Guillermo Pérez Villalta DOSSIER: Patrimonio y Arte ...

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158 Guillermo Pérez Villalta es una de las primeras figuras del panorama plástico andaluz, su pro- ducción artística es reconocida y admirada por la crítica especializada y su obra está presen- te en importantes colecciones privadas y museos nacionales e internacionales. Ha sido galardonado con el Premio Nacional de Artes Plástica, el Premio de Artes Plásticas de Anda- lucía y la Medalla de Andalucía. Diseñador de edificios y artificios, joyas, muebles y objetos, escultor, pintor y filósofo de la vida, trabajador constante de horarios rigurosos, una contrac- ción muscular que afecta su brazo derecho le impide en la actualidad dedicar a la pintura todo el tiempo que desearía. Como terapia contra el ocio escribe su primer libro, diez narraciones cortas que espera ver pronto publicadas, y proyecta para Tarifa, su ciudad natal (12 de Mayo de 1948), una fundación que reúna su legado artístico. No es nostalgia sino identificación. Cultiva para la calle, por retórica de la espontanei- dad, un estudiado desaliño personal que contrasta con el cuidado diseño interior de su casa de Sevilla, aquí todo está escogido y en perfecto orden. Me indica que prefiere la entrevista en el salón o el co- medor. Guillermo prefiere siempre lo vivido, no le gustan los sobresaltos y desconfía de las novedades. Madrid, Sevilla y vuelta a Tarifa. Elijo el comedor (me da más sensación de lugar de trabajo) y charla- mos. Le comento que nos centraremos en su obra pictórica. Sabedor profundo de su oficio y más, me confiesa no ser pintor, de hecho se reconoce lleno de limitaciones en este campo de la plástica y ase- gura que pintar le supone un gran esfuerzo de con- centración. La pintura, como cualquier otro medio ar- tístico, es un vehículo, puede que el idóneo, con el que expresar un complejo mundo íntimo. Su obra conforma un Cosmos particular en el que él es el Creador, donde producción artística y viven- cias se cruzan atropellándose sin que se distinga profesión y existencia, donde todo lo que ha experi- mentado y todo lo que ha sentido está pintado o será pintado; nada personal escapará a su trabajo aunque ahí, como en la vida, nada será lo que apa- rente ser… y el espectador verá sólo lo que es evi- dente, y el autor, que le ha expuesto sus más intimas inquietudes, le da la razón mientras piensa –no se ha enterado de nada. Si usted era ese espectador, no se apure, nos ha pasado a todos–. Guillermo Pérez Villalta Carlos Núñez Guerrero Historiador del Arte Técnico en Patrimonio 1. Autoretrato por la mañana. Acrílico sobre lienzo. 120 X 100. Colección del autor. Entrevista DOSSIER: Patrimonio y Arte Contemporáneo

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Guillermo Pérez Villalta es una de las primerasfiguras del panorama plástico andaluz, su pro-ducción artística es reconocida y admirada porla crítica especializada y su obra está presen-te en importantes colecciones privadas ymuseos nacionales e internacionales. Ha sidogalardonado con el Premio Nacional de ArtesPlástica, el Premio de Artes Plásticas de Anda-lucía y la Medalla de Andalucía. Diseñador deedificios y artificios, joyas, muebles y objetos,

escultor, pintor y filósofo de la vida, trabajadorconstante de horarios rigurosos, una contrac-ción muscular que afecta su brazo derecho leimpide en la actualidad dedicar a la pinturatodo el tiempo que desearía. Como terapiacontra el ocio escribe su primer libro, dieznarraciones cortas que espera ver prontopublicadas, y proyecta para Tarifa, su ciudadnatal (12 de Mayo de 1948), una fundaciónque reúna su legado artístico. No es nostalgiasino identificación.

