Grupos de autoayuda y psicoanálisis grupal

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Grupos de autoayuda y psicoanálisis grupal Mario Campuzano Las experiencias emocionales compartidas dentro de un grupo y las descargas catárticas colectivas forman parte de la historia de la humanidad. Su ejercicio puede rastrearse en las distintas épocas en forma de prácticas sociales establecidas, ya fuese en ritos religiosos o mágicos, en espectáculos deportivos o culturales (sobre todo teatrales) o en festividades públicas. En cambio, su aplicación técnica sistemática y operativa dentro del campo médico y psicológico es una historia reciente, propia de nuestra época. La psicoterapia de grupo es, literalmente, hija del siglo, invención contemporánea, y dentro de ella los grupos de autoayuda. Definición de grupos de autoayuda Los grupos de autoayuda son organizaciones de personas que comparten similares problemas psicológicos, físicos o existenciales. En muchos casos dichos problemas han sido estigmatizados por la sociedad más amplia y los grupos son iniciados por personas asertivas que invitan a otras a encontrarse en forma periódica y frecuente para discutir su problema común y buscar formas de resolverlo o de manejarlo de la mejor manera posible. Lo más usual es que estos encuentros se realicen en lugares públicos como iglesias, escuelas o locales privados ad hoc. Aunque para su funcionamiento es esencial conservar amplia autonomía local, en algunos casos los distintos grupos con tema semejante llegan a organizarse en ligas o federaciones que llegan a tener, como sucede con Alcohólicos Anónimos, extensión nacional e internacional. La mayoría son asociaciones no lucrativas. A partir de los años setenta este tipo de organizaciones se ha multiplicado de manera muy notable en todo el mundo, especialmente en el campo de los cuidados para la salud. En algunos lugares como Estados Unidos esto se ha debido no sólo a los esfuerzos autogestivos característicos de este tipo de grupos, sino al estímulo y apoyo de las compañías de seguros y del gobierno. Clasificación de los grupos de autoayuda Se ha clasificado a los grupos de autoayuda existentes en los Estados Unidos de Norteamérica, según sus distintos propósitos y áreas de trabajo, en seis tipos. 1 Tomamos su listado original haciéndole algunas pequeñas modificaciones para ajustarlo a nuestra realidad nacional: 1. Grupos que buscan el cambio conductual de personas con adicciones; incluye Alcohólicos Anónimos, Narcóticos Anónimos, Comedores Compulsivos, Weight Watchers (control del sobrepeso) y diversos grupos para lograr abstinencia del tabaco. El enfoque de los grupos anónimos se ha extendido a problemas emocionales sin adicciones, como es el caso de Neuróticos Anónimos. 2. Grupos que buscan dar a sus miembros apoyo social y nuevas estrategias para lidiar con sus problemas. Incluye Al-Anón (padres y cónyuges de alcohólicos) y Al-Ateen (hijos adolescentes de alcohólicos), Familias Anónimas (semejante temática), padres sin compañero (familias uniparentales), familiares de adictos, amigos y familiares de psicóticos u otros trastornos mentales graves, como Alzheimer, deficiencia mental o parálisis infantil.

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Grupos de autoayuda y psicoanálisis grupal

Mario Campuzano

Las experiencias emocionales compartidas dentro de un grupo y las descargas catárticas colectivas forman parte de la historia de la humanidad. Su ejercicio puede rastrearse en las distintas épocas en forma de prácticas sociales establecidas, ya fuese en ritos religiosos o mágicos, en espectáculos deportivos o culturales (sobre todo teatrales) o en festividades públicas.

En cambio, su aplicación técnica sistemática y operativa dentro del campo médico y psicológico es una historia reciente, propia de nuestra época. La psicoterapia de grupo es, literalmente, hija del siglo, invención  contemporánea, y dentro de ella los grupos de autoayuda.

Definición de grupos de autoayudaLos grupos de autoayuda son organizaciones de personas que comparten similares problemas psicológicos, físicos o existenciales.En muchos casos dichos problemas han sido estigmatizados por la sociedad más amplia y los grupos son iniciados por personas asertivas que invitan a otras a encontrarse en forma periódica y frecuente para discutir su problema común y buscar formas de resolverlo o de manejarlo de la mejor manera posible. Lo más usual es que estos encuentros se realicen en lugares públicos como iglesias, escuelas o locales privados ad hoc. Aunque para su funcionamiento es esencial conservar amplia autonomía local, en algunos casos los distintos grupos con tema semejante llegan a organizarse en ligas o federaciones que llegan a tener, como sucede con Alcohólicos Anónimos, extensión nacional e internacional. La mayoría son asociaciones no lucrativas.

A partir de los años setenta este tipo de organizaciones se ha multiplicado de manera muy notable en todo el mundo, especialmente en el campo de los cuidados para la salud. En algunos lugares como Estados Unidos esto se ha debido no sólo a los esfuerzos autogestivos característicos de este tipo de grupos, sino al estímulo y apoyo de las compañías de seguros y del gobierno.

Clasificación de los grupos de autoayudaSe ha clasificado a los grupos de autoayuda existentes en los Estados Unidos de Norteamérica, según sus distintos propósitos y áreas de trabajo, en seis tipos.1 Tomamos su listado original haciéndole algunas pequeñas modificaciones para ajustarlo a nuestra realidad nacional:

1. Grupos que buscan el cambio conductual de personas con adicciones; incluye Alcohólicos Anónimos, Narcóticos Anónimos, Comedores Compulsivos, Weight Watchers (control del sobrepeso) y diversos grupos para lograr abstinencia del tabaco. El enfoque de los grupos anónimos se ha extendido a problemas emocionales sin adicciones, como es el caso de Neuróticos Anónimos.2. Grupos que buscan dar a sus miembros apoyo social y nuevas estrategias para lidiar con sus problemas. Incluye Al-Anón (padres y cónyuges de alcohólicos) y Al-Ateen (hijos adolescentes de alcohólicos), Familias Anónimas (semejante temática), padres sin compañero (familias uniparentales), familiares de adictos, amigos y familiares de psicóticos u otros trastornos mentales graves, como Alzheimer, deficiencia mental o parálisis infantil.3. Grupos que buscan mejorar el proceso de atención de ciertos problemas físicos, por ejemplo, de afectados de enfisema, de artritis, de diabetes, de lupus, de sida, etcétera.4. Grupos orientados a la rehabilitación de padecimientos físicos como infartos cardíacos, laringectomías, colostomías, etcétera.5. Grupos orientados al apoyo de los derechos de ciertos sectores sociales, como organizaciones de mujeres, homosexuales, de enfermos mentales, de ciegos, de enfermos con sida, etcétera6. Grupos orientados al crecimiento personal y la autoactualización, tales como la Liga de la Leche (lactancia materna).

Origen de los grupos de autoayudaLos grupos de autoayuda y los grupos terapéuticos en general comparten el mismo origen: los Grupos didácticos que el doctor J. H. Pratt iniciar en 1905 con pacientes tuberculosos, en la Clínica de control del pensamiento en el Hospital General de Massachussetts, en Boston. Posteriormente utilizó su método, denominado por él método de clases, con pacientes diabéticos, cardíacos y, en 1930, con pacientes psiquiátricos.2

El método consistía en conferencias dadas por el médico sobre el padecimiento en cuestión y las medidas higiénicas necesarias para su control, seguidas de preguntas y discusión con los pacientes sobre los temas tratados, así como

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la organización de un sistema de calificación y premios para los pacientes que mejor llevaban a cabo las medidas recomendadas.

Pratt consideraba que los factores emocionales eran importantes para la recuperación de las enfermedades. De ahí que su método instituyera la consideración deliberada y sistemática de estos, utilizando  la fuerza de las emociones que se producían en el grupo, aunque no llegó a desarrollar una comprensión y conceptualización del proceso y la dinámica grupales.

El método de clases de Pratt ha sido el origen de los grupos de apoyo (tanto los dirigidos por profesionales), llamados así en función del mecanismo predominante de su accionar. Estos han tenido un impacto notable en el campo no profesional dando lugar, a partir de Alcohólicos Anónimos en 1935, al desarrollo de los grupos de autoayuda que han convertido en un verdadero movimiento (social) de autoayuda de gran difusión e importancia en nuestra vida contemporánea.

En esos casos se utiliza el principio de solidaridad grupal e identificación con los compañeros que padecen el mismo mal, pero que han logrado el control del mismo (en el caso de AA, la abstinencia de bebidas alcohólicas). La diferencia con el enfoque de Pratt es que se enfatiza la estructura fraternal y la identificación paternal. En el lugar ideal del yo —según el esquema desarrollado por Freud en su artículo Psicología de las masas y análisis del yo— se coloca la existencia de un ser supremo, lo cual le da una característica inspiracional, además de la de apoyo. La selección y reforzamiento de ciertas defensas psicológicas útiles para el logro de los objetivos planteados (la abstinencia) le da su tercera característica: el enfoque represivo, vocablo que tiene algunas connotaciones negativas, pero que aquí aparece sólo como opuesto al de explorativo en cuanto a la forma de manejo técnico de las defensas.

