Hª de La Salvación y otras Religiones Universales

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HISTORIA DE LA SALVACIÓN Y OTRAS RELIGIONES UNIVERSALES

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Este archivo contiene la Historia de la salvación contenida en la Biblia, así como una aproximación a otras religiones históricas tales como el Islam, Budismo, Hinduismo, Judaísmo, Protestantismo e iglesias cristianas orientales.

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  • HISTORIA DE LA SALVACIN Y OTRAS RELIGIONES UNIVERSALES

  • HISTORIA DE LA SALVACIN INTRODUCCIN

    Antes de comenzar a estudiar la Historia de la Salvacin, debemos elevar nuestro pensamiento a una realidad, hasta hace poco tiempo bastante generalizada, pero que va cambiando en los ltimos tiempos: todos nosotros y la inmensa mayora de las personas que nos rodean hemos sido bautizados en la Iglesia Catlica y hemos recibido una enseanza religiosa cristiana desde pequeos:

    En nuestra casa.

    En la escuela.

    En las catequesis de la parroquia.

    Esta enseanza religiosa nos ha sido transmitida sin contar con nosotros. La hemos recibido por herencia y por tradicin, igual que el idioma e igual que todas las costumbres de la sociedad en la que vivimos. Y como consecuencia de esta herencia, las prcticas religiosas de muchos cristianos (nuestra religiosidad) no estn apoyadas en una fe personal, libremente aceptada.

    No tenemos que esforzarnos mucho para descubrir que la demanda de algunos sacramentos, tales como el bautismo, la primera comunin, las bodas y los funerales, aparecen como acontecimientos puramente sociales, en los que la fe personal est bastante disminuida o incluso desaparecida. Nos bautizamos, hacemos la primera comunin, nos casamos por la iglesia y celebramos la misa por nuestros difuntos en la parroquia porque as lo hace todo el mundo, y porque no hacerlo as sera no estar en consonancia con la mayora de nuestros amigos y vecinos Nunca se puede generalizar, pero en bastantes casos es as

    Actualmente hay muchos cristianos que no ven claro bautizar sus hijos al nacer, que desean quitar a las primeras comuniones todo el ropaje folclrico que las envuelve, que desean casarse por la iglesia sin pasar por todos los actos sociales establecidos etc

  • Este nuevo enfoque responde a la necesidad de convertir la fe que han recibido por herencia en algo personal y libre. Ven que es necesario interiorizar y hacer propia la fe que le legaron sus padres. Ven que no es honrado tener unas creencias religiosas que no han llegado a pensar suficientemente. Al mismo tiempo descubren que no pueden realizar unas prcticas religiosas por el mero hecho de que todo el mundo las realice

    Este planteamiento se lo hacen los hombres a distintas edades y en distintas circunstancias de la vida. Hay momentos, por ejemplo en la juventud, cuando recibimos el Sacramento de la Confirmacin, o cuando decidimos casarnos por la iglesia, en los que es necesario interiorizar y hacer propia la fe que nos legaron nuestros padres, nuestros maestros y nuestros catequistas cuando ramos pequeos.

    El hecho de haber recibido el bautismo cristiano siendo muy pequeos, les obliga a plantearse el problema religioso cuando tienen uso de razn y pueden pensar por s mismos. Ya no son los padres, ni los maestros, ni los catequistas, los que tienen que realizar funciones que les corresponden a ellos como personas adultas.

    Por qu fuimos educados en la religin cristiana? Por qu hemos recibido los sacramentos? Por qu creemos en Jesucristo? Por qu deseamos casarnos por la iglesia? Verdaderamente es nuestra fe personal y libre la que nos empuja a ello?... Hoy en da es fundamental que nos hagamos este planteamiento de base

  • INTERROGANTES EXISTENCIALES

    Hay importantes interrogantes que los hombres se han hecho siempre a lo largo de la historia. Son preguntas que antes o despus nos hacemos todos. Son preguntas que nunca sabemos contestar adecuadamente:

    Quin soy?

    Por qu existo?

    Cul es el fin de mi vida?

    Cul es el origen del sufrimiento, del dolor, de la muerte y del mal en el mundo?

    En qu consiste la felicidad del hombre?

    Puede verdaderamente el hombre ser feliz?

    Tiene sentido mi vida?

    Cmo debo orientarla, de manera que le encuentre sentido a la misma, sin llegar a desesperarme?

    Tiene sentido una vida que acaba con la muerte?

    Hay otra vida despus de sta?

    Puede Dios dar respuesta a todos estos interrogantes?

    EN LA PALABRA DE DIOS ENCONTRAMOS LA RESPUESTA

    Hay alguien que a lo largo de los siglos ha ido dando respuesta a todos estos interrogantes. Ese alguien es Dios. La palabra que Dios nos ha dirigido, contenida en la Biblia, da respuesta a todas las preguntas anteriores y da sentido a la vida del hombre. El hombre que cree encuentra en la Biblia, en la palabra de Dios, la respuesta a todos sus problemas

  • CMO SE ESCRIBI LA BIBLIA?

    La Biblia, antes de ser escrita, fue en su mayor parte una enseanza oral, que era transmitida de generacin en generacin desde tiempos remotos. A nosotros, acostumbrados a la escritura y al libro, nos es difcil comprender el mundo antiguo oriental, que prescinda de la escritura, sustituyndola por una memoria prodigiosa.

    As se formaban tradiciones que pasaban de padres a hijos en forma de versos o estribillos. Estas tradiciones estaban revestidas de una forma de expresin hebrea, que incluso sola variar de una tribu a otra. El relato de la creacin, por ejemplo, es contado en la Biblia dos veces, con matices totalmente diferentes

    Todos los refranes y estribillos del pueblo hebreo fueron escribindose poco a poco. La Biblia, por tanto, no ha sido escrita de un tirn, como puede escribirse un libro por un escritor que se sienta a la mesa de su despacho. Intervinieron muchos autores que, recopilando las tradiciones orales y escritas, fueron dndoles un cierto orden.

    Igual pas con los Evangelios, ya que Jess no dej nada escrito. Los Evangelios no son, por tanto, una biografa realizada de una sola vez. Son una sntesis de la predicacin de los Apstoles, y de las tradiciones orales y escritas que existan en el pueblo hebreo sobre la vida de Jess.

    Es importante tener en cuenta esta manera de escribir la Biblia, para no descubrir aparentes contradicciones en la Escritura

  • AUTORES DE LA BIBLIA

    Las Escrituras se fueron elaborando durante catorce siglos por muchos autores, que han impreso en sus pginas no slo la Palabra de Dios, sino su propio estilo, su temperamento, su cultura, su personalidad y hasta el sello de la clase social a la que pertenecan.

    Se ve claramente la influencia de las costumbres y de las diversas culturas. Hay libros totalmente artsticos, y los hay literarios, rudos, de gran delicadeza y belleza, pesados y hasta enormemente aburridos

    La mayor parte de los libros de la Biblia son annimos.

  • LOS GNEROS LITERARIOS

    Los hombres, an los de nuestro tiempo, somos muy diferentes, no slo en la manera de vestir, sino tambin en la de pensar y en la de escribir. Esta diferencia es todava mayor si los hombres estn distanciados por el tiempo y el espacio. As, un oriental de hace tres mil aos es muy distinto en todo a un occidental de nuestros das.

    Tenemos que hacer hincapi en estas diferencias porque muchos, sin darse cuenta, toman la misma actitud cuando leen la Biblia que si leyesen los libros de autores modernos, sintindose defraudados o escandalizados al terminar de leer cualquier captulo de la misma.

    Esto suele ocurrir, por ejemplo, cuando nos adentramos en los once primeros captulos del Gnesis, en los que se nos relata en forma de un poema potico y popular, algunas verdades fundamentales de la religin: la existencia de Dios, la creacin del mundo y del hombre, el matrimonio, la dignidad de la persona humana, el pecado original, la promesa de Redencin etc

    Se ve con claridad que en la Biblia existen diferentes gneros literarios, que es preciso conocer. En los setenta y dos libros de la Biblia hay historias verdaderas, novelas histricas, alegoras, fbulas, parbolas, poemas, poesas, leyendas, refranes, metforas y antropomorfismos en los que se aplican a Dios el lenguaje y las costumbres de los hombres

    Toda persona, por tanto, al leer la Biblia, debe conocer qu clase de gnero literario tiene delante de s, y saber distinguir entre el fondo y la forma literaria, entre el ncleo central y el ropaje en el que dicho ncleo va envuelto. De lo contrario, encontrar muchos contrasentidos y se equivocar en ms de una ocasin.

    Por olvidar lo anterior, muchas personas se han detenido excesivamente en lo superficial y secundario: la manzana del paraso, la costilla de Adn, la serpiente que habla, el arca de No etc., que son formas de la literatura oriental de aquel tiempo, y han descuidado el fondo doctrinal: la creacin, el pecado, la Redencin

    Esta distincin es de una gran importancia. Si no la tenemos en cuenta, correremos el peligro de colocar lo esencial de las creencias religiosas en el mismo plano que lo accidental y secundario.

  • Muchas veces, tanto en la escuela como en la catequesis, se nos ha hablado excesivamente del ropaje literario de muchos captulos de la Biblia. Como consecuencia poseemos ideas infantiles de algunas historias sueltas, y no hemos llegado a profundizar en las ideas esenciales que estn encerradas y envueltas por un ropaje literario adaptado a la mentalidad de aquel tiempo

  • LA BIBLIA, EST INSPIRADA POR DIOS?

    Son puramente humanos los libros de la Biblia? Qu diferencia existe entre la Biblia y cualquier otro libro escrito por los hombres? Intervino Dios en la composicin de los setenta y dos libros sagrados?

    Es doctrina de la Iglesia que Dios inspir las Sagradas Escrituras, con un influjo sobrenatural sobre la inteligencia y la voluntad de cada uno de los escritores, para que no existiera ningn error.

    Podramos decir que Dios es el autor principal de la Biblia, y que se sirve del hombre como instrumento racional y libre. De ah que a todo lo contenido en la Biblia le llamemos Palabra de Dios.

    Lo dicho anteriormente no quiere decir que Dios haya dictado al escritor sagrado lo que tena que escribir, ni tampoco que lo llevara de la mano. nicamente afirmamos que Dios ha influido sobre los escritores de la Biblia, para que lo que escriban no contuviera ningn error. No sera justo que existiera error en cosas tan fundamentales como son las verdades religiosas que contiene la Biblia. Dios no puede engaarnos

    Hay muchas personas que han encontrado errores cientficos en la Biblia, pero hay que tener en cuenta que la Escritura no intenta darnos una enseanza cientfica, sino una doctrina religiosa orientada a nuestra salvacin.

    Ejemplos de algunos errores cientficos:

    La Escritura habla de la creacin del mundo en seis das, cuando las teoras que conocemos sobre el origen del mundo son bien distintas.

    La Escritura habla de la creacin directa de Adn del polvo de la tierra, cuando hoy es admitido por todos el evolucionismo.

    Galileo fue condenado por la Iglesia por afirmar que la tierra daba vueltas alrededor del sol, ya que la Escritura afirmaba que la tierra estaba quieta

  • EL PERSONAJE CENTRAL DE LA BIBLIA ES JESUCRISTO

    Generalmente, todos tenemos una idea muy infantil de la Biblia: del Antiguo Testamento recordamos algunos pasajes sueltos que hemos aprendido como si fueran cuentos, y del Nuevo Testamento tenemos una idea muy vaga de Jesucristo, de su vida y de sus milagros.

