, y fue a parar a una ciudad
espectacular. ¡Todos sus habitantes eran XT-27, y todo lo que
se veía era alucinante! Entusiasmado por haber encontrado la
ciudad perfecta para él, anduvo recorriendo aquel lugar,
presumiendo de ser un XT-27 y parándose a hablar con todos
de lo genial que era ser un robot tan avanzado, y finalmente se
instaló en su burbuja hiperplástica recauchutada (una casa), a las afueras de la ciudad.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
Los días fueron pasando, pero enseguida se dio cuenta de que en aquella
ciudad había algo que no le gustaba. Como todos eran XT-27, realmente
nadie tenía motivos para sentirse mejor ni más moderno que nadie, y de
hecho nadie lo hacía. Ninguno miraba con aires de superioridad, y en el fondo, comprobó
que con el paso del tiempo ni siquiera él mismo se sentía especial. Además, todo resultaba
tremendamente aburrido: todos hacía todas las cosas igual de bien, era imposible destacar
en nada; cuando se le ocurría algo que pensaba era brillante, a todos se les había ocurrido lo
mismo al mismo tiempo.
Así que XT-27 empezó a echar de menos a todos aquellos robotitos variados de su mundo,
cada uno con sus cosas buenas y malas, pero distintos y divertidos, y se dio cuenta de que
hubiera preferido mil veces encontrarse con un torpe pero
divertido TP-4, y charlar un rato con él, que volver a cruzarse con
otro XT-27.
Así que comenzó a buscar la gran puerta amarilla. Tardó varios
días, hasta que finalmente la encontró como la primera vez, justo
en medio de una calle cualquiera. Apoyó la mano en la puerta,
miró hacia atrás, como despidiéndose de aquel mundo que le
había parecido perfecto, y con gran alegría empujó la puerta…
Cuando despertó, XT-27 estaba en el suelo, y algunos le
ayudaban a levantarse. No había ninguna puerta, sólo un enorme y brillante robot amarillo
con el que XT-27 había chocado tan fuerte, que se le habían nublado los circuitos. XT-27,
extrañado de no haber podido esquivar el golpe, miró detenidamente a aquel formidable
robot. Nunca había visto uno igual, parecía perfecto en todo, más alto y más fuerte que
ninguno, y en su placa se podía leer: XT-28, el mejor y más moderno robot.
Así que lo habían conseguido. Aunque parecía imposible, los XT-27 ya no eran los mejores
robots. Sin embargo, nuestro amigo no se entristeció lo más mínimo, porque segundos
antes, mientras soñaba con aquella ciudad perfecta, había aprendido que estaba encantado
de ser diferente, y de que hubiera cientos de robots diferentes, cada uno con sus cosas
mejores y peores.
autor: Pedro Pablo Sacristán
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
Actividades:
1) ¿Por qué el robot XT-27 decidió volver a su antiguo mundo?
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………..
2) ¿Qué sucedió con el robot XT-27 al final de la historia?
a. Se dio cuenta que en su mundo habían robots diferentes y la vida era mas
divertida.
b. Vivió feliz en el mundo donde solo existían XT-27.
c. Se sentía orgulloso de ser un XT-27.
3) ¿Qué enseñanza te deja para tu vida este cuento?
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………..
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
GRADO TERCERO
TEXTO 7:
Hubo una vez un genio, de esos que salía de lámparas maravillosas
concediendo deseos, que se hizo tristemente famoso por sus chapuzas.
Cada vez que alguien frotaba la lámpara, y el salía a responder “¿Qué
deseas?”, surgía una gran nube de humo y volaban cientos de cosas
por los aires. Y si alguno de sus amos quedaba con ganas de pedir un
deseo, al concedérselo, el regalo salía entre una nube de porquería
y cubierto de polvo.
