Guía para poner en marcha el cambio metodológico

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Guía para poner en marcha el cambio metodológico. Miguel Ángel Jiménez Guía para poner en marcha el cambio metodológico Solo se hace lo que se sabe y solo se sabe lo que se hace. Introducción: Para poder incorporar realmente métodos de trabajo diferentes a los que habitualmente empleamos es necesario ponerse manos a la obra y llevar a cabo una buena planificación, ejecución y evaluación-reflexión sobre lo hecho. Si además, como en este caso, el esfuerzo es colectivo, con la ventaja de las sinergias y el apoyo que podemos encontrar en el resto del claustro y en su equipo directivo, e incluso en un agente externo, pues mucho mejor. Esto no significa que el equipo pueda suplir mi trabajo personal, pues nadie aprende por otro, sino que estaré en un contexto en el que puedo aprender con otros. Además, lo normal es que no haya nadie conmigo cuando me enfrento al desarrollo de una materia en un curso concreto. Por lo que el carácter de este trabajo será individual en su preparación (esto no excluye el comentario y la consulta con los demás) y ejecución, pues nadie estará para suplirnos cuando tengamos que tomar las decisiones y realizar las propuestas oportunas a los alumnos que exige una determinada metodología docente. Para ayudarnos a realizar esta tarea de un modo coordinado y común para todos proponemos que se realicen las siguientes fases de trabajo: 1. Primera: Revisión de la bibliografía y elección del método. Es imprescindible revisar tanto las presentaciones que sirvieron de base a la sesión como la bibliografía que se referenció (Coloma, Jiménez y Sáez (2007) Metodologías para desarrollar competencias y atender a la diversidad. Jiménez (2004) Proyectos para educar). Una vez hayamos hecho esto elegiremos la metodología que queramos implementar. Es imprescindible que no se haya hecho nada semejante antes. Aprendemos más si nos enfrentamos a una tarea novedosa (cuanto más nueva para nosotros mejor. No le aportaría mucho volver a hacer una WebQuest con sus alumnos a un profesor o profesora que lleve tiempo realizándolas). 2. Segunda: Una vez tomada la decisión, leer en profundidad sobre el método concreto ampliando la lectura de otras fuentes e informándose sobre experiencias en las que el método se haya aplicado. Nadie hace lo que no sabe. Lo peor que nos puede pasar es que, guiados por el “nombre de la metodología”, sin más conocimiento previo, la llevemos a cabo sin 1

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Guía para poner en marcha el cambio metodológico. Miguel Ángel Jiménez

Guía para poner en marcha el cambio metodológico

Solo se hace lo que se sabe y solo se sabe lo que se hace.

Introducción:

Para poder incorporar realmente métodos de trabajo diferentes a los que habitualmente empleamos es necesario ponerse manos a la obra y llevar a cabo una buena planificación, ejecución y evaluación-reflexión sobre lo hecho.

Si además, como en este caso, el esfuerzo es colectivo, con la ventaja de las sinergias y el apoyo que podemos encontrar en el resto del claustro y en su equipo directivo, e incluso en un agente externo, pues mucho mejor.

Esto no significa que el equipo pueda suplir mi trabajo personal, pues nadie aprende por otro, sino que estaré en un contexto en el que puedo aprender con otros. Además, lo normal es que no haya nadie conmigo cuando me enfrento al desarrollo de una materia en un curso concreto. Por lo que el carácter de este trabajo será individual en su preparación (esto no excluye el comentario y la consulta con los demás) y ejecución, pues nadie estará para suplirnos cuando tengamos que tomar las decisiones y realizar las propuestas oportunas a los alumnos que exige una determinada metodología docente.

Para ayudarnos a realizar esta tarea de un modo coordinado y común para todos proponemos que se realicen las siguientes fases de trabajo:

1. Primera: Revisión de la bibliografía y elección del método.

Es imprescindible revisar tanto las presentaciones que sirvieron de base a la sesión como la bibliografía que se referenció (Coloma, Jiménez y Sáez (2007) Metodologías para desarrollar competencias y atender a la diversidad. Jiménez (2004) Proyectos para educar).