Cultiva para la calle, por retórica de la espontanei-dad, un estudiado desaliño personal que contrastacon el cuidado diseño interior de su casa de Sevilla,aquí todo está escogido y en perfecto orden. Meindica que prefiere la entrevista en el salón o el co-medor. Guillermo prefiere siempre lo vivido, no legustan los sobresaltos y desconfía de las novedades.Madrid, Sevilla y vuelta a Tarifa. Elijo el comedor(me da más sensación de lugar de trabajo) y charla-mos. Le comento que nos centraremos en su obrapictórica. Sabedor profundo de su oficio y más, meconfiesa no ser pintor, de hecho se reconoce llenode limitaciones en este campo de la plástica y ase-gura que pintar le supone un gran esfuerzo de con-centración. La pintura, como cualquier otro medio ar-tístico, es un vehículo, puede que el idóneo, con el queexpresar un complejo mundo íntimo.

Su obra conforma un Cosmos par ticular en el queél es el Creador, donde producción artística y viven-cias se cruzan atropellándose sin que se distingaprofesión y existencia, donde todo lo que ha experi-mentado y todo lo que ha sentido está pintado oserá pintado; nada personal escapará a su trabajoaunque ahí, como en la vida, nada será lo que apa-rente ser… y el espectador verá sólo lo que es evi-dente, y el autor, que le ha expuesto sus más intimasinquietudes, le da la razón mientras piensa –no seha enterado de nada. Si usted era ese espectador,no se apure, nos ha pasado a todos–.

Guillermo Pérez Villalta

Carlos Núñez Guerrero

Historiador del ArteTécnico en Patrimonio

1. Autoretrato por la mañana.Acrílico sobre lienzo. 120 X 100. Colección del autor. En

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Guillermo, en un texto escrito para el catálogo detu exposición en la Galería Antonio Manchón (Ma-drid) de 1986, Fernando Huici te sitúa entre LasMeninas y El Gran Vidrio. ¿Te sientes cómodo enese espacio?Huici se refiere aquí a la pintura como productomental, ahí si que lo considero mi ámbito. De hechoLas Meninas supone para mí un límite pictór ico.Cuando Pérez Sánchez me enseñó Las Meninas re-cién restauradas decidí que por ese camino de lapintura yo no iba a seguir, realmente el camino de lapintura tiene un límite que es Velázquez. Me refieroa esa pintura que empieza con los venecianos. Másbien soy florentino, mi mundo viene del mundo deldibujo y en el fondo mis cuadros son dibujos colore-ados, en un sentido no peyorativo, ya que el colorpara mi es un elemento más de disquisición mentaly no el elemento base de la obra. Por ahí Las Meni-nas si son un límite, pienso que la pintura es un me-dio más.

¿Y El Gran Vidrio?Por generación soy un ar tista conceptual, la diferen-cia es que par te de mi generación retomamos lapintura como un sistema de lenguaje, como un pro-ceso para generar pensamiento. Pienso que la obrafundamental del siglo XX es El Gran Vidrio por seruna obra creada para generar pensamiento. Du-champ es una figura emblemática como relación delar tista en la sociedad en que vivió, por la posturadistanciada que adoptó y yo adopto una postura si-milar.

¿Heredero del Pop?Yo soy hijo del Pop en muchos sentidos. Mi genera-ción, una generación un tanto confusa, es la siguien-te a la Generación Pop. Los cuadros que veíamos ynos interesaban en las revistas, los museos y las ex-posiciones eran Pop además de algunas abstraccio-nes que apreciaba pero a niveles muy par ticulares.La obra que analicé más profundamente fue la de

Hockney, Hamiltton, Alen Jhones especialmente meimportaban las vías estéticas inglesas, analicé muchola corriente americana pero no su vertiente plástica.Warhol me resulta lejano. Buscábamos un lado máspictórico, más compositivo. Eramos menos moder-nos a conciencia. El caso es que los planteamientosmíos y de muchos de mi generación realmente nohan funcionado porque éramos excesivamente inte-lectuales y conocedores del ar te para que pudierantriunfar a nivel general. A pesar de que mi obra pa-rezca asequible al gran público, eso es mentira, miobra es tremendamente elitista y culta. Ni siquieralos críticos más cercanos en esos momentos enten-dieron las posturas que se plantearon, queríamospar tir del Pop como colofón del Movimiento Mo-derno para plantear una obra de una complejidadextraordinaria como herederos de toda la Historiadel Arte, no sólo del Pop.

