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Estudio realizado en el marco del Proyecto de la Quinta Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC), coordinado por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) con recursos del Global Environment Facility (GEF), a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). México, 2012. Guía Metodológica para la Evaluación de la Vulnerabilidad ante Cambio Climático Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) Responsable: Víctor Magaña INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGÍA Y CAMBIO CLIMÁTICO

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Estudio realizado en el marco del Proyecto de la Quinta Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC), coordinado por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) con recursos del Global Environment Facility (GEF), a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). México, 2012.

Guía  Metodológica  para  la  Evaluación  de  la  Vulnerabilidad  ante  Cambio  Climático  

Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC)

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)

Responsable:

Víctor Magaña

INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGÍA Y CAMBIO CLIMÁTICO

Informe 3

Guía Metodológica para la Evaluación de la Vulnerabilidad

ante Cambio Climático

elaborado por

Víctor Magaña

(consultor)

para

Instituto Nacional de Ecología

y

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo

México DF

Abril 2013

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Índice

Acrónimos 3

Glosario 4

Resumen 6

Summary 7

i. Consideraciones sobre el uso de la Guía 9 a)¿Para qué una Guía de la Vulnerabilidad ante Cambio Climático? 9 b)¿A quién va dirigida la Guía de Vulnerabilidad? 9 c)¿Qué necesito para hacer un análisis de vulnerabilidad? 10 d)¿Qué hago con el diagnóstico de vulnerabilidad? 10 e) En resumen… 11

1. Elementos para el análisis de la vulnerabilidad al cambio climático 12 1.1 El significado de riesgo ante cambio climático 12 1.2 El riesgo y los desastres 14 1.3 Escenarios de impacto por Cambio Climático 16 1.4 Aproximaciones a la estimación de la vulnerabilidad 18 1.5Elementos para evaluar la vulnerabilidad 21 1.6Historia y tendencias de la vulnerabilidad 23

2.Una Guía o propuesta metodológica para evaluación de la vulnerabilidad ante cambio climático 25

2.1 Indicadores de vulnerabilidad 25 2.2 ¿Cómo elegir indicadores de vulnerabilidad? 26 2.3 Hacia la determinación de la vulnerabilidad y el riesgo 34 2.4Modelo de riesgo ante cambio climático 39 2.5 La determinación del riesgo ante cambio climático 41

3. Ejemplos 42

4. Comentarios finales y recomendaciones 56

5. Pasos a seguir para la gestión integral de riesgos y/o la adaptación al cambio climático 57

6. Referencias 58

3

Acrónimos

CCVI Índice de Vulnerabilidad al Cambio Climático

CENAPRED Centro Nacional para la Prevención de Desastres

CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe

CONAPO Consejo Nacional de Población

EIRD Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres

FOPREDEN Fondo para la Prevención de Desastres Naturales

GEI Gases de Efecto Invernadero

IMCO Instituto Mexicano para la Competitividad A.C.

INECC Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático

IVC Índice de Vulnerabilidad Climática

IPCC Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático

MoMet Modernización del Servicio Meteorológico Nacional

OMM Organización Meteorológica Mundial

ONU Organización de Naciones Unidas

PACMUN Plan de Acción Climática Municipal

PROCAMPO Programa de Apoyos Directos al Campo

PEACC Programa Estatal de Cambio Climático

PIB Producto Interno Bruto

PNUD Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo

PNUMA Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente

REA Real Academia Española

RHA Regiones Hidrológico Administrativas

SEDESOL Secretaria de Desarrollo Social

SIACON Sistema de Información Agroalimentaria de Consulta

SIAP Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera

SAGARPA Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación

4

Glosario

Adaptación: Medidas y ajustes en sistemas humanos o naturales, como respuesta a estímulos climáticos, proyectados o reales, o sus efectos, que pueden moderar el daño, o aprovechar sus aspectos beneficiosos (LGCC, 2012).

Amenaza: Es la manifestación del peligro.

Anomalía climática: La diferencia en más (+) o en menos (-) que se observa en un lugar, respecto a su normal climática. Si es más, se denomina anomalía positiva, se es menos, anomalía negativa.

Cambio Climático: Variación del clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera global y se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos comparables (LGCC, 2012)

Clima: Se suele definir en sentido restringido como el estado promedio del tiempo y, más rigurosamente, como una descripción estadística del tiempo atmosférico en términos de los valores medios y de la variabilidad de las magnitudes correspondientes durante períodos que pueden abarcar desde meses hasta millares o millones de años (IPCC, 2007).

Desastres: Un desastre es un hecho natural o provocado por el ser humano que afecta negativamente a la vida, al sustento o a la industria y desemboca con frecuencia en cambios permanentes en las sociedades humanas, en los ecosistemas y en el medio ambiente (CENAPRED).

Escenarios: Descripción hipotética de lo que podría ocurrir con las variables que determinan las emisiones, absorciones o capturas de gases y compuestos de efecto invernadero (LGCC, 2012).

Escenario Base o Línea Base, Referencia: Es cualquier conjunto de datos contra los que el cambio se mide. Puede ser la línea base actual, en la que se representan las condiciones observables actuales (IPCC, 2007).

Fenómenos meteorológicos extremos: Fenómeno meteorológico raro en términos de su distribución estadística de referencia para un lugar determinado. Aunque las definiciones de ‘raro’ son diversas, la rareza de un fenómeno meteorológico extremo sería normalmente igual o superior a la de los percentiles 10 o 90. Por definición, las características de un estado del tiempo extremo pueden variar en función del lugar (IPCC, 2007).

Gases de efecto invernadero : Aquellos componentes gaseosos de la atmósfera, tanto naturales como antropógenos, que absorben y emiten radiación infrarroja (LGCC, 2012).

Incertidumbre: Expresión del grado de desconocimiento de determinado valor (por ejemplo, el estado futuro del sistema climático). Puede deberse a una falta de información o a un desacuerdo con respecto a lo que es conocido o incluso cognoscible. Puede reflejar diversos tipos de situaciones, desde la existencia de errores cuantificables en los datos hasta una definición ambigua de un concepto o término, o una proyección incierta de la conducta humana (IPCC, 2007).

Indicadores: Magnitud utilizada para medir o comparar los resultados efectivamente obtenidos, en la ejecución de un proyecto, programa o actividad.

Índice: Coeficiente que expresa la relación entre la cantidad y la frecuencia de un fenómeno o un grupo de fenómenos.

Impactos climáticos: Consecuencias de la variabilidad climática y cambio climático en los sistemas naturales o humanos.

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Gestión de riesgo: Es un enfoque estructurado para manejar la incertidumbre relativa a una amenaza, a través de una secuencia de actividades humanas que incluyen evaluación de riesgo, estrategias de desarrollo para manejarlo y mitigación del riesgo utilizando recursos gerenciales.

Peligro: Es una condición de tiempo o clima; generalmente, se representa por la probabilidad de que ocurra un fenómeno meteorológico particular.

Riesgo: Es la combinación del peligro y la vulnerabilidad. Probabilidad de que se produzca un daño en las personas, en uno o varios ecosistemas, originado por un fenómeno natural o antropógeno (LGCC, 2012).

Variabilidad climática: La variabilidad del clima se refiere a las variaciones en el estado medio y otros datos estadísticos (como las desviaciones típicas, la ocurrencia de fenómenos extremos, etc.) del clima en todas las escalas temporales y espaciales, más allá de fenómenos meteorológicos determinados. La variabilidad se puede deber a procesos internos naturales dentro del sistema climático (variabilidad interna), o a variaciones en los forzamientos externos antropogénicos (variabilidad externa) (IPCC, 2007).

Vulnerabilidad: Es el grado al cual un sistema es susceptible e incapaz de hacer frente a los efectos adversos del cambio climático, incluyendo la variabilidad climática y los extremos (IPCC, 2007). Un sistema es vulnerable en la medida en que esté expuesto a un peligro.

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Resumen

El cambio climático puede ser considerado un problema de gestión de riesgo, donde los cambios en la temperatura y precipitación resultan del incremento en la concentración de Gases de Efecto Invernadero (GEI), mientras que la vulnerabilidad surge del modelo de desarrollo y aprovechamiento de los recursos naturales. Para reducir la magnitud del peligro se ha propuesto la reducción de emisiones de GEI en lo que se conoce como mitigación. Para reducir la vulnerabilidad se propone diseñar e implementar estrategias de adaptación al cambio climático. Por ello, hablar de adaptación requiere entender y evaluar la vulnerabilidad a anomalías climáticas.

La vulnerabilidad hace referencia al contexto físico, social, económico y ambiental de una región, sector o grupo social susceptible de ser afectado por un fenómeno meteorológico o climático, y que resulta clave para entender el origen de los desastres. La dinámica de la vulnerabilidad, como elemento multifactorial, debe ser documentada en su pasado reciente y proyectada al futuro para poder hablar de potenciales impactos del cambio climático. Es por ello, que ha sido necesario pasar de la descripción cualitativa a una cuantitativa para priorizar en donde es más necesaria la adaptación. Dado que no existe forma única de calcular la vulnerabilidad ante cambio climático se hace necesario contar con elementos mínimos para evaluarla. Muchos esfuerzos en el mundo van en esta dirección (IPCC, 2012).

La presente Guía contiene recomendaciones que permiten al usuario evaluar la vulnerabilidad ante cambio climático. La metodología propuesta sirve de apoyo para estimar el riesgo y generar escenarios de impactos por cambio climático. La capacidad de analizar las causas de los desastres reconociendo los factores que resultan en vulnerabilidad lleva a identificar también acciones de adaptación cuyos efectos pueden ser proyectados y monitoreados en caso de implementarse. De esta forma la adaptación parte del reconocimiento de que el análisis de los impactos debe seguir una aproximación “de abajo hacia arriba”.

La Guía puede servir de apoyo en la elaboración de los Planes Estatales y/o Municipales de Acción Climática, enfocándose en el diagnóstico de la vulnerabilidad. Aunque no constituye una receta de cómo generar escenarios de impactos, constituye un elemento orientador que estimula la creatividad para proponer esquemas de gestión de

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riesgo ante cambio climático. Para ello, se construyen algunos ejemplos de diagnóstico de vulnerabilidad sin que esto signifique que el problema del sector o la región en la materia, quede resuelto. No es una Guía para la Adaptación a Cambio Climático, ya que la construcción de propuestas en este sentido requiere de un trabajo con actores clave y procedimientos de trabajo de planeación participativa.

Con el cambio climático, el peligro meteorológico está aumentando y dado el incremento en la vulnerabilidad, la condición de riesgo alcanza niveles críticos con mayor frecuencia. Establecer cuánto es mucho o poco riesgo requiere cuantificar los peligros y la vulnerabilidad. A través de la construcción de escenarios de riesgo cuantitativos, los tomadores de decisiones podrán priorizar las acciones de adaptación necesarias para prepararse a un clima diferente al actual.

La propuesta metodológica para evaluar la vulnerabilidad sigue una secuencia lógica de 3 etapas: Diagnóstico, Modelo Conceptual y Validación. El modelo de vulnerabilidad que se construya permite, en combinación con escenarios de peligro, estimar los cambios en el riesgo y con ello abre la oportunidad de gestionarlo desde una perspectiva regional o local. En el proceso, la participación de expertos y actores clave de la región o el sector es recomendable, así como el trabajo con la sociedad de forma que la percepción de ambos se enriquezca con el conocimiento de cada uno.

Summary

Climate change may be considered as a risk management problem. The hazards correspond to temperature and precipitation changes that result from the increase of greenhouse gas concentrations, while vulnerability is related to the development model and the use of natural resources. Mitigation has been proposed as a mean to reduce the magnitude of the hazard. On the other hand, adaptation is aimed at reducing vulnerability. Therefore, adaptation actions require understanding and assessing of vulnerability to climate anomalies.

Vulnerability refers to the physical, social, economic and environmental context of a region, sector or social group that may be affected by weather or climate. Vulnerability is key in understanding the origin of the so-called natural disasters. The dynamics of

8

vulnerability should be described for recent years in order to project it for the coming decades. It is only with vulnerability projections that the future impacts of climate change may be estimated. For this purpose, it is necessary to move from qualitative to a quantitative description of vulnerability, in order to more specifically determine and prioritize adaptation (costs, term, requirements, etc.). There is not a unique way to calculate vulnerability to climate change so; it is necessary to consider a minimum of requirements to evaluate it. Most efforts on these subjects around the world point in this direction (IPCC, 2012).

This Guide contains recommendations to assess vulnerability to climate change as a key step to estimate risk and generate climate change impacts scenarios. The success in analyzing the causes of climate related disasters in relation to vulnerability may serve to identify and propose adaptation actions, whose effects can be projected and monitored if developed. A "bottom up" approximation in the determinations of climate change risk may be more appropriate to define corrective adaptation actions.