Las reuniones de grupo (frecuentemente amplios, de 20 a 50 asistentes), suelen ser diarias o terciadas y se plantea que habrán de llevarse a cabo por un tiempo indefinido, de por vida, dada su característica de apoyo. Aunque el trabajo predominante es sobre el logro y mantenimiento de la abstinencia alcohólica, también se abordan las fallas de carácter correlacionadas. El método considera una serie de pasos sucesivos (los Doce Pasos y las Doce Tradiciones) y, llegado a un cierto avance, se busca la sublimación mediante el rescate de alcohólicos activos (pasar el mensaje) para consolidar la recuperación.3

En el campo profesional médico y psicológico se siguen utilizando los grupos de apoyo, como en el caso de Pratt, con un enfoque paternalista y, además, se han desarrollado nuevos métodos grupales de técnica más sofisticada, tales como: a) el psicodrama (Moreniano y psicoanalítico), b) la dinámica de grupos o corriente psicosociológica (aprendizaje vivencial en grupos-T o grupos de entrenamiento que dieron origen posteriormente a los grupos de encuentro) y, finalmente, c) los grupos psicoanalíticos.

Capacidad de cambio de los grupos sobre sus miembrosAunque empíricamente el hombre ha conocido y utilizado desde tiempo inmemoriales la capacidad de influencia conductual de los grupos sobre sus miembros, es hasta épocas recientes que esta capacidad se ha documentado experimentalmente.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Lewin, el fundador de la dinámica de grupos y de las técnicas de investigación-acción es psicología social, encontró que el proceso de discusión y decisión grupal era 10 veces más eficaz para influenciar el cambio de hábitos alimentarios en amas de casa que un curso de instrucción formal.4 Muchas otras investigaciones han confirmado esta conclusión: la participación en algún tipo de dispositivo grupal participativo es más eficaz para el aprendizaje que las formas de educación convencional.

Este mismo autor destaca:

Una varible crucial que afecta la participación individual, la productividad y la moral grupales es la oportunidad para los miembros de participar en la toma de decisiones del conjunto. Este principio es ejemplificado por Alcohólicos Anónimos, cuyos miembros tienen la meta de la sobriedad y toman para ello el acuerdo de seguir juntos los Doce Pasos. El grado de cambio conductual individual puede ser incrementado mediante la discusión grupal y el compromiso público, complementado por el consenso grupal de respeto a un curso particular de acciones, en este caso conducentes a mantener la promesa de permanecer en sobriedad.

Causas del cambio en los grupos de autoayudaLas causas del cambio individual en los grupos de autoayuda han sido desglosadas, por el autor citado, como emocionales, cognitivas y conductuales:

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Emocionales, la experiencia de grupo provee calor, empatía, comprensión y estímulo. Como un subsistema nutriente de pares y amigos (como gemelos) ofrece a sus miembros cuidado incondicional e interés y les da la oportunidad de ser libres, abiertos y espontáneos unos con otros. En el proceso de transición que va de la marginalidad social a roles sociales más convencionales, el grupo de autoayuda sirve como objeto social transicional.Cognitivas, la experiencia de grupo ayuda a mejorar la autoestima individual al proveer la oportunidad de percibirse uno mismo entre otros con similares condiciones. Por ende, provee a los miembros con una nueva referencia de grupo entre quienes la declaración abierta de desviación se vuelve una declaración de comunidad, reduciendo los sentimientos de devaluación, alienación y anomia.Conductuales, reforzados por estos cambios emocionales y cognitivos, los miembros se sienten libres para proporcionarse ayuda mutua. Intercambian estrategias para lidiar con sus problemas comunes (conocimiento experiencial), se dan consejos, se sienten parte de un equipo, se enseñan destrezas unos a otros y hacen amistades. De esta manera, los grupos de autoayuda se vuelven un campo para la experimentación social y de relaciones humanas.

Mecanismo de curación en grupos de autoayuda y psicoanalíticosPara lograr una mayor claridad de las semejanzas y diferencias entre los grupos de autoayuda y los grupos psicoanalíticos necesitamos diferenciar algunos de los mecanismos de curación que intervienen en los procesos de psicoterapia y que explican sus resultados. Considero como fundamentales a cuatro de ellos, a saber:

1. Apoyo. El mecanismo de curación más sencillo y el ingrediente imprescindible en toda psicoterapia. Tiene que ver con la posibilidad de un vínculo humano de interés, ayuda y contención emocional. Algunas psicoterapias descansan esencialmente en el accionar de este mecanismo "que trata de darle al paciente estabilidad o seguridad, algo así como un respaldo o un bastón".5 Muy ligados a este nivel se encuentran otros mecanismos, como la sugestión y la persuasión.2. Catarsis o abreacción. La posibilidad de acceder a ciertos estados emocionales contenidos o evitados y lograr la consecuente descarga emocional (que libera el afecto ligado a un recuerdo traumático) es un mecanismo de alivio psicológico muy conocido e incorporado a diversos ritos religiosos y ceremonias o actividades sociales. De hecho, el nombre viene del teatro griego donde su existencia y aparición era bien conocidos. Algunos síndromes como el duelo y el estrés postraumático requieren para su asistencia de la utilización básica de los dos mecanismos mencionados.3. Aprendizaje interpersonal directo por identificación (modelaje de rol). Todas las culturas, familias y grupos humanos proponen modelos de rol que influyen en los individuos, a partir de la existencia del mecanismo de identificación que, como Freud (1921) lo describiera, es "...la manifestación más temprana de un enlace afectivo a otra persona...", con las características de que "...aspira a conformar el propio yo análogamente al otro tomado como modelo".Por medio de este mecanismo los padres, maestros y otras figuras de autoridad, así como los amigos, los héroes y antihéroes, los personajes promovidos por los medios masivos de comunicación, etcétera, nos influyen y logran que nos asemejemos. En los grupos de apoyo (dirigidos por profesionales o de autoayuda) donde alguien se ofrece como modelo de rol, por ejemplo, en cuanto al logro y mantenimiento de la abstinencia de bebidas alcohólicas, los miembros más antiguos de un grupo de AA, sucede el mismo fenómeno, y por medio de él los alcohólicos de más reciente ingreso dejan de beber al identificarse con los miembros sobrios, con el cambio de vida que eso significa, así como con el grupo y el programa.Las terapias de apoyo utilizan, en diferentes combinaciones de énfasis, estos tres mecanismos de curación (apoyo, catarsis e identificación). Las intervenciones, observaciones o retroalimentación que realizan unos sobre otros o sobre sí mismos se mantienen en el nivel de la conducta manifiesta. Requieren, para tener eficacia y sostener su efecto, mantener el vínculo (terapéutico) de forma permanente y con contactos frecuentes.4. Insight y colaboración:. El psicoanálisis y las diversas modalidades de psicoterapias psicoanalíticas buscan obtener sus efectos a partir de la utilización predominante de otro conjunto de mecanismos de curación que implican la comprensión de la conducta manifiesta, a partir de sus motivaciones latentes de orden inconsciente, cognoscible para la persona en tratamiento, mediante su introspección (nivel consciente y preconsciente) y a través de la actividad develadora del psicoanalista (en el caso que nos ocupa, de los demás miembros del grupo) que, al comprender esas motivaciones inconscientes, la fórmula por medio de la interpretación que se vuelve, así, el instrumento técnico central de su quehacer profesional. La consolidación del insight se logra después mediante un largo y penoso trabajo de elaboración, o sea del descubrimiento de sus distintas formas de expresión en el conjunto de actividades vitales. De esto depende el alcanzar los cambios en la estructura psíquica que garanticen la estabilidad de los resultados.

El psicoanálisis considera a las enfermedades mentales (teoría de la enfermedad) determinadas por el interjuego de fuerzas dinámicas (predominantemente pulsiones libidinales y agresivas y defensas contra ellas) que dan lugar a conflictos psíquicos que generan ansiedad, síntomas diversos y específicas organizaciones caracterológicas. La

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ansiedad y los síntomas se expresan en el nivel manifiesto y los conflictos psíquicos que los determinan permanecen en el nivel latente.

La terapéutica psicoanalítica (teoría de la cura) consiste en la concientización de estos conflictos psíquicos (insight) y su ulterior modificación a través del trabajo elaborativo.

Tanto el insight como la elaboración son obtenidos y sostenidos mediante el trabajo interpretativo del psicoanalista. El mecanismo de apoyo busca mantenerse en el nivel de contención, la catarsis se usa sin un especial énfasis y la identificación no se promueve en cuanto a modelo de rol sino se aprovecha como mecanismo de relación interpersonal susceptible de conocerse en relación a sus determinantes inconscientes y, por tanto, susceptible de ser interpretada.

El setting o encuadre psicoanalítico busca establecer condiciones adecuadas para la expresión del inconsciente, que suele tomar la forma de recuerdos (discurso) y repeticiones (acciones, actuaciones) de los conflictos psíquicos de cada individuo. Y ya sea que las huellas del conflicto psíquico aparezcan en el discurso o en la relación con el analista (transferencia) serán igualmente objeto de interpretación.

Pero los procesos inconscientes no suelen discurrir fluidamente en el paciente por la existencia de obstáculos para su abordaje, llamados resistencias que aparecerán, también tanto en el discurso como en la transferencia y serán, por igual, interpretables.

De forma muy sintética, siguiendo en esto las formulaciones de Etchegoyen,6 (1986), podemos decir que la interpretación tiene tres niveles de acción: a) el nivel propio de su capacidad informativa (como proposición científica); b) el de su capacidad semántica, al dar una nueva conexión de significado y, finalmente, c) una capacidad operacional, al funcionar como una hipótesis para ser comunicada y lograr un cambio.

La interpretación genética (los orígenes infantiles del conflicto psíquico) es fundamental en la metodología del psicoanálisis, ya que se propone la reconstrucción de los procesos psíquicos que sucedieron en el pasado, aunque debe señalarse que lo reconstruido no es propiamente el proceso tal como fue sino, únicamente, un modelo del proceso.