Una ironía tuya: es que como somos pobres y vivimosen poco espacio, acumulamos muchas ideas en unmismo cuadro. Es una histor ia que ocurr ió en la exposición delGuggenheim de Nueva York (1980); allí estaba un tí-pico pintor americano que hacía grandes cuadros ycosas muy simples. Recuerdo que me dijo tú lo quetienes que hacer es coger este trocito y hacerlo muygrande, yo le respondí con esa frase. De ahí mi dis-tanciamiento de los americanos, ellos tienen unaidea y la plasman lo más grande posible para que to-do el mundo se entere. A mí lo que me divier te esjustamente lo contrario: ocultar la idea real de laobra. Retomando conceptos del Barroco disimulo eltema principal del cuadro y así un bodegón aparen-temente banal es toda una alegoría de la vida. Vacui-tas, plenitas.

Cuentas que en esa exposición en Nueva Yorkapagaste un cigarrillo en una escultura de Chillidacon elegante descuido. Tengo que reconocer que a mí nunca me ha subyu-gado la generación abstracta española y quitando al-gunas obras de Chillida, muy pocas y muy especiales,en general me parecen enormes mamotretos.

A mí lo que me divierte es justamente lo contrario: ocultar la

idea real de la obra. Retomando conceptos del Barroco disimulo

el tema principal del cuadro y así un bodegón aparentemente

banal es toda una alegoría de la vida. Vacuitas, plenitas.

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Y mientras apagabas el cigarrillo, los montadoresdel Guggenheim manipulaban tus cuadros conguantes blancos. Eso me encantó, porque aquí en España eran toda-vía muy brutos. Estos montadores eran todos estu-diantes de ar te que se pagaban sus estudios hacien-do trabajos de este tipo. Se les veía una apreciaciónde la obra de ar te que en España no se daba, aquílas trataban como muebles y eso en el mejor de loscasos.

El Sacrificio de Isaac o la pintura como víctima(1985). Una obra propia es como un hijo y Dios ordena aIsaac sacrificar a su propio hijo. A par tir de cier tomomento he sentido la necesidad de prevenirmefrente a la locura que puede generar el mundo queconstruye mi ar te. Al ser el ar te un mundo creadopor uno mismo, que se adapta a todas las necesida-des y todos los deseos (una de las razones por loque me interesa el ar te, porque no tiene que vercon la realidad, con la vida cotidiana) puede ser ésteun mundo absorbente hasta un grado de locura.Hay un lado terr ible de la creación ar tística quequería expresar, de hecho, en ese cuadro que nom-bras, la pintura que va a ser sacrificada es una caragritando muy angustiada. Buscaba matar esa angustiade forma metafórica.

El rumor del tiempo (1984). Es un cuadro que trata sobre la Vida y la Muer te.Aunque es un tema muy sevillano e hice todos losbocetos en Sevilla, durante la Semana Santa (algoque se nota, que está muy presente), su idea surgióen Benarés, viendo una incineración, medité enton-ces que el sentimiento sobre la muer te que rige enOccidente es demasiado trágico y que, por el con-trario, puede ser algo muy hermoso. La idea de laresurrección me parece muy bonita, es el triunfo enel máximo combate contra la Naturaleza porquerompe el ciclo vida-muerte-vida-muerte. Un perso-naje que resucita se apar ta por completo del con-cepto de Naturaleza y del ciclo de la Evolución y seconvier te en verdadero Dios, esa es la alegoría queme interesó en ese momento.

