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por A.

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  • PAUL K. FEYERABEND

    Contra el mtodo

    ! Paul K. Feyerabend considera imprescindible un anarquismo epistemolgico

    que sirva de base a la filosofa de la ciencia.

    Comienza estableciendo una analoga entre la efervescencia poltica y la dinmica

    plural de la investigacin cientfica, trayendo a colacin citas de Lenin: [] la clase revolucionaria debe ser capaz de dominar todas las formas y aspectos de la realidad social, sin excepcin; [] [la clase revolucionaria] debe estar preparada para pasar de una a otra de la manera ms rpida e inesperada.

    En palabras de Einstein, Las condiciones externas que se manifiestan por medio de los hechos experimentales, no le permiten [al cientfico] ser demasiado estricto en la construccin de su mundo conceptual mediante la adhesin a un sistema epistemolgico. Por eso tiene que aparecer ante el epistemlogo sis-temtico como un oportunista poco escrupuloso.

    Las diferencias que se advierten entre las teoras epistemolgicas y la prctica cientfica hic et nunc suelen formularse en trminos de reglas o estndares sis-temticos y nuestras aplicaciones de los mismos, falibles, sujetas a error.

    Frente a la ciencia puramente inteligible del tercer mundo popperiano, la ciencia de la prctica diaria es una mescolanza de las reglas estrictas con el error.

    En consecuencia, el cientfico precisa de una teora del error, para que sea aadi-da a las reglas sistemticas que definen el camino a la verdad.

    Tengamos ahora en cuenta que el error, de origen individual, sea cual sea su procedencia: pensador, observador o, incluso, instrumento de medida particular, depende de la situacin, de los fenmenos o teoras particulares susceptibles de anlisis, y se desarrolla segn formas altamente inesperadas.

    El error en s es un fenmeno histrico.

    En consecuencia, Feyerabend considera que una teora del error habra de ar-

    ticularse por medio de un conjunto de reglas pragmticas que tenderan puentes con determinados episodios histricos, lo que permitira comprobar cmo algu-nas de ellas han conducido al xito a personas concretas en momentos concre-tos.

    Al elegir una u otra va, el cientfico crea una situacin indita de la que debe aprender cmo ha de aproximarse a ella. En palabras de Bakunin, que Feyer-abend trae a colacin, que la gente se emancipe por s misma [] y que se in-struyan a s mismos por su propia voluntad.

    Si nos circunscribimos a la ciencia, la disposicin adecuada slo puede adquirirse por medio de la participacin directa (diferente con respecto a cada uno de los individuos).

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  • En el caso de que la participacin directa no pueda lograrse o no se considere deseable, el tacto necesario llega a eclosionar a travs de estudio de los suce-sivos episodios que configuran la historia del tema.

    Estos episodios incardinados en la historia del tema han de ser abordados escribe Feyerabend con el cario de un novelista por los caracteres y el de-talle, o con el gusto de un chismoso por el escndalo y las sorpresas, [] ms que con los crudos y risiblemente inadecuados instrumentos del lgico. Pues nadie puede decir en trminos abstractos, sin prestar atencin a idiosincracias de personas y circunstancia, qu es lo que precisamente condujo al progreso en el pasado, y nadie puede decir qu intentos tendrn xito en el futuro.

    De este modo, Feyerabend considera que la historia de la ciencia llegar a ser tan compleja, catica, errnea y divertida como lo sean las ideas que narra. Y estas ideas escribe sern a su vez tan caticas, tan llenas de error y tan di-vertidas como lo son las mentes de quienes las inventaron. No hay hechos desnudos. Los hechos que ingresan en nuestro conocimiento se ven ya de un cierto modo y son por ello esencialmente tericos.

    Por el contrario, una teora de los errores se muestra irrelevante para aquellos cientficos esclavizados por la consciencia profesional que los pone en movimiento tras la zanahoria de sus ansiadas recompensas.