    Es necesario conocer mejor las Escrituras, fijndonos y detenindonos en lo verdaderamente importante, dejando a un lado lo que sea ms accidental

    La Biblia est dividida en dos grandes partes:

    El Antiguo Testamento nos habla de la creacin y del pecado del hombre; de la promesa de Dios de enviar un Salvador; de la alianza que Dios hizo con el pueblo de Israel, y de la infidelidad de dicho pueblo.

    Desde las primeras pginas de la Biblia se habla ya de un Salvador que ha de venir, de una nueva alianza que se llevar a cabo con Jesucristo.

    El Nuevo Testamento narra la vida, predicacin, muerte y resurreccin de Jess, y la formacin de la Iglesia.

    Estas dos alianzas y testamentos no son independientes el uno del otro: el Antiguo Testamento es preparacin del Nuevo Testamento, y ambos se complementan y se unifican en la persona de Jess, resumen y sntesis de toda la Biblia.

    El Antiguo Testamento sin el Nuevo testamento sera un libro incomprensible, como una promesa de Dios no cumplida; y el Nuevo Testamento sin el Antiguo Testamento, sera tan incompleto como una novela a la que faltan los primeros captulos.

    Ambos testamentos forman la HISTORIA DE LA SALVACIN: la intervencin de Dios en la vida de los hombres para llevar a cabo su plan salvfico.

  • Esta historia, contenida en la Biblia, es distinta de una historia universal que abarcara desde los comienzos del mundo. Y es distinta porque en ella interviene Dios de una manera personal, tomando parte en los acontecimientos del mundo, hacindose hombre y poniendo su morada entre nosotros.

    El nico motivo de esta actuacin de Dios es la salvacin de su pueblo, la salvacin de todos los hombres. Por eso la llamamos Historia de la Salvacin.

    En esta historia el protagonista es Jesucristo. Desde que l realiz su obra salvadora, la vida de los hombres no tiene ms que dos tiempos: antes de Jesucristo y despus de Jesucristo.

    En los tiempos que le precedieron, todo mira a l; en aqullos que le siguen, todo es atrado por l. Jesucristo es, por tanto, centro, culmen, sntesis, alfa y omega de la historia

  • LIBROS DE LA BIBLIA

    ANTIGUO TESTAMENTO

    1.- PENTATEUCO

    Gnesis xodo Levtico Nmeros Deuteronomio

    2.- LIBROS PROFTICOS

    Josu Jueces

    Rut 1 de Samuel

    2 de Samuel 1 de los Reyes 2 de los Reyes

    1 de las Crnicas 2 de las Crnicas Esdras Nehemas Tobas Judit Ester 1 Macabeos 2 Macabeos

    3.- LIBROS POTICOS Y SAPIENCIALES

    Job Salmos Proverbios Eclesiasts Cantar de los Cantares

    Sabidura Eclesistico

  • 4.- LIBROS PROFTICOS

    Isaas Jeremas Lamentaciones Baruc Ezequiel Daniel Profetas menores:

    Oseas Joel Ams Abdas Jons Miqueas Nahm Habacuc Sofonas Ageo Zacaras Malaquas

  • NUEVO TESTAMENTO

    1.- EVANGELIOS

    Mateo Marcos Lucas Juan

    2.- HECHOS DE LOS APSTOLES

    3.- EPSTOLAS DE SAN PABLO

    Romanos 1 a los corintios 2 a los corintios Glatas

    Efesios Filipenses Colosenses

    1 a los tesalonicenses 2 a los tesalonicenses 1 a Timoteo 2 a Timoteo Tito

    Filemn Hebreos

    4.- EPSTOLAS CATLICAS

    Epstola de Santiago 1 de San Pedro 2 de San Pedro

    1 de San Juan 2 de San Juan Epstola de San Judas

    5.- APOCALIPSIS DE SAN JUAN

    Total : 72 libros

  • DIOS CREADOR DEL HOMBRE Y DEL MUNDO

    El primer libro de la Biblia comienza con el relato de la creacin del mundo y del hombre (Gn 1, 124; 2, 525), siendo esta creacin el primer acto de la obra salvadora de Dios.

    Los cristianos, reunidos cada domingo junto al altar, repetimos esta confesin: Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

    Es de una gran importancia fijarnos en el carcter literario de estos dos primeros captulos del Gnesis, que responden a una mentalidad oriental primitiva. No debemos prestar atencin a las ancdotas y a lo superficial del relato.

    De estos dos captulos slo debemos sacar en claro las siguientes e importantes verdades:

    El mundo en que vivimos ha sido creado por Dios.

    El creador es un ser personal, inteligente, bueno, todopoderoso y distinto del mundo creado.

    El hombre y la mujer han sido creador por Dios, a imagen suya.

    El hombre es superior a todas las otras criaturas.

    La mujer es igual al hombre en dignidad.

    Todas las cosas creadas por Dios son buenas, y han sido puestas al servicio del hombre para su felicidad.

    El hombre, por medio de su trabajo, colabora con Dios en la perfeccin de la creacin.

  • FUIMOS CREADOS HERMANOS

    Al crear Dios al gnero humano de un solo principio, puso en nuestro corazn el deseo de la hermandad. Nos hizo para vivir como hermanos. Nos hizo sociales.

    Despus de crear Dios al primer hombre, dijo: No es bueno que el hombre est solo. Vamos a hacerle una ayuda semejante a l (Gn 2, 18). Entre los animales no encontr el hombre ninguno que le sirviera de compaero, de amigo de verdad (Gn 2, 20).

    Entonces, Dios le hizo salir de l mismo una compaera (Gn 2, 2122). Esto s que es carne de mi carne y hueso de mis huesos. Era una criatura de Dios que estaba a su misma altura. Podan ayudarse y amarse

    Por esto, sigue diciendo la Biblia: Dejar el hombre a su padre y a su madre y estar unido a su mujer. Y los dos vendrn a ser una misma carne (Gn 2, 2324).

    Desde este momento nace la semilla de la hermandad en el mundo: dos personas comienzan a amarse. El hombre no ha sido hecho para vivir en un egosmo solitario.

    Esta primera familia formada por Adn y Eva es el smbolo y la fuente de la hermandad. Dos personas se unen para compartir su vida. Adn comienza a ser verdaderamente hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios, en el momento en el que empieza a amar a su compaera.

    ste es el punto principal de nuestra semejanza con Dios. Dios es amor, y nosotros, de una manera parecida, somos tambin amor (1 Jn 4). Nos parecemos a Dios porque amamos y somos capaces de amar, porque estamos llamados a vivir como hermanos

  • ORGENES DEL HOMBRE

    Es conveniente profundizar sobre los orgenes del hombre, antes de continuar desarrollando los primeros captulos del Gnesis. Tenemos muchas ideas infantiles sobre estos captulos y es necesario aclararlas suficientemente.

    Si pensamos un poco en todos los seres creados por Dios, inmediatamente nos damos cuenta que hay uno entre todos que es totalmente nuevo. Entre todos los animales es el nico que puede pensar sobre su propio origen.

    El hombre es el nico ser que puede pensar sobre s mismo, sobre su pasado, sobre su futuro, sobre su propia historia. Como hombres que somos, debemos profundizar e indagar, con la mayor profundidad y honradez posibles, sobre nuestro origen.

    Qu dice la Biblia sobre los orgenes del hombre?

    La Biblia no es un libro de ciencia. Por eso, nunca nos dar a conocer el cmo del origen del hombre, nunca podr proporcionarnos una explicacin cientfica sobre este problema concreto.

    La Biblia slo podr descubrirnos el sentido profundamente religioso del mundo y de la vida del hombre sobre dicho mundo. Nada ms Lo nico cierto que podemos sacar en claro es que la vida ha sido creada por Dios. Cul ha sido el proceso? La ciencia tiene la palabra

    Los autores de la Biblia, para contar a sus contemporneos que Dios era creador, escogieron un relato potico lleno de imgenes accesibles, para que pudiera ser entendido No son historiadores ni cientficos, sino creyentes que usan en sus escritos las imgenes y expresiones de su tiempo. He aqu algunas de estas imgenes:

    Polvo de la tierra, sinnimo de la debilidad del hombre. El hombre ante Dios es como un poco de barro en manos de un alfarero.

    Junto al barro sin vida est Dios, origen de la vida y Seor absoluto del hombre.

    El hombre est por encima de todo, no por lo que tiene de polvo, sino por el aliento de vida (el espritu) que ha recibido de Dios.

  • Qu dice la ciencia sobre los orgenes del hombre?

    Segn la teora de la expansin del universo podemos pensar que, hace unos 10.000 millones de aos, toda la materia del universo, actualmente dispersa en las galaxias, se hallaba condensada en un paquete atmico primitivo, en una masa compacta de neutrones, cuya expansin puso en marcha el universo.

    La vida apareci en su forma ms sencilla: la clula. Posteriormente aparecieron los vivientes ms rudimentarios: algas, peces, anfibios, reptiles, mamferos, aves. Y los primates.

    Estos primeros vivientes, a travs de infinitas generaciones, fueron desplegndose en forma de rbol con cantidad de ramas riqusimas en variedad. El fruto ms alto, vrtice de la ascensin, es el hombre.

    Tras incontables ensayos y tanteos aparece en la cumbre del proceso evolutivo el hombre, en el tipo de los vertebrados, en el orden de los primates, en la familia de los homnidos, tras las siguientes ramas del rbol evolutivo:

    Paquete atmico de materia Clulas Algas Peces Anfibios Reptiles Mamferos Aves Primates inferiores:

    . Gorila . Chimpanc . Orangutn

    Primates superiores:

    . Pitecantropus . Austrolopitecus . Neandertal . Cromagnon . Homo sapiens

  • Existe contradiccin entre la Biblia y la ciencia?

    No existe contradiccin entre la Biblia y la ciencia. La Biblia no pretende darnos explicaciones cientficas.

    El proceso evolutivo anterior puede compaginarse muy bien con los primeros captulos del Gnesis: en el proceso evolutivo hubo un momento en el que los seres vivientes dejaron de ser algo y se convirtieron en alguien con la aparicin del pensamiento.

    Es en ese momento cuando interviene Dios creando un alma espiritual y libre, dando lugar al hombre compuesto de materia y espritu, tal y como lo conocemos hoy.

    Hay un principio que dice. Nadie da lo que no tiene. Si la materia no tiene espritu, no poda convertirse sin ms en un hombre compuesto de materia y espritu. La intervencin de Dios fue, por tanto, necesaria. Esta intervencin de Dios es la que recoge la Biblia

    Entre los primates y el hombre existe una verdadera diferencia de naturaleza. Por muy ntimo que sea el lazo de unin entre el hombre y las formas inferiores de vida, debemos reconocer que existe discontinuidad y ruptura entre ellos.

    Por tanto, cada alma humana, incluida la del primer o primeros hombres, debe su origen a un acto creador, particular e inmediato de Dios

    Dios no interviene solamente en la creacin del alma, sino que est presente en todo el proceso evolutivo. Desde el comienzo, Dios mueve la materia creada por l hacia una estructura cada vez ms compleja.

    Desde el comienzo est presente el Plan de Salvacin de Dios:

    Creacin Pecado Redencin Recapitulacin de todas las cosas en Cristo

  • Monogenismo o poligenismo? Una pareja o varias parejas?

    Segn la doctrina evolutiva no fue solamente una pareja (monogenismo) la que dej de ser algo para convertirse en alguien con la aparicin del pensamiento, sino que fueron muchas parejas al mismo tiempo (poligenismo).

    Hasta ahora se ha dicho que todos los hombres descienden de un nico antepasado, mientras que el evolucionismo habla de una multiplicidad de antepasados, toda una parte de una poblacin pasando juntos la frontera de la hominizacin.