The Guide may help in the vulnerability diagnosis required in the development of Climate Action Plan sat the state and municipal level. It is not a recipe to generate impact scenarios, serves to guide in the climate change risk management process based on the creativity of experts in various fields. Some examples on the use of the Guide were constructed to illustrate vulnerability diagnoses. However, specific sector or region problems may be somehow different. This is not a Climate Change Adaptation Guide either, since this requires stakeholder involvement in a participatory planning process. Climate change will modify meteorological threats and vulnerability will change too making risk critical condition be met more frequently. The quantification of hazards and vulnerability is necessary for decision makers to prioritize adaptation actions.

The proposed methodology for assessing vulnerability follows a sequence of 3 stages: 1) Diagnosis, 2) Conceptual Model and 3) Validation. Vulnerability models may then be used with hazard scenarios in order to estimate changes in the risk, opening the possibility to manage it from a regional or local perspective. In the vulnerability assessment process, experts and stakeholders participation from a region or sector is recommended, as well as the society perception.

9

i. Consideraciones sobre el uso de la Guía

a) ¿Para qué una Guía sobre Vulnerabilidad ante Cambio Climático?

Una Guía tiene como finalidad orientar en el camino para alcanzar un objetivo. En ese

sentido, el presente trabajo se compone de recomendaciones que permitirán al usuario

definir una forma de caracterizar la vulnerabilidad ante cambio climático. No se trata de

una receta que determine exactamente las acciones para establecer la componente

vulnerabilidad en forma cuantitativa, sino de orientaciones que apoyen su creatividad. Así,

la Guía permite al usuario hacer uso del conocimiento en el tema de su especialidad para

construir una función de vulnerabilidad que lo llevará a estimar el riesgo ante cambio

climático considerando siempre, que no existe una metodología universalmente aceptada

para tal fin.

La Guía intenta también orientar el interés de instituciones de gobierno y de la sociedad

en general por desarrollar acciones frente al cambio climático, principalmente cuando se

trata de reducir la vulnerabilidad ante fenómenos meteorológicos y climáticos. Lo anterior

parte de que cuando se preguntan ¿qué pasará si la temperatura sube o si llueve menos? Las

respuestas toman por lo general un enfoque naturalista, en donde el peligro de cambios en

el clima genera el impacto, y los desastres se explican sólo por los cambios en el clima, sin

reconocer el papel que tiene el incremento en la vulnerabilidad debido a la actividad

humana.

b) ¿A quién está dirigida la Guía de Vulnerabilidad?

El presente documento está dirigido a especialistas en los campos de las Ciencias

Sociales o las Ciencias Naturales que hayan trabajado con aspectos del riesgo, y que tengan

interés en el cambio climático. El documento da por hecho que poseen conocimientos

básicos sobre el clima, pero primordialmente sobre vulnerabilidad y riesgo. Aquéllos

10

interesados en abordar el tema, pueden iniciar con lecturas básicas como las de La Red

(Blaikie et al., 1996), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2007) o

el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés,

2012). La forma más adecuada de abordar el trabajo de determinar la vulnerabilidad es a

través de un equipo multidisciplinario, lo cual requerirá de al menos un especialista en el

objeto de estudio. Los Programas Estatales de Acción ante el Cambio Climático (PEACC)

en México cuentan con dichos equipos multidisciplinarios y con especialistas en cada tema

que pueden aprovechar el presente documento para realizar una estimación de la

vulnerabilidad.

c)¿Qué necesito para hacer un análisis de vulnerabilidad?

El primer paso está en reconocer la importancia de la vulnerabilidad como elemento

clave para estimar los potenciales impactos del cambio climático, y la necesidad de

cuantificarla a través de datos, es decir, es conveniente pasar del “somos muy vulnerables”

al, “somos vulnerables en X medida”, de manera que se eliminen generalidades o

ambigüedades sobre quién o qué es más vulnerable. En seguida es necesario contar con

conocimiento del objeto de estudio y su dinámica, de forma que se pueda construir un

modelo conceptual sobre su relación con el clima, a lo largo de la historia. Así, se construye

un diagnóstico sobre las causas de la vulnerabilidad y los factores que permitan

caracterizarla para construir proyecciones del futuro cercano.

La capacidad de crear en forma lógica un modelo de vulnerabilidad a través de

indicadores es la parte más importante del proceso. Poner a prueba el modelo de

vulnerabilidad, requerirá estimar el riesgo reciente y comparar con la historia de impactos

cuando se presentan amenazas climáticas por encima de un valor crítico.

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d)¿Qué hago con el diagnóstico de vulnerabilidad?

La claridad en la identificación de la dinámica de los factores de riesgo, y en particular

los que generan vulnerabilidad, permitirá encontrar los elementos que pueden cambiarse

mediante la adaptación. El proceso de diagnóstico e identificación de sectores, regiones o

grupos sociales en condición de vulnerabilidad y riesgo ante cambio climático ofrece una

perspectiva de cómo prevenir impactos negativos mediante la adaptación. La prevención se

convierte así, en política de trabajo en diversos sectores y regiones, tratando de priorizarla

por encima de la respuesta y recuperación del desastre. Una buena gestión de riesgo

preventiva se traducirá en seguridad de las personas y en mejores condiciones para el

desarrollo.

e) En resumen…

La Guía tiene como finalidad orientar en la construcción de diagnósticos y

proyecciones de vulnerabilidad frente a la variabilidad y el cambio climático. Permite

también desarrollar modelos de riesgo a partir de la identificación de los principales

factores que lo generan. La Guía es, por tanto, un elemento de apoyo para el desarrollo de

escenarios de impactos por cambio climático, y sirve para proponer esquemas de trabajo

que lleven a acciones de adaptación, por ejemplo, dentro de los PEACC o de los Planes

Municipales de Acción Climática (PACMUN).

Es importante remarcar que la Guía se enfoca en el problema de la vulnerabilidad, y

sólo trata en forma somera el problema completo de la gestión de riesgo ante cambio

climático, mediante algunos ejemplos. No es una Guía para la Adaptación a Cambio

Climático, ya que la construcción de propuestas en este sentido requiere de un trabajo con

actores clave y procedimientos de trabajo de planeación participativa, temas que no son

considerados en este documento. Por ello, se recomienda recurrir a otras fuentes cuando se

trate de temas que no están contemplados en este documento.

12

1. Elementos para el análisis de la vulnerabilidad al cambio climático

1.1 El significado de riesgo ante cambio climático

a) El peligro y la amenaza climática

En el presente trabajo, el peligro es una condición de tiempo o clima que, cuando se

manifiesta en amenaza, puede inducir efectos negativos en un sistema vulnerable.

Generalmente, el peligro se estima con información meteorológica o climática histórica, y

se representa por la probabilidad de que ocurra un fenómeno meteorológico particular (eg.

ciclón tropical, sequía, etc.). Así, un sistema estará en riesgo ante un peligro, y cuando éste

se convierte en amenaza (Fig.1), el riesgo se puede materializar en impactos. Los valores de

la amenaza y del peligro varían de una región a otra y dependen del fenómeno

meteorológico considerado.

Fig. 1 Ejemplo de caracterización del peligro y la amenaza

Establecer el significado de peligro climático requiere analizar la condición

meteorológica que lleva a un desastre. Por ello, no basta con hablar de cuánto subirá la temperatura o cambiarán las lluvias, sino que es necesario considerar cuánto es mucho o poco cambio en el clima para un sistema determinado.

13

b) La vulnerabilidad La vulnerabilidad da una idea de la sensibilidad de las personas, de los sistemas

económicos y de los ecosistemas, de ser potencialmente afectados. El concepto de

vulnerabilidad, tal como lo describe la Real Academia de la Lengua Española (RAE,

2012),se refiere a la cualidad de vulnerable, es decir a la posibilidad de ser herido o recibir

alguna lesión física o moral. Por otra parte, la Estrategia Internacional para la Reducción de

Desastres (ONU/EIRD, 2004), indica que vulnerabilidad es una “condición determinada

por factores o procesos físicos, sociales, económicos y ambientales, que aumentan la

susceptibilidad de una comunidad al impacto por amenazas”. Para el IPCC (2007;2012) “la

vulnerabilidad es el grado al cual un sistema es susceptible e incapaz de hacer frente a los

efectos adversos del cambio climático, incluyendo la variabilidad climática y los

extremos”. La vulnerabilidad debe analizarse como una condición sistémica, multifactorial,

multisectorial, multitemporal y multiescalar, y al igual que el peligro, la vulnerabilidad es

dinámica.

La exposición es un factor que genera vulnerabilidad, de tal forma que si no hay

exposición a un fenómeno específico no existe riesgo. En el presente documento se trabaja

con el concepto de riesgo, como la combinación del peligro y la vulnerabilidad (Fig.2), y en

este sentido, un sistema es vulnerable en la medida en que esté expuesto a un peligro.

Fig. 2 Diagrama de la estructura del riesgo bajo cambio climático.

(Adaptado de CEPAL, 2000)

PELIGRO(

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Variabilidad(y(cambio(climá.co((

Ges.ón(de(riesgo(y(adaptación(al(cambio(climá.co(

14

Es común el uso de indicadores relacionados con factores físicos, sociales y

económicos para caracterizar la vulnerabilidad. Por ejemplo, el Programa de las Naciones

Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), determinó que la relación entre densidad de

población (factor social) y del Producto Interno Bruto (PIB) (factor económico) puede

proporcionar información para la caracterización de la vulnerabilidad de las personas ante

condiciones climáticas extremas. Los indicadores, convertidos en índices pueden llevar a

una cuantificación de la vulnerabilidad y de su dinámica.

1.2 El riesgo y los desastres

Los desastres pueden considerarse una “materialización del riesgo”, lo que significa

que en ocasiones, éste alcanza niveles por encima de un valor crítico. Explicar un desastre

requiere documentar tanto las características de los peligros como las de la vulnerabilidad,

no sólo considerando el enfoque naturalista que explica el desastre únicamente como la

expresión de las fuerzas de la naturaleza. Dicho enfoque se usó(y algunos aún lo usan), para

generarlos primeros escenarios de impacto bajo cambio climático, construyendo una

imagen del futuro esencialmente a partir de los peligros, sin tomar en cuenta la dinámica de

la vulnerabilidad. Poco a poco se reconoce que la vulnerabilidad es el elemento clave para

poder hablar de impactos, ya que los sistemas y su funcionamiento depende de muchas más

cosas que sólo el clima (eg. Parmesan, 2006).

Establecer cuánto es mucho o poco riesgo requiere cuantificarlos peligros y la

vulnerabilidad. Mediante datos históricos se ha evaluado la probabilidad de ocurrencia de

fenómenos atmosféricos considerados peligro, pero no existe un equivalente para la

vulnerabilidad. Los impactos negativos no se deben sólo al cambio climático, pues pueden

relacionarse con el modelo de desarrollo seguido hasta ahora que genera vulnerabilidad. Si

se desea reducir la probabilidad de impactos negativos por cambio climático, es necesario

reducir su magnitud, pero también la vulnerabilidad. En décadas recientes, los desastres

provocados por fenómenos naturales han aumentado a nivel mundial como resultado

principalmente del incremento en la vulnerabilidad (IPCC, 2012), y sólo en parte por

15

cambios en las características del peligro mismo. Mayor exposición de la población a

fenómenos meteorológicos intensos, resulta en mayor número de desastres.

Las acciones humanas pueden reducir vulnerabilidad aun cuando la exposición

crece. Después del sismo del 19 de septiembre de 1985 en la ciudad de México, la sociedad

y autoridades tomaron medidas para ser menos vulnerable a los sismos, implementando

normas de construcción, una cultura de Protección Civil y políticas públicas encaminadas a

la prevención del desastre (Fig.3). En el caso de los ciclones tropicales, la pérdida de vidas

ha disminuido desde el año 2000, gracias a la puesta en marcha de un Sistema de Alerta

Temprana. Sin embargo, en algunas regiones, los cambios en el uso de suelo han hecho que

la hidrología superficial del país cambie y con ello, regiones como Veracruz o Tabasco

están ante un mayor riesgo frente a lluvias intensas (INE-SEMARNAT, 2012).

Similarmente, la gestión del agua en México hace que las sequías, principalmente en el

norte del país, adquieran dimensiones de desastre. La política de México trata, sin embargo,

de encaminarse a la prevención con el Fondo para la Prevención de Desastres Naturales

(FOPREDEN).

Fig.3 Costos de los desastres asociados a eventos hidrometeorológicos en México (INE-SEMARNAT, 2012).

16

1.3 Escenarios de impacto por Cambio Climático.

Con frecuencia se habla que la prevención es el desastre que no se ve o que no

ocurre. La gestión de riesgo tiene como fin identificar y corregir las causas que lo generan.

Con el cambio climático, el peligro meteorológico está aumentando y dado el incremento

en la vulnerabilidad, la condición de riesgo está alcanzando niveles críticos con mayor

frecuencia. La comunidad internacional propone dos estrategias para reducir la posibilidad

de daños por cambio climático: mitigación y adaptación. La cuantificación del peligro de

cambio climático permite proponer metas de la mitigación de emisiones de Gases de Efecto

Invernadero (GEI) que eviten que el incremento en la temperatura promedio del planeta

supere los 2°C, lo que requiere que la concentración de GEI no sea mayor que 475 ppm

(IPCC, 2007). El segundo aspecto de la reducción de riesgo relacionado con la reducción de

vulnerabilidad, corresponde a la adaptación. Sin embargo, no ha sido fácil establecer las

características de la vulnerabilidad y más complicado aún, establecer metas de reducción de

ésta, pues gran parte de los estudios desarrollados hasta ahora son de tipo cualitativo. Con

escenarios de riesgo cuantitativos, los tomadores de decisiones pueden definir la magnitud

de las acciones necesarias para prepararse a un clima diferente al actual.