    La educacin cientfica actual (Feyerabend escribe en 1970) se propone simpli-ficar la ciencia de un modo racionalista por medio de otra simplificacin: la de quienes participan en ella.

    La educacin cientfica como hoy se concibe procede de esta forma:

    1.) Definicin de un dominio de investigacin.

    2.) El dominio se separa del resto de la historia (v. gr.: la fsica se separa de la

    metafsica y de la teologa).

    3.) Recibe una lgica propia.

    Llegados a este punto, un adiestramiento lgico condiciona a los cientficos para

    que no puedan poner en entredicho los campos yermos que su labor ha pro-ducido.

    El acento se pone, sobre todo, en el establecimiento de lindes rigurosas entre los diferentes campos del conocimiento.

    No slo se restringe la imaginacin, sino tambin el lenguaje.

    Es palmario que un tipo de educacin semejante frustra la creatividad del indi-

    viduo, que, al ver compartimentados en una direccin solipsista tanto los domin-ios epistemolgicos como los mbitos de la consciencia, no puede reconciliarse con su dimensin humanitaria.

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  • Abandonar, en consecuencia, el ideal racionalista de los meteorlogos, que se basa en reglas infalibles y en la herida abierta entre objetividad y subjetividad, es tomar la actitud de una persona libre que confa por entero en las teoras del er-ror.

    Al alejarse definitivamente de los estndares universales de verdad y racionalidad, hemos de abandonar la creencia en un tipo de error universal.

    Slo podremos hablar, en consecuencia, de lo apropiado o inapropiado desde unos puntos de vista particulares y ceidos, que dar lugar a juicios y mtodos diferentes.

    Feyerabend resuelve su teora del error en una epistemologa anarquista, que, adems de ser preferible para interpretar el conocimiento y entender la his-toria, resulta ms apropiada para el ser humano libre que su alternativa rigurosa.

    La asuncin de una epistemologa anarquista no significa que nos veamos con-ducidos al caos: el sistema nervioso humano est demasiado bien organizado para eso.

    Tal vez podra llegar una poca en la que cabra dar alguna ventaja a la razn o incluso defender a capa y espada sus reglas. Sin embargo, Feyerabend cree que ese momento no es el nuestro.

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  • PAUL K. FEYERABEND

    Inconmensurabilidad

    ! Segn Popper, la investigacin cientfica comienza con un problema y prosigue

    con su resolucin.

    Feyerabend considera que Popper no tiene en cuenta la posible formulacin

    errnea de los problemas. Problemas de este tipo slo son susceptibles de ser disueltos, pero no resueltos. As por ejemplo, el que debata acerca de su los ncubos son capaces de perpetuarse por s solos o se ven obligados a intro-ducirse en la simiente de los hombres para hacerlo.

    El mecanicismo cartesiano, as como la psicologa y la fisiologa moderna han dis-uelto este problema aunque no decisivamente, ironiza Feyerabend.

    Los cambios de estatus ontolgicos se acompaan con frecuencia de cambios conceptuales.

    Si descubre que determinadas entidades no existen, el cientfico suele probar a reescribir los procesos. O puede optar por usar nuevos conceptos, despojados d e sus connotaciones anteriores. As, el trmino poseso en la descripcin de la epilepsia, despojado de sus anteriores connotaciones diablicas.

    En el caso de que la ontologa defectuosa sea comprehensiva, cada concepto precisa ser cambiado o, simplemente, abandonado.

    Feyerabend trae a colacin el contraste entre dos sistemas conceptuales: fsica clsica y fsica relativista.

    Las condiciones formales para suceder adecuadamente a una teora que ha sido refutada (que ha de conservar los aciertos de la vieja teora, negar sus conse-cuencias falsas y formular predicciones adecuadas) no pueden ser debidamente articuladas en el caso citado.

    En este caso, observamos cmo el esquema popperiano hace agua. Ni siquiera es posible la introduccin de una hiptesis emprica.