    El relato de la creacin, en la Biblia, est construido sobre el monogenismo ms estricto, pero no repugna en modo alguno que fuera ms de una pareja.

    Aunque sea cierta la teora del evolucionismo y del mismo poligenismo, no contradicen en nada a lo expuesto en el libro del Gnesis, que no pretende darnos enseanzas cientficas

  • EL PECADO ORIGINAL

    INTRODUCCIN

    Lectura de Mt 13, 27 y ss.

    Los criados de la parbola evanglica preguntaron a su amo: Seor, no sembraste buena semilla en tu campo? Cmo es que tiene cizaa?

    Es la misma pregunta que podemos hacernos nosotros: si todas las cosas creadas eran buenas, cul es entonces el origen del mal en el mundo? Porque en el mundo hay muchas cosas que andan mal:

    Unos tienen mucho y otros carecen de lo ms necesario.

    Los ms fuertes se aprovechan de los ms dbiles.

    Las ambiciones y el odio traen consigo los asesinatos y las guerras.

    En nosotros mismos encontramos egosmo, injusticias y desigualdades.

    Ante esta situacin, no tenemos ms remedio que preguntarnos: Por qu tanto dolor? Por qu tanta injusticia? Por qu existe el mal en el mundo?...

  • EL PECADO ORIGINAL

    La clave del dolor y del mal reside en el pecado, en aquel pecado de origen que encontramos en las primeras pginas de la Biblia.

    El autor del Gnesis, al narrarnos los orgenes del Pueblo de Dios, se plante el problema del mal, y bajo la inspiracin divina, nos dio la siguiente respuesta:

    Al principio, Dios cre al hombre y lo coloc en el paraso. All, en paz y amistad con Dios, el hombre y la mujer vivan una vida ideal. Eran felices. Dios les haba impuesto un mandato para probar su fidelidad. Mas, seducidos por la serpiente, desobedecieron a Dios y quebrantaron el mandato divino.

    En consecuencia, perdieron su felicidad y quedaron sometidos al dolor, al trabajo, a las penalidades de este mundo y a la muerte (Gn 2, 4 y 3, 24).

    Este relato es claramente una ficcin literaria, muy en consonancia con la mentalidad religiosa primitiva en Oriente. Pero en l, Dios nos ensea estas verdades:

    El pecado entr en el mundo por la desobediencia del hombre a su Creador.

    El pecado no es obra de Dios, sino fruto de la libertad humana.

    Los males de este mundo, a los que el hombre se encuentra sometido, especialmente la muerte, son consecuencia de su pecado.

  • EL PECADO DEL PRIMER HOMBRE SE PROPAGA A TODOS LOS MIEMBROS DE SU FAMILIA

    El primer hombre, al desobedecer a Dios, perdi la justicia y la santidad, de que Dios le haba adornado, no slo para l, sino tambin para todos nosotros.

    La culpa del primer hombre se ha propagado a todos los miembros de su familia, de manera que somos realmente pecadores ante Dios, y venimos al mundo en estado de pecado. Es lo que se conoce con el nombre de pecado original.

    Nacemos en un mundo de pecado. Toda la familia humana participa y es solidaria del pecado del primer hombre. Los pecados y egosmos personales de los hombres son la continuacin del pecado del primer hombre y al mismo tiempo la condicin por la que ese primer pecado se propaga a nosotros.

    Los hombres actuales, lejos de renegar del pecado de su padre, lo ratifican hacindolo propio.

    Por esta razn, el problema que algunos plantean diciendo que la falta de un antepasado lejano nos hace a todos culpables ante Dios, parece mal planteado a incluso hipcrita. Acaso no tenemos nada que reprocharnos? Continuamente estamos haciendo nuestra la rebelin del primer hombre

  • EL BAUTISMO

    Nacemos con un pecado heredado y al mismo tiempo nacemos en una humanidad pecadora, privada de la gracia e incapaz de ponernos en relacin con Dios. Cmo salimos de esta situacin? Por el bautismo.

    Por el bautismo salimos de una sociedad egosta y pecadora, y renunciamos a ella. Y entramos en otra, llenos de una gracia que no tenamos

    Podemos decir que nos hemos librado de los influjos de la sociedad egosta y pecadora al entrar en la otra? No. Pero, si la fe cristiana es autntica debe tender a destruir esos influjos, creando un ambiente capaz de ponernos en relacin con Dios.

    EL PECADO ORIGINAL VISTO POR LA TEOLOGA ACTUAL

    Hasta ahora, al hablar del pecado original, se ha dado mucha importancia al pecado del primer hombre, descuidando la larga cadena de pecados de la humanidad entera.

    Hoy da, los telogos modernos tienen en cuenta el pecado personal del primer hombre, pero al mismo tiempo hacen hincapi en toda la historia del pecado.

    Por tanto, un nuevo ser que viene a la vida en un momento histrico concreto, nace en una situacin de pecado causada por el pecado del primer hombre, y por los pecados de la humanidad.

    De ah que no tenga importancia el monogenismo o poligenismo: el estado actual est causado por el pecado del primer hombre o de los primeros hombres, y por la larga cadena de la humanidad pecadora

  • LA HERMANDAD ROTA

    Dios nos hizo amor y nos cre hermanos, pero nos dej libres. Y el hombre, en su libertad, le dijo no a Dios. Pero en seguida que el hombre rompe su amistad con Dios, se rompe tambin en su corazn la hermandad con su prjimo. Adn rompe la amistad con su mujer, acusndola ante Dios (Gn 3, 12).

    Esta ruptura se extiende a sus hijos. Can mata a Abel por envidia. No quiere ni siquiera saber dnde est su hermano (Gn 4, 115). Y as nace el reinado de la violencia y la ley del ms fuerte. Entra en el mundo el egosmo.

    Viendo Dios que la maldad de los hombres se extenda por la tierra y que todos los pensamientos de su corazn se dirigan al mal continuamente, le pes al Seor de haber hecho al hombre sobre la tierra. Y se indign en su corazn (Gn 6, 56).

    Qued roto el Plan de Dios. Qued rota la hermandad, y el mundo comenz a marchar mal. Junto a la semilla del amor, entr en nuestro corazn la semilla del egosmo

    EL PARASO

    El paraso tomado literalmente y tal como lo describe la Biblia, no es un mundo que haya existido en realidad. El autor del Gnesis ha visto el mal y el pecado en la humanidad, y ha tratado de imaginarse un mundo en el que no existiera ese mal y ese pecado. El resultado fue el paraso.

    El relato del paraso, por tanto, slo nos da a conocer cmo el pecado lo ha trastornado todo, siendo ese pecado la explicacin del mundo actual

  • PRIMER ANUNCIO DE LA SALVACIN

    Inmediatamente despus del primer pecado, Dios vino al encuentro del hombre y ste hubo de reconocer su culpa. Dios anunci al hombre y a su mujer el castigo de su infidelidad (Gn 3, 819).

    Pero, antes de hacerlo, maldijo a la serpiente y en sus palabras se encuentra esta misteriosa promesa: Enemistad pondr entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: l te pisar la cabeza, mientras t acechas a su calcaar (Gn 3, 15).

    Aqu encontramos la primera luz y la primera esperanza para el hombre cado en el pecado. Se trata del primer anuncio de nuestra salvacin.

    El linaje de la mujer es Jesucristo, que vencer a la serpiente y romper el dominio de sta sobre el hombre. San Pablo ve la obra de Jesucristo como la obra del segundo Adn (Rm 5, 1221).

    Por tanto, desde las primeras pginas de la Biblia est presente la figura de Jesucristo. l es el que ilumina y da sentido a todo el Antiguo Testamento. Toda la Historia de la Salvacin est orientada a l.

    . l es el nico Salvador de los hombres.

    . l es el nico liberador de todos los males y peligros a que est expuesto el hombre.

    . Jesucristo es el centro, la unidad y la clave del Plan Divino de Salvacin

  • DIOS LLAMA A ABRAHAM Y LE HACE PADRE DE UN GRAN PUEBLO

    Ya ha quedado clarificado que el Antiguo Testamento es la preparacin del Nuevo Testamento, y que ambos estn ntimamente unidos y se complementan. Centrndonos a partir de ahora en la historia del pueblo de Israel, veremos que dicho pueblo quedar sustituido posteriormente por la Iglesia

    Los hombres cayeron despus del pecado en grandes aberraciones y adoraron a muchos dolos como si fueran dioses. Los hombres se apartaron de Dios y al mismo tiempo continuaron rompiendo la hermandad que haba existido desde el principio.

    Pero, Dios que es cumplidor de sus promesas, comienza a poner en prctica lo que haba prometido en las primeras pginas del Gnesis. El primer paso que da Dios es reunir a los hombres en un pueblo santo que esperara y confiara en la salvacin que haba de venir con Jesucristo.

    Para esto escogi a Abraham, primer jefe del pueblo de Israel (Gn 12, 13), prometindole que con su descendencia formara un pueblo de hermanos, y que de ella nacera el Mesas (Gn 12, 2; 13, 1417; 15, 5; 17, 211). En tu descendencia sern benditas todas las naciones de la tierra (Gn 22, 18).

    El pueblo elegido, numeroso como las estrellas del cielo, guard la fe verdadera en medio de los pueblos idlatras, y empez a formar un pueblo de hermanos que prepar la venida del Salvador

  • EL PUEBLO ELEGIDO, UN PUEBLO DE ESCLAVOS

    La misma promesa que Dios hizo a Abraham, es hecha despus a su hijo Isaac (Gn 26, 35) y a su nieto Jacob (Gn 28, 1315; 35, 1012). Pero los hijos de Jacob, obligados por el hambre, tuvieron que trasladarse a Egipto. Al principio gozaron de prosperidad, pero pronto fueron esclavizados y pasaron a la ms grande de las miserias.

    Con este pueblo de esclavos es con el que Dios contina poniendo en prctica su Plan de formar un pueblo de hermanos. Dios elige un pueblo de esclavos para ensearnos a vivir el ideal de hermandad para el que nos haba creado.

    Los israelitas estaban totalmente oprimidos y dominados por el miedo. Trabajaban a punta de ltigo en la construccin de grandes ciudades (Ex 1, 11), y en el cultivo de la tierra de sus seores (Ex 1, 14).

    Aborrecan los egipcios a los israelitas, y adems de oprimirlos, los insultaban y les hacan pasar una vida muy amarga (Ex 1, 1314).

    Pero los israelitas eran mucho ms numerosos que sus opresores (Ex 1, 12). Por eso sus dueos tuvieron miedo (Ex 1, 919). Y para que no hubiera peligro para sus privilegios, establecieron un control de natalidad por el que se mandaba matar a todos los hijos varones de los israelitas (Ex 1, 1522). As llegaron a sufrir el ltimo grado de tirana y opresin.

    Cuando alguna vez comenzaba a nacer entre ellos un poco de esperanza y de conciencia, el gobierno les apretaba hasta reventarlos de trabajo, de forma que no tuvieran ni tiempo para pensar en su liberacin (Ex 5, 519).

    Este pueblo, dominado totalmente por sus opresores, en el que la miseria les haca imposible vivir como hermanos, es el pueblo elegido por Dios para intentar la hermandad en el mundo.

  • LA VOCACIN DE MOISS

    Los israelitas gritaron a Dios pidiendo ayuda y Dios los escuch, acordndose de las promesas hechas a Abraham, Isaac y Jacob (Ex 2, 2325). Dios llam entonces a Moiss para enviarlo a libertar a su pueblo (Ex 3, 110).