Habría varios tipos de interpretaciones posibles: la interpretación histórico-genética (el allá y entonces de los conflictos infantiles) y la interpretación del conflicto actual que, a su vez, puede expresar mediante interpretaciones transferenciales (el aquí y ahora de la relación con el psicoanalista) o extratransferenciales (sobre las relaciones actuales con sujetos distintos al psicoanalista). Una interpretación completa debe abarcar, idealmente, todos esos aspectos: las raíces genético-infantiles del conflicto, así como sus expresiones actuales transferenciales y extratransferenciales.

Enfoque psicoanalítico de los gruposEn un acercamiento a la psicología social, Freud escribe en 1921 su artículo Psicología de las masas y análisis del yo. Su observación inicial es que los seres humanos al incluirse en multitudes modifican su conducta de una manera importante, volviéndose ésta menos intelectual y más emocional (y aún apasionada, impulsiva y violenta), no sólo en las masas espontáneas, sino también en las masas organizadas que conforman las diversas instituciones sociales, de las cuales Freud tomó como ejemplo el ejército y la iglesia católica.

Este cambio de conducta se explica sobre la base de que el "individuo que entra a formar parte de una multitud, se sitúa en condiciones que le permiten suprimir las represiones de sus tendencias inconscientes. Los caracteres aparentemente nuevos que entonces manifiesta son, precisamente, exteriorizaciones de lo inconsciente individual..."

Esta regresión a etapas tempranas (infantiles) del desarrollo que se produce cuando el individuo se incorpora a las multitudes, generándose la desinhibición de sus represiones y la consecuente aparición del inconsciente reprimido, se explica por las características especiales del vínculo que une al grupo y le da cohesión. Este vínculo es de orden emocional, específicamente amoroso, como expresión de los impulsos libidinales. En palabras de Freud: "La masa tiene que hallarse mantenida en cohesión por algún poder. ¿Y a qué poder resulta factible atribuir tal función sino es al Eros, que mantiene la cohesión de todo lo existente?". Además, "...cuando el individuo englobado en la masa renuncia a lo que le es personal y  se deja sugestionar por otros, experimentamos la impresión de que lo hace por sentir en él la necesidad de hallarse de acuerdo con ellos y no en oposición a ellos, esto es, por amor a los demás".

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El mecanismo psicológico implicado en esas relaciones libidinales es el de identificación, es decir, la primera expresión de un vínculo afectivo con otra persona, donde se "...aspira a conformar el propio yo análogamente al otro tomado como modelo". Así, como el niño se identifica con su padre, los miembros del grupo se identifican con su líder, al amparo de una ilusión: que éste ama a todos los integrantes por igual. De esta manera, cada individuo tiene un vínculo libidinal con su líder y, a partir de este, se establece también un vínculo libidinal con los miembros restantes del grupo.

En este proceso de identificación se sustituye el control interno, propio de las funciones de ciertas instancias del aparato psíquico, por algunos sujetos externos: el líder y los compañeros de grupo. Así, cada uno de los individuos que conforman el grupo sustituyen su ideal del yo por el líder (identificación vertical), y, a partir de esto, se identifican el uno con los otros en su yo (identificación horizontal). Esto explica la regresión en los grupos, así como el decrecimiento de la represión y la consecuente aparición de ciertos impulsos inconscientes, habitualmente contenidos.

Serge Moscovici7 lo resume así: "Es fácil comprender la composición psíquica de la multitud. Verticalmente, el impulso amoroso de cada individuo hacia el jefe. Horizontalmente, una multitud de personas que tienen el mismo objeto como ideal del yo y, por consiguiente, se identifican las unas con las otras. En ellas, la identificación sería el cuadro que nos ofrece una multitud asociada: todo el mundo ama al jefe y cada uno se identifica con su vecino..."

Kaès8 destaca una situación especialmente importante que explica la función de apoyo de los grupos: "...Una de las consecuencias de las identificaciones mutuas, comunes y centrales, por las cuales se efectúa la traslación (y la transformación) de las formaciones intrapsíquicas sobre una figura común e idealizada es la formación de lo que Freud designa, en francés como l'espirit de corps. Notemos que esta transferencia implica para cada sujeto un abandono, una cierta pérdida, pero también una ganancia: l'espirit de corps es su premio.

Ahora bien, la ausencia de un líder o caudillo es tolerada por la masa a condición de que se mantenga una idea y/o tarea líder (que funcionan también en el lugar del ideal de yo) y que permite conservar los vínculos afectivos y con ellos la cohesión social. La idea del ser supremo, propia de algunos grupos de autoayuda, cumple esta función y permite mantener con el conjunto de pares una identificación fraterna. Su complemento, para evitar el caos en el grupo, es un método, programa o camino a seguir que sirva como organizador del mismo; los Doce Pasos y las Doce Tradiciones cumplen esa función.

Por lo escrito hasta aquí, resulta claro que el psicoanálisis tiene un objeto teórico específico: el del inconsciente. Investigaciones recientes9 dejan claro que su tarea no está constituida sólo por el estudio de la psique individual, sino por las formas y los efectos del inconsciente en el individuo y en los grupos. Se vuelve, así, sujeto del inconsciente y sujeto del grupo, por la peculiar realidad psíquica que se produce en los colectivos.

Esto da lugar a que el trabajo de intervención en psicoanálisis se realice, no sobre el plano manifiesto (o consciente), sino sobre el plano latente (o inconsciente), por medio de la interpretación dada por el psicoanalista y que busca develar las motivaciones inconscientes de la conducta. De ahí a que este enfoque se le denomine explorativo o expresivo en contraposición al enfoque represivo de los grupos de apoyo.

Comparación entre grupos de autoayuda y psicoanalíticosCole, en una línea descriptiva de las diferencias, escribe:

Los grupos de autoayuda, en contraste con los grupos de encuentro y con los grupos terapéuticos, parecen ejercer su acción de cambio a través de una alteración crítica d la autopercepción hecha posible por el compartir del problema común y el apoyo del grupo. Los grupos de encuentro enfatizan la expresión de intensos sentimientos interpersonales y de comentarios críticos y, a menudo, ejercen presión sobre sus miembros para que solucionen sus problemas. Sólo en los grupos de autoayuda conductualmente orientados (que es el caso de los que tienen que ver con las adicciones) se desarrolla una presión para que sus miembros hagan ciertos cambios conductuales. Los grupos de terapia enfatizan la autoexploración y la interpretación. Ya que la mayoría de los grupos de autoayuda son sin coordinador o líder, se practican raramente aquellas técnicas que requieren de un control central, tales como la interpretación, diversas formas de retroalimentación, confrontación, etcétera.10

A manera de conclusiónUn error frecuente en las comparaciones es darle a lo diferencial un peso valorativo. Por ejemplo, en la conocida frase: "las mujeres son seres de cabello largo e ideas cortas", a una diferencia de género se le agrega una connotación valorativa para justificar un enfoque sexista y discriminador. El campo de los grupos psicológicos no

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ha sido la excepción y ha habido manifestaciones sectarias de los profesionales que buscan devaluar a los grupos de autoayuda, así como lo opuesto desde algunos de los integrantes de los grupos de autoayuda.

Algo más objetivo es la evaluación de la eficacia relativa de cada enfoque en distintos problemas de la práctica y, de esta manera, el tiempo ha dejado clara la superioridad de los grupos de autoayuda para motivar, lograr y mantener la abstinencia en el alcoholismo y las adicciones, por ejemplo; mientras tanto, los enfoques psicoanalíticos han mostrado su eficacia para comprender y modificar las fallas de carácter (según la denominación dominante en AA) o la estructura caracteriológica si tomamos el lenguaje psicoanalítico (esto, naturalmente, sólo en aquellas personas motivadas para alcanzar tal objetivo).

Desde esta perspectiva los efectos de ambos tipos de grupos aparecen más complementarios que opuestos aunque, aquí sí, el orden de os factores altera el producto: es imposible y/o inútil psicoanalizar a una persona en estado de adicción activa. La conducta que sigo y recomiendo en los casos detectados de alcoholismo o adicciones es condicionar el inicio o la continuación de una terapia psicoanalítica a que se efectúe paralelamente el tratamiento de la adicción en el correspondiente grupo de autoayuda. El enfoque no directivo de la terapéutica psicoanalítica dificulta lidiar con eficacia el problema de lograr y mantener la abstinencia de la adicción, lo cual, en cambio, suelen hacer con gran eficacia los grupos de autoayuda con sus técnicas directivas. Es más eficaz, desde el psicoanálisis, complementar la acción directiva y de apoyo del grupo de autoayuda mediante la interpretación de los psicodinamismos que le subyacen y de los conflictos psíquicos que se activan.

Notas1. S. Cole. "Self-help groups". En: Comprehensive group psychotherapy. Kaplan y Sadock (eds.). Baltimore/Londres: Williams y Wilkins, 1983

¿Qué es la Psicología Educativa?

La Psicología Educativa se encarga del estudio y la intervención de los comportamientos humanos en contextos educativos.  Procura el desarrollo de las capacidades de aprendizaje de las personas implicadas (alumnos, padres, profesores), de los grupos y de las instituciones.  

El aprendizaje se extiende a lo largo de la vida, por ello, el marco de actuación de la Psicología Educativa abarca cualquier situación educativa, ya sea formal, no formal, reglada o no, y cualquier edad. Además, interviene en otras circunstancias que puedan afectar directa o indirectamente al proceso de aprendizaje de las personas o los grupos (por ejemplo, trastornos psicológicos, conflictos familiares, etc.). En estos casos el Psicólogo Educativo suele trabajar en colaboración con otros especialistas.