Son diversas las formas en que se ha tratado de advertir sobre los riesgos que

implica el cambio climático. La más común es a través de escenarios de impactos,

construidos sin considerar que la vulnerabilidad futura no será igual que la presente. Dicha

aproximación se denomina como de “arriba hacia abajo”, sustentada en la versión

regionalizada de los escenarios de cambio climático globales (Fig.4). Aunque los modelos

del clima tienen habilidad para simular aproximadamente las tendencias de la temperatura a

nivel global e incluso subcontinental (IPCC, 2007), las simulaciones a nivel regional distan

mucho de ser pronósticos (Pielke Sr. et al.,2011). Las tendencias recientes del clima en

México indican un patrón espacial de calentamiento en la mayor parte del territorio, similar

al encontrado en algunos escenarios regionales de cambio climático (Magaña et al., 2012),

pero hay forzantes regionales del clima que requieren consideración especial, para poder

hablar de proyecciones o pronósticos a escalas de décadas (Pielke Sr.et al., 2011). Por

17

ejemplo, para proyectar el clima futuro a nivel regional es necesario incluir el cambio en el

uso de suelo, porque puede alterar el clima local e incluso regionalmente

(McPherson,2007). Un escenario del clima futuro más apropiado para usar la aproximación

de arriba hacia abajo, deberá considerar la suma de la tendencia que resulta del forzante

radiativo, de los forzantes regionales y los procesos de variabilidad natural del clima de

muy baja frecuencia. El sólo considerar los escenarios presentados por el IPCC (2007)

podría llevar a que la proyección a escala regional apuntara en dirección contraria a la

tendencia del clima y a una posible propuesta inapropiada de cómo adaptarse.

Fig. 4 Aproximación de “arriba hacia abajo” para la formulación de escenarios de impactos bajo cambio climático (Adaptado del IPCC, 2012).

Existe otra forma de construir escenarios de impacto del cambio climático que puede

ser más adecuada. Cuando la condición de riesgo y los potenciales impactos se estiman a

partir de las condiciones de vulnerabilidad, sus antecedentes y su proyección a futuro, se

establece un esquema de aproximación de “abajo hacia arriba” para la construcción de

escenarios, que constituye una base más apropiada para proponer medidas de adaptación.

Evaluar  cambios  climáticos  relevantes  de  modelos  climáticos,  downscaling.

Definir  el  problema  y  el  objeto  de  estudio.

Evaluar  impactos  relevantes  basados  en  cambios  climáticos  proyectados.

Diseñar  y  evaluar  opciones  de  adaptación  para  impactos  relevantes.

Evaluar  salidas

Comenzar  con  la  pregunta:  ¿Qué  pasa  con  los  diferentes  escenarios  x,  y,  z?

Utilizar  modelos  de  cambio  climático  ,  escenarios,  impactos,  

evaluaciones,  reportes,  etc.  

18

Por ello, la estimación de los impactos por cambio climático y una adecuada propuesta de

adaptación deben sustentarse en el entendimiento de la vulnerabilidad. Su proyección a dos

o tres décadas, con las incertidumbres inherentes a cualquier escenario futuro, constituye la

base sobre la cual se estima cómo un clima diferente al actual podría afectarnos, siguiendo

lo que se conoce como un “esquema de abajo hacia arriba” (Fig. 5).Mientras que los

escenarios climáticos que siguen la metodología del IPCC sólo proveen información sobre

las probabilidades de cambio en la ocurrencia de las condiciones de peligro por efecto del

incremento en el forzante radiativo, la vulnerabilidad futura se relaciona con lo que se haga

o deje de hacer para reducir los impactos del cambio climático. Bajo la óptica de “abajo

hacia arriba”, la construcción de escenarios de cambio climático a escalas regionales o

locales cede el espacio a los diagnósticos y proyecciones de la vulnerabilidad en un marco

de gestión de riesgo.

Fig.5 Aproximación de “abajo hacia arriba” para la formulación de escenarios de impactos bajo cambio climático (Adaptado del IPCC, 2012).

1.4 Aproximaciones a la estimación de la vulnerabilidad

Iden%ficar*sensibilidad,*umbrales*y*medidas*de*adaptación.*

Iden%ficar*el*contexto,*peligros*y*vulnerabilidad*

Evaluar*la*adaptación*y*las*acciones*contra*los*escenarios*del*cambio*climá%co*

Evaluar*las*opciones*de*adaptación*

Evaluar*salidas*

Comenzar*con*la*pregunta*¿Dónde*se*

localizan*las*sensibilidades,*

umbrales*y*prioridades**considerando*la*

variación*climá%ca?*

U%lizar*proyecciones**de*cambio**climá%co**e*información*relevante**

19

Con frecuencia, las condiciones de vulnerabilidad se estiman con base a la

experiencia de quien las califica, casi siempre de forma subjetiva, ya que no existen

criterios establecidos para su cuantificación. Los trabajos de agencias encargadas de la

protección civil (eg. CENAPRED) o del desarrollo social (eg. SEDESOL) han llevado a

considerar diversas formas de expresar la vulnerabilidad, pero no siempre han logrado

conjuntar los elementos físicos, económicos y sociales en forma dinámica, como para hacer

una proyección cuantitativa a 20 o 30 años, necesaria para estimar el riesgo ante cambio

climático. Cuantificar la vulnerabilidad a cambio climático permite priorizar acciones de

adaptación y darles seguimiento de forma que se demuestre que éstas cumplen su cometido

de reducir el riesgo cuando el peligro aumenta. Son pocos los ejercicios desarrollados que

evalúan la vulnerabilidad para proponer la magnitud de la adaptación que mantenga el

riesgo en niveles tolerables, aun bajo cambio climático. La gestión del riesgo no se limita a

la evaluación de los peligros y la vulnerabilidad, sino que debe incluir su manejo, y para

ello la participación de actores clave y sociedad en general es parte fundamental. Un

esquema adecuado de comunicación del riesgo abre la posibilidad de lograr la aceptación

de las propuestas de adaptación al cambio climático (Fig. 6).

Fig. 6 Elementos para el manejo del riesgo

Evaluación de riesgos Estimación del peligro y vulnerabilidad. Evaluación de la exposición. Caracterización del riesgo.

Comunicación de riesgos Impacto de la gestión. Percepción.

Manejo de riesgos Significado del riesgo. Opciones de gestión del riesgo. Monitoreo y revisión.

20

Algunas aproximaciones desarrolladas hasta ahora para la estimación de la

vulnerabilidad al cambio climático incluyen, el Índice de Vulnerabilidad al Cambio

Climático (CCVI, por sus siglas en ingles) de las poblaciones humanas ante fenómenos

meteorológicos extremos (Fig.7). El CCVI hace referencia a una consideración

fundamental: el fenómeno al cual se es vulnerable.

Fig. 7 Índice de Vulnerabilidad a Cambio Climático, basado en consideraciones de pobreza y desarrollo, considerando eventos extremos (REUTERS, 2011).

DARA, organización dedicada a mejorar la calidad y la eficacia de la ayuda para las

poblaciones vulnerables afectadas por conflictos, desastres y el cambio climático, mantiene

el Monitor de Vulnerabilidad Climática1 como herramienta para evaluar los efectos del

cambio climático. Su objetivo es ayudar a mantener la vigilancia sobre los impactos

actuales y esperados por el cambio climático, promoviendo la comprensión y el debate en

torno a sus crecientes peligros y cómo tratar con ellos. El Monitor de Vulnerabilidad

establece con claridad el carácter dinámico de esta variable.

En México, el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO) ha

propuesto un Índice de Vulnerabilidad Climática (IVC) como herramienta para medir y

1http://daraint.org/climate-vulnerability-monitor/climate-vulnerability-monitor-2012

21

analizar el nivel relativo de riesgo relacionado a fenómenos climatológicos (IMCO, 2012),

al cual se exponen los municipios y zonas metropolitanas del país. El IVC considera

esencialmente el capital humano y social, la calidad de la infraestructura y las tendencias

climáticas que han afectado al municipio en las últimas décadas. En el IVC, el concepto de

vulnerabilidad lleva al análisis de los potenciales impactos de cambio climático, concepto

esencial para poder diseñar y orientar adecuadamente las políticas públicas en materia de

adaptación.

Los modelos-propuesta usados para cuantificar la vulnerabilidad permiten, en

combinación con los escenarios de cambios en el clima, generar escenarios de riesgo con y

sin adaptación, con y sin mitigación, a diversos plazos y con diversos resultados. Contar

con ese “abanico” de posibilidades o de escenarios permite a los tomadores de decisiones

definir cuáles son las acciones de prevención más adecuadas.

1.5 Elementos para evaluar la vulnerabilidad

La vulnerabilidad está caracterizada por la exposición, sensibilidad y capacidad

adaptativa de cada sistema a la variabilidad climática, a los eventos extremos y al cambio

climático (IPCC, 2007). La vulnerabilidad describe un conjunto de condiciones de las

personas o sistemas que derivan de los contextos históricos y culturales predominantes,

sociales, ambientales, políticos y económicos (IPCC, 2012). Con base en las

consideraciones anteriores se establece que:

“La vulnerabilidad es el conjunto de condiciones físicas, sociales y económicas

que inciden en la posibilidad de afectación de las personas, de un sistema social

y/o natural, debido a la ocurrencia de fenómenos naturales, y que están en

relación con su exposición, sensibilidad y capacidad adaptativa”.

Ante cambio climático se requiere estimaciones del peligro y de la vulnerabilidad, y

como toda proyección a futuro, lleva asociado un grado de incertidumbre. Estimarlo es

complicado, pero siempre se espera que la magnitud de la incertidumbre sea menor que la

señal. La estimación de la incertidumbre en los escenarios de vulnerabilidad es difícil y por

22

lo mismo, es un tema poco abordado. Después de todo, la vulnerabilidad futura dependerá

de decisiones humanas difíciles de definir. Se puede generar un abanico de posibilidades de

condiciones de vulnerabilidad futura y su rango reflejará la incertidumbre asociada, de

forma similar a como se trabaja la incertidumbre en las proyecciones del clima.

Para el análisis de la vulnerabilidad a cambio climático se puede seguir una secuencia

en el diagnóstico reconociendo que:

No existe una metodología universalmente aceptada para cuantificar la

vulnerabilidad futura que, en conjunto con proyecciones del clima, permita

estimar el riesgo que se enfrentará bajo cambio climático.

El concepto de vulnerabilidad ha penetrado con fuerza desde hace unos años

en el análisis de los potenciales impactos de cambio climático, convirtiéndolo en

esencial para poder diseñar y orientar adecuadamente las políticas públicas en

materia de adaptación.

La aproximación al problema de establecer la vulnerabilidad debe transitar

por tres preguntas básicas que son:

Vulnerable ¿a qué?,

¿Quién o qué es vulnerable?

¿Por qué es vulnerable?

Vulnerable ¿a qué?;

Condiciona a reconocer la dinámica de los factores de peligro que existen en el entorno y su

relación geoespacial con la población, permitiendo estimar el nivel de exposición, con base

en la proximidad al sitio donde se presente el evento o a las zonas afectables.

¿Quién o qué es vulnerable?;

Lleva a analizar las condiciones de sensibilidad de individuos regiones o sectores, a partir

de la caracterización del objeto de análisis, así como las relaciones que guarda con el

peligro.

23

¿Por qué es vulnerable?;

Es la clave en el diagnóstico de la vulnerabilidad, pues implica el análisis de los factores

que hacen a los sistemas afectables, reconociendo sus capacidades de adaptación.

Para lograr una reducción de las pérdidas que ocasionan los desastres, y para

construir comunidades y regiones con baja vulnerabilidad, es necesario trascender de la

evaluación cualitativa a una cuantitativa, que permita dar seguimiento a las aspiraciones de

desarrollo sostenible (ONU/EIRD, 2004). El enfoque cualitativo es inductivo y se sustenta

en la expansión de los datos o de la información con procesos de investigación

interpretativos, que parten de observaciones no siempre estructuradas, entrevistas abiertas,

revisión de documentos, discusiones en grupo o evaluación de experiencias. Se puede decir

que la evaluación cualitativa de las condiciones de vulnerabilidad no es siempre

consistente, sobre todo cuando al ser desarrollada desde diferentes puntos de vista, lleva a

apreciaciones contrastantes.