    Moiss no quiere ir. Le ata el miedo. Piensa que la liberacin de su pueblo es algo imposible. Desesperadamente busca algn motivo para excusarse del compromiso. Dice que l no sabe hablar bien y es tartamudo (Ex 4, 19; 6, 12; 6, 30).

    Le ruega a Dios que enve a otro, pero no a l. Te suplico, Seor, que enves a otro para esta misin (Ex 4, 13). Moiss se resiste todo lo que puede. Pero el mandado de Dios es mucho ms fuerte. Tienes que ir. Yo te envo. No temas. Yo estar contigo (Ex 3, 12).

    LA DURA LUCHA POR LA LIBERACIN

    No es tarea fcil liberarse de unas estructuras opresoras. En Egipto, los dominadores estaban perfectamente organizados para explotar a los esclavos israelitas, sin que hubiera peligro de que se sublevaran.

    En los captulos del 7 al 11 del xodo se nos cuentan las plagas de Egipto, de las que, sin tomarlas al pie de la letra, debemos sacar nicamente la leccin que nos quiere ensear la Biblia.

    A travs de la narracin de las plagas hay unos estribillos que se repiten continuamente. Son como las ideas bsicas que la Biblia quiere ensearnos:

    Dios quiere que su pueblo salga de la opresin en que vive.

    Para vivir como hermanos es preciso salir de las estructuras opresoras, liberarse de la esclavitud.

    Las autoridades opresoras se oponen al Plan de Dios y de ninguna manera quieren dejar libre al pueblo.

    Sin embargo, la voluntad de Dios es irresistible. Y aunque los israelitas tienen que luchar mucho, llegar al fin el momento de la liberacin

  • PERPETUACIN DE LA ALIANZA Una vez que el pueblo es liberado, Moiss lo conduce por el desierto

    hasta el Monte Sina, camino de la Tierra Prometida. En el Sina Dios perpeta su alianza o pacto con los israelitas.

    Por esta alianza Dios se compromete a proteger a Israel y el pueblo por su parte adquiere el compromiso de cumplir la ley, los mandamientos de Dios (Ex 19, 18).

    Dios cumple su palabra, cuidando y protegiendo a su pueblo en el camino del desierto. Y lo conduce, despus de alimentarlo con el man, hacia la tierra que les haba prometido

    Una vez all, celebrarn la Pascua para recordar por siempre jams la liberacin de su esclavitud

    LAS LEYES DE LA HERMANDAD

    Liberados de las estructuras opresoras, Dios propone a los israelitas un pacto de amistad. Ellos se comprometen a vivir como hermanos y Dios se compromete a ayudarles a cumplir su compromiso (Ex 19, 36).

    Dios les propone: Yo ser vuestro Dios, y vosotros seris mi pueblo. Y ellos aceptan diciendo: Haremos todo cuanto ha dicho el Seor (Ex 19, 8).

    Pero a Dios no le gustan los compromisos al aire. Por eso, les propone despus, solemne y oficialmente, el resumen de las obligaciones que tienen que cumplir para ser su pueblo. Es lo que hoy conocemos con el nombre de Los diez mandamientos (Ex 20, 117).

    Antes de dar los mandamientos, lo primero que hace Dios es presentarse a s mismo: Yo soy el Seor tu Dios, que te saqu de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud (Ex 20, 2).

    Dios se presenta con el ttulo ms grande que tiene ante los ojos de su pueblo: su libertador. Dios no poda dialogar ms que con un pueblo libre: libre para hacer una alianza voluntaria con l.

  • EL PRIMER MANDAMIENTO

    El primer mandamiento es la base de la hermandad: No tendrs otros dioses delante de m (Ex 20, 3). Esta fe en el Dios nico es el eje que tiene que dar fuerza y unidad al pueblo. Dios es el centro de la hermandad. La nica fuente que puede producir una verdadera unidad humana.

    El origen de todas las esclavitudes est en que ponemos como centro de nuestra vida y de nuestra sociedad algo que no es el Dios vivo y verdadero. Nada ni nadie tiene derecho a ocupar el puesto de Dios.

    Dios es el centro, y los que se quieren poner en dicho centro, los egostas, son los que lo destruyen todo.

    Los dos mandamientos siguientes son simplemente una consecuencia del primero: no debemos inventar ni adorar dioses falsos a la medida de nuestros caprichos (Ex 24, 46). Ni usar en balde el nombre de Dios, como algo mgico para conseguir nuestros fines egostas personales (Ex 20, 7). Tenemos que santificar los das de fiesta, para que Dios siga siendo el centro de nuestras vidas (Ex 20, 8-11).

    LAS LEYES DE LA VIDA EN COMN

    Los otros mandamientos van dirigidos a cada persona, pero siempre se refieren a la vida comunitaria. Su sentido general es que el Pueblo de Dios tiene que ser un pueblo de hombres liberados de toda clase de esclavitud.

    Se prohbe toda clase de esclavitud: el egosmo, el odio, la avaricia, la sexualidad, la envidia. Es el polo opuesto a una sociedad en la que reina la ley del inters propio de cada individuo. Como fundamento de la sociedad se pone a la familia (Ex 20, 12). Los otros fundamentos son:

    Respeto a la vida ajena (Ex 20, 13).

    Respeto a la vida matrimonial (Ex 20, 14).

    Respeto a la pequea propiedad ajena (Ex 20, 15).

    Respeto a la fama del prjimo (Ex 20, 16).

    Este respeto ha de llegar hasta la profundidad del pensamiento (Ex 20,17)

  • UN PACTO SELLADO CON SANGRE

    El pueblo ha prometido cumplir el Plan de Dios. Dios ha prometido tambin ser fiel a su pueblo. Y firman solemnemente su compromiso segn se sola hacer en aquel tiempo. La costumbre era derramar un poco de sangre sobre las dos partes que hacan el contrato (Ex 24, 111).

    LA LIBERACIN PUESTA A PRUEBA: EL BECERRO DE ORO

    Los israelitas se haban libertado ya de las estructuras opresoras, y haban hecho un pacto de hermandad ante Dios. Pero todava no estaba todo hecho. Cada uno continuaba siendo el mismo que antes: egosta, cobarde e idlatra.

    Cuando Moiss sube al Monte Sina y deja de estar con ellos unos das, pierden de inmediato la fe. En el momento en que les falta su jefe, creen que se ha terminado ya su compromiso de hermandad hecho ante Dios. Vuelven a sus antiguas costumbres, y fabrican un becerro de oro para adorarle como a Dios (Ex, 32). Quieren un Dios que no hable, ni exija nada. As les ser ms fcil a cada uno seguir sus propios caprichos.

    Continuamente se desaniman y se cansan de tantas privaciones como les exige su largo caminar hacia la tierra de la hermandad (Nm 11, 1; 21, 45).

    Se sublevan por la falta de alimentos (Nm 11, 46) o de agua (Nm 20, 25). An el mismo Moiss se cansa de la cabeza dura de su pueblo (Nm 11, 1015).

    Hay envidias y murmuraciones entre los dirigentes (Nm 12, 115). Algunos de ellos llegan a sublevarse contra Moiss (Nm 16, 13).

    Pero sobre todo, hay muchos cobardes que no creen en la promesa hecha por Dios. Ante las muchas dificultades que surgen en la lucha contra un enemigo ms poderoso que ellos, los cobardes aconsejan dar marcha atrs (Nm, 13), y llegan a organizar una sublevacin para poder volver al pas de la esclavitud (Nm, 14).

  • Este comportamiento del pueblo demostr que no estaban todava preparados para entrar en la Tierra Prometida. No haba sido suficiente la liberacin de las estructuras opresoras. Se necesitaba adems cambiar el corazn de aquellos hombres, demasiado acostumbrados a vivir como esclavos. Por eso, a las puertas mismas de la Tierra Prometida, les da Dios una extraa orden: volverse al desierto (Nm 14, 2125).

    Sern necesarios cuarenta aos de formacin a fondo para purificarse de su dureza de corazn y de sus costumbres de esclavos. Solamente sus hijos van a estar suficientemente preparados para entrar en la tierra de la hermandad (Nm 14, 2638).

    DIOS NO QUIERE QUE HAYA POBRES EN ISRAEL

    Es interesante detenernos en una serie de normas que dio Moiss para que los israelitas se mantuvieran como hermanos, sin diferencia de clases sociales. El ideal es que entre hermanos nadie debe sufrir necesidades. Nadie puede ser explotador ni acaparador.

    En primer lugar, pone Moiss un especial cuidado en el reparto de la Tierra Prometida (Nm 26, 5255). Una vez distribuidas las tierras, haba que mantener como sagrada esta justicia en el reparto (Dt 19, 14). Otra norma importante para mantener la justicia es la prohibicin de vender las tierras (Lv 25, 23).

    Cada cincuenta aos estaba constituido lo que se llamaba el ao del jubileo, en el que se haca una nueva distribucin de las riquezas. Todos los terrenos volvan a su primer propietario, sin tener que pagarle nada. Con ello se impeda la riqueza de los latifundios y la pobreza absoluta (Lv 25, 8 y ss).

    Adems del ao del jubileo, cada siete aos se celebraba el ao sabtico, en el que haba obligacin de perdonar todas las deudas. As no podra acumularse el dinero en manos de unos pocos con la prdida segura de la mayora (Dt 15, 24).

    Otras normas las podemos encontrar en Dt, 15. 11; Lv 25, 3536; Dt 12, 27; Dt 26, 1113; Dt 24, 1922).

    Todas estas normas no estn hechas para dar de comer a los haraganes. Se trata de que ningn necesitado quede desamparado, como los forasteros sin tierra, los hurfanos y las viudas

  • LA PASCUA

    La lucha de los israelitas haba terminado con el paso del Mar Rojo. Este paso que dieron, saliendo de la opresin hacia un pueblo de hermanos, es lo que los israelitas llamaron La Pascua. La Pascua es el paso de Dios, ese Dios que les ha libertado y que les seguir libertando siempre.

    Ao tras ao los israelitas celebraron desde entonces una cena especial para conmemorar su salida de la esclavitud: la Cena Pascual (Ex 12, 227). En ella comen un cordero asado, con cuya sangre marcaban sus puertas, para que pasara de largo el ngel exterminador.

    Esta cena deban hacerla siempre en un especial ambiente de hermandad. Y vestidos como para salir de viaje, indicando con ello que siempre estaban dispuestos a salir de cualquier clase de esclavitud. La Pascua representa la liberacin de todas las opresiones y de todo lo que pueda frenar de algn modo la hermandad.

    UNIN ENTRE EL ANTIGUO Y EL NUEVO TESTAMENTO

    La alianza de Dios con Israel es la Antigua alianza, que anuncia la Nueva y eterna alianza que realiza Jess con su muerte y resurreccin.

    Jesucristo es el nuevo Moiss, que libera al pueblo de la esclavitud del pecado. Tomad y bebed todos de l, porque ste es el cliz de mi sangre; sangre de la alianza nueva y eterna que ser derramada por todos los hombres, para el perdn de los pecados.

    Los israelitas celebraban la Pascua, como recuerdo del paso que haban hecho de la esclavitud a la libertad. La sangre del cordero con el que marcaban sus puertas simboliza la sangre de Jesucristo, nuevo Cordero Pascual.

    El Man con el que el pueblo es alimentado en el desierto simboliza la Eucarista.

    El desierto, por su parte, simboliza nuestro peregrinar por la vida.

    Y la Tierra Prometida es un smbolo de la tierra nueva y el cielo nuevo que esperamos.

    El pueblo de Israel del A. Testamento deja paso al nuevo Pueblo de Dios: la Iglesia.