La Psicología Educativa se encarga de... 

o Atender a las necesidades educativas de las personas, los grupos y las instituciones. Evalúa el desarrollo psico-educativo y establece la relación que ha de darse entre las necesidades educativas (personales, grupales, institucionales) y la realidad. Si el Psicólogo Educativo lo considera pertinente, propone y realiza intervenciones con el objetivo de solventar las carencias o mejorar el estado evaluado.

o Realizar evaluaciones e informes psicopedagógicos de los alumnos para conocer en qué situación personal se encuentran. Proponer e intervenir con el alumno para procurar la mejora de sus competencias y sus posibles dificultades de aprendizaje.

o Orientar y asesorar profesional o laboralmente. El Psicólogo Educativo informa, orienta y asesora sobre los caminos profesionales que pueden tomar los alumnos y las alternativas formativas existentes. Trabaja la toma de decisiones profesionales con los alumnos.

o Realizar intervenciones para prevenir situaciones conflictivas en el desarrollo personal o de los grupos del entorno educativo. Estas pueden ir dirigidas a asesorar a personas implicadas en la educación (educadores, padres, etc.) o a desarrollar programas específicos, como educación para la salud, educación afectivo-sexual o prevención de las drogodependencias, entre otras.

o Intervenir en la mejora del proceso educativo. Prestando apoyo, asesoramiento y formación a los educadores y familias.

o Realizar intervención socio-educativa, analizando la situación educativa, las condiciones del contexto social en que se realiza y fomentando la cooperación de los diferentes

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organismos con el fin de aumentar la calidad educativa. El Psicólogo Educativo, por tanto, puede ser un asesor en las instituciones.

o Investigar para la mejora del hecho educativo.o Difundir sus conocimientos entre otros colectivos de profesionales relacionados con la

educación impartiendo seminarios, charlas, coloquios, cursos, monográficos o talleres.

Las demandas más frecuentes en este ámbito son:

 INFORMES PSICOPEDAGÓGICOS:

Un informe psicopedagógico es un documento que tiene una doble naturaleza, administrativa y técnica, a través del cual, por un lado, se da razón de la situación evolutiva y educativa del alumno en los diferentes contextos de desarrollo (fundamentalmente a partir de la interacción con los padres, profesores, compañeros y con los contenidos de aprendizaje) y, por otro, permite concretar sus necesidades educativas en términos de la propuesta curricular y del tipo de ayuda que va a necesitar para facilitar y estimular su progreso. Todo ello como resultado de un proceso de Evaluación Psicopedagógica. Es un documento escrito, dirigido a quien nos ha derivado al escolar.

 ORIENTACIÓN ACADÉMICA Y LABORAL:

La orientación académica es un proceso de ayuda al estudiante para que sea capaz de resolver los problemas que la vida académica le plantea. Se refiere a situaciones problemáticas en actividades escolares y su principal objetivo es que el alumno realice elecciones de acuerdo con sus intereses, capacidades y con su situación personal a lo largo de su recorrido académico. El tipo de ayuda que la orientación académica ofrece presenta características distintas según la edad y nivel de estudios.

La orientación profesional es un proceso de ayuda para que la persona sea capaz de elegir y prepararse adecuadamente para una profesión o trabajo determinado. Implica decisión, formación y ubicación profesional. Trata de integrar las exigencias personales con las necesidades sociales.

 DIFICULTADES DE APRENDIZAJE:

Ir a Trastornos de la infancia, niñez y adolescencia.

 FRACASO ESCOLAR:

Se trata de un desajuste negativo entre capacidad real de un alumno y su rendimiento escolar.

 TÉCNICAS DE ESTUDIO:

Las técnicas de estudio son un conjunto de acciones y estrategias que realiza el estudiante para comprender y memorizar contenidos de las diversas asignaturas. Para aprender a estudiar no basta con conocer las técnicas, sino que es necesario ponerlas en práctica diariamente en todas las asignaturas posibles hasta conseguir el hábito de aplicarlas con naturalidad.

 DESMOTIVACIÓN:

Existen alumnos que no están motivados, que aunque saben qué hacer, no sienten ganas de llevarlo a cabo.

La motivación para estudiar, para comenzar cualquier actividad, es el motor que llevamos dentro de nosotros y que hace que seamos constantes y superemos las dificultades, o bien nos desanimemos o derrumbemos ante la primera dificultad. Puede haber motivaciones personales e internas (gusto por aprender, por saber cosas para decidir mejor en el futuro...) y otras externas, que nos vienen de fuera y son menos firmes (estudio si me compran algo, por la recompensa...). La motivación ha de ser un proceso interno y propio de cada persona,

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que consista en la ejecución de conductas hacia un propósito que el individuo considera necesario y deseable. Es una combinación de procesos intelectuales, fisiológicos y psicológicos para decidir, en una situación dada, con qué vigor se actúa y en qué dirección se encauza la energía.

 DIFICULTADES DE ADAPTACIÓN ESCOLAR:

El trastorno de adaptación es una reacción emocional o de la conducta ante una situación problemática.

ASESORAMIENTO A PADRES, PROFESORES Y REALIZACIÓN DE PROGRAMAS DE PREVENCIÓN:

El asesoramiento habitualmente reconoce y destaca la importancia de recurrir a procedimientos cooperativos y de colaboración para abordar los problemas. Puede ser ofrecido a maestros, profesores y padres. Los servicios de asesoramiento alientan la participación a través de modalidades que promuevan el conocimiento de la Psicología y la Educación, así como su aplicación adecuada para estimular el crecimiento y desarrollo de los alumnos/hijos.

Pueden incluir la asistencia a programas de planificación y evaluación con el fin de utilizar mejor o promover el bienestar y las capacidades cognitivas, afectivas, sociales, emocionales, adaptativas, de lenguaje, psicomotrices y vocacionales, entre otras.

También pueden apuntar a mejorar la comprensión y la aptitud de maestros, profesores y padres para promover el desarrollo de los alumnos/hijos.

Terapia Educativa Definida

1. Definición del terapista educativo 2. Cualificaciones y entrenamiento de los terapistas educativos 3. Ámbitos de la práctica de la terapia educativa 4. Edades a las que se les provee servicios 5. Condiciones de los clientes atendidas por los terapistas educativos 6. Fundamentos medulares de la práctica de la terapia educativa 7. Áreas de destreza del terapista educativo y metas de tratamiento 8. Áreas específicas de tratamiento: Aspectos académicos del aprendizaje 9. Áreas específicas de tratamiento: Aspectos sociales y emocionales del aprendizaje 10. Manejo de casos en terapia educativa 11. El rol de la Asociación de Terapistas Educativos

1. Definición del terapista educativo

El terapista educativo es un profesional que combina enfoques educativos y terapéuticos en la evaluación, remediación, manejo de casos y comunicación/defensa de derechos en nombre de los niños, adolescentes y adultos con discapacidades o problemas de aprendizaje.

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2. Cualificaciones y entrenamiento de los terapistas educativos

Los terapistas educativos generalmente empiezan sus carreras profesionales en una o más de las siguientes áreas:

Educación Educación Especial Desarrollo Infantil Habla y Lenguaje Consejería Psicológica

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Consejería de Parejas y Familias Servicios de Defensa de Derechos

Independientemente de la preparación académica y experiencia profesional, todos los miembros cualificados por la Asociación de Terapistas Educativos (AET, por sus siglas en inglés) han cumplido rigurosos requisitos profesionales en las áreas académicas de educación elemental y/o secundaria, desarrollo infantil, evaluación educativa, teoría del aprendizaje, problemas de aprendizaje y fundamentos de terapia educativa. Todos los miembros poseen un grado de bachillerato y actualmente es requisito tener un grado de maestría o el equivalente en créditos post-bachillerato. Los Miembros Profesionales han cumplido por lo menos 1,500 horas de trabajo bajo supervisión directa y tienen que completar por lo menos 40 horas de educación continua cada dos años. Para convertirse en Terapistas Educativos Certificados, los miembros deben cumplir con los siguientes requisitos adicionales: Grado de Maestría (requisito); un año de membresía en la AET a nivel Profesional; 1,000 horas de práctica profesional; Estudio de Caso formal evaluado y aprobado por el Comité de Certificación de la AET. La AET actualmente está desarrollando procedimientos para una Junta de Certificación que incluirán además una evaluación formal de pericia profesional.

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3. Ámbitos de la práctica de la terapia educativa

Práctica Privada Escuelas Públicas y Privadas Centros Educativos Clínicas Hospitales Agencias Públicas Negocios Colegios Regionales, Colegios Comunitarios, Universidades, Escuelas Vocacionales

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4. Edades a las que se les provee servicios

Pre-escolares Escolares Adolescentes Adultos

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5. Condiciones de los clientes atendidas por los terapistas educativos

Problemas de Aprendizaje, término genérico que incluye (pero no se limita a): o Dislexia o Desorden de Aprendizaje No-Verbal o Dificultades con la lectura y/o escritura o Dificultades con las matemáticas

Trastorno de Déficit de Atención/Hiperactividad Otras condiciones poco comunes como el Síndrome de Asperger, X Frágil, Síndrome de Tourette, etc. Problemas de Procesamiento de Lenguaje Problemas de Procesamiento Visual Poca motivación Baja autoestima académica Destrezas de organización y estudio pobres Ansiedad relacionada a la escuela o exámenes Destrezas sociales inapropiadas Ubicación escolar y retención

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6. Fundamentos medulares de la práctica de la terapia educativa