Tantas y tan penosas eran sus chapuzas, que nadie deseaba tener
un genio así. Su lámpara terminó sirviendo sólo para dar patadas,
como un bote cualquiera, y el genio estuvo años sin salir, triste y
deprimido.
Pero un niño solitario encontró la lámpara y pudo escuchar los
lamentos del genio. Entonces decidió hacerse su amigo, y su único
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
deseo fue poder entrar y salir de la lámpara para estar con él. Éste se mostró
encantado, pero en cuanto el niño puso el pie en la lámpara, comprendió el
problema de aquel genio chapuzas. No es que fuera un mal genio, ¡es que
no podía ser más desordenado! Todo estaba tirado por cualquier sitio, sin importar si se
trataba de joyas o libros, barcos, o camellos, y se notaba que no había pasado un plumero
en años. Como era un genio, tenía de todo, y como la lámpara también era pequeña, estaba
todo tan apretujado que era normal que saltara por los aires en cuanto se movía la lámpara y
el genio trataba de conseguir algo.
El niño se llevó las manos a la cabeza, y el genio se excusó diciendo que el trabajo de un
genio era muy importante y no tenía tiempo para esas cosas, pero su amigo, que recordaba
los buenos consejos de su madre, le explicó que cuanto más importante fuese su trabajo,
más orden debía guardar con todas sus cosas, y juntos se dedicaron a dar un buen repaso a
la lámpara. Les llevó unos cuantos días, pero al terminar, todo estaba reluciente y cada cosa
tenía su sitio especial. Resultaba facilísimo encontrar cualquier regalo y cogerlo sin romper
nada.
Así, el genio volvió a ser admirado y respetado por todos, y aprendió que nada grande
puede llegar a conseguirse sin tener orden y limpieza con cada cosa pequeña.
autor: Pedro Pablo Sacristan
Actividades:
1) Describe a los dos personajes de la narración.
2) ¿Qué problema tenía el genio?
3) ¿Cuál de las siguientes reflexiones le permitió al niño saber que el genio
necesitaba ayuda?
a. “El genio era muy desordenado”.
b. “El trabajo del genio es muy importante”.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
GRADO TERCERO
TEXTO 8:
Erase un principito curioso que quiso un día salir a pasear sin escolta. Caminando por un
barrio miserable de su ciudad, descubrió a un muchacho de su estatura que era en todo
exacto a él.
-¡Sí que es casualidad! – Dijo el príncipe-. Nos
parecemos como dos gotas de agua.
-Es cierto – reconoció el mendigo-. Pero yo voy
vestido de andrajos y tú te cubres de sedas y
terciopelo. Sería feliz si pudiera vestir durante un
instante la ropa que llevas tú.
Entonces el príncipe, avergonzado de su riqueza, se despojó de su traje, calzado y el collar
de la Orden de la Serpiente, cuajado de piedras preciosas.
-Eres exacto a mi – repitió el príncipe, que se había vestido, en tanto, las ropas del
mendigo.
Pero en aquel momento llegó la guardia buscando al personaje y se llevaron al mendigo
vestido en aquellos momentos con los ropajes de príncipe. El príncipe corría detrás
queriendo convencerles de su error, pero fue inútil.
Contó en la ciudad quién era y le tomaron por loco. Cansado de proclamar inútilmente su
identidad, recorrió la ciudad en busca de trabajo. Realizó las faenas más duras, por un
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
miserable jornal. Era ya mayor, cuando estalló la guerra con el país vecino.
El príncipe, llevado del amor a su patria, se alistó en el ejército, mientras el
mendigo que ocupaba el trono continuaba entregado a los placeres.
Un día, en lo más arduo de la batalla, el soldadito fue en busca
del general. Con increíble audacia le hizo saber que había
dispuesto mal sus tropas y que el difunto rey, con su gran
estrategia, hubiera planeado de otro modo la batalla.
- ¿Cómo sabes tú que nuestro llorado monarca lo hubiera hecho
así?