  • LOS PROFETAS AVIVAN LA ESPERANZA EN EL MESAS QUE HA DE VENIR

    Sin detenernos a estudiar el resto de los Patriarcas, Jueces y Reyes que condujeron al pueblo de Israel a lo largo de la historia, es necesario fijarnos muy especialmente en la doctrina de los Profetas.

    Y nos fijamos en ellos por la importancia que tienen en la promesa que encontramos en las primeras pginas del Gnesis: el pueblo de Israel esperaba al Mesas y los Profetas fueron los encargados de avivar esta esperanza

    En el mundo hay muchos hombres que con su ciencia, su trabajo y su conducta hacen que el mundo progrese y se desarrolle (por ejemplo, Fleming, Severo Ochoa y todos los cientficos que trabajan en el campo de la medicina)

    Tambin hay otros hombres que hablan y critican la maldad que hay en el mundo, que buscan la paz, que tratan de solucionar los problemas despertando nuestras conciencias dormidas (Raoul Foullereau, Ghandi, Lutero King, San Juan XXIII).

    Dios va suscitando hombres que hacen progresar el mundo en todos los rdenes. Uno de esos rdenes es el del acercamiento de los hombres a la divinidad. Por eso, Dios ha suscitado desde antiguo a los Profetas.

    Los Profetas de Israel fueron hombres escogidos por Dios, que descubran al pueblo lo que ste quera en momentos concretos, que fortalecan la fe en el Mesas que haba de venir, que recordaban el pacto o alianza que tenan hecho, y que denunciaban continuamente los pecados que cometan.

    Fueron llamados por Dios: Jr 1, 410.

    Invitaron al pueblo a convertirse de su pecado: Is 1, 1618.

    Recordaron el amor de Dios a Israel: Captulos 1 y 3 del profeta Oseas.

    Anunciaron la nueva y definitiva alianza que se realizara cuando viniera el Mesas: Jr 31, 3133.

  • Tambin hoy en la Iglesia, en nuestro mundo actual, surgen Profetas, como en tiempos del pueblo de Israel. Son los hombres que avivan nuestra fe en Jesucristo Salvador, que nos recuerdan que hemos de vivir en esperanza, que nos ayudan a vivir en el amor.

    Son los hombres que trabajan y luchan por un mundo mejor, criticando y denunciando lo que est mal.

    Todo cristiano tiene que ser un profeta para los dems. La Iglesia debe ser un gran profeta para la humanidad

  • EL PUEBLO DE ISRAEL SE APARTA DE LAS LEYES DE LA HERMANDAD

    Poco a poco, unos cuantos lo acapararon todo y la mayora qued en la miseria. La vida del pueblo de Israel cambi de sentido: ya no estaban para servirse los unos a los otros, sino para servir a los poderosos. Comenz de nuevo a reinar la ley del ms fuerte, la ley del ms rico, la ley de los grandes propietarios. Ya no reinaba la ley de la hermandad para la que Dios los haba creado. Al DiosAmor le haba reemplazado el diosegosmo.

    En medio de este desastre se levantan con fuerza las denuncias de los Profetas. En nombre de Dios echan en cara al pueblo su traicin y le muestran de nuevo el camino de la hermandad.

    El Profeta Ams descubre que la sociedad de su tiempo est en contra del ideal de hermandad sealado por Dios: la mayora de los campesinos vivan en la miseria. El lujo de los grandes era un insulto para los ms pobres:

    Casas de verano lujosas (Am 3, 15).

    Vivir en abundancia y seguridad (Am 6, 1).

    Dormir en camas de marfil y comer las mejores carnes (Am 6, 4).

    Diversiones de todas clases (Am, 6, 5)

    Vinos finos y perfumes de calidad (Am 6, 6).

    Ams entiende que el progreso y el lujo de unos pocos es a costa de las miserias de los dems: Am 8, 46; 2, 7.

    Otros textos: Is 3, 1415; Is 1, 2123; Jr 5, 2631; Is 59, 1-8; Is 5, 48; Mi 6, 312; Jr 6, 714.

  • DIOS NO ESCUCHA EL CULTO QUE NO VAYA ACOMPAADO DE AMOR AL PRJIMO

    No es posible que el culto a Dios vaya por un camino, y la prctica de la justicia y de la hermandad vayan por otro.

    Aborrezco y detesto vuestras festividades religiosas. Me causan enojo vuestras ofrendas. Cuando me presentis sacrificios y dones yo no los aceptar, mientras no corra como agua la rectitud y la justicia como un torrente impetuoso (Am 5, 2124).

    Otras citas: Is 1, 1118; Is 58, 310; Mi 3, 24

    Dios no quiere a la gente de doble cara, que por un camino lleva su vida religiosa y por otro camino opuesto su vida social. El amor a Dios y a los hombres estn siempre unidos

  • EN ESPERA DE UN NUEVO LIBERTADOR

    A pesar de los pesares, Dios sigue siendo fiel a sus promesas de hacer de los israelitas un pueblo de hermanos.

    Les dar un corazn nuevo, y pondr en ellos un espritu nuevo. Arrancar su corazn de piedra, y les dar un corazn de carne. Para que caminen segn mis mandamientos, y observen y practiquen mis leyes. Entonces ellos llegarn a ser mi pueblo y yo ser su Dios (Ez 11, 1920).

    He aqu que viene el tiempo, dice el Seor, en el que yo har una nueva alianza con la casa de Israel: no como la alianza que pact con sus padres, cuando les tom de la mano para sacarlos de Egipto. Ellos entonces quebrantaron mi alianza, y yo les rechac.

    sta ser la nueva alianza que yo har con la casa de Israel cuando llegue ese tiempo: imprimir mi ley en sus entraas y la grabar en sus corazones. Y yo ser su Dios y ellos sern mi pueblo (Jr 31, 3133).

    Estas nuevas promesas hacen nacer en el corazn de los israelitas la esperanza de la venida de un nuevo Moiss. Ser un nuevo libertador, que les va a cambiar su corazn de piedra en un corazn humano.

    El Seor os va a dar una seal de amistad: una Virgen concebir y dar a luz un hijo, y le pondr por nombre Manuel (Is 7, 14).

    Otras citas: Is 9, 16; Is 11, 19; Is 42, 17; Is 49, 113; Is 50, 49: Is 52, 13 al 53, 12.

    La nueva liberacin se har por los caminos de la pobreza: Is 53, 23: Is 53, 48.

  • EL CUMPLIMIENTO DE LA PROMESA

    EL RESTO DE ISRAEL

    No todo el pueblo de Israel lleg a entender las profecas sobre un Mesas pobre y sufriente. Los poderosos, los egostas y los soberbios no entendieron nunca estas palabras de los profetas.

    Slo un pequeo resto ser capaz de creer en la venida de un Mesas pobre, que viene a cambiar los corazones y a fundar un nuevo reino de hermanos. Se trata de gente sencilla, de humildes trabajadores sin historia, como los pastores que acudieron al nacimiento de Jess

    En medio de la sociedad corrompida del Imperio Romano, un pequeo resto del pueblo de Israel continuaba manteniendo la esperanza en el Mesas que haba de venir, en el liberador tantas veces prometido.

    JUAN EL BAUTISTA

    Juan el Bautista cierra el gran desfile de personajes y figuras que anunciaron a travs de los siglos la llegada de Jesucristo. Con l acaba el Antiguo Testamento y comienza el Nuevo. l fue el ltimo Profeta y al mismo tiempo el ms grande de los Profetas que anunciaron al Mesas que haba de venir.

    Le toc anunciar al Mesas ya presente y preparar su camino: Jn 1, 1927; Lc 3, 716.

    El Bautista fue un hombre sencillo, austero y valiente que predic la conversin, que prepar a las gentes para la llegada del Mesas, y que supo sellar con su muerte todo lo que predicaba (Mc 6, 1729).

    Juan el Bautista anuncia que ya se acerca el nacimiento del nuevo Reino de la Hermandad que haba de traer Jess (Mt 3, 2).

    Lo primero que hay que hacer para que venga el Reino de Dios es nivelar las desigualdades sociales (Lc 3, 46).

    En qu consiste el cambio de vida que predica Juan?: en ponerse en actitud de servicio los unos para con los otros (Lc 3, 11; Lc 3, 1214).

  • MARA ESPERA AL MESAS

    El pueblo judo esperaba con impaciencia la venida del Mesas, y continuamente lo pedan a Dios en sus oraciones. Pero la mayora esperaba un Mesas humano, un gran militar, un rey importante, que les librara de sus enemigos y pusiera a Israel por encima de todas las naciones.

    Slo una pequea parte de ese pueblo esperaba con limpieza de corazn. Entre esta pequea parte sobresala la figura de Mara.

    Despus de la larga espera en la promesa hecha a los Patriarcas y a los Profetas, Mara es la mujer elegida por Dios para ser la Madre de su Hijo, para llevar a cabo el alumbramiento del que haba de ser el Salvador.

    Todo el Antiguo Testamento haba sido el largo periodo de preparacin para recibir al Mesas. Y en una muchacha de pueblo, aparentemente insignificante, se va a cumplir la larga espera.

    A esta muchacha sencilla de pueblo, Dios le pide permiso para que sea su Madre. Ella, que conoca y entenda las Escrituras, se da cuenta en seguida de que se trata de ser Madre del Mesas tan largamente esperado (Lc 1, 2837), y acepta con la sencillez de los pobres:

    Soy una pobre esclava del Seor, que se cumpla en m tu palabra (Lc 1, 38).

    Dios despleg el poder de su brazo y destruy los planes de los soberbios. A los poderosos les hizo bajar de sus puestos, y levant a los humildes. Y a los ricos los despidi con las manos vacas (Lc 1, 5153).

  • DIOS SE HACE UNO DE NOSOTROS

    Y lleg por fin la plenitud de los tiempos y el momento ms trascendental en la vida de los hombres: El Verbo tom carne y puso su morada entre nosotros (Jn 1, 14). Fue as como lo que era slo esperanza, se convirti en realidad. El Evangelio relata con mucha sencillez el nacimiento de Jess (Lc 2, 120)

    Es difcil entender esta forma de entrar el Mesas en el mundo. Los grandes de su tiempo y de todos los tiempos nunca lo entendieron. Jess naci en la ltima miseria: en una cuadra abandonada, con un pesebre por cuna, porque no haba lugar para ellos en la posada (Lc 2, 7).

    Su familia es una familia obrera. Sus manos llegarn a conocer pronto la dureza del trabajo. ste es el camino elegido por Dios para cambiar nuestro corazn de piedra por un corazn de hermanos.

    Siendo rico, se hizo pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza (2 Co 8, 9). La pobreza es la seal para conocer el verdadero libertador de los hombres. Os traigo una gran noticia, que ser motivo de alegra para todos: hoy os ha nacido un Salvador (Lc 2, 1011).

    Y para que los pastores no se equivocaran, el ngel les indica una manera prctica para que conozcan a su Salvador: sta ser la seal: en una cuadra encontrarn un nio pequeo acostado en un pesebre (Lc 2, 12). Ms adelante, algunos discpulos de Juan Bautista dudaban sobre si Jess sera el verdadero Mesas. Van a preguntarle y Jess les da esta categrica respuesta: Los ciegos ven, los cojos andan, los sordos oyen, y a los pobres se les anuncia la buena noticia (Lc 7, 22).

    Este Jess, que naci pobre, cuyos primeros visitantes fueron unos humildes pastores, es el Hijo de Dios hecho hombre. Su figura ha sido siempre aceptada y rechazada. Su vida fue un verdadero drama entre los que lo seguan y aceptaban como Mesas, y los que lo rechazaban.