Tratar directamente con los aspectos sociales y emocionales que impactan el aprendizaje Promover confianza, honestidad y respeto mutuo con el cliente y su familia Respetar asuntos de confidencialidad, e.g., divulgación de información, asuntos delicados con adolescentes, etc. Entender los principios de manejo de casos y colaborar para establecer metas (Ver #10) Convertirse en un modelo positivo Crear un ambiente de aprendizaje de apoyo donde sea seguro tomar riesgos y aprender de los errores Promover la comunicación abierta relacionada a calificaciones, problemas en la escuela o el trabajo Ayudar a los padres a saber lo que es “normal” para proveer un cuadro de referencia realista con expectativas

apropiadas Educar a los padres en las metas de la terapia educativa y en las técnicas utilizadas para lograr esas metas Adoptar el sentido del humor como un catalítico para el aprendizaje; introducir el humor al proceso de

aprendizaje Validar los esfuerzos y logros del cliente a través de retroalimentación, “feedback”, específica e informativa Añadir información, derivada de la observación continua a través del tiempo y en contextos naturales, al proceso

continuo de diagnóstico Entender y cumplir con el Código de Ética de la AET en toda relación que se establezca con clientes

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7. Áreas de destreza del terapista educativo y metas de tratamiento

Evaluación:

Reconocer los problemas que se presentan como la manifestación de problemas de aprendizaje latentes Identificar problemas actuales a la vez que se anticipan problemas que puedan surgir con el tiempo a medida

que los contextos y las exigencias cambien Sintetizar la información provista por otros especialistas, maestros, padres, personal de cuido y el cliente Realizar evaluaciones formales e informales que lleven a un diagnóstico diferencial Identificar y dar prioridad a los asuntos primarios sobre los secundarios Interpretar los datos provenientes de evaluaciones administradas por él mismo y/o por otros profesionales Entender el lenguaje de profesionales aliados para poder comunicarse de manera efectiva con el cliente y todas

las partes envueltas en el caso Consultar y colaborar con otros especialistas para identificar otros servicios que sean necesarios Analizar datos para diseñar un plan de tratamiento Evaluar progreso Adaptar el plan de tratamiento a medida que sea necesario

Fortalezas del cliente:

Concienciar al cliente de sus fortalezas Promover que el cliente use sus destrezas de manera estratégica para promover el aprendizaje eficiente y

efectivo Eliminar el misterio de las limitaciones y necesidades del cliente Facilitar el uso de destrezas en una variedad de situaciones Desarrollar las destrezas del cliente de autodefensa de sus derechos

Manejo de casos:

Entender los asuntos relacionados al aprendizaje del cliente en relación con su contexto: en el hogar, escuela, comunidad y cultura

Observar al cliente en el hogar y en su lugar de estudio o de trabajo para recopilar información en cada contexto Promover el trabajo en equipo y la colaboración entre las partes relevantes Determinar la necesidad de envolver a otros especialistas cuando sea apropiado Ayudar a localizar y referir al cliente a los especialistas más apropiados

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Servir como fuente de información con respecto a terapias controversiales Desarrollar las destrezas de los padres de defensa de sus derechos

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8. Áreas específicas de tratamiento: Aspectos académicos del aprendizaje

Estimular la curiosidad intelectual en el mayor grado posible para el cliente Problemas de lectura/escritura, incluyendo lenguaje expresivo y receptivo, dificultades en el procesamiento

fonológico Comprensión de textos a través de una variedad de materias académicas Reconocer las ideas principales y los detalles importantes en materiales de lectura Sintetizar la información de múltiples recursos Desarrollar estrategias para el análisis de tareas que será utilizado para resolver una amplia gama de problemas

y situaciones de aprendizaje; análisis de problemas y solución de problemas Problemas de matemáticas: conceptos, cómputos, razonamiento, solución de problemas, aplicación Enfoques metacognitivos; autoestudio; autoevaluación de resultados Estrategias que promuevan concentración y atención sostenida Aprendizaje activo Destrezas de organización Memoria a corto y largo plazo; retención y recuerdo de información Desarrollo de métodos de aprendizaje/estudio alternos Reconocimiento de la lectura, escritura y matemáticas como actividades que tienen resultados personales

positivos y valiosos

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9. Áreas específicas de tratamiento: Aspectos sociales y emocionales del aprendizaje

Entender la interrelación entre el aprendizaje y el funcionamiento social/emocional y ayudar a que ocurran cambios positivos

Desarrollar dominio de destrezas a través de la remediación académica que promueva una mejor autoestima Proveer un ambiente seguro donde se puedan expresar sentimientos y ansiedades relacionadas al proceso de

aprendizaje y preocupaciones escolares Escuchar terapéuticamente para comprender las razones detrás de los comportamientos que interfieren con el

aprendizaje Emplear estrategias que atiendan la evasión y la resistencia; manejar de manera realista los problemas de

autoestima Fomentar la solución de problemas de manera flexible Saber cuando referir a profesionales aliados

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10. Manejo de casos en terapia educativa

Ayudar a interpretar la información del cliente y servir como enlace entre la familia, la escuela y el trabajo Ayudar a entender y definir los problemas claramente, resolver diferencias y mediar o reconciliar todos los

puntos de vista con el cliente, la familia, maestros y otras personas clave en la vida del cliente (el rol de defensor del pueblo, “Ombudsman”)

Ayudar a todas las partes envueltas a entender las fortalezas, debilidades, temperamento y estilos de aprendizaje del cliente para asegurar consistencia en el enfoque

Proveer evaluación y consejo en relación a procedimientos que puedan ser recomendados y acciones que puedan tomar profesionales aliados y otras partes envueltas, manteniendo en mente el bienestar del cliente

Utilizar tacto y diplomacia para dar el mejor servicio a los clientes Negociar la modificación de programas cuando sea apropiado, incluyendo resolver asuntos de tareas escolares

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Page 12: Grupos de autoayuda y psicoanálisis grupal

11. El rol de la Asociación de Terapistas Educativos

La AET es la asociación reconocida nacionalmente para los terapistas educativos, con membresía a través de los Estados Unidos y en Canadá, Australia y la República de Singapur.

La membresía de la AET incluye profesionales aliados provenientes de una variedad de profesiones: médica, psicológica, habla y lenguaje, terapia física y ocupacional, optometría, etc. La AET promueve el contacto y enlaces con estos miembros que son Profesionales Aliados.

La Junta de Directores de la AET está compuesta por terapistas educativos practicantes quienes sirven de manera voluntaria para guiar la organización y establecer la política de la organización.

La AET establece los parámetros y define la práctica de la terapia educativa para la profesión. La AET invierte en el futuro de la organización y en la práctica de la terapia educativa a través de su

participación en asuntos de interés e importancia profesional. La AET disemina información acerca de la terapia educativa y la organización mediante su portal de la Internet,

el Comité de Relaciones Públicas y otros medios de comunicación. La AET fomenta el más alto nivel de excelencia profesional al proveer acceso a la información más reciente en

nuestro campo profesional mediante conferencias, talleres y contacto con nuestros miembros con mayor experiencia.

La AET provee oportunidades para el crecimiento profesional dentro de la organización a través del proceso de certificación. La AET revisa continuamente los estatutos de membresía para estimular los más altos niveles de competencia dentro de la organización y la profesión.

La AET refuerza la profesión ahora e invierte en su futuro crecimiento mediante programas de certificación para entrenar nuevos terapistas educativos.

La oficina de la AET responde a preguntas de sus miembros, miembros prospectivos y del público en general, mantiene un extenso banco de datos de sus miembros y continuamente mejora los folletos y material impreso por la AET.

La AET coordina, apoya y da publicidad a sus grupos de estudio. La AET publica y provee material exclusivo para miembros, incluyendo el boletín profesional The Educational

Therapist, copias de artículos, Código de Ética, grabaciones de presentaciones relevantes, etc. La AET publica un Directorio de Miembros anualmente, el cual es utilizado por los miembros y agencias

públicas y privadas para referir clientes. Ambos el Directorio de Miembros y el portal de la Internet de la AET proveen los nombres de todos los Terapistas Educativos Certificados (CET, por sus siglas en inglés).

El portal de la Internet de la AET se encuentra en: www.aetonline.org. La AET provee un flujo de información a sus miembros en relación a asuntos de miembros, legislación, libros e

investigación más recientes, etc. La AET se involucra en llegar y servir a la comunidad.

LA OCUPACIÓN COMO MÉTODO

DE TRATAMIENTO EN SALUD MENTAL

Pedro Moruno Miralles.

Doctor en Psicología. Diplomado en Terapia Ocupacional. Profesor Asociado de la Diplomatura de Terapia Ocupacional del Centro de Estudios Universitarios de Talavera de la Reina. Universidad de Castilla-La Mancha. Avenida Real Fábrica de Sedas S/N. 45600 Talavera de la Reina. Toledo. [email protected]

Palabras Clave: Terapia Ocupacional; Ocupación; Salud Mental; Relación entre ocupación y salud

Abstract.

La presente ponencia constituye un resumen del trabajo de investigación cuyo objetivo principal es realizar un análisis de las características únicas y distintivas de la ocupación/actividad aplicada como método de tratamiento en el ámbito de la

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Salud Mental. Este trabajo se estructura alrededor de tres ejes fundamentales: un análisis bibliográfico que revisa los principales estudios históricos sobre el valor de la ocupación en el tratamiento del enfermo mental (Kielhofner, 1992; Mosey, 1986; Reed y Sanderson, 1999); un análisis del concepto de ocupación/actividad en relación con el concepto actual de salud (CIF 2001); y, por último, un análisis de las relaciones entre la salud y la ocupación y sus repercusiones en el abordaje de los trastornos mentales. Sintéticamente, las conclusiones del estudio reflejan la singularidad y utilidad de la aplicación de la ocupación/actividad como método de tratamiento y que subyace a la práctica clínica de la terapia ocupacional. Como colofón se expone la repercusión clínica y teórica de esta perspectiva.