    Podramos formular sin empacho un enunciado como ste: siempre que hay posesin por un demonio hay descarga en el cerebro?

    En consecuencia, llegamos a la conclusin de que dos teoras comprehensivas del tipo mencionado son por completo inconmensurables.

    El hecho de que existan teoras inconmensurables crea dificultades tanto al racionalismo crtico como a sus predecesores neopositivistas.

    He aqu las principales objeciones:

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  • 1.) La adaptacin de las nuevas observaciones a la teora alejara los puntos con-flictivos mediante hiptesis ad hoc. Sucede, sin embargo, que la inconsistencia en-tre teora y observacin puede deberse a un defecto de la terminologa observa-cional empleada. Una vez que se cambia, aparecen temas auxiliares (v. gr., la pti-ca, en Galileo) que pueden compensar la prdidas del contenido emprico de-bido a la adaptacin. Si la teora precisase de afirmaciones sobre las condiciones iniciales, puede ser refutada por medio de informes de observacin autoinconsis-tentes y contradictorios.

    Otro aspecto de la objecin es la crtica de la interpretacin de la ciencia que desemboca en la inconmensurabilidad. Preguntas como la formulada acerca de la posible inconmensurabilidad de la mecnica celeste y la teora de la relatividad no seran preguntas completas. Las teoras, al ser susceptibles de diversas interpreta-ciones, seran conmensurables en unos casos e inconmensurables en otros. Sin embargo, los conjuntos de consecuencias de dos teoras como MC y ER no se relacionan en modo alguno, puesto que no permiten el establecimiento de comparaciones de contenido ni juicios de verosimilitud.

    2.) La objecin ms extendida a la nocin de inconmensurabilidad procede del realismo: en este sentido, Feyerabend constata que un realista desea dar una descripcin unificada tanto de las de las materias observables como de las no observables, y utilizar para ese propsito los trminos ms abstractos de cualquier teora que est considerando. As, el realista los usar tanto para dar significado a sus enunciados de observacin como para reemplazar sus significa-dos de costumbre.

    Tras esta objecin se encastilla la idea de que los lenguajes nuevos y abstractos no pueden introducirse de manera directa, sino que primero deben ser puestos en conexin con un idioma observacional ya existente y presumiblemente es-table.

    Esta idea se confuta de manera evidente si consideramos la manera en que los nios aprenden a hablar, as como el mtodo de aprendizaje que siguen lingistas y antroplogos ante la lengua de una comunidad recin conocida.

    Como se recoge en los estudios de Piaget, la percepcin de los nios se desar-rolla a travs de diversas etapas evolutivas antes de alcanzar su forma adulta, que tampoco puede ser considerada como absolutamente estable.

    En una primera etapa, los objetos se comportan como imgenes retrospecti-vas. El nio sigue al objeto con la vista hasta que desaparece, sin que manifieste inters por recuperarlo.

    Cuando aparece el concepto, la situacin cambia diametralmente. Aunque las imgenes retrospectivas todava existan, son de difcil acceso.

    Cada etapa evolutiva posee una base observacional distinta, a la que el sujeto presta especial atencin y desde la que se recibe un acervo dinmico de sug-erencias. Cada base:

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  • a) Cambia de etapa a etapa.

    b) Es parte del aparato conceptual de una etapa determinada.

    En cuanto al segundo punto de la refutacin, acerca del aprendizaje de una

    lengua desconocida, Feyerabend trae a colacin que los ms conspicuos pen-sadores del Crculo de Viena consideraban que los trminos de una teora reciben su interpretacin de un modo indirecto, relacionndolos con un sistema conceptual diferente que es, o una teora ms vieja, o un lenguaje de obser-vacin.