El enfoque cuantitativo es deductivo, pretende acotar la información, y se asocia

con experimentos diseñados, encuestas con preguntas cerradas e instrumentos de medición

estandarizados. Establecer las condiciones para desarrollar la evaluación de la

vulnerabilidad con una visión cuantitativa, permite homologar la información obtenida por

diversos investigadores, unificar criterios de medición y calificar objetivamente las

condiciones de vulnerabilidad ante los efectos de los fenómenos naturales. Este enfoque es

el que se recomienda cuando se trata de dar seguimiento a la dinámica de la vulnerabilidad

y de construir escenarios de su condición futura.

1.6 Historia y tendencias de la vulnerabilidad

A diferencia de la evaluación de la vulnerabilidad actual ante variabilidad climática,

construir escenarios de vulnerabilidad bajo cambio climático requiere proyectar a futuro las

condiciones que la generan. Dado que no existen reglas deterministas para el

comportamiento de la sociedad, una estrategia adecuada para su proyección es comprender

la dinámica de la vulnerabilidad a través de la historia. Cualquier extrapolación de una

24

variable conlleva un nivel de incertidumbre que crece conforme se amplía el plazo de la

proyección. Por ello, es recomendable hacer extrapolaciones de los factores de

vulnerabilidad por un plazo equivalente al de su historia. Así, un indicador de

vulnerabilidad con historia de los últimos diez años podría extrapolarse en un plazo

equivalente o mayor considerando el incremento de incertidumbre que esto significa.

La historia de los indicadores de vulnerabilidad permite analizar con qué facilidad

varía el indicador en el tiempo, su tendencia reciente, o la importancia que tiene. La

flexibilidad de los indicadores da una idea sobre el tipo de acción que podría cambiar la

vulnerabilidad en el corto plazo. La tendencia de los indicadores también permitiría

proponer hacia dónde iría la vulnerabilidad si no se implementan acciones de adaptación, lo

que se puede considerar una línea de referencia base. Finalmente, y en caso de que el índice

de vulnerabilidad se construya a través de promedios ponderados de indicadores, se puede

proponer cuál de estos (factores de vulnerabilidad) se considera de más importancia a

futuro.

Los censos de población que caracterizan la condición socioeconómica por región,

los indicadores de desarrollo o de rezago, el monitoreo ambiental relacionado con la

condición de uso o de fertilidad de suelos, de crecimiento urbano, la vigilancia sobre

disponibilidad de agua y su manejo, el seguimiento de los rendimientos agrícolas o de áreas

siniestradas, las estadísticas de las condiciones de salud de la población, entre otras fuentes

de datos, tienen una historia reciente con información periódica que permite construir

indicadores, su historia y sus tendencias. Es claro que la tendencia proyectada a un muy

largo plazo tendrá mucha más incertidumbre que a un corto plazo. Por ello, los indicadores

con gran flexibilidad tendrán un horizonte de proyección más corto que aquéllos que son

muy rígidos. Por ello se sugiere que las proyecciones de vulnerabilidad se trabajen a una o

dos décadas, lo cual coincide con las tendencias del IPCC de analizar impactos del cambio

climático a corto plazo (IPCC, 2007); o a un plazo mayor considerando el incremento de

incertidumbre. En el caso de la medida de los impactos se debe pensar en datos que midan

el daño, como son porcentaje de hectáreas siniestradas, número de personas afectadas, o

pérdidas económicas. La disponibilidad de este tipo de datos para años recientes será

esencial para analizar la historia del riesgo y de los impactos.

25

2. Una Guía o propuesta metodológica para evaluación de la vulnerabilidad ante cambio climático

2.1 Indicadores de vulnerabilidad

El proceso de generar información a partir de datos crudos requiere de experiencia y

conocimiento del campo. Los científicos sociales y naturales, o cualquier otro especialista,

usan su conocimiento del tema para generar modelos conceptuales de cómo funciona un

sistema, a partir de un razonamiento lógico y/o de la experiencia ganada en la interacción

con otros especialistas y actores clave. La calidad del modelo conceptual se pone a prueba

al tratar de explicar situaciones de la realidad reciente. En este sentido, se puede trabajar en

un contexto de análisis multicriterio, esta herramienta de toma de decisiones fue

desarrollada para problemas complejos que incluyen aspectos cualitativos y/o cuantitativos

en el proceso de toma de decisiones.

Para muchos, el pensar en la importancia que el clima tiene como factor de peligro en

un sistema socioambiental conlleva no sólo la construcción del modelo conceptual, sino

también la evolución hacia un modelo cualitativo con diversos factores para explicar

procesos. Es común que de la conceptualización del sistema se pase a un modelo

cuantitativo en donde se expresa la importancia de los factores. Cuando se cuantifica algo,

se está traduciendo o convirtiendo algún fenómeno en valores concretos. Lo anterior

implica la necesidad de medir bajo ciertas reglas, en donde el funcionamiento de un

proceso se caracteriza a través de parámetros y relaciones funcionales. Elegir los

parámetros adecuados y construir dichas relaciones es parte del trabajo necesario en la

cuantificación de la vulnerabilidad. Para ello se requiere establecer de manera sencilla y

objetiva los factores que generan vulnerabilidad, como son las características del entorno o

las condiciones físicas, socioeconómicas y ambientales del sistema bajo análisis que hacen

referencia a su nivel de exposición, su sensibilidad y su capacidad de respuesta.

Dentro de los factores de vulnerabilidad se puede identificar aquéllos de carácter

objetivo y otros subjetivos que le otorgan un papel fundamentalmente explicativo a los

cuestionamientos previos “qué o quién”, al “qué”, y al “por qué”. Existen diversas

26

metodologías para evaluar la vulnerabilidad, la mayoría de las cuales se basan en el uso de

indicadores (Mendoza et al., 1999), que con frecuencia están relacionados con las

características del peligro (¿a qué?) (Mosset al., 2000; Connor y Hiroki, 2005), y con

factores como la escala de análisis, las características específicas de la región o el sistema

(¿qué o quién?) (Fowleret al., 2003; Sullivan y Meigh, 2005).

Los indicadores sirven para ordenar y sistematizar información para la

planificación, evaluación y toma de decisiones, y permiten constituir sistemas de

información que dan cuenta de las características cuantitativas de un ámbito institucional,

económico, geográfico, cultural, educativo, etcétera. Se construyen a partir de datos de

censos de contextos regionales, nacionales o supranacionales. Los indicadores son por ello,

datos cuantitativos producto de los procedimientos establecidos por el investigador, quien

genera resultados que todos pueden observar de la misma manera.

2.2 ¿Cómo elegir indicadores de vulnerabilidad?

Un aspecto esencial para la selección de los indicadores es comprender las causas

del por qué una región, sector o grupo social es vulnerable a un cierto peligro. En principio,

habría un gran número de indicadores que reflejen la vulnerabilidad. Se recomienda contar

con una batería de indicadores relacionada con aspectos: físicos, económicos y sociales.

Para el caso de vulnerabilidad ante cambio climático, es conveniente que el indicador

describa aspectos del sistema modificables para que de esta manera, se abra la posibilidad a

propuestas de adaptación. Por otro lado, el indicador debe ser suficientemente sensible para

reflejar cambios en el sistema. La falta de una “receta precisa” para la elección de los

indicadores de vulnerabilidad estimula la creatividad, basándose en el conocimiento del

sistema y en un deseo de entender sus procesos y relaciones con el clima.

Una vez que se elija las causas de la vulnerabilidad, es decir que se elabore un

modelo conceptual, habrá que trabajar en la búsqueda de datos con los cuales construir

indicadores. Con frecuencia es necesario recurrir a proxis para inferir el comportamiento

del factor de vulnerabilidad y del sistema mismo. Por ejemplo, la condición económica de

27

la familia o de una vivienda puede ser usada como proxi para medir el acceso a un servicio

que puede reducir vulnerabilidad (eg. acceso a aire acondicionado). Con operaciones

aritméticas simples, los datos crudos se pueden convertir en indicadores, es decir, valores

normalizados y que, promediados con otros resulten en índices de vulnerabilidad (Fig. 8).

Fig. 8 Nivel de agregación de la información para la construcción de índices a partir de indicadores y de datos crudos (Cendrero, 1997).

En el caso de indicadores de vulnerabilidad al cambio climático es conveniente

seleccionar sólo unos cuantos, pues se requiere considerar, tanto su historia, como

desarrollar proyecciones. Entre mayor sea el número de indicadores que se escoja, mayor

será la incertidumbre en la proyección. Eventualmente, se puede realizar una priorización

de los indicadores que lleve a una ponderación al momento de combinarlos en un índice.

Supóngase que el índice de vulnerabilidad resulta de los factores físico (eg. material de la

casa), social (edad de los habitantes) y económico (ingreso familiar). El promedio

ponderado podría dar más importancia a la edad de los habitantes que al ingreso familiar o

que al material de la casa. Entonces, el índice seria:

Índice de vulnerabilidad = 0.6 * factor social + 0.3 * factor económico + 0.1 * factor físico

como promedio ponderado de tres factores.

28

a) El dominio del objeto de estudio

Caracterizar el peligro requiere de conocimiento del tiempo y del clima de una

región. En este contexto se debe definir el dominio espacio-temporal del análisis y las

capacidades de prevención existentes enfocadas a reducir la vulnerabilidad. El Centro

Nacional para la Prevención de Desastres (CENAPRED), así como el Instituto Nacional de

Ecología y Cambio Climático (INECC) han presentado diagnósticos de los principales

peligros meteorológicos y climáticos que enfrentan los estados del país. Algunos estados

también han identificado en su Programa Estatal de Acción ante el Cambio Climático los

mayores peligros climáticos que resultan en desastres, considerando no sólo los actuales,

sino incluso algunos fenómenos que podrían serlo bajo cambio climático.

México es frecuentemente afectado por condiciones extremas de tiempo y clima,

con gran diversidad de escalas espacio-temporales (Fig. 9). Para el diagnóstico de los

fenómenos que afectan al sistema o sector de interés es necesario definir qué indicadores o

qué información se requiere para construir valoraciones dinámicas del riesgo. La definición

de la escala espacial del objeto de estudio o resolución espacial con que se caracterice la

vulnerabilidad quedará definida, entre otras cosas, por el tamaño del fenómeno considerado

peligro (eg., ciclón tropical, sequía, etc.), del área expuesta (eg. una ciudad, la

infraestructura costera, entre otros.), así como del alcance o dominio de acción de las

autoridades (eg. municipio, región hidrológica administrativa, etc.). Sin embargo, es común

que se tenga que hacer un ajuste de la resolución espacial usada en la estimación de la

vulnerabilidad, dependiendo de la disponibilidad y las características de los datos.

Tradicionalmente se ha pensado en el peligro de cambio climático a través de

proyecciones en los valores medios de temperatura y precipitación. Sin embargo, el peligro

corresponde a la probabilidad de que ocurra un fenómeno con suficiente magnitud como

para causar daño a un sistema vulnerable. Los escenarios de cambio climático deben

corresponder a cambios en dichas probabilidades por el efecto de calentamiento del

sistema, y es precisamente este tipo de información la que debe usarse en el cálculo del

riesgo. Bajo esta óptica, son los valores extremos los que mayor información aportan sobre

el peligro. Por ejemplo, las temperaturas máximas superiores a 40ºC por más de 5 días

consecutivos constituyen el peligro que aumenta el riesgo de incendios forestales. Un

29

recuento de los últimos 30 años de este peligro en alguna región del norte de México indica

que entre 1970 y 1979 sólo existía 7% de probabilidad de ocurrencia de esta condición por

año. Entre 1980 y 1990 la probabilidad del peligro aumentó a 9% y hacia la última década

alcanza el 12%. Esto indica que el peligro se ha venido incrementado.

Fig. 9 Escalas de espacio-tiempo de fenómenos atmosféricos

No todos los cambios en el clima local se deben al efecto de los GEI. El aumento en

la actividad e intensidad de las tormentas puede ser un fenómeno que se asocia con

forzamientos locales, tal y como sucede en la ciudad de México, donde la urbanización ha

cambiado el ciclo hidrológico del valle de México. La gestión de riesgo de estos peligros se

realiza considerando la dimensión espacial del peligro, pero también la extensión de las

regiones expuestas. La reducción de la vulnerabilidad mediante ordenamientos territoriales

requiere medidas a nivel municipal, pero en el marco de una acción conjunta con

municipios vecinos con el fin de restaurar o rehabilitar toda una región, por ejemplo, una

subcuenca. Fenómenos como la sequía, por otro lado, ocurren en una extensión muy

amplia, a veces subcontinental, y la gestión del agua puede ser a nivel de región hidrológica

administrativa, tanto por la dimensión del peligro como por la de la respuesta requerida. Por

Tamaño    104  km    

             

 103  km    

             

 102  km    

             

 10  km    

             

 1  km    

             

Tiempo                   1  día   1  semana   1  mes   1  año   10  años   décadas  

 

 

Tormentas  intensas  

 El  Niño,  Monzones  intensos,  sequía  

Ciclones  tropicales  y  de  latitudes  medias  Marea  de  tormenta  

Ondas  de  Calor    

Ondas  de  Frío  

30

ello, las escalas espaciales de los fenómenos que están cambiando van de unos cuantos

kilómetros a cientos o miles de kilómetros.