    Despus, a lo largo de la historia, ha ocurrido lo mismo, y contina ocurriendo en nuestros das. Para muchos, Jesucristo fue un gran hombre, que vivi y muri, dejndonos una gran doctrina. Para otros, Jesucristo es el Hijo de Dios hecho hombre, que nos libera y nos salva. Conocerlo es conocer a Dios, como nos dice el Apstol Juan (Jn 14, 6). Y en este conocimiento est la vida eterna (Jn 17, 3).

  • JESS QUIERE FORMAR EN EL MUNDO UN REINO DE HERMANOS

    Quines estn llamados a formar el nuevo Reino de hermanos que el Mesas viene a fundar sobre la tierra? Qu condiciones se piden para entrar en ese Reino? En las Bienaventuranzas Jess nos revela quines son los llamados a formar el Reino de la Hermandad:

    Felices los pobres, conscientes de su pobreza, porque de ellos es el Reino de la Hermandad (Mt 5, 3).

    Entre los pobres est la semilla de la verdadera hermandad. Ellos son la nica esperanza para crear un mundo justo. Jess llama felices a los pobres, a pesar de que no quiere la pobreza.

    Felices los que tienen hambre y sed de justicia, pues Dios les ayudar a conseguirla (Mt 5, 6).

    Nadie tiene ms hambre y sed de justicia que los que sufren, da y noche, las consecuencias de la falta de hermandad. La gente resignada y tranquila, que se contenta con su miseria, no vale para esta misin.

    Felices los que tienen compasin con los otros (Mt 5, 7), y se ponen en marcha para destruir las fuentes de donde nace la miseria.

    Felices los mansos, porque tendrn el Reino de Dios (Mt 5, 4).

    Los mansos son los que buscan la justicia serenamente, sin violencia, pero sin dar jams un paso atrs.

    Felices los que buscan la hermandad con un corazn limpio, porque ellos vern a Dios (Mt 5, 8).

    Dichosos los que no van con dobles intenciones, ni se dejan arrastrar por intereses personales.

    Felices los que hacen la paz, pues Dios les llamar hijos suyos (Mt 5, 9).

    Los que fomentan las divisiones y el odio, no pueden ser considerados hijos de Dios.

  • Felices los que sufren persecucin a causa de la justicia, porque el Reino de la Hermandad les pertenece (Mt 5, 10).

    Quien verdaderamente se entrega al amor fraterno debe sufrir necesariamente la persecucin de los esclavos del egosmo.

    Felices seris cuando la gente os insulte, os maltrate, y cuando digan toda clase de cosas falsas contra vosotros por mi causa (Mt 5, 11).

    Slo los que estn dispuestos a persecuciones, insultos, malos tratos y calumnias, sirven para formar el hermandad en este mundo.

    En resumen:

    Los pobres son la nica esperanza para formar un mundo justo. Las puertas del Reino de la Hermandad slo se abren a los pobres, a los rebeldes con hambre de justicia, a los que tienen un corazn grande para compadecerse de la miseria ajena y trabajan para quitarla de raz, a los que saben mantenerse tranquilos en lo ms duro de la lucha, a los que no tienen dobles intenciones, a los que saben construir la paz verdadera, a los que no tienen miedo a la persecucin.

    Bienaventurados, felices y dichosos los que combaten por la justicia y la hermandad en el mundo!...

  • DIFICULTADES PARA ENTRAR EN EL REINO DE LA HERMANDAD

    Es muy difcil que un rico entre en el Reino de la Hermandad (Lc 18, 18 y ss). En los ricos se desarrolla con tanta fuerza la semilla del egosmo, que humanamente es imposible que cambien de actitud, a no ser con la especial ayuda de Dios (Lc. 18, 27).

    Los que solamente buscan su comodidad, su consuelo, sus buenas comidas, sus diversiones o el aplauso de las gentes, no sirven para entrar en el Reino de la Hermandad, (Lc 6, 2426). Los ricos tacaos que juntan dinero para s mismos (Lc 12, 1621), o los ricos como Epuln que saben vivir bien sin preocuparse de los Lzaros que no tienen qu comer, son muy duramente atacados por Jess (Lc 16, 1931).

    Todo lo anterior no quiere decir que Jess quiera cerrar la puerta a los ricos. El que quiera vivir como hermano en bienvenido en cualquier momento. Tenemos el caso de Zaqueo (Lc 19, 110), que al sentir la llamada de Jess dio la mitad de sus bienes a los pobres y a los que haba robado, devolvi cuatro veces ms. Y tenemos tambin el ejemplo de aquel joven rico, buena persona, que quiso seguir a Jess, pero no tuvo fuerzas para dejar la seguridad y la comodidad de sus riquezas (Lc 18, 2330).

    Hay claramente dos caminos: el camino estrecho y difcil de la hermandad, la lucha por la justicia y la preocupacin por el hermano, o el camino ancho de la comodidad y el egosmo. Somos libres para escoger uno de los dos (Mt 7, 1314).

    Los que de ninguna manera sirven para el Reino de la Hermandad son los que tienen dos caras. A stos no los aguanta Jess. Los que slo usan el camino ancho y les gusta hacerse de que van por el estrecho. Los que se preocupan de cumplir una cantidad de pequeas prcticas religiosas, pero no les interesa la justicia y la misericordia (Mt 23, 23). Los que cuelan los mosquitos y se comen, en cambio, los camellos (Mt 23, 24 y ss).

    En el Reino de la Hermandad no sirven los que dicen una cosa y hacen otra (Mt 23, 3). Ni los que hacen todas las cosas para que la gente los vea (Mt 23, 5). Ni los que quieren tener los mejores lugares en los banquetes y los asientos de honor en las reuniones. Ni los que quieren que la gente les salude con todo respeto en las calles y les llamen maestro (Mt 23, 67).

  • JESS EST ATENTO A LAS PERSONAS Y DESCUBRE SUS PROBLEMAS

    Jess est atento a las personas y descubre sus problemas. De esa mirada profunda nace en su corazn un sentimiento de acercamiento compasivo.

    Jess se preocupa de todos y cada uno de los que le rodean, se da cuenta de sus problemas y profundiza hasta lo ms ntimo del corazn del hombre.

    Mira cmo la gente va echando dinero en el cepillo del templo (Mc 12, 41).

    Ve cmo Simn y Andrs, Santiago y Juan estn echando las redes al mar (Mt 4, 1821).

    Ve cmo Mateo est sentado manejando monedas y recibos (Mt 9, 9).

    Habla mirando a las personas (Mc 10, 17 y ss.)

    Descubre el problema de soledad del paraltico de la piscina (Jn 5, 19).

    Ve la situacin de la viuda de Nan (Lc 7, 1117).

    Ve la situacin de los esposos de Can (Jn 2, 1).

    Profundiza en el problema de la mujer samaritana (Jn 4, 4 y ss.).

  • JESS ES MUY COMPRENSIVO CON LAS PERSONAS

    Tiene una gran paciencia con todos y descubre la bondad de cada uno de los que le rodean. Trata con delicadeza a los pecadores. Ve las cosas de distinta manera que nosotros, mirando siempre el lado bueno de los que se acercan a l.

    Demuestra una gran paciencia con los Apstoles (Mc 4, 35 y ss.; Mc 8, 19; Mc 8, 1421).

    Ve el gesto de Zaqueo (Lc 19, 110).

    Ve el amor de la pecadora (Lc 7, 36 y ss.)

    No condena a la mujer adltera (Jn 8, 111).

    Trata a personas de dudosa moralidad (Mc 2, 15 y ss.)

    Los discpulos creen que los nios son un estorbo para Jess. l interpreta esa actitud de otra manera (Mt 19, 1315).

    Los discpulos ven un contratiempo en el ciego de Jeric. Jess ve su problema (Mc 10, 46 y ss.)

    El jefe de la sinagoga est indignado porque aquella mujer se dej curar en sbado. Jess slo ve que hace muchos aos que est enferma (Lc 13, 1016).

    Marta se queja de la inoperancia de su hermana. Jess interpreta esa actitud de otra manera (Lc 10, 3942).

    Los comensales de Simn ven un gasto intil en el gesto de la mujer. Jess lo acepta como un acto de piedad y amor (Mc 14, 49).

  • JESS DENUNCIA EL EGOSMO Y EL INDIVIDUALISMO

    Jess estuvo siempre atento al hombre, y nos ense la verdadera grandeza del hombre. Su doctrina se resume as: ama al hombre, a todo hombre, incluido tu enemigo:

    Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente. Y a tu prjimo como a ti mismo: Lc 10, 2537.

    Habis odo que se dijo: amars a tu prjimo y odiars a tu enemigo. Pues yo os digo: amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seis hijos de vuestro Padre Celestial que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre injustos y justos: Mt 5, 3848.

    Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os maltraten: Lc 6, 2738).

    En el da del Juicio se nos juzgar slo de nuestro amor al prjimo:

    Venid, benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; era forastero y me acogisteis; estaba desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la crcel y vinisteis a verme. Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos mos ms pequeos, a m me lo hicisteis: Mt 25, 3146.

    El amor va muy unido con el perdn. Jess nos dice que hemos de personar siempre:

    Pedro se le acerc y le dijo: cuntas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? Hasta siete veces? Dcele Jess: no te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete: Mt 18, 2135.

    Cuando Jess quiere despedirse en la ltima Cena nos deja muy claro su mensaje definitivo:

    Os doy un mandamiento nuevo: que os amis los unos a los otros, como yo os he amado: Jn 13, 3435.

    San Juan, en su primera Carta (1 Jn 4, 7 y ss., y el apstol Santiago (St 2, 19) insisten en la misma idea

  • EL EGOSMO HUMANO Y EL ESPRITU COMUNITARIO

    Del egosmo humano provienen la mayora de los males existentes en el mundo: la guerra, el hambre, la pobreza, la incultura, los barrios de chabolas, la emigracin, las graves y enormes desigualdades existentes entre los hombres

    Existen muchas formas de egosmo:

    EL SERVILISMO

    El servilismo consiste en hacer la pelota, rer la gracia y otorgar favores a los que tienen ms que nosotros, para conseguir alguna cosa de ellos. Es servil quien se rebaja ante los fuertes y poderosos por inters, pisoteando as su dignidad como persona.

    EL ABUSO DEL PODER

    El abuso del poder es el egosmo de los fuertes. Los que tienen ms dinero, ms influencia y ms poder, abusan de los ms dbiles.

    Del egosmo de los poderosos y del servilismo de los dbiles resulta el abuso de los primeros contra los segundos.

    LA EXPLOTACIN

    La persona egosta obra como si los dems no fueran personas igual que l. Trata a los dems como si fueran cosas y los utilizan para su servicio, prescindiendo de ellos cuando ya no los necesita.

    Esta conducta recibe el nombre de explotacin del hombre, y los que lo hacen, los llamamos explotadores.

    EL CLASISMO

    Las personas estn divididas en la sociedad en varias clases o categoras, dependiendo del dinero que tienen. Cuando despreciamos a alguien porque no tiene dinero, o porque es ignorante, estamos cometiendo un pecado de clasismo. Hemos puesto atencin en las apariencias, y hemos descuidado lo ms importante: el ser personas.

  • EL INDIVIDUALISMO

    Consiste en ir cada uno a lo suyo y no preocuparse de los dems. Hoy da se impone, sin embargo, la unin para todo (a pesar de que la tendencia humana ms corriente es el individualismo).