¿Te preocupa que el paso del tiempo afecte física-mente a tu obra?Tengo una enorme preocupación técnica por miobra. No soy de esos ar tistas a los que les importaun bledo la calidad de los materiales que emplean.Por ello llevo muchos años buscando para mi pintu-ra una técnica que se adapte a mis necesidades yhe cambiado continuamente, pasando del óleo alacrílico, del acrílico al óleo y de vuelta al acrílico. Fi-nalmente he encontrado una técnica mixta que mesatisface.

¿Podrías comentarnos esa evolución?Cuando empecé a pintar con conciencia de crearuna obra, lo único que tenía a mano eran óleos ylos empleaba sobre tablas. Tenía pocos medios eco-nómicos y los soportes los extraía de muebles dese-chados por mi familia, con cola de conejo hacía lapreparación clásica. Son cuadros que se conservanmal, la pintura está mal adherida al soporte y la ma-yoría se descascarillan, la causa la desconozco.

En 1968 experimento una revolución personal y mehago moderno; paso de una obra figurativa y plana aotra tridimensional en la que me interesa mucho lapar ticipación del espectador y cuestiones como elespacio, el tiempo y los efectos de luz, hice cuadroscon mecanismos pendulares que los dotaban demovimiento, otros con bombillas por dentro… de-sapareció toda figuración y sólo hacía abstraccióngeométrica, dejé de pintar con óleos y me pasé a laspinturas plásticas, Titanlux e Hidralux. Esta etapa du-ró poco, hasta 1970-1971, cuando vuelvo a unanueva figuración que tiene que ver con el Pop y conlo que será toda mi obra posterior, empleaba pintu-ras acrílicas, concretamente de las marcas La Pajarita(considero que son de una calidad extraordinaria,mucho mejores que otras marcas famosas) y Hyplar,una marca americana muy cara. Entonces la prepara-ción de los lienzos la hacía sólo con cola blanca. Loscuadros de esta época se conservan muy bien, nohan perdido color ni han sufrido agrietamientos.

En 1974 firmé un contrato con la galería Vandrés enel que se especificaba que me pagaban los materia-les, todo a lo grande, pintaba sólo con Hyplar y enlienzos reentelados que traían la preparación de fá-brica (Carlos Alcolea lo empleaba y Juan AntonioAguirre los sigue empleando), eran extremadamen-te caros y ahora pienso que no eran buenos. Comono me gustaba la textura de esa preparación indus-tr ial, yo hacía una nueva base de gesso que lijabahasta conseguir una textura lo más lisa posible, reali-zaba el dibujo con lápiz duro y pintaba, conseguí de-purar la técnica hasta el punto que cuadros pintadoscon acrílicos eran considerados normalmente comoóleos.

A finales de los años setenta, pintando el Cristo enla columna (obra perdida en una Bienal de Veneciaque me gustaría recuperar) quedé atascado en losesfumatos, muy complicados de realizar con acrílicos;se me ocurrió entonces superponer suaves veladu-ras de óleo sobre el acrílico logrando así una luz y

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2. Taller del pintor en Tarifa

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una morbosidad muy especial para el desnudo hu-mano. Lentamente, a principios de los ochenta, fuirecuperando el óleo en una técnica parecida a laque actualmente utilizo, una técnica de transparen-cias, de forma que si quiero conseguir un color noaplico éste de forma directa, resultarían coloresmuertos. Mi problema con el óleo es el secado, co-mo nunca he podido pintar dos o más cuadros a lavez, tenía que plantearme las jornadas para ir aca-bándolo por zonas. Un día se lo conté a Zóbel y élme desveló la existencia de una gama de óleos ál-quidos de la marca Wilson&Newton, óleos de seca-do rápido. Esta época de los ochenta es muy textu-rada, más suelta, más veneciana, y utilizaba todotipos de potingues, especialmente un gel álquido deWilson&Newton que me espesaba el color mante-niendo su transparencia, diluido en aguarrás cubríacon él lienzos completos, raspaba con el pincel decanto… era muy matérico.