La elección de la resolución y extensión espacial para definir

vulnerabilidad dependerá tanto del peligro considerado, como del área

expuesta y el dominio de la gestión para reducirla.

Cuando se trata de un sector económico, la dimensión espacial en el diagnóstico de

la vulnerabilidad puede pasar a segundo término, ya que dependen en mayor medida de

infraestructura expuesta, factores económicos y políticas administrativas a nivel federal o

estatal (multifactorial). Así por ejemplo, la industria del turismo de playa, amenazada por

ciclones tropicales y mareas de tormenta más intensas, puede requerir de políticas

particulares en materia de protección civil.

En el caso de los grupos sociales la extensión espacial para el cálculo de la

vulnerabilidad puede estar asociada a los asentamientos humanos y sus características de

edad, género, ingreso u ocupación. Por ejemplo, la distribución de vulnerabilidad frente a

ondas de calor, puede no sólo ser función de la región afectada, sino del porcentaje de

población con una cierta actividad, edad y acceso a servicios de confort climático.

Aunque ciertas regiones pueden compartir características físicas y sociales

comunes, los valores de la vulnerabilidad de un sistema o sector pueden cambiar

dependiendo de la percepción del riesgo. Con frecuencia, dicha caracterización de la

vulnerabilidad se hace para ciudades o poblados específicos, lo que imprime una dimensión

espacial referida al entorno urbano. Dado que la vulnerabilidad es dinámica, se recomienda

contar con más de una evaluación en el tiempo de la percepción de la vulnerabilidad.

El fin último de la cuantificación de la vulnerabilidad ante cambio climático

es que, en combinación con la información sobre el peligro, resulte en una

estimación del riesgo que permita su gestión mediante estrategias de

adaptación.

31

b) Recomendaciones previas a la aplicación de la Guía

Cuando se trata el caso de cambio climático se debe pensar en la vulnerabilidad que

se tendrá cuando los cambios sean significativos como para llevar a una condición de

riesgo alto o intolerable. Es aconsejable recurrir al pasado reciente para conocer cuáles han

sido las tendencias de cambio en la sociedad que han construido o reducido la

vulnerabilidad. Con base en lo anterior, se puede pensar en estrategias de la evaluación de

la vulnerabilidad:

1. Basadas en el uso de indicadores que permitan estructurar un índice cuantitativo

de evaluación de la vulnerabilidad.

2. Construidas con pocos indicadores relevantes para evaluar aspectos físicos,

económicos y sociales (percepción).

3. Con indicadores basados en la dinámica histórica, que permitan estimar

tendencias y valorar la flexibilidad de la vulnerabilidad para poder proyectarla a

futuro en plazos equivalentes al registro de los datos disponibles, o mayores

considerando la incertidumbre.

4. Que puedan ser evaluadas en su estructura dinámica con el pasado reciente de los

desastres en un contexto de riesgo.

Pocos indicadores, pero relevantes, reducen la incertidumbre de la estimación de la

vulnerabilidad futura y con ello generan confianza en los escenarios de impacto con y sin

adaptación. Se debe seguir un procedimiento crítico al momento de seleccionar los

indicadores para caracterizar la vulnerabilidad, revisando algunos elementos de la

información utilizada (Tabla 1).

Dentro de los factores de vulnerabilidad se pueden identificar los de carácter

objetivo y otros subjetivos que le otorgan un papel fundamentalmente explicativo al qué, el

cómo y el por qué. En este contexto, para el análisis de la vulnerabilidad, habrá que tomar

en cuenta las características y las condiciones previas, en lo general y en lo particular, que

prevalecían en el sistema que se está evaluando, tanto presentes como esperadas, así como

las condiciones de frontera.

32

Tabla 1. Características y algunos elementos a considerar en la construcción de los indicadores

Características Elementos referidos Elementos considerados ¿Qué se mide? Variables utilizadas para el

indicador. Criterios y reglas. Parámetro fuente: población, ingreso, uso de suelo, etc.

¿Qué caracteriza o a qué hace referencia?

Aspectos físicos, económicos y sociales de la vulnerabilidad.

Disponibilidad de datos y calidad.

Prioridad y sensibilidad

Importancia en el cálculo del índice de vulnerabilidad.

Explicar parte de los impactos.

Normalización de los indicadores

Indicador entre 0 y 1. Operación aritmética simple.

¿Por qué es útil la medición?

Se refiere a una acción que genera vulnerabilidad.

Proceso de la dinámica de una región o sector.

¿Cómo se mide? Formas de medir. Censos, monitoreo, encuestas, etc.

Desglose Elementos usados para construir el indicador.

Género, edad, actividad, etc.

Como factores de vulnerabilidad se deben considerar el estado físico del sitio o

región, uso, vocación, grado de antropización, biodiversidad, actividades productivas y

relaciones espacio-temporales con los fenómenos naturales considerados peligro. Desde el

ámbito socioeconómico, se tienen que analizar, entre otras cosas, la densidad de población

y su distribución, la dinámica demográfica, el ingreso de la población, condición social,

nivel de escolaridad y acceso a servicios.

Se recomienda que las fuentes de datos crudos que permiten la construcción de

indicadores sean las agencias de gobierno u organismos oficiales internacionales (Tabla 2).

Los censos de población, los censos económicos, y el seguimiento que las secretarías de

estado dan al comportamiento de una rama de la actividad económica, son fuentes de datos

crudos a partir de los cuales se pueden construir indicadores. Algunas publicaciones

periódicas (eg. Estadísticas del Agua en México de CONAGUA) recopilan año con año el

comportamiento de un sector y presentan indicadores que con frecuencia sirven para

representar aspectos de la vulnerabilidad.

33

Tabla 2. Fuentes de datos crudos para evaluar la vulnerabilidad.

FUENTE DE DATOS

TIPO DE INFORMACIÓN

INEGI Datos socio-demográficos y económicos a escala municipal, con periodicidad de cinco años http://www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx Censos Económicos http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/espanol/proyectos/censos/ce2009/default.asp?s=est&c=14220

CONEVAL

Índice de pobreza, con periodicidad de dos a cinco años

http://www.coneval.gob.mx/cmsconeval/rw/pages/medicion/Pobreza_2010/Program

as_de_calculo.es.do

CONAPO Índice de marginación, con periodicidad de cinco años

http://www.conapo.gob.mx/es/CONAPO/Indices_de_Marginacion_2010_por_entid

ad_federativa_y_municipio

PNUD Índice de Desarrollo Humano (cinco años)

http://www.undp.org.mx/desarrollohumano/disco/index.html

CONAGUA Información del agua (frecuencia anual)

http://www.conagua.gob.mx/atlas/

CONABIO Datos de uso de suelo (10 años aproximadamente) y biodiversidad http://www.conabio.gob.mx/informacion/gis/

SAGARPA-

SIACON

Índice de comportamiento del sector agrícola y pecuaria

http://www.siap.gob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=181&It

emid=426

ECONOMÍA Censos Económicos ver INEGI

http://www.inegi.org.mx/

CENAPRED Condiciones de vulnerabilidad. Conteo de daños y desastres http://www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=105&Itemid=150

CONANP Áreas Naturales Protegidas (condición). Monitoreo ambiental.

https://simec.conanp.gob.mx/indexG.php

Gobiernos estatales y

municipales

Condiciones locales y contingencias

http://www.proteccioncivil.gob.mx/en/ProteccionCivil/Fonden

DesInventar Características de los desastres

http://online.desinventar.org/

SHCP Finanzas Públicas Nacionales

34

http://www.shcp.gob.mx/Paginas/default.aspx

FONDEN Aspectos sobre los recursos asignados a los desastres naturales

http://proteccioncivil.gob.mx/en/ProteccionCivil/Recursos_Autorizados_por_Declar

atoria_de_Desastre

http://www.gobernacion.gob.mx/es/SEGOB/Recursos_destinados_a_desastres_por_

Estado

FOPREDEN Información sobre la prevención de desastres naturales.

http://www.proteccioncivil.gob.mx

BANCO

MUNDIAL

Información internacional en aspectos económicos, energéticos, financieros, etc.

http://data.worldbank.org/news/eatlas-of-global-development-released

FAO Información estadística mundial en materia de agricultura y alimentación.

http://faostat.fao.org/

CEPAL Estadística socio-económica y ambiental de América Latina y el Caribe

http://www.eclac.org/estadisticas

2.3 Hacia la determinación de la vulnerabilidad y el riesgo

Con base en los razonamientos y consideraciones anteriores es posible construir una

propuesta de flujo de acción para la cuantificación de la vulnerabilidad que permita, en

combinación con escenarios de peligro, estimar los cambios en el riesgo (Fig. 10). Los

elementos considerados podrían seguir las etapas: Diagnóstico, Modelo Conceptual y

Validación.

DIAGNÓSTICO

-Definir el objeto de estudio (región, sector, grupo social)

Se establece cuál va a ser el objeto de estudio, sea una región, un grupo social, o un

sector económico. Se establece el dominio y la resolución espacial con que puede definirse

sus características, es decir, mediante criterios de selección de escala y capacidad de acción

para reducir vulnerabilidad.

35

-Determinar los fenómenos climáticos que han causado o que se espera tengan un

impacto negativo

Se consideran los fenómenos que inciden sobre el objeto de estudio de tal manera

que provocan efectos negativos sobre él. Es posible recurrir a información de datos

oficiales que reflejen los impactos de fenómenos climáticos en aspectos del funcionamiento

del sistema, por ejemplo, informes de CENAPRED, o de los organismos oficiales de un

sector o de un estado.

-Analizar las causas de los desastres desde el punto de vista de lo que se ha hecho o

dejado de hacer

Este es un paso muy importante porque responde a la pregunta: ¿por qué es

vulnerable? Requiere de una reflexión sobre los potenciales factores que han hecho y hacen

a un sistema sujeto de daños. La relevancia del factor se pone a prueba preguntando ¿cómo

se ha comportado este factor o factores en el tiempo? El análisis con expertos en el campo

permitirá establecer si el factor es relevante. La cuantificación y relación funcional con los

impactos en el sistema es necesaria. Por ejemplo, los impactos de las anomalías climáticas

en la agricultura pueden ser medidos con indicadores como el área siniestrada. Los factores

que generan vulnerabilidad pueden ser relacionados con la pérdida de fertilidad, la poca

variedad de opciones de cultivos, o los reducidos apoyos al campo para acciones de

prevención.

MODELO CONCEPTUAL

-Buscar información que cuantifique los factores de vulnerabilidad y que permita

caracterizar las causas de la vulnerabilidad (datos crudos).

A partir de la identificación de los factores que provocan vulnerabilidad, se procede

con la búsqueda de datos relacionados. Se consultan bases de datos con información

histórica y actual, de fuentes oficiales preferentemente, considerando la caracterización de

los indicadores como se sugiere en el Tabla 1.Los factores (datos) seleccionados

constituyen la base con la que se construye el modelo conceptual de vulnerabilidad que

36

describe los procesos por las cuales un peligro climático puede generar riesgo, aumentando

la probabilidad de desastre.

-Construir indicadores de vulnerabilidad, normalizados con historia reciente.

De los datos crudos, se procede a construir indicadores normalizados usando

operaciones aritméticas simples. Se recomienda usar por lo menos un indicador para

representar los factores físicos, sociales y económicos de la vulnerabilidad. Antes de

combinarlos en un índice de vulnerabilidad, los indicadores pueden ser ponderados de

acuerdo a criterios ad hoc (eg., conocimiento de cómo se ha actuado para cambiarla), o a

las expectativas de acción en materia de gestión de riesgo (eg, propuestas de políticas

públicas). Su historia reciente (5 a 20 años) se grafica para analizar su flexibilidad, y para

tratar de identificar las acciones que resultan en cambio del comportamiento del indicador.

Con la tendencia del indicador en el pasado reciente, se analiza si la vulnerabilidad

está aumentando o disminuyendo, y en qué medida esto puede estar resultando en impactos.

La tendencia puede extrapolarse a un periodo equivalente al de la historia misma (dos o tres

décadas) o más con la incertidumbre que esto conlleva, para contar con una primera

aproximación de la condición de vulnerabilidad futura. Del conjunto de indicadores, su

historia, flexibilidad y proyección futura se establece su importancia individual que permita

una ponderación para obtener un índice de vulnerabilidad.

-Obtener un índice de vulnerabilidad.

Los indicadores de vulnerabilidad pueden ser ponderados al momento de construir

un índice. Entre mayor importancia tenga el factor, más peso tendrá en el índice de

vulnerabilidad. En la construcción de los índices de vulnerabilidad futura, los pesos

asignados a los indicadores pueden variar dependiendo de las propuestas de adaptación.