- Porque se ocupó de enseñarme cuanto sabía. Era mi padre.
Aquella noche moría el anciano rey y el mendigo ocupó el trono. Lleno su corazón de
rencor por la miseria en que su vida había transcurrido, empezó a oprimir al pueblo, ansioso
de riquezas.
Y mientras tanto, el verdadero príncipe, tras las verjas del palacio, esperaba que le arrojasen
un pedazo de pan.
El general, desorientado, siguió no obstante los consejos del soldadito y pudo poner en fuga
al enemigo. Luego fue en busca del muchacho, que curaba junto al arroyo una herida que
había recibido en el hombro. Junto al cuello se destacaban tres rayitas rojas.
-Es la señal que vi en el príncipe recién nacido! -exclamó el general.
Comprendió entonces que la persona que ocupaba el trono no era el verdadero rey y, con su
autoridad, ciñó la corona en las sienes de su autentico dueño.
El príncipe había sufrido demasiado y sabía perdonar. El usurpador no recibió más castigo
que el de trabajar a diario.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
Cuando el pueblo alababa el arte de su rey para gobernar y su gran
generosidad él respondía: Es gracias a haber vivido y sufrido con el pueblo
por lo que hoy puedo ser un buen rey.
autor: Mark Twain
Actividades:
1) Compara al príncipe y al mendigo y describe su forma de ser.
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………..
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………..
2) Imagínate otro final para este cuento, escríbelo y compártelo con tus compañeros.
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………..
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………..
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
GRADO TERCERO
TEXTO 9:
Erase una vez, en un pueblecito cerca de Bruselas, que se llamaba Tervuren, había un gran
parque, y en medio del parque había un bosque
gigantesco; y en ese bosque, había un lago oscuro y
tenebroso en el que vivía un monstruo, que se llamaba
Monsta.
Monsta se había comido todos los monstruos que
vivían en el lago y todos los niños que se acercaban a
la orilla del lago y por eso tenía una tripa enorme y
redonda; ésta era tan grande que, cuando el monstruo se movía, le arrastraba por el suelo y,
para moverse mejor, tenía que agarrarse a las ramas de los árboles que rodeaban el lago, y
todas estaban medio caídas y casi a la altura del agua.
Monsta, el monstruo, estaba hambriento, tenía hambre; ya no había nada que comer; se
había comido todos los monstruos, y los niños ya no se acercaban a la orilla del lago porque
tenían miedo.
Hasta que un día, cerca del lago, había un grupo de niños jugando
al fútbol y un niño chiquitito le dio un patadón al balón que fue a
parar cerca de una esquina del lago.
Monsta, que cada día tenía más hambre, miró a esa cosa redonda,
cerca de la esquina del lago, y pensó: me la podría comer.
Así que se fue hacia la esquina, arrastrando su tripa y agarrándose
en las ramas de los árboles y, de un bocado, se tragó el balón.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
Entonces, los monstruos y los niños que estaban dentro de la tripa,
empezaron a jugar un partido de fútbol entre ellos, y un monstruo le dio un patadón al balón
que lo explotó. Todo el aire del balón salió fuera y la tripa empezó a hincharse e hincharse
hasta que también explotó.
Entonces todos los monstruos salieron fuera de la tripa y todos
los niños se fueron corriendo a sus casitas a decirles a sus papas
ya estamos aquí y a contarles todo lo que había pasado.
La tripa de Monsta ya no estaba grande y redonda y no tocaba el
suelo y él estaba delgado. Podía caminar sin agarrarse a las ramas
de los árboles y, además tenía amigos.
Había más monstruos en el lago y podía jugar con ellos.
Entonces Monsta pensó: Ya no voy a comer más monstruos ni más niños.
Y desde ese momento, Monsta solo comía las frutas de los árboles que había cerca del
lago. Y cuando los niños se acercaban a la orilla del lago, Monsta les daba un paseo por el
lago en su enorme cola. Y todos fueron felices, comieron las frutas de los árboles.