Una vez hayamos hecho esto elegiremos la metodología que queramos implementar. Es imprescindible que no se haya hecho nada semejante antes. Aprendemos más si nos enfrentamos a una tarea novedosa (cuanto más nueva para nosotros mejor. No le aportaría mucho volver a hacer una WebQuest con sus alumnos a un profesor o profesora que lleve tiempo realizándolas).

2. Segunda: Una vez tomada la decisión, leer en profundidad sobre el método concreto ampliando la lectura de otras fuentes e informándose sobre experiencias en las que el método se haya aplicado.

Nadie hace lo que no sabe. Lo peor que nos puede pasar es que, guiados por el “nombre de la metodología”, sin más conocimiento previo, la llevemos a cabo sin

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profundizar bien en qué consiste, cómo se organiza, en qué condiciones es eficaz, qué pasos tiene, cuándo se desaconseja… Es decir, no se trata de “inventar la rueda ya inventada” y de “adaptar” sino de aprender de otros. Cuando uno “adapta” la metodología antes de dominarla lo más probable es que no la mejore. Además, cuando sucede esto es probable que hayamos quemado en un intento mal planteado una posibilidad importante de mejora. Encima tendremos una buena escusa. Podremos decir: -“yo ya lo hice (No estoy seguro si una vez o ninguna, ¡claro!) y no funcionó”.

3. Tercera: Reviso el curriculum que tengo que trabajar con mis alumnos y decido qué parte del mismo voy a implementar mediante esta metodología que he elegido.

No se trata de hacer más cosas, ni otras cosas, de dudosa utilidad. Se trata de hacer mejor las cosas que hasta ahora he hecho de una determinada forma. No tenemos tiempo de hacer nada además de lo que hacemos. Es imprescindible que creamos que lo que vamos a realizar con nuestros alumnos les va a ayudar a aprender mejor. De lo contrario NO HAY QUE HACERLO. En la metodología se dan, mucho más que en otras facetas de nuestro quehacer profesional, las profecías auto-cumplidas.

Si lo que vas a hacer es “voluntario”, fuera de programa, no se evalúa al nivel de lo más alto que evalúes en tu asignatura, no desarrolla curriculum obligatorio,… estarás transmitiendo a tus alumnos que no apuestas por lo que propones, que es una “actividad” sin sentido y sin peso específico y (aunque no se lo digas) ellos van a reaccionar en consecuencia.

En resumen: Decido qué voy a impartir de mi asignatura de un modo nuevo en lugar de cómo lo he hecho hasta ahora, cuándo y con qué grupo o grupos lo voy a hacer.

4. Cuarta. Elaboración del diseño concreto de la experiencia.

Una vez que sé qué método voy a emplear, cuál será el contenido a impartir cuándo y con qué alumnos, necesitamos concretar el diseño de la experiencia en esta fase la metodología elegida marcará los elementos necesarios. En cualquier caso no deben faltar los siguientes elementos:

Objetivos: son las intenciones que tengo sobre el aprendizaje de mis alumnos. No hay que olvidar que el método elegido facilita por sí mismo un tipo u otro de aprendizaje. (Si he elegido un proyecto la capacidad de platearse metas e implementar los medios para su consecución será más fácil que si he elegido el trabajo por rincones y contratos donde la autonomía de los alumnos y la adecuación al nivel de los alumnos es más clara, por ejemplo)

Contenidos: qué van a aprender mis alumnos que no sepan ya y que sea imprescindible para que lo que he planteado que aprendan en los objetivos sea posible.

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Secuencia de actividades de enseñanza aprendizaje: Están íntimamente relacionada con la metodología y se regirán por medio de lo que hayamos aprendido de la misma. Realizaremos en este apartado la planificación de los recursos y una estimación lo más realista posible del tiempo que necesitaremos para realizar las tareas bien sean dentro o fuera de clase.

Evaluación. Con sus elementos fundamentales: Criterios y pruebas de evaluación y estas a su vez con sus criterios de calificación. Debemos dejar claro, al menos: Cómo vamos a evaluar, cuáles son los criterios para conseguir cada una de las calificaciones y cómo influyen las notas obtenidas en el conjunto de la evaluación de la materia en el trimestre. (Recordamos que es imprescindible que este trabajo sea tan importante, (o más si exige de los alumnos trabajo suplementario que el resto de temas y tareas), como el que hayan recibido otras unidades).