    LA INMORALIDAD

    Una persona es inmoral cuando por hacer su capricho, perjudica a los dems. Inmoral es el que miente, el que es falso, el que se aprovecha de los que le rodean, el que se hace rico a costa de los pobres, el que es un vago, el que tira el dinero en caprichos, el que pierde el tiempo.

    EL FARISESMO Y LA HIPOCRESA

    Es fariseo e hipcrita aquella persona que se fija en los defectos de los dems, sin ver los propios; aqulla que tiene muy buenas palabras por delante y traiciona por detrs; aqulla que reza mucho y desprecia a su prjimo.

    EL COMODISMO

    Consiste en buscar la propia comodidad por encima de la verdad y la justicia, y por encima del bien de los dems. Al egosta comodn no le gusta trabajar, ni estudiar, ni aprovechar el tiempo porque le cuesta sacrificio. Al egosta comodn le asusta el trabajo y el esfuerzo, y siempre busca lo ms fcil y el mnimo esfuerzo.

    QU NOS DICE EL EVANGELIO?

    Jess denuncia siempre el egosmo y el individualismo. Su doctrina se resume en una sola palabra: Ama a tu prjimo como a ti mismo.

    Textos bblicos:

    Jn 18, 1923: Servilismo

    Mt 20, 2528: Abuso del poder

    Lc 10, 2537: Buen samaritano

  • Mt 23, 2428: Hipocresa

    Lc 16, 1931: Rico epuln

    St 2, 19: Acepcin de personas

    Mt 25, 3146: Juicio Final

    2 S 12, 112: Pecado del rey David

    Mt 25, 1430: Parbola de los talentos

    CONCLUSIN

    Lo ms importante que hay en este mundo es la persona humana. Una persona es ms importante que una casa, que una finca y que todo el dinero del mundo. En esta dignidad de la persona no entran slo los que tienen dinero o cargos, sino todos los hombres.

    Jesucristo nos ensea la verdadera grandeza e importancia del hombre. Para l, una sola persona vale ms que todo el dinero del mundo, y ms que todos los caprichos de todos los egostas juntos.

    Siendo esto as, las cosas sern buenas si sirven a las personas, y malas si les hacen dao. Por eso, todo egosmo es condenable. Por eso, todo egosmo es malo

  • LA NUEVA ACTITUD DE SERVICIO AL PRJIMO

    Jess profundiza en la nueva actitud de servicio que debemos tener ante el prjimo:

    RESPETO A LA PERSONA HUMANA

    Moiss mand respetar la vida ajena (Mt 5, 21). Jess pide ms. Este respeto debe ser ms profundo, nacido del fondo del corazn. Por eso, da una gravedad especial a los insultos entre hermanos (Mt 5, 22).

    Conseguir esta paz interior de unos con otros est antes que cualquier otra cosa, incluso antes que el culto divino (Mt 5, 2324).

    Justamente por esta profundizacin en el respeto a toda persona humana, Jess manda tambin el respeto a la mujer, hasta en los mismos pensamientos (Mt 5, 2728).

    VENCER EL MAL CON EL BIEN

    En los problemas entre hermanos Moiss peda una medida de justicia exacta: Ojo por ojo y diente por diente. Pero Jess pide un cambio de actitud mucho ms perfecto: Mt 5, 3942.

    El mal no se puede vencer por medio de otro mal. Casi nunca la violencia de los poderosos podr ser solucionada por medio de la violencia de los oprimidos. No se puede construir la hermandad a base de odios.

    Pero, no se trata slo de aguantar golpes. Hay que comprometerse a fondo a favor de la justicia, no colaborando con nada que est en contra de ella.

    AMOR A LOS ENEMIGOS

    El amor a los enemigos (Mt 5, 44) es el perfeccionamiento del Antiguo Testamento realizado por Jess

    Nada ms lejos de esta clase de amor que el dejarse dominar por los explotadores. Amar a un explotador significa conseguir que deje de serlo, quitarle la posibilidad de que pueda continuar explotando a sus hermanos

  • PERSEGUIDO, CALUMNIADO Y PRESO

    Jess haba predicado el amor. Haba vivido el amor. Se haba metido entre los hombres para conocer a fondo su miseria. Haba querido formar un mundo nuevo de hermanos. se fue su gran delito!

    A los poderosos de Israel no le gustaban las palabras de este Jess de Nazaret, metido todo el da entre la gente sencilla, hablndoles de amor y de justicia. Y fue considerado como peligroso para la paz y la tranquilidad de la nacin.

    Que un carpintero de un pueblo de mala fama se pusiera a hablar por su cuenta a la gente humilde, sin contar para nada con las autoridades, resultaba muy sospechoso. En seguida enviaron espas para ver qu deca y cmo se comportaba.

    Descubrieron que despreciaba algunas leyes de los fariseos. Pero lo peor es que atacaba y ridiculizaba a los ricos y poderosos. Y algo an peor: la gente sencilla le escuchaba con gusto, le segua y se entusiasmaba con l.

    Segn los fariseos, se creaba una situacin realmente peligrosa. Quin sabe si la gente ignorante que escuchaba a Jess no sera capaz de sublevarse y arruinar el progreso de la nacin. Haba, pues, que hacerlo desaparecer, para que dejara de engaar al pueblo. Era necesario matarlo por el bien de ese mismo pueblo (Jn 11, 47 y ss.) No era realmente peligroso que todas las leyes se redujeran al amor al prjimo, comenzando siempre por los ms necesitados?

    Para hundir a Jess pusieron en movimiento la primera arma que suelen usar siempre los poderosos: una gran campaa de propaganda para que nadie se dejara engaar por Jess: Jn 7, 47; Mt 27, 63; Jn 7, 20; Lc 11, 15; Jn 10, 20; Jn 9, 24; Jn 10, 33; Jn 8, 48.

    De hecho lograron sembrar la confusin entre el pueblo: Jn 7, 1213; Jn 9, 2223; Jn 12, 42; Jn 7, 4043; Jn 10, 19 y ss.

    Varias veces intentaron apedrearle: Jn 8, 59; Jn 10, 31. Otras veces intentaron llevarle preso: Jn 7, 3032; Jn 7, 4446; Jn 10, 39. Pero siempre sin resultado. Tenan miedo al pueblo.

  • En cierta ocasin, hasta los mismos que fueron a prenderle se dieron cuenta de que aquel hombre hablaba la verdad, y no se animaron a cumplir las rdenes que llevaban: Por qu no le habis trado preso, le preguntaron sus jefes. Porque nunca nadie ha hablado como este hombre, contestaron ellos (Jn 7, 4546).

    A pesar de todo, las autoridades mandaron por fin cogerlo preso, de noche y con gran cantidad de tropa, como si se tratara de un peligroso revolucionario (Mt 26, 4755). Y en unas horas, a toda velocidad, le hicieron un juicio calumnioso, le torturaron y le condenaron a muerte como a un simple bandido (Mt 26, 5769).

    Es interesante estudiar la lista de calumnias por las que oficialmente le condenaron a muerte: Mt 26, 61; Mt 26, 65; Jn 18, 30; Jn 19, 12; Lc 23, 25; Lc 23, 14; Lc 23, 11.

    Jess ya haba previsto todo lo anterior. Saba muy bien que la bsqueda de la hermandad verdadera le costara la vida: Mt 16, 21; Mt 17, 2223.

    La noche que lo tomaron preso, justo despus de dar a sus discpulos el mandamiento del amor, habl largamente de las graves persecuciones que iban a caer sobre todos los que quisieran cumplir dicho mandamiento.

    Saba muy bien que a los que viven del egosmo no les interesa en absoluto que exista hermandad en el mundo e iban a estar siempre dispuestos a perseguir a los seguidores de su doctrina: Jn 15, 18 al 16, 4; Mt 10, 1626.

    A los seguidores de Jess se les acusar de lo mismo que le acusaron a l: Jn 16, 2.

  • LA SANGRE DE LA NUEVA ALIANZA

    Jess muri en la cruz, como el peor de los malhechores (Jn 19). La noche anterior haba celebrado la cena de la Pascua, en recuerdo de la liberacin de la esclavitud de Egipto. Al final de la misma, teniendo muy presente la Historia del Pueblo de Dios, dijo:

    sta es mi sangre. La sangre de la nueva y eterna alianza, que ser derramada por vosotros (Lc 22, 20).

    En el Sina, Moiss haba firmado una alianza entre Dios y su pueblo (Ex 24, 48). La firma consisti en derramar la sangre de un animal sobre el altar de Dios y sobre el pueblo.

    Ahora, Jess firma con su propia sangre una nueva amistad, una nueva alianza entre Dios y los hombres (Hb 9, 1114).

    Como en tiempos de Moiss, una misma sangre se derrama sobre Dios y los hombres. Pero ahora no es la sangre de un animal. Es la sangre del propio Hijo de Dios, en quien todos los hombres estamos representados.

    Moiss haba explicado al pueblo en qu consista el pacto de hermandad, y sus seguidores se comprometan a cumplir los diez mandamientos. Ahora es el mandamiento nuevo del amor y la hermandad el que debe ser cumplido.

    Una diferencia esencial hay, sin embargo. Se trata de una alianza mejor que la de Moiss. La sangre derramada de los animales del Antiguo Testamento no tena fuerza en s para hacer cumplir las leyes. Pero la sangre de Cristo s que puede cambiar nuestro corazn, de manera que seamos capaces de organizarnos en un verdadero pueblo de hermanos (Hb 8, 613).

    Moiss hizo una alianza de leyes escritas. Jess hace una alianza que cambia los corazones (Rm 5, 5), que destruye el egosmo (Rm 11, 27), que nos da el espritu de la hermandad (2 Co 3, 6).

    En tiempo de Moiss Dios hizo un pacto con un solo pueblo elegido: el israelita. Ahora, en la Nueva Alianza, Cristo con su sangre ha comprado para Dios a hombres de toda raza, lengua, pueblo y nacin (Ap 5, 9).

    Con la muerte de Jess, todos los hombres tienen abiertas las puertas del nuevo Reino de la Hermandad

  • RESURRECCIN DE JESS

    Jess anunci con frecuencia su muerte. Pero siempre aada en seguida el anuncio de su resurreccin (Mc 8, 31; Mc 9, 31; Mc 10, 34). Los discpulos no llegaban a entender lo de la resurreccin (Mc 9, 10). Por eso, su muerte y sepultura los dej desengaados y sin fe (Lc 24, 2124; Jn 10, 25).

    Fue necesario que Jess resucitado se dejase ver y tocar por sus amigos (Lc 24, 3640; Jn 20, 1929), y llegara hasta compartir con ellos la comida (Lc 24, 30; Lc 24, 4153; Jn 21, 913), para que se convencieran de que realmente haba vuelto a la vida.

    Cuando el da de Pentecosts Jess les envi el Espritu Santo, la fe en su resurreccin se convirti en el eje central de su predicacin (Hch 2, 2224; Hch 3, 14; Hch 8, 35).

    Jess resucitado es la clave para entender debidamente todo el Antiguo Testamento (Lc 24, 4446), y la esperanza y la cumbre de la Nueva Alianza. Jess est vivo. No lo busquemos entre los muertos (Mt 20, 38). La fe en la resurreccin de Jess es considerada por los Apstoles como el punto clave de su predicacin. Tanto es as que San Pablo llega a decir con rotundidad: Si Cristo no resucit, somos los ms infelices de todos los hombres (1 Co 15, 17).