Actividades:
1) ¿Qué hacia Monsta en el lago?
2) Escribe porque la tripa de Monsta exploto
.
3) Dibuja la parte final del cuento.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
GRADO TERCERO
TEXTO 10:
Había una vez un grupo de niños que habían quedado de jugar un
partido de fútbol por todo lo alto.
Habían decidido que cada uno llevaría un elemento importante que
hubiera en todos los partidos oficiales, y así, uno trajo el balón, otro el silbato, otro una
portería, otro los guantes del portero, las banderillas del córner, etc.
Pero antes de comenzar el partido, a la hora de elegir los equipos hubo una pequeña
discusión, y decidieron que podría elegir aquel que hubiera llevado el elemento más
importante.
Como tampoco se ponían de acuerdo en eso, pensaron que lo mejor
sería empezar a jugar al completo, con todos los elementos, e
ir eliminando lo que cada uno había traído para ver si se podía seguir
jugando y descubrían qué era verdaderamente imprescindible. Así que
comenzaron a jugar.
Primero eliminaron el silbato, pero quien hacía de árbitro pudo seguir
arbitrando a gritos.
Luego dejaron a los porteros sin guantes, y paraban igual de bien sin
ellos; tampoco se notó apenas cuando quitaron los banderines que
definían los límites del campo, ni cuando cambiaron las porterías por
dos papeleras…; y así siguieron, hasta que finalmente
cambiaron también el balón por una lata, y pudieron seguir jugando…
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
Mientras jugaban, pasó por allí un señor con su hijo, y viéndoles jugar de
aquella forma, le dijo al niño:
-“Fíjate, hijo: aprende de ellos, sin tener nada son capaces de seguir jugando al fútbol,
aunque nunca vayan a poder aprender ni mejorar nada jugando así”
Y los chicos, que lo oyeron, se dieron cuenta de que por su exceso de orgullo y egoísmo, lo
que se presentaba como un partido increíble, había acabado siendo un partido penoso, con
el que apenas se estaban divirtiendo. Así que en ese momento, decidieron dejar de un lado
sus opiniones egoístas, y enseguida se pusieron de acuerdo para volver a empezar el partido
desde el principio, esta vez con todos sus elementos. Verdaderamente, fue un partido
alucinante, porque ninguno midió quién jugaba mejor o peor, sino que entre todos sólo
pensaron en divertirse y ayudarse. Cuando algo se hace entre todos, lo importante es que
al final todo salga bien, y no andar contando quién ha aportado más o menos.
autor: Pedro Pablo Sacristán
Actividades:
1) ¿Qué enseñanza nos deja el cuento?
2) ¿Cuál fue la razón para que los niños volvieran a comenzar el partido?
3) Dibuja el partido que jugaron los niños sin los elementos adecuados para
practicarlo.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
GRADO TERCERO
TEXTO 11:
Actividad: Lee atentamente….
1) Escribe una reflexión de cada cuento y compártela con tus compañeros.
2) Menciona cual cuento te gusto mas y porque.
El sentido del trabajo
Un día quise ver a mis tres amigos, que trabajaban en una obra de construcción, cerca de
mi casa. Hacía mucho tiempo que no los veía, así que no sabía qué era de sus vidas. Casi a
la entrada, en una postura de comodidad, me encuentro al primero.
«¡Hombre, qué alegría verte!», le dije, mientras le daba un fuerte abrazo. «¿Cómo te van las
cosas?»
«Aquí ando, trabajando y sudando como un negro, ya me ves. Como un idiota, esperando
largarme cuanto antes».
Doy tan sólo unos pasos y allí, en un andamio, a escasos metros del suelo, encuentro al otro
viejo amigo.
«¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Cómo te va?»