-Análisis comparativo entre regiones o grupos para establecer una escala de

vulnerabilidad

En esta etapa se establece cuál es el nivel de vulnerabilidad regional o de grupos,

con el fin de determinar los rangos existentes en la actualidad, cómo han venido

cambiando, y cómo pueden cambiar en el futuro cercano. El rango de 0 a 1 para el índice de

37

vulnerabilidad puede dividirse en tres e interpretarse por niveles bajos, medios y altos. Se

debe recordar que la vulnerabilidad per se no es reflejo de impactos, pues éstos surgen de

considerar la probabilidad de que se presente el evento al cual se es vulnerable. Una región

puede ser altamente vulnerable a ciclones tropicales, pero la probabilidad de que se

presente este peligro es tan baja, que el riesgo es bajo y por ello, la posibilidad de desastre

es baja. Sin embargo, en zonas donde se han presentado afectaciones por un fenómeno

particular se deben establecer las causas (vulnerabilidad) y ver si el modelo construido

explica el comportamiento de los impactos.

VALIDACIÓN DEL MODELO

- Validar el modelo de vulnerabilidad (Modelo de Riesgo)

Con base en la dinámica histórica del riesgo, calculado a partir de la probabilidad

del peligro y el índice de vulnerabilidad, se debe mostrar que el modelo de riesgo explica

parte de la actividad de impactos observados recientemente. Por ello, la valoración del

riesgo requiere que se cuente con cuantificaciones de la probabilidad de ocurrencia del

peligro (eg., onda de calor, sequía) por periodos mayores a la duración del fenómeno (años,

décadas, entre otros.). De forma similar, se requiere contar con un indicador de los

impactos de la amenaza, usado como medida de la severidad del impacto (porcentaje de

hectáreas de cultivo siniestrado, número de personas afectadas, etc.).

Si el modelo de la vulnerabilidad en combinación con el peligro resulta en episodios

de riesgo alto que coinciden con la ocurrencia de impactos negativos, se puede considerar

que los indicadores elegidos son adecuados. En caso afirmativo, se puede proceder a hacer

proyecciones de vulnerabilidad tendencial o con adaptación, usando escenarios de cambio

climático (de cambio en la probabilidad del peligro), construir proyecciones de riesgo y de

probabilidad de impacto. En caso de que el modelo de vulnerabilidad se considere

inadecuado, se debe regresar a revisar las causas y los datos usados para caracterizarla, y

proceder a una re-evaluación del riesgo.

38

-Proyectar tendencialmente los indicadores de vulnerabilidad (escenario de referencia).

Se trabaja con los indicadores, cambiando la ponderación (que refleje cambios

esperados en los factores de vulnerabilidad) hasta obtener un modelo que proyecte una

condición futura para obtener un posible resultado de acuerdo a cambios en las causas

(indicadores). La proyección de vulnerabilidad con cambio climático requiere hacer

estimaciones cuantitativas de la reducción de vulnerabilidad por una acción específica. Esto

requiere conocimiento de los efectos que tiene la gestión de riesgo, en este caso, por

adaptación al cambio climático.

-Considerar acciones de adaptación que modifiquen los indicadores para obtener

escenarios alternativos de vulnerabilidad futura.

Una vez que se “juega” con esos indicadores, se puede establecer las acciones que

mejores resultados presentan para reducirla vulnerabilidad (Fig.10).

Fig. 10 Flujo de acciones para la determinación de la vulnerabilidad a cambio climático.

Validación)del)modelo)

Definir'el'objeto'de'estudio'(región,'sector,'grupo'social)'¿qué%o%quién?%

Revisar'los'fenómenos'climá=cos'que'han'causado'o'que'se'espera'causen'más'desastres'¿a%qué?%

Analizar'las'causas'de'los'desastres'desde'el'punto'de'vista'de'lo'que'se'ha'hecho'o'dejado'de'hacer'¿por%qué?%

Información'que'cuan.fique%la%vulnerabilidad%y'caracterice'las'causas'de'los'desastres'(datos%crudos)%

Construir%indicadores'de'vulnerabilidad,'normalizados'y'con'historia'reciente.'

Obtener'un%índice%de%vulnerabilidad%mediante'indicadores'ponderados.'

Realizar'un'análisis%compara.vo%entre'regiones'o'grupos'para'establecer'la'escala'de'la'vulnerabilidad.'

Proyectar%los'indicadores'de'vulnerabilidad'a'20'o'30'años'(escenario'de'referencia)'

Iden=ficar'acciones'de'adaptación'que'modifiquen'los'indicadores'para'obtener'escenarios%alterna.vos%de%vulnerabilidad%futura%

Validar%el%modelo%de%vulnerabilidad%con'la'historia'reciente'del'riesgo'y'los'impactos.'

¿El'modelo'de'riesgo'describe'los'impactos'recientes?'

Diagnós0co) Modelo)conceptual)

si#

no)

Modelo'de'riesgo'

39

Es difícil hacer una valoración directa de la vulnerabilidad por lo que se debe

recurrir a una estimación completa del riesgo para analizar su representatividad como

referente de los impactos por fenómenos naturales. A continuación, se presenta una

propuesta de evaluación del riesgo en el pasado reciente, para de esta forma revisar la

conveniencia de usarlo en proyecciones o generación de escenarios de impacto con el

modelo de vulnerabilidad y de peligro.

2.4 Modelo de riesgo ante cambio climático

El modelo de vulnerabilidad sólo cobra relevancia si refleja las causas que hacen a

un sistema afectable ante una condición anómala del clima. La construcción de un modelo

de riesgo implica combinar el índice de vulnerabilidad con la probabilidad del peligro y

comparar los máximos con los registros de impactos. Así, es importante definir el indicador

de impacto y construir una serie reciente que muestre una relación funcional como la

esperada teóricamente. Considerando la dinámica del peligro y la vulnerabilidad, se

determina que los cambios en cada uno llevan a cambios en el riesgo (Fig. 11). Bajo esta

perspectiva, incrementar la vulnerabilidad (Fig.11a), el peligro (Fig.11b) o ambos (Fig.11c)

producen cambios en el riesgo. Los impactos negativos ocurren cuando se rebasa un nivel

de riesgo crítico. El reto frente a cambio climático es que, de no actuar en materia de

adaptación, peligro y vulnerabilidad aumentarán la frecuencia con que se rebasa el riesgo

crítico y harán más frecuentes o intensos los impactos.

Para un diagnóstico del riesgo se parte del establecimiento de valores para peligro y

vulnerabilidad, en el momento actual y el pasado reciente. El riesgo puede estimarse como

el producto de la vulnerabilidad por el peligro. En el segundo paso, este diagnóstico es

proyectado con las probabilidades de situación ante cambio climático sin tomar medidas de

adaptación, es decir, se proyecta el comportamiento de la vulnerabilidad tendencial, los

cambios en la probabilidad del peligro climático y, al igual que en el diagnóstico, se

multiplica la vulnerabilidad por el peligro para obtener la proyección del riesgo ante

cambio climático sin medidas de adaptación.

40

a) b)

c)

El ejercicio anterior se puede realizar en una situación donde se adopten medidas de

adaptación ante cambio climático, las cuales se manifiestan a través de los indicadores de

vulnerabilidad y por tanto, del índice de vulnerabilidad. El resultado de la nueva evaluación

del riesgo se compara con la condición sin adaptación y se analiza el efecto que tiene la

reducción de la vulnerabilidad. Se pueden generar tantos escenarios de riesgo cómo

propuestas de adaptación. Al obtener las diferencias entre las distintas situaciones se tienen

rangos (umbrales) de riesgo que pueden dar origen a una “semaforización”, es decir, un

sistema de parámetros que indican cuando el comportamiento de algunos de los factores del

riesgo son: aceptables, críticos y muy críticos. A continuación, se detalla el procedimiento.

RIESGO

PELIGROVULNERABILIDAD

NIVEL  DE  IMPACTO

NIVEL  DE  RIESGO  CRÍTICO

RIESGO

PELIGRO

VULNERABILIDAD

NIVEL  DE  IMPACTO

NIVEL  DE  RIESGO  CRÍTICO

RIESGO

PELIGRO

VULNERABILIDAD

NIVEL  DE  IMPACTO

NIVEL  DE  RIESGO  CRÍTICO

Fig. 11 Diagrama de cambios en el tiempo del riesgo climático (línea negra) como consecuencia de la tendencia de: a) la vulnerabilidad (línea roja), b) el peligro (línea azul) y c) el peligro y la vulnerabilidad. Las barras moradas son una medida de los impactos.

41

2.5 La determinación del riesgo ante cambio climático

Cuando la vulnerabilidad es cuantificada a través de un índice, se puede calcular el

riesgo (Fig. 12). El riesgo representa en términos de probabilidad, la posibilidad de que se

presente el peligro y que cause afectaciones. Al igual que la vulnerabilidad, el peligro debe

ser evaluado con base en datos históricos y más que definir su recurrencia, el sentido es

identificar el valor umbral a partir del cual se producen los impactos. Una forma de

relacionar el valor obtenido de la vulnerabilidad con el peligro es multiplicar los valores. El

resultado representa la probabilidad de que un desastre se presente.

Fig. 12. Diagrama de flujo para la evaluación del riesgo ante cambio climático.

Una vez evaluado el riesgo actual, el siguiente paso es evaluar el riesgo futuro. En el

caso del peligro, la fuente de información son los escenarios de cambio climático, mientras

que para la vulnerabilidad es su proyección. La principal ventaja de proyectar es que se

Establecer*la*probabilidad)del)peligro)climá/co)actual)y*del*pasado*reciente*

Considerar*el*valor*de*la*vulnerabilidad)actual)y*del*pasado*reciente)

Realizar*un*producto*de*vulnerabilidad*por*peligro*para*obtener*el)riesgo)(probabilidad)de)desastre))

Proyectar*los*cambios)en)la)probabilidad)de)la)magnitud)del)peligro)climá:co*(escenarios*de*cambio*climá:co)*

Hacer*una*proyección)de)la)vulnerabilidad)sin)adaptación*(eg.,*tendencial))

Realizar*un*producto*de*vulnerabilidad*por*peligro*para*obtener*una*proyección)del))riesgo)bajo)CC)sin)adaptación)

Establecer)cuánta)adaptación)es)necesaria*para*compensar*el*aumento*en*el*peligro*y*mantener*el*riesgo*en*valores*actuales)

Construir*un*espectro*de*medidas)de)adaptación)y)para*cada*una*es:mar*escenarios*de*riesgo.*

Diagnós(co+de+Riesgo+bajo+variabilidad+del+clima+reciente+

Riesgo+futuro+bajo+CC+sin+adaptación+

Riesgo+futuro+bajo+CC+con+adaptación+

comparar+

42

puede pensar en varios escenarios: uno de ellos deberá mostrar qué sucedería si no se

desarrollan acciones para reducir la vulnerabilidad (escenario sin adaptación), y otro deberá

exponer que sucedería si se desarrollan acciones de adaptación.

Para mostrar cómo las recomendaciones de esta Guía permiten obtener información

del sistema y su riesgo ante cambios en el clima, a continuación se presentan dos ejemplos.

Como tales, sólo son una aproximación a un verdadero ejercicio de análisis de riesgo bajo

cambio climático. Será tarea del usuario profundizar en el análisis.

3. Ejemplos

Ejemplo 1: Agricultura de temporal en Oaxaca

Diversos estudios asocian el cultivo y uso del maíz con la cultura de las diferentes

regiones de México y sus climas. En la actualidad existen variedades que se producen bajo

condiciones diversas y para usos muy específicos, en un rango de climas cálido-húmedos, a

templados y áridos. El cultivo del maíz de temporal en México es una actividad vital para

las familias campesinas, toda vez que a partir de este grano conforman su dieta y aseguran

la disponibilidad del alimento durante gran parte del año.

La estrecha relación entre maíz y cultura en la mayor parte de México ha

comenzado a cambiar en años recientes en un mundo donde las fuerzas del mercado global

dominan, excluyendo, sobre todo en los sexenios recientes, a aquellos actores que no son

competitivos, lo que se refleja en menor interés gubernamental en las actividades de

temporal. En los campos maiceros, como los de Oaxaca, predominan condiciones de

pobreza, tierras con poca fertilidad y una labor agrícola descapitalizada, lo que ha generado

migración de trabajadores en busca de alternativas para una vida digna (Bautista, 1999). Lo

anterior ha resultado en un proceso de envejecimiento de los campesinos, en un sistema que

ha limitado sus posibilidades para cultivar la tierra, con iniquidades y favoritismos en los

subsidios a los que consumen maíz, en detrimento de quienes lo producen, bajo una

filosofía de que importar es más barato (Bautista, 1999).

43

La gran relación entre clima y producción de maíz en esta región (Neri, 2004) sirve

como base para suponer que el éxito o fracaso de este cultivo en temporal primavera-verano

podría depender por completo de factores como la lluvia y la temperatura, y que bajo los

escenarios de cambio climático, como los presentados por el IPCC (2007), el sector estaría

destinado a desaparecer. Sin embargo, son diversos los factores no climáticos que pueden

hacer a este sector más o menos productivo y que llevan a definir cómo se puede hacer

gestión de riesgo ante cambio climático.

La agricultura de temporal de maíz para Oaxaca se puede usar como ejemplo en

donde el riesgo de desastre está claramente determinado por el peligro, y por las

condiciones de vulnerabilidad construidas por las políticas públicas en los años recientes. A

pesar de los grandes contrastes de una región a otra, en el estado hay condiciones comunes

que permiten construir un ejemplo de forma general. Además, los datos disponibles están a

esta escala y nivel de agregación estatal.

