Guía Ortotipográfica

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Correctores: trabajamos todos los días con estas claves. Las aprendimos casi intituivamente pero para los interesados, es relevante verlas en funcionamiento. En serio quieres ser corrector? Ve lo que te espera.

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Page 1: Guía Ortotipográfica

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Guía de corrección ortotipográfi ca

La corrección de pruebas es una tarea que se realiza prácticamente en

todas las etapas del cuidado editorial de un libro. De ella se encargan tanto los

editores internos como los colaboradores externos, con la pretensión de ir depu-

rando un texto hasta que queda listo para entregarse al taller.

Desafortunadamente, cuando el formador encargado de aplicar correcciones a una

obra se encuentra con que las marcas de corrección son imprecisas o inadecuadas, su

labor es tardada y a menudo errática, lo cual representa un gasto adicional de horas-hom-

bre que repercute fi nalmente en el costo del libro. Conscientes de la necesidad de

mejorar este aspecto del cuidado editorial, nos propusimos elaborar una guía de

los signos de corrección y su correspondiente explicación, por lo que, en el pre-

sente documento, establecemos como regla de uso aquellos que se emplean

con más frecuencia en la actualidad. Con esta guía, pretendemos orientar

al corrector ortotipográfi co sobre cuál es la simbología más perti-

nente para su labor. Así, facilitaremos al formador la práctica

de su ofi cio y, por ende, abreviaremos los tiempos de

producción.

Page 2: Guía Ortotipográfica

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Signos de corrección de pruebas

suprimir palabras

suprimir, eliminar

suprimir tildes

suprimir lo tachado y unir lo que queda

unir letras o cerrar espacios

separar letras

trasponer letras o palabras

ordenar palabras en el orden indicado

agregar punto

trasponer letras o signos de pun-tuación

poner en cursivas lo sub rayado

añadir dos puntos

poner en negritas lo sub rayado

poner en redondas lo que está en cursivas

poner en minúscula

Page 3: Guía Ortotipográfica

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poner en mayúsculas

poner en altas y bajas

eliminar sangría

poner coma

volada

cerrar una línea abierta

abrir una línea cerrada

poner sangría

subíndice

bajar palabra (o parte de ella) a la línea inmediata inferior

centrar texto o palabras conforme a la ceja

componer en punto y seguido

punto y aparte

eliminar callejón

alinear la composición a la derecha

Page 4: Guía Ortotipográfica

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añadir coma

dejar en superíndice o voladita

dejar un espacio en lugar de dos entre palabras

dejar en subíndice

alinear la composición a la izquierda

añadir tilde onde se indica

cerrar entre líneas

abrir entre líneas

texto o cabeza a la caja (superior)

cambiar palabras a donde se indica

recorrer las líneas para ajustar el texto

Los signos que se colocan sobre la letra o la palabra que se ha de co-rregir y que se repitan al margen se denominan llamadas. Con ellas, se pone el interés en una letra, signo ortográfi co o una palabra o frase equivocadas. estas son las más comunes

Page 5: Guía Ortotipográfica

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La ironía

La ironía, como el relajo, puede comprenderse a la

luz de la relación entre la conciencia y el valor. He-

mos dicho que es una posible variación de la actitud

subjetiva. Debemos dedir también que es una actitud

notable y poco frecuente que los hombres pueden

adoptar, sin embargo libremente. No viene impuesta

por ninguna circunstancia exterior a la conciencia.

Queda pues, de antemano, caracterizada comos una

actitud de una conciencia o de un hombre. Pero esto

no basta, evidentemente, para una intelección más o

menos plena de su ausencia y su valor. Nuestra afi r-

mación es sólo un paso inicial, puesto que en la ironía

como actitud contenida está ya una serie de posibili-

dades del comportamiento, a la manera como en una

actitud o en un gesto del cuerpo está indicada toda

una serie de movimientos y de acciones concordan-

tes. Para mostrar con claridad su esencia y su sentido,

empezaremos por dirigir la mirada a la noción vaga

que todos tenemos de la ironía, antes de toda re-

fl exión teórica, y trataremos de acorralarla por

aproximaciones sucesivas para lorgar una intuición

más o menos nítida.