Las estrategias de evaluación deben ser coherentes a la metodología que empleemos. Por lo que es imprescindible revisar la información recopilada en la fase 2.

5. Quinta. Llevar a la práctica el diseño. Contrariamente a lo que a veces se pudiera pensar, esta fase, si las anteriores se han hecho bien, es la más sencilla. Las metodologías sobre las que vamos a trabajar ponen el protagonismo en el trabajo del alumno, son metodologías de las llamadas activas. Nuestro trabajo en el aula va a ser de soporte, de gestión de la actividad desde el liderazgo de quien organiza. Pero no descansará la tarea sobre nuestra labor de “transmisores” que anula cualquier otra acción y convierte al docente en el protagonista principal, mientras el alumno pudiera permanecer pasivo.

6. Sexta. Valorar el trabajo realizado. Esta fase se realizará, lógicamente, después de finalizada la experiencia. Entre otras, las preguntas a las que habrá que responderse estarán referidas a los mismos apartados de la fase de diseño que habremos llevado a cabo en clase. La valoración de nuestro trabajo es el motor del cambio y la mejora La práctica solo se puede mejorar desde la práctica pues “solo se sabe lo que se hace”

• Los objetivos : ¿Estaban bien planteados? ¿Se han cumplido? ¿Hay diferencia entre estos y los que me he planteado en otras ocasiones al abordar este mismo tema? Valoración de otros aspectos y propuestas de mejora.

• Los contenidos ¿Eran adecuados tanto en número como en profundidad? ¿He necesitado más o han llegado los alumnos a más contenidos de los propuestos gracias al tipo de tareas que se han seguido de la aplicación de la metodología? ¿El tratamiento de los mismos cómo ha estado en relación a otras ocasiones en las que los he trabajado de otro modo? Valoración de otros aspectos.

• Secuencia de actividades de enseñanza aprendizaje : Una metodología es un sistema coherente de actividades de enseñanza-aprendizaje. Valoramos lo que hemos hecho contrastándolo con lo que la teoría de la metodología proponía y ponemos de manifiesto puntos fuertes y débiles, no de la metodología (ninguno de nosotros siendo

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la primera vez estamos en condiciones de hacerlo) sino de nuestro ensayo de puesta en práctica de la misma por primera vez.

• La evaluación : Revisamos cómo han ido los resultados obtenidos en relación a los objetivos pretendidos y también cómo ha ido en la práctica de las pruebas de evaluación que diseñamos. Pueden servirnos de líneas de reflexión las siguientes preguntas:

• ¿Hemos valorado todos los objetivos o ha habido alguno del que no tenemos datos por lo que mejor hubiera sido omitirlo?

• Los alumnos ¿Tenían claro cómo iban a ser evaluados (en el modo y en los criterios) y esto les ha servido par ser más eficaces a la hora de estudiar?

• Los resultados obtenidos ¿Cómo son en relación a otros años? (Es evidente que al pretender cosas diferentes este aspecto no pueda ser comparable).

7. Séptima: presentación pública de resultados. Cualquiera de las experiencias puede ser motivo de exposición pública tanto con el asesor externo como en reunión de los equipos docentes para poder aprovechar la experiencia de cada uno de nosotros en la formación de los demás. Esta presentación deberá realizarse en un máximo de 10 minutos y tendrá que contar al menos con los siguientes puntos:

A. Metodología elegida y justificación de la elección

B. Materia, tema-unidad, grupo-s y nivel en que se haya puesto en práctica.

C. Breve descripción de la puesta en práctica

D. Valoración, puntos fuertes y débiles de la experiencia llevada a cabo

La forma y los recursos que cada profesor emplee para la exposición de su trabajo queda a su iniciativa. El objetivo es que podamos compartir el conocimiento experiencial del proyecto para aprovechar como equipo lo experimentado por cada uno de nosotros. Los medios que se empleen en la presentación estarán en función de esta premisa.

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