Key-words: Occupational Therapy; Occupation; Mental Health; Relation between occupation and hetlh

Abstract.

This paper constitutes a resum of searching aimed at analysing the unique and distinguising characteristics of the occupation/activity as a therapeutic strategy within the framework of Mental Health. This work is organized around three mainline bases: a bibliographical analysis of main reviews focused on the value of occupation as a part of the treatment of persons with a mental disorder (Kielhofner, 1992; Mosey, 1986; Reed & Sanderson, 1999); an analysis of the occupation/activity concept in relation to the actual concept of health (CIF 2001); lastly, an analysis of the relationships between health and occupation and its repercussions on the approach to mental disorders. In short, the study conclussions show the uniqueness as well as the usefulness of occupation/activity as a treatment strategy underlaying this clinical practice of Occupational Therapy. Closing this paper, some clinical and theoretical implications of this conceptualization.

1. Introducción

Desde una perspectiva clínica, podemos definir terapia ocupacional de forma sencilla como la praxis que utiliza como método terapéutico la ocupación o actividad humana.

Ahora bien, si la singularidad de la disciplina, como es obvio, viene determinada por el término, ocupación o actividad, elemento que la distingue de otras disciplinas del ámbito de las Ciencias de la Salud, podemos preguntarnos: ¿cómo se concibe la ocupación o actividad humana en terapia ocupacional?

Desde nuestro punto de vista, y como hemos defendido en otro lugar (Romero y Moruno, en prensa), en terapia ocupacional, ocupación y actividad hacen referencia a dos conceptos muy similares; a saber: aquella faceta del empeño humano que da respuesta a las necesidades vitales de un individuo, que le permiten cumplir con las demandas sociales de su comunidad de pertenencia, así como al quehacer a través del cual el ser humano se distingue y expresa, revelando al agente del acto, y que se constituye en una forma de dar sentido a la existencia, construyendo y creando su identidad personal, cultural y social.

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Consecuentemente, podemos realizar una aproximación comprensiva a la práctica clínica de la terapia ocupacional en Salud Mental, revisando aquellas notas características de este empeño humano que hemos dado en denominar ocupación y de sus relaciones con la Salud Mental.

2. Desempeño ocupacional y participación

Ann A. Wilcock, en su texto An Occupational Perspective of Health (1998), defiende que el bienestar psicológico y social, aspectos esenciales en el concepto actual de salud, está vinculado a la capacidad del ser humano de desarrollar ocupaciones socialmente valoradas.

De esta forma, el desempeño o realización de actividades de autocuidado y automantenimiento, productivas, educativas, lúdicas y de ocio, permiten a un sujeto participar como un miembro que contribuye a su entorno personal, social, cultural y económico.

Por un lado, desde esta perspectiva, la ocupación en sí misma constituye una entidad que promueve y favorece la adaptación al medio, en tanto que sostiene la integración y participación activa del individuo en el entramado social y cultural al que pertenece. Por tanto, las ocupaciones que una persona aprende y es capaz de realizar, condicionan el grado en que ese individuo es capaz de adaptarse.

Por otro lado, la participación del ser humano en ocupaciones contribuye a la organización temporal de la adaptación al medio. Los patrones ocupacionales determinados culturalmente regulan y organizan el discurrir del tiempo: estructurando el transcurrir del día, la semana y el año alrededor de esquemas regulados por la ocupación; delimitando periodos de actividad y descanso, vacaciones, esparcimiento o celebración. Asimismo, estructuran y organizan el quehacer humano a lo largo de la sucesión de los estadios del ciclo vital. Así, en general, la infancia se caracteriza por el juego, la madurez por el trabajo y la vejez por el ocio o la dedicación a la familia.

En resumen, la ocupación constituye una entidad que favorece y promueve la participación e integración social a través de la adquisición, mantenimiento, mejora o recuperación del desempeño de actividades ligadas al automantenimiento y autocuidado, la educación, la productividad, el ocio y el juego, incidiendo en último término en la salud y bienestar individual.

Considerando estas características, la ocupación puede ser utilizada como método terapéutico en la medida en que:

· Promueve el aprendizaje y adquisición de habilidades y destrezas ligadas al desempeño de actividades de automantenimiento y autocuidado, educativas y productivas y de ocio y lúdicas.

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· Favorece la participación e integración social, a través de la adquisición, mantenimiento, mejora o recuperación del desempeño de actividades ligadas al automantenimiento y autocuidado, la educación y la productividad y el ocio y el juego.

· Favorecer la participación social, a través de la modificación y adaptación de las ocupaciones que un individuo desempeña o del entorno físico o social en que tiene lugar ese desempeño.

3. Ocupación y funcionamiento

Como advierten Reed y Sanderson (1999), la realización o participación en distintas ocupaciones a lo largo del ciclo vital de un individuo coadyuva a la maduración sensorial, física y psicológica, al desarrollo social y emocional del sujeto y al aprendizaje de habilidades y destrezas para su adaptación al entorno. Por tanto, la ocupación humana está estrechamente vinculada con el proceso de desarrollo ontogenético individual.

Como asegura Kielhofner (1995), la implicación de los seres humanos en actividades productivas, juegos y actividades lúdicas y actividades de la vida diaria, genera y mantiene cambios en las capacidades, creencias y disposiciones del individuo. De esta forma, el comportamiento ocupacional contribuye a la organización y desarrollo de las estructuras físicas y al desarrollo psicológico, afectivo y social.

Desde este enfoque, la ocupación puede ser aplicada terapéuticamente como un medio que promueve el desarrollo, mantenimiento y recuperación de las capacidades, destrezas o aptitudes de un individuo.

A partir de un análisis previo de las capacidades, mecanismos o funciones psicológicas y corporales implicadas en la realización de una determinada ocupación, es posible utilizarla como tratamiento, persiguiendo la recuperación de los déficit o trastornos que presente el individuo evaluado. Así, pueden ser seleccionadas determinadas actividades como método de tratamiento, persiguiendo objetivos concretos ligados a la restauración o recuperación de capacidades, habilidades, destrezas o al desarrollo de aspectos psicológicos, emocionales o relacionales.

En resumen, la ocupación constituye un medio para el desarrollo, mantenimiento y recuperación de funciones psicológicas y corporales, en la medida en que estas funciones están implicadas en las ocupaciones que un sujeto realiza.

Por tanto, la ocupación puede ser utilizada como método terapéutico en la medida en que:

· Contribuye al desarrollo normalizado de las estructuras y funciones corporales y psicológicas, así como de las relaciones sociales, las emociones y los vínculos afectivos.

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· Promueve el mantenimiento, restauración o recuperación de las estructuras y funciones corporales y psicológicas.

4. Ocupación y promoción de la salud

Si como hemos señalado anteriormente, la ocupación está asociada a la supervivencia, desarrollo y adaptación al medio del ser humano, desde nuestro punto de vista éstas no constituyen las únicas facetas de la ocupación en la experiencia vital del ser humano.

Sirviéndonos de las palabras de Hannah Arendt (1958):

"Con palabra y acto nos insertamos en el mundo humano, y esta inserción es como un segundo nacimiento, en el que confirmamos y asumimos el hecho desnudo de nuestra original apariencia física. A dicha inserción no nos obliga la necesidad, como lo hace la labor, ni nos impulsa la utilidad, como es el caso del trabajo".

Es decir, también podemos concebir la ocupación como una vía posible de relación del ser humano con el orden simbólico, condición sine qua non del entramado sociocultural que le precede y en el que se desarrolla, en la medida en que la acción revela al agente del acto, y, a través de ella, el ser humano se distingue y expresa.

Desde este enfoque la ocupación puede constituir un vehículo o forma de dar sentido, significado a la existencia, incidiendo, por tanto, en el bienestar psicológico y, quizá también, espiritual del ser humano.

Así, las ocupaciones en que se implica un sujeto le permiten la expresión individual, favorecen el desarrollo de vínculos sociales y culturales, contribuyen a la construcción de su identidad y le posibilitan sentirse partícipe de la sociedad, incidiendo en el bienestar psicológico, y, por ende, en su salud individual.

En resumen, en la medida en que la implicación de un sujeto en ocupaciones significativas, tanto desde una perspectiva personal (subjetiva) como social y cultural, favorece el bienestar psicológico, la ocupación puede ser utilizada como un método para la promoción y preservación del bienestar psicológico individual.

La concepción de la ocupación como agente que promueve el bienestar psicológico y la salud permite utilizarla para la:

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· Promoción de estilos de vida saludables y prevención de la aparición de enfermedades somáticas o psicológicas y los déficit consecuencia de ellas.

· Promoción de la adquisición, mantenimiento y mejora del bienestar físico, psicológico y social.

En conclusión, la ocupación como método de tratamiento en Salud Mental integra distintas modalidades terapéuticas que conciben a la ocupación humana como un agente, entidad o medio que promueve la salud, previene la enfermedad y la discapacidad y favorece el funcionamiento psicológico, el bienestar y la participación social.

En la tabla que presentamos a continuación se sintetizan las diferentes modalidades, funciones y objetivos asociados a la utilización de la ocupación como método de tratamiento.