«Pues hombre, ya ves. Las vueltas que da la vida. Hay que hacer algo, ¿no? Hay que
ganarse el pan y mirar por los hijos. Es ley de vida», me dijo.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
Levanto la vista y allá arriba, en una postura de difícil equilibrio, veo a mi otro amigo.
Sintió una enorme alegría al verme y, con una gran sonrisa y una voz potente, me preguntó
cómo me iba, cuándo nos veríamos más detenidamente. Y para terminar, me dijo:«Aquí
estoy haciendo un escuela bonita, bonita, bonita... ya verás qué escuela».
La verdadera riqueza
Un hombre rico veraneaba en un pueblo de pescadores. Cada mañana, solía pasear por la
playa, y siempre veía a un pescador dormitando en su barca. Un día se le acercó y, tras los
saludos de rigor, le dijo:
—Y usted... ¿no sale a pescar?
—Bueno... sí... —repuso el pescador—: salí esta mañana temprano, y no se dio mal.
—Y... ¿no va a salir otra vez?
—¿Para qué? Ya pesqué lo suficiente para hoy.
—Pero si usted pescara más, conseguiría más dinero, ¿no?
—¿Y para qué quiero más dinero, señor?
—Bueno, con más dinero podría usted tener un barco más grande.
—¿Un barco más grande?
—Pues claro... Con un barco mayor usted conseguiría más pesca, y más pesca significa más
dinero.
—¿Y para qué quiero yo tanto dinero?
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
—Pero... ¿no lo entiende usted?: con más dinero podría comprar varios
barcos, y entonces pescaría mucho más, y se podría hacer rico.
—¿Yo? ¿Ser rico?
—Sí, claro... ¿acaso no desea ser rico? Podría usted comprarse una casa bonita, tener un
coche, viajar, tener toda clase de comodidades...
—¿Y para qué quiero yo esas comodidades?
—¡Dios mío!... ¿Cómo es posible que no lo entienda?... Si usted tuviera comodidades y
riquezas, entonces podría usted retirarse a disfrutar y descansar.
—Pero, caballero... ¿no ve usted que eso es justo lo que estoy haciendo ahora?
El mejor padre
Un hombre, todavía no muy mayor, relataba a un amigo:
—Quise darle a mis hijos lo que yo nunca tuve. Entonces comencé a trabajar catorce horas
diarias. No había para mí sábados ni domingos; consideraba que tomar vacaciones era
locura o sacrilegio. Trabajaba día y noche. Mi único fin era el dinero, y no me paraba en
nada para conseguirlo, porque quería darle a mis hijos lo que yo nunca tuve.
—Y... ¿lo lograste? —intervino el amigo.
—Claro que sí —contestó el hombre—: yo nunca tuve un padre agobiado, hosco, siempre
de mal humor, preocupado, lleno de angustias y ansiedades, sin tiempo para jugar conmigo
y entenderme. Ese es el padre que yo les di a mis hijos. Ahora ellos tienen lo que yo nunca
tuve.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
Lo más importante
Durante el segundo semestre en una escuela de enfermería, un profesor hizo a sus
alumnos un examen sorpresa. La última pregunta de la prueba era: «¿Cuál es el nombre de
la mujer que limpia la escuela?»
Los alumnos pensaron que seguramente era una broma. Habían visto muchas veces a la
mujer que limpiaba la escuela. Era alta, de cabello oscuro, como de cincuenta años, pero
¿cómo iban a saber su nombre? Al entregar el examen, dejaron la última pregunta en
blanco. Antes de que terminara la clase, alguien le preguntó al profesor si esa pregunta
contaría para la nota del examen.
«Absolutamente» --dijo el profesor--. «En sus carreras ustedes conocerán muchas personas.
Todas son importantes y merecen su atención, aunque solamente les sonrían y les digan:
“¡Hola!”, llamándolas por su nombre». Nunca olvidaron esa lección. Todos aprendieron
enseguida que su nombre era Dora.