A raíz de mi estancia en Roma, en 1988, vuelvo arealizar una pintura más limpia, más florentina, coin-cide mi visión ante Las Meninas restauradas. Aclarola paleta y los conceptos del cuadro regresando aPiero de la Franccesca y a Duchamp. En Roma prue-bo por primera vez con pigmentos puros en un me-dio alquídico para aproximarme a las calidades delfresco renacentista, me interesaba su claridad mate,empecé trabajando sobre car tón y el efecto meconvenció. De vuelta a Tarifa seguí depurando latécnica y cambio el aglutinante por acrílico solubleen agua, Primal AC 33 concretamente. Pintando so-bre una preparación muy absorbente consigo un as-pecto mucho más mate. Mi técnica actual es prácti-camente esa, preparación de gesso, pigmentos purosdiluidos en polímero acrílico y barniz mate (por cier-to, marca La Pajarita).

La iglesia de San Mateo de Tarifa posee un cuadrotuyo Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro (1984) quese va a restaurar por iniciativa de su párroco. Porprimera vez, un restaurador o restauradora se dis-pone a intervenir una obra tuya, ¿Qué se siente?. Mi gran miedo ante una restauración, en general, esuna limpieza inadecuada. Mi obra se concluye siem-pre con sutilísimas veladuras atmosféricas difíciles dedetectar a simple vista. Por lo demás. no soy de losque piensan que el tiempo imprime carácter, aunquemuchas obras de ar te han sido favorecidas por elenvejecimiento en sus aspectos visuales, es el casode las pinturas al óleo, he comprobado que el tiem-po homogeneiza los colores. Considero, por ejem-plo, que la delicadeza del color en Juan Gris se debea que el óleo ha envejecido y el resultado es ahoramás armonioso. Otro ejemplo es la pintura pompe-yana, estoy absolutamente convencido que es másbonita de color ahora que en el momento de su re-alización, será por haber estado enterrada o por có-mo le afectaron los cambios bruscos de temperatu-ra… no se, pero su textura es ahora tan exquisitaque en ocasiones he buscado imitar la. La técnicaque mejor envejece para mi gusto es el fresco, lasmanchas de humedad o las fisuras son en ocasionesinopor tunas pero la mayoría de las veces le dan un

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3. Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Oleo sobre lienzo. Iglesia de Juan Mateo. Tarifa

4. Paz. 1995. Temple vinílico sobre lienzo. 180 X 127. Colección del autor

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carácter misterioso y evanescente, esos efectos decolores que se difuminan en unas zonas mientrasque en otras permanecen nítidos me gustan muchoy también los he imitado. Otra cosa es la suciedad,prefiero la Sixtina y los Velázquez limpios. Pero eldeter ioro químico puede favorecer una pinturaotorgándole efectos muy hermosos.

He comprobado personalmente que guardas conmucho cuidado las obras que te reservas como co-lección personal, están almacenadas con orden yalgunas también están etiquetadas. Ahora que sehabla de protección antes que restauración, ¿cómose protegerá esta colección?

Viéndose. Quiero reunirlas y exponerlas enTarifa, son mis hijos y aquella será su

casa. Son obras que he guarda-do porque me gustaban es-

pecialmente y deseo quepermanezcan unidas.

Juntas tienen sentidonarrativo, histor i-

cista, y quiero que se vean en un orden y en un con-texto, una especie de libro habitable. Me gustaríaque mi casa de Tarifa se leyese. Además hay un im-portante material que quiero conservar junto a estacolección; dibujos, libros de dibujos en los que voyanotando mis ideas, textos…todo ello tiene un inte-rés fundamental por lo que van a suponer después.Esa es quizás la obra que más me preocupa, porquelos cuadros siempre se podrán vender y terminaránen buenas colecciones, pero este material ¿qué va aser de él?. Busco protegerlo y al mismo tiempo abrir-lo a cualquier persona que desee conocerlo.