Modalidades, funciones y objetivos de la utilización de la ocupación como método terapéutico

MODALIDADES  FUNCIONES  OBJETIVOS Desempeño ocupacional: la ocupación como fin en sí misma Favorece y promueve la participación e integración social, a través de la adquisición, mantenimiento, mejora o recuperación del desempeño de actividades ligadas al automantenimiento y autocuidado, la educación y la productividad y el ocio y el juego.  Aprendizaje y adquisición de las habilidades y destrezas ligadas al desempeño de actividades Adquisición, mantenimiento, mejora o recuperación del desempeño de actividades Modificación y adaptación de las ocupaciones que un individuo desempeña o del entorno físico o social en que son desempeñadas La ocupación como medio para el desarrollo y recuperación Posibilita el desarrollo y recuperación de las funciones y estructuras psicológicas y corporales, en la medida en que estas funciones y estructuras están implicadas en las ocupaciones que un sujeto realiza.  Desarrollo normalizado de las estructuras y funciones corporales y psicológicas Restauración o recuperación de las estructuras y funciones corporales y psicológicas La ocupación como agente para la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad Promueve el adecuado funcionamiento de las estructuras y funciones corporales y el bienestar psicológico previniendo la aparición de enfermedades y de condiciones de discapacidad  Promover estilos de vida saludables y prevenir la aparición de enfermedades somáticas o psicológicas y de los déficit consecuencia de ellas Adquisición, mantenimiento y mejora del sentimiento subjetivo de bienestar psicológico y social

Clark, FA. Et al. (1991). Occupational Science: academic innovation in the service of occupational therapy`s future. American Journal of Occupational Therapy 45 (4): 300-310.

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Ludoterapia

2010/01/07 By Dra Moya Guirao

¿Qué es la Ludoterapia?.

Es un tipo de terapia en la cual se utiliza el juego para el tratamiento de las enfermedades mentales.

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La Ludoterapia se usa especialmente en la psicoterapia psicoanalítica de niños, siendo una importante herramienta para el tratamiento y diagnóstico de los distintos trastornos psíquicos.

También puede utilizarse en psicoterapia de adultos y en Geriatría.

Este tipo de psicoterapia la utilizó por primera vez, como herramienta terapéutica, la psicoanalista Melanie Klein con un niño que se negaba a hablar en su tratamiento.

Diferentes psicoterapeutas la han utilizado : Anna Freud, Winnicott, Virginia Axline, FranÇoise Dolto y Erik Erikson, entre otros.

En la Ludoterapia, también llamada terapia por el juego, se suele utilizar una canasta con juguetes o como Donald Winnicott denominaba “mi revoltijo de juguetes” o la “maleta” de juguetes que decía Arminda Aberastury (*). En élla encontraremos : muñecos, plastilina, animales de goma, peluches (como los que utilizó Winnicott en el tratamiento de la niña “The Piggle”), papel, pinturas, cuchillos de plástico, bloques de construcción, muñecos “doctor”, etc.

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Y por último, añadir lo que Donald Winnicott, en su libro “The Piggle“, afirmaba sobre el juego en la terapia de niños: “no es posible para un niño de esta edad desentrañar el significado del juego, a menos que lo juegue y lo disfrute“. “La dramatización de su mundo interior permite a la niña experimentar y jugar con las fantasias que más le molestan“.

(*) Arminda Aberastury (1910-1972) psicoanalista argentina kleiniana autora de “Teoría y técnica del psicoanálisis” en cuya “maleta” de juguetes podía encontrarse muñecos, tacitas, platitos, cochecitos, cubiertos, etc.

¿ A quién va dirigida la Ludoterapia ?.

Respuesta : El psicoanálisis fue la primera psicoterapia que utilizó el juego en el tratamiento de los niños con conflictos psíquicos. Las psicoanalistas Anna Freud, Hermine Von Hugh Hellmuth, Melanie Klein, y el pedagogo y psicoanalista August Aixchhorn puede decirse que fueron los creadores de la Ludoterapia.

El juego es también una importante herramienta para el psicodiagnóstico, y así lo utilizaron y lo siguen utilizando muchos psicoterapeutas infantiles como Donald Winnicott, Virginia Axline, FranÇoise Dolto, etc.

Respondiendo a su pregunta, aunque la utilización de la terapia por el juego nació con el psicoanálisis infantil, y por lo tanto podemos afirmar que la Ludoterapia estaba primeramente encaminada a la terapia de los niños, en la actualidad está dirigida a todas las edades, desde niños a ancianos, pasando por adolescentes y adultos.

Además cabe añadir que aunque primeramente se utilizaba solamente en psicoterapia individual se ha usado también en la psicoterapia de grupo.

En todos estos grupos de edad y tipos de psicoterapia, el juego es una herramienta eficaz debido a que facilita la comunicación terapeuta-paciente en ciertas patologías, el sujeto proyecta en el juego sus contenidos inconscientes, y además libera ciertas pulsiones instintivas a través del mismo.

Terapia por el juego.La terapia por el juego es una modalidad de terapia empleada inicialmente en niños por

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psicoanalistas como Anna Freud, Melanie Klein, quien la empleó por primera vez como tratamiento con un niño que permanecía callado en el transcurso de su terapia, y Erik Erikson.

Aunque actualmente se utiliza también en adultos e incluso ancianos, pero es en el tratamiento de los niños donde más se usa, especialmente con los menores de 6 años, por ser los de este grupo de edad los que son más parcos a la hora de expresarse verbalmente.

En este tipo de terapia el paciente revela sus problemas por medio de la fantasía elaborada con los juguetes. El juego tiene valor terapéutico mediante la abreación y la sublimación.

Melanie Klein opinaba que el número de juguetes debe ser reducido y de fácil manejo; mientras que Virginia Axline , dice que el niño debe contar con una amplia variedad de juguetes, a fin de aumentar el ámbito de expresión de sus sentimientos.

En la terapia por el juego, también llamada Ludoterapia , es frecuente utilizar una canasta con juguetes. El élla encontraremos : muñecos, plastilina, animales de goma o peluche, papel, pinturas, cuchillos de plástico, bloques de construcción, muñecos “doctor”, u otros ideados por el terapeuta como “la muñeca flor” de FranÇoise Dolto (Psicoterapeuta psicoanalítica francesa).

¿ Cuáles son las técnicas de la Ludoterapia ?.

Respuesta : Primero de todo le pedimos que, por favor, lea todo lo que hasta el presente hemos editado acerca de la Ludoterapia o Terapia por el juego. Puede encontrar una relación de lo publicado en el apartado entradas relacionadas situado al final de este artículo.

Para conocer en profundidad las técnicas que se utilizan en este tipo de psicoterapia lo mejor que podemos decirle es que lea los numeroso libros editados al respecto, empezando por los pioneros de la Terapia por el juego y siguiendo por los más clásicos. Dado lo limitado de nuestra página no podemos tratar este interesante tema con la extensión que merece.

En resumen, le aconsejamos leer publicaciones referentes al tratamiento de niños como las que escribieron Anna Freud, Melanie Klein, o las yas comentadas por nosotros como “The Piggle” de Winnicott, “En el juego del deseo“de FrancoiÇe Dolto, “Dibs” de Virginia Axline, etc. Algunas de ellas están editadas en libros de bolsillo a un precio asequible, y otras publicaciones podrá usted encontrarlas en las obras completas de los citados autores que posiblemente pueda usted encontrar en las Bibliotecas especializadas en Psicología o Psicoanálisis.

Finalmente, para completar su conocimiento sobre Ludoterapia le sugerimos la lectura de psicoterapeutas y psicoanalistas contemporáneos expertos en este tipo de psicoterapia. De los mismos podrá encontrar un amplio arsenal de libros, así como numerosas publicaciones en revistas especializadas.

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EJERCICO FISICO

Introducción

    Resulta evidente el auge extraordinario que ha cobrado el deporte en el último siglo, así como su universalización como una característica peculiar de estos treinta últimos años. La necesidad de un amplio análisis del deporte moderno, en su sentido contemporáneo, se encuadra cronológicamente en el último cuarto del siglo XX; concretamente en la Olimpiada de Roma del 1960 (Cagigal, 1975).

    Es un hecho peculiar de la sociedad de nuestro tiempo, la práctica generalizada de nuevos deportes. Estos surgen en los años 60, pero es en la presente década cuando alcanza su mayor difusión provocando cambios en la concepción del deporte y consecuentes repercusiones en la esfera social, cultural y antropológica (De Andrés y Aznar, 1996).

    Este breve análisis del deporte como fenómeno social de nuestra actualidad, nos lleva a reflexionar sobre la importancia que éste ha ido adquiriendo en la vida cotidiana de gran parte de la población, tanto a nivel de recreación y de espectáculo, como de búsqueda de salud.

1. El deporte como fenómeno social

    Una constante entre los teóricos de nuestro tiempo es representar al deporte entre dos grandes líneas divergentes o dimensiones de carácter dicotómico (deporte como rendimiento frente al deporte ocio o de tiempo libre) que condicionadas por diferentes motivantes y exigencias están llamadas a tener funciones y papeles distintos en nuestra sociedad actual. Ambas manifestaciones nacen de una misma necesidad de realización humana, son requeridos por demandas sociales diferentes y toman dispares direcciones. Esta constitución bipolar del deporte es un hecho ampliamente reconocido; ambos polos constituyen dos realidades distintas que consecuentemente requieren de aproximaciones y métodos diferentes (García Ferrando, 1991; De Andrés y Aznar, 1996).

    El deporte de tiempo libre, se identifica con el ser humano en una conducta especificada en la práctica activa, poniendo el acento en la forma recreacional en que se practica, relacionándose con parámetros tales como: la ocupación activa del ocio, la salud, la realización personal. El deporte competición y de espectáculo se desarrolla hacia la vertiente programada, espectacular en torno a parámetros tales como: rendimiento resultado, campeonismo, racionalidad económica, profesionalización, deporte de éxito, de retransmisiones, campañas publicitarias, política.