Siguiendo los pasos de la Guía se tiene que definir:

Diagnóstico de riesgo bajo variabilidad del clima reciente.

Objeto de estudio (¿Qué o quién es vulnerable?)

El Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), de la Secretaría de

Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), ha creado el

Sistema de Información Agroalimentaria de Consulta (SIACON) que consiste en una base

de datos sobre las actividades agropecuarias. El SIACON incluye un programa informático

con datos a nivel estatal por ciclo agrícola para diversos cultivos, de 1980 a 2011. En el

presente ejemplo el objeto de estudio será la agricultura de maíz de temporal de Oaxaca,

con énfasis en el ciclo primavera-verano.

El peligro (¿A qué es vulnerable?)

Dada la estrecha relación de la actividad agrícola del estado y las variaciones de la

lluvia, el peligro considerado corresponde esencialmente al déficit de precipitación. Los

44

datos de lluvia (Fig. 13) se han tomado de la base del Global Precipitation Climate Centre

(GPCC, 2012). Definir a qué nivel se puede considerar que el déficit de lluvia se convierte

en peligro depende de las pérdidas que los agricultores estén dispuestos a tolerar. Sin

embargo, y por simplicidad del ejemplo, se puede trabajar con terciles y considerar que

menos de 1 Ton/ha es un rendimiento bajo, y hay más probabilidades de que esto ocurra

cuando las lluvias acumuladas de verano (entre mayo y septiembre) en promedio sobre el

estado de Oaxaca son menores de 1100 mm. Los veranos con un peligro particular se

relacionan con la presencia de El Niño (eg. 1982, 1986, 1994, 1997 y 2004) y en el caso

contrario, lluvias abundantes con condiciones La Niña (Magaña et al., 1999).

Fig. 13 Series de precipitación acumulada promedio (mm) en el estado de Oaxaca entre 1980 y 2010 para los meses mayo-septiembre (barra azul). Años Niño en N rojo, años la

niña en N azul. (GPCC, 2012).

¿Por qué es vulnerable?

El clima, representado por la lluvias de verano (Fig. 14), muestra variaciones

interanuales (de alta frecuencia) y variaciones interdecadales (de baja frecuencia). En la

primera mitad del periodo bajo análisis (1980-1994),ocurrieron más episodios de lluvias

45

deficitarias, que en la segunda mitad (1995-2010). A pesar de ello, en la primera mitad la

tendencia al incremento de la productividad y reducción de siniestralidad son claras,

mientras que en la segunda mitad, con clima favorable en un mayor número de años, se

presentó una ligera tendencia a condiciones de menor rendimiento y mayor siniestralidad,

aunque sin alcanzar los valores de los años ochenta. Lo anterior apunta a cambios en la

vulnerabilidad y el riesgo.

Para caracterizar los impactos de las anomalías climáticas en la actividad agrícola

de temporal de Oaxaca, se ha recurrido a datos del SIACON sobre siniestralidad y

rendimientos. En el caso del maíz de temporal en el ciclo primavera-verano en Oaxaca, los

rendimientos aumentaron entre 1980 y 1994, al pasar de alrededor de 1 Ton/ha a más de 1.2

Ton/ha hacia el año 2000, periodo después del cual hubo una disminución, para estar hacia

el 2010 en alrededor de 1.1 Ton/ha (Fig. 14).

Fig.14 Rendimientos de maíz de temporal (Ton/Ha) (línea roja) y porcentaje de hectáreas siniestradas (línea azul) en el estado de Oaxaca entre 1980 y 2010 (SIACON, 2012).

El porcentaje de superficie siniestrada para este sector disminuyó entre 1980 y el

2000, después de lo cual aumenta ligeramente. La productividad va en proporción inversa a

la siniestralidad, tanto en las altas como en las bajas frecuencias. Las variaciones

interanuales en la siniestralidad o la productividad están principalmente relacionadas con el

46

clima, mientras que las variaciones decadales parecen corresponder a cambios en la

vulnerabilidad. Este razonamiento es coherente con la propuesta de que los impactos

pueden referirse a variaciones en el riesgo, producto de la vulnerabilidad y el peligro. Las

variaciones decadales en los indicadores de impacto modulan las variaciones interanuales.

Años particulares como 1994 ó 1997 fueron de menor rendimiento y de mayor

siniestralidad, principalmente por la disminución de la lluvia en esos años El Niño. A pesar

de ello, la tendencia a menor siniestralidad y mayor rendimiento, hacen que la mayor

anomalía negativa de lluvia en el periodo bajo estudio (año 1994) no tuviera los efectos

negativos de algunos años en la década de los ochenta, con menor déficit de lluvia.

Modelo conceptual

Diversos autores (Liverman et al. 1994; INE,2004) e incluso entidades oficiales

consideran que la vulnerabilidad del sector agrícola de temporal ante variaciones del clima

puede estar relacionada a :

• La situación económica del país, dada en términos del Producto Interno Bruto

(PIB) per cápita y del nivel de inflación (factor económico).

• La pérdida de fertilidad en el suelo (factor físico).

• La edad promedio de los agricultores (factor social).

Deben existir más factores que hacen vulnerables a los agricultores de maíz de

Oaxaca, como el nulo uso que se hace del pronóstico climático para la planeación, o los

problemas para obtener apoyos de PROCAMPO (Programa de Apoyos Directos al Campo),

etc. Para fines de este análisis se contemplan sólo los numerados anteriormente. Los datos

del PIB per cápita para México, se obtuvieron del Banco Mundial; los datos de inflación

histórica del Banco de México; y las estimaciones de la tasa de envejecimiento de los

campesinos (porcentaje por encima de los 60 años) fueron aproximados con datos de

Consejo Nacional de Población (CONAPO) y con informaciones a nivel nacional

(InfoAserca, 2011), al igual que la información sobre pérdida de fertilidad de suelo en

tierras agrícolas (SEMARNAT, 2004). A partir de estos datos se construyeron indicadores

de vulnerabilidad física, social y económica (Tabla 3).

47

Los indicadores deben reflejar la dinámica del factor vulnerabilidad en el tiempo. Si

bien es importante asignar un valor a cada indicador, es más relevante analizar su

flexibilidad y tendencia, ya que el objetivo es determinar en qué medida se está

incrementando o reduciendo la vulnerabilidad. Esta es una de las partes del proceso que

requiere creatividad para saber cómo ajustar el valor inicial y final del índice de

vulnerabilidad. Para determinar la importancia de cada indicador es necesario contar con el

conocimiento de los expertos para interpretar la relevancia de los indicadores.

Tabla 3. Indicadores para la vulnerabilidad de la agricultura de temporal en Oaxaca.

Indicador Definición Fórmula Rango del índice

Condición económica nacional para el desarrollo de la agricultura

PIB para México y tasa de inflación

PIB *Tasa de Inflación/100

0 1

Porcentaje de pérdida de fertilidad

Tasa de pérdida de fertilidad entre 1980 y 2010=0.5

Estado de la fertilidad en 1980 menos el estado actual en 2010. Tasa de cambio entre cada año.

0%= 0 1%= 1

Porcentaje de agricultores con edad > 60 años

Porcentaje de la población masculina > 60 años y su tasa de crecimiento

Tasa de crecimiento de la población > a 60 años

0% = 0 100% = 1

El indicador de vulnerabilidad económica muestra valores altos en la primera

década de análisis, entre 1980 y 1990, que decrecen gradualmente en casi dos órdenes de

magnitud hacia los años más recientes. En un ambiente de inestabilidad económica, los

agricultores de temporal encuentran dificultades para obtener apoyos económicos para sus

insumos, pagos de jornales, etc. Los indicadores de vulnerabilidad física y social muestran

una tendencia positiva durante todo el periodo y adquieren relevancia en los años recientes.

Un ambiente de crisis económica inhibe la distribución de apoyos económicos

principalmente cuando se trata de agricultura de temporal. La Confederación Nacional

Campesina (CNC) ha expresado que uno de los grandes problemas del campo es el

envejecimiento de sus trabajadores, lo que hace a la actividad más vulnerable ante

48

condiciones climáticas adversas. La década entre 1980 y 1990 refleja un índice de alta

vulnerabilidad (Fig. 15). Algunos máximos de la vulnerabilidad económica, corresponden a

las crisis económicas de México. Con datos de SIACON-SAGARPA se puede documentar

los impactos del riesgo climático en este sector, particularmente los relacionados con sequía

agrícola.

Fig. 15 Indicadores de vulnerabilidad e índice de vulnerabilidad de la agricultura de temporal de maíz ante anomalías del clima.

Validación del modelo de Riesgo

Una primera aproximación al cálculo del riesgo se puede obtener con el producto de

la vulnerabilidad por el peligro. Las variaciones en la precipitación, normalizadas entre 0 y

1 muestran que el peligro es mayor con precipitación baja, cuando el índice se acerca a 1.

En combinación con la vulnerabilidad, se tiene una primera aproximación de la dinámica

del riesgo (Fig. 16). La señal muestra que las variaciones de alta frecuencia del riesgo están

dadas principalmente por fluctuaciones en la precipitación (peligro), aunque con frecuencia

se combinan con episodios de alta vulnerabilidad económica como en 1982 o en 1994. Por

otra parte, la variación de baja frecuencia del riesgo está más relacionada con la

vulnerabilidad. La tendencia en la segunda mitad del periodo de estudio indica un

49

incremento en la precipitación de verano (peligro a la baja), pero un ligero incremento en la

vulnerabilidad dado por el envejecimiento de los campesinos y la pérdida de fertilidad del

suelo. La comparación del índice de riesgo con la señal de impacto, por ejemplo, el

porcentaje de hectáreas siniestradas, indica una coherencia en las bajas frecuencias.

Durante la primera mitad del periodo bajo análisis la alta vulnerabilidad y peligro resultan

en impactos negativos elevados y frecuentes. La segunda mitad con un riesgo menor por la

disminución de vulnerabilidad y peligro indica reducción en el porcentaje de hectáreas

siniestradas.

Fig.16 Comparación entre serie de riesgo climático y porcentaje de hectáreas siniestradas, como medida de los impactos de las variaciones en la precipitación en la agricultura de temporal de maíz en el ciclo primavera-verano. La línea negra es el riesgo climático; la

línea roja el % en hectáreas siniestradas, con sus respectivas líneas de tendencia polinomial. (Datos de hectáreas siniestras de SIACON, 2012)

Riesgo futuro bajo cambio climático

Bajo cambio climático, los escenarios del IPCC sugieren que la precipitación en

Mesoamérica se reducirá alrededor del 10% (IPCC, 2007). Ante tal cambio en el ciclo

hidrológico es probable que las lluvias por debajo del valor de peligro (< 1100 mm) ocurran

más frecuentemente. Suponiendo que la probabilidad del peligro se incrementa en 10% en

50

los próximos veinte años, como respuesta, habrá que reducir vulnerabilidad en al menos la

misma proporción para ese periodo. Idealmente, las acciones de adaptación frente a cambio

climático deberían reducir la vulnerabilidad física, económica y social. Esto dicta la medida

de la acción de adaptación mínima necesaria para mantener el riesgo en los niveles

actuales.

Es necesario aclarar sin embargo que, contrario a lo que la mayoría de los

escenarios de cambio climático del IPCC indican, la precipitación en el sur de México, y en

particular en Oaxaca se ha venido incrementando con una tasa de casi 10% en cien años

(GPCP, 2012) (Fig. 17). Bajo tal condición, la probabilidad de lluvias por debajo de 1100

mm en el verano en las próximas décadas se reduce y con ello el peligro (escenario

alternativo al del IPCC (2007)). Esto no significa que la región esté exenta de que ocurran

episodios de lluvia deficitaria que resulten en sequía y afecten los cultivos de temporal,

como el de maíz, pero con adaptación, el riesgo climático sería menor.

Fig.17 Serie de tiempo de precipitación acumulada mensual promedio del estado de Oaxaca entre 1901 y el 2009. La línea verde indica la tendencia lineal (GPCP,2012).

Para reducir la vulnerabilidad física se debe ejecutar acciones que incrementen la

fertilidad del suelo. Para reducir la vulnerabilidad social habrá que generar oportunidades

de trabajo atractivas en el campo mexicano con el fin de retener a los trabajadores jóvenes.

Por ejemplo, incrementar las remuneraciones hasta alcanzar mejores condiciones de vida.

Por supuesto se requiere de un entorno que incremente el PIB per cápita y reduzca la

inflación.

51

Incluir el comportamiento gráfico de esta propuesta y cómo se traduce en el riesgo.

Realizar el escenario de riesgo sin medidas de adaptación y hacer el análisis comparativo

entre ambos escenarios.