    Sin embargo, los lingistas insisten en que una traduccin perfecta es de todo punto imposible. Curiosamente, lo que para los lingistas es un anatema, para los espiritas lgicos es un supuesto indeclinable, que da lugar a un mtico lenguaje de observacin, que se correspondera con la lengua base de la traduccin. Lle-gados a este punto, Feyerabend invoca un trabajo de campo que no tenga en cuenta la definicin de un doble lenguaje, sino en la compaa de todos aquel-los que, sin importar el campo concreto de su trabajo en la vida, han construido nuevas concepciones del mundo.

    3.) Existiran experimentos cruciales que refutasen una de las dos teoras in-conmensurables y confirmaran la otra.

    Algunos experimentos, como, por ejemplo, el efecto Dopler transversal, refu-taran la mecnica celeste y confirmaran la teora de la relatividad especial. Es ob-vio que si centramos la investigacin en esta ltima, y usamos sus trminos y leyes, los experimentos sern relevantes para la teora. Y le prestarn apoyo.

    Si adoptsemos, por el contrario, los trminos de la mecnica celeste, obser-varamos que la descripcin tambin es relevante.

    Sin embargo, podemos apreciar cmo los experimentos torpedean ahora la con-juncin entre la electrodinmica clsica y la mecnica celeste.

    4.) Al admitir la inconmensurabilidad de la ciencia, no podramos decidir si una nueva teora explica en realidad lo que explica y no se limita a divagar por distin-tos campos.

    Sin embargo, la andadura histrica de la ciencia ha discurrido precisamente en ese divagar por distintos campos. Si el Estagirita concibi el mundo como un gran organismo, Galileo y Descartes lo vern como un gran mecanismo.

    5.) La nocin de explicacin o reduccin presupone la continuidad de con-ceptos: otras nociones podran emplearse para iniciar exactamente la misma clase de argumento.

    De este modo, se supone que la teora de la relatividad explica los aspectos vli-dos de la fsica clsica; en consecuencia, ambas teoras no podran ser inconmen-surables.

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  • Pero el relativista en cierta consonancia con la filosofa hegeliana no se vera afectado por la suerte que pueda correr la fsica clsica ms all de lo que sera un mero ejercicio de historia.

    Lo nico que podemos pedirle a una teora es que nos ofrezca una descrip-cin correcta del mundo. De la totalidad de los hechos observados a travs de los conceptos propios de la teora.

    Qu tienen que ver los principios de explicacin con esta exigencia?

    Feyerabend considera que el punto de vista de la fsica clsica se halla en dificul-

    tades con sus propios hechos, por ms que sus conceptos explicativos puedan ser perfectamente adecuados.

    Igualmente razonable se muestra el intento de reemplazar sus conceptos por una teora ms prometedora.

    E incluso cabra preguntarse si existe una razn para exigir a las explicaciones una continuidad conceptual.

    En suma, las teoras inconmensurables pueden ser refutadas, en primer lugar, descubriendo sus contradicciones internas. Sin embargo, en el caso de que no se den alternativas conmensurables, las refutaciones son dbiles.

    Los contenidos de las teoras inconmensurables no pueden ser comparados.

    Tampoco es posible formular un juicio de verosimilitud, a no ser dentro de

    una teora en particular.

    Feyerabend sostiene, en conclusin, que ni el mtodo de la racionalizacin de la

    ciencia que establece Popper ni los mtodos alternativos de Carnap, Hempel o Nagel pueden ser aplicados.

    El nico que resta, el de la refutacin, es un mtodo ciertamente muy dbil.

    Lo que queda afirma Feyerabend son juicios estticos, de gusto, y nue-

    stros personales deseos subjetivos.

    Podramos concluir, en consecuencia, que la ciencia se ha vuelto arbitraria, que

    ha cado en el relativismo general, que tanto preocupa, hoy da, a determinados filsofos? Lo veremos ms adelante.

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  • PAUL K. FEYERABEND

    La eleccin entre ideologas comprehensivas.