....Y usted, ¿sabe el nombre de las personas que le sirven?
La ley del talión
En una familia, un niño observaba cómo todo el mundo trataba mal al abuelo, un anciano
torpe de mucha edad, recriminándole cuando rompía algo, cuando se le derramaba la
comida, cuando era incapaz de hacer muchas cosas por sí mismo. En vista de sus manos
temblorosas, el padre del niño le había hecho un cuenco de madera, para evitar que siguiera
rompiendo los platos de cerámica cuando se le caían al suelo.
Un día, el padre sorprendió a su hijo pequeño intentando hacer un cuenco de madera muy
parecido al que usaba su abuelo. Ante la pregunta de su padre de por qué hacía eso, el niño
respondió: «Lo estoy haciendo para ti, papá, para cuando seas viejo». Desde aquel
momento, nadie volvió a tratar mal al abuelo.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
La memoria
Un hombre de cierta edad fue a una clínica para hacerse curar una herida en la mano.
Tenía bastante prisa, y mientras se curaba el médico le preguntó qué era eso tan urgente que
tenía que hacer.
El anciano le dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su
mujer, que vivía allí. Llevaba algún tiempo en ese lugar y tenía un Alzheimer muy
avanzado. Mientras le acababa de vendar la herida, el doctor le preguntó si ella se alarmaría
en caso de que él llegara tarde esa mañana.
—No —respondió—. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me
reconoce.
—Entonces —preguntó el médico—, si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad
de estar con ella todas las mañanas?
El anciano sonrió y dijo:
—Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella.
La vasija agrietada
Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de
un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas estaba en muy buen
estado, y conservaba toda el agua hasta el final del largo camino a pie que recorría el
cargador desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero la otra tenía varias grietas por las
cuales se escapaba el agua, de modo que, cuando llegaba, sólo tenía la mitad de su carga.
Los amigos del aguador se extrañaban que no quisiera repararla, pues esa imperfección de
la vasija le hacía perder dinero. Sin embargo, el aguador explicaba así su extraña decisión:
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
--Es posible que no entendáis mi manera de proceder, pero... ¿os habéis fijado en las flores
tan bellas que crecen a lo largo del camino, justo donde se derrama el agua que sale de las
grietas de la vasija? Sembré semillas a lo largo del camino por donde voy, y la vasija rota
las ha regado de modo que he podido recoger muchas flores para decorar el altar de mi
Divina Madre.
Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero
debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener
buenos resultados. Uno no deja de reír por hacerse viejo, se hace uno viejo por dejar de reír.
El árbol de los problemas
Un hombre contrató a un carpintero para que le ayudase a hacer reparaciones en su vieja
granja. El primer día de trabajo presentó muchos inconvenientes: su cortadora eléctrica se
estropeó, lo cual le hizo perder una hora de trabajo; además su camión, ya un poco viejo, se
negaba a arrancar.
Ante este percance, el hombre que lo había contratado decidió llevarle a su casa. Casi no
habló nada durante el recorrido, pero, al llegar a su casa, le invitó a conocer a su familia.
Mientras se dirigían a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando la
punta de las ramas con ambas manos.
Cuando se abrió una puerta, ocurrió sorprendentemente una transformación. Su cara
bronceada estaba llena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su
esposa. Posteriormente, acompañó hasta el coche a su empleador.
Éste, antes de despedirse, preguntó al carpintero acerca de lo que le había visto hacer en el
árbol un rato antes.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
--Oh, ése es mi árbol de los problemas --contestó--. Sé que no puedo evitar
tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la
casa, ni a mi esposa ni a mis hijos. Así que, simplemente, los cuelgo en el árbol cada noche
cuando llego a casa. Luego, por la mañana, los recojo otra vez. Lo divertido es --concluyó
sonriente-- que, cuando salgo por la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que
recuerdo haber colgado la noche anterior.