¿Por qué Tarifa?Tarifa tiene mucho que ver conmigo y con mi obra,no sé si soy un producto de su historia y geografía oyo me he inventado una Tarifa que se parece a mipersonalidad. Es una historia de mundos límites yconfidentes.

Conocedor de tus derechos como autor, ¿recurri-rías a todo el peso de la Ley para proteger unaobra que ya no es de tu propiedad?. Sin dudarlo. Pienso de una obra que se vende quesólo le otorgas al comprador el derecho físico detenerla, pero metafísicamente sigue siendo mía. Nosólo recurriría a un Tribunal de Justicia sino a la vio-lencia física si fuese necesario.

Ahora también estás escribiendo una serie de na-rraciones cortas con intención de publicarlas.¿Qué nos puedes adelantar?. Siempre ha escrito, en relación a mi propia obra uotras, pero siempre fuera de lo l iterar io. Ahoraquiero contar cuentos sobre el ar te. La motivaciónnace de que los textos crít icos sobre ar te seansiempre aburridos y que siempre quise encontrartextos de este tema más amenos.

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5. Almacén. Casa deGuillermo Pérez Villal-

ta. Tarifa

6. Trampantojo. Acríli-co. 1975. Puerta de

acceso a la galería delprimer piso. Casa de

GPV en Tarifa

7. Soy el deseo de lo que quieroser. Oleo sobre lienzo y madera.66 X 72. 1985

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Parafraseando el título de una obra tuya de 1985:¿Eres el deseo de lo que deseas ser?Es lo que seguiré siendo, porque el deseo en mí notiene límites. Mejor dicho, el límite de mi deseo esDios, la figura más bella creada por el hombre, asíque nunca llegaré a alcanzarlo. El deseo es una espi-

ral al infinito, es como la escalera de caracol. Siem-pre se evoluciona girando en torno a un mismopunto pero cada vez con un perspectiva más amplia.El deseo es dinámico. Tú eres el Cosmos que se ge-nera de ti, sólo al conocer lo lo haces posible , elCosmos sin la consciencia del Cosmos no existe.

ALAMINOS, E. G. PV : Un tríptico, un escenario, ¿un retrato?. Ar-tes Plásticas, nº9, 1976

ART SPAGNOL ACTUEL. [catálogo]. 1984

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Guillermo Pérez Villalta y el combate espectacular de la Pintura.Guadalimar. nº 76, 1984.

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HUICI, F.: La ambigüedad del espacio. El País, 1988

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LEWISON, J.: Spanish art: a view form outside. New Sanish Figu-ration [catálogo]. Londres, 1982

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MARINA, , JM.: Texto para catálogo. Galería La Mandrágora, Má-laga, 1972

LA MEMORIA de un joven pintor. La calle,1979

De una MEMORIA laberíntica. Interiores [catalogo]. CAAC. Sevi-lla, 1995

MORALES P.: Entrevista con GPV. La Luna, nº 1, 1983

OLIVARES, R.: A pesar de la moda. Lápiz, nº 13, 1984

OLIVARES, R.: Guillemo Pérez Villalta. Lápiz, nº 47, 1988

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PÉREZ VILLALTA, Diario de una pasión, El País, 1983

PÉREZ VILLALTA G.: Texto para catálogo. Galería Buades, Ma-drid, 1974

PÉREZ VILLALTA, G.: Ar te Ornamental. Texto para catálogo.Galería Soledad Lorenzo, Madrid, 1990

PÉREZ VILLALTA, G.: El paisaje de los días, texto de catálogo.Galería Salvador Riera, Barcelona, 1993

PÉREZ VILLALTA, G.: El rito del vacío, Texto para catálogo. Gale-ría Soledad Lorenzo, Madrid, 1994

El POZO del deseo. GPV 1983-1986 [catálogo]. Galería AntonioManchon, Madrid, 1986

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Alguna Bibliografía recomendada