Ejemplo 2. El sector agua y la sequía

La crisis del agua en México quedó de manifiesto en años recientes luego de los

severos impactos económicos y sociales que tuvo la sequía entre mediados del 2010y el

2012. Si bien se trató de una de las sequías más intensas de las décadas recientes, ocurre en

un contexto de alta vulnerabilidad del sector hídrico. A una sequía intensa sigue un déficit

en los niveles de almacenamiento de las presas, por lo que el impacto de la sequía no sólo

corresponde al año en que ésta ocurre, sino también al siguiente. Esta condición se observó

en el norte de México en años recientes cuando la sequía, representada por el índice

estandarizado de precipitación (SPI-12, por sus siglas en inglés) se refleja en disminuciones

en los niveles de las presas para riego (Fig. 18).

Fig. 18 Volumen almacenado en presas para riego, en línea azul y el índice estandarizado de precipitación en barras café, en la región noroeste. (IMTA e IRI, 2013)

52

Los incrementos en la demanda de agua subterránea, los niveles de contaminación

del agua superficial y subterránea, o la falta de una cultura del agua, son algunos de los

factores que generan una condición vulnerable frente a la sequía. Por ello, es muy probable

que el tipo de adaptación que requiera el sector agua en México sea del tipo correctivo con

un planteamiento, no sólo al cambio climático, sino también a la variabilidad natural.

Para el desarrollo de este ejercicio se aplicó la presente metodología en el sector hídrico,

bajo el marco del proyecto de “Modernización del Servicio Meteorológico Nacional”

(MoMet) de la CONAGUA y la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Objeto de estudio (¿Qué o quién es vulnerable?)

El objeto de estudio es prácticamente toda la población, todas las regiones y

prácticamente todos los sectores económicos. Sin embargo, dada la disponibilidad de datos

y las capacidades de acción, para el presente caso se considera como objeto de estudio el

caso del sector agua en la Región Hidrológico Administrativa de Península de Baja

California (RHA I) (CONAGUA, 2012).

El peligro (¿A qué es vulnerable?)

La crisis del agua se agrava ante condiciones de sequía. Este fenómeno es natural y

predecible, y no se presenta de manera espontánea, sino que evoluciona lentamente en el

tiempo como para implementar medidas preventivas. Sin embargo, bajo cambio climático

es probable que la disponibilidad natural de agua disminuya y por tanto, será necesario

pensar en estrategias estructurales que haga a la RHA I menos vulnerable a la sequía

meteorológica.

3) ¿Por qué es vulnerable?

Existen diversos diagnósticos sobre la vulnerabilidad del sector agua a la sequía y

que analizan la dimensión y causas de la crisis del agua en México (Breña, 2004). Para

53

caracterizar la vulnerabilidad del sector agua a la sequía se deben considerar aspectos

económicos, físicos y sociales, es decir elementos que varían y modifican la vulnerabilidad.

Los cambios en las condiciones de uso, manejo o tratamiento del agua, la situación del

recurso hídrico, los usos del agua e infraestructura en la RHA I, han sido documentadas por

la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA, 2012).

4) Modelo conceptual

Con base en los datos de CONAGUA se definieron 5 indicadores: grado de presión

sobre el recurso agua, porcentaje de acuíferos sobreexplotados y con intrusión salina,

proporción de agua pública residual tratada con respecto del agua urbana consumida, tarifa

consumo en ciudades y productividad del agua en agricultura (CONAGUA, 2012). Su

definición y cuantificación se presentan en la Tabla 4. Una vez definidos los factores y

ubicados los datos correspondientes, se puede construir indicadores, normalizados entre 0 y

1.

Tabla 4. Indicadores de vulnerabilidad de las RHA ante sequías

INDICADOR DEFINICIÓN FÓRMULA RANGO DEL

ÍNDICE

Grado de presión sobre el recurso agua

Porcentaje del agua empleada en usos consuntivos con respecto al agua disponible

100%*(volumen total de agua concesionado / agua disponible)

0% = 0

100% = 1

Porcentaje de acuíferos sobreexplotados y con intrusión salina

La sobreexplotación de acuíferos está en función de la relación extracción/recarga y salinización de suelos por intrusión salina costera

Porcentaje de acuíferos sobreexplotados y con intrusión salina = 100% * número de acuíferos sobreexplotados / número total de

0% = 0

100% = 1

54

acuíferos

Proporción de agua pública residual tratada con respecto del agua urbana consumida

Volumen total de agua residual municipal tratada comparada con el volumen total entregado para abastecimiento público urbano

1 – (volumen de agua residual tratada / volumen de agua concesionada para abastecimiento público urbano)

0

1

Tarifa consumo en ciudades $/m3

Tarifas de agua potable en ciudades de la RHA. Se usa como año base el 2009, y se considera como precio supuesto de producción 25 pesos/m3.

1 – (tarifa / 25 pesos/m3)

0

1

Productividad del agua kg/m3

Relación entre la masa de alimentos producidos (kg) con respecto al agua utilizada (m3). Se usa como año base el 2009 y se supone un valor óptimo de 3 kg/m3, considerando el caso del maíz (FAO, 2002).

(1-kg/m3) / 3

0

1

Fuente: CONAGUA. 2012

La dinámica de la vulnerabilidad está determinada por el conjunto de acciones que

se realizan en la RHA I, caracterizada por su baja disponibilidad de agua, ha disminuido su

vulnerabilidad gracias a acciones en materia de tratamiento, reduciendo el grado de presión

sobre el recurso hídrico (Fig. 19).

55

Figura 19. Evolución de los índices de vulnerabilidad a la sequía entre 2002 y 2009 en la RHA I (CONAGUA, 2012)

Los resultados de la valoración de los indicadores y el índice de vulnerabilidad para

la RHA I del 2002 al 2009, muestran en términos generales que la vulnerabilidad ha

variado considerablemente, con una tendencia a disminuir (CONAGUA, 2012). La RHA I

es un caso muy particular, si se consideraran las otras RHA se puede observar que la

tendencia de la vulnerabilidad es a alza en la mayoría, por lo que en un futuro cercano

(antes del 2030 probablemente) podrían pasar a condición de vulnerabilidad alta frente a la

sequía si no se toman medidas de adaptación.

Para analizar el significado de la magnitud del índice de vulnerabilidad y establecer

qué tan vulnerable es una RHA ante la sequía, se calculó el índice para otras 12 RHA. Una

primera aproximación muestra que la RHA XIII de Valle de México es la más vulnerable,

seguida de la RHA II del Noroeste (CONAGUA, 2012). Sin embargo, es necesario recordar

que el verdadero interés no está en la vulnerabilidad per se, sino en el riesgo de afectación

por causa de la sequía. En otras palabras, se debe estimar el riesgo y analizar si refleja las

tendencias de cambio en el peligro y en la vulnerabilidad, con cambios coherentes con los

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Años

RHA I: Península de Baja California

Grado de presión

% acuíferos sobreexplotados y con intrusión salina

Proporción de agua pública residual tratada con respecto al agua urbana consumida

Tarifa consumo en ciudades

Productividad del agua en agricultura

ÍNDICE PROMEDIO DE VULNERABILIDAD

56

impactos negativos.

5 )Validación del modelo de Riesgo

Al evaluar el riesgo es necesario pensar en una medida del peligro. Una forma

tradicional de medir la sequía es a través del SPI (Índice estandarizado de precipitación, se

considera el más viable para medir la intensidad, duración y extensión espacial de la

sequía), en donde se considera que una sequía fuerte ocurre para valores de SPI > -1.5. Sin

embargo, eso corresponde a la misma probabilidad en cada una de las regiones, pues el SPI

corresponde a una distribución normal del número de desviaciones estándar de la

distribución de la precipitación. Por ello, se estimó a través de la cantidad de lluvia

acumulada anual que satisface, en un balance hidrológico, las demandas de cada una de las

regiones y la probabilidad de que llueva por debajo de ese valor. Para la Región I,

considerando que tiene una precipitación media anual de 168.3 mm que se traduce en una

disponibilidad natural media de agua de aproximadamente 4616 millones de m3 por año, y

que el volumen concesionado (en el 2009) fue de 3503.9 millones de m3, una reducción de

25% (128 mm o menos) haría que no se contara con agua suficiente para las demandas

promedio en la región. La probabilidad de que se dé esta condición en la región es de 19%,

valor que caracteriza el peligro ante sequía (CONAGUA, 2012).

Riesgo futuro bajo cambio climático con y sin medidas de adaptación.

Bajo cambio climático, los escenarios del IPCC (2007) sugieren que aumentará la

probabilidad del peligro de sequía. Supóngase que la probabilidad de lluvia por debajo del

nivel umbral crítico se duplicara bajo cambio climático, entonces se deben implementar

acciones que bajen el nivel de vulnerabilidad por lo menos a la mitad para que el riesgo

permanezca “al menos” como hasta ahora. Es claro que sería mejor bajar los niveles de

riesgo a valores menores con mayores acciones de adaptación, de forma que las

probabilidades de un desastre, como el ocurrido recientemente, disminuyan.

57

4. Comentarios finales y recomendaciones

El problema de generar escenarios de impacto por cambio climático constituye un

problema de gestión de riesgo. Con frecuencia se ha seguido una aproximación de “arriba

hacia abajo” que tiene un enfoque de tipo naturalista del desastre. Ante la dificultad de

cuantificar la vulnerabilidad se hace referencia a ésta sólo de manera cualitativa. Dicho

proceder no permite priorizar acciones de adaptación al cambio climático. En el caso de

México, la generación de escenarios de impactos requiere de la valoración de la

vulnerabilidad bajo un enfoque de escenarios de impactos de “abajo hacia arriba”, ya que

muchas de las adaptaciones serán de tipo correctivo.

La presente Guía ofrece una serie de recomendaciones para lograr caracterizar la

dinámica de la vulnerabilidad que lleve a proyectarla a plazos que el IPCC considera el

futuro cercano. La capacidad de generar un modelo de vulnerabilidad es un primer paso en

la gestión del riesgo que lleva a entender los procesos que resultan en impactos bajo

anomalías climáticas. Los indicadores de vulnerabilidad permiten no sólo buscar las causas

del riesgo, sino incluso considerar formas de reducirlo, respondiendo así a la esencia misma

del diseño de estrategias de adaptación.

Algunos elementos que deben recordarse en la construcción de estimaciones de

vulnerabilidad frente a cambio climático son:

• No existe una metodología universalmente aceptada para cuantificar la

vulnerabilidad.

• El fin último de la cuantificación de la vulnerabilidad es que, en combinación

con la información sobre el peligro, resulte en una estimación del riesgo.

• Los indicadores de vulnerabilidad deben basarse en la dinámica histórica del

sistema socio-ambiental, para así estimar tendencias y valorar “la flexibilidad de

la vulnerabilidad” con el fin de proyectarla a futuro en plazos equivalentes al

registro de los datos disponibles.

• Como todo ejercicio de modelación, el de vulnerabilidad debe ser evaluado a

través de la comparación de riesgo y los impactos.

58

La literatura científica está explorando formas de evaluar la vulnerabilidad a cambio

climático por lo que esta Guía es una aportación al campo de la gestión de riesgo y como

todo esfuerzo pionero la propuesta es perfectible. La Guía abre, sin embargo, un espacio

para la discusión de un tema fundamental: el proyecto de desarrollo basado en análisis de

riesgo. Es claro que este problema no termina con la cuantificación de la vulnerabilidad por

lo que habrá que trabajar en valoraciones de riesgo futuro con y sin acciones de adaptación.

5. Pasos a seguir para la gestión integral de riesgos y/o la adaptación al cambio

climático

En las etapas subsecuentes a la valoración de la vulnerabilidad será necesario hacer

una revisión del modelo de riesgo aplicado al pasado reciente. El ajuste que se obtenga

entre evolución de riesgo y actividad de impactos podrá optimizarse si se trabaja con

promedios ponderados de los indicadores de vulnerabilidad. Encontrar el mejor ajuste de

riesgo e impactos provee información sobre los factores físicos, sociales o económicos que

llevan al desastre. Los pesos que se ajusten a cada factor serán también una medida de la

importancia que cada uno tiene e indicación sobre el elemento en que se debe trabajar para

la prevención.

La mejor valoración de esta Guía se tendrá cuando diversos grupos, sectores o

responsables de regiones la apliquen con el fin de analizar adaptación ante cambio

climático, dicho proceso se ha iniciado dentro de algunos PEACC e iniciativas sectoriales.

El proceso para desarrollar una gestión integral de riesgos que dé sustento a las

medidas de adaptación identificadas a ser implementadas en un sector, región o estado

requiere de los siguientes pasos:

1. Generar capacidades entre los responsables de los PEACC y los PACMUN para

diagnosticar vulnerabilidad y gestionar el riesgo de manera que se pueda dar

respuesta al reto de reducir vulnerabilidad mediante la adaptación.

2. Desarrollar modelos de vulnerabilidad y riesgo por fenómenos, sectores y

regiones prioritarios.

59

3. Generar escenarios de impacto con y sin acciones de adaptación.

4. Analizar lo resultados entre los responsables de las políticas públicas y actores

clave de los sectores involucrados con la finalidad de comparar las propuestas

de adaptación de los PEACC y PACMUN con los diagnósticos de

vulnerabilidad que se desarrollen.

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