    ! Feyerabend considera preferible una empresa cuyo carcter humano sea

    patente desde cualquier perspectiva a otra que no sea permeable a los deseos y a las acciones humanas.

    Las ciencias son recordmoslo, ahora que nadie parece recordarlo obra humana.

    Podramos construir un mundo dice Feyerabend donde la ciencia no de-sempease papel alguno. Sera ms agradable piensa.

    Habramos de darnos cuenta, pues, de que la eleccin entre diferentes teoras comprehensivas y coherentes entre las que no hay conexin emprica alguna tan slo es cuestin de gusto.

    Por otra parte, las cuestiones de gusto no quedan exentas de ser sometidas a la argumentacin. Dos poemas, por ejemplo, pueden ser comparados y evaluados desde varios puntos de vista: gramatical, fnico, retrico

    Todo poeta digno de tal nombre compara, mejora, arguye hasta que encuentra la formulacin correcta de lo que quiere decir. No sera maravilloso que este proceso libre y entretenido desempease tambin un proceso en las ciencias?

    Feyerabend es consciente de que pueden darse otras explicaciones, ad usum Delphini, que acaso repelan algo menos a los tiernos odos de una filsofo de la ciencia provisional.

    Podra tomarse en cuenta la longitud de las derivaciones que llevan desde los principios de una teora a su lenguaje de observacin.

    De la misma manera, puede observarse la cantidad de aproximaciones llevadas a cabo en el curso de la derivacin.

    Parece ser que seran preferibles una menor longitud y una menor cantidad de aproximaciones, lo que, a primera vista, se mostrara incompatible con la ex-igencia de simplicidad y generalidad que, en principio, tendera a incrementar ambos parmetros.

    Concluye Feyerabend: Sea como fuere, hay muchos caminos abiertos ante nosotros una vez entendido, y tomado en serio, el hecho de la in-conmensurabilidad.

    !!!

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  • PAUL K. FEYERABEND

    Conclusin.

    !! Feyerabend considera que la concepcin de la ciencia que sostiene que sus in-

    vestigaciones han de regirse necesariamente por reglas fijas de cuya aplicacin provendra su racionalidad no es realista y est viciada.

    No es realista: su visin de los seres humanos y de los contextos dinmicos que propician el desarrollo de la ciencia es demasiado estrecha.

    Est viciada: el prurito de afirmar y fortalecer las reglas constreir el libre de-sarrollo de la personalidad del cientfico: reducir nuestra humanidad incremen-tando nuestras cualificaciones profesionales ironiza Feyerabend.

    Podremos librarnos de esta ciencia irreal y viciada?

    Tres seran las puertas abiertas:

    a) Un detallado estudio de la obra de los autores que sigue diciendo Feyer-

    abend no comulgaron con esta concepcin: Galileo, Lutero, Marx o Lenin.

    b) Familiaridad con el pensamiento de Hegel y con la alternativa que ofrece

    Kierkegaard a este pensamiento.

    c) Constatando que la separacin entre ciencias y artes es artificial. Consti-

    tuye el efecto lateral de una idea esprea de profesionalismo que deberamos desterrar. Un poema o una pieza teatral pueden ser inteligentes a la vez que in-formativas [], y una teora cientfica agradable de contemplar [], y que podemos cambiar la ciencia y hacer que est de acuerdo con nuestros deseos.

    En una analoga muy grfica, Feyerabend nos dice: podemos hacer que la cien-cia pase, de ser una matrona inflexible y exigente, a ser una atractiva y conde-scendiente cortesana que intente anticiparse a cada deseo de su amante. Desde luego, es asunto nuestro elegir un dragn o una gatita como compaa.

    Recordemos cmo Kierkegaard, al cuestionar el pensamiento de Hegel, lo comparaba con la decisin de aqul que ordena construir un magnfico palacio inhabitable, para terminar yndose a vivir a una chocita al margen de los jardines del palacio.

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