Lo primero que nos sugiere la palabra “ironía” es

una cierta discordancia, una contradicción. Es una

ironía —decimos— que un hombre sepa qué es la

justicia y no seajusto. Es una ironía que un hombre

crea ser sabio y no obre sabiamente, que pretenda po-

seer un conocimiento superior” y ten ga un compor-

tamiento inferior.

La ironía parece incluso dominar, como una con-

tradicción que afl ora de súbito, procesos de largo al-

cance: Es una ironía que el hombre se haya pasado

dos siglos engolando la voz para hablar del progreso y

de la técnica, y que la técnica haya parido, como un

ratón siniestro, la bom ba atómica.

eliminar sangría

cambiar letra

agregar coma

eliminar letra

agregar palabra

eliminar palabra

invertir letras

suprimir comillas

separar palabras

añadir comillas

minúscula

poner en versales y versalitas

NOTA: Como regla, todo signo de corrección que se marque en el texto deberá repe tirse

al margen, a menos que el signo se explique por sí mismo (como , ).

cambiar palabras

Page 6: Guía Ortotipográfica

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La ironía parece estar, pues, no sólo en un hombre: en el

que interiormente se tiene por sabio, mientras su con-

ducta exterior nos lo muestra como tonto o malvado. Pa-

rece surgir también como sentido de todo un desa-

rrollo histórico. Ahora bien, si observamos estas

contradicciones más de cerca, veremos que no resultan

irónicas simplemente por contradictorias. Lo irónico

no es que haya en ellas contradicción o discordancia,

sin más, puesto que pueden existir contradicciones

no irónicas. El fracaso de un hombre en un empeño

largamente perseguido no es necesariamente irónico,

por más que se muestre una discordancia entre un

propósito y un logro. En el fracaso de una empresa

transparece una contradicción que puede ser trágica

sin mezcla alguna de ironía. Para que haya ironía es

menester algo más que la contradicción pura y sim-

ple. En nuestros ejemplos se da una contradicción en-

tre una “pretensión” y una realidad. Un hombre pre-

tende ser sabio pero actúa como un ignorante. Una

Época histórica pretende estar en posesión de la clave

de la felicidad humana, y al llevar adelante sus con-

cepciones produce un instrumento de destrucción

que siembra la zozobra en la humanidad. Aesto le lla-

mamos una ironía, y es, realmente, una ironía. Pero,

¿qué es aquí lo irónico? Desde luego, no la contradic-

ción tomada pura y simplemente como tal sino el

contraste entre la pretensión de poseer un valor cual-

quiera (sabiduría, justicia, efi cacia infalible de un me-

dio para la felicidad humana) y la realidad de lo ver-

daderamente logrado. Por otra parte, ese contraste

debe hacerse manifi esto a la luz del valor en cuestión.

Ahora bien, un contraste no es una cosa real que

pueda encontrarse al lado de las demás. Un contraste

es una relación, y las relaciones, por objetivas y con-

cretas que puedan ser, no son atributos reales de las

cosas sino referencias puestas entre ellas por la con-

ciencia. La ironia es, entonces, inmanente a una con-

ciencia que juzga y que advierte la distancia entre la

posible realización de un valor y la realidad de quien

pretende haberla llevado a cabo.

cambiar a redondas

dejar en cursivas

dejar en punto y aparte

dejar en minúscula

separar palabras

bajar sílaba

cerrar línea

añadir acento

agregar sangría

revisar cuerpo del tipo

Page 7: Guía Ortotipográfica

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La ironía como actitud

La conciencia irónica es la que advierte la trans-

cendencia del valor en relación con la inanidad de sus

supuestas realizaciones. Advertir esa distancia y esa

inanidad a la luz del valor en cuestión es ya ironía.

Dicho de otra manera: La ironía es la actitud de una

conciencia que advierte la distancia entre la posible

plenitud de un valor y sus su puestas realizaciones por

alguien que pretende llevarlas a cabo. Es, por decirlo

así, la respuesta adecuada al pretensioso”.