Tu valor no cambia
Un orador inició su seminario mostrando al auditorio un billete de 20 euros. Dirigiéndose a
los espectadores, preguntó:
--¿Quién quiere este billete?
Muchas manos se levantaron. Luego dijo:
--Se lo voy a dar a alguno de ustedes, pero primero permítanme hacerle esto...
Cogiéndolo con ambas manos, lo convirtió en una bola, dejándolo todo arrugado. Entonces
volvió a preguntar:
--¿Quién lo quiere todavía? --las manos volvieron a subir--. Bien, ¿y si le hago esto...? --lo
dejó caer al suelo y lo pisoteó. Lo recogió y volvió a mostrarlo al auditorio--. Y así, todo
arrugado y sucio... ¿todavía lo quieren?
Las manos se mantuvieron arriba.
--Amigos, han aprendido una lección muy valiosa: no importa todo lo que le haya hecho al
billete, ustedes de cualquier manera lo quieren porque su valor no ha disminuido. Sigue
valiendo los mismos 20 euros.
»Muchas veces en nuestras vidas caemos, nos arrugamos, o nos revolcamos en la tierra por
las decisiones que tomamos y por las circunstancias que nos rodean. Llegamos a sentir que
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
no valemos nada. Pero no importa lo que hayamos pasado o cuanto pueda ocurrirnos, nunca
perdemos el valor que tenemos ante los ojos de Dios. Sucios o limpios, abatidos o
victoriosos, para Él somos igualmente valiosos.
Bueno... malo... ¿Quién sabe?
Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una pequeña aldea en las montañas. Su
único medio de subsistencia era el caballo que poseían, el cual alquilaban a los campesinos
para roturar las tierras.
Todos los días, el hijo llevaba al caballo a las montañas para pastar. Un día, volvió sin el
caballo y le dijo a su padre que lo había perdido. Esto significaba la ruina para los dos. Al
enterarse de la noticia, los vecinos acudieron a su padre, y le dijeron: «Vecino, ¡qué mala
suerte!» El hombre respondió: «Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!».
Al cabo de unos días, el caballo regresó de la montaña, trayendo consigo muchos caballos
salvajes que se le habían unido. Era una verdadera fortuna. Los vecinos, maravillados,
felicitaron al hombre: «Vecino, ¡qué buena suerte!». Sin inmutarse, les respondió: «Buena
suerte, mala suerte, ¡quién sabe!»
Un día que el hijo intentaba domar a los caballos, uno le arrojó al suelo, partiéndose una
pierna al caer. «¡Qué mala suerte, vecino!», le dijeron a su padre. «Buena suerte, mala
suerte, ¡quién sabe!», volvió a ser su respuesta.
Una mañana aparecieron unos soldados en la aldea, reclutando a los hombres jóvenes para
una guerra que había en el país. Se llevaron a todos los muchachos, excepto a su hijo,
incapacitado por su pierna rota. Vinieron otra vez los aldeanos, diciendo: «Vecino, ¡qué
buena suerte!». «Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!», contestó.
Dicen que esta historia continúa, siempre de la misma manera, y que nunca tendrá un final.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
La realidad real
Un hombre iba conduciendo una madrugada por una carretera solitaria que atravesaba un
paraje desértico y despoblado. El frío era intenso, la lluvia caía como una espesa cortina, y
el viento ululaba y retumbaba contra las ventanillas del coche. De repente, se oyó un
pequeño estallido, y el hombre se temió lo peor: acababa de pinchar una rueda.
Protegiéndose de las inclemencias del tiempo, bajó a comprobarlo: efectivamente, había
pinchado una rueda delantera. Desolado ante aquella adversidad, mojado hasta los huesos,
cansado y temblando de frío, exclamó: «Ahora no puedo cambiar de canal... esto es la
realidad».