    Cabe precisar el lugar que debe ocupar el deporte de alto nivel frente al deporte para todos; ambas concepciones del deporte coexisten actualmente reforzándose mutuamente. El deporte de competición desde su compleja y creciente organización federativa proporciona espectáculo, contribuyendo a popularizar y mantener el interés el interés por éste; mientras la gran masa de practicantes del deporte popular tiende a reforzar el papel protagonista del mismo en las sociedades (De Andrés y Aznar, 1996).

2. Actividad física y salud. Educación y promoción

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2.1. Relaciones entre la actividad física y la salud

    Existen cada vez mayores evidencias de las relaciones entre la actividad física y la salud (Fentem, Bassey y Turnbull, 1998; Bouchard, Shephard, Stephens, Sutton y McPherson, 1990), hasta el punto de considerar la propia inactividad como un factor de riesgo para las enfermedades modernas (Powell, Thompson, Caspersen y Kendrick, 1987; Tittel e Israel, 1991).

    Sin embargo, los modelos conceptuales o paradigmas con los que se explican estas relaciones están siendo objeto de continuas revisiones y transformaciones. En la actualidad nos encontramos con dos importantes paradigmas que orientan la investigación y las estrategias de promoción (Cureton, 1987; Bouchard y cols, 1990) y que denominan Devis y Peiró (1993): a) el paradigma centrado en la condición física, y b) el paradigma orientado a la actividad física. Estos dos paradigmas son herederos de las dos posiciones del debate sostenido por profesionales de la medicina y del ejercicio físico: a) los que defienden el valor de un programa aeróbico de condición física, y b) los que sugieren que la salud puede mantenerse con un programa de actividad física sin alcanzar las metas de la condición física (Devis y Peiró, 1993). .

2.2. La escuela y la educación física en la promoción de la actividad física y la salud de la infancia y la juventud

    En el ámbito de la educación física escolar, la salud apareció como un tema de especial interés en las orientaciones que el Ministerio de Educación presentó para los programas de la asignatura en las enseñanzas medias (B.O.E., 18 septiembre 1987) y, más recientemente, en los distintos Currículos de Primaria y Secundaria a que ha dado lugar la actual reforma del sistema educativo (Devis y Peiró, 1993).

    Mientras la importancia de la actividad física parece ser evidente para los adultos, el papel de la misma en la infancia y la juventud se apoya, fundamentalmente, en la hipótesis de que su participación en actividades físicas aumentará la probabilidad de seguir participando en tales actividades cuando sean adultos (Pate y Blair, 1978; Shephard, 1984; Simons - Morton y cols., 1987). Otros consideran que la disminución de factores de riesgo, como la inactividad, es una consideración importante en sí misma para los niños y niñas porque los niveles en los factores de riesgo de esta población predicen niveles de riesgo en adultos jóvenes (Sallis y McKenzie, 1991; Devis y Peiró, 1993)

    Cuando se habla de niños/as y jóvenes es imprescindible hacer referencia a la escuela como centro clave para la promoción de la salud en estas edades, al menos en los países donde la escolaridad es obligatoria. Si nos referimos a la actividad física en particular, la educación física escolar cobra una especial relevancia (Simons - Morton y cols., 1987; Sallis y McKenzie, 1991).

    La principal razón es que la escuela es el único lugar donde todos los niños/as, independientemente de su proeza atlética, tienen la oportunidad de participar en actividades físicas (Devis y Peiró, 1993).

    Sin embargo, debido al limitado tiempo de que dispone esta asignatura dentro del currículum escolar, la consecución de este objetivo se ve dificultada. De ahí que deba plantearse un trabajo conjunto entre la familia y la comunidad, y buscar estrategias que involucren al profesorado y al alumnado, y a padres e hijos y compañeros (Harris, 1989; Fox, 1991).

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3. Psicología de la salud

    En los últimos años asistimos a un resurgir de las relaciones entre la actividad física y la salud, debido a la creciente preocupación que han despertado los temas relacionados con la salud en la sociedad española de nuestros días. En ello ha jugado un papel fundamental el incremento de las enfermedades cardiovasculares, el apoyo que ha recibido la medicina preventiva y la extensión de un concepto más abierto y dinámico de la salud que se ha orientado a la promoción de ambientes y estilos de vida saludables (Devis y Peiró, 1993).

    Las repercusiones de esta "conciencia social de salud" (Crawford, 1987; Tinning, 1990) se dejaron sentir en la sociedad española de los años ochenta con la aparición de los alimentos integrales, las bebidas light y la popularización del jogging y la gimnasia de mantenimiento.

    A principios de esa década se detecta en Estados Unidos que la falta de ejercicio está involucrada, junto con otros hábitos malsanos, en la génesis de siete de las diez principales causas de muerte en ese país (Rodríguez Marín, 1991). A partir de ese momento, comienzan a estudiarse sistemática y profundamente las relaciones del ejercicio no sólo con los trastornos que podríamos llamar de tipo médico, como las enfermedades cardiovasculares, la obesidad o el cáncer, sino también con los de carácter más psicológico, como la ansiedad, el estrés o la depresión. En este contexto, podemos hablar del ejercicio como un aspecto más de la Psicología de la Salud, pues se presupone, y así parecen corroborarlo muchos estudios (Plante y Rodin, 1990; Biddle y Mutrie, 1991; Willis y Campbell, 1992) que el ejercicio produce efectos saludables, bien previniendo la aparición de trastornos de salud, bien facilitando el tratamiento de los mismos (Blasco, 1997).

El ejercicio desde la perspectiva de la Psicología de la Salud (Blasco, 1997)

4. Ejercicio físico y bienestar psicológico

4.1. Efecto del ejercicio físico sobre el bienestar psicológico

    Las distintas ideas expuestas hasta aquí sugieren una relación positiva entre el ejercicio físico y el bienestar psicológico. Se han propuesto varias hipótesis, tanto psicológicas como fisiológicas, para explicar cómo funcionan los ejercicios físicos sobre el bienestar (Weinberg & Gould, 1996):

Hipótesis de la distracción

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    Consiste en que es la distracción de eventos estresantes, más que la propia actividad, lo que explica la mejora de sensaciones relacionadas con el ejercicio físico. El respaldo a la hipótesis de la distracción procede de los estudios de Bahrke y Morgan (1978).

Hipótesis de las endorfinas

    La hipótesis de las endorfinas es la explicación de base fisiológica más popular sobre las ventajas derivadas del ejercicio físico. No todos los estudios la respaldan, pero el peso de la evidencia parece defendible. El cerebro, la hipófisis y otros tejidos producen diversas endorfinas que pueden reducir la sensación de dolor y producir un estado de euforia. Parece probable que la mejora en el bienestar que sigue al ejercicio físico se deba a una combinación de mecanismos psicológicos y fisiológicos.

4.2. Beneficios psicológicos del ejercicio físico en población clínica y no clínica

    A continuación relacionamos algunos aspectos psicológicos que en población clínica y no clínica son favorecidos por una práctica física asidua:

Adaptado por Weinberg & Gould, (1996) de Taylor, Sallis y Needle (1985).

4.3. Ejercicio físico y depresión

    Hasta el momento, la mayoría de estudios que han investigado la relación entre el ejercicio físico y las disminuciones en los niveles de depresión y ansiedad han sido correlacionales. Si bien, no podemos afirmar de manera concluyente que el ejercicio

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motivó o produjo el cambio en el estado de ánimo, sino más bien que el ejercicio parece estar asociado a cambios positivos en los estados de ánimo (Weinberg & Gould, 1996).

    La inmensa mayoría de las investigaciones que estudian la relación entre ejercicio físico y bienestar psicológico han utilizado los ejercicios aeróbicos. Se ha demostrado que el ejercicio ha de tener la suficiente duración e intensidad para producir efectos psicológicos positivos.

    En definitiva, como señalan Weinberg & Gould (1996), se puede decir que …

Se ha puesto de manifiesto que el ejercicio regular está relacionado con disminuciones de la depresión a largo plazo.

Cuanto mayor es el número total de sesiones de ejercicios, mayor es la reducción de los niveles de depresión.

La intensidad del ejercicio no está relacionada con cambios en la depresión. Cuanto más largo es el programa de ejercicios, mayor es la reducción en los

niveles de depresión. El tiempo total de ejercicio a la semana no está relacionado con cambios en la

depresión.

4.4. Ejercicio crónico y salud mental

    El Instituto Nacional de Salud Mental convocó a un grupo de expertos para discutir las posibilidades y limitaciones de la actividad física para afrontar el estrés y la depresión (Morgan y Goldston, 1987). En lo referente al ejercicio crónico y a la salud mental, el grupo llegó a las siguientes conclusiones:

El estado de forma física está relacionado positivamente con la salud mental y el bienestar.

El ejercicio físico está relacionado con la reducción de emociones vinculadas al estrés, como el estado de ansiedad.

La ansiedad y la depresión son síntomas habituales de fracaso en el afrontamiento del estrés mental, y al ejercicio físico se le ha relacionado con una disminución del nivel - de suave a moderado - de la depresión y la ansiedad.

Por lo general, el ejercicio físico a largo plazo está relacionado con reducciones en rasgos como el neuroticismo y la ansiedad.

Por lo general, la depresión grave requiere tratamiento profesional, lo que puede incluir medicación, terapia electroconvulsiva y/o psicoterapia, con los ejercicios físicos como elemento complementario.

Los ejercicios físicos apropiados se traducen en reducciones en diversos índices de estrés, como la tensión neuromuscular, el ritmo cardíaco en reposo y algunas hormonas relacionadas con el estrés.

La actual opinión clínica sostiene que el ejercicio físico tiene efectos emocionales beneficiosos en todas las edades y géneros.

Las personas físicamente sanas que necesitan medicación psicotrópica pueden hacer ejercicios sin ningún temor si los realizan bajo estrecha supervisión médica.