    Toda la esperanza de los cristianos se fundamenta sobre el triunfo de la resurreccin de Jess. Ella es la prueba ms evidente de la verdad de su doctrina de hermandad. Tambin es la prueba evidente de su divinidad. Para los creyentes, Cristo muerto y resucitado es el centro y el fin de la toda la historia humana. Todo tiene su fundamento en l

    El triunfo de Jess es tambin el triunfo de la humanidad. Con el pecado entr en el corazn humano el egosmo y qued rota la hermandad. Con la resurreccin de Jess queda vencido el egosmo y puede volver a entrar de nuevo en nosotros la vida del amor (1 Co 15, 22).

    La resurreccin es tambin el triunfo de las esperanzas de los pobres y sencillos de este mundo, ya que Jess resucitado es smbolo de amor. Despus de la resurreccin de Jess, no tenemos derecho a perder nunca la esperanza en el triunfo de nuestra lucha liberadora al servicio de la hermandad. Nuestra victoria, como la de Jess, es segura.

  • EL MISTERIO DE LA PASCUA (I)

    La muerte y la resurreccin de Jess forman la nueva Pascua, el nuevo xodo: la liberacin de las esclavitudes de todos los hombres del mundo. Es de nuevo el paso de Dios que nos libera y nos seguir liberando siempre.

    La nueva Pascua es el comienzo de la vida del nuevo Pueblo de Dios. Al igual que los israelitas, que celebraban la Cena Pascual como smbolo del paso de Dios entre ellos para liberarles, los seguidores de Jess continuarn celebrando siempre el misterio de la nueva Pascua, en virtud de la cual volvemos a hacer el pacto de amistad entre Dios y nosotros.

    En virtud de la sangre de Jess, volvemos de nuevo a establecer la vida en comn del Pueblo de Dios, rota continuamente por el egosmo del pecado.

  • EL MISTERIO DE LA PASCUA (II)

    Lo llamamos misterio porque, humanamente, no podemos explicarnos por qu fue necesaria la muerte de Jess, como tampoco podemos explicarnos el porqu de un mesianismo que nadie esperaba.

    El pueblo judo esperaba un Mesas humano, un gran militar que libertara a Israel y lo pusiera por encima de todas las naciones. Pero nunca poda esperar un Mesas pobre, sufriente, amante de los pecadores y los humildes Era inexplicable para ellos, y lo sigue siendo para nosotros.

    Entre extraeza y extraeza, Jess se nos manifiesta como realmente fue, y nosotros tomamos postura ante l, aceptndolo y ponindolo en el centro de nuestra vida, o rechazndolo.

    El evangelista Lucas (22, 39 al 24, 12) nos narra la muerte y resurreccin de Jess, el gran Misterio de la Pascua. Si el grano de trigo no muere, no puede dar fruto

    La muerte sola no tiene sentido, si no va acompaada de la resurreccin. Si Cristo no hubiese resucitado, vana sera nuestra fe, nos dice San Pablo. Pero ha resucitado, y nos ha llenado de esperanza en nuestra propia resurreccin. Despus de esta vida, despus de la muerte, resucitaremos con Cristo.

    Pero esta muerte y resurreccin no se refiere slo a la muerte y resurreccin futuras, sino a la muerte diaria al egosmo, y a la resurreccin a una vida nueva en la hermandad y en el amor. ste es el Misterio Pascual de todos los que creemos en Jesucristo.

    Siempre que damos muerte a nuestro egosmo y a nuestro pecado, se est actualizando en nosotros el misterio de la muerte y resurreccin de Jess

  • NUESTRA MISA, UNA COMIDA EN COMN

    Jess muri y resucit para hacer de nosotros un nuevo Pueblo de Hermanos En la celebracin diaria de su muerte y resurreccin, que realizamos en la misa, se nos comunica la fuerza para construir dicho Pueblo de Hermanos.

    La misa es una comida en comn. Los israelitas coman un cordero asado. Ahora, el nuevo Cordero Pascual es el mismo Cristo. Si no comemos su carne, no podremos tener vida de hermandad entre nosotros (Jn 6, 56).

    Jess es el alimento de la hermandad. El que no come ese alimento, se queda dbil y no puede vivir el amor que l nos pide (1 Co 11, 30). El sacramento de la comunin es el sacramento del amor entre los hermanos. Es el sacramento de la comn unin con Jess y la comn unin entre nosotros.

    Comulgar es unirnos a Jess para comprometernos a seguir unidos a los que nos rodean. Es recibir el amor de Jess para saber amar a los hermanos.

    La misa es, por tanto, el smbolo y la fuerza de la hermandad. Es el compromiso con los hermanos hasta lo ltimo, hasta el cambio de las estructuras de esclavitud, hasta llegar a poner todo en comn

    Comunin es hermandad. Sin el deseo de vivir como hermanos, no tenemos derecho a participar en el banquete. No debe haber misas en las que no se ponga nada en comn y en las que no se viva la hermandad

  • UN PUNTO CONFLICTIVO DE NUESTRA FE: LA RESURRECCIN DE LOS MUERTOS

    La resurreccin es el punto clave de la fe cristiana (1 Co 15, 1619). Si Cristo, que es nuestra cabeza, ha resucitado, tambin nosotros, sus miembros, resucitaremos.

    Dios se hizo hombre porque el amor tiende a igualar a los que se aman, pero justamente por eso nos quiere hacer compartir tambin con l la gloria de la resurreccin.

    Dios se hace hombre para que el hombre se haga como Dios: el hombre completo, en su espritu y en su materia. Nuestro cuerpo, semejante al cuerpo de Jess, templo del Espritu Santo, no puede descomponerse para siempre, como el cuerpo de un animal cualquiera.

    La esperanza cristiana ensea que nuestro cuerpo volver a la vida, sin defectos ni problemas (1 Tm 4, 1314; Rm 6, 5).

    El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene la vida eterna y yo le resucitar en el ltimo da (Jn 6, 54).

    Yo soy la resurreccin y la vida. El que cree en m, aunque est muerto, vivir (Jn 11, 25).

    La voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que l me ha dado, sino que lo resucite en el ltimo da (Jn 6, 39).

    Sepan que llega la hora en que todos los que estn en los sepulcros oirn mi voz. Los que hicieron el bien, saldrn y resucitarn para la vida (Jn 5, 2829).

    Es necesario que este cuerpo corruptible se revista de la vida que no se destruye, y que este hombre que muere se revista de la vida que no muere (1 Co 15, 5253).

    El dogma de la resurreccin de la carne debe ser fundamental para los cristianos: ser el triunfo de toda la obra histrica del hombre sobre la tierra.

  • Todos los actos de justicia y amor realizados por el hombre sern eternizados en la resurreccin. Ser eternizada nuestra obra: el ideal por el cual luchamos, pero de una manera perfecta, limpia de toda impureza.

    Una vez resucitados, nos conoceremos y amaremos a todos los hombres, sin posibilidad de egosmos. El cielo ser un banquete de bodas, lleno de alegra (Ap 19, 79), donde todo se pondr en comn.

    Nosotros esperamos, segn la promesa de Dios, cielos nuevos y tierra nueva, un mundo en el que reinar la justicia (2 P 3, 13)

  • LAS PRIMERAS COMUNIDADES DE HERMANOS

    El espritu fraterno y la unidad de las primeros cristianos queda descrito as en los Hechos de los Apstoles:

    Todos los que haban credo, vivan unidos y tenan todos los bienes en comn. Vendan sus propiedades y repartan el dinero segn las necesidades de cada uno.

    Cada da, llevados de un mismo espritu, se reunan en el templo. Partan el pan en sus casas y coman juntos con alegra y sencillez de corazn (Hch 2, 4447).

    Los que haban credo no eran sino un solo corazn y un solo espritu. Nadie deca que sus cosas eran suyas solamente, sino que todas las cosas eran de todos.

    Todos gozaban de la simpata del pueblo. No haba entre ellos ningn necesitado, porque se reparta a cada uno segn sus necesidades (Hch 4, 3235).

    Moiss puso como ideal del Pueblo de Dios que no hubiera pobres entre ellos (Dt 15, 4), y que cada uno tuviera segn sus necesidades (Nm 26, 5255).

    Los primeros cristianos cumplen perfectamente estos dos ideales del Antiguo Testamento, pero aaden algo nuevo mucho ms profundo: la propiedad en comn. Es el fruto de la hermandad perfecta. La gran obra de la hermandad es poner las cosas en comn: la socializacin. Pero no a la fuerza, sino libremente y por amor.

    A mitad del siglo II dice San Justino:

    Antes nos tentaba la codicia del dinero y las propiedades privadas. Ahora ponemos en comn nuestros bienes y hacemos partcipes de ellos a todos los necesitados.

    Todo lo que tenan en comn pasaba a ser algo sagrado. Malgastar ese fruto de la hermandad era considerado como una falta muy grave ante Dios. ste es el caso que nos cuenta el captulo 5 de los Hechos de los Apstoles, acerca del matrimonio formado por Ananas y Safira, que vendieron un terreno para poner su importe en comn con sus hermanos cristianos, y en secreto se quedaron con una parte del dinero.

  • Otro caso nos cuenta San Pablo en una de sus cartas: en Corinto, una ciudad de Grecia, solan tener los cristianos antes de la misa una reunin con una cena fraternal. Cada uno llevaba un poco de comida y bebida, y lo ponan en comn para cenar todos juntos. As se preparaban para la misa.

    Pero poco a poco perdieron el espritu cristiano. Y algunos de ellos, algo acomodados, que llegaban siempre antes, se coman su parte, sin esperar a los ms pobres para ponerlo todo en comn. La reaccin de San Pablo ante esta postura es contundente: 1 Co 11, 1734.

    Otros ejemplos parecidos los encontramos en St 2, 19 y St 2, 29.

    Dentro de esta socializacin de bienes, encontramos una preocupacin muy fuerte para que todos los hermanos cumplan seriamente su obligacin del trabajo. En este organizacin de propiedad comn y ayuda mutua seguramente entr gente aprovechada que no quera trabajar. San Pablo es muy duro contra ellos: 2 Ts 3, 612.

    Ver tambin 1 Ts 4, 1112; Ef 4, 28; Hch 20, 3435; 2 Ts 3, 79; 1 Ts 2, 9; 1 Co 4, 12; 2 Co 12, 14.

    En aquellas comunidades de base una de las preocupaciones ms importantes fue la de atender a los enfermos, hurfanos y viudas (Hch 6, 16).

    Tambin las regiones ms ricas tenan obligacin de ayudar econmicamente a los hermanos de las regiones ms pobres ( 2 Co 8 y 9; 1 Co 16, 114).

  • CONCLUSIN FINAL

    De nuestra lucha por la hermandad, aqu en la tierra, depende nuestra felicidad de hermanos.

    Despus de la muerte, Jess nos va a preguntar hasta dnde lleg nuestro compromiso por los que tienen hambre, por los sin techo, por los desnudos, por los enfermos y los encarcelados (Mt 25, 3536). Ser un examen muy concreto sobre nuestra lucha a favor de la hermandad verdadera en el mundo.

    El cielo ser el fruto de nuestra lucha por la hermandad. Si en esta vida nos hemos dedicado a construir la hermandad, viviremos all como hermanos para siempre.

    No nos salvaremos de uno en uno, sino juntos, como hermanos, para vivir siempre en una hermandad perfecta.

    Nuestra felicidad en el cielo no ser en aislamiento unos de otros. Ser la felicidad y la alegra de un banquete de bodas,

    No ser tampoco una salvacin idealista o espiritualista. No slo se salvar nuestra alma, sino nosotros: nuestra persona completa.

    Quedarn vencidas para siempre y definitivamente las estructuras opresoras (Ap. 17 y 18). Pero todos los adelantos y todo lo bueno que hayamos hecho en el mundo vivir para