Una mujercita con suerte
Una mujer pobre tenía la costumbre de ir todas las mañanas a un bosque cercano a su casa
para recoger leña, que luego vendía a sus vecinos. Cierto día, encontró bajo un roble un
caldero viejo de latón, ya muy oxidado por la intemperie.
―¡Vaya, qué suerte! ―exclamó―. Tiene un agujero, y no me servirá para llevar agua,
pero podré utilizarlo para plantar flores.
Tapó el caldero con su mantón y, cargándoselo al hombro, emprendió el camino hacia su
humilde choza. Pero empezó a notar que el caldero iba pesando más y más, así que se sentó
a descansar. Cuando puso el caldero en el suelo, vio con asombro que estaba lleno de
monedas de oro.
―¡Qué suerte tengo! ―volvió a exclamar, llena de alegría―. Todas estas monedas para
una pobre mujer como yo.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
Más pronto tuvo que volver a pararse. Desató el mantón para ver su tesoro y, entonces, se
llevó otra sorpresa: el caldero lleno de oro se había convertido en un trozo de hierro.
―¡Qué suerte tan maravillosa! ―dijo―. ¿Qué iba a hacer una mujercita como yo con
todas esas monedas de oro? Seguro que los ladrones me robarían todo. Por este trozo de
hierro me ganaré unas cuantas monedas normales, que es todo lo que necesito para ir
tirando.
Envolvió el trozo de hierro, y prosiguió su camino.
Cuando salió del bosque, volvió a sentarse, y decidió mirar otra vez en su mantón, por si el
destino le había dado otra sorpresa. Y, en efecto, así era: el trozo de hierro se había
convertido en una gran piedra.
―¡Vaya suerte que tengo hoy! ―dijo―. Esta piedra es lo que necesito para sujetar la
puerta del jardín, que siempre golpea cuando hace viento.
En cuanto llegó a su casa, fue hacia la puerta del jardín y abrió el mantón para sacar la
piedra. Mas, nada más desatar los nudos, una extraña criatura saltó fuera. Tenía una enorme
cola con pelos de varios colores, unas orejas puntiagudas y unas patas largas y
delgadísimas. La mujercita quedó maravillada al ver que la aparición daba tres vueltas
alrededor y luego se alejaba bailando por el valle.
―¡Qué suerte tengo! ―exclamó―. Pensar que yo, una pobre mujercita, ha podido
contemplar este maravilloso espectáculo... Estoy segura de que soy la pobre mujercita
solitaria con más suerte del mundo entero.
Y se fue a la cama tan alegre como siempre. Y, según se cuenta, lo más curioso es que,
desde aquel día, la suerte de esta pobre mujer cambió, y ya nunca más volvió a ser pobre ni
solitaria.
Lee poco y serás como muchos… Lee mucho y serás como pocos.
Acción Poética
La señal
El único superviviente de un naufragio llegó a una isla deshabitada. Pidió fervientemente a
Dios ser rescatado, y cada día divisaba el horizonte en busca de una ayuda que no llegaba.
Cansado, optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos y
guardar sus pocas pertenencias.
Un día, tras merodear por la isla en busca de alimento, cuando regresó a la cabaña la
encontró envuelta en llamas, con una gran columna de humo levantándose hacia el cielo.
Lo peor había ocurrido: lo había perdido todo y se encontraba en un estado de
desesperación y rabia.
--¡Oh Dios!, ¿cómo puedes hacerme esto? --se lamentaba.
Sin embargo, al amanecer del día siguiente se despertó con el sonido de un barco que se
acercaba a la isla. Habían venido a salvarlo.
--¿Cómo supieron que estaba aquí? --preguntó a sus salvadores.
--Vimos su señal de humo --contestaron ellos.
Es muy fácil descorazonarse cuando las cosas marchan mal. Recuerda que cuando tu
cabaña se vuelva humo, puede ser la señal de que la ayuda está en camino.
Por: Laureano Benítez Grande