La ironía puede mostrarse, por otra parte, inheren-

te al pensamiento mismo. Tiene que ver también con

la estructura lógica del pensamiento o, mejor dicho,

de la proposición. Hay en ella algo de juego lógico. Es

dialéctica. Cuando Sócrates le dice a Eutifrón: “Tú,

admirable Eutifrón, eres el único de nosotros que

sabe qué es lo santo”, todos vemos que Eutifrón no

sabe nada de lo santo. ¿Qué ha pasado aquí? Ha pasa-

do que en el instante mismo en que Sócrates lo dice

sabemos que quiere decir justamente lo contrario. El

signifi cado de la proposición: “Tú sabes qué es lo san-

to” permanece idéntico, pero su sentido ha cambiado

totalmente; esto ha acontecido en el instante mismo

en que la proposición fué dicha, porque la proposi-

ción se encuentra en un contexto irónico. A partir de

la actitud irónica de Sócrates, precisamente por esa

ac titud, ha cambiado de sentido la fi gura de Eutifrón

y se ha invertido el de una frase. Por su contenido pu-

ra mente designativo, la frase de Sócrates estaba desti-

nada a revelar el saber de Eutifrón, pero la ironía ha

hecho que revele justamente lo contrario: su ig no -

rancia.

Este cambio de sentido ha tenido lugar porque la

frase vive en una atmósfera móvil, dialéctica. La frase

misma está viva, está animada por una intención de

Sócrates, quien, a su vez, se mueve viviente de la con-

versación con Eutifrón.

La ironía es, por una parte, la actitud de Sócrates,

pero vemos que es una actitud capaz de invertir el

centrar título

quitar sangría

unir sílabas

poner dos puntos y dejar letra en minúscula

dejar en redondaseliminar callejón

dejar en negritas o bold

déjese lo tachado

Punto y seguido

salto, véase el original

Page 8: Guía Ortotipográfica

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sentido expreso de una proposición. La ironía es algo

que puede penetrar en la lógica y en la realidad: hace

cambiar también el sentido de la fi gura de Eutifrón,

trascendiendo la conciencia o la psique de Sócrates.

¿Cómo es ésto posible?

La ironía es la actitud que Sócrates guarda hacia

Eutifrón, pero él se orienta hacia Eutifrón en la medi-

da en que este último está en relación con un valor; se

dirige a “Eutifrón que sabe de la santidad”. Por la iron-

ía, Sócrates muestra, no se limita a decirlo sino que lo

hace visible: muestra que el tal Eutifrón no sabe una

palabra de la santidad. Nos hace descubrirlo in fra-

ganti en su no saber de la santidad. Lo desnuda de sus

pretensiones, de tal manera que casi sentimos un

poco de pena por el bueno de Eutifrón que está ahí,

ante nuestros ojos, tratando de cubrir su desnudez

con algún harapo de pensamiento. La ironía ha con-

vertido de golpe a Eutifrón el sabio, en Eutifrón el ignorante.

La ironía es pues una actitud, pero es también una

acción, una empresa. Se puede hablar, con justeza, de

una sonrisa irónica. Hay una conciencia-ironía; pero

hay también, como en Sócrates la empresa-ironía, al

cabo de la cual habrá quedado claro que Eutifrón no

sabe nada de la santidad. Pero no sólo ésto.

Hay la conciencia-ironía, que es actitud irónica y

que se puede revelar en una sonrisa; hay la ironía-ac-

ción y además la ironía inherente a una proposición

irónica. Vistas bien las cosas, la ironía no es una cua-

lidad lógica de la proposición, puesto que la propo-

sición en su puro valor lógico se basta a sí misma. La

iro nía aparece cuando la proposición es vista en rela-

ción con su objeto, con lo signifi cado por ella. La es-

tructura lógica de la proposición, en cambio, es inma-

nente a la proposición misma y no toma en cuenta

para nada la relación de la proposición con su objeto.

Ahora bien, una proposición es irónica cuando revela

justamente lo contrario de lo que afi rma. La ironía, la

proposición irónica, no es paradoja. La paradoja es

una proposición que encierra un contrasentido a pe-

sar de lo cual es verdadera.

corregir corte de palabra

dejar en cursivas

abrir línea cerrada

agregar coma

abrir un espacio en blanco y elimi-nar sangria

invertir palabras

ordenar palabras como se indica

